Tengo Mucho Que Decirte 6ki6ia
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AGRADECIMIENTOS 104
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Bibliografía ...................................................................................................... 106
PRÓLOGO
Este libro nace del deseo de volver a casa con mi perra Kala. Estaba en Argentina
cuando se declaró el cierre de fronteras debido a la pandemia del Covid-19, por lo
que tuve que permanecer en el país unos tres meses hasta que, gracias al dinero
recaudado en la pre-venta del presente libro, pude reunirme con mi pequeña.
Gran parte del borrador de este libro yacía cogiendo polvo digital en una de las
carpetas del ordenador. Supe que era hora de ponerme manos a la obra cuando los
billetes de avión salían y se vendían en cuestión de minutos a unos precios
desorbitados, sobre todo teniendo en cuenta que nuestros vuelos habían sido
cancelados. El primer tercio del libro lo escribí en casa de mi tía, en la Patagonia
argentina. Mirando por la ventana, las montañas amanecían cada vez más nevadas y
el lago se revolvía con más fuerza, empujado por el viento conforme se acercaba el
invierno. Dentro de casa, otra fuerza me empujaba a no detenerme y seguir
avanzando, mi tía Sylvia.
El resto del libro fue escrito en Alicante y Almería, estando ya en España y con la
compañía de mi "ayudante que no ayuda": Kala. Ella esperó paciente a mi lado,
estableciendo contacto contra mi cuerpo, por supuesto, conforme iba escribiendo
cada página.
En un inicio pretendía que fuera una guía breve de comunicación canina, pero ha
terminado resultando una guía más extensa, en la que no solo te hablo de
comunicación y de sus señales, sino que te invito a mirar más allá, a conocer a tu
perro, a convivir con él, a concebirle como un ser social que es parte de tu familia. A
mejorar, a entenderle, a fortalecer el vínculo de forma que os convirtáis en un
equipo.
Para conseguir todo esto hace falta informarse y leer. Pero sobre todo hace falta
convivir con un perro, querer ver a través de sus ojos y poner en práctica los
ejercicios que te propongo a lo largo del libro. Verás que también incluyo al final de
cada capítulo algunas dudas que suele plantearse la gente en lo referido al contenido
tratado en ese capítulo.
El proceso de domesticación que sufrieron los perros hace miles de años para llegar al
fiel compañero que nos acompaña al otro lado del sofá hizo que muchos de los instintos
y comportamientos del lobo desaparecieran de su repertorio. Los perros comparten
comportamientos así como morfología con los distintos cánidos que existen, no solo los
lobos, sino también los coyotes, los zorros, los chacales y los dingos. Por lo tanto, tomar
al lobo como única referencia para entender a nuestro compañero no tiene mucho
sentido.
En pleno siglo XXI, sigue habiendo algunos profesionales desactualizados que continúan
perpetuando y enseñando este tipo de técnicas. Aplicarlas no solo es perjudicial para el
perro sino también para su tutor, ya que ambos sufren las consecuencias en su
convivencia.
1
La Dr. Sophia A. Yin, una veterinaria especialista en comportamiento animal aplicado,
profesora y autora de muchos títulos interesantísimos decía lo siguiente:
Algo simple, ¿verdad? Y es que tal como dice ella, a veces las soluciones en la vida son
así de simples. La Dr. Sophia Yin dejó como legado mucho conocimiento que todos
deberíamos aprender, es una profesional y una mujer a la que admiro enormemente.
Si tenemos que estudiar a los perros, ¿qué nos hace fijarnos en los lobos? A pesar
de convivir con los perros desde hace milenios, no es hasta hace poco que se ha
empezado a estudiar su comportamiento a través de la ciencia.
Como el conocimiento al respecto era escaso, la mirada fue dirigida a los lobos, pero
incluso las manadas de lobos se comportan de manera distinta según las diferentes
situaciones ecológicas a las que se enfrenten. Deberíamos pensar entonces que los
perros, que llevan tantísimo tiempo con nosotros y que han sido domesticados,
deben estudiarse y entenderse como lo que son: perros.
Ser conscientes de esto, nos ayuda a ver que técnicas como doblegar al perro para
que se tumbe de lado (roll over) o boca arriba (alpha roll), carecen de base científica
que las justifique y perjudica la confianza y relación que tenemos con el perro.
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El UMWELT
Para entender mejor al perro, primero es necesario saber que su forma de ver el
mundo es distinta a la nuestra.
Umwelt significa ‘medio ambiente’ en alemán y consiste en todo aquello que rodea a
un ser vivo. En etología, la ciencia que estudia el comportamiento animal, toma la
siguiente definición:
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¿Cómo ve tu perro el mundo? Vamos a ponernos en su piel. Hacerlo te ayudará a
entender mejor por qué reacciona, ya sea con emoción o protegiendo su hogar
cuando vienen invitados a casa, qué nos quiere decir a nosotros cuando nos mira y
qué le comunica a ese desconocido que traspasa la puerta del umbral.
En un sencillo paseo por el campo nuestro perro percibe mil olores, movimientos,
ruidos minúsculos bajo sus patas, pájaros volando encima suyo… Según el perro, le
dará mayor o menor importancia a cada estímulo. Un perro con mucha tendencia
innata de caza probablemente quiera perseguir a un conejo si lo ve, esto hará que se
active y cause algún grito desesperado por parte de su tutor, mientras que otro perro
mirará al conejo, correrá un poco y seguirá oliendo tan tranquilo.
Si bien el Umwelt se refiere a cómo percibe una especie su entorno, también hay que
prestar atención a cómo percibe TU perro en concreto el entorno, es decir, tener
en cuenta la individualidad dentro de la especie.
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Un perro grande percibirá el mundo distinto a uno pequeño. Un perro con miedo no
afrontará una situación de la misma forma que un perro sin él, etcétera.
El olfato
El olfato del perro equivale a nuestra vista. Nosotros reconocemos la mayor parte de
lo que nos rodea con nuestros ojos. Ellos reconocen su entorno a través de la nariz y
reciben información que va directa al órgano de Jacobson. Este es un órgano
vomeronasal que se encuentra entre la nariz y la boca, por la zona del paladar, y es el
motivo de que a veces cuando huelen algo también abren la boca o lo lamen para
absorber todavía más partículas de olor.
CORTEZA OLFATORIA
(1/3 de la corteza cerebral
del perro)
ORGANO VOMERONASAL
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Por cada orificio de la nariz son capaces de percibir y captar distintas moléculas de
olor y determinar desde qué dirección viene la fuente de ese olor.
Al mismo tiempo, disponen de unas pequeñas aberturas a cada lado de la nariz que les
permiten que el aire entre y salga por lugares distintos para no perder el rastro.
y sale... y sale...
Aire entra...
La memoria olfativa de los perros es también fascinante, siendo capaces de saber qué
pasó por un determinado lugar incluso aunque haya pasado bastante tiempo y
memorizar cómo huele alguien amigable o cómo huele alguien que no lo es.
¿Tiene tu perro algún archienemigo? Posiblemente con solo olerle, ya se activen una
serie de emociones en tu perro sin que sea necesario tenerle delante.
Un perro que no olfatea (a no ser que se deba a un problema físico) es un perro con
una pobre gestión del entorno y que posiblemente tenga algún problema emocional.
Tiene consecuencias negativas para un perro no poder olfatear tranquilamente
durante la mayor parte de un paseo.
Errores que podemos cometer en el paseo que hacen que el perro no olfatee:
Material de paseo inadecuado. Correas cortas o collares de castigo que les impiden
alejarse o agachar la cabeza para olfatear.
Ir a un ritmo más acelerado y rápido del que ellos irían, sin darles tiempo a olfatear o
pasear de manera relajada.
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Ventajas de dejar que nuestro perro olfatee en los paseos:
Estimulación
Mejora de su mental y
Mejor gestión
seguridad y potenciación de
del entorno.
autoconfianza. las capacidades
exploratorias.
¿Sabías que el olfato es el único sentido totalmente activo con el que nacen los
cachorros? El oído y los ojos permanecen cerrados hasta más adelante. Sin embargo,
nacen ya con el sentido del olfato activo para poder localizar las mamas de la madre y
poder alimentarse, así como percibir el olor de la madre y el de sus hermanos.
La vista
Por norma general, se considera que un perro cuanto menos utilice la vista para
reconocer el entorno mejor, pero no es del todo cierto. Un perro que no olfatea en
los paseos y solo se deja guiar por la vista probablemente desarrollará tarde o
temprano problemas; no obstante, la vista juega otro papel importante en los perros:
entenderse y entendernos.
Un perro que ve a otro a lo lejos con el pelo del lomo erizado y en una actitud tensa,
irá con más precaución que si el perro se tumba boca arriba a esperarlo.
Aunque no ven tan bien como los gatos en la oscuridad, el tapetum lucidum, la capa
de tejido responsable de que les brillen los ojos en la oscuridad, les permite reflejar
los rayos de luz. Esto, junto con una mayor cantidad de bastones, responsables de la
sensibilidad visual en condiciones de baja luminosidad, hace que vean mejor en la
oscuridad que nosotros.
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¿Tu perro persigue o le activan los objetos en movimiento? Son expertos en la
percepción del movimiento aun a lo lejos. Es por ello que detectan hasta los
movimientos más sutiles que haga un perro durante un saludo, como girar levemente
los ojos o sacar rápidamente la lengua, que más adelante veremos que son señales de
apaciguamiento.
Los ojos de los perros acompañan al olfato y al oído, por lo que no es necesario desde
el punto de vista evolutivo tener una vista perfecta. Por ello, no son capaces de ver
bien a distancia o enfocar correctamente los objetos.
Podría decirse que en lo que es la vista nosotros ganamos a los perros (exceptuando
en la oscuridad), pero que ellos nos superan en cuanto a percibir objetos en
movimiento.
Todo esto cobra sentido si tenemos en cuenta que esa habilidad le permite al perro
cazar a sus presas para poder sobrevivir: el olfato y el oído le lleva a ellas y si se
mueven, el instinto les activa para perseguirlas. A nosotros esto no nos es necesario,
pero necesitamos tener una buena vista para desenvolvernos, por lo cual perdemos
esas "ventajas" pero poseemos otras.
¿Has detectado que tu perro a veces se tensa y otras parece ir más resuelto ante lo
que se aproxima a lo lejos? Si no pueden enfocar correctamente, eso explicaría por
qué a muchos perros no les despiertan confianza las personas con bastones, que
cargan bolsas o que llevan la capucha del abrigo puesta.
La respuesta es no. Si bien es cierto que no pueden ver tantos colores como
nosotros, poseen una diferenciación cromática que les permite distinguir dos
colores: el azul y el amarillo. Por tanto, aquello que esté en su visión estará formado
por distintas mezclas de estos colores. Distintas tonalidades.
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Vista de un mamífero tricromático. Vista de un mamífero dicromático.
Esto se debe a que sus ojos están formados por una mayor cantidad de bastones y
una menor cantidad de conos, los responsables de la diferenciación de colores.
El oído
Llanto.
Aullido.
Ladrido.
Gemido.
Gruñido.
Es por ello que este sentido estará muy presente en las lecturas que hagamos de la
comunicación canina de nuestro compañero.
Son capaces de mover sus orejas en 180° gracias a dieciocho músculos que les
permiten dirigirlas en distintas direcciones. El perro escucha frecuencias que
nosotros no podemos ni detectar pero no es bueno detectando de dónde proceden,
aquí se ayudan con el olfato. Puedes comprobar esto jugando al escondite con tu
perro.
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Tener un oído tan fino les es útil para escuchar peligros a lo lejos, la llamada de algún
miembro de su grupo social (tú) o para cazar.
He aquí la importancia del tono que uses para dirigirte a tu perro en el día a día y
durante el entrenamiento.
Son muy sensibles a los tonos de voz, por lo que detectarán tu enfado o malestar
rápidamente según cómo hables, se pondrán nerviosos si les gritas y sentirán
confianza y se mostrarán relajados si les hablas de forma suave y tranquila.
