Ensayo DEMOCRACIA Y DERECHOS HUMANOS Por YOSELYN CHERIGO

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DEMOCRACIA

Y DERECHOS
HUMANOS
PRESENTADO POR YOSELYN CHERIGO

"La democracia es el oxígeno de la libertad y los


derechos humanos son su latido"
- Adolfo Pérez Esquivel
UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE
EDUCACIÓN, CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Facultad de Derecho y Ciencias Políticas

Ensayo
DEMOCRACIA Y DERECHOS HUMANOS

Docente
Lic. Edgar Ortega

Materia de filosofía del Derecho

INTRODUCCIÓN

La relación entre democracia y derechos humanos es estrecha e interdependiente.


Aunque son conceptos distintos, se refuerzan mutuamente y son esenciales para la
Presentada por Yoselyn Cherigo
construcción de sociedades justas y equitativas.

2023 | Panamá, La Chorrera


Aunque estos conceptos son fundamentalmente diferentes, encajan de manera
compleja y configuran la forma en que la sociedad organiza, gobierna y respeta la
dignidad inherente de cada persona.

Pero, en el trasfondo de esta relación yace una serie de interrogantes cruciales


como, ¿Cuál es la influencia de la democracia en la protección de los derechos
humanos? ¿De qué manera los derechos humanos moldean los fundamentos de la
democracia? Y es por ello que este trabajo explora esta relación interdependiente,
profundizando en sus implicaciones, desafíos y cómo los dos conceptos se
refuerzan mutuamente para crear sociedades más justas y dignas.

A medida que nos adentremos en este análisis, descubriremos que la democracia y


los derechos humanos son más que meros términos; son los pilares fundamentales
que sustentan la aspiración de una convivencia armoniosa y justa en el ámbito
global.

DEMOCRACIA Y DERECHOS HUMANOS

La democracia es uno de los valores y principios universales fundamentales de las


Naciones Unidas. El respeto de los derechos humanos y las libertades
fundamentales, así como el principio de elecciones genuinas y periódicas basadas
en el sufragio universal, son elementos fundamentales de la democracia. Estos
valores están consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y
desarrollados aún más en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
que define el conjunto de derechos políticos y libertades civiles que son la base de
la verdadera democracia.

La afirmación de que “la noción de derechos humanos se corresponde con la


afirmación de la dignidad de la persona frente al Estado” es esencialmente válida y
altamente justificada. Los derechos humanos son intrínsecos a la naturaleza
humana y son universales, independientemente de la nacionalidad, género, raza o
cualquier otra característica. Estos derechos reconocen que cada individuo merece
ser tratado con respeto, igualdad y dignidad, y actúan como una salvaguardia contra
cualquier abuso o violación de estos principios, incluso por parte del poder estatal.

A demás, los derechos humanos realzan el concepto de “El poder público debe
ejercerse al servicio del ser humano”

Esta noción es crucial en la filosofía política y en el funcionamiento de la


democracia. El poder estatal no debería ser utilizado como una herramienta para
oprimir o coartar la libertad y la dignidad de las personas, sino como un medio para
proteger y promover el bienestar de todos los ciudadanos. Esta idea refleja la
importancia de establecer límites al poder y la necesidad de que el poder se ejerza
de manera responsable y ética.

El planteamiento de que los derechos humanos son inherentes a la persona


humana refuerza la idea de que estos derechos son inalienables y no pueden ser
negados o retirados por ninguna autoridad. Los derechos humanos no son
otorgados por el Estado o por la sociedad, sino que son intrínsecos a la humanidad
misma. Esta perspectiva es esencial para garantizar que las personas no sean
sometidas a la arbitrariedad de los gobernantes y que tengan la capacidad de
reclamar sus derechos fundamentales.
Aparte, el hecho de que los derechos humanos se afirman frente al poder público
resalta la importancia de establecer un equilibrio de poder en la sociedad. Los
derechos humanos actúan como una forma de control y limitación sobre el poder del
Estado, evitando la concentración excesiva de poder en manos del gobierno. Esta
relación tensional entre derechos humanos y poder estatal es crucial para mantener
una sociedad justa y equitativa.

Desde un punto de vista personal, no se puede negar que los derechos humanos
son una parte esencial de cualquier sociedad democrática y justa. La visión de que
estos derechos corresponden a la dignidad humana enfatiza la importancia de
reconocer el valor único e inherente de cada persona. Esta perspectiva, consistente
con una creencia en la igualdad y la inclusión, proporciona una base moral sólida
para la defensa de los derechos humanos.

