Marco Teórico de Cáncer de Mama
Marco Teórico de Cáncer de Mama
Marco Teórico de Cáncer de Mama
Matrícula: 201405993
Materia: Sexología
Cuatrimestre: 8
Grupo: B
´´Marco teórico´´
Fecha de entrega:
08/02/2024
Antecedentes
Primeros indicios
Tuvieron que pasar más de 2000 años para que surgieran nuevas creencias
acerca de esta enfermedad, cuando Hipócrates (460-370 a.C.) formuló su teoría
de los cuatro humores, en la cual postuló que los seres vivos están formados por
sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema, y aseguró que la salud dependía del
equilibrio de estos cuatro componentes. A su vez, creía que el aumento de la bilis
negra era la causa de los tumores mamarios y de no ser tratada podría haber una
ruptura del tumor, lo cual liberaría la bilis al resto del cuerpo.
Durante el siglo XVIII, varios científicos postularon otras teorías sobre el origen del
cáncer de mama. El cirujano y anatomista inglés John Hunter (1728-1793) sugirió
que el cáncer de mama se originaba debido a la coagulación defectuosa en los
vasos linfáticos; además, propuso una nueva cirugía en la cual se debía extraer el
tumor junto con la diseminación linfática. El italiano revolucionario de la anatomía
patológica Giovanni Battista Morgagni (1682-1771), uno de los primeros en
realizar una autopsia, planteó que la leche cuajada era la causa de la enfermedad;
entretanto, el médico holandés Johannes de Gorter (1689-1762) la describió como
una inflamación con gran contenido de pus. El cirujano francés Claude-Nicolas Le
Cat (1700-1768) atribuyó a los desórdenes mentales, principalmente los
relacionados con la depresión, la causa del desarrollo del cáncer de mama.
Finalmente, otra explicación surgida en ese mismo siglo y con una aproximación
mayor a lo que en la actualidad se conoce, fue la propuesta por el médico francés
Henri Le Dran (1685-1770), quien en 1757 postuló el cáncer como una
enfermedad local que avanza en estadios y no de manera sistémica, como hasta
entonces se creía; adicionalmente, propuso que el tumor mamario debería ser
removido antes de su propagación hacia los nódulos linfáticos axilares.
Fue el año de 1882 el que marcó el rumbo en el tratamiento del cáncer de mama,
con la introducción de la mastectomía radical por el cirujano estadounidense
William Halsted (1852-1922), ya que en su llamada teoría Virchow-Halsted postuló
al cáncer como una enfermedad local, la cual hace metástasis a otros sitios
conforme progresa. Más tarde, en 1894 Halsted publicó los resultados de las
cirugías con las que fueron tratadas 50 pacientes con cáncer de mama, con lo que
concluyó que solo tres pacientes tuvieron recurrencia local, resultados excelentes
al compararlos con los obtenidos por otros médicos, como Bergmann, Billroth,
Czerny, Fischer Gussenbauer, entre otros, quienes reportaron recurrencias de
más de 60% en las pacientes tratadas con las técnicas convencionales.
En 1896, The British Gynacological Society llevó a cabo, su reunión anual, en la
que discutieron y expusieron los nuevos conocimientos obtenidos por medio de la
clínica. Fue ahí donde el médico inglés George Thomas Beatson (1848-1933)
declaró que tras realizar ooforectomía (extirpación de los ovarios) a pacientes con
tumores mamarios, observó una ligera disminución del tamaño de los tumores,
con lo que concluyó que la secreción interna de los ovarios estaba implicada en el
desarrollo del tumor mamario. Por esa razón, es considerado el padre de la terapia
antihormonal. Durante ese mismo año una innovación en Alemania, que sería de
gran utilidad, fue descrita por el profesor en física e ingeniero mecánico Wilhelm
Conrad Röntgen (1845-1923): los rayos X. Gracias a este descubrimiento, el
cirujano alemán Albert Salomon (1883-1976) publicó en 1913 sus resultados de
3000 mastectomías en las cuáles encontró microcalcificaciones en imágenes de
rayos X tomadas de muestras de tumor. Con ello pudo describir las diferencias en
imagen de un tejido sano y uno con cáncer.
