Civil Iv-Preguntas 1
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A veces, sin embargo, sus progenitores, en los casos de gran desigualdad económica entre los
novios jóvenes a los que acabamos de referirnos, intervienen en la materia: por ejemplo
sugiriendo la necesidad de la separación de bienes cuando uno de ellos es rico y otro un
advenedizo.
En otros casos, quienes contraen segundas o ulteriores nupcias, sobre todo en el caso de tener
hijos matrimoniales anteriores, de los que han salido más o menos escaldados procuran dejar
claro desde el primer momento cuáles serán las reglas que, desde el punto de vista
patrimonial, regirán su nuevo matrimonio.
En primer lugar cabe afirmar que se trata de un sistema económico-matrimonial (la otra opción
son los sistemas de separación)
En nuestro ámbito cultural son mucho más frecuente los sistemas de comunidad limitada por
su mejor adecuación a la comunidad de vida que implica el matrimonio.
El sistema de comunidad de gananciales rige como régimen legal supletorio de primer grado en
nuestro código civil, en Vizcaya (en caso de inexistencia de hijos comunes de los cónyuges),
en Navarra (bajo el nombre de régimen de conquistas), en Portugal, Francia, en Italia y en
numerosos países sudamericanos.
1.- Ubicación normativa: Tras la reforma de 1981, bajo el título de “disposiciones generales”,
el capítulo primero del título dedicado por el código civil al régimen económico matrimonial
(art.1315 a 1324), contiene una serie de normas de derecho imperativo, de las cuales algunas
han de considerarse aplicables en cualquier caso, con independencia de cuál sea en concreto
el régimen económico-matrimonial aplicable al matrimonio, en cuanto pretenden básicamente
garantizar el principio de igualdad conyugal consagrado institucionalmente.
El art.1320.1 CC establece que para disponer de los derechos sobre la vivienda habitual y los
muebles de uso ordinario de la familia, aunque tales derechos pertenezcan a uno solo de los
cónyuges, se requerirá el consentimiento de ambos, o en su caso, autorización judicial.
No se trata, pues, solo de que el cónyuge titular del derecho sobre la vivienda no puede
venderla en caso de propiedad, sino que tampoco podrá realizar actos dispositivos relativo a
cualesquiera otros derechos sin contar con el consentimiento de su cónyuge.
El segundo párrafo del artículo 1320 CC dispone que la manifestación errónea o falsa del
disponente sobre el carácter de la vivienda no perjudicará al adquirente de buena fe. La
protección de la vivienda habitual en sentido expuesto alcanza a cualquier tipo de régimen
económico del matrimonio
5-.EL ACTIVO DE LAS SOCIEDADES GANANCIALES
1.- El elenco de los bienes privativos: El art.1346 cc determina los siguientes elencos
privativos:
1. Los bienes y derechos que le pertenecieron al comenzar la sociedad. El texto legal habla en
sentido general de bienes y derechos
2. Los que adquiera después por título gratuito. Cualquier momento posterior a la constitución
de la sociedad de gananciales. Cualesquiera bienes que adquieran los cónyuges a título
gratuito han de ser considerados privativos.
Se incluyen, los bienes que pudiera adquirir cualquiera de los cónyuges por donación o título
hereditario de cualesquier persona, ya sean sus familiares o cualesquier otro que los deseen
beneficiar.
4. Los adquiridos por derecho de retracto perteneciente a uno solo de los cónyuges
5. Los bienes y derechos patrimoniales inherentes a la persona y los que no son transmisibles
inter vivos. Se consideran derechos personalísimos. (derecho de habitación, por ejemplo).
6. El resarcimiento por daños inferidos a la persona de uno de los cónyuges o a sus bienes
privativos. La indemnización o el resarcimiento derivados de los daños causados a los bienes
privativos.
7. Las ropas y objetos de uso personal que no sean de extraordinario valor. Los bienes
indicados han de considerarse privativos por destino y mantienen tal carácter aunque hayan
sido adquiridos a costa del caudal común, dado que le sostenimiento de la familia es una carga
de la sociedad de gananciales. Por tanto la sociedad carece de derecho de reintegro alguno
por tal concepto.
8. Los instrumentos necesarios para el ejercicio de la profesión u oficio, salvo cuando éstos
sean parte integrante de un establecimiento o explotación de carácter común. Los bienes
contemplados ahora son también privativos por destino, dada la necesaria adscripción a la
actividad profesional de cada cónyuge aun en el caso de que hayan sido adquiridos con dinero
ganancial. Pero, en este caso, procede el reintegro de su valor a la sociedad.
2.- El elenco de los bienes gananciales: El art. 1347 CC determina los siguientes elencos
gananciales:
2. Los frutos, rentas e intereses que produzcan tanto los bienes privativos como los
gananciales.
3. Los adquiridos a título oneroso a costa del caudal común, bien se haga la adquisición para la
comunidad, bien para uno de los esposos. Los bienes adquiridos sustituyen en el patrimonio
ganancial al caudal con el que han sido adquiridos.
4. Los adquiridos por derecho de retracto de carácter ganancial, aun cuando lo fueran con
fondos privativos, en cuyo caso la sociedad será deudora del cónyuge por el valor satisfecho.
La regla general se encuentra establecida en el art. 74, que dispone que la acción para pedir la
nulidad corresponde a los cónyuges, al MF, y a cualquier persona que tenga interés directo y
legítimo en ella, salvo lo dispuesto en los artículos siguientes.
En estos casos existe un plazo de caducidad breve; un año tras la mayoría de edad o el cese
del vicio de consentimiento, en cambio, la acción de nulidad propiamente dicha ha de
considerarse imprescriptible.
Tal estado de cosas ha ido evolucionando una vez entrado el siglo XX, en el sentido de admitir
la plena ilicitud de la separación de hecho convencional y, por tanto, la de los eventuales
pactos celebrados por los cónyuges en tal eventualidad, así como ha ido adquiriendo presencia
normativa la separación de hecho provocada unilateralmente por uno de los cónyuges.
Tras la entrada en vigor de la Ley 30/1981, la separación de hecho integra los supuestos de
aplicación de bastantes normas familiares y sucesorias, sobre todo en relación con la
separación y el divorcio, dada la aceptación de que el cese efectivo de la convivencia conyugal,
de una forma u otra, podía ser causa suficiente para la declaración de la crisis matrimonial
existente.
No digamos ya a partir de la Ley 15/05, que como sabemos explicita en su Exposición de
Motivos que “pretende que la libertad, como valor superior de nuestro OJ, tenga su más
adecuado reflejo en el matrimonio”.
El actual sistema normativo establece las normas mínimas de adecuación del régimen
normativo del matrimonio a la situación de separación:
1- Según establece el CC “llevar separado de hecho más de un año por acuerdo mutuo o por
abandono del hogar” es causa suficiente para instar a la disolución judicial de la sociedad de
gananciales (art. 1393.3 CC).
3- En relación con la patria potestad, establece el encabezamiento del art. 156.5 CC que “si los
padres viven separados, la patria potestad se ejercerá por aquel con quien el hijo conviva”. Por
otro lado, sigue determinando el precepto que “...Sin embargo, el Juez, a solicitud fundada del
otro progenitor, podrá, en interés del hijo, atribuir al solicitante la patria potestad para que la
ejerza conjuntamente con el otro progenitor o distribuir entre el padre y la madre las funciones
inherentes a su ejercicio"
Posee peculiaridades propias, representadas por el conjunto de pactos conyugales que suelen
acompañar a la decisión concorde de vivir por separado.
Tales pactos poseen un contenido muy diverso, sin embargo, viene a considerar los efectos
comunes a la nulidad, separación y divorcio; el uso de la vivienda y ajuar familiar, situación de
los hijos, decisiones sobre el régimen económico del matrimonio, etc.
Durante largo tiempo, la licitud de tales pactos fue puesta en duda, pues se consideraban que
se encontraban afectados por la nulidad subsiguiente a la causa ilícita que en ellos subyacía,
sin embargo, con la llegada de la CE 1978 y las reformas de 1981, han llevado a la generalidad
de la doctrina a la conclusión obvia de defender su plena licitud siempre y cuando no atenten
contra el orden público, o acentúen la desigualdad entre los cónyuges, o resulte perjudicial para
los hijos.
Sin embargo, una vez entablada ya la Guerra Civil y antes de su finalización, los efectos de
dicha Ley fueron suspendidos por el Decreto de 2 de marzo de 1938, para ser inmediatamente
derogada tras la victoria del General Franco, que optó por convertir en uno de los principio del
denominado Fuero de los Españoles la proclamación de que el matrimonio era uno e
indisoluble.
