Juventudes y Tics

vida cotidiana de las escuelas y generar intercambios significativos entre
docentes y estudiantes. El ámbito educativo se muestra aquí como el es-

pacio privilegiado para promover una perspectiva de derechos, haciendo
lugar al punto de vista que las personas jóvenes tienen de la tecnología,
las problemáticas de salud mental, la educación, los cuidados, la parti-
cipación ciudadana y el cuidado del medioambiente. Veremos en detalle
cada uno de estos temas.
// El VÍNCULO DE LAS JUVENTUDES CON LAS TIC //
Elián Ángel Valenzuela es un joven de 20 años oriundo de General Ro-

dríguez, Provincia de Buenos Aires. En los últimos tiempos, se volvió
conocido gracias a su música y a su nombre artístico: L-Gante. En una
entrevista, hizo una declaración tan impactante que sus dichos no solo
llegaron a oídos de las y los jóvenes, sino también a los de las personas
adultas: ”grabé mi primera canción con una computadora del gobierno”
(bit.ly/3mupAPD) dijo, en referencia al programa Conectar Igualdad, que
entregaba una computadora a niñas, niños, adolescentes y jóvenes de
las escuelas públicas de todo el país.
Más allá de todas las cuestiones institucionales que tienen que ver con
este programa, la anécdota nos brinda la oportunidad de observar algo
que no siempre nos es accesible: cuál es el punto de vista de la o el estu-
diante, o joven (en este caso), que recibe una computadora como parte de
su educación, de su formación escolar. Concretamente, qué hace o es ca-
paz de hacer una persona joven con una herramienta como esa. Y si bien
está claro que la computadora “sirve para estudiar”, porque podemos
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realizar distintas tareas, acceder a plataformas educativas, buscadores,
información académica especializada, bibliotecas en línea; también es
evidente que sus posibilidades están lejos de agotarse allí. Por todo esto,
es importante que las y los docentes comencemos a entender que el
uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en el
ámbito escolar no es algo meramente instrumental sino estructuran-
te, instituyente: abre posibilidades nuevas de enseñanza y aprendizaje,
tanto con respecto a los temas como en relación con las metodologías;
y les permite a las y los jóvenes producir contenidos y hacer o sostener
comunidades híbridas o virtuales.
La anécdota de L-Gante nos muestra cuán literal puede ser la idea de

que la tecnología “nos abre un nuevo mundo”. Este reconocimiento, sin
embargo, no significa que seamos receptoras y receptores acríticos de
los adelantos y la innovación tecnológica. Muy por el contrario, como
ya hemos mencionado, es importante tomar en cuenta la complejidad
de los vínculos entre ciencia y técnica, y entre ciencia y ética para po-
der realizar un uso responsable de la tecnología. En su libro Entre
la tecnociencia y el deseo. La
construcción de una episte- Esther Díaz es una
filósofa, epistemóloga y
mología ampliada (2007), la escritora argentina. Fue
docente en la Universidad
filósofa argentina Esther de Buenos Aires y en
la Universidad Nacional
Díaz nos introduce al proble- de Lanús. En 2018,
protagonizó Vida nómade, un
ma de la ciencia y la técnica documental sobre su vida.
Algunos de sus libros son La
tal como se da en nuestra ciencia y el imaginario social (1998), Las
grietas del control. Vida, vigilancia y caos
época posmoderna (con esa (2010), Investigación científica y biopoder.
Epistemología, metodología y biopolítica
categoría, la autora señala (2012) y La filosofía de Michel Foucault
(2014).
nuestra contemporaneidad):
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por un lado, ya no podemos hablar de una distinción entre ciencia básica y
ciencia aplicada, sobre todo desde la invención de la computadora, la obten-
ción de la fisión atómica y el desarrollo de la ingeniería genética; por otro,
nuestra época es la de una técnica que no se piensa a sí misma, es decir,
quienes la hacen y quienes la utilizamos, no la pensamos. Dice Esther Díaz:
Promediando el siglo XX, Edmund Husserl y Martin Heidegger ins-

talaron un pensar crítico respecto de la incidencia de la técnica mo-
derna en nuestro modo de ser en el mundo. Hoy se revela con mayor
intensidad que la tecnociencia, en general, se rige por las reglas del
mercado, la “pronta entrega”, la obsolescencia de sus productos,
el devenir de la política, la búsqueda de recursos y la maquinaria
bélica travestida bajo la apremiante obsesión de “seguridad” que
beneficia a clases y naciones privilegiadas, a costa de la invasión o
explotación de las carenciadas. (29).
Tomar en cuenta estos elementos críticos es fundamental para enten-

