I. II. Iii. IV. V. VI

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 31

Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM

www.juridicas.unam.mx Libro completo en:


http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

LA SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS EN LA CONSTITUCIÓN


DE 1917 AYER Y HOY: LECCIONES DEL PASADO
Y DEL PRESENTE PARA EL FUTURO INMEDIATO*

Carlos María Pelayo Moller**

Sumario: I. Introducción. II. ¿De qué hablamos cuando hablamos de “suspensión


de garantías”? III. La suspensión de garantías en la historia. IV. La suspensión de
garantías en México en la Constitución de 1917. V. El nuevo régimen de suspensión
de garantías a partir de la reforma constitucional en materia de derechos humanos de
junio de 2011. VI. Reflexiones finales.

I. Introducción

L
os estudiosos del derecho constitucional contemporáneo han invertido la ma-
yor parte de sus esfuerzos en el estudio de los derechos en situaciones de nor-
malidad. Sin embargo, también es importante el análisis de estos derechos en
situaciones de emergencia, cuando se tiene que hacer uso de herramientas excepcio-
nales como la suspensión de garantías, que en la Constitución mexicana se encuentra
formalmente contemplada en su artículo 29.
En este artículo con motivo del centenario de la Constitución en un primer
apartado se hace una reflexión en torno al concepto de “suspensión de garantías”.
Después, un breve recorrido histórico desde la Antigüedad hasta nuestros días en
torno a esta figura así como su funcionamiento en distintos regímenes y tradiciones
jurídicas. En un tercer momento de este escrito se analiza la suspensión de garantías
en México, en la Constitución de 1917 con especial énfasis en la única aplicación

* Publicado originalmente en Guerrero Galván, Luis René y Pelayo Moller, Carlos María (coords.),

100 años de la Constitución mexicana: de las garantías individuales a los derechos humanos, México, UNAM, Ins-
tituto de Investigaciones Jurídicas, 2016.
** Profesor de la Universidad Iberoamericana, licenciado en derecho por la Universidad Autóno-

ma de Sinaloa; maestro en derecho por la Universidad de Notre Dame y doctorando por el Instituto
de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
......
329
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 329 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

Carlos María Pelayo Moller

formal que esta figura tuvo durante la Segunda Guerra Mundial. En el mismo
apartado se trata de explicar por qué esta figura no ha sido aplicada formalmente
desde entonces, y ha sido suplida por otras figuras jurídicas. Por último, se hacen
algunas precisiones en torno al nuevo régimen de suspensión de garantías a partir
de la reforma constitucional en materia de derechos humanos de junio de 2011 y
cómo esa importante reforma es una oportunidad para “reconstruir” esa figura de
nuestro constitucionalismo.

II. ¿De qué hablamos cuando hablamos


de “suspensión de garantías”?

El artículo 27 de la Convención Americana contempla la figura de la “Suspen-


sión de Garantías”. Al respecto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en
la opinión consultiva OC-8/87, ha estimado que “del análisis de los términos de la
Convención en el contexto de éstos, resulta que no se trata de una ‘suspensión de
garantías’, en sentido absoluto, ni de la ‘suspensión de los derechos’, ya que siendo
éstos consustanciales con la persona lo único que podría suspender sería su pleno y
efectivo ejercicio”.1 En la misma resolución la Corte acordó emplear el término de
“suspensión de garantías” con las salvedades ya referidas.2 De ahí que tengamos que
señalar que dicha suspensión sólo puede efectuarse con carácter temporal y limita-
do. Igualmente, la Corte Interamericana aclaró que las garantías judiciales, como
mecanismos judiciales de protección de los derechos, no son suspendibles.3
Las expresiones suspensión de garantías, estado de excepción o de sitio, preten-
den habitualmente indicar el régimen jurídico excepcional al cual una comunidad
territorial es sometida temporalmente, en consideración a un estado de peligro para
el orden público, por efecto de una previsión de la autoridad estatal que atribuye
poderes extraordinarios a la autoridad pública y que sanciona correspondientes res-
tricciones de las libertades de los ciudadanos.4

1Corte IDH, “El habeas corpus bajo suspensión de garantías”, opinión consultiva OC-8/87, 30 de
enero de 1987, serie A, núm. 8, párrafo 18.
2 Idem.
3 Corte IDH, Garantías judiciales en estados de emergencia (artículos 27.2, 25 y 8 Convención
Americana sobre Derechos Humanos), opinión consultiva OC-9/87, 6 de octubre de 1987, serie A,
núm. 9. Véase también los comentarios de Ferrer Mac-Gregor, Eduardo y Herrera García, Alfonso,
“La suspensión de garantías en la Convención Americana sobre Derechos Humanos”, en Ferrer
Mac-Gregor, Eduardo, Panorámica del derecho procesal constitucional y convencional, Madrid, Marcial Pons-
UNAM, 2013, pp. 997 y ss. Asimismo véase el caso contencioso en el que la Corte IDH interpretó
y aplicó el artículo 27 de la Convención: caso Zambrano Vélez y otros vs. Ecuador, Fondo, repa-
raciones y costas, sentencia de 4 de julio de 2007, serie C, núm. 166. Véase también: Rodríguez,
Gabriela, “Suspensión de Garantías” en Convención Americana Comentada. México, SCJN-Fundación
Konrad Adenauer, 2014, pp. 677 y ss.
4 Baldi, Carlo, “Estado de sitio”, Diccionario de política, t. I, México, Siglo XXI editores, 2000,

p. 560.
......
330
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 330 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

LA SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS EN LA CONSTITUCIÓN DE 1917 AYER Y HOY…

Leandro Despouy afirma que los diversos términos de “estado de alarma”, “es-
tado de sitio”, “estado de prevención” entre otros, son sinónimos de todas aquellas
medidas adoptadas por los gobiernos que implican mayores restricciones al ejerci-
cio de los derechos humanos de las que regularmente se autorizan en situaciones
ordinarias.5
Los diversos estados de emergencia, pueden a su vez revestir formas más o me-
nos amplias, pudiendo ir desde medidas de policía (por ejemplo, la prohibición de
reuniones, que normalmente son lícitas), hasta la suspensión de ciertos derechos y
garantías constitucionales.6 Paralelamente, las emergencias que pueden hacer ne-
cesaria una suspensión de derecho, pueden ser de diversa índole, desde desastres
naturales hasta sucesos que pongan en riesgo la seguridad nacional.
La suspensión de garantías, en sus diversas modalidades, en los estados demo-
cráticos, siempre conlleva un marcado rasgo de temporalidad, es decir, la prohi-
bición de que estas restricciones a los derechos puedan prolongarse más allá del
tiempo necesario para hacer frente a la emergencia. Actualmente, en la mayor parte
de las constituciones modernas no se establece ningún plazo especifico, pero sí la
mención de que dichas medidas deben ponerse en marcha sólo por el tiempo que
dure la emergencia.
Con estos elementos y con el fin de proporcionar una definición general de esta
figura jurídica, que nos pueda servir para comprenderla dentro de cualquier orde-
namiento jurídico, y como marco referencial para este estudio, proponemos definir
a la suspensión de garantías como una: “Institución jurídica de carácter excepcio-
nal, que tiene como objetivo restringir y limitar el ejercicio de ciertos derechos fun-
damentales o de sus garantías por un tiempo limitado en un país o en parte de él,
para hacer frente a una situación de grave peligro para la existencia y supervivencia
de la población y del Estado democrático”.

III. La suspensión de garantías en la historia

En este apartado trataremos de dar una visión muy general y breve de las institu-
ciones que eran aplicables en los periodos de excepción y que existieron en diversos
países desde el imperio romano, hasta finales del siglo XIX.

1. La dictadura romana

Si bien en circunstancias excepcionales de orden interior o exterior, las antiguas


repúblicas griegas confiaban la defensa de su ciudad-estado a un “tirano” (oesymne-

5 Despouy, Leandro, Los derechos humanos y los estados de excepción, México, UNAM, Instituto de In-

vestigaciones Jurídicas, 1999, p. 12.


6 Baldi, Carlo, op. cit., p. 560.

......
331
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 331 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

Carlos María Pelayo Moller

ta), elegido fundamentalmente con esa finalidad7 en cuanto a los antecedentes más
antiguos de los estados de excepción se suele citar a la dictadura romana, la cual se
implementaba cuando la República romana se encontraba en peligro, generalmente
por una guerra, consistiendo en una magistratura extraordinaria para épocas de cri-
sis. En una situación de emergencia, el dictador tenía un poder ilimitado, por un plazo
máximo de seis meses. En situaciones graves, de menor magnitud que las anteriores,
el senado podía conceder poderes extraordinarios a los cónsules.
La dictadura nace —según Schmitt— de una “sabia invención” de la República
romana. El dictador era un magistrado romano extraordinario, que fue introduci-
do después de la expulsión de los reyes, para que en tiempos de peligro hubiera un
imperium fuerte, que no estuviera obstaculizado por el poder de los cónsules, por la
colegialidad, por el derecho de veto de los tribunos, de la plebe y la apelación del
pueblo.8
Esta rigurosa restricción temporal repercutía con eficacia en la conducta del
dictador, ya que era de su conocimiento que dentro de un breve lapso volverían a en-
trar en vigor todos los límites y todos los controles al poder. La dictadura constituía
así, un modo de suspender temporalmente su propio orden jurídico para preservar
su integridad y permanencia. De esta manera, el dictador, estaba capacitado para
suspender de inmediato los poderes del magistrado que le había nombrado y los del
colega de éste, con lo que reunía “excepcional y transitoriamente”, todos los atribu-
tos de la antigua oligarquía romana.9
Es importante mencionar que la dictadura fue el régimen sucesor de la monar-
quía romana por un corto tiempo, siendo, para algunos estudiosos en la materia, la
supervivencia de una magistratura suprema unitaria, que ocupaba el lugar del rey,
considerándose suspendidas todas las garantías de la libertad ciudadana, no diferen-
ciándose entre imperium domi y el imperium militae. Valadés menciona, que la figura del
dictador, era muy similar a la de un jefe de la caballería, figura que ya había existido,
bajo los reyes, en los casos de trastorno, peligro o de guerra.10
La dictadura romana era un órgano extraordinario que se podía activar, según
procedimientos y dentro de los límites constitucionalmente definidos, ya fuera para
la conducción de una guerra (dictadura rei gerendae causa) o de la solución de una crisis
interna (dictadura seditionis sedandae et rei gerendae causa), más tarde también se encomen-
daron pormenores especiales, como la celebración de una asamblea popular (comit-
tiorum habendorum), clavar un clavo por motivos religiosos (clavi figendi), la dirección, la
fijación de días festivos, entre otros.11
Los poderes del dictador eran muy amplios e incluían el pleno mando militar, la
subordinación de los cónsules por lo que sus actos no eran sometibles a la intercessio

7 Fernández Segado, F., El estado de excepción en el derecho constitucional español, Madrid, Revista de
Derecho Privado y Editorial de Derecho Unidas, 1978, p. 47.
8 Schmitt, Carl, La dictadura; desde los comienzos del pensamiento moderno de la soberanía hasta la lucha de

clases proletaria, trad. de José Díaz García, Madrid, Ediciones de la Revista de Occidente, 1968, p. 33.
9 Mommsen, Teodoro, Historia de Roma, Nueva Biblioteca Universal, p. 100.
10 Valadés, Diego, La dictadura constitucional en América Latina, México, UNAM, Instituto de Inves-

tigaciones Jurídicas, 1974, p. 14.


