El Principio Vicario. Por Qué y para Qué Murió Cristo

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EL PRINCIPIO VICARIO

Por qué y para qué murió Cristo

Gabriel Ferrer
Yolanda Rodríguez

Ediciones Berea
Catalogación en la publicación. Ediciones Berea.
El principio vicario: Por qué y para qué murió Cristo /
Ferrer Ruiz, Gabriel – Rodríguez Cadena, Yolanda. Ediciones Berea. 2024.
Barranquilla, Colombia.
99 páginas, Ilustraciones.
Incluye referencias bibliográficas.
Tamaño: 9,8 MB
ISBN: 978-628-96168-6-6
1. Escatología

Ministerio Berea Barranquilla

El principio vicario: Por qué y para qué murió Cristo


Gabriel Ferrer
Yolanda Rodríguez

Ediciones Berea

Primera Edición:
Agosto de 2024
ISBN 978-628-96168-6-6

Editado y hecho en Colombia


Ediciones Berea
Calle 79B No. 42-191
Barranquilla (Colombia)

Diseño y Diagramación:
Ministerio Berea Barranquilla

Portada:
Ministerio Berea Barranquilla

El contenido de esta edición no puede ser copiado ni reproducido parcial o totalmente, sin
autorización de sus autores y de la editorial. Las citas bíblicas son tomadas de la versión Reina-
Valera 1960 TM ® (RVR60) de Sociedades bíblicas unidas, a menos que se indique lo contario. Las
palabras en negrita, dentro de los versículos, indican que son resaltados de los autores; y los
términos en hebreo y griego en corchetes dentro de los versículos son agregados de los autores.

Cómo citar este libro:


Ferrer, G., Rodríguez, Y. (2024). El principio vicario: Por qué y para qué murió Cristo. Ediciones
Berea.

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TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN ................................................................................... 5

CAPÍTULO 1 ¿QUÉ ES EL PRINCIPIO VICARIO? ............................. 5

CAPÍTULO 2 EL PRINCIPIO VICARIO Y LA OBRA REDENTORA DE


CRISTO ............................................................................................... 12

2.1 El principio vicario, la encarnación de Cristo y su relación con el


hijo de Dios ...................................................................................... 12

2.2 El principio vicario, la muerte de Cristo y su relación con el hijo de


Dios .................................................................................................. 13

2.3 El principio vicario, la resurrección de Cristo y su relación con el


hijo de Dios ...................................................................................... 15

2.4 El principio vicario, la glorificación, la ascensión de Cristo y su


relación con el hijo de Dios .............................................................. 16

2.5 El principio vicario y la sabiduría de Dios .................................. 16

CAPÍTULO 3 EL PRINCIPIO VICARIO Y LAS PROMESAS ETERNAS


PARA LOS HIJOS DE DIOS .............................................................. 27

3.1 El principio vicario y el sumo sacerdocio según el orden de


Melquisedec ..................................................................................... 36

3.2 El principio vicario, el nombre nuevo y la promesa de la


descendencia ................................................................................... 47

3.3 El principio vicario y el gobierno: El Reinado, la autoridad sobre


las naciones ..................................................................................... 51

3.3.1 La autoridad sobre las naciones ....................................... 52


CAPÍTULO 4 EL PRINCIPIO VICARIO Y LA PROMESA PRINCIPAL:
LA DESCENDENCIA SANTA MULTIPLICADA ETERNAMENTE .... 76

4.1 El principio vicario y el nombre nuevo de los glorificados .......... 87

4.2 El principio vicario y el cumplimiento de las fiestas levíticas ..... 95

ÍNDICE DE TABLAS ........................................................................... 99

ÍNDICE DE FIGURAS ......................................................................... 99

REFERENCIAS ................................................................................. 100


Introducción

INTRODUCCIÓN

El principio vicario nació en el corazón del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo y fue decidido en el consejo divino de la gloriosa Trinidad, cuando
determinaron crear al hombre y a la mujer. El principio vicario es el
resultado de la sabiduría excelsa de Dios que planeó una descendencia
viva, santa multiplicada eternamente.

Porque Dios es soberano, omnipotente, fiel y verdadero ha dejado en la


Biblia el poderoso principio vicario que permite comprender las
Escrituras desde Génesis hasta Apocalipsis.

¿Que es el principio vicario?

El principio vicario es la garantía para nuestra salvación y para que


recibamos la vida eterna; es la garantía para que seamos partícipes del
Arrebatamiento y entremos por las puertas de la ciudad celestial, la
Nueva Jerusalén. El principio vicario es el medio para que recibamos el
cuerpo glorificado y todas las promesas eternas del Rey que dejó en su
Palabra.

En este libro, el lector encontrará los siguientes capítulos: El capítulo 1,


“¿Qué es el principio vicario?”, en el cual se explica el concepto y se
dan las razones del término “principio”. El capítulo 2, “El principio vicario
y la obra redentora de Cristo” en el cual se explica que Cristo fue nuestro
sustituto, tomó nuestro lugar en todo, no solamente para salvarnos del

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 5


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

Infierno, sino también, para que la Iglesia viva sus padecimientos,


resucite, sea glorificada, ascienda al Cielo en el Arrebatamiento y reciba
el sumo sacerdocio en la Nueva Jerusalén. El capítulo 3, “El principio
vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios”, en el cual se
explica cómo Cristo nos otorga las todas las promesas siendo Él mismo
el ejemplo de un ser humano completamente santo desde su nacimiento
y que nunca pecó; y también, habiendo tomado dichas promesas
cuando murió, resucitó glorificado y ascendió al Tercer Cielo; estas
promesas son: la descendencia santa multiplicada eternamente, la
Tierra y los Cielos Nuevos y el gobierno y el sacerdocio eternos. El
capítulo 4, “El principio vicario y la promesa principal: la descendencia
santa multiplicada eternamente” en el cual se demuestra en que
consiste la promesa de la descendencia santa y su relacion con la obra
vicaria de Cristo.

En este poderoso libro El principio vicario: Por qué y para qué murió
Cristo, el lector tendrá la certeza y la convicción de que la obra vicaria
de Cristo tiene como fin último la descendencia santa, viva, multiplicada
eternamente, por los siglos de los siglos, de generación en generación,
que alabará a Dios en espíritu y en verdad en el Reino Eterno,
inconmovible, glorioso y poderoso, preparado por el Rey para sus ríos
de adoradores.

Berea 6
¿Qué es el principio vicario?

CAPÍTULO 1
¿QUÉ ES EL PRINCIPIO VICARIO?

La teología habla del sacrificio vicario de Cristo definido como el evento


en el cual Él tomó nuestro lugar, cargando sobre sí mismo nuestros
pecados para darnos perdón de pecados y salvación del infierno. Pero
la obra vicaria de Cristo no solo se refiere a estos hechos poderosos,
sino que también tiene un alcance más amplio.

Cuando entendemos la obra vicaria de Cristo en su amplitud conforme


a las Escrituras, comprendemos que es un principio hermenéutico,
interpretativo, que nos permite ver y entender muchos pasajes bíblicos.
El alcance de la obra vicaria de Cristo se relaciona también con las
promesas eternas.

El principio vicario se basa en varios términos o palabras clave; veamos:

- El primer término es “reemplazo o sustitución”. Se refiere a tomar el


lugar de otro con un propósito. La sustitución como base del principio
vicario la encontramos en muchas partes de las Escrituras (1 Co 15: 3;
Gá 1: 4; Heb 9: 28; 10: 12; 1 P 2: 24; 3: 18). La Biblia enseña que Cristo
gustó la muerte por todos: “Pero vemos a aquel que fue hecho un poco
menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 5


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase


la muerte por todos.” Heb 2: 9.

Uno de los pasajes que hace énfasis en la sustitución que Cristo llevó a
cabo por nosotros es Isaías 53: 4-6:

4
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros
le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
5
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo
de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
6
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino;
mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

En este pasaje se reitera la sustitución vicaria que llevó a cabo Cristo,


la cual se aprecia en las expresiones que exponemos en la siguiente
tabla:

Tabla 1
Cristo nuestro sustituto

Cristo vicario: sustituto Nosotros


Llevó Nuestras enfermedades
Sufrió Nuestros dolores
Fue herido Por nuestras rebeliones
Molido Por nuestros pecados
Sobre Él Fue el castigo de nuestra paz
Por su llaga Fuimos nosotros curados
Jehová cargó en Él El pecado de todos nosotros

Berea 6
¿Qué es el principio vicario?

Como se observa en la tabla 1, se reitera la palabra “nosotros”,


“nuestras”, “nuestros”; y en lo que respecta a Cristo, se hace énfasis en
cómo padeció por nuestros pecados.

- El segundo término en que se basa el principio vicario es “semejanza”.


Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza en cuerpo, alma y
espíritu. Pero el ser humano perdió esta semejanza por el pecado.
Cristo se hizo semejante a nosotros en todo, pero sin pecado como dice
Hebreos 2: 16-18:

16
Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia
de Abraham.
17
Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser
misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los
pecados del pueblo.
18
Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a
los que son tentados.

Es importante notar que el autor de Hebreos plantea las razones de la


sustitución vicaria que llevó a cabo Cristo; veamos:

• Para socorrer a la descendencia de Abraham.


• Para ser misericordioso y fiel sumo sacerdote.
• Para expiar los pecados del pueblo.

Nótese que el autor de Hebreos dice que el Señor Jesucristo no socorrió


a los ángeles, sino a la descendencia de Abraham. Llama la atención
que no dice “la descendencia de Adán”, por cuanto todos somos
descendientes de este y heredamos el pecado. Consideramos que el

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 7


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

autor de Hebreos habla de la descendencia de Abraham porque quiere


hacer énfasis en el pacto de Dios con este siervo y las promesas que le
dio, las cuales obtenemos todos los que tenemos fe en Cristo y
permanecemos en Él.

Esta razón de la sustitución vicaria referida a las promesas se reitera en


la segunda razón relacionada con el oficio de Cristo como sumo
sacerdote, por cuanto dicho oficio se relaciona con las promesas, la
herencia eterna, los bienes venideros; leamos Hebreos 9: 11:

11
Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por
el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta
creación...”

Estos bienes venideros son las promesas eternas y poderosas que


tendremos cuando seamos glorificados y que disfrutaremos en el Reino
Eterno.

En cuanto a la tercera razón, relacionada con la expiación de los


pecados, ya la tratamos anteriormente cuando estudiamos el término
“sustitución”. Veamos en la siguiente tabla un resumen de las
principales expresiones que sustentan el principio vicario en las
Escrituras.

Tabla 2

Expresiones que revelan el Principio vicario en las Escrituras

Expresiones Versículos Se remite a:


“…sino que se despojó a sí Filipenses 2: 7 La encarnación
mismo, tomando forma de siervo,

Berea 8
¿Qué es el principio vicario?

hecho semejante a los


hombres…”
“Así también está escrito: Fue 1 Corintios 15: 45 La encarnación
hecho el primer
hombre Adán alma viviente;
el postrer Adán, espíritu
vivificante.”
“…a fin de conocerle, y el poder Filipenses 3: 10 Los padecimientos
de su resurrección, y la La muerte
participación de sus
padecimientos, llegando a ser
semejante a él en su muerte.”
“…a causa del padecimiento de Hebreos 2: 9 Los padecimientos
la muerte, para que por la gracia La muerte
de Dios gustase la muerte por
todos.”
“…Así que, por cuanto los hijos Hebreos 2:14 La encarnación
participaron de carne y sangre, La muerte
él también participó de lo
mismo, para destruir por medio
de la muerte al que tenía el
imperio de la muerte, esto es, al
diablo…”
“…Por lo cual debía ser en todo Hebreos 2: 17 La encarnación
semejante a sus hermanos, El Gobierno: Sacerdocio
para venir a ser misericordioso
y fiel sumo sacerdote en lo que
a Dios se refiere, para expiar los
pecados del pueblo.”
“…Al que no conoció pecado, por 2 Corintios 5: 21 La muerte
nosotros lo hizo pecado, para

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 9


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

que nosotros fuésemos hechos


justicia de Dios en él.”
“…y por todos murió, para que 2 Corintios 5: 15 La muerte
los que viven, ya no vivan para sí, La resurrección
sino para aquel que murió y
resucitó por ellos.”
“…Cristo nos redimió de Gálatas 3: 13 La muerte
la maldición de la ley, hecho por
nosotros maldición (porque está
escrito: Maldito todo el que es
colgado en un madero)”.
“…fin de Romanos 6: 4 La resurrección
que como Cristo resucitó de los La glorificación
muertos por la gloria del Padre, La santidad
así también nosotros andemos
en vida nueva.”
“…Y si hijos, también Romanos 8: 17-18 La glorificación
herederos; herederos de Dios y La herencia
coherederos con Cristo, si es
que padecemos juntamente con
él, para que juntamente con él
seamos glorificados.”
“…Y así como hemos traído 1 Corintios 15: 49 La glorificación
la imagen del terrenal, traeremos
también la imagen del celestial.”
“…el cual transformará Filipenses 3: 21 La glorificación
el cuerpo de la humillación
nuestra, para que sea semejante
al cuerpo de la gloria suya, por
el poder con el cual puede

Berea 10
¿Qué es el principio vicario?

también sujetar a sí mismo todas


las cosas.”
“…donde Jesús entró por Hebreos 6: 20; 9: 24 El Gobierno: Sacerdocio
nosotros como precursor,
hecho sumo sacerdote para
siempre según el orden de
Melquisedec.”

“Porque no entró Cristo en el


santuario hecho de mano, figura
del verdadero, sino en el cielo
mismo para presentarse ahora
por nosotros ante Dios”.
“…y nos Apocalipsis 1: 6 El Gobierno: Reinado y
hizo reyes y sacerdotes para Sacerdocio
Dios, su Padre; a él sea gloria e
imperio por los siglos de los siglos.
Amén.”
“…porque tú fuiste inmolado, y Apocalipsis 5: 9-10 La muerte
con tu sangre nos has redimido
para Dios, de todo linaje y lengua El Gobierno: Reinado y
y pueblo y nación; y nos has Sacerdocio
hecho para nuestro Dios reyes
y sacerdotes, y reinaremos sobre
la tierra.”

