Ensayo DEMOCRACIA Y DERECHOS HUMANOS Por YOSELYN CHERIGO
Ensayo DEMOCRACIA Y DERECHOS HUMANOS Por YOSELYN CHERIGO
Ensayo DEMOCRACIA Y DERECHOS HUMANOS Por YOSELYN CHERIGO
Y DERECHOS
HUMANOS
PRESENTADO POR YOSELYN CHERIGO
Ensayo
DEMOCRACIA Y DERECHOS HUMANOS
Docente
Lic. Edgar Ortega
INTRODUCCIÓN
A demás, los derechos humanos realzan el concepto de “El poder público debe
ejercerse al servicio del ser humano”
Desde un punto de vista personal, no se puede negar que los derechos humanos
son una parte esencial de cualquier sociedad democrática y justa. La visión de que
estos derechos corresponden a la dignidad humana enfatiza la importancia de
reconocer el valor único e inherente de cada persona. Esta perspectiva, consistente
con una creencia en la igualdad y la inclusión, proporciona una base moral sólida
para la defensa de los derechos humanos.
Por otro lado, también se incluye el Pluralismo Político y la Diversidad, ¿en qué
sentido? Pues, en una democracia se fomenta la existencia de diferentes partidos
políticos, grupos de interés y opiniones diversas. Esto promueve la competencia
política, el debate y la posibilidad de que las soluciones a los problemas sean
analizadas desde múltiples perspectivas. Aparte, trayendo a colación los derechos
humanos, las democracias tienden a reconocer y proteger de ellos como un aspecto
central de su funcionamiento, porque la igualdad, la dignidad y la protección de los
derechos individuales y colectivos son valores fundamentales en una sociedad
democrática.
Desde mi perspectiva, la relación entre estos dos elementos es vital para garantizar
que los sistemas democráticos sean verdaderamente representativos y respetuosos
de la dignidad y libertad de cada individuo.
Pero sí, estas áreas se dividen entre tres generaciones de derechos humanos. La
primera generación incluyó los derechos civiles y políticos y apareció en la segunda
mitad del siglo XVIII, la segunda generación incluyó los derechos económicos,
sociales y culturales y tuvo lugar en el siglo XIX. La tercera generación del derecho
a la solidaridad, la paz y el medio ambiente ha sido reconocida desde la segunda
mitad del siglo XX. Esta clasificación se hizo para facilitar su estudio y comprensión,
aunque algunos expertos creen que puede ser limitada o incompleta.
Me parece ideal esta afirmación de Nelson Mandela, que encapsula una perspicaz
visión sobre la interconexión entre la libertad, la justicia y la dignidad en el contexto
de la lucha por los derechos humanos y la construcción de sociedades equitativas.
Es necesario ser conscientes que la libertad puede permitir a las personas actuar de
acuerdo con sus deseos y necesidades individuales, pero su verdadero valor radica
en su capacidad para facilitar la realización de un objetivo más elevado: la justicia y
la dignidad humana. Pero la justicia y la dignidad humana representan un llamado a
la igualdad de oportunidades, al respeto de los derechos fundamentales y a la
erradicación de la discriminación y la opresión. Sin embargo, alcanzar esta justicia y
dignidad no es posible sin libertad. La libertad proporciona el espacio para que las
voces sean escuchadas, para que los derechos sean ejercidos y para que las
injusticias sean desafiadas. Es un medio para empoderar a las personas a luchar
por sus derechos y a contribuir al cambio social.
Desde mi perspectiva, los derechos humanos son más que meras declaraciones
legales; son los cimientos éticos de una sociedad civilizada y justa. Al reconocer y
respetar los derechos de todas las personas, se construye un mundo en el que la
dignidad y el respeto son los pilares centrales de nuestras interacciones. Entender
los derechos humanos implica asumir la responsabilidad de protegerlos no solo para
uno mismo, sino para todos, y de luchar contra las injusticias y las violaciones que
amenacen su cumplimiento. Los derechos humanos no son solo una cuestión legal,
sino una expresión de la empatía y el compromiso con la humanidad en su conjunto.
En última instancia, son la brújula moral que guía nuestras acciones hacia la
construcción de un mundo más apropiado a lo justo y al respeto mutuo.
Aunque para muchos estos dos principios dentro de la sociedad difieren el uno del
otro, a mí me resultan bastante similares en varios aspectos, incluso más de lo que
pensaba inicialmente sobre ellos. Por ejemplo, la democracia implica la participación
activa de los ciudadanos en la toma de decisiones políticas, para mí, esto se traduce
en un mayor espacio para la expresión de opiniones y la defensa de los derechos
humanos, aunque evidentemente es más amplio, ya que no solo incluye este tipo de
derechos. Pero en fin, la participación ciudadana es esencial para garantizar que las
políticas y leyes respeten y reflejen los valores y necesidades de la sociedad en su
conjunto, y estas son dos visiones que comparten tanto los derechos humanos
como la democracia.
