Libro
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Siempre he sido fiel creyente del amor en tiempos modernos, de las cartas, las flores, las pedidas de mano y
todo ello que nos muestran en las películas de amor, al crecer y darme cuenta que la realidad no es así y que
vivimos en un mundo de complejos banales en los que el amor perdió el sentido de norte en nuestras vidas
debo admitir que fue lo más doloroso de lo que de por sí ya duele al crecer, esto no pretende ser una más de
las infinitas historias de amor ficticias con las que una vez más de una niña como yo soñó con tener.
Siempre creí que el universo se conformaba por millones de historias, historias que jamás se cuentan,
historias que cada escritor, aunque no sea reconocido es capaz de impregnar en el infinito, cada uno de
nosotros tiene la habilidad de ser escritores solo hace falta desprender el mundo real de nuestra naturaleza
imaginaria y sobre todas las cosas jamás dejar de escuchar a nuestro corazón y es por eso que yo hoy puedo
escribir esto, algo totalmente contrario a mi carrera universitaria, algo que simplemente hace que cada parte
de mi se sumerja en diferentes sensaciones, sentimientos y demás reacciones que según lo que aprendí en
infinidades de clases es un proceso químico y sin duda sin temor a equivocarme escribir es mi segundo gran
amor.
Este prologo no pretende darles una idea de lo que será el libro, sin embargo, este prologo pretende demostrar
y agradecer, demostrar el amor tan grande con el que escribí cada letra de este, aunque aún no me las creo mi
libro, agradecer infinitamente a aquellas personas que siempre creyeron en mí de una u otra manera.
Gracias por después de tanto aún seguir siendo el ancla a mis mayores miedos
Los Amo.
1.
Siempre hay una persona que llega a nosotros como un huracán, jamás entendemos el cómo llego, cuando lo
hizo, pero sobre todo lo que más nos intriga es el saber ¿por qué llego?, que clase de propósito cumplen
aquellas personas que llegan de la nada para cambiarnos de maneras que solo nosotros en la mayoría de los
casos somos capaces de descifrar, cuando ella llego cambio todo lo que yo era, sin romantizar mis palabras
es como si tuvieras que preguntarle a la otra persona el cómo estas para saber cómo estas y que tu ser asuma
su intensidad más allá de algo netamente físico y es acá donde paso a paso vamos a ir respondiendo las
diferentes preguntas que surgieron con su llegada.
¿Cómo llego?
Si esperan que su llegada haya sido algo espectacular en el que se sintieron sensaciones nunca antes
sentidas es un honor para mí decirles que en efecto si, si se sintió eso, para aquellos que ya lograron sentir lo
que yo sentí y conservarlo permítame pedirle un poco de ayuda para que lo mismo me sucediera a mí, como
decía su llegada hizo en mí cosas que jamás había sentido antes y es algo increíble como un salón de clases
pudo cambiar mi vida de maneras inimaginables, ella era la diferencia de un mundo lleno de personas con
mucho sexo pero con un extremo miedo a enamorarse, era aficionada a leer y yo adoraba leer sus ojos, sin
duda hasta ahora sus ojos han sido mi más grande reto y el que sin lugar a dudas leería una y miles de veces,
es fascinante la forma en la que una mirada cambia el rumbo de tu vida, ella estaba ahí y en un golpe de suerte
yo podía estar contemplándola y yo solo sabía que ahí era donde quería comenzar y terminar mi historia, mis
sentimientos siempre se vieron mejor en una hoja, con millones de tachones pero con una realidad explicita
entre sus líneas, ella se convirtió en mi causa mi efecto, su amor hacia que cada mi revolución se convirtiera
en suya y ahora puedo decir que amarla es mi mayor revolución aún es un misterio para mí los secretos que el
destino utilizo para ponerla en mi camino, si tuviera que describir mis sentimientos la forma correcta seria
como si un camión lleno de sentimientos me chocara de frente y yo no supiera que hacer, mis piernas no
reaccionaban y mi corazón se aceleraba a mil por hora como si ya conociera el suyo como si todo lo que paso
antes de ella comenzara a unirse para hacer que este momento surgiera.
Es inquietante ahora que puedo ver con claridad la situación que me atormentaba y entender que jamás podre
ponerle un nombre a todo lo que sentí e incluso jamás podre decir específicamente que fue lo que hizo que mi
corazón se desbordara de amor sin saber absolutamente nada de ella, su carisma, su inteligencia, podría
describir cada pequeña particularidad que encontré en ella pero este no es una historia sobre ella en
particular, todos los que nos hemos pasado por esto somos conscientes que algunas veces solo basta con una
mirada para perdernos de maneras casi irreales y yo no podría ser la excepción.
Sigo mirando al horizonte cada día y entiendo porque es fundamental enamorarse, ¿Cómo se podría vivir sin
haber experimentado esto, aunque sea solo una vez? Amar nos hace experimentar la mayor felicidad, pero
también es capaz de hacernos sentir la persona más miserable de la tierra y es increíble como una reacción
química tiene en nosotros un poder tan ensordecedor donde podemos perdernos de maneras que para mí aún
son una batalla que no puedo ni quiero ganar, sin lugar a dudas enamorarse es el acto masoquista que más
nos gusta y el que buscamos durante toda nuestra vida, sin lugar a duda enamorarme fue el acto masoquista
que repetiría una y mil veces.
