Campos Mórficos

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CAMPOS MÓRFICOS

La teoría de Jung divide la psique en tres partes. La primera es el Yo, el cual se


identifica con la mente consciente. Relacionado cercanamente se encuentra el
inconsciente personal, que incluye cualquier cosa que no esté presente en la
consciencia, pero que no está exenta de estarlo. El inconsciente personal sería como lo
que las personas entienden por inconsciente en tanto incluye ambas memorias, las
que podemos atraer rápidamente a nuestra consciencia y aquellos recuerdos que han
sido reprimidos por cualquier razón. La diferencia estriba en que no contiene a los
instintos, como Freud incluía.
Después de describir el inconsciente personal, Jung añade una parte al psiquismo que
hará que su teoría destaque de las demás: el inconsciente colectivo. Podríamos
llamarle sencillamente nuestra “herencia psíquica”. Es el reservorio de nuestra
experiencia como especie; un tipo de conocimiento con el que todos nacemos y
compartimos. Aún así, nunca somos plenamente conscientes de ello. A partir de él, se
establece una influencia sobre todas nuestras experiencias y comportamientos,
especialmente los emocionales; pero solo le conocemos indirectamente, viendo estas
influencias.
Existen ciertas experiencias que demuestran los efectos del inconsciente colectivo más
claramente que otras. La experiencia de amor a primera vista, el deja vu (el
sentimiento de haber estado anteriormente en la misma situación) y el
reconocimiento inmediato de ciertos símbolos y significados de algunos mitos, se
pueden considerar como una conjunción súbita de la realidad externa e interna del
inconsciente colectivo. Otros ejemplos que ilustran con más amplitud la influencia del
inconsciente colectivo son las experiencias creativas compartidas por los artistas y
músicos del mundo en todos los tiempos, o las experiencias espirituales de la mística
de todas las religiones, o los paralelos de los sueños, fantasías, mitologías, cuentos de
hadas y la literatura.
Un ejemplo interesante que actualmente se discute es la experiencia cercana a la
muerte. Parece ser que muchas personas de diferentes partes del mundo y con
diferentes antecedentes culturales viven situaciones muy similares cuando han sido
“rescatados” de la muerte clínica. Hablan de que sienten que abandonan su cuerpo,
viendo sus cuerpos y los eventos que le rodean claramente; de que sienten como una
“fuerza” les atrae hacia un túnel largo que desemboca en una luz brillante; de ver a
familiares fallecidos o figuras religiosas esperándoles y una cierta frustración por tener
que abandonar esta feliz escena y volver a sus cuerpos. Quizás todos estamos
“programados” para vivir la experiencia de la muerte de esta manera.

CAMPOS MÓRFICOS
Rupert Sheldrake y Jacobo Grinberg representan, entre otros, la punta de lanza que
expande conciencias en el devenir de nuestra inherente espiritualidad y su eterna
manifestación de expansión-contracción. Humanos antes que científicos desvanecen
delante de ellos la ignorancia en la que nos hemos mantenido a pesar del vacío creado
por la Religión Científica de nuestros días que continúa error tras error monopolizando
el saber y entender de una Humanidad sometida y esclava en aras del progreso y del
desarrollo de una ciencia sin conciencia sobre la verdadera esencia del llamado planeta
earth.
El biólogo Sheldrake lanzó una propuesta reflejada en su libro "Siete experimentos que
pueden cambiar el mundo" en el que incita a los curiosos a llevar a cabo una serie de
experimentos e investigar las fuerzas, campos que influyen sobre nosotros y sobre la
Naturaleza cuando llevamos a cabo experimentos en cualesquiera de las disciplinas del
saber humano, acuñando nuevos términos y conceptos como campo mórfico,
resonancia mórfica, que han dado nueva luz y perspectiva a la Biología, Psicología,
Sociología ...
El campo mórfico pretende definir la existencia de un patrón o estructura energética
que sería la que organiza la vida de los miembros de todas y cada una de las especies
existentes y que se encargaría de "informar" a las células sobre cómo deben
disponerse para formar al individuo de cada especie, determinando de manera sutil los
movimientos, tendencias y comportamientos de todos los ejemplares de la misma.
El campo mórfico nos se encontraría en los genes, sino que se "ubicaría" en el exterior
de cada individuo concreto. Sería el depositario de la información esencial que permite
que la vida se desarrolle. Según Sheldrake, en los campos mórficos residiría buena
parte de lo que actualmente llamamos instinto ( que suele ubicarse, sin prueba alguna,
en algún rincón del cerebro). También sería la fuente u origen de los sentimientos
religiosos o místicos. En suma, el campo mórfico no pertenecería al mundo físico, sino
que sería inmaterial y constituiría una especie de memoria colectiva.
Y la resonancia mórfica? Sería una vía mediante la cual el conocimiento se transmite
instantáneamente entre los miembros de una especie y ello independientemente del
espacio y del tiempo.
La respuesta- reacción de los científicos reduccionistas fue brutal y directa como es de
esperar cuando una bocanada fresca de conocimiento nuevo se hace sentir bajo las
anquilosadas posaderas de los gerifaltes y voceros de una gerontocracia que yace muy
cómoda y quiere impedir con todas sus fuerzas que sus viejos paradigmas sean
mínimamente modificados.
Sheldrake con sus trabajos está queriendo decirnos que no existen leyes inmutables,
solo existen hábitos y las llamadas constantes no serían mas que el reflejo temporal de
unos hábitos muy asentados pero que se pueden ver modificados. En otros términos
Sheldrake nos quiere decir que en la Naturaleza hay complejísimos sistemas en los que
el todo y las partes están en continúa relación buscando el equilibrio. Por eso, cuando
creemos que hemos encontrado una constante, en realidad se trata de la
manifestación de un momento de estabilidad.
Estudiosos y agudos observadores como nuestros científicos se han sumergido
previamente, décadas, en las enseñanzas mas antiguas de Oriente de la que extrajeron
la importancia que representaba para la consecución de sus objetivos la compresión y
conocimiento de la antes mencionada Geometría Sagrada, considerada ésta como la
estructura morfogénica que se encuentra tras la propia realidad y constituye el soporte
de las matemáticas.
La mayoría de los físicos y los matemáticos creen que los números constituyen el
primer lenguaje de la realidad, pero de hecho es la Forma la que genera todas las leyes
de la física.
Los campos morfogenéticos o campos mórficos llevan información, no energía, y son
utilizables a través del espacio y del tiempo sin perdida alguna de intensidad después
de haber sido creados. Son campos no físicos que ejercen influencia sobre sistemas
que presentan algún tipo de organización inherente.
"La teoría de la causación formativa se centra en cómo las cosas toman sus formas o
patrones de organización. Así que cubre la formación de galaxias, átomos, cristales,
moléculas, plantas, animales, células, sociedades. Cubre todas las cosas que tienen
formas, patrones o estructuras o propiedades auto-organizativas. Todas estas cosas se
organizan por sí mismas. Un átomo no tiene que ser creado por algún agente externo,
se organiza solo. Una molécula y un cristal no es organizado por los seres humanos
pieza por pieza sino que cristaliza espontáneamente. Los animales crecen
espontáneamente. Todas estas cosas son diferentes de las máquinas, que son
artificialmente ensambladas por seres humanos. Esta teoría trata sistemas naturales
auto-organizados y el origen de las formas. Y asume que la causa de las formas es la
influencia de campos organizativos, campos formativos, que llamo campos mórficos. El
rasgo principal es que la forma de las sociedades, ideas, cristales y moléculas
dependen de la manera en que tipos similares han sido organizados en el pasado. Hay
una especie de memoria integrada en los campos mórficos de cada cosa auto-
organizada. Concibo las regularidades de la naturaleza como hábitos más que cosas
gobernadas por leyes matemáticas eternas que existen de alguna forma fuera de la
naturaleza".
La teoría cuántica se puede relacionar con los campos mórficos precisamente por su
similar aspecto espacial que implica conexiones a distancia imposibles de explicar con
las leyes de la física tradicional.
El aspecto de la no localización de esta teoría en lo que se refiere a que las partes del
sistema cuántico alguna vez unidas conservan una conexión inmediata a distancia es
asombroso y a la vez contradictorio en relación con lo conocido; pudiéndose
representar en forma matemática como un campo de múltiples posibilidades.
Tal como sucede con los átomos y las moléculas, se puede inferir que así también
ocurre con los miembros de los mismos grupos sociales cuando se separan, que
conservan el mismo tipo de conexión.
La teoría del físico matemático David Bohm del orden implicado, que imagina un orden
replegado que subyace al orden explicitado en la naturaleza, también resulta
compatible con la idea de los campos mórficos.
Estas relaciones también han sido investigadas por los físicos cuánticos Amit Goswami,
norteamericano y por el alemán Hans-Peter Dürt.
La existencia de los campos mórficos se pueden probar más por sus efectos que en
forma directa y la mejor manera de comprenderlos es trabajando directamente con
grupos de organismos organizados.
Estas sociedades de individuos pueden transmitirse información a distancia sin estar
conectados por medios sensoriales conocidos.
Es difícil comprender por medios tradicionales cómo se comunican las bandadas de
pájaros para cambiar de dirección con rapidez y sin chocar unos con otros.
De la misma forma es difícil conocer la real naturaleza de los vínculos humanos, que se
llevan consigo a todos lados sus significados, presintiendo a distancia las emociones de
sus afectos.
Se puede inferir que los campos mórficos trascienden el cerebro y nos une a los
objetos que percibimos proporcionándonos la capacidad de afectarlos con nuestra
atención e intención.
De manera, que con sólo mirarlas podríamos influir en las cosas; y esto se puede
comprobar cuando nos damos cuenta que alguien nos está mirando desde atrás.
Siguiendo a Rupert Shaldrake, la resonancia mórfica en biología representa la
existencia de una memoria intrínseca en el comportamiento de los organismos.
A diferencia del instinto o morfogénesis, la resonancia mórfica evoluciona en
formacolectiva, observándose adaptaciones en gran escala en todo el mundo a
grandes distancias, haciéndose habitual.
Los caballos hace medio siglo solían lastimarse con los alambrados en los campos. En
ese tiempo toda la especie aprendió a evitar el alambre de púas. Y no solamente
reaccionan en forma diferente frente a este obstáculo sino que en general no
reaccionan como sus predecesores.
Lo mismo pasa con la juventud actual, no reaccionan como lo hacían sus ancestros,
aunque no difiera su educación.
El concepto de resonancia mórfica permite comprender mejor el aprendizaje humano,
incluyendo la adquisición del lenguaje.
Las observaciones realizadas por lingüistas como Noam Chomsky, han revelado que es
imposible explicar la rapidez y la creatividad en la adquisición del lenguaje solamente
en términos de imitación. Este proceso se hace evidente cuando vemos la evolución de
nuevos lenguajes que se desarrollan con suma rapidez.
Los niños suelen agregar complejidad gramatical en palabras simples llegando a
elaborar un nuevo tipo de lenguaje muy expresivo.