Pero ahora bien, debemos entender profundamente y esclarecer de manera más


proporcional nuestro concepto sobre democracia. Esta, en su esencia, es un
sistema de gobierno donde el poder reside en manos del pueblo. Y aunque, si bien
en esta se incluyen los procesos electorales, no solo se reduce a eso sino que
también se manifiesta a través de la participación ciudadana y la protección de las
libertades civiles. Es entonces que, bajo esta estructura, los ciudadanos ejercen su
voz y participan en la toma de decisiones políticas, lo que les otorga un sentido de
empoderamiento y un papel activo en la configuración de su destino colectivo. La
democracia también enfatiza la rendición de cuentas, lo que garantiza que los
líderes electos sean responsables ante sus electores y que sus acciones estén en
consonancia con los intereses de la sociedad en su conjunto.

Si nos damos cuentas, para la mayoría de la sociedad su concepto acerca de la


democracia y qué es se reduce a un enfoque muy político y se queda estancado en
ello. Pero, la realidad es que, aparte de las elecciones y la política, la democracia
abarca una serie de aspectos y valores que influyen en la forma en que se organiza
y se gobierna una sociedad. Para empezar, en una democracia, el estado de
derecho es fundamental también. Esto significa que todas las personas, incluidos
los líderes y las autoridades, están sujetas a las mismas leyes y regulaciones. El
estado de derecho garantiza la igualdad ante la ley y protege los derechos
individuales y colectivos. A demás, la democracia no se trata solo de votar en
elecciones. Implica la participación activa y continua de los ciudadanos en la toma
de decisiones políticas. Esto puede manifestarse a través de consultas públicas,
referendos, peticiones y actividades de participación comunitaria. Esta también se
basa en la protección de las libertades fundamentales, como la libertad de
expresión, la libertad de prensa, la libertad de asociación y la libertad de religión.
Estas libertades permiten a las personas expresar sus opiniones, compartir
información y participar en la vida pública sin temor a represalias.

Por otro lado, también se incluye el Pluralismo Político y la Diversidad, ¿en qué
sentido? Pues, en una democracia se fomenta la existencia de diferentes partidos
políticos, grupos de interés y opiniones diversas. Esto promueve la competencia
política, el debate y la posibilidad de que las soluciones a los problemas sean
analizadas desde múltiples perspectivas. Aparte, trayendo a colación los derechos
humanos, las democracias tienden a reconocer y proteger de ellos como un aspecto
central de su funcionamiento, porque la igualdad, la dignidad y la protección de los
derechos individuales y colectivos son valores fundamentales en una sociedad
democrática.

La democracia también está compuesta por la transparencia y que en ella debe


haber rendición de cuentas por parte de nuestros lideres de gobierno y todas las
instituciones gubernamentales que son responsables ante el público. La
transparencia en la toma de decisiones y la rendición de cuentas aseguran que los
ciudadanos estén informados sobre las acciones del gobierno y puedan tomar
decisiones informadas.
En mi opinión, veo los derechos humanos como la base moral sobre la que se
construye una sociedad justa e igualitaria. La democracia, por su parte, es aquel
medio por el cual la gente puede participar en la política y en las decisiones
gubernamentales, etc. Sin embargo, la democracia en sí misma no es garantía de
respeto de los derechos humanos. Inclusive, la historia nos ha demostrado que
incluso en un sistema democrático, los derechos fundamentales pueden verse
amenazados si no existe una cultura de rendición de cuentas y transparencia.

A demás, La educación cívica es esencial en una democracia. Los ciudadanos


deben estar informados sobre cómo funciona el sistema político y cómo pueden
participar de manera efectiva en él. Una población bien informada es esencial para
un proceso democrático saludable.

Desde mi perspectiva, la relación entre estos dos elementos es vital para garantizar
que los sistemas democráticos sean verdaderamente representativos y respetuosos
de la dignidad y libertad de cada individuo.

La rendición de cuentas es el puente que conecta la autoridad gubernamental con la


voz ciudadana, permitiendo así que los derechos humanos sean una realidad
palpable en la vida de todos.

Ahora, ya que entendimos qué es la democracia y como se compone, debemos dar


un vistazo a los derechos humanos y entender mejor el por qué de su participación
dentro de nuestra sociedad.

