Tengo Mucho Que Decirte 6ki6ia

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CAMILA GARCÍA RICCARDINI

GUÍA SOBRE COMUNICACIÓN CANINA


(y un poco humana)
© María Camila García Riccardini, 2020

Aprende Con Kala


www.aprendeconkala.com
[email protected]

Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta


obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma
o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin
autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos
derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual y se tomarán
medidas legales.

Este libro es de carácter informativo. Si su perro tiene problemas de comportamiento o


de gestión emocional que van más allá de la información de este libro, pongáse en manos
de un profesional antes de poner en práctica los ejercicios propuestos. La autora declina
toda responsabilidad ante todo tipo de consecuencia negativa derivada del uso o
aplicación de cualquiera de los contenidos del presente libro.
Para mi tucutú, aunque no sepas leer, te lo debo todo.

Camila García Riccardini


PRÓLOGO

1. ¿CÓMO VE TU PERRO EL MUNDO?


¿De dónde vienen los perros? ........................... 1
El Umwelt ...................................................................... 3
Los sentidos del perro ............................................ 5
Dudas frecuentes ..................................................... 12
Breve introducción a qué es la
comunicación ............................................................ 13

2. BASES DEL LENGUAJE CANINO


Comunicación corporal ....................................... 16
Comunicación auditiva ....................................... 19
La importancia del contexto ............................ 21
Dudas frecuentes .................................................... 22

3. LENGUAJE CANINO AVANZADO


Señales intencionales .......................................... 23
- Señales afiliativas
- Señales agonísticas
- Señales de amenaza
ÍNDICE

Señales no intencionales ................................... 30


- Conductas de bienestar
- Conductas de desplazamiento
- Automatismos expresivos
Señales que indican enfermedad o
malestar físico .......................................................... 35
Señales de excitación .......................................... 36
Ejercicios prácticos ............................................... 37
Dudas frecuentes .................................................. 39

COMUNICACIÓN CANINA Y HUMANA PARA LA CONVIVENCIA


CAMILA GARCIA - APRENDE CON KALA
4. EL JUEGO Y EL SALUDO
El Juego ............................................................................................................... 40
- ¿Para qué existe el juego?
- El juego siendo adultos
- Normas y pausas
- ¿Cómo saber cuándo no es juego?
El saludo ............................................................................................................. 45
- ¿Cuánto dura y cómo tiene que ser?
- El buen manejo de la correa
- El temido saludo frontal
- El amado semi-círculo
- ¿Cómo no debe ser un saludo?
- No, tu perro no nace sabiendo
- "Mi perro se acerca bruscamente a otros perros"
Dudas frecuentes ......................................................................................... 55

5. APRENDE A HABLAR SU IDIOMA


Comunicación no verbal .......................................................................... 56
Cómo hacer que tu perro te entienda mejor .............................. 57
Cómo construir y fortalecer el vínculo ............................................ 61
Ejercicios de vinculación ......................................................................... 68
Qué cosas pueden confundir a tu perro ........................................ 72
Crea tu propio idioma con tu perro .................................................. 74
Comunicación con perros desconocidos, con miedo o sin él 99
Dudas frecuentes ........................................................................................ 103

AGRADECIMIENTOS 104

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Bibliografía ...................................................................................................... 106
PRÓLOGO

Este libro nace del deseo de volver a casa con mi perra Kala. Estaba en Argentina
cuando se declaró el cierre de fronteras debido a la pandemia del Covid-19, por lo
que tuve que permanecer en el país unos tres meses hasta que, gracias al dinero
recaudado en la pre-venta del presente libro, pude reunirme con mi pequeña.

Gran parte del borrador de este libro yacía cogiendo polvo digital en una de las
carpetas del ordenador. Supe que era hora de ponerme manos a la obra cuando los
billetes de avión salían y se vendían en cuestión de minutos a unos precios
desorbitados, sobre todo teniendo en cuenta que nuestros vuelos habían sido
cancelados. El primer tercio del libro lo escribí en casa de mi tía, en la Patagonia
argentina. Mirando por la ventana, las montañas amanecían cada vez más nevadas y
el lago se revolvía con más fuerza, empujado por el viento conforme se acercaba el
invierno. Dentro de casa, otra fuerza me empujaba a no detenerme y seguir
avanzando, mi tía Sylvia.

El resto del libro fue escrito en Alicante y Almería, estando ya en España y con la
compañía de mi "ayudante que no ayuda": Kala. Ella esperó paciente a mi lado,
estableciendo contacto contra mi cuerpo, por supuesto, conforme iba escribiendo
cada página.

En un inicio pretendía que fuera una guía breve de comunicación canina, pero ha
terminado resultando una guía más extensa, en la que no solo te hablo de
comunicación y de sus señales, sino que te invito a mirar más allá, a conocer a tu
perro, a convivir con él, a concebirle como un ser social que es parte de tu familia. A
mejorar, a entenderle, a fortalecer el vínculo de forma que os convirtáis en un
equipo.

Para conseguir todo esto hace falta informarse y leer. Pero sobre todo hace falta
convivir con un perro, querer ver a través de sus ojos y poner en práctica los
ejercicios que te propongo a lo largo del libro. Verás que también incluyo al final de
cada capítulo algunas dudas que suele plantearse la gente en lo referido al contenido
tratado en ese capítulo.

Espero que lo disfrutes.


Primero una visión general...

CAPÍTULO 1. CÓMO VE TU PERRO EL MUNDO

¿De dónde vienen los perros?


El perro comparte un 99,96% de su ADN con el lobo, sin embargo, intentar entender al
perro tomando como punto de partida al lobo es un error.

El proceso de domesticación que sufrieron los perros hace miles de años para llegar al
fiel compañero que nos acompaña al otro lado del sofá hizo que muchos de los instintos
y comportamientos del lobo desaparecieran de su repertorio. Los perros comparten
comportamientos así como morfología con los distintos cánidos que existen, no solo los
lobos, sino también los coyotes, los zorros, los chacales y los dingos. Por lo tanto, tomar
al lobo como única referencia para entender a nuestro compañero no tiene mucho
sentido.

Estas creencias anticuadas se remontan a 1970, cuando todavía no se mostraba el mismo


interés que hoy en estudiar el comportamiento canino científicamente. Se comparaba al
perro con el lobo y, por tanto, las técnicas que surgieron se basaron en doblegar al perro,
mostrarle liderazgo y querer volverle sumiso a toda costa. De lo contrario, se creía que el
perro se volvería agresivo, desobediente y rebelde.

En pleno siglo XXI, sigue habiendo algunos profesionales desactualizados que continúan
perpetuando y enseñando este tipo de técnicas. Aplicarlas no solo es perjudicial para el
perro sino también para su tutor, ya que ambos sufren las consecuencias en su
convivencia.

1
La Dr. Sophia A. Yin, una veterinaria especialista en comportamiento animal aplicado,
profesora y autora de muchos títulos interesantísimos decía lo siguiente:

"No se puede aprender sobre los perros


o entender a los perros sin estudiar a los perros"

Algo simple, ¿verdad? Y es que tal como dice ella, a veces las soluciones en la vida son
así de simples. La Dr. Sophia Yin dejó como legado mucho conocimiento que todos
deberíamos aprender, es una profesional y una mujer a la que admiro enormemente.

Si tenemos que estudiar a los perros, ¿qué nos hace fijarnos en los lobos? A pesar
de convivir con los perros desde hace milenios, no es hasta hace poco que se ha
empezado a estudiar su comportamiento a través de la ciencia.

Como el conocimiento al respecto era escaso, la mirada fue dirigida a los lobos, pero
incluso las manadas de lobos se comportan de manera distinta según las diferentes
situaciones ecológicas a las que se enfrenten. Deberíamos pensar entonces que los
perros, que llevan tantísimo tiempo con nosotros y que han sido domesticados,
deben estudiarse y entenderse como lo que son: perros.

Ser conscientes de esto, nos ayuda a ver que técnicas como doblegar al perro para
que se tumbe de lado (roll over) o boca arriba (alpha roll), carecen de base científica
que las justifique y perjudica la confianza y relación que tenemos con el perro.

Cuantos más aversivos y experiencias aversivas haya en el entrenamiento de un


perro, peor será el aprendizaje y concebirá su entorno como un medio de
supervivencia. Esto impedirá que el perro sea feliz y que se desarrolle
saludablemente.

En el peor de los casos, el perro podría entrar en indefensión aprendida.

La indefensión aprendida se da cuando el perro opta por bloquearse y dejar de


actuar, normalmente tras haber intentado repetidas veces sin éxito una conducta. La
indefensión aprendida está presente también en personas con depresión.

2
El UMWELT

Para entender mejor al perro, primero es necesario saber que su forma de ver el
mundo es distinta a la nuestra.

Umwelt significa ‘medio ambiente’ en alemán y consiste en todo aquello que rodea a
un ser vivo. En etología, la ciencia que estudia el comportamiento animal, toma la
siguiente definición:

"Percepción que tiene el animal a través de sus órganos sensoriales, de todo


aquello que le rodea".

Nuestra percepción del entorno es distinta a la de nuestro perro o nuestro gato.


Tomemos como ejemplo observar una cascada. Mientras nosotros apreciamos su
belleza y nos recreamos en las gotitas de agua que salpican nuestra cara, el perro
solo ve algo que hace ruido y que le puede mojar, algo que según sus experiencias
vitales, cognición y emociones, puede incluso percibir como peligroso y a evitar.

3
¿Cómo ve tu perro el mundo? Vamos a ponernos en su piel. Hacerlo te ayudará a
entender mejor por qué reacciona, ya sea con emoción o protegiendo su hogar
cuando vienen invitados a casa, qué nos quiere decir a nosotros cuando nos mira y
qué le comunica a ese desconocido que traspasa la puerta del umbral.

Por qué, si siempre viene cuando le llamas, cuando se le atraviesa un conejo ya no


es capaz de escucharte.

En un sencillo paseo por el campo nuestro perro percibe mil olores, movimientos,
ruidos minúsculos bajo sus patas, pájaros volando encima suyo… Según el perro, le
dará mayor o menor importancia a cada estímulo. Un perro con mucha tendencia
innata de caza probablemente quiera perseguir a un conejo si lo ve, esto hará que se
active y cause algún grito desesperado por parte de su tutor, mientras que otro perro
mirará al conejo, correrá un poco y seguirá oliendo tan tranquilo.

Si bien el Umwelt se refiere a cómo percibe una especie su entorno, también hay que
prestar atención a cómo percibe TU perro en concreto el entorno, es decir, tener
en cuenta la individualidad dentro de la especie.

4
Un perro grande percibirá el mundo distinto a uno pequeño. Un perro con miedo no
afrontará una situación de la misma forma que un perro sin él, etcétera.

Entender cómo percibe la especie canina y tu perro en concreto su entorno y las


relaciones con sus iguales y con otras personas es de vital importancia para saber descifrar
el contexto en el que tenga lugar su lenguaje corporal y comunicación.

Los sentidos, el arma sensorial del perro.

Los sentidos del perro

El olfato

El olfato del perro equivale a nuestra vista. Nosotros reconocemos la mayor parte de
lo que nos rodea con nuestros ojos. Ellos reconocen su entorno a través de la nariz y
reciben información que va directa al órgano de Jacobson. Este es un órgano
vomeronasal que se encuentra entre la nariz y la boca, por la zona del paladar, y es el
motivo de que a veces cuando huelen algo también abren la boca o lo lamen para
absorber todavía más partículas de olor.

CORTEZA OLFATORIA
(1/3 de la corteza cerebral
del perro)

ORGANO VOMERONASAL

Prácticamente un 40% de su cerebro está dedicado a recabar información a través de


la nariz. Es por eso que realizar juegos de olfato (esconder algo para que lo busque)
relaja, calma y cansa tanto al perro. Pone a casi la mitad de su cerebro a trabajar.

5
Por cada orificio de la nariz son capaces de percibir y captar distintas moléculas de
olor y determinar desde qué dirección viene la fuente de ese olor.

Al mismo tiempo, disponen de unas pequeñas aberturas a cada lado de la nariz que les
permiten que el aire entre y salga por lugares distintos para no perder el rastro.

y sale... y sale...

Aire entra...

La memoria olfativa de los perros es también fascinante, siendo capaces de saber qué
pasó por un determinado lugar incluso aunque haya pasado bastante tiempo y
memorizar cómo huele alguien amigable o cómo huele alguien que no lo es.

¿Tiene tu perro algún archienemigo? Posiblemente con solo olerle, ya se activen una
serie de emociones en tu perro sin que sea necesario tenerle delante.

Un perro que no olfatea (a no ser que se deba a un problema físico) es un perro con
una pobre gestión del entorno y que posiblemente tenga algún problema emocional.
Tiene consecuencias negativas para un perro no poder olfatear tranquilamente
durante la mayor parte de un paseo.

Errores que podemos cometer en el paseo que hacen que el perro no olfatee:

Material de paseo inadecuado. Correas cortas o collares de castigo que les impiden
alejarse o agachar la cabeza para olfatear.

No dejarles que se detengan a oler o no hacerlo el tiempo suficiente.

Ir a un ritmo más acelerado y rápido del que ellos irían, sin darles tiempo a olfatear o
pasear de manera relajada.

6
Ventajas de dejar que nuestro perro olfatee en los paseos:

Estimulación
Mejora de su mental y
Mejor gestión
seguridad y potenciación de
del entorno.
autoconfianza. las capacidades
exploratorias.

¿Sabías que el olfato es el único sentido totalmente activo con el que nacen los
cachorros? El oído y los ojos permanecen cerrados hasta más adelante. Sin embargo,
nacen ya con el sentido del olfato activo para poder localizar las mamas de la madre y
poder alimentarse, así como percibir el olor de la madre y el de sus hermanos.

La vista

Por norma general, se considera que un perro cuanto menos utilice la vista para
reconocer el entorno mejor, pero no es del todo cierto. Un perro que no olfatea en
los paseos y solo se deja guiar por la vista probablemente desarrollará tarde o
temprano problemas; no obstante, la vista juega otro papel importante en los perros:
entenderse y entendernos.

El lenguaje corporal de los perros es mayoritariamente visual: movimientos de cola,


orejas, ojos, boca o cuerpo.

Un perro que ve a otro a lo lejos con el pelo del lomo erizado y en una actitud tensa,
irá con más precaución que si el perro se tumba boca arriba a esperarlo.

Aunque no ven tan bien como los gatos en la oscuridad, el tapetum lucidum, la capa
de tejido responsable de que les brillen los ojos en la oscuridad, les permite reflejar
los rayos de luz. Esto, junto con una mayor cantidad de bastones, responsables de la
sensibilidad visual en condiciones de baja luminosidad, hace que vean mejor en la
oscuridad que nosotros.

7
¿Tu perro persigue o le activan los objetos en movimiento? Son expertos en la
percepción del movimiento aun a lo lejos. Es por ello que detectan hasta los
movimientos más sutiles que haga un perro durante un saludo, como girar levemente
los ojos o sacar rápidamente la lengua, que más adelante veremos que son señales de
apaciguamiento.

Los ojos de los perros acompañan al olfato y al oído, por lo que no es necesario desde
el punto de vista evolutivo tener una vista perfecta. Por ello, no son capaces de ver
bien a distancia o enfocar correctamente los objetos.

Podría decirse que en lo que es la vista nosotros ganamos a los perros (exceptuando
en la oscuridad), pero que ellos nos superan en cuanto a percibir objetos en
movimiento.

Todo esto cobra sentido si tenemos en cuenta que esa habilidad le permite al perro
cazar a sus presas para poder sobrevivir: el olfato y el oído le lleva a ellas y si se
mueven, el instinto les activa para perseguirlas. A nosotros esto no nos es necesario,
pero necesitamos tener una buena vista para desenvolvernos, por lo cual perdemos
esas "ventajas" pero poseemos otras.

¿Has detectado que tu perro a veces se tensa y otras parece ir más resuelto ante lo
que se aproxima a lo lejos? Si no pueden enfocar correctamente, eso explicaría por
qué a muchos perros no les despiertan confianza las personas con bastones, que
cargan bolsas o que llevan la capucha del abrigo puesta.

¿Ven en blanco y negro?

La respuesta es no. Si bien es cierto que no pueden ver tantos colores como
nosotros, poseen una diferenciación cromática que les permite distinguir dos
colores: el azul y el amarillo. Por tanto, aquello que esté en su visión estará formado
por distintas mezclas de estos colores. Distintas tonalidades.

8
Vista de un mamífero tricromático. Vista de un mamífero dicromático.

Esto se debe a que sus ojos están formados por una mayor cantidad de bastones y
una menor cantidad de conos, los responsables de la diferenciación de colores.

El oído

El oído es el sentido más desarrollado tras el olfato.

Los perros tienen un amplio repertorio de sonidos en su comunicación:

Llanto.
Aullido.
Ladrido.
Gemido.
Gruñido.

Es por ello que este sentido estará muy presente en las lecturas que hagamos de la
comunicación canina de nuestro compañero.

Son capaces de mover sus orejas en 180° gracias a dieciocho músculos que les
permiten dirigirlas en distintas direcciones. El perro escucha frecuencias que
nosotros no podemos ni detectar pero no es bueno detectando de dónde proceden,
aquí se ayudan con el olfato. Puedes comprobar esto jugando al escondite con tu
perro.

9
Tener un oído tan fino les es útil para escuchar peligros a lo lejos, la llamada de algún
miembro de su grupo social (tú) o para cazar.

He aquí la importancia del tono que uses para dirigirte a tu perro en el día a día y
durante el entrenamiento.

Son muy sensibles a los tonos de voz, por lo que detectarán tu enfado o malestar
rápidamente según cómo hables, se pondrán nerviosos si les gritas y sentirán
confianza y se mostrarán relajados si les hablas de forma suave y tranquila.

Consecuencias de nuestro tono de voz según nuestro objetivo:

Tonos graves y bajos Tonos agudos y altos


Transmitir calma. Aumentar la
Infundir confianza excitación.
hacia ti. Motivar al juego.
Llamar su atención Transmitir nervios y
con tranquilidad. urgencia.

10
El tacto

El tacto es importante en la comunicación de los perros puesto que a través de él se


puede transmitir información sobre el estado emocional del emisor o facilitar que
el perro active o desactive ciertos estados emocionales.

Igual que decíamos antes que un tono de voz tranquilo propiciaba la calma, acariciar
a nuestro perro con una presión leve y con caricias lentas y circulares a favor del
pelo induce calma en nuestro perro, especialmente útil después de haber sufrido
estrés en alguna situación o en un momento tan cotidiano como la llegada de un ser
querido a casa.

Puedes aprovechar el tacto trabajando la manipulación con tu perro para que tus
caricias sean algo agradable y reforzante en lugar de una fuente de incomodidad.

Recuerda que la información y la forma en que se usen estos canales de


comunicación no es individual. Aunque en el libro las explique por separado para
que sea más claro, los perros pueden utilizar más de un canal de comunicación al
mismo tiempo y debes tenerlo en cuenta cuando analices su comunicación.

Equilibrio y propiocepción

La propiocepción es el sentido que informa al organismo de la posición de los


músculos y del cuerpo en el espacio. Los anteriores sentidos que hemos visto son
considerados sentidos de exterocepción (se percibe el mundo exterior) mientras que
la propiocepción y el equilibrio son interoceptivos (estado interno del organismo).

Tener un buen control del cuerpo tiene varias


ventajas para los perros a la hora de enfrentarse a
nuevas situaciones.

Se ha demostrado, sobre todo en perros que


han perdido la movilidad o que
necesitan rehabilitación
fisioterapéutica, que trabajar sobre
la propiocepción mejora la seguridad del
perro en sí mismo, especialmente útil en perros
inseguros o con miedo.

11
DUDAS FRECUENTES

"¿Cómo hago para que mi perro no persiga conejos en el campo?

Una tendencia innata de caza se puede trabajar, pero nunca llegará a desaparecer
del todo, viene en los genes del perro. Si no puedes apoyarte de un profesional y tu
perro no acude de manera fiable cuando le llamas, te aconsejo sacarle por el campo
con una correa larga que le permita tener un paseo en semi-libertad.

¿Es cierto que si el perro pierde el olfato puede volverse contra su tutor?

Si bien es cierto que una de las causas de la agresividad puede ser orgánica por la
pérdida de algunos sentidos, el perro es capaz de reconocer nuestra voz con el
oído y nuestra cara con la vista. Es extraño que un perro se vuelva agresivo con su
tutor únicamente por perder el olfato, esto suele deberse más bien a causas
neurológicas acompañadas de esta pérdida.

¿Se puede trabajar la propiocepción con cualquier perro?

Sí. No obstante, habrá que adaptar el ejercicio al individuo en concreto. Por norma
general, con los cachorros recomiendo en lugar de trabajar la propiocepción en
casa (lo cual podemos hacer con unas simples escaleras), el hacer salidas por
entornos naturales con desniveles o el que el cachorro camine por superficies de
distintas texturas y estabilidad. Siempre con nuestro apoyo al lado.