En el plano político, la relación entre ambos conceptos ha vivido una época de auge
desde comienzos de la década de los noventa. La concepción liberal de la
democracia se ha establecido en ideal hemogénico y el consenso generalizado con
respecto a su valor ha dado paso a un proceso de consolidación en el ámbito del
derecho internacional. También en este contexto la promoción de la democracia se
ha convertido en un objetivo fundamental de diferentes organizaciones
internacionales. El concepto de libertad democrática se ha consolidado como el
mejor y el acuerdo general sobre su importancia ha dado paso a un sistema de
integración en el ámbito del derecho internacional, que es un enfoque muy
participativo de los derechos humanos y principalmente por ese compromiso u
objetivo que tienen sobre expansión de los mismo y que en general aporten y
mejoren consigo a los seres humanos a nivel global. Pero, por también en este
sentido, la promoción de la democracia se ha convertido en un objetivo importante
de varias organizaciones internacionales.
Algo que también comparten los derechos humanos y la democracia, es que tienden
a incluir mecanismos para proteger los derechos de las minorías o dicho de otra
forma, de aquellos menos favorecidos dentro de una sociedad. Y es que, la inclusión
de diferentes perspectivas y voces en la toma de decisiones puede evitar la
opresión de grupos marginados y garantizar que todos los ciudadanos,
independientemente de su origen, género, religión u orientación, tengan igualdad de
oportunidades y protección legal, y es precisamente esto otro objetivo en común que
desde mi perspectiva los hacen aún más similares y que comparten mutuamente
dentro de su interdependencia.
Al reflexionar un poco sobre esto, podemos notar que la conexión entre democracia
y derechos humanos es un recordatorio constante de que el poder debe ser ejercido
con responsabilidad y que los ciudadanos tienen el deber de involucrarse
activamente en los asuntos públicos. Asimismo, esta relación refuerza la idea de
que una sociedad justa y libre no puede ser lograda únicamente a través de
estructuras legales; requiere una participación ciudadana informada y una defensa
constante de los derechos fundamentales.
Ahora, más que hablar de una relación o similitud de estos dos pilares, me parece
necesario ahondar en aquella influencia que tiene cada uno sobre el otro, que es
precisamente la razón más relevante de su conexión y funcionamiento
interrelacionado. Las preguntas claves son: ¿De qué manera influye la democracia
en los derechos humanos? Y a su vez, ¿En qué influyen los derechos humanos a la
democracia?
Para empezar, en un sistema democrático, las leyes y la Constitución a menudo
incluyen garantías explícitas de derechos humanos. Estas normas legales
establecen las bases para proteger los derechos individuales y colectivos de los
ciudadanos. Además, una Constitución democrática puede establecer los límites del
poder gubernamental y asegurar que las autoridades respeten y protejan los
derechos de las personas. Pero no solo allí abarcan los derechos humanos un papel
resaltante dentro de la democracia, ya que además de esto, la democracia
promueve la participación activa de los ciudadanos en la toma de decisiones
políticas. Esto permite que las preocupaciones y opiniones de las personas sean
tomadas en cuenta al elaborar leyes y políticas.
Aquella frase generó en mí una perspectiva aún más profunda y fundamental sobre
la esencia de los derechos humanos en el contexto de la dignidad y la condición
humana. Y, para mí, esta cita resuena en varios niveles, tanto desde una
perspectiva ética como legal.
Desde una perspectiva ética, los derechos humanos son una expresión concreta de
los valores fundamentales que definen lo que significa ser humano. Los derechos
humanos reflejan nuestra capacidad de empatía y comprensión hacia los demás, y
demuestran nuestra responsabilidad de crear una sociedad justa y equitativa donde
todas las personas puedan florecer.
Desde una perspectiva legal, los derechos humanos forman la base de los sistemas
legales y constitucionales en todo el mundo. En muchas jurisdicciones, los derechos
humanos están codificados en constituciones, tratados internacionales y leyes
nacionales. Además, la noción de que los derechos humanos son una "marca de
humanidad" se refleja en la jurisprudencia que defiende la dignidad y los derechos
individuales en casos de discriminación, tortura, libertad de expresión y otros
ámbitos.
Desmond Tutu nos recuerda que los derechos humanos son una parte intrínseca de
nuestra humanidad y que debemos actuar como guardianes de estos derechos para
construir un mundo donde la dignidad, la igualdad y la justicia sean los cimientos de
la convivencia. Como estudiantes de derecho, esta noción debería inspirarnos a ser
defensores apasionados y comprometidos de los derechos humanos en todas las
facetas de nuestra futura práctica legal.
Para comenzar, siento que este tema tan debatible, como lo es la relación
interdependiente acerca de los derechos humanos y la democracia, me ha hecho
reflexionar mucho ya que, como futura profesional del derecho, es importante ser
consciente de que la necesidad de comprender y defender los derechos humanos,
ya que son la base sobre la cual se constituyen sistemas legales justos y
democráticos. La interconexión entre los valores humanos y los principios legales es
crucial para garantizar que los derechos humanos no sean solo un ideal teórico, sino
una realidad que beneficie a todas las personas en la sociedad.
Para mí los derechos humanos hacen parte de mi propio concepto y filosofía del
derecho, ya que de ellos se formulan las demás bases que fundamentan las teorías
de la justicia y la sana convivencia entre las personas, pero también entiendo que
sin democracia no habría forma efectiva de hacer cumplir estos derechos, de regular
a los individuos de una sociedad y que prácticamente no habría ningún control o
más bien, protección y garantía de que estos sean cumplidos y sean respetados, lo
que podría terminar en abusos del poder, etc.