Marco Teórico 1.1

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EJÉRCITO DE NICARAGUA

UNIVERSIDAD DE DEFENSA DE NICARAGUA


“4 DE MAYO”

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS


“CORONEL Y DOCTOR JUAN IGNACIO GUTIÉRREZ SACASA”
ESCUELA DE MEDICINA
“TENIENTE CORONEL Y DOCTOR SERGIO MARTÍNEZ
ORDOÑEZ”

PROTOCOLO DE INVESTIGACIÓN

“AFECTACIONES LABORALES GENERADAS POR EL


SINDROME DE BURNOUT EN EL RENDIMIENTO
PROFESIONAL DE LOS MEDICOS Y ENFERMERAS QUE
ATIENDEN EN EL HOSPITAL MILITAR ESCUELA DR
ALEJANDRO DAVILA BOLAÑOS, MANAGUA, II
SEMESTRE DEL AÑO LECTIVO 2024”

Autores: Br. Melody Teresa McCoy Nicaragua


Br. Geovanni Marcelo Meléndez Palma

Tutor: Dr. Douglas Alberto Montenegro Moreno


Médico-Máster en Epidemiología
Coordinador de Salud Pública

Managua, 11 de octubre del 2024


MARCO TEORICO
La presente investigación pretende desarrollar los siguientes acapites
relacionados con el Síndrome de burnout:

1. Definición del síndrome de burnout


2. Signos y síntomas del síndrome de burnout
3. Clasificación del síndrome de burnout
4. Dimensiones del síndrome de burnout
5. Factores asociados al síndrome de burnout
6. Características sociodemográficas del síndrome de burnout
7. Signos de alarma del síndrome de burnout
8. Consecuencias del síndrome de burnout
9. Escalas de medición del síndrome de burnout: Escala Maslach Burnout
Inventory
10. Tratamiento y prevención del síndrome de burnout.
Definición del síndrome de burnout.
El Síndrome de Burnout es conocido comúnmente como desgaste profesional o
síndrome del quemado. Es definido por primera vez por el médico psicoanalista
Herbert J Freudenberg (1974), como una sensación de fracaso con agotamiento
permanente, resultado de la sobrecarga emocional que provoca el desgaste de
energía y fuerza anímica del individuo.

El burnout, definido como síndrome psicológico, constituye una respuesta


prolongada al estrés originado de la tensión crónica producida por la interacción
conflictiva entre el empleado y su trabajo (1).

Hoy en día, el síndrome de burnout es un trastorno muy frecuente en el medio


hospitalario, el cual es cada vez más conocido y diagnosticado. Este trastorno ha
tomado tanta importancia que la OMS lo ha catalogado como un riesgo laboral.
Esta afección implica casi siempre a profesionales que requieren un contacto
directo con las personas y que tienen una filosofía humanística del trabajo. Pero
por desgracia no sólo afecta al personal que lo padece; sino que secundariamente
afecta también a los pacientes que son atendidos por los que lo sufren dicha
afección.

En lo individual, se desarrollan sentimientos de incompetencia en los trabajadores,


que no permiten el buen desarrollo de la labor profesional, lo que produce altos
niveles de frustración; En tanto que, para la organización, se relaciona con la
disminución de la eficacia y calidad del servicio prestado, la baja productividad de
los trabajadores, la deserción y la rotación continua del talento humano, lo que
implica mayores esfuerzos en procesos de selección y capacitación.

Se afirma que el término burnout se utilizó a partir de 1977, tras la exposición de


Maslach ante una convención de la Asociación Americana de Psicólogos, donde
conceptualizó el síndrome como el desgaste profesional de las personas que
trabajan en diversos sectores, que tienen contacto directo con otros; sería la
respuesta extrema al estrés crónico originado en el ambiente laboral,
repercutiendo en aspectos individuales, organizacionales y sociales. (2)
Sintomatología del Burnout.