Un hecho histórico muy importante en la década de los sesenta fue realizado por
el doctor en química orgánica Elwood Vernon Jensen (1920-2012), quien, junto
con sus colaboradores, describió el receptor de estrógenos y subsecuentemente
descubrió la superfamilia de receptores nucleares de hormonas. Mientras tanto, el
mercado de anticonceptivos ya estaba establecido y los intentos de sintetizar
compuestos no esteroideos antiestrógenos como anticonceptivos llevó a que el
grupo de investigación de ICI Pharmaceuticals, ahora AstraZeneca, identificara el
compuesto químico ICI 46,474, un isómero trans de trifeniletileno llamado
tamoxifeno. Al hacer las pruebas del tamoxifeno en ratones, este se comportaba
como un estrógeno; sin embargo, en ratas no se veía el mismo efecto, hecho que
ocasionó incertidumbre acerca de su efecto sobre los humanos. Es por ello que en
1972 se probó este compuesto en diversas aplicaciones que iban desde el
tratamiento del cáncer de mama, hasta la inducción de la ovulación; sin embargo,
tuvieron que pasar cinco años más para que la Food and Drug Administration
(FDA) lo aprobara como tratamiento contra el cáncer de mama metastásico en los
casos de tumores positivos a receptor de estrógeno (RE).
Hasta este punto, el tratamiento que se les daba a las pacientes con cáncer de
mama era aún la mastectomía radical, a pesar de existir otras alternativas, razón
por la cual en la década de los setenta comenzó un estallido social que marcaría
el rumbo en la toma de decisiones por parte de las pacientes. Primeramente, en
1971 se publicó el libro Women and their bodies de la organización feminista
Boston Women’s Health Collective. El objetivo del libro y la organización fue y ha
sido difundir información con fundamentos científicos, así como experiencias
personales, a fin de ofrecer un panorama más amplio que ayude a las mujeres en
la toma de decisiones acerca de su salud, reproducción y sexualidad. El libro tuvo
tanto éxito que para 1971 había llegado a Europa, donde la New England Free
Press lo publicó en Inglaterra con el nombre Our bodies, Ourselves y vendió 250
000 copias. A partir de esa corriente feminista, en 1974 la periodista y activista
americana Rose Kushner, quien había sido diagnosticada con un tumor canceroso
en la mama (y había evadido la mastectomía radical gracias al médico Ling Yuan
“Thomas” Dao [1921-2009] que utilizaba una mastectomía modificada), comenzó a
escribir críticas al método denominado 1step (mastectomía radical), en el que
advertía que las mujeres deberían tener el derecho a elegir el procedimiento
2step, en el cual, después del análisis de la biopsia, una cirugía se realizaría
posteriormente solo si fuera necesaria. Gracias a todos los movimientos sociales,
en 1979, el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH, del inglés
National Institutes of Health) concluyó que la mastectomía radical no sería la única
opción para el tratamiento del cáncer de mama; de esa manera, propuso la
mastectomía total y la mastectomía segmental con o sin radioterapia.
En nuestro país, la primera decisión que marcó el rumbo de la historia del cáncer
de mama en México fue el decreto emitido en 1946 por el entonces presidente de
la República Mexicana, Manuel Ávila Camacho, con el cual nació el Instituto
Nacional de Cancerología en lo que actualmente es el Hospital de la Mujer en la
Ciudad de México.
Como se ha descrito con anterioridad, en el ámbito mundial nacieron asociaciones
no gubernamentales para la lucha contra el cáncer de mama, cuestión que
ocurriría de igual manera en México. En 1972 fue fundada la Asociación Mexicana
de Lucha contra el Cáncer como una asociación civil, cuyo propósito era colaborar
y generar programas de prevención y atención del cáncer. El primer registro del
cáncer en nuestro país fue llevado a cabo por el Hospital de Oncología del
Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el cual tuvo una duración de menos
de un lustro, debido a la desaparición del Departamento de Investigación en Salud
Pública del mismo hospital. Sin embargo, en 1982, la Secretaría de Salud creó el
Registro Nacional del Cáncer (RNC) en la Dirección General de Epidemiología,
con el cual se buscaba la elaboración de normas, la recolección de datos y
asesorías a instituciones para obtener un buen registro epidemiológico.
En esa época, nacería también otra importante asociación mexicana, Grupo Reto,
fundado en 1983 por Cecilia Vildósola de Sepúlveda, con el propósito de crear
conciencia de autoexploración para la detección oportuna del cáncer de mama.
