Gregorio Luperón

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Nacimiento:ca. 427 a.C.en AtenasMuerte:ca. 347 a.C.

en Atenas
¿Qué es?
Filósofo griego fundador de la Academia. Su pensamiento recoge la
preocupación de su maestro (Sócrates) por la verdad. Establece la
existencia de dos mundos paralelos: el de las ideas, verdaderamente
real e inmutable, y el sensible, copia del modelo ideal y sujeto a la
corrupción de la materia. La función del filósofo es descubrir el
mundo de las ideas por medio de la dialéctica y guiar a sus
conciudadanos, cautivos del error, a la visión del Bien, “idea de las
ideas”. En el famoso Mito de la Caverna así lo ejemplifica. Es autor de
obras como “La República”, “Fedón” o “El Banquete”. Su influencia es
absoluta en la historia de las ideas, dando pie a movimientos
interdisciplinares de larga presencia como el “platonismo” y el
“neoplatonismo”.
Equipo Encyclopaedia Herder

(en griego Πλάτων)


Platón fue un filósofo griego nacido en Atenas, creador de un sistema filosófico
y de un método de exposición de la filosofía que le convierte, probablemente,
en el filósofo más influyente de toda la historia.
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 1 Biografía, contexto y obras
o 1.1 Datos biográficos
o 1.2 Vocación política
o 1.3 Obras: los diálogos platónicos y su interpretación
 2 La filosofía de Platón
o 2.1 Las motivaciones de la filosofía de Platón: ética, política y
epistemología
o 2.2 El conocimiento es siempre conocimiento de lo universal
o 2.3 La influencia de Heráclito y Parménides
o 2.4 El dualismo platónico
o 2.5 La teoría de las ideas
o 2.6 Dificultades de la teoría de las ideas
o 2.7 Relaciones entre las ideas. La relación entre el mundo
inteligible y el mundo sensible
o 2.8 La teoría del conocimiento
o 2.9 La cosmología platónica
o 2.10 La teoría política y la ética platónica
Biografía, contexto y obras
Datos biográficos
Platón nació entre los años 428 y 427 a.C en Atenas (aunque algunos piensan
que nació en Egina), y murió a los 80 o 81 años en la misma Atenas entre el
348 y el 347 a.C. Descendiente de una acomodada y aristocrática familia que
se vanagloriaba de descender del antiguo rey Codro (era hijo de Aristón y
Perictíona -hermana de Cármides y sobrina de Critias-, dos de los llamados
treinta tiranos que protagonizaron un golpe de estado antidemocrático en
Atenas en los años 404-403 a.C.), Platón tuvo dos hermanos: Adimanto y
Glaucón, y una hermana, Potone. A la muerte de Aristón, la madre de Platón
se casó con Pirilampo, un antiguo amigo de Pericles, con quien tuvo un hijo,
Antifón, que por tanto era medio hermano de Platón.
En algunas de sus obras Platón hace figurar a sus hermanos como contertulios
de Sócrates. (Adimanto y Glaucón aparecen en la República, Antifón aparece
en el Parménides).
Aunque el verdadero nombre de Platón era Aristocles, era conocido por el
apodo de Platón (Πλάτων, el de las anchas espaldas) debido a su gran
envergadura y a su ancha frente. Como descendiente de una familia
aristocrática, tuvo una educación esmerada en todos los ámbitos del
conocimiento. Su educación filosófica estuvo durante un cierto tiempo a cargo
del filósofo heracliteano Crátilo, aunque su verdadero maestro fue Sócrates.
Desde los veinte años y hasta el último día de la vida de Sócrates, que murió
ejecutado en el año 399 a.C. por orden del gobierno democrático de Atenas,
Platón fue discípulo y amigo suyo, y la influencia de Sócrates sobre el
pensamiento platónico fue muy importante, hasta el punto de que en sus obras
Platón siempre le rindió homenaje. Por otra parte, a través de sus obras, se
puede constatar que Platón tenía un amplio conocimiento de los
filósofos presocráticos (como se muestra en Fedón, 95e y s.) y que recibió
una gran influencia de Heráclito (como se observa
en Banquete, 207d; Crátilo, 402a; Teeteto, 152e, 179e y s.; Sofista, 242d)
y de Parménides (a quien dedica un diálogo entero con su nombre, y cita
en Teeteto, 183e; Sofista, 217c-237a; Banquete, 178b; etc.). La influencia
del pitagorismo es especialmente importante en el pensamiento platónico,
hasta el punto de que Aristóteles considera el platonismo como una variante de
la filosofía pitagórica (ver texto).

