Campos Mórficos
Campos Mórficos
Campos Mórficos
CAMPOS MÓRFICOS
Rupert Sheldrake y Jacobo Grinberg representan, entre otros, la punta de lanza que
expande conciencias en el devenir de nuestra inherente espiritualidad y su eterna
manifestación de expansión-contracción. Humanos antes que científicos desvanecen
delante de ellos la ignorancia en la que nos hemos mantenido a pesar del vacío creado
por la Religión Científica de nuestros días que continúa error tras error monopolizando
el saber y entender de una Humanidad sometida y esclava en aras del progreso y del
desarrollo de una ciencia sin conciencia sobre la verdadera esencia del llamado planeta
earth.
El biólogo Sheldrake lanzó una propuesta reflejada en su libro "Siete experimentos que
pueden cambiar el mundo" en el que incita a los curiosos a llevar a cabo una serie de
experimentos e investigar las fuerzas, campos que influyen sobre nosotros y sobre la
Naturaleza cuando llevamos a cabo experimentos en cualesquiera de las disciplinas del
saber humano, acuñando nuevos términos y conceptos como campo mórfico,
resonancia mórfica, que han dado nueva luz y perspectiva a la Biología, Psicología,
Sociología ...
El campo mórfico pretende definir la existencia de un patrón o estructura energética
que sería la que organiza la vida de los miembros de todas y cada una de las especies
existentes y que se encargaría de "informar" a las células sobre cómo deben
disponerse para formar al individuo de cada especie, determinando de manera sutil los
movimientos, tendencias y comportamientos de todos los ejemplares de la misma.
El campo mórfico nos se encontraría en los genes, sino que se "ubicaría" en el exterior
de cada individuo concreto. Sería el depositario de la información esencial que permite
que la vida se desarrolle. Según Sheldrake, en los campos mórficos residiría buena
parte de lo que actualmente llamamos instinto ( que suele ubicarse, sin prueba alguna,
en algún rincón del cerebro). También sería la fuente u origen de los sentimientos
religiosos o místicos. En suma, el campo mórfico no pertenecería al mundo físico, sino
que sería inmaterial y constituiría una especie de memoria colectiva.
Y la resonancia mórfica? Sería una vía mediante la cual el conocimiento se transmite
instantáneamente entre los miembros de una especie y ello independientemente del
espacio y del tiempo.
La respuesta- reacción de los científicos reduccionistas fue brutal y directa como es de
esperar cuando una bocanada fresca de conocimiento nuevo se hace sentir bajo las
anquilosadas posaderas de los gerifaltes y voceros de una gerontocracia que yace muy
cómoda y quiere impedir con todas sus fuerzas que sus viejos paradigmas sean
mínimamente modificados.
Sheldrake con sus trabajos está queriendo decirnos que no existen leyes inmutables,
solo existen hábitos y las llamadas constantes no serían mas que el reflejo temporal de
unos hábitos muy asentados pero que se pueden ver modificados. En otros términos
Sheldrake nos quiere decir que en la Naturaleza hay complejísimos sistemas en los que
el todo y las partes están en continúa relación buscando el equilibrio. Por eso, cuando
creemos que hemos encontrado una constante, en realidad se trata de la
manifestación de un momento de estabilidad.
Estudiosos y agudos observadores como nuestros científicos se han sumergido
previamente, décadas, en las enseñanzas mas antiguas de Oriente de la que extrajeron
la importancia que representaba para la consecución de sus objetivos la compresión y
conocimiento de la antes mencionada Geometría Sagrada, considerada ésta como la
estructura morfogénica que se encuentra tras la propia realidad y constituye el soporte
de las matemáticas.
La mayoría de los físicos y los matemáticos creen que los números constituyen el
primer lenguaje de la realidad, pero de hecho es la Forma la que genera todas las leyes
de la física.
Los campos morfogenéticos o campos mórficos llevan información, no energía, y son
utilizables a través del espacio y del tiempo sin perdida alguna de intensidad después
de haber sido creados. Son campos no físicos que ejercen influencia sobre sistemas
que presentan algún tipo de organización inherente.