Esta asociación ha establecido lazos de trabajo con el Instituto Nacional de
Cancerología, el Hospital General, el Instituto Nacional de Perinatología, entre
otros. Bastaron 10 años más para que en 1993, el Banco Mundial elaborara su
informe “Invertir en Salud”, con el cual surgieron nuevas organizaciones no
gubernamentales, entre las que podemos encontrar al Instituto Carso para la
Salud y la Fundación de Cáncer de Mama en México (FUCAM).
Fue en 2006 que las investigaciones y los esfuerzos para prevenir y combatir el
cáncer de mama se incrementaron en nuestro país, año en el cuál se publicó que
la mortalidad causada por esta enfermedad se había posicionado en primer lugar,
por encima del cáncer cervicouterino. Desde entonces y hasta la fecha este tipo
de cáncer ocupa el primer lugar en materia de mortalidad a nivel nacional.
Actualmente la Secretaría de Salud le ha dado un nuevo comienzo al Registro
Nacional de Cáncer cuya creación fue publicada en el Diario Oficial de la
Federación (DOF) el 22 de junio de 2017, el cual servirá como herramienta para
conocer la situación actual de la patología, el número de enfermos y el impacto de
las acciones que el sector salud realiza para combatirla.
Tanto el LCIS (carcinoma lobulillar in situ) como el DCIS (carcinoma ductal in situ)
pueden ser difíciles de distinguir de la hiperplasia atípica o de los cánceres con
invasión temprana. En todos los casos se requiere la valoración experta por
anatomopatólogos. La mamografía bilateral se realiza para determinar la extensión
del cáncer in situ y para excluir un segundo cáncer. Debido a que el LCIS se
considera un marcador de mayor riesgo en lugar de un precursor inevitable de la
enfermedad invasiva, las opciones de tratamiento actuales para el LCIS incluyen
la observación, la quimioprevención y la mastectomía total bilateral.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que estos pacientes tienen un mayor riesgo
de metástasis a distancia, que a menudo se destaca por la evidencia radiológica
cuando se realiza la estadificación por la PET o la CT y se realizan exploraciones
óseas. Por tanto, el paradigma para los cánceres detectados con pesquizajes
pequeños donde se puede esperar una curación >90% de los pacientes, a
menudo sólo con tratamiento local, no es apropiado para pacientes con
enfermedad localmente avanzada.
Los tratamientos endocrinos se asocian con una toxicidad mínima son preferibles
a la quimioterapia citotóxica en la enfermedad con ER positivo. Los candidatos
apropiados para el tratamiento endocrino inicial incluyen mujeres con cánceres
con receptores hormonales positivos que no tienen inmediatamente una
enfermedad potencialmente mortal (o “crisis visceral”). Esto incluye no sólo a las
mujeres con metástasis óseas o de tejidos blandos, sino también a las mujeres
con metástasis viscerales limitadas.
Recurrencia local-regional
La biopsia por escisión implica la extirpación completa de una lesión mamaria con
un margen de tejido mamario de apariencia normal, es importante considerar las
opciones para el tratamiento local (lumpectomía frente a mastectomía con o sin
reconstrucción) y la necesidad de una valoración ganglionar con la disección del
SLN. La biopsia por punción es el método de diagnóstico preferido, y la biopsia por
escisión debe reservarse para aquellos casos en que los resultados de la biopsia
por aguja son discordantes con los resultados de la imagen o el examen clínico.
En general, las incisiones circunareolares se pueden utilizar para acceder a las
lesiones que son subareolares o que se encuentran a una corta distancia del
complejo pezón-areola. En otras partes de la mama, se pueden colocar incisiones
a lo largo de las líneas de tensión en la piel que generalmente son concéntricas
con el complejo pezón-areola. En la mitad inferior de la mama, el uso de incisiones
radiales generalmente proporciona el mejor resultado.
La biopsia por escisión con aguja o localización radioguiada con semillas requiere
una visita preoperatoria a la sala de mamografía para colocar un cable de
localización o una semilla radiactiva o magnética que puede detectarse
intraoperatoriamente con una sonda de mano. La lesión también puede ser
dirigida por ecografía en el conjunto de imágenes o en la sala de operaciones. La
lesión a extirpar se localiza con precisión mediante una mamografía, y la punta de
un gancho de alambre delgado o una semilla radiactiva se coloca cerca de la
lesión. Utilizando el gancho de alambre como guía, o la detección de la semilla
con una sonda de mano, el cirujano posteriormente extrae la lesión mamaria
sospechosa mientras extrae un margen de tejido mamario de apariencia normal.