En perros senior y cachorros, no es recomendable hacer que apoyen demasiado


peso en las caderas. Lo cual se hace con la habilidad canina del "osito", en la que se
mantienen sentados con la parte delantera del cuerpo levantada, cual suricata.

Por lo demás, adaptando el ejercicio y la dificultad a nuestro perro, podremos


aprovecharnos de todos sus beneficios incluso usando una simple caja de cartón.

12
BREVE INTRODUCCIÓN A QUÉ ES LA COMUNICACIÓN

En los capítulos siguientes vamos a ver distintas señales o microconductas que te


pueden ayudar a la hora de leer mejor a tu perro.

No obstante, tal como apreciarás a lo largo del libro, la comunicación es cosa de dos,
y tanto tu perro como tú deberéis hacer un esfuerzo para poder entenderos
correctamente.

Como ya vimos, la comunicación se realiza a través de los canales de comunicación


del perro con el objetivo de mandar o recabar información y también el de modificar
de cierta manera el comportamiento del receptor al recibir el mensaje.

La comunicación puede ser voluntaria o involuntaria, según lo que pretenda el perro.

Comunicación intencional. Se hace uso de la cognición (capacidad de pensar y de


aprender del perro), ya que el perro se comunica de manera consciente y espera
que el receptor entienda lo que quiere decirle y actúe en consecuencia. Ejemplo:
si acercamos la mano a la comida del perro este nos gruñe intencionalmente para
que interpretemos que eso no le agrada y apartemos la mano.

Comunicación involuntaria. El perro no se comunica de manera consciente, sino


que actúa o emite cierta información que el receptor es capaz de captar y actuar
en consecuencia. Ejemplo: cuando un perro se asusta por un trueno y comienza a
temblar, no está queriendo comunicarnos que tiene miedo, pero nosotros
sabemos verlo y responder ante ello.

"QUE TE VEO VENIR..."

Los perros utilizan señales para llamar la atención del receptor y dirigirse a él
activamente e indicios pasivos en los que la atención del receptor está fijada en el
emisor pero su objetivo no es comunicar.

Los indicios no tienen intención comunicativa, pero el perro es capaz de asociarlo a


hechos que son de su interés. Como por ejemplo ver que vamos a abrir el cajón donde
esta su correa y asociarlo al paseo, que es algo importante para él.

13
Tu perro busca continuamente indicios por tu parte, ya que son mucho más fiables
que las señales que le puedan dar otro perro o tú, que a veces no son del todo
honestas.

Digamos que los indicios por nuestra parte son microexpresiones o


micromovimientos que nuestro perro capta y asocia a algo antes incluso que
nosotros le digamos nada. Nosotros no pretendemos comunicar nada con ellos, pero
el perro se percata de los micromovimientos y se anticipa a lo que vamos a hacer.
Es difícil evitarlo, porque como te comento, son involuntarias, pero podemos
disminuir la atención que el perro preste a los indicios siendo honestos con él,
comunicándonos de manera fiable y poniendo todo o gran parte del peso del trabajo
en el trabajo en equipo, el trabajo social.

Podemos hacer esto mediante estructuras, haciendo que el perro sepa cuándo está
haciendo algo bien o no, cuándo recibirá el refuerzo y cuándo hemos terminado la
repetición o el ejercicio. Esto favorecerá también la confianza, que veremos en el
capítulo destinado a que nos entiendan mejor y fortalecer el vínculo.

No entiendas las señales y los indicios como un todo o nada, ni te limites a analizar
la comunicación en base a si algo es intencional o no. La comunicación es compleja
e interaccionan distintos factores en ella. Quedarte con solo algunos de los
conceptos sería como quedarte solo con la portada y el título de un libro sin leer su
contenido.

14
CAPÍTULO 2. BASES DEL LENGUAJE CANINO

Los perros se comunican entre ellos y también con nosotros. Lo hacen para comunicar
lo que sienten, lo que necesitan o lo que desean. Un perro que tiene hambre puede
llorar o darte con la pata para que le des de comer, un perro que se siente solo puede
aullar para comunicarlo o, si quiere jugar, también puede pedirlo mediante reverencias
de juego o ladridos.

Así pues, ¿cómo hacen para comunicarnos todo esto?

Los humanos nos comunicamos entre nosotros principalmente de dos formas:


comunicación verbal y comunicación no verbal.

La comunicación verbal está formada por las palabras, el tono de voz, el énfasis que
ponemos al final de una frase.

La comunicación no verbal se compone de todos aquellos gestos, muecas, balanceo


de las manos, fruncimientos de entrecejo y cualquier movimiento corporal que
acompañe al mensaje que queremos transmitir.

Decir “Qué tonto eres” no tendrá el mismo significado para el receptor si lo decimos
sonriendo y dando una palmada amistosa en la espalda, que si lo gritamos con la
cara congestionada y una clara molestia.

En los perros ocurre lo mismo. Un perro que ladra, gruñe o llora es difícil de
interpretar, pero si acompañamos ese ladrido, gruñido o lloro con su lenguaje corporal
podremos tener una imagen mucho más nítida de lo que nos quiere
comunicar. Sumándole el contexto, ¡ya lo tenemos!

Te estaría mintiendo si te dijera que un movimiento de orejas o de cola significa una cosa
u otra... Tienes que ver más allá de eso, tienes que evaluar también lo que está
ocurriendo en ese momento y leer todo su lenguaje corporal, no solo si lleva las orejas
echadas para atrás y la cola levantada, sino qué está mirando, si sus músculos están
tensos, su mirada, si tiene el cuerpo inclinado hacia delante o no, etcétera.

15
Comencemos por la base.

Comunicación corporal

Orejas

Como hemos visto antes, gracias a la musculatura de las orejas, el perro es capaz de
redireccionarlas en distintas direcciones y de manera independiente la una de la otra.

Según la posición de las orejas, va mostrando sus emociones sobre los estímulos que
percibe.

POSICIONES BÁSICAS

HACIA DELANTE: algo está llamando su atención. La


emoción puede ser de valencia positiva o negativa y la
concentración del perro está puesta en la dirección a la que
mira. Ejemplos: cuando escuchan un ruido, ven venir a
alguien a lo lejos o cuando esperan que les premiemos.

HACIA ATRÁS: normalmente indican miedo, inseguridad o


incomodidad provocada por ambas, cuando es así vienen
acompañadas de otras señales corporales y suelen pegarlas
a la cabeza. También adoptan esta posición antes o durante
una agresión. Aunque suelan significar emociones negativas,
puede darse también por excitación o incluso placer.
Ejemplos: cuando toman el sol, reciben una caricia o están
alegres porque llegamos a casa.

OREJAS RELAJADAS: teniendo siempre en cuenta la


posición natural de las orejas de nuestro perro (según su
morfología). Indican calma con el entorno y los estímulos.
Según su morfología un Husky lleva naturalmente las
orejas tersas mientras que un Beagle las tendrá caídas.

16
El cuerpo

Si un perro siente inseguridad o miedo suele encoger su cuerpo, arquear la espalda


y tapar con la cola los genitales, colocándola normalmente entre las patas y pegada a
la barriga.

Por el contrario, si es un perro seguro de sí mismo no se encogerá, sino que podrá ir


"sacando pecho", con la cabeza erguida y las orejas apuntando hacia aquello que
está viendo. La cola puede estar alta o no dependiendo del nivel de excitación y la
intensidad de la emoción que esté viviendo el perro.

No obstante, un perro que parece confiado puede acercarse a otro perro, o aquello
que ha llamado su atención y asustarse, cambiando totalmente su postura corporal.

Orejas hacia atrás,


Espalda pegadas a la cabeza Cola en
arqueada semi - asta Orejas en
posición natural

Cola entre
las patas

Músculos del
cuerpo tensos

Andar y musculatura
del cuerpo relajada

La cola

La cola es una de las partes del perro con la que más familiarizados estamos. Según la
posición o el tipo de movimiento, el perro puede estar experimentando una emoción,
otra o la mezcla de varias.

Generalmente, un perro con la cola levantada indica una emoción, normalmente interés
o atención en aquello que está mirando.

¿Te has percatado de esto cuando tu perro ve venir a otro a lo lejos?

17
POSICIONES BÁSICAS

COLA BAJA EN POSICIÓN MEDIA O EN SEMI-ASTA: suele


indicar que el perro está relajado o tranquilo. Atención:
debemos tener en cuenta la morfología del perro. Los
Akita Inu llevan de manera natural la cola levantada,
mientras los Pastores alemanes la llevan en esta posición.
Esto no quiere decir que los Akita Inu no estén relajados o
que los Pastores alemanes lo estén. Hay que observar el
resto de señales.

COLA BAJA ENTRE LAS PATAS TRASERAS: el perro tiene


miedo o siente inseguridad. El estímulo que ha percibido
le hace sentir en peligro y siente la necesidad de adoptar
esta postura para protegerse o, en su defecto, hacerle ver a
aquello que le asusta que no busca un conflicto. Suele ir
acompañada de otras señales: encoger el cuerpo, temblar,
pupilas dilatadas, orejas hacia atrás.

COLA LEVANTADA CON O SIN MOVIMIENTO: el perro está


sintiendo una emoción que no tiene por qué ser alegría.
Un perro puede mover la cola también cuando está
enfadado o sintiendo inseguridad.

La clave de qué siente nos la dará la rapidez con que la


mueva, posición de la misma y resto de señales
comunicativas.

Sobre esto último voy a contarte una anéctota.

Una vez cuidé en mi casa durante una semana a un Saluki, también conocido como galgo
persa; un perro bastante más grande y alto que Kala, mi perra de seis kilos.

Cuando él se acercaba demasiado a ella sin que ella le invitara, es decir, invadía su
espacio, ella fruncía los belfos, mostraba los dientes y, ¡movía la cola!

La posición de su cola era relajada pero la movía lentamente a los lados mientras hacía
todo lo otro, ¿piensas que estaba contenta de que el otro perro invadiera su espacio o
más bien estaba molesta y quería que se alejara?

18
Otro ejemplo ocurre a la hora del juego.

Mucha gente molesta a sus perros o juega con ellos de manera muy brusca y piensan
que el perro está disfrutando porque... ¡mira cómo mueve la cola! La realidad es que
el perro posiblemente esté moviendo la cola rápidamente porque está nervioso,
excitado y puede que no le esté gustando totalmente nuestra forma de jugar con él.

Recuerda, debes prestar atención al resto de señales, no te centres únicamente en


un par de partes del cuerpo.

Comunicación auditiva
La comunicación auditiva del perro es más limitada que la corporal y siempre debe
ser interpretada junto al resto de señales comunicativas.

Existen especialistas que insisten en que el canal auditivo es simplemente la forma


que tienen los perros de atraer la atención de otros miembros y así poder emplear
otro tipo de señales comunicativas más claras.

Dentro de esta comunicación, lo más empleado es: el ladrido, el aullido, el gruñido


y el gemido/lloro.

Puede estar ligado a diversas situaciones y


LADRIDO tener distintos significados según el contexto
o el estado anímico del perro.

Normalmente el ladrido refleja un estado de


alarma o excitación ante una situación
determinada.

Ladrido "de alarma": los perros pueden ladrar al sentirse amenazados o inseguros.
No es un indicativo de agresividad a no ser que vaya acompañado con una postura
corporal que lo indique.

Ladrido "por separación": por ansiedad o nerviosismo al quedarse solos.

Ladrido como reclamo de atención: pueden aprender que ladrando consiguen


atención y si se la damos, este tipo de ladrido se ve reforzado.

19
El aullido no se da en todos los perros. Es una
característica heredada de los lobos.

Los lobos utilizan el aullido para mantener la


cohesión de la manada, como sistema de
comunicación durante la época de
apareamiento y también con una función
AULLIDO territorial.

El significado del aullido en los perros no se conoce con exactitud.

Los perros suelen aullar en respuesta a ciertos sonidos de alta intensidad y de


frecuencia media-alta como las sirenas de las ambulancias. También pueden
responder al aullido de otros perros o incluso de nosotros mismos.

El aullido puede aparecer en algunas ocasiones en la ansiedad por separación


cuando se deja al perro solo, en este caso es una señal de malestar y ansiedad.

El gruñido es una de las señales de amenaza


GRUÑIDO dentro de la comunicación del perro.

Puede estar dirigido a nosotros o a otros


perros. Es un aviso para mantener alejados a
otros animales o personas.

El gruñido puede darse también en el juego,


no siendo aquí una señal de amenaza si no de
disfrute y excitación.

En el caso del gruñido como señal de amenaza, puede preceder a la agresión si no se


respeta al perro, el cual intenta comunicar que algo no es de su agrado.

Los cachorros empiezan a gemir como forma


de llamar la atención de la madre.

Los perros adultos pueden gemir por


frustración, ansiedad, como demanda
atencional, si tienen miedo o cuando son
GEMIDO sorprendidos por algo.

20
RESUMEN
Como has visto, tanto las señales corporales como auditivas de los perros no
pueden ser interpretadas de forma aislada.

Debemos atender al resto de señales, poniendo especial énfasis en las corporales


para intentar entender la motivación del perro al emitirlas. Así, poder realizar
interpretaciones más completas de sus intenciones comunicativas.

No hay que olvidar que el esfuerzo interpretativo es algo nuestro


y que tenemos que adaptarnos a su sistema de comunicación para
favorecer una convivencia saludable.

De la misma manera, los perros intentan continuamente entendernos a nosotros.

La importancia del contexto

Para poder tener la mejor imagen de lo que nos quiere decir nuestro perro, no
podemos olvidarnos de prestar atención al contexto en que se da este lenguaje.

Ningún movimiento de cola o gruñido puede ni debe analizarse individualmente.

¿Dónde se da la comunicación, a quién o qué va dirigida? ¿Es a una motocicleta, que


le da miedo, a otro perro o persona? ¿Está en su parque favorito o en un lugar nuevo?
¿Le está manipulando un desconocido o tú, a quien le tiene confianza? ¿Ha dormido
bien últimamente o ha vivido eventos estresantes?

Hay muchísimos factores a tener en cuenta que te darán una visión más ajustada
de lo que te comunica tu perro y por qué lo hace.

21
DUDAS FRECUENTES

"Mi perro ladra por todo, tanto cuando escucha un ruido como cuando ve algo.
¿Qué hago?"

Como ya se ha visto, los ladridos pueden darse por distintos motivos, ya sea por
alarma, demanda de atención o cuando sienten una emoción negativa o demasiado
excitable. Si un perro le ladra a absolutamente todo, probablemente no sepa
gestionar correctamente los estímulos nuevos que aparecen en un entorno en el
que está él. Es recomendable en estos casos acudir a un profesional para trabajar
en el origen del problema y no sobre él.

¿Puede haber perros que gruñan mucho por naturaleza?

Puede haber perros menos tolerantes que otros en cuanto a la manipulación, que
invadan su espacio o menos interesados en interactuar con otros individuos
sociales. Esto puede ocasionar que "suelten" más fácilmente los gruñidos como
señal de amenaza para indicar que esa manipulación o interacción social no es de
su agrado. No obstante, si esto afecta a la calidad de vida del perro y a las
personas con las que convive, sería conveniente evaluar el caso.

¿Debo castigar a mi perro si me gruñe?

No. Poder comunicar molestia o enfado mediante el gruñido es tan necesario para
el perro como lo es para las personas poder expresar su enfado. Los gruñidos
sirven para EVITAR conflictos, no para provocarlos.

- Si le regañamos el perro dejará de gruñir, pero su malestar interno seguirá ahí,


por lo que podría pasar a morder sin avisar.

- Si le ignoramos o regañamos, no se sentirá comprendido y dejará de confiar en


nosotros.

- Si a pesar de que el perro te gruñe hay un conflicto, sentirá que su comunicación


es inútil y se sentirá inseguro a tu lado.

22
CAPÍTULO 3. LENGUAJE CANINO AVANZADO

Los perros emiten distintas señales comunicativas que se han fijado en ellos de
manera innata gracias a procesos evolutivos. Estas señales son realmente para
comunicarse con otros perros, pero también intentan comunicarse con nosotros de
esta manera, para luego ampliarlo con otras conductas que van aprendiendo en el
transcurso de su vida con nosotros.

Los perros aprenden a potenciar o reducir sus señales comunicativas según la


respuesta que obtengan de los otros perros o de nosotros. Esto es algo similar a lo
que ocurre con los bebés humanos.

La sonrisa es algo que coincide en todos los humanos sanos, algo innato,
independientemente de la raza o la cultura. Un bebé humano empieza a sonreír al
poco tiempo de nacer y sus padres y personas cercanas responden a esa sonrisa
sonriendo a su vez, lo que hace que el bebé vaya potenciando esa forma de
comunicarse porque entiende que es algo que agrada y que llega a la gente a la que
va dirigida, repitiéndola en un futuro para poder comunicarse.

Dentro de estas señales, se encuentran las intencionales y las no intencionales.

SEÑALES INTENCIONALES

Señales afiliativas
Son señales prosociales que buscan el reconocimiento de los miembros de un
mismo grupo social, de tu familia, y la pertenencia al grupo. Cuando queremos a
alguien buscamos darle nuestro afecto e interactuar con esa persona. En su caso, los
perros suelen hacerlo utilizando estas señales. La más común son los acercamientos
amistosos en las que nos mueven la cola y nos piden caricias, pero hay algunas más.

Los perros aprenden a interpretarnos, modificando su manera innata de


relacionarse, que es la que tendrían con otros perros, para relacionarse de forma
algo distinta con nosotros. Lo contrario a lo que hacen las personas cuando no
entienden al perro, que suelen tratarle como a un niño pequeño porque es lo que
conocen.

23
Se ha demostrado en diversos estudios que los perros son capaces de interpretar
nuestras miradas, expresiones y emociones y reaccionar a ellas. Cuando en un
principio una sonrisa (donde retraemos los labios) y enseñar los dientes para un
perro significaría una señal de amenaza, si nosotros lo hacemos aprenden que es una
señal afiliativa a base de observarnos.

Una señal muy típica que seguro que conoces es la


de bienvenida cuando llegamos a casa después de
habernos ido, incluso aunque hayan pasado tan solo
cinco minutos. Esto es muy común en las separaciones,
buscando la re-aceptación social entre quienes se
saludan.

Como se busca la re-aceptación, también


se da en la reconciliación después de un conflicto
o tras una mala experiencia con algún objeto del
entorno. Tu cachorro puede asustarse si una silla del
salón se cae y acercarse a ti dando alguna de estas señales.

Algunas señales afiliativas caninas:

Mover la cola mientras te mira,


teniendo el resto del cuerpo quieto,
sobre todo si tú le estás mirando.
Invitarte al juego, ya sea con una
reverencia de juego como trayéndote
alguno de sus juguetes.
Rozarse contra ti o darte con la pata
para que le acaricies o llamar tu
atención.
Buscar tu compañía de manera
proactiva.
Ladrar alegremente. Apoyar su cuerpo contra el tuyo para
Darte besos con la lengua. mantener el contacto.
Buscar tu mirada.

Todas estas señales mantienen al grupo unido y hacen fuerte una relación de
amistad entre los perros y, en tu caso, entre perros y personas.

24
Señales agonísticas
Estas señales tienen que ver con la confrontación, ya sea para pelear o para ceder
en enfrentamientos. Los perros son animales mayoritariamente anti-conflicto, ya
que si se estuvieran peleando entre sí de manera recurrente, no tendrían muchas
oportunidades conviviendo juntos.

Un perro malherido o un grupo en el que abundan las peleas, no es funcional para


buscar alimento o criar cachorros y convivir.

Es por ello que estas señales suelen darse para prevenir y avisar sobre que se está
incómodo antes de pasar a la acción.

Las principales señales agonísticas son las señales de apaciguamiento y las señales
de amenaza.

Señales de apaciguamiento

Los perros son animales sociales y gregarios que, al vivir naturalmente en grupo,
cuentan con un amplio abanico de señales que les permiten comunicarse con otros
miembros del grupo. Entre ellas, se encuentran las señales de apaciguamiento.

El objetivo de estas señales, dicho de manera simplista, es el de mostrar su


buena disposición a otros perros para así evitar conflictos. También lo
utilizan como una manera de liberar su propia tensión y estrés.

Si las especies sociales, en este caso los perros, lucharan al mínimo roce, no
conseguirían sobrevivir y mantener un clima positivo con el resto del grupo.

Cuando a un perro no le ha gustado la actitud de otro, se lo puede comunicar, por


ejemplo, con un gruñido o tensando el cuerpo, y el otro realizará entonces una
señal de apaciguamiento para evitar que la tensión vaya más lejos y comunicarle al
perro una especie de ‘lo siento’ canino para rebajarla. De esta forma, ambos perros
evitan herirse el uno al otro, lo que sería perjudicial para ambos.

25
Adulto con poca tolerancia Cachorro que se acerca rápido,
a los cachorros, queriendo juego y de manera
focaliza y se tensa. nerviosa e invasiva.

Durante el saludo, se relame y


mantiene los músculos tensos.
Tras el saludo, sacude el cuerpo.

Existen también otras señales más sutiles como pestañear, cerrar los ojos, tragar
saliva, dar la espalda, mover la cola en una posición baja o moverse con lentitud.

