Fuente DPCC 2do U6-S 25 Lilian

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I.E. Ariosto Matellini E.

Área: Desarrollo Personal, Ciudadania y Civiva. Prof: Iraida Arana /


Competencia: Convive y participa democráticamente en la 2do A-B-C-D Lilian Mercado
búsqueda del bien común

Unidad VI: Aprendiendo a elegir nuestros representantes setiembre-octubre 2024

Sesión N°25: La vida en democracia

Doc. 1-” La vida en democracia”


La palabra democracia nos lleva, por lo general, a pensar en las relaciones de poder y autoridad que existen en la sociedad, que está ordenada por
leyes e instituciones del Estado. Sin embargo, la democracia –más allá de las reglas del juego político– también hace referencia a una forma de
vida en la que prevalece la idea compartida del bien común.
¿Qué es la democracia?
Las siguientes afirmaciones son verdades solo si vivimos en democracia: “Los humanos somos seres sociales y nos desarrollamos gracias a la vida
en sociedad”. “Todas las personas somos iguales en derechos y dignidad”. “Los Estados tienen la función de promover y garantizar los derechos
humanos”. Pero ¿qué es la democracia? El término democracia proviene del griego demos, ‘pueblo’, y kratos, ‘gobierno’ o ‘autoridad’: el gobierno
del pueblo.
En Atenas, una polis o ciudad de la antigua Grecia (siglo V a. C.), se produjo la primera experiencia de gobierno democrático. Las polis estaban
organizada en tres grupos sociales: los ciudadanos, los extranjeros y los esclavos. Los ciudadanos (hijos varones de padre y madre atenienses) eran
el 10 % de la población y los únicos que tenían derecho a la participación política. La gran diferencia con la actualidad, es que hoy predomina la
idea de que todos somos ciudadanos y ciudadanas con igualdad de derechos y capacidad para participar en la vida pública.
No obstante, una concepción amplia de la democracia no se agota en los mecanismos políticos, sino que comprende también la forma de vida de
las personas que comparten y actúan de acuerdo con los valores democráticos. Por eso, podemos observar que la democracia se ejerce igualmente
en los vínculos que se establecen en la escuela o en el trabajo, en los contenidos de los programas de televisión, en el acceso y la práctica de los
deportes, en las relaciones familiares, al compartir el espacio público y en cada actividad que nos ligue o comunique con los demás.
La democracia como modelo político
La democracia es el régimen político en el que el pueblo gobierna. Puede hacerlo directamente, como sucedía en la antigua Grecia, o a través de
sus representantes, como sucede en las democracias modernas. De cualquier modo, en la democracia todos los ciudadanos tienen el derecho y la
responsabilidad de involucrarse en los asuntos del conjunto de la sociedad.
A pesar de ello, es común pensar que lo político está reservado a los políticos, es decir, a la gente que se dedica en forma profesional a esa
actividad y que, frecuentemente, ocupa cargos públicos o de gobierno.
También es común asociar la participación política con el hecho de pertenecer a un partido político o con el momento de ir a votar para elegir
representantes. Esto tiene que ver con una característica de las democracias modernas: son representativas o indirectas, ya que a través del voto o
sufragio los ciudadanos delegan en sus representantes el poder de tomar las decisiones de gobierno.
Sin embargo, es importante comprender que siempre que alguien interviene en los asuntos públicos, es decir, en cuestiones que afectan la
realidad de grupos de personas, está haciendo política en un sentido más amplio.
Si pensamos de esta forma, entenderemos que muchas de las decisiones que tomamos de manera individual o junto a otros son decisiones
políticas, porque afectan e inciden en nuestro entorno. Por ejemplo, si un grupo de vecinos deciden pedir que arreglen la plaza del barrio o se
ponen a trabajar para mejorarla ellos mismos, están realizando acciones políticas. Todo lo que implica participar desde la condición de ciudadanos
es una manera de hacer política.
Cuando asumimos que los asuntos políticos nos pertenecen y nos corresponden a todos, la participación política pasa a ser un derecho y una
actividad propia e inseparable del ser humano, cuyo fin es el desarrollo de la sociedad.

La democracia y el Estado de derecho


La vida en democracia implica el esfuerzo por convivir dentro del marco jurídico conocido como Estado de derecho. Este concepto alude a una
situación en la que el Estado se rige por un sistema legal ordenado en torno a una Constitución, que organiza al Gobierno y garantiza los derechos
de las personas. En este contexto, los gobernantes y las autoridades nunca deben actuar fuera de los límites que establece la ley.
El Estado de derecho reúne las siguientes características:
• La libertad individual. Consiste en el derecho de los ciudadanos de hacer lo que la ley les permite.
• La igualdad ante la ley. Implica que todos tengan las mismas oportunidades y que sean tratados de manera objetiva al aplicar la ley, sin importar
su posición o condición física, social, económica o cultural.
• La separación de poderes y funciones. Conlleva evitar que una persona o grupo tenga el poder absoluto y lo utilice en oposición al bien común.
• El control de la constitucionalidad de las leyes. Supone asegurar que se respete la dignidad de las personas y que no se viole la libertad individual.
La cultura de la legalidad
La cultura de la legalidad es una actitud permanente de respeto, defensa y apoyo a los valores protegidos por las leyes. Esta actitud y práctica se
fomenta a través de una educación que promueva el ejercicio responsable de la libertad, el desarrollo de la autonomía moral y la capacidad de
comprometerse con el logro del bien colectivo.
Es importante que los ciudadanos se convenzan de la utilidad de la cultura de la legalidad para buscar el desarrollo integral del país. Solo así se
tendrá una posición crítica frente al desempeño de las autoridades y se utilizarán con acierto los mecanismos que la ley otorga para hacer cambios
que mejoren la sociedad.