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El tacto
Igual que decíamos antes que un tono de voz tranquilo propiciaba la calma, acariciar
a nuestro perro con una presión leve y con caricias lentas y circulares a favor del
pelo induce calma en nuestro perro, especialmente útil después de haber sufrido
estrés en alguna situación o en un momento tan cotidiano como la llegada de un ser
querido a casa.
Puedes aprovechar el tacto trabajando la manipulación con tu perro para que tus
caricias sean algo agradable y reforzante en lugar de una fuente de incomodidad.
Equilibrio y propiocepción
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DUDAS FRECUENTES
Una tendencia innata de caza se puede trabajar, pero nunca llegará a desaparecer
del todo, viene en los genes del perro. Si no puedes apoyarte de un profesional y tu
perro no acude de manera fiable cuando le llamas, te aconsejo sacarle por el campo
con una correa larga que le permita tener un paseo en semi-libertad.
¿Es cierto que si el perro pierde el olfato puede volverse contra su tutor?
Si bien es cierto que una de las causas de la agresividad puede ser orgánica por la
pérdida de algunos sentidos, el perro es capaz de reconocer nuestra voz con el
oído y nuestra cara con la vista. Es extraño que un perro se vuelva agresivo con su
tutor únicamente por perder el olfato, esto suele deberse más bien a causas
neurológicas acompañadas de esta pérdida.
Sí. No obstante, habrá que adaptar el ejercicio al individuo en concreto. Por norma
general, con los cachorros recomiendo en lugar de trabajar la propiocepción en
casa (lo cual podemos hacer con unas simples escaleras), el hacer salidas por
entornos naturales con desniveles o el que el cachorro camine por superficies de
distintas texturas y estabilidad. Siempre con nuestro apoyo al lado.
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BREVE INTRODUCCIÓN A QUÉ ES LA COMUNICACIÓN
No obstante, tal como apreciarás a lo largo del libro, la comunicación es cosa de dos,
y tanto tu perro como tú deberéis hacer un esfuerzo para poder entenderos
correctamente.
Los perros utilizan señales para llamar la atención del receptor y dirigirse a él
activamente e indicios pasivos en los que la atención del receptor está fijada en el
emisor pero su objetivo no es comunicar.
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Tu perro busca continuamente indicios por tu parte, ya que son mucho más fiables
que las señales que le puedan dar otro perro o tú, que a veces no son del todo
honestas.
Podemos hacer esto mediante estructuras, haciendo que el perro sepa cuándo está
haciendo algo bien o no, cuándo recibirá el refuerzo y cuándo hemos terminado la
repetición o el ejercicio. Esto favorecerá también la confianza, que veremos en el
capítulo destinado a que nos entiendan mejor y fortalecer el vínculo.
No entiendas las señales y los indicios como un todo o nada, ni te limites a analizar
la comunicación en base a si algo es intencional o no. La comunicación es compleja
e interaccionan distintos factores en ella. Quedarte con solo algunos de los
conceptos sería como quedarte solo con la portada y el título de un libro sin leer su
contenido.
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CAPÍTULO 2. BASES DEL LENGUAJE CANINO
Los perros se comunican entre ellos y también con nosotros. Lo hacen para comunicar
lo que sienten, lo que necesitan o lo que desean. Un perro que tiene hambre puede
llorar o darte con la pata para que le des de comer, un perro que se siente solo puede
aullar para comunicarlo o, si quiere jugar, también puede pedirlo mediante reverencias
de juego o ladridos.
La comunicación verbal está formada por las palabras, el tono de voz, el énfasis que
ponemos al final de una frase.
Decir “Qué tonto eres” no tendrá el mismo significado para el receptor si lo decimos
sonriendo y dando una palmada amistosa en la espalda, que si lo gritamos con la
cara congestionada y una clara molestia.
En los perros ocurre lo mismo. Un perro que ladra, gruñe o llora es difícil de
interpretar, pero si acompañamos ese ladrido, gruñido o lloro con su lenguaje corporal
podremos tener una imagen mucho más nítida de lo que nos quiere
comunicar. Sumándole el contexto, ¡ya lo tenemos!
Te estaría mintiendo si te dijera que un movimiento de orejas o de cola significa una cosa
u otra... Tienes que ver más allá de eso, tienes que evaluar también lo que está
ocurriendo en ese momento y leer todo su lenguaje corporal, no solo si lleva las orejas
echadas para atrás y la cola levantada, sino qué está mirando, si sus músculos están
tensos, su mirada, si tiene el cuerpo inclinado hacia delante o no, etcétera.
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Comencemos por la base.
Comunicación corporal
Orejas
Como hemos visto antes, gracias a la musculatura de las orejas, el perro es capaz de
redireccionarlas en distintas direcciones y de manera independiente la una de la otra.
Según la posición de las orejas, va mostrando sus emociones sobre los estímulos que
percibe.
POSICIONES BÁSICAS
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El cuerpo
No obstante, un perro que parece confiado puede acercarse a otro perro, o aquello
que ha llamado su atención y asustarse, cambiando totalmente su postura corporal.
Cola entre
las patas
Músculos del
cuerpo tensos
Andar y musculatura
del cuerpo relajada
La cola
La cola es una de las partes del perro con la que más familiarizados estamos. Según la
posición o el tipo de movimiento, el perro puede estar experimentando una emoción,
otra o la mezcla de varias.
Generalmente, un perro con la cola levantada indica una emoción, normalmente interés
o atención en aquello que está mirando.
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POSICIONES BÁSICAS
Una vez cuidé en mi casa durante una semana a un Saluki, también conocido como galgo
persa; un perro bastante más grande y alto que Kala, mi perra de seis kilos.
Cuando él se acercaba demasiado a ella sin que ella le invitara, es decir, invadía su
espacio, ella fruncía los belfos, mostraba los dientes y, ¡movía la cola!
La posición de su cola era relajada pero la movía lentamente a los lados mientras hacía
todo lo otro, ¿piensas que estaba contenta de que el otro perro invadiera su espacio o
más bien estaba molesta y quería que se alejara?
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Otro ejemplo ocurre a la hora del juego.
Mucha gente molesta a sus perros o juega con ellos de manera muy brusca y piensan
que el perro está disfrutando porque... ¡mira cómo mueve la cola! La realidad es que
el perro posiblemente esté moviendo la cola rápidamente porque está nervioso,
excitado y puede que no le esté gustando totalmente nuestra forma de jugar con él.
Comunicación auditiva
La comunicación auditiva del perro es más limitada que la corporal y siempre debe
ser interpretada junto al resto de señales comunicativas.
Ladrido "de alarma": los perros pueden ladrar al sentirse amenazados o inseguros.
No es un indicativo de agresividad a no ser que vaya acompañado con una postura
corporal que lo indique.
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El aullido no se da en todos los perros. Es una
característica heredada de los lobos.
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RESUMEN
Como has visto, tanto las señales corporales como auditivas de los perros no
pueden ser interpretadas de forma aislada.
Para poder tener la mejor imagen de lo que nos quiere decir nuestro perro, no
podemos olvidarnos de prestar atención al contexto en que se da este lenguaje.
Hay muchísimos factores a tener en cuenta que te darán una visión más ajustada
de lo que te comunica tu perro y por qué lo hace.
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DUDAS FRECUENTES
"Mi perro ladra por todo, tanto cuando escucha un ruido como cuando ve algo.
¿Qué hago?"
Como ya se ha visto, los ladridos pueden darse por distintos motivos, ya sea por
alarma, demanda de atención o cuando sienten una emoción negativa o demasiado
excitable. Si un perro le ladra a absolutamente todo, probablemente no sepa
gestionar correctamente los estímulos nuevos que aparecen en un entorno en el
que está él. Es recomendable en estos casos acudir a un profesional para trabajar
en el origen del problema y no sobre él.
Puede haber perros menos tolerantes que otros en cuanto a la manipulación, que
invadan su espacio o menos interesados en interactuar con otros individuos
sociales. Esto puede ocasionar que "suelten" más fácilmente los gruñidos como
señal de amenaza para indicar que esa manipulación o interacción social no es de
su agrado. No obstante, si esto afecta a la calidad de vida del perro y a las
personas con las que convive, sería conveniente evaluar el caso.
No. Poder comunicar molestia o enfado mediante el gruñido es tan necesario para
el perro como lo es para las personas poder expresar su enfado. Los gruñidos
sirven para EVITAR conflictos, no para provocarlos.
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CAPÍTULO 3. LENGUAJE CANINO AVANZADO
Los perros emiten distintas señales comunicativas que se han fijado en ellos de
manera innata gracias a procesos evolutivos. Estas señales son realmente para
comunicarse con otros perros, pero también intentan comunicarse con nosotros de
esta manera, para luego ampliarlo con otras conductas que van aprendiendo en el
transcurso de su vida con nosotros.
La sonrisa es algo que coincide en todos los humanos sanos, algo innato,
independientemente de la raza o la cultura. Un bebé humano empieza a sonreír al
poco tiempo de nacer y sus padres y personas cercanas responden a esa sonrisa
sonriendo a su vez, lo que hace que el bebé vaya potenciando esa forma de
comunicarse porque entiende que es algo que agrada y que llega a la gente a la que
va dirigida, repitiéndola en un futuro para poder comunicarse.
SEÑALES INTENCIONALES
Señales afiliativas
Son señales prosociales que buscan el reconocimiento de los miembros de un
mismo grupo social, de tu familia, y la pertenencia al grupo. Cuando queremos a
alguien buscamos darle nuestro afecto e interactuar con esa persona. En su caso, los
perros suelen hacerlo utilizando estas señales. La más común son los acercamientos
amistosos en las que nos mueven la cola y nos piden caricias, pero hay algunas más.
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Se ha demostrado en diversos estudios que los perros son capaces de interpretar
nuestras miradas, expresiones y emociones y reaccionar a ellas. Cuando en un
principio una sonrisa (donde retraemos los labios) y enseñar los dientes para un
perro significaría una señal de amenaza, si nosotros lo hacemos aprenden que es una
señal afiliativa a base de observarnos.
Todas estas señales mantienen al grupo unido y hacen fuerte una relación de
amistad entre los perros y, en tu caso, entre perros y personas.
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Señales agonísticas
Estas señales tienen que ver con la confrontación, ya sea para pelear o para ceder
en enfrentamientos. Los perros son animales mayoritariamente anti-conflicto, ya
que si se estuvieran peleando entre sí de manera recurrente, no tendrían muchas
oportunidades conviviendo juntos.
Es por ello que estas señales suelen darse para prevenir y avisar sobre que se está
incómodo antes de pasar a la acción.
Las principales señales agonísticas son las señales de apaciguamiento y las señales
de amenaza.
Señales de apaciguamiento
Los perros son animales sociales y gregarios que, al vivir naturalmente en grupo,
cuentan con un amplio abanico de señales que les permiten comunicarse con otros
miembros del grupo. Entre ellas, se encuentran las señales de apaciguamiento.
Si las especies sociales, en este caso los perros, lucharan al mínimo roce, no
conseguirían sobrevivir y mantener un clima positivo con el resto del grupo.
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Adulto con poca tolerancia Cachorro que se acerca rápido,
a los cachorros, queriendo juego y de manera
focaliza y se tensa. nerviosa e invasiva.
Existen también otras señales más sutiles como pestañear, cerrar los ojos, tragar
saliva, dar la espalda, mover la cola en una posición baja o moverse con lentitud.
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SEÑALES DE APACIGUAMIENTO MÁS COMUNES
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Señales de amenaza
Estas señales, por raro que pueda parecer, en la mayoría de ocasiones tienen como
objetivo evitar un conflicto; dependerá del contexto o situación en las que se den.
Muchas veces aparecen cuando una señal de apaciguamiento ha sido ignorada.
Sirven para informar de cuando están enfadados y son necesarias para mantener el
estatus social, enseñar normas y límites al individuo al que van dirigidas, evitar un
contacto excesivo (como cuando un cachorro no para de saltar encima de un adulto)
y también lo utilizan sobre todo las madres para pasar del apego al afecto con sus
cachorros, evitando así el hiperapego que veremos más adelante.