Algunas de estas señales te sonarán de cuando tu perro ha hecho alguna travesura y


lo has pillado. Si le preguntas qué ha hecho o le regañas, a veces incluso sin decirle
nada, entre las respuestas del perro podrás observar que se arrastra, se mueve lento,
se lame el hocico, quizá mueve tímidamente la cola, con las orejas hacia atrás y los
ojos bien abiertos.

También pueden alejarse del lugar "del


crimen" ante un temido castigo por tu parte.

Que existan todas estas señales no significa


que un perro las utilice todas ni que las
realice al mismo tiempo. Cada perro usará
más algunas que otras.

Como comentaba, tienen distintas aplicaciones, entre ellas: reconocer el estatus de


otro miembro del grupo social, evitar conflictos o facilitar la vuelta a la calma después
de una situación tensa.

Si tu perro te da muchas señales de apaciguamiento en tu día a día o cuando entrenas


con él algo está fallando, ya sea tu forma de trabajar o la relación que tenéis, por lo
que habrías de detenerte y evaluarlo.

26
SEÑALES DE APACIGUAMIENTO MÁS COMUNES

GIRAR LA CABEZA / DESVIAR LA MIRADA: Pueden


girar la cabeza y mantenerla girada o girarla y volver a
la posición original. También pueden evitar mirar
directamente al otro individuo.

TUMBARSE BOCA ARRIBA: es una de las señales que


más te sonará. Pueden encogerse, bajar las orejas y
evitar la mirada del otro individuo al mismo tiempo.

ACERCARSE HACIENDO UN SEMI-CÍRCULO: es el tipo


de acercamiento más educado entre perros. Los
acercamientos frontales aumentan la tensión en un
saludo. El movimiento es lento.

LAMERSE LA NARIZ O EL HOCICO: el perro está o bien


excitado o bien con cierto estrés, dependiendo de la
situación.

DAR LA ESPALDA: ofrecerle la espalda o el costado a


otro perro o persona. También pueden exponer la zona
del cuello o interponerse entre dos individuos que
creen que están comportándose indebidamente.

INMOVILIZARSE O TUMBARSE: hacer esto cuando se


ve al otro individuo pretende dejarle claro sus
intenciones no agresivas de acercamiento.

LEVANTAR UNA PATA Y MANTENERLA EN


ALTO: levantar ligeramente una pata puede darse a
modo de duda o curiosidad además de como señal de
apaciguamiento.

27
Señales de amenaza

Estas señales, por raro que pueda parecer, en la mayoría de ocasiones tienen como
objetivo evitar un conflicto; dependerá del contexto o situación en las que se den.
Muchas veces aparecen cuando una señal de apaciguamiento ha sido ignorada.
Sirven para informar de cuando están enfadados y son necesarias para mantener el
estatus social, enseñar normas y límites al individuo al que van dirigidas, evitar un
contacto excesivo (como cuando un cachorro no para de saltar encima de un adulto)
y también lo utilizan sobre todo las madres para pasar del apego al afecto con sus
cachorros, evitando así el hiperapego que veremos más adelante.

Como comentábamos antes, los perros realizan las señales de apaciguamiento para
comunicar al receptor que no quieren tener un conflicto y que no se sienten
cómodos con determinada situación o comportamiento por su parte.

Si el receptor entiende esto, no suele pasar de ahí.

Si el receptor ignora la comunicación del perro, este puede optar por huir
alejándose de aquello que le incomoda o bien, pasar al segundo nivel de aviso:
gruñidos, retraer belfos y/o enseñar los dientes.

El objetivo de este segundo nivel de aviso es el


de conseguir que el receptor se detenga.

Ejemplos:

Invadir su espacio personal.


Relacionarse bruscamente con él.
Acercarse a un recurso que le pertenece.

Tiene un significado más claro y directo que las señales de apaciguamiento. Vendría
a ser algo como: "Me estás calentando y si sigues esto no va a acabar bien". El perro
se está molestando y enfadando.

A estos avisos se le suele sumar un lenguaje corporal que incluye:

Pelaje del lomo erizado.


Cola en posición vertical y tensa.
Mover la cola lentamente con una mirada fija y focalizada en el receptor.
Musculatura del cuerpo en tensión.

28
Si el receptor persiste, el perro puede pasar a dar otros avisos todavía más directos
como gruñir con un sonido más grave y ronco y/o retraer más los belfos
mostrando los dientes.

Si continúa, el perro pasaría al siguiente nivel:

Ladridos cortos que pueden ir acompañados de mordiscos al aire o al cuerpo del


receptor (marcajes).
Morder para liberar tensión y que el receptor se marche. Normalmente cuando un
perro muerde en estas circunstancias no lo hace con la intención de hacer daño,
por lo que no engancha con la boca, si no que muerde y suelta. Puede hacerlo solo
una vez o alguna vez más, esperando que el receptor se aleje.

CONDUCTA AGRESIVA APRENDIDA

Un perro puede aprender a responder mediante la agresión de manera directa, sin


realizar señales de aviso previas. Resolverá las situaciones que le incomoden o que
no tolere de esta manera.

No entra dentro de la normalidad, pero puede ocurrir. La mayoría de las veces son
perros que han realizado señales de aviso en numerosas ocasiones y se les ha
ignorado o incluso castigado por hacerlas.

Por tanto, los perros las omiten y pasan al siguiente nivel "sin haber avisado".

En ocasiones las señales pueden ser ambiguas:

Cuando el perro siente dos emociones opuestas al mismo tiempo se da lo que se


conoce como ambivalencia emocional. Un perro puede querer acercarse a una
persona que le ofrece comida pero al mismo tiempo sentirse inseguro, por lo cual
podrá mezclar las señales afiliativas con las de apaciguamiento o amenaza.

Si nuestro perro muestra ambivalencia emocional en distintas situaciones, lo mejor


es potenciar las señales afiliativas y eliminar las razones que le hacen dar las otras
señales.

Un perro también puede aprender que con una señal de apaciguamiento consigue
jugar, por lo que puede pasar a utilizarla como señal afiliativa. Esto sería el típico
Border collie que le chupa la boca a los perros que conoce para ser su amigo.

29
Las señales ambiguas también pueden darse según la raza o el perro en sí, ya que
igual que las personas, hay muchos perros que tienen su propia manera de
comunicarse, pudiendo mezclar las señales que vimos antes junto con las afiliativas.

Muchas veces está relacionado con el factor de la raza, siendo así lo que comentaba
un poco antes de que los Border collie son muy dados a mostrar dentro de sus
señales afiliativas tumbarse boca arriba, lamer el hocico y agachar las orejas
"pidiendo permiso" continuamente. Lo que normalmente serían señales de
apaciguamiento, el border collie las utiliza con intención afiliativa.

Es por ello, que no debes quedarte únicamente con las señales externas que
realiza el perro, ya que estas muchas veces pueden ser ambiguas.

SEÑALES NO INTENCIONALES

No todo lo que veamos en el perro tiene siempre una intención comunicativa. Hay
otras señales que te van a mostrar qué emoción o emociones parece sentir tu perro,
cómo es la relación contigo y también con su entorno, según cómo se comporte o lo
que haga.

Aquí se encontrarían las conductas de bienestar, muy importantes en la vida del


perro, puesto que un perro que no realiza apenas conductas de bienestar, ya sea en
el hogar o en los lugares que visita, no es un perro del todo feliz en esas situaciones
ni se encuentra totalmente empoderado y seguro.

También entran las conductas de desplazamiento y los automatismos expresivos.


En algunas fuentes bibliográficas catalogan algunas de estas señales como de
apaciguamiento o "de calma", aunque debido a su carácter no intencional en este
libro aparecen separadas.

30
Conductas de bienestar
Las conductas de bienestar se dan cuando el perro ya tiene sus necesidades
básicas cubiertas (alimento, refugio, salud...) y no vive en un estado de
supervivencia sino de bienestar y comodidad.

Cuando los animales tienen cubiertas sus necesidades, tienen una forma de
aprender y comportarse distinta que cuando viven en un estado de supervivencia.
En este segundo caso se muestran más alertas en su entorno, inseguros y
susceptibles a reaccionar a los estímulos, ya que cualquier cosa podría ser peligrosa.

Si ves que tu perro lleva a cabo con normalidad las siguientes conductas de
bienestar, te da una pista mejor de su estado emocional y calidad de vida que si te
centraras en ver el número de señales de apaciguamiento.

Revolcarse boca abajo en el suelo,


normalmente en la hierba.

Descansar con el cuerpo


extendido o panza arriba.

Descansar en lugares abiertos en


lugar de en rincones o lugares
cerrados.

Ser expresivo en sus estados de


ánimo.

Foto de Kalita con Kitty, su prima gatuna. Con el cuerpo


totalmente relajado, extremidades estiradas y cabeza
apoyada en el suelo. Haciendo una de sus actividades
favoritas: tomar el sol.

Un perro feliz tenderá a mostrar habitualmente conductas de bienestar en el sitio


en el que se encuentre a gusto, sin intención de informarte de nada, simplemente
porque está contento. En el caso de mi perra Kala, que es insegura, es extraño que
adopte una posición de descanso tan relajada en la calle, pero en casa abundan.

31
Kalita durmiendo boca arriba, feliz y
despreocupada, en el comedor de casa de mis
padres.

Conductas de desplazamiento
Son conductas normales que se dan en contextos inapropiados en los que no es
normal que aparezcan.

Pueden aparecer para canalizar el estrés que le supone a un perro una situación que
no se ve capaz de resolver, realizando entonces una conducta alternativa en lugar de
la que correspondería.

El objetivo es la inducción de calma a sí mismos, no va dirigido a comunicar nada a


otro individuo. A nosotros nos puede servir para saber ver cuándo nuestro perro lo
está pasando mal en una situación o le está costando resolverla por falta de
capacidades o recursos.

SEÑALES DE DESPLAZAMIENTO MÁS COMUNES

OLFATEAR: pueden ser olisqueos rápidos (bajar y


levantar la cabeza) o lentos (mantener el hocico en el
suelo). Pueden olfatear tras haber sentido algo de
estrés o bien también cuando se sienten inseguros.

MARCAJES CON ORINA (en machos): al vivir una


situación algo tensa pueden alejarse un poco y marcar
con orina.

COMER CÉSPED, BEBER AGUA O AUTOASEARSE DE


MANERA COMPULSIVA: hay que prestar atención a la
frecuencia con la que ejecutan estas conductas.

32
SACUDIRSE: igual que si estuvieran mojados, pero sin
estarlo. Lo hacen para destensar los músculos y liberar
el cuerpo del estrés.

Automatismos expresivos
Los automatismos expresivos se dan ante ciertas emociones y tienen en común
que se contagian al resto de integrantes del grupo social. El bostezo es el más
famoso de ellos, en humanos también es contagioso. Se dice que cuanto más
empático sea el individuo, más probable es que responda al bostezo del otro.

Un perro puede bostezar por estar cansado o con sueño, al igual que nosotros, pero
también a modo de auto-calma.

Un automatismo expresivo que tenemos los humanos es la risa. Sí, reímos cuando
somos felices o algo nos resulta gracioso pero, ¿quién no ha reído también ante un
momento de nervios o para restar tensión a una discusión, haciendo incluso alguna
broma?

Contagiar un estado de ánimo no conflictivo puede servir para salir de muchas


situaciones tensas con absoluto éxito, siendo ese el objetivo de estos automatismos
no intencionales.

ESTIRAR EL CUERPO: como cuando hacen la


reverencia de juego, pero sin intenciones de jugar.

BOSTEZAR: cumple una función similar a la de lamerse


la nariz, si bien en este caso es principalmente con la
intención de reducir los niveles de estrés ante una
situación o estímulo.

Cuando veas a tu perro tenso prueba a bostezar o a estirarte. Turid Rugaas, autora
de "Las señales de calma", asegura que funciona.

33
Laika, la border collie

En este sentido quiero hablarte de una alumna canina que me enseñó muchísimo
sobre lenguaje canino. Laika era una Border collie color chocolate, con diversos
problemas emocionales, a los que su tutora no podía dedicar la atención que le
hubiese gustado.

A pesar de sus carencias, era un libro abierto en cuanto a comunicación canina. Me


quedaba embobada mirándola, leyendo en todo momento lo que comunicaba, tanto
conmigo como con otros perros con los que nos encontrábamos en el paseo.

Sabía decir perfectamente cuando algo le gustaba o cuándo no, los perros la
entendían, más bien ella se hacía entender.

Me di cuenta estudiando al respecto, que Laika olfateaba, se relamía, sacudía el


cuerpo, se estiraba y un largo etcétera. Como te decía, para mí era perfecto en
cuanto a poner en "idioma perruno" lo que había estudiado, pero todo eso me
indicaba que Laika no era feliz.

El número de señales de apaciguamiento,


desplazamiento o automatismos expresivos era
mucho mayor a las conductas de bienestar, ya
que en la calle era una perra miedosa y en su casa
la tutora la dejaba sola casi todo el día.

Trabajé con ella la seguridad, la gestión emocional


a las bicicletas y hombres (lo que más temía) y su
confianza. Me dejé guiar por lo que Turid Rugaas
(2006) decía y, aprovechando que nadie me veía,
empecé a bostezarle, sentarme o estirarme
cuando la notaba inquieta.

Y... ¡funcionaba! Quizá fuera coincidencia o no,


pero cuando Laika dudaba o estaba tensa, yo cogía
y me estiraba despreocupada, entonces ella
parecía relajarse y se animaba a hacer aquello de lo Laika mirándome fijamente con sus ojos
color ámbar, pidiéndome con la mirada su
que dudaba. ¡No pierdes nada por intentarlo! pelota.

34
Señales que indican enfermedad o malestar físico

Además de las señales previas, hay ocasiones


en las que estas mismas conductas u otras
pueden indicar que el perro sufre dolor, tiene
náuseas o algún malestar físico.

Es bueno conocerlas para saber cuándo sería


conveniente llevarle al veterinario si le ves
realizándolas.

Lamerse con insistencia una zona del cuerpo. Tener algún material extraño clavado,
picor, dolor, etcétera.

Masticar algo sin tener nada en la boca. Suele indicar náuseas.

Andar con la espalda arqueada y las patas traseras rectas.


Puede indicar dolor de espalda. Si lleva las patas traseras muy
rectas, el problema podría estar en las rodillas.

Entrecerrar un ojo o ambos, aunque sea en determinados momentos, podría deberse


a que el perro tenga blefaroespasmos. No tienen por qué ser peligrosos, son
movimientos involuntarios de los músculos oculares por alguna posible molestia en
el ojo o por tener la vista fatigada. No obstante, no estaría de más revisar alguna
posible herida en el ojo. Si entrecierra ambos ojos podría sentir malestar general o
dolor de cabeza. Observar el contexto es importante: si cierra los ojos porque le está
dando el sol es probable que el sol sea el culpable y no debamos preocuparnos.

Bostezar sin que cuadre que tenga sueño o esté intranquilo, puede significar que
tiene dolor de estómago.

Comer hierbas en exceso. Intento de aliviar malestar gástrico. Si siente acidez


estomacal puede intentar aliviarlo con el amargo de la hierba.

Hacer la reverencia de juego pero permanecer quieto unos segundos. Si además


tiene la boca cerrada, los ojos algo entrecerrados y no mueve la cola, puede ser señal
de un dolor de estómago intenso. Llévale al veterinario.

35
Señales de excitación

Hay muchas señales que nos muestran la excitación de un perro. Recuerda que la
excitación puede ser de valencia positiva (alegría o felicidad por haber llegado a
casa) o negativa (frustración).

Ejemplos del día a día donde puedes observar excitación:

Movimiento rápido de cola de lado a lado.

Echar las orejas hacia atrás y pegarlas a la cabeza (normalmente acompañado de


movimiento de cola).

Pupilas dilatadas y ojos abiertos (Coloquialmente conocido como ojos de ballena).

Ser incapaz o que le requiera mucho esfuerzo quedarse quieto. Saltar, caminar de
un lado al otro, correr.

Gemidos y lloros. Pueden ser ocasionados por intolerancia a la frustración o


nerviosismo. Ejemplo: cuando un perro no puede saludar a otro perro que se aleja
de él o cuando llegamos a casa después de varias horas fuera; un perro también
puede hacer pequeños lloros de excitación al saludarnos.

Ladridos. Al ver a otro perro o persona, al querer que le demos comida o le


prestemos atención.

36
EJERCICIO PRÁCTICO 1

Observa a tu perro para ver qué señales de apaciguamiento suele realizar más y en
qué momentos concretos suelen darse. Luego deja constancia de ellas aquí.

37
EJERCICIO PRÁCTICO 2

Cuando estés con tu perro o entrenes con él presta atención a cuántas señales
afiliativas te da. Para que sea un buen trabajo en equipo, debería aparecer al menos
un 80% de ellas en el entreno. También pueden aparecer señales agonísticas, pero
estas no deben superar nunca el 20%.

Si el perro está trabajando únicamente por la comida no te dará apenas señales


afiliativas, no será un trabajo en equipo sino que el perro se moverá por metas
egoístas. La calidad del entreno y de la relación con tu perro te la dará la frecuencia
de señales afiliativas que te da durante el día o el entreno.

Anota aquí las señales que observes que tiene tu perro hacia ti o los miembros de
tu familia.

38
DUDAS FRECUENTES

Mi perro bosteza mucho, ¿tiene estrés?

No tiene por qué. Presta atención al contexto y al resto del lenguaje corporal. Si se
acaba de despertar de la siesta probablemente no sea por estrés. Si está en la
consulta del veterinario o le estás manipulando en un momento en el que no le
apetece demasiado, entonces puede que sí. Si esto último es el caso, prueba a
trabajar ambas cosas para aumentar su tolerancia y que esas situaciones no le
generen tanta incomodidad.

A mi perro no le gusta que lo acaricien ni se acerca a mí a que lo haga... ¿eso


significa que no tenemos una buena relación?

Aunque suene extraño, es cierto que hay perros que no disfrutan de las caricias.
Normalmente son perros a los que no se ha acostumbrado a un buen contacto
cuando eran cachorros. En otras ocasiones, aunque sí se les haya acostumbrado,
simplemente no les gusta demasiado y no son muy expresivos al respecto.

Yo en estos casos recomiendo estudiar bien a tu perro para ver en qué zonas sí que
parece tolerar más las caricias e incluso disfrutarlas en ciertos momentos, e ir
jugando con eso y las sesiones de vinculación que veremos más adelante.

Cuando trabajo con mi perro solo sigue la comida, si no tengo no me hace caso.

Esto es algo muy frecuente en perros a los que se ha entrenado dando más
importancia a la comida que a la felicitación social, ya sea con la voz o mediante
caricias.

Puedes corregir esto trabajando algunos ejercicios como el luring con fiesta social
que veremos en el último capítulo del libro.

39
CAPÍTULO 4. EL JUEGO Y EL SALUDO

Durante el juego y el saludo los perros comunican algo prácticamente todo el tiempo.
Desde tener ganas de jugar, hasta sentirse incómodos o tener interés social. Es en
estos momentos donde más vas a poder observar las señales que vimos antes en tu
perro. Así que atento.

El juego

Los perros empiezan a jugar desde cachorros. El juego es una actividad vital que se
encuentra presente en la mayoría de los mamíferos (alrededor de un 80% según los
científicos) así como en algunas aves, reptiles e incluso peces.

Según la psicología y la etología, el juego es una actividad de motivación intrínseca,


el animal quiere hacerlo, asociado al placer y al divertimento, y no tiene funciones
inmediatas de mejorar la supervivencia del animal.

Es decir, el objetivo del juego es el de divertirse.

Juego materno-filial. Los cachorros


empiezan a estimular su cuerpo en el
momento en que empiezan a moverse.

A través del juego, el cerebro se desarolla


más rápidamente y se crean conexiones
neuronales afectivas, sociales y cognitivas
entre la madre y los cachorros.

La madre estimula a sus cachorros desde que nacen mediante lamidos y movimientos
con el hocico.

40
Cuando los cachorros crecen más, empiezan a jugar de manera más corporal,
simulando luchas en las que se muerden, persiguen, saltan, corren y vocalizan.

Los juegos corporales permiten al cachorro estimular su cuerpo, que vaya ganando
control sobre él y probando los límites de lo que es capaz o no de hacer.

En el juego con sus hermanos aprenden las normas sociales con otro individuo y
ganan confianza y seguridad en sí mismos.

¿PARA QUÉ EXISTE EL JUEGO?

Potenciar las relaciones sociales.

Ensayos de situaciones reales que


podrían ocurrir: cazar o pelear con
otro perro.

Por supuesto, divertirse. Las


emociones provocadas por el juego
son positivas, haciendo que sea una
¿PELEA O JUEGO?
actividad placentera para el perro.

41
El juego siendo adultos y cómo exprimirlo al máximo

Los perros son una de las especies de mamíferos que conservan las conductas de
juego aun en la etapa adulta. ¿Sabes qué otra especie las conserva? ¡Así es, nosotros!

Aprovechando que a ambas especies nos gusta jugar, independientemente de la edad,


podemos utilizarlo como una herramienta de disfrute con nuestro perro.