der los alcances que la técnica y la tecnología tienen en la actualidad y
así poder reflexionar sobre las maneras convenientes de introducir las
tecnologías en nuestras estrategias de enseñanza. Como ya dijimos, la
relación que las y los jóvenes tienen con la tecnología es constitutiva de
algunas de sus prácticas. Podemos pensar, por ejemplo, en las redes
sociales como “tecnologías del yo”, es decir, instancias tecnológicas que
intervienen en la constitución de las subjetividades: muchos mecanis-
mos de regulación social tienen que ver con las redes y la impronta de
las nuevas mediaciones culturales en las que se asienta la vida cotidiana
y que inciden fuertemente en la conformación de las subjetividades.
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El estar conectadas y conectados o desconectadas y desconectados (la
intermitencia online/offline, en términos de Zygmunt Bauman), un perfil o
muchos en distintas aplicaciones “en general, usando nombres de fan-
tasía”, tener o no tener señal, batería y datos son aspectos que hacen a
esta constitución subjetiva tecnológica, que podemos observar no sola-
mente en las y los jóvenes. Retomando a Esther Díaz, diremos que hay
algo del cyborg (criatura compuesta de elementos orgánicos y disposi-
tivos cibernéticos, surgida en el universo de la ciencia ficción) en estas
subjetividades: los teléfonos celulares son casi prótesis tecnológicas de
nuestros cuerpos biológicos. Además, nos permiten realizar múltiples
tareas a la vez, con lo cual la idea de simultaneidad y multiplicidad de
conexiones asociada a estas prácticas favorece la noción de que las y
los jóvenes son sujetos que se constituyen desde la incertidumbre, el
cambio y el riesgo, más que desde la seguridad, la planificación y la
estabilidad.
En Pensar las culturas juveniles (2008) el periodista y sociólogo Jorge

Elbaum señala que, entre las numerosas investigaciones que piensan
el vínculo particular entre jóvenes y tecnología, hay algunas focalizadas
en las formas subculturales que han surgido a través de las redes y las
neoidentificaciones que han generado su uso por parte de grupos de in-
terés. Estos relevamientos ponen la mirada en los aspectos expresivos,
artísticos y estéticos característicos de muchos grupos virtuales. Algu-
nas de las comunidades virtuales descritas han sido los hackers, los ci-
berpunks y otros conglomerados unidos por identificaciones culturales,
musicales y de orientación sexual.
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Como se desprende del análisis que realiza Esther Díaz y observamos
también en las afirmaciones de Elbaum, en las “nuevas identidades”
que actualmente construyen y asumen los y las jóvenes, la tecnología
juega un rol central.
Otro aspecto a tener en cuenta aquí es cómo el uso de computadoras y

teléfonos celulares con acceso a internet también tiene una dimensión
comunicacional que nos permite entender estos artefactos en función
del derecho a la comunicación. Los medios masivos forman parte de
nuestra cotidianeidad: cuando consultamos el clima, las noticias, el trán-
sito; también cuando escuchamos música o miramos algunas series o
películas, estamos involucrándonos con algún medio.
El derecho a la comunicación, garantizado por la Ley N.º 26522 de Ser-

vicios de Comunicación Audiovisual, consiste en el derecho a acceder a
información diversa y plural y de expresar nuestras ideas y opiniones
libremente, sin ningún tipo de censura o condicionamiento. Es un dere-
cho fundamental también porque nos habilita a reclamar y visibilizar la
vulneración de otros derechos, como el derecho a la educación, a la sa-
lud, a una vivienda digna, al trabajo y a la participación política. Además,
el derecho a la comunicación implica la posibilidad de difundir nuestras
voces a través de los medios de comunicación, de contar con espacios
para decir lo que pensamos, para expresar nuestra visión del mundo y
de la vida, para contribuir a generar información plural.
De todos modos, la brecha entre quienes tienen accesibilidad a dispositi-