El síndrome de Burnout es una alteración conductual notable, especialmente entre


los trabajadores de la salud, y se caracteriza por un agotamiento emocional y
mental. Esta condición puede llevar a síntomas psicosomáticos como fatiga
crónica, insomnio, dolores de cabeza y problemas gastrointestinales. Entre los
síntomas emocionales más comunes se encuentran la irritabilidad, frustración,
depresión, ansiedad, impaciencia y desconexión afectiva. Además, se observan
comportamientos como el abuso de sustancias, ausentismo laboral, conflictos
interpersonales y laborales, inseguridad, disminución del rendimiento en el trabajo
y episodios de violencia. (3)

Fases sintomatológicas del síndrome de burnout:

Todos estos síntomas se tornan en cuadro clínico y las características de


personalidad (factores internos-intrínsecos) como la personalidad resistente o no,
los recursos internos, el estilo cognitivo, los determinantes biológicos, la edad, el
género, la historia de aprendizaje, la presencia de síntomas psicopatológicos, los
estilos de afrontamiento, entre otros, pueden ser o no un factor protector ante la
Manifestación del síndrome burnout. El desarrollo del síndrome de burnout se
puede dividir en tres formas sintomatológicas clave:

Forma leve: Caracterizada por presentar síntomas físicos, vagos e inespecíficos.


Aparecen dolores de espalda, cabeza y lumbalgias. El afecto tiende a ser menos
operativo. Uno de los primeros síntomas, aunque leve, que puede servir como un
primer indicio de alarma es la dificultad para levantarse por las mañanas o el
cansancio excesivo. (4)

Forma moderada: Aparición de insomnio y problemas en la atención y


concentración, con tendencia a la automedicación.

Forma grave: Existe un mayor ausentismo, disgusto a la tarea y cinismo, con


tendencia al abuso de sustancias psicoactivas y al alcohol. La perdida del
idealismo transforma a la persona en alguien emocionalmente agotado,
experimentando sensaciones de frustración, falta de competencia, culpa y una
autoevaluación negativa. (4)

Forma extrema: Se caracteriza por el aislamiento, depresión crónica y crisis


existencial con tendencia al riesgo suicida.

En este sentido, el síndrome de burnout es un proceso, más que un estado


específico, que va evolucionando en las cuatro fases mencionadas anteriormente
y que se desarrolla gracias a las condiciones propias del trabajo percibidas como
estímulos estresores, haciendo que en los trabajadores existan cambios
conductuales que repercuten de manera negativa en las actividades que ejercen
cotidianamente. (2)

Clasificación del Síndrome de Burnout

Un problema de la perspectiva estándar del burnout es tratar todos los casos


como si fueran iguales, utilizando una definición común basada en síntomas
similares. Sin embargo, la realidad psicosocial puede variar significativamente
entre diferentes individuos.

Para abordar esta limitación, se han sugerido diversos subtipos o perfiles de


burnout que se diferencian según sus características clínicas específicas (5).
Estos perfiles pueden ser evaluados a través del “Cuestionario de Subtipos
Clínicos de Burnout”.

El primero de los perfiles en la clasificación, es el subtipo de burnout activo, cuya


principal característica es que trabaja cada vez más duro hasta el agotamiento,
buscando éxitos a la altura de sus esfuerzos. Presenta una gran implicación, en el
sentido de que trata de aumentar sus esfuerzos a la hora de hacer frente a las
dificultades, con objeto de producir los resultados esperados.

También presenta una ambición desmedida, ocasionada por una gran necesidad
de obtener importantes logros, junto con la imposibilidad de reconocer las propias
limitaciones. Y por último, manifiesta una gran sobrecarga, entendida como la
sensación de estar arriesgando la salud y la vida personal en la persecución de
buenos resultados en el trabajo. Por todo ello, este perfil se ve asociado a altos
niveles de agotamiento, y se ha visto relacionado con un estilo de afrontamiento
basado en el intento de solucionar los problemas de forma activa, para lo cual
hace uso de un elevado número de horas semanales de trabajo, o se implica en
diferentes trabajos al mismo tiempo. Este perfil suele presentar abundantes quejas
respecto a la estructura jerárquica de la organización para la cual trabaja, y al
mismo tiempo se siente culpable ante la perspectiva de no ser capaz de alcanzar
los objetivos que se había planteado inicialmente. El tipo de estrés que sufre,
proviene fundamentalmente de la tensión que le generan sus altas expectativas,
aunque también de la frustración ante la perspectiva de no conseguirlas. (5)

También esta el subtipo de burnout pasivo ha de hacer frente a condiciones


monótonas y poco estimulantes, que fallan a la hora de proporcionar la
satisfacción necesaria (Farber, 2000).

Presenta indiferencia, ya que realiza las tareas del trabajo sin interés y de manera
superficial; aburrimiento, puesto que sufre de falta de estimulación y de monotonía
en el desarrollo de las tareas; y falta de desarrollo personal, entendida como la
ausencia de crecimiento personal junto con el deseo de cambiar de puesto de
trabajo (5).

