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Poder Judicial Mendoza

Primera Circunscripción
2° Tribunal de Gestión Asociada
en lo Civil, Comercial y Minas

QUINTA CAMARA DE APELACIONES EN LO CIVIL - PRI-


MERA CIRCUNSCRIPCION DE MENDOZA

PODER JUDICIAL MENDOZA

foja: 209CUIJ: 13-00763005-5( (010305-52814))

GOMEZ FLAVIA ANABEL C/ CORDOBA CESAR LEON Y OTROS P/


D. Y P. (ACCIDENTE DE TRÁNSITO)

*10766952*

En la ciudad de Mendoza, a los dos días del mes de mayo del año dos mil
diecisiete, se reúnen en la Sala de Acuerdos de la Excma. Cámara Quinta de
Apelaciones en lo Civil, Comercial, Minas, de Paz y Tributario de la Prime-
ra Circunscripción Judicial, los Srs. Jueces titulares de la misma Drs. Adol-
fo Mariano Rodríguez Saá, Oscar Martínez Ferreyra y Beatriz Moureu, y
trajeron a deliberación para resolver en definitiva la causa Nº
250.845/52.814, caratulada "GOMEZ FLAVIA ANABEL C/ CORDOBA
CESAR LEON Y OTROS P/ ACCIDENTE DE TRÁNSITO”, originaria
del Segundo Juzgado de Gestión Asociada de la Primera Circunscripción
Judicial, venida a esta instancia en virtud del recurso de apelación interpues-
to a fs. 180 por la parte demandada y “BOSTON COMPAÑÍA ARGENTI-
NA DE SEGUROS S.A.” contra la sentencia dictada a fs. 181/187.
Llegados los autos al Tribunal, a fs. 195 se ordena expresar
agravios, lo que se cumple a fs. 196/198. Corrido el traslado de ley, a fs.
201/203 se contesta el recurso, quedando a fs. 207 los autos en estado de
dictar sentencia.

Practicado el sorteo de ley, quedó establecido el siguiente


orden de votación: Drs. Rodríguez Saá, Moureu y Martínez Ferreyra.

En cumplimiento de lo dispuesto por los arts. 160 de la


Constitución Provincial y 141 del C.P.C., se plantearon las siguientes cues-
tiones a resolver:

PRIMERA CUESTION: Es justa la sentencia apelada?

SEGUNDA CUESTION: Costas.

SOBRE LA PRIMERA CUESTION EL DR. RODRIGUEZ SAA DIJO:

I.- Que en la sentencia dictada, luego de encuadrarse jurí-


dicamente el caso se llega a la conclusión que ni la parte demandada ni la
citada en garantía han probado alguna eximente de responsabilidad, por lo
que la misma es atribuible en forma exclusiva a los mismos.

Examinados los rubros y montos reclamados se acepta la


procedencia de los gastos médicos ($ 1.000.-), de la incapacidad sobrevi-
niente ($ 200.000.-), del daño moral ($ 40.000.-), de los gastos materiales
por reparación del vehículo ($ 12.100.-), de la privación de usos del vehícu-
lo ($ 1.000.-) y de la desvalorización del automóvil ($ 3.000.-).

En cuanto a los intereses, se dispone que habiéndose fija-


do las indemnizaciones analizadas precedentemente al momento de la pre-
sente sentencia, corresponde que se aplique desde la fecha del hecho (16 de
Abril de 2012) y hasta dictado de esa resolución el interés moratorio puro
fijado por la Ley 4.087 (5 % anual) y desde allí en adelante hasta su efectivo
pago los intereses que reglamente el Banco Central (art.768 inc. c) C.C.C),
en la medida en que se hubieren fijado y publicado dichas tasas. Caso con-
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trario, se ordena aplicar la tasa activa cartera general nominal anual vencida
a treinta días del Banco de la Nación Argentina (T.N.A.).

La sentencia es apelada por la parte demandada y la citada


en garantía quienes, al fundar su recurso, expresan que se agravian por la
admisión de la incapacidad sobreviniente reclamada, reiterando su negativa
respecto a la existencia de lesiones incapacitantes.

Hacen referencia al valor probatorio de la pericias y en


particular de la pericia médica legista producida en la causa, la que en su
criterio es acompañada sin ningún examen complementario y omitiendo
contestar el Sr. perito los puntos de pericia ofrecidos por su parte.

Destacan, además que en dicha pericia se indica que la


actora debió realizarse estudios radiológicos, tratamiento médico antinfla-
matorio y miorrelajantes musculares, reposo y fisioterapia, pero ni el perito
ni a actora acompañan constancia de los mismos. Por otra parte, se resalta
que el Hospital Paroissen de Maipú informó que nunca fue atendida la actita
en el mismo, a pesar de que ella ofreció como prueba a la correspondiente
historia clínica. Refiriéndose finalmente a la falta de una debida contesta-
ción de las observaciones que se hiciera de dicha pericia.

A fs. 201/203 contesta el recurso la parte actora quien, por


las razones allí señaladas, pide su rechazo.