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 11


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

CAPÍTULO 2
EL PRINCIPIO VICARIO Y LA OBRA REDENTORA DE CRISTO

El principio vicario se relaciona con la encarnación, la muerte, los


padecimientos, la resurrección, la glorificación, la ascensión y el
gobierno o reino de Cristo; y cada uno de estos poderosos hechos a su
vez se relacionan vicariamente con las promesas que Dios nos ha
hecho y que recibiremos; trataremos este tema más adelante. Veamos
cómo se manifiesta el principio vicario en cada uno de estos hechos:

2.1 El principio vicario, la encarnación de Cristo y su relación con


el hijo de Dios

Cristo encarnó para tomar forma de siervo en un cuerpo de debilidad a


la semejanza de nuestros cuerpos (Fil 2: 7-8); el Señor fue el segundo
o postrer Adán (1 Co 15: 45), pero sin pecado para poder presentarse
como ofrenda pura por nuestros pecados, delante del Padre. ¿Cuál es
la aplicación vicaria de la encarnación de Cristo en relación con sus
promesas?

La encarnación de Cristo se relaciona con la promesa de la


descendencia santa y eterna que le fue dada a Adán, la cual nunca pudo
tener por causa del pecado y de la muerte. Cristo demostró que un ser
humano puede ser engendrado, nacer y vivir completamente santo.

Berea 12
El Principio vicario y la obra redentora de Cristo

Ahora bien, se podría objetar que el Señor es Dios y por ello encarnó
de esta manera. Pero esto contraviene las dos naturalezas del Señor
Jesús, quien fue cien por ciento hombre y cien por ciento Dios. Negar
que Cristo fue cien por ciento humano y que como hombre venció la
tentación y la muerte, es invalidar su obra redentora, porque la Biblia
dice que fue necesario que Él fuera en todo semejante a sus hermanos
(Heb 2: 17); por ello, es llamado el postrer Adán (1 Co 15: 45).

El engendramiento y nacimiento santo y puro de Cristo es evidencia de


la descendencia santa, pura, viva y eterna, que Dios quería para Adán
y todos los seres humanos, la cual corresponde a la fructificación y la
multiplicación (Gn 1: 28). No obstante, esta descendencia no pudo
acontecer por causa del pecado y de la muerte. Pero la promesa del
Pacto Edénico permanece por cuanto los pactos son eternos e
inmutables; y esta promesa fue ratificada en el Pacto Noémico, en el
Pacto Abrahámico y otros pactos. Por esta razón, la encarnación de
Cristo (su engendramiento y nacimiento) es vicaria con respecto a la
promesa de la descendencia santa y eterna. Profundizaremos más
adelante este tema de la relación entre el principio vicario y la promesa
principal de la descendencia santa multiplicada eternamente.

2.2 El principio vicario, la muerte de Cristo y su relación con el hijo


de Dios

El segundo evento de la obra vicaria de Cristo es su muerte. Jesús


también sufrió la muerte por todos nosotros (Heb 12: 2), porque la paga

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 13


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

del pecado es la muerte (Ro 6: 23), y Cristo cargó todos nuestros


pecados como dice Isaías 53: 4-6:

4
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros
le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
5
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo
de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
6
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su
camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

Con su muerte, el Señor llevó a cabo lo siguiente:

• Condenar al pecado en su carne: “Porque lo que era imposible


para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su
Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado,
condenó al pecado en la carne...” (Ro 8: 3). El pecado es la
Perversa1, la naturaleza pecaminosa que habita dentro de todos
los seres humanos, desde la caída de Adán.
• Redimirnos del pecado. Con la muerte de Cristo, se cumplió la
Palabra de Oseas 13: 14: “De la mano del Seol los redimiré, los
libraré de la muerte. Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu
destrucción, oh Seol...”
• El Señor destruyó al que tenía el imperio de la muerte, el diablo:
“Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él
también participó de lo mismo, para destruir por medio de la

1
Para un estudio profundo de la Perversa, ver: Ferrer, R., Rodríguez, Y. (2023). Los nombres de la
Perversa https://www.ministeriobereabarranquilla.com/palabra-profetica

Berea 14
El Principio vicario y la obra redentora de Cristo

muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo...”


(Heb 2: 14).
• Nos libró del temor de la muerte que nos tenía como esclavos:
“…y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban
durante toda la vida sujetos a servidumbre.” (Heb 2: 15).

2.3 El principio vicario, la resurrección de Cristo y su relación con


el hijo de Dios

El principio vicario también opera en la resurrección. Después de morir,


Cristo resucitó al tercer día; venció la muerte para darnos vida eterna (1
Co 15: 4). Por cuanto Cristo resucitó, todo el que se arrepiente de sus
pecados, le recibe, cree y permanece en Él, también resucitará (2 Co 4:
14), pues Él es la primicia de los que durmieron con la fe en Él (1 Co 15:
20). La Palabra de Dios enseña que si fuimos plantados juntamente con
Él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su
resurrección (Ro 6: 5).

La resurrección de Cristo es la garantía de nuestra resurrección el día


del Arrebatamiento y de todos los salvos durante la Tribulación y el
Milenio; 1 de Corintios 15: 20-23 dice:

20
Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es
hecho.
21
Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la
resurrección de los muertos.
22
Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán
vivificados.

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 15


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

23
Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de
Cristo, en su venida.

2.4 El principio vicario, la glorificación, la ascensión de Cristo y su


relación con el hijo de Dios

En la glorificación y ascensión, también se aplica el principio vicario.


Cristo resucitó glorificado, con un cuerpo físico poderoso que comía y
que no tenía límites de espacio (Jn 20: 19-20; 21: 5-14; Lc 24: 41); luego,
el Señor ascendió al Cielo (Lc 24: 50-51; Hch 1: 6-10). De la misma
manera, a nosotros el Señor nos ha prometido que nuestros cuerpos
serán transformados, glorificados y seremos levantados al Cielo el día
del Arrebatamiento (1 Co 15: 51-52; 1 Ts 4: 17; Col 3: 4).

Cristo resucitó glorificado y ascendió al Cielo para que todos los que se
arrepienten de sus pecados, creen y permanecen en Él puedan hacer
lo mismo. De esta manera, también opera la sustitución o el principio
vicario.

2.5 El principio vicario y la sabiduría de Dios

La sabiduría de Dios es la inteligencia absolutamente perfecta que


produce los mejores resultados posibles, con los mejores medios
posibles. La Biblia afirma que Dios es sabio permanentemente (Ro 16:
27; 1 Ti 1: 17; Jud 1: 25).

La sabiduría de Dios se manifiesta en su poderosa Palabra, la cual

Berea 16
El Principio vicario y la obra redentora de Cristo

enseña que en la sabiduría de Dios el hombre no quiso conocer a su


Creador, sino que se envaneció en sus razonamientos y su necio
corazón fue entenebrecido. Romanos 1: 20-22 dice:

20
Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente
visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas
hechas, de modo que no tienen excusa.
21
Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron
gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue
entenebrecido.
22
Profesando ser sabios, se hicieron necios…

En este pasaje, Pablo se refiere al evento del libro de Génesis, en Edén,


cuando Adán y Eva rechazaron la Palabra de Dios que es sabiduría de
lo alto y así, desecharon a Dios mismo. Lo que rechazaron fue el santo
mandamiento de la obediencia y las promesas eternas del pacto.
Génesis 3: 6 dice:

6
Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos,
y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio
también a su marido, el cual comió, así como ella.

Adán y su mujer repudiaron la sabiduría de Dios eligiendo su propia


sabiduría, y desde allí nació la sabiduría humana, mundana, diabólica
que niega a Dios y su Palabra.

Hay entonces una diferencia entre la sabiduría de Dios y la sabiduría


humana. La Biblia establece que Cristo es poder y sabiduría de Dios,
leamos 1 Corintios 3: 18-20:

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 17


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

18
Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo,
hágase ignorante, para que llegue a ser sabio.
19
Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito
está: El prende a los sabios en la astucia de ellos.
20
Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.

La fe está fundada en la sabiduría de Dios, que es su Palabra y en Cristo


que es poder y sabiduría de Dios, porque Él es Dios eterno, su sabiduría
es infinita y la ha manifestado en las Escrituras; por ello la Ley de Jehová
hace sabio al sencillo; la sabiduría verdadera es el temor a Dios y el
apartarse del mal la inteligencia (Sal 111: 10; Pr 1: 7).

La sabiduría de Dios se manifiesta en su creación. La Biblia enseña que


en Cristo están escondidos todos los tesoros de la sabiduría.
Colosenses 2: 2-3 dice:

2
… para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas
las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre,
y de Cristo,
3
en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del
conocimiento.

Dios hizo la creación con su sabiduría; así lo afirma el Salmo 104: 24:
“¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas ellas con
sabiduría; / La tierra está llena de tus beneficios.” (Cf. Job 38: 36-37; Pr
3: 19; 30: 3-4).

La sabiduría de Dios también se manifiesta en la obra redentora de


Cristo. El ser humano pecó en su alma, espíritu y cuerpo, por
desobedecer la Palabra de Dios, el mandamiento santo, por desechar

Berea 18
El Principio vicario y la obra redentora de Cristo

la sabiduría de Dios y el pacto santo que el Señor hizo en Edén. Y al


pecar, el hombre se separó de Dios y fue destituido de su gloria. Dios
es infinitamente santo y la única manera de que el ser humano pudiera
ser restituido a la gloria del Señor es que no tuviera pecado; por ello,
Dios demandó justicia y santidad. Era imposible que el ser humano
pudiera ser salvo por sí mismo a causa del pecado, que pudiera hacer
algo para quitárselo y llegar a la presencia de Dios; por cuanto el pecado
en el ser humano contamina toda obra que este haga.

La sabiduría de Dios está en que era necesario que hubiera un hombre


santo, limpio, sin pecado que hiciera algo para quitarlo ¿Dónde se
encontraría tal hombre en la Tierra? En ninguna parte. Por tanto, la
sabia decisión de Dios fue la encarnación; Dios Hijo dijo: Yo voy a la
Tierra como hombre. ¡Aleluya! Aquí vemos la sabiduría de Dios en la
encarnación. Hebreos 10: 4-7 dice:

4
… porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los
pecados.
5
Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; / Mas
me preparaste cuerpo.
6
Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.
7
Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, / Como en el
rollo del libro está escrito de mí.

Ahora bien, Cristo encarnó, tomó cuerpo, se hizo siervo, pero nació
santo y vivió santo, nunca pecó, ¿Cómo podría entonces hacer algo
para quitar el pecado de todos los seres humanos, si Él mismo no tenía
pecado?

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 19


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

La respuesta es: la sabiduría de Dios fue la decisión del sustituto.


Cristo tomó de manera vicaria, es decir, sustituta, el pecado de la
humanidad, pues cumplía todos los requisitos al ser cien por ciento
hombre, al haber sido engendrado, haberse formado en un útero y
haber nacido como todos los seres humanos. Pero fue el Espíritu Santo
quien puso la semilla en el vientre de María y el poder del Altísimo la
cubrió totalmente durante los nueve meses, para guardar a Jesús y que
no lo contaminara el pecado de varón, por cuanto no hubo participación
de este; ni del pecado de María. ¡Aleluya! (Lc 1: 35).

Pero hay algo más: ¿Cuál era la manera como el pecado podía ser
quitado de en medio?

La decisión sabia de Dios fue usar la misma consecuencia del


pecado que es la muerte: como la paga del pecado es muerte y Cristo
cargó sobre sí mismo el pecado de la humanidad (como vicario o
sustituto), por tanto, Él debía morir. Y así aconteció, Cristo murió por los
pecados de la humanidad y mató al pecado en su cuerpo. Romanos 8:
3 dice:

3
Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios,
enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado,
condenó al pecado en la carne…

Sin embargo, hay algo más: Cristo al morir solucionó el problema del
pecado, pero ¿Cómo se solucionaría la muerte que es la paga del
pecado? ¿Cómo se eliminaría la muerte en los seres humanos?

Berea 20
El Principio vicario y la obra redentora de Cristo

La decisión sabia de Dios fue la resurrección de los muertos. Cristo


cargó el pecado sobre sí mismo, condenó al pecado con su muerte y
eliminó los estragos de la muerte con su resurrección. ¡Él volvió a la
vida, Aleluya! Romanos 6: 5 dice:

5
Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así
también lo seremos en la de su resurrección…

Era necesario que Cristo muriera y resucitara de los muertos. El Señor


mismo les dijo esto a sus discípulos tres veces antes de morir; leamos
Marcos 8: 31:

31
Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho,
y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas,
y ser muerto, y resucitar después de tres días.

¡Cristo resucitó, Él vive! Y porque Él vive nosotros también viviremos


¡Aleluya! El apóstol Pablo dice al respecto en 1 Corintios 15: 16-20:

16
Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó;
17
y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.
18
Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron.
19
Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de
conmiseración de todos los hombres.
20
Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es
hecho.

Cristo murió y resucitó; pero la sabiduría de Dios no terminó allí; no


bastaba que el cuerpo de Cristo volviera a la vida, sino que debía
garantizarse que nunca más volviera a morir ¿Qué se podía hacer al
respecto?

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 21


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

La respuesta de Dios fue: la decisión sabia de la glorificación del


cuerpo resucitado de Jesús, el poder de una vida indestructible (Heb
7:16). Y por ello, todo aquél que se arrepiente de sus pecados, recibe a
Cristo, cree y permanece en Él, recibe el perdón de pecados y la
promesa de la resurrección y glorificación de su cuerpo, para nunca más
ver muerte; recibe la promesa de ser inmortal, eternamente vivo con un
cuerpo indestructible, santo, perfecto y glorioso y de esta manera recibe
todas las promesas de los pactos de Dios en su Reino Eterno de poder
y gloria.

Por todo lo anterior era necesario que Cristo encarnara, muriera y


resucitara glorificado. Pero aún faltaba algo de la manifestación de la
sabiduría de Dios. Los seres humanos debían ser restituidos a la gloria
de Dios, en su presencia física; debían tener acceso al Lugar Santísimo.