Si es cierto que la resonancia mórfica existe entonces el promedio de rendimiento en
los tests de inteligencia debería aumentar, no porque sean más inteligentes sino
porque les resultan más fáciles de resolver como resultado de la resonancia mórfica.
LOS CAMPOS MORFICOS ( RUPERT SHELDRAKE)
La base sobre la que se apoya las Constelaciones familiares son las “percepciones
representativas” . Estas se manifiestan en los representantes que el cliente ha
escogido para representar a él mismo y a otros miembros de la familia. No vamos
hablar de la realidad de ese fenómeno que solamente pueden ponerlo en duda
aquellos que no lo han vivido alegando criticas teóricas y dogmáticas. Vamos intentar
demostrar como los descubrimientos actuales en física quántica, en Neurobiología
Cerebral ,en Psicología y en la teoría de los campos mórficos puede ayudarnos a
explicar científicamente lo observado numerosas veces en las constelaciones
familiares. Los Campos Mórficos podemos entenderlos como estructuras inmateriales,
por lo tanto no perceptibles empíricamente, que se encuentran en la naturaleza y
representan un soporte para que la información fluya entre y por los organismos. El
investigador que propuso este concepto se llama Rupert Sheldrake, sin embargo, hoy
en día, ya existen muchas aproximaciones científicas que hablan sobre "Campos" de
influencia en la naturaleza (la Teoría Sistémica podría ser un ejemplo). Los campos
mórficos, como los campos conocidos de la física, son regiones materiales de influencia
que actúan a través del tiempo y del espacio. Se localizan tanto en los sistemas que
organizan como a su alrededor (…). Son patrones organizados de influencia
potenciales, y pueden volver a aparecer físicamente en otro tiempo y lugar, en el
momento y lugar en que las condiciones físicas sean adecuadas (…) contienen una
especie de memoria acumulativa y tienden a ser cada vez más habituales (Sheldrake).
De esta manera el autor nos sugiere que existe en la naturaleza una tendencia
(inteligente) a archivar la serie de acontecimientos que suceden y así influir en las
sucesiones futuras. Obviamente esta postura suscita muchas interrogantes. Una de
ellas sería, por ejemplo: ¿Cómo puede haber una transmisión de influencias del pasado
al presente, qué además burle las concepciones Newtonianas de tiempo y espacio?.
Ante preguntas como estas el autor tuvo que proporcionar un nuevo concepto, "la
Resonancia Mórfica", la cual definió como un proceso en el que el pasado se hacía
presente en los Campos Mórficos. Para clarificar un poco más el concepto se puede
decir que la "Resonancia Mórfica" es la propagación de la información que se
encuentra en los Campos de la naturaleza ya citados. Así, se conoce que el hábito o
repetición es fundamental para que este proceso ocurra. Al afirmar que los Campos
Mórficos poseen memoria también se hace énfasis en que esta es acumulativa,
entonces, cuando dicha repetición ha tenido lugar a escala astronómica a través de
miles de millones de años, como en el caso de muchos átomos, moléculas y cristales, la
naturaleza de tales objetos es tan habitual que resulta inmutable, o aparentemente
eterna. En resumidas cuentas, la repetición de un evento hace que se forme un Campo
Mórfico que es determinante para futuras apariciones del evento. Después de todo
este rollo, tal vez os preguntéis , y ¿qué tiene esto que ver con la Psicología?.y las
constelaciones familiares. A simple vista se podrían confundir los lazos existentes entre
estas teorías biológicas y las concepciones psicológicas. Sin embargo, agudizando en
detalle nuestra visión, nos percataremos que las repercusiones para la psicología de
teorías como la de los Campos Mórficos es asombrosa. La idea de los Campos Mórficos
permite rescatar todas aquellas concepciones holísticas de la Psicología que
pretendían que el ser humano además de ser un ente individual pertenece a una
colectividad que debe aceptar y conocer. En palabras de R. Sheldrake se leería así: «
Esta idea permite ver el funcionamiento de la memoria individual, la herencia de los
instintos, las capacidades de conducta como aspectos diferentes de un mismo
fenómeno. Todos dependen de resonancia mórfica, pero el funcionamiento de la
memoria individual es más específico que la herencia de instintos y conductas. La
memoria, las capacidades individuales de aprendizaje operan contra el fondo de una
memoria colectiva heredada por la resonancia mórfica de los miembros anteriores de
la especie. En el reino humano, un concepto de este tipo ya aparece en la teoría
junguiana del inconsciente colectivo como memoria colectiva heredada. La hipótesis
de la resonancia mórfica permite considerar el inconsciente colectivo no sólo como un
fenómeno humano sino como un aspecto de un proceso más general, en virtud del
cual los hábitos se heredan en todo el mundo natural (Sheldrake, 1994:129)” . Esta
teoría tiene una repercusión directa sobre la terapia psicológica, en especial la terapia
junguiana y aquellas otras que toman en cuenta la influencia de antepasados y otros
agentes en la psique individual. No obstante, nosotros, nos va a bastar (por el
momento) saber que cuando un suceso es repetido un gran número de veces se
formará en la naturaleza un patrón que posteriormente tenderá a repetirse o a
modificar eventos futuros parecidos. Obviamente no debemos perder de vista el hecho
de que "la mente individual" posee sus propias determinaciones (deseos, creencias,
valores, etc.) que harán que no siempre se lleve a último término un patrón
preestablecido en los campos mórficos. Idris Lahore llama a estos campos de fuerza
“makam” .Recordemos brevemente en que consiste la práctica metodológica de
Constelaciones Familiares: El cliente expone su problema al mediador o facilitador, que
decide cuales son las personas de su sistema familiar a constelar. No se puede
configurar todos los miembros de su sistema familiar, serian demasiado numerosos: se
trata solamente de configurar aquellos relacionados con el problema. El cliente escoge
entre los asistentes, representantes para los miembros de su sistema familiar y los
sitúa en un espacio determinado. Lo asombroso es que los representantes comienzan
a sentir sensaciones, emociones y pensamientos, hasta incluso la manera de hablar y
moverse, corresponde a la dinámica relacional y psicológica de las personas que
representan: miembros vivos o muertos del sistema familiar del cliente. Esos
representantes no conocen casi nada o nada de la vida de las personas que han
representado. A pesar de ello, las percepciones representativas de una manera
sorprendente, guían al mediador a encontrar una mejor solución al problema expuesto
por el cliente, no solo él se beneficia sino que todos los miembros de su sistema
familiar concernidos por ese problema . Es como si las personas consteladas en ese
nuevo sistema representativo, entraran en contacto o en resonancia del sistema
familiar del cliente a pesar del alejamiento espacio temporal. Aun recuerdo yo misma,
que me encontraba en casa con un fuerte dolor en mi brazo izquierdo. La radioterapia
me había despertado el horrible dolor que me había precedido a la intervención
quirúrgica, seis meses antes. Una amiga que se encontraba en aquel entonces a mil
kilómetros sin que yo supiera nada, ni ella estaba al corriente que yo estaba sufriendo,
propuso a Idris Lahore de hacer una constelación, ¿como es posible que a tanta
distancia mi representante Haya sentido el dolor en el brazo izquierdo? Y ¿como es
posible que ese mismo día a las ocho de la noche mi dolor hubiera cesado por
completo?. En todo caso y lo que yo pude comprobar por mi misma es que una
constelación familiar es mas poderosa que la morfina. Y eso nadie puede discutírmelo
porque lo he vivido personalmente. Todo el mundo sabe que a nivel biológico, la
transmisión se hace por los genes. A nivel psicológico, se hace principalmente por los
comportamientos basados sobre la relación, la observación y la imitación. No es
ningún secreto para nadie que no solamente estamos relacionados genéticamente con
nuestros antepasados. Desde la concepción, pasando por el estado embrionario, fetal
y en todo el transcurso del embarazo el ser humano está influenciado positiva o
negativamente no solo biológicamente sino que también emocionalmente y
psíquicamente por la madre, y que ambos tienen una relación simbiótica . Más tarde el
niño comienza el periodo de educación y condicionamiento, que va estar influenciado
por las vivencias y tabús familiares transgeneracionales.

La mente extendida
Rupert Sheldrake es un biólogo y filósofo de la mente muy debatido y criticado en
determinados ambientes, tanto como admirado y citado en otros. Su idea más
conocida es la descripción de los campos mórficos que serian los responsables de dar
forma tanto a los organismos vivos como a la materia inerte con cierta tendencia a
adoptar formas, como sucede con los cristales. También explicaria el aprendizaje entre
individuos de la misma especie no contigüos.
Sheldrake argumenta que en el código genético -el ADN- no se encuentran codificados
los planos de la casa sino sólo como deben de juntarse los ladrillos, efectivamente los
genes no son más que instrucciones para la síntesis de proteinas pero no contienen
ningun plan para desarrollar un organismo vivo al completo. Si en los genes no están
los planos ¿donde están?, esta es en síntesis una de las ideas mas revolucionarias y
transgresoras de Sheldrake. Concluye que tiene que haber un campo invisible, sin
localidad que está en todas y cada una de las células de nuestro cuerpo y del mismo
modo está por fuera del cuerpo y que representaría algo asi como la memoria mórfica
de la especie. Se trataria de un campo energético que prestaría la forma (los planos) a
todo proceso de arquitectura viviente a partir de un registro mnéstico que no está
determinado por la genética sino que está en continua evolución.
Sheldrake resucita asi la vieja teoria lamarckiana de que los rasgos adquiridos pueden
ser trasmitidos al resto de la especie no por via genética sino por resonancia mórfica. Y
que argumenta del siguiente modo: cualquier aprendizaje de un cierto número de
miembros de una especie determinada acaba por universalizarse a toda la especie
cuando se alcanza una determinada masa crítica.
Sheldrake es pues un hereje.
La idea de campo mórfico presenta algunas debilidades estructurales. Por ejemplo
Sheldrake no aclara cual seria la energia que alimenta este campo: ¿los campos
mórficos serían ondas de baja energia, luz, infrarojos o ultrasonidos?
Pero simultáneamente con esta debilidad posee algunas fortalezas que proceden de
fenómenos que no tienen explicación segun las leyes de la fisica que conocemos en la
actualidad.
Y pone algunos ejemplos extraidos de la vida cotidiana para explicar en que consiste la
resonancia que es según él el mecanismo de comunicación entre campos mórficos e
individuos. La resonancia es un fenómeno que afecta a los sistemas que disponen de
movimientos periódicos sometidos a oscilación, asi hay una resonancia química y una
resonancia acústica o eléctrica. En realidad resonancia significa el reforzamiento de
una señal, una especie de amplificación como sucede en acústica con los armónicos o
con el laser en la luz donde la coherencia de fase parece tener mucho que ver con el
termino resonancia al menos tal y como lo emplea Sheldrake. En cualquier caso es
evidente que “resonancia” implica un cierto grado de sintonización entre emisor y
receptor de una señal cualquiera que esta sea.
¿Como sabe mi perro que estoy subiendo por el ascensor o que acabo de aparcar en el
garage?
