C.C Sdra
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(sistema corporativo)
CARRERA:
Medicina
ASIGNATURA:
Práctica UCI y Emergencias
TEMA:
Caso Clinico: SDRA
DOCENTE:
Dra. Marianny Pérez
PRESENTADO POR:
Gisel Yasmin Martínez Jimenez...2-14-0162
10/06/2024, Santiago, R.D.
CASO CLINICO SÍNDROME DE DIFICULTAD RESPIRATORIA AGUDA DEL ADULTO POR
PLASMODIUM VIVAX
RESUMEN
El síndrome de dificultad respiratoria aguda del adulto en pacientes con malaria está asociado a
infección por Plasmodium falciparum, ocasionalmente manifestado en pacientes infectados por
Plasmodium vivax, por lo que han sido pocos los casos reportados en la literatura (1).
Reportamos el caso de un paciente de 43 años quien estuvo en área endémica y desarrolló
síndrome de dificultad respiratoria aguda del adulto (SDRA) por Plasmodium vivax. El
diagnóstico fue realizado por métodos microscópicos. Concluimos que el SDRA asociado a
Plasmodium vivax puede desarrollarse antes de iniciar terapia antimalárica, condición con una
alta morbimortalidad.
INTRODUCCIÓN
La infección del ser humano por especies del género Plasmodium se denomina paludismo o
malaria. La importancia de esta enfermedad está determinada por su alta incidencia y gravedad.
El número de casos en el mundo oscila entre 300 y 500 millones al año, correspondiendo la
mayor parte de estos a áreas endémicas con una elevada mortalidad global, la cual oscila entre
0.6 y 3.8%, incrementándose en embarazadas hasta 13% y en el anciano hasta 20%.
En Colombia es endémica en 75% de las áreas localizadas debajo de los 1500 metros de altitud y
se registran aproximadamente 150000 casos anuales, siendo los agentes etiológicos más
frecuentes el P. vivax con mayor predominio, seguido por P. falciparum con una proporción de
casos de malaria de las más altas entre los países de Sur América (30%) (35).
La malaria severa generalmente es causada por P. falciparum y se caracteriza por un cuadro
clínico que se manifiesta por al menos uno de los siguientes hallazgos: anemia severa, falla
renal, falla respiratoria, hipoglucemia, choque, compromiso del sistema nervioso central o
hiperparasitemia. El Plasmodium vivax es endémico en muchos países de Asia y Sur América;
habitualmente evoluciona como un cuadro febril sin compromiso sistémico, sin embargo, en
algunos casos también se asocia a cuadros de malaria complicada (1, 2, 4). En este reporte se
describe un caso poco usual de SDRA causado por P. vivax.
CASO CLÍNICO
Paciente de 43 años, masculino, sin antecedentes médicos relevantes, quien consultó por cuadro clínico
de cinco meses de evolución de malestar general, astenia, adinamia, cefalea pulsátil, escalofríos, fiebre y
sudoración. Como antecedente epidemiológico refirió haber viajado a zona rural (San José del Guaviare)
hacía seis meses con una estadía de 20 días, siendo su residencia habitual en el municipio de Venecia
(Cundinamarca). Al examen físico se encontró normotenso, frecuencia cardiaca de 95 por minuto,
frecuencia respiratoria de 20 por minuto, temperatura de 40°C e ictericia leve en escleras. El resto del
examen físico era normal.
DISCUSION
La malaria posee dos características principales que confieren al Plasmodium su elevada virulencia: la
capacidad de exportar proteínas parasitarias a la superficie del glóbulo rojo infectado permitiendo la
adherencia de estos eritrocitos al endotelio con la formación de agregados de hematíes mediados por
plaquetas, y su capacidad para invadir diferentes poblaciones de glóbulos rojos, tanto jóvenes como
maduros, originando parasitemias elevadas con mayor destrucción de hematíes. El P. vivax y el P. ovale
pueden originar formas latentes intrahepáticas denominadas hipnozoitos. Estas formas parasitarias
permanecen silentes durante largos periodos de tiempo (meses-años) y son responsables de las
denominadas recidivas (1, 21).
El SDRA en pacientes con malaria está asociado a infecciones por Plasmodium falciparum, provocando
cuadro de malaria complicada con manifestaciones que incluyen malaria cerebral, anemia severa,
ictericia, SDRA, falla renal aguda, colapso cardiovascular, alteraciones en la coagulación y
trombocitopenia (2-4). Este síndrome ocasionalmente se manifiesta en la infección por Plasmodium
vivax, descrita como malaria benigna.
Cuando su presentación tiene un comportamiento severo generalmente se presume infección mixta por P.
falciparum; sin embargo, en las últimas décadas el compromiso de malaria severa por monoinfección con
P. vivax se viene describiendo con mayor frecuencia en la literatura médica por lo que debe considerarse
como una causa de malaria complicada (5). La infección por P. ovale produce de forma excepcional
complicaciones graves como rotura esplénica, anemia grave o SDRA, aunque con una frecuencia mucho
menor que con P. falciparum o incluso P. vivax, habiendo publicados en la literatura muy pocos casos de
infección por P. ovale y SDRA (36-39).
El SDRA es una condición en la que predomina el deterioro del patrón respiratorio, hipoxemia refractaria,
pérdida de la distensibilidad pulmonar e infiltrados alveolares difusos observados en la radiografía de
tórax sin historia previa de enfermedad respiratoria (10). La presentación de SDRA en pacientes con
malaria complicada por P. vivax está descrito en reportes de casos en Asia y América Latina (5-9).