11 Schmitt, Carl, op. cit., p. 34.

......
332
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 332 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

LA SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS EN LA CONSTITUCIÓN DE 1917 AYER Y HOY…

de los tribunos; gozaba de ius edicendi y, por la duración del cargo, sus decretos tenían
valor de ley asumiendo la labor de juez penal e imponiendo sentencias, las cuales
eran inapelables.
Esta magistratura no era electiva, pues derivaba su poder de una investidura di-
recta hecha por los cónsules, encontrando siempre hostilidad popular. Al no poder
desterrar la opinión de que un poder ilimitado como ése, era, en ocasiones, muy pre-
ciso en los momentos de supremo peligro, los demócratas llegaron a conseguir, en la
época de las guerras púnicas (363 a. C.),12 que prevaleciera el principio de elección
de este magistrado extraordinario; fue desde ese momento que se hizo inusual el
recurrir a la dictadura para dirigir operaciones bélicas.13 De ahí en adelante, duran-
te la época de la república, los dictadores desempeñaron funciones que no podían
llevar a cabo los cónsules, como presidir elecciones en circunstancias difíciles, entre
otras, lo cual nos lleva a la conclusión que en un Estado democrático, en pocas oca-
siones se recurre al estado de excepción.
En su forma original la dictadura romana correspondió a un muy significativo
principio funcional de la democracia, pues a diferencia de lo que hoy ocurre en
muchos países alrededor del mundo, en aquella época el magistrado que dictaba las
medidas de emergencia no era el mismo que gobernaba en periodos de estabilidad.
De esa manera, quedaba conjurado el vicio de establecer un estado de excepción
para afianzar no la seguridad del Estado en su sentido estricto, sino las prerrogativas
de los detentadores del poder.14
Durante el periodo de Sila (82 a.C.-79 a.C.) la dictadura caída en desuso reapa-
reció con vigor. Reinstaurada “con la misión de decretar leyes” y teniendo, en opinión
de historiadores, más semejanza con el decenvirato cuyos funcionarios eran revesti-
dos de poderes excepcionales y absolutos, ocupó todas las magistraturas ordinarias,
funcionando por tiempo ilimitado.15
Carl Friederich, identifica algunos requisitos que resultaban necesarios para esta
institución extraordinaria:16

a) El nombramiento del dictador debía efectuarse con arreglo a un procedi-


miento predeterminado.
b) El propio dictador no estaba facultado para declarar a su libre arbitrio la
existencia de una situación extraordinaria.

12 Valadés, Diego, op. cit., p. 14.


13 Idem.
14 Valadés, Diego, op. cit., p. 15.
15 Sila instituyó una reforma constitucional completa que suponía la restauración del poder del

Senado y la aristocracia, imponiendo controles estrictos sobre los tribunos y otros magistrados. Su
organización del sistema de procedimiento criminal mediante el incremento del número de quaestiones
perpetuae fue de especial importancia, pues se establecieron en Roma los primeros juzgados penales
permanentes. Su reforma autoritaria, que separó las magistraturas civiles de las militares, convirtió su
gobierno en algo que algunos historiadores han considerado como la primera administración imperial,
aunque todavía dentro de las formas republicanas. Cfr. Idem.
16 Finn, John E., Constitutions in crisis. Political violence and the rule of law, Nueva York, Oxford Univer-

sity Press, 1991, p. 16.


......
333
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 333 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

Carlos María Pelayo Moller

c) La persona detentadora de la titularidad de la dictadura disponía de un pla-


zo fijo para realizar su misión que no podía exceder de seis meses.
d) La dictadura tenía como finalidad la defensa del orden constitucional (sic)
existente, no su destrucción.

Schmitt, consideraba que estas limitaciones obedecían a una función de carác-


ter político, en cambio, Friederich, las consideraba como requisitos legales para que
la institución pudiera subsistir y llevar a cabo sus propósitos.
Para reprimir los brotes sediciosos existía la Ley de la Majestad (Laesa majestatis).
Esta célebre ley, a la que en justicia pueden atribuirse buena parte de los crímenes
del Imperio, tenía procedencia republicana. 17
Según Schmitt, la sorprendente diversidad de la antigua dictadura republicana
y la dictadura ulterior de Sila y César habría podido sugerir una determinación más
inmediata dentro del concepto de dictadura.18 Marcando de esta manera una con-
traposición entre la dictadura comisarial y la soberana.19

2. La excepción en el Estado pre-moderno (antiguo régimen)

La suspensión de garantías en el antiguo régimen estaba enfocada principal-


mente al combate y represión de motines y levantamientos populares, para así pre-
servar el orden; esta institución era utilizada como un medio de control político,
aunque es pertinente señalar que la existencia de instituciones propiamente dichas
que regularan los estados de crisis, guerra y emergencias y con ellos la suspensión de
derechos y garantías no existían tal y como las conocemos hoy, como lo señalan los
estudiosos del tema.
Las causas de estos motines y levantamientos radicaban en la miseria reinante
entre la población urbana y rural de la época.20 No obstante lo anterior, el motivo in-
mediato del motín podía venir determinado por la caída del consumo, poniendo en
peligro la misma supervivencia de la población.21 Nada de esto último; sin embargo,
puede ser una explicación suficiente, si no es partiendo de la perspectiva de la situa-
ción permanente de extrema miseria sobre la mayor parte de la población.22
Un factor que permitía la represión de las clases pobres en la Edad Media, así
como en las monarquías absolutas de aquella época, fue el hecho de que no se reco-
nocían, al menos tal y como hoy los entendemos, los derechos humanos, quizá por-

17 “Dicha Ley castigaba con pena de muerte a quienquiera que resultase convicto por haber per-

judicado la ‘grandeza o dignidad del pueblo romano’. La vaguedad misma de esa fórmula permitía, en
cada crisis política, al partido vencedor perseguir a muerte a todos sus adversarios... Sila especialmente,
había hecho uso excesivo de ella, y en virtud de una interpretación hábil, encontró la manera de hacer-
la extensiva a las palabras lo mismo que a las obras”, Mommsen, op. cit., t. VI, p. 114.
18 Schmitt, Carl, op. cit, p. 34.
19 Valadés, op. cit., p. 17.
20 Cruz Villalón, Pedro, El estado de sitio y la Constitución, Madrid, CEC, 1980, p. 26.
21 Idem.
22 Cruz Villalón, Pedro, op. cit., p. 27.

......
334
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 334 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

LA SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS EN LA CONSTITUCIÓN DE 1917 AYER Y HOY…

que los derechos y garantías individuales de las personas estuvieron “en manos” de
los reyes o mejor dicho en manos de los señores feudales y en una última instancia en
manos del clero. 23 Lo que nos remite de nuevo a la dimensión histórica de los dere-
chos fundamentales, los cuales para esa época todavía no habían sido conquistados.
Algunos procedimientos para la concentración de los poderes ejecutivos sobre
determinadas personas de modo excepcional fueron en esa época la institución de
los “comisarios extraordinarios” a quienes los príncipes nombraban en ejercicio de
su plena autoridad.24
Encontramos conjuntamente a los comisarios del rey, comisarios de determi-
nados estamentos y asambleas; además, de que en esta época se consolidan monar-
quías cesaristas, que, en algunos casos, fueron el resultado de una dictadura.25 El
ejemplo más claro en esta época se tiene con Cromwell, en Inglaterra, a mediados
del siglo XVII. El cual se iba a auto-presentar como el líder de una dictadura “co-
misarial”, transferida por el llamado Parlamento Largo, que se iba a convertir, al
ser disuelto este último, en una auténtica “dictadura militar soberana depositaria de
una transferencia de autoridad limitada”.26
A su vez, en esta época no sólo se previó la represión de motines sino incluso
su prevención; en este sentido, Cruz Villalón distingue cuatro clases de prevención,
siendo la primera la inmediata, la cual, se podía manifestar de dos maneras. Una forma
de lograr este objetivo era ante la eventual falta de algún insumo como trigo o pan, se
proveyese inmediatamente, aunque históricamente se optaba ante esta situación el uso
de la fuerza por medio de la disuasión y la represión.27
La segunda era una medida de doble filo, efectiva a plazo inmediato: cuando
ya el motín se consideraba inevitable y sólo se trataba de debilitarlo, de antemano,
se implementaba la “saca de gente de levas”, es decir, la formación del contingente
de hombres con el que la ciudad o la zona debía contribuir de forma inmediata al
ejército del rey.28
La función de la burguesía era variable, ya que a menudo no mostraba demasia-
da prisa en organizarse para reprimir estos movimientos mientras sus intereses no se
vieran afectados; no obstante, si esto ocurría llegaban a intervenir. Tal fue el caso en
Francia, en el siglo XVII, donde llegó a existir una “guardia burguesa” (garde bour-
geoise) compuesta de individuos de posición acomodada, teóricamente a disposición
del ayuntamiento, del que constituía la principal fuerza armada.29
El segundo tipo de actuación era la de previsión de carácter permanente, por
medio del abastecimiento. Estas medidas tuvieron un cierto sustento en legislación
como la Book of Orders, que disponía la repartición de granos entre la población de

23 Cfr. Fernández, Segado, op. cit., p. 50.


24 Idem.
25 Fernández, Segado, op. cit., p. 51.
26 Idem.
27 Fernández, Segado, op. cit., pp. 47-48.
28 Idem.
29 Fernández, Segado, op. cit., p. 39.
......
335
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 335 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

Carlos María Pelayo Moller

bajos recursos en Inglaterra, entre 1580 y 1630.30 Entre otras leyes encontramos las
llamadas poor laws, las cuales introducían un sistema que operaba en cada parroquia
para que los pobres nacidos en ella pudieran encontrar ahí sustento, a la vez que se
les impedía establecerse en otras ciudades. Paralelamente se crearon las llamadas
workhouses o las poorhouses, donde se auxiliaba a personas desempleadas o con alguna
incapacidad física; este modelo eventualmente chocaría con el de la incipiente clase
burguesa, dueña de los medios de producción en las ciudades, interesada en dispo-
ner de una mano de obra lo más abundante y barata posible.31
El tercer tipo de prevención era la “estructural” de los levantamientos popula-
res, la cual se basaba en la opresión, manteniendo a la gran masa de la población
en el analfabetismo y la ignorancia bajo el poder de la iglesia y en la justicia crimi-
nal, caracterizada particularmente por la imposición de penas desproporcionadas
y brutales como único medio para disuadir, dada la miseria existente, y también
como único medio de compensar la incapacidad del antiguo régimen para sostener
un aparato represivo eficaz incluso de los delitos individuales; para “hacer escar-
miento”, los ajusticiamientos y suplicios debían realizarse en presencia de toda la
población.32
Por último, existía otro tipo de prevención que era la “política” y “policial” en
contra de la burguesía, por medio de las lettres de cachet y de las órdenes de destierro, la
intervención sistemática de la correspondencia, las denuncias por lo que se escribía,
por lo que se decía. Si bien, podemos considerar que este tipo de represión afectó a
un pequeño sector de la población que era la burguesía y eventualmente a la misma
nobleza, estas instituciones inspiraron en gran medida los grandes cambios que da-
rían forma a los modernos esquemas constitucionales de excepción, que se presentan
cómo el instrumento decisivo, la ultima ratio, de la salvación del Estado.33
El antiguo régimen desapareció, por lo menos en su forma original, con la Ilus-
tración y el reconocimiento y declaración de los derechos del hombre y del ciuda-
dano, fruto de la Revolución francesa. Sin embargo, es innegable que no todos los
mecanismos de seguridad y represión del antiguo régimen han sido desechados,
como explicaremos posteriormente.

