Gregorio Luperón
Gregorio Luperón
Gregorio Luperón
en Atenas
¿Qué es?
Filósofo griego fundador de la Academia. Su pensamiento recoge la
preocupación de su maestro (Sócrates) por la verdad. Establece la
existencia de dos mundos paralelos: el de las ideas, verdaderamente
real e inmutable, y el sensible, copia del modelo ideal y sujeto a la
corrupción de la materia. La función del filósofo es descubrir el
mundo de las ideas por medio de la dialéctica y guiar a sus
conciudadanos, cautivos del error, a la visión del Bien, “idea de las
ideas”. En el famoso Mito de la Caverna así lo ejemplifica. Es autor de
obras como “La República”, “Fedón” o “El Banquete”. Su influencia es
absoluta en la historia de las ideas, dando pie a movimientos
interdisciplinares de larga presencia como el “platonismo” y el
“neoplatonismo”.
Equipo Encyclopaedia Herder
Vocación política
Tanto por su pertenencia a una familia muy relacionada con la política de
Atenas, como por vocación, Platón parecía estar destinado a dedicarse a la
acción política. Pero, si bien es cierto que dos de sus parientes más próximos
(Cármides y Critias) participaron activamente en la dictadura de los treinta
tiranos, y si bien es cierto también que Platón pertenecía a una clase social que
se había ido distanciando de los postulados democráticos atenienses, en
cambio no es cierto que el mismo Platón mantuviese actitudes
beligerantemente antidemocráticas durante su juventud. Su padrastro
Pirilampo, con quien Platón vivió más años que con su padre Aristón, había
sido amigo del demócrata Pericles, y la educación de Platón no se orientó
hacia un sentido manifiestamente antidemocrático, de manera que la influencia
de Pirilampo contrapesaba la de sus parientes maternos. De hecho, durante la
dictadura de los treinta, sus parientes Critias y Cármides le instaron a participar
en tareas de gobierno, pero Platón declinó participar en ellas y hacerse
cómplice de una política que ya entonces calificó de injusta. Pero la posterior
restauración de la democracia tampoco satisfizo a Platón, ya que bajo ella, y
mediante una acusación falsa, se ejecutó a Sócrates, el maestro y amigo de
Platón, al cual consideraba el hombre más justo. Por ello, viendo los nefastos
resultados de una dirección política que llevaba a la sociedad a la ruina moral y
engendraba la injusticia (la dictadura injusta, en un caso, y la demagogia que
condujo a la muerte de Sócrates, en otro caso), Platón orientó su pensamiento
en el sentido de encontrar un fundamento sólido para conseguir instaurar un
orden justo. Como su maestro Sócrates, consideraba que sólo el conocimiento
de la justicia puede hacernos más justos, y el fundamento de la justicia y la
posibilidad de su conocimiento deben encontrarse a partir de la filosofía. De
todas maneras, aunque Platón renunció a la política activa en su ciudad, no
abandonó nunca el proyecto general de instaurar un Estado ideal. Esta
orientación, no sólo está presente en todo su pensamiento, sino que le impulsó
también a intentar, por tres veces, llevar a la práctica su proyecto en Siracusa.
A la muerte de Sócrates (año -399), Platón emprendió diversos viajes. Fue
primero a Megara donde fue acogido por el filósofo Euclides. Se trasladó a
Egipto (probablemente hacia el año -390), viajó también a Cirene, donde entró
en contacto con el filósofo y matemático Teodoro (que es uno de los
personajes del diálogo platónico Teeteto), y reencontró a Aristipo, que había
formado parte del círculo de discípulos de Sócrates. Finalmente viajó al sur de
Italia y Sicilia, donde trabó amistad con filósofos pitagóricos como Filolao,
Eurito y, especialmente, con el filósofo y gobernante pitagórico Arquitas de
Tarento. De estos contactos se deriva buena parte de la orientación
pitagorizante de la filosofía platónica.
