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Ensayo del Libro, “Tus Zonas

Erróneas”

Alumno: Samuel Moreno Cordero


Grupo: MMP41D
Fecha: 11/2019
Tus Zonas Erróneas

Este libro mas que nada trata de como los seres humanos tenemos que ser
responsables de uno mismo, hay que cuidarnos, hay que respetarnos, etc. El
deseo de vivir debe ser todo lo que queremos en la vida.

Tenemos que ser personas felices y capaces para cumplir nuestros objetivos y
nuestros sueños. Hay que dejar de pensar que dependemos de alguien mas y
tomar nuestras propias decisiones y hay que tener confianza en nuestra capacidad
de sentirnos bien si elegimos algo en algún momento de nuestra vida.

Hay que hacerse cargo de uno mismo para estar bien mental y emocionalmente,
para eso hay que aprender a controlar nuestras emociones y como nos sentimos
ante diversos sucesos, así no hay que elegir reacciones de auto derrota.

Cuando se aprende a controlar las emociones, es cuando uno es realmente


alguien inteligente porque puedes elegir como prefieres sentirte.

El primer amor en nuestra vida se supone que debe ser uno mismo, porque te
debes sentir importante y como un ser hermoso que vale mucho.

Hay personas que no sienten amor por ellas mismas porque se hacen daño,
jóvenes que derrochan sus vidas en borracheras, en la drogadicción, en pandillas,
etc. Se destruyen a ellos mismos y a sus familias, y es muy difícil que cambien su
camino porque nunca hubo alguien que lo corrigiera correctamente.

Los humanos siempre buscamos la aprobación de los demás, pero cuando la


necesitamos estamos en un completo error, siendo que cuando nos conseguís la
aprobación de alguien más simplemente nos sentimos mal, y esto nos lleva a
sentirnos mal personalmente porque es cuando empezamos a pensar en el “¿Qué
dirán?

Simplemente no podemos evitar evadir la desaprobación o comentarios de los


demás, siempre habrá un porcentaje de personas que no estarán de acuerdo
contigo, cuando logramos comprender eso no necesitamos la aprobación de las
demás personas. Esto hay que recordarlo a diario.
No hay que presentirnos como las personas que fuimos en un pasado, no por lo
que fuimos en el pasado quiere decir que sigamos siendo iguales, tal vez solo
pudo haber sido un comportamiento perezoso. Confundir lo que fuimos en el
pasado con lo que somos en el presente nos puede quitar estima personal, que
otras personas lo pueden usar en tu contra y eso les va a brindar un buen
beneficio. Nunca hay que detenernos a hacer cosas nuevas, si pensamos que
seguimos siendo iguales esto nunca va a funcionar.

Es común que nos sintamos mal por algo que hicimos en el pasado, por algo que
no tiene arreglo, o también por las consecuencias que eso nos puede traer en un
futuro, esto hace que malgastemos nuestro tiempo y no ser felices. De esto
tenemos que aprender porque los errores son los que nos dan lecciones que nos
van a servir para llevar bien nuestro presente y nuestro futuro.

Las preocupaciones nos dejan actuar solos nos reprimen y nos hacen sentir
ansiedad, este comportamiento hace que no actuemos de manera correcta en
nuestro presente menos en un futuro.

Salir de este comportamiento nos puede ayudar a actuar como debe ser y vivir en
el presente, así nos podemos ocupar también de hacer planes para un futuro.

¿Por qué? Porque solamente las personas inseguras buscan la seguridad.


Cuando crees totalmente en ti mismo/a, no necesitas que todo sea conocido, fácil
y confortable. Pensar lo contrario es ver el mundo con un claro error de
percepción.

Normalmente te incomoda explorar lo desconocido porque temes el fracaso, o


porque el perfeccionismo es importante para ti. Ambas zonas erróneas te
mantienen inmóvil, atrapado en lo conocido y «confortable». Tu miedo a la
desaprobación de los demás, o a hacer el ridículo te paraliza y te mantiene preso
en una existencia que no es la que deseas, ni la que quieres tener en el futuro.

La rigidez, el perfeccionismo, el control, el no arriesgarte a cometer errores, todas


ellas son válvulas de escape que te evitan explorar zonas desconocidas, y
además te proporcionan un gran beneficio: una falsa sensación de valor o valía
por haber hecho las cosas «bien».

La solución es muy parecida a la del capítulo 3: Valórate en tus propios términos,


no te compares con otros porque todos somos diferentes, y por ello la
comparación y la competencia no existen, sólo son errores de percepción.

El mundo está lleno de convencionalismos, seguirlos sin cuestionarlos a pesar de


que te estén limitando para ser feliz, es una zona errónea.

La única manera de «escapar» a los convencionalismos es descubrir porqué


logran afectar de manera negativa a tu vida. El verdadero problema radica en que
la mayoría de nosotros tenemos la insana costumbre de supeditar nuestro
pensamiento, estado emocional y comportamientos a algo, o alguien, externo a
nosotros mismos.