Este tipo de burnout se vincula con elevados niveles de cinismo, resultado de la


falta de conexión con las tareas laborales. Suele presentarse en posiciones que
implican tareas repetitivas o métodos de trabajo mecánicos y rutinarios. Además,
se relaciona con un estilo de afrontamiento escapista, que se basa en la
distracción o en la evitación cognitiva. Los empleados sin-desafíos tienen que
hacer frente al desencanto causado por la sensación de estar atrapados en una
actividad laboral que les resulta indiferente, que les aburre
y no produce satisfacción, por lo que suelen presentar continuas quejas en
relación a la rutina que le imponen sus obligaciones. Además, se ven invadidos
por sentimientos de culpa originados por la ambivalencia que sienten respecto a
su trabajo y sus deseos de cambio. En el fondo, los afectados por este perfil han
perdido la objetividad respecto a su derecho natural de experimentar necesidades
de desarrollo personal, y al no intentar alcanzarlas, sienten una gran frustración.

Dimensiones del síndrome de Burnout

El síndrome de Burnout está reflejado en tres dimensiones: Agotamiento


emocional, despersonalización y Baja realización personal, las cuales afectan
gradualmente al sujeto y se manifiestan con diferentes sintomatologías, por
ejemplo: desgaste de recursos emocionales, ansiedad, animo depresivo,
conductas evasivas, sensación de fracaso, etc.

Cansancio emocional: El incremento de sentimientos negativos y el agotamiento


emocional hacia uno mismo, provocado por las exigencias laborales, resulta en
una pérdida de recursos emocionales. El trabajador siente que no está capacitado
para enfrentar las demandas de su trabajo.

Despersonalización: Se refiere al desarrollo de respuestas negativas,


sentimientos y conductas cínicas hacia otros. Se caracteriza por insensibilidad,
pérdida de empatía y conductas de rechazo hacia el otro, quien generalmente es
el usuario.

Baja realización personal: Hace referencia a la dificultad para el logro y a la


tendencia que tiene el trabajador de evaluar negativamente tanto a sí mismo como
a su trabajo, generando desinterés por éste, irritabilidad, falencias en la
autoestima, disminución de la competencia laboral, entre otros fenómenos.

Factores que causan el síndrome de Burnout

El Síndrome de Burnout resulta básicamente de la interacción del trabajador con el


ambiente laboral o también producto de las relaciones interpersonales entre el
trabajador y las personas para las que trabaja.

Se han descrito varios factores de riesgo para que se desarrolle el síndrome de


Burnout, entre los cuales se encuentran personas jóvenes, género femenino,
solteros o sin pareja estable, mayores turnos laborales o sobrecarga laboral,
estado civil, número de hijos.

Rasgos de personalidad tales como personas idealistas, optimistas, con


expectativas altruistas elevadas, deseo de prestigio y mayores ingresos
económicos. De entre todos los factores de riesgo comentados el que resulta ser
más prevalente e importante es el de sobrecarga de trabajo.

Así, el desarrollo de este síndrome dependerá, básicamente de tres tipos de


factores: factores individuales, factores sociales y factores organizacionales.

Factores individuales: Género, edad, estado civil, autoeficacia, personalidad.

El género parece ser un factor que diferencia las puntuaciones en burnout entre
hombres y mujeres, sobre todo en las dimensiones de agotamiento e ineficacia
profesional. Las mujeres puntúan más alto en agotamiento y en ineficacia
profesional que los hombres; en cambio, algunos estudios han puesto de
manifiesto la tendencia de los hombres a mostrar más actitudes negativas hacia el
trabajo. Finalmente, no podemos olvidar el rol que tienen las variables de
personalidad dentro del desarrollo del burnout. Así se ha demostrado que los
sujetos que exhiben un patrón de conducta tipo A, (altamente competitivos) y tipo
B (demasiado relajados) son los más susceptibles a desarrollar agotamiento
laboral debido a que, quienes tienen personalidad tipo A presentan dificultades
para relajarse, son perfeccionistas, ignoran los signos de la fatiga, generalmente
tienen expectativas irreales y tienden a sufrir altos niveles de estrés; y los
trabajadores con personalidad tipo B tienden a evitar el conflicto, se resisten a
nuevos retos, no negocian sus propias necesidades, buscan complacer a todos y
suelen victimizarse.