3. La martial law inglesa y la loi martiale francesa

En el Reino Unido y Francia encontramos leyes para la represión armada de


tumultos; a esta serie de disposiciones se les dio el nombre de “ley marcial”, siendo
sinónimo, por una parte, de intervención armada del Estado contra los ciudadanos,
autorizando a su vez esta intervención en los casos y con las formalidades que dicha

30 Ibidem, p. 51.
31 Ibidem, p. 54.
32 Ibidem, p. 55. Esta situación, la llegaría a inmortalizar Víctor Hugo, en su obra maestra Los mise-

rables, donde el protagonista de la historia, Jean Val-Jean, es encarcelado muchos años y perseguido el
resto de su vida por haberse robado un trozo de pan y una moneda.
33 Cfr. Ibidem, p. 57.

......
336
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 336 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

LA SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS EN LA CONSTITUCIÓN DE 1917 AYER Y HOY…

ley expresa.34 Estas leyes son instituciones de seguridad interna, proveyendo una
protección extraordinaria.
Cruz Villalón distingue dos acepciones al término “ley marcial”: la primera se
refiere al uso de métodos efectivos para evitar cualquier capitulación de poder en el
Estado moderno, por medio de la utilización de una fuerza suficiente, y la segunda,
al arreglo o sometimiento de esta actuación a los condicionamientos de un poder
público, de una de las autoridades responsables.35
En Inglaterra después de los desórdenes de 1780 aparece la martial law, que es
una especie de situación ajurídica en donde la autoridad militar interventora puede
proceder sin tomar en cuenta las “barreras” legales durante motines, teniendo como
objetivo distinguir la esfera militar fáctica de la realizada con arreglo al derecho mi-
litar por el consejo de guerra.36 A pesar de su nombre, el derecho de guerra no es,
en este sentido, derecho ni ley, sino un procedimiento creado esencialmente para un
fin fáctico, en el que la regulación jurídica se limita a precisar los presupuestos bajo
los cuales entra en acción, ya sea por solicitud de las autoridades civiles, o por otro
supuesto.37
Por otra parte, la martial law, contenía una serie de preceptos formales, no tanto
para el campo de batalla, al momento de enfrentar la situación, sino más bien para
la lucha contra el adversario político interno, dirigiendo la acción del Estado contra
los propios ciudadanos; sin embargo, éstos, en opinión de Carl Schmitt, no alcanza-
ron nunca la acción misma, sino sólo su presupuesto. 38
En Francia mientras tanto, la loi martiale, comprendió tres etapas: la primera, del
21 de octubre de 1789; la segunda, cubriendo desde la matanza del Campo Marte
hasta su abolición por los jacobinos, y la tercera, agrupando las leyes de la Con-
vención Terminoriana y del primer Directorio, el abandono de la ley marcial en el
segundo Directorio y, por fin, su reaparición, con otro carácter, en la Monarquía de
Julio.39 Durante estas etapas se convierte en el estatuto único en materia de inter-
vención de la fuerza armada en el interior del país, manifestando no ir más allá de
la “ley marcial” en lo que a instrumentos de la protección del Estado se refiere. Los
jacobinos fueron siempre violentos adversarios a ésta.40
Tanto la martial law inglesa, como la loi martial francesa son leyes que no estaban
incluidas en una Constitución, ya sea por el sistema consuetudinario inglés o porque
en el caso francés conformaban (las leyes marciales) un estatuto único en materia de
intervención de la fuerza armada en el interior del país.

34 Rossiter, Clinton, Constitutional dictatorship. Crisis government in the modern democracies, Harbinger,

1963, p. 9.
35 Cruz Villalón, Pedro, op. cit., p. 121.
36 Schmitt, Carl, op. cit., p. 223.
37 Idem.
38 Schmitt, Carl, op. cit., p. 108.
39 Ibidem, pp. 231 y ss.
40 Idem.

......
337
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 337 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

Carlos María Pelayo Moller

4. La detención preventiva

La prohibición constitucional de la suspensión de garantías conoce, en ocasio-


nes, dos excepciones: la de la detención preventiva y la de la suspensión del habeas
corpus, que practicada en Inglaterra durante el siglo XVIII, pasa a la Constitución
de los Estados Unidos y a algunas Constituciones europeas de esa época.41 La sus-
pensión de la prerrogativa fue en países europeos hasta cierto punto común, siendo
admitida durante una larga época en el sistema represivo de protección del Estado.42
Este tipo de detención preventiva no debe ser confundida con la detención preven-
tiva que se ventila ordinariamente en torno a procedimientos penales.
En Inglaterra, debido a la situación por la que atravesaba el país, en 1689, el
Parlamento promulgó una ley por la que se suspendía la libertad individual, y con
ello el writ de habeas corpus asegurado por las habeas corpus acts de 1640 y 1679.43 Es así
como a lo largo del siglo XVIII el Parlamento procede en diversas ocasiones a dicha
suspensión del habeas corpus por medio de las habeas corpus suspensión acts”.44
El efecto de una suspensión del habeas corpus, consistía en “diferir” el juicio de
una persona detenida bajo acusación o sospecha de high treason por el tiempo señala-
do en la ley, en el territorio y por las autoridades que la ley señala. A su vez, general-
mente esta institución era complementada con otras leyes derogatorias de derechos
y garantías, emitiendo para ello una indemnity bill eximiendo de responsabilidad a los
funcionarios que no hubiesen observado escrupulosamente las formalidades prescri-
tas por la suspension act.45
En Francia, en cambio, la detención preventiva se desarrolló durante la Revo-
lución de finales del siglo XVIII, pasando de no ser admitida en caso alguno, a ser
admitida con variadas restricciones hasta, por último, ser legalizada como una de-
tención completamente arbitraria.46 Dicha situación duraría hasta 1814 y posterior-
mente ni siquiera la ley sur l’etat de siege de 1849 autorizaría la detención preventiva,
sustituyéndola por una restringida suspensión de la libertad de residencia.47

5. Las formas extraconstitucionales del estado de excepción

Estas formas corresponden a los medios a los cuales recurre el Estado a falta de
instrumentos constitucionales de protección extraordinaria que implican pasar por
encima del orden constitucional o bien derogarlo. El recurso ejemplar por excelencia
es de la suspensión de la Constitución, que parte del reconocimiento que es necesario

41 Cabe señalar que este criterio ha sido superado, como lo veremos más adelante, en una opinión

consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que analizaremos en el tercer capítulo.


42 Cruz Villalón, Pedro, op. cit., p. 249.
43 Idem.
44 Idem.
45 Cruz Villalón, Pedro, op. cit., p. 251.
46 Ibidem, p. 252.
47 Ibidem, p. 255.

......
338
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 338 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

LA SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS EN LA CONSTITUCIÓN DE 1917 AYER Y HOY…

prescindir del régimen constitucional en su conjunto, sustituyéndosele por un régimen


temporalmente revolucionario.48 En contraposición, el recurso de la exoneración par-
lamentaria, —que consiste en dotar de inmunidad a posteriori a los gobernantes que
hayan tomado medidas en contra del orden jurídico en una situación de emergen-
cia— es mucho más conservador.49 Cuando la soberanía parlamentaria es la espi-
na dorsal de la Constitución como en Inglaterra, la solución es lógica y coherente
(indemnity bills); mientras que en los sistemas constitucionales europeos, resulta un
expediente discutible.50
El tercer recurso es el de la ficción, que se desarrolla en sistemas que sólo pre-
vén legalmente que pueda ser puesto en marcha el estado de excepción en casos de
contingencias militares. Así en caso de que se presentara una emergencia distinta
y que igualmente pusiera en riesgo a la población y al Estado mismo se originaría
un fenómeno muy peculiar, ya que podríamos decir que el propio sistema jurídico
“adecuaba” los supuestos de la emergencia a los que definían a una plaza militar
como un estado de sitio, aplicándose con base en una interpretación extensiva de la
normativa prevista para tal emergencia.

6. Las formas constitucionales del estado de excepción

Llegó un momento en que la suspensión por medio de instituciones extracons-


titucionales se hizo insuficiente y poco conveniente a la luz de la caída del antiguo
régimen, debido al creciente poder que fueron adquiriendo las masas,51 y en especial
la clase burguesa.
Es en este punto de la historia es donde se abre la posibilidad del Estado cons-
titucional, en donde de entrada se debían descartar medidas como la suspensión
de la Constitución y la exoneración parlamentaria, quedando así únicamente la
institución del estado de sitio, basado en el supuesto del estado de extrema necesidad. No
obstante, los estados de sitio en sus primeras etapas constitucionales sirvieron como
medio de represión de la autoridad ante motines y alzamientos, por medio del uso
de las fuerzas armadas para en el acto enjuiciar y ejecutar sumariamente a miles de
personas involucradas en estos hechos.
Eventualmente, el hecho de que se reconociera constitucionalmente la presen-
cia de una jerarquía suprema para el conjunto de derechos fundamentales, permitió
que la protección extraordinaria del Estado se pudiese manifestar en su auténtico
sentido: no como suspensión de la libertad y el derecho, sino como suspensión de de-
terminados derechos y libertades, en razón de otros determinados derechos y liber-
tades que son siempre la razón de ser del Estado y lo que justifica su defensa tanto
ordinaria como extraordinaria.52 Es esta idea primitiva y no desarrollada la que abre

48 Ibidem, p. 277.
49 Idem.
50 Cruz Villalón, Pedro, op. cit., p. 278.
51 Ibidem, p. 368.
52 Ibidem, p. 443.
......
339
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 339 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

Carlos María Pelayo Moller

paso al desarrollo de la suspensión de derechos y garantías en el Estado constitucio-


nal democrático de derecho, como lo estudiaremos a continuación.

7. La suspensión de garantías en los sistemas jurídicos


romano-germánico (civil law) y anglosajón

En el Estado democrático de derecho podemos encontrar tres tipos de legisla-


ción de excepción; éstos, a su vez, se identifican con diferentes sistemas jurídicos.53
En primer lugar, las de aquellos países que no prevén expresamente la protección
excepcional extraordinaria del Estado. Aquí podemos incluir a los países que per-
tenecen a la common law, en los que existe el problema de cómo debe reaccionar el
ordenamiento ante una situación de crisis que haga necesaria la suspensión de dere-
chos y garantías y que suponga el quebrantamiento del Estado.54 La respuesta se da
a través de la técnica inglesa de las indemnity bills o leyes de exoneración de responsa-
bilidad, excluyendo de responsabilidad a los gobernantes a los que las circunstancias
han obligado a quebrantar el ordenamiento para hacer frente a una emergencia.55
Éste fue el modelo hasta la mitad del siglo XIX en ambas tradiciones. Sin embargo,
continúa siendo básicamente el modelo de países con una tradición constitucional
ininterrumpida como Inglaterra. No obstante, su perdurabilidad, debemos hacer
un especial énfasis en los excesos en que se puede incurrir con este tipo de sistema.
Las indemnity bills o acts of indemnity son una especie de exoneración parlamentaria
extraconstitucional, para hacer frente a emergencias. Su rasgo distintivo radica en que
el parlamento que expide dicha ley “es soberano y su actividad legislativa no conoce
límites, por lo que (en un principio) puede imponer cualquier límite de la libertad
individual en cualquier momento”. 56 Esto permite legalizar una actuación de la
autoridad que al momento de producirse era ilegal y que por lo tanto puede ser
complementaria a la suspension of habeas corpus act” que permite la detención de sospe-
chosos por periodos prolongados sin que sea necesario la intervención judicial, aun-
que como veremos más adelante, este tipo de legislación se aplica en la actualidad
específicamente a delitos como el terrorismo en el Reino Unido.57
De ahí que las situaciones de excepción, se regulen por medio de leyes emana-
das del Parlamento (Parliament acts), ya sea, la suspensión de derechos y garantías. Sin
embargo, existe una supervisión estricta por parte de tribunales internos y europeos
de derechos humanos encargados de atender estos asuntos.58