Este es un conocido ejemplo de los que Sheldrake propone para ejemplificar la
sintonización. Simplemente mi perro se encuentra sintonizado conmigo y con todos los
miembros de mi familia y por eso es capaz de reaccionar ante mi presencia mucho
antes de que esta se produzca, algo que no puede explicarse a través del sonido o del
olor. Mi perro reacciona mucho antes de que huela u oiga nada de mi.
A nivel popular también tenemos una palabra para designar este curioso y conocido
efecto, “estar en la onda” significa ese algo más de simpatía o empatia que hace que
una persona aun desconocida nos produzca “buenas vibraciones”. Hay algo
extrasensorial que está provocando ese fenómeno que no puede ser explicado de una
forma racional: la antipatía o el prejuicio tambien podrian ser explicadas a través de
este mecanismo de la sintonización o mejor de la desintonización o interferencia.
Recientemente Sheldrake ha publicado un libro titulado “El séptimo sentido: la mente
extendida” donde da forma a una idea que venia rondando por su cabeza desde
tiempo atrás segun he podido observar a través de diálogos con Krishnamurti, Mc
Kenna o David Bohm y que se encuentran disponibles en español en youtube. También
podeís visitar la web del propio Sheldrake.
Aqui mismo hay un articulo donde hablan de este libro y de las tesis que sostiene
Sheldrake al dar una nueva vuelta de tuerca a sus ideas sobre los campos mórficos y en
relación con la conciencia humana.
La idea que Sheldrake propone en este libro tiene mucho que ver con mi post
anteriordonde hablé precisamente de “Luz y visión”.
La idea que exploraba en este post era la posibilidad de que pudieramos ver sin ver,
esto es, si más allá de los circuitos ópticos no habria otra manera de ver que no
dependiera de la luz. Me preguntaba en ese post acerca de la contradicción entre lo
que vemos (ahi afuera) y el lugar donde se forman las imágenes cerebrales (en el
lóbulo occipital) y me preguntaba si no habria alguna forma mediante la que el cerebro
proyectaba esas imágenes en la realidad desde el interior del cerebro.
Me preguntaba también de donde sale la luz con la que se iluminan nuestros sueños y
otros estados modificados de conciencia y planteaba si la melatonina no estaría
implicada de alguna forma en aportar “luminosidad” a la conciencia en determinados
circunstancias del mismo modo en que entendemos que trasduce la luz (en la glandula
pineal) para transformar la energia electromagnética en química.
Lo cierto es que unos dias después de haber subido ese post me di de bruces con un
artículo donde se hablaba precisamente del libro de Sheldrake en un extraño bucle de
sincronicidad.
Pero Sheldrake va más allá de lo que yo mismo sugerí en aquel post y declara que las
imagenes visuales se forma por contacto, es decir que más allá de que nuestro cerebro
tenga noticias de las mismas a través de la representación que la via óptica acaba
haciendo en el lóbulo occipital, lo que vemos ahi afuera es el resultado de haber
tocado los objetos literalmente a través de nuestro campo mental. El cerebro seria
secundario en este proceso que dependeria de la mente visual y sólo seria un
amplificador de señales, una especie de modulador entre lo que ya hemos visto y lo
que nos representamos, una doble computación que es probablemente lo que da
coherencia a lo que se ve. De este modo la experiencia de mirar es profundamente
mental y de alguna forma táctil y no depende más que de un modo secundario con las
imágenes formadas en la corteza visual del cortex occipital.
Los budistas suponen que el pensamiento, es decir la capacidad de abstraer, pensar o
imaginar son y representan un sexto sentido, nosotros hablariamos mejor de intuición.
Para Sheldrake el séptimo sentido supone un paso más allá: se refiere a la capacidad
de saber algo de alguien por una via no convencional, no sensorial, fenómenos como la
telepatia podrian ser explicados -de existir- a través de este septimo sentido.
En cualquier caso, la tesis más importante de este libro no son los ejemplos marginales
sino su teorización acerca del cerebro como una especie de sintonizador. Para
Sheldrake la mente no procede del cerebro sino que utiliza al cerebro como interface
de expresión, en realidad el cerebro se hallaria diseñado y facilitado para sintonizar
con unas emisoras pero no con otras. Es como si el cerebro fuera una especie de
transistor que pudiera a través de sus diales encontrar una emisora con mas facilidad
que otras, pero esas emisoras no están en el cerebro propiamente dicho sino en la
memoria mórfica, una especie de base de datos cósmica donde se encuentra tambien
la memoria individual que Sheldrake niega que se encuentre en el cerebro individual.
Esta idea fuerte a mi juicio es bastante coherente con lo que sabemos sobre los modos
de estar en mundo: estos no son infinitos sino que se reducen a una docena de
supuestos, del mismo modo que aprendimos a entender los creodos de la subjetividad
humana a través del mito podemos aprender la conducta humana en base a la
frecuencia en que un determinado comportamiento se manifiesta. Hay sólo algunas
formas de estar en el mundo y aunque la mayor parte de nosotros presentemos
múltiples diferencias procedentes de distintas educaciones, circunstancias, entornos
geográficos y culturales o demás, lo cierto es que las formas de estar en el mundo
pueden contarse con los dedos de la mano.
Del mismo modo sucede con las enfermedades, son las que son aunque evolucionan y
no son fijas y aunque cada vez más existen neoformaciones enfermizas patentadas por
la cultura, lo cierto es que las enfermedades son finitas. Solamente puede enfermarse
siguiendo unas guías ya recorridas con anterioridad, una enfermedad no puede sino
parecerse cada vez mas a sí misma soportando a veces burdas imitaciones pues existe
un patrón de memoria en su representación. Fueron patentadas ya por la tradición y
aunque un individuo puede inventar una enfermedad nueva, esta no podrá
manifestarse hasta que alcance la suficiente masa crítica para hacerlo: una suficiente
masa de acólitos sintonizados por un determinado sufrimiento, una emisora que
trasmita noche y dia.

Lo similar resuena con lo similar y es por eso que yo tengo la sensacion de poseer un
Yo, pues resueno con facilidad conmigo mismo y con lo que fui ayer que con cualquier
otra cosa, lo mismo les sucede a las enfermedades y a los patrones de
comportamiento, hay como un hábito, una adicción o resonancia a parecerse cada vez
mas a sí mismo.
Todo parece indicar que es el sufrimiento lo que nos aglutina en torno a lo humano,
mientras que es el placer lo que nos dispersa o diferencia.
La idea de campo mórfico de Sheldrake es muy parecida al concepto jungiano de
inconsciente colectivo (en esta web podeis leer un buen articulo sobre el asunto). Para
Jung el inconsciente colectivo era algo que constituía y estructuraba lo humano más
allá de sus circunstancias personales y que explicaba los similares sueños entre sujetos
alejados o las distintas cosmogonias tan similares unas a otras, la similitud procederia
precisamente de esta atracción que cada campo mórfico ejerce sobre lo parecido.
Del mismo modo que Sheldrake, Jung tampoco supo donde ubicar este inconsciente
que es invisible, inmaterial e intangible pero que parece gobernar las rutas por las que
transitan las formas, los comportamientos humanos, el carácter, la manera de estar en
el mundo y los sueños.
La idea es que estamos conectados a una gran base de datos cósmica que puede
entenderse como un océano de campos que inflitran lo humano y a la humanidad
entera, en este modo de comprender las cosas determinados fenomenos que hoy
consideramos paranormales llegarán a ser comprendidos por la ciencia. Por ejemplo la
telepatía que siempre imaginamos como un modo de transmitir señales mentales a
distancia puede que no tenga nada que ver con esa imagen del viaje de señales.
Simplemente dos personas muy unidas entre sí pueden estar compartiendo un mismo
campo mórfico y una misma conexión-sintonización. En este tipo de personas -como a
veces sucede entre ciertas relaciones entre gemelos o en el vinculo madre-hijo- puede
haber trasducción de señales, no porque haya uno que emite y otro que recibe sino
porque existe una interface común que hace de puente entre ambos, algo asi como si
dos personas separadas entre sí por cientos de kilometros estuvieran oyendo un
mismo programa de radio interactivo y participando por tanto del mismo.
La idea de Seldrake posee aun otro aliciente sobreañadido: la mente no sería -en esta
forma de ver- un subproducto del cerebro sino la energía que le rebasa y al mismo
tiempo alimenta y que proceda de donde proceda lo cierto es que es seguramente el
lugar donde están todas las emisoras emitendo programas continuamente y con las
que cada cerebro sintoniza automáticamente según su querencia particular.

Rupert Sheldrake, Campos Mórficos


8 diciembre 2008 — alansuamon

Rupert Sheldrake es uno de los biólogos más controvertidos de nuestra época. Sus
teorías están revolucionando no sólo la rama científica de su campo sino que
desbordan hacia otras disciplinas como la física y la psicología. Los científicos
ortodoxos lo acusan de introducir la filosofía en la ciencia. En su libro “Una Nueva
Ciencia de la Vida”, Sheldrake toma posiciones en la corriente organicista u holística
clásica, sustentada por nombres como Von Bertalanffy y suTeoría General de Sistemas
o E.S. Russell, para cuestionar de forma tajante la visión mecanicista que da por
explicado cualquier comportamiento de los seres vivos mediante el estudio de sus
partes constituyentes y posterior reducción de los mismos a leyes químicas y físicas.
*******
¿QUÉ SON LOS CAMPOS MÓRFICOS?
La cuestión del desarrollo biológico, de la morfogénesis, está actualmente bastante
abierta y es tema de mucho debate dentro de la propia biología. Una alternativa al
enfoque mecanicista/reduccionista, que ha estado dando vueltas desde el 1920 es la
idea de campos morfogenéticos (moduladores de forma). En este modelo, los
organismos que crecen están modulados por campos que están tanto dentro como
alrededor de ellos, campos que contienen, como si se dijera, la forma del organismo.
Esto se encuentra más próximo a la tradición aristotélica que a cualquiera de los otros
enfoques tradicionales. Según va desarrollándose un roble, la bellota está asociada con
un campo de roble, una estructura organizadora invisible que organiza el desarrollo del
roble; es como un molde del roble, dentro del cual crece el organismo que se
desarrolla.
Un hecho que conduce al desarrollo de esta teoría es la notable habilidad que poseen
los organismos para reparar los daños. Si cortas un árbol en pequeños pedazos, cada
pedacito, tratado convenientemente, puede crecer como un nuevo árbol. De modo
que a partir de un diminuto fragmento, puedes obtener una totalidad. Las máquinas
no hacen eso; no tienen este poder de permanecer íntegras si retiras partes de ellas.
Pica un ordenador en pedacitos y todo lo que obtienes es un ordenador roto. No se
regenera en la forma de montones de pequeños ordenadores. Pero si cortas un gusano
platelminto en pedacitos, cada pedazo puede crecer como un nuevo platelminto.

