Unidad 3 Tema 1
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PRESENTA:
ASESOR ACADÉMICO:
TUTOR ACADÉMICO:
El Análisis de Modos y Efectos de Falla (AMEF o FMEA por sus siglas en inglés)
El proceso del Análisis de Modos y Efectos de Falla implica los siguientes pasos:
3. Para cada componente, listar todos los modos de falla posibles, es decir, las formas en
las que el componente puede fallar en su función.
4. Para cada modo de falla, identificar las causas potenciales que pueden provocar esa
falla.
5. Analizar los efectos de cada modo de falla, tanto en el propio componente como en el
equipo o sistema completo.
6. Evaluar la severidad de los efectos de cada modo de falla, teniendo en cuenta aspectos
de seguridad, impacto ambiental, producción y costos.
8. Calcular un número de prioridad de riesgo (NPR) para cada modo de falla, combinando
la severidad, la ocurrencia y la detección.
9. Priorizar los modos de falla según su NPR y definir acciones correctivas o preventivas
para los más críticos.
1. Preservar las funciones del sistema: El objetivo primordial es asegurar que los
activos físicos continúen desempeñando las funciones deseadas de manera
eficiente y efectiva.
2. Identificar modos de falla: Determinar todas las formas posibles en que un activo
puede fallar en cumplir su función.
10. Mejora continua: Establecer un proceso de revisión periódica para adaptar el plan
de mantenimiento a los cambios y experiencias operativas.
Otro beneficio clave del RCM es la extensión de la vida útil de los equipos. Al optimizar las
tareas de mantenimiento y eliminar aquellas que son innecesarias o redundantes, se
previene el desgaste prematuro de los componentes y se maximiza la longevidad de los
activos. Esto no solo reduce los costos asociados al reemplazo anticipado de equipos,
sino que también permite aprovechar al máximo la inversión realizada en los activos
productivos.
Además, el RCM conduce a una reducción significativa de los costos directos e indirectos
relacionados con el mantenimiento. Al enfocarse en las tareas esenciales y eliminar
aquellas que no agregan valor, se optimizan los recursos humanos, materiales y
financieros destinados al mantenimiento, lo que se traduce en ahorros sustanciales para
la organización.
En cuanto al impacto en el ciclo de vida de los equipos, el RCM puede integrarse desde la
fase de diseño, identificando modos de falla potenciales y definiendo estrategias de
mantenimiento desde el inicio. Durante la fase de instalación y puesta en marcha, el plan
de mantenimiento optimizado se implementa para garantizar un rendimiento óptimo desde
el primer momento.