La Suspensión de Derechos Hum Anos y El Quebr Anto Excepcional Del Principio de Separ Ación de Poderes
La Suspensión de Derechos Hum Anos y El Quebr Anto Excepcional Del Principio de Separ Ación de Poderes
La Suspensión de Derechos Hum Anos y El Quebr Anto Excepcional Del Principio de Separ Ación de Poderes
1
Este apartado sigue algunos fragmentos de “El conflicto en Chiapas y la suspensión
de garantías individuales”, en Mario Melgar Adalid, José Francisco Ruiz Massieu y
José Luis Soberanes Fernández (coord.), La rebelión en Chiapas y el Derecho, México,
Coordinación de Humanidades, Instituto de Investigaciones Jurídicas-unam, 1994,
pp. 131-156.
2
Jorge Vallejo y Arizmendi, Estudios de derecho constitucional mexicano, México, Stylo,
1947, p. 98.
• 125 •
3
Guillermo F. Margadant, Derecho privado romano, México, Esfinge, 1965, p. 30.
4
Constitución de Cádiz, artículo 308.
5
Gustavo de Silva Gutiérrez, “Suspensión de garantías. Análisis del artículo 29 consti-
tucional”, en Cuestiones constitucionales, Revista Mexicana de Derecho Constitucional,
núm. 19, julio-diciembre de 2008, Instituto de Investigaciones Jurídicas-unam, pp. 57
y 58.
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6
Diario Oficial de la Federación, 10 de junio de 2011.
7
José Ma. Lozano, Estudio de derecho constitucional patrio, en lo relativo a los derechos del
hombre, México, Porrúa, 1980, p. 402.
Por otra parte, Antonio Martínez Báez refiere que Emilio Rabasa, a
quien considera nuestra autoridad máxima en derecho constitucional,
había expresado sobre esta cuestión que no era posible asumir:
…poder más grande que el que Juárez se arrogó de 63 a 67, ni usarlo con
más vigor ni con más audacia, ni emplearlo con más alteza de miras ni con
éxito más cabal. Fundado en el decreto de 11 de diciembre que le concedió
facultades omnímodas, sin más restricción que encaminarlas a la salvación
de la Patria, ningún obstáculo encontró en su áspero camino que no fuera
allanable; sustituyó al Congreso, no sólo para dictar toda clase de leyes, sino
en sus funciones de jurado para deponer al presidente de la Corte Suprema
y fue más allá: sustituyó no sólo al Congreso, sino al pueblo, prorrogando el
término de sus poderes presidenciales por todo el tiempo que fuese menes-
ter; pero se atuvo a lo que la Ley de diciembre le prescribía como restricción,
y que era sólo en verdad la razón de ser de aquella delegación sin ejemplo:
salvó a la patria.9
8
Justo Sierra, Evolución política del pueblo mexicano, en Obras Completas, tomo XII,
México, unam, 1991, pp. 345 y 346.
9
Emilio Rabasa, La Constitución y la dictadura, México, Porrúa, 1982, pp. 199 y 100.
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10
Elisur Arteaga, “La suspensión de garantías y las facultades extraordinarias”, en Alega-
tos, núm. 22, septiembre-octubre de 1992, uam-Azcapotzalco, 1992, p. 51.
11
La suspensión por motivos sanitarios, en términos del artículo 29, no es necesaria por-
que la Constitución ha previsto un sistema especial para enfrentar epidemias de carácter
grave o peligro de invasión de enfermedades exóticas. Artículo 73, fracción XVI, bases
1a. y 2a.
12
Antonio Martínez Báez, “El concepto general del estado de sitio”, en Revista de la
Escuela Nacional de Jurisprudencia, tomo VII, números 25 al 28, enero-diciembre de
1945, unam, 1945, p. 103.
13
Ibid., p. 100.
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14
Felipe Tena Ramírez, “La suspensión de garantías y las facultades extraordinarias en
el derecho mexicano”, en Revista de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, pp. 114 y
115.
15
Ibid.
16
Mario de la Cueva y José Aguilar y Maya, “La suspensión de garantías y la vuelta a la
normalidad”, en Revista de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, tomo VII, números
25 al 28, enero-diciembre de 1945, unam, 1945, p. 174.