El SDRA en malaria severa por P. vivax se ha descrito como edema pulmonar no cardiogénico e injuria
pulmonar aguda. Los mecanismos fisiopatológicos del compromiso pulmonar así como de otros órganos
en malaria severa por P. vivax no están completamente explicados. Como mecanismos fisiopatológicos
implicados está la actividad incrementada de macrófagos pulmonares, generando un aumento en la
producción de citoquinas (IL-1, 6, 8 y 10) y FNT-α que estimulan la quimiotaxis y activan el daño
alveolar mediado por neutrófilos, originando mayor secreción de fluido rico en proteínas con la
consecuente pérdida de la distensibilidad pulmonar y reducción del intercambio gaseoso (6, 33, 34).
En la patogénesis del SDRA para malaria por P. falciparum se implica al secuestro periférico de parásitos
secundario a la expresión de diversas moléculas de adhesión que facilitan la citoadherencia a las células
endoteliales resultando en bloqueo de la microcirculación. Aunque se cree que el P. vivax es incapaz de
generar fenómenos de citoadherencia y secuestro microvascular, por lo tanto no causa disfunción
orgánica; estudios in vitro sugieren que los glóbulos rojos infectados por P. vivax pueden citoadherirse a
las células endoteliales a través del ligando del condroitin sulfato A (CSA) expresado en placenta,
pulmón y cerebro, lo que podría explicar el desarrollo de SDRA y malaria cerebral en pacientes con P.
vivax (2, 4, 7, 9, 11-16, 22, 31-34). Investigaciones que evaluaron la infección por P. vivax en malaria
severa, demostraron aumento en la agregación, aglutinación y reducción en la deformabilidad de los
eritrocitos afectando la microcirculación (17, 18).
Las alteraciones de la fisiología pulmonar en P. vivax incluyen obstrucción al flujo aéreo, deterioro de la
ventilación, disminución en la transferencia de oxígeno e incremento de la actividad fagocítica pulmonar
asociado a obstrucción intravascular causada por eritrocitos parasitados con baja deformabilidad,
generando injuria endotelial y edema intersticial, deterioro en la relación ventilación/perfusión y el
intercambio gaseoso (15, 13, 20). Todos estos fenómenos aparecen independientemente del nivel de
parasitemia, encontrando bajos niveles de parásitos secuestrados a nivel pulmonar, no sólo en P.
falciparum sino también en P. vivax y P. ovale causando SDRA e injuria pulmonar aguda
Está claramente establecido que debe monitorizarse la función cardíaca antes, durante y después del
tratamiento con antraciclinas. Sin embargo, está en discusión qué pruebas deben usarse para esta
monitorización (ecocardiografía, resonancia magnética, angiografía isotópica, biomarcadores cardíacos –
troponina, péptidos natriuréticos–, etc.) y cada cuánto tiempo deben realizarse, especialmente una vez
finalizado el tratamiento.
Las complicaciones pulmonares por P. vivax ocurren pocos días después del inicio de tratamiento, una
probable explicación es una respuesta inflamatoria intravascular secundaria a la muerte de los parásitos y
a fenómenos de reperfusión. En relación con esta hipótesis se encontró aumento en la actividad fagocítica
de las células pulmonares uno a dos días posterior al inicio del tratamiento para malaria por P. vivax (9,
13, 15, 25).
Sin embargo, el compromiso pulmonar desarrollado en el caso referido se presentó previo al inicio de la
terapia antimalárica, algo ya descrito en la literatura, por lo cual se considera que los mecanismos
fisiopatológicos se encuentran aún por esclarecer y no se conocen totalmente (2, 6, 23, 24). El nivel de
parasitemia de este caso fue bajo, estando acorde con lo descrito en otros reportes, esto hace pensar que el
compromiso de SDRA no está relacionado con altos niveles de parasitemia para la aparición de malaria
complicada como se describe en P. falciparum, sugiriendo que la malaria complicada por P. vivax no se
correlaciona con la densidad parasitaria y probablemente los mecanismos implicados obedecen a la
respuesta inflamatoria desencadenada entre el huésped y el parásito con mecanismos inmunológicos aún
no conocidos (5- 7, 9, 12, 16, 22, 25-30, 32).
La posibilidad de infección mixta en este paciente es improbable por la aparición de sintomatología cinco
meses después de exposición al parásito en zona endémica, explicado por la activación de formas latentes
de hipnozoitos silentes a nivel hepático.
Adicionalmente en este caso clínico se realizaron gotas gruesas seriadas demostrando morfologías
consistentes con P. vivax sin evidencia de coinfección con P. falciparum (Figura 2).
Para el diagnóstico parasitológico se usó el examen de gota gruesa, recomendado como primera opción en
el proceso diagnóstico, el cual permite identificar por microscopía formas y características parasitarias o
estadios, presencia o ausencia de granulaciones del glóbulo rojo; así como diagnosticar tanto el género, la
especie o especies causales de la infección y determinar el recuento parasitario (parasitemia). También
puede usarse la detección de antígenos parasitarios mediante pruebas rápidas, que consiste en un ensayo
inmunocromatográfico con anticuerpos monoclonales impregnados en una tira diagnóstica dirigidos
contra el antígeno del parásito presente en la sangre del paciente.
La OMS considera las pruebas rápidas adecuadas para el diagnóstico si tienen una sensibilidad ≥ 95%. La
mayoría de pruebas disponibles actualmente cumplen ese requisito para P. falciparum pero no para las
demás especies (35).