La decisión sabia de Dios era la ascensión de Cristo, el regreso a su


gloria. Era necesario que Cristo regresara a su gloria porque Él es Dios
(Lc 24: 26); pero su ascensión también tuvo repercusiones para
nosotros como parte de su obra vicaria; leamos 1 de Corintios 1: 30-31:

30
Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios
sabiduría, justificación, santificación y redención;
31
para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.

La obra de redención es la manifestación de la perfecta y excelsa


sabiduría de Dios. Por ello, el apóstol Pablo termina este poderoso
capítulo 1 de 1 de Corintios cuyo tema es la sabiduría de Dios opuesta

Berea 22
El Principio vicario y la obra redentora de Cristo

a la sabiduría humana, con esta declaración que acabamos de leer en


los versículos 30 y 31.

Pero debía haber un final ¿Cuál es este final? El final de la sabiduría de


Dios en cuanto a la obra de redención es la siguiente: Que se
presentara la ofrenda santa, pura, viva, delante de Dios Padre, por
ello fue necesaria la ascensión de Cristo la cual garantizó además
que nosotros pudiéramos llegar al Lugar Santísimo, a la Nueva
Jerusalén, al Tercer Cielo, Cristo también llegó de manera vicaria-
sustituta delante del Padre. Por ello, el Señor, al final del discurso del
aposento alto, antes de morir, hizo una poderosa oración; leamos los
versículos 3-5 y 24 de Juan 17:

3
Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a
Jesucristo, a quien has enviado.
4
Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.
5
Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo
antes que el mundo fuese.
24
Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén
conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde
antes de la fundación del mundo.

Surge una pregunta final cuya respuesta manifiesta la sabiduría de Dios.


Es necesario que los seres humanos creados por Dios lleguen delante
del Padre, así como Cristo llegó. ¿Cómo se haría entonces esto? La
respuesta es: El Señor decidió tomar un pueblo para sí, la Iglesia, la
primicia de sus criaturas que, al recibir la obra vicaria de Cristo, tiene
la bendición de resucitar, ser glorificada y ser levanta (ascendida,
arrebata) al Tercer Cielo, a la Nueva Jerusalén. La Iglesia tiene la

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 23


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

primicia de la obra vicaria de Cristo.

Todo lo anterior sobre la obra redentora de Cristo como manifestación


de la sabiduría de Dios es el Nuevo Pacto. Lee y atesora en tu corazón
la siguiente verdad:

LA SABIDURÍA DE LA OBRA REDENTORA, VICARIA, DE CRISTO


ES EL NUEVO PACTO EN SU SANGRE.
EL NUEVO PACTO MANIFIESTA LA SABIDURÍA PERFECTA DE
DIOS.

Hay otra manifestación de la sabiduría de Dios y es su tratamiento con


Israel y los gentiles. Nuestro Dios soberano ha relacionado los dos
pueblos, la Iglesia e Israel; la primera nació en Pentecostés, después
de que Cristo fue rechazado por Israel y este luego fue dispersado a las
naciones; y cuando el Señor se lleve a la Iglesia a la Nueva Jerusalén,
se activará el plan profético para Israel a fin de que reciba salvación
mediante Jesucristo, pero en medio de la gran angustia de los 7 años
del juicio de la Tribulación. Leamos Romanos 11: 26-29:

26
y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, /
Que apartará de Jacob la impiedad.
27
Y éste será mi pacto con ellos, / Cuando yo quite sus pecados.
28
Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en
cuanto a la elección, son amados por causa de los padres.
29
Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.

En este pasaje, Pablo recuerda el Nuevo Pacto profetizado en Jeremías


31: 31; también rememora el pacto que Dios hizo con los padres,
Abraham, Isaac y Jacob, y el Pacto de la Ley (Antiguo Pacto), el cual

Berea 24
El Principio vicario y la obra redentora de Cristo

concertó con Israel cuando lo llamó, lo eligió como pueblo y lo sacó de


Egipto. Cuando Pablo dice en el versículo 29, “irrevocables son los
dones y el llamamiento de Dios” se refiere a la inmutabilidad de sus
pactos por los cuales hace llamamiento santo a gentiles como a judíos.
“Irrevocable” significa “que no se puede anular” ¡Los pactos del Señor
no se pueden anular, porque son Palabra de Dios y Él juró por sí mismo!
Leamos Romanos 11: 30-31:

30
Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero
ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos,
31
así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia
concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia.

La exclusión temporal de Israel, Dios la convirtió en bendición para los


gentiles, pues les otorgó la reconciliación a través de Cristo; pero
cuando Israel se arrepienta, la muerte que ahora tienen por sus delitos
y pecados se convertirá en vida eterna.

Pablo utiliza una bella metáfora para ilustrar esta relación entre la Iglesia
e Israel con el árbol de olivo y sus ramas; dice que el Señor es el buen
olivo, los gentiles son las ramas del olivo silvestre, la humanidad; los
judíos son las ramas naturales que pertenecen al buen olivo, pero por
su incredulidad fueron desgajadas, arrancadas. Los gentiles que se
convirtieron y pasaron a ser la Iglesia, siendo ramas del olivo silvestre,
fueron injertados contra naturaleza en el buen olivo. Leamos Romanos
11: 16-19:

16
Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa,
también lo son las ramas.

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 25


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

17
Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has
sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica
savia del olivo,
18
no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz,
sino la raíz a ti.
19
Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado.

Figura 1
Los gentiles e Israel.

Debido a la rebeldía y rebelión de Israel, y a su violación del pacto que


Dios concertó con este pueblo, el Señor decide suspender su plan con
este pueblo por un tiempo y tomar pueblo de los gentiles, esta es LA
IGLESIA; aquí vemos brillar la excelsa sabiduría de Dios. Leamos

Romanos 11: 25:

25
Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis
arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento
en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles…”.

Cuando Pablo dice “hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles”,
se está refiriendo a cuando se convierta el último gentil que formará
parte de la Iglesia, pues es necesario que se complete esta nación
santa, lo cual está a punto de acontecer y cuando ocurra, sonará la
trompeta para el Arrebatamiento.

Berea 26
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

CAPÍTULO 3
EL PRINCIPIO VICARIO Y LAS PROMESAS ETERNAS PARA LOS
HIJOS DE DIOS

El principio vicario también opera en cuanto a las promesas que nos ha


dado el Señor en su Palabra. Jesús es Dios y todo le pertenece, las
cosas visibles e invisibles, tronos, dominios, principados, potestades;
dice la Escritura que todo fue creado por medio de Él y para Él, leamos
Colosenses 1: 15-17:

15
Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
16
Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que
hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados,
sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
17
Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;

Con base en lo anterior, se puede afirmar que el Señor Jesucristo no


obtuvo para Sí mismo todo lo descrito en el pasaje anterior, después de
consumar su obra redentora, por cuanto a Él le pertenecía todo desde
antes y por siempre, por cuanto Él es Dios.

¿Por qué entonces la Biblia afirma que el Señor Jesucristo obtuvo todo
después de consumar su obra redentora? (Heb 2: 7-9). La Biblia nunca
se contradice, por tanto, la respuesta a la pregunta es la siguiente: Por
su pecado, Adán perdió lo que Dios le había dado, la descendencia

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 27


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

santa y eterna (“Fructificad y multiplicaos”), la Tierra (“llenad la Tierra”)


y el gobierno (“sojuzgadla, y señoread”) (Gn 1: 28). Cristo tuvo que
encarnar en un ser humano, como segundo o postrer Adán (1 Co 15:
45), para tomar como hombre todo lo que había perdido el primer Adán.
Y la manera como tomó todo fue vencer la tentación y la muerte. Cristo
fue engendrado y nació santo, sin pecado (Lc 1: 35); Satanás lo tentó
con los deseos de los ojos, los deseos de la carne y la vanagloria de la
vida, pero Cristo no pecó nunca, contrario a lo que sí hizo el primer Adán
(Mt 4: 1-11; Heb 4: 15); finalmente, el Señor se levantó de la tumba,
conquistando la muerte, pues resucitó glorificado después de haber
cargado el pecado de todos, de haber padecido y sufrido la muerte de
cruz, haciéndose maldición por nosotros (Gá 3: 13; Is 53: 3-9).

Cristo venció como hombre para que los seres humanos que se
conviertan en hijos de Dios, al recibirle y creer en Él, puedan recibir la
herencia eterna, incorruptible, incontaminada e inmarcesible; leamos 1
Pedro 1: 3-4:

3
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande
misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de
Jesucristo de los muertos,
4
para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los
cielos para vosotros,

Uno de los objetivos del principio vicario es que el ser humano reciba
salvación, naciendo de nuevo en Cristo Jesús (1 P 1: 3), por cuanto
Cristo resucitó; y al volverse hijos de Dios, el creyente recibe la herencia
incorruptible, incontaminada e inmarcesible, como dice 1 Pedro 1: 4,

Berea 28
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

que son las promesas de los pactos, pues Cristo vino a cumplir el Nuevo
Pacto, mediante el cual confirmó dichas promesas (Ro 15: 8), a fin de
que las recibamos cuando seamos como Él, sin pecado y sin muerte,
cuando seamos transformados y tengamos el cuerpo a la semejanza de
la gloria suya, como dice Filipenses 3: 21:

21
el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante
al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo
todas las cosas.

Cuando seamos glorificados, seremos hijos de Dios directos, ya no


adoptados, y el Señor será nuestro Padre; por ello, en Apocalipsis 21: 7
dice: “El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él
será mi hijo”. Esta afirmación es poderosísima y es una promesa
enunciada en futuro, el cual se sitúa en el Reino Eterno. Necesitamos
resucitar para vida a fin de ser hijos de Dios para siempre, porque Dios
es Dios de vivos y no de muertos (Lc 20: 38).

Esta promesa futura de que Dios sea nuestro Padre y nosotros sus hijos
atraviesa todas las Escrituras; también aparece con la expresión “Ellos
serán mi pueblo y yo seré su Dios”, en tiempo futuro; detengámonos un
poco en esta promesa observando algunos pasajes de la Biblia (Ferrer
y Rodríguez, 2021, pp. 503-508):

- Jeremías 24: 7:

7
Y les daré corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y me serán por
pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de todo su corazón.

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 29


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

El Señor le da esta promesa a Israel, nosotros, la Iglesia, hemos sido


hechos cercanos, tenemos la ciudadanía de Israel, somos el Israel
espiritual y en Cristo tenemos la entrada a todos los pactos y las
promesas que Dios concertó con Israel.

- Jeremías 31: 1:

1
En aquel tiempo, dice Jehová, yo seré por Dios a todas las familias de Israel, y
ellas me serán a mí por pueblo.

El contexto aquí es el Nuevo Pacto y nuevamente recordamos que


nosotros como Iglesia tenemos la entrada a este, primero que Israel;
por tanto, la expresión “todas las familias de Israel” nos incluye. Pero
durante la Tribulación entrará este pueblo y todos los gentiles que se
arrepientan y reciban a Cristo como único Señor y Salvador.

- Jeremías 31: 33:

33
Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días,
dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a
ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

Aquí el contexto sigue siendo el Nuevo Pacto; el Señor promete que


dará su Ley en nuestra mente y la escribirá en nuestro corazón; esto
ocurrirá cuando los cuerpos sean glorificados; para la Iglesia es el día
del Arrebatamiento; para los demás, será después. En el Reino Eterno,
todos los que entren y la descendencia que se multiplicará para

Berea 30
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

siempre, tendrán la Ley de Dios en su mente, escrita en su corazón;


porque nunca más habrá pecado ni muerte.

- Ezequiel 37: 23:

23
Ni se contaminarán ya más con sus ídolos, con sus abominaciones y con todas
sus rebeliones; y los salvaré de todas sus rebeliones con las cuales pecaron, y los
limpiaré; y me serán por pueblo, y yo a ellos por Dios.

El Señor promete que en la Tierra Nueva nunca más habrá ídolos ni


demonios, pues Satanás y todas sus huestes espirituales de maldad
estarán para siempre en el Lago de Fuego.

- Ezequiel 37: 26-27:

26
Y haré con ellos pacto de paz, pacto perpetuo será con ellos; y los estableceré y
los multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siempre.
27
Estará en medio de ellos mi tabernáculo, y seré a ellos por Dios, y ellos me
serán por pueblo.

Este es el contexto del valle de los huesos secos en el cual se describen


la resurrección de los muertos y el Nuevo Pacto que aquí se llama “pacto
de paz” y “pacto perpetuo”; se habla del Reino Eterno cuando el
santuario o Tabernáculo de Dios esté en la Tierra, esto es, la Nueva
Jerusalén (cf. Ap. 21: 3).

Analicemos ahora las citas en el Nuevo Testamento donde se reitera en


futuro que el Señor será nuestro Dios y nosotros seremos su pueblo

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 31


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

para siempre, para que veamos la permanencia de la promesa y de


cómo se mantiene en la Iglesia:

- Romanos 9: 23-26:

23
y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de
misericordia que él preparó de antemano para gloria,
24
a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino
también de los gentiles?
25
Como también en Oseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, / Y a
la no amada, amada.
26
Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, / Allí serán llamados
hijos del Dios viviente.

En el versículo 24, Pablo dice que tanto los judíos como los gentiles,
nosotros, tenemos la promesa de ser llamados pueblo de Dios y que el
Señor sea nuestro Dios; seremos hijos del Dios viviente; esto es en el
Reino Eterno para todos los salvos; pero la Iglesia tendrá esta bendición
el día del Arrebatamiento.

- 2 de Corintios 6: 14-18:

14
No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo
tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?
15
¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?
16
¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el
templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, / Y seré su
Dios, / Y ellos serán mi pueblo.
17
Por lo cual, / Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, / Y no toquéis
lo inmundo; / Y yo os recibiré, /
18
Y seré para vosotros por Padre, / Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el
Señor Todopoderoso.

Berea 32
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

Nuevamente el apóstol Pablo dice que los gentiles dentro de la Iglesia


seremos hijos e hijas del Señor Todopoderoso y Él será nuestro Padre,
refiriéndose al Reino Eterno. Quienes reciben esta promesa son los que
se apartan del mundo y no tienen comunión con Belial, con las tinieblas,
con el incrédulo. Pero esta bendición también es para el pueblo de Israel
y los gentiles que se conviertan durante la Tribulación.