"La teoría de la causación formativa se centra en cómo las cosas toman sus formas o
patrones de organización. Así que cubre la formación de galaxias, átomos, cristales,
moléculas, plantas, animales, células, sociedades. Cubre todas las cosas que tienen
formas, patrones o estructuras o propiedades auto-organizativas. Todas estas cosas se
organizan por sí mismas. Un átomo no tiene que ser creado por algún agente externo,
se organiza solo. Una molécula y un cristal no es organizado por los seres humanos
pieza por pieza sino que cristaliza espontáneamente. Los animales crecen
espontáneamente. Todas estas cosas son diferentes de las máquinas, que son
artificialmente ensambladas por seres humanos. Esta teoría trata sistemas naturales
auto-organizados y el origen de las formas. Y asume que la causa de las formas es la
influencia de campos organizativos, campos formativos, que llamo campos mórficos. El
rasgo principal es que la forma de las sociedades, ideas, cristales y moléculas
dependen de la manera en que tipos similares han sido organizados en el pasado. Hay
una especie de memoria integrada en los campos mórficos de cada cosa auto-
organizada. Concibo las regularidades de la naturaleza como hábitos más que cosas
gobernadas por leyes matemáticas eternas que existen de alguna forma fuera de la
naturaleza".
La teoría cuántica se puede relacionar con los campos mórficos precisamente por su
similar aspecto espacial que implica conexiones a distancia imposibles de explicar con
las leyes de la física tradicional.
El aspecto de la no localización de esta teoría en lo que se refiere a que las partes del
sistema cuántico alguna vez unidas conservan una conexión inmediata a distancia es
asombroso y a la vez contradictorio en relación con lo conocido; pudiéndose
representar en forma matemática como un campo de múltiples posibilidades.
Tal como sucede con los átomos y las moléculas, se puede inferir que así también
ocurre con los miembros de los mismos grupos sociales cuando se separan, que
conservan el mismo tipo de conexión.
La teoría del físico matemático David Bohm del orden implicado, que imagina un orden
replegado que subyace al orden explicitado en la naturaleza, también resulta
compatible con la idea de los campos mórficos.
Estas relaciones también han sido investigadas por los físicos cuánticos Amit Goswami,
norteamericano y por el alemán Hans-Peter Dürt.
La existencia de los campos mórficos se pueden probar más por sus efectos que en
forma directa y la mejor manera de comprenderlos es trabajando directamente con
grupos de organismos organizados.
Estas sociedades de individuos pueden transmitirse información a distancia sin estar
conectados por medios sensoriales conocidos.
Es difícil comprender por medios tradicionales cómo se comunican las bandadas de
pájaros para cambiar de dirección con rapidez y sin chocar unos con otros.
De la misma forma es difícil conocer la real naturaleza de los vínculos humanos, que se
llevan consigo a todos lados sus significados, presintiendo a distancia las emociones de
sus afectos.
Se puede inferir que los campos mórficos trascienden el cerebro y nos une a los
objetos que percibimos proporcionándonos la capacidad de afectarlos con nuestra
atención e intención.
De manera, que con sólo mirarlas podríamos influir en las cosas; y esto se puede
comprobar cuando nos damos cuenta que alguien nos está mirando desde atrás.
Siguiendo a Rupert Shaldrake, la resonancia mórfica en biología representa la
existencia de una memoria intrínseca en el comportamiento de los organismos.
A diferencia del instinto o morfogénesis, la resonancia mórfica evoluciona en
formacolectiva, observándose adaptaciones en gran escala en todo el mundo a
grandes distancias, haciéndose habitual.
Los caballos hace medio siglo solían lastimarse con los alambrados en los campos. En
ese tiempo toda la especie aprendió a evitar el alambre de púas. Y no solamente
reaccionan en forma diferente frente a este obstáculo sino que en general no
reaccionan como sus predecesores.
Lo mismo pasa con la juventud actual, no reaccionan como lo hacían sus ancestros,
aunque no difiera su educación.
El concepto de resonancia mórfica permite comprender mejor el aprendizaje humano,
incluyendo la adquisición del lenguaje.
Las observaciones realizadas por lingüistas como Noam Chomsky, han revelado que es
imposible explicar la rapidez y la creatividad en la adquisición del lenguaje solamente
en términos de imitación. Este proceso se hace evidente cuando vemos la evolución de
nuevos lenguajes que se desarrollan con suma rapidez.
Los niños suelen agregar complejidad gramatical en palabras simples llegando a
elaborar un nuevo tipo de lenguaje muy expresivo.
Si es cierto que la resonancia mórfica existe entonces el promedio de rendimiento en
los tests de inteligencia debería aumentar, no porque sean más inteligentes sino
porque les resultan más fáciles de resolver como resultado de la resonancia mórfica.