Otra analogía es la del imán. Si partes un imán en pedacitos, obtienes montones de


pequeños imanes, cada uno con su campo magnético completo. Esta es una propiedad
holística que poseen los campos y que no tienen los sistemas mecánicos, a no ser que
estén asociados a campos. Otro ejemplo más todavía es el holograma, cualquier parte
del cual contiene la totalidad. Un holograma está basado en patrones de interferencia
en el interior de campos electromagnéticos. Los campos tienen así una propiedad
holística que resultaba muy atractiva para los biólogos que desarrollaron este
concepto de campos morfogenéticos.
Cada especie tiene sus propios campos, y en el interior de cada organismo existen
campos dentro de campos. Dentro de cada uno de nosotros está el campo de todo el
cuerpo; campos para los brazos y piernas y campos para los riñones e hígados; en el
interior hay campos para los diferentes tejidos dentro de estos órganos, y después
campos para las células, y campos para las estructuras subcelulares, y campos para las
moléculas, etcétera. Existe una serie entera de campos dentro de campos. La esencia
de esta hipótesis que estoy proponiendo es que estos campos, que están ya aceptados
bastante ampliamente dentro de la biología, poseen una especie de memoria
inherente que se deriva de formas previas de un tipo similar. El campo del hígado está
modulado por las formas de hígados anteriores y el campo del roble por las formas y
organización de robles anteriores. A través de estos robles, mediante un proceso
llamado “resonancia mórfica”, la influencia de lo similar sobre lo similar, existe una
conexión entre campos similares. Esto significa que la estructura de campos tiene una
memoria acumulativa, basada en lo que le ha ocurrido a la especie en el pasado. Esta
idea se aplica no solo a los organismos vivos sino también a moléculas proteicas,
cristales e incluso a átomos. En el reino de los cristales, por ejemplo, la teoría diría que
la forma que adopta un cristal depende de su campo mórfico característico.
“Campo mórfico” es un término más amplio que incluye los campos tanto de forma
como de comportamiento. De aquí en adelante, usaré la palabra “campo mórfico” en
lugar de “morfogenético”.
UNA NUEVA CIENCIA DE LA VIDA
Existe un gran número de experimentos que pueden realizarse en el campo de la
forma biológica y el desarrollo de la forma. En consecuencia, se aplican los mismos
principios al comportamiento, las formas de comportamiento y los patrones de
comportamiento. Considérese la hipótesis de que si se entrenan ratas para que
aprendan un nuevo truco en Santa Bárbara, entonces ratas a todo lo largo y ancho y
del mundo deberían ser capaces de aprender a hacer el mismo truco más
rápidamente, simplemente porque las ratas de Santa Bárbara lo han aprendido. Este
nuevo patrón de aprendizaje estará, como si dijéramos, en la memoria colectiva de las
ratas, en el campo mórfico de las ratas, con el que otras ratas pueden sintonizar por
resonancia mórfica, simplemente porque son ratas y porque están en circunstancias
similares. Puede parecer poco probable, pero este tipo de cosas ocurre o no ocurre.
Entre el vasto número de artículos sobre la psicología de las ratas que hayamos en los
archivos de experimentos, hay cierto número de ejemplos experimentales en los
cuales los investigadores han monitorizado de hecho ritmos de aprendizaje a lo largo
del tiempo y han descubierto misteriosos incrementos. En mi libro Una Nueva Ciencia
de la Vida [A New Science of Life], describo una serie tal de experimentos, que se
extendió por un período de 50 años. Un experimento empezado en Harvard y luego
continuado en Escocia y Australia, demostró que las ratas incrementaron su ritmo de
aprendizaje más de diez veces. Se trata de un fenómeno enorme, no de algún
resultado marginal estadísticamente significativo. Este ritmo mejorado de aprendizaje
ocurrió en situaciones de aprendizaje idénticas, en estas tres localizaciones separadas
y en todas las ratas de la misma raza, no sólo en ratas descendientes de padres
entrenados.
Existen otros ejemplos de difusión espontánea de nuevos hábitos en animales y aves,
que proporcionan al menos evidencia circunstancial de la teoría de resonancia mórfica.
El mejor documentado de éstos lo constituye el comportamiento de los herrerillos
azules, un pequeño pájaro de cabeza azulada común en toda Gran Bretaña. Todavía
hoy se reparte leche fresca de puerta en puerta cada mañana en Gran Bretaña. Hasta
alrededor del año 1950, los tapones de las botellas de leche se hacían de cartón. En
1921, en Southampton, se observó un extraño fenómeno. Cuando la gente salía por la
mañana a recoger sus botellas de leche, encontraba pequeños trozos de cartulina todo
en rededor de la base de la botella, y que la crema de la parte superior de la botella
había desaparecido. Una observación más estrecha reveló que esto era causado por
los herrerillos azules, los cuales se sentaban sobre la boca de la botella, extraían la
cartulina con sus picos, y después bebían la crema. ¡Incluso se dieron varios casos
trágicos en los que herrerillos azules fueron descubiertos ahogados con la cabeza en la
leche!
Este incidente produjo un considerable interés. El hecho apareció entonces en otro
lugar de Gran Bretaña, a cerca de 50 millas de distancia; y después en algún otro lugar
a 100 millas de distancia. Fuere cuando fuere que comenzara el fenómeno de los
herrerillos azules, empezó a extenderse localmente, presumiblemente por imitación.
Sin embargo, los herrerillos azules son criaturas muy hogareñas, y normalmente no
viajan más de cuatro o cinco millas. Por lo tanto, la diseminación del comportamiento
a lo largo de grandes distancias sólo podía explicarse en términos de un
descubrimiento independiente del hábito.
El hábito del herrerillo azul fue cartografiado a lo largo y ancho de Gran Bretaña hasta
1947. Para entonces se había vuelto más o menos universal. Las personas que
realizaron el estudio llegaron a la conclusión de que debió ser “inventado” de manera
independiente por lo menos 50 veces. Aún más, el ritmo de extensión del hábito se
aceleró con el paso del tiempo. En otros lugares de Europa donde las botellas de leche
son repartidas al pie de las escaleras de las casas, tales como Escandinavia y Holanda,
el hábito también afloró durante los años 1930, extendiéndose de una manera similar.
He aquí un modelo de comportamiento que se extendió de un modo tal que parecía
acelerarse con el tiempo, y que podría proporcionar un ejemplo de resonancia mórfica.
Pero existe una evidencia aún más fuerte de la resonancia mórfica. Debido a la
ocupación alemana de Holanda, el reparto de leche cesó durante 1939-40. Los
repartos no se reanudaron hasta 1948. Como los herrerillos azules suelen vivir sólo dos
o tres años, probablemente no quedaban herrerillos azules vivos en 1948 que habían
vivido en la época en que la leche fue repartida por última vez. Sin embargo, en cuanto
se retomó el reparto de leche en 1948, la apertura de botellas de leche por los
herrerillos azules surgió rápidamente en lugares bastante separados de Holanda,
extendiéndose de manera extremadamente rápida hasta que, en uno o dos años, era
una vez más universal. Tal comportamiento se difundió con mucha más rapidez, y
surgió independientemente con una frecuencia mucho mayor, la segunda vez que la
primera. Este ejemplo prueba la propagación evolutiva de un nuevo hábito que
probablemente no es genética sino que depende más bien de una especie de memoria
colectiva debida a la resonancia mórfica.
Lo que estoy sugiriendo es que la herencia no depende sólo del ADN, el cual permite a
los organismos construir los bloques constructivos químicos –las proteínas–, sino
también de la resonancia mórfica. La herencia tiene así dos aspectos: uno, una
herencia genética que da cuenta de la herencia de las proteínas mediante el control de
la síntesis proteica por parte del ADN; el segundo, una forma de herencia basada en los
campos mórficos y la resonancia mórfica, que es no-genética y que se hereda
directamente de los miembros pasados de la especie. Este último mecanismo de
herencia está relacionado con la organización de forma y comportamiento.
LA ALEGORÍA DEL APARATO DE TELEVISIÓN
Las diferencias y conexiones entre estas dos formas de herencia se vuelven más fáciles
de comprender si consideramos la analogía de la televisión. Piensa en las imágenes de
la pantalla como la forma, objeto de nuestro interés. Si no supieras cómo surgió la
forma [las imágenes], la explicación más obvia sería que dentro del aparato había
personitas cuyas sombras estabas viendo proyectadas en la pantalla. Los niños piensan
a menudo de esta manera. Si apartas la tapa del aparato, y miras dentro, encuentras
que allí no hay personitas. Después podrías ser más sutil y especular con que las
personitas son microscópicas y están de hecho dentro de los cables del aparato de TV.
Pero si miras los cables a través de un microscopio, tampoco allí puedes encontrar
ninguna personita.
Podrías volverte todavía más sutil y proponer que las personas diminutas de la pantalla
surgen de hecho a través de una “compleja interacción entre partes del aparato que
no se comprenden completamente todavía”. Podrías pensar que esta teoría sería
probada si cortaras unos pocos transistores del aparato. La gente desaparecería. Si
repusieras los transistores, volverían a aparecer. Esto podría proporcionar evidencia
convincente de que las imágenes surgen de dentro del aparato, y enteramente sobre
la base de una interacción interna.
Supón que alguien sugiriera que las imágenes de las personitas vienen del exterior del
aparato, y que el aparato toma las imágenes como resultado de vibraciones invisibles a
las que el aparato está sintonizado. Esto sonaría probablemente como una explicación
muy oculta y mística. Podrías negar que nada llega al interior del aparato. Podrías
incluso “probarlo”•pesando el aparato apagado y encendido; pesaría lo mismo. Por lo
tanto, podrías concluir que nada está entrando al aparato.
Creo que ésta es la posición de la biología moderna, que intenta explicar todo en
términos de lo que ocurre en el interior. Cuanto más explicaciones para la forma se
buscan en el interior, tanto más elusivas prueban ser dichas explicaciones, y tanto más
se adscriben a interacciones incluso más sutiles y complejas, lo cual siempre elude
toda investigación. Tal y como estoy sugiriendo, las formas y patrones de
comportamiento son de hecho sintonizadas dentro por conexiones invisibles que
surgen fuera del organismo. El desarrollo de la forma es un resultado de tanto la
organización interna del organismo y la interacción de los campos mórficos a los que
está sintonizado.
Las mutaciones genéticas pueden afectar a este desarrollo. Piénsese de nuevo en el
aparato de TV. Si mutamos un transistor o un condensador dentro del aparato, puedes
obtener imágenes o sonidos distorsionados. Pero esto no prueba que las imágenes y el
sonido estén programados por estos componentes. Ni tampoco prueba que estén
programadas por los genes, si encontramos que hay alteraciones de forma y
comportamiento como resultado de una mutación genética la forma y el
comportamiento.