Vocación política
Tanto por su pertenencia a una familia muy relacionada con la política de
Atenas, como por vocación, Platón parecía estar destinado a dedicarse a la
acción política. Pero, si bien es cierto que dos de sus parientes más próximos
(Cármides y Critias) participaron activamente en la dictadura de los treinta
tiranos, y si bien es cierto también que Platón pertenecía a una clase social que
se había ido distanciando de los postulados democráticos atenienses, en
cambio no es cierto que el mismo Platón mantuviese actitudes
beligerantemente antidemocráticas durante su juventud. Su padrastro
Pirilampo, con quien Platón vivió más años que con su padre Aristón, había
sido amigo del demócrata Pericles, y la educación de Platón no se orientó
hacia un sentido manifiestamente antidemocrático, de manera que la influencia
de Pirilampo contrapesaba la de sus parientes maternos. De hecho, durante la
dictadura de los treinta, sus parientes Critias y Cármides le instaron a participar
en tareas de gobierno, pero Platón declinó participar en ellas y hacerse
cómplice de una política que ya entonces calificó de injusta. Pero la posterior
restauración de la democracia tampoco satisfizo a Platón, ya que bajo ella, y
mediante una acusación falsa, se ejecutó a Sócrates, el maestro y amigo de
Platón, al cual consideraba el hombre más justo. Por ello, viendo los nefastos
resultados de una dirección política que llevaba a la sociedad a la ruina moral y
engendraba la injusticia (la dictadura injusta, en un caso, y la demagogia que
condujo a la muerte de Sócrates, en otro caso), Platón orientó su pensamiento
en el sentido de encontrar un fundamento sólido para conseguir instaurar un
orden justo. Como su maestro Sócrates, consideraba que sólo el conocimiento
de la justicia puede hacernos más justos, y el fundamento de la justicia y la
posibilidad de su conocimiento deben encontrarse a partir de la filosofía. De
todas maneras, aunque Platón renunció a la política activa en su ciudad, no
abandonó nunca el proyecto general de instaurar un Estado ideal. Esta
orientación, no sólo está presente en todo su pensamiento, sino que le impulsó
también a intentar, por tres veces, llevar a la práctica su proyecto en Siracusa.
A la muerte de Sócrates (año -399), Platón emprendió diversos viajes. Fue
primero a Megara donde fue acogido por el filósofo Euclides. Se trasladó a
Egipto (probablemente hacia el año -390), viajó también a Cirene, donde entró
en contacto con el filósofo y matemático Teodoro (que es uno de los
personajes del diálogo platónico Teeteto), y reencontró a Aristipo, que había
formado parte del círculo de discípulos de Sócrates. Finalmente viajó al sur de
Italia y Sicilia, donde trabó amistad con filósofos pitagóricos como Filolao,
Eurito y, especialmente, con el filósofo y gobernante pitagórico Arquitas de
Tarento. De estos contactos se deriva buena parte de la orientación
pitagorizante de la filosofía platónica.
En Sicilia, Platón conoció a Dion, que sería durante muchos años su gran
amigo, y a través suyo intentó llevar a la práctica sus ideas políticas en tres
ocasiones (años 388, 367 y 361 a.C.), saldándose las tres con un absoluto
fracaso. Dion era cuñado del tirano de Siracusa, Dionisio I, y persuadió a
Platón para intentar llevar a la práctica sus ideas políticas. Un primer intento
(en el año 388 a.C.) acabó con un estruendoso fracaso y Platón tuvo que huir
de Siracusa, ya que Dionisio creyó que era víctima de un complot urdido por
Dion y Platón para arrebatarle el poder. En el 387, de regreso a Atenas, Platón,
con intención de fundar una «escuela», compró unos terrenos situados al lado
del gimnasio dedicado a Akademo, en el noroeste de Atenas, junto a la Doble
Puerta, razón por la cual dicho centro de enseñanza e investigación se conoció
como la Academia, que se convertiría rápidamente en un gran centro de
investigación cuya existencia perduró hasta el año 529. En el año 367 a.C.,
Platón acudió de nuevo a Siracusa llamado por Dion, ya que había muerto