LOS CAMPOS MORFICOS ( RUPERT SHELDRAKE)
La base sobre la que se apoya las Constelaciones familiares son las “percepciones
representativas” . Estas se manifiestan en los representantes que el cliente ha
escogido para representar a él mismo y a otros miembros de la familia. No vamos
hablar de la realidad de ese fenómeno que solamente pueden ponerlo en duda
aquellos que no lo han vivido alegando criticas teóricas y dogmáticas. Vamos intentar
demostrar como los descubrimientos actuales en física quántica, en Neurobiología
Cerebral ,en Psicología y en la teoría de los campos mórficos puede ayudarnos a
explicar científicamente lo observado numerosas veces en las constelaciones
familiares. Los Campos Mórficos podemos entenderlos como estructuras inmateriales,
por lo tanto no perceptibles empíricamente, que se encuentran en la naturaleza y
representan un soporte para que la información fluya entre y por los organismos. El
investigador que propuso este concepto se llama Rupert Sheldrake, sin embargo, hoy
en día, ya existen muchas aproximaciones científicas que hablan sobre "Campos" de
influencia en la naturaleza (la Teoría Sistémica podría ser un ejemplo). Los campos
mórficos, como los campos conocidos de la física, son regiones materiales de influencia
que actúan a través del tiempo y del espacio. Se localizan tanto en los sistemas que
organizan como a su alrededor (…). Son patrones organizados de influencia
potenciales, y pueden volver a aparecer físicamente en otro tiempo y lugar, en el
momento y lugar en que las condiciones físicas sean adecuadas (…) contienen una
especie de memoria acumulativa y tienden a ser cada vez más habituales (Sheldrake).
De esta manera el autor nos sugiere que existe en la naturaleza una tendencia
(inteligente) a archivar la serie de acontecimientos que suceden y así influir en las
sucesiones futuras. Obviamente esta postura suscita muchas interrogantes. Una de
ellas sería, por ejemplo: ¿Cómo puede haber una transmisión de influencias del pasado
al presente, qué además burle las concepciones Newtonianas de tiempo y espacio?.
Ante preguntas como estas el autor tuvo que proporcionar un nuevo concepto, "la
Resonancia Mórfica", la cual definió como un proceso en el que el pasado se hacía
presente en los Campos Mórficos. Para clarificar un poco más el concepto se puede
decir que la "Resonancia Mórfica" es la propagación de la información que se
encuentra en los Campos de la naturaleza ya citados. Así, se conoce que el hábito o
repetición es fundamental para que este proceso ocurra. Al afirmar que los Campos
Mórficos poseen memoria también se hace énfasis en que esta es acumulativa,
entonces, cuando dicha repetición ha tenido lugar a escala astronómica a través de
miles de millones de años, como en el caso de muchos átomos, moléculas y cristales, la
naturaleza de tales objetos es tan habitual que resulta inmutable, o aparentemente
eterna. En resumidas cuentas, la repetición de un evento hace que se forme un Campo
Mórfico que es determinante para futuras apariciones del evento. Después de todo
este rollo, tal vez os preguntéis , y ¿qué tiene esto que ver con la Psicología?.y las
constelaciones familiares. A simple vista se podrían confundir los lazos existentes entre
estas teorías biológicas y las concepciones psicológicas. Sin embargo, agudizando en
detalle nuestra visión, nos percataremos que las repercusiones para la psicología de
teorías como la de los Campos Mórficos es asombrosa. La idea de los Campos Mórficos
permite rescatar todas aquellas concepciones holísticas de la Psicología que
pretendían que el ser humano además de ser un ente individual pertenece a una
colectividad que debe aceptar y conocer. En palabras de R. Sheldrake se leería así: «
Esta idea permite ver el funcionamiento de la memoria individual, la herencia de los
instintos, las capacidades de conducta como aspectos diferentes de un mismo
fenómeno. Todos dependen de resonancia mórfica, pero el funcionamiento de la
memoria individual es más específico que la herencia de instintos y conductas. La
memoria, las capacidades individuales de aprendizaje operan contra el fondo de una
memoria colectiva heredada por la resonancia mórfica de los miembros anteriores de
la especie. En el reino humano, un concepto de este tipo ya aparece en la teoría
junguiana del inconsciente colectivo como memoria colectiva heredada. La hipótesis