2.- Caracteres del divorcio en el sistema español: Se establece dos tipos de divorcio:
- El divorcio consensual: en este tipo se admite la pura y concorde voluntad de los cónyuges
en privar de efectos al matrimonio, sin más trámites que hacerlo constar o comunicarlo ante la
autoridad pública correspondiente en la forma prevenida.
Por otro lado, en España, según establece el art. 87 CC, “los cónyuges también podrán acordar
su divorcio de mutuo acuerdo mediante la formulación de un convenio regulador ante el
Secretario judicial o en escritura pública ante Notario, en la forma y con el contenido regulado
en el artículo 82..."
3.- La solicitud de divorcio: La Ley 15/2005 ha sido el abandono del sistema causalista, bajo
cuya vigencia el cónyuge o los cónyuges que plantearan la acción de divorcio, habían de
acreditar las causas del mismo. Por ello, actualmente el art. 86 CC dispone que “se decretará
judicialmente el divorcio, cualquiera que sea la forma de celebración del matrimonio, a petición
de uno sólo de los cónyuges, de ambos o de uno con el consentimiento del otro, cuando
concurran los requisitos y circunstancias exigidos en el art. 81 CC”. Basta, pues, el transcurso
del período temporal de tres meses, desde la celebración del matrimonio, junto con la
propuesta de medidas o de convenio regulador, para que uno o ambos cónyuges puedan
solicitar la separación o el divorcio o bien, la separación y posteriormente, el divorcio que, por
supuesto, “deberá decretar, de manera obligatoria, la autoridad judicial que resulte
competente”.
4.- la acción de divorcio: Si bien bajo la vigencia de la ley 30/1981 en algunos supuestos la
legitimación activa para el ejercicio de la acción de divorcio se restringía a uno de los cónyuges
de forma excepcional tras la promulgación de la ley 15/2005, no cabe duda de que la acción de
divorcio corresponde a ambos cónyuges.
En todo caso, la acción de divorcio tenía y tiene el carácter de personalísima, pues se extingue
por la muerte de cualquiera de los cónyuges sin que se trasmita a los herederos del cónyuge
muerto.
Transcurrido tres meses desde la celebración del matrimonio, la acción de divorcio puede ser
ejercitada en cualquier momento, sea por cualquiera de los cónyuges o por el representante
legal de los mismos.
Asimismo afirma el art. 88 CC que “la acción de divorcio se extingue por la realización de los
cónyuges, que deberá ser expresa cuando se produzca después de interpuesta la demanda”.
El precepto persigue que los cónyuges deban poner en conocimiento del Juez su eventual
reconciliación, como requisito de verdadera eficacia, pues en otro caso, el proceso y las medias
provisionales adoptadas en él habrán de seguir adelante.
5.- La sentencia de divorcio: La sentencia de divorcio queda regulado en el art. 89 CC, el cual
dispone lo siguiente: “los efectos de la disolución del matrimonio por divorcio se producirán
desde la firmeza de la sentencia o decreto que así lo declare o desde la manifestación del
consentimiento de ambos cónyuges otorgado en escritura pública conforme a lo dispuesto en el
artículo 87. No perjudicará a terceros de buena fe sino a partir de su respectiva inscripción en
el Registro Civil.”
6.- Los efectos de divorcio: El Juez carece de competencia alguna para modificar los efectos
legalmente establecidos .Los efectos fundamentales que dimanan de la propia y definitiva
disolución del matrimonio son los siguientes:
1- Los cónyuges pasa a ser ex cónyuges, desapareciendo así todos los deberes recíprocos.
2- A partir del divorcio, quienes fueron cónyuges carecen, entre sí, de derechos sucesorios.
3- No existe entre los divorciados el deber de respeto cualificado al que se refiere el art. 67 CC.
4- Los divorciados no están ligados por vínculo matrimonial y tienen plena libertad matrimonial,
sea respecto de terceras personas, sea entre sí mismos.
5- En caso de haber existido durante el matrimonio algún tipo de régimen económico-
matrimonial de comunidad de ganancias, procede su inmediata disolución.
En relación con los hijos, el divorcio resulta intrascendente, por ello establece el art. 92 CC que
“la separación, la nulidad y el divorcio no eximen a los padres de sus obligaciones para con los
hijos”.
Respecto de las restantes personas, establece el art. 89 que “la disolución del matrimonio por
divorcio no perjudicará a terceros de buena fe sino a partir de su inscripción en el Registro
Civil”.
Separación o divorcio solicitados de mutuo acuerdo o por uno de los cónyuges con el
consentimiento del otro (ART 777 LEC)
Se regula en el artículo 777 LEC 1/2000 y las características más destacadas son:
8. La sentencia que deniegue la separación o el divorcio y el auto que acuerde alguna medida
que se aparte de los términos del convenio propuesto por los cónyuges podrán ser recurridos
en apelación. El recurso contra el auto que decida sobre las medidas no suspenderá la eficacia
de éstas, ni afectará a la firmeza de la sentencia relativa a la separación o al divorcio.
La sentencia o el auto que aprueben en su totalidad la propuesta de convenio sólo podrán ser
recurridos, en interés de los hijos menores o incapacitados, por el Ministerio Fiscal.
Es el vínculo o relación existente entre uno cualquiera de los cónyuges y los parientes por
consanguinidad del otro cónyuge (el cuñado o la cuñada, el suegro o la suegra, el yerno o la
nuera). El Código civil no regula sistemáticamente la afinidad, ni ofrece una noción concreta del
parentesco por afinidad.
En su origen, la noción de la afinidad fue regulada fundamentalmente por las normas propias
del derecho canónico, sobre todo en cuanto impedimento matrimonial.
C) EL PARENTESCO ADOPTIVO
La formulación de las reglas sobre el cómputo la realiza el código en los art.915 y ss. al regular
la sucesión intestada o, lo que es lo mismo, determinar que parientes heredan cuando no se
haya determinado a través del testamento por el causante. Tales reglas tienes alcance general
(919).
- Se llama directa o recta la línea constituida por la serie de grados entre personas que
descienden una de otra (bisabuelo, abuelo, nieto, hijo…) y que puede ser considerada tanto en
sentido descendente como ascendente.
- Se denomina línea colateral la constituida por la serie de grados entre personas que, sin
descender unas de otras, proceden de un tronco común.
Según el primer párrafo del artículo.918 en las líneas se cuentan tantos grados como
generaciones o como personas, descontando la del progenitor. Es decir, que si se trata de
computar el parentesco existente entre una persona y su abuelo, descartado o descontando
éste, habría que contar o numerar únicamente al propio nieto y a su padre.
Así lo confirma también la regla del cómputo del parentesco colateral establecida en el tercer y
último párrafo del art.918. En la línea colateral se sube hasta el tronco común, y después se
baja hasta la persona con quien se hace la computación. El hermano dista dos grados del
hermano, 3 del tío, hermano de su padre o madre, 4 del primo hermano y así en adelante.
Nuestro código no contempla de forma sistemática la afinidad, ni por tanto establece norma
alguna de cómputo en relación con tal tipo de parentesco.
No obstante, visto el mandato del art.919, se afirma comúnmente que las reglas apenas vistas
han de adaptarse al cómputo del parentesco por afinidad de manera tal que la misma línea y
grado de parentesco existente el varón y el pariente suyo de que se trate arrojará el grado por
afinidad entre este y la mujer.
TEMA 7-LA ADOPCIÓN
Los efectos propios de la adopción y su irrevocabilidad, traen consigo que el art. 175.4 CC
establezca que “Nadie podrá ser adoptado por más de una persona, salvo que la adopción se
realice conjunta o sucesivamente por ambos cónyuges o por una pareja unida por análoga
relación de afectividad a la conyugal. El matrimonio celebrado con posterioridad a la adopción
permitirá al cónyuge la adopción de los hijos de su consorte. Esta previsión será también de
aplicación a las parejas que se constituyan con posterioridad. En caso de muerte del
adoptante, o cuando el adoptante sufra la exclusión prevista en el artículo 179, será posible
una nueva adopción del adoptado.”
A.- Requisitos de los adoptantes: Presupuesta la plena capacidad de obrar de quien desee
adoptar, actualmente, el adoptante debe reunir dos condiciones de orden cronológico respecto
del adoptado:
- Primero, debe haber cumplido los 25 años, requisito que sólo será exigido para uno de los
miembros de la pareja.
- Segundo, se exige una diferencia de edad mínima entre el adoptado y al adoptante o los
adoptantes, establecida en 16 años de edad.
En consecuencia, no podrán adoptar los incapacitados, salvo que otra cosa se deduzca de la
sentencia de incapacitación, tampoco los menores de edad, estén o no incapacitados o
emancipados, por último, tampoco podrán ser adoptantes los que no puedan ser tutores de
acuerdo con lo previsto en el CC.