Dionisio I y había accedido al poder el hijo de este, Dionisio II. Con la
esperanza de llevar a la práctica sus ideas políticas y, especialmente, con el
afán de volver a encontrarse con Dion, Platón intentó por segunda vez pasar
de la teoría a la práctica. Nuevamente la experiencia constituyó un fracaso y,
en el año 365 a.C., volvió a Atenas. Todavía haría Platón un tercero e
infructuoso intento de colocar a la filosofía como rectora de los destinos
políticos, de manera que en el año 361 a.C. volvió por tercera y última vez a
Siracusa, con la promesa de Dionisio II de aprender a comportarse como
un filósofo-rey. En esta última ocasión, la intentona acabó con la muerte de
Dion y con el convencimiento de Platón de la necesidad de revisar algunos
aspectos de su concepción política. A partir del año 360 a.C., Platón residirá en
Atenas dedicado a su labor en la Academia.
Obras: los diálogos platónicos y su interpretación
Platón es el primer gran filósofo del que tenemos un conocimiento completo, ya
que se han conservado todas las obras que publicó. Todas las obras de Platón,
excepto la Apología de Sócrates, en la que expone la defensa que Sócrates
hizo ante el tribunal que lo condenaría a muerte, están escritas en forma de
diálogo. Este método de exposición, además de su valor pedagógico, permitía
a Platón seguir desarrollando el método socrático y, al mismo tiempo, era una
manera de enfrentar las tesis que quería sustentar con posibles objeciones a
ellas. Los diálogos de Platón presentan casi siempre una conversación entre
diversos personajes de su época y, en general, Sócrates es el interlocutor
principal. Excepto en algunos diálogos de su primera época, en los que Platón
narra escenas reales, no se trata de diálogos realmente acontecidos que
Platón se limite a narrar, sino que son ficciones creadas por Platón para
desarrollar su pensamiento. Además, a excepción de los primeros diálogos que
escribió, la figura de Sócrates no es tampoco realmente la del Sócrates
histórico, sino que Platón se sirve de la figura de su maestro para exponer sus
propias tesis. Las obras de Platón, además de estar escritas en esta forma
dialogada, de gran belleza literaria, están continuamente repletas de
narraciones a modo de ejemplos que son conocidas como los «mitos»
platónicos, «alegorías» o «metáforas». A través de estos «mitos» y «alegorías»
Platón expresa algunas de sus ideas fundamentales. De entre ellas son
especialmente importantes el «mito del auriga», que se halla en el Fedro, y
que sirve a Platón para exponer su teoría sobre el alma; el «mito de Eros» (en
el Banquete), en el que expone su teoría sobre el amor (un dios
intermedio: ver texto) y el deseo de poseer lo absoluto; el ejemplo del
«esclavo» (en el Menon), que expone la teoría del conocimiento
como reminiscencia o recuerdo; la «metáfora de la línea», y la importante
«alegoría de la caverna», que se encuentran en la obra principal de Platón:
la República, textos en los que, además de ofrecernos una imagen de su
teoría del conocimiento, también son ilustrativas de la ontología platónica. Es
importante destacar que estos textos, justamente por tratarse de «mitos» o
«alegorías», deben ser siempre interpretados, y su significado no debe nunca
tomarse en sentido literal. Esto plantea un problema para el historiador de la
filosofía, ya que a veces es difícil saber cómo deben interpretarse estos textos,
máxime cuando Platón, además de publicar estos diálogos que admiten
diversos niveles de interpretación, y que están dirigidos a un público amplio, en
sus clases en la Academia, dirigidas sólo a sus alumnos más aventajados,
exponía tesis que no publicó. Así, hay una enseñanza escrita y
una enseñanza oral de Platón, de la cual sólo tenemos un vago conocimiento
por algunas alusiones de algunos de sus discípulos, como Aristóteles, por
ejemplo. Además, en las obras de Platón se ve una evolución de su
pensamiento e incluso, en algunos casos, rectificaciones o matizaciones de
tesis que había mantenido anteriormente.