de la resonancia mórfica permite considerar el inconsciente colectivo no sólo como un
fenómeno humano sino como un aspecto de un proceso más general, en virtud del
cual los hábitos se heredan en todo el mundo natural (Sheldrake, 1994:129)” . Esta
teoría tiene una repercusión directa sobre la terapia psicológica, en especial la terapia
junguiana y aquellas otras que toman en cuenta la influencia de antepasados y otros
agentes en la psique individual. No obstante, nosotros, nos va a bastar (por el
momento) saber que cuando un suceso es repetido un gran número de veces se
formará en la naturaleza un patrón que posteriormente tenderá a repetirse o a
modificar eventos futuros parecidos. Obviamente no debemos perder de vista el hecho
de que "la mente individual" posee sus propias determinaciones (deseos, creencias,
valores, etc.) que harán que no siempre se lleve a último término un patrón
preestablecido en los campos mórficos. Idris Lahore llama a estos campos de fuerza
“makam” .Recordemos brevemente en que consiste la práctica metodológica de
Constelaciones Familiares: El cliente expone su problema al mediador o facilitador, que
decide cuales son las personas de su sistema familiar a constelar. No se puede
configurar todos los miembros de su sistema familiar, serian demasiado numerosos: se
trata solamente de configurar aquellos relacionados con el problema. El cliente escoge
entre los asistentes, representantes para los miembros de su sistema familiar y los
sitúa en un espacio determinado. Lo asombroso es que los representantes comienzan
a sentir sensaciones, emociones y pensamientos, hasta incluso la manera de hablar y
moverse, corresponde a la dinámica relacional y psicológica de las personas que
representan: miembros vivos o muertos del sistema familiar del cliente. Esos
representantes no conocen casi nada o nada de la vida de las personas que han
representado. A pesar de ello, las percepciones representativas de una manera
sorprendente, guían al mediador a encontrar una mejor solución al problema expuesto
por el cliente, no solo él se beneficia sino que todos los miembros de su sistema
familiar concernidos por ese problema . Es como si las personas consteladas en ese
nuevo sistema representativo, entraran en contacto o en resonancia del sistema
familiar del cliente a pesar del alejamiento espacio temporal. Aun recuerdo yo misma,
que me encontraba en casa con un fuerte dolor en mi brazo izquierdo. La radioterapia
me había despertado el horrible dolor que me había precedido a la intervención
quirúrgica, seis meses antes. Una amiga que se encontraba en aquel entonces a mil
kilómetros sin que yo supiera nada, ni ella estaba al corriente que yo estaba sufriendo,
propuso a Idris Lahore de hacer una constelación, ¿como es posible que a tanta
distancia mi representante Haya sentido el dolor en el brazo izquierdo? Y ¿como es
posible que ese mismo día a las ocho de la noche mi dolor hubiera cesado por
completo?. En todo caso y lo que yo pude comprobar por mi misma es que una
constelación familiar es mas poderosa que la morfina. Y eso nadie puede discutírmelo
porque lo he vivido personalmente. Todo el mundo sabe que a nivel biológico, la
transmisión se hace por los genes. A nivel psicológico, se hace principalmente por los
comportamientos basados sobre la relación, la observación y la imitación. No es
ningún secreto para nadie que no solamente estamos relacionados genéticamente con
nuestros antepasados. Desde la concepción, pasando por el estado embrionario, fetal
y en todo el transcurso del embarazo el ser humano está influenciado positiva o
negativamente no solo biológicamente sino que también emocionalmente y
psíquicamente por la madre, y que ambos tienen una relación simbiótica . Más tarde el
niño comienza el periodo de educación y condicionamiento, que va estar influenciado
por las vivencias y tabús familiares transgeneracionales.
La mente extendida
Rupert Sheldrake es un biólogo y filósofo de la mente muy debatido y criticado en
determinados ambientes, tanto como admirado y citado en otros. Su idea más
conocida es la descripción de los campos mórficos que serian los responsables de dar
forma tanto a los organismos vivos como a la materia inerte con cierta tendencia a
adoptar formas, como sucede con los cristales. También explicaria el aprendizaje entre
individuos de la misma especie no contigüos.
