Reporte Apego

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Universidad Autónoma de Baja California

Facultad de Ciencias Humanas

Materia: Psicología del Desarrollo

Tema:
Meta 4.1. Conocer el fenómeno del apego en la primera infancia

Alumnos:

Arelis Ledezma Carlos Arturo

Castro Angulo Edit

Nieto Rivera Melissa Vianey


El apego es un aspecto fundamental del desarrollo infantil que se origina en la
predisposición genética de los bebés para buscar protección y cuidado a través de
la cercanía con adultos, quienes, a su vez, están predispuestos a responder a estas
necesidades. Según Bowlby, la relación de apego entre el niño y el cuidador se
desarrolla en cuatro etapas. En la primera, el bebé emite señales para atraer la
atención de cualquier adulto. En la segunda, comienza a mostrar preferencias por
ciertas personas, buscando activamente la cercanía de aquellas que le brindan
seguridad. La tercera etapa se caracteriza por la manifestación de emociones
intensas ante la ausencia de la figura de apego, como angustia o alegría, mientras
que la cuarta etapa implica una reducción de la ansiedad, ya que el niño puede
representar mentalmente a su figura de apego, sintiéndose más seguro incluso en
su ausencia.

Existen tres patrones principales de apego que reflejan la calidad de la relación


entre el bebé y el adulto. El apego seguro se desarrolla cuando el cuidador
responde de manera sensible y consistente a las necesidades del bebé, lo que
permite al niño explorar su entorno con confianza. En contraste, el apego inseguro
evitativo surge cuando el cuidador es indiferente o distante, llevando al niño a evitar
el contacto emocional y mostrar poco interés en buscar cercanía. Finalmente, el
apego inseguro ambivalente se presenta cuando el cuidador es inconsistente en su
respuesta, provocando que el niño sea ansioso y muestre comportamientos
contradictorios, buscando cercanía pero también resistiéndose.

Además, el desarrollo del apego se influye por diferentes sistemas ambientales. El


microsistema se refiere a las interacciones inmediatas en la vida del niño, como las
relaciones con padres, hermanos y cuidadores. El mesosistema abarca las
conexiones entre los diferentes microsistemas, como la relación entre el hogar y la
escuela. El exosistema incluye factores externos que no involucran al niño
directamente, pero que afectan su entorno, como el trabajo de los padres.
Finalmente, el macrosistema se refiere a las influencias culturales y sociales más
amplias que afectan el desarrollo, como normas y valores familiares.

La perspectiva interaccionista, basada en Vigotsky, destaca la importancia de las


relaciones sociales en el desarrollo psicológico, sugiriendo que las interacciones
tempranas entre bebés y cuidadores fomentan habilidades cognitivas y lingüísticas.
En resumen, el estudio de las relaciones afectivas tempranas debe considerar no
solo la calidad del apego, sino también los aspectos comunicativos en las
expresiones emocionales del contacto materno.

En mención a "conocer el fenómeno del apego en la primera infancia" en relación al


estudio de Weinberg y Tronick (1994), se observa que el trabajo, se estudia en la
forma en que los bebés desarrollan y manifiestan relaciones afectivas o de apego
con sus cuidadores o tutores en los primeros años de vida. En esta investigación,
los autores examinaron cómo los bebés manejan diferentes formas conductas
como faciales, comportamientos comunicativos y regulatorios, para relacionarse y
regular su estado emocional en presencia de sus cuidadores.

El apego en la primera infancia es una valoración muy importante en la psicología


del desarrollo ya que las relaciones que dan en los primeros años de vida que se da
entre el bebe y sus principales vínculos de apego generan una impresión importante
en su desarrollo emocional y en sus habilidades de vincularse en el transcurso de su
vida. Weinberg y Tronick, investigan observar cómo las manifestaciones y formas
de comportamiento señalan la condición y el ambiente de este vínculo de apego, a
su vez de lo que se puede entender únicamente de las interpretaciones faciales,
mostrándonos una observación más perfecta de la forma como los bebés se
relacionan y se relacionan con sus cuidadores.

El estudió se llevó a cabo con niños de 6 meses y sus mamás, participando en el


paradigma de la cara inmóvil de Tronick, para este procedimiento las madres
interactuaron de manera normal con sus hijos y a partir de cierto momento
realizaban una expresión facial neutra, sin hacer caso al infante, esto ayuda a
evaluar la respuesta emocional del bebé al no conseguir una reacción, este sistema
evalúa la mirada, gestos, sonidos y retiro para así obtener el estado afectivo del
niño. Mediante el análisis se encuentran 4 estados: compromiso social, compromiso
con objetos, retiro pasivo y protesta activa, esto es útil para organizar estos estados
en configuraciones sobre su estado interno y sus reacciones.

De acuerdo con los autores Weinberg y Tronick (1994) , observan cómo estas
manifestaciones afectivas no solo se limitan a las expresiones faciales, sino que
comprenden una serie de conductas interrelacionados que muestran los estados
emocionales del bebé y su disposición para dirigir la ansiedad y el estrés. Este
esfuerzo profundiza en la inteligencia del apego en la primera infancia, indicando
cómo los bebés utilizan diversas herramientas para comunicarse y regular sus
emociones en respuesta a sus relaciones sociales en general.

Referencias:

● Weinberg, M.K., & Tronick, E.Z. (1994), Beyond the face: an empirical study
of infant affective configurations of facial, vocal, gestural, and regulatory
Behaviors. Child Development, 65, 1503-1515.
doi.org/10.1111/j.1467-8624.1994.tb00832.x [clásica]
● Cuadros-Parada, Z., & Sánchez-Ríos, H. (2017). conceptuales y
metodológicas en los estudios sobre las relaciones afectivas tempranas.
Investigación y desarrollo, 25(1), 102-134.
● https://youtu.be/YTTSXc6sARg?si=nXkuQRDy0dztcKlh

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