- Hebreos 8: 10

10
Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel / Después de aquellos
días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, / Y sobre su corazón las
escribiré; / Y seré a ellos por Dios, / Y ellos me serán a mí por pueblo…

El autor de Hebreos cita a Zacarías 8: 8 y confirma que los gentiles en


la Iglesia reciben las promesas del Nuevo Pacto, por la gracia, mediante
la fe en Cristo. Y el último pasaje que es menester citar en este listado,
es el de Apocalipsis 21 donde se confirma que la promesa de que
seremos hijos de Dios, por ser hijos de resurrección, y la promesa de
que el Señor será nuestro Dios y Padre, se cumplirá en el Reino Eterno,
para todos los salvos.

- Apocalipsis 21: 1-3:

1
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra
pasaron, y el mar ya no existía más.
2
Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios,
dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
3
Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los
hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará
con ellos como su Dios.

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 33


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

Juan reitera la promesa del Señor que encontramos en Ezequiel 37: 26-
27. Solamente en el Reino Eterno, reino de vida, se cumplirá la promesa
de que todos los salvos en Cristo sean hijos de Dios directos y para
siempre, porque Dios es Dios de vivos y no de muertos; esto le
respondió el Señor a los saduceos, pero ellos no entendieron esta
verdad poderosa. El Señor Jesucristo les enseñó que vendrá un tiempo
sin muerte, un tiempo eterno de vida, un reino sin muerte, un reino lleno
de vida, donde gobernará el Dios de la vida, el Dios que es Dios de vivos
porque la muerte nunca estuvo en sus planes; pero el pecado del
hombre la introdujo en la creación; no obstante la muerte nunca pudo ni
podrá truncar los planes, propósitos y promesas de Dios los cuales
fueron puestos por Él dentro de pactos eternos bajo juramento por Sí
mismo, para sacar a la luz la vida y la inmortalidad por el Evangelio (2
Ti 1: 10) que el Hijo de Dios reveló a su tiempo, pero que estaba
planeado desde antes de la fundación del mundo por el glorioso Dios
Trino.

El Señor Jesucristo les enseñó a los saduceos, y nos enseña a través


de este poderoso pasaje de Lucas 20, lo que leemos en Apocalipsis 21:
4:

4
Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá
más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

La mujer de la historia de los saduceos en Lucas 20 padeció la muerte


de su esposo, lloró su muerte, sintió el dolor de la muerte, pero Dios ha

Berea 34
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

prometido que veremos la vida por la eternidad (Jn 3: 36), que


tendremos vida por la eternidad (Jn 8: 12; Sal 36: 9), que disfrutaremos
y nos deleitaremos en la vida por la eternidad (Sal 16: 11).

La mujer de la historia de los saduceos no solo padeció los estragos de


la muerte siete veces, sino que también vivió el dolor de no ver
descendencia; no obstante, el Señor ha prometido que todo aquel que
entre al Reino Eterno, al reino de vida, tendrá descendencia como las
estrellas de los Cielos, las estrellas a perpetua eternidad, tendrá
herencia por la eternidad; esta es la promesa del Pacto Abrahámico
reiterado y ratificado en todas las Escrituras.

El Señor también cumplirá su promesa de la descendencia eterna para


el eunuco al que le dijo que no sería más árbol seco, si abrazaba su
pacto y le daría lugar en su casa y dentro de sus muros, y nombre
perpetuo que nunca perecerá (Is 56: 3-5); este nombre será prolongado
en la descendencia multiplicada eternamente.

Dios también cumplirá su promesa a la estéril y a la viuda porque se


hará realidad la Palabra de Isaías 54: 1-5:

1
Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de
júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la
desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová.
2
Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas;
no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas.
3
Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu
descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas.

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 35


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

4
No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás
afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de
tu viudez no tendrás más memoria.
5
Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu
Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado.

La viudez de la mujer de la historia de los saduceos será olvidada para


siempre y su falta de descendencia será restaurada por el Rey de la
vida, el Todopoderoso. Esta promesa de Isaías 54: 1-5 la ratifica el
apóstol Pablo en Gálatas 4: 25-28:

25
Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual,
pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud.
26
Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.
27
Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz; Prorrumpe en
júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto; Porque más son los hijos de la
desolada, que de la que tiene marido.
28
Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.

Pablo dice que Dios no ha revocado sus promesas, no las ha olvidado,


no las ha cambiado, sino que las tiene en memoria por los pactos y el
pacto eterno en la sangre de Cristo. Así como Abraham recibió las
promesas, las heredó Isaac y Jacob, y nosotros las hemos heredado
por la Simiente, Jesús, el Hijo de Dios quien nos visitó ¡Aleluya!

3.1 El principio vicario y el sumo sacerdocio según el orden de


Melquisedec

El principio vicario también nos permite recibir la promesa del


sacerdocio según el orden de Melquisedec; por cuanto Cristo lo obtuvo

Berea 36
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

y entró al Lugar Santísimo como nuestro precursor; Hebreos 6: 19-20


dice:

19
La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro
del velo,
20
donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para
siempre según el orden de Melquisedec.

Como Cristo tiene un sacerdocio eterno, la Iglesia también lo tendrá;


esto se relaciona con la promesa de la piedrecita blanca y el nombre
nuevo de Apocalipsis 2: 17.

La piedrecita blanca es una piedra preciosa relacionada con el


sacerdocio. Es necesario aclarar que la promesa del gobierno se divide
en dos oficios: reinado y sacerdocio; el Señor nos ha prometido que
seremos reyes y sacerdotes; en Apocalipsis 5: 9 al 10 dice la Palabra
que los 24 ancianos, que representan a la Iglesia, cantaban un nuevo
cántico y declaraban la promesa del Señor cumplida; leamos
Apocalipsis 5: 9 al 10:

9
y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus
sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de
todo linaje y lengua y pueblo y nación;
10
y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la
tierra.

Es impactante ver que Dios nos otorga esta promesa del gobierno, con
reinado y sacerdocio, y es el mismo Cristo quien nos hace recibir dicha
promesa, mediante el principio vicario. Jesús entró como sumo

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 37


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

sacerdote al Lugar Santísimo, y mediante Él, nosotros también, pues


dice la Escritura en Hebreos 10: 19-22:

19
Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la
sangre de Jesucristo,
20
por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,
21
y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,
22
acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los
corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
En este pasaje se afirma que a través de Cristo podemos entrar al Lugar
Santísimo; y esto se ha interpretado solamente como nuestra entrada
al Cielo; pero el contenido de la promesa es mayor, pues el Señor está
afirmando que, así como Él es Sumo Sacerdote, nosotros también; ya
que en el Antiguo Testamento, únicamente los sumos sacerdotes tenían
acceso al Lugar Santísimo; y en Hebreos 10: 19 dice que tenemos
libertad para entrar.

En el Antiguo Testamento, el sacerdocio también incluía el oficio de


juez, de juzgar con la Palabra de Dios; el sumo sacerdote del Antiguo
Testamento llevaba el pectoral del juicio sobre el cual estaban las
piedras preciosas con los nombres de las doce tribus de Israel. Leamos
Mateo 19: 28:

28
Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del
Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también
os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

Sabemos que el sumo sacerdote tenía, en cada una de las hombreras


del efod, una piedrecita preciosa y en ella estaban inscritos los nombres
de las tribus de Israel. Leamos Éxodo 28: 12:

Berea 38
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

12
Y pondrás las dos piedras sobre las hombreras del efod, para piedras memoriales
a los hijos de Israel; y Aarón llevará los nombres de ellos delante de Jehová sobre
sus dos hombros por memorial.

Como mencionamos antes, también sabemos que en las doce piedras


preciosas del pectoral del juicio estaban inscritos los nombres de las
doce tribus de Israel; leamos Éxodo 28, los versículos 21 y 29:
21
Y las piedras serán según los nombres de los hijos de Israel, doce según sus
nombres; como grabaduras de sello cada una con su nombre, serán según las doce
tribus.
29
Y llevará Aarón los nombres de los hijos de Israel en el pectoral del juicio sobre
su corazón, cuando entre en el santuario, por memorial delante de Jehová
continuamente.

La piedrecita blanca con el nombre nuevo forma parte de nuestra


vestidura sacerdotal; el nombre nuevo indica el sacerdocio eterno que
tendremos. Aarón era el sumo sacerdote y llevaba los nombres de los
hijos de Israel inscritos en las piedras preciosas del pectoral, cuando
entraba en el santuario, por memorial delante de Dios; esto implicaba
que Aarón presentaba los nombres de las tribus de Israel delante de
Dios. Cristo es nuestro Sumo Sacerdote, ya no del orden de Aarón, sino
del orden de Melquisedec, pues es el sacerdocio eterno, y Él entró por
nosotros al santuario, al Lugar Santísimo delante del Padre. El mismo
Señor Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote, nos ha dado la promesa de
confesar nuestros nombres delante del Padre; leamos Mateo 10: 32:

32
A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le
confesaré delante de mi Padre que está en los Cielos.

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 39


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

Ahora bien, el Señor le ordenó a Moisés que cuando ya estuvieran listas


las vestiduras sacerdotales, Aarón y sus hijos debían ataviarse y Moisés
debía ungirlos para sacerdocio perpetuo. Leamos Éxodo 29: 9:

9
Les ceñirás el cinto a Aarón y a sus hijos, y les atarás las tiaras, y tendrán el
sacerdocio por derecho perpetuo. Así consagrarás a Aarón y a sus hijos.

Es necesario que nos detengamos en este punto, por cuanto dice que
Aarón y sus hijos tendrán el sacerdocio por derecho perpetuo. Esto se
reitera en Éxodo 40: 13-15:

13
Y harás vestir a Aarón las vestiduras sagradas, y lo ungirás, y lo consagrarás,
para que sea mi sacerdote.
14
Después harás que se acerquen sus hijos, y les vestirás las túnicas;
15
y los ungirás, como ungiste a su padre, y serán mis sacerdotes, y su unción les
servirá por sacerdocio perpetuo, por sus generaciones.

En el versículo 15 dice que la unción les servirá a los hijos de Aarón, su


descendencia, para sacerdocio perpetuo, es decir, eterno, término que
en hebreo es ‛ôlâm (‫)עוָֹלם‬. Pero en el libro de Hebreos dice que este
sacerdocio cesó, pues vino el sacerdocio de Cristo que no es según el
orden de Aarón, sino según el orden de Melquisedec. Leamos Hebreos
7: 11 al 14:

11
Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el
pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote,
según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón?
12
Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley;
13
y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar.
14
Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada
habló Moisés tocante al sacerdocio.

Berea 40
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

Dice el Señor aquí que Jesús vino de la tribu de Judá de la cual no se


habló de sacerdocio; dice también que la perfección no vino por el
sacerdocio levítico, del orden de Aarón; por tanto, este sacerdocio fue
cambiado. Sigamos leyendo Hebreos 7: 15-19:
15
Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un
sacerdote distinto,
16
no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino
según el poder de una vida indestructible.
17
Pues se da testimonio de él:
Tú eres sacerdote para siempre,
Según el orden de Melquisedec.
18
Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e
ineficacia
19
(pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por
la cual nos acercamos a Dios.

Dice Pablo que con Cristo se levantó un sacerdote distinto, que no fue
constituido conforme a la Ley del mandamiento acerca de la
descendencia, refiriéndose a la herencia del sacerdocio de Aarón en
sus hijos y en sus generaciones subsiguientes. Y esto aconteció porque
Cristo, como Sumo Sacerdote eterno según el orden de Melquisedec,
no tuvo genealogía, ni padre, ni madre, por cuanto es Dios. Hebreos 7:
2 al 3 dice:

2
a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa
primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz;
3
sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida,
sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.

Cristo es el Sumo Sacerdote eterno que fundó un nuevo sacerdocio, el


de la Iglesia. Por ello dice en Hebreos 7: 16 que fue según el poder de
una vida indestructible; volvamos a leer:

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 41


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

16
no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia,
sino según el poder de una vida indestructible.

La pregunta que surge es, ¿por qué Cristo fundó un nuevo sacerdocio?
El mismo libro de Hebreos nos responde la pregunta; leamos Hebreos
7: 23:

23
Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no
podían continuar…

La muerte y el pecado eran los dos impedimentos para un sacerdocio


perpetuo, eterno en el sacerdocio humano; por ello, Cristo tuvo que
establecer el sacerdocio según el orden de Melquisedec, en sustitución
del aarónico; pero este sacerdocio según el orden de Melquisedec ya
se había anunciado antes de la Ley, en el tiempo de la fe de Abraham,
cuando el patriarca le dio los diezmos de todo a Melquisedec después
de la guerra en la que libertó a Lot; leamos Génesis 14: 18 al 20:

18
Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y
vino;
19
y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los Cielos
y de la tierra;
20
y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio
Abram los diezmos de todo.

Esta es una hermosa representación de la cena de Cristo con sus


discípulos (la Iglesia) simbolizados en Abraham, el padre de la fe;
también señala la bendición en Cristo y el Pacto Abrahámico, el cual
anuncia que, mediante la Simiente que es Cristo, serían benditas todas
las familias y las naciones de la Tierra. El cumplimiento definitivo de este

Berea 42
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

pacto será en el Reino Eterno, por causa del sumo sacerdote de los
bienes venideros, Jesucristo, según el orden de Melquisedec. Este
orden sacerdotal fue profetizado en el Salmo 110: 4; leamos:

4
Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre Según el orden
de Melquisedec.

Esta profecía la cita el autor de Hebreos en el capítulo 7 versículo 17.


Pero continuemos analizando este poderoso pasaje de Hebreos 7: 24
al 28; dijimos que allí dice que la muerte y el pecado impedían el
cumplimiento del sacerdocio perpetuo, eterno; y por ello Cristo, al nacer
sin pecado, nunca pecar y vencer la muerte, pudo cumplir la profecía de
ser Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec; por ello, dice
Hebreos 7: 24 que Cristo permanece para siempre y tiene un sacerdocio
inmutable. ¡Aleluya! Leamos Hebreos 7: 24-28:

24
mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable;
25
por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a
Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
26
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado
de los pecadores, y hecho más sublime que los Cielos;
27
que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer
primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto
lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
28
Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del
juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.