Los solteros tienen mayor riesgo de padecer burnout debido a que al parecer, las
personas con una unión estable cuentan con mayor apoyo familiar, en gran parte
brindado por el cónyuge. Así mismo, las personas que tienen hijos parecen ser
más resistentes porque además de tener mayor capacidad para afrontar los
problemas y conflictos emocionales, también suelen ser más realistas.
Factores sociales: Redes de apoyo social.

La importancia de factores de carácter social como el apoyo social es manifiesta,


ya que el apoyo social hace referencia a la ayuda real o percibida que el
trabajador obtiene de las redes sociales (compañeros, amigos, familiares, etc.). El
apoyo social permite sentirse querido, valorado y apreciado en el puesto de
trabajo así como en la organización. Además, es importante la percepción del
apoyo social porque la realidad para el individuo es fundamentalmente la realidad
percibida.

Factores organizacionales: Clima laboral, reciprocidad.

Los factores personales y sociales pueden afectar a la aparición del burnout, en


cambio las variables organizacionales, básicamente aquellas vinculadas al
desempeño del puesto de trabajo lo desencadenan. De esta manera, factores
como el contenido del puesto, la falta de reciprocidad (dar más emocionalmente
en el trabajo de lo que se recibe a cambio) o el clima organizacional, pueden
convertirse en desencadenantes del síndrome de burnout y deberán tenerse en
cuenta a la hora de diseñar la prevención psicosocial a nivel primario.

Factores ambientales: cambios significativos de la vida como: muerte de


familiares, matrimonios, divorcio, nacimiento de hijos.

Profesión de Médico como Factor de Riesgo para el Síndrome de BurnOut:

Uno de los factores de riesgo a considerar para el desarrollo del síndrome es la


profesión de médico. Ya que esto concuerda con otras problemáticas de salud
mental en médicos como lo es el suicidio, donde se ha visto tasas de suicido son
40% mayor en médicos hombres en relación a hombres en la población general y
130% mayor en médicos mujeres en comparación a mujeres en la población
general. Profundizando más, esta problemática viene surgiendo desde la
formación del médico. Múltiples estudios han revelado que los estudiantes de
medicina tienden a presentar mayores tasas de ideación suicida, depresión y SBO
en comparación a la población general. Por lo que el estudiar la carrera de
medicina también podría considerar como otro factor de riesgo para el desarrollo
de Síndrome de BurnOut. (6)

Características sociodemográficas del síndrome de Burnout

En relación a las variables sociodemográficas, en 2001, Maslach estableció que el


sexo, la edad y el nivel educativo se relacionan con el síndrome de Burnout. Sin
embargo, su magnitud no es tan grande con los factores situacionales,
permitiendo inferir que el fenómeno presenta características más sociales que
individuales. Tomando en cuenta las variables sociodemográficas mencionadas
por este teórico, la edad ha sido la que ha evidenciado una mayor influencia con el
síndrome, ya que, en empleados jóvenes, cuyas edades son de 30 a 40 años se
presentan niveles más altos de quemado por el trabajo. Por otro lado, pese a que
algunos argumentos señalan el sexo como un predictor de su aparición, su
exactitud no ha sido tan precisa.

Otra de las variables sociodemográficas mencionadas por Maslach es el tiempo de


servicio o vinculación laboral, que según lo expuesto por Naisber y Fenning (como
se cita en Atalaya, 2018), aquellos trabajadores cuyo nivel de afectación por
burnout es mayor suelen abandonar su profesión, pese a que aquellos que
cuentan con mayor tiempo de servicio en una organización continúan en su puesto
de trabajo. Es importante aclarar que la experiencia o tiempo de servicio, suele
confundirse con la variable edad; pero ambos arrojan resultados similares, al
destacar que el burnout presenta mayor probabilidad a aparecer al inicio de la
carrera laboral. (7) (8).