Existe otro tipo de mutación que es particularmente interesante. Imagina una
mutación en el circuito de sintonización de tu aparato, tal que altera la frecuencia de
resonancia del circuito de sintonización. El sintonizar tu TV depende de un fenómeno
de resonancia: el sintonizador resuena a la misma frecuencia que la de la señal
transmitida por las diferentes estaciones. Así los diales de sintonización se miden en
hertzios, que es una medida de frecuencia. Imagina una mutación en el sistema de
sintonización de manera tal que sintonizas un canal y en realidad aparece otro. Podrías
rastrear la causa hasta llegar a un solo condensador o una sola resistencia que habría
sufrido una mutación. Pero no sería válido concluir de ahí que los nuevos programas
que estás viendo, las diferentes personas, las diferentes películas y anuncios, están
programados dentro del componente que ha cambiado. Ni prueba tampoco que la
forma y el comportamiento estén programados en el ADN cuando las mutaciones
genéticas conducen a cambios en la forma y el comportamiento. El supuesto habitual
es que si puedes ver que algo se altera como resultado de una mutación, entonces eso
debe estar programado por, o controlado por, o determinado por, un gene. Espero
que esta analogía de la TV deje claro que ésta no es la única conclusión. Podría ocurrir
que estuviera afectando al sistema de sintonización.
UNA NUEVA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN
Se está realizando un trabajo ingente en la investigación biológica contemporánea
sobre dichas mutaciones “de sintonización” (formalmente llamadas “mutaciones
homeóticas”). El animal más usado en tales investigaciones es la Drosophila, la mosca
de la fruta. Se ha encontrado que todo un rango de mutaciones produce varias
monstruosidades. Un tipo de éstas, llamado “antennapedia”, lleva a que las antenas se
transformen en patas. Las desafortunadas moscas, que contienen sólo un gen
alterado, producen patas que crecen hacia fuera de sus cabezas en lugar de antenas.
Existe otra mutación que lleva al segundo o tercer par de patas de la Drosophila a
transformarse en antenas. Normalmente las moscas tienen un par de alas y, en el
segmento posterior a éstas hay unos pequeños órganos equilibradores llamados
“cabestros”. Otra mutación conduce a que el segmento que normalmente porta los
cabestros se transforme en un duplicado del primer segmento, de manera que estas
moscas tienen cuatro alas en lugar de dos. Se les llama “mutantes bitorácicas”.
Todas estas mutaciones dependen de genes individuales. Propongo que estas
mutaciones de los genes individuales alteran de algún modo la sintonización de una
parte del tejido embrionario, de tal forma que sintonizan con un campo mórfico
diferente del que normalmente sintonizarían, surgiendo así un conjunto diferente de
estructuras; justo como sintonizar un canal diferente de TV.
A partir de estas analogías, uno puede ver cómo tanto la genética como la resonancia
mórfica están involucrados en la herencia. Por supuesto, una nueva teoría de la
herencia conduce a una nueva teoría de la evolución. Al día presente, la teoría
evolucionista está basada en el supuesto de que virtualmente toda herencia es
genética. La sociobiología y el neodarwinismo en todas sus variantes se basan en la
selección genética, la frecuencia genética, etcétera. La teoría de la resonancia mórfica
conduce a una visión mucho más amplia que permite una vez más tomar seriamente
una de las grandes herejías de la biología, a saber, la idea de la herencia de
características adquiridas. Los comportamientos que aprenden los organismos, o las
formas que desarrollan, pueden ser heredados por otros, incluso si no descienden de
los organismos originales, por resonancia mórfica.
UN NUEVO CONCEPTO DE MEMORIA
Cuando consideramos la memoria, esta hipótesis conduce a una aproximación muy
diferente de la tradicional. El concepto clave de resonancia mórfica es que cosas
similares influyen sobre cosas similares a través del espacio y el tiempo. El grado de
influencia depende del grado de similitud. La mayoría de los organismos son más
similares a ellos mismos en el pasado de lo que lo son a cualquier otro organismo. Yo
soy más similar a mí mismo hace cinco minutos que lo que lo soy a ti; todos nosotros
somos más como nosotros en el pasado que cualquier otro. Lo mismo es cierto para
cualquier otro organismo. Esta auto-resonancia con los estados pasados de un mismo
organismo en el ámbito de la forma ayuda a estabilizar los campos morfogenéticos, a
estabilizar la forma del organismo, incluso aunque los constituyentes químicos de las
células estén funcionando y cambiando. Los patrones habituales de comportamiento
también son sintonizados por el proceso de auto-resonancia. Si comienzo montando
en bicicleta, por ejemplo, el patrón de actividad de mi sistema nervioso y mis
músculos, en respuesta a mantener el equilibrio sobre la bicicleta, me sintoniza
inmediatamente por similitud a todas las ocasiones previas en las que he montado en
bicicleta. Esta experiencia de montar en bicicleta se da por resonancia mórfica
acumulativa con todas esas ocasiones pasadas. No es una memoria verbal o
intelectual; es una memoria corporal de montar en bicicleta.
Esto también se aplicaría a mi memoria de hechos reales: lo que hice ayer en Los
Ángeles o el año pasado en Inglaterra. Cuando pienso en estos sucesos particulares,
estoy sintonizando con las ocasiones en las que estos sucesos ocurrieron. Existe una
conexión causal directa a través del proceso de sintonización. Si esta hipótesis es
correcta, no es necesario asumir que los recuerdos están almacenados en el cerebro.
EL MISTERIO DE LA MENTE
Todos nosotros hemos crecido con la idea de que los recuerdos están almacenados en
el cerebro. Usamos la palabra “cerebro” de manera intercambiable con “mente” o
“memoria”. Estoy sugiriendo que el cerebro es más como un sistema de sintonización
que un dispositivo de almacenamiento de memoria. Uno de los argumentos principales
para la localización de la memoria en el cerebro es el hecho de que ciertos tipos de
daño cerebral pueden conducir a una pérdida de memoria. Si el cerebro es dañado en
un accidente de coche y alguien pierde la memoria, entonces la suposición obvia es
que el tejido de la memoria ha debido ser destruido. Pero esto no es necesariamente
así.
Considérese de nuevo la analogía de la TV. Si dañara tu aparato de TV para que fueras
incapaz de recibir ciertos canales, o si hiciera enmudecer al aparato de TV mediante la
destrucción de la parte relacionada con la producción de sonido a fin de que todavía
pudieras recibir imágenes pero no sonido, esto no probaría que el sonido o las
imágenes estaban almacenadas dentro del aparato de TV. Meramente demostraría
que yo había afectado el sistema de sintonización para que tú no pudieras ya recibir la
señal correcta. La pérdida de memoria por daño cerebral no prueba ya que la memoria
esté almacenada dentro del cerebro. De hecho, la mayor parte de la memoria perdida
es temporal: la amnesia que sigue a una conmoción, por ejemplo, es a menudo
temporal. Esta recuperación de memoria es muy difícil de explicar en términos de
teorías convencionales: si los recuerdos han sido destruidos porque el tejido de
memoria ha sido destruido, no deberían regresar de nuevo; y sin embargo a menudo
lo hacen.
Los experimentos sobre estimulación eléctrica del cerebro por Wilder Penfield y otros
sugieren otro argumento a favor de la localización de la memoria en el interior del
cerebro. Penfield estimuló los lóbulos temporales de los cerebros de pacientes
epilépticos y encontró que algunos de estos estímulos podían provocar respuestas
vívidas que los pacientes interpretaban como recuerdos de cosas que habían hecho en
el pasado. Penfield supuso que, de hecho, estaba estimulando recuerdos que estaban
almacenados en el córtex. Volviendo de nuevo a la analogía de la TV, si estimulara el
circuito de sintonización de tu aparato de TV y saltara a otro canal, esto no probaría
que la información estaba almacenada dentro del circuito de sintonización. Es
interesante que, en su último libro, The Mistery of the Mind [El Misterio de la Mente],
el propio Penfield abandonaba la idea de que los experimentos probaban que la
memoria estaba dentro del cerebro. Y llegaba a la conclusión de que la memoria no
estaba almacenada en absoluto en el córtex.
Ha habido muchos intentos de localizar trazas de memoria en el interior del cerebro, el
más conocido de los cuales fue realizado por Kart Lashley, el gran neurofisiólogo
americano. Entrenó ratas para que aprendieran trucos, después cortó pedazos de sus
cerebros para determinar si las ratas todavía podían hacer trucos. Para su asombro,
encontró que podía retirar más del cincuenta por ciento del cerebro –cualquier 50%– y
no había virtualmente ningún efecto en la retención de este aprendizaje. Cuando retiró
todo el cerebro, las ratas no podían realizar ya los trucos, así que concluyó que el
cerebro era necesario de algún modo a la ejecución de la tarea, lo cual no es
precisamente una conclusión muy sorprendente. Lo que fue sorprendente fue cuánto
del cerebro podía suprimir sin afectar a la memoria.
Otros investigadores han encontrado resultados similares incluso con invertebrados
como el pulpo. Esto condujo a un experimentador a especular con que la memoria
estaba tanto en cualquier sitio como en ninguno en particular. El mismo Lashley
concluyó que los recuerdos están almacenados de una manera distribuida por todo el
cerebro, ya que no pudo encontrar las trazas de memoria que requería la teoría
clásica. Su estudiante, Karl Pribram, extendió esta idea con la teoría holográfica del
almacenamiento de memoria: la memoria es como una imagen holográfica,
almacenada como un patrón de interferencia por todo el cerebro.
Lo que Lashley y Pribram (al menos en alguno de sus escritos) no parecen haber
considerado es la posibilidad de que los recuerdos pueden no estar almacenados en el
cerebro en absoluto. La idea de que no están almacenados en el interior del cerebro es
más consistente con los datos disponibles que con las teorías convencionales o la
teoría holográfica.
Han surgido muchas dificultades al tratar de localizar el almacenamiento de memoria
en el cerebro; en parte porque el cerebro es mucho más dinámico de lo que
previamente se pensaba. Si el cerebro está para servir como almacén de memoria,
entonces el sistema de almacenamiento tendría que permanecer estable; sin embargo
ahora se sabe que las células nerviosas funcionan mucho más rápidamente de lo que
se pensaba previamente. Todas las sustancias químicas en las sinápsis y las estructuras
nerviosas y moleculares están funcionando y cambiando todo el tiempo. Con un
cerebro muy dinámico, es difícil ver como se almacenan los recuerdos.
Hay también un problema lógico, que varios filósofos han señalado, con las teorías
convencionales de almacenamiento de memoria. Todas las teorías convencionales
asumen que los recuerdos están de alguna forma codificados y localizados en una
memoria almacenada en el cerebro. Cuando son necesarias son recuperadas por un
sistema de recuperación. A esto se le llama modelo de codificación, almacenaje y
recuperación. No obstante, para que un sistema de recuperación recupere algo, debe
saber lo que quiere recuperar; un sistema de recuperación de memoria debe saber lo
que la memoria está buscando. Así debe ser posible reconocer el recuerdo que está
intentando recuperar. A fin de reconocerlo, el propio sistema de recuperación debe
tener algún tipo de memoria. Por lo tanto, el sistema de recuperación debe tener un
sistema de sub-recuperación para recuperar sus recuerdos de su almacén. Esto
conduce a una regresión infinita. Varios filósofos argumentan que éste es un fallo
lógico fatal en cualquier teoría convencional sobre el almacenamiento de memoria. Sin
embargo, en general, los teóricos de la memoria no están demasiado interesados en lo
que dicen los filósofos, así que no se molestan en replicar a este argumento. Sin
embargo, a mí me parece en verdad bastante poderoso.