Bueno, mencionamos que los derechos humanos son inherentes a la naturaleza


humana y se basan en el principio fundamental de que todas las personas merecen
igual trato, respeto y cuidado. Pero es importante señalar que estos derechos
abarcan muchas áreas, pero para ser claros, es importante saber que los derechos
humanos se han dividido durante generaciones desde la Revolución Francesa como
una forma de rebelión contra el autoritarismo de la monarquía.

Pero sí, estas áreas se dividen entre tres generaciones de derechos humanos. La
primera generación incluyó los derechos civiles y políticos y apareció en la segunda
mitad del siglo XVIII, la segunda generación incluyó los derechos económicos,
sociales y culturales y tuvo lugar en el siglo XIX. La tercera generación del derecho
a la solidaridad, la paz y el medio ambiente ha sido reconocida desde la segunda
mitad del siglo XX. Esta clasificación se hizo para facilitar su estudio y comprensión,
aunque algunos expertos creen que puede ser limitada o incompleta.

Es importante mencionar que, dentro de los fundamentos principales que


caracteriza los derechos humanos, prevalece la libertad como un concepto muy
importante dentro de ellos.

El concepto de libertad que promueven los derechos humanos es amplio e incluye la


libertad de expresión, la libertad de asociación y la libertad de reunión pacífica, entre
muchas otras. Esta libertad básicamente está constituida en el reconocimiento de la
dignidad humana y la igualdad de derechos de todas las personas. Pero lo más
importante o destacable de todo esto es que la Declaración Universal de Derechos
Humanos reconoce que la libertad es un derecho fundamental y que su protección
es esencial para el desarrollo de la dignidad humana y la plena realización de otros
derechos humanos. O sea, es un pilar importante que sostiene muchísimos de sus
derechos, algo crucial que debe ser tomado en cuenta en muchos aspectos de la
sociedad y de quienes la conformamos.

"La libertad no es un fin en sí misma, sino un medio para


conseguir algo más grande: la justicia y la dignidad humana."
- Nelson Mandela

Me parece ideal esta afirmación de Nelson Mandela, que encapsula una perspicaz
visión sobre la interconexión entre la libertad, la justicia y la dignidad en el contexto
de la lucha por los derechos humanos y la construcción de sociedades equitativas.

Es necesario ser conscientes que la libertad puede permitir a las personas actuar de
acuerdo con sus deseos y necesidades individuales, pero su verdadero valor radica
en su capacidad para facilitar la realización de un objetivo más elevado: la justicia y
la dignidad humana. Pero la justicia y la dignidad humana representan un llamado a
la igualdad de oportunidades, al respeto de los derechos fundamentales y a la
erradicación de la discriminación y la opresión. Sin embargo, alcanzar esta justicia y
dignidad no es posible sin libertad. La libertad proporciona el espacio para que las
voces sean escuchadas, para que los derechos sean ejercidos y para que las
injusticias sean desafiadas. Es un medio para empoderar a las personas a luchar
por sus derechos y a contribuir al cambio social.

En mi opinión, esta cita resuena profundamente en la actualidad. Vivimos en un


mundo donde la lucha por la justicia y la dignidad humana sigue siendo urgente y
relevante. La libertad de expresión, la libertad de asociación y otros derechos
fundamentales son cruciales para avanzar hacia la igualdad y la equidad. Sin
embargo, es importante recordar que la libertad debe usarse con responsabilidad y
a favor de un objetivo mayor.

Dentro de una sociedad, los derechos humanos desempeñan un papel fundamental


al establecer los límites sobre lo que es ético y justo en la interacción entre
individuos, grupos y autoridades. Representan un contrato social que establece que
todas las personas tienen un conjunto básico de derechos que deben ser
respetados y protegidos para garantizar la convivencia armoniosa y el desarrollo
humano integral.

Entender los derechos humanos implica reconocer su carácter universal e


indivisible. La universalidad se refiere a que estos derechos son aplicables a todas
las personas en todo momento, sin importar su origen, género, religión, orientación
sexual u otras características. Los derechos humanos no pueden ser condicionados
ni negados en función de circunstancias particulares.