Dice el versículo 26 que Cristo fue el Sumo Sacerdote santo, inocente,


sin mancha, apartado de los pecadores y hecho más sublime que los
Cielos; por ello, Cristo no tiene necesidad de ofrecer sacrificios por sus
propios pecados como hacía Aarón, sus hijos y toda su descendencia

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 43


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

que heredaba el sacerdocio. El Señor Jesucristo se ofreció una sola vez


para siempre por nuestros pecados. La Ley constituye sumos
sacerdotes débiles, pero la gracia en Cristo nos hará sacerdotes santos,
eternos, sin muerte, puros, perfectos para siempre, como el Señor
Jesucristo, el día del Arrebatamiento. Este sacerdocio será perpetuo y
será heredado por nuestra descendencia santa, por cuanto ella nacerá
sin pecado, sin muerte, pues estaremos glorificados, vivificados, llenos
de eternidad. Ahora bien, la pregunta es: ¿Qué pasa entonces con la
afirmación de que Aarón y sus hijos tendrían un sacerdocio perpetuo, si
eran débiles por el pecado y la muerte, como dice el libro de Hebreos
en el capítulo 7? La Biblia no se contradice; hay dos explicaciones para
esto; veamos:

(1) El libro de Hebreos claramente dice que lo que acontecía en la Ley,


en el Antiguo Pacto, era figura de lo que acontece en el Nuevo Pacto.
Leamos Hebreos 8 del 1 al 5:

1
Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo
sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los Cielos,
2
ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y
no el hombre.
3
Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios;
por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer.
4
Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún
sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley;
5
los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le
advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las
cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.

En el versículo 5 dice que el Tabernáculo y los sacerdotes eran figura y


sombra de las cosas celestiales; pero en los versículos 1 y 2 dice que

Berea 44
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

ya tenemos a Cristo, nuestro Sumo Sacerdote el cual se sentó a la


diestra del trono de la majestad en los Cielos; Cristo es el ministro del
santuario del verdadero Tabernáculo que levantó el Señor y no el
hombre. El sacerdocio Aarónico, heredado por su descendencia, era
figura del verdadero sacerdocio eterno de Cristo, el Sumo Sacerdote, y
del sacerdocio de los hijos de Dios por medio de Él, quienes tienen este
sacerdocio eterno; leamos Hebreos 2: 10-13:

10
Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas
las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase
por aflicciones al autor de la salvación de ellos.
11
Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual
no se avergüenza de llamarlos hermanos,
12
diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, En medio de la congregación te
alabaré.
13
Y otra vez: Yo confiaré en él. Y de nuevo: He aquí, yo y los hijos que Dios me dio.

Cristo fue perfeccionado por aflicciones para ser autor de nuestra


salvación, y por esta obra poderosa nos convirtió en hijos para llevarnos
a su gloria. Dice la Palabra que por esto no se avergüenza de llamarnos
hermanos (He 2: 11b), pero también nos llama “los hijos que Dios me
dio” (He 2: 13b). Por cuanto Cristo es el sacerdote eterno, nosotros, los
hijos tendremos el sacerdocio eterno y nuestra descendencia lo
heredará por siempre. Por esta razón, Cristo nos dará un nombre nuevo
y confesará este nombre delante del Padre, es el memorial para
siempre, pues este nombre estará grabado en la piedrecita blanca,
preciosa que recuerda las piedras del efod y del pectoral.

(2) La segunda explicación de por qué en el Antiguo Pacto dice que


Aaron y su descendencia tendrán el sacerdocio perpetuo, es porque él

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 45


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

resucitará y se le cumplirá la promesa, por cuanto se le prometió el


sacerdocio eterno y también a su descendencia; será el sacerdocio en
el pueblo de Israel en el Reino Eterno, porque tuvo fe. Aarón forma parte
de los santos de Hebreos capítulo 11, donde dice que murieron sin
recibir lo prometido, pero lo recibirán, porque la obra redentora de Cristo
ya se ha consumado y su sacerdocio es la única manera de que se
cumplan todas las promesas.

Del cumplimiento de esta promesa habla Jeremías en un pasaje


poderoso, en el cual también se reitera la relación entre la descendencia
y el sacerdocio, y es Jeremías 33 el cual habla del Nuevo Pacto, junto
a los capítulos 31 y 32; leamos Jeremías 33: 20-22:

20
Así ha dicho Jehová: Si pudiereis invalidar mi pacto con el día y mi pacto con la
noche, de tal manera que no haya día ni noche a su tiempo,
21
podrá también invalidarse mi pacto con mi siervo David, para que deje de tener
hijo que reine sobre su trono, y mi pacto con los levitas y sacerdotes, mis ministros.
22
Como no puede ser contado el ejército del Cielo, ni la arena del mar se puede
medir, así multiplicaré la descendencia de David mi siervo, y los levitas que me
sirven.

El Señor habla del Nuevo Pacto, del pacto eterno, el cual es imposible
que se invalide, como es imposible que se invalide el pacto del Señor
con la creación que hizo en Edén y que ratificó en el Pacto Noémico. El
Señor dice que nunca faltará la descendencia de David para reinar
sobre Israel, lo cual forma parte del Pacto Davídico; pero tampoco se
puede invalidar el pacto con los levitas y sacerdotes, sus ministros,
refiriéndose a las promesas del sacerdocio perpetuo; en el versículo 22,
el Señor reitera la multiplicación de la descendencia de David y la de los

Berea 46
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

levitas, los sacerdotes; esto acontecerá en el Reino Eterno. El


sacerdocio eterno solo es posible en el marco del sacerdocio eterno de
Cristo. Y la Iglesia tendrá la primicia, antes que los siervos del Antiguo
Testamento, antes que Israel. Y la entrega oficial de este sacerdocio es
en el Tribunal de Cristo cuando recibamos el nombre nuevo. El nombre
nuevo se relaciona con las tres grandes promesas, que recibiremos
cuando partamos a la Nueva Jerusalén: la promesa del gobierno eterno,
la de la descendencia eterna y la de la Tierra eterna. Veamos la relación
con la segunda promesa: la de la descendencia.

3.2 El principio vicario, el nombre nuevo y la promesa de la


descendencia

Ya hemos visto que, en el Antiguo Pacto, el sacerdocio se relaciona con


la descendencia, pues era heredado en los hijos; aquí vemos las dos
promesas relacionadas con el nombre. Ya vimos que el sacerdocio
aarónico cesó y fue reemplazado por el sacerdocio de Cristo; la
pregunta es, ¿permanece aún la promesa de la herencia del sacerdocio
en la descendencia, con el nuevo sacerdocio de Cristo? Y la respuesta
es SÍ.

En Cristo se establecerá una nueva genealogía, una nueva


descendencia, pues la adámica cesará. Mediante la gracia, ya no
traeremos más la imagen del terrenal, es decir, del primer Adán, sino
que recibiremos la imagen del celestial, el segundo Adán, Cristo,
seremos la raza de Cristo, la descendencia bendita, el linaje bendito de
Jehová como afirma Isaías 61 y 65; leamos Isaías 61: 8-9:

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 47


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

8
Porque yo Jehová soy amante del derecho, aborrecedor del latrocinio para
holocausto; por tanto, afirmaré en verdad su obra, y haré con ellos pacto perpetuo.
9
Y la descendencia de ellos será conocida entre las naciones, y sus renuevos en
medio de los pueblos; todos los que los vieren, reconocerán que son linaje bendito
de Jehová.

Esta descendencia descrita en el versículo 9 como “linaje bendito”, es


la nuestra, pero la que tendremos cuando estemos glorificados, cuando
seamos eternos; es la descendencia de los que hemos entrado en el
pacto perpetuo, pacto eterno del Señor; dice el versículo 9 que nuestra
descendencia y nuestros renuevos serán conocidos entre las naciones,
y en medio de los pueblos; y todos los que los vieren reconocerán que
son linaje bendito de jehová. Este escenario es el Milenio; los mortales
que se multipliquen en naciones y pueblos durante este período, los
cuales serán raza adámica, reconocerán a los glorificados y a su
descendencia santa, eterna y bendita. Ahora quiero que leamos Isaías
61: 6 al 7:

6
Y vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios seréis
llamados; comeréis las riquezas de las naciones, y con su gloria seréis sublimes.
7
En lugar de vuestra doble confusión y de vuestra deshonra, os alabarán en sus
heredades; por lo cual en sus tierras poseerán doble honra, y tendrán perpetuo
gozo.

Esta promesa poderosa, que tendremos como Iglesia por el Nuevo


Pacto en la sangre de Cristo, produce un gozo tremendo en nuestro
corazón. Dice Isaías 61: 6 que nosotros seremos llamados sacerdotes
de Jehová, ministros de Dios; y más adelante, en el versículo 9, sigue
hablando el Señor de nosotros, de nuestra descendencia bendita, el

Berea 48
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

linaje bendito de Jehová que será conocida entre las naciones y


pueblos.

Son mil años en que ejerceremos el sacerdocio con nuestro nombre


nuevo y nuestra descendencia santa, eterna, que se multiplicará en
estos mil años y que heredará el sacerdocio, cumpliéndose la promesa
del sacerdocio perpetuo, que ya no será según el orden de Aarón, sino
según el orden de Cristo, el orden de Melquisedec. ¡Aleluya!

Y si hay alguna duda de que estas promesas de Isaías 61 son para


nosotros, para la Iglesia, leamos los primeros versículos del 1 al 3:

1
El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha
enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de
corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;
2
a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios
nuestro; a consolar a todos los enlutados;
3
a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de
gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán
llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.

Estas son las mismas palabras que el Señor Jesucristo citó al inicio de
su ministerio; leamos Lucas 4 del 16 al 21:

16
Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga,
conforme a su costumbre, y se levantó a leer.
17
Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar
donde estaba escrito:
18
El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 49


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

A poner en libertad a los oprimidos;


19
A predicar el año agradable del Señor.
20
Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la
sinagoga estaban fijos en él.
21
Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.

Este pasaje confirma que toda la Palabra de Isaías 61 es para la Iglesia,


para nosotros, y habla de gozo perpetuo, porque cuando seamos
glorificados nadie ni nada nos quitará nuestro gozo. Este capítulo 61 de
Isaías también habla de nuestro sacerdocio y de nuestra descendencia
bendita, santa y eterna. Y este sacerdocio nos será dado por el Señor
con el nombre nuevo, el cual será prolongado en nuestra descendencia
eterna, ¡aleluya! El amor del Señor es tan grande que repite la promesa
en Isaías 62 del 1 al 3; leamos:

1
Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que
salga como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha.
2
Entonces verán las gentes tu justicia, y todos los reyes tu gloria; y te será puesto
un nombre nuevo, que la boca de Jehová nombrará.
3
Y serás corona de gloria en la mano de Jehová, y diadema de reino en la mano
del Dios tuyo.

¡Aleluya! ¡Qué palabra tan poderosa! El Señor ha prometido que no


descansará hasta que salga su justicia y su salvación se encienda como
una antorcha; y esto acontecerá el día del Arrebatamiento, cuando los
muertos en Cristo sean resucitados, cuando la muerte salga de nuestros
cuerpos, cuando seamos glorificados; la justicia, la salvación y la Vida-
Vida-Vida se encenderán como una antorcha. Pero la justicia y la
salvación se seguirán encendiendo como antorcha en el Milenio, porque
en el versículo 2 de Isaías 62 el profeta se proyecta hacia este tiempo,
cuando vengamos con nuestro Señor Jesucristo; dice que las gentes

Berea 50
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

verán nuestra justicia y todos los reyes verán la gloria del Señor en
nosotros. Y agrega Isaías la promesa del nombre nuevo que nos será
puesto, que la boca de Jehová nombrará; se cumple aquí la promesa
del Señor Jesucristo, cuando dijo que confesará nuestro nombre delante
del Padre. ¡Qué poderoso y glorioso es saber que el Señor pronunciará
nuestro nombre por la eternidad! Cuando subamos en el Arrebatamiento
lo pronunciará, cuando estemos en la Nueva Jerusalén lo pronunciará
delante del Padre; cuando estemos en el Mileno nos llamará por el
nombre nuevo, cuando nos dé las órdenes del servicio como reyes y
sacerdotes; y por todo el Reino eterno escucharemos nuestro nombre
nuevo en la boca del Dios Todopoderoso; porque el Señor ha dicho que
nuestros nombres nuevos serán de gozo; leamos Jeremías 33: 9:

9
Y me será a mí por nombre de gozo, de alabanza y de gloria, entre todas las
naciones de la tierra, que habrán oído todo el bien que yo les hago; y temerán y
temblarán de todo el bien y de toda la paz que yo les haré.

¡Aleluya! Por cuanto seremos los primeros hijos de Sion, los primeros
hijos de Dios directos, nuestros nombres nuevos serán de gozo, de
alabanza, de alegría para nuestro Rey en medio de todas las naciones
de la Tierra. Pronto llegará nuestro doble gozo y nuestra doble alegría;
pronto viene el Rey con todas sus promesas para darlas al que venciere

3.3 El principio vicario y el gobierno: El Reinado, la autoridad sobre


las naciones

El principio vicario también opera en la promesa del reinado que el


Señor nos ha dado; esto se confirma en la comparación que el Señor

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 51


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

Jesús hace en Apocalipsis 2: 26-27, cuando dice que la Iglesia tendrá


la autoridad como Él la ha recibido del Padre: leamos:

26
Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre
las naciones,
27
y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como
yo también la he recibido de mi Padre…

Esta promesa contiene dos partes importantes que vamos a estudiar:


(a) La primera es la promesa de la autoridad sobre las naciones; (b) y
la segunda es la de regir dichas naciones con vara de hierro, la cual
forma parte de la autoridad que dará el Señor Jesucristo a todos
aquellos de la Iglesia que vencieren y guardaren las obras del Señor
hasta el fin, es decir, que guardaren la fe, la santidad, la justicia y la
Palabra de Dios en obediencia. La promesa de la autoridad sobre las
naciones de Apocalipsis 2: 26, la cual ejercerá la Iglesia Santa, se
llevará a cabo durante el Milenio, el reinado de mil años del Señor
Jesucristo qué acontecerá después de su Segunda Venida. Esto lo
sabemos por el versículo 27 de Apocalipsis 2 el cual dice que dicha
autoridad la ejerceremos con vara de hierro, que quebrantará a las
naciones como vaso de alfarero. Veamos ahora estos dos aspectos de
la autoridad y regir las naciones con vara de hierro.