Al considerar la teoría de la resonancia mórfica de la memoria, podríamos preguntar: si
sintonizamos con nuestras propios recuerdos, entonces ¿por qué no sintonizamos
también con los de otras personas? Creo que lo hacemos, y toda la base del enfoque
que estoy sugiriendo es que hay una memoria colectiva con la que todos nosotros
estamos sintonizados, la cual conforma un trasfondo contra el cual se desarrolla
nuestra experiencia y contra el cual se desarrollan nuestros recuerdos individuales.
Este concepto es muy similar a la noción de memoria colectiva.
Jung pensaba en la memoria inconsciente como una memoria colectiva: la memoria
colectiva de la humanidad. Pensaba que la gente estaría más sintonizada con
miembros de su propia familia y raza y grupo social y cultural, pero que no obstante
habría una resonancia de fondo de toda la humanidad: una experiencia común o
promediada de cosas básicas que toda la gente experimenta (e.g. la conducta materna
y varios patrones sociales y estructuras de experiencia y pensamiento). No sería tanto
una memoria de personas particulares del pasado como un promedio de las formas
básicas de las estructuras de memoria; estos son los arquetipos. La noción de Jung de
inconsciente colectivo tiene extremadamente buen sentido en el contexto del enfoque
general que estoy avanzando. La teoría de la resonancia mórfica conduce a una
reafirmación radical del concepto junguiano de inconsciente colectivo.
Esto necesita ser reafirmado porque el contexto mecanicista corriente de la biología, la
medicina y la psicología convencional niega que pueda haber una cosa tal como el
inconsciente colectivo El concepto de una memoria colectiva de una raza o una especie
ha sido excluido incluso como posibilidad teórica. De acuerdo a la teoría convencional,
no puedes tener ninguna herencia de características adquiridas; sólo puedes tener una
herencia de mutaciones genéticas. Según las premisas de la biología convencional, no
habría modo de que las experiencias y mitos de, por ejemplo, las tribus africanas,
tuvieran alguna influencia en los sueños de alguien de descendencia no africana en
Suiza; lo cual era el tipo de cosa que Jung pensaba que de hecho ocurría. Desde el
punto de vista convencional, esto es bastante imposible, y es la razón por la que la
mayoría de biólogos y otros expertos dentro de la corriente dominante de la ciencia no
toman en serio la idea de inconsciente colectivo. Se la considera una idea rara y
alternativa que puede tener algún valor poético como una especie de metáfora, pero
que no tiene ninguna relevancia para la ciencia propiamente dicha, ya que es un
concepto completamente insostenible desde el punto de vista de la biología normal.
La aproximación que estoy proponiendo es muy similar a la idea junguiana de
inconsciente colectivo. La diferencia principal es que la idea de Jung se aplicaba
principalmente a la experiencia humana y a la memoria colectiva humana. Lo que
estoy sugiriendo es que un principio muy similar opera en todo el universo, no sólo en
los seres humanos. Si el tipo de cambio radical de paradigma del que estoy hablando
sigue adelante dentro de la biología –si la hipótesis de resonancia mórfica es siquiera
aproximadamente correcta– entonces la idea de Jung de inconsciente colectivo se
convertiría en una idea dominante: los campos morfogenéticos y el concepto de
inconsciente colectivo cambiarían completamente el contexto de la moderna
psicología. (…….)
Artículo completo en: “Mente, Memoria y Arquetipo”, Rupert Sheldrake
Estamos frente a una nueva forma de aprender Dicen que nuestro cerebro adquirió su
tamaño actual hace aproximadamente 200.000 años pero no fue hasta hace 40.000
cuando dimos el verdadero salto mental. Los científicos aseguran que aunque aquel
primer cerebro ya disponía de todas las neuronas, hicieron falta miles de años para
que se produjeran las conexiones, las redes del cerebro humano actual. En este
proceso fue clave el papel de las denominadas neuronas espejo. Un tipo especial de
neuronas que se activan cuando un individuo realiza una acción y también cuando
observa una acción similar llevada a cabo por otro individuo."Las neuronas
espejo ¬asegura Giacomo Rizzolatti, descubridor de estas células- nos permiten
entender la mente de los demás, no sólo a través de un razonamiento conceptual
sino mediante la simulación directa; sintiendo, no pensando Cientos de
científicos están convencidos de que este descubrimiento va a ser clave en los
próximos años. Las neuronas espejo proporcionarán un marco unificador y ayudarán a
explicar una multitud de capacidades mentales que hasta ahora han
permanecido misteriosas e inaccesibles a los experimentos. Nos encontramos ante
una nueva forma de aprendizaje más eumed•net www.eumed.net/entelequia Núm.
13 (primavera 2011) Elsy Vianelly / 179 ENTELEQUIA revista interdisciplinar rápida y
eficaz que nos permite -utilizando el cerebro como herramienta¬ no sólo aprender
nuevas tareas sino también modificar las ya aprendidas. Muchos entrenadores utilizan
este método con sus atletas como parte del entrenamiento, lo denominan
visualización previa. Es la forma natural de aprendizaje que tenemos despierta cuando
somos niños e intentamos imitar acciones y gestos de los mayores. Se ha comprobado
que aprendemos por observación y no porque hayamos memorizado los movimientos
como se creía antes. Una Ventana Abierta Si desde que tuvo lugar el despertar de
nuestra inteligencia no hemos parado de evolucionar, y ello ha ocurrido con
independencia al conocimiento que hemos tenido, ahora que empezamos a
comprender el mecanismo de aprendizaje y el funcionamiento de nuestra mente,
podríamos encontrarnos ante las puertas de un nuevo salto evolutivo. Y ello podría
estar enteramente en nuestras manos. ¿Qué pasaría si mis primeros pensamientos al
levantarme tuviesen el poder de afectar a todo lo que hiciera durante el día? ¿Qué
sucedería si esos mismos pensamientos tuviesen la fuerza de afectar e influir a todo
cuanto me rodea? Así por ejemplo, los educadores han sabido siempre que la
ansiedad afecta la capacidad de aprender del estudiante; ésta, desde el punto de
vista de la actividad cerebral, es como un estado arrítmico de ruido, de entropía. De
esa manera, el modelo holográfico del cerebro que considera a éste como un
analizador complejo de frecuencias, permite comprender las diferencias
individuales de estilo de aprendizaje y permite comprender qué métodos
de enseñanza, como la meditación, el biofeedback, la música y la sugestología,
pueden generar estados armoniosos más relajados en los estudiantes,
permitiéndoles elevar su nivel de asimilación. Por otra parte, en relación al acto de
atención se presume que esconde secretos que no se comprenden bien. Algunos
investigadores están llegando a creer que el acto de atención puede que sea más
importante que el aprendizaje mismo del autocontrol fisiológico. Asimismo, los físicos,
entre ellos Pribram, han especulado que la música clásica altera la conciencia, así por
ejemplo, los grandes acordes de Beethoven son capaces de activar los
neurotransmisores cerebrales impulsándose los procesos cerebrales. Estos mismos
principios se utilizan en la salud, la psicoterapia y la religión .Las
descripciones de una sensación de flujo-como en el amor, la alegría, la seguridad y el
proceso creativo- en realidad pueden estar reflejando estados de conciencia en
resonancia con el aspecto "ondulatorio" holístico de la realidad. Por otra parte,
La ansiedad, la ira y la angustia representarían estados fragmentados de la
conciencia. Las investigaciones de la conciencia ya han establecido una correlación
entre el cerebro límbico y ese tipo de experiencias. El término "trascendencia" puede
ser una descripción literal -cierto tipo de relación de fase entre dos procesos
cerebrales que generalmente son considerados como mutuamente exclusivos:
lo analítico y lo holístico, como partículas y ondas, lo intelectual y lo intuitivo. La
Conciencia del Siglo XXI: Modelo Holográfico de Karl Pribram eumed•net
www.eumed.net/entelequia Núm. 13 (primavera 2011) Elsy Vianelly / 180
ENTELEQUIA revista interdisciplinar Si a principios de esta década podía decirse que
una teoría científica seria representaba la novedosa concepción general de que en el
universo todo es vibración, ésta era, sin duda, la del Modelo Holográfico del Cerebro
de Karl Pribram, según la cual a partir de las frecuencias vibratorias que entran a través
de los canales sensoriales, el cerebro crea el espacio, el tiempo, los objetos y la
realidad exterior misma. Esto ha conducido a la conocida hipérbole de que los
acontecimientos que definen la actividad cerebral están fuera del espacio¬tiempo y se
explican como holos que se producen interminablemente en las estructuras
microtubulares de las neuronas. El paradigma holográfico sugiere que la dinámica
de la vida es no¬lineal, de modo parecido a los sueños, a los momentos en que se
experimentan emociones fuertes o en los momentos de iluminación, en los que,
en un instante, comprendemos cosas que de otro modo hubiera necesitado
horas y horas de paciente trabajo. La no linealidad del estilo de vida asociado con la
idea de holograma es percibida como si fuera una tabla de salvación para el ser
humano hambriento de unidad ontológica, de totalidad. Además, permite ser creativo
pues va más allá de los límites esquizoides de la noción de karma o ley de causa y
efecto, que ilustra como nada la linealidad en ese proceso que llamamos vida para
sustituirlo por un esquema reticular de relaciones y vínculos entre acontecimientos
que forman una red, en la que varias causas pueden tener un efecto común y una
causa puede dar lugar a varios efectos distintos. Esto amplía nuestra visión del mundo
y la hace más incluyente, más global, a la vez que nos hace más responsables al
hacernos conscientes de toda una red de individuos y acontecimientos que se
interdetermina en todo momento del tiempo Recordemos que un holograma es como
una fotografía tridimensional, o más bien, como se dice hoy en día, un sistema
óptico ¬sin lentes- de almacenamiento y recuperación de la información. Su
peculiaridad reside en que toda la imagen se encuentra en cualquier parte del soporte
fotosensible -el análogo de la película fotográfica de y las fotos clásicas
bidimensionales- de forma que si se parte una imagen por la mitad, en cada una de las
dos mitades aparecerá la imagen original ¡entera! El fundamento teórico de esta
maravilla es el concepto de patrón de interferencias. La forma más accesible de
visualizar este último concepto es la ofrecida por el panorama que se observa cuando
se lanzan simultáneamente dos o más piedras sobre la superficie de un estanque en
calma. Cada una de las piedras produce ondas concéntricas que se desplazan hacia el
borde del estanque; pues bien, el patrón geométrico resultante del choque entre sí de
esas olas es un patrón de interferencias. De forma similar, la placa en la que se graba el
holograma recoge un patrón de interferencias, formadas por el entrechocar de ondas
luminosas; en este caso, si se observara directamente una placa holográfica lo que se
vería sería sólo eso: un patrón difuso, un caos luminoso sin ningún sentido ni forma.