53 Pérez Royo, Javier, Curso de derecho constitucional, 3a. ed., Madrid, Marcial Pons, Ediciones Jurídi-
cas y Sociales, 1996, p. 779.
54 Idem.
55 Cruz Villalón, Pedro, Estados excepcionales y suspensión de garantías, Madrid, Tecnos, 1984, p. 29.
56 Idem.
57 Idem.
58 Si bien debemos admitir la existencia dentro del constitucionalismo inglés de las law of Consti-

tution, de las conventions of Constitution y del common law; el control sobre éstas no es tan estricto del todo
en el Reino Unido.
......
340
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 340 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

LA SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS EN LA CONSTITUCIÓN DE 1917 AYER Y HOY…

Javier Pérez Royo menciona que dentro de nuestra tradición jurídica están
aquellos países que prevén expresamente la protección especial o extraordinaria del
Estado haciéndolo mediante una “cláusula general”, que constituye, como el propio
autor lo afirma, un “cheque en blanco a favor del destinatario”. Tal fue el caso del
artículo 48 de la constitución de Weimar, bajo la figura de la llamada “Dictadura
del Reich”. En la actualidad el ejemplo más claro de esta figura se encontraría en el
artículo 16 de la Constitución de la V República Francesa.59
En este supuesto podríamos incluir al artículo 29 de nuestra Constitución, que
no regula de manera muy precisa la suspensión de garantías individuales, aunque
definitivamente no es tan ambiguo como el artículo antes referido de la Constitu-
ción francesa.
Finalmente, en la tercera clasificación, se encuentran aquellos países donde el
derecho de excepción se encuentra regulado por instituciones constitucionales sóli-
das, y que tienen además una regulación orgánica que responde a criterios estrictos
y a una serie de controles de constitucionalidad por parte de organismos especiali-
zados y por organismos internacionales.60 En este último supuesto se ubica la legis-
lación española, siendo estas las características que debe tener el derecho de excep-
ción, a fin de que sea coherente con el derecho constitucional que debe servir como
punto de referencia.61
Podemos sostener a manera de conclusión, que la característica de los sistemas
de suspensión de derechos y garantías en los países de la common law, en general, con-
siste, en una cierta libertad para que el legislador en conjunto con el Ejecutivo lleve
a cabo dichas medidas y, en segundo lugar, en respuesta a esa amplia libertad dada
al legislador, un control, por parte de los órganos judiciales en la determinación de
su validez o invalidez sustancial y su consecuente constitucionalidad.
A su vez, debemos señalar que en los países que han adoptado el sistema ro-
mano-germánico, es una constante que la parte esencial del derecho de excepción
descanse en los textos constitucionales. En cambio, en los países que han optado por
la tradición de la common law, la puesta en marcha de esta institución queda más a
una decisión de tipo democrático, para su posterior aprobación (si así se requiriese),
por parte del Poder Judicial.

IV. La suspensión de garantías en México


en la Constitución de 1917

1. Antecedentes en Constituciones y ordenamientos previos

Los antecedentes de la legislación de excepción en el ámbito constitucional los


encontramos la Constitución de 1824, cuyo artículo 112 habla de las restricciones
59 Idem.
60 Pérez Royo, Javier, op. cit., p. 780.
61 Idem.
......
341
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 341 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

Carlos María Pelayo Moller

de las facultades del presidente.62 Dicho precepto estipulaba que el presidente no


podía “privar a ninguno de su libertad ni imponerle pena alguna” salvo cuando “lo
exija el bien y la seguridad de la Federación”.63 En las leyes constitucionales de 1836
encontramos una disposición que expresa la necesidad de que el Ejecutivo resuelva
en ciertos casos consultando con sus ministros.64 Dichos preceptos no prevén una
suspensión de garantías tal y como conocemos actualmente dicha figura; sin embar-
go, de acuerdo con Aguilar y Maya, la figura de la suspensión de garantías surge de
esos preceptos, que son sus antecedentes directos.65
Es notorio que dicho contenido constitucional retome en gran medida lo estipu-
lado por el artículo 1 sección 9 cláusula 2 de la Constitución estadounidense que a
la letra señala que: “el privilegio del habeas corpus no se suspenderá, salvo cuando la
seguridad pública lo exija en los casos de rebelión o invasión”.66 Debido a la vague-
dad de este precepto, a lo largo de la historia de los Estados Unidos, ha sido objeto
de innumerables controversias entre el ejecutivo y el legislativo de aquel país; en
cuanto a sus límites y sobre las autoridades que deben intervenir en su aplicación,
situación que en parte ha sido subsanada por la interpretación hecha por la Supre-
ma Corte de aquel país.67
En las Bases de Organización Política de la República Mexicana, del 12 de junio
de 1843, se encuentra determinada la suspensión de algunas garantías en el artículo
198, para preservar la seguridad de la nación.68 Previendo en el artículo 66 la posi-
bilidad de que el Congreso ampliará las facultades del Ejecutivo, con sujeción al ar-
tículo 198, en los casos de invasión extranjera o sedición, mientras que en el artícu-
lo 198, se preveía una prohibición de suspender o aminorar las garantías indivi-
duales fuera de estos casos. En tanto, que el Estatuto Orgánico Provisional de la
República Mexicana, de 15 de mayo de 1856, facultaba al ejecutivo para obrar dis-
crecionalmente cuando así fuere necesario, a juicio del Consejo de Ministros, para
defender la independencia o integridad del territorio o para sostener el orden esta-

62 Aguilar y Maya, José, Legislación de emergencia, México, Procuraduría General de la Republica,

1944, p. 28
63 Idem.
64 Idem. Dicho artículo a la letra señalaba. “Todo asunto grave del gobierno será resuelto por el

presidente de la República en junta de ministros, quienes firmarán el acuerdo en el libro respectivo,


especificando el que o los que disientan”.
65 Idem.
66 Montiel Argüello, Alejandro, “La suspensión de las garantías de los derechos humanos”, Revista

Judicial, Costa Rica, año XV, núm. 51, septiembre, 1990, p. 100.
67 Ibidem, p. 101. El caso histórico más relevante es el que se dio a principios de 1861, cuando

empezaba la guerra civil, primero cuando Abraham Lincoln suspendió el habeas corpus en gran parte
del país para después en 1862, hacer una suspensión general, acto que fue declarando como inconsti-
tucional por la Suprema Corte, basándose en que el derecho a decretarla en forma general, residía en
el Congreso, desde entonces, ningún presidente sin apoyo del Congreso ha decretado la suspensión,
incluso en caso de guerra, sino siempre con el aval y ayuda del Congreso de Estados Unidos.
68 Idem. El texto a la letra señala que: “Si en circunstancias extraordinarias la seguridad de la

nación exigiere que toda la república o parte de ella, la suspensión de las formalidades prescritas en
estas bases para la aprehensión y detención de los delincuentes, podrá el Congreso decretarla en de-
terminado tiempo”.
......
342
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 342 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

LA SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS EN LA CONSTITUCIÓN DE 1917 AYER Y HOY…

blecido o conservar la tranquilidad pública; pero en ningún caso pudiendo imponer


la pena de muerte, ni las prohibiciones del entonces artículo 55.69
La Constitución de 1857 varía esencialmente de los esquemas anteriores, ya que
en su artículo 29 otorgaba una clara protección a los derechos relativos a la vida del
hombre. Así, Mario de la Cueva elogió ampliamente dicho precepto y en especial
este aspecto, ya que de no haberlo considerado el texto constitucional, se habría tra-
tado —en opinión del maestro— de una auténtica supresión de garantías.70 El texto
constitucional de ese entonces no preveía el otorgamiento de facultades extraor-
dinarias al Ejecutivo. Sin embargo, como afirma Tena Ramírez, varias cuestiones
fueron quedando a la sombra llegándose a crear por medio de la jurisprudencia y la
costumbre un derecho de suspensión consuetudinario.71

2. La suspensión de garantías en la Constitución de 1917


y su aplicación durante la Segunda Guerra Mundial

La última vez que en México se decretó una suspensión de garantías fue


en 1942, durante la Segunda Guerra Mundial por el presidente Manuel Ávila
Camacho.
Una de las principales características de sistema presidencial mexicano ha sido
las amplias facultades que ha gozado el ejecutivo en el desarrollo de sus funciones,
esto bajo una situación de normalidad. Poco conocidas y recordadas son, en cam-
bio, las amplias facultades que gozó en ese entonces el presidente. Entre ellas encon-
tramos las atribuciones en materias administrativa y fiscal.72 Entre otras facultades
también es pertinente señalar, las que se le otorgaron en materia civil, por ejemplo,
en materia de arrendamiento, que tradicionalmente es legislada por cada entidad
federativa de la República.73
En otras palabras, hablar de suspensión de derechos y garantías en México, se
convierte en hablar de las facultades que le han sido otorgadas al presidente de la
República, por ello a continuación analizaremos algunas de ellas cuyos casos llega-
ron a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

69 Idem, pp. 29 y 30.


70 Cueva, Mario de la, “La suspensión de garantías y la vuelta a la normalidad”, Pemex Lex, Méxi-
co, núms. 131-132, mayo-junio, 1999, p. 57.
71 Tena Ramírez, Felipe, Derecho constitucional mexicano, 33a. ed., México, Porrúa, 2000, p. 233.
72 Véase: Tesis aislada. Semanario Judicial de la Federación, t. XIV, sexta época, Pleno, p. 126. La Su-

prema Corte en esta resolución mencionaba que: “El decreto de 1o. de junio de 1942 que aprobó la
suspensión de garantías, facultó en su artículo 4o., al Ejecutivo para imponer en los distintos ramos de
la administración todas las modificaciones que fueron indispensables para la eficaz defensa del territorio
nacional, de su soberanía y dignidad (sic) para el mantenimiento de sus instituciones fundamentales, y en
su artículo 5o., lo facultó también para legislar en los distintos ramos de la administración, con sujeción a
lo preceptuado en el artículo precedente”.
73 Tesis aislada, Semanario Judicial de la Federación, t. XCIV, Sexta Época, Tercera Sala, p. 433.