Signos de alarma
Hay diversas manifestaciones que pueden considerarse como signos de alarma o,
en ocasiones, como parte del cuadro clínico del síndrome de burnout. Estos
signos incluyen:

o Negación: la persona afectada es la última en aceptar que tiene el


problema.
o Aislamiento: es frecuente que la persona afectada se retire de la familia,
sus colegas y amigos.
o Ansiedad: es la sensación persistente que tiene el medico de que algo malo
va a suceder.
o Miedo o temor: una sensación poderosa de temor de acudir al trabajo.
o Depresión: este es uno de los problemas cada vez más comunes en
médicos y estudiantes de medicina; siendo uno de los más frecuentes en
este síndrome y por supuesto uno de los síntomas más peligrosos ya que
puede llevar al suicidio.
o Ira: las manifestaciones de esto incluyen perder la calma y el control,
manifestando un enojo exagerado en relación a la causa que es motivo del
disgusto al tratar con compañeros, resto del personal o con los pacientes.
o Fuga o anulación: el médico llega tarde o muestra un desinterés en el
trabajo.
o Adicciones: se inicia o aumenta el empleo de sustancias, que pueden ser
prohibidas o no prohibidas.
o Cambios de personalidad: hay una incapacidad para poder confiar en el
individuo.
o Culpabilidad y autoinmolación: sienten que lo que desarrollan es
prácticamente un castigo o bien tienen un sentimiento exagerado de ser
indispensables en el trabajo.
o Cargas excesivas de trabajo: el aceptar varios turnos o pasar mucho tiempo
en el hospital para comprobar que todo está bien es otra manifestación de
auto negación.
o Comportamiento riesgoso: comportamiento no característico de la persona,
el cual puede ir desde simplemente embarazoso, inapropiado e impulsivo;
hasta peligroso en diversos ámbitos de la vida, incluyendo el sexual con
conductas de riesgo.
o Sensación de estar desbordado y con desilusión: Se percibe la sensación
de ya no poder seguir trabajando con el mismo ritmo ni entusiasmo que al
principio, tiene sensación de fatiga crónica.
o Abandono de sí mismo: Se presenta un cambio en la pulcritud, higiene y
arreglo personal. Cambios en el hábito alimenticio: con pérdida o ganancia
de peso exagerada.
o Pérdida de la memoria y desorganización: Existe dificultad para
concentrarse y aprender. No se pueden recordar eventos importantes
familiares y laborales, puede haber trastornos del sueño. (9)

Consecuencias del síndrome de burnout


La mayoría de las afectaciones del síndrome de burnout son de naturaleza
emocional, ya que están vinculadas a la depresión, sentimientos de fracaso,
pérdida de autoestima, irritabilidad, descontento y agresividad. Aunque los
síntomas cognitivos han sido menos investigados, son igualmente relevantes; al
inicio del desarrollo del síndrome, existe una discrepancia entre las expectativas
laborales y la realidad, lo que puede conducir a frustración y depresión de tipo
cognitivo.

En cuanto al área conductual, es la que ha sido menos estudiada, la consecuencia


más importante es la despersonalización. Las consecuencias del síndrome en este
aspecto se pueden sintetizar en:

1) Pérdida de acción proactiva

2) Las soluciones que llevan al consumo aumentado de estimulantes, abuso de


sustancias y en general hábitos dañinos para la salud.

El síndrome de burnout es un proceso que se desarrolla de manera progresiva si


no se implementan medidas para prevenirlo. Este desgaste laboral puede
extenderse a otros aspectos, como los ideales personales y la percepción de los
logros. A medida que avanza, el trabajador puede enfrentar dificultades para
resolver problemas y realizar tareas que antes consideraba simples. La frustración
se convierte en una presencia constante, y el individuo permanece en un estado
continuo de agotamiento, lo que puede llevar a síntomas más graves. En algunos
casos, los trabajadores pueden recurrir al abuso de psicofármacos, alcohol o
drogas. Finalmente, algunos pueden experimentar síntomas depresivos, psicosis e
incluso pensamientos suicidas. (10)

Escala de medición del síndrome de Burnout

En la actualidad existen múltiples escalas de medición para el síndrome de


burnout sin embargo, el cuestionario de Maslach es el instrumento más utilizado
en todo el mundo para detectar el Burnout.

La escala más usada para el diagnóstico del síndrome de burnout es la


desarrollada por Maslach y Jackson, un cuestionario de medida
denominado Maslach burnout inventory (MBI), en los años ochenta el cual consta
de 22 preguntas con un tiempo de realización de entre 10-20 min con 3 dominios
principales: emocional, despersonalización y rendimiento laboral.