B.- El adoptado: La ley 21/1987 ha establecido como principio que, según determina el art.
175.2 CC, “únicamente podrán ser adoptados los menores no emancipados. Por excepción,
será posible la adopción de un mayor de edad o de un menor emancipado cuando,
inmediatamente antes de la emancipación, hubiere existido una situación de acogimiento con
los futuros adoptantes o de convivencia estable con ellos de, al menos, un año.”
1.º El cónyuge o persona unida al adoptante por análoga relación de afectividad a la conyugal
salvo que medie separación o divorcio legal o ruptura de la pareja que conste fehacientemente,
excepto en los supuestos en los que la adopción se vaya a formalizar de forma conjunta.
2. º Los progenitores del adoptando que no se hallare emancipado, a menos que estuvieran
privados de la patria potestad por sentencia firme o incursos en causa legal para tal privación.
C.- Las prohibiciones: Afectan tanto al adoptante como al adoptado, las especiales
prohibiciones consideradas en el art. 175.3 CC, conforme al cual “no puede adoptarse:
1º A un descendiente.
2º A un pariente en segundo grado de línea colateral por consanguinidad o afinidad.
3º A un pupilo por su tutor hasta que haya sido aprobada definitivamente la cuenta general
justificada de la tutela.”
A.- La propuesta de la entidad pública: Según dispone el art. 176.2 CC, que para iniciar el
expediente de adopción es necesaria la propuesta previa de la entidad pública a favor del
adoptante o adoptantes que dicha entidad pública haya declarado idóneos para el ejercicio de
la patria potestad. La declaración de idoneidad podrá ser previa a la propuesta. Las entidades
públicas mencionadas en esta Ley son los organismos del Estado, de las CCAA o de las
entidades locales a la que corresponda la protección de los menores. Las CCAA podrán
habilitar en su territorio a aquellas Asociaciones o Fundaciones no lucrativas en cuyos
estatutos figure como fin la protección de los menores y siempre que disponga de los medios
necesarios.
1.ª Ser huérfano y pariente del adoptante en tercer grado por consanguinidad o afinidad.
2.ª Ser hijo del cónyuge o de la persona unida al adoptante por análoga relación de afectividad
a la conyugal.
3.ª Llevar más de un año en guarda con fines de adopción o haber estado bajo tutela del
adoptante por el mismo tiempo.
4.ª Ser mayor de edad o menor emancipado.
DECLARACIÓN DE IDONEIDAD
Las personas que se ofrezcan para la adopción deberán asistir a las sesiones informativas y de
preparación organizadas por la Entidad Pública o por Entidad colaboradora autorizada.
Nos vamos a limitar a desarrollar los aspectos más importantes de la redacción del 177 CC
tras la reforma de la LPIA:
No será necesario el asentimiento cuando los que deban prestarlo se encuentre imposibilitados
para ello, imposibilidad que se apreciará motivadamente en la resolución judicial que constituya
la adopción.
Dicho de otra forma, mientras no exista un auto judicial en sentido positivo, la adopción no se
habrá producido.
Vista la norma comentada, la mayor parte de los autores patrios han concordado en afirmar
que la adopción ha dejado de ser un acto complejo o un negocio jurídico de derecho de familia,
dada la naturaleza constitutiva de la resolución judicial.
3-.IRREVOCABILIDAD DE LA ADOPCIÓN
Por otra parte, el artículo sigue en su apartado segundo estableciendo que “El Juez acordará la
extinción de la adopción a petición de cualquiera de los progenitores que, sin culpa suya, no
hubieren intervenido en el expediente en los términos expresados en el artículo 177. Será
también necesario que la demanda se interponga dentro de los dos años siguientes a la
adopción y que la extinción solicitada no perjudique gravemente al menor.”
La ley de adopción internacional, ha adicionado un nuevo número al artículo 180 CC, el cual
quedará redactado de la siguiente manera. Art. 180.6 CC “Las personas adoptadas, alcanzada
la mayoría de edad o durante su minoría de edad a través de sus representantes legales,
tendrán derecho a conocer los datos sobre sus orígenes biológicos. Las Entidades Públicas,
previa notificación a las personas afectadas, prestarán a través de sus servicios especializados
el asesoramiento y la ayuda que precisen para hacer efectivo este derecho. A estos efectos,
cualquier entidad privada o pública tendrá obligación de facilitar a las Entidades Públicas y al
Ministerio Fiscal, cuando les sean requeridos, los informes y antecedentes necesarios sobre el
menor y su familia de origen.”
4-.EFECTOS DE LA ADOPCIÓN
El hijo adoptivo ocupa en la sucesión del adoptante los mismos derechos hereditarios que
ostentaría si hubiera sido procreado por el adoptante, pues respecto de la legítima cuanto en
relación con la sucesión intestada, rige el principio de igualdad de los hijos, con independencia
de su origen.
B.- El adoptado y su familia de origen: La integración familiar del adoptado en la familia del
adoptante, implica que aquel ha considerarse desligado o excluido de su familia de origen, así
lo expresa el art. 178.1 CC “La adopción produce la extinción de los vínculos jurídicos entre el
adoptado y su familia de origen.”
Por otra parte, el apartado segundo del art. 178 determina lo siguiente: “Por excepción
subsistirán los vínculos jurídicos con la familia del progenitor que, según el caso, corresponda:
a) Cuando el adoptado sea hijo del cónyuge o de la persona unida al adoptante por análoga
relación de afectividad a la conyugal, aunque el consorte o la pareja hubiera fallecido.
b) Cuando sólo uno de los progenitores haya sido legalmente determinado, siempre que tal
efecto hubiera sido solicitado por el adoptante, el adoptado mayor de doce años y el progenitor
cuyo vínculo haya de persistir.”
Finalmente, el apartado tercero del art. 178 dispone que “lo establecido en los apartados
anteriores se entiende sin perjuicio de lo dispuesto sobre impedimentos matrimoniales”.
C.- Los orígenes biológicos de las personas adoptadas: La ley 54/2007, de adopción
internacional añadió un nuevo número 5 al art. 180, que fue reformado en 2015 por la LPIA,
determinando que: “Las entidades públicas asegurarán la conservación de la información de
que dispongan relativa a los orígenes del menor, en particular la información respecto a la
identidad de sus progenitores, así como la historia médica del menor y de su familia, y se
conservarán durante al menos 50 años con posterioridad al momento en que la adopción se
haya hecho definitiva.
Las personas adoptadas tendrán derecho a conocer los datos sobre sus orígenes biológicos.
Las entidades públicas prestarán el asesoramiento y la ayuda que precisen para hacer efectivo
este derecho.
A estos efectos, cualquier entidad privada o pública tendrá obligación de facilitar a las
entidades públicas y al MF, cuando les sean requeridos, los informes y antecedentes
necesarios sobre el menor y su familia
El otorgamiento por la ley a los padres de las facultades de representación de los hijos
menores no emancipados es una mera consecuencia de la falta de capacidad de estos y,
constituye un derecho y un deber de los padres asistir a los menores in potestate mientras se
encuentran en tal condición.
1.- La representación legal: El artículo 162 establece que los padres que ostenten la patria
potestad tienen la representación legal de sus hijos menores no emancipados.
- Los actos relativos a derechos de la personalidad que el hijo, de acuerdo con sus condiciones
de madurez y las leyes, pueda hacer por sí mismo.
- Aquellos en que exista conflicto de intereses entre los padres y el hijo.
- Los relativos a bienes que estén excluidos de la administración de los padres.
Para celebrar contratos que obliguen al hijo a realizar prestaciones personales se requiere el
previo consentimiento del hijo si tuviese suficiente juicio, sin perjuicio de lo que se establece en
el art 158.
2.- Conflicto de intereses: defensor judicial: El eventual conflicto de intereses entre los
progenitores y el menor no emancipado, contemplado con el art.162.2º excluye obviamente las
facultades de representación de los progenitores o, en su caso, de uno solo de los progenitores
y es objeto de desarrollo en el art.163: Siempre que en algún asunto el padre y la madre
tengan un interés opuesto al de sus hijos no emancipados, se nombrará a éstos un defensor
que los represente en juicio y fuera de él. Se procederá también a este nombramiento cuando
los padres tengan un interés opuesto al del hijo menor emancipado cuya capacidad deban
completar. Si el conflicto de intereses existiera sólo con uno de los progenitores, corresponde al
otro por Ley y sin necesidad de especial nombramiento representar al menor o completar su
capacidad.
1-. Emancipación, mayoría de edad y patria potestad prorrogada: Nuestro código genera
una cierta confusión entre la emancipación propiamente dicha y la mayoría de edad, al
considerar que esta última es la primera y común causa de emancipación.
