Definición de Consultoría
Definición de Consultoría
Definición de Consultoría
Hace algunos días, un muy buen amigo me preguntó sobre la diferencia entre Consultoría y Asesoría,
después de varios minutos de conversación logre convencerlo sobre los verdaderos conceptos y la
verdadera definición de consultoría.
Definición: según mis notas: “Servicio prestado por una persona o personas independientes y
calificadas en la identificación e investigación de problemas relacionados con políticas, organización,
procedimientos y métodos; recomendación de medidas apropiadas y prestación de asistencia en la
aplicación de dichas recomendaciones.
Definición: Se designa con el término de asesor a aquel individuo que como actividad profesional se
encarga de brindar consejos a determinadas personas que se encuentran ante determinadas
circunstancias, preferentemente sobre imagen, gobierno, finanzas, política, ciencia, entre otras.
La discusión está puesta, puesto que en algunos escenarios se encuentra el termino de ASESOR
EMPRESARIAL, dónde según nuestra conclusión, sólo podrían existir Consultor Empresarial o Asesor
Personal.
Cabe destacarse que esta actividad que hoy llamamos consultoría no es algo de estos
tiempos modernos y evolucionados, sino que desde los tiempos más remotos viene
desplegándose, e incuso, existen tantísimas referencias en la historia de la humanidad
que dan cuenta de la existencia de profesionales e individuos que desempeñaban un
rol de guías y de asesoramiento en diversas comunidades de antaño.
Uno de los casos más representativos es el de los sacerdotes de la Antigua Grecia que
basados en el Oráculo de Delfos, un templo sagrado dedicado al culto del dios Apolo,
expresaban predicciones en función de las observaciones que realizaban sobre
fenómenos naturales que se sucedían.
Por ejemplo, en la comunicación, es en uno de los contextos en los que más nos
encontramos con estas organizaciones ocupándose especialmente de la descripción y
del análisis de las comunicaciones dentro de una institución.
En principio se puede establecer una diferencia sustancial entre estos dos tipos de
contratos, pues, el de consultoría consiste, básicamente, en la realización de
estudios, diseños y en la asesoría técnica al control y supervisión de proyectos,
así como en la interventoría y en la gerencia y dirección de obras o proyectos, lo
cual encierra una variedad muy amplia de actividades, todas ellas regidas por un
común denominador de índole técnico y cargadas de un matiz especializado en la
ejecución de este tipo de contratos. De este modo, el contrato de consultoría se
caracteriza porque sus obligaciones tienen un carácter marcadamente intelectual,
como condición para el desarrollo de las actividades que le son propias, aunque
también se asocia con la aplicación de esos conocimientos a la ejecución de
proyectos u obras. De otro lado, el contrato de prestación de servicios tiene un
contenido más amplio, porque la ley 80 establece, en forma general, que su objeto
consiste en el desarrollo de “... actividades relacionadas con la administración o
funcionamiento de la entidad”, contexto en el cual se pueden incluir actividades
técnicas y no técnicas, profesionales o no, pues lo que determina esta clase de
contratos es que las obligaciones se relacionen con la administración y/o el
funcionamiento de la entidad. Adicionalmente, es requisito legal para celebrar
estos contratos, con personas naturales, que la entidad pública no cuente con
personal de planta para ejecutar las tareas o que se requieran conocimientos
especializados. Puede deducirse de todo esto que el criterio de distinción entre un
contrato de consultoría y uno de prestación de servicios, cuando se presentan
conflictos sobre el tipo de los mismos, parte de un criterio residual, que se formula
de la siguiente manera: Todos los contratos que se encuadren en la descripción
legal sobre lo que es una consultoría corresponderá a dicho tipo legal; los demás
serán contratos de prestación de servicios. La razón de ese criterio reside en la
especialidad de la definición, ya que la noción de contrato de consultoría es de
menor alcance y más concreta que la de prestación de servicios. Además, la
distinción entre estos dos contratos también se expresa en otros aspectos, como
por ejemplo: i) en los contratos de consultoría no se pueden pactar cláusulas
exorbitantes, porque la ley no lo autoriza; mientras que en los contratos de
prestación de servicios es posible que las partes las pacten -art. 14, num. 2, inc.
2-, ii) para celebrar un contrato de consultoría, que sea producto de un concurso
público, es necesario que los oferentes estén inscritos en el RUP -art. 22, inc. 1-,
mientras que los contratos de prestación de servicios no lo requieren -art. 22, inc.
6-, iii) los contratistas de prestación de servicios requieren estar afiliados al
régimen de seguridad social en salud y de pensiones, mientras que los de
consultoría no lo requieren -art. 50, ley 789 de 2003-, iv) el contrato de consultoría
exige, cuando el valor supera la menor cuantía, que sea celebrado por el proceso
de concurso público, mientras que el de prestación de servicios se puede celebrar
en forma directa, en las condiciones previstas en el art. 24.1, lit. d), entre otras
diferencias, como las de tipo fiscal, contenidas en el Estatuto Tributario. Nota de
Relatoría: Ver sentencia C-154 de 1997 de la Corte Constitucional
RESPONSABILIDAD DE LOS
CONSULTORES:
El capítulo 5 de la responsabilidad contractual de la ley 80 de 1993 define que las entidades
responderán por las acciones que causen perjuicios a los contratistas. Con respecto al
ejercicio de la consultoría el artículo 53 establece:
Acercamiento al problema
Los consultores se consideran solucionadores de problemas.
Típicamente acudes a una firma de consultores para que te ayude a
descubrir la raíz causante del problema y te ayude a resolverlo. Una vez
resuelto, el consultor se retira. Los asesores se valen de un
acercamiento más generalizado para ayudarte a lidiar con los retos
constantes de tu negocio. Ayudan a guiarte a través del mejoramiento,
asistiendo en el descubrimiento de problemas y aconsejándote dónde
encontrar recursos y servicios útiles.
Longevidad de la relación
Las relaciones de consultoría son comúnmente cortas, mientras que
muchos negocios contratan y conservan asesores continuamente. De
hecho, algunas compañías tienen una junta de asesoría de negocios que
se reúne regularmente, para revisar la dirección de la compañía y
ofrecer consejos.
Enfoque tecnológico
Las firmas de consultoría se han vuelto progresivamente más enfocadas
en la tecnología de la información, usando sus conocimientos para
determinar qué sistemas de software tecnológico necesitas. Te venden
los sistemas, los instalan y se van. Los asesores son más como
estrategas. Te ayudan a desarrollar una manera de alinear tu tecnología
con las metas y procesos de tu compañía.
Independencia
El nivel de independencia en las relaciones entre clientes y sus
consultores y asesores se ha convertido en un tema importante en
contabilidad, auditoría y otras industrias al principio del siglo XXI. Las
relaciones de contabilidad y auditoria independientes son especialmente
importantes para asegurar la credibilidad en los reportes financieros de
las empresas públicas. Las verdaderas relaciones de consultoría son
consideradas más independientes que las relaciones de asesoría. Esto es
debido a la naturaleza más breve del trabajo de consultoría y la limitada
participación estratégica del consultantes. Los asesores a veces se
aventuran a ayudar a los clientes del negocio con las mejoras de los
procesos y la rendición de cuentas dentro de la organización.