Act 30.crónica Personal

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Actividad 30: Crónica personal

Nombre de la alumna:

Salazar Alfaro Yeidkol Melani

Nombre del profesor:

Eduardo Villegas Guevara

Asignatura:

Lenguaje y Pensamiento I

Grupo: 1125

Matrícula:

23-011-1293

Plantel: Cuautepec

Semestre: 2024-I

Ciclo escolar: Enero-Junio 2024

Número de lista: 24

Turno: Matutino

Modalidad: Presencial

Licenciatura:

Comunicación y Cultura

Academia:

Colegio de Humanidades y
Ciencias Sociales

Fecha de entrega:

02/Junio/2024

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La perdida de mi vida

Todo comenzó esa mañana, precisamente en Mayo de 2022, lo recuerdo demasiado


bien, fue un jueves en el que decidí saltarme las dos horas que duraba mi clase de
física junto con mi “mejor amiga”, habíamos quedado en que nos veríamos en la
cafetería de nuestra prepa para desayunar antes de entrar a nuestra siguiente clase,
las dos hablábamos sobre que, justo ese día, teníamos que participar
obligatoriamente en un concurso que implicaba la elaboración artesanal de
alebrijes, ya que, ese era nuestro proyecto final para aprobar una materia llamada
ecología, era final de semestre, por supuesto, se notaba porque esta chica (ahora
desconocida) y yo, decidimos hacer “trampa” en la elaboración de nuestro alebrije,
de hecho fue chistoso, porque le pedimos a un amigo mío que nos prestara uno que
él mismo había elaborado; me hubiese gustado haber hecho cualquier otra cosa
que no fuese tener que ver a ese amigo justo en esa misma mañana nostálgica, de
hecho, si pudiera viajar en el tiempo, me aseguraría de nunca haber estado presente
en ese momento que definió y marco mi vida por mucho tiempo.

Dieron las nueve con treinta minutos de esa extraña mañana, cuando este amigo
mío decidió que era apropiado presentarme en uno de sus tantos grupos de amigos,
casualmente en ese grupo de nuevas y extrañas personas se encontraba él, un
chico que era relativamente atractivo, un chico que, extrañamente resaltaba por
enfrente de las cinco personas que ahí se encontraban; instantáneamente, ese
adolescente desconocido llamo mi atención más rápido de lo que mis ojos tardaron
en enviarle a mi cerebro el claro mensaje que daba a conocer mi inconsciente
atracción hacia él. ¿Cómo podría comenzar a definir nuestra primera interacción?
Fácil, definitivamente no fue para nada compleja, aún recuerdo que compartimos un
diálogo relativamente corto sobre nuestro “odio” hacía uno de los grupos de la
prepa, el 4-A, recuerdo bien haber dicho que no odiaba al grupo en general, si no
que, específicamente odiaba a una persona (mi más reciente ex novio quien me
había terminado hace dos semanas atrás) por supuesto, no di a conocer esa
pequeña y patética parte enfrente de todos, cómo sea, al terminar esa pequeña pero
significativa conversación, me dispuse a despedirme de ese curioso grupo de

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amigos de cinco personas y finalmente, al ya estar unos cuantos metros lejos del
lugar, me dispuse a contarle a mi “amiga” que, definitivamente, había llamado mi
atención este chico misterioso, que pronto, se convertiría en el protagonista de esta
historia, incluso más que yo misma.

Sin darme cuenta pasaron dos cortas semanas, en las que, repentinamente, yo, ya
había saltado de una relación amorosa a otra, ya que, en todo ese tiempo, este
misterioso chico que había llamado mi atención, sorprendentemente también sentía
la misma atracción por mi y se dispuso a “conquistarme” en las dos semanas
restantes que quedaban para que se acabara el semestre de aquel año escolar
extraño; estaba clarísimo que yo estaba profundamente enamorada u
¿Obsesionada? De ese innecesario “romance adolescente”, pues, era todo lo que
yo siempre había soñado, incluso, ese sentimiento que ahora considero inútil, fue
capaz de sanar las heridas que me había provocado mi última relación inestable e
insana. Esos últimos días que él y yo pasamos juntos, conociéndonos uno al otro,
sin duda, fueron muy significativos para mí, y si, fui muy feliz, como cualquier
adolescente enamorada que piensa en el amor como una maravilla que el mundo
aún no ha nombrado como suya, sin embargo, esa felicidad, me duró, tan, pero tan
poco, que, inclusive, termino destruyéndome por completo, emocionalmente, por
supuesto, y de la manera más inmaduramente posible.