La indivisibilidad significa que los derechos humanos son interdependientes y se


refuerzan mutuamente. No se pueden considerar en aislamiento, ya que su
cumplimiento integral es esencial para lograr una sociedad justa y equitativa. Por
ejemplo, el derecho a la educación influye en la capacidad de las personas para
ejercer sus derechos políticos y económicos, mientras que el derecho a la
alimentación está relacionado con la salud y el bienestar.

Ahora, por lo menos en el contexto de un estado de derecho, los derechos humanos


actúan como una barrera de protección frente al abuso de poder por parte del
Estado y otros factores. Un estado de derecho es un sistema donde todas las
personas, incluidos los gobernantes y las instituciones, están sujetas a las mismas
leyes y regulaciones. Los derechos humanos aseguran que estas leyes sean justas
y que el poder no sea ejercido de manera arbitraria u opresiva. Los derechos
humanos también establecen la obligación del Estado de garantizar que todos los
ciudadanos tengan acceso a una justicia imparcial y a un sistema legal que defienda
sus derechos.

Desde mi perspectiva, los derechos humanos son más que meras declaraciones
legales; son los cimientos éticos de una sociedad civilizada y justa. Al reconocer y
respetar los derechos de todas las personas, se construye un mundo en el que la
dignidad y el respeto son los pilares centrales de nuestras interacciones. Entender
los derechos humanos implica asumir la responsabilidad de protegerlos no solo para
uno mismo, sino para todos, y de luchar contra las injusticias y las violaciones que
amenacen su cumplimiento. Los derechos humanos no son solo una cuestión legal,
sino una expresión de la empatía y el compromiso con la humanidad en su conjunto.
En última instancia, son la brújula moral que guía nuestras acciones hacia la
construcción de un mundo más apropiado a lo justo y al respeto mutuo.

Retomando el cuestionamiento principal de este análisis, la relación entre derechos


humanos y democracia es incluso más estrecho de lo que se pensaba, porque la
democracia suele ser un marco en el cual los derechos humanos se protegen y
promueven. Un sistema democrático facilita la participación ciudadana y el respeto
por las libertades fundamentales, lo que a su vez contribuye a la protección de los
derechos humanos. O sea, ambos pilares van de la mano y se sostienen el uno al
otro.

Sin embargo, es importante recalcar que la democracia no garantiza


automáticamente el respeto absoluto de los derechos humanos. De hecho, en
algunos casos, pueden surgir tensiones entre las preferencias de la mayoría y los
derechos de las minorías. Por lo tanto, esto me hace llegar a la conclusión de que la
construcción de una sociedad justa y equitativa requiere un equilibrio cuidadoso
entre la democracia y la protección de los derechos humanos, así como
mecanismos sólidos para garantizar que ambas dimensiones se fortalezcan
mutuamente.

Aunque para muchos estos dos principios dentro de la sociedad difieren el uno del
otro, a mí me resultan bastante similares en varios aspectos, incluso más de lo que
pensaba inicialmente sobre ellos. Por ejemplo, la democracia implica la participación
activa de los ciudadanos en la toma de decisiones políticas, para mí, esto se traduce
en un mayor espacio para la expresión de opiniones y la defensa de los derechos
humanos, aunque evidentemente es más amplio, ya que no solo incluye este tipo de
derechos. Pero en fin, la participación ciudadana es esencial para garantizar que las
políticas y leyes respeten y reflejen los valores y necesidades de la sociedad en su
conjunto, y estas son dos visiones que comparten tanto los derechos humanos
como la democracia.

En el plano político, la relación entre ambos conceptos ha vivido una época de auge
desde comienzos de la década de los noventa. La concepción liberal de la
democracia se ha establecido en ideal hemogénico y el consenso generalizado con
respecto a su valor ha dado paso a un proceso de consolidación en el ámbito del
derecho internacional. También en este contexto la promoción de la democracia se
ha convertido en un objetivo fundamental de diferentes organizaciones
internacionales. El concepto de libertad democrática se ha consolidado como el
mejor y el acuerdo general sobre su importancia ha dado paso a un sistema de
integración en el ámbito del derecho internacional, que es un enfoque muy
participativo de los derechos humanos y principalmente por ese compromiso u
objetivo que tienen sobre expansión de los mismo y que en general aporten y
mejoren consigo a los seres humanos a nivel global. Pero, por también en este
sentido, la promoción de la democracia se ha convertido en un objetivo importante
de varias organizaciones internacionales.