La astucia de los inventores de la fotografía holográfica, Emmet Leith y Juri Upatnicks,
consistió en emplear un rayo de luz coherente -un láser¬ para hacer que surja, de
entre esa confusión luminosa, la imagen nítida y tridimensional del objeto que se
fotografió. De esa manera, toda existencia se debe a un patrón de interferencias
vivificadas en el cerebro, por lo que se podría llamar el rayo láser de la voluntad, que
actuaría a nivel de los campos receptivos de las neuronas individuales del sistema
visual y hasta, en cierta manera, de los sistemas de los demás sentidos. En ese aspecto,
puede decirse que el cerebro crea la realidad. eumed•net www.eumed.net/entelequia
Núm. 13 (primavera 2011) Elsy Vianelly / 181 ENTELEQUIA revista interdisciplinar Del
Cerebro Holográfico al Cerebro Cuántico El modelo holográfico del cerebro de Pribram
planteaba que, a nivel del contacto entre las dendritas de las neuronas, tiene lugar una
interferencia de ondas electromagnéticas que da lugar al mecanismo holográfico de
representación de la memoria. Los foros científicos hierven con una nueva idea: los
conductores de la conciencia son unas estructuras microtubulares de proteínas ¬los
microtúbulos- alojadas en el citoplasma por todo el cuerpo y, en particular, en el
cerebro, en las neuronas. Los microtúbulos, que tienen u diámetro de 3 millonésimas
de centímetro, se comportan de manera inusual, alrededor y dentro de las células,
sirviendo de esqueleto de éstas y conduciendo señales químicas. Según Stuart (2005),
un anestesiólogo de la Universidad de Arizona, este citoesqueleto también
conduce los impulsos nerviosos de una célula a otra, constituyendo de esa manera
los caminos de la conciencia El anestesiólogo precisa que la red de mícrofibulos
dentro de la red neuronal sería el escenario donde se desempeña el drama cuántico de
la conciencia Pero ¿cómo surge la conciencia y qué mecanismo permite que se
transmita? El arquitecto de la idea predominante hoy en día es el físico y matemático
Roger Penrose, de la Universidad de Oxford, Inglaterra -especialista en relatividad
global y cosmología, de la talla de un Stephen Hawking- quien postula que la
conciencia es el producto de un fenómeno de coherencia cuántica en el cerebro -la
misma coherencia de la luz de la que consiste un rayo láser¬. La conciencia se
transmitiría, pues, como rayos de luz coherente que corren a lo largo del laberinto de
microtúbulos que sustenta y permea a todas las células del cerebro. En ese sentido, el
cerebro se parecería a un ordenador óptico que, en vez de servirse de impulsos
eléctricos para transmitir la información, se sirve de luz coherente, es decir, de rayos
láser que transmiten no información, sino conciencia, que es algo más que
lo anterior. Eventualmente, ambos creadores se conocieron y del maridaje de sus
ideas surgió el primer Modelo Cuántico del Cerebro, que da cuenta de la aparición del
fenómeno de la conciencia y de su transmisión. No debe ser confundido con el Modelo
Holográfico, que da cuenta sólo del fenómeno de la memoria, de la formación de
imágenes Hay que decir que la idea del empleo de la mecánica cuántica en el cerebro
no es nueva, pero éste es el primer modelo que describe adecuadamente qué es lo
que sucede a nivel celular. Los aspectos de la conciencia que se ven reflejados en él
tienen que ver con los atributos no computables, no algorítmicos, de la conciencia,
como la estética y la intuición, lo que confirma que el cerebro es un sistema dinámico
complejo y no un simple procesador de información, como hasta ahora querían los
especialistas en inteligencia artificial Por otra parte, hay una distinción entre impulso
nervioso y actividad eléctrica, y entre éstos e información Pribram explica, no sin un
cierto matiz humorístico, que incluso cualidades complejas de la conciencia como el
amor o recordar los sabores de una pizza, puede ser consideradas como
combinaciones de campos bosónicos, como los fonónicos o campos de
resonancias, muy efímeros, o los fotónicos o campo asociado a la luz, eterno, que en
su calidad de estados cuánticos macroscópicos del cerebro tienen propiedades que
pueden dar cuenta de fenómenos psicológicos como son el Yo y el libre albedrío.
eumed•net www.eumed.net/entelequia Núm. 13 (primavera 2011) Elsy Vianelly / 182
ENTELEQUIA revista interdisciplinar El Cerebro Cuántico: Puerta de entrada a los
universos paralelos Ya en el borde de lo que el sentido común se resigna a aceptar, el
neurocientífico Globus plantea que todos los mundos posibles -en el sentido de los
universos paralelos de Everett, Wheeler y otros- están dentro del cerebro, en ese
enigmático estado de latencia que es conocido como la superposición cuántica. Según
su teoría, el mecanismo de la percepción selecciona un mundo de entre los que
conforman el holomundo del inconsciente universal y lo trae a la conciencia, lo realiza.
Esa realización -esa materialización, diría yo¬, es el famoso colapso de la función de
ondas que se nos presenta como un proceso de selección de estos mundos a priori ¬o
implícitos, como decía David Bohm-.Uno de los problemas que inquietan a muchos es
cómo este modelo puede asegurar que dicha selección sea común a todos los seres
vivientes, es decir, cómo es que todos, al menos aparentemente, participamos del
mismo mundo. Según el neurofisiólogo mexicano Jacobo Grinberg Zylberbaum, colega
de Pribram, esto sería así ya que sus experimentos muestran que todos los cerebros
están suprafísicamente conectados entre sí y formarían un gigantesco cerebro
iluminado por una mente colectiva… Otra de las predicciones sorprendentes es que la
alquimia cerebral de los universos paralelos tiene lugar sólo en un estado de perfecto
aislamiento debido a la dualidad cuántica entre observador y observado, producto de
que, como especulan los científicos de la mente y del cerebro, este último es lo
que se considera un Ordenador Cuántico. Esta condición de aislamiento, de
soledad, sugiere precisamente una subjetividad inaccesible a la observación externa,
característica propia de la conciencia, y daría cuenta de los fallos de los experimentos
de laboratorios que tratan de repetir, corroborar, comprobar la presencia de
facultades psíquicas en los sujetos. También explicaría brillantemente aquello de que
"en silencio ha tenido que ser", tan propio de los maestros sufíes que rehúyen la
palabra, las explicaciones, a la hora de enseñar, de transmitir un conocimiento... O
sería la reivindicación de Carlos Castañeda con su conocimiento silencioso…
estas son, en definitiva, algunas de las avanzadas teorías que se postulan en el Centro
de Investigaciones del Cerebro y de las Ciencias de la Información de Karl Pribram. El
tiempo nos dirá si son correctas. Campos y resonancia mórfica: La formación
transhistórica Los reordenamientos de la ciencia ante la evidente complejidad del
mundo no puede negarse al hecho cierto de que el hombre manifiesta actitudes y aun
conocimientos de sus antecesores, cuya explicación ha sido atribuida a la
herencia transhistórica o memoria colectiva heredaba, que Sheldrake (1989)
denominó campos mórficos los cuales gobiernan no sólo la estructura de los
organismos vivos, sino también su conducta. En este espacio investigativo, Sheldrake
(1990) afirma que los hábitos y la conducta que cualquier especie tuvo en el pasado se
acumulan y, por obra de un proceso que él llama Resonancia Mórfica afecta la
conducta y los hábitos de las especies que viven hoy. La resonancia mórfica en
biología representa la existencia de una memoria intrínseca en el
comportamiento de los organismos. eumed•net www.eumed.net/entelequia Núm. 13
(primavera 2011) Elsy Vianelly / 183 ENTELEQUIA revista interdisciplinar La
característica más trascendental de los campos mórficos es que cuando un sistema
organizado deja de existir éstos no desaparecen sino permanecen como patrones
organizativos de influencia potencial. En virtud de ello serían los medios
intangibles para incorporar, conservar y heredar los hábitos de la especie, en
definitiva son campos de formación. Son, por tanto, un medio de acción a distancia a
través de los cuales los organismos se afectan entre sí sin que medie entre ellos una
aproximación o contacto material. Campos mórficos, más allá de nuestros cerebros …
Se puede inferir que los campos mórficos trascienden el cerebro y nos unen a los
objetos que percibimos proporcionándonos la capacidad de afectarlos con nuestra
atención e intención y esto se puede comprobar cuando nos damos cuenta de que
alguien nos está mirando desde atrás o cuando visitamos un lugar por vez primera y
pensamos que ya antes habíamos estado allí incluso podemos “adivinar” detalles del
mismo. Si es cierto que la resonancia mórfica existe entonces el promedio de
rendimiento en los tests de inteligencia debería aumentar, no porque los sujetos sean
más inteligentes sino porque les resultan más fáciles resolver como resultado de
la resonancia mórfica, las pruebas experimentales con estos tets han confirmado
esta predicción Estos son ejemplos fantásticos de lo que se denomina "campos
mórficos", una suerte de interacción entre campos de probabilidad que se
superponen y se van eliminando entre ellos hasta quedar uno o varios de ellos
Centrada en la postura de Rupert Sheldrake, los hábitos de la naturaleza y la repetición
de los hábitos evolutivos implican dos fenómenos: sincronicidad e
interconectividad. La sincronicidad, por ejemplo, es un evento que sucede fuera del
tiempo y del espacio como en otra dimensión y presupone un significado que es a
priori de la conciencia humana. Cómo se van repitiendo los hábitos de la
naturaleza, lo trata de explicar la teoría de los campos morfogénicos y de la
Resonancia Mórfica. Mientras que la interconectividad, referida a fenómenos de la
física cuántica, en los cuales se ha comprobado que no existe separatividad entre las
cosas. Einstein tuvo en cuenta este tema y dijo que estaba implícito en lo que se
encontraba también separado por la distancia, es decir, un fenómeno de la no
localidad. Esto indica, entonces, que existe una suerte misteriosa de
interconectividad que Bohm (2008) denomina el orden implicado. Basados en estos
dos principios, los campos mórficos no solamente vinculan a los miembros
de un grupo sino que también los une gracias a la memoria inherente de su especie.
Estos campos mórficos evolucionan en campos organizados, ya sean pájaros,
galaxias o personas, cualquier tipo de sistema auto-organizado tiene una suerte de
memoria. La forma en que se transforma y se traspasa esta memoria, se denomina la
resonancia mórfica... que se mueve a través y en el tiempo. Los campos mórficos
ayudan con esta memoria inherente, significándose con ello que cualquier
individuo de un grupo dado se encuentra influenciado/influenciando esa memoria y
que en cualquier momento una experiencia de alguno, puede hacer un aporte a esa
memoria colectiva. Los seres humanos estamos conectados en la memoria colectiva,
tomamos esas experiencias del pasado y de alguna manera confiamos en ellas.
eumed•net www.eumed.net/entelequia Núm. 13 (primavera 2011) Elsy Vianelly / 184
ENTELEQUIA revista interdisciplinar Una vez más tenemos a nivel experimental un
ejemplo del que existen pruebas. Tiene que ver con las muestras de inteligencia y
coeficiente intelectual. Ha habido un aumento paulatino en éste y en la puntuación de
las personas en los tests de inteligencia y esto se puede explicar perfectamente.
