MJ Ensayo

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“El dilema de la historia”

Me surge una interrogante después de haber leído a François Hartog, F.R Ankersmit y
Johannes Rohbeck, ya que estos tres autores tienen distintas perspectivas acerca de la
filosofía de la historia. Primeramente, hay que indagar lo que nos dice acerca de esta, para
así poder comprender mejor a los autores, se sostiene que tiene una raíz especulativa, lo que
significa que su finalidad es la verdad y el sentido de la historia, se constituye que la
historia en si misma tiene una finalidad marcada, en otras palabras, se sugiere que hay una
razón detrás de esta, hay una búsqueda para saber si la humanidad progresa o se mantiene
estancada, se puede afirmar también que es especulativa porque esta toma a la historia
como un objeto, un ser que tiene existencia.
Por otra parte, está la filosofía de la historia alemana, la cual tiene su apogeo durante el
siglo XVIII- XIX-XX en la cual se nos dice que la historia nace con una nueva
temporalidad, por lo tanto no constituye la racionalidad del especulativo, en esta se
interrogan los procesos sociales, políticos y históricos, buscan el sentido de la historia y la
“naturaleza” de la historia, dicho de otras maneras busca el ser histórico; Se piensa a la
historia como un proceso que avanza de igual forma que la gente a su alrededor, de manera
lineal y que estamos inversos en ella, esta idea se forma y se fija en el pensamiento
europeo, se establece una reflexión que en cierta medida está ligada a la modernidad.
Podemos incidir en que la filosofía de la historia surge por la modernidad, hay un vínculo
establecido que reconoce el cambio y la transformación en esta misma, inventa o descubre
el concepto de futuro, se dice que es una secularización de la teología de la historia, el
problema siempre será la temporalidad.
En cuanto al autor Ankersmit, este en el libro “Historia y Tropología” nos presenta un
dilema para el futuro de la filosofía de la historia, se nos explica que hay dos posturas o
corrientes de cómo interpretar esta misma, las cuales no tienen mucho en común y se
oponen entre sí. Se nos muestra primeramente la filosofía de la historia epistemológica, la
cual tiene cuatro fuentes 1) del rechazo del historismo alemán, 2) del rechazo de las
filosofías de la historia especulativas, 3) del intento de ofrecer una reconstrucción
satisfactoria de la explicación histórica, con base en las premisas del modelo de ley
aclaratorio (MLA), y 4) de distintas formas de la hermenéutica collingwoodiana. Se nos
aclara que ni la primera ni la segunda satisfacía las necesidades epistemológicas, por lo que
se centraron en las dos últimas; El autor no dice que hay una conflicto entre estas dos por
parte de los seguidores de estas teorías, pero lo que no se dan cuenta es que ambas tienen
demasiado en común, luego de múltiples demostraciones de ambas partes para saber quién
tiene el mejor argumento, nos damos cuenta que lo propios adeptos al MLA se dan cuenta o
reconocen que llevado a la práctica histórica real esta no cumple con los requerimientos
mínimos. No obstante, cuando muere Collingwood, se cambia al termino “hermenéutica
analítica” la cual fue sugerida por F. Olafson, a pesar de que se cambió el termino sigue
habiendo esta disyuntiva entre el MLA y la hermenéutica analítica, aunque ambas de
maneras que no entendemos se necesitan entre sí; El autor nos dice que el MLA fracasó
porque la realidad histórica resultó demasiado compleja, y la hermenéutica analítica fracasó
por su incapacidad de dar cuenta de las complejidades del lenguaje de historiador.
Viendo por otro lado, la segunda corriente es la filosofía de la historia narrativista, es
tomada como la nueva filosofía de la historia, lo curioso es que se pone ojo en el resultado
que puede traer la investigación histórica. Este enfoque cambia al tomar estas narraciones
como objetos que se dejan analizar en vez de ser instrumentos neutrales que poseen el saber
del pasado. Gracias a esto se cobra más importancia a los mecanismos de creación de las
narraciones, las diferentes combinaciones que se pueden unir entre sí, las relaciones entre
narrativas, el cómo se minimiza al narrador y al público el cual va dirigido. Al cuestionar el
valor representativo de las narraciones históricas lo que aparece en el centro de la escena
como elemento digno de evaluar y analizar es la estrategia retórica. Así, frente a la
situación usual de enfrentarse narraciones alternativas sobre el mismo suceso, el debate se
saldará en términos retóricos ligados a la persuasión, más que por considerar a alguna de
ellas como una “buena” representación de lo que ocurrió. Lo que por fin aparece como la
problemática crecidamente trascendental planteada por esta corriente es la disputa de la
significación de representación histórica, debe ponerse en disputa el vínculo con el
concepto de representación, el cual puede ser rastreado en otras ciencias además de la
filosofía.
Ankersmit da su punto de vista al final del capítulo sobre estas corrientes de cómo
interpretar la filosofía de la historia, nos señala los pros y contras argumentándose a base
de escritores famosos; para después dejarnos con una interrogante acerca de cuál corriente