En la generalidad de los casos, llegar a la mayoría de edad implica considerar que la patria
potestad se ha extinguido, tal y como, establecía el código con anterioridad a la reforma de
1981. Sin embargo, semejante conclusión normativa generaba la relativa inconsecuencia de
que, en caso de que los hijos hubieran sido judicialmente incapacitados, los progenitores
dejaban de ser titulares de la patria potestad o, sencillamente, padres, para pasar a ser tutores.
2-. La privación de la patria potestad: El art. 170 se limita a indicar concisamente que el
padre o la madre podrán ser privados total o parcialmente de su potestad por sentencia
fundada en el incumplimiento de los deberes inherentes a la misma o dictada en causa criminal
o matrimonial.
3-. La suspensión de la patria potestad: En tal sentido, por ejemplo, podría entenderse que
la pena accesoria de inhabilitación para su desempeño, prevista en el CP, constituye un
supuesto de suspensión temporal del ejercicio de la patria potestad o que el propio art.170 CC,
al hablar de privación parcial está otorgando carta de naturaleza de suspensión temporal.
La política asistencial impuesta por tales preceptos y por la existencia de un Estado social y
democrático de derecho conlleva que muchos de los aspectos propios de la obligación
alimenticia entere parientes han de ser desempeñados por los poderes públicos y que su
satisfacción mediante cauces públicos habrá de exonerar a los familiares que, en otro caso,
habrían de atender las necesidades de quien se encontrara en situación de penuria o al menos,
mitigar sus obligaciones al respecto.
1.° Al cónyuge.
2.° A los descendientes de grado más próximo.
3.° A los ascendientes, también de grado más próximo.
4.° A los hermanos, pero estando obligados en último lugar los que sólo sean uterinos o
consanguíneos.
Entre los descendientes y ascendientes se regulará la gradación por el orden en que sean
llamados a la sucesión legítima de la persona que tenga derecho a los alimentos.”
Por ello, el art. 145.1 CC dispone que “cuando recaiga sobre 2 o más personas la obligación de
dar alimentos, se repartirá entre ellas el pago de la pensión en cantidad proporcional a su
respectivo”.
A.- Los alimentos amplios: “Los cónyuges o parientes en línea recta están obligados
recíprocamente a darse alimentos en sentido amplio” (art. 143.1 CC).
Por otra parte, el art. 142 CC determina que: “Se entiende por alimentos todo lo que es
indispensable para el sustento, habitación, vestido y asistencia médica. Los alimentos
comprenden también la educación e instrucción del alimentista mientras sea menor de edad y
aun después cuando no haya terminado su formación por causa que no le sea imputable. Entre
los alimentos se incluirán los gastos de embarazo y parto, en cuanto no estén cubiertos de otro
modo.”
B.- Los alimentos estrictos: Entre hermanos, determina el art. 143.2 CC que “sólo se deben
los auxilios necesarios para la vida, cuando los necesiten por cualquier causa que no sea
imputable al alimentista, y se extenderán en su caso a los que precisen para su educación”
Por otra parte, la línea divisoria entre los alimentos amplios y estrictos por este concepto,
resulta extraordinariamente difusa, pues no hay razones determinantes para defender que los
criterios de fijación de la cuantía de los alimentos, establecidos en el art. 146 CC se hayan de
aplicar exclusivamente a los alimentos amplios.
A.- Las formas de la prestación: El art. 149 CC determina que “El obligado a prestar
alimentos podrá, a su elección, satisfacerlos, o pagando la pensión que se fije, o recibiendo y
manteniendo en su propia casa al que tiene derecho a ellos.”. La obligación alimenticia es, por
tanto, una obligación alternativa que puede cumplirse por el deudor alimentante, a su elección
de dos formas diversas:
Ante ello, la LO 1/1996, de protección jurídica del menor, siguiente a la Jurisprudencia del TS,
ha añadido un segundo párrafo a las artículo 149 CC, el cual determina que “Esta elección no
será posible en cuanto contradiga la situación de convivencia determinada para el alimentista
por las normas aplicables o por resolución judicial. También podrá ser rechazada cuando
concurra justa causa o perjudique el interés del alimentista menor de edad.”
El art. 150 CC determina que: “La obligación de suministrar alimentos cesa con la muerte del
obligado, aunque los prestase en cumplimiento de una sentencia firme.”
Por otro lado, el art. 152 CC dispone que “cesará también la obligación de alimentos:
El fallecimiento del alimentante excluye que sus herederos hayan de asumir dicha obligación,
aunque puede darse el caso de que, por relación familiar que les una con el alimentista, éste
pueda reclamarles alimentos.
La muerte del alimentista, según determina el art. 152.1 CC, obviamente acarrea la extinción
de la obligación de prestarle alimentos, y por supuesto, sus herederos no adquieren condición
alguna de alimentistas.
Para el supuesto de la muerte del alimentista y dado que el pago de la pensión ha de realizarse
por meses anticipados, prevé el art. 148.2 que “sus herederos no estarán obligados a devolver
lo que éste hubiese recibido anticipadamente”.
C.- La mala conducta del alimentista: Bajo la rúbrica podemos considerar los supuestos
contemplado en el art. 152. 4 y 5.
El párrafo 5º del precepto se refiere al caso de que el alimentista sea descendiente del
alimentante y, tal y como se encuentra formulado legalmente, no es propiamente una causa
extintiva de la obligación alimenticia preexistente alguna, sino al contrario como una causa de
cesación o exclusión de la obligación de prestar alimentos. No hay extinción alguna, sino
inexistencia de presupuesto para exigir alimentos por el descendiente que, a causa de su
desidia, se encuentra en situación de menesterosidad
PREGUNTAS SUCESIONES
El artículo 659 del Código Civil dice que “la herencia comprende todos los bienes, derechos y
obligaciones de una persona, que no se extingan por su muerte”. La herencia es, pues, el
objeto de la sucesión mortis causa, y es el total patrimonio del difunto. Aquel conjunto
heterogéneo aparece unificado para someterlo a un mismo régimen jurídico con independencia
de la naturaleza de cada uno de sus elementos. Con la idea de unidad se explica que el
heredero no tenga que hacer tantos actos de aceptación cuantos bienes deje el causante, sino
que le basta aceptar la “herencia”.
Cuando se duda entre dos personas llamadas a sucederle quién ha muerto primero, rige la
llamada presunción del art. 33, es decir, quien sostenga la muerte anterior de una u otra, debe
probarla; a falta de prueba se presumen muertas al mismo tiempo y no hay lugar a la
transmisión de derechos de uno a otro. Si la sucesión es posible que se abra por una
declaración de fallecimiento, es preciso fijar el momento de la apertura. El párrafo segundo del
art. 195 preceptúa que “toda declaración de fallecimiento expresará la fecha a partir de la cual
se entienda sucedida la muerte, con arreglo a lo preceptuado en los dos artículos precedentes,
salvo prueba en contrario”.
3.- Lugar. La fijación del lugar en que se abre la sucesión es importante para la determinación
de la competencia judicial. La nueva Lex 2000 fija la competencia judicial de los juicios sobre
sucesiones hereditarias fijando que “el tribunal del lugar en el que el finado tuvo su último
domicilio; y si lo hubiera tenido en el extranjero, el lugar en el que lo tuviese en España, o
donde tuviera la mayoría de sus bienes”. Art. 52.1.4 LEC 2000.
Con la apertura de la sucesión tiene lugar la delación, se abre una situación en la que el
llamado puede aceptar o repudiar la herencia. El Código la denomina entonces “deferida” (art.
658). Cuando la herencia se defiere, se atribuye un poder al llamado para que la acepte o la
repudie.
A ese poder atribuido al llamado se le denomina ius delationis, cuya naturaleza jurídica es
discutida en la doctrina. Se dice que el poder de aceptar o repudiar una sucesión no configura
ningún derecho subjetivo, es un reflejo de la capacidad de obrar, un mero poder jurídico. Sin
embargo, la posición dominante lo conceptúa como un derecho subjetivo, que engloba, como
todo derecho de esa índole, poderes concretos. Serían el de aceptar o repudiar la herencia, y
el de realizar actos conservativos sobre los bienes hereditarios.
El ius delationis no puede ser objeto de actos de disposición. Si ello ocurriese, la disposición
equivale a su ejercicio en forma positiva. Así se deduce del art. 1000.1º, que entre los casos en
que se entiende aceptada la herencia recoge el de la venta, donación o cesión de su derecho
por el llamado.
Si el llamado muere sin aceptar o repudiar la herencia, preceptúa el art. 1006 que pasará a sus
herederos el mismo derecho que él tenía. Se deduce de ellos que el ius delationis se integra
como un elemento más en el patrimonio del difunto. Sus herederos podrán aceptar o repudiar
su sucesión. Si la aceptan, serán titulares de su ius delationis, pueden aceptar o repudiar la
primera herencia. Si no la aceptan, carecen de ese poder.