Para mejorar vínculo.


Para que confíe más en nosotros.
Para que nos preste más atención.
Para trabajar problemas emocionales que pudiera tener. Ejemplo: miedos,
inseguridades, reactividad o ansiedad.

Además de jugar con otros individuos, los perros comparten con los primates el jugar
también con objetos. Los pueden coger, lanzar, morder, tirar de ellos y perseguirlos
si los lanzas.

Tener juguetes en casa es importante para el enriquecimiento ambiental y poder


suplir la necesidad del perro de sus tendencias innatas.

Una vez los perros van creciendo adoptan distintas formas de jugar entre sí.
Algunos son más brutos, otros más delicados, a algunos les gusta perseguir y a otros
que les persigan, dar pellizcos suaves con la boca, arrebatarse juguetes, etcétera.

No importa cómo juegue nuestro perro siempre que se respeten los límites y que
ninguno de los perros envueltos en el juego se sienta incómodo o sobrepasado.

Estos juegos sociales son en los que aprenden y desarrollan habilidades sociales,
tantean límites, se ponen a prueba entre ellos y aprenden a cooperar e ir
intercambiando roles (ahora te persigo yo y luego me persigues tú).

42
LAS NORMAS Y LAS PAUSAS EN EL JUEGO

Te habrás dado cuenta de que si tu perro juega con otros perros van realizando
pequeñas pausas en mitad del juego en las que se pueden olfatear, alejarse entre
ellos o quedarse unos segundos mirando a la nada.

Estas pausas son necesarias para evitar que la intensidad del juego (no deja de ser
una actividad excitante) aumente demasiado y puedan ir saltándose límites que
produzcan un conflicto entre ellos.

Es relativamente fácil que dos perros que inicialmente estaban jugando se puedan
pelear si no se respetan estos descansos debido a una sobre-excitación.

Si no se dan los descansos oportunos,


el juego puede terminar en una pelea.

Normas básicas durante el juego:

Respetar al otro perro cuando quiere parar.


Intercambio de roles, no abusar.
No morder con fuerza ni en zonas blandas como barriga o genitales.
"Preguntar" antes de empezar, sobre todo si es un perro desconocido.

Inicio del juego

A la hora de iniciar el juego, la conducta más conocida es la reverencia de juego en la


que el perro apoya las patas delanteras en el suelo levantando la parte posterior del
cuerpo. También pueden pedir juego dando con la pata en el cuerpo del otro perro,
acechando, mediante emboscadas, ladrando o tumbándose panza arriba.

43
La reverencia de juego o las señales de apaciguamiento son frecuentemente
utilizadas durante el juego cuando se da algún movimiento o conducta que podría
malinterpretarse por el otro perro; de esta manera, le van dejando claro que están
jugando y que no buscan conflicto. Ejemplo: si se pasa en la intensidad de la mordida.

Los perros pueden gruñir o enseñar los dientes, también morder levemente durante
el juego, pero en el momento en que notan que el otro perro se muestra cohibido o
molesto, inmediatamente pueden optar por hacer una señal de apaciguamiento o de
juego para dejar claras sus intenciones.

¿CÓMO SABER CUÁNDO NO ES JUEGO?

Hay muchas veces que el nivel de excitación durante el juego es tal que, si no
prestásemos atención a la comunicación de ambos perros, bien podríamos pensar
que se están queriendo matar. Con todos esos gruñidos, dentelladas al aire y
emboscadas... más de un tutor alguna vez ha tragado saliva.

Señales que te pueden indicar si se trata de juego o está escalando en otra cosa:

Aunque se muerdan, los mordiscos no suelen dejar heridas y ambos perros


buscan seguir interactuando, en lugar de parar o alejarse.

Cuando van a morder, los mordiscos son laterales, evitando la cabeza y


zonas sensibles del otro perro.

Si no fuese juego, los perros estarían en estado de alerta con los músculos
tensos. En el juego, las facciones de la cara son relajadas y tienen una
expresión juguetona.

Hay intercambio de roles, de forma que no haya un abusón y un abusado, si


no que ambos lo sean varias veces durante el juego.

44
En los juegos de persecución el verdadero objetivo no es alcanzar al otro
perro sino perseguirle, y el que corre se deja atrapar a propósito.

Si uno de los perros se ve cohibido o intenta abandonar el juego, ya no está


jugando. Si vemos que nuestro perro insiste, debemos llamarle.

Si no se están dando pautas de juego como las que vimos anteriormente, y alguno de
los perros o ambos están muy revolucionados, tenemos que interceder e intentar
que bajen la intensidad:

Abandonando el juego.
Separando a ambos perros un tiempo y realizando alguna actividad más relajante
como un breve juego de olfato o, en su defecto, explorando los alrededores.

El saludo

Cuando dos perros se conocen por primera vez, siguen una especie de ritual en el
cual el acercamiento al otro perro es lateralizado, haciendo un rodeo en forma de
semi-círculo.

Lo más educado en lenguaje canino es hacer lo anterior sin mucha prisa, para
finalmente olerse las diferentes glándulas que hay en el cuerpo del otro perro y así
recabar información sobre él.

Las más características son las glándulas anales, que se encuentran cerca del ano.
Pero también disponen de otros centros de olor en el hocico.

Glándulas anales
(a ambos lados del ano)

45
Pueden realizar también señales de apaciguamiento como olfatear o agacharse.
Pueden olerse y continuar su camino sin mayor interacción o ponerse a jugar si
alguno de los dos perros realiza una invitación al juego y el otro está dispuesto.

Tumbarse a esperar al otro


perro es una de las
conductas que pueden
darse en un ritual de saludo

¿Cuánto dura y cómo tiene que ser un saludo?

El saludo puede durar desde unos segundos hasta varios minutos y debemos
dejarles el tiempo que ellos estipulen si queremos que sea una experiencia positiva,
que se complete el saludo y, así, mejorar sus habilidades sociales.

No obstante, hay muchos perros que no saben acercarse de esta manera, siendo por
el motivo que sea, lo que a veces puede dar lugar a problemas si el otro perro lo
interpreta como un acercamiento no amistoso.

Uno de los factores que más se repiten en un saludo incorrecto e incompleto es la


correa y nuestro manejo de ella.

EL BUEN MANEJO DE LA CORREA

No importa cómo nos lo vendan, la correa es


algo anti-natural para los perros. Ni ellos nacen
sabiendo ser guiados por una correa, ni nosotros
nacemos aprendiendo a llevar a un perro con
correa.

No obstante, tanto nuestro perro como


nosotros tenemos que saber usar la correa ya
que la sociedad nos lo impone, al mismo tiempo
de ser una buena medida de seguridad.

46
Principales errores que se cometen en el manejo de la correa:

Llevar la correa con tensión.

Arrastrar al perro con la correa.

Llevar una correa corta que le impida tomar distancia de nosotros y explorar
mejor.

Utilizar la correa como una forma de castigar al perro: mediante tirones, toques
secos o golpes con ella.

No dejar que el perro avance por delante nuestro nunca.

No dejar la correa sin tensión durante el saludo de nuestro perro con otro.

Llevar la correa sujeta solo con una mano.

¿Cómo debe ser nuestro manejo de la correa en el paseo?

GRABATELO A FUEGO: CORREA SIN TENSIÓN = PERRO FELIZ

Las correas tienen un objetivo, el cual es controlar


mejor al perro durante el paseo como una medida
de seguridad para que no ocurran accidentes.

No obstante, los paseos del perro son una de sus


principales maneras de recibir estimulación, son
paseos para que el perro disfrute, para que conozca
su entorno y crezca y se desarrolle de manera
equilibrada y sana.

Llevando correas muy cortas, en tensión e


impidiendo que pueda explorar, estamos
consiguiendo todo lo contrario.

47
Si impides a tu perro poder olfatear libremente y no le dejas mantener cierta
distancia con respecto a ti, es más probable que no consiga relajarse durante los
paseos y que tenga una peor gestión de aquello que le rodea.

Podemos evitar esto de la siguiente manera:

La correa debe estar floja durante todo el paseo,


formando una especie de curva, sin tensión.

Deja oler a tu perro. Es preferible un paseo


corto en el que ha olfateado mucho, a un paseo
más largo donde no ha podido olfatear nada.

No dejes que la correa sea un obstáculo. Cuando


tu perro quiera saludar a otro perro, aparta la
correa del medio y déjales espacio.

Huye de las correas cortas. Para espacios


medianamente abiertos usa una correa de un
mínimo de 2 metros, preferiblemente 3 metros.

Usa ambas manos. No lleves la correa solo con


una mano, el manejo será más complicado. Por el
contrario, mantén el final de la correa sujeto con
una mano mientras con la otra vas controlando
la longitud, dejándola deslizar suavemente o
recogiendo conforme tu perro avanza o se queda
quieto.

Llevando una correa larga, podrás acortarla según la situación, y dejarla más larga en
el momento en que dos perros se conocen.

Esto último es muy importante, ya que la correa no puede ser un elemento que
impida o afecte a la forma en que hacen la presentación dos perros.

Mucha gente tiende a ver a otro perro venir y recoger correa, lo que le da un mensaje
muy claro al perro. "Cuidado, estate alerta que por ahí viene un posible peligro".
En el momento en que vemos a otro perro venir, debemos relajarnos, y mostrar
calma y naturalidad.

48
Observa el lenguaje corporal de tu perro, si se quiere acercar o no, si se para, si le
mira con curiosidad o con miedo, síguelo.

Muchas veces lo mejor que podemos hacer por nuestros perros es ser observadores
pasivos de la situación. No obstante, si nuestro perro tiene algún problema
emocional, puede necesitar de nuestro apoyo social y de un trabajo detrás para
poder relacionarse correctamente con otros individuos sociales.

EL TEMIDO SALUDO FRONTAL

Hoy en día casi todos los perros se saludan de manera frontal (hocico contra hocico).

Este tipo de saludo suele añadir tensión al saludo, ya que normalmente dos perros
que no se conocen deben saludarse haciendo un pequeño semi-cìrculo. Lo peor del
saludo frontal es que es puramente visual, los perros se miran de frente conforme se
van acercando y no pueden olerse tan bien como si se acercaran por detrás.

Este tipo de saludo puede resultar amenazante para algunos perros y hacer que no
se sientan del todo cómodos con el nuestro.

EL AMADO SEMI-CÍRCULO

El giro que dan los perros al saludarse, por el contrario, es una forma de comunicar
al otro perro que tienen interés en conocerle y que no buscan conflictos.

Le muestran al otro perro su costado, estudiando al mismo tiempo la situación y al


otro perro, tomando distancia. Esto no quiere decir que si algo va mal en el resto del
saludo o alguno de los perros tiene algún problema emocional, no pueda
desencadenarse un conflicto, pero en dos perros emocionalmente sanos no tiene por
qué suceder.

Tras el semi-círculo se pueden oler mutuamente: los genitales, la barriga, el cuerpo,


el hocico, etcétera. Una vez ya se han saludado es cuando pueden dar señales de
juego y, si el otro perro las acepta, empezar a jugar.

49
AHORA, ¿CÓMO NO DEBE SER UN SALUDO Y QUÉ DEBEMOS EVITAR?

Prohibido correas tensas o tirar de los perros limitando su libertad de


movimiento. Es muy típica la situación de ver a dos perros de frente, queriendo
olerse pero sin llegar a tocarse mientras ambos tutores les impiden dar un paso
hacia adelante, poniendo límite con las correas.

Intentar que el perro no se acerque frontalmente. Si es lo que suele hacer,


podemos echarle una mano guiándole gentilmente con la correa o, si va suelto,
caminando a su lado y haciendo un semi-círculo nosotros con él.

Si nuestro perro embiste o corre a saludar. Mejor llevarle con correa hasta
llegar al otro para reducir las probabilidades de que el otro perro reaccione mal.
Nota: Si va corriendo pero se para a una distancia prudencial y avanza lentamente
y con tranquilidad desde ahí, no pasa nada.

Levantar las correas durante el saludo para favorecer la libertad de


movimientos. Lo ideal es una correa larga para no estar nosotros en medio y que
puedan moverse con facilidad y dar los giros que tengan que dar. No recomiendo
las correas extensibles, ya que no es tan sencillo apartarlas y hacen ruido al ser
recogidas, bloqueadas o incluso cuando el perro camina, lo que asusta a otros
perros.

Mostrar una actitud tranquila, natural y relajada. Si estás tenso o nervioso, tu


perro va a notarlo y, o bien aumentarás su excitación, o le comunicarás que debe
estar alerta y mostrarse precavido, lo que puede entorpecer un buen saludo y
oportunidad para aprender a relacionarse socialmente.

50
NO, TU PERRO NO NACE SABIENDO

Es una creencia muy común que los perros nacen sabiendo ya comunicarse con
todo ser viviente que se le cruce, especialmente con otros perros. Y nada más lejos
de la realidad.

Los perros no nacen sabiendo instintivamente cómo comportarse con otro perro,
igual que tú tampoco sabías de pequeño cómo hacerlo con tus congéneres. A ti tus
padres también te enseñaron cuál era la forma correcta de comportarse cuando
conocías a alguien o te invitaban a casa de algún amigo o amiga y luego, en la
escuela, aprendiste también de tus maestros y tus propios compañeros lo que era
bueno hacer y lo que no.

Se me viene a la mente ahora mismo un recuerdo de mi infancia. Soy la segunda de


cinco hermanos, somos tres mujeres y dos varones. Al tener tres hermanos menores
recuerdo perfectamente cómo mi madre me enseñaba a interactuar con ellos: hay
que arroparlos con cuidado, que tengan bien apoyada la cabeza y, al acariciarles, yo
tendía a los tres años a ir con el puño cerrado, bastante brusca. Entonces mi madre
me cogía la mano con cariño y me la abría, acompañando con la suya el movimiento
de la caricia, al tiempo que me decía: "Así, muy bien, Cami, suavecito". Entonces yo
sonreía, porque le estaba acariciando y era feliz.

Puede parecer una tontería, pero mi madre me estaba enseñando cómo era la
manera en la que debía interactuar con un bebé. A día de hoy lo sigo recordando y
los perros hacen lo mismo con sus experiencias con otros individuos.

ETAPAS SENSIBLES

La forma en la que aprenden a comportarse y comunicarse es la interacción con


otros perros, siendo especialmente influenciables cuando son jóvenes.

La etapa sensible de la socialización ocurre aproximadamente de las 3 a las 12


semanas del cachorro, aunque a veces variará según la raza. En estas semanas,
aprenden qué animales son sus amigos y si tienen suficientes experiencias positivas
con ellos, el resto de veces que se encuentren con esas especies también pensarán
que son amigables.

51
"MI PERRO SE ACERCA BRUSCAMENTE A OTROS PERROS"

Cuando a un perro le falta "camino recorrido" en las experiencias con otros perros
durante la etapa sensible, es muy posible que más adelante termine desarrollando
distintos problemas. En algunos perros se traducen en inseguridad, miedo o rechazo
a perros desconocidos.

En otros se traduce en cachorros o perros jóvenes amigables pero irrespetuosos, que


se acercan a los perros haciendo el sinónimo canino de gritarles a la cara y creyendo
que todos los perros del mundo van a querer jugar con él. De estos últimos locuelos
vamos a hablar en este apartado.

Imagina que estás comprando en el supermercado y de repente se acerca un


desconocido, al que no conoces de nada y te saluda al tiempo que te da un abrazo.
Creo que coincidirás en que no sería una experiencia agradable, es más, sería
bastante incómodo.

Como vimos antes, cuando dos


perros que no se conocen se
saludan deben estar tranquilos,
como cuando tú le das la mano
a alguien que acabas de
conocer.

Lo más peligroso de los perros


que se acercan dándolo todo,
es que nunca sabemos cómo
puede reaccionar el otro perro.

Estaría en todo el derecho de enfadarse o querer irse, ya que no es una manera educada
de decir hola si le acaba de conocer. Muchos perderán el interés o le dejarán claro que
esas no son las formas, pues un perro nervioso y fácilmente excitable solo le cae bien
a otros perros nerviosos y fácilmente excitables.

Eso hace que a veces caigamos en el error de que nuestro perro, el injustamente
ignorado, se relacione de manera exclusiva solo con este tipo de perros, por lo que al
final sigue aprendiendo que esa es la forma correcta de interactuar socialmente y se
extraña cuando otro perro no responde como él tiene previsto.

52
Cómo enseñar a un perro a acercarse correctamente

Con correa

El modelado de correa, es un ejercicio que te puede servir para construir varias cosas,
entre ellas el poder guiar a tu perro sin añadir tensión emocional para que haga una
pequeña curva antes de acercarse al otro perro. Sin embargo, esto solo te servirá
cuando tenga la correa puesta, ¡como es lógico!

La clave de usar el modelado de correa aquí consiste en guiarle al principio con una
ligera tensión de la correa para impedir que se acerque frontalmente, haciendo
juntos la curva y luego, si está tranquilo, dejando que se acerque sin tensión alguna
en la correa para que se olfateen y se complete el ritual de saludo.

Sé lo que puede que estés pensando, es irónico lo de acercarle sin tensión pero con
tensión, ¿la tensión no era mala? Una de las ventajas de trabajar este ejercicio es que
la tensión deja de ser algo negativo para el perro, pasando a ser algo neutral e
incluso, dependiendo de cómo se construya, una ayuda para salir de situaciones
complicadas que el perro no sabe gestionar (en el último capítulo te enseño cómo
hacerlo).

Al caer a un pozo, todos desearíamos que nos lanzaran una cuerda para poder salir.
Trabajando el modelado de correa le damos al perro esa cuerda que necesita en
ciertas situaciones en las que no es capaz de desconectar por su cuenta.

Si piensas que no está tranquilo o que al llegar al otro perro puede saludarle como si
fuera su mejor amigo de la infancia, no le dejes acercarse, ya que aunque haya
realizado la curva contigo su excitación será todavía alta y el resultado será parecido
a si se hubiera acercado de cara. En esa circunstancia es realmente preferible que
huela el rastro del otro perro a que se le acerque, ya que una vez estén uno delante
del otro si te lo intentas llevar te arriesgarías a que haya conflicto, incluso con el
ejercicio del modelado de correa trabajado, puesto que estarías cortando la
comunicación abruptamente.

Este trabajo sería complementario al que tendrías que hacer en casa sin correa.

53
Cómo enseñar a un perro a acercarse correctamente

Sin correa

En este punto doy por supuesto que tienes una buena relación con tu perro; no
obstante podrías reforzarla aun más realizando los juegos de vinculación y teniendo
en cuenta los puntos que menciono en el capítulo cinco sobre cómo construir y
fortalecer el vínculo con tu perro.

Te lo adelanto ya que para que poder enseñarle a tu perro a relacionarse bien con
otros perros o personas (acercamientos bruscos o poca paciencia en el juego) será
necesario que sirvas de modelo. Sí, sí, le podrás enseñar contigo mismo cuáles
serían las mejores formas de aproximarse a otro individuo, las formas que le den el
resultado que a él le gustaría.

Para ello, haremos lo siguiente:

En casos en los que el perro no tolera cierto tipo de juego, podemos hacerle más
tolerante jugando de manera controlada de esa forma. Carlos Alfonso García,
profesional del comportamiento y autor de "Tu perro piensa y te quiere", contaba
que su perra, una Pastor belga malinois, no respondía bien cuando los perros jugaban
dándole con la pata. Preocupado por una futura reacción negativa, ya que es algo que
muchos perros hacen y los Malinois no se caracterizan por ser demasiado pacientes
y sin embargo sí por tener la boca suelta, empezó a jugar con ella poniendo su propio
brazo encima del cuerpo de la perra a medida que jugaban. De esa forma, dentro del
juego social con él, empezó a tolerar este patrón de juego.

Con el acercamiento a otros perros se puede actuar de manera parecida al mismo


tiempo que lo complementamos con el trabajo con correa.

Podemos premiar a nuestros perros cuando se acercan a nosotros lateralizados, con


caricias tanto con la voz como con las manos (las caricias con la voz vendrían a ser
hablarle suave con un tono de cariño y felicitación). Cuando se acerque bruscamente,
nos salte o venga muy directo, nos alejaremos un poco y le mostraremos nuestro
costado o la espalda al tiempo que le decimos un suave "no informativo", el cual
veremos en el capítulo cinco cuando hablemos del código de comunicación. De esa
forma le estamos dejando claro, de una manera que él entiende, que ese tipo de
acercamiento no nos gusta y no conseguirá nada haciéndolo.

54
DUDAS FRECUENTES

¿Cómo hago si tengo más de un perro para poder tener un buen manejo de la
correa y que tengan un paseo de calidad?

Si bien es cierto que llevar a un perro con correa larga requiere un mejor manejo
por nuestra parte y, que este manejo se dificulta exponencialmente cuantos más
perros tengamos, podemos trabajar para facilitarnos la vida de la siguiente manera:

Practica el paseo primero con cada perro de manera individual: que salgan
tranquilos, sin tirar y olfateando. Cada perro sigue un ritmo distinto, por lo que los
paseos individuales están recomendados de vez en cuando aun si no tuvieras
problemas en el paseo.