......
343
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 343 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

Carlos María Pelayo Moller

A. ¿Temporalidad limitada?

Al decretarse se dispuso que dicha suspensión duraría “todo el tiempo que


México permanezca en estado de guerra con Alemania, Italia y Japón” y “que será
susceptible de prorrogarse a juicio del Ejecutivo, hasta 30 días después de la fecha
de cesación de hostilidades”,74 lo cual vendría a contradecir el texto constitucional,
ya que la frase que limita en tiempo la suspensión es contundente al no permitir que
ésta se extienda más de lo necesario, por tanto, inequívocamente, la suspensión de
aquel entonces debió finalizar el 15 de agosto de 1945, sin discusión alguna y sin
posibilidad de prórroga.
Cuando terminó la suspensión de derechos y garantías se disolvieron las facul-
tades especiales del Ejecutivo, y por ser accesorias, se derogaron las leyes que fueron
promulgadas en este periodo.
En materia penal indudablemente a las personas que hubiesen sido acusadas o
sentenciadas por algún delito previsto por alguna ley expedida por el Ejecutivo se les
dejaría en libertad o en su caso, el Estado no ejercitaría acción penal en su contra.
Tal debió ser el caso del decreto del 7 de octubre de 1942, que estableció penas en
que incurrirían los salteadores de caminos en despoblado. Una discusión diferente
radicaría en si realmente ciertos tipos penales son necesarios independientemente
de si nos encontramos en una situación de emergencia o no.
En materia civil y laboral, sería más complejo ya que se encuentran en disputa
derechos de dos o más particulares (generalmente). En el primer caso, aunque sue-
na inverosímil, se han llegado a poner en marcha medidas de carácter civil durante
una suspensión de garantías en lo referente al arrendamiento en el Distrito Federal;
concretamente, dichas disposiciones eran reguladas por el decreto del 10 de julio
de 1942 previendo una congelación en las rentas en las habitaciones en el Distrito
Federal; también se expidieron leyes por demás ridículas e innecesarias como la Ley
General de Emergencia sobre Juegos y Apuestas, en cuyo considerando trata de
justificar la instauración de esta ley en virtud de que el juego y las apuestas de azar,
se consideraban “en extremo nocivos para la sociedad”.75 Sinceramente, no puede
existir una explicación lógica y coherente de cómo con evitar los juegos de azar y las
apuestas ayudarían a México en la guerra.
En materia laboral, también existe un ejemplo histórico concreto: la Ley de
Transportes Urbanos para el Distrito Federal, del 2 de febrero de 1945, la cual per-
mitió resolver la huelga declarada en contra de la Compañía de Tranvías, mediante
la ocupación de bienes de esa empresa,76 mediante una figura similar a la requisa.
Al volver a la normalidad, es de suponerse que los trabajadores recuperaron sus de-
rechos sindicales íntegramente.

74 Cueva, Mario de la, op. cit., p. 63.


75 Ibidem, p. 64.
76 Idem.
......
344
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 344 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

LA SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS EN LA CONSTITUCIÓN DE 1917 AYER Y HOY…

B. Concentración de nacionales y extranjeros

Es bien sabido que durante la ocupación nazi en Europa se instauraron cam-


pos de exterminio en contra de la población de origen judío, menos conocido es el
hecho de que en Estados Unidos de América existieron campos de concentración,
si bien no de exterminio, como los de los regímenes fascistas, si de exclusión y con-
finamiento77. Sin embargo, es aún menos conocido el hecho del confinamiento en
las fronteras norte y sur, de ciudadanos civiles alemanes, italianos y japoneses en la
república mexicana.
El artículo 11 de la Ley de Suspensión de Garantías, del 11 de junio de 1942
disponía en aquel entonces que: “El Presidente de la República, con exclusión de
toda otra autoridad, cualquiera que fuera su categoría, podría ordenar, mediante
acuerdo por escrito, y mientras durará la suspensión de garantías, la concentración
de tiempo indefinido, de extranjeros y aun de nacionales, en lugares determinados”.
Hasta la fecha es indeterminada la cantidad de personas que sufrieron esta cues-
tionable medida.
La facultad para llevar a cabo la concentración era exclusiva del presidente de
la República, la cual no era sometida a ningún tipo de control por parte de la auto-
ridad judicial, ni por el Congreso de la Unión, siendo únicamente necesario expre-
sarlo por escrito.78

77 En Estados Unidos la orden ejecutiva 9066, del 19 de febrero de 1942, permitía a los secretarios
de guerra y a los comandantes militares diseñar áreas para excluir personas de origen japonés, con
ordenes de proveer en esas áreas transportación, comida y otros servicios. El 21 de marzo del mismo
año el Congreso ratificó indirectamente la medida convirtiendo en un delito la violación a esta orden
ejecutiva, lo que ocasionó que 112 000 personas, de las cuales las dos terceras partes eran ciudadanos
estadounidenses, fueran recluidas en “centros de detención” que no constituían otra cosa que campos
de concentración. El caso Hirabayashi llevó a la Suprema Corte concretamente dos disposiciones
penales que eran objeto de sanción penal: la falta de registro de americanos de origen japonés para su
traslado a un campo de detención y las faltas por no obedecer las previsiones militares para personas
de raza japonesa en el estado de Washington. En una decisión por demás desafortunada la Suprema
Corte decidió que dichas medidas eran pertinentes, lo cual avaló la acción del presidente al dictar
dichas medidas aprobando a su vez la ratificación del Congreso, argumentando que por medidas de
seguridad los ciudadanos estadounidenses de origen japonés debían someterse a este tipo de controles
ya que constituían una amenaza a la defensa y seguridad nacional, las cuales demandaban medidas
prontas y adecuadas para hacerles frente. Véase Hirabayashi vs. United States, 320 U.S. 81 (1943).
El caso Korematsu, es aún más significativo, ya que al promulgarse las leyes y decretos respectivos,
Korematsu —cuya lealtad al igual que la de Hirabayashi era incuestionable—, evadió la aplicación de
la orden de exclusión, en una decisión con los mismos matices que la anterior, la Corte condenó al de-
mandante. Véase Korematsu vs. United States, 323 U.S. 214 (1944). En el mismo tenor véase: Duncan
vs. Kahanamoku, Sheriff, 327 U.S. 304 (1946).
El encargado de aplicar dichas políticas de exclusión fue el entonces gobernador de California, Earl
Warren. Eventualmente, Warren fue nombrado presidente de la Suprema Corte de Justicia de Estados
Unidos por Eisenhower dando paso a uno de los periodos más lúcidos en la defensa de los derechos
civiles en esa nación. Muchos especialistas destacan que los esfuerzos progresistas de Warren en la
Corte se dieron a partir de su sentimiento de culpa por lo que había pasado en California en los años
de la Segunda Guerra Mundial.
78 Detención y concentración, es la facultad exclusiva del presidente de la Re-

pública. (Ley de Suspensión de Garantías Individuales). Tesis aislada, Semanario Judicial de la


Federación, t. LXXXIII, Quinta Época, Primera Sala, p. 698.
......
345
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 345 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

Carlos María Pelayo Moller

También se previó la concentración no sólo de extranjeros, sino también de


nacionales, negando cualquier recurso administrativo e incluso judicial por tiempo
indefinido, restringiendo el derecho fundamental del artículo 14 constitucional. Es
así como la Suprema Corte llegó a avalar estas prácticas por demás arbitrarias dis-
poniendo lo siguiente:

Concentración de extranjeros y de nacionales, en lugares determinados ley de pre-


venciones generales sobre suspensión de garantías. Las garantías consignadas en el
artículo 14 de la Constitución federal, quedarán restringidas cuando el presidente de
la república, con exclusión de toda otra autoridad, cualquiera que sea su categoría,
ordene, mediante acuerdo por escrito y mientras dure la suspensión de garantías, la
concentración por tiempo indefinido, de extranjeros y aún de nacionales, en lugares
determinados.79

Resulta aberrante la estrechez del criterio de la Suprema Corte, aunque cabe


señalar que en la actualidad existirían por lo menos dos nuevas razones legales para
que disposiciones de este tipo no puedan surgir ante una emergencia: las opiniones
consultivas de la Corte Interamericana que prohíben la suspensión del habeas corpus
y otras garantías indispensables y las disposiciones de tratados internacionales sobre
derechos humanos que protegen a los ciudadanos en contra de decisiones impreg-
nadas de tal arbitrariedad.

C. Materia civil y penal

Las controversias que llegaron en estas materias fueron realmente pocas; en ma-
teria civil, se enfocaron principalmente a casos de arrendamiento, y en materia pe-
nal a conflictos de competencia entre entidades federativas, el Congreso de la Unión
y el Ejecutivo. En aquel entonces la Suprema Corte permitió la libre tipificación de
delitos por parte del Ejecutivo. En especial, resultan preocupantes las disposiciones
que autorizaron en su momento al Ministerio Público a solicitar a la autoridad judi-
cial que negara la libertad caucional a un indiciado si se tenía la sospecha que pudiese
ser su libertad un peligro para la seguridad.80

79 Tesis aislada, Semanario Judicial de la Federación, t. LXXXI, Quinta Época, Primera Sala, p. 4128.
80 La Suprema Corte en la tesis Suspensión de garantías individuales, (libertad caucio-
nal) dispuso que “Conforme el artículo 15, fracción I, de la Ley de Prevenciones Generales, relativa
a la suspensión de garantías, de once de junio de mil novecientos cuarenta y dos, la consignada en el
artículo 20, de la fracción I, de la Constitución Federal, cuando se trata de los delitos mencionados en
el artículo 12 de aquella Ley, está sujeta a la restricción consistente en que no se decrete la libertad bajo
fianza, en los casos en que, de concederse, pueda, a juicio del agente del Ministerio Público federal, ser
perjudicial para la defensa nacional o para el orden público, y entre los delitos a que se refiere el citado
artículo 12, están los de asociación delictuosa, rebelión, y resistencia por medios de las armas a la fuer-
za federal, casos en los cuales es procedente negar la libertad caucional, bastando para ello la petición
del agente del Ministerio Público, independientemente de que su pedimento puede o no, ser recurrido
por los quejosos, ante el ciudadano procurador general de la República, pues este hecho, depende de la
voluntad de los agraviados, en nada influye respecto de la restricción de la garantía de la libertad bajo
......
346
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 346 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

LA SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS EN LA CONSTITUCIÓN DE 1917 AYER Y HOY…

La Suprema Corte señaló que el único facultado para dictar las prevenciones
generales que reglamentan los términos de la suspensión de garantías individuales
era el Ejecutivo, incluso en materia de arrendamiento, lo que eventualmente per-
mitió que el entonces Presidente de la República emitiera un decreto en el cual se
congelaban los montos de las rentas en el Distrito Federal.

Arrendamiento, contratos de, las legislaturas de los estados no están


facultadas para reglamentar la suspensión de garantías, con relación
a esos contratos. (legislación de Durango). De los términos del decreto del
Congreso de la Unión, de primero de junio de mil novecientos cuarenta y dos, pu-
blicado en el Diario Oficial de dos de junio de mismo año, se desprende de manera
clara, que únicamente se facultó al Ejecutivo de la Unión, para dictar las prevenciones
generales que reglamentan los términos de la suspensión de garantías individuales.
Ahora bien, el decreto expedido por la legislatura del estado de Durango, por el cual
se ordenó la prórroga de los contratos de arrendamiento vigentes para casas, locales
y viviendas destinadas para habitación, y se previno que los juicios de desocupación
por terminación del contrato de arrendamiento, que estén pendientes al entrar en vi-
gor ese decreto, se darán por concluidos, de hecho está reglamentando la suspensión
de garantías, puesto que se modifican los derechos de propiedad garantizados por el
artículo 27 constitucional, por lo que es indudable que la indicada legislatura no tuvo
facultades constitucionales para legislar en semejante materia; de manera que debe
estimarse que la expedición y la promulgación de ese decreto, son violatorias de ga-
rantías en perjuicio del quejoso, al serle aplicadas a éste; las disposiciones del referido
decreto, en el juicio sumario de desocupación seguido por el propio quejoso.81

D. Garantías judiciales en tiempos de suspensión

Uno de los temas menos conocidos dentro del constitucionalismo mexicano du-
rante la última suspensión de garantías fue el de la falta de garantías efectivas para
combatir los decretos del Ejecutivo por medio del juicio de amparo, ya que de una
revisión de los casos de la época, podemos percatarnos, no sólo del increíble por-
centaje de casos decididos a favor del gobierno y en contra de los quejosos, sino de
las causales de improcedencia establecidas por la misma Corte, que hicieron muy
difícil, si no imposible, que la gran mayoría de la población tuviese por lo menos
esperanza de obtener algún éxito en contra de una ley o decreto que suspendiera
garantías de forma injustificada y arbitraria.
Durante la suspensión de derechos y garantías en nuestro país, en los años cua-
renta, no sólo podemos hablar de la inexistencia de sistemas de tutela efectiva, sino
que debemos incluso mencionar que los sistemas existentes en aquel entonces fueron
abolidos, en este caso nos referimos concretamente al juicio de amparo, ya que la

fianza, entretanto no sea revocado por el procurador general de República, el citado pedimento”. Tesis
aislada, Semanario Judicial de la Federación, t. LXXIII, Quinta Época, Primera Sala, p. 7392.
81 Tesis aislada, Semanario Judicial de la Federación, t. LXXXV, Quinta Época, Tercera Sala, p. 105.

