Arquitectura Nicaragüense
Arquitectura Nicaragüense
Arquitectura Nicaragüense
Norbert-Bertrand Barbe
Arquitectura nicaragüense
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última a finales del siglo XIX, pues tiene aspecto neoclásico. La
capilla La Asunción construida en 1679, se destruido en parte en
1935, construyéndose en este momento la capilla, diseñada por
Marcelo Targa. San Felipe se inicio c.1685, fue reconstruida en el s.
XVIII con bases del original, pero en 1859 se comenzó una
construcción mucho más amplia. la torre fue reconstruida en 1983.
La Merced, construida a partir de 1762, fue demolida para levantar
la iglesia actual, con torre reconstruida a finales del XIX: El interior
de la iglesia se modernizó a comienzo de este siglo. El Calvario,
construida a inicios del s. XVIII, se reconstruyó a inicios del XX,
primero la torre sur. N.S. de Guadalupe fue construida a finales del
s. XIX. La iglesia de Zaragoza fue construida entre 1884-1886 y
1934.
En Granada, después del incendio provocado por Walker el
23 de nov. 1856, tanto el ayuntamiento como las casas coloniales y
el Parque Central se crean a finales del siglo XIX. Asimismo el
Mercado Municipal y el Hospital San Juan de Dios. La Casa de los
Leones, referenciada desde la segunda mitad del XVI, fue en cuanto
al edificio que hoy en día se conoce, terminada en 1809. El segundo
piso fue construido entre 1920 y 1926. La Plaza de la Independencia
con su obelisco data del primer centenario, en 1921. Incendiada por
Walker en 1853 y 1856, la Catedral, fundada en 1534, se empezó a
reconstruir en 1860, con adornos neoclásicos, y se terminó en 1910.
Construida en 1781, la torre fue demolida en 1854 durante la guerra
civil, y reconstruida en 1863. Construida en 1678, como fortaleza
militar, la Xalteva fue incendiada en 1853 por Walker, y reconstruida
en 1856. De nuevo en 1890, la destruye parcialmente un terremoto,
y se finalizó su reconstrucción en 1898. El Parque de Xalteva fue
construido en 1892. El convento San Francisco, fundado en 1529,
fue reconstruido en 1867-1868. Construida entre 1624 y 1626, la
iglesia de Guadalupe, fue reconstruida en 1945.
Así, si exceptuamos la arquitectura militar, que, por
responder a otros propósitos, no ofrece, pauta al desarrollo de un
estilo barroco ni rococó, sino asemeja rasgos neo-medievales, los
edificios religiosos y civiles de Nicaragua son en su mayoría, en las
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ciudades coloniales nuestras, neobarrocas, es decir,
reconstrucciones del XIX. Por lo que proponemos considerar que
los dos estilos de arquitectura nicaragüenses que permanecen hoy
en día son por los más antiguos el neobarroco y el historicista-
ecléctico. El estilo neo-colonial siendo el de las casas tradicionales,
que no pasan de la primera mitad del XX o finales del XIX si acaso.
A estos estilos se agregó el art déco, promovido en la primera mitad
del XX y todavía en los años 1960. De ahí pasamos a la arquitectura
post-terremoto (1972), básicamente de prefabricado. Es decir,
entonces, que, hoy por hoy, la arquitectura que tenemos en
Nicaragua se divide en tres grupos: en el XIX e inicios del XX
historicista (arquitectura religiosa, en particular con rasgos
neobarrocos y neoclásicos) neo-colonial (amplias casas con patio
interno alrededor del cual crecen las divisiones y habitaciones), art
déco (inicios del XX), y prefabricado (arquitectura post-terremoto).
Tal planteamiento no pretende negar nuestra arquitectura,
sino reconocerla para poder preservar y entenderla. Estudiarla en lo
que es no es restarle sentido, sino revelar el que tiene.
Pretender ver en ella lo que no es, es menospreciarla a
provecho de ideología de importación, y provocar el descuido
general hacia ella, por lo que magníficos edificios neo-coloniales,
casas de habitación en particular, evidentemente, se derrumban
hasta en los parques centrales de nuestras ciudades (Jinotepe, San
Marcos, Masaya), sin que ni el gobierno ni los ciudadanos hagan
nada al respecto. Igual pasa con los edificios art déco de la antigua
Managua, parcialmente destruidos por el terremoto, pero dejados al
abandono el más completo por las generaciones sucesivas.
En los últimos años (2006-2009) se han palautinamente
derrumbado varias cuadras enteras de dichos edificios neo-
coloniales, para nosotros patrimoniales, en el mismo centro de
Masaya, Nicaragua teniendo entonces en común con Senegal
(ocurre lo mismo que en Masaya en Saint Louis) o Cuba el sino de
los países del Tercer Mundo descolonizados, el completo desinterés
y desconocimiento del valor del patrimonio en general,
arquitectónico en particular. Así como la falta de competencia para
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conservar su propia herencia, por falta de valores e ideología de
conservación y manejo de los conceptos más básicos de
restauración.
La realidad de la disgregación entre arquitectura y urbanismo
(además de la falta de interés público en Nicaragua para hacia el
patrimonio) reside en que los edificios son propiedad privada, por
lo que en Nicaragua se pueden derrumbar casas, hasta de Parques
Centrales, patrimoniales (por valores de historia, estilo) o no, y en
Francia venderse a millonarios árabes los edificios de los Campos
Eliseos. Pocas veces el urbanismo ha sido considerado como de
interés para las administraciones, salvo en el París de Haussmann, y
el Berlín de Albert Speer, pero en este caso provocó el desalojo de
los judíos y su posterior envío a los campos de concentración (v. el
excelente documental Speer Und Er - Nachspiel Die Täuschung, 2005,
de Heinrich Brelder).