Trabajado el paseo de cada perro, será mucho más sencillo llevarlos a todos juntos,
conocerás el ritmo de cada uno, sabrás cuál necesita más o menos correa, y podrás
adaptar el paseo y el manejo a ello.

¿Qué significa que para saludar mi perro aceche a otro perro para luego
abalanzarse?

Como veíamos antes, hay perros que previo al saludo se tumban o acechan al otro
perro. El acecho es más normal en ciertas razas, como los Border collie. Sin
embargo, esto suele incomodar a otros perros, ya que forma parte de la secuencia
de caza.

No es tan malo el acecho como lo es el lanzarse de manera invasiva hacia el otro


perro. Para mejorar esto último, podemos llevarle con correa y entrenar con él
distintos ejercicios de impulsividad y auto-control.

¿Puede un perro aprender a saludar correctamente si nunca ha socializado?

Ciertamente, los perros tienen un período sensible de socialización cuando son


jóvenes, que va desde las 3 semanas hasta las 12 semanas, y se mantiene y refuerza
a lo largo de toda su vida. En ese tiempo, el perro aprende. potencia y desarrolla las
redes neuronales que se encargarán de fortalecer sus aptitudes sociales. Si un
perro no ha podido formar estas redes, se le puede llegar a ayudar a mejorar pero
es probable que tenga carencias en lo que relacionarse se refiere y sus capacidades
sociales estarán mermadas.

55
CAPÍTULO 5. APRENDE A HABLAR SU IDIOMA

Una vez que ya sabemos detectar las señales de apaciguamiento, cuándo puede estar
nuestro perro sintiendo dolor o malestar, y que entendemos que un movimiento de
cola puede significar también que está a punto de producirse un conflicto, es hora de
que nosotros también aprendamos a comunicarnos con ellos.

Es decir, ahora que ya sabemos entenderlos, toca que nos entiendan.

Comunicación no verbal

Perros y humanos hablamos idiomas distintos pero compartimos el lenguaje no


verbal. Ellos son expertos entendiendo nuestras micro expresiones y las señales que
les transmiten sus compañeros caninos, y nosotros, aunque lo hagamos de forma
inconsciente, entendemos que el mensaje que nos da nuestra madre puede variar
mucho si lo hace con el entrecejo fruncido o sonriendo. De hecho, las personas
tenemos algo de lo que el resto de animales carece, las mentiras y el sarcasmo.
Aunque actualmente se está estudiando en etología si algunos animales podrían ser
capaces también de esto.

Es necesario entender el lenguaje no verbal cuando hablamos con otras personas


para saber ver la intencionalidad tras el mensaje.

La comunicación no verbal no tiene un significado único, puesto que es algo que


carece de estructuración, que según la situación y el mensaje tendrá un significado u
otro.

Sin embargo, de manera breve y sencilla, la comunicación no verbal en humanos


comprendería las expresiones faciales, entonaciones, distancia física, mirada y
gestos que acompañan al mensaje.

56
Cómo hacer que tu perro te entienda mejor

La verdad es que no existe una fórmula mágica, nada tiene una fórmula
mágica en el comportamiento canino (y me atrevo a decir que en ningún
campo profesional). No obstante, sí que existen métodos para que tu perro te
escuche más o, mejor dicho, te escuche y te atienda mejor.

Lo primero que hay que tener en cuenta para que un perro te haga caso es el
vínculo. El vínculo que tengamos con nuestro perro determinará (aunque no
totalmente) el caso que nos haga.

Construyendo el vínculo

El vínculo, esta palabra que está en todas partes y que escucharás decir al menos
alguna vez a cualquier buen profesional del comportamiento canino.

Todas las especies sociales son capaces de establecer vínculos afectivos y


emocionales con otros seres vivos. Al principio con sus progenitores o hermanos,
para luego hacerlo con sus parejas sexuales o aquellos a los que consideran parte del
mismo grupo social. En mamíferos, específicamente en los primates, el primer
vínculo afectivo fuerte se forma entre la madre y los hijos, el cual persiste con
frecuencia hasta la edad adulta.

El mantenimiento firme de un vínculo es experimentado como una fuente de


seguridad y la renovación de un vínculo, como generadora de alegría.

57
Lo que más caracteriza a la vinculación afectiva es que los participantes tienden a
querer permanecer siempre próximos. Cuando se apartan, uno buscará al otro tarde
o temprano para poder volver a estar juntos.

Esto es muchas veces el causante de los problemas conocidos como la ansiedad por
separación, cuando dejamos al perro solo en casa o cuando tenemos más de un perro
y alejamos a uno del otro.

Este vínculo no tiene por qué ser siempre positivo. En nuestro caso con los perros,
construir una relación y un vínculo sano lleva tiempo, esfuerzo y trabajo. Que no
tengamos un buen vínculo con nuestro perro no significa que no nos quiera, sino que
todavía no hemos llegado al nivel de entendimiento y confianza mutuo y necesario.
La relación con nuestro perro existe, podemos tener un vínculo con él, pero muchas
veces falta algo.

Los perros eligen con quién pasar más tiempo, quién les transmite más simpatía,
de la misma forma que nosotros hacemos lo propio con nuestros iguales.

Estudios recientes han demostrado lo que toda persona con perro ya sabía:

Los perros poseen unas habilidades sociales en la interacción con personas que
destacan sobre otros animales más cercanos a nosotros en genética. Crean lazos
emocionales fuertes con las personas con las que viven o frecuentan el trato, y
modulan sus interacciones en base a ellas.

El apoyo social es sumamente importante para fortalecer el vínculo con nuestros


perros, que el perro sepa que puede confiar en nosotros le da seguridad a la hora de
enfrentar nuevas situaciones, incluso las que resultan problemáticas.

58
Así lo demostraron Cook, Arter y Jacobs (2013) en un estudio en el cual compararon
la información provista por los tutores del perro o por un extraño a la hora de elegir
un objeto cuando señalaban con el dedo. Ambos señalaban al mismo tiempo un
recipiente y el perro debía elegir uno. El estudio resultó en que los perros elegían
más veces el que les señalaba su persona de confianza, a pesar de que estuviese vacío
y que el del extraño tuviese comida dentro. Es decir, priorizaron la información
social proveniente de la persona de confianza.

LOS PERROS NECESITAN AFECTO

Tu perro muchas veces estará a tu lado porque quiere, aunque no tengas comida o
un juguete en la mano. Estará a tu lado porque disfruta de tu compañía y quiere
permanecer cerca tuyo.

El afecto es un proceso que vincula de forma emocional y positiva a los


miembros de un mismo grupo social con el resto, haciendo que sea satisfactorio
y placentero interactuar con ellos, sin necesidad de obtener ningún beneficio
adicional.

Ni los perros ni las personas podemos ser


equilibrados sin contar con vínculos afectivos con
otros individuos sociales.

Es por ello que el perro necesita de vínculos


afectivos para poder tener una buena calidad de
vida. Además, los perros son capaces de hacer
amigos igual que nosotros. No solo con otros
perros o personas, sino también otras especies.

La capacidad de hacer amigos y de tener vínculos


afectivos es muy poderosa a la hora de su Que veas al perro como tu amigo, no
educación y vínculo con nosotros. como tu perro sin más, te dará una
visión distinta de cómo trabajar con
él. Sin abusos. Cooperando y en
equipo.

59
NO LE QUIERAS TANTO, QUIÉRELE MEJOR

Tu búsqueda va a ir encaminada en conseguir tener un vínculo sano con tu perro,


que quiera estar contigo de manera natural, pero que también sea un perro
independiente y seguro de sí mismo.

Si no dejamos que nuestro perro sea independiente, haremos que no sea capaz de
tomar sus propias decisiones y resolver problemas por sí mismo, por lo que se
sentirá intranquilo cuando no estemos con él y nos buscará para resolver todas las
situaciones en las que se sienta inseguro, que serán la mayoría. Esto impedirá su
desarrollo como individuo independiente, afectando a su calidad de vida y a su
felicidad. Como consecuencia puede darse el híper apego, una dependencia
excesiva que provoca malestar cuando no estamos a su lado.

Algunos de los problemas causados por el híper apego son:

Ansiedad por separación. Sufrir de ansiedad en los momentos en que se


encuentra solo.
Intolerancia a la frustración y distrés recurrentes. Al encontrarse con problemas
que no es capaz de resolver por sí mismo.
Inseguridad. No sentir confianza en sus propias capacidades, lo que podría
también escalonar en miedo.

Como anticipábamos en párrafos anteriores, el primer vínculo y apego que un perro


siente es con su madre. Según el ejemplo que le de su madre, el cachorro organizará
su cerebro y capacidades sociales intersubjetivas, es decir, las normas y actitudes
que generen cohesión social dentro del grupo.

A partir de cierta edad, se da un proceso de desapego en el que se unen dos hechos:

El cachorro aumenta su conducta exploratoria y va tomando más distancia de


la madre.

La madre empieza a rechazar el continuo contacto con el cachorro.

El apego infantil del cachorro da paso entonces a procesos afectivos adultos con los
que un grupo de perros puede convivir pacíficamente. Las personas no solemos
tener esto en cuenta con nuestros perros, pudiendo ocasionar los anteriores
problemas. El perro con apego seguro sabe que si lo necesita, estaremos ahí.

60
CÓMO CONSTRUIR Y FORTALECER EL VÍNCULO CON TU PERRO

CONFIANZA

Que nuestro perro confíe en nosotros se consigue siéndole de apoyo en las


situaciones difíciles cuando es necesario, buscando el equilibrio al mismo tiempo
que promovemos su independencia. Puede también mostrar confianza en una
situación o lugar, sintiéndose seguro y tranquilo y mostrar conductas de bienestar.

Si tu perro confía en ti, será mucho más fácil enseñarle y que quiera aprender
para mejorar la convivencia, porque te quiere. Ya hemos visto que estar junto a un
ser querido en el que confiamos, permite un mejor afrontamiento de las situaciones.

Piensa en ti mismo caminando a la madrugada solo por las calles de tu ciudad, por
un barrio en el que hace poco ha habido un robo violento. Ahora piensa en la misma
situación pero estando acompañado de alguien en quien confías que te ayudará en
caso de que aparezca el ladrón. Esa persona te dará mayor seguridad y caminarás
más tranquilo a su lado. Con los perros pasa lo mismo.

Es por ello que la confianza es uno de los cimientos más importantes a la hora de
construir el vínculo con tu perro.

A EVITAR

Engaños. Mentirle a tu perro te costará caro. Solemos engañarles para conseguir


lo que queremos y el perro se da cuenta de esto. No le digas "toma" si no tienes
nada en la mano, ni le llames siempre para privarle de libertad atándole con la
correa. Tienes que ser honesto con tu perro para que confíe en ti.
No le provoques malestar físico y/o emocional. No le pegues, por suave que a ti
te parezca, para hacer que te preste atención o deje de hacer algo que te molesta.
No le ignores cuando busque tu ayuda. Ej.: cuando tenga miedo, sienta ansiedad o
se sienta agobiado por alguna situación.

Hay que intentar buscar el equilibrio entre estar pendientes de tu perro pero
dejándole libertad para tomar sus propias decisiones.

61
RECONOCIMIENTO

No solo le regañes cuando hace algo mal, expresa también tu alegría y felicidad
cuando hace algo bien, házselo saber.

Muchas veces las personas nos centramos en cuando nuestro perro hace algo mal,
ignorando o restando importancia a cuando consigue realizar una conducta o ignorar
a ese perro que odia, dando por hecho que debe ser así.

Tu perro no necesita que le señales continuamente los errores, necesita que le


enseñes con paciencia y constancia, que le guíes y te asegures que lo ha entendido.
No necesita vivir una vida donde todo a tu lado es un conflicto. A tu perro le gusta
que le feliciten cuando hace algo bien, siente felicidad al lograr algo (motivación de
logro), igual que tú.

Esta felicitación tiene que ser en la mayoría de las veces una fiesta social, que el
perro se sienta feliz y motivado porque tú estás feliz por su conducta. Veremos más
adelante cómo trabajar esto, de forma que tu perro no siempre espere un refuerzo
individual cuando hace algo bien, como puede ser que cargues siempre con comida o
un juguete.

RESPETO

El respeto que te tenga tu perro va a influir a la hora de obedecer porque él quiere y


no porque se lo estés imponiendo. No obstante, no se trata solo de que tu perro te
obedezca y te respete, sino que tú también le respetes a él.

Respeta sus momentos de descanso, cuando come o cuando no quiere jugar. De


esta manera, será más fácil enseñarle que él también debe respetarte.

Cubre sus necesidades como especie y como individuo: descanso, estimulación


mental y física, alimentación, momentos sociales contigo y otros individuos.
Permanece a su lado cuando te necesite y déjale espacio cuando quiera estar solo.

El respeto debe ser bidireccional.

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PASAR TIEMPO DE CALIDAD JUNTOS

Juego.
Descubrir lugares nuevos.
Aprender cosas juntos.
Paseos en la naturaleza.
Dejarle libertad de decisión.
Momentos de descanso a su lado
o en el mismo espacio.
Contribuye a la sincronía contigo.
Sesiones de vinculación afectiva.

Yo misma con Kala, dando un paseo en el parque y


jugando.
JUEGO

Ya vimos que el juego es una de las mejores maneras de fortalecer la relación con
nuestros perros, ya que es una actividad de motivación intrínseca para ellos y
también para nosotros.

Dedicar al menos unos diez minutos de juego al día con nuestro perro, no solo le va
a servir para descargar energía, sino para pasárselo en grande juntos y poder
aprovechar el juego para enseñarle nuevas cosas o, incluso, ayudarle con sus
problemas emocionales.

Al ser el juego una actividad que despierta emociones de


valencia positiva, es de gran utilidad para trabajar con
perros con miedo, ansiedad o incluso reactividad a
ciertos estímulos. Podemos usar el juguete social
(mordedor o motivador) como un objeto para
redireccionar al perro en fases tempranas de una terapia
de modificación de conducta y, más adelante, con sus
capacidades más trabajadas, que pueda hacer frente a
los estímulos de manera más proactiva.

Más adelante, hablando sobre crear un código de


comunicación y estructura de juego, tienes una forma de
enseñar a tu perro a jugar con normas, para que ambos
disfrutéis y la activación del perro durante el juego no
resulte negativa.

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¿Sabías que en el mundo animal los padres que juegan y se divierten
con sus cachorros son los que crean las mejores relaciones?

Si tenías dudas, el contar con evidencia científica ya debería despejarlas. Si te daba


pereza jugar, si no querías intentarlo porque parece ser que tu perro no es de esos
perros juguetones que matarían por una pelota... ya sabes que es una maravillosa
manera de construir una relación sana y mágica con tu perro y, además, poder
trabajar distintas capacidades durante el mismo.

Por ejemplo, en perros muy brutotes, que suben de revoluciones rápidamente


cuando juegas con ellos, enseñarles a hacer pausas con la señal de "suelta" es
tremendamente útil para que se vayan autocontrolando.

Aprovecha que tanto perros como personas somos amantes del juego incluso
cuando somos adultos, ¡no todas las especies animales gozan de esa suerte!

No es el juego en sí lo que mejora la relación con tu perro, sino las normas que haya
dentro de él para que sea justo (como todo juego de mesa que se precie debe haber
unas normas para que sea divertido y desafiante), las emociones placenteras
provocadas por el propio juego y la sincronía de ambos durante el mismo.

Cuando vivía en casa de mis padres con mis hermanos, uno de nuestros juegos
favoritos era el UNO®. Nos reíamos mucho, nos emocionábamos y hacíamos que el
resto diera un respingo cuando gritábamos a todo pulmón "¡Uno!" si nos quedaba una
sola carta y justo era del color que había en el mazo. Eso sí, jugábamos con unas
normas totalmente inventadas, pero normas al fin y al cabo, para que no fuera algo
caótico. Cuando me mudé con mi pareja y quisimos jugar al UNO® él jugaba con las
normas reales, esas que vienen bien dobladas dentro de la cajita de las cartas. Yo no
quería jugar bajo esas normas sino bajo las propias con mis hermanos, que eran las
que me parecían divertidas, pero pronto comprendí que debía ser flexible y aprender
las otras normas para poder jugar con él (además eran las oficiales). Jugamos y me lo
pasé igual de bien que con mis hermanos.

Cuando un perro juega contigo va aceptar ciertas normas de buen grado, es algo que
de hecho esperan ya que dentro del juego con los perros también hay normas aunque
no estén impresas en ningún papel. Solo se trata de adaptar el juego y enseñarle para
que ambos puedan divertirse.

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Además, en un estudio antiguo pero clásico de Topál y colaboradores, se demostró
que el juego es una excelente manera de hacer que si tu perro es tímido o inseguro
se sienta más cómodo con una persona que no conoce, eso sí, siempre respetando
su espacio y, al parecer según estudios, es mejor si también está su tutor cerca. Un
perro no juega si siente miedo o inseguridad, por eso es un arma tan efectiva para
luchar contra estas emociones. Quizá no se anime a jugar tirando de un mordedor,
donde tiene la mano de la persona prácticamente en su cara, pero ir a buscar un
juguete divertido y traérselo puede ser muy positivo.

De hecho esta también es una buena herramienta si un niño se siente incómodo con
un perro, el que le tire la pelota u otro juguete le ayuda a ganar confianza.

Aunque todavía no hay estudios suficientes que determinen qué tipo de juego es
mejor para el vínculo con los perros, Rommey y Bradshaw hicieron un estudio en
2003 para determinar las variables que había en cada tipo de juego y descubrieron
que si las personas jugaban teniendo un alto contacto físico con sus perros y luego
les dejaban solos en la sala, los perros mostraban menos conductas ansiosas en su
ausencia (quedarse cerca de la puerta o vocalizar). A mí personalmente jugar a la
lucha controlada cuerpo a cuerpo con Kala es una de mis cosas favoritas en el
mundo, si encima tiene estos beneficios no tengo excusa.

No obstante, no con todos los perros se puede jugar de esta manera, ya que hay
perros que tienden a excitarse demasiado y cuentan con una fuerza o peso con los
que podemos salir lastimados. Puedes añadir contacto físico al juego dándole
palmadas suaves o pequeños empujones cuando tira de un mordedor, felicitándole
con caricias cuando te trae la pelota, etcétera.

A Kala le encanta jugar con las manos y si se le


empuja el cuerpo con la cabeza.

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COMUNICACIÓN

Ya diste un gran paso al adquirir esta pequeña guía para poder entender mejor a tu
pequeño. Si bien todos los puntos que estás leyendo son importantes, entender a tu
perro y hacer que a él le sea fácil entenderte es un punto clave.

La comunicación sincera y fluida es una de las bases de cualquier relación, lo es


con tu familia, con tus amigos, con tu pareja y también con tu perro.

Entender sus señales es un buen punto de partida para saber ver lo que quiere
comunicar tu perro, tanto a ti como a sus congéneres o a otras personas. Sin
embargo, no solo debes aprender estas señales, que pueden ser intencionales o no,
sino prestar atención también a las conductas que tu perro ha aprendido para
comunicarse contigo. Por ejemplo: llevarte su cuenco de comida o ir a la cocina y
mirarte insistentemente para que le sirvas de comer.

La comunicación no sirve de mucho si al comunicarse no se modifica de cierta


manera el comportamiento del receptor. Es decir, el objetivo de la comunicación es
que una vez percibida por el individuo al que va destinada, este haga algo que
responda a ella. Ambos individuos deben obtener beneficios de la comunicación para
que se refuerce y evolucione como estrategia.

Dicho en cristiano, si el perro al comunicarse es ignorado, no creerá que


comunicarse contigo sea útil, por lo que dejará de intentarlo. Lo mismo se aplica en
humanos.

Todos conocemos o hemos tenido en nuestra vida a una persona terca, a la que por
mucho que se la intenta convencer con argumentos, no da su brazo a torcer. Con
esta persona llegará un momento en el que ya no intentemos hacerle cambiar de
idea, ni discutir con ella para que cambie su forma de ser, lo veremos como una
pérdida de tiempo, por lo que nuestra estrategia a la hora de resolver problemas
con ella será otra, que puede ir desde ignorarle hasta tener un conflicto abierto.

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SON UN EQUIPO

Si quieres cambiar o mejorar algo en el comportamiento de tu perro, no te centres


solo en él, piensa también qué puedes hacer tú para favorecer esos cambios.

Si quieres un perro más tranquilo en el paseo, pasea tranquilo. Pasea en silencio y


habla solo cuando sea estrictamente necesario.

Si no quieres que te salude de manera tan efusiva al llegar a casa, no le hables con
voz aguda y caricias bruscas que le sobre-exciten.

Cuando trabajes con él, ya sea para un adiestramiento básico de sentado, tumbado o
darte la pata o para darle herramientas de afrontamiento ante circunstancias que le
superan, tendrás que trabajar tú también en hacerte entender, trabajar tu paciencia,
la constancia de dedicar cada día una hora o el tiempo que haga falta para entrenar,
el hacer los ejercicios claros para el perro y entender su finalidad.