II.- Que si bien el escrito presentado a fs. 69 y vta. no reú-


ne los requisitos mínimos que exige una pericia judicial (art. 192, segundo
párrafo, C.P.C.) y por ende le asistiría razón a la parte recurrente al sostener
que no puede fundarse en el mismo la existencia de lesiones incapacitantes
sufridas por la actora, entiendo sin embargo que en el caso particular some-
tido a análisis existen tres circunstancias especiales que justifican mantener
el criterio seguido en la sentencia apelada por la Sra. Juez a-quo y en base al
cual se admite en definitiva la incapacidad sobreviniente reclamada por la
parte actora.

En primer lugar, la presentación de fs. 69 y vta. debe ser


complementada con las explicaciones dadas a fs. 156/157 por el Sr. perito
médico legista, mediante las cuales se subsana básicamente las deficiencias
que presentaba la pericia inicialmente presentada indicando que con anterio-
ridad, en el turno que se le otorgó a la actora, se utilizó la anamnesis y el
examen físico a la Srta. Gómez, corroborando que las lesiones subsistentes
admiten como causa las experimentadas a raíz del accidente que motiva es-
tas actuaciones. Es decir utiliza para el examen de la víctima el método clí-
nico.

Si bien podría objetarse la consideración de la Rx que


exhibiera y practicada por la Dra. Myriam Migues de Pereyra con fecha 12
de agosto de 2.013 y las consultas médicas y prácticas de fisioterapia que se
le realizaron, que son de fecha posterior al del accidente, lo cierto es que la
consideración de tales elementos se encuentra consentida por las partes no
solo al no haber planteado en su oportunidad su nulidad sino también por no
haber observado tampoco en debida forma y en tiempo propio la presenta-
ción de fs. 156/157

Fuera de lo dicho, resulta oportuno recordar que la clínica


médica tiene por método científico la anamnesis o interrogatorio y el exa-
men físico que realiza el médico al paciente, guiado por técnicas específicas
para lograr un diagnóstico y solo si es necesario el médico debe recurrir a
estudios complementarios.

Debe también valorarse que en la etapa de la anamnesis o interrogatorio del


paciente no se toma al pie de la letra lo que el paciente refiera sino que exis-
ten métodos de revisión y sujeción a control de validez del discurso de aquel
y que son utilizados por los médicos clínicos al realizar el interrogatorio
guiados por la semiología, que es la disciplina médica que enseña cómo se
va a interrogar a un paciente sobre su enfermedad, cómo se lo observa, qué
elementos se tienen para elaborar diagnóstico y cómo aproximarse a él para
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examinarlo. Realizada la anamnesis se procede a efectuar el correspondiente


examen físico del paciente, en el que el médico revisa todos los órganos del
mismo a fin de tener un panorama completo y lo somete además a distintas
pruebas para verificar lo que palpa o descubre.

Es por lo expuesto que considero que la pericia clínica reúne el contenido


mínimo suficiente para desacreditar la incapacidad.

Lo dicho se vincula a su vez a la segunda situación a la


cual hiciera referencia ut supra, como lo es la no observación formal y com-
pleta de la pericia completa presentada en la causa.

Para entender lo dicho, tengo presente que en mi opinión


personal considero que a pesar de la poca claridad del procedimiento im-
pugnatorio de los dictámenes e informes de peritos y expertos, regulado en
los arts. 191,192 y 193 del C.P.C., de la interpretación armónica de estas
norma surge que la verdadera impugnación de una pericia judicial debe rea-
lizarse con posterioridad a la resolución que ordene subsanar las deficien-
cias u omisiones que presentara la misma y que pudieran restarle eficacia y
que fueran indicadas previamente de oficio o a pedido de cualquiera de las
partes, pudiendo para ello fijarse una audiencia a la cual deberá concurrir el
perito interviniente a fin de que dé las aclaraciones que se le soliciten sobre
los puntos sometidos a pericia. Ello por cuanto solo recién al disponerse ya
de una pericia completa podrán las partes impugnarla en el plazo previsto en
el primer párrafo, in fine, del art. 193.

Aún cuando el tribunal de origen siguió en el caso un pro-


cedimiento distinto a fs. 70, el indicado en el párrafo anterior no ha sido
desconocido por la citada en garantía y la parte demandada ya que expresa-
mente a fs. 85/86, punto 4º, tercer párrafo, pidió que se procediera a proveer
los medios para arbitrar la controversia médica planteada, manifestando que
“Mi parte propicia, en este último caso, que el perito Dr. Gil responda todos
y cada uno de los puntos precedentes, reservándonos el derecho de volver a
impugnar la pericia original, así como las explicaciones que ahora estamos
solicitando”, observación no concretada formalmente al dar explicaciones a
fs. 156/157 el profesional médico actuante.

Es por ello que entiendo que debe en definitiva considerar-


se o entenderse como no observada en debida forma y en tiempo propio la
pericia completa presentada en la causa.