Como comentábamos antes, los perros realizan las señales de apaciguamiento para
comunicar al receptor que no quieren tener un conflicto y que no se sienten
cómodos con determinada situación o comportamiento por su parte.
Si el receptor ignora la comunicación del perro, este puede optar por huir
alejándose de aquello que le incomoda o bien, pasar al segundo nivel de aviso:
gruñidos, retraer belfos y/o enseñar los dientes.
Ejemplos:
Tiene un significado más claro y directo que las señales de apaciguamiento. Vendría
a ser algo como: "Me estás calentando y si sigues esto no va a acabar bien". El perro
se está molestando y enfadando.
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Si el receptor persiste, el perro puede pasar a dar otros avisos todavía más directos
como gruñir con un sonido más grave y ronco y/o retraer más los belfos
mostrando los dientes.
No entra dentro de la normalidad, pero puede ocurrir. La mayoría de las veces son
perros que han realizado señales de aviso en numerosas ocasiones y se les ha
ignorado o incluso castigado por hacerlas.
Por tanto, los perros las omiten y pasan al siguiente nivel "sin haber avisado".
Un perro también puede aprender que con una señal de apaciguamiento consigue
jugar, por lo que puede pasar a utilizarla como señal afiliativa. Esto sería el típico
Border collie que le chupa la boca a los perros que conoce para ser su amigo.
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Las señales ambiguas también pueden darse según la raza o el perro en sí, ya que
igual que las personas, hay muchos perros que tienen su propia manera de
comunicarse, pudiendo mezclar las señales que vimos antes junto con las afiliativas.
Muchas veces está relacionado con el factor de la raza, siendo así lo que comentaba
un poco antes de que los Border collie son muy dados a mostrar dentro de sus
señales afiliativas tumbarse boca arriba, lamer el hocico y agachar las orejas
"pidiendo permiso" continuamente. Lo que normalmente serían señales de
apaciguamiento, el border collie las utiliza con intención afiliativa.
Es por ello, que no debes quedarte únicamente con las señales externas que
realiza el perro, ya que estas muchas veces pueden ser ambiguas.
SEÑALES NO INTENCIONALES
No todo lo que veamos en el perro tiene siempre una intención comunicativa. Hay
otras señales que te van a mostrar qué emoción o emociones parece sentir tu perro,
cómo es la relación contigo y también con su entorno, según cómo se comporte o lo
que haga.
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Conductas de bienestar
Las conductas de bienestar se dan cuando el perro ya tiene sus necesidades
básicas cubiertas (alimento, refugio, salud...) y no vive en un estado de
supervivencia sino de bienestar y comodidad.
Cuando los animales tienen cubiertas sus necesidades, tienen una forma de
aprender y comportarse distinta que cuando viven en un estado de supervivencia.
En este segundo caso se muestran más alertas en su entorno, inseguros y
susceptibles a reaccionar a los estímulos, ya que cualquier cosa podría ser peligrosa.
Si ves que tu perro lleva a cabo con normalidad las siguientes conductas de
bienestar, te da una pista mejor de su estado emocional y calidad de vida que si te
centraras en ver el número de señales de apaciguamiento.
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Kalita durmiendo boca arriba, feliz y
despreocupada, en el comedor de casa de mis
padres.
Conductas de desplazamiento
Son conductas normales que se dan en contextos inapropiados en los que no es
normal que aparezcan.
Pueden aparecer para canalizar el estrés que le supone a un perro una situación que
no se ve capaz de resolver, realizando entonces una conducta alternativa en lugar de
la que correspondería.
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SACUDIRSE: igual que si estuvieran mojados, pero sin
estarlo. Lo hacen para destensar los músculos y liberar
el cuerpo del estrés.
Automatismos expresivos
Los automatismos expresivos se dan ante ciertas emociones y tienen en común
que se contagian al resto de integrantes del grupo social. El bostezo es el más
famoso de ellos, en humanos también es contagioso. Se dice que cuanto más
empático sea el individuo, más probable es que responda al bostezo del otro.
Un perro puede bostezar por estar cansado o con sueño, al igual que nosotros, pero
también a modo de auto-calma.
Un automatismo expresivo que tenemos los humanos es la risa. Sí, reímos cuando
somos felices o algo nos resulta gracioso pero, ¿quién no ha reído también ante un
momento de nervios o para restar tensión a una discusión, haciendo incluso alguna
broma?
Cuando veas a tu perro tenso prueba a bostezar o a estirarte. Turid Rugaas, autora
de "Las señales de calma", asegura que funciona.
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Laika, la border collie
En este sentido quiero hablarte de una alumna canina que me enseñó muchísimo
sobre lenguaje canino. Laika era una Border collie color chocolate, con diversos
problemas emocionales, a los que su tutora no podía dedicar la atención que le
hubiese gustado.
Sabía decir perfectamente cuando algo le gustaba o cuándo no, los perros la
entendían, más bien ella se hacía entender.
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Señales que indican enfermedad o malestar físico
Lamerse con insistencia una zona del cuerpo. Tener algún material extraño clavado,
picor, dolor, etcétera.
Bostezar sin que cuadre que tenga sueño o esté intranquilo, puede significar que
tiene dolor de estómago.
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Señales de excitación
Hay muchas señales que nos muestran la excitación de un perro. Recuerda que la
excitación puede ser de valencia positiva (alegría o felicidad por haber llegado a
casa) o negativa (frustración).
Ser incapaz o que le requiera mucho esfuerzo quedarse quieto. Saltar, caminar de
un lado al otro, correr.
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EJERCICIO PRÁCTICO 1
Observa a tu perro para ver qué señales de apaciguamiento suele realizar más y en
qué momentos concretos suelen darse. Luego deja constancia de ellas aquí.
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EJERCICIO PRÁCTICO 2
Cuando estés con tu perro o entrenes con él presta atención a cuántas señales
afiliativas te da. Para que sea un buen trabajo en equipo, debería aparecer al menos
un 80% de ellas en el entreno. También pueden aparecer señales agonísticas, pero
estas no deben superar nunca el 20%.
Anota aquí las señales que observes que tiene tu perro hacia ti o los miembros de
tu familia.
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DUDAS FRECUENTES
No tiene por qué. Presta atención al contexto y al resto del lenguaje corporal. Si se
acaba de despertar de la siesta probablemente no sea por estrés. Si está en la
consulta del veterinario o le estás manipulando en un momento en el que no le
apetece demasiado, entonces puede que sí. Si esto último es el caso, prueba a
trabajar ambas cosas para aumentar su tolerancia y que esas situaciones no le
generen tanta incomodidad.
Aunque suene extraño, es cierto que hay perros que no disfrutan de las caricias.
Normalmente son perros a los que no se ha acostumbrado a un buen contacto
cuando eran cachorros. En otras ocasiones, aunque sí se les haya acostumbrado,
simplemente no les gusta demasiado y no son muy expresivos al respecto.
Yo en estos casos recomiendo estudiar bien a tu perro para ver en qué zonas sí que
parece tolerar más las caricias e incluso disfrutarlas en ciertos momentos, e ir
jugando con eso y las sesiones de vinculación que veremos más adelante.
Cuando trabajo con mi perro solo sigue la comida, si no tengo no me hace caso.
Esto es algo muy frecuente en perros a los que se ha entrenado dando más
importancia a la comida que a la felicitación social, ya sea con la voz o mediante
caricias.
Puedes corregir esto trabajando algunos ejercicios como el luring con fiesta social
que veremos en el último capítulo del libro.
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CAPÍTULO 4. EL JUEGO Y EL SALUDO
Durante el juego y el saludo los perros comunican algo prácticamente todo el tiempo.
Desde tener ganas de jugar, hasta sentirse incómodos o tener interés social. Es en
estos momentos donde más vas a poder observar las señales que vimos antes en tu
perro. Así que atento.
El juego
Los perros empiezan a jugar desde cachorros. El juego es una actividad vital que se
encuentra presente en la mayoría de los mamíferos (alrededor de un 80% según los
científicos) así como en algunas aves, reptiles e incluso peces.
La madre estimula a sus cachorros desde que nacen mediante lamidos y movimientos
con el hocico.
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Cuando los cachorros crecen más, empiezan a jugar de manera más corporal,
simulando luchas en las que se muerden, persiguen, saltan, corren y vocalizan.
Los juegos corporales permiten al cachorro estimular su cuerpo, que vaya ganando
control sobre él y probando los límites de lo que es capaz o no de hacer.
En el juego con sus hermanos aprenden las normas sociales con otro individuo y
ganan confianza y seguridad en sí mismos.
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El juego siendo adultos y cómo exprimirlo al máximo
Los perros son una de las especies de mamíferos que conservan las conductas de
juego aun en la etapa adulta. ¿Sabes qué otra especie las conserva? ¡Así es, nosotros!
Además de jugar con otros individuos, los perros comparten con los primates el jugar
también con objetos. Los pueden coger, lanzar, morder, tirar de ellos y perseguirlos
si los lanzas.
Una vez los perros van creciendo adoptan distintas formas de jugar entre sí.
Algunos son más brutos, otros más delicados, a algunos les gusta perseguir y a otros
que les persigan, dar pellizcos suaves con la boca, arrebatarse juguetes, etcétera.
No importa cómo juegue nuestro perro siempre que se respeten los límites y que
ninguno de los perros envueltos en el juego se sienta incómodo o sobrepasado.
Estos juegos sociales son en los que aprenden y desarrollan habilidades sociales,
tantean límites, se ponen a prueba entre ellos y aprenden a cooperar e ir
intercambiando roles (ahora te persigo yo y luego me persigues tú).
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LAS NORMAS Y LAS PAUSAS EN EL JUEGO
Te habrás dado cuenta de que si tu perro juega con otros perros van realizando
pequeñas pausas en mitad del juego en las que se pueden olfatear, alejarse entre
ellos o quedarse unos segundos mirando a la nada.
Estas pausas son necesarias para evitar que la intensidad del juego (no deja de ser
una actividad excitante) aumente demasiado y puedan ir saltándose límites que
produzcan un conflicto entre ellos.
Es relativamente fácil que dos perros que inicialmente estaban jugando se puedan
pelear si no se respetan estos descansos debido a una sobre-excitación.
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La reverencia de juego o las señales de apaciguamiento son frecuentemente
utilizadas durante el juego cuando se da algún movimiento o conducta que podría
malinterpretarse por el otro perro; de esta manera, le van dejando claro que están
jugando y que no buscan conflicto. Ejemplo: si se pasa en la intensidad de la mordida.
Los perros pueden gruñir o enseñar los dientes, también morder levemente durante
el juego, pero en el momento en que notan que el otro perro se muestra cohibido o
molesto, inmediatamente pueden optar por hacer una señal de apaciguamiento o de
juego para dejar claras sus intenciones.
Hay muchas veces que el nivel de excitación durante el juego es tal que, si no
prestásemos atención a la comunicación de ambos perros, bien podríamos pensar
que se están queriendo matar. Con todos esos gruñidos, dentelladas al aire y
emboscadas... más de un tutor alguna vez ha tragado saliva.
Señales que te pueden indicar si se trata de juego o está escalando en otra cosa:
Si no fuese juego, los perros estarían en estado de alerta con los músculos
tensos. En el juego, las facciones de la cara son relajadas y tienen una
expresión juguetona.
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En los juegos de persecución el verdadero objetivo no es alcanzar al otro
perro sino perseguirle, y el que corre se deja atrapar a propósito.
Si no se están dando pautas de juego como las que vimos anteriormente, y alguno de
los perros o ambos están muy revolucionados, tenemos que interceder e intentar
que bajen la intensidad:
Abandonando el juego.
Separando a ambos perros un tiempo y realizando alguna actividad más relajante
como un breve juego de olfato o, en su defecto, explorando los alrededores.
El saludo
Cuando dos perros se conocen por primera vez, siguen una especie de ritual en el
cual el acercamiento al otro perro es lateralizado, haciendo un rodeo en forma de
semi-círculo.
Lo más educado en lenguaje canino es hacer lo anterior sin mucha prisa, para
finalmente olerse las diferentes glándulas que hay en el cuerpo del otro perro y así
recabar información sobre él.