3.3.1 La autoridad sobre las naciones

Aquí es necesario hacernos la siguiente pregunta, ¿por qué la Iglesia


podrá tener autoridad, de parte del Señor Jesucristo, para regir a las
naciones? Hay una parte clave en el versículo 27 de Apocalipsis 2 y es

Berea 52
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

que esta autoridad es como la que recibió el Señor Jesucristo de Dios


Padre. El ser humano después del pecado perdió la autoridad de Dios
para gobernar y vamos a explicar esto en detalle. Cuando Dios creó a
Adán, todo lo puso bajo el dominio o gobierno de éste, pues el Señor le
dijo en Génesis 1: 28:

28
Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y
sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los Cielos, y en todas
las bestias que se mueven sobre la tierra.

Nótese el orden de las promesas de este Pacto Edénico que Dios hace
con Adán: la primera promesa es la de la descendencia santa, cuando
dijo “fructificad y multiplicaos”; ya hemos dicho que esta promesa le fue
dada a la Iglesia en Apocalipsis 2: 7, cuando habla de comer del árbol
de la vida; en segundo, lugar, en Génesis 1: 28 se reitera la promesa de
la descendencia cuando dice “llenad la tierra”, pero también Dios da la
promesa de la heredad de la tierra, relacionada con dichas promesas
de la descendencia y del gobierno, la cual aparece en Génesis 1: 28,
cuando dice “sojuzgar y señorear”. Vamos a detenernos en estos dos
mandatos: “sojuzgad” y “señoread”.

Veamos el significado de estas dos palabras en hebreo:

- Sojuzgar: en hebreo es kâbash y significa “pisar, poner bajo el pie,


mantener bajo, someter”.

- Señorear: en hebreo es râdâh y significa “tener dominio, prevalecer,


reinar, gobernar”.

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 53


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

El diablo creyó que era más sabio que Dios y, al enterarse de que todo
había sido puesto bajo los pies del primer Adán, que el Señor le había
dado el gobierno, la autoridad y dominio sobre todo, el diablo ideó y
ejecutó el plan de engañarlo y hacer que Adán pecara con la
desobediencia; de esta manera, el pecado y la muerte entraron a Adán
y este quedó bajo la esclavitud del diablo, pasó a ser siervo y Satanás
pasó a ser su señor; con esto, todo lo que Dios le dio al primer hombre
pasó a estar bajo el dominio de Satanás. El ser humano quedó
destituido de la gloria de Dios y perdió toda autoridad sobre la creación;
desde ese momento toda la descendencia de Adán, que es la
humanidad multiplicada durante estos 6000 años, no ha podido
gobernar, sino que Satanás ha sido el príncipe de este mundo (Jn 12:
31; 14: 30; 16: 11; Ef 2: 2). Esto explica la historia de las naciones, sus
gobiernos marcados por el pecado, la injusticia, la muerte, el dolor, las
guerras, por la lucha por el poder en todos los países del mundo. El ser
humano ha creído que puede gobernar las naciones sin Dios y sin la
Palabra de Dios; ha negado a Dios, se ha levantado contra Dios y se ha
levantado contra su Palabra, la Biblia; por eso es que se han aprobado
leyes, como el aborto, en contra de la Palabra de Dios.

Sin embargo, Dios ha prometido que llegará el día en qué se instaurará


su gobierno en toda la Tierra, en esta Tierra caída, y sobre la
humanidad; y este tiempo es el Reinado Milenial de Jesucristo con su
Iglesia, a la que se le ha prometido la autoridad sobre las naciones, es
decir, a la que se le ha prometido que recuperará lo que perdió el primer
Adán por su pecado. Adán perdió la autoridad y el gobierno, es decir, la
capacidad de sojuzgar y señorear, de reinar, de ejercer dominio sobre

Berea 54
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

el mundo; pero la Iglesia santa sin mancha y sin arruga ejercerá ese
gobierno, ese dominio, esa autoridad que nunca había podido tener el
ser humano; y esto se debe a que la Iglesia santa será resucitada y
glorificada; la naturaleza pecaminosa, el viejo hombre, saldrá para
siempre de nuestros cuerpos y la muerte será absorbida en victoria por
la vida eterna. Al no tener más pecado ni muerte, recuperaremos la
capacidad de sojuzgar, de señorear, de gobernar, de dominar, de
ejercer la autoridad, y por eso a la Iglesia santa, formada por los que
perseveran hasta el fin, tendrá esta poderosa promesa.

La pregunta que es necesario que nos hagamos es: ¿Por qué la Iglesia
santa, resucitada y glorificada podrá recuperar el dominio, la autoridad,
el gobierno que perdió el primer Adán? La respuesta se encuentra en
Cristo el segundo Adán; veamos:

El diablo nunca pensó que Dios había determinado que el mismo


hombre tomara lo que había perdido, pero no cualquier hombre, no un
ser adámico descendiente del primer Adán en cuanto a la descendencia
de pecado, sino un hombre santo, puro, desde su engendramiento,
desde su nacimiento y durante toda su vida terrenal: este hombre es EL
SEGUNDO ADÁN, CRISTO. Aquí vemos nuevamente operando el
principio vicario.

Por causa de ser totalmente santo, de nunca haber sido esclavo del
pecado, de la Perversa (la naturaleza de pecado), Cristo venció la
muerte, por cuanto esta es la paga del pecado personal y Cristo nunca
lo tuvo; no obstante, sí cargó de manera sustituta (de manera vicaria) el

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 55


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

pecado de la humanidad y su paga, la muerte; pero resucitó al tercer


día y triunfó, venció para tomar como hombre, como segundo Adán, el
poder, el señorío que había tenido el primer Adán. Por esta razón es
que en los pasajes de Efesios 1: 20-21 y Filipenses 2: 7-11 dice que
después de la resurrección, a Cristo le fue dado dominio sobre todo
principado, autoridad, poder y señorío, y sobre todo nombre que se
nombra.

Esto es lo que dice el Salmo 8: 4-8; vamos a leerlo y compararlo con


Génesis 1: 28. El Salmo 8: 4-8 dice:

4
Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
Y el hijo del hombre, para que lo visites?
5
Le has hecho poco menor que los ángeles,
Y lo coronaste de gloria y de honra.
6
Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;
Todo lo pusiste debajo de sus pies:
7
Ovejas y bueyes, todo ello,
Y asimismo las bestias del campo,
8
Las aves de los cielos y los peces del mar;
Todo cuanto pasa por los senderos del mar.

Ahora volvamos a leer Génesis 1: 28 para que veamos las relaciones:

28
Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y
sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los Cielos, y en todas
las bestias que se mueven sobre la tierra.
Se aprecia cómo en el Salmo 8, David se refiere a Adán cuando fue
creado y Dios lo mandó a señorear, dominar, sobre la creación y puso
todo bajo sus pies, pues David dice en los versículos 5 al 8 del Salmo
8:

Berea 56
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

5
… Y lo coronaste de gloria y de honra.
6
Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus
pies:
7
Ovejas y bueyes, todo ello,
Y asimismo las bestias del campo,
8
Las aves de los Cielos y los peces del mar;
Todo cuanto pasa por los senderos del mar.

Esto es lo mismo que leemos en Génesis 1: 28 cuando dice: “y


sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los Cielos,
y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”.

Pero sabemos que Adán pecó; por tanto, cuando dice en el Salmo 8
versículo 4, “Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
/ Y el hijo del hombre, para que lo visites?”, aquí se está refiriendo a
cuando Dios visitó a la humanidad con la primera venida de Cristo, el
segundo Adán, pues antes del pecado cuando el primer Adán
señoreaba, no tenía hijos, los tuvo después del pecado. David habla de
“el hijo del hombre”, refiriéndose a la descendencia caída del primer
Adán; lo que David dice es algo como: ¿Qué es la humanidad, la
descendencia de Adán para que el Señor la hubiera visitado en su
primera venida? Ciertamente no somos nada ni nadie, y no merecemos
nada. El autor del libro de Hebreos se refiere a esto mismo, cuando cita
el Salmo 8 de David; leamos Hebreos 2: 5-9:

5
Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos
hablando;
6
pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo:
¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
O el hijo del hombre, para que le visites?

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 57


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

7
Le hiciste un poco menor que los ángeles,
Le coronaste de gloria y de honra,
Y le pusiste sobre las obras de tus manos;
8
Todo lo sujetaste bajo sus pies.
Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él; pero
todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas.
9
Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús,
coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por
la gracia de Dios gustase la muerte por todos.

Aquí se hace una comparación entre el primer Adán y Cristo, el postrer


Adán, lo cual implica el principio vicario; veamos esta comparación para
que entendamos cómo la Iglesia tendrá la autoridad sobre las naciones
como Dios Padre se la dio a Cristo:

(i) El primer Adán fue hecho poco menor que los ángeles, y Cristo
también fue hecho poco menor que los ángeles cuando encarnó
en un ser humano.
(ii) El primer Adán, antes del pecado, fue coronado de gloria y de
honra; cuando Dios lo puso a sojuzgar y señorear sobre la
creación; es decir, cuando Dios sometió todo bajo sus pies, le dio
el dominio sobre todo, lo puso a reinar y gobernar. Cristo, como
segundo Adán en su encarnación, fue coronado de gloria y de
honra, cuando resucitó glorificado venciendo a la muerte; y de
esta manera venció al pecado, pues mató al pecado en su carne,
cuando cargó todo el pecado de la humanidad. Cuando Cristo
venció la muerte, obtuvo todo lo que era del primer Adán y obtuvo
el derecho de sojuzgar y señorear sobre la creación; es decir,
someter todo bajo sus pies, tener dominio sobre todo, reinar y

Berea 58
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

gobernar. Estoy hablando de la victoria de Cristo como hombre,


como Segundo Adán, porque el primer Adán lo perdió todo como
hombre y por ello Cristo tuvo que encarnar como hombre para
tomar el gobierno, la autoridad y así entregarla a los hijos de Dios.
Cristo no tomó todo esto como Dios, porque Él como DIOS tiene
toda autoridad, poder, señorío, todo le pertenece desde la
eternidad hasta la eternidad. Y al encarnar, Cristo siguió siendo
cien por ciento Dios.

Por tanto, es necesario que entendamos lo que hizo Cristo en su obra


redentora, en su sacrificio vicario; fue vicario, porque nos sustituyó en
todo. El primer Adán perdió el gobierno y, por ende, también toda su
descendencia que nació en pecado; Cristo nos reemplaza, nos sustituye
como hombre, vence, tiene victoria sobre el pecado y la muerte, y de
esta manera, recupera todo lo que le fue dado al primer Adán.

Esta es la explicación de por qué el autor de Hebreos dice en el


versículo 7 del capítulo 2 que Cristo fue coronado de gloria y de honra;
se refiere a su exaltación cuando resucitó y fue glorificado. La obra
vicaria, sustituta, de Cristo en favor nuestro es lo que explica por qué en
Hebreos 2 versículo 8 dice que todo fue sujetado bajo los pies de Cristo.
Recordemos que Cristo no dejó de ser Dios cuando encarnó, por tanto,
como Dios todo le estaba sujeto, porque le pertenecía. De tal manera
que, cuando Hebreos 2: 8 dice que todo fue sujetado bajo los pies de
Cristo, se refiere al Cristo encarnado, al segundo Adán. Ahora es de
notar que en el versículo 9 de Hebreos 2 se vuelve a mencionar que
Cristo fue hecho poco menor que los ángeles, y fue coronado de gloria

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 59


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

y honra, pero dice que fue a causa del padecimiento de la muerte. Y


luego el autor habla de la obra vicaria, sustituta, cuando dice que fue
para que Cristo gustase la muerte POR TODOS; aquí está la obra vicaria,
pues Cristo nos sustituyó, nos reemplazó y al vencer, nos ha dado la
victoria para que el día que la Iglesia santa sea resucitada, glorificada,
obtenga las promesas hechas al primer Adán: una descendencia santa
y eterna, fructificada y multiplicada, una Tierra eterna y un gobierno
santo y eterno.

Leamos otra vez Hebreos 2, versículos 5 y 9:

5
Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos
hablando;
9
Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús,
coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por
la gracia de Dios gustase la muerte por todos.

Este capítulo 2 de Hebreos es poderoso; en el versículo 5 dice que Dios


no sujetó el mundo venidero a los ángeles; esto se refiere a que el
gobierno y la autoridad no la tendrán los ángeles, sino los seres
humanos salvos en Cristo Jesús; esta es la promesa del gobierno y la
autoridad qué tendrá primero la Iglesia durante el Milenio, porque el día
del Arrebatamiento ella será coronada de gloria y de honra, por causa
del Cristo vivo que murió por nuestros pecados, resucitó al tercer día,
¡aleluya!, fue glorificado y ascendió en gloria a la majestad de las
alturas; el día del Arrebatamiento, nosotros también seremos
resucitados, vivificados, glorificados para ir a la majestad de las alturas,
para ir, ¡aleluya!, a la Nueva Jerusalén, a la casa del Padre. Pero

Berea 60
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

regresaremos en la Segunda Venida de Cristo, para ejercer la autoridad


sobre todas las naciones que se formen durante esos mil años, a partir
de los mortales salvos vivos que queden, cuando termine el juicio de los
7 años de la Tribulación. Ahora, quiero que volvamos a leer Hebreos 2:
8:

8
Todo lo sujetaste bajo sus pies. Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada
dejó que no sea sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean
sujetas.