Además del problema que representa el tener que interpretar el contenido de


los mitos platónicos, las mismas características de las obras de Platón hacen
que a menudo sea difícil establecer qué pensaba realmente. No sólo estas
obras estaban pensadas para ser publicadas, es decir, para ofrecer en
general al público -diferenciándose de sus enseñanzas no escritas-, sino que el
mismo Platón señala a menudo que la verdadera filosofía solamente puede
practicarse por medio de la discusión verbal. En la Carta VII Platón lo afirma
explícitamente, y añade que: «lo que puedo decir acerca de los escritores
pasados o futuros que afirman saber lo que constituye el objeto de
mis esfuerzos, bien por haberlo aprendido de mí o de otros, o por
haberlo descubierto por sí mismos, es que, en mi opinión, no tienen
el menor entendimiento de la materia. Ni existe ni podrá existir un
tratado mío sobre esto, porque no se puede expresar en palabras».
Para Platón el lenguaje escrito (Fedro, 274b i s., ver texto) es solamente un
pálido reflejo del lenguaje hablado, y la escritura debe entenderse solamente
como un medio para apoyar la memoria y como una especie
de pasatiempo, de juego o de recreación. Todo esto refuerza la tesis de la
necesidad de interpretar los diálogos de Platón y no intentar entenderlos en su
escueta literalidad. Así, cuando Platón escribe que el conocimiento es
recuerdo (anámnesis), o que el alma ha preexistido al cuerpo, etc., estas
afirmaciones deben ser interpretadas cuidadosamente y no limitarse a
entenderlas en su sentido literal.
Atendiendo al orden en que fueron escritos, los diálogos platónicos se dividen
en cuatro períodos o etapas:
1. etapa socrática (393 - 389 a.C.), en la que Platón reproduce
las ideas de su antiguo maestro;
2. etapa de transición (388-385 a.C.), en la que ya van
apareciendo algunas de las tesis fundamentales del
pensamiento propiamente platónico, como la teoría de las
ideas, por ejemplo, así como sus primeros análisis del lenguaje
y una teoría lógica de los conceptos;
3. época de madurez (385-370 a.C.), en la que se perfila y
consolida la teoría de las ideas como núcleo fundamental de su
filosofía, y desarrolla los grandes «mitos» de los que hemos
hablado;
4. época de vejez(369-347 a.C.), en la que los diálogos
platónicos adoptan un tono a veces autocrítico, y en los que
matiza su pensamiento a la vez que el carácter ontológico de la
teoría de las ideas pierde importancia ante su aspecto
meramente lógico.
La producción filosófica de Platón es muy amplia y abarca el primer gran
sistema filosófico, ya que elabora:
 a- una ontología (la teoría de las ideas o de las formas separadas),
 b- una teoría del conocimiento (la anámnesis o reminiscencia, los
grados del conocimiento y la dialéctica ascendente y
descendente),
 c- una teoría del alma (entendida como principio vital y condición
del conocimiento, dividida en tres partes que se corresponden con
tres tendencias o facultades: razón, voluntad y pasiones);
 d- una teoría ética y una teoría política (el Estado ideal gobernado
por los filósofos, y dividido en tres grandes clases: los artesanos o
trabajadores, los guardianes y los gobernantes filósofos, que se
corresponden con las tres partes del alma), y
 e- una teoría estética y una cosmología (en la que establece un
isomorfismo entre el cosmos, el hombre y la polis).
Además, la forma misma de plantear la filosofía marca definitivamente la
historia de todo el pensamiento occidental, hasta el punto que se ha dicho
que«toda la historia de la filosofía no es más que un conjunto de
notas a pie de página de la obra de Platón» (Whitehead), y muchos son
también los pensadores que han visto en la gigantesca obra de este autor el
gran enemigo a abatir para formar otra filosofía distinta, una filosofía que no
someta el mundo real a una hipotético mundo sobrenatural (Nietzsche).
Además, bajo la forma del neoplatonismo, interpretando la filosofía platónica
desde una mentalidad fuertemente religiosa, la filosofía de Platón estará tanto
en las bases teóricas del cristianismo (especialmente a partir de San Agustín)
(que según Nietzsche no es más que «platonismo popular»), como de una
reformulación del judaísmo y del islamismo, dentro del vasto movimiento
intelectual que es el platonismo. En definitiva, la filosofía de Platón se sitúa, sin
duda, en el centro de toda la historia del pensamiento.

La filosofía de Platón
Las motivaciones de la filosofía de Platón: ética, política y
epistemología