El tiempo pasó tan rápido que, de un momento a otro, ya eran mediados de Junio y
yo aún seguía hablando por mensaje con mi “enamorado” y al parecer todo iba a la
perfección, me sentía completa y con más alegría de la que solía tener
normalmente, hasta que, un viernes por la tarde “mi parte favorita” (como yo solía
llamar a mi pretendiente, del cual no mencionaré su nombre porque me repudia
decirlo), dejo de contestarme, o cómo dirían los chicos de mi edad, me “ghosteo”,
cosa que me molestó infinitamente y por cuestiones de mi dignidad y orgullo, decidí
que no iba a preguntarle el por qué de su actitud y bueno, en realidad no lo hice;
cómo sea, ese viernes por la tarde ya mencionado, sucedió un acontecimiento que
desbloqueo en mi una inseguridad tan grande, que, incluso hasta la fecha me sigue
incomodando recordar, pues, este inmaduro chico, se atrevió a anunciar

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públicamente que mantenía una relación amorosa con otra chica, claramente esa
chica no era yo, he de aclarar, y bueno, mi salud mental se fue por el desagüe
después de descubrir que fui completa y estúpidamente engañada durante,
aproximadamente un mes.

Me hubiera gustado decir que la cosa termino ahí y supere completamente ese
momento patético de mi vida, pero bueno, lastimosamente no fue así, de hecho, caí
innumerables veces en las mentiras y en los enredos de ese astuto adolescente
inmaduro y narcisista que, solo se amaba a si mismo, mientras juraba que el único
amor que conocía era el que yo tenía por él, vaya, ¡Que tontería mas grande!, no le
basto con arruinar mi decimo séptimo cumpleaños, ni mi navidad, ni el resto de mis
días, pero tampoco me bastaron a mí todas esas claras señales que me decían
claramente “Sal de ahí”, porque yo seguía queriendo mantener esa relación que no
tenia futuro alguno y que, definitivamente, cada día, me aumentaba más y más
inseguridades, una relación que me destruyó completamente, en muchísimos
aspectos, haciendo que me preguntara una y mil veces si yo era realmente la del
problema. Con todos estos problemas llenos de incertidumbre, rápidamente paso
un largo año, y yo, seguía en esa “relación” que cada vez más me quitaba tiempo y
salud mental, sin embargo, durante ese casi año y medio, me dispuse a intentar
retomar la vida que tenia antes de conocer a este, ya tan mencionado individuo.

En esos intentos de retomar mi vida antes de mi “evento canónico”, me convertí en


una persona totalmente diferente a la que todo el mundo conocía, estaba tan rota,
que, intente buscar aquello que mi muy ineficiente “novio” era incapaz de ofrecerme,
en dos nuevos personajes que se sumaron a mi vida de manera inesperada, estos
eran: un chico que asistía a la misma preparatoria que yo y que claramente tenía un
interés genuino en mi (pero yo no en el), muy detallista y atento; y finalmente, el otro
personaje, un hombre de 25 años que conocí mientras realizaba mi servicio social,
él era un hombre que sabía escuchar, de alguna manera me daba una paz que no
había podido encontrar y que necesitaba desesperadamente, este, me atraía
mucho, de una manera, un tanto inusual, pero la edad siempre fue un problema, por
lo que no podía tomarlo enserio completamente. Estos dos personajes, de alguna

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manera me daban aquello que yo quería encontrar en mi “novio”, a quien,
claramente idealice tanto, hasta el punto de que quería mantenerlo a mi lado para
que no fuera de nadie más, no me importaba si eso significaba lastimarlo a él o los
otros dos chicos con los que hablaba, sin embargo me di cuenta de que actué de
esa manera tan cobarde solo para poder llenar el vacío que me lastimaba desde
hace muchos meses atrás; ¿Qué inmadura no? Yo solo era una chica de diecisiete
años que estaba lastimada y confundida, después de haber pasado por tantos
momentos dolorosos en tan poco tiempo. Finalmente llegó el invierno de 2023, yo
ya me encontraba en una nueva etapa de mi vida, había dejado ir todo lo que me
confundía, todo lo que me lastimaba, y, si me preguntan ¿Qué pasó con ese chico
que me destrozó emocionalmente? Puedo responder que, bueno, si, “terminamos”
de manera definitiva nuestra relación, simplemente él se levantó un día y dijo: -“Oh
wow, estoy cansado, debería dejar de contestar de nuevo los mensajes de esta niña
loca, al final ya conseguí lo que quería”. ¡Vaya! ¡Que inmaduro!, pero no esperaba
más de él.

Por último, la pregunta del millón: ¿Ya superé todo? Podría contestar que no
realmente, aún lo recuerdo todo demasiado bien y aún me arrepiento de muchas
cosas, pero, si se bien una cosa, todo este proceso me ha servido para crecer
eventualmente como persona, porque, tropezar y caer una y otra y otra vez, me ha
hecho ver el mundo de una manera distinta, sonara muy cliché pero, todo ese dolor
me ha hecho mas fuerte, realmente, aunque no lo parezca, ya no tengo ningún
resentimiento hacia ese chico inmaduro que, alguna vez llame “novio”, de hecho me
alegra saber que seguramente se encuentra bien, cumpliendo las metas que algún
día me contó que quería lograr, siempre le desearé lo mejor aunque me haya tratado
de la forma mas degradante posible y probablemente él también piensa así de mi,
quizás yo para él solo sea “La chica del proceso”, pero él para mí, siempre será, la
gran “Perdida de mi vida”.
Autor: Yeidkol Melani Salazar Alfaro
Fecha de elaboración: 29 de Mayo de 2024

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