Sheldrake argumenta que en el código genético -el ADN- no se encuentran codificados
los planos de la casa sino sólo como deben de juntarse los ladrillos, efectivamente los
genes no son más que instrucciones para la síntesis de proteinas pero no contienen
ningun plan para desarrollar un organismo vivo al completo. Si en los genes no están
los planos ¿donde están?, esta es en síntesis una de las ideas mas revolucionarias y
transgresoras de Sheldrake. Concluye que tiene que haber un campo invisible, sin
localidad que está en todas y cada una de las células de nuestro cuerpo y del mismo
modo está por fuera del cuerpo y que representaría algo asi como la memoria mórfica
de la especie. Se trataria de un campo energético que prestaría la forma (los planos) a
todo proceso de arquitectura viviente a partir de un registro mnéstico que no está
determinado por la genética sino que está en continua evolución.
Sheldrake resucita asi la vieja teoria lamarckiana de que los rasgos adquiridos pueden
ser trasmitidos al resto de la especie no por via genética sino por resonancia mórfica. Y
que argumenta del siguiente modo: cualquier aprendizaje de un cierto número de
miembros de una especie determinada acaba por universalizarse a toda la especie
cuando se alcanza una determinada masa crítica.
Sheldrake es pues un hereje.
La idea de campo mórfico presenta algunas debilidades estructurales. Por ejemplo
Sheldrake no aclara cual seria la energia que alimenta este campo: ¿los campos
mórficos serían ondas de baja energia, luz, infrarojos o ultrasonidos?
Pero simultáneamente con esta debilidad posee algunas fortalezas que proceden de
fenómenos que no tienen explicación segun las leyes de la fisica que conocemos en la
actualidad.
Y pone algunos ejemplos extraidos de la vida cotidiana para explicar en que consiste la
resonancia que es según él el mecanismo de comunicación entre campos mórficos e
individuos. La resonancia es un fenómeno que afecta a los sistemas que disponen de
movimientos periódicos sometidos a oscilación, asi hay una resonancia química y una
resonancia acústica o eléctrica. En realidad resonancia significa el reforzamiento de
una señal, una especie de amplificación como sucede en acústica con los armónicos o
con el laser en la luz donde la coherencia de fase parece tener mucho que ver con el
termino resonancia al menos tal y como lo emplea Sheldrake. En cualquier caso es
evidente que “resonancia” implica un cierto grado de sintonización entre emisor y
receptor de una señal cualquiera que esta sea.
¿Como sabe mi perro que estoy subiendo por el ascensor o que acabo de aparcar en el
garage?
Este es un conocido ejemplo de los que Sheldrake propone para ejemplificar la
sintonización. Simplemente mi perro se encuentra sintonizado conmigo y con todos los
miembros de mi familia y por eso es capaz de reaccionar ante mi presencia mucho
antes de que esta se produzca, algo que no puede explicarse a través del sonido o del
olor. Mi perro reacciona mucho antes de que huela u oiga nada de mi.
A nivel popular también tenemos una palabra para designar este curioso y conocido
efecto, “estar en la onda” significa ese algo más de simpatía o empatia que hace que
una persona aun desconocida nos produzca “buenas vibraciones”. Hay algo
extrasensorial que está provocando ese fenómeno que no puede ser explicado de una
forma racional: la antipatía o el prejuicio tambien podrian ser explicadas a través de
este mecanismo de la sintonización o mejor de la desintonización o interferencia.
Recientemente Sheldrake ha publicado un libro titulado “El séptimo sentido: la mente
extendida” donde da forma a una idea que venia rondando por su cabeza desde
tiempo atrás segun he podido observar a través de diálogos con Krishnamurti, Mc
Kenna o David Bohm y que se encuentran disponibles en español en youtube. También
podeís visitar la web del propio Sheldrake.
Aqui mismo hay un articulo donde hablan de este libro y de las tesis que sostiene
Sheldrake al dar una nueva vuelta de tuerca a sus ideas sobre los campos mórficos y en
relación con la conciencia humana.
La idea que Sheldrake propone en este libro tiene mucho que ver con mi post
anteriordonde hablé precisamente de “Luz y visión”.
La idea que exploraba en este post era la posibilidad de que pudieramos ver sin ver,
esto es, si más allá de los circuitos ópticos no habria otra manera de ver que no
dependiera de la luz. Me preguntaba en ese post acerca de la contradicción entre lo
que vemos (ahi afuera) y el lugar donde se forman las imágenes cerebrales (en el
lóbulo occipital) y me preguntaba si no habria alguna forma mediante la que el cerebro
proyectaba esas imágenes en la realidad desde el interior del cerebro.