Las más características son las glándulas anales, que se encuentran cerca del ano.
Pero también disponen de otros centros de olor en el hocico.
Glándulas anales
(a ambos lados del ano)
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Pueden realizar también señales de apaciguamiento como olfatear o agacharse.
Pueden olerse y continuar su camino sin mayor interacción o ponerse a jugar si
alguno de los dos perros realiza una invitación al juego y el otro está dispuesto.
El saludo puede durar desde unos segundos hasta varios minutos y debemos
dejarles el tiempo que ellos estipulen si queremos que sea una experiencia positiva,
que se complete el saludo y, así, mejorar sus habilidades sociales.
No obstante, hay muchos perros que no saben acercarse de esta manera, siendo por
el motivo que sea, lo que a veces puede dar lugar a problemas si el otro perro lo
interpreta como un acercamiento no amistoso.
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Principales errores que se cometen en el manejo de la correa:
Llevar una correa corta que le impida tomar distancia de nosotros y explorar
mejor.
Utilizar la correa como una forma de castigar al perro: mediante tirones, toques
secos o golpes con ella.
No dejar la correa sin tensión durante el saludo de nuestro perro con otro.
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Si impides a tu perro poder olfatear libremente y no le dejas mantener cierta
distancia con respecto a ti, es más probable que no consiga relajarse durante los
paseos y que tenga una peor gestión de aquello que le rodea.
Llevando una correa larga, podrás acortarla según la situación, y dejarla más larga en
el momento en que dos perros se conocen.
Esto último es muy importante, ya que la correa no puede ser un elemento que
impida o afecte a la forma en que hacen la presentación dos perros.
Mucha gente tiende a ver a otro perro venir y recoger correa, lo que le da un mensaje
muy claro al perro. "Cuidado, estate alerta que por ahí viene un posible peligro".
En el momento en que vemos a otro perro venir, debemos relajarnos, y mostrar
calma y naturalidad.
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Observa el lenguaje corporal de tu perro, si se quiere acercar o no, si se para, si le
mira con curiosidad o con miedo, síguelo.
Muchas veces lo mejor que podemos hacer por nuestros perros es ser observadores
pasivos de la situación. No obstante, si nuestro perro tiene algún problema
emocional, puede necesitar de nuestro apoyo social y de un trabajo detrás para
poder relacionarse correctamente con otros individuos sociales.
Hoy en día casi todos los perros se saludan de manera frontal (hocico contra hocico).
Este tipo de saludo suele añadir tensión al saludo, ya que normalmente dos perros
que no se conocen deben saludarse haciendo un pequeño semi-cìrculo. Lo peor del
saludo frontal es que es puramente visual, los perros se miran de frente conforme se
van acercando y no pueden olerse tan bien como si se acercaran por detrás.
Este tipo de saludo puede resultar amenazante para algunos perros y hacer que no
se sientan del todo cómodos con el nuestro.
EL AMADO SEMI-CÍRCULO
El giro que dan los perros al saludarse, por el contrario, es una forma de comunicar
al otro perro que tienen interés en conocerle y que no buscan conflictos.
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AHORA, ¿CÓMO NO DEBE SER UN SALUDO Y QUÉ DEBEMOS EVITAR?
Si nuestro perro embiste o corre a saludar. Mejor llevarle con correa hasta
llegar al otro para reducir las probabilidades de que el otro perro reaccione mal.
Nota: Si va corriendo pero se para a una distancia prudencial y avanza lentamente
y con tranquilidad desde ahí, no pasa nada.
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NO, TU PERRO NO NACE SABIENDO
Es una creencia muy común que los perros nacen sabiendo ya comunicarse con
todo ser viviente que se le cruce, especialmente con otros perros. Y nada más lejos
de la realidad.
Los perros no nacen sabiendo instintivamente cómo comportarse con otro perro,
igual que tú tampoco sabías de pequeño cómo hacerlo con tus congéneres. A ti tus
padres también te enseñaron cuál era la forma correcta de comportarse cuando
conocías a alguien o te invitaban a casa de algún amigo o amiga y luego, en la
escuela, aprendiste también de tus maestros y tus propios compañeros lo que era
bueno hacer y lo que no.
Puede parecer una tontería, pero mi madre me estaba enseñando cómo era la
manera en la que debía interactuar con un bebé. A día de hoy lo sigo recordando y
los perros hacen lo mismo con sus experiencias con otros individuos.
ETAPAS SENSIBLES
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"MI PERRO SE ACERCA BRUSCAMENTE A OTROS PERROS"
Cuando a un perro le falta "camino recorrido" en las experiencias con otros perros
durante la etapa sensible, es muy posible que más adelante termine desarrollando
distintos problemas. En algunos perros se traducen en inseguridad, miedo o rechazo
a perros desconocidos.
Estaría en todo el derecho de enfadarse o querer irse, ya que no es una manera educada
de decir hola si le acaba de conocer. Muchos perderán el interés o le dejarán claro que
esas no son las formas, pues un perro nervioso y fácilmente excitable solo le cae bien
a otros perros nerviosos y fácilmente excitables.
Eso hace que a veces caigamos en el error de que nuestro perro, el injustamente
ignorado, se relacione de manera exclusiva solo con este tipo de perros, por lo que al
final sigue aprendiendo que esa es la forma correcta de interactuar socialmente y se
extraña cuando otro perro no responde como él tiene previsto.
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Cómo enseñar a un perro a acercarse correctamente
Con correa
El modelado de correa, es un ejercicio que te puede servir para construir varias cosas,
entre ellas el poder guiar a tu perro sin añadir tensión emocional para que haga una
pequeña curva antes de acercarse al otro perro. Sin embargo, esto solo te servirá
cuando tenga la correa puesta, ¡como es lógico!
La clave de usar el modelado de correa aquí consiste en guiarle al principio con una
ligera tensión de la correa para impedir que se acerque frontalmente, haciendo
juntos la curva y luego, si está tranquilo, dejando que se acerque sin tensión alguna
en la correa para que se olfateen y se complete el ritual de saludo.
Sé lo que puede que estés pensando, es irónico lo de acercarle sin tensión pero con
tensión, ¿la tensión no era mala? Una de las ventajas de trabajar este ejercicio es que
la tensión deja de ser algo negativo para el perro, pasando a ser algo neutral e
incluso, dependiendo de cómo se construya, una ayuda para salir de situaciones
complicadas que el perro no sabe gestionar (en el último capítulo te enseño cómo
hacerlo).
Al caer a un pozo, todos desearíamos que nos lanzaran una cuerda para poder salir.
Trabajando el modelado de correa le damos al perro esa cuerda que necesita en
ciertas situaciones en las que no es capaz de desconectar por su cuenta.
Si piensas que no está tranquilo o que al llegar al otro perro puede saludarle como si
fuera su mejor amigo de la infancia, no le dejes acercarse, ya que aunque haya
realizado la curva contigo su excitación será todavía alta y el resultado será parecido
a si se hubiera acercado de cara. En esa circunstancia es realmente preferible que
huela el rastro del otro perro a que se le acerque, ya que una vez estén uno delante
del otro si te lo intentas llevar te arriesgarías a que haya conflicto, incluso con el
ejercicio del modelado de correa trabajado, puesto que estarías cortando la
comunicación abruptamente.
Este trabajo sería complementario al que tendrías que hacer en casa sin correa.
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Cómo enseñar a un perro a acercarse correctamente
Sin correa
En este punto doy por supuesto que tienes una buena relación con tu perro; no
obstante podrías reforzarla aun más realizando los juegos de vinculación y teniendo
en cuenta los puntos que menciono en el capítulo cinco sobre cómo construir y
fortalecer el vínculo con tu perro.
Te lo adelanto ya que para que poder enseñarle a tu perro a relacionarse bien con
otros perros o personas (acercamientos bruscos o poca paciencia en el juego) será
necesario que sirvas de modelo. Sí, sí, le podrás enseñar contigo mismo cuáles
serían las mejores formas de aproximarse a otro individuo, las formas que le den el
resultado que a él le gustaría.
En casos en los que el perro no tolera cierto tipo de juego, podemos hacerle más
tolerante jugando de manera controlada de esa forma. Carlos Alfonso García,
profesional del comportamiento y autor de "Tu perro piensa y te quiere", contaba
que su perra, una Pastor belga malinois, no respondía bien cuando los perros jugaban
dándole con la pata. Preocupado por una futura reacción negativa, ya que es algo que
muchos perros hacen y los Malinois no se caracterizan por ser demasiado pacientes
y sin embargo sí por tener la boca suelta, empezó a jugar con ella poniendo su propio
brazo encima del cuerpo de la perra a medida que jugaban. De esa forma, dentro del
juego social con él, empezó a tolerar este patrón de juego.
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DUDAS FRECUENTES
¿Cómo hago si tengo más de un perro para poder tener un buen manejo de la
correa y que tengan un paseo de calidad?
Si bien es cierto que llevar a un perro con correa larga requiere un mejor manejo
por nuestra parte y, que este manejo se dificulta exponencialmente cuantos más
perros tengamos, podemos trabajar para facilitarnos la vida de la siguiente manera:
Practica el paseo primero con cada perro de manera individual: que salgan
tranquilos, sin tirar y olfateando. Cada perro sigue un ritmo distinto, por lo que los
paseos individuales están recomendados de vez en cuando aun si no tuvieras
problemas en el paseo.
Trabajado el paseo de cada perro, será mucho más sencillo llevarlos a todos juntos,
conocerás el ritmo de cada uno, sabrás cuál necesita más o menos correa, y podrás
adaptar el paseo y el manejo a ello.
¿Qué significa que para saludar mi perro aceche a otro perro para luego
abalanzarse?
Como veíamos antes, hay perros que previo al saludo se tumban o acechan al otro
perro. El acecho es más normal en ciertas razas, como los Border collie. Sin
embargo, esto suele incomodar a otros perros, ya que forma parte de la secuencia
de caza.
55
CAPÍTULO 5. APRENDE A HABLAR SU IDIOMA
Una vez que ya sabemos detectar las señales de apaciguamiento, cuándo puede estar
nuestro perro sintiendo dolor o malestar, y que entendemos que un movimiento de
cola puede significar también que está a punto de producirse un conflicto, es hora de
que nosotros también aprendamos a comunicarnos con ellos.
Comunicación no verbal
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Cómo hacer que tu perro te entienda mejor
La verdad es que no existe una fórmula mágica, nada tiene una fórmula
mágica en el comportamiento canino (y me atrevo a decir que en ningún
campo profesional). No obstante, sí que existen métodos para que tu perro te
escuche más o, mejor dicho, te escuche y te atienda mejor.
Lo primero que hay que tener en cuenta para que un perro te haga caso es el
vínculo. El vínculo que tengamos con nuestro perro determinará (aunque no
totalmente) el caso que nos haga.
Construyendo el vínculo
El vínculo, esta palabra que está en todas partes y que escucharás decir al menos
alguna vez a cualquier buen profesional del comportamiento canino.
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Lo que más caracteriza a la vinculación afectiva es que los participantes tienden a
querer permanecer siempre próximos. Cuando se apartan, uno buscará al otro tarde
o temprano para poder volver a estar juntos.
Esto es muchas veces el causante de los problemas conocidos como la ansiedad por
separación, cuando dejamos al perro solo en casa o cuando tenemos más de un perro
y alejamos a uno del otro.
Este vínculo no tiene por qué ser siempre positivo. En nuestro caso con los perros,
construir una relación y un vínculo sano lleva tiempo, esfuerzo y trabajo. Que no
tengamos un buen vínculo con nuestro perro no significa que no nos quiera, sino que
todavía no hemos llegado al nivel de entendimiento y confianza mutuo y necesario.
La relación con nuestro perro existe, podemos tener un vínculo con él, pero muchas
veces falta algo.
Los perros eligen con quién pasar más tiempo, quién les transmite más simpatía,
de la misma forma que nosotros hacemos lo propio con nuestros iguales.