Esta escala tiene una alta consistencia interna y una fiabilidad próxima al 90%,
está constituido por 22 ítems en forma de afirmaciones sobre los sentimientos y
actitudes del profesional en su trabajo y hacia los pacientes y su función es medir
el desgaste profesional. Aspectos evaluados: (11)

 Subescala de agotamiento emocional: valora la vivencia de estar exhausto


emocionalmente por las demandas del trabajo. Puntuación máxima 54.
 Subescala de despersonalización: valora el grado en que cada uno
reconoce actitudes de frialdad y distanciamiento. Puntuación máxima 30.
 Subescala de realización personal: evalúa los sentimientos de
autoeficiencia y realización personal en el trabajo. Puntuación máxima 48.

Este cuestionario se realiza en 10/15 minutos y mide los tres aspectos del
síndrome: cansancio emocional, despersonalización, realización personal. Con
respecto a las puntuaciones se consideran bajas por debajo de 34, altas en las
dos primeras subescalas y bajas en la tercera permiten diagnosticar el trastorno.
(11)

Tabla 1. Puntos de corte para las puntuaciones del inventario de Maslach en el


sector sanitario.

Bajo Medio Alto

Cansancio emocional  18 19-26  27

Despersonalización 5 6-9  10

Logros personales  40 34-39  33

CUESTIONARIO BURNOUT (11)

Señale el número que crea oportuno sobre la frecuencia con que siente los
enunciados:

0= NUNCA. 1= POCAS VECES AL AÑO. 2= UNA VEZ AL MES O MENOS.


3= UNAS POCAS VECES AL MES. 4= UNA VEZ A LA SEMANA. 5= UNAS
POCAS VECES A LA SEMANA. 6= TODOS LOS DÍAS.

1 Me siento emocionalmente agotado por mi trabajo

2 Cuando termino mi jornada de trabajo me siento vacío

3 Cuando me levanto por la mañana y me enfrento a otra jornada de


trabajo me siento fatigado

4 Siento que puedo entender fácilmente a los pacientes

5 Siento que estoy tratando a algunos pacientes como si fueran objetos


impersonales

6 Siento que trabajar todo el día con la gente me cansa

7 Siento que trato con mucha eficacia los problemas de mis pacientes

8 Siento que mi trabajo me está desgastando

9 Siento que estoy influyendo positivamente en la vida de otras personas


a través de mi trabajo

1
Siento que me he hecho más duro con la gente
0

11 Me preocupa que este trabajo me esté endureciendo emocionalmente

1
Me siento con mucha energía en mi trabajo
2

1
Me siento frustrado en mi trabajo
3

1
Siento que estoy demasiado tiempo en mi trabajo
4
1
Siento que realmente no me importa lo que les ocurra a mis pacientes
5

1
Siento que trabajar en contacto directo con la gente me cansa
6

1 Siento que puedo crear con facilidad un clima agradable con mis
7 pacientes

1 Me siento estimado después de haber trabajado íntimamente con mis


8 pacientes

1
Creo que consigo muchas cosas valiosas en este trabajo
9

2
Me siento como si estuviera al límite de mis posibilidades
0

2 Siento que en mi trabajo los problemas emocionales son tratados de


1 forma adecuada

2
Me parece que los pacientes me culpan de alguno de sus problemas
2

Tratamiento del síndrome de burnout


El síndrome de burnout debe ser abordado de manera integral, implementando
iniciativas que incluyan desde cambios organizativos en los hospitales hasta
tratamientos psicológicos. A nivel individual, el enfoque psicológico para quienes lo
padecen debe centrarse en los siguientes aspectos:
 Psicoeducación y autoconocimiento: Es fundamental entender el burnout,
sus causas y las circunstancias específicas de cada caso.
 Manejo del estrés: Se deben aplicar técnicas de relajación y respiración, así
como terapia cognitivo-conductual.
 Ajuste de expectativas: Es importante que las expectativas se alineen con
la realidad.
 Fortalecimiento de la autoestima: Trabajar en mejorar la percepción que se
tiene de uno mismo es crucial.
 Hábitos saludables: Mantener una dieta equilibrada, evitar el tabaco y el
alcohol, y realizar ejercicio regularmente son esenciales para manejar el
estrés y favorecer la salud mental.
En situaciones donde el paciente presenta depresión o ansiedad, es necesario
seguir un tratamiento farmacológico indicado por el médico. (10)

Prevención del Síndrome de Burnout

El síndrome de Burnout se define como un proceso que surge como respuesta al


estrés laboral crónico. Según Phillips y Cáceres, la primera acción para prevenir
este síndrome es reconocer sus síntomas y considerar programas que faciliten la
adquisición de conocimientos para su reducción las siguientes intervenciones
deben incluir las siguientes recomendaciones: (12)

1. Identificación de síntomas: es fundamental que los trabajadores reconozcan


las señales de agotamiento emocional y físico.
2. Programa de formación: implementar capacitaciones que ayuden a manejar
el estrés y mejorar las habilidades de afrontamiento.
3. Evaluación del entorno laboral: analizar las condiciones de trabajo que
pueden contribuir al desarrollo del síndrome, buscando mejorar la
organización y el apoyo entre compañeros.
Este enfoque integral es esencial para abordar adecuadamente el síndrome y de
esa manera mitigar su impacto en los trabajadores.