......
347
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 347 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

Carlos María Pelayo Moller

ley de suspensión de garantías era inmune a esta institución.82 Lamentablemente, así


lo ratificó la Suprema Corte que en aquel entonces adoptó el siguiente criterio bajo
argumentos poco convincentes.

Suspensión de garantías individuales. El artículo 18 de la Ley de Prevenciones


Generales, relativa a la suspensión de garantías, de once de junio de mil novecientos
cuarenta y dos, determina que cuando se hubiesen admitido alguna demanda de am-
paro, en que se dé apariencia diversa al acto reclamado, debe sobreseerse en el juicio,
tan luego como se tenga conocimiento, por virtud del informe de una autoridad fede-
ral, que el acto se encuentra fundado en la citada ley...83

Esta interpretación era hasta cierto punto matizada por la misma resolución de
la Corte que disponía que era necesaria la adecuada fundamentación en dicha ley:
“…pero si de ese mismo informe se desprende, que el acto no está fundado en la repe-
tida ley, sería absurdo sobreseer en el juicio, por la simple afirmación de la autoridad
informante, de que el caso debe ser considerado como comprendido en la Ley de
Prevenciones Generales...”.84
Ante esta disposición resultaba obvio que la autoridad iba a tratar de enmarcar
perfectamente el acto dentro de la Ley de Suspensión, teniendo ante ello el quejoso
ningún medio de defensa jurisdiccional posible, ya que incluso la facultad investi-
gadora de la Corte no era efectiva. A todas luces resulta inconstitucional la redac-
ción de la propia ley y aún más su interpretación, al autorizar que dichos actos de
autoridad no debían estar fundados y motivados propiamente, siendo en esto muy
explícita la Corte al mencionar que:

El artículo 18 de la Ley de Prevenciones Generales, relativo a la suspensión de ga-


rantías, de modo terminante previene que no se dé entrada a ninguna demanda de
amparo en que se reclame alguna disposición de las leyes de emergencia o un acto de-
rivado de las mismas, y que cuando se hubiere admitido alguna demanda en que se dé
apariencia diversa al acto reclamado, deberá sobreseerse en el juicio, tan luego como
se tenga conocimiento, a virtud de informe de autoridad federal, de que tal acto se
encuentra fundado en las citadas leyes, debiéndose, si se hubiera dictado auto de sus-
pensión provisional o definitiva, revocarse de plano y sin recurso alguno. Ahora bien,
como es indiscutible que un juez de distrito y el agente del Ministerio Público a él ads-
crito, tiene el carácter de autoridades federales, si ellas informan que los delitos que se
atribuyen a los quejosos y por los cuales se les mandó aprehender, están comprendidos
en el artículo 7o., de la Ley Reglamentaria del artículo 1o. de la Ley de Prevenciones
Generales, relativo a la suspensión de garantías individuales, el juzgado de distrito que

82 El artículo 18 de la Ley de Prevenciones Generales, relativa a la suspensión de garantías indi-


viduales, del 11 de junio de 1942, textualmente previene: “No se dará entrada a ninguna demanda de
amparo en que se reclame alguna disposición de las Leyes de Emergencia o algún acto derivado de las
mismas”.
83 Tesis aislada, Semanario Judicial de la Federación, t. LXXVII, Quinta Época, Primera Sala, p. 4619.
84 Idem.

......
348
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 348 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

LA SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS EN LA CONSTITUCIÓN DE 1917 AYER Y HOY…

hubiese admitido la demanda de amparo, obra legalmente al sobreseer en el juicio,


revocando la suspensión concedida...85

En la actualidad —como hemos tratado de hacer énfasis— dichas resoluciones


y criterios serían eventualmente inaplicables en nuestro país, debido a los criterios
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que prevé que en situaciones de
crisis, no es dispensable la garantía de protección de habeas corpus, y al igual que otras
garantías indispensables como el Estado de derecho. Éste es un criterio importan-
te que sienta un buen precedente en la materia y que es obligatorio para el Estado
mexicano (véase supra).

E. Vuelta a la normalidad

El tránsito del derecho de excepción al derecho de la normalidad en la última


suspensión de derechos y garantías en México no fue menos complicado.86
Los problemas fueron variados; no obstante, el caso más lamentable fue el de los
conflictos y confusiones que se generaron después de terminada la Segunda Guerra
Mundial y el hecho de que la suspensión de derechos y garantías siguió surtiendo
efecto.
En materia penal, resulta al menos cuestionable que se siguieran aplicando nor-
mas de emergencia aún en tiempos de normalidad, como fue el caso de disposicio-
nes que siguieron surtiendo efecto inmediatamente después de terminada la guerra.
Varios criterios de la Suprema Corte avalaron esta situación.

Competencia en materia penal, tratándose de procesos pendientes al le-


vantarse la suspensión de garantías. (Legislación de emergencia). Por el
hecho de que las leyes de emergencia, de carácter penal, hubieren sido derogadas, no
puede admitirse que hayan desaparecido los hechos delictuosos que se previeron y pe-
naron por tales leyes y por lo mismo, hubieren dejado de tener el carácter de delitos,
ya que, por el contrario, al establecerse en la fracción I del artículo 11, del Decreto
de veintiocho de septiembre de mil novecientos cuarenta y cinco, que las autoridades
judiciales del fuero federal, continuarían conociendo de los procesos87 relativos, esta
disposición revela que esos delitos seguirían siendo sancionados conforme a aquellas
leyes, pero con las salvedades de procedimientos y de aplicación de penas que el mis-
mo artículo 11 se señalaron en forma expresa. En consecuencia, con el mismo criterio,
debe declararse que la competencia que se dirime radica en el juez federal.

La mayor parte de los criterios de la época se enfocan, como en el caso anterior,


a la distinción de competencias que imponía la legislación de emergencia. También,
85 Suspensión de garantías, sobreseimiento del amparo pedido contra las leyes de

emergencia, Tesis aislada, Semanario Judicial de la Federación, t. LXXVI, Quinta Época, Primera Sala,
p. 3389.
86 Cueva, Mario de la, op. cit.
87 Tesis aislada, Semanario Judicial de la Federación, t. CI, Quinta Época, Pleno, p. 2232.

......
349
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 349 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

Carlos María Pelayo Moller

la Suprema Corte emitió varias sentencias validando la aplicación de esta legislación


después de levantada la suspensión de garantías.

Legislación de emergencia aplicación de la, después de levantada la sus-


pensión de garantías. El artículo 11 del decreto que levantó la suspensión de ga-
rantías, decretada el primero de junio de mil novecientos cuarenta y dos, establece
que no obstante lo dispuesto en el artículo 2o., se observarán, respecto de los delitos
cometidos durante el estado de suspensión de garantías y bajo la vigencia de la legis-
lación de emergencia, entre otras prescripciones, las siguientes: “las averiguaciones
previas y los procesos pendientes se seguirán tramitando por la autoridad a quienes dio
competencia aquella legislación”; lo que significa que la ley, en forma expresa, deter-
mina que continúe conociendo del proceso la autoridad federal, sin que en la especie
se pueda afirmar que dicho artículo es inconstitucional, porque haya vuelto al país el
orden constitucional, ya que mientras no se establezca y decida por la suprema corte
una controversia al respecto, no se puede hacer tal declaración en forma apegada a la
ley fundamental de la República.88

Debemos poner especial atención a esta situación ya que no sólo se repitieron


dichas irregularidades en materia penal, sino también en materia fiscal y laboral,
donde gran parte de la legislación de emergencia pasó con aprobación del Congreso
a constituir leyes aplicables a la normalidad.89
Por último, resulta desafortunado que el decreto de 28 de septiembre de 1945
que levantó la suspensión de garantías en nuestro país (siendo que la guerra finalizó
el 15 de agosto de ese año), no se le haya considerado como autoaplicativo, sino de
carácter heteroaplicativo.90

3. La inaplicación del artículo 29 constitucional en materia


de suspensión de garantías y su sustitución por otros
mecanismos ordinarios

Actualmente la suspensión de garantías sigue regulada por el artículo 29 de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Este precepto ha sufrido

88 Tesis aislada, Semanario Judicial de la Federación, t. XCIII, Quinta Época, Pleno, p. 326.
89 Cfr. En materia hacendaria, Suspensión de garantías, refrendo del decreto que la
levantó, Tesis aislada, Semanario Judicial de la Federación, t. CXXIV, Quinta Época, Segunda Sala,
p. 604. En materia laboral, Suspensión de garantías, refrendo del decreto que la levantó,
el estado de, y que ratificó, con el carácter de ley ordinaria, la de compensaciones
de emergencias al salario insuficiente, Tesis aislada, Semanario Judicial de la Federación, t. XCIII,
Quinta Época, Pleno, p. 326.
90 Suspensión de garantías, el decreto que la levantó, no es de inmediata ejecu-

ción, Tesis aislada, Semanario Judicial de la Federación, t. CXII, Quinta Época, Segunda Sala, p. 586.
Expresa textualmente que: “El decreto de veintiocho de septiembre de mil novecientos cuarenta y
cinco, no es de carácter autoaplicativo pues no reúne los requisitos excepcionales necesarios para ello,
ya que no comprende a personas determinadas por circunstancias concretas, único caso en que la ley
o disposición legal debe considerarse autoaplicativa”.
......
350
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 350 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

LA SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS EN LA CONSTITUCIÓN DE 1917 AYER Y HOY…

cuatro reformas desde 1917. La primera del 21 de abril de 1981, la segunda del 2 de
agosto de 2007, la tercera y tal vez la más importante, del 10 de junio de 2011, y la
última del 10 de febrero de 2014.
Sin embargo, es al menos peculiar tomar en cuenta que este mecanismo ex-
traordinario no se ha puesto en marcha desde 1942. Esto no significa que en la his-
toria reciente del país no fuese necesario hacer uso de las herramientas que ofrece
una suspensión de garantías constitucional. En todo caso, la desaparición de esta
figura en la práctica constitucional mexicana probablemente sea porque dentro de
la normatividad de la normalidad se han ido incorporando gradual, pero decidida-
mente, herramientas que en otros Estados constitucionales se encuentran reservadas
a facultades extraordinarias y excepcionales.
Al respecto, cabría citar tres escenarios en donde facultades que pareciesen estar
reservadas a la excepcionalidad pueden ser puestas en marcha por el Ejecutivo fede-
ral en el marco de una normalidad “formal” ante emergencias declaradas de facto.
Sin que esta lista sea de ninguna manera excluyente de otros temas y circunstancias
de lo más variadas encontramos como muestra:

• El uso del Ejército en caso de desastres naturales.


• El uso de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública.
• Las facultades del Poder Ejecutivo en materia de emergencias sanitarias
para restringir derechos.