El art. 1006 no es un precepto imperativo. El causante puede impedir la transmisión del ius
delationis del que llama a su herencia obligando a que lo ejercite necesariamente en vida, o
disponiendo que si muere sin hacerlo se defiera la herencia a otra persona. El ius delationis es
inembargable, salvo lo dispuesto en el art. 1001 CC (Si el heredero repudia la herencia en
perjuicio de sus propios acreedores, podrán éstos pedir al Juez que los autorice para aceptarla
en nombre de aquél).
El art. 744 dice que “podrá suceder por testamento o abintestato los que no estén
incapacitados por la ley”.
A continuación, el art 745 especifica quienes son los que no pueden suceder (incapacidad para
suceder absoluta), y enumera taxativamente a: 1º Las criaturas abortivas, entendiéndose como
tales las que no reúnan las circunstancias señaladas en el art 30 Cc. 2º Las asociaciones o
corporaciones no permitidas por la ley.
Las personas jurídicas tienen capacidad para suceder, salvo las no permitidas por la ley.
-La prohibición impuesta al tutor: Tampoco surtirá efecto la disposición testamentaria en favor
de quien sea tutor o curador del testador, salvo cuando se haya hecho después de aprobadas
definitivamente las cuentas o, en el caso en que no tuviese que rendirse éstas, después de la
extinción de la tutela o curatela. Serán, sin embargo, válidas las disposiciones hechas en favor
del tutor o curador que sea ascendiente, descendiente, hermano, hermana o cónyuge del
testador.
-La prohibición del art. 754: El testador no podrá disponer del todo o parte de su herencia en
favor del Notario que autorice su testamento, o del cónyuge, parientes o afines del mismo
dentro del cuarto grado, con la excepción establecida en el artículo 682.
Esta prohibición será aplicable a los testigos del testamento abierto, otorgado con o sin Notario.
Las disposiciones de este artículo son también aplicables a los testigos y personas ante
quienes se otorguen los testamentos especiales.
-El art 755: Será nula la disposición testamentaria a favor de un incapaz, aunque se la disfrace
bajo la forma de contrato oneroso o se haga a nombre de persona interpuesta
Para el Código la indignidad es una causa de incapacidad para suceder de carácter relativo. No
obstante, en los supuestos en los que la causa de indignidad se dé con posterioridad a la
muerte del causante, no habrá incapacidad para suceder sino causa de exclusión de la
herencia si se ha aceptado ya, pues el indigno tenía una delación que podía válidamente
aceptar o repudiar.
La indignidad se regula entre los preceptos llamados a precisar quién está incapacitado para
suceder, tanto en la sucesión testada como intestada.
Causas de indignidad. Están tipificadas en el art. 756: “Son incapaces de suceder por causa
de indignidad:
1. El que fuera condenado por sentencia firme por haber atentado contra la vida, o a pena
grave por haber causado lesiones o por haber ejercido habitualmente violencia física o psíquica
en el ámbito familiar al causante, su cónyuge, persona a la que esté unida por análoga relación
de afectividad o alguno de sus descendientes o ascendientes.
2. El que fuera condenado por sentencia firme por delitos contra la libertad, la integridad moral
y la libertad e indemnidad sexual, si el ofendido es el causante, su cónyuge, la persona a la que
esté unida por análoga relación de afectividad o alguno de sus descendientes o ascendientes.
Asimismo el condenado por sentencia firme a pena grave por haber cometido un delito contra
los derechos y deberes familiares respecto de la herencia de la persona agraviada.
También el privado por resolución firme de la patria potestad, o removido del ejercicio de la
tutela o acogimiento familiar de un menor o persona con la capacidad modificada judicialmente
por causa que le sea imputable, respecto de la herencia del mismo.
3. El que hubiese acusado al causante de delito para el que la ley señala pena grave, si es
condenado por denuncia falsa.
4. El heredero mayor de edad que, sabedor de la muerte violenta del testador, no la hubiese
denunciado dentro de un mes a la justicia cuando ésta no hubiera procedido ya de oficio.
Cesará esta prohibición en los casos en que, según la Ley, no hay la obligación de acusar.
6. El que por iguales medios impidiere a otro hacer testamento, o revocar el que tuviese hecho,
o suplantare, ocultare o alterare otro posterior.
7. Tratándose de la sucesión de una persona con discapacidad, las personas con derecho a la
herencia que no le hubieren prestado las atenciones debidas, entendiendo por tales las
reguladas en los artículos 142 y 146 del Código Civil”.
Este último apartado fue introducido por la Ley 41/2013, de 18 de noviembre, de protección de
las personas con discapacidad, y trata de proteger a los discapacitados.
Hay supuestos en los que ante determinadas conductas el legislador acuerda una pérdida de
derechos sucesorios para sus autores que no les hace estar incursos en indignidad. Son las
siguientes:
1-.El tutor testamentario que se excusa de la tutela: perderá lo que quién le nombró le
hubiese dejado voluntariamente, pero no sus derechos legitimarios.
2-. El albacea que no acepta el cargo o lo renuncia sin justa causa: éste perderá lo que le
hubiese dejado el testador, salvo su derecho a la legítima.
3-. El progenitor en los casos del art. 111 CC. Se priva de los derechos que por ley le
corresponda a aquel progenitor en la herencia del hijo o sus descendientes. No se está en
presencia de una incapacidad para sucederle de tipo relativo, pues el ámbito de la privación no
afecta más que a los derechos que ostenta en aquella herencia por "ministerio de la ley", que
son los legitimarios y abintestato. Por tanto, no es incapaz de recibir cualquier otro beneficio
que voluntariamente le haga el hijo o descendiente.
La sanción puede ser levantada por el representante legal del hijo (o descendiente) aprobada
judicialmente, o por voluntad del propio hijo una vez alcanzada la plena capacidad.
Concepto: El acrecimiento presupone una llamada conjunta a la herencia. Que existe cuando
varios son llamados a la totalidad o a una misma parte de ella (se llama a la herencia a A, B Y
C; se llama a un tercio de la misma a A, B Y C). La concurrencia de los llamados origina la
aplicación de la regla concursus partes fiunt, es decir, que del concurso surge la cuota, que
será mayor o menor según acepten todos o no acepte alguno. Se califica como acrecimiento el
efecto que se produce cuando cualquiera de los llamados no puede o no quiere aceptar, pues
la cuota de los aceptantes se expande.
Fundamento: Se encuentra en la voluntad presunta del causante, simbolizada en el hecho de
llamar a todos, por lo que no posee carácter imperativo. Es lícito, que prohíba el acrecimiento,
aunque se den los supuestos bajo los cuales el CC lo presume, incluso que lo imponga,
aunque no se den. En estos casos hay que probar su voluntad cumplidamente.
Presupuestos:
a) 982 CC: Para que en la sucesión testamentaria tenga lugar el derecho de acrecer, se
requiere:
1. Que dos o más sean llamados a una misma herencia, o a una misma porción de ella, sin
especial designación de partes.
2. Que uno de los llamados muera antes que el testador, o que renuncie la herencia, o sea
incapaz de recibirla
Cabe comprender en este requisito todos aquellos casos en los que la delación no haya tenido
eficacia. No obstante el testador puede libremente circunscribir la hipótesis en que el
acrecimiento se ha de verificar, excluyendo los demás.
b) 983 CC: Se entenderá hecha la designación por partes sólo en el caso de que el testador
haya determinado expresamente una cuota para cada heredero.
La frase "por mitad o por partes iguales" u otras que, aunque designen parte alícuota, no fijan
ésta numéricamente o por señales que hagan a cada uno dueño de un cuerpo de bienes
separado, no excluyen el derecho de acrecer.
Efectos.
Dice el Código que "los herederos a quienes acrezca la herencia sucederán en todo los
derechos y obligaciones que tendría el que no quiso o no pudo recibirla".
En la sucesión intestada, la parte del que repudia la herencia acrecerá siempre a los
coherederos. Rige el principio de que el pariente más próximo en grado al causante excluye el
más remoto.
A)CONCEPTO
Uno de los requisitos de la sucesión mortis causa es que el llamado sobreviva al causante. Si
premuere, nada ha adquirido, lo mismo que si es incapaz de heredar. No obstante, la ley llama
a determinados parientes del primero para ocupar su posición jurídica. Es el “derecho de
representación”, que el art. 924 lo define como; “el derecho que tienen los parientes de una
persona para sucederle en todos los derechos que tendría si viviera o hubiera podido heredar.”
Los representantes a quien suceden son al causante de la sucesión, frente al que han de
poseer los requisitos de capacidad sucesoria.