Me preguntaba también de donde sale la luz con la que se iluminan nuestros sueños y
otros estados modificados de conciencia y planteaba si la melatonina no estaría
implicada de alguna forma en aportar “luminosidad” a la conciencia en determinados
circunstancias del mismo modo en que entendemos que trasduce la luz (en la glandula
pineal) para transformar la energia electromagnética en química.
Lo cierto es que unos dias después de haber subido ese post me di de bruces con un
artículo donde se hablaba precisamente del libro de Sheldrake en un extraño bucle de
sincronicidad.
Pero Sheldrake va más allá de lo que yo mismo sugerí en aquel post y declara que las
imagenes visuales se forma por contacto, es decir que más allá de que nuestro cerebro
tenga noticias de las mismas a través de la representación que la via óptica acaba
haciendo en el lóbulo occipital, lo que vemos ahi afuera es el resultado de haber
tocado los objetos literalmente a través de nuestro campo mental. El cerebro seria
secundario en este proceso que dependeria de la mente visual y sólo seria un
amplificador de señales, una especie de modulador entre lo que ya hemos visto y lo
que nos representamos, una doble computación que es probablemente lo que da
coherencia a lo que se ve. De este modo la experiencia de mirar es profundamente
mental y de alguna forma táctil y no depende más que de un modo secundario con las
imágenes formadas en la corteza visual del cortex occipital.
Los budistas suponen que el pensamiento, es decir la capacidad de abstraer, pensar o
imaginar son y representan un sexto sentido, nosotros hablariamos mejor de intuición.
Para Sheldrake el séptimo sentido supone un paso más allá: se refiere a la capacidad
de saber algo de alguien por una via no convencional, no sensorial, fenómenos como la
telepatia podrian ser explicados -de existir- a través de este septimo sentido.
En cualquier caso, la tesis más importante de este libro no son los ejemplos marginales
sino su teorización acerca del cerebro como una especie de sintonizador. Para
Sheldrake la mente no procede del cerebro sino que utiliza al cerebro como interface
de expresión, en realidad el cerebro se hallaria diseñado y facilitado para sintonizar
con unas emisoras pero no con otras. Es como si el cerebro fuera una especie de
transistor que pudiera a través de sus diales encontrar una emisora con mas facilidad
que otras, pero esas emisoras no están en el cerebro propiamente dicho sino en la
memoria mórfica, una especie de base de datos cósmica donde se encuentra tambien
la memoria individual que Sheldrake niega que se encuentre en el cerebro individual.
Esta idea fuerte a mi juicio es bastante coherente con lo que sabemos sobre los modos
de estar en mundo: estos no son infinitos sino que se reducen a una docena de
supuestos, del mismo modo que aprendimos a entender los creodos de la subjetividad
humana a través del mito podemos aprender la conducta humana en base a la
frecuencia en que un determinado comportamiento se manifiesta. Hay sólo algunas
formas de estar en el mundo y aunque la mayor parte de nosotros presentemos
múltiples diferencias procedentes de distintas educaciones, circunstancias, entornos
geográficos y culturales o demás, lo cierto es que las formas de estar en el mundo
pueden contarse con los dedos de la mano.
Del mismo modo sucede con las enfermedades, son las que son aunque evolucionan y
no son fijas y aunque cada vez más existen neoformaciones enfermizas patentadas por
la cultura, lo cierto es que las enfermedades son finitas. Solamente puede enfermarse
siguiendo unas guías ya recorridas con anterioridad, una enfermedad no puede sino
parecerse cada vez mas a sí misma soportando a veces burdas imitaciones pues existe
un patrón de memoria en su representación. Fueron patentadas ya por la tradición y
aunque un individuo puede inventar una enfermedad nueva, esta no podrá
manifestarse hasta que alcance la suficiente masa crítica para hacerlo: una suficiente
masa de acólitos sintonizados por un determinado sufrimiento, una emisora que
trasmita noche y dia.
Lo similar resuena con lo similar y es por eso que yo tengo la sensacion de poseer un
Yo, pues resueno con facilidad conmigo mismo y con lo que fui ayer que con cualquier
otra cosa, lo mismo les sucede a las enfermedades y a los patrones de
comportamiento, hay como un hábito, una adicción o resonancia a parecerse cada vez
mas a sí mismo.
Todo parece indicar que es el sufrimiento lo que nos aglutina en torno a lo humano,
mientras que es el placer lo que nos dispersa o diferencia.