Estudios recientes han demostrado lo que toda persona con perro ya sabía:
Los perros poseen unas habilidades sociales en la interacción con personas que
destacan sobre otros animales más cercanos a nosotros en genética. Crean lazos
emocionales fuertes con las personas con las que viven o frecuentan el trato, y
modulan sus interacciones en base a ellas.
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Así lo demostraron Cook, Arter y Jacobs (2013) en un estudio en el cual compararon
la información provista por los tutores del perro o por un extraño a la hora de elegir
un objeto cuando señalaban con el dedo. Ambos señalaban al mismo tiempo un
recipiente y el perro debía elegir uno. El estudio resultó en que los perros elegían
más veces el que les señalaba su persona de confianza, a pesar de que estuviese vacío
y que el del extraño tuviese comida dentro. Es decir, priorizaron la información
social proveniente de la persona de confianza.
Tu perro muchas veces estará a tu lado porque quiere, aunque no tengas comida o
un juguete en la mano. Estará a tu lado porque disfruta de tu compañía y quiere
permanecer cerca tuyo.
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NO LE QUIERAS TANTO, QUIÉRELE MEJOR
Si no dejamos que nuestro perro sea independiente, haremos que no sea capaz de
tomar sus propias decisiones y resolver problemas por sí mismo, por lo que se
sentirá intranquilo cuando no estemos con él y nos buscará para resolver todas las
situaciones en las que se sienta inseguro, que serán la mayoría. Esto impedirá su
desarrollo como individuo independiente, afectando a su calidad de vida y a su
felicidad. Como consecuencia puede darse el híper apego, una dependencia
excesiva que provoca malestar cuando no estamos a su lado.
El apego infantil del cachorro da paso entonces a procesos afectivos adultos con los
que un grupo de perros puede convivir pacíficamente. Las personas no solemos
tener esto en cuenta con nuestros perros, pudiendo ocasionar los anteriores
problemas. El perro con apego seguro sabe que si lo necesita, estaremos ahí.
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CÓMO CONSTRUIR Y FORTALECER EL VÍNCULO CON TU PERRO
CONFIANZA
Si tu perro confía en ti, será mucho más fácil enseñarle y que quiera aprender
para mejorar la convivencia, porque te quiere. Ya hemos visto que estar junto a un
ser querido en el que confiamos, permite un mejor afrontamiento de las situaciones.
Piensa en ti mismo caminando a la madrugada solo por las calles de tu ciudad, por
un barrio en el que hace poco ha habido un robo violento. Ahora piensa en la misma
situación pero estando acompañado de alguien en quien confías que te ayudará en
caso de que aparezca el ladrón. Esa persona te dará mayor seguridad y caminarás
más tranquilo a su lado. Con los perros pasa lo mismo.
Es por ello que la confianza es uno de los cimientos más importantes a la hora de
construir el vínculo con tu perro.
A EVITAR
Hay que intentar buscar el equilibrio entre estar pendientes de tu perro pero
dejándole libertad para tomar sus propias decisiones.
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RECONOCIMIENTO
No solo le regañes cuando hace algo mal, expresa también tu alegría y felicidad
cuando hace algo bien, házselo saber.
Muchas veces las personas nos centramos en cuando nuestro perro hace algo mal,
ignorando o restando importancia a cuando consigue realizar una conducta o ignorar
a ese perro que odia, dando por hecho que debe ser así.
Esta felicitación tiene que ser en la mayoría de las veces una fiesta social, que el
perro se sienta feliz y motivado porque tú estás feliz por su conducta. Veremos más
adelante cómo trabajar esto, de forma que tu perro no siempre espere un refuerzo
individual cuando hace algo bien, como puede ser que cargues siempre con comida o
un juguete.
RESPETO
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PASAR TIEMPO DE CALIDAD JUNTOS
Juego.
Descubrir lugares nuevos.
Aprender cosas juntos.
Paseos en la naturaleza.
Dejarle libertad de decisión.
Momentos de descanso a su lado
o en el mismo espacio.
Contribuye a la sincronía contigo.
Sesiones de vinculación afectiva.
Ya vimos que el juego es una de las mejores maneras de fortalecer la relación con
nuestros perros, ya que es una actividad de motivación intrínseca para ellos y
también para nosotros.
Dedicar al menos unos diez minutos de juego al día con nuestro perro, no solo le va
a servir para descargar energía, sino para pasárselo en grande juntos y poder
aprovechar el juego para enseñarle nuevas cosas o, incluso, ayudarle con sus
problemas emocionales.
63
¿Sabías que en el mundo animal los padres que juegan y se divierten
con sus cachorros son los que crean las mejores relaciones?
Aprovecha que tanto perros como personas somos amantes del juego incluso
cuando somos adultos, ¡no todas las especies animales gozan de esa suerte!
No es el juego en sí lo que mejora la relación con tu perro, sino las normas que haya
dentro de él para que sea justo (como todo juego de mesa que se precie debe haber
unas normas para que sea divertido y desafiante), las emociones placenteras
provocadas por el propio juego y la sincronía de ambos durante el mismo.
Cuando vivía en casa de mis padres con mis hermanos, uno de nuestros juegos
favoritos era el UNO®. Nos reíamos mucho, nos emocionábamos y hacíamos que el
resto diera un respingo cuando gritábamos a todo pulmón "¡Uno!" si nos quedaba una
sola carta y justo era del color que había en el mazo. Eso sí, jugábamos con unas
normas totalmente inventadas, pero normas al fin y al cabo, para que no fuera algo
caótico. Cuando me mudé con mi pareja y quisimos jugar al UNO® él jugaba con las
normas reales, esas que vienen bien dobladas dentro de la cajita de las cartas. Yo no
quería jugar bajo esas normas sino bajo las propias con mis hermanos, que eran las
que me parecían divertidas, pero pronto comprendí que debía ser flexible y aprender
las otras normas para poder jugar con él (además eran las oficiales). Jugamos y me lo
pasé igual de bien que con mis hermanos.
Cuando un perro juega contigo va aceptar ciertas normas de buen grado, es algo que
de hecho esperan ya que dentro del juego con los perros también hay normas aunque
no estén impresas en ningún papel. Solo se trata de adaptar el juego y enseñarle para
que ambos puedan divertirse.
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Además, en un estudio antiguo pero clásico de Topál y colaboradores, se demostró
que el juego es una excelente manera de hacer que si tu perro es tímido o inseguro
se sienta más cómodo con una persona que no conoce, eso sí, siempre respetando
su espacio y, al parecer según estudios, es mejor si también está su tutor cerca. Un
perro no juega si siente miedo o inseguridad, por eso es un arma tan efectiva para
luchar contra estas emociones. Quizá no se anime a jugar tirando de un mordedor,
donde tiene la mano de la persona prácticamente en su cara, pero ir a buscar un
juguete divertido y traérselo puede ser muy positivo.
De hecho esta también es una buena herramienta si un niño se siente incómodo con
un perro, el que le tire la pelota u otro juguete le ayuda a ganar confianza.
Aunque todavía no hay estudios suficientes que determinen qué tipo de juego es
mejor para el vínculo con los perros, Rommey y Bradshaw hicieron un estudio en
2003 para determinar las variables que había en cada tipo de juego y descubrieron
que si las personas jugaban teniendo un alto contacto físico con sus perros y luego
les dejaban solos en la sala, los perros mostraban menos conductas ansiosas en su
ausencia (quedarse cerca de la puerta o vocalizar). A mí personalmente jugar a la
lucha controlada cuerpo a cuerpo con Kala es una de mis cosas favoritas en el
mundo, si encima tiene estos beneficios no tengo excusa.
No obstante, no con todos los perros se puede jugar de esta manera, ya que hay
perros que tienden a excitarse demasiado y cuentan con una fuerza o peso con los
que podemos salir lastimados. Puedes añadir contacto físico al juego dándole
palmadas suaves o pequeños empujones cuando tira de un mordedor, felicitándole
con caricias cuando te trae la pelota, etcétera.
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COMUNICACIÓN
Ya diste un gran paso al adquirir esta pequeña guía para poder entender mejor a tu
pequeño. Si bien todos los puntos que estás leyendo son importantes, entender a tu
perro y hacer que a él le sea fácil entenderte es un punto clave.
Entender sus señales es un buen punto de partida para saber ver lo que quiere
comunicar tu perro, tanto a ti como a sus congéneres o a otras personas. Sin
embargo, no solo debes aprender estas señales, que pueden ser intencionales o no,
sino prestar atención también a las conductas que tu perro ha aprendido para
comunicarse contigo. Por ejemplo: llevarte su cuenco de comida o ir a la cocina y
mirarte insistentemente para que le sirvas de comer.
Todos conocemos o hemos tenido en nuestra vida a una persona terca, a la que por
mucho que se la intenta convencer con argumentos, no da su brazo a torcer. Con
esta persona llegará un momento en el que ya no intentemos hacerle cambiar de
idea, ni discutir con ella para que cambie su forma de ser, lo veremos como una
pérdida de tiempo, por lo que nuestra estrategia a la hora de resolver problemas
con ella será otra, que puede ir desde ignorarle hasta tener un conflicto abierto.
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SON UN EQUIPO
Si no quieres que te salude de manera tan efusiva al llegar a casa, no le hables con
voz aguda y caricias bruscas que le sobre-exciten.
Cuando trabajes con él, ya sea para un adiestramiento básico de sentado, tumbado o
darte la pata o para darle herramientas de afrontamiento ante circunstancias que le
superan, tendrás que trabajar tú también en hacerte entender, trabajar tu paciencia,
la constancia de dedicar cada día una hora o el tiempo que haga falta para entrenar,
el hacer los ejercicios claros para el perro y entender su finalidad.
Por último pero no menos importante, la confianza que mencionaba antes es algo
recíproco. Entiendo que muchas veces es complicado confiar en tu perro cuando te
la ha liado tantas veces, pero conforme vayas trabajando con él tendrás que ir
haciendo concesiones e ir "soltando la cuerda". Eso te irá resultando más sencillo
conforme vayas viendo resultados en tu trabajo.
Puedes probar primero a confiar más en él pero con medidas de seguridad como la
correa, el bozal o estar en un espacio vallado y controlado, dependerá del problema
que te preocupe.
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EJERCICIOS DE VINCULACIÓN
En estas sesiones aprenderás a ver qué tonos de voz y forma de hablar son las que
hacen sentir mejor a tu perro, puedes también acariciarle de su forma favorita en sus
zonas favoritas y jugar con él sin que haya juguetes de por medio, además de
aprender a ver mejor sus señales afiliativas y de apaciguamiento, aunque estas
últimas no deberían aparecer.
Bien, empecemos. Tienen que darse una serie de requisitos para que la sesión avance
lo más favorablemente posible y que tu perro tenga ganas de ir a ti o al menos que
vayamos aumentando sus señales afiliativas.
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El estado emocional del perro debe ser positivo, esto es: no tener miedo de
ti, ni tener problemas de agresión o de manipulación. Aprovecha a hacerlo
en algun momento en el que esté tranquilo y descansado. Si no confiara en
ti, habría que trabajar primero eso antes de realizar este ejercicio.
Yo misma agachada, en una postura que invita al acercamiento, diciéndole palabras cariñosas a Kala.
Una vez cumplas estos tres requisitos, siéntate en el suelo quieto con tu perro sujeto
a una correa larga de aproximadamente tres metros, para que tampoco se aleje en
exceso. Si el perro se aleja demasiado, no podrás influir tanto en él con la voz.
Deja al principio que explore un poco y que se aleje si quiere, dándose cuenta del
radio de distancia que le permite la correa. Luego, empieza a hablarle suavemente
con palabras cariñosas, buscando que te de alguna señal afiliativa o que indique que
te esta escuchando: moverte la cola, acercarse un poco, mirarte...
Cada vez que haga una de estas cosas, a pesar de no haberse acercado del todo a ti,
prémiale con la voz diciéndole un "muy bien" feliz y animado. El objetivo al principio
no será tanto que se acerque sin esfuerzo sino ir premiando y potenciando su
69
comunicación contigo mediante señales afiliativas (y también de paso que tú mejores
tu comunicación con él, viendo lo que le gusta y lo que no).