En este versículo 8, dice que todo fue sujetado a Cristo como segundo
Adán y dice que nada dejó que no sea sujeto a Él, pero luego se agrega
que todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas a Cristo. ¿A
qué se refiere esto? Se está refiriendo a que todavía no ha venido el
gobierno de Dios a esta Tierra, y este gobierno llegará con la Segunda
Venida de Cristo, y se ejercerá durante los mil años, El Reino Milenial,
con la Iglesia, cumpliéndose la promesa de Apocalipsis 2: 26, cuando
dice que el que venciere recibirá autoridad sobre las naciones. Durante
estos mil años es que todo será sujeto a Cristo como segundo Adán, a
través de la Iglesia resucitada y glorificada, porque Cristo como Dios
tiene dominio y a Él se le sujeta todo. Lo que dice el autor de Hebreos
es que es necesario que lo que Cristo tomó, lo cual es el dominio y la
autoridad como segundo Adán, como hombre, lo ejerzan los seres
humanos, y esto acontecerá en el Milenio; en este Reino Milenial no
habrá autoridad ni gobierno humano caído, ejercido por la raza adámica
como ha ocurrido durante miles de años. Con la segunda venida de
Cristo, se eliminarán todos los gobiernos humanos que hasta el
momento ha habido en toda la Tierra, cesará el gobierno humano

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 61


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

adámico; la estatua que vio Nabucodonosor y que encontramos descrita


en Daniel capítulo 2 será derribada. Pero recordemos que durante los
mil años todavía estará la raza adámica, se formarán naciones que
nacerán en pecado, y tendrán que arrepentirse y recibir a Jesucristo
como único Señor y Salvador; y nosotros, la Iglesia glorificada, como
raza o linaje bendito de Cristo, ejerceremos dominio, gobierno,
señorearemos, sojuzgaremos sobre esas naciones que nacerán con la
naturaleza de pecado, con las carne. Después del Milenio, el gobierno
definitivo total y perfecto acontecerá en el Reino Eterno, y la Iglesia
tendrá todavía la promesa. Resumamos lo visto hasta el momento: el
primer Adán pecó y perdió todas las promesas eternas, al igual que toda
su descendencia, la humanidad, los seres humanos naturales; pero el
Cristo encarnado venció el pecado y la muerte; tomó todo lo que era del
primer Adán: dominio, señorío, autoridad, reinado, con el fin de darlo a
todo el que le recibe, cree y permanece en Él.

Todo aquel que tiene el primer nacimiento, el adámico, recibe las


consecuencias del pecado de Adán: muerte física, espiritual y eterna;
esclavitud y servidumbre al diablo; ser dominado por la carne y el
mundo. Pero todo el que tiene el segundo nacimiento en Cristo Jesús,
se convierte en hijo de Dios y recibe la promesa de la vida y herencia
eternas: la descendencia santa y eterna, la Tierra eterna y el señorío, el
dominio, el gobierno; por cuanto Cristo obtuvo todo esto con su muerte,
pues gustó la muerte por todos; obtuvo todo esto con su resurrección-
glorificación, porque fue coronado de gloria).

Berea 62
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

Cristo murió, resucitó y fue exaltado al Cielo, pues se sentó a la diestra


del Padre, ascendió a los lugares celestiales coronado de gloria y de
honra, para que los salvos puedan tener acceso a su presencia, al gozo
eterno del Padre, a sus promesas, a su herencia. La pregunta es,
¿quiénes reciben esto primero? La respuesta ya la hemos dicho, pero
queremos confirmarla con dos pasajes, el de Efesios 1 y Colosenses 1,
para que no haya duda de lo que el Señor nos ha concedido y que está
a la puerta, porque ya estamos a punto de irnos a la Nueva Jerusalén;
leamos Efesios 1: 22-23:

22
y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas
a la Iglesia,
23
la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

Leamos ahora Colosenses 1: 18-19:

18
… y él es la cabeza del cuerpo que es la Iglesia, él que es el principio, el
primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;
19
por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud…

En estos pasajes, se confirma que la Iglesia es la que recibirá primero


la herencia eterna. Ahora bien, quiero que note que en Efesios 1 dice
que bajo los pies de Cristo fueron sometidas todas las cosas, y que
Cristo es la cabeza de la Iglesia, la cual es el cuerpo del Señor; y se
agrega que Cristo es la plenitud de aquel que todo lo llena en todo. En
Colosenses 1, por su parte, se vuelve a decir que Cristo es la cabeza
del cuerpo que es la Iglesia y se especifica que es el principio, el
primogénito de entre los muertos. Ahora bien, ¿por qué Pablo dice en
Colosenses 1: 18 que Cristo, al ser el primogénito de entre los muertos,

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 63


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

en todo tiene la preeminencia? Esto se refiere al gobierno del Señor que


obtuvo como segundo Adán, para entregarlo como promesa a los hijos
de Dios. De tal manera que, como Cristo es la cabeza de la Iglesia y Él
tomó el señorío, el gobierno, el dominio y la autoridad que había perdido
el primer Adán, por ello es que la Iglesia tendrá dicho dominio, autoridad
y gobierno, porque su cabeza es Cristo, el vencedor. ¡Aleluya!

Veamos ahora dos textos para que comprendamos la grandeza de la


promesa del gobierno que el Señor nos ha concedido. Leamos primero
Efesios 1: 19 al 22:

19
y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos,
según la operación del poder de su fuerza,
20
la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en
los lugares celestiales,
21
sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se
nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;
22
y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas
a la Iglesia,

Leamos ahora Efesios 2 del 4 al 6:

4
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,
5
aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por
gracia sois salvos),
6
y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares
celestiales con Cristo Jesús…

En Efesios 2: 6 Pablo habla de la Iglesia y, como ésta aún no ha


resucitado, no ha sido glorificada (coronada de gloria), ni ha subido a la
Nueva Jerusalén, es evidente que el apóstol habla de un futuro, pero

Berea 64
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

que da como un hecho, porque Dios ha prometido resucitar


incorruptibles a los que durmieron en Cristo, juntarlos con el resto de la
Iglesia y transformar a todos los que formamos parte de esta nación
santa, para arrebatarnos y llevarnos a casa, a la Nueva Jerusalén. Esta
promesa se sustenta en el Nuevo Pacto, en la obra de Cristo quien
encarnó, gustó la muerte por nosotros, resucitó glorificado, ascendió al
Cielo y se sentó en los lugares celestiales sobre todo poder, dominio,
potestad y señorío. En Efesios 1: 3 dice:

3
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,

Dios nos ha dado toda bendición en los lugares celestiales a través del
principio vicario, de la obra redentora en Cristo, por su resurrección en
la cual se manifestó la supereminente grandeza de su poder, y la
operación del poder de su fuerza. Y este infinito poder fue manifestado
a nosotros, su Iglesia; volvamos a leer Efesios 1: 19-20:

19
y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos,
según la operación del poder de su fuerza,
20
la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en
los lugares celestiales,

Este poder operará en nosotros, la Iglesia, el día del Arrebatamiento; el


Señor nos llevará y nos sentará en los lugares celestiales; como Cristo,
seremos coronados de gloria y de honra y recibiremos dominio y
reinado, pues seremos reyes y sacerdotes en el Reino Milenial y en el
Reino Eterno de nuestro Dios TODOPODEROSO. Esto es lo que dice
Daniel 7: 18 y 27; leamos:

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 65


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

18
Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino hasta el
siglo, eternamente y para siempre.
27
y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el Cielo,
sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos
los dominios le servirán y obedecerán.

Esto es lo que quería Dios con Adán y su descendencia santa inmortal


y eterna, al haberle dado la potestad de señorear y sojuzgar, es decir,
el reino, el dominio y la majestad; pero Adán pecó; no obstante, el
segundo Adán, Cristo, triunfó y conquistó todo para entregarlo de nuevo
a los seres humanos, pero para esto deben cumplir las condiciones de
ser santos, puros, justos, inmortales y eternos; por ello, deben recibir a
Cristo, creer y permanecer en Él, a fin de ser resucitados, glorificados y
arrebatados. Esto lo recibirá la IGLESIA, muy pronto. Dios cumplirá sus
planes y propósitos iniciales que tenía con Adán, por cuanto Él hizo un
pacto eterno, inmutable y lo que el Señor decide y planea no lo cambia
ni lo destruye nadie nunca.

Con la Iglesia, el pueblo de los santos del Altísimo, Dios demostrará


durante el Milenio y el Reino Eterno, que su plan desde antes de la
fundación del mundo, de que toda la humanidad le sirviera, lo adorara y
le obedeciera, se cumplirá. ¡Aleluya!

Pablo dice en Efesios 1, Filipenses 2 y Colosenses 1 que ya habiendo


tomado todo Cristo, no lo tomó para sí mismo, por cuanto como Dios ya
le pertenecía todo, como dice Colosenses 1: 15-17; sino que lo tomó
PARA ENTREGARLO A LA HUMANIDAD, la que se arrepintiera, la que le

Berea 66
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

recibiera, la que le creyera, que lo aceptara como SEÑOR y SALVADOR,


renunciando así al dominio del diablo, a la esclavitud del enemigo y
adversario, de la potestad de Satanás. Esto fue lo que le dijo el Señor a
Pablo cuando este varón se convirtió en Hechos 26: 18; leamos:

18
para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la
potestad [gr. exousia] de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí,
perdón de pecados y herencia entre los santificados.

Todo el que no se ha arrepentido y no ha recibido a Cristo como Señor


y Salvador está bajo el dominio y la potestad de Satanás; en griego la
palabra para “potestad” es exousia que también significa “autoridad”.
Colosenses 1: 15-17 dice que a Cristo como Dios está sometida toda la
creación que Él mismo hizo; asimismo, en los versículos 18 y 19 dice
que, como Dios, Cristo es cabeza de la Iglesia. Por su parte, en Efesios
1: 19-21 dice que el Cristo encarnado, como hombre o Segundo Adán,
resucitó y ascendió glorificado a la diestra del Padre sobre todo
principado, autoridad, poder y señorío; el versículo 22 afirma que todas
las cosas han sido sometidas bajo los pies de Cristo y se agrega que Él
es la cabeza de la Iglesia, la cual es su cuerpo.

Estos dos pasajes nos enseñan que, al tener todo Cristo, la primera que
recibirá la capacidad y potestad de señorear y sojuzgar, como Adán al
principio, es LA IGLESIA, por cuanto el Señor es su cabeza y a Él están
sometidas todas las cosas. Y esto acontecerá cuando la Iglesia santa,
sin mancha y sin arruga sea resucitada, transformada y arrebatada, por
cuanto ese día saldrá para siempre de nosotros la muerte y la carne de
pecado; ese día tendremos nuestros cuerpos glorificados, seremos

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 67


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

eternos y así cumpliremos todos los requisitos para fructificar,


multiplicarnos, llenar la Tierra, sojuzgarla y señorear sobre toda la
creación. ¡Aleluya!

Para concluir, vamos a analizar algunos pasajes del libro de Hebreos,


para profundizar en este tema. Leamos Hebreos 2: 5-7:

5
Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos
hablando; 6 pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo:
¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
O el hijo del hombre, para que le visites?
7
Le hiciste un poco menor que los ángeles,
Le coronaste de gloria y de honra,
Y le pusiste sobre las obras de tus manos;

Como se observa en el versículo 5, Pablo2 está hablando del Reino


Eterno o del mundo venidero; y cita el Salmo 8. La pregunta es: ¿De
qué hombre está hablando este Salmo 8? La respuesta la encontramos
en Hebreos 2: 8-9:

8
Todo lo sujetaste bajo sus pies. Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada
dejó que no sea sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean
sujetas.
9
Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús,
coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por
la gracia de Dios gustase la muerte por todos.

En el verso 9 se está hablando del Señor Jesucristo, por lo tanto, en el


Salmo 8, proféticamente se refiere a Él, sin embargo, este Salmo 8 nos

2
Consideramos que la epístola a los Hebreos fue escrita por el apóstol Pablo, por las semejanzas
temáticas con sus otras cartas.

Berea 68
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

habla de Adán, cuando el Señor le sujetó todo; esto nos lleva a


preguntarnos ¿qué relación hay entonces entre el hombre y el Señor
Jesucristo? La respuesta la encontramos en el versículo 9 de Hebreos
2, específicamente en la frase “para que por la gracia de Dios gustase
la muerte por todos”; esta expresión “gustar la muerte por todos” se
remite a la obra vicaria de Cristo, pero más allá, la referencia es al
principio vicario, porque cuando en las teologías se menciona la obra
vicaria se referencian solamente del padecimiento, la muerte, y la
resurrección del Señor. Sin embargo, el principio vicario se refiere a todo
lo que hizo Cristo por y para nosotros, lo cual se remite a la encarnación
como muestra de la descendencia santa, sin pecado, la vida santa en
esta Tierra, los padecimientos y muerte de Cristo, su resurrección,
glorificación, ascensión, entrada al Tercer Cielo, al sumo sacerdocio, al
reinado eterno y demás promesas eternas, en el mundo venidero. Por
lo tanto, en Hebreos 2: 5.9, el Señor nos está diciendo: “En el Salmo 8,
estoy hablando del hombre, pero proféticamente también estoy
afirmando que vendría un hombre que iba a tomar el lugar de ese
hombre pecador, iba a ser menor que los ángeles y todo iba a ser sujeto
a Él, como le fue sujeto a Adán, porque este no tenía pecado cuando
fue le fue sujeta la creación; por lo tanto, este hombre, el postrer Adán
no tendría pecado”.

Cristo gustó la muerte por todos y resucitó a fin de quitar el impedimento


para que ese mundo venidero se nos sujete nuevamente, como fue
desde el principio.

Leamos Hebreos 10: 10:

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 69


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

10
Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas
las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase
por aflicciones al autor de la salvación de ellos.

Cuando dice “habiendo de llevar muchos hijos a la gloria”, vemos la


explicación del Salmo 8, cuando leemos “le has hecho poco menor que
los ángeles, / Y lo coronaste de gloria y de honra” (Sal 8: 5; Heb 2: 9).
Hay una referencia a la resurrección y ascensión de Cristo a la diestra
del Padre; y a su vez, se está refiriendo a que nosotros seremos también
coronados de gloria y de honra, y todo nos será sujeto nuevamente. En
consecuencia, se puede apreciar la relación entre los siguientes
versículos: el Salmo 8:4 con Hebreos 2:6; el Salmo 8:5 con Hebreos
2:6a y el versículo 7; y el Salmo 8:6b con Hebreos 2:8a.