La idea de campo mórfico de Sheldrake es muy parecida al concepto jungiano de
inconsciente colectivo (en esta web podeis leer un buen articulo sobre el asunto). Para
Jung el inconsciente colectivo era algo que constituía y estructuraba lo humano más
allá de sus circunstancias personales y que explicaba los similares sueños entre sujetos
alejados o las distintas cosmogonias tan similares unas a otras, la similitud procederia
precisamente de esta atracción que cada campo mórfico ejerce sobre lo parecido.
Del mismo modo que Sheldrake, Jung tampoco supo donde ubicar este inconsciente
que es invisible, inmaterial e intangible pero que parece gobernar las rutas por las que
transitan las formas, los comportamientos humanos, el carácter, la manera de estar en
el mundo y los sueños.
La idea es que estamos conectados a una gran base de datos cósmica que puede
entenderse como un océano de campos que inflitran lo humano y a la humanidad
entera, en este modo de comprender las cosas determinados fenomenos que hoy
consideramos paranormales llegarán a ser comprendidos por la ciencia. Por ejemplo la
telepatía que siempre imaginamos como un modo de transmitir señales mentales a
distancia puede que no tenga nada que ver con esa imagen del viaje de señales.
Simplemente dos personas muy unidas entre sí pueden estar compartiendo un mismo
campo mórfico y una misma conexión-sintonización. En este tipo de personas -como a
veces sucede entre ciertas relaciones entre gemelos o en el vinculo madre-hijo- puede
haber trasducción de señales, no porque haya uno que emite y otro que recibe sino
porque existe una interface común que hace de puente entre ambos, algo asi como si
dos personas separadas entre sí por cientos de kilometros estuvieran oyendo un
mismo programa de radio interactivo y participando por tanto del mismo.
La idea de Seldrake posee aun otro aliciente sobreañadido: la mente no sería -en esta
forma de ver- un subproducto del cerebro sino la energía que le rebasa y al mismo
tiempo alimenta y que proceda de donde proceda lo cierto es que es seguramente el
lugar donde están todas las emisoras emitendo programas continuamente y con las
que cada cerebro sintoniza automáticamente según su querencia particular.
Rupert Sheldrake es uno de los biólogos más controvertidos de nuestra época. Sus
teorías están revolucionando no sólo la rama científica de su campo sino que
desbordan hacia otras disciplinas como la física y la psicología. Los científicos
ortodoxos lo acusan de introducir la filosofía en la ciencia. En su libro “Una Nueva
Ciencia de la Vida”, Sheldrake toma posiciones en la corriente organicista u holística
clásica, sustentada por nombres como Von Bertalanffy y suTeoría General de Sistemas
o E.S. Russell, para cuestionar de forma tajante la visión mecanicista que da por
explicado cualquier comportamiento de los seres vivos mediante el estudio de sus
partes constituyentes y posterior reducción de los mismos a leyes químicas y físicas.
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¿QUÉ SON LOS CAMPOS MÓRFICOS?
La cuestión del desarrollo biológico, de la morfogénesis, está actualmente bastante
abierta y es tema de mucho debate dentro de la propia biología. Una alternativa al
enfoque mecanicista/reduccionista, que ha estado dando vueltas desde el 1920 es la
idea de campos morfogenéticos (moduladores de forma). En este modelo, los
organismos que crecen están modulados por campos que están tanto dentro como
alrededor de ellos, campos que contienen, como si se dijera, la forma del organismo.
Esto se encuentra más próximo a la tradición aristotélica que a cualquiera de los otros
enfoques tradicionales. Según va desarrollándose un roble, la bellota está asociada con
un campo de roble, una estructura organizadora invisible que organiza el desarrollo del
roble; es como un molde del roble, dentro del cual crece el organismo que se
desarrolla.
Un hecho que conduce al desarrollo de esta teoría es la notable habilidad que poseen
los organismos para reparar los daños. Si cortas un árbol en pequeños pedazos, cada
pedacito, tratado convenientemente, puede crecer como un nuevo árbol. De modo
que a partir de un diminuto fragmento, puedes obtener una totalidad. Las máquinas
no hacen eso; no tienen este poder de permanecer íntegras si retiras partes de ellas.
Pica un ordenador en pedacitos y todo lo que obtienes es un ordenador roto. No se
regenera en la forma de montones de pequeños ordenadores. Pero si cortas un gusano
platelminto en pedacitos, cada pedazo puede crecer como un nuevo platelminto.
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