vos y conectividad y quienes no genera efectos en las maneras de acceder
y hacer uso de internet. En Aulas y TIC: viejos y nuevos desafíos pedagógi-
- 58 -
cos. Enseñar entre distancias y Alejandro Spiegel es
Doctor en Ciencias de
presencias (2020), el pedago- la Educación. Trabaja
como docente e
go e investigador Alejandro investigador. Coordina
el proyecto ”Gestión
Spiegel realiza una afirma- de nuevos recursos
para la democratización
ción interesante: “El desa- del conocimiento” en la
Universidad de Buenos Aires.
También escribe libros para
rrollo tecnológico se expresa docentes y niños, y produce videos
educativos y de difusión científica.
también en las reglas implí- Entre otros trabajos, publicó el libro
Planificando clases interesantes.
citas y explícitas de las inter- Itinerarios para combinar recursos
didácticos (2006).
faces digitales” (54). Es decir,
si alguien considera que el
mundo de las pantallas es un territorio anárquico, sin normas, desorgani-
zado, entonces no conoce las pantallas. Esto no es una obviedad sino todo
lo contrario: el uso de la tecnología y más concretamente las interfaces de
las que nos servimos son prácticas regladas. Sin embargo, estas reglas
se invisibilizan para hacerlas más cómodas, para que las sintamos “intui-
tivas”. Entonces las pantallas permiten, prohíben, promueven, desalien-
tan. Por este motivo, es importante impulsar en las y los jóvenes una
visión crítica de estas tecnologías, que puedan saber cómo funcionan,
cómo pueden aprovecharlas y cuáles son los criterios para realizar un
uso responsable de ellas.
¿A qué nos referimos con “uso responsable”?
Como dijimos previamente, la tecnología tiene una dimensión ética, es

decir, un aspecto en el que se involucran valoraciones, deberes y modos
de ser en el vínculo con las otras y los otros. En el “mundo virtual” tam-
bién hay reglas, normas que habilitan o no ciertas prácticas. El apren-
dizaje ubicuo, la cantidad de pantallas con las que interactuamos y la
- 59 -
lectura de las imágenes y contenidos que por Pueden profundizar sobre
ellas circulan merece especial atención ya que estos temas en el material
Leer imágenes.
implican un modo de ver el mundo.
En este punto es importante aclarar que, cuando insistimos con la idea

de organizar o reglar “por ejemplo” el uso del celular en la escuela o el
aula, sabemos también que es un instrumento que ya forma parte de
las vidas de las y los sujetos que habitan las aulas y que, por ende, es
deseable que forme parte de la propuesta de enseñanza que diseñe-
mos como docentes, superando una mirada meramente instrumental.
En lugar de silenciarlo, taparlo, negarlo podemos pensar de qué modo el
celular puede potenciar el aprendizaje.
Las tecnologías digitales forman parte de la vida de las juventudes, pero

no siempre las escuelas están atravesadas por ellas. Un buen punto de
partida para abordar esto desde el aula sería correrse del paradigma del
consumidor y pensar a las y los jóvenes como productores, capaces de
generar su propio contenido. En 2018, el Consejo Federal de Educación
(CFE) publicó los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios (NAP) para Educa-
ción digital, Programación y Robótica13.
Esto abre una nueva oportunidad para que, desde la escuela, se generen
espacios de construcción de conocimiento donde las y los estudiantes sean
protagonistas y generen sus propios contenidos, que tengan herramientas
concretas para comenzar a programar y comprender la complejidad del
mundo tecnológico del cual pueden participar no solo como consumidores,
sino también como productores.
13- El material se encuentra disponible en bit.ly/2WquZwr.
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docentes y estudiantes. El ámbito educativo se muestra aquí como el es-

// El VÍNCULO DE LAS JUVENTUDES CON LAS TIC //

Elián Ángel Valenzuela es un joven de 20 años oriundo de General Ro-

La anécdota de L-Gante nos muestra cuán literal puede ser la idea de

Promediando el siglo XX, Edmund Husserl y Martin Heidegger ins-

Tomar en cuenta estos elementos críticos es fundamental para enten-

En Pensar las culturas juveniles (2008) el periodista y sociólogo Jorge

Otro aspecto a tener en cuenta aquí es cómo el uso de computadoras y

El derecho a la comunicación, garantizado por la Ley N.º 26522 de Ser-

De todos modos, la brecha entre quienes tienen accesibilidad a dispositi-

¿A qué nos referimos con “uso responsable”?

Como dijimos previamente, la tecnología tiene una dimensión ética, es

En este punto es importante aclarar que, cuando insistimos con la idea

Las tecnologías digitales forman parte de la vida de las juventudes, pero

13- El material se encuentra disponible en bit.ly/2WquZwr.

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