Antes de que el paciente abandone el quirófano, se realiza una radiografía de la
muestra para confirmar la extirpación completa de la lesión sospechosa.
La disección del ganglio linfático centinela (SLN, sentinel lymph node) se usa
principalmente para evaluar los ganglios linfáticos regionales en las mujeres con
cáncer de mama inicial quienes tienen clínicamente ganglios negativos, lo que se
realiza mediante la exploración física y los estudios de imágenes. Este método
también es preciso en mujeres con tumores más grandes (T3 N0), pero casi 75%
de estas mujeres demostrará tener metástasis en los ganglios linfáticos axilares en
el examen histológico, y siempre que sea posible, es mejor identificarlos antes de
la operación ya que esto permitirá un procedimiento definitivo para la enfermedad
axilar conocida. También se ha informado que la disección del SLN es precisa
para la estadificación de la axila después de la quimioterapia en mujeres con
enfermedad clínicamente negativa de los ganglios en la presentación inicial.
Conservación de la mama
La conservación de la mama implica la resección del cáncer de mama primario
con un margen de tejido mamario de apariencia normal, la radioterapia
complementaria y la valoración del estado de los ganglios linfáticos regionales. La
resección del cáncer de mama primario se denomina
alternativamente mastectomía segmentaria, lumpectomía, mastectomía
parcial, escisión local amplia y tilectomía. Para muchas mujeres con cáncer de
mama en estadio I o II, el tratamiento de conservación de la mama (BCT, breast-
conserving therapy) es preferible a la mastectomía total porque la BCT produce
tasas de supervivencia equivalentes a las de la mastectomía total mientras se
preserva la mama.
Una mastectomía para preservar la piel elimina todo el tejido mamario, el complejo
de pezón-areola y las cicatrices de cualquier procedimiento de biopsia
anterior. Existe una tasa de recurrencia de menos de 6 a 8%, comparable a las
tasas de recurrencia a largo plazo informadas con la mastectomía estándar,
cuando se usa mastectomía para preservar la piel en pacientes con cánceres de
Tis a T3.
Una mastectomía total (simple) sin pérdida de piel elimina todo el tejido mamario,
el complejo de pezón-areola y la piel. Una mastectomía simple extendida extirpa
todo el tejido mamario, el complejo pezón-areola, la piel y los ganglios linfáticos
axilares de nivel I. Una mastectomía radical modificada (“Patey”) extrae todo el
tejido mamario, el complejo pezón-areola, la piel y los ganglios linfáticos axilares
de los niveles I, II y III; el pectoral menor que fue dividido y removido por Patey se
puede dividir simplemente, lo que brinda un mejor acceso a los ganglios del nivel
III y luego se deja in situ, o en ocasiones se puede realizar la eliminación axilar sin
dividir el pectoral menor. La mastectomía radical de Halsted extrae todo el tejido
mamario y la piel, el complejo pezón-areola, el músculo pectoral mayor y pectoral
menor, y los niveles linfáticos axilares de los niveles I, II y III. El uso de la
quimioterapia sistémica y el tratamiento hormonal, así como la radioterapia
adyuvante para el cáncer de mama casi han eliminado la necesidad de la
mastectomía radical.
Tratamiento no quirúrgico
Radioterapia
La radioterapia se usa para todas las etapas del cáncer de mama dependiendo de
si el paciente se está sometiendo a BCT o a la mastectomía.
Las mujeres tratadas con mastectomía que tienen cáncer en los márgenes
quirúrgicos tienen un riesgo suficientemente alto de recurrencia local para justificar
el uso de la radioterapia adyuvante en la pared torácica después de la operación.
Las mujeres con enfermedad metastásica que involucra cuatro o más ganglios
linfáticos axilares y las mujeres premenopaúsicas con enfermedad metastásica
que involucra de uno a tres ganglios linfáticos también tienen un mayor riesgo de
recurrencia y son candidatas para el uso de la radioterapia de la pared torácica y
los ganglios linfáticos supraclaviculares. En el cáncer de mama local-regional
avanzado (estadio IIIA o IIIB), las mujeres tienen un alto riesgo de enfermedad
recurrente después del tratamiento quirúrgico, y la radioterapia adyuvante se usa
para reducir el riesgo de recurrencia. Las recomendaciones actuales para los
estadios IIIA y IIIB del cáncer de mama son a) radioterapia adyuvante de la mama
y los ganglios linfáticos supraclaviculares después de la quimioterapia
neoadyuvante y la mastectomía segmentaria con o sin disección de los ganglios
linfáticos axilares; b) radioterapia adyuvante a la pared torácica y los ganglios
linfáticos supraclaviculares después de quimioterapia neoadyuvante y la
mastectomía con o sin disección de ganglios linfáticos axilares, y c) radioterapia
adyuvante a la pared torácica y los ganglios linfáticos supraclaviculares después
de la mastectomía o la mastectomía segmentaria con disección de los ganglios
linfáticos axilares y quimioterapia adyuvante.