A. El uso del Ejército en caso de desastres naturales

En cuanto al primer punto habría que mencionar que al Ejército, desde hace va-
rias décadas, se le ha incluido en tareas de protección civil por medio del denomina-
do “Plan DN-III E”. Dicho Plan tiene sus antecedentes en directivas que se remon-
tan a los años sesenta cuando fueron creadas por el entonces presidente Gustavo
Díaz Ordaz para atender una emergencia en los estados de Veracruz y Tamaulipas,
la evidente falta de un organismo específico que acudiera de inmediato al auxilio de
los habitantes de las zonas afectadas, originó que el gobierno de la República girara
instrucciones para que la Secretaría de la Defensa Nacional procediera a elaborar
un Plan, a fin de garantizar la oportuna asistencia a las poblaciones afectadas por
diversos tipos de desastres naturales.91 El Plan así, desde un principio se articuló en
dos fases: la de prevención y la de auxilio.
Comentar sobre el Plan DN-III E en definitiva no es sencillo, ya que existe un
desconocimiento general sobre cuáles son sus directivas específicas. El desconoci-
miento sobre el mismo en una situación de crisis puede generar un gran caos como

91 Con el Plan DN-III-E, se atiende a las poblaciones afectadas por fenómenos perturbadores tales
como sismos, actividad volcánica, tormentas, huracanes, inundaciones, deslaves, bajas temperaturas,
heladas y nevadas, incendios, fugas y derrames de sustancias peligrosas, explosiones; accidentes aéreos,
terrestres, marítimos y fluviales.
......
351
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 351 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

Carlos María Pelayo Moller

sucedió en el sismo en la Ciudad de México en 1985, donde existió una completa


descoordinación por parte de las autoridades y en donde nadie sabía con exactitud
en qué consistía este Plan.92
Si bien, el Plan ha ayudado a muchas personas en situaciones de desastre, la
incursión de las Fuerzas Armadas en tareas de protección civil ante una catástrofe
natural parece contraria al texto de la misma Constitución que prohíbe el uso de las
Fuerzas Armadas en tiempos de paz, según lo dispone su artículo 129. Sin embargo,
parecería necesaria una clara regulación constitucional en esta materia para darle
certeza a la labor institucional que se realiza en el territorio nacional con bastante
frecuencia.93

B. El uso de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública

En lo que respecta al uso de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pú-


blica, la controversia respecto a este punto se dirimió judicialmente en la acción de
inconstitucionalidad 1/96, promovida por un grupo de diputados.
La litis versó principalmente sobre la constitucionalidad de las fracciones III y
IV del artículo 12 de la Ley General que Establece las Bases de Coordinación del
Sistema Nacional de Seguridad Pública, que según los recurrentes violaba el ar-
tículo 21 constitucional. Los diputados argumentaban que en dicho precepto no se
establecía la participación de las secretarías de la Defensa Nacional ni de Marina
en tareas de seguridad pública, consistiendo por tanto en una violación a la Cons-
titución el hecho de que se les incluyera en el artículo 12 de la Ley Reglamentaria
del Sistema Nacional de Seguridad Pública como miembros del Consejo Nacional.
También se argumentaba que carecía de justificación y sustento dicha disposición,
ya que el propósito de la misma era lograr la coordinación de cuerpos policiacos y
de autoridades encargadas de la prevención y persecución de los delitos, y no la in-
clusión de dos instituciones cuyos objetivos eran diversos, con lo cual se conformaba
“una amalgama confusa” (sic), que se podía calificar de “riesgosa” (sic) y evidente-
mente al margen del precepto fundamental ya citado. La Suprema Corte de Justicia
de la Nación estimó que el texto constitucional no señalaba a ninguna dependencia
u organismo ni para incluirlos ni para excluirlos, por lo que válidamente se podía
inferir que ello se dejó al legislador ordinario. Siendo que claramente se preveía en
92 Hernández, Bolivar, “¿En dónde está la ayuda internacional?” , La Jornada, 28 de septiembre de

1985, p. 7: “No obstante el auxilio enviado por varios países, la mayoría de los afectados por el terre-
moto están desamparados. Miles han improvisado viviendas en la calle. Falta coordinación y el plan
DN-III resultó ser un operativo militar reducido”. En el mismo sentido Michelena, Margarita, “Nueva
conciencia”, en Excelsior 7 de octubre de 1985, secc. A, p. 7: “El temblor del 19 de septiembre no sólo
sacudió la tierra. También sacudió la conciencia ciudadana ante la ineptitud oficial, ya no para reme-
diar en lo posible los efectos del desastre, sino para haberlos prevenido con algo más que el ‘misterioso’
Plan DN-III”.
93 Sobre el funcionamiento especifico del Plan véase Cienfuegos Salgado, David. “Las Fuerzas Ar-

madas y la protección civil: el plan DN-III”, en Salgado Cienfuegos, David y Luna Canales Armando
(coords.), Protección Civil. Régimen Jurídico de la Protección Civil en México, El Colegio de Guerrero, 2011,
pp. 15 y ss.
......
352
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 352 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

LA SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS EN LA CONSTITUCIÓN DE 1917 AYER Y HOY…

el párrafo anterior al aludido que dichas actividades a favor de la seguridad pública


serán especificadas constitucionalmente.
En su segundo concepto de invalidez, los legisladores promoventes de la acción
de inconstitucionalidad argumentaron que las fracciones III y IV del artículo 12 de la
Ley General que Establece las Bases de Coordinación del Sistema Nacional de Segu-
ridad Pública, contravenía lo dispuesto en el artículo 129 constitucional, al usurpar
el Ejército, Armada y Fuerza Aérea, funciones que corresponden únicamente a las
autoridades civiles.
Al respecto, la Corte consideró que no se transgredía al artículo 21 constitucio-
nal al integrarse el Consejo Nacional de Seguridad Pública con los secretarios de
Marina y Defensa Nacional, porque este órgano, según los ministros, administrati-
vamente no tenía facultades ejecutivas.
Esta posición inicial es complementada con el argumento de que no debían
identificarse al Ejército, Armada y Fuerza Aérea con las secretarías de Defensa Na-
cional y Marina, pues, por una parte, éstas tienen funciones que van más allá de las
militares, como se desprendía de los artículos 29 y 30 de la Ley Orgánica de la Ad-
ministración Pública Federal, que establecen una gran variedad de funciones. Así,
para determinar el alcance del artículo 129 constitucional, se acudió a sus antece-
dentes en la solemne Sesión del Constituyente de 1857, del 13 de agosto de 1856.
Los ministros concluyeron que: “La intención del legislador Constituyente se dirigió
a establecer que cuando se invoque la necesidad de contar con el apoyo de la fuerza
militar ésta pueda actuar en apoyo de las autoridades civiles”.
Aun llegó la Suprema Corte más lejos al interpretar armónicamente el primer
párrafo del artículo 16 constitucional y los artículos 1o. y 3o. de la Ley Orgánica del
Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, y 1o. y 2o. de la Ley Orgánica de la Armada de
México aduciendo que:

La interpretación armónica del primer párrafo del artículo 16 de la carta magna, con
los preceptos legales reproducidos anteriormente, lleva a la conclusión de que dentro
de nuestro sistema jurídico el Ejército, Fuerza Aérea y Armada de México son com-
petentes para intervenir en labores de seguridad interior, auxiliar a la población civil
en casos de necesidades públicas, realizar acciones cívicas y obras sociales, en caso de
desastres prestar la ayuda para el mantenimiento del orden, auxilio de las personas y
sus bienes y la reconstrucción de las zonas afectadas, coadyuvar en la vigilancia de los
recursos del país y otras funciones que claramente trascienden el contenido de un con-
cepto limitado y estrecho de “disciplina militar”. Las Fuerzas Armadas se encuentran
al servicio de la sociedad mexicana, no sólo porque sus misiones generales están ínti-
mamente vinculadas a su seguridad, sino porque ello implica necesariamente, como se
afirmó, el respeto a las garantías individuales de los gobernados.

Asimismo, la Suprema Corte estimó que “el Ejército, Armada y Fuerza Aérea
no sólo podrán actuar cuando se quebrante la paz por un conflicto con una poten-
cia extranjera, sino también para salvaguardar la seguridad interior del país”. Sin
embargo, en ningún momento definen qué es seguridad interior y sus diferencias o

......
353
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 353 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

Carlos María Pelayo Moller

similitudes entre ella y la seguridad pública, tampoco se esgrime algún argumento o


intento de definición sobre cuáles son las funciones que tienen conexión exacta con
la disciplina militar, aun así, se mencionó lo siguiente:

De la interpretación armónica de la fracción VI del artículo 89 con el numeral 129 en


análisis, se desprende que dentro de las funciones que tienen conexión exacta con la
disciplina militar a las que se refiere el último numeral, se encuentran la de auxiliar a
las autoridades civiles cuando, por las circunstancias del caso, requieren de la fuerza
militar para salvaguardar la seguridad interior de la Nación.

Lo anterior es matizado dándole un carácter primordial a las autoridades civiles:

Es preciso insistir en que, derivado del origen histórico del artículo 129 constitucional,
salvo la situación excepcional de suspensión de garantías, en todo caso y bajo cual-
quier circunstancia, las Fuerzas Armadas no pueden actuar automáticamente, sino en
estricto auxilio a las autoridades civiles y siempre y cuando se solicite expresamente
su apoyo.

Todas estas consideraciones llevaron a la Suprema Corte a afirmar que las fun-
ciones que tienen exacta conexión con la disciplina militar no se circunscriben nece-
sariamente a las funciones militares como a continuación se transcribe:

Consiguientemente, las funciones que tienen exacta conexión con la disciplina militar
a las que se refiere el artículo 129 constitucional, van más allá de las labores internas
de la vida militar y se circunscriben necesariamente a cumplir con las facultades y
funciones que el código político y las leyes emanadas de éste, asignan al Ejército, Ar-
mada y Fuerza Aérea nacionales, dentro de las cuales se encuentra la de auxiliar a las
autoridades civiles con el uso de la fuerza de la que disponen en labores relacionadas
directa o indirectamente con la seguridad pública y con las limitaciones estrictas que
establece nuestro régimen jurídico.

De dicha ejecutoria se derivaron las tesis aisladas 25, 26, 27, 28, 29 y 30 de
1996, las cuales se publicaron como tesis jurisprudenciales 34, 35, 36, 37, 38 y 39
de 2000. Concretamente, a partir de esta resolución, la Suprema Corte llegó a las
siguientes consideraciones:

1. La determinación de cuáles son las funciones del Ejército, Fuerza Aérea y


Armada, por medio del estudio sistemático de la Constitución y, por lo mis-
mo, la comprensión de las garantías individuales y de la seguridad pública,
conforme al régimen jurídico entonces vigente.
2. Que la realización de la seguridad pública presupone el respeto al derecho y
en especial de las garantías individuales.

......
354
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 354 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

LA SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS EN LA CONSTITUCIÓN DE 1917 AYER Y HOY…

3. Que el Ejército, Fuerza Aérea y Armada, si bien pueden participar en ac-


ciones civiles en favor de la seguridad pública en situaciones en que no se
requiera suspender las garantías ello debe obedecer a la solicitud expresa
de las autoridades civiles a las que deberán estar sujetos, con estricto acata-
miento a la Constitución y a las leyes.
4. Que el Ejército, Fuerza Aérea y Armada pueden actuar acatando órdenes
del presidente, con estricto respeto a las garantías individuales, cuando sin
llegarse a situaciones que requieran la suspensión de aquéllas, hagan temer,
fundadamente, que de no enfrentarse de inmediato sería inminente caer en
condiciones graves que obligarían a decretarla.
5. Que la participación en auxilio de las autoridades civiles del Ejército, Ar-
mada y Fuerza Aérea es constitucional (interpretación del artículo 129 de
la Constitución).
6. Que la participación de los secretarios de la Defensa Nacional y de Ma-
rina en el Consejo Nacional de Seguridad Pública, no viola el artículo 21
constitucional.