Es importante señalar que la mayoría de las estrategias para prevenir el síndrome


de Burn Out sugieren promover el apoyo social entre compañeros. Este tipo de
apoyo permite a los trabajadores obtener nueva información, desarrollar
habilidades o mejorar las existentes, recibir refuerzo social y retroalimentación
sobre su desempeño, así como apoyo social emocional y Consejos. En
investigaciones sobre el estrés laboral, el apoyo social se identifica como una
variable clave para prevenir y mitigar las reacciones de los empleados ante los
estresores y sus consecuencias. (12)

También se deben considerar los aspectos cognitivos de autoevaluación de los


profesionales, el desarrollo de estrategias cognitivo - conductuales que les
permitan eliminar o mitigar la fuente de estrés, o neutralizar las consecuencias
negativas de esa experiencia.

1. Autoevaluación cognitiva: fomentar que los profesionales reflexionan


sobre sus propias habilidades y limitaciones puede ser un primer paso para
gestionar el estrés. Esta autoevaluación permite identificar las fuentes y
como esta afecta su rendimiento.
2. Reducción de estresores: es vital eliminar o disminuir los factores
estresantes en el entorno laboral. Esto puede incluir cambios en la
organización del trabajo, la mejora de las condiciones laborales y la
promoción de un ambiente saludable que favorezca el bienestar de todos
los trabajadores.
3. Estrategias cognitivo-conductuales: implementar técnicas que ayuden a
los profesionales a modificar sus pensamientos y comportamiento frente al
estrés esencial. Esto incluye la identificación de patrones de pensamientos
negativos y su reemplazo por enfoques más positivos y constructivos.

Bibliografía

x
1. Maslach C, Schaufeli W, Leiter M. Job burnout. Annual Review of
psychology. 2001; 52.

2. Martínez A. El síndrome de burnout. Evolución conceptual y estado


actual de la cuestión. Vivat Acadeia. 2010; 112.

3. Castillo S. El síndrome de burnout o síndrome de agotamiento


profesional. Medicina legal de Costa Rica. 2001; 17(2).

4. López E, Galeano M. Síndrome de burnout en médicos residentes del


hospital Carlos Roberto Huembes. Universidad Cátolica Redemptoris
Mater. 2021; 1(1).

5. Montero J. El síndrome de burnout y sus diferentes manifestaciones


clínicas: una propuesta para la intervención. Anestesia Analgesia
Reanimación. 2016; 29(1).

6. Haslam A, González O, Valverde P. Factores de riesgo asociados al


síndrome de Burnout en médicos internos de los hospitales escuelas
de Managua 2021-2022. Universidad Católica Redemptoris Maters.
2022; 1(1).

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la Universidad Francisco de Paula Santender Ocaña.. Revista
electrónica de investigación en ciencias económicas. 2024; 12(23).

8. Ramírez M, Zurita R. Variables organizacionales y psicosociales


asociadas al sindrome de burnout en trabajadores del ámbito
educacional.. Polis, Revista de la Universidad Bolivariana. 2010;
9(25).

9. González GM. Prevalencia del Síndrome de Burnout y factores


asociados, en el personal de Enfermería del Hospital Departamental
Victoria Motta. Centro de Investigaciones y estudio de la Salud. 2021;
1(1).

10 Sevilla M, Mongue M. Síndrome de burnout. Cuidate plus. 2021; 1(1).


.

11 Maslach C, Jackson S, Leiter M. The Maslach Burnout Inventory


. Manual. 1st ed. Zalaquett C, Wood R, editores. Palo Alto, CA: The
scarecrow press; 1997.
12 Durán S, García J, Parra A, García M, Hernandez I. Estrategias para
. disminuir el síndrome de burnout en personal que labora en
Instituciones de salud en Barranquilla.. Cultura, Educación y
Sociedad. 2018; 9(1).

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