En Sicilia, Platón conoció a Dion, que sería durante muchos años su gran
amigo, y a través suyo intentó llevar a la práctica sus ideas políticas en tres
ocasiones (años 388, 367 y 361 a.C.), saldándose las tres con un absoluto
fracaso. Dion era cuñado del tirano de Siracusa, Dionisio I, y persuadió a
Platón para intentar llevar a la práctica sus ideas políticas. Un primer intento
(en el año 388 a.C.) acabó con un estruendoso fracaso y Platón tuvo que huir
de Siracusa, ya que Dionisio creyó que era víctima de un complot urdido por
Dion y Platón para arrebatarle el poder. En el 387, de regreso a Atenas, Platón,
con intención de fundar una «escuela», compró unos terrenos situados al lado
del gimnasio dedicado a Akademo, en el noroeste de Atenas, junto a la Doble
Puerta, razón por la cual dicho centro de enseñanza e investigación se conoció
como la Academia, que se convertiría rápidamente en un gran centro de
investigación cuya existencia perduró hasta el año 529. En el año 367 a.C.,
Platón acudió de nuevo a Siracusa llamado por Dion, ya que había muerto
Dionisio I y había accedido al poder el hijo de este, Dionisio II. Con la
esperanza de llevar a la práctica sus ideas políticas y, especialmente, con el
afán de volver a encontrarse con Dion, Platón intentó por segunda vez pasar
de la teoría a la práctica. Nuevamente la experiencia constituyó un fracaso y,
en el año 365 a.C., volvió a Atenas. Todavía haría Platón un tercero e
infructuoso intento de colocar a la filosofía como rectora de los destinos
políticos, de manera que en el año 361 a.C. volvió por tercera y última vez a
Siracusa, con la promesa de Dionisio II de aprender a comportarse como
un filósofo-rey. En esta última ocasión, la intentona acabó con la muerte de
Dion y con el convencimiento de Platón de la necesidad de revisar algunos
aspectos de su concepción política. A partir del año 360 a.C., Platón residirá en
Atenas dedicado a su labor en la Academia.
Obras: los diálogos platónicos y su interpretación
Platón es el primer gran filósofo del que tenemos un conocimiento completo, ya
que se han conservado todas las obras que publicó. Todas las obras de Platón,
excepto la Apología de Sócrates, en la que expone la defensa que Sócrates
hizo ante el tribunal que lo condenaría a muerte, están escritas en forma de
diálogo. Este método de exposición, además de su valor pedagógico, permitía
a Platón seguir desarrollando el método socrático y, al mismo tiempo, era una
manera de enfrentar las tesis que quería sustentar con posibles objeciones a
ellas. Los diálogos de Platón presentan casi siempre una conversación entre
diversos personajes de su época y, en general, Sócrates es el interlocutor
principal. Excepto en algunos diálogos de su primera época, en los que Platón
narra escenas reales, no se trata de diálogos realmente acontecidos que
Platón se limite a narrar, sino que son ficciones creadas por Platón para
desarrollar su pensamiento. Además, a excepción de los primeros diálogos que
escribió, la figura de Sócrates no es tampoco realmente la del Sócrates
histórico, sino que Platón se sirve de la figura de su maestro para exponer sus
propias tesis. Las obras de Platón, además de estar escritas en esta forma
dialogada, de gran belleza literaria, están continuamente repletas de
narraciones a modo de ejemplos que son conocidas como los «mitos»
platónicos, «alegorías» o «metáforas». A través de estos «mitos» y «alegorías»
Platón expresa algunas de sus ideas fundamentales. De entre ellas son
especialmente importantes el «mito del auriga», que se halla en el Fedro, y
que sirve a Platón para exponer su teoría sobre el alma; el «mito de Eros» (en
el Banquete), en el que expone su teoría sobre el amor (un dios
intermedio: ver texto) y el deseo de poseer lo absoluto; el ejemplo del
«esclavo» (en el Menon), que expone la teoría del conocimiento
como reminiscencia o recuerdo; la «metáfora de la línea», y la importante
«alegoría de la caverna», que se encuentran en la obra principal de Platón:
la República, textos en los que, además de ofrecernos una imagen de su
teoría del conocimiento, también son ilustrativas de la ontología platónica. Es
importante destacar que estos textos, justamente por tratarse de «mitos» o
«alegorías», deben ser siempre interpretados, y su significado no debe nunca
tomarse en sentido literal. Esto plantea un problema para el historiador de la
filosofía, ya que a veces es difícil saber cómo deben interpretarse estos textos,
máxime cuando Platón, además de publicar estos diálogos que admiten
diversos niveles de interpretación, y que están dirigidos a un público amplio, en
sus clases en la Academia, dirigidas sólo a sus alumnos más aventajados,
exponía tesis que no publicó. Así, hay una enseñanza escrita y
una enseñanza oral de Platón, de la cual sólo tenemos un vago conocimiento
por algunas alusiones de algunos de sus discípulos, como Aristóteles, por
ejemplo. Además, en las obras de Platón se ve una evolución de su
pensamiento e incluso, en algunos casos, rectificaciones o matizaciones de
tesis que había mantenido anteriormente.
La filosofía de Platón
Las motivaciones de la filosofía de Platón: ética, política y
epistemología