Es justo en esa zona errónea dónde los convencionalismos se asientan, ya que,


tendemos a prestar más atención y a creer más en lo que nos viene de fuera, que
lo que ya existen en nuestro interior (lo que sentimos):

 «debo hacer esto» o «debería aquello» (es una excusa para no enfrentarme
a ser o pensar diferente, para sentir más seguridad)
 «no consigo adelgazar porque mi marido y mis hijos me ponen muy
nerviosa» (excusa para no responsabilizarte de tu problema)
 «si fulanito de tal lo hace, entonces yo también lo haré» (para justificar una
práctica de dudosa legalidad o ética)
 «no me apetece nada, pero tengo que ir porque es lo normal en estas
situaciones»
 «no puedo, debo ir a comer a casa de mi abuela, porque hoy es domingo»

La salida a esta falta de responsabilidad hacia ti mismo, tu libertad y tu bienestar


es: Convertirte en el juez de tu propia conducta, y aprender a confiar en ti mismo/a
para tomar tus propias decisiones.
Si esperas que existan justicia en el mundo te estás engañando y vas a sufrir por
ello. Sólo con observar unos minutos la naturaleza puedes ver que, aunque te
parezca injusto, el coyote matará al tejón, el tejón matará al ratón, el ratón matará
al insecto, etc., etc. El problema no es cómo está constituida la naturaleza, sino
como está constituida tu percepción: que busca justicia. Por tanto, no es que el
mundo sea injusto, sino que es el propio concepto de justicia el que es injusto (es
un error de percepción).

Tu decisión inconsciente de dejarte perturbar por la justicia, esto es, permitir que
empañe tu felicidad, es una zona errónea.

La justicia nos sirve de base para justificar: celos, culpas, desaprobación,


comportamientos inmorales, manipulación, etc.

Por ejemplo:

 Le pegué / chillé / engañé, porque él me pegó / chilló / engañó primero.


 Le amonesté porque, aunque no molestaba a nadie, no se puede uno bañar
en la piscina a estas horas. Es el reglamento.
 Yo nunca te digo cosas así, es injusto que me hagas esto.
 No es justo que gane más dinero que yo, cuando en realidad hacemos el
mismo trabajo, por eso paso de todo.

Para salir de esta trampa que te lleva a estar resentido con el resto del mundo
«injusto», empieza a pensar que tu vida emocional es algo que está dentro de ti, y
aprende a independizarte de lo que hace o deja de hacer el resto. Esto te liberará
del dolor y la frustración y te permitirá responsabilizarte de nuevo de tu bienestar.

Si postergar las cosas tu produce ansiedad, entonces es una zona errónea.


Postergar, tiene un gran beneficio: te permite dejar para mañana algo que sabes
que nunca harás, y así engañarte a ti mismo/a ante el hecho de que no estás
haciendo aquello que te propusiste hacer. Por ejemplo:

 evadirte de hacer cosas desagradables


 seguir como estás en tu zona de «confort» (que muchas veces es más bien
incómoda, como un trabajo que odias)
 criticar lo que hacen otros, para elevarte a ti mismo (auto engañarte). Los
que más critican a menudo son lo que menos hacen.
 culpar al mundo de que no consigas hacer las cosas
 que otra persona haga las cosas por ti

Para evitar la postergación:

1. Empieza. Así tendrás ya el primer paso resuelto, y lo demás vendrá poco a


poco con más liviandad que si no empiezas nunca.
2. Pregúntate ¿qué es lo peor que me podría pasar si lo hiciera ahora mismo?
3. Deja ya, ahora mismo, de fumar / beber / comer insano…
4. Involucra a más gente, haz pactos, proponte retos, etc.
5. Depender psicológicamente de alguien es una zona errónea.
6. Una cosa es tener una relación del tipo que sea, con alguien y que ésta no
interfiera en tus metas de vida; y otra cosa es un relación en la cual te
sientes obligado a ser algo que no quieres ser.
7. Si necesitas una relación (es decir, no la eliges) o te sientes obligado/a a
tenerla, y luego te resientes, entonces es que actúas desde un error de
percepción: el error de pensar que necesitas a esa persona para vivir o ser
feliz.
8. Esto no quiere decir que lo correcto sea no desear tener relaciones, para
nada. Lo sano es tenerlas y al mismo tiempo no necesitarlas.
9. El problema de las relaciones de dependencia es que suelen expresarse a
través de las figuras del dominante y el sumiso, (ambos papeles se
intercambian todo el tiempo), por ejemplo:
10. – Persona A: «¡¡¡¡¡Deja de hacer esooooo, eres insoportable e irritante!!!!!
(dominante)
11. – Persona B: se queda en silencio (sumiso)
12. – Persona B: « ¿por qué me hablas así? Con lo bien que me porto yo
siempre contigo…» (el sumiso pasa a intentar dominar al dominante a
través de la culpa, y así, se intercambian los papeles en una misma
conversación, varias veces)
13. La única vía para salir de estas relaciones de dependencia es: no dejarte
manipular por las estrategias de la otra persona, si no lo permites, el otro
dejará de utilizar estos papeles y la dependencia no tendrá más remedio
que transformarse en algo más positivo.

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