Algo que también comparten los derechos humanos y la democracia, es que tienden
a incluir mecanismos para proteger los derechos de las minorías o dicho de otra
forma, de aquellos menos favorecidos dentro de una sociedad. Y es que, la inclusión
de diferentes perspectivas y voces en la toma de decisiones puede evitar la
opresión de grupos marginados y garantizar que todos los ciudadanos,
independientemente de su origen, género, religión u orientación, tengan igualdad de
oportunidades y protección legal, y es precisamente esto otro objetivo en común que
desde mi perspectiva los hacen aún más similares y que comparten mutuamente
dentro de su interdependencia.

Al reflexionar un poco sobre esto, podemos notar que la conexión entre democracia
y derechos humanos es un recordatorio constante de que el poder debe ser ejercido
con responsabilidad y que los ciudadanos tienen el deber de involucrarse
activamente en los asuntos públicos. Asimismo, esta relación refuerza la idea de
que una sociedad justa y libre no puede ser lograda únicamente a través de
estructuras legales; requiere una participación ciudadana informada y una defensa
constante de los derechos fundamentales.

La democracia y los derechos humanos comparten un énfasis en las libertades


fundamentales, como la libertad de expresión, de prensa, de asociación y de
religión, entro muchas más. Estas libertades son esenciales para el funcionamiento
de la democracia y para el ejercicio pleno de los derechos humanos. De esta forma
solo se realza más esta relación entre ambas fuentes significativas que forman parte
o más bien constituyen un estado justo, firme, libre y que se enfoca en el bienestar
de todos los individuos que lo conforman.

Desde mi observación, la relación entre democracia y derechos humanos es crucial


para la construcción de una sociedad justa y equitativa. Sin la garantía de las
libertades fundamentales, la democracia podría degenerar en una mera formalidad,
donde las voces de las personas no son auténticamente escuchadas y donde las
decisiones políticas no son responsables ni transparentes. Por otro lado, los
derechos humanos no pueden ser plenamente ejercidos en ausencia de un sistema
democrático que permita la participación y la toma de decisiones colectivas.

Ahora, más que hablar de una relación o similitud de estos dos pilares, me parece
necesario ahondar en aquella influencia que tiene cada uno sobre el otro, que es
precisamente la razón más relevante de su conexión y funcionamiento
interrelacionado. Las preguntas claves son: ¿De qué manera influye la democracia
en los derechos humanos? Y a su vez, ¿En qué influyen los derechos humanos a la
democracia?
Para empezar, en un sistema democrático, las leyes y la Constitución a menudo
incluyen garantías explícitas de derechos humanos. Estas normas legales
establecen las bases para proteger los derechos individuales y colectivos de los
ciudadanos. Además, una Constitución democrática puede establecer los límites del
poder gubernamental y asegurar que las autoridades respeten y protejan los
derechos de las personas. Pero no solo allí abarcan los derechos humanos un papel
resaltante dentro de la democracia, ya que además de esto, la democracia
promueve la participación activa de los ciudadanos en la toma de decisiones
políticas. Esto permite que las preocupaciones y opiniones de las personas sean
tomadas en cuenta al elaborar leyes y políticas.

A través de la participación, los ciudadanos pueden abogar por sus derechos y


contribuir a la formación de políticas que los respeten y promuevan. También, como
ya se ha mencionado anteriormente, la democracia suele incluir salvaguardias para
proteger a las minorías de la tiranía de la mayoría. Esto es crucial para prevenir la
violación de los derechos de los grupos minoritarios. En un sistema democrático, se
busca equilibrar las necesidades y derechos de todas las partes de la sociedad, lo
que ayuda a garantizar que incluso las voces menos representadas sean
escuchadas y respetadas.

Por otro lado, en el plano democrático, específicamente en el contexto de la


protección de los derechos individuales, los derechos humanos vuelven a
presentarse como una clara influencia sobre la ya establecida democracia, y es que,
literalmente, los derechos humanos establecen los límites sobre lo que este tipo de
gobierno puede o no puede hacer en relación con los ciudadanos. Esto garantiza
que incluso en un sistema democrático, donde la mayoría puede tomar decisiones,
ciertos derechos fundamentales de los individuos no pueden ser violados. Los
derechos humanos sirven como salvaguarda contra la posible corrupción de las
muchas formas de injusticia por parte de los grupos, por así llamarles, descarrilados
de la conducta permitida o aquellos infractores de las normas que regulan un estado
de derecho constitucional.
Una vez el católico y pacifista Desmond Tutu, dijo:

"Los derechos humanos son nuestra propia marca de


humanidad"

Aquella frase generó en mí una perspectiva aún más profunda y fundamental sobre
la esencia de los derechos humanos en el contexto de la dignidad y la condición
humana. Y, para mí, esta cita resuena en varios niveles, tanto desde una
perspectiva ética como legal.