B)SUPUESTOS
Determina el art. 929 que “no podrá representarse a una persona viva fuera de los casos de
incapacidad o desheredación”. Aquí se alude a los arts. 761 y 857 como excepciones, puesto
que aquí la incapacidad hace referencia a la indignidad para suceder.
C)PARENTESCO
D)EFECTOS
Según el art. 926, “siempre que se herede por representación, la división de la herencia se hará
por estirpes, de modo que el representante o representantes no hereden más de lo que
heredaría su representado, si viviera”.
No obstante, según el art. 927, cuando los sobrinos concurran a la herencia de su tío en
representación del hermano o hermanos de éste, heredarán por partes iguales si concurren
solos. Si concurren con sus tíos, heredarán por representación.
El art 761 CC: "Si el excluido de la herencia por incapacidad fuera hijo o
descendiente del testador, y tuviere hijos o descendientes, adquirirán éstos su derecho a la
legítima". En realidad, lo que la ley hace es considerarlos como legitimarios en lugar del
incapaz, cualidad que no ostentarían en otro caso, pues los parientes más próximos en grado
son preferentes en el sistema legitimario, lo mismo que en la sucesión intestada, a los más
alejados del causante.
El art. 857 preceptúa que los hijos del desheredado ocuparán su lugar y conservarán
los derechos de los herederos forzosos respecto a la legítima. Simplemente se les reconoce la
cualidad de legitimarios.
-En la mejora no hay representación pues su naturaleza se asimila más bien a la parte de libre
disposición, aunque con unos beneficiarios determinados: hijos y descendientes del causante,
que puede elegir libremente entre ellos para atribuir al que quiera incluso todo el tercio de
mejora.
TEMA 3-.CONTENIDO DEL TESTAMENTO
El Código sanciona con la nulidad toda disposición testamentaria a favor de persona incierta a
menos que por algún evento pueda resultar cierta. Es carga del testador, si quiere que su
voluntad tenga efectos de hacer la designación de heredero de tal forma que pueda
determinarse quien es, o usar o expresar circunstancias que cumplan con esa finalidad.
El Código preceptúa que el testador designará al heredero por su nombre y apellidos, y cuando
haya dos que los tenga iguales, deberá señalar alguna circunstancia por la que se conozca al
instituido y aunque haya omitido el nombre del heredero, ha de designarlo de modo que no
pueda dudarse quién es el instituido.
En relación con la forma de designación del heredero, el Código contiene algunos preceptos
que hay que considerar como criterios interpretativos de la voluntad del testador, para caso de
duda o falta de manifestación en contrario, que son:
-Si los herederos son instituidos sin designación de partes heredarán por partes iguales.
-Si el testador instituye a sus hermanos, y los tiene carnales y de padre o madre solamente, se
dividirá la herencia como en el caso de morir intestado.
-Si el testador llama a la secesión a una persona y a sus hijos, se entenderán todos instituidos
simultáneamente y no sucesivamente.
-Si el testador llama genéricamente al hijo o hijos, se comprenden los adoptivos cuando se
trate del testamento del adoptante.
La expresión de una causa contraria a derecho, aunque sea verdadera, se tendrá también por
no escrita
El artículo 781 establece que “Las sustituciones fideicomisarias en cuya virtud se encarga al
heredero que conserve y transmita a un tercero el todo o parte de la herencia, serán válidas y
surtirán efecto siempre que no pasen del segundo grado, o que se hagan en favor de personas
que vivan al tiempo del fallecimiento del testador”. Las expresiones legales no son exactas.
Ambos son herederos del testador, y lo mismo recibe de él, el primer llamado, que el segundo.
La sustitución fideicomisaria es una vinculación de bienes temporal (en tanto hay que
conservarlos para transmitirlos después), el CC las ve con disfavor. El art 785.1 CC dispone
que “no surtirán efecto las que no se hagan de una manera expresa, dándoles este nombre, ya
imponiendo al sustituido (fiduciario) la obligación de entregar los bienes a un segundo
heredero.”
El art. 781 CC limita la validez de las sustituciones fideicomisarias. Sólo se consideran eficaces
si los allanamientos sucesivos que se hacen a la herencia recaen a favor de personas vivas a
la muerte del testador o si no pasan del segundo grado.
Cuando se habla de llamamientos se entienden aquellos que son efectivos, y no los hay sino al
morir el causante. De ahí que, para juzgar si el testador se extralimitó o no, es necesario
situarse siempre en el momento de la apertura de la sucesión, no en el del otorgamiento del
testamento.
No presentan ninguna dificultad los llamamientos sucesivos a favor de personas que viven al
morir el testador, porque la simultaneidad de sus vidas significa que no se va a prolongar
demasiado la vinculación en que quedan los bienes afectados por la sustitución. En cambio, el
problema se ha suscitado al interpretar lo que significa la expresión legal, “que no pasen del
segundo grado”. Es claro que se refiere el legislador a personas que no viven, pues las que
viven han sido objeto de atención por él anteriormente. Por tanto, segundo grado es expresión
contrapuesta a personas que vivieren a la muerte del testador.
La Ley 41/2003 de protección patrimonial de las personas con discapacidad, ha roto ese
esquema y permite en la actual redacción que, si alguno de los hijos o descendientes ha sido
judicialmente incapacitado, pueda el testador establecer una sustitución fideicomisaria sobre el
tercio de legítima estricta en la que sean fiduciarios los hijos o descendientes judicialmente
incapacitados, y fideicomisarios los restantes legitimarios, a los que denomina “coherederos
forzosos”. Se trata de una norma que acentúa la protección de los incapacitados ampliando los
poderes dispositivos de los testadores.
Ante todo, debe observarse que una fracción muy pequeña aquella en que la posibilidad
dispositiva se admite, ya que han de existir al menos dos hijos, el incapacitado y un hermano,
donde se tratará sólo de una sexta parte, puesto que nunca se ha discutido la posibilidad de
destinar al incapacitado el tercio de libre disposición y el de mejora.
Por otra parte, se rompe el sistema legitimario del Código Civil, que es el sistema de libertad de
testar, lo cual desde el punto de vista político-jurídico, no resulta especialmente claro.
Los llamamientos sucesivos son ciertos desde la muerte del testador, no están condicionados a
nada. Lo único incierto es la cuantía de lo que han de heredar. Todo lo más que cabría era
mantener la condicionalidad de los llamamientos si se trata de un fideicomisario de los
llamados si aliquid supererit, pues en ellos, dados los poderes de disposición conferidos al
fiduciario, amplísimos, puede o no quedar algo.
Los llamados al residuo gozan de todas las acciones tendentes a la protección de sus
derechos, en especial la de impugnar las enajenaciones del fiduciario que no se atengan a los
poderes que le ha dado el testador, o con abuso del derecho o en fraude de sus derechos.
El art. 875 afirma la validez del legado cosa mueble genérica aunque haya cosas de su género
en la herencia. Si fuere de inmueble sólo será válido si la hubiere de un género en ella.
Para concretar la obligación habrá de individualizarse la cosa, que en principio será la elección
facultad del gravado, quien cumplirá con dar una cosa que no sea de la calidad inferior ni de la
superior. Pero si la elección se ha conferido expresamente al gravado o legatario, el primero
podrá dar, o el segundo elegir.
El legado de cosa genérica adquiere por la muerte del testador el derecho a exigir la entrega de
la cosa que se elija para poder así adquirir su propiedad. Si dicha cosa mueble no existe en la
herencia, el gravado estará obligado a adquirirla.
El legatario debe poder exigir los frutos desde que la obligación se ha convertido en específica
por la concentración, no desde la muerte del testador.
La eficacia del legado de origen legal queda supeditada a la voluntad del testador, lo cual no
parece coherente con su finalidad. El derecho de habitación coexistirá con la atribución al
cónyuge de los derechos regulados en los arts. 1406 y 1407.
Puede interpretarse que el art. 881 contempla un legado puro y simple frente a otro condicional.
En aquél tiene delación desde la muerte del testador, por lo que podrá aceptar o repudiar, y, si
muere sin hacerlo, se trasmite a sus herederos. En el condicional, no hay delación hasta el
momento del cumplimiento de la condición, y nada transmite en la hipótesis anterior.
El artículo 887 establece un orden de preferencia entre legatarios para el caso de que “los
bienes de la herencia no alcanzaren a cubrir todos los legados”. La doctrina que sostiene la
responsabilidad ultra vires del heredero reduce el ámbito de aplicación del artículo 887, que
sólo será aplicable:
- En el caso del art. 891, de que toda la herencia se haya distribuido en legados.