Quimioterapia adyuvante
Quimioterapia
La quimioterapia adyuvante tiene un beneficio mínimo para las mujeres con los
ganglios negativos y cánceres ≤0.5 cm de tamaño y no se recomienda. Las
mujeres con los ganglios negativos y cánceres de 0.6 a 1 cm se dividen en
aquellas con un riesgo bajo de recurrencia y aquellas con características de
pronóstico desfavorables que auguran un mayor riesgo de recurrencia y una
necesidad de quimioterapia adyuvante. Los factores pronósticos adversos incluyen
la invasión de vasos sanguíneos o vasos linfáticos, alto grado nuclear, alto grado
histológico, sobreexpresión de HER2/neu y estado negativo de los receptores
hormonales, debe considerarse para pacientes con los ganglios linfáticos
positivos, la enfermedad HER2 positiva, Adjuvant! On line con mortalidad superior
a 10%, tumores negativos de ganglios linfáticos de grado 3 >5 mm, tumores triple
negativos, invasión linfovascular o riesgo de recaída distante estimado de más de
15% a los 10 años según la puntuación de recurrencia de 21 genes. La
quimioterapia adyuvante es recomendada por las normas de la NCCN para
mujeres con estas características de pronóstico desfavorable.
Tomado de Parker et al, 2024
Para las mujeres con cánceres de receptores hormonales negativos que son >1
cm de tamaño, la quimioterapia adyuvante es apropiada. Sin embargo, las mujeres
con cánceres positivos para receptores hormonales con ganglios negativos y
tumores T1, son candidatas al tratamiento con antiestrógenos con o sin
quimioterapia. La valoración del riesgo general mediante el uso de los factores
pronósticos conocidos o las pruebas adicionales, como el ensayo de puntuación
de recurrencia de 21 genes, puede ayudar a orientar la toma de decisiones con
respecto a la quimioterapia en pacientes con los ganglios negativos, cáncer de
mama ER positivo. Para los cánceres de tipo especial (tubulares, mucinosos,
medulares, etc.), que suelen ser muy positivos para el receptor de estrógeno, se
debe recomendar un tratamiento con antiestrógeno adyuvante para los cánceres
>1 cm. Para las mujeres con tumores con los ganglios positivos o con un cáncer
de tipo especial que es >3 cm, el uso de la quimioterapia es apropiado; aquellos
con tumores con receptores hormonales positivos deben recibir tratamiento
antiestrógeno.
Tratamiento antiestrogénico
Tamoxifeno
Dentro del citosol de las células del cáncer de mama existen proteínas específicas
(receptores) que se unen y transfieren residuos de esteroides al núcleo celular
para ejercer efectos hormonales específicos. Los receptores hormonales más
estudiados son el receptor de estrógeno y el receptor de progesterona. Los
receptores hormonales son detectables en >90% de los cánceres invasivos
lobulares y ductales bien diferenciados. Aunque el estado del receptor puede
seguir siendo el mismo entre el cáncer primario y la enfermedad metastásica en el
mismo paciente en la mayoría de los casos, hay casos en que el estado cambia en
el enfoque metastásico; por tanto, debe considerarse la biopsia de la enfermedad
metastásica recién diagnosticada para evaluar el receptor de hormonas y el
estado de HER2.
El tratamiento con tamoxifeno también se considera para las mujeres con DCIS
que presentan ER-positivo. Los objetivos de dicho tratamiento son disminuir el
riesgo de recurrencia ipsolateral después del tratamiento de conservación de la
mama para el DCIS y disminuir el riesgo de un cáncer de mama primario invasivo
o un evento de cáncer de mama contralateral. En consecuencia, el tamoxifeno no
se recomienda para pacientes que han tenido mastectomías bilaterales con DCIS
ER positivo. Con el uso de los inhibidores de la aromatasa en mujeres
posmenopáusicas, el uso del tamoxifeno adyuvante se ha limitado cada vez más a
las mujeres premenopáusicas.