Desde una perspectiva ética, los derechos humanos son una expresión concreta de
los valores fundamentales que definen lo que significa ser humano. Los derechos
humanos reflejan nuestra capacidad de empatía y comprensión hacia los demás, y
demuestran nuestra responsabilidad de crear una sociedad justa y equitativa donde
todas las personas puedan florecer.

Desde una perspectiva legal, los derechos humanos forman la base de los sistemas
legales y constitucionales en todo el mundo. En muchas jurisdicciones, los derechos
humanos están codificados en constituciones, tratados internacionales y leyes
nacionales. Además, la noción de que los derechos humanos son una "marca de
humanidad" se refleja en la jurisprudencia que defiende la dignidad y los derechos
individuales en casos de discriminación, tortura, libertad de expresión y otros
ámbitos.

Mi opinión personal se alinea con la afirmación de Desmond Tutu. Los derechos


humanos no son meros conceptos abstractos, sino una manifestación concreta de
los valores éticos y morales que nos definen como seres humanos.

Desmond Tutu nos recuerda que los derechos humanos son una parte intrínseca de
nuestra humanidad y que debemos actuar como guardianes de estos derechos para
construir un mundo donde la dignidad, la igualdad y la justicia sean los cimientos de
la convivencia. Como estudiantes de derecho, esta noción debería inspirarnos a ser
defensores apasionados y comprometidos de los derechos humanos en todas las
facetas de nuestra futura práctica legal.

Los derechos humanos promueven la inclusión y la igualdad, hasta aquí estamos


bien. Pero no muy alejado de aquel concepto tenemos que, en una democracia,
todos los ciudadanos tienen el derecho de participar en la toma de decisiones
políticas y, casualmente, los derechos humanos aseguran que todas las voces sean
escuchadas. Esto enriquece el proceso democrático al garantizar que una variedad
de perspectivas sea considerada.

Inclusive, los derechos humanos, como la libertad de expresión y la libertad de


asociación, son fundamentales para el funcionamiento de una sociedad
democrática. Estos derechos permiten a los ciudadanos expresar sus opiniones,
debatir asuntos públicos y formar organizaciones que abogan por causas
específicas. Estas actividades fomentan un ambiente en el que las personas pueden
participar activamente en la vida política.
CONCLUSIONES

Para comenzar, siento que este tema tan debatible, como lo es la relación
interdependiente acerca de los derechos humanos y la democracia, me ha hecho
reflexionar mucho ya que, como futura profesional del derecho, es importante ser
consciente de que la necesidad de comprender y defender los derechos humanos,
ya que son la base sobre la cual se constituyen sistemas legales justos y
democráticos. La interconexión entre los valores humanos y los principios legales es
crucial para garantizar que los derechos humanos no sean solo un ideal teórico, sino
una realidad que beneficie a todas las personas en la sociedad.

Para mí los derechos humanos hacen parte de mi propio concepto y filosofía del
derecho, ya que de ellos se formulan las demás bases que fundamentan las teorías
de la justicia y la sana convivencia entre las personas, pero también entiendo que
sin democracia no habría forma efectiva de hacer cumplir estos derechos, de regular
a los individuos de una sociedad y que prácticamente no habría ningún control o
más bien, protección y garantía de que estos sean cumplidos y sean respetados, lo
que podría terminar en abusos del poder, etc.

Para finaliza, me gustaría concluir esto en que a medida que avanzamos en la


construcción de sociedades justas y equitativas, debemos recordar que la
democracia y los derechos humanos son aliados inseparables y necesitamos de
ambos.
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

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existe entre democracia y Derechos Humanos? Obtenido de YouTube:
https://youtu.be/2mB5WzZnSJk?si=UTj2drqTzLQ6CgvG
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nationalgeographicla.com:
https://www.nationalgeographicla.com/historia/2023/07/quien-fue-nelson-
mandela-y-por-que-es-importante-para-la-historia

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