El Frente Occidental
El Frente Occidental
El Frente Occidental
En el Frente Occidental tuvieron lugar algunas de las batallas más sangrientas de la Primera Guerra
Mundial. Entre los meses de febrero y julio de 1915, los alemanes intentaron romper sin éxito las
lineas defensivas en Verdún, donde se enfrentaron dos millones de soldados y donde hubo
alrededor de un millón de bajas. El río Somme también fue testigo de otra sangrienta batalla. Aquí,
la ofensiva del Ejército británico costaría la vida a 420.000 soldados; de estos, 20.000 murieron
solo el primer día.
Asimismo, en la segunda batalla de Ypres se empleó por primera vez gas venenoso, y en la tercera
batalla de Ypres o batalla de Passchendaele se estima que murieron 487.000 hombres. Todas estas
muertes que tuvieron lugar en el Frente Occidental fueron el resultado de ataques desesperados
por tomar una posición, mientras las ametralladoras y las alambradas de espino segaban
inmisericordes la vida de miles de soldados, muchos de ellos jóvenes que nunca habían empuñado
un fusil. En otros casos eran esa generación perdida de jóvenes conducidos a la muerte eran
abrasados en sus posiciones por los lanzallamas enemigos.
Habría que esperar hasta el año 1918 para que aquella situación de estancamiento empezara a
cambiar y para que los alemanes acabaran cediendo posiciones. Aunque el Frente Oriental
desapareció con la retirada rusa de la guerra tras la firma del Tratado de Brest-Litovsk, la entrada
de Estados Unidos acabó por desequilibrar la balanza. De hecho, el imparable avance de los
ejércitos de la Triple Entente durante la llamada Ofensiva de los Cien Días de 1918, una serie de
ataques que empezaron en la ciudad francesa de Amiens entre el 8 y el 12 de agosto de 1918,
obligó a los alemanes a retirarse a la línea Hindenburg (un vasto entramado de trincheras situadas
en el noreste de Francia).
Tras Amiens, la Entente lanzó una ofensiva en el canal de San Quintín, donde se quebraron las
defensas alemanas el 29 de septiembre de 1918. Aquella ofensiva, junto con la consiguiente
revolución que estalló en Alemania, provocaría el colapso del Ejército alemán, lo que acabó por
convencer al alto mando germano de que la guerra estaba definitivamente perdida. El Gobierno
alemán se rindió el 11 de noviembre de 1918 con la firma del armisticio de Compiègne.
ESTRATEGIA FRANCESA
La Batalla de Mulhouse fue una batalla de la Primera Guerra Mundial, enmarcada en el frente
occidental, desarrollada del 7 al 10 agosto de 1914, en la región de Alsacia, Francia, entonces en el
Imperio alemán. Fue la primera respuesta ofensiva francesa a la invasión alemana, tal como se
había previsto en el Plan XVII, que establecía la invasión de Lorena y Alsacia, para recuperar estas
provincias, que en otro tiempo fueron francesas. El ataque de varias divisiones del VII Cuerpo de
ejército francés logró la ocupación de Mulhouse el día 8, pero los alemanes la recuperaron el día
10.
Situación previa
El 4 agosto de 1914, el ejército alemán inició la guerra en el frente occidental, invadiendo Bélgica y
Luxemburgo, en dirección hacia París, de acuerdo con el Plan Schlieffen. La respuesta francesa,
para satisfacer a la opinión pública,1 pero además siguiendo lo establecido en el Plan XVII,
formulado por el estado mayor, fue la invasión de Alsacia y Lorena, para recuperar estas
provincias, perdidas en la guerra franco-prusiana de 1870-1871, y controlar sus importantes
instalaciones industriales, como paso previo a otras operaciones bélicas. Esta batalla fue la
primera operación ofensiva por iniciativa propia llevada a cabo por el ejército francés mediante
una invasión del territorio alemán, en el extremo mas septentrional de la frontera común, en la
Alta Alsacia.
Desarrollo
Esta ocupación inmediata de la segunda ciudad alsaciana en población, fue celebrada con gran
júbilo en París, sosteniendo la creencia -propia de los primeros momentos de la guerra, en ambos
bandos- de la superioridad sobre el enemigo.
Los planes franceses eran girar hacia el norte, por la margen izquierda del Rhin, hacia la ciudad de
Colmar, pero el día 9, el general alemán Josias von Heeringen recibió refuerzos de los XIV y XV
Cuerpos del 8º ejército, enviados desde Estrasburgo, y organizó un contraataque, que obligó a
Bonneau, falto de reservas, a solicitar refuerzos, y a preparar la retirada de Mulhouse. El general
Joffre, comandante en jefe del ejército francés, ordenó el envío de una división de reserva, que no
llegó a tiempo, por lo que la ciudad retornó a manos alemanas, mientras Bonneau retiró sus
fuerzas a Belfort, en el lado francés, para evitar verse cercado.
Después de las celebraciones por la ocupación, la retirada de Bonneau fue vista como una
humillación, por lo que Joffre lo relevó, atribuyéndole falta de agresividad.
El 19 de agosto, un nuevo ataque francés llegó a las puertas de Mulhouse, sin lograr éxito. Para
entonces los enfrentamientos en el escenario de Alsacia-Lorena se habían desplazado mas al
norte, en la linea Sarrebourg-Morhange, en la Batalla de Lorena, a la que siguieron, durante el mes
de agosto, otros mas, en el sur de Bélgica, que se agrupan bajo el nombre de Batallas de las
Fronteras.
Situación posterior
Todos estos intentos franceses de entrar en Alsacia y Lorena, e incluso más al norte, en Las
Ardenas, fueron rechazados, principalmente por el empleo de la artillería pesada, quedando la
ofensiva estabilizada sin que se produjeran cambios territoriales significativos, Mulhouse incluido;
tal como fue la tónica del frente occidental a partir de 1915. Además, ante el avance alemán en el
flanco norte, en donde desde Bélgica había logrado entrar en suelo francés, muchas de las tropas
fueron desplazadas al territorio invadido al noreste de París, quedando el frente en la zona de
Mulhouse, con pocas excepciones, como en el caso de Thann, como antes de la guerra.