Inhibidores de la aromatasa
Tratamiento anti-HER2
Ahora se recomienda la determinación de la expresión de HER-2 tumoral o la
amplificación génica para todos los pacientes recién diagnosticados con cáncer de
mama. Se utiliza para ayudar en la selección de la quimioterapia adyuvante en
pacientes con ganglios negativos y con ganglios positivos. El trastuzumab se
aprobó inicialmente para el tratamiento del cáncer de mama HER2/neu positivo en
pacientes con la enfermedad metastásica.
Tratamiento psicológico
Se puede decir que en esta etapa la energía está centrada en elegir y llevar a
cabo las maniobras estratégicas requeridas para continuar haciendo frente al
cáncer. El inicio del duelo se presenta ante la pérdida real de algún segmento
corporal, o bien, cuando se alcanza a detectar de manera más objetiva el deterioro
físico, el cual se relaciona con la pérdida de salud.
Aquí se hace una revisión de la biografía del paciente y se crea un álbum que
contiene: momentos importantes, reflexiones, metas y unas palabras escritas para
un familiar, se trabaja el sufrimiento psíquico por lo cual se recomienda la técnica
de reducción de estrés basado en Mindfulness. Esta estrategia ayuda a aceptar
los síntomas, incrementar la capacidad reflexiva, así como mejora la libertad de
los pacientes. La práctica del mindfulness potencia cambios en el comportamiento.
Como allí donde estaba el pecho pasa a haber una cicatriz, el cambio que se
produce es muy importante. Y necesita tiempo para hacerse a la idea. Es probable
que piense que ha perdido su atractivo y que la pareja la rechazará. Pero la
mayoría de veces la pareja está muy dispuesta a ayudar y aceptar el cambio. Sin
embargo, puede tener miedo a decir o hacer algo inadecuado y por ello actúa con
cautela. A medida que ella misma vayas asumiendo el cambio, su pareja también
lo hará. De todas formas, la recuperación del bienestar es, en primer lugar, para
ella. El objetivo es que se vea bien, antes de tener una buena imagen de cara a
los demás.
Lo primero que hay que saber sobre cómo afrontar una mastectomía, es que cada
mujer lo hace a su ritmo. Las reacciones emocionales más frecuentes son la rabia,
la tristeza, el miedo y el asco. Son reacciones totalmente normales y es bueno que
se dé permiso para experimentarlas. Cabe mencionar que no hay que casarse con
el concepto de que solo les pasa a mujeres, pues también los hombres se ven
afectados con esta enfermedad y pueden surgir los mismos miedos e
inseguridades.
El primer día, ponerse vestida delante del espejo y quedarte unos minutos.
Sola (sin nadie que la acompañe).
Pasados unos meses se puede hacer una reconstrucción mamaria con una
prótesis. Esto permite recuperar la forma original del pecho.
Con micropigmentación (un procedimiento similar al tatuaje) se puede recuperar el
pezón y la aréola, con un aspecto sorprendentemente real. Estas
intervenciones no son de cirugía estética entendida como un aumento de pecho o
una “mejora” del cuerpo. Son una recuperación del cuerpo tal como estaba antes
de la mastectomía.
Tratamiento nutricional
Alimentación
Llevar una alimentación sana y equilibrada no solo ayuda a perder peso a las
mujeres con cáncer de mama, sino que aporta un elemento esencial en la
prevención de numerosas enfermedades incluido diversos tipos de cáncer y la
recaída de la propia enfermedad. La dieta debe ser equilibrada en las pacientes
con cáncer de mama. Es decir, 55-65% de los alimentos deben ser carbohidratos,
el 15% proteínas y un 30% grasas, (< 1% grasas trans).
Ejercicio
Pre Operatorio
Post Operatorio
C. Parker C, & Damodaran S, & Bland K.I., & Hunt K.K. Mamas. Brunicardi F, &
Andersen D.K., & Billiar T.R., & Dunn D.L., & Kao L.S., & Hunter J.G., &
Matthews J.B., & Pollock R.E.(Eds.), [publicationyear2] Schwartz. Principios
de Cirugía, 11e. McGraw-Hill
Education. https://accessmedicina.bibliotecabuap.elogim.com/content.aspx?
bookid=2958§ionid=249859282