17
Ibidem, pp. 206 y 207.
18
Juventino V. Castro, Garantías y amparo, México, Porrúa, 1991, p. 211.
19
Ignacio Burgoa, Las garantías individuales, México, Porrúa, 1984, p. 211.
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20
Miguel Lanz Duret, Derecho constitucional mexicano y consideraciones sobre la realidad
política de nuestro régimen, México, Compañía Editorial Continental, 1982, p. 198.
21
Elisur Arteaga, op. cit., p. 50.
22
La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sustentado en cuanto a las facultades
delegadas al Ejecutivo federal por el Congreso de la Unión, en los términos de los
artículos 29 y 131 constitucionales, que los decretos expedidos en uso de las facultades
extraordinarias constituyen actos legislativos, por lo que el conocimiento de los ampa-
ros solicitados contra ellos corresponde, en grado de revisión, al tribunal en pleno de
la Suprema Corte de Justicia. Amparo en revisión 1636/58. Inf. 1961, p. 134.
23
Ignacio Burgoa, Diccionario de derecho constitucional. Garantías y amparo, México,
Porrúa, 1984, pp. 190, 191 y 192.
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24
Diego Valadés, La dictadura constitucional en América Latina, México, Instituto de
Investigaciones Jurídicas-unam, 1974.
¡No permita la honra de mi país que Congreso alguno ejerza todos los po-
deres que ese artículo le da! No, lejos de abjurar esas opiniones, mantengo
la esperanza de que vengan tiempos serenos, en que estudiando con más
empeño nuestro derecho constitucional, lejos de la atmósfera de las pasiones
políticas se reforme ese artículo [29] en los términos que la civilización de
México exige!25
25
Ignacio L. Vallarta, Cuestiones constitucionales, votos del C. Ignacio L. Vallarta, presi-
dente de la Suprema Corte de Justicia, en los negocios más notables, México, Imprenta de
Francisco Díaz de León, 1883, pp. 236, 237.
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26
J. A. González Casanova, Teoría del Estado y derecho constitucional, Barcelona, Edicio-
nes Vicens Vives, 1991, pp. 470, 471.
27
Ley Orgánica 4/1981 de 1o. de junio de los estados de Alarma, Excepción y Sitio.
28
Constitución española de 1978, artículo 55.
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29
Philip B. Kumhardt, Jr., et al., Lincoln, An Illustrated Biography, Nueva York, Alfred
Knopf, 1992, p. 151.
30
Germán J. Bidart Campos, Teoría general de los derechos humanos, Buenos Aires, As-
trea, 1991, pp. 428, 429.
31
Convención Americana de Derechos Humanos, artículo 27.
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general podría ser la siguiente: existe una paz mínima para el desarro-
llo de la vida cotidiana; si ella peligra, el presidente puede hacer uso
de esa facultad”.32 Más adelante, el propio tratadista confirma que esta
facultad (disponer de la fuerza armada) “debe ser usada como fuerza
del derecho y para preservar la vigencia de la Constitución y no como
un medio persecutorio y represivo”.33
Al decretarse la suspensión o restricción en el ejercicio de derechos
y garantías el presidente goza de facultades legislativas en ciertas mate-
rias en términos del artículo 29 constitucional, como ha quedado ex-
presado párrafos arriba. En este supuesto el presidente de la República
es el único facultado para precisar el proceso que se debe seguir para
elaborar una ley. Al hacerlo deja de aplicarse la prevención contenida en
el artículo 49, pero finalmente para llegar a la suspensión o restricción
de derechos es necesario que se haya dado previamente la colabora-
ción y separación de poderes entre el Ejecutivo, que se hará cargo de
la situación de emergencia, y el Congreso, que dará las autorizaciones
para el ejercicio de esas facultades. Además, el tercer poder, el Judicial
federal, a través de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, revisará
de oficio los decretos expedidos por el Ejecutivo durante la suspensión
o restricción y deberá pronunciarse a la mayor brevedad sobre su cons-
titucionalidad y validez, tal y como lo establece el último párrafo del
artículo 29.
32
Jorge Carpizo, Estudios constitucionales, México, Instituto de Investigaciones Jurídi-
cas-unam, 1983, p. 334.
33
Ibidem, p. 335.