Los límites de la democracia


En sociedades donde el acceso a la educación de calidad está restringido a sectores que pueden pagar por ella, mientras que las grandes mayorías
se ven excluidas, la democracia se ve afectada debido a que no todos dispondrán del conocimiento suficiente para comprender los fenómenos de
la vida pública, organizar demandas, exigir derechos o canalizar fuerzas en defensa del bien común.
Desde los orígenes de la democracia moderna, se puede observar que donde el nivel y la calidad de la educación de las grandes mayorías son
bajos, la participación de la población en asuntos públicos es menor. Por tal razón, los sistemas democráticos buscan mejorar la educación y
destinan lo que se necesita para que sea de calidad.
Democracia y acceso a la información
Dos pilares de la democracia son el acceso a la información y la libertad de expresión. El primero le permite a la población enterarse de lo que
sucede para tomar decisiones, y el segundo le da la posibilidad de manifestarse con el fin de influir a nivel político.
Sin lugar a dudas, el desarrollo de la democracia moderna estuvo directamente asociado al de los medios de comunicación: primero fue la prensa
escrita; luego, la radio; más tarde, la televisión; y, en los últimos años, la internet.
Los especialistas coinciden en que la influencia que ejercen los medios en la población depende del nivel de educación de las personas, pues de eso
depende que puedan evaluar la información y formarse un juicio crítico de ella. Un punto en el que debaten es si la información que transmiten es
conveniente o no para la sociedad, o si lo que buscan es manipularla.
La democracia como forma de vida
Si entendemos que al hablar de democracia nos referimos tanto a las reglas del juego político como a la idea del bien común y la forma de vivir en
sociedad, podremos comprender que la democracia nos permite participar plenamente en todos los espacios de convivencia. Así, la democracia se
transforma en una práctica cotidiana que desarrollamos al actuar y relacionarnos con otros ejerciendo nuestra libertad y responsabilizándonos por
nuestras acciones.
A lo largo de la historia, las distintas teorías de la democracia no solo se han centrado en los mecanismos de acceso al poder y el ejercicio de este,
sino también en los resultados de las decisiones del pueblo, las condiciones en las que se encuentra y en el arraigo de la cultura democrática, lo
cual propicia el fortalecimiento de las ideas del bien común y de la resolución pacífica de conflictos.
• Las condiciones del pueblo. Se consideran más democráticas las sociedades donde las diferencias económicas y educativas son mínimas, donde
todos y todas pueden acceder a un bienestar económico básico que, combinado con un elevado nivel de educación, predisponen a participar y
comprender los fenómenos de la vida pública.
• Los resultados de las decisiones. Se relacionan con la idea de que las medidas que se toman desde las instituciones del Estado deben seguir
procedimientos legales del régimen democrático y repercutir en la sociedad para favorecer el bien común, es decir, a la sociedad en su conjunto –
o, al menos, a las grandes mayorías y a las minorías vulnerables–, por encima de los intereses de unos pocos privilegiados.
• La cultura democrática. Se encuentra en sociedades donde la mayoría de las personas están dispuestas a que -en todas las circunstancias– los
conflictos se resuelvan con el diálogo, el respeto del otro y la constante búsqueda del bien común.
El bien común
Una sociedad democrática se ve fortalecida cuando sus integrantes ponen en práctica valores, ideales y acciones en busca de la construcción del
bien común. No basta vivir en un país donde haya elecciones para llamarse a sí mismos demócratas, hay que trabajar todos los días para que los
ideales de equidad, justicia y libertad se puedan difundir y afianzar en todos los sectores de la sociedad.
Desde luego, los actores que participan en la búsqueda del bienestar común pueden hacerlo de diversas formas y en la medida de sus
posibilidades. De ahí la importancia de que una democracia se caracterice más por su pluralidad que por su uniformidad: en su interior debe existir
espacio para los diversos talentos y las diferencias de sus miembros.
¿En qué ámbito se espera la participación democrática? Básicamente, en los asuntos que son de interés general y no solo particular. La diferencia
parece sencilla, pero muchas veces no lo es, y algunas personas confunden los espacios de participación, pues en ocasiones quieren intervenir en
asuntos que no son de su incumbencia, mientras que en otras desaparecen de los que sí lo son.

Fuente: Texto escolar : Desarrollo Personal, Ciudadanía y Cívica 2 Santillana 2018

Nos autoevaluamos para reconocer nuestros avances y lo que necesitamos mejorar. Coloca una “X” de acuerdo
con lo que consideres. Luego, escribe las acciones que tomarás para mejorar tu aprendizaje.
Competencia: Convive y participa en la búsqueda del bien común
Lo logre ¿Cómo lo logre?
Criterios de evaluación/Me evalúo
En proceso ¿Cómo puedo mejorar?
-Identifique las ideas relevantes y defino palabras nuevas.
-Explica la vida en democracia a través de preguntas.
-Elabora un cuadro comparativo con las ventajas y desventajas del sistema democrático.
-Elabora un argumento sobre la importancia de llevar una la vida en democracia.

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