Lo de tenerle con una correa es para evitar que se aleje demasiado de ti o que salga
del radio elegido, haciendo que se dé cuenta de que lo único interesante en ese
pequeño círculo eres tú. No obstante, no tiraremos de él hacia nosotros ni le
obligaremos de forma alguna a acercarse. Debe hacerlo voluntariamente, de manera
proactiva.
La forma en que le hables dependerá de tu perro. Hay perros sensibles en los que
funciona mejor agacharse y hablar suavemente para conseguir que nos den señales
comunicativas. Hay otros más bruscos que si hacemos eso mismo no les resultamos
interesantes y se aburren, teniendo que llamarles la atención de forma algo más
dinámica, mediante palmadas, tonos de voz más enérgicos o incluso jugando un poco
con ellos si se acercan, en lugar de simplemente acariciarles.
Puedes decirle cuantas palabras cariñosas quieras a tu perro para conseguir que se
acerque, pero siempre teniendo en cuenta que si se acerca debe ser por ti y no por
un interés objetual o porque perciba que le exiges que se acerca. Recuerda, tiene que
acercarse voluntariamente.
Es decir, no vale esconderse comida (aunque sea una simple riñonera que tienes tras
la espalda y que no le estás ofreciendo directamente), llamarle diciéndole "ven" o el
típico "toma" con el que acude casi todo perro que ha convivido alguna vez con una
persona. Aunque en esos casos se acerque, no será por ti, por tanto no serviría para
trabajar la vinculación afectiva.
Cuando se acerque...
Una vez más esto dependerá de cada perro, no a todos les gusta lo mismo. A mi perra
Kala, por ejemplo, le encanta que le rasque el cuello y la base de la cola, también que
le de palmaditas muy suaves en los cuartos traseros mientras le digo lo lista y lo
buena que es. Si se me sube un poco para lamerme la cara (señal afiliativa), le
respondo
70
también con besitos, sin invadir su espacio y dejando siempre margen de espacio
para que, si ella quisiera, se pudiera alejar.
No recomiendo poner el brazo por encima del perro ni abrazarle, ya que debe
sentirse todo el tiempo con la seguridad de que si quisiera podría volver a alejarse de
nuestro lado.
¿Y si no se acerca?
Habrá perros que tarden en acercarse y otros que directamente parezca que nos
ignoran o nos miran altaneros, sin el más mínimo interés de acortar distancia. Esto
puede pasar sobre todo en perros acostumbrados siempre a interactuar con algo de
por medio, ya sea comida, juguetes o un palo. Debido a esto, al ver a la persona con
las manos vacías, no les resulta interesante.
Piénsalo, no prestas la misma atención si alguien te dice algo desde otra habitación a
si están en la misma habitación contigo. La influencia en el último caso será mayor.
Sin embargo, siempre debes conservar la voluntariedad del perro en el acercamiento.
71
Qué cosas pueden confundir a tu perro
Imaginemos una escena que es frecuente cuando visito a mis padres con Kala. Ellos
tienen una gata y siempre que le dan de comer, dejan el cuenco con los restos de
pienso en la cocina. Kala, que ama comer, siempre quiere ir a rebañar el plato, pero a
mí no me gusta que lo haga, puesto que no es sano. Aquí hay dos formas de
comunicarle que deje de hacerlo:
¡Kala! (me mira) Deja de comerte el pienso de Kitty, cochina. Ven aquí que vas a
engordar (no me entiende y continúa buscando comida). Que pares. ¡Que pares!
(tono de voz más elevado, me estoy impacientando, me mira y sigue aunque algo más
cohibida). ¡Qué tía! (voy a buscarla y le acompaño fuera, ella hace señales de
apaciguamiento y termina por salir).
“¡Kala! (me mira, tengo su atención, bien). No, no. Ven. ¡Muuuy bien!”. Todo con un
tono de voz amable, pausado y con tranquilidad.
Hay que evitar el conflicto siempre que podamos. De la otra forma estoy haciendo
que Kala se sienta incómoda porque no entiende lo que le digo y encima al notar que
me estoy enfadando se siente insegura, por lo que no estoy creando una buena
relación con ella. Trabajando el tono, las gesticulaciones y las palabras con nuestro
perro, verás que mejora considerablemente tu comunicación con él.
72
Sé claro. No le mandes señales o indicaciones confusas como dejar que suba a veces
al sofá y otras veces no. Nuestro perro no sabe que no puede subir al sofá cuando
está hasta las cejas de barro tras un paseo por la lluvia, por tanto si lo hace regañarle
solo le confundirá. Es mejor prevenir esto y si sabemos que sube al sofá impedirle
que acceda a él hasta que podamos limpiarlo.
No saludar al llegar a casa. Hay mucha gente que no saluda a sus perros al llegar a
casa bajo la creencia de que así aumentan su excitación. Lo cierto es que en un grupo
social canino es lícito saludar a los miembros del grupo por lo que, si tu perro está
sobre-excitado, no es lo mejor saludarle de forma efusiva, pero te recomiendo que le
acaricies tranquilamente aunque sea un poco a modo de saludo, y cuando ya se haya
calmado puedes darle más mimos.
Molestarle porque nos parece divertido. Cogerle las patas, la cola, acariciarle en
zonas que no les gusta, soplarles la cara o hablarles con voz chillona son cosas que no
agradecen.
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Crea tu propio idioma con tu perro
Ya es algo más que claro que los perros no saben hablar castellano ni las personas
sabemos entender el lenguaje de los perros (al menos sin haberlo estudiado). Es por
ello que conviviendo con un perro doméstico nace la necesidad de crear un código
de comunicación claro en el que tu perro te entienda.
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en la que dijo que llegaría a casa, no se sorprenderá si sus padres deciden castigarle o
echarle la bronca preguntándole qué horas son esas de llegar.
LO PRIMERO: SU NOMBRE
Di su nombre.
Después de decirlo, haz aparecer algo o haz algo que sepas que va a
interesarle. Puedes darle comida, jugar, acariciarle/hablarle con dulzura
o hacer algún ejercicio sencillo como que siga tu mano, en la que tienes
entre los dedos un trocito de comida (esto se conoce como luring).
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MUY BIEN: NO ES UNA LIBERACIÓN, SINO UNA CONFIRMACIÓN
Lo que se ha oído siempre "por ahí" es que nada más el perro hacía algo que nos
gustaba había que premiarle. Esto no tiene problema alguno más allá de que nos lo
tomamos tan al pie de la letra, que prácticamente le metemos en la garganta al pobre
perro el trozo de comida, a veces sin terminar de decir si quiera el "muy bien".
Esto da como resultado perros como Rolly. Se le dice que se siente y Rolly se sienta
demostrando su perfecta obediencia. Ahora, cuando su tutora le dice "muy bien",
Rolly se levanta en el acto esperando victorioso su premio, que suele ser comestible.
Es decir, el perro toma el "muy bien" como que ya es libre de abandonar eso que le
hemos pedido, en lugar de como una felicitación social y una confirmación de que
justo era eso lo que queríamos. Lo anterior es un problema cuando queremos que
nuestro perro siga con el curso de acción (en el entrenamiento) o con la posición
corporal que le hemos pedido (en este caso de obediencia básica).
Si estás en una terraza y te llevas a tu perro y le pides que se quede tumbado debajo
de tu silla para no molestar al camarero cuando pase, querrás decirle "muy bien" si lo
hace, pero no servirá de nada si tras decirlo se vuelve a levantar. De la misma forma,
si ni se inmuta cuando le decimos el muy bien, tampoco tendrá bien construida esta
indicación.
Cuando entrenes con tu perro o le pidas algo y lo haga, dile el muy bien.
No le des la comida tras decirlo. Cuenta por dentro hasta tres segundos
máximo y luego dásela. Durante ese tiempo el perro habrá tenido que
mantener la conducta, si la rompe no se lo des.
Tras darle la comida por haberlo hecho bien, introduce una señal de
finalización del ejercicio como el ALE, que veremos a continuación.
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AHORA SÍ, LA LIBERACIÓN: ALE
Es muy útil enseñar a tu perro una palabra que le diga cuándo has terminado de
realizar un ejercicio, serie o repetición o incluso cuándo puede dejar de "prestarte
atención".
Esto es así ya que aunque parezca que no, cuando trabajamos con los perros y por
sencillo que sea el ejercicio, están sujetos a menores o mayores niveles de estrés y
cansancio. Hacer varias repeticiones seguidas de un ejercicio y luego iniciar otro
distinto a continuación, requiere una concentración y atención continuada por
parte del perro que, por divertido que sea lo que estemos haciendo, afectan a su
rendimiento y que esté concentrado pero de manera saludable.
El "ALE" sirve para que el perro entienda y sepa que puede abandonar el trabajo y
hacer lo que quiera: alejarse, quedarse con nosotros pidiendo caricias o revolcarse
en el césped. Es un momento de dispersión, para relajarse, como cuando en mi caso
tras escribir varias páginas de este libro veo un capítulo corto de alguna serie o
charlo con mis amigos.
Puedes hacer la liberación más divertida con una pequeña fiesta social al final, como
en el ejercicio que voy a explicar a continuación, donde unimos las indicaciones del
nombre, la confirmación y la liberación.
Paso 1: Decir la palabra de finalización y alejarme Paso 2: Hacerle ver que quiero interactuar con ella
llamando su atención. para darle caricias y palmaditas amistosas.
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TRES EN UNO: EL LURING
El luring, también conocido como señuelo, es una técnica que consiste en guiar al
perro para que realice una acción mediante un reforzador primario como puede
ser la comida.
Luring estático
Si se estabiliza, aunque solo sea durante un par de segundos dile "muy bien"
y cuenta hasta tres. Luego dale la comida.
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Luring estático
Luring dinámico
A pesar de que en esos tres segundos haya vuelto a intentar coger la comida,
dásela. Cuando se la haya comido dile "ALE" para indicar la finalización.
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Fotografías en el orden de la estructura del luring. (1) Decimos el nombre del perro para llamar su atención;
(2) Bajamos la mano a la altura del hocico y caminamos lentamente; (3) Cuando nos haya seguido un poco
decimos 'muy bien' sin dejar de mover la mano durante un par de segundos; (4, 5) Decimos el 'ALE' y
mostramos nuestro interés en interactuar afectivamente.
La fiesta social del final tiene que ser algo que el perro espere y disfrute. Es difícil a
nivel cognitivo el poder conectar el ámbito objetual (intereses externos como la
comida) con el social (nuestra felicitación). Por eso se hace importante introducirla
cuando trabajes con tu perro.
El alejarnos nosotros del perro sirve para evaluar de manera fiable que el perro
quiere acercarse a nosotros (aunque las primeras veces sea para comprobar si nos
queda algo más de comida). Las palabras de ánimo y los gestos que podemos hacer
con el cuerpo para invitarle a venir, vendrían a ser como las señales afiliativas del
perro cuando quiere nuestra atención y caricias.
Aquí tendrás que demostrar cuánto conoces a tu perro. A algunos les funciona dar
palmadas, a otros no. A algunos les funciona que te agaches, sientes o tumbes en el
suelo y a otros les es indiferente. Alguno responderá a la primera y a otros, sobre
todo si llevan mucho tiempo dándole más valor a la comida que a la felicitación
social, les costará un poco más.
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Una vez llegue a ti aprovecha que se ha acercado para demostrarle lo que tienes para
él:
Acompaña las caricias de palabras cariñosas, dile lo guapo y lo listo que es,
intentando dejar el "muy bien" para dentro del ejercicio como una indicación de
confirmación de que eso era justo lo que querías y lo que esperabas de él.
Un par de formas que tienes para evaluar si el perro realmente está disfrutando la
fiesta social y no que solo lo tolera son:
Haz breves pausas entre las caricias, si se gira pidiéndote más o pega su cuerpo
contra el tuyo para que sigas es que estaba disfrutando de ellas.