C. Las facultades del Poder Ejecutivo en materia de emergencias


sanitarias para restringir derechos

El último supuesto se relaciona con las facultades del Poder Ejecutivo en materia
de emergencias sanitarias. Estas disposiciones, vigentes en la Ley General de Salud,
tuvieron aplicación en la emergencia sanitaria de abril de 2009 provocada por el
inesperado brote de la influenza AH1N1.
En el decreto por el que se ordenan diversas acciones en materia de salubridad
general, para prevenir, controlar y combatir la existencia y transmisión del virus de
influenza estacional epidémica se contemplaron disposiciones que en muchos países
democráticos sólo se podrían tomar bajo un régimen de suspensión de garantías.
En el artículo segundo del decreto se contemplaba que la Secretaría de Salud,
con el propósito de combatir la epidemia y cuando lo estimará pertinente, imple-
mentaría de manera inmediata en las regiones afectadas de todo el territorio nacio-
nal, acciones como las siguientes:

• El aislamiento de personas que puedan padecer la enfermedad y de los por-


tadores de gérmenes de la misma, por el tiempo que resulte estrictamente
necesario, así como la limitación de sus actividades, cuando así se amerite
por razones epidemiológicas (fracción I).
• El ingreso a todo tipo de local o casa habitación para el cumplimiento de
actividades dirigidas al control y combate de la epidemia (fracción IV).
• Ordenar las medidas atingentes a fin de evitar congregaciones de personas
en cualquier lugar de reunión, incluyendo la clausura temporal de locales o
centros de espectáculo (fracción VIII).

......
355
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 355 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

Carlos María Pelayo Moller

• La encomienda a las autoridades federales, estatales y municipales, así como


a los profesionales técnicos y auxiliares de las disciplinas para la salud, el
desempeño de las actividades que estime necesarias (fracción IX).
• La regulación del tránsito terrestre, marítimo y aéreo, así como disponer
libremente de todos los medios de transporte de propiedad del Estado y de
servicio público, cualquiera que sea el régimen legal a que estén sujetos estos
últimos (fracción X).
• La utilización libre y prioritaria de los servicios telefónicos, telegráficos y de
correos, así como las transmisiones de radio y televisión, estableciendo las
directrices informativas necesarias a fin de transmitir clara y oportunamente
las medidas que se adopten para afrontar la contingencia (fracción XI).

Estas medidas, que sin duda en un tipo de emergencia como la que se presentó
se encontrarían justificadas, deben estar respaldadas por un marco constitucional
que otorgue certeza a los individuos que habitamos este país. Estas previsiones ¿no
hubiese sido conveniente que se instauraran bajo un régimen de suspensión de ga-
rantías con el control del Congreso de la Unión y la supervisión internacional que se
contempla en el artículo 27 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos?

V. El nuevo régimen de suspensión de garantías


a partir de la reforma constitucional
en materia de derechos humanos de junio de 2011

El 11 de junio de 2011 se llevó a cabo la reforma más importante en materia de


derechos humanos a nuestra Constitución desde su creación en 1917. Dicha refor-
ma, que introdujo el concepto de derechos humanos en lugar del de garantías in-
dividuales también modificó el artículo 29 constitucional. Adicionalmente, como se
comentaba líneas arriba, se reformó el 10 de febrero de 2014, para así dejar el texto
constitucional como sigue:

Artículo 29. En los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública, o de cual-
quier otro que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto, solamente el Presidente
de los Estados Unidos Mexicanos, con la aprobación del Congreso de la Unión o de la
Comisión Permanente cuando aquél no estuviere reunido, podrá restringir o suspen-
der en todo el país o en lugar determinado el ejercicio de los derechos y las garantías
que fuesen obstáculo para hacer frente, rápida y fácilmente a la situación; pero deberá
hacerlo por un tiempo limitado, por medio de prevenciones generales y sin que la
restricción o suspensión se contraiga a determinada persona. Si la restricción o suspen-
sión tuviese lugar hallándose el Congreso reunido, éste concederá las autorizaciones
que estime necesarias para que el Ejecutivo haga frente a la situación; pero si se verifi-
case en tiempo de receso, se convocará de inmediato al Congreso para que las acuerde.
En los decretos que se expidan, no podrá restringirse ni suspenderse el ejercicio de
los derechos a la no discriminación, al reconocimiento de la personalidad jurídica, a
la vida, a la integridad personal, a la protección a la familia, al nombre, a la naciona-
......
356
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 356 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

LA SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS EN LA CONSTITUCIÓN DE 1917 AYER Y HOY…

lidad; los derechos de la niñez; los derechos políticos; las libertades de pensamiento,
conciencia y de profesar creencia religiosa alguna; el principio de legalidad y retro-
actividad; la prohibición de la pena de muerte; la prohibición de la esclavitud y la
servidumbre; la prohibición de la desaparición forzada y la tortura; ni las garantías
judiciales indispensables para la protección de tales derechos.
La restricción o suspensión del ejercicio de los derechos y garantías debe estar fun-
dada y motivada en los términos establecidos por esta Constitución y ser proporcional
al peligro a que se hace frente, observando en todo momento los principios de legali-
dad, racionalidad, proclamación, publicidad y no discriminación.
Cuando se ponga fin a la restricción o suspensión del ejercicio de los derechos y
garantías, bien sea por cumplirse el plazo o porque así lo decrete el Congreso, todas las
medidas legales y administrativas adoptadas durante su vigencia quedarán sin efecto
de forma inmediata. El Ejecutivo no podrá hacer observaciones al decreto mediante el
cual el Congreso revoque la restricción o suspensión.
Los decretos expedidos por el Ejecutivo durante la restricción o suspensión, serán
revisados de oficio e inmediatamente por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la
que deberá pronunciarse con la mayor prontitud sobre su constitucionalidad y validez.

Así el nuevo texto constitucional del artículo 29 contempla:

• Una lista de derechos no derogables bajo ninguna circunstancia.


• Una serie de principios en los que deberá estar fundada y motivada la
suspensión.
• La facultad de Congreso de la Unión para revocar el decreto de suspensión
de garantías.
• El control judicial abstracto por parte de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación.
• La obligación de promulgar una Ley Reglamentaria en la materia (según el
artículo cuarto transitorio de la reforma de junio de 2011).

Sin perjuicio de la importancia de todos los puntos, el último merecería una


mención especial. La legislación secundaria en la materia tendría necesariamente
que tener una redacción clara y concisa que no pudiera prestarse a malas interpreta-
ciones, es, en efecto, un asunto de técnica legislativa. La redacción actual del artícu-
lo 29 es por demás ambigua, por ejemplo, se refiere a términos como “perturbación
grave de la paz pública”, “peligro”, “conflicto”.
Los requisitos mínimos que deberá incluir una legislación para regular las situa-
ciones de emergencia en México son los siguientes:

• Poseer una redacción clara y concisa.


• Prever un régimen diferenciado para dar solución a diversas emergencias
por distintos medios.
• Contemplar el cumplimiento de las obligaciones internacionales.94
94 Sobre todo en lo dispuesto inter alia por el artículo 27.3 de la Convención Americana sobre

Derechos Humanos que dispone: “Todo Estado parte que haga uso del derecho de suspensión deberá
informar inmediatamente a los demás Estados partes en la presente Convención, por conducto del
......
357
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 357 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

Carlos María Pelayo Moller

• Regular las funciones de las Fuerzas Armadas.


• Desarrollar los principios rectores de la suspensión constitucionalmente
previstos.

En muchas legislaciones en el derecho comparado se da el caso de que la legisla-


ción secundaria es la encargada de llevar a cabo la división del régimen diferenciado
de suspensión de garantías, en nuestro caso sería muy conveniente dividir básica-
mente en tres tipos de situaciones a tratar:

1. Emergencias causadas por fenómenos naturales que pongan en peligro a la


población de una determinada parte del país, que en su caso impliquen
la suspensión o restricción de ciertos derechos para hacerles frente.
2. Emergencias causadas por graves problemas de seguridad pública, como
serían el caso de disturbios callejeros a gran escala, implicando la suspensión
de algunos derechos en relación con la libertad de tránsito.
3. Emergencias generadas por una situación de tipo militar que conlleven el
uso del ejército para repeler una invasión o acción armada, de acuerdo a la
definición dada por el derecho internacional humanitario.

Por una parte es evidente que la reformulación del precepto en los términos
antes descritos sería de gran ayuda, pero de poco o nada servirá si no se da en el
contexto de un gran debate nacional en torno a los alcances de las facultades que
actualmente tiene el Ejecutivo federal que pueden llegar a abarcar circunstancias en
las que verdaderamente debería operar una suspensión de garantías.
Despuoy, propone una serie de principios regulatorios para que el derecho de
excepción sea eficaz y a la vez respete los diversos órdenes constitucionales naciona-
les democráticos y cumpla con los estándares mínimos internacionales, por lo cual,
prevé que en caso de que se origine una suspensión de derechos y garantías:

• Se lleve a cabo una declaración oficial, de manera pública.


• Se ajusten las medidas a un marco jurídico previamente establecido, con me-
canismos de control a la actividad de las autoridades de aplicar las medidas
restrictivas de derechos así como las que tengan que enfrentar el problema.
• Se adopten dicha medidas con un carácter temporal definido.
• Sean para hacer frente a una amenaza excepcional, a la cual no se le pueda
hacer frente con el marco jurídico ordinario.
• Que las medidas sean proporcionales a la emergencia.
• No siendo discriminatorias para ningún grupo social.
• Siendo compatibles, concordantes y complementarias a las diversas normas
de derecho internacional que regulan la suspensión de derechos y garantías.95

secretario general de la Organización de los Estados Americanos, de las disposiciones cuya aplicación
haya suspendido, de los motivos que hayan suscitado la suspensión y de la fecha en que haya dado por
terminada tal suspensión”.
95 Véase Carbonell, Miguel, Los derechos fundamentales en el paradigma neoconstitucional, México, Oxford

University Press-Universidad Olmeca, 2010, pp. 47 y ss.


......
358
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 358 21/12/16 10:33


Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx https://goo.gl/4RTj93

LA SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS EN LA CONSTITUCIÓN DE 1917 AYER Y HOY…

VI. Reflexiones finales

A manera de reflexión final, se debe tomar en cuenta que el rol de la figura cons-
titucional de suspensión de garantías se ha encontrado determinado en México a
partir de su régimen político que ha girado en torno a la figura del presidente de la
República. Estas facultades, que incluso Jorge Carpizo llegó a calificar como “me-
taconstitucionales”, a lo largo de la vigencia de la Constitución de 1917 se fueron
ensanchando e incluso legítimando judicialmente. Dentro de esas amplias faculta-
des se encontraban aquellas que correspondería usar dentro de una suspensión de
garantías.
Desafortunadamete, una revisión de este tema no se ha realizado con la am-
plitud necesaria y todavía no ha sido expedida una ley reglamentaria en la materia
por el Congreso de la Unión (a pesar del mandato constitucional). Sin embargo, la
reforma constitucional en materia de derechos humanos de junio de 2011 es una
oportunidad para “reconstruir” esa figura de nuestro constitucionalismo. La refor-
ma sin duda da una función importante al Poder Legislativo para regular esta figu-
ra, así como a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para controlar situaciones
concretas en que la misma sea necesaria. De nuestros legisladores dependerá mucho
que esta institución realmente pueda funcionar y refundarse en nuestro constitu-
cionalismo con todos los sistemas de control judicial y políticos requeridos tanto en
el ámbito nacional como internacional propios de cualquier Estado democrático y
constitucional.

......
359
DR © 2017. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Instituto Belisario Domínguez

43_II_Pelayo.indd 359 21/12/16 10:33

También podría gustarte