Tal como ya se ha mostrado al hablar de la vida de Platón, la motivación inicial


de su filosofía fue fundamentalmente política y moral, motivación que se vio
reforzada por la influencia de su maestro Sócrates. La necesidad de pensar el
fundamento de la justicia y el orden social condujo a Platón a considerar que
éstos no pueden basarse en un mero relativismo, como decían los sofistas, ni
puede ser sólo fruto de un simple pacto o contrato social, que es una mera
pugna entre contendientes que cesan sus hostilidades entre sí por el mero
egoísmo de conseguir seguridad. Sócrates había señalado la necesidad de
una justicia en sí, de una bondad en sí. Y pensaba que solamente por la
existencia de lo justo en sí son posibles actos justos, de la misma manera que
solamente por la existencia de la belleza en sí son posibles las cosas bellas.
Esta distinción entre dos órdenes de realidad distintos -que Sócrates había
vislumbrado en el ámbito de la ética- hace pensar a Platón, siguiendo a su
maestro, que la simple seguridad no puede ser fundamento de la justicia ni del
orden, como lo muestra la historia de las tiranías y otras formas de gobierno
Partiendo de una motivación epistemológica, el pensamiento de Platón se
encaminará a buscar el auténtico objeto del conocimiento y, bajo la influencia
pitagórica, considerará las matemáticas como modelo de conocimiento. Así, de
la misma manera que el matemático habla de triángulos, círculos, esferas o
números, de los que sus dibujos son sólo meras y toscas representaciones, y
no confunde el dibujo de un triángulo con el triángulo como figura geométrica
ideal, el filósofo no ha de confundir la realidad física ni los acontecimientos
particulares con las ideas de las cuales estos actos o cosas son meras
representaciones. De la misma manera que el dibujo de un triángulo no es un
triángulo -es sólo una representación de esta figura ideal sin la cual no sería
posible hablar de triángulos-, un acto justo no es «la justicia».
Pero esto es extensible a toda ciencia, ya que el auténtico conocimiento
(ἐπιστήμη) no es nunca conocimiento de lo particular concreto, sino de lo
universal abstracto (Teeteto,151e-183c., ver texto). Un botánico no se
interesa en realidad por este ciprés, aquel pino o este otro abeto, sino que
toma estos casos particulares para llegar a la noción de conífera y, más allá, a
la noción de árbol en general y, más allá todavía, a las nociones de vegetal y
ser vivo. En el límite, y esto compete ya solamente a la filosofía, deberíamos
poder llegar a la noción general del ser.
Y así como nos equivocaríamos totalmente si para estudiar las propiedades de
un árbol nos limitásemos a contemplar un dibujo suyo, o confundiésemos la
noción general de árbol con un ciprés, también nos equivocaremos intentando
saber qué es la justicia, o qué es la belleza, limitándonos a observar actos
justos o cosas bellas. Es preciso, pues, dirigir la atención hacia
el fundamento que hace posibles estos actos o estas cosas, es decir, hacia lo
que Platón llamará las ideas.
La pregunta por el significado y por la clase de existencia de estos términos o
predicados generales es el núcleo de la teoría de las ideas de Platón que,
según él, es el centro de toda filosofía, razón por la cual, los que se dedican a
ésta aparecen, ante los ojos de los demás, como personajes alejados de lo
que, erróneamente, consideran la realidad. (Teeteto, 174a-177c., ver texto).
La influencia de Heráclito y Parménides
Al mismo tiempo, esta reflexión iniciada a partir de una motivación político-
social y epistemológica, entroncaba con las grandes cuestiones que se había
planteado la filosofía presocrática. El giro antropológico que se produjo en la
filosofía de los sofistas y que prosigue Sócrates (las preguntas por el nomos, y
por el fundamento de la vida en la polis) está presente en el pensamiento de
Platón, pero la preocupación del por qué podemos conocer, y por saber qué
es la realidad, en definitiva, las preguntas por la physis (φύσις) y por
la episteme (ἐπιστήμη), así como por el cosmos (ϰόσμος), también aparecen
en su pensamiento. De esta forma, Platón intentará una síntesis superadora de
las diversas posiciones que se habían dado en la filosofía anterior, apareciendo
como el formulador de un vasto sistema capaz de incluir los momentos
fundamentales de la tradición del pensamiento racional de su época. Partiendo
de una inicial motivación político-social, su pensamiento se abre a todos los
ámbitos de la filosofía, elaborando una ontología, una epistemología, una ética,
una teoría política y una estética; es decir, elaborando el primer gran sistema
filosófico de la historia.
Heráclito había destacado que todas las cosas están en continuo cambio. Todo
fluye, decía Heráclito (a quien Platón conocía bien, gracias a su
maestro Crátilo), nada permanece, sino que cuanto existe está sometido a un
proceso ininterrumpido de alteración y, por tanto, nada «es»
propiamente. Parménides, por el contrario, había destacado que lo que es no
puede dejar de ser, ya que dejar de ser es convertirse en no-ser, lo que es
imposible ya que lo que no es, no es, razón por la cual es imposible el cambio.
Platón puede conciliar ambas posturas ya que, dando la razón a Heráclito,
afirma que el mundo sensible está continuamente sometido al cambio y al
devenir, de forma que nunca es propiamente, ya que siempre está siendo, con
lo cual muestra que no tiene la razón de ser en sí mismo y, por ende, es una
realidad derivada.
____Parménides____
Pero Parménides tiene razón -piensa Platón- si en lugar de pensar en el mundo
que captan nuestros sentidos pensamos en aquellas entidades que, como los
números o las figuras geométricas, no se alteran. Estas tres mesas concretas
que están ahí, por ejemplo, hace cien años no existían y dentro de cien años
probablemente habrán dejado de existir, pero las nociones de «tres» y de
«mesa» no se alteran por ello. De la misma manera debe entenderse lo real

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