Porque la gente esta haciendo las cosas mejor en este test de coeficiente intelectual,
por cuanto está sintonizando las experiencias de las personas que en el pasado
resolvieron ese mismo test. Esto significa entonces que tenemos más responsabilidad
de lo que usualmente asumimos como tal. La hipótesis de la causación formativa
postula que la memoria es inherente a la naturaleza. Esta hipótesis sugiere que
"todos los sistemas naturales (sean éstos, familias, culturas o moléculas)
heredan una memoria colectiva de todas las cosas de su misma clase sin importar lo
lejos que puedan encontrarse unas de otras, ni el tiempo transcurrido desde que
existieron". Es una memoria acumulativa y a través de la repetición, la naturaleza de
las cosas resulta ser cada vez más habitual. De manera que las leyes de la naturaleza
no serían sino hábitos de la naturaleza. En palabras de Pascal, "Se dice que
el hábito es una segunda naturaleza ¿Quién sabe si la naturaleza no es más que el
primer hábito?" Y dice Sheldrake: "las cosas son como son porque fueron como
fueron". La Formación universitaria también es una expresión de los campos mórficos
Centrada en esta teoría de los campos mórficos y su transmisión por resonancia
mórfica, la conclusión es que estamos ínter-conectados ante lo cual es preciso
entender y comprender no sólo que cada uno depende del otro, sino que cada uno es
el otro en un sentido más amplio, holoárquico y trascendente; es aceptar que
puede haber muchas respuestas a una misma pregunta, y que cada uno, cada
ser tiene el potencial de descubrir sus propias verdades; éstas no son más que un
punto de vista conectado. Estos postulados significan mucho para la humanidad,
entendiéndola como el resultado de la conjunción de los campos mórficos, así al
morir un individuo, en vez de perderse la conducta aprendida se transfiere a otros. La
conducta innata por tanto, no es el mero resultado de una mutación genética aleatoria
y espontánea, sino el producto de la mezcla indisoluble de la genética, el
comportamiento habitual y las fuerzas aleatorias e innovadoras de la naturaleza
trabajando juntas en equilibrio dinámico. Puesto así, lo que la gente hace hoy está en
conexión con respecto a las cosas realizadas antes, existe un colapso del tiempo, hay
una presencia del pasado a través de la resonancia mórfica, que conecta a los hombres
del presente con aquellos que hicieron lo mismo o de manera diferente en el pasado,
integrándolos. En conclusión, la resonancia mórfica, como un principio conservador,
explica el por que los nuevos patrones de actividad, los nuevos insights, los
conocimientos cabales, los recientes hábitos, patrones de comportamiento, nuevas
formas de cultura pueden propagarse mucho más rápidamente que lo pensado. Esto
significa que lo imaginado, dicho o realizado por cada uno de nosotros puede ejercer
influencia sobre otros, inclusive aún cuando no tomen conciencia de ello. En este
sentido, la formación universitaria holocompleja y transdisciplinaria transita
desde el del modelo eumed•net www.eumed.net/entelequia Núm. 13 (primavera
2011) Elsy Vianelly / 185 ENTELEQUIA revista interdisciplinar holográfico- cuántico del
cerebro al de los campos mórficos mostrándonos que tenemos más responsabilidad
en el destino común de los humanos de lo que usualmente asumimos…
La base sobre la que se apoya las Constelaciones familiares son las “percepciones
representativas” . Estas se manifiestan en los representantes que el cliente ha
escogido para representar a él mismo y a otros miembros de la familia. No vamos
hablar de la realidad de ese fenómeno que solamente pueden ponerlo en duda
aquellos que no lo han vivido alegando criticas teóricas y dogmáticas. Vamos intentar
demostrar como los descubrimientos actuales en física quántica, en Neurobiología
Cerebral ,en Psicología y en la teoría de los campos mórficos puede ayudarnos a
explicar científicamente lo observado numerosas veces en las constelaciones
familiares. Los Campos Mórficos podemos entenderlos como estructuras inmateriales,
por lo tanto no perceptibles empíricamente, que se encuentran en la naturaleza y
representan un soporte para que la información fluya entre y por los organismos. El
investigador que propuso este concepto se llama Rupert Sheldrake, sin embargo, hoy
en día, ya existen muchas aproximaciones científicas que hablan sobre "Campos" de
influencia en la naturaleza (la Teoría Sistémica podría ser un ejemplo). Los campos
mórficos, como los campos conocidos de la física, son regiones materiales de influencia
que actúan a través del tiempo y del espacio. Se localizan tanto en los sistemas que
organizan como a su alrededor (…). Son patrones organizados de influencia
potenciales, y pueden volver a aparecer físicamente en otro tiempo y lugar, en el
momento y lugar en que las condiciones físicas sean adecuadas (…) contienen una
especie de memoria acumulativa y tienden a ser cada vez más habituales (Sheldrake).
De esta manera el autor nos sugiere que existe en la naturaleza una tendencia
(inteligente) a archivar la serie de acontecimientos que suceden y así influir en las
sucesiones futuras. Obviamente esta postura suscita muchas interrogantes. Una de
ellas sería, por ejemplo: ¿Cómo puede haber una transmisión de influencias del pasado
al presente, qué además burle las concepciones Newtonianas de tiempo y espacio?.
Ante preguntas como estas el autor tuvo que proporcionar un nuevo concepto, "la
Resonancia Mórfica", la cual definió como un proceso en el que el pasado se hacía
presente en los Campos Mórficos. Para clarificar un poco más el concepto se puede
decir que la "Resonancia Mórfica" es la propagación de la información que se
encuentra en los Campos de la naturaleza ya citados. Así, se conoce que el hábito o
repetición es fundamental para que este proceso ocurra. Al afirmar que los Campos
Mórficos poseen memoria también se hace énfasis en que esta es acumulativa,
entonces, cuando dicha repetición ha tenido lugar a escala astronómica a través de
miles de millones de años, como en el caso de muchos átomos, moléculas y cristales, la
naturaleza de tales objetos es tan habitual que resulta inmutable, o aparentemente
eterna. En resumidas cuentas, la repetición de un evento hace que se forme un Campo
Mórfico que es determinante para futuras apariciones del evento. Después de todo
este rollo, tal vez os preguntéis , y ¿qué tiene esto que ver con la Psicología?.y las
constelaciones familiares. A simple vista se podrían confundir los lazos existentes entre
estas teorías biológicas y las concepciones psicológicas. Sin embargo, agudizando en
detalle nuestra visión, nos percataremos que las repercusiones para la psicología de
teorías como la de los Campos Mórficos es asombrosa. La idea de los Campos Mórficos
permite rescatar todas aquellas concepciones holísticas de la Psicología que
pretendían que el ser humano además de ser un ente individual pertenece a una
colectividad que debe aceptar y conocer. En palabras de R. Sheldrake se leería así: «
Esta idea permite ver el funcionamiento de la memoria individual, la herencia de los
instintos, las capacidades de conducta como aspectos diferentes de un mismo
fenómeno. Todos dependen de resonancia mórfica, pero el funcionamiento de la
memoria individual es más específico que la herencia de instintos y conductas. La
memoria, las capacidades individuales de aprendizaje operan contra el fondo de una
memoria colectiva heredada por la resonancia mórfica de los miembros anteriores de
la especie. En el reino humano, un concepto de este tipo ya aparece en la teoría
junguiana del inconsciente colectivo como memoria colectiva heredada. La hipótesis
de la resonancia mórfica permite considerar el inconsciente colectivo no sólo como un
fenómeno humano sino como un aspecto de un proceso más general, en virtud del
cual los hábitos se heredan en todo el mundo natural (Sheldrake, 1994:129)” . Esta
teoría tiene una repercusión directa sobre la terapia psicológica, en especial la terapia
junguiana y aquellas otras que toman en cuenta la influencia de antepasados y otros
agentes en la psique individual. No obstante, nosotros, nos va a bastar (por el
momento) saber que cuando un suceso es repetido un gran número de veces se
formará en la naturaleza un patrón que posteriormente tenderá a repetirse o a
modificar eventos futuros parecidos. Obviamente no debemos perder de vista el hecho
de que "la mente individual" posee sus propias determinaciones (deseos, creencias,
valores, etc.) que harán que no siempre se lleve a último término un patrón
preestablecido en los campos mórficos. Idris Lahore llama a estos campos de fuerza
“makam” .Recordemos brevemente en que consiste la práctica metodológica de
Constelaciones Familiares: El cliente expone su problema al mediador o facilitador, que
decide cuales son las personas de su sistema familiar a constelar. No se puede
configurar todos los miembros de su sistema familiar, serian demasiado numerosos: se
trata solamente de configurar aquellos relacionados con el problema. El cliente escoge
entre los asistentes, representantes para los miembros de su sistema familiar y los
sitúa en un espacio determinado. Lo asombroso es que los representantes comienzan
a sentir sensaciones, emociones y pensamientos, hasta incluso la manera de hablar y
moverse, corresponde a la dinámica relacional y psicológica de las personas que
representan: miembros vivos o muertos del sistema familiar del cliente. Esos
representantes no conocen casi nada o nada de la vida de las personas que han
representado. A pesar de ello, las percepciones representativas de una manera
sorprendente, guían al mediador a encontrar una mejor solución al problema expuesto
por el cliente, no solo él se beneficia sino que todos los miembros de su sistema
familiar concernidos por ese problema . Es como si las personas consteladas en ese
nuevo sistema representativo, entraran en contacto o en resonancia del sistema
familiar del cliente a pesar del alejamiento espacio temporal. Aun recuerdo yo misma,
que me encontraba en casa con un fuerte dolor en mi brazo izquierdo. La radioterapia
me había despertado el horrible dolor que me había precedido a la intervención
quirúrgica, seis meses antes. Una amiga que se encontraba en aquel entonces a mil
kilómetros sin que yo supiera nada, ni ella estaba al corriente que yo estaba sufriendo,
propuso a Idris Lahore de hacer una constelación, ¿como es posible que a tanta
distancia mi representante Haya sentido el dolor en el brazo izquierdo? Y ¿como es
posible que ese mismo día a las ocho de la noche mi dolor hubiera cesado por
completo?. En todo caso y lo que yo pude comprobar por mi misma es que una
constelación familiar es mas poderosa que la morfina. Y eso nadie puede discutírmelo
porque lo he vivido personalmente. Todo el mundo sabe que a nivel biológico, la
transmisión se hace por los genes. A nivel psicológico, se hace principalmente por los
comportamientos basados sobre la relación, la observación y la imitación. No es
ningún secreto para nadie que no solamente estamos relacionados genéticamente con
nuestros antepasados. Desde la concepción, pasando por el estado embrionario, fetal
y en todo el transcurso del embarazo el ser humano está influenciado positiva o
negativamente no solo biológicamente sino que también emocionalmente y
psíquicamente por la madre, y que ambos tienen una relación simbiótica . Más tarde el
niño comienza el periodo de educación y condicionamiento, que va estar influenciado
por las vivencias y tabús familiares transgeneracionales.

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