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APRENDER A DESCONECTAR: EL NO INFORMATIVO
Las personas solemos pensar que nuestro perro sabe lo que le decimos, cuando la
realidad es otra muy distinta. La mayoría de los perros no responde a nuestro "no"
porque lo entienda, sino porque normalmente va acompañado de enfado y nuestro
perro reacciona a él. Como animales anti-conflicto, te darán señales de
apaciguamiento y parecerán "arrepentidos".
¿No sería maravilloso que hubiese una forma amable, sin enfados, de enseñar a
nuestro perro el significado del "no"? ¿Qué pretendes cuando le dices que "no" a tu
perro? Casi siempre es que deje de hacer algo que no te está gustando.
El problema radica en que muchas veces le pedimos que no haga algo sin enseñarle
a no hacerlo. Los perros son de una especie distinta a la nuestra y muchas de las
cosas que a nosotros nos revuelven el estómago. como revolcarse en animales
muertos o comer heces de personas, forman parte de sus tendencias innatas.
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Pero no solo esto, sino que también se puede (y se debe) utilizar el no informativo
como un apoyo social hacia el perro. Como un consejo. No solo como una palabra
para señalar lo que el perro está haciendo o está a punto de hacer mal; esto será en
todo caso cuando ya le hayamos dado el significado social de apoyo.
Es similar a cuando nuestros padres nos enseñaban a ponernos los zapatos. A la gran
mayoría de niños les pasa que de tanto en tanto (nos pasa incluso de adultos a
veces), se equivocan e intentan ponerse el zapato izquierdo en el pie derecho o
viceversa.
Ante esa situación, si el padre está acompañando al niño, cuando ve que está
acercando su pie derecho al zapato izquierdo, puede decirle un suave "no" para
indicarle que se lo piense nuevamente, ante lo que el niño se fija con más atención en
el zapato, se percata que es el izquierdo y se lo pone en el pie correcto. ¿Lo ves como
algo negativo? ¿crees que el niño temerá a su padre? Al contrario, le servirá como un
apoyo social y agradecerá que le evitase el fallo. En palabras de Carlos Alfonso López
en su libro Los perros necesitan libertad. Libro II, ante situaciones como esta entre
dos individuos: "La relación entre ambos mejorará, se profundizará y se hará más
consistente, porque el niño, al igual que el perro, se siente apoyado y sostenido de
modo que pueda elegir libremente, pero con seguridad de éxito".
Nada sirve para todo en todo momento. Habrá situaciones en las que el no
informativo no sirva de nada. ¿Cuáles? Aquellas en las que el perro esté
experimentando una emoción de intensidad alta.
Esto es debido a que el "no" funciona a través de lo que son las redes neuronales
cognitivas del perro y en momentos en los que la emoción es muy alta, tiene más
poder sobre el perro. Será en esos momentos en los que muy probablemente
tampoco te escuche o quiera aceptar hasta el premio más apetitoso que le ofrezcas.
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¿CÓMO SE ENSEÑA?
Se enseña no solo a través de un ejercicio sino que también puedes usarlo en las
sesiones de vinculación y en el espacio de juego que veremos luego.
Comida apetitosa. En
función de cuánto le
motive la comida,
puedes poner más o
menos cantidad.
Sujeta a tu perro con un arnés de espalda o un collar a una correa de unos dos
o tres metros de largo a ser posible. Si la correa es más corta, influirás
demasiado en su decisión al estar junto a él. Debes calcular una distancia
suficiente como para que cuando el perro se acerque a la comida no pueda
llegar a ella y comérsela.
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En las fotografías se me ve trabajando el "no informativo" con Kala. En la primera foto (1) Kala crea un
objetivo mental con unos trozos de cecina y quiere comerlos. Hay que mantenerla lo suficientemente lejos
como para que no lo haga, mientras tanto, le vamos diciendo varios "no" suaves y amables. Cuando Kala (2)
desconecta y se gira para mirarme, le digo (3) un "muy bien" animado y bajo la mano con otro trozo de cecina
al mismo tiempo. (4, 5) Mantengo la mano quieta hasta que Kala se acerca y lo come.
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LO MÁS POLÉMICO: EL MAL DE ENFADO
De la misma forma que los perros demuestran su enfado entre ellos mediante los
gruñidos, peladura de dientes o marcajes, no parece nada extraño el que tú puedas
contar con una palabra a la que le des un tono emocional negativo que signifique
enfado, que tu perro sepa lo que significa y que responda a ella.
Igual que cuando hablábamos antes de las señales de amenaza en los perros cuando
algo les molesta, de lo sanas que son para mantener unas normas sociales y una
buena convivencia, el poder demostrar enfado de una manera medida y reconocible
por nuestros perros nos dará también una relación saludable con él.
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Te aviso desde ya que el "mal de enfado" no es ningún comodín, ni nada que puedas
usar en cualquier situación en la que tu perro hace algo que te molesta. Hay que
saber bien cuándo realmente tenemos derecho a enfadarnos con nuestros perros y
cuándo no.
El enfado no es algo a utilizar para poder controlar a tu perro. Hay que renunciar al
control y cambiar nuestra forma de entrenar para ser los guías de nuestros perros en
lugar de las personas que les controlan. Además, el control genera frustración en
nosotros, puesto que nunca podremos tener el control absoluto sobre nuestros
perros. Ni deberíamos querer tenerlo.
Una vez dicho esto, hay dos situaciones en las cuales podrías enfadarte con él y que
variarán en intensidad:
Enfado lícito. Lo usaremos cuando el perro haga una conducta social no lícita de
base innata. Es decir, entiende de forma innata que no debe hacerlo. Ejemplo de
estas conductas serían: mordernos con fuerza, saltarnos encima bruscamente
cuando no les hemos invitado a hacerlo o robarnos comida de la mano o de un plato
que estaba dentro de nuestro espacio individual. Con este "Mal" debemos
mostrarnos muy molestos y hacerle ver a nuestro perro que no nos ha gustado
nada esa conducta. El objetivo será que el perro nos de señales de apaciguamiento
pero que estas cesen en cuanto nosotros le mostremos que ya no estamos
enfadados, pasando a dar señales afiliativas de manera positiva.
Nunca debemos alargar el enfado en el tiempo si el perro nos está dando señales
de apaciguamiento para pedirnos perdón. Igual que le mostramos nuestra molestia
debemos hacer click y desenfadarnos en cuanto nos dé estas señales, pues el objetivo
es que entienda nuestra molestia. Una vez conseguido, mantener el enfado en el
tiempo e ignorar al perro y su comunicación tan solo sería jugar con su
desesperación y hacerle sufrir innecesariamente.
Recuerda que el objetivo tras el enfado es justamente la cohesión del grupo social.
Si no se consigue, no sirve de nada.
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Mal de reprimenda. Lo usaremos cuando el perro vaya a realizar una conducta que
sabe (porque así lo hemos evaluado al habérselo enseñado) que no debe hacer. Esta
vez, aunque también mostremos molestia, no lo haremos con tanta intensidad como
con el enfado lícito. Puede alargarse un poco más en el tiempo, pero sin pasarnos. El
objetivo es que el perro nos de señales muy ligeras de apaciguamiento, abandonando
esa conducta inadecuada o realizando la adecuada, para luego mostrar señales
afiliativas hacia el tutor.
Un ejemplo puede ser cuando hemos enseñado a nuestro perro a no morder la pata
de la mesa sino a utilizar su juguete mordedor. Se lo hemos enseñado correctamente
y tiene también un "no informativo" bien entrenado, pero un día le da por morderla.
En ese caso, cuando le viésemos morderla le podríamos decir un par de veces el "no
informativo" para señalarle luego el juguete mordedor. Si aún así decide seguir
mordiendo la mesa, a pesar de haberle dicho que no lo hiciera (repito, habiéndolo
trabajado previamente) podríamos regañarle con el mal de reprimenda.
Me gustaría recalcar una vez más que el enfado no es algo que podamos utilizar en
todo momento para que nuestro perro corte una conducta. Aviso sobre esto ya que
muchos tutores abusan del enfado debido a que la mayoría de perros responde muy
bien a él y caen en la tentación de usarlo para todo. Para eso me gusta poner siempre
el siguiente ejemplo:
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El enfado no es un castigo ni debe usarse como un refuerzo negativo. Que el perro
no haga algo por el miedo a que te enfades es lo último que tendrías que querer
conseguir. Si el perro no hace algo es porque le has enseñado a no hacerlo y lo ha
aceptado en orden de tener una buena convivencia social contigo, que eres su
familia.
Hay ciertos enfoques dentro de la educación canina que no aceptan el uso del enfado
bajo ningún concepto. Esto es debido a la mala praxis y a los abusos con los que se
ha usado el enfado, considerándolo un derecho nuestro para controlar al perro. Al
mismo tiempo, cuando nos enfadamos con una persona si nos pasamos de
intensidad esa persona nos lo hará saber, mientras que con los perros el pasarnos de
intensidad puede afectarles de más y podemos no ser del todo conscientes de ello.
Es por eso que ciertos enfoques en el entrenamiento de perros lo desaconsejan. Es
importante tener evaluadores fiables de si nos hemos pasado de intensidad o no.
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HEMOS TERMINADO: SE ACABÓ
Hay ocasiones en las que el "ALE" no sirve del todo para que el perro desconecte, ya
que en perros acostumbrados a entrenar se lo toman como una pequeña pausa tras
la que viene que les pidamos seguir trabajando.
Por tanto, parece que desconectan pero no lo hacen del todo, ya que su cerebro se
acostumbra a que luego seguiremos trabajando y no sería útil desconectar del todo
para volver a activar luego todos los procesos neuronales.
Es por ello, que para permitir la desconexión completa e impedir que el perro tenga
más estrés por mantenerse tenso a la espera de más trabajo, que la indicación de "se
acabó" servirá para informar al perro de que ya no le pediremos nada más, de que
puede desconectar por completo.
Sabremos que sabe lo que significa cuando tras decirlo el perro se ponga a hacer
cosas totalmente ajenas al juego o al entrenamiento.
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ESPACIO DE JUEGO
El espacio de juego nos servirá no solo para fortalecer la relación con nuestros
perros, como vimos en capítulos anteriores, sino también para trabajar el auto-
control, la frustración, las pausas en el juego, la desactivación/activación y la
indicación de "se acabó" que veíamos en la página anterior. Lo sé, es mucho mejor
que un 2x1, ¡y además es divertido!
Vamos a crear una estructura y unas normas dentro del juego, ¿recuerdas que las
normas son necesarias en todo juego?
Un juego social implica que son necesarios al menos dos individuos, en este caso
tu perro y tú. Lo mejor es utilizar un mordedor o motivador que puedas coger con
una mano al mismo tiempo que tu perro lo coge con la boca y jugar al juego conocido
como "tira y afloja", en el cual el perro se esfuerza por tirar del juguete para
quitártelo mientras tú haces lo propio.
PALABRA DE INICIO. Puede ser una palabra como: "¿Jugamos?" o "A jugar". La
enseñarás escondiendo el mordedor o motivador detrás de tu cuerpo y
sacándolo al mismo tiempo que dices la palabra de inicio. Con ella el perro
aprenderá a partir de cuándo estamos queriendo jugar con él, algo similar a
una reverencia de juego en lenguaje canino.
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PALABRA DE ACTIVACIÓN. Puede ser una palabra cualquiera, en mi caso yo
utilizo "TAC". Sirve para motivar más al perro. Se lo enseñarás aprovechando la
motivación con el juguete y sus ganas de hacerse con él. De tal forma que, tras
decir la "palabra de inicio", dirás el "TAC" al tiempo que mueves el juguete para
que lo persiga un poco mientras repites esta palabra.
Cuando lo alcance, le dices "muy bien, TAC" y juegas a tirar del mordedor con
más ganas.
Cuando lo suelte, haya tardado el tiempo que haya tardado, le dices "muy bien"
inmediatamente, te llevas el juguete al pecho, esperas un par de segundos y
reinicias el juego con el "TAC" al tiempo que mueves nuevamente el juguete.