filosófica estamos dispuestos a ocupar, seremos capaces de dejar la tradición
epistemológica clásica y nos conformaremos con lo ya sabido, o tendremos el valor de
cambiar para entender de mejor manera el pasado y ver más allá de la historiografía para
volvernos narrativitas.
No obstante Hartog, en el tercer capítulo del libro “Del lado de los escritores: los tiempos
de la novela”. El cual es más contemporáneo y actual, pone en el centro la discusión del
agotamiento de un régimen de temporalidad ligado con la historia, la idea de que la historia
como concepto universal es básicamente la invención moderna, es un concepto futurista, se
hace el cuestionamiento si es el gran siglo de la historia o de la novela, los compara y busca
la relación que hay entre estas, lo cual nos sitúa en la historicidad. Comienza con Honore de
Balzac a Jean-Paul Sartre, nuestro escritor intenta dar a entender que la literatura mantiene
un lazo de "afición y resentimiento" con el régimen de temporalidad actual de historicidad
por lo cual propone llamarlo presentista: donde le futuro como condicionalidad no existe, si
no es una idea extendida del presente, el futuro es colonizado por el presente, es una idea de
futuro. Afición, ya que todo comienza a partir de la nueva temporalidad moderna (aquella
que separa probabilidad de expectativas y probabilidad de retraso en una convicción en el
avance y en la historia como motor del cambio) y resentimiento, puesto que la novela se
interesa, a la vez, en las "fallas" del régimen actual, en sus defectos. Honoré de Balzac
representa el inicio de la novela cuenta lo apresurado de la historia. Luego nuestro autor
ejemplifica su reflexión con más novelistas, tales como François-René de Chateaubriand,
León Tolstoi, Robert Musil y algunos de nuestros contemporáneos Winfried Sebald,
Olivier Rolin y Cormac McCarthy le siguen para desplegar los argumentos, a intuir, que los
escritores fueron embargados por el período en el que se encuentran y se adueñaron de el
para buscar fallas o desacuerdos. Todo esto apunta a un vínculo entre modernidad y
filosofía de la historia, la tradición en lengua inglesa, es una tradición epistemológica, una
forma de conocimiento del pasado, se interroga por la posibilidad misma de este
conocimiento, se ve como una reflexión que piensa en la historia como saber, si es un saber
científico, se reconoce casi desde la tradición alemana.
Por otra parte, Rohbeck en el libro “Historicismo-Posthistoria, una propuesta de síntesis” se
plantea el problema que está viviendo la filosofía de la historia, se hace el cuestionamiento
si esta debería seguir existiendo, empieza a plantear las tres diferentes corrientes que
existen, las cuales tienen perspectivas distintas y no pueden compararse entre sí. El autor
afirma que la filosofía de la historia tiene la capacidad de poder llegar a ser un medio por el
cual se puede predecir los hechos mundiales con solo saber los sucesos actuales. El
Historicismo, rechazando el concepto de generalidad, se resigna a aseverar la
inconmensurabilidad de historias concretas. Tras lo sucedido de Hiroshima y Ausschwitz,
Adorno y Horkheimer se abren hacia una teleología negativa, según la cual la historia
habría alcanzado a su final, a la perspectiva de que el tan alabado progreso científico-
técnico actualmente no puede instituir sentido cualquiera para los seres humanos. Emerge,
justamente, la alarmante interrogación por la Posthistoria, intensificada por la paulatina
susceptibilidad en la concepción de un ilustre y honesto Adelanto. El literato del texto
pretende restablecer en este momento la Filosofía de la Historia, a excepción de renunciar a
los parciales hallazgos del Historicismo y de la Posthistoria. La más constante de sus
propuestas es, posiblemente, la que con más premura nos interpela actualmente: el apuro de
una Ética del futuro. Johannes Rohbeck es, en la al presente, uno de los más importantes
intelectuales en el argumento de esta indagación filosófica, en una era propensa al
presentismo, es referir, a la peligrosa sublimación de la memoria y al abandono imprudente
por lo que ha de aparecer.
Una vez dicho todo esto, podemos concluir que a pesar de que estos tres autores son
totalmente diferentes, los tres apuntan de cierta manera a los problemas ideológicos,
culturales o políticos, se interesan en la impronta de su época y de cierta manera en el
futuro, intentan dar con una sola interpretación que sea universal y aplicable para todos
pero esta siempre será subjetiva, se deben enfocar más allá de historia como maestro de la
vida, como algo que nos tiene que explicar el sentido de los acontecimientos, que nos tiene
que intentar descifrar el fin de algo o propósito, tal vez la preocupación tiene que apuntarse
en la memoria y como esta convive con el olvido, cuan necesario es esto en la sociedad de
hoy en día.

Bibliografía
1.- F. Hartog, Creer en la historia: cap. 3: “Del lado de los escritores: el tiempo de la
novela”.
2.- F. Ankersmit, Historia y tropología: cap. 2: “El dilema de la filosofía de la historia
anglosajona”.
3.- Johannes Robeck, Filosofía de la historia – historicismo – Posthistorie. Una propuesta
de síntesis.

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