Al margen de lo dicho, no puede de manera alguna com-


partir lo indebidamente dicho por el Sr. perito médico legista a fs. 156, ter-
cer párrafo, atento a las constancias de fs. 30/36 y de las que surge que la
citada en garantía indicó extensa y detalladamente los puntos sobre los que
pedía versara la pericia médico legista.

Finalmente, la tercera circunstancia que tengo presente


para compartir el reconocimiento de la incapacidad efectuado en primera
instancia es que las secuelas incapacitantes indicadas en la pericia producida
concuerdan con las brevemente señaladas por el médico de policía a fs. 25
vta. de la causa penal y guardan una lógica y razonable relación de causali-
dad con las características del accidente, y así surge de la pericia en la cual
las lesiones incapacitantes se atribuyen al accidente producido. Por lo de-
más, ni la parte demandada ni la citada en garantía han aportado elementos
de criterio fundados objetivamente que permitan apartarse de las conclusio-
nes de la pericia médico legista producida.

Sobre este último punto resulta oportuno recordar, al igual


que ya lo hiciera la Sra. Juez, que la Suprema Corte de Justicia de Mendoza
ha compartido (autos N° 29.866/77741, caratulados “Sechter David c/ Mu-
nich. Ciudad de Mendoza p/ D. y P. s/ Inc.”, 25/10/04) el criterio jurispru-
dencial que sostiene que “El debate jurídico versa sobre aspectos técnicos
sobre los cuales el juez no está en condiciones de opinar pues se trata de
aplicar conocimientos ajenos a su saber. En estos casos la jurisprudencia
considera que “el juez no puede hacer mérito de conocimientos técnicos
sobre la materia del dictamen del perito; ello así, podrá desecharlo por ca-
rencia de fundamentación, por la fuerza de convicción de otras pruebas que
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concurran en la especie o por otras causas, pero no oponiendo consideracio-


nes propias de la ciencia, arte o técnica del perito, pues tal conducta puede
resultar “peligrosa” (voto adherente Dr. Miras, C.N.C. Sala E, 31/5/96,
Doctrina Judicial 1996-2-434). Consecuentemente, cuando el peritaje apare-
ce fundado en principios técnicos y no existe otra prueba que lo desvirtúe, la
sana crítica aconseja aceptar el dictamen, pues el perito actúa como auxiliar
de la justicia y contribuye con su saber, ciencia y conciencia a esclarecer
aquellos puntos que requieren conocimientos especiales (C.N.C., Sala D,
20/6/90; J.A. 1990-IV-129; Sala F, 24/8/82, E.D. 102-329).

En conclusión, y a modo de resumen, por las razones da-


das en los párrafos anteriores considero que debe rechazarse el recurso de
apelación interpuesto por la parte demandada y “BOSTON COMPAÑÍA
ARGENTINA DE SEGUROS S.A.” contra la sentencia dictada a fs.
181/187. Así voto.

Sobre la misma cuestión, los Drs. Moureu y Martínez Fe-


rreyra manifiestan que adhieren, por las razones dadas, al voto precedente.

SOBRE LA SEGUNDA CUESTION EL DR. RODRIGUEZ SAA DIJO:

Que dado el resultado al cual se arriba respecto a la prime-


ra cuestión tratada, corresponde que las costas de la alzada estén a cargo de
la parte apelante (arts. 35 y 36 C.P.C.). Así voto.

Sobre la misma cuestión, los Drs. Moureu y Martínez Fe-


rreyra señalan que adhieren, por las razones dadas, al voto precedente.

Con lo que se dio por finalizado el presente acuerdo, pro-


cediéndose a dictar la sentencia que a continuación se inserta:

SENTENCIA:

MENDOZA, 2 de mayo de 2.017.


Y VISTOS:

Por lo que resulta del acuerdo precedente, este Tribunal,

RESUELVE:

I.- Rechazar el recurso de apelación interpuesto por la par-


te demandada y “BOSTON COMPAÑÍA ARGENTINA DE SEGUROS
S.A.” contra la sentencia dictada a fs. 181/187.

II.- Imponer las costas de la alzada a la parte recurrente


(art. 36 C.P.C.).

III.- Regular los honorarios de los Drs. Lucas M. Carosio


Dell�'Agnolo, Juan M. Carosio Dell�'Agnolo, Daniel A. Bertone y José
Pablo Miranda en las sumas de pesos dos mil dieciséis ($ 2.016.-), seis mil
setecientos veinte ($ 2.720.-), dos mil ochocientos ochenta ($ 2.880.-) y
nueve mil seiscientos ($ 9.600.-), respectivamente (arts. 2,3,4,15 y 31 L.A.).

NOTIFÍQUESE Y BJAEN.-

Dr. Adolfo RODRÍGUEZ SÁA Dra. Beatriz MOUREU

JUEZ DE CÁMARA JUEZ DE CÁMARA

Dr Oscar Alberto MARTÍNEZ FERREYERA

JUEZ DE CÁMARA
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