La interrogante no es ¿Cómo llego? La verdadera interrogante es ¿Qué cambio cuando llego? Es aquí donde se
vale mirar atrás en tú vida y mirar quien eras, si yo miro sobre mi pasado es imposible no ver una niña tímida,
con miedo a todo, con ganas de comerse el mundo pero que a la hora de la verdad no sabía quién era ni para
donde iba, tenía miles de sueños que sentía que jamás llegaría a cumplir, miro a mi yo del pasado y me doy
cuenta de la magnitud de cambios que tuve a lo largo de dos años que quizá para muchos no es nada, la conocí
y más allá de mi cambio físico y emocional ella cambio mi alma, ¿Han visto que los super héroes se hacen más
fuertes cuando se relacionan con la persona que aman ? Creo que esa situación es la que mejor explica el
efecto que ella tenía sobre mí, necesitaba ser la mejor para ella, para merecer tenerla a mi lado, con ella
tomando mi mano sentía que nada podría destruirme y como no podía sentir eso si estaba al lado del amor de
mi vida.
El peor enemigo de un amor fugaz es el tiempo y carajo cuando el nuestro se acabo fue como si una bala
atravesara cada pequeña porción de mi ser, tiempo, maldito tiempo que nos deja con ganas de un último beso,
un último abrazo, un último “Te amo” uno que jamás podre decir.
Su llegada trajo miles de acertijos en mi corazón que con una felicidad increíble yo resolvía, sus ojos no, no
eran azules o verdes, eran cafés yo que siempre fui partidaria de una buena taza de café y que por supuesto
jamás había encontrado aquel café que me quitara el sueño pero que hiciera que al día siguiente solo quisiera
regresar una vez más el, encontré más que eso con ella, encontré café que tanto busque pero encontré una
ayuda incondicional a todas pasiones de niña, encontré la razón para jamás dejar de escribir y quien estaba
dispuesta a leer mis cartas sin coherencia u ortografía, encontré a quien se enamoró de mi mala letra, mi mal
humor, mi voz desafinada, mis modos, mis manías, en definitiva no me equivoco al decir que en ese salón de
clase encontré al amor de mi vida, decía tanto y hacia tan poco que mis palabras no coordinaban con mis
acciones y era lógico que en medio de miles de obras de arte ella buscaría un lugar donde no solo hablaran, su
llegada trajo una versión de mí que no sabía que existía pero cuando se fue un gran vacío se sembró en mí, mi
ser ya no se acoplaba a estar solo, sus ojos no me miraban, sus manitos ya no encerraban mi cara para
llenarme de besos que me hacían sentir la mujer más afortunada de tenerla, cuando se fue perdí mis poderes,
todo dolía más, todo se hacía más difícil, estaba incompleta y todo en mi lo sabía.
Fue una de las sensaciones más difíciles de llevar, una que al día de hoy no sé cómo logre salir de todo,
muchos creen que nosotros como adolescentes tendemos a exagerar las emociones hasta el grado de no
reconocernos y perdernos en una depresión de la que muchos no somos capaces de salir, mi ser la extraña, mi
vida sin ella se siente diferente como si no fuera mía y a diferencia de lo que muchos creen no, no es una
exageración juvenil de sentimientos normales por los cuales miles han pasado y no han muerto pero creo que
llegando a eso tenemos una pequeña discusión de posiciones, si tenemos en cuenta que infinidad de jóvenes
han muerto por no saber llevar las emociones de una ruptura amorosa frente a una relación de dependencia
emocional como era mi caso, noches enteras buscaba la forma de hacer que todo parara, que el dolor que
sentía que hace unos meses había dejado de ser solo emocional para convertirse en algo físico, el vacío que
sentía dentro de mí era algo que no solo yo veía y sentía si no que en mi circulo social más cercano era algo
que ellos también lograban ver, es increíble como una persona logra meterse dentro de ti de tal manera que
cuando no esta es como si te faltara todo, no era nuestro momento pero entonces ¿Por Qué llego cuando no lo
era? ¿Qué sentido tenía su aparición prematura en mi vida?
Me tomo 730 días descifrar todo lo que ella había hecho en mí, pero sobre todo lo que su ausencia se había
llevado, exactamente en nuestro segundo aniversario.
24 de junio 2019
Llevaba unos meses tratando de olvidarme de su olor, de la forma en la que sus labios hacían de mi la persona
más valiente, fuerte, bendecida y demás cosas, ¿Cómo se olvida al amor de tu vida? Llevaba meses hablando
con la psicóloga de mi universidad y cuando llegábamos al tema de tener que soltar a alguien que ya te había
soltado yo le repetía las mismas preguntas una y otra vez “¿Y si jamás la vuelvo a ver? ¿Al alejarme el vacío
que siento se irá?” Jamás pudo responder mis preguntas, quizá entre las razones del porque no pudo estaban
mi gran capacidad de hacer que las personas se enamoraran de ella tanto como yo lo estaba, al poco tiempo
mi psicóloga entendió que yo no quería ni iba a olvidarla y aunque el vacío dentro de mí no crecía más
tampoco se hacía más pequeño, simplemente estaba ahí y yo tenía que aprender a vivir con él aunque el
simple acto de vivir me resultaba una misión que probablemente no pudiera concluir comencé a amarla tan
bajito que incluso yo sentí que por fin todo ello se había ido pero en un segundo paso por mi lado, con su
cabello azul, una sonrisa mágica y ahí entendí que los 730 días habían comenzado de nuevo.