Tendrás que estudiar, informarte, cambiar


tu rutina y, lo más probable si tu perro tiene
un problema emocional, es que tengas que
ponerte en manos de un buen profesional
del comportamiento que te guíe. Pero el
grueso del trabajo serán tu perro y tú.

Tienen que avanzar juntos para poder


mejorar.

Por último pero no menos importante, la confianza que mencionaba antes es algo
recíproco. Entiendo que muchas veces es complicado confiar en tu perro cuando te
la ha liado tantas veces, pero conforme vayas trabajando con él tendrás que ir
haciendo concesiones e ir "soltando la cuerda". Eso te irá resultando más sencillo
conforme vayas viendo resultados en tu trabajo.

Puedes probar primero a confiar más en él pero con medidas de seguridad como la
correa, el bozal o estar en un espacio vallado y controlado, dependerá del problema
que te preocupe.

La confianza, igual que la comunicación, es algo de dos. Si tú confías en él, él confiará


en ti y todo fluirá mejor.

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EJERCICIOS DE VINCULACIÓN

Las sesiones de vinculación sirven para mejorar la comunicación social y la


relación afectiva entre un perro y una persona. El objetivo es que la relación con tu
perro sea una relación en la que tu perro pueda mover la cola con tan solo mirarte,
que venga a ti con las manos vacías por el simple hecho de ser tú quien le esta
hablando. Y que lo haga feliz, con ganas, porque que le hables o acaricies es lo mejor
del mundo, mucho más que la comida o que un juguete.

En estas sesiones aprenderás a ver qué tonos de voz y forma de hablar son las que
hacen sentir mejor a tu perro, puedes también acariciarle de su forma favorita en sus
zonas favoritas y jugar con él sin que haya juguetes de por medio, además de
aprender a ver mejor sus señales afiliativas y de apaciguamiento, aunque estas
últimas no deberían aparecer.

No vale hacer trampas y tener comida escondida o su juguete favorito debajo de la


camiseta. El perro tiene que querer ir por ti. Se trata de mejorar la relación
contigo sin intenciones egoístas por parte del perro (acercarse a ti por la comida lo
es).

¿LISTO PARA GANARTE A TU PERRO?

Bien, empecemos. Tienen que darse una serie de requisitos para que la sesión avance
lo más favorablemente posible y que tu perro tenga ganas de ir a ti o al menos que
vayamos aumentando sus señales afiliativas.

Busca un lugar tranquilo en el que no haya estímulos que puedan distraer a


tu perro. Con estímulos no me refiero solo a perros o personas pasando,
sino que pueden ser también ruidos, olores o pájaros volando. Cualquier
cosa que pueda hacer que tu perro desvíe la atención de ti para centrarla
en otra cosa que considere más interesante.

¿Lo tienes? Perfecto. Yo te recomiendo empezar por una habitación de tu


casa o, si tienes, tu jardín o terraza. No hace falta que el espacio sea muy
amplio, de hecho, cuanto más amplio, más podría desconectar tu perro de
ti.

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El estado emocional del perro debe ser positivo, esto es: no tener miedo de
ti, ni tener problemas de agresión o de manipulación. Aprovecha a hacerlo
en algun momento en el que esté tranquilo y descansado. Si no confiara en
ti, habría que trabajar primero eso antes de realizar este ejercicio.

El tiempo variará según cada perro y lo irás viendo conforme vayas


haciendo estas sesiones. Intenta parar antes de que el perro "se canse" de
ti, para que siempre le queden ganas de un poco más. Eso te lo dirá su
comunicación corporal.

Yo misma agachada, en una postura que invita al acercamiento, diciéndole palabras cariñosas a Kala.

Una vez cumplas estos tres requisitos, siéntate en el suelo quieto con tu perro sujeto
a una correa larga de aproximadamente tres metros, para que tampoco se aleje en
exceso. Si el perro se aleja demasiado, no podrás influir tanto en él con la voz.

Deja al principio que explore un poco y que se aleje si quiere, dándose cuenta del
radio de distancia que le permite la correa. Luego, empieza a hablarle suavemente
con palabras cariñosas, buscando que te de alguna señal afiliativa o que indique que
te esta escuchando: moverte la cola, acercarse un poco, mirarte...

Cada vez que haga una de estas cosas, a pesar de no haberse acercado del todo a ti,
prémiale con la voz diciéndole un "muy bien" feliz y animado. El objetivo al principio
no será tanto que se acerque sin esfuerzo sino ir premiando y potenciando su

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comunicación contigo mediante señales afiliativas (y también de paso que tú mejores
tu comunicación con él, viendo lo que le gusta y lo que no).

Lo de tenerle con una correa es para evitar que se aleje demasiado de ti o que salga
del radio elegido, haciendo que se dé cuenta de que lo único interesante en ese
pequeño círculo eres tú. No obstante, no tiraremos de él hacia nosotros ni le
obligaremos de forma alguna a acercarse. Debe hacerlo voluntariamente, de manera
proactiva.

La forma en que le hables dependerá de tu perro. Hay perros sensibles en los que
funciona mejor agacharse y hablar suavemente para conseguir que nos den señales
comunicativas. Hay otros más bruscos que si hacemos eso mismo no les resultamos
interesantes y se aburren, teniendo que llamarles la atención de forma algo más
dinámica, mediante palmadas, tonos de voz más enérgicos o incluso jugando un poco
con ellos si se acercan, en lugar de simplemente acariciarles.

Aquí no valen las trampas...

Puedes decirle cuantas palabras cariñosas quieras a tu perro para conseguir que se
acerque, pero siempre teniendo en cuenta que si se acerca debe ser por ti y no por
un interés objetual o porque perciba que le exiges que se acerca. Recuerda, tiene que
acercarse voluntariamente.

Es decir, no vale esconderse comida (aunque sea una simple riñonera que tienes tras
la espalda y que no le estás ofreciendo directamente), llamarle diciéndole "ven" o el
típico "toma" con el que acude casi todo perro que ha convivido alguna vez con una
persona. Aunque en esos casos se acerque, no será por ti, por tanto no serviría para
trabajar la vinculación afectiva.

Cuando se acerque...

Si todo va bien, el perro puede terminar por acercarse a ti buscando el contacto. No


peques de impaciente y vayas directamente a acariciarle, deja que se termine de
aproximar mientras le hablas con cariño, entonces acaríciale en sus zonas favoritas.

Una vez más esto dependerá de cada perro, no a todos les gusta lo mismo. A mi perra
Kala, por ejemplo, le encanta que le rasque el cuello y la base de la cola, también que
le de palmaditas muy suaves en los cuartos traseros mientras le digo lo lista y lo
buena que es. Si se me sube un poco para lamerme la cara (señal afiliativa), le
respondo

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también con besitos, sin invadir su espacio y dejando siempre margen de espacio
para que, si ella quisiera, se pudiera alejar.

No recomiendo poner el brazo por encima del perro ni abrazarle, ya que debe
sentirse todo el tiempo con la seguridad de que si quisiera podría volver a alejarse de
nuestro lado.

¿Y si no se acerca?

Habrá perros que tarden en acercarse y otros que directamente parezca que nos
ignoran o nos miran altaneros, sin el más mínimo interés de acortar distancia. Esto
puede pasar sobre todo en perros acostumbrados siempre a interactuar con algo de
por medio, ya sea comida, juguetes o un palo. Debido a esto, al ver a la persona con
las manos vacías, no les resulta interesante.

En estos casos, tras llevar varios intentos


fallidos de vinculación, puedes hacer una
pequeña excepción y acercar suavemente
al perro con una ligera tensión de correa.
Cuando lo hagas, tienes que prestar
atención a la comunicación del perro,
puesto que este acercamiento artificial
debe hacerse sin que le suponga una
molestia o inseguridad alguna.

No le vas a acercar del todo, si no


simplemente reducir la distancia a ti para
que se centre más en lo que le digas. Por
ejemplo, si estaba a tres metros le
acercarás a dos metros. Una vez lo tengas
ahí, volverás a hablarle cariñosamente y a Yo llamando la atención de mi perra Kala con
repetir lo anterior (con la correa floja). señales de juego como inclinarme, bajar los brazos y
hacer movimientos corporales rápidos y cortos.

Piénsalo, no prestas la misma atención si alguien te dice algo desde otra habitación a
si están en la misma habitación contigo. La influencia en el último caso será mayor.
Sin embargo, siempre debes conservar la voluntariedad del perro en el acercamiento.

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Qué cosas pueden confundir a tu perro

Hablarle de más. Los perros son capaces de memorizar palabras y atribuirles un


significado. Es una capacidad que han adquirido gracias a los miles de años de
domesticación con los humanos.

No obstante, eso no significa que te entiendan cuando les hablas continuamente o le


pides que haga algo de forma más compleja.

Imaginemos una escena que es frecuente cuando visito a mis padres con Kala. Ellos
tienen una gata y siempre que le dan de comer, dejan el cuenco con los restos de
pienso en la cocina. Kala, que ama comer, siempre quiere ir a rebañar el plato, pero a
mí no me gusta que lo haga, puesto que no es sano. Aquí hay dos formas de
comunicarle que deje de hacerlo:

¡Kala! (me mira) Deja de comerte el pienso de Kitty, cochina. Ven aquí que vas a
engordar (no me entiende y continúa buscando comida). Que pares. ¡Que pares!
(tono de voz más elevado, me estoy impacientando, me mira y sigue aunque algo más
cohibida). ¡Qué tía! (voy a buscarla y le acompaño fuera, ella hace señales de
apaciguamiento y termina por salir).

He conseguido que salga de la cocina pero no ha entendido lo que le pedía. Hubiese


sido mejor que hubiese hecho lo siguiente:

“¡Kala! (me mira, tengo su atención, bien). No, no. Ven. ¡Muuuy bien!”. Todo con un
tono de voz amable, pausado y con tranquilidad.

Hay que evitar el conflicto siempre que podamos. De la otra forma estoy haciendo
que Kala se sienta incómoda porque no entiende lo que le digo y encima al notar que
me estoy enfadando se siente insegura, por lo que no estoy creando una buena
relación con ella. Trabajando el tono, las gesticulaciones y las palabras con nuestro
perro, verás que mejora considerablemente tu comunicación con él.

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Sé claro. No le mandes señales o indicaciones confusas como dejar que suba a veces
al sofá y otras veces no. Nuestro perro no sabe que no puede subir al sofá cuando
está hasta las cejas de barro tras un paseo por la lluvia, por tanto si lo hace regañarle
solo le confundirá. Es mejor prevenir esto y si sabemos que sube al sofá impedirle
que acceda a él hasta que podamos limpiarlo.

También puedes enseñarle a subir solo cuando se lo indiques.

No saludar al llegar a casa. Hay mucha gente que no saluda a sus perros al llegar a
casa bajo la creencia de que así aumentan su excitación. Lo cierto es que en un grupo
social canino es lícito saludar a los miembros del grupo por lo que, si tu perro está
sobre-excitado, no es lo mejor saludarle de forma efusiva, pero te recomiendo que le
acaricies tranquilamente aunque sea un poco a modo de saludo, y cuando ya se haya
calmado puedes darle más mimos.

Molestarle porque nos parece divertido. Cogerle las patas, la cola, acariciarle en
zonas que no les gusta, soplarles la cara o hablarles con voz chillona son cosas que no
agradecen.

Sé que Kala se siente segura y feliz en un sitio cuando va


delante mío en el paseo.

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Crea tu propio idioma con tu perro
Ya es algo más que claro que los perros no saben hablar castellano ni las personas
sabemos entender el lenguaje de los perros (al menos sin haberlo estudiado). Es por
ello que conviviendo con un perro doméstico nace la necesidad de crear un código
de comunicación claro en el que tu perro te entienda.

Lógicamente, no por decirle la palabra al perro ya va a saber lo que significa, no sabe


castellano, ¿recuerdas? Por eso voy a incluir en este apartado del libro una serie de
ejercicios sencillos para enseñarle a tu perro el significado de cada palabra. Te voy a
explicar cómo montarlo, para qué sirve y orientarte en los momentos en los que
podrías utilizarlo.

El código de comunicación que hay a continuación es el que yo sugiero en base a mi


experiencia y formación actual (método cognitivo-emocional), pero no es el mejor ni
el único que existe. Puedes cambiar las palabras a aquellas con las que te sientas más
cómodo, a tu propio idioma, las que más simpatía te despierten o creas que tu perro
mejor va a entender. Eso sí, una vez elegida la palabra, es mejor si te ciñes a ella.

No es tan importante la palabra como lo que activemos en la cabeza del perro


cuando la escuche.

En el código de comunicación se enseñan principalmente indicaciones sociales que


sirven para facilitar que el perro te entienda mejor, que pueda solucionar un
problema gracias a la indicación y/o que sepa las consecuencias sociales de las
acciones que decida tomar. Por ejemplo, una vez que enseñas a tu perro a no hacer
algo, trabajando en ello, estarías en tu derecho de mostrarle tu desaprobación social
si luego lo hace, para que vea que es algo que te desagrada y que no apruebas. Los
perros entienden fácilmente las normas sociales una vez se trabaja para que lo hagan
y no mostrará sorpresa si te molestas por algo que sabe que no debe hacer, pero aquí
viene la eterna duda de: ¿cómo saber realmente que sabe que no debe hacer algo?

Eso es lo que vamos a ver con el código de comunicación.

Mostrarte descontento con tu perro en ciertas situaciones es igual de valioso que


felicitarle socialmente en otras. Piensa en cómo educa un padre humano a un hijo y
lo entenderás. Los padres no le aplauden absolutamente todo a sus hijos, están ahí
para apoyarles cuando lo necesitan pero tienen claras las normas y límites que hay
dentro del grupo familiar. Si el hijo adolescente se presenta tres horas después de la
hora

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en la que dijo que llegaría a casa, no se sorprenderá si sus padres deciden castigarle o
echarle la bronca preguntándole qué horas son esas de llegar.

LO PRIMERO: SU NOMBRE

Realmente el nombre del perro no tiene


mucho misterio ya que su objetivo es el
mismo que el de que tú tengas nombre.

Lo usaremos cuando queramos obtener


atención por parte de nuestro perro y tras
decirlo normalmente solemos añadir algo de
interés para él. Por ejemplo, si vas caminando
por la montaña con tu perro suelto, él se aleja
demasiado y tú vas a tomar otro camino,
puedes decir su nombre y seguidamente "por
aquí" o "vamos" para indicarle que vas a
tomar otro rumbo de dirección y que vuelva.

Kala atendiendo a mí tras decir su nombre,


¿Cómo enseñarle su nombre? esperando alguna otra indicación por mi parte.

Di su nombre.

Después de decirlo, haz aparecer algo o haz algo que sepas que va a
interesarle. Puedes darle comida, jugar, acariciarle/hablarle con dulzura
o hacer algún ejercicio sencillo como que siga tu mano, en la que tienes
entre los dedos un trocito de comida (esto se conoce como luring).

Al principio acompaña lo anterior con caricias y/o palmadas para que


confirme que nos estamos dirigiendo a él. Cuando ya sepa su nombre
puedes dejar de hacerlo. Sabremos que hace más o menos caso a su
nombre según la atención que nos ponga después de decirlo.

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MUY BIEN: NO ES UNA LIBERACIÓN, SINO UNA CONFIRMACIÓN

Lo que se ha oído siempre "por ahí" es que nada más el perro hacía algo que nos
gustaba había que premiarle. Esto no tiene problema alguno más allá de que nos lo
tomamos tan al pie de la letra, que prácticamente le metemos en la garganta al pobre
perro el trozo de comida, a veces sin terminar de decir si quiera el "muy bien".

Esto da como resultado perros como Rolly. Se le dice que se siente y Rolly se sienta
demostrando su perfecta obediencia. Ahora, cuando su tutora le dice "muy bien",
Rolly se levanta en el acto esperando victorioso su premio, que suele ser comestible.

Es decir, el perro toma el "muy bien" como que ya es libre de abandonar eso que le
hemos pedido, en lugar de como una felicitación social y una confirmación de que
justo era eso lo que queríamos. Lo anterior es un problema cuando queremos que
nuestro perro siga con el curso de acción (en el entrenamiento) o con la posición
corporal que le hemos pedido (en este caso de obediencia básica).

Si estás en una terraza y te llevas a tu perro y le pides que se quede tumbado debajo
de tu silla para no molestar al camarero cuando pase, querrás decirle "muy bien" si lo
hace, pero no servirá de nada si tras decirlo se vuelve a levantar. De la misma forma,
si ni se inmuta cuando le decimos el muy bien, tampoco tendrá bien construida esta
indicación.

¿Cómo evitar que pase esto?

Cuando entrenes con tu perro o le pidas algo y lo haga, dile el muy bien.

No le des la comida tras decirlo. Cuenta por dentro hasta tres segundos
máximo y luego dásela. Durante ese tiempo el perro habrá tenido que
mantener la conducta, si la rompe no se lo des.

Tras darle la comida por haberlo hecho bien, introduce una señal de
finalización del ejercicio como el ALE, que veremos a continuación.

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AHORA SÍ, LA LIBERACIÓN: ALE

Es muy útil enseñar a tu perro una palabra que le diga cuándo has terminado de
realizar un ejercicio, serie o repetición o incluso cuándo puede dejar de "prestarte
atención".

Esto es así ya que aunque parezca que no, cuando trabajamos con los perros y por
sencillo que sea el ejercicio, están sujetos a menores o mayores niveles de estrés y
cansancio. Hacer varias repeticiones seguidas de un ejercicio y luego iniciar otro
distinto a continuación, requiere una concentración y atención continuada por
parte del perro que, por divertido que sea lo que estemos haciendo, afectan a su
rendimiento y que esté concentrado pero de manera saludable.

El "ALE" sirve para que el perro entienda y sepa que puede abandonar el trabajo y
hacer lo que quiera: alejarse, quedarse con nosotros pidiendo caricias o revolcarse
en el césped. Es un momento de dispersión, para relajarse, como cuando en mi caso
tras escribir varias páginas de este libro veo un capítulo corto de alguna serie o
charlo con mis amigos.

La forma de enseñarla es sencilla: cuando le pidas a tu perro una conducta y le


premies, una vez coja la comida, la coma y mantenga la conducta, le dices "ALE" y te
alejas o liberas con un gesto de la mano para que entienda que puede moverse (en el
caso de un sentado o una permanencia).

Puedes hacer la liberación más divertida con una pequeña fiesta social al final, como
en el ejercicio que voy a explicar a continuación, donde unimos las indicaciones del
nombre, la confirmación y la liberación.

Paso 1: Decir la palabra de finalización y alejarme Paso 2: Hacerle ver que quiero interactuar con ella
llamando su atención. para darle caricias y palmaditas amistosas.

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TRES EN UNO: EL LURING

En el luring podemos montar estas tres indicaciones anteriores de una manera


sencilla y divertida, además de trabajar al mismo tiempo el auto-control y la
estabilidad emocional.

El luring, también conocido como señuelo, es una técnica que consiste en guiar al
perro para que realice una acción mediante un reforzador primario como puede
ser la comida.

Puedes realizar un luring dinámico o uno estático. La dificultad de cada uno


dependerá de tu perro, pero normalmente para empezar les es más sencillo el
estático. A continuación te explico ambos:

Luring estático

Di su nombre antes de iniciar la estructura y seguidamente baja una mano a la


altura de su hocico. Deberás sostener entre tus dedos índice, medio y pulgar
un pedacito de comida, como cuando coges un pellizco de sal.

Si tu perro intenta cogerlo, permanece quieto hasta que se estabilice (que


deje de hacerlo). No retires la mano ni la muevas de su hocico.

Si se estabiliza, aunque solo sea durante un par de segundos dile "muy bien"
y cuenta hasta tres. Luego dale la comida.

Una vez se la haya comido, introduce un "ALE" animado y aléjate de él a la vez


que le hablas cariñosamente y haces gestos de invitación a los mimos: la
fiesta social.

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Luring estático

Luring dinámico

En este guiado se añade movimiento. Se hace de la siguiente forma:

Di su nombre antes de iniciar la estructura y seguidamente baja una mano


con comida a la altura de su hocico (como en el estático). Empieza a moverte
lentamente de espaldas, haciendo que el perro siga la mano.

Aleja la mano de tu cuerpo, si tienes un perro pequeño tendrás que agacharte


a su altura para que la comida esté justo delante de su hocico. Si tu perro no
está estable, intentará quitarte la comida lamiendo, mordiendo o dándote con
la pata. Sigue caminando lentamente. En el momento que pare de realizar
estas conductas, aunque sea un par de segundos, dile "muy bien" y
CONTINÚA caminando mientras cuentas mentalmente hasta tres.

A pesar de que en esos tres segundos haya vuelto a intentar coger la comida,
dásela. Cuando se la haya comido dile "ALE" para indicar la finalización.

Después del "ALE" viene la fiesta social. Alejáte de él hablándole


cariñosamente, dando algunas palmaditas suaves en tu cuerpo y agachándote
en el suelo, todas acciones que invitan a interactuar contigo.