El orden establecido por el art. 887, de preferencia entre legatarios es el siguiente: legados
remuneratorios, legados de cosa cierta y determinada, legados que el testador haya declarado
preferentes, legados de alimentos, legados de educación y legados a prorrata.
Además de las causas generales (nulidad, indignidad...) , la ineficacia del legado puede
producirse por la voluntad del testador.
El Código contempla alguno de los supuestos de revocación tácita del legado que se fundan en
un acto voluntario del testador. Los casos son:
1- Si el testador transforma la cosa legada, de modo que no conserve la forma que tenía. La
transformación se realiza por el testador y no por caso fortuito o por obra de un tercero.
2- Si el testador enajena por cualquier título o causa la cosa legada o parte de ella, pero
después de la enajenación vuelve la cosa al dominio del testador, no tendrá fuerza el legado
salvo que la adquisición se verifique por pacto de retroventa.
3- Si la cosa legada perece del todo viviendo el testador o después de su muerte sin culpa del
heredero. El obligado a pagar el legado responderá por evicción, si la cosa legada no hubiere
sido determinada en especie.
La ineficacia del legado puede devenir por su carácter inoficioso. Su contenido tiene como
límite el que resulta de las legítimas.
En el caso que los legados excedan del valor de la parte de libre disposición, será necesario
proceder a su anulación o reducción si resultan inoficiosos según lo establecido en los artículos
819 a 882.
El legatario sólo adquiere bienes y derechos particulares, por lo cual las deudas del causante
no le afectan en absoluto. Cabe que el testador haya impuesto el pago de alguna de sus
deudas al legatario como carga o como condición del legado. El legatario no es por ello su
sucesor en la deuda, sino el heredero. El acreedor no pierde su acción contra éste, salvo que
consienta expresamente en su vinculación sólo con el legatario. Pero el heredero que haya
pagado podrá dirigirse contra dicho legatario.
Se producirá entonces una división automática de las deudas. Cada legatario responde de su
parte, y su responsabilidad es limitada al valor del legado. El CC admite la posibilidad de una
disposición contrario del testador, esto es:
- Que el testador puede ordenar que recaigan las deudas no sobre todos los legatarios, sino
sólo sobre uno, o algunos de ellos.
- Que puede alterar la proporción en que las deudas han de divirse entre ellos, ahora bien, ello
no afecta a los acreedores.
Tras la nueva redacción dada al art. 834 Cc por la ley 15/2005 y 15/2015 :
"El cónyuge que al morir su consorte no se hallase separado de éste legalmente o de hecho, si
concurre a la herencia con hijos o descendientes, tendrá derecho al usufructo del tercio
destinado a mejora".
La cuantía de la legítima del cónyuge viudo es variable, depende de quiénes sean los que
concurran con él a la herencia. En función de esta concurrencia puede distinguirse las
siguientes situaciones:
Según el art. 823 CC "El padre o madre podrán disponer en concepto de mejora a favor de
alguno o algunos de sus hijos o descendientes de una de las dos terceras partes destinadas a
la legítima"
Representa una disposición imputable a uno de los dos tercios que componen la legítima de los
hijos y descendientes. Este tercio, llamado mejora, adquiere sustantividad propia cuando el
padre o la madre hace uso de él. Si no se usa no podrá hablarse de tercio de mejora, sino de
los dos tercios de legítima. Si por el contrario se usa, entonces constituirá la legítima estricta un
tercio de la herencia y el otro tercio será el de mejora.
Por último, determinar que la mejora deberá calcularse como una parte de la legítima, puesto
que es una parte de ésta.
Como sabemos, en virtud del art. 818, al relictum ha de sumarse el donatum para determinar la
cuantía de la legítima, pero también tiene esa computación de las donaciones otra misión, cual
es la de precisar cuál o cuáles son inoficiosas por exceder de la parte de la libre disposición del
testador. Para ello es necesario imputar las donaciones a los tercios en que la herencia se
divide corrientemente en forma ideal cuando concurren a ella como herederos forzosos hijos o
descendientes del testador; tercio de legítima estricta, tercio de mejora, tercio de libre
disposición.
- Donaciones a los hijos: Las donaciones a los hijos que no tengan el concepto de mejora se
imputarán en su legítima.
Las donaciones, para que se reputen imputables al tercio, deben ser hechas por el donante
declarando de una manera expresa su voluntad de mejorar. Por tanto, si la donación al hijo no
tiene carácter de mejora, la imputación se efectuará a su cuota legitimaria.
- Donaciones a extraños: Son extraños todos los que han recibido donaciones del causante y
no concurren a su herencia como herederos forzosos. La imputación de esas donaciones ha de
hacerse a la parte libre de la herencia, y si no caben por entero, el exceso se reduce por
inoficioso.
4-.LA DESHEREDACIÓN
Según el art. 813 CC, el testador sólo puede privar a los herederos de su legítima en los casos
expresamente determinados por la ley. La desheredación es, por tanto, una disposición
testamentaria por virtud de la cual se priva a un heredero forzoso o legitimario de su derecho
de la legítima en virtud de alguna de las causas que expresa la ley.
Para que ésta sea válida ha de hacerse en testamento, de una manera expresa puesto que ha
de expresarse la causa en que se funde, que no puede ser otra que la señalada en la ley.
Además, esta causa debe ser cierta, correspondiendo la prueba a los herederos del testador si
el desheredado la negase. La desheredación ha de ser total, por tanto, no se admite la
desheredación parcial.
5-.CAUSAS DE DESHEREDACIÓN.
Las causas de desheredación están presentes en los arts. 852 – 855 CC, las cuales son las de
incapacidad por términos que específicamente determinan los arts. 853, 854, y 855, además de
las de incapacidad por indignidad para suceder expresadas en el art. 756.2, 3, 5, y 6 CC.
Estamos ante una regla general que no excluye que existan otras causas específicas de
desheredación, de la cual se deducen importantes consecuencias, pues las causas de
indignidad obligan a impugnar la disposición a favor del indigno, mientras que, jugando como
causas de desheredación, apartan de la entrada al desheredado de la sucesión.
1. Causas de desheredación de los hijos y descendientes: Según el art. 853 CC, serán
también causas para desheredar a los hijos las siguientes:
“1.ª Haber negado, sin motivo legítimo, los alimentos al padre o ascendiente que le deshereda.
2. Causas de desheredación de los ascendientes: Según el art. 854 CC, serán justas las
causas de desheredación de los padres y ascendientes las siguientes:
“1.ª Haber perdido la patria potestad por las causas expresadas en el artículo 170.
2.ª Haber negado los alimentos a sus hijos o descendientes sin motivo legítimo.
3.ª Haber atentado uno de los padres contra la vida del otro, si no hubiere habido entre ellos
reconciliación.”
3. Causas de desheredación del cónyuge: Según el art. 855 CC, las causas de
desheredación del cónyuge son las siguientes:
2.ª Las que dan lugar a la pérdida de la patria potestad, conforme el artículo 170.
4.ª Haber atentado contra la vida del cónyuge testador, si no hubiere mediado reconciliación.”
6-.EFECTOS DE LA DESHEREDACIÓN.
Se puede distinguir entre la desheredación justa e injusta, según que se cumplan en ella o no
los requisitos legales para hacerla.
Si el desheredado tiene hijos o ascendientes legítimos, según señala el art. 857 CC, “los hijos
del desheredado ocuparán su lugar y conservarán los derechos de herederos forzosos
respecto de la legítima”. Acceden a la herencia de su ascendiente por vía de representación.
Cuando la desheredación no reúna los necesarios requisitos legales, según el art. 851 CC, se
anulará la institución de heredero en cuando perjudique al desheredado, pero valdrán los
legados, mejoras y demás disposiciones testamentarias en lo que no perjudiquen a dicha
legítima.
La desheredación queda sin efecto por la reconciliación posterior del ofensor y del ofendido y,
si es anterior a la declaración de voluntad testamentaria, impide al causante desheredar. Podrá
oponerse por el desheredado como excepción, probándola naturalmente frente a la acción de
los herederos que tratan de hacerlo sobre la certeza de la causa de desheredación.
Artículo 816 : Toda renuncia o transacción sobre la legítima futura entre el que la debe y sus
herederos forzosos es nula, y éstos podrán reclamarla cuando muera aquél; pero deberán traer
a colación lo que hubiesen recibido por la renuncia o transacción.
Se tacha de nulidad absoluta toda renuncia, bien sea por acto unilateral o bilateral (por
ejemplo: renuncia mediante precio) , y cualquiera que fuese su causa, lo mismo que la
transacción.
La nulidad no implica que lo que haya recibido quede en poder del legitimario, pudiendo
además reclamar su legítima. Lo recibido ha de imputarlo a ésta ("traer a colación).
