Motivados para Buenas Obras 30.07.2024

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MOTIVADOS PARA

BUENAS OBRAS
Tito 3:7-8 “Para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la
esperanza de la vida eterna. Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza,
para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y
útiles a los hombres”.

La mejor manera de motivar las buenas obras en otros y en nosotros mismos es primeramente
entender que la justificación es por la gracia y por supuesto creerla.

Tito 3:8 “Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que
creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras”.

La mejor manera de abundar en ellas es estar consciente siempre que la justificación es por
gracia. Y ambas coinciden porque así como la fe estimula las buenas obras, la gracia estimula la
fe. Por lo cual, la manera de abundar en buenas obras es abundar en la fe y la manera de
abundar en la fe es declarar sin cesar a otros de la gracia y nosotros mismos creerla.

❖ Primero, declarar sin cesar a otros: Pablo le dice a Timoteo que si enseña a los hermanos
las verdades del evangelio, no sólo será un buen ministro de Jesucristo, sino que él mismo
será nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina (1 Timoteo 4:6). Dios ordena
que los cristianos declaren frecuentemente las cosas de Dios unos a otros y afirma que
haciéndolo se edificarán mutuamente (Hebreos 10:24, 25; 1 Tesalonicenses 5:11).

La Palabra del evangelio es como el rocío y la llovizna sobre la hierba por lo cual ésta crece y
mantiene su verdor (Deuteronomio 32:2). Los cristianos son como las diversas flores en un
jardín cubiertas de rocío que, cuando sacudidas por el viento, lo dejan caer en las raíces de
unas y otras nutriéndose mutuamente.

❖ Segundo, a medida que hacen esto, deben vivir ellos mismos en el poder que esto genera.
Deben absorber esta palabra por fe, tal como el suelo absorbe la lluvia y, una vez hecho esto,
proclamar las buenas obras. Pablo declara lo siguiente a los colosenses:
Colosenses 1:3-6 “Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor
Jesucristo, habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los
santos, a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído
por la palabra verdadera del evangelio, que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el
mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la
gracia de Dios en verdad”.

¿Desde cuándo? “desde el día que lo oíste”. ¿Por qué? “Porque conocía la gracia de Dios en
verdad”

A las manzanas y las flores no las hace el granjero, sino que son el efecto de haber sembrado
y regado. Si se siembra en el pecador la buena palabra y se riega con el mensaje de gracia,
los efectos serán frutos de santidad y, al final, vida eterna (Romanos 6:22). La buena doctrina
es la doctrina del evangelio que le muestra al pecador que Dios lo cubre por gracia con la
justicia de su Hijo y lo reviste con todos sus beneficios. Por esa gracia, el pecador es
declarado justo ante Dios. Y porque lo es, satura al corazón con un principio de gracia, por lo
que cobra vida y da fruto (Romanos 3:21-26; 1 Corintios 1:30; 2 Corintios 5:21; Juan
1:16).

Ahora bien, viendo que las buenas obras fluyen de la fe y viendo que la fe es nutrida por la
declaración de la palabra del evangelio, tenga en cuenta las siguientes consideraciones acerca
de la doctrina del evangelio para apoyar su fe, a fin de poder dar fruto y abundar en buenas
obras.

1. Toda la Biblia fue escrita precisamente con este fin: Que creamos esta doctrina y la
vivamos en su consolación y dulzura.

Romanos 15:4 “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se
escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos
esperanza”.

Juan 20:31 “Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de
Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre”.

2. Que, por lo tanto, cada promesa de la Biblia es nuestra para fortalecer, avivar y alentar a
nuestro corazón para que crea.

3. Que nada podemos hacer que agrade más a Dios que creer: Salmos 147:11 “Se complace
Jehová en los que le temen, y en los que esperan en su misericordia”. Agradamos a Dios
cuando aceptamos su justicia, etc.
4. Que todo lo que Dios nos quita no es para debilitarnos, sino para probar nuestra fe.
Igualmente, cuando permite que Satanás haga algo contra nosotros o que lo haga nuestro
propio corazón, no es para debilitar nuestra fe (Job 23:8-10; 1 Pedro 1:7).

5. Que creer es lo que mantiene a la vista las cosas celestiales y la gloria y lo que desanima
al diablo, debilita al pecado y aviva y endulza nuestro corazón (Hechos 11:27; Santiago
4:7; 1 Pedro 5:9; Efesios 6:16; Romanos 15:13).

6. Al creer, el que ama a Dios vive con calidez en su corazón y esto le motiva a bendecir
continuamente a Dios por Cristo, por su gracia, por su fe y esperanza; y todas estas
cosas, sea ya que se manifiesten en Dios o en él mismo, son corolarios de la salvación (2
Corintios 2:14; Salmos 103:1-3).

Estemos continuamente conscientes de que Dios tiene sus ojos sobre nosotros y ve cada
impulso secreto de nuestro corazón, ya sea cuando nos acercamos o cuando nos alejamos de
él.

Hechos 4:13 “Todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que
dar cuenta”.

Reflexionemos en que una vida llena de buenas obras es la única manera que tenemos de
responder a la misericordia de Dios que hemos recibido. Dios no dudó en darnos a su Hijo, su
Espíritu y el reino de los cielos. Pablo dice: Romanos 12:1 “Os ruego por las misericordias de
Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro
culto racional”

Como motivación para ocuparnos de buenas obras, pensemos que cuando estemos en gloria,
recibiremos de Dios una recompensa por todo lo que hicimos por él en la tierra. Pocos son los
hijos de Dios que piensan en cuán ricamente Dios recompensará lo que hicieron para él aquí,
movidos por un principio correcto y para un fin correcto. Ni un pedazo de pan para el pobre, ni
una gota de agua dada por los que son de Cristo, ni la caída de un cabello de su cabeza
quedará sin su recompensa en aquel día (Lucas 14:13-14; Mateo 10:42).

2 Corintios 4:17 “Porque esta leve tribulación momentánea” y todos los demás actos de negarnos
a nosotros mismos “produce[n] en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria”.

Abundemos en buenas obras, pues entonces, tendremos más que salvación. La salvación ya la
tenemos a través de Cristo por gracia y sin obras (Efesios 2:8-10), pero ahora, siendo
justificados y salvos, como fruto de serlo, somos renovados por el Espíritu Santo. Después de
esto, seremos recompensados por toda obra que demostró ser buena.

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