Una vez se te acerque, acaríciale en sus zonas favoritas, que en muchos


perros suele ser el pecho o la base de la cola. Hazlo también como más le
guste: suave, con más energía, rascando o siendo caricias más largas.

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Fotografías en el orden de la estructura del luring. (1) Decimos el nombre del perro para llamar su atención;
(2) Bajamos la mano a la altura del hocico y caminamos lentamente; (3) Cuando nos haya seguido un poco
decimos 'muy bien' sin dejar de mover la mano durante un par de segundos; (4, 5) Decimos el 'ALE' y
mostramos nuestro interés en interactuar afectivamente.

La fiesta social del final tiene que ser algo que el perro espere y disfrute. Es difícil a
nivel cognitivo el poder conectar el ámbito objetual (intereses externos como la
comida) con el social (nuestra felicitación). Por eso se hace importante introducirla
cuando trabajes con tu perro.

El alejarnos nosotros del perro sirve para evaluar de manera fiable que el perro
quiere acercarse a nosotros (aunque las primeras veces sea para comprobar si nos
queda algo más de comida). Las palabras de ánimo y los gestos que podemos hacer
con el cuerpo para invitarle a venir, vendrían a ser como las señales afiliativas del
perro cuando quiere nuestra atención y caricias.

Aquí tendrás que demostrar cuánto conoces a tu perro. A algunos les funciona dar
palmadas, a otros no. A algunos les funciona que te agaches, sientes o tumbes en el
suelo y a otros les es indiferente. Alguno responderá a la primera y a otros, sobre
todo si llevan mucho tiempo dándole más valor a la comida que a la felicitación
social, les costará un poco más.

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Una vez llegue a ti aprovecha que se ha acercado para demostrarle lo que tienes para
él:

Acaríciale en sus zonas favoritas, de la forma que más le gusta.

No le sacudas la cabeza (no les gusta) o le acaricies muy bruscamente si no quieres


que se sobre-excite, sobre todo si piensas seguir entrenando.

Acompaña las caricias de palabras cariñosas, dile lo guapo y lo listo que es,
intentando dejar el "muy bien" para dentro del ejercicio como una indicación de
confirmación de que eso era justo lo que querías y lo que esperabas de él.

Kala viniendo a mí voluntariamente en un parque de la ciudad de Praga, donde vivimos


un año, dándome distintas señales afiliativas como el movimiento de cola y el lamerme
la cara.

Un par de formas que tienes para evaluar si el perro realmente está disfrutando la
fiesta social y no que solo lo tolera son:

Haz breves pausas entre las caricias, si se gira pidiéndote más o pega su cuerpo
contra el tuyo para que sigas es que estaba disfrutando de ellas.

Levántate o muévete a un lugar distinto del espacio en el que estés, mientras le


sigues hablando con cariño. Si va a ti y encima te sigue dando señales afiliativas:
estaba disfrutando del contacto.

81
APRENDER A DESCONECTAR: EL NO INFORMATIVO

¿Cuántas veces le habrás dicho a lo largo de su vida a tu perro que no hiciera


algo?

Las personas solemos pensar que nuestro perro sabe lo que le decimos, cuando la
realidad es otra muy distinta. La mayoría de los perros no responde a nuestro "no"
porque lo entienda, sino porque normalmente va acompañado de enfado y nuestro
perro reacciona a él. Como animales anti-conflicto, te darán señales de
apaciguamiento y parecerán "arrepentidos".

¿No sería maravilloso que hubiese una forma amable, sin enfados, de enseñar a
nuestro perro el significado del "no"? ¿Qué pretendes cuando le dices que "no" a tu
perro? Casi siempre es que deje de hacer algo que no te está gustando.

El problema radica en que muchas veces le pedimos que no haga algo sin enseñarle
a no hacerlo. Los perros son de una especie distinta a la nuestra y muchas de las
cosas que a nosotros nos revuelven el estómago. como revolcarse en animales
muertos o comer heces de personas, forman parte de sus tendencias innatas.

No obstante, podemos enseñarle lo que significa el "no" para que decida


voluntariamente escucharnos y sepa que si le decimos que "no" es porque no
estamos de acuerdo con eso que está haciendo.

¿PARA QUÉ SIRVE?

El no informativo se utiliza para activar y


potenciar las redes neuronales del perro
dedicadas al no hacer, a dejar de lado un
objetivo mental que tenía para dedicarse a
otra cosa.

Hay que decirlo con un tono emocional


positivo, sin enfado, como una especie de
consejo con el cual informamos al perro que
está tomando un rumbo de acción inadecuado
o que se está desviando de sus objetivos.

82
Pero no solo esto, sino que también se puede (y se debe) utilizar el no informativo
como un apoyo social hacia el perro. Como un consejo. No solo como una palabra
para señalar lo que el perro está haciendo o está a punto de hacer mal; esto será en
todo caso cuando ya le hayamos dado el significado social de apoyo.

Es similar a cuando nuestros padres nos enseñaban a ponernos los zapatos. A la gran
mayoría de niños les pasa que de tanto en tanto (nos pasa incluso de adultos a
veces), se equivocan e intentan ponerse el zapato izquierdo en el pie derecho o
viceversa.

Ante esa situación, si el padre está acompañando al niño, cuando ve que está
acercando su pie derecho al zapato izquierdo, puede decirle un suave "no" para
indicarle que se lo piense nuevamente, ante lo que el niño se fija con más atención en
el zapato, se percata que es el izquierdo y se lo pone en el pie correcto. ¿Lo ves como
algo negativo? ¿crees que el niño temerá a su padre? Al contrario, le servirá como un
apoyo social y agradecerá que le evitase el fallo. En palabras de Carlos Alfonso López
en su libro Los perros necesitan libertad. Libro II, ante situaciones como esta entre
dos individuos: "La relación entre ambos mejorará, se profundizará y se hará más
consistente, porque el niño, al igual que el perro, se siente apoyado y sostenido de
modo que pueda elegir libremente, pero con seguridad de éxito".

El "no" nunca será una imposición, es una indicación


social para que el perro abandone voluntariamente un
rumbo de acción que ha iniciado o que piensa en
iniciar.

¿SIRVE PARA TODO EN TODO MOMENTO?

Nada sirve para todo en todo momento. Habrá situaciones en las que el no
informativo no sirva de nada. ¿Cuáles? Aquellas en las que el perro esté
experimentando una emoción de intensidad alta.

Esto es debido a que el "no" funciona a través de lo que son las redes neuronales
cognitivas del perro y en momentos en los que la emoción es muy alta, tiene más
poder sobre el perro. Será en esos momentos en los que muy probablemente
tampoco te escuche o quiera aceptar hasta el premio más apetitoso que le ofrezcas.

83
¿CÓMO SE ENSEÑA?

Se enseña no solo a través de un ejercicio sino que también puedes usarlo en las
sesiones de vinculación y en el espacio de juego que veremos luego.

Comida apetitosa. En
función de cuánto le
motive la comida,
puedes poner más o
menos cantidad.

Coloca un cebo apetitoso en el suelo -típicamente comida, aunque puede ser


un juguete- que el perro desee alcanzar e ir a por él.

Sujeta a tu perro con un arnés de espalda o un collar a una correa de unos dos
o tres metros de largo a ser posible. Si la correa es más corta, influirás
demasiado en su decisión al estar junto a él. Debes calcular una distancia
suficiente como para que cuando el perro se acerque a la comida no pueda
llegar a ella y comérsela.

Cuando esté ya cerca de la comida, sujeta la correa impidiéndole avanzar


(bloquea suavemente pero no tires hacia atrás). Entonces, estando tu perro
enfocado en la comida, empieza a decirle "no" muy suavemente.

No dudes en repetirlo una y otra vez, de manera pausada pero constante.


Cuando tu perro desconecte de la comida -aunque sea fugazmente- di un
animado "muy bien" y baja al mismo tiempo una mano con la misma comida.
Ejemplo: si hay un paquete de salchichas agujereado como cebo, cuando se
gire y te mire bajarás la mano con un trocito de salchicha. Espera a que se
acerque a ti y en cuanto se lo coma no le distraigas demasiado para que
vuelva a ir a por el cebo y puedas repetir el ejercicio una vez más.

84
En las fotografías se me ve trabajando el "no informativo" con Kala. En la primera foto (1) Kala crea un
objetivo mental con unos trozos de cecina y quiere comerlos. Hay que mantenerla lo suficientemente lejos
como para que no lo haga, mientras tanto, le vamos diciendo varios "no" suaves y amables. Cuando Kala (2)
desconecta y se gira para mirarme, le digo (3) un "muy bien" animado y bajo la mano con otro trozo de cecina
al mismo tiempo. (4, 5) Mantengo la mano quieta hasta que Kala se acerca y lo come.

85
LO MÁS POLÉMICO: EL MAL DE ENFADO

De la misma forma que los perros demuestran su enfado entre ellos mediante los
gruñidos, peladura de dientes o marcajes, no parece nada extraño el que tú puedas
contar con una palabra a la que le des un tono emocional negativo que signifique
enfado, que tu perro sepa lo que significa y que responda a ella.

Sin necesidad de malos tratos o abuso alguno.

Igual que cuando hablábamos antes de las señales de amenaza en los perros cuando
algo les molesta, de lo sanas que son para mantener unas normas sociales y una
buena convivencia, el poder demostrar enfado de una manera medida y reconocible
por nuestros perros nos dará también una relación saludable con él.

Esta indicación la usaremos cuando el perro rompa voluntariamente unas


normas ya aprendidas. No podemos enfadarnos con nuestro perro jamás por
hacer, o no hacer, algo que nunca le hemos enseñado. Y no solo enseñado, sino
evaluado que de verdad ha aprendido lo que significan estas normas y que las
ha aceptado para la relación.

No debes utilizar nunca el enfado o el regañar a tu perro como un castigo o como


algo a lo que tenga miedo. Simplemente sirve para mostrarle nuestro malestar, igual
que él se enfadaría con nosotros si le metemos los dedos en los ojos una y otra vez a
pesar de sus continuos avisos de que está incómodo.

86
Te aviso desde ya que el "mal de enfado" no es ningún comodín, ni nada que puedas
usar en cualquier situación en la que tu perro hace algo que te molesta. Hay que
saber bien cuándo realmente tenemos derecho a enfadarnos con nuestros perros y
cuándo no.

Si te molesta algo de tu perro que está afectando a la convivencia, debes o bien


enseñarle a no hacerlo o bien resignarte. Pero no tendrías derecho a enfadarte con él
si nunca le has enseñado a no comerse la comida de la calle o a no morder tus
muebles o si nunca le has ofrecido una conducta alternativa aceptable.

El enfado no es algo a utilizar para poder controlar a tu perro. Hay que renunciar al
control y cambiar nuestra forma de entrenar para ser los guías de nuestros perros en
lugar de las personas que les controlan. Además, el control genera frustración en
nosotros, puesto que nunca podremos tener el control absoluto sobre nuestros
perros. Ni deberíamos querer tenerlo.

Una vez dicho esto, hay dos situaciones en las cuales podrías enfadarte con él y que
variarán en intensidad:

Enfado lícito. Lo usaremos cuando el perro haga una conducta social no lícita de
base innata. Es decir, entiende de forma innata que no debe hacerlo. Ejemplo de
estas conductas serían: mordernos con fuerza, saltarnos encima bruscamente
cuando no les hemos invitado a hacerlo o robarnos comida de la mano o de un plato
que estaba dentro de nuestro espacio individual. Con este "Mal" debemos
mostrarnos muy molestos y hacerle ver a nuestro perro que no nos ha gustado
nada esa conducta. El objetivo será que el perro nos de señales de apaciguamiento
pero que estas cesen en cuanto nosotros le mostremos que ya no estamos
enfadados, pasando a dar señales afiliativas de manera positiva.

Nunca debemos alargar el enfado en el tiempo si el perro nos está dando señales
de apaciguamiento para pedirnos perdón. Igual que le mostramos nuestra molestia
debemos hacer click y desenfadarnos en cuanto nos dé estas señales, pues el objetivo
es que entienda nuestra molestia. Una vez conseguido, mantener el enfado en el
tiempo e ignorar al perro y su comunicación tan solo sería jugar con su
desesperación y hacerle sufrir innecesariamente.

Recuerda que el objetivo tras el enfado es justamente la cohesión del grupo social.
Si no se consigue, no sirve de nada.

87
Mal de reprimenda. Lo usaremos cuando el perro vaya a realizar una conducta que
sabe (porque así lo hemos evaluado al habérselo enseñado) que no debe hacer. Esta
vez, aunque también mostremos molestia, no lo haremos con tanta intensidad como
con el enfado lícito. Puede alargarse un poco más en el tiempo, pero sin pasarnos. El
objetivo es que el perro nos de señales muy ligeras de apaciguamiento, abandonando
esa conducta inadecuada o realizando la adecuada, para luego mostrar señales
afiliativas hacia el tutor.

Un ejemplo puede ser cuando hemos enseñado a nuestro perro a no morder la pata
de la mesa sino a utilizar su juguete mordedor. Se lo hemos enseñado correctamente
y tiene también un "no informativo" bien entrenado, pero un día le da por morderla.
En ese caso, cuando le viésemos morderla le podríamos decir un par de veces el "no
informativo" para señalarle luego el juguete mordedor. Si aún así decide seguir
mordiendo la mesa, a pesar de haberle dicho que no lo hiciera (repito, habiéndolo
trabajado previamente) podríamos regañarle con el mal de reprimenda.

Me gustaría recalcar una vez más que el enfado no es algo que podamos utilizar en
todo momento para que nuestro perro corte una conducta. Aviso sobre esto ya que
muchos tutores abusan del enfado debido a que la mayoría de perros responde muy
bien a él y caen en la tentación de usarlo para todo. Para eso me gusta poner siempre
el siguiente ejemplo:

Es normal y nadie se extraña si te enfadas de manera ocasional con tu pareja por


algún motivo. Ahora, si discutes todos los días con ella, algo no va bien en la relación.
No es una relación sana ni feliz y el cariño y afecto se van perdiendo. Lo mismo
ocurre con los perros. Por tanto, no abuses de él.

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El enfado no es un castigo ni debe usarse como un refuerzo negativo. Que el perro
no haga algo por el miedo a que te enfades es lo último que tendrías que querer
conseguir. Si el perro no hace algo es porque le has enseñado a no hacerlo y lo ha
aceptado en orden de tener una buena convivencia social contigo, que eres su
familia.

Hay ciertos enfoques dentro de la educación canina que no aceptan el uso del enfado
bajo ningún concepto. Esto es debido a la mala praxis y a los abusos con los que se
ha usado el enfado, considerándolo un derecho nuestro para controlar al perro. Al
mismo tiempo, cuando nos enfadamos con una persona si nos pasamos de
intensidad esa persona nos lo hará saber, mientras que con los perros el pasarnos de
intensidad puede afectarles de más y podemos no ser del todo conscientes de ello.
Es por eso que ciertos enfoques en el entrenamiento de perros lo desaconsejan. Es
importante tener evaluadores fiables de si nos hemos pasado de intensidad o no.

Si estoy tan tranquilamente en el sofá y mi perro viene corriendo a saltarme encima,


puedo enfadarme con él diciéndole un "mal de enfado", él me dirá su "lo siento"
canino a modo de alguna señal de apaciguamiento y puede que también afiliativa y
ahí quedará la cosa, la próxima vez tendrá más cuidado. Ahora, si me paso de
intensidad y le grito muy fuerte, varias veces, y él se va a su cama y no se mueve de
ahí el resto de la tarde, mirándonos de reojo cuando pasamos cerca, nos habremos
pasado. El perro no nos debe temer, el perro debe entender lo que ha pasado, y no
lo entenderá si el enfado es excesivo y no justificable, incluso a veces nos lo podría
hacer saber "rebotándose" él también.

EL ENFADO NO SIRVE PARA:

Que deje de realizar una conducta ajena a lo social. Recuerda, no es un castigo


operante, es muy grave que se utilice como tal. El enfado sirve para la cohesión
social sobre lo que hacen los individuos, por tanto no tiene sentido aplicarlo en
la enseñanza de nada ajeno a ello.

Que aprenda nuevas habilidades. El enfado tiene implicaciones sociales y


provoca en el receptor o bien inhibición de la conducta o confrontación en
caso de considerarlo excesivo, por tanto el perro desconecta su atención de
habilidades que no tengan que ver con el ámbito social.

Tener un estatus social superior a tu perro. Tanto él como tú tenéis todo el


derecho a enfadaros si es lícito.

89
HEMOS TERMINADO: SE ACABÓ

Hay ocasiones en las que el "ALE" no sirve del todo para que el perro desconecte, ya
que en perros acostumbrados a entrenar se lo toman como una pequeña pausa tras
la que viene que les pidamos seguir trabajando.

Por tanto, parece que desconectan pero no lo hacen del todo, ya que su cerebro se
acostumbra a que luego seguiremos trabajando y no sería útil desconectar del todo
para volver a activar luego todos los procesos neuronales.

Es por ello, que para permitir la desconexión completa e impedir que el perro tenga
más estrés por mantenerse tenso a la espera de más trabajo, que la indicación de "se
acabó" servirá para informar al perro de que ya no le pediremos nada más, de que
puede desconectar por completo.

Entrenarlo es más sencillo de lo que parece. Podemos decirlo de manera clara


acompañándolo con los brazos y manos al terminar cada sesión de trabajo y luego
poniéndonos a hacer otra cosa distinta a la que estábamos haciendo, como por
ejemplo sentarnos a ver la televisión. También podemos usarla al terminar una
sesión de juego, como veremos más adelante.

Sabremos que sabe lo que significa cuando tras decirlo el perro se ponga a hacer
cosas totalmente ajenas al juego o al entrenamiento.

90
ESPACIO DE JUEGO

El espacio de juego nos servirá no solo para fortalecer la relación con nuestros
perros, como vimos en capítulos anteriores, sino también para trabajar el auto-
control, la frustración, las pausas en el juego, la desactivación/activación y la
indicación de "se acabó" que veíamos en la página anterior. Lo sé, es mucho mejor
que un 2x1, ¡y además es divertido!

¿Cómo lo vamos a hacer?

Vamos a crear una estructura y unas normas dentro del juego, ¿recuerdas que las
normas son necesarias en todo juego?

Hay distintas formas de jugar con un perro y no puedo extenderme demasiado en


cada una de ellas, para eso hay otros libros específicos mucho más completos,
algunos de los cuales puedes encontrar en la bibliografía al final de este libro. El
juego que vas a formar aquí es un juego social, una forma de jugar con tu perro de
manera sana, controlada y, sobre todo, divertida para ambos. Sin sobre-excitación ni
revoluciones de más que puedan poner demasiado nervioso a tu perro y que ese
nerviosismo repercuta en la convivencia o en posibles problemas emocionales.

Un juego social implica que son necesarios al menos dos individuos, en este caso
tu perro y tú. Lo mejor es utilizar un mordedor o motivador que puedas coger con
una mano al mismo tiempo que tu perro lo coge con la boca y jugar al juego conocido
como "tira y afloja", en el cual el perro se esfuerza por tirar del juguete para
quitártelo mientras tú haces lo propio.

El espacio de juego constará de lo siguiente:

PALABRA DE INICIO. Puede ser una palabra como: "¿Jugamos?" o "A jugar". La
enseñarás escondiendo el mordedor o motivador detrás de tu cuerpo y
sacándolo al mismo tiempo que dices la palabra de inicio. Con ella el perro
aprenderá a partir de cuándo estamos queriendo jugar con él, algo similar a
una reverencia de juego en lenguaje canino.

91
PALABRA DE ACTIVACIÓN. Puede ser una palabra cualquiera, en mi caso yo
utilizo "TAC". Sirve para motivar más al perro. Se lo enseñarás aprovechando la
motivación con el juguete y sus ganas de hacerse con él. De tal forma que, tras
decir la "palabra de inicio", dirás el "TAC" al tiempo que mueves el juguete para
que lo persiga un poco mientras repites esta palabra.

Cuando lo alcance, le dices "muy bien, TAC" y juegas a tirar del mordedor con
más ganas.

PALABRA DE DESACTIVACIÓN. En este caso, usaremos la palabra "Suelta".


Cuando ya lleves unos minutos jugando con tu perro, evitando que se sobre-
excite demasiado, dejarás el juguete quieto, haciendo como si fuera una 'presa
muerta' y le dirás suavemente sin exigencia alguna la palabra "suelta".

Si tu perro no está acostumbrado o su nivel de excitación es muy alto, es


normal que le cueste más. Sé paciente y espera sin ofrecer resistencia mientras
repites tranquilamente el "suelta".

Cuando lo suelte, haya tardado el tiempo que haya tardado, le dices "muy bien"
inmediatamente, te llevas el juguete al pecho, esperas un par de segundos y
reinicias el juego con el "TAC" al tiempo que mueves nuevamente el juguete.

Esta secuencia SUELTA + MUY BIEN + TAC es perfecta para trabajar la


desactivación y la activación en el perro, lo cual será muy útil en diversos
problemas emocionales, específicamente en la reactividad emocional.