Según el art. 968 “Además de la reserva impuesta en el artículo 811, el viudo o viuda que pase
a segundo matrimonio estará obligado a reservar a los hijos y descendientes del primero la
propiedad de todos los bienes que haya adquirido de su difunto consorte por testamento, por
sucesión intestada, donación u otro cualquier título lucrativo; pero no su mitad de gananciales.”
Además, conforme al art. 969, “La disposición del artículo anterior es aplicable a los bienes
que, por los títulos en él expresados, haya adquirido el viudo o viuda de cualquiera de los hijos
de su primer matrimonio y los que haya habido de los parientes del difunto por consideración a
éste.”
1) Los presupuestos para que nazca la reserva del cónyuge viudo son: la disolución de su
matrimonio por muerte; celebración de un segundo o ulterior matrimonio, y la existencia
entonces de hijos o descendientes del matrimonio anterior.
1º Cuando el viudo durante su matrimonio haya tenido o en estado de viudez tenga un hijo no
matrimonial.
2º Cuando el viudo adopte plenamente a otra persona. Se exceptúa el caso de que el adoptado
sea hijo del consorte.
- Los adquiridos por el viudo de su difunto consorte por testamento, por sucesión intestada,
donación u otro cualquier título lucrativo, pero no su mitad de gananciales.
Aunque el CC no lo dice expresamente, no está sujeto a reservar el usufructo de los bienes
que en concepto de legítima corresponden al cónyuge viudo, que es un usufructo sobre bienes
hereditarios.
- Los adquiridos por los mismos conceptos expresados anteriormente de los hijos del
matrimonio o de los parientes del difunto por consideración a éste.
1. Según el art. 971 CC: “Cesará además la reserva si al morir el padre o la madre que contrajo
segundo matrimonio no existen hijos ni descendientes del primero”. Literalmente impone una
continuación de la reserva aunque aquella situación sea apreciable antes de la muerte del
reservista, lo que no resulta lógico.
2. Conforme al art. 970 CC: “Cesará la obligación de reservar cuando los hijos de un
matrimonio, mayores de edad, que tengan derecho a los bienes, renuncien expresamente a él,
o cuando se trate de cosas dadas o dejadas por los hijos a su padre o a su madre, sabiendo
que estaban segunda vez casados”.
Para que cese la reserva han de renunciar todos los reservatarios, pero no cabe duda de que
es admisible la renuncia individual a la posición jurídica de reservatario.
El art. 812 señala que; “Los ascendientes suceden con exclusión de otras personas en las
cosas dadas por ellos a sus hijos o descendientes muertos sin posteridad, cuando los mismos
objetos donados existan en la sucesión. Si hubieren sido enajenados, sucederán en todas las
acciones que el donatario tuviera con relación a ellos, y en el precio si se hubieren vendido, o
en los bienes con que se hayan sustituido, si los permutó o cambió”.
c. Es preciso que el donatario fallezca sin posterioridad alguna, según reza el artículo.
Aunque se ha discutido a la naturaleza jurídica del derecho que el art. 812 confiere al
ascendiente donante para obtener la reversión de los bienes donados, parece preferible
entender que se trata de un hecho sucesorio de tipo legal y de carácter necesario.
- Cuando falta la condición puesta a la institución de heredero, o éste muere antes que el
testador, o repudia la herencia sin tener sustituto y sin que haya lugar al derecho de acrecer.
La aceptación y la repudiación de la herencia suponen el ejercicio del ius delationis, que trae
como consecuencia la asunción de la cualidad de heredero y la adquisición de herencia que se
le ha deferido (aceptación), o la no asunción de aquella cualidad, la no adquisición de la
herencia (repudiación).
1. Unilateralidad, en tanto que es obra exclusiva del titular del ius delationis.
3. Indivisibilidad, pues el art. 990 prohíbe que la aceptación o repudiación pueda hacerse en
parte.
4. Puridad, ya que también el art. 990 dispone que la aceptación y repudiación no pueden
hacerse a plazo ni condicionalmente.
El art. 1004 establece que hasta pasados nueve días después de la muerte de aquel cuya
herencia se trate, no podrá intentarse acción contra el heredero para que acepte o repudie.
El art. 1005, cualquier interesado que acredite su interés en que el heredero acepte o repudie
la herencia podrá acudir al Notario para que este comunique al llamado que tiene un plazo de
30 días naturales para aceptar o repudiar la herencia. El Notario, le indicara, además, que si no
manifestare su voluntad en dicho plazo se entenderá aceptada la herencia pura y simplemente.
El art. 997 determina que la aceptación y la repudiación no podrán ser impugnadas sino
cuando adoleciesen de algunos de los vicios que anulan el consentimiento, o apareciese un
testamento desconocido.
De otro lado, el artículo obliga a aplicar el régimen de la anulabilidad del contrato por error,
dolo, violencia o intimidación al acto o negocio jurídico de aceptación o repudiación de la
herencia con las necesarias adaptaciones.
El art. 997 hay que interpretarlo partiendo de la base de que contiene el nuevo una voluntad de
subsistencia del testamento anterior.
Puede suceder que la repudiación se hubiese hecho a una herencia deferida por las normas de
la sucesión intestada y existiese un testamento. Según el párrafo 2º del art. 1009, repudiándola
como heredero abintestato y sin noticias de su título testamentario, podrá todavía aceptarla por
este. Quiere decir que la repudiación se hizo bajo el presupuesto de un error, pero no es
necesario impugnarla por ausencia de una delación legal. En cambio, si el llamamiento que
repudio fue testamentario y se le llama a la misma herencia abintestato, se entiende que la ha
repudiado por los dos títulos.
4-.ACEPTACION DE LA HERENCIA
A)FORMA:
En el art. 1000 se establecen tres casos de aceptación tácita de la herencia, que son:
1.- Cuando el heredero dona, vende o cede su derecho a un extraño, a todos sus coherederos
o alguno de ellos. Se refiere el precepto al llamado.
2.- Cuando el heredero renuncia la herencia, aunque sea gratuitamente, a beneficio de uno o
más de sus coherederos.
B)CLASES DE ACEPTACION:
La aceptación puede ser pura y simple o con beneficio de inventario. Cuando la aceptación es
pura y simple, el heredero, se hace responsable de las deudas y demás cargas de ellas, no
solo con los bienes que la componen, sino con los suyos propios.
A)FORMA Y EFECTOS:
Para la repudiación el Código civil exige que sea expresa. Art 1008, la repudiación de la
herencia deberá hacerse ante Notario en instrumento público. Como efectos generales pueden
señalarse los siguientes:
1.- La repudiación hace desaparecer la delación en favor del llamado con efectos retroactivos
al momento de la muerte del causante con el consiguiente nacimiento de otra nueva en favor
de la persona a quien corresponda. El que válidamente repudia una herencia se entiende que
no la ha poseído en ningún momento.
3.- El repudiante conserva las donaciones que hubiese recibido en vida del causante, sin
perjuicio que tengan que reducirse para salvaguardar las legítimas.
El heredero repudia la herencia en perjuicio de sus propios acreedores, podrán estos pedir al
juez que les autorice para aceptarla en nombre de aquel, añadiendo que la aceptación solo
aprovechara a los acreedores en cuanto baste a cubrir el importe de sus créditos, ya que, el
exceso, si lo hubiera, no pertenecerá en ningún caso al renunciante, sino que se adjudicara a
las personas a quienes correspondan según las reglas establecidas en este código. Se funda
en la idea de que atenta el interés justo de aquellos el deudor que ha podido adquirir bienes
pagar y no lo ha hecho.
Basta que objetivamente la repudiación cause perjuicio a los acreedores. La facultad de los
acreedores se ejercita judicialmente y determina una aceptación de la herencia previamente
repudiada, que entraña una parcial ineficacia de la repudiación. Su efecto consiste en que, se
verifica una doble adquisición de los bienes hereditarios: con la actuación de los acreedores el
deudor que ha renunciado adquiere bienes hereditarios, pero solo en la medida necesaria para
satisfacer los créditos de los acreedores, el resto de los bienes hereditarios lo adquieren los
sucesivamente llamados o los herederos con derecho a acrecer. No establece el Código el
plazo dentro del cual ha de ejercitarse la facultad que el art. 1001 reconoce a los acreedores.
Se debe optar por el plazo fijado por las acciones recisorias, que es el de cuatro años.
EXÁMENES ANTERIORES.
A) AÑO 2014.
JUNIO
SEPTIEMBRE
B) AÑO 2015
JUNIO
-LA DESHEREDACIÓN
SEPTIEMBRE
C) AÑO 2016
JUNIO E INCIDENCIAS
-EFECTOS DEL DIVORCIO
-SUSTITUCIÓN FIDEICOMISARIA
INCIDENCIAS SEPTIEMBRE