7 La Naturaleza Humana

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LA NATURALEZA

HUMANA
Dios hizo al hombre y la mujer a su imagen, con individualidad propia, y con la
facultad y la libertad de pensar y obrar. Génesis 1:26-28, Aunque los creó como
seres libres, cada uno es una unidad indivisible de cuerpo, mente y espíritu, que
depende de Dios para la vida, el aliento y todo lo demás. Salmos 8:4-8, Cuando
nuestros primeros padres desobedecieron a Dios, negaron su dependencia de él y
cayeron de la elevada posición que ocupaban bajo el gobierno de Dios. La imagen
de Dios en ellos se desfiguró y quedaron sujetos a la muerte. Sus descendientes
participan de esta naturaleza caída y de sus consecuencias. Nacen con debilidades
y tendencias hacia el mal. Pero Dios, en Cristo, reconcilió al mundo consigo mismo
y, por medio de su Espíritu Santo, restaura en los mortales penitentes la imagen de
su Hacedor. Por fin, la escultura era perfecta, por dentro y por fuera. El mensaje de
Dios trajo ánimo porque anunció que, aunque Satanás había puesto a la humanidad
bajo su hechizo maligno, finalmente sería derrotado y se abriría una vía de escape
para todas las personas que eligieran ese camino a través de nuestro Salvador,
Jesucristo. Romanos 5:12-17

EL GRAN CONFLICTO
Toda la humanidad está ahora envuelta en un gran conflicto entre Cristo y Satanás
en cuanto al carácter de Dios, su ley y su soberanía sobre el universo. Este conflicto
se originó en el cielo cuando un ser creado, dotado de libre albedrío, se exaltó a sí
mismo y se convirtió en Satanás, el adversario de Dios, y condujo a la rebelión a una
parte de los ángeles, Apocalipsis 12:4-9. Satanás introdujo el espíritu de
rebelión en este mundo cuando indujo a Adán y a Eva a pecar, Génesis 3. El
pecado humano produjo como resultado la distorsión de la imagen de Dios en la
humanidad, el trastorno del mundo creado y, posteriormente, su completa
devastación en ocasión del diluvio universal . Observado por toda la creación, este
mundo se convirtió en el campo de batalla del conflicto universal, a cuyo término el
Dios de amor quedará finalmente vindicado. Para ayudar a su pueblo en este
conflicto, Cristo envía al Espíritu Santo y a los ángeles leales para que lo guíen, lo
protejan y lo sustenten en el camino de la salvación. 1 Corintios 4:9
LA VIDA, MUERTE Y
RESURRECCIÓN DE
CRISTO
Mediante la vida de Cristo, de perfecta obediencia a la voluntad de Dios, y en sus
sufrimientos, su muerte y su resurrección, Dios proveyó el único medio para expiar
el pecado humano, de manera que los que por fe aceptan esta expiación puedan
tener vida eterna, y toda la creación pueda comprender mejor el infinito y santo
amor del Creador, Juan 3:16. Esta expiación perfecta vindica la justicia de la ley
de Dios y la benignidad de su carácter; porque no solo condena nuestro pecado sino
también nos garantiza nuestro perdón. La muerte de Cristo es vicaria y expiatoria,
reconciliadora y transformadora. 2 Corintios 5:14 La resurrección de Cristo
proclama el triunfo de Dios sobre las fuerzas del mal, y asegura la victoria final
sobre el pecado y la muerte a los que aceptan la expiación. Jesús estuvo dispuesto a
ser nuestro sustituto, sufriendo la condenación que debería haber sido nuestra para
que pudiéramos ser liberados del pecado y vivir para siempre con Él. Filipenses
2:6-11. Declara el señorío de Jesucristo, ante quien se doblará toda rodilla en el
cielo y en la tierra.

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