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PALABRA DE FINAL. Aquí utilizaremos el "Se acabó" de páginas atrás. Cuando
hayas estado jugando un rato con tu perro, pídele que suelte el juguete pero en
lugar de reiniciar el juego dile "Se acabó" al tiempo que guardas el juguete y
das señales de no estar interesado en seguir jugando. Por ejemplo, abandonar
esa habitación o continuar paseando si estás en la calle.
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Victorias completas
Una victoria completa sería cuando el perro consigue arrancarte el juguete de las
manos y hacerse con él. Puedes provocar este tipo de victoria cogiendo con más
suavidad el juguete para que en la siguiente sacudida de tu perro le parezca real y
creíble que ha podido sacártelo.
Cuando lo consiga, felicítale mucho, los perros también tienen motivación de logro y
se sienten orgullosos con estas pequeñas proezas.
Victorias parciales
Una victoria parcial sería cuando, sin soltar el juguete, dejamos que el perro "nos
mueva" cuando hace fuerza en sentido contrario, tirando de él. Si tenemos un
chihuahua, por ejemplo, será muy complicado que por su propia fuerza consiga
movernos del sitio, por lo que patinará en el suelo e intentará tirar del juguete en
sentido contrario, pero si nosotros queremos, podemos mantener el juguete
perfectamente en el mismo sitio.
Esto para el perro a la larga es aburrido. Lo que podemos hacer es fingir que nos
arrastra un poco con su fuerza, de forma que cuando quiera tirar hacia atrás
cederemos un poco y dejaremos que "nos mueva" (sin soltar el juguete).
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MODELADO DE CORREA
Ya adelanté un poco sobre este ejercicio en el capítulo sobre el saludo, puesto que
una vez trabajado lo podremos utilizar para ayudar a nuestro perro a lateralizar los
saludos y, de esta forma, mejorar los encuentros sociales.
Por otro lado, es muy útil para perros con problemas de reactividad emocional.
Es más normal que se dé cuando el perro va atado con correa, ya que se unen otros
aspectos como la frustración y la limitación para actuar.
La conducta reactiva no tiene por qué ser abalanzarse sobre otro perro, puede ser
también huir despavorido ante algo que da miedo o saludar muy nervioso cuando
llegamos a casa.
¿CÓMO SE ENSEÑA?
Lo que vamos a hacer es decir el nombre del perro para seguidamente guiarle con
delicadeza con la correa, ejerciendo una pequeña tensión paralela al lugar donde esté
sujeta la correa. En este caso, paralela al pecho.
95
Correa paralela al pecho con una ligera tensión con la que
guiamos al perro para que nos siga. En perros pequeños como
Kala es necesario inclinarse para mantener la correa a esa
altura.
Pasos:
Cuando te haya seguido un poco, párate y di "muy bien" sin quitar todavía la
tensión. Después de una breve pausa quita la tensión y, si quieres, dale un
premio.
Si tienes un perro pequeño vas a tener que inclinarte para que el guiado
con correa quede paralelo al pecho y no le resulte incómodo a tu perro.
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Yo misma realizando la estructura de modelado de correa con Kala. Tras decir su nombre y mostrarle la
correa (1, 2) empiezo a guiarla con una tensión mantenida y paralela al pecho. Cuando me ha seguido lo
suficiente (3) me detengo, digo "muy bien" manteniendo la correa tensa y tras una breve pausa (4) quito la
tensión. A continuación la premio con un trocito de salchicha.
Este ejercicio puede resultar un poco aversivo para algunos perros a los que (1) no les
gusta la correa, (2) no toleran la manipulación y/o (3) que son sensibles. Que sea
aversivo no quiere decir que le haga daño al perro, sino que no le resulta cómodo que
le estemos moviendo, es una molestia.
En estos casos, en los que el perro parece "venirse abajo", bloquearse a menudo o
mostrar rechazo a la correa, podemos unir al modelado con correa un poco de luring.
De tal forma que, a medida que con una mano mantenemos la tensión, tenemos la
otra mano estirada a la altura del hocico del perro, guiándole también con un trocito
de comida, para que le resulte más fácil seguirnos. No obstante, si aun así el perro no
tolera la correa y se bloquea demasiado, es preferible trabajar primero esos aspectos
antes de realizar el ejercicio.
97
¿PARA QUÉ SIRVE?
98
Comunicación con perros desconocidos, con miedo o
sin él
Habiendo leído ya sobre todas las señales de comunicación que nos dan los perros
así como las que no nos dan pero nos dicen cosas, quiero hacer un pequeño
hincapié en algo que mucha gente hace y normaliza.
Como tutora de una perra insegura con desconocidos, he tenido que sufrir en mis
propias carnes en repetidas ocasiones cómo gente de la calle, sin venir a cuento, se
agachaba de golpe para poner la mano encima de la cabeza de Kala.
Ella por supuesto reaccionaba apartándose y con miedo de que una mano enorme
saliera de la nada y encima quisiera tocarla. Hay un pensamiento generalizado por
gran parte de la población en el que nos creemos con derecho de hablar, acercarnos
o tocar a perros que no son nuestros.
Esto puede traer problemas al tutor del otro perro o al perro en sí, ya que no todos
los perros van a agradecer este contacto. Incluso aunque lo hicieran, hay perros
excesivamente excitables y cariñosos con los que los tutores justamente pueden
estar trabajando el que ignore a los desconocidos para no ser arrastrado por toda la
calle ni que le salte a la gente encima. O a veces simplemente podemos querer estar
tranquilos con nuestro perro sin que venga un desconocido a hablarle como si
nosotros ni siquiera estuviésemos allí.
99
Comunicación con perros desconocidos, con miedo o
sin él
Habiendo leído ya sobre todas las señales de comunicación que nos dan los perros
así como las que no nos dan pero nos dicen cosas, quiero hacer un pequeño
hincapié en algo que mucha gente hace y normaliza.
Como tutora de una perra insegura con desconocidos, he tenido que sufrir en mis
propias carnes en repetidas ocasiones cómo gente de la calle, sin venir a cuento, se
agachaba de golpe para poner la mano encima de la cabeza de Kala.
Ella por supuesto reaccionaba apartándose y con miedo de que una mano enorme
saliera de la nada y encima quisiera tocarla. Hay un pensamiento generalizado por
gran parte de la población en el que nos creemos con derecho de hablar, acercarnos
o tocar a perros que no son nuestros.
Esto puede traer problemas al tutor del otro perro o al perro en sí, ya que no todos
los perros van a agradecer este contacto. Incluso aunque lo hicieran, hay perros
excesivamente excitables y cariñosos con los que los tutores justamente pueden
estar trabajando el que ignore a los desconocidos para no ser arrastrado por toda la
calle ni que le salte a la gente encima. O a veces simplemente podemos querer estar
tranquilos con nuestro perro sin que venga un desconocido a hablarle como si
nosotros ni siquiera estuviésemos allí.
100
Cómo acercarnos a un perro callejero
Si tenemos que ser cuidadosos con los perros que no conocemos pero que tienen
tutor, si te encuentras con un perro perdido, abandonado o callejero en la calle,
debes tener algunas consideraciones extra.
No muevas bruscamente los brazos o las piernas cuando te acerques a él. Esto
no le da ninguna seguridad. Imagínate a alguien a quien temes yendo hacia ti con
los brazos por encima tuyo, brazos que podrían cogerte o hacerte daño en
cualquier momento. Encima los perros se encuentran por debajo nuestro, más a
ras del suelo. Hagamos que sientan seguridad y control de la situación para no
sentirse amenazados. Brazos pegados al cuerpo y hacia abajo, movimientos
lentos.
101
No le fuerces ni obligues a ir contigo a no ser que sea estrictamente necesario
(en cuyo caso hazlo mejor con una correa para evitar mordiscos redireccionados).
Es mejor que le convenzas haciendo luring o un caminito de comida por el suelo
para que te vaya siguiendo y poco a poco vea que eres atractivo para él porque
tienes comida.
102
DUDAS FRECUENTES
Cuando le estamos enseñando el "se acabó" al perro y exige seguir con el juego
o la actividad mediante ladridos y mordidas, ¿qué hay que hacer?
Es como el niño de 3 años que se tropieza y cae al suelo de rodillas. Si los padres
van nerviosos y rápido a ver qué se ha hecho, normalmente el niño se pone a llorar
porque es lo que le están diciendo que corresponde. Si le dicen que no pasa nada,
le dan un beso en la rodilla y unas palmaditas, se le pasa el susto más rápido y
continúa corriendo tan feliz. Con los perros es similar.
Por supuesto, una vez fuera de la situación, tienes que fijarte qué es lo que le da
miedo a tu perro e intentar ayudarle a que lo gestione mejor. Si no es para
eliminarlo por completo, al menos para que no se asuste tanto y que se recupere
más rápidamente.
103
AGRADECIMIENTOS
Quiero dar las gracias a tanta gente que me faltarían hojas para expresarlo. Voy a ir
en orden y a intentar no dejarme a nadie, porque este libro fue hecho gracias a cada
una de las personas que voy a mencionar y no sería justo que no formaran parte de
él.
Doy también gracias a Kala, mi ayudante que no ayuda. Pues aunque ella solo me
acompañó en la escritura del último tercio del libro, supo ver cuándo necesitaba
desconectar y llevarme a dar un paseo por la montaña. Además, ella es el origen de
todo, el motivo por el cual me dedico a los perros, es mi compañera y mi maestra y
no tendría sentido que no formara parte de estos agradecimientos. Con su juego, sus
caras y su mirada exigente avisando que era la hora de comer, me forzaba a
descansar para que no perdiera el juicio. Gracias Kala, porque eres lo que me impulsa
siempre a seguir.
Gracias a mi madre por ser la mejor madre del mundo, por confiar, por escucharme,
por sufrir conmigo cuando surgían complicaciones con el libro y festejar mis logros a
mi lado. Gracias, mami.
104
Gracias a mi hermana pequeña Jazmín, que no sé si leerá este libro porque no es muy
fan de la lectura, pero que dejó de lado el móvil en su etapa más adolescente para
poder sacarme las fotografías que ilustran los ejercicios prácticos. Gracias muchi, por
ser paciente y hacerme las fotos a pesar de que el ángulo requería que te sentaras en
un banco que ardía por el Sol.
Por supuesto no pueden faltar todos aquellos que me quisieron ayudar de una u otra
forma cuando conté mi situación en Argentina. Son demasiados como para
nombrarlos a todos pero si me estás leyendo y eres uno de ellos: gracias, de verdad,
gracias.
Y una mención especial dentro de toda esta gente a los que confiaron en mí para
comprar este libro en pre-venta, sin contar todavía con el índice, apenas con un
título provisional, simplemente confiando en que el contenido del libro les iba a
gustar por ser yo quien lo escribía.
El que hayan depositado esa confianza en mí, con los ojos cerrados, que me hayan
animado ellos a poner el libro en pre-venta, fue una sensación indescriptible con la
que me sentí arropada incluso semanas después de mi regreso a España.
Muchísimas gracias también a los integrantes del "Equipo creativo", pues gracias a
ellos incluí en el libro muchos temas interesantes que no me había planteado y que
creo que pueden ayudar a muchas personas. Gracias por haber participado en la
creación del libro, haber contestado encuestas y opinado sobre la portada del libro,
escrito comentarios y sugerido dudas para el final de cada capítulo. Todo lo que
comentaron se tuvo en cuenta y este libro es en parte suyo y así espero que lo
sientan. A todos vosotros: gracias por haber estado ahí, esperando pacientes, y haber
hecho de este libro lo que es.
GRACIAS
105
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Berns, G., Brooks, A., y Spivak, M. (2012). Functional MRI in Awake Unrestrained Dogs.
Cook, A., Arter, J., y Jacobs, L. (2013). My owner, right or wrong: the effect of familiarity
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10.1016/j.applanim.2015.04.010
Horn, L., Ludwig, H., y Range, F. (2013). The Importance of the Secure Base Effect for
DOI: 10.1371/journal.pone.0065296
Jacobs, D. (2015). Guía para convivir y trabajar con un perro miedoso: Métodos amables y
London, K., y McConnell, P. (2008). El juego es poderoso: Guía práctica del juego entre
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106
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