Puedes utilizar un juguete mordedor como este o


Decimos el "TAC" cuando vaya con la intención
cualquier otro que te permita sostenerlo al mismo
de agarrar el juguete y lo reforzamos una vez lo haga.
tiempo que tu perro.

92
PALABRA DE FINAL. Aquí utilizaremos el "Se acabó" de páginas atrás. Cuando
hayas estado jugando un rato con tu perro, pídele que suelte el juguete pero en
lugar de reiniciar el juego dile "Se acabó" al tiempo que guardas el juguete y
das señales de no estar interesado en seguir jugando. Por ejemplo, abandonar
esa habitación o continuar paseando si estás en la calle.

CONSIDERACIONES A TENER EN CUENTA

El perro debe perseguir el juguete, querer ir a por él de manera activa. A ningún


perro le gusta que le metamos el juguete con fuerza directamente en la boca, es
desagradable para ellos y hace poco probable que quieran agarrarlo o jugar
durante demasiado tiempo. Debemos aprovechar su tendencia innata de caza
para potenciar la persecución de la presa: el juguete en este caso.

Cuando tires del juguete, no hagas movimientos de arriba-abajo ni sacudas con


demasiada energía el juguete. Por un lado, puede hacer que a tu perro no le
guste y, por otro, podría hacerle daño en las cervicales, sobre todo debemos
tener especial cuidado en cachorros o perros senior (+7 años). Deja que sea él
quien haga las sacudidas fuertes y si tú quieres mover el juguete, que sea siempre
siguiendo ese mismo movimiento que hace tu perro, de lateral a lateral y sin ser
demasiado brusco.

Déjale que gane. Jugar a un juego en el que siempre pierdes no es divertido, ni


para tu perro ni para nadie. De la misma forma, ganar siempre tampoco lo es, ya
que no sería ningún reto. Es como si jugases a las cartas con tu primo de 4 años,
pues un reto no sería y posiblemente no estuvieras motivado a jugar ni tomártelo
en serio. No te esforzarías. Por tanto, mantén la proporción en un 80-20. En el
80% de casos le darás victorias completas y parciales y en el 20% restante podrás
hacerte tú con el juguete (si puedes, claro).

Cuando hayas terminado de jugar, no dejes el juguete a su disposición.

Ese juguete será exclusivamente para el uso social contigo. El


juguete tiene que ganar valor social y ser divertido porque te
involucra a ti, y no por sí solo. Esto no quiere decir que no
pueda tener otros juguetes a su disposición.

93
Victorias completas

Una victoria completa sería cuando el perro consigue arrancarte el juguete de las
manos y hacerse con él. Puedes provocar este tipo de victoria cogiendo con más
suavidad el juguete para que en la siguiente sacudida de tu perro le parezca real y
creíble que ha podido sacártelo.

Cuando lo consiga, felicítale mucho, los perros también tienen motivación de logro y
se sienten orgullosos con estas pequeñas proezas.

Victorias parciales

Una victoria parcial sería cuando, sin soltar el juguete, dejamos que el perro "nos
mueva" cuando hace fuerza en sentido contrario, tirando de él. Si tenemos un
chihuahua, por ejemplo, será muy complicado que por su propia fuerza consiga
movernos del sitio, por lo que patinará en el suelo e intentará tirar del juguete en
sentido contrario, pero si nosotros queremos, podemos mantener el juguete
perfectamente en el mismo sitio.

Esto para el perro a la larga es aburrido. Lo que podemos hacer es fingir que nos
arrastra un poco con su fuerza, de forma que cuando quiera tirar hacia atrás
cederemos un poco y dejaremos que "nos mueva" (sin soltar el juguete).

94
MODELADO DE CORREA

Ciertamente, este ejercicio no sirve para crear un código de comunicación, pero sí


para trabajar con nuestro perro la estabilidad emocional, la gestión de aversivos de
pequeña intensidad y también el que cuenten con la correa para salir de situaciones
emocionalmente tensas que todavía no están preparados para resolver por su
cuenta.

Ya adelanté un poco sobre este ejercicio en el capítulo sobre el saludo, puesto que
una vez trabajado lo podremos utilizar para ayudar a nuestro perro a lateralizar los
saludos y, de esta forma, mejorar los encuentros sociales.

Por otro lado, es muy útil para perros con problemas de reactividad emocional.

Una respuesta reactiva consiste en una reacción emocional exagerada ante un


estímulo, situación o contexto.

Es más normal que se dé cuando el perro va atado con correa, ya que se unen otros
aspectos como la frustración y la limitación para actuar.

La conducta reactiva no tiene por qué ser abalanzarse sobre otro perro, puede ser
también huir despavorido ante algo que da miedo o saludar muy nervioso cuando
llegamos a casa.

¿CÓMO SE ENSEÑA?

Necesitas una correa no demasiado larga y un arnés de pecho. Puedes hacerlo


también con collar pero va a ser más incómodo para el perro, así que te recomiendo
un arnés que disponga de este enganche.

Lo que vamos a hacer es decir el nombre del perro para seguidamente guiarle con
delicadeza con la correa, ejerciendo una pequeña tensión paralela al lugar donde esté
sujeta la correa. En este caso, paralela al pecho.

95
Correa paralela al pecho con una ligera tensión con la que
guiamos al perro para que nos siga. En perros pequeños como
Kala es necesario inclinarse para mantener la correa a esa
altura.

Pasos:

Di su nombre antes de iniciar la estructura y seguidamente baja la mano de la


correa a la altura del pecho del perro y empieza a moverte lentamente de
espaldas aplicando una pequeña tensión en la correa.

Cuando te haya seguido un poco, párate y di "muy bien" sin quitar todavía la
tensión. Después de una breve pausa quita la tensión y, si quieres, dale un
premio.

CONSIDERACIONES A TENER EN CUENTA

Si tienes un perro pequeño vas a tener que inclinarte para que el guiado
con correa quede paralelo al pecho y no le resulte incómodo a tu perro.

No hagas que camine demasiado cerca tuyo, deja al menos un metro de


separación entre ambos. Por un lado, te servirá para verle mejor y, por
otro, el caminar cerca de tus piernas puede hacer que no quiera seguirte.

La tensión es suave y mantenida, los tirones no son bienvenidos.

96
Yo misma realizando la estructura de modelado de correa con Kala. Tras decir su nombre y mostrarle la
correa (1, 2) empiezo a guiarla con una tensión mantenida y paralela al pecho. Cuando me ha seguido lo
suficiente (3) me detengo, digo "muy bien" manteniendo la correa tensa y tras una breve pausa (4) quito la
tensión. A continuación la premio con un trocito de salchicha.

Este ejercicio puede resultar un poco aversivo para algunos perros a los que (1) no les
gusta la correa, (2) no toleran la manipulación y/o (3) que son sensibles. Que sea
aversivo no quiere decir que le haga daño al perro, sino que no le resulta cómodo que
le estemos moviendo, es una molestia.

En estos casos, en los que el perro parece "venirse abajo", bloquearse a menudo o
mostrar rechazo a la correa, podemos unir al modelado con correa un poco de luring.

De tal forma que, a medida que con una mano mantenemos la tensión, tenemos la
otra mano estirada a la altura del hocico del perro, guiándole también con un trocito
de comida, para que le resulte más fácil seguirnos. No obstante, si aun así el perro no
tolera la correa y se bloquea demasiado, es preferible trabajar primero esos aspectos
antes de realizar el ejercicio.

También podemos hacer el luring si el perro es muy nervioso o rápido y se acerca


demasiado a nosotros, impidiendo que podamos mantener la tensión de la correa. De
esta forma, con el premio en el hocico, le mantenemos a esa distancia mientras con
la otra le movemos con la correa.

97
¿PARA QUÉ SIRVE?

Como te comenté antes, trabajamos varias cosas con este ejercicio:

Gestión de aversivos de baja intensidad. Ayudamos al perro a gestionar


aversivos de baja intensidad. Esto da como resultado que cuando se
enfrente a una situación desagradable para él, tenga más herramientas de
afrontamiento.

Estabilidad emocional. Cuando el perro esté estable nos seguirá al ritmo


que le marquemos sin adelantarse, lo que le ayudará en su gestión
emocional.

Tensión no es igual a conflicto. Rompemos el significado negativo que


tiene la tensión en la correa, siendo uno de los factores más frecuentes por
los que un perro termina reaccionando.

Apoyo. En situaciones complicadas en las que el perro no responde al no


informativo y no es capaz de desconectar por su cuenta, podemos sacarle
más fácilmente de la situación ya que tomará la tensión de la correa como
una mano amiga que le aleja del problema.

Al mismo tiempo, si tienes problemas en el paseo con tu perro o te tira mucho de la


correa, trabajar este ejercicio puede hacer que responda mejor a la misma. Aunque
por supuesto, también tendrías que mirar el origen de por qué tira tanto de la correa
para trabajar sobre ello.

98
Comunicación con perros desconocidos, con miedo o
sin él

Habiendo leído ya sobre todas las señales de comunicación que nos dan los perros
así como las que no nos dan pero nos dicen cosas, quiero hacer un pequeño
hincapié en algo que mucha gente hace y normaliza.

El acercarse a perros desconocidos, ya sea para hablarles o tocarles.

Como tutora de una perra insegura con desconocidos, he tenido que sufrir en mis
propias carnes en repetidas ocasiones cómo gente de la calle, sin venir a cuento, se
agachaba de golpe para poner la mano encima de la cabeza de Kala.

Ella por supuesto reaccionaba apartándose y con miedo de que una mano enorme
saliera de la nada y encima quisiera tocarla. Hay un pensamiento generalizado por
gran parte de la población en el que nos creemos con derecho de hablar, acercarnos
o tocar a perros que no son nuestros.

Esto puede traer problemas al tutor del otro perro o al perro en sí, ya que no todos
los perros van a agradecer este contacto. Incluso aunque lo hicieran, hay perros
excesivamente excitables y cariñosos con los que los tutores justamente pueden
estar trabajando el que ignore a los desconocidos para no ser arrastrado por toda la
calle ni que le salte a la gente encima. O a veces simplemente podemos querer estar
tranquilos con nuestro perro sin que venga un desconocido a hablarle como si
nosotros ni siquiera estuviésemos allí.

He vivido situaciones tan surrealistas como que paseando con mi perra


tranquilamente, alguien la llame desde un banco para darle macarrones con tomate.
Sin siquiera preguntarme. O estar sentada en la terraza de un bar y que el de la mesa
de al lado le tire patatas fritas para que se las coma.

No debes saludar o tocar a perros de otras personas a no ser que les


preguntes y ellas te hayan dado permiso. Incluso aunque lo hayan hecho,
presta atención a la comunicación del perro para ver si él quiere o no.

99
Comunicación con perros desconocidos, con miedo o
sin él

Habiendo leído ya sobre todas las señales de comunicación que nos dan los perros
así como las que no nos dan pero nos dicen cosas, quiero hacer un pequeño
hincapié en algo que mucha gente hace y normaliza.

El acercarse a perros desconocidos, ya sea para hablarles o tocarles.

Como tutora de una perra insegura con desconocidos, he tenido que sufrir en mis
propias carnes en repetidas ocasiones cómo gente de la calle, sin venir a cuento, se
agachaba de golpe para poner la mano encima de la cabeza de Kala.

Ella por supuesto reaccionaba apartándose y con miedo de que una mano enorme
saliera de la nada y encima quisiera tocarla. Hay un pensamiento generalizado por
gran parte de la población en el que nos creemos con derecho de hablar, acercarnos
o tocar a perros que no son nuestros.

Esto puede traer problemas al tutor del otro perro o al perro en sí, ya que no todos
los perros van a agradecer este contacto. Incluso aunque lo hicieran, hay perros
excesivamente excitables y cariñosos con los que los tutores justamente pueden
estar trabajando el que ignore a los desconocidos para no ser arrastrado por toda la
calle ni que le salte a la gente encima. O a veces simplemente podemos querer estar
tranquilos con nuestro perro sin que venga un desconocido a hablarle como si
nosotros ni siquiera estuviésemos allí.

He vivido situaciones tan surrealistas como que paseando con mi perra


tranquilamente, alguien la llame desde un banco para darle macarrones con tomate.
Sin siquiera preguntarme. O estar sentada en la terraza de un bar y que el de la mesa
de al lado le tire patatas fritas para que se las coma.

No debes saludar o tocar a perros de otras personas a no ser que les


preguntes y ellas te hayan dado permiso. Incluso aunque lo hayan hecho,
presta atención a la comunicación del perro para ver si él quiere o no.

100
Cómo acercarnos a un perro callejero

Si tenemos que ser cuidadosos con los perros que no conocemos pero que tienen
tutor, si te encuentras con un perro perdido, abandonado o callejero en la calle,
debes tener algunas consideraciones extra.

No te acerques frontalmente ni rápidamente al perro. Esto podría asustarle o


empujarle a actuar de una forma más agresiva pensando que tiene que
defenderse. Es mejor que evalúes la situación y que te acerques despacito, dando
un pequeño rodeo y sin mirarle fijamente. Parecido al saludo en perros, ¿te has
dado cuenta? Te recomiendo también en lugar de acercarte de pie, si puedes,
agacharte a su altura e ir avanzando poco a poco a su nivel. Es mejor que lo hagas
así a hacerlo una vez estés a su lado, ya que verte agachado de repente podría
asustarle.

No muevas bruscamente los brazos o las piernas cuando te acerques a él. Esto
no le da ninguna seguridad. Imagínate a alguien a quien temes yendo hacia ti con
los brazos por encima tuyo, brazos que podrían cogerte o hacerte daño en
cualquier momento. Encima los perros se encuentran por debajo nuestro, más a
ras del suelo. Hagamos que sientan seguridad y control de la situación para no
sentirse amenazados. Brazos pegados al cuerpo y hacia abajo, movimientos
lentos.

No grites, a ser posible ni hables. No sabes si el perro al que te acercas está


acostumbrado a relacionarse con personas o si las relaciones que ha tenido han
sido positivas. Como es probable que no te entienda, directamente no hables para
no sumarle confusión a la situación. Si hablas, hazlo en un tono suave y bajo.

Cuando ya estés cerca, no le toques por encima de la cabeza. Querer acariciar


por encima de la cabeza a un perro es algo muy propio de primates, y sí, los
humanos somos primates. Igual que con el saludo frontal, los perros no aceptan
bien este tipo de acercamiento ya que es muy brusco y no conocen nuestras
intenciones. Que les acaricies por encima de la cabeza no les da seguridad ya que
tienen menos control sobre la situación y no saben por dónde les vas a salir. Es
mejor, si se dejan o si te piden contacto, que les acaricies en el pecho por debajo
de la cabeza, donde puedan tener un control de dónde está tu mano y de tus
movimientos.

101
No le fuerces ni obligues a ir contigo a no ser que sea estrictamente necesario
(en cuyo caso hazlo mejor con una correa para evitar mordiscos redireccionados).
Es mejor que le convenzas haciendo luring o un caminito de comida por el suelo
para que te vaya siguiendo y poco a poco vea que eres atractivo para él porque
tienes comida.

Si le ofreces comida, no te apresures y primero déjala en el suelo. No sabes


cuánto lleva sin comer o si protege la comida.

102
DUDAS FRECUENTES

Cuando le estamos enseñando el "se acabó" al perro y exige seguir con el juego
o la actividad mediante ladridos y mordidas, ¿qué hay que hacer?

Normalmente cuando ocurre esto no estaría de más trabajar la intolerancia a la


frustración, ya que esos ladridos de exigencia no son más que la pataleta de un niño
pequeño al no poder seguir haciendo lo que deseaba.

Por tanto, trabajando entre otras cosas la frustración y el no informativo, podremos


además facilitar la vuelta a la calma mediante caricias suaves y lentas a favor del
pelo. Puedes incluso hacer una pequeña sesión de vinculación si ya las has
trabajado previamente y tu perro las disfruta (en caso de que sean tranquilas).

¿Cómo podemos transmitirle a nuestro perro que no debe tener miedo?

Lo primero es estar tranquilos nosotros, transmitir calma y naturalidad al perro,


pero sin ignorar lo que está sintiendo. Servirle de apoyo social y mostrarle que si
nos necesita estamos a su lado.

Si tu perro tiene alguna experiencia negativa, puedes atenderle pero con


tranquilidad, asegurándote de que está bien y luego seguir adelante. Con esto no
quiero decir que ignores lo que ha pasado, ¡todo lo contrario! Pero en ocasiones
exageramos mucho ante ciertas situaciones y le terminamos dando una imagen a
nuestro perro de que lo que ha pasado es mucho más grave de lo que parece.

Es como el niño de 3 años que se tropieza y cae al suelo de rodillas. Si los padres
van nerviosos y rápido a ver qué se ha hecho, normalmente el niño se pone a llorar
porque es lo que le están diciendo que corresponde. Si le dicen que no pasa nada,
le dan un beso en la rodilla y unas palmaditas, se le pasa el susto más rápido y
continúa corriendo tan feliz. Con los perros es similar.

Por supuesto, una vez fuera de la situación, tienes que fijarte qué es lo que le da
miedo a tu perro e intentar ayudarle a que lo gestione mejor. Si no es para
eliminarlo por completo, al menos para que no se asuste tanto y que se recupere
más rápidamente.

Lo más importante es darle las capacidades y la confianza necesarias.

103
AGRADECIMIENTOS

Quiero dar las gracias a tanta gente que me faltarían hojas para expresarlo. Voy a ir
en orden y a intentar no dejarme a nadie, porque este libro fue hecho gracias a cada
una de las personas que voy a mencionar y no sería justo que no formaran parte de
él.

Para empezar, me gustaría agradecer a mi tía Sylvia el haberme acogido junto a mi


pareja en su cabañita de madera durante más de dos meses de cuarentena en
Argentina. Su compañía fue terriblemente valiosa, tanto en el día a día como
mientras escribía este libro. Me ayudó a sintetizar puesto que quien me conoce sabe
que peco de no querer dejarme nada en el tintero y a veces escribo -igual que hablo-
demasiado. Compartimos sonrisas conforme avanzaba en la escritura y las páginas
iban tomando color. Atesoro en el corazón todo el apoyo que me dio, cada día, así
como las charlas sentadas en la alfombra, en las que el tiempo parecía detenerse.
Muchas gracias, tía, te quiero.

Doy también gracias a Kala, mi ayudante que no ayuda. Pues aunque ella solo me
acompañó en la escritura del último tercio del libro, supo ver cuándo necesitaba
desconectar y llevarme a dar un paseo por la montaña. Además, ella es el origen de
todo, el motivo por el cual me dedico a los perros, es mi compañera y mi maestra y
no tendría sentido que no formara parte de estos agradecimientos. Con su juego, sus
caras y su mirada exigente avisando que era la hora de comer, me forzaba a
descansar para que no perdiera el juicio. Gracias Kala, porque eres lo que me impulsa
siempre a seguir.

Gracias a mi pareja y nuevamente a mi tía Sylvia, por haberme ayudado a revisar el


libro una vez terminado, para asegurarse de que se entiende fácilmente por otras
personas. Gracias a mi pareja por todo el apoyo moral que me da siempre, por estar
ahí, por no cortarme las alas nunca y creer tanto en mí. También por ayudarme con
los programas para editar la portada y hacerla más bonita. Gracias, mi amor.

Gracias a mi madre por ser la mejor madre del mundo, por confiar, por escucharme,
por sufrir conmigo cuando surgían complicaciones con el libro y festejar mis logros a
mi lado. Gracias, mami.

104
Gracias a mi hermana pequeña Jazmín, que no sé si leerá este libro porque no es muy
fan de la lectura, pero que dejó de lado el móvil en su etapa más adolescente para
poder sacarme las fotografías que ilustran los ejercicios prácticos. Gracias muchi, por
ser paciente y hacerme las fotos a pesar de que el ángulo requería que te sentaras en
un banco que ardía por el Sol.

Por supuesto no pueden faltar todos aquellos que me quisieron ayudar de una u otra
forma cuando conté mi situación en Argentina. Son demasiados como para
nombrarlos a todos pero si me estás leyendo y eres uno de ellos: gracias, de verdad,
gracias.

Y una mención especial dentro de toda esta gente a los que confiaron en mí para
comprar este libro en pre-venta, sin contar todavía con el índice, apenas con un
título provisional, simplemente confiando en que el contenido del libro les iba a
gustar por ser yo quien lo escribía.

El que hayan depositado esa confianza en mí, con los ojos cerrados, que me hayan
animado ellos a poner el libro en pre-venta, fue una sensación indescriptible con la
que me sentí arropada incluso semanas después de mi regreso a España.

Muchísimas gracias también a los integrantes del "Equipo creativo", pues gracias a
ellos incluí en el libro muchos temas interesantes que no me había planteado y que
creo que pueden ayudar a muchas personas. Gracias por haber participado en la
creación del libro, haber contestado encuestas y opinado sobre la portada del libro,
escrito comentarios y sugerido dudas para el final de cada capítulo. Todo lo que
comentaron se tuvo en cuenta y este libro es en parte suyo y así espero que lo
sientan. A todos vosotros: gracias por haber estado ahí, esperando pacientes, y haber
hecho de este libro lo que es.

GRACIAS

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