Ahora bien, cuando en Hebreos 2:8 dice: “porque, en cuanto le sujetó


todas las cosas nada dejó que no sea sujeto a él”, Pablo se está
refiriendo al primer Adán, pero también al postrer Adán que es Cristo;
también leemos: “pero todavía no vemos que todas las cosas le sean
sujetas” (Heb 2: 8b); esto se remite al ser humano, pero también a
Cristo; y luego explica que todas las cosas no le son sujetas, porque
tenía que padecer y morir. Leamos 1 Corintios 15: 27-28, para confirmar
esto:

27
Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas
las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él
todas las cosas.
28
Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo
se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.

Berea 70
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

La expresión, “se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas”, se


remite al Padre. Ahora bien, ¿a qué se refiere cuando en Hebreos 2: 8
dice que no vemos que todas las cosas le sean sujetas? La respuesta
es que no ha venido el gobierno de Cristo en el Milenio; y en cuanto a
nosotros, aún no se nos sujetan las cosas, porque no hemos sido
glorificados, no ha ocurrido el Arrebatamiento, cuando entraremos a la
gloria.

Desde el punto de vista de la deidad de Cristo, a Él le está sujeto todo,


porque Él es Dios y es Rey soberano sobre toda la creación; por lo tanto,
cuando se está hablando de que no todo está sujeto al Señor Jesús es
porque falta su reinado en la Tierra de mil años; y cuando esto
acontezca, vamos a reinar como Iglesia con Él. Es necesario que Jesús
venga a reinar a esta Tierra para que todas las naciones sean sujetas a
Él, pero por causa de nosotros, que tenemos que reinar, y todo tiene
que estar sujeto otra vez a los seres humanos, ya glorificados, por
cuanto así lo determinó el Padre.

El gobierno de Cristo y de la Iglesia en el Reino Milenial continuará en


el Reino Eterno, porque no va a gobernar nunca más el hombre
pecador. Cuando en 1 Corintios 15: 28 dice que Cristo se sujetará al
Padre, se remite a una sujeción de propósito, pues el objetivo es que
todo quede sujeto al Padre, y solo puede acontecer a través de Cristo;
de esta manera.

Para terminar esta parte, regresemos a Hebreos 2: 11:

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 71


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

11
Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual
no se avergüenza de llamarlos hermanos…

En este versículo, Pablo está diciendo que el Señor nos llama


hermanos; y la pregunta es: ¿cuáles son las causas por las cuales el
Señor nos llama hermanos? La respuesta es: por causa del principio
vicario. El Señor encarnó en un hombre, por ende, se convirtió en
nuestro hermano, al tomar nuestro lugar de manera vicaria. Ahora bien,
al ser hermanos, nosotros somos coherederos con Cristo, como dice
Romanos 8: 29-32:

29
Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos
hermanos.
30
Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también
justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó.
31
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
32
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros,
¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”

En este pasaje vemos una razón más relacionada con el principio


vicario. Cristo nos llama hermanos porque vamos a ser hechos
conforme a su imagen, a la imagen del Hijo, es decir, glorificados.
Hemos traído la imagen del terrenal, la del hombre caído, el primer
Adán; pero traeremos la imagen del celestial, del postrer Adán, como
dice 1 Corintios 15: 49.

Romanos 8: 28 dice también que Cristo es el primogénito entre muchos


hermanos; analicemos esto:

Berea 72
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

Hay varios significados del término “primogénito”, en las Escrituras;


vamos:

- El primogénito entre muchos hermanos (Ro 8: 29): Se remite al


primer hombre en nacer santo y que vivió sin pecado; nunca pecó,
nunca tuvo Perversa, naturaleza de pecado.
- El primogénito de toda creación (Col 1: 15): Se refiere a que Cristo
es la primicia de los hombre santos, de la descendencia santa sin
pecado; pues vicariamente, está señalando el plan de Dios desde
el principio, cuando creó al hombre y le dio la promesa y el decreto
de fructificar, multiplicarse, llenar la Tierra, señorearla y
sojuzgarla.
- El primogénito en el mundo (Heb 1: 6): Se refiere al primer ser
humano santo, sin pecado.
- El primogénito de entre los muertos (Col 1: 18; Ap 1: 5): Se remite
a que Cristo es el primer ser humano resucitado, la primicia de los
que durmieron (1 Co 15: 20); es decir, que murió y vivió para
nunca ver muerte; así nos acontecerá en breve, como resultado
del principio vicario; por cuanto Cristo resucitó, nosotros también
(1 Co 15: 18-22; 1 Ts 4: 14).

Cristo es el primogénito, porque en todo tiene la preeminencia; fue el


primer hombre en nacer santo, y al ser el primer hombre santo, fue el
primer hombre que vivió sin pecado totalmente, fue el primer hombre
que resucitó en un cuerpo glorificado, es el primer hombre que
ascendió, al que todo le ha sido sujeto y el que logró obtener la herencia.
Cristo es el primer ser humano que lo obtuvo todo. Obviamente Él sigue

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 73


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

siendo Dios, pero como hombre, de manera sustituta, heredó todo para
otorgarlo a los glorificados; y la promesa principal es la de la
descendencia santa multiplicada eternamente.

Jesús es el primogénito entre muchos hermanos, también porque


nosotros tendremos el título de hijo de Dios directos, y también todo nos
será sujeto. Estaremos glorificados, todo nos será sujeto y tendremos
también la herencia. Lo mejor de todo esto es que la Iglesia es la que
va a tener todo esto primero. En Romanos 8: 29 dice “porque a los que
antes conoció también los predestinó para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su hijo…”. Nótese que se habla de la
presciencia de Dios, pues Él ya nos conoció y al conocernos, dijo: “Yo
sé que estos van a ser salvos, Yo los conozco, me van a recibir, van a
conocer, creer y mantenerse en mis pactos, en mis promesas, van a ir
hasta el final, van a perseverar. Yo los predestino a toda esta bendición,
a que sean glorificados a la imagen de mi Hijo, a que tengan la herencia,
que tengan todo”. Nosotros también seremos primicias, como el Señor
lo fue; leamos Santiago 1: 18:

18
Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos
primicias de sus criaturas.

Además de primicias, seremos primogénitos, gracias al principio vicario,


pues Cristo lo fue también; leamos Hebreos 12: 22-24:

22
sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén
la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,
23
a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a
Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,

Berea 74
El principio vicario y las promesas eternas para los hijos de Dios

24
a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que
la de Abel.

Estos primogénitos inscritos en los cielos son los gloriosos, los cuales
se libraron del cuerpo de muerte, de la Perversa vieja naturaleza de
pecado, el viejo hombre, pues ahora están en la Nueva Jerusalén, con
un cuerpo provisional, esperando la resurrección y glorificación de sus
cuerpos, que fueron aguijoneados por la muerte, pero la vencerán
cuando vengan con Cristo y canten el grito de victoria “sorbida es la
muerte en victoria” (1 Co 15: 54). Esto primogénitos ya alcanzaron las
promesas y están a la espera de recibirlas; y por eso están muy
gozosos, porque pronto van a venir.

En Romanos 8: 32 también vemos reiterado el principio vicario en el


contexto de las promesas del Padre, pues dice:

32
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros,
¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

El principio vicario nos da acceso a la herencia eterna, a todas las


promesas de Dios, que son tangibles, inmutables, preciosas,
inmarchitables, es la herencia eterna.

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 75


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

CAPÍTULO 4
EL PRINCIPIO VICARIO Y LA PROMESA PRINCIPAL: LA
DESCENDENCIA SANTA MULTIPLICADA ETERNAMENTE

Tanto a los mundanos como a la Iglesia les parece imposible pensar en


un ser humano que desde que es engendrado en el vientre sea
totalmente bueno, santo, puro. A toda la Iglesia, en su tradición, le
parece inaudito e inaceptable que desde que una persona nace no esté
inclinado al mal, que más bien esté presto a acoger lo bueno, lo puro, lo
santo, que esté presto a pensar, sentir y hacer lo bueno; y que durante
toda su vida sea santo, puro, bueno. La pregunta es ¿por qué les parece
imposible pensar en un bebé que no tenga pecado desde que es
engendrado y que nunca peque en toda su vida? ¿Es esto imposible?:

Dios puso delante de nuestros ojos a un hombre, cien por ciento


hombre, que fue engendrado santo, puro, sin pecado, cuyo corazón
nació inclinado a lo bueno, un varón que nunca pecó, que nunca
concibió, ni hizo algo malo, porque con solo pensar y concebir en el
corazón lo malo, ya hubiese pecado; este hombre totalmente santo
desde el vientre y en toda su vida se llama:

Berea 76
El principio vicario y la promesa principal: La descendencia santa multiplicada
eternamente

A partir del principio vicario, el Señor Jesucristo nos estaba mostrando


con Él mismo en su encarnación, lo siguiente:

- Con Él mismo, el Señor Jesucristo nos estaba mostrando en su


encarnación, que así planeó Dios que fueran engendrados,
concebidos desde el vientre, todos los seres humanos, la
descendencia de Adán y su mujer; sin pecado, santos y puros. Así
lo prometió en Génesis 1: 28 y sus promesas y sus planes no se
truncan y no los daña nadie: ni hombre, ni diablo.
- Que así planeó Dios que fueran todos los seres humanos, toda la
descendencia de Adán; que todos sus descendientes trajeran la
imagen celestial, la imagen y semejanza de Dios que tenía Adán
antes de pecar; la imagen santa, pura, sin pecado, sin muerte, la
imagen de los atributos de Dios. El Señor no quería que los seres
humanos trajeran la imagen de pecado y de muerte, la imagen
terrenal corruptible adámica.
- Con Él mismo, el Señor Jesucristo nos estaba mostrando en su
encarnación, que los seres humanos, en su crecimiento y vida,
pensaran, sintieran e hicieran lo bueno, lo santo, lo puro.
- Con Él mismo, el Señor Jesucristo nos estaba mostrando en su
encarnación, que los seres humanos crecieran como Él, en
sabiduría, en estatura y gracia para con Dios; el Señor no planeó
que los seres humanos nacieran, crecieran y vivieran separados
de Él, y lo peor, que terminaran muriendo separados de Él para
siempre.
- Con Él mismo, el Señor Jesucristo nos estaba mostrando en su
encarnación, que su plan era que los seres humanos no

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 77


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

envejecieran ni murieran, porque el Señor no sufrió el


envejecimiento y la muerte como consecuencia del pecado, por
cuanto Él no tuvo pecado y Él nunca practicó el pecado. El Señor
Jesús es el único ser humano que caminó en esta Tierra sin
Perversa, sin naturaleza de pecado. Es tremendo pensar que
todos los seres humanos eran moradas de la Perversa, pero el
Señor Jesús no. Cuando el Señor resucitó, por primera vez en la
historia de la humanidad, un grupo de seres humanos fueron
morada, templos del Espíritu Santo. ¿Qué aconteció, entonces?
Dentro de los discípulos estaba la Perversa, el viejo hombre, pero
en ellos entró a vivir el glorioso Espíritu Santo, la Tercera Persona
de la Trinidad, Dios Espíritu. Y allí comenzó la guerra contra la
Perversa y su ley del pecado y la muerte que quiere tomar los
miembros para llevar cautivo al hijo de Dios (Gá 5: 17).

Es poderoso pensar que, en breve, nos libraremos de la Perversa, del


viejo hombre, porque Cristo vendrá a buscarnos, lo mortal será
absorbido por la vida, la muerte y su aguijón, el pecado (la Perversa)
saldrá para siempre de nuestros cuerpos, cuando seamos glorificados,
nos vistamos de incorrupción, de inmortalidad (1 Co 15: 52-57)

Todo lo anterior es posible, gracias al principio vicario; pues el Señor


nos dice lo siguiente:

Berea 78
El principio vicario y la promesa principal: La descendencia santa multiplicada
eternamente

El sacrificio de Cristo fue vicario en todo con respecto a nosotros; su


engendramiento santo por el poder del Altísimo, el poder del Espíritu
Santo (Lc 1: 35), nos mostró lo que acontecerá en el cumplimiento de la
descendencia santa, en nosotros, la Iglesia después de que seamos
glorificados, cuando estemos en el Milenio y durante el Reino Eterno
para nosotros y todos los salvos. EL PODER DE DIOS LO HARÁ.
Tenemos un Dios omnipotente, que todo lo puede, para quien no hay
nada difícil.

Recordemos que Dios se le presentó a Abraham como el Dios


OMNIPOTENTE. Leamos Génesis 17: 1-8:

1
Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo:
Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.
2
Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera.

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 79


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

3
Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo:
4
He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes.
5
Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque
te he puesto por padre de muchedumbre de gentes.
6
Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti.
7
Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus
generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia
después de ti.
8
Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la
tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.

Nótese que el Señor le dice a Abraham que la tierra se la dará a él y a


su descendencia DESPUÉS DE ÉL (“después de ti”). En el pasaje que
leímos, es necesario hacer varias aclaraciones; veamos:

- Si el Señor se hubiera referido a la tierra prometida en el siglo


malo, en la tierra postdiluviana, ciertamente la promesa no se
habría cumplido, porque Abraham murió tiempo después y no
recibió la tierra por herencia. Por tanto, Dios se estaba refiriendo
a la tierra eterna que es la TIERRA NUEVA, la Nueva Jerusalén.
Esto se confirma en que le dice que se la dará “en heredad
perpetua”; por tanto, la tierra debe ser eterna. La Biblia confirma
esto cuando en Hebreos 11: 9-10 dice acerca de Abraham lo
siguiente:

9
Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena,
morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa;
10
porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor
es Dios.

Sigamos estudiando las aclaraciones sobre el pasaje de Génesis 17: 1-


8:

Berea 80
El principio vicario y la promesa principal: La descendencia santa multiplicada
eternamente

- Al ser eterna la tierra por heredad, Abraham debía resucitar y ser


eterno.
- Al ser eterna la tierra por heredad, - y Dios dijo que se la daría
también a la descendencia de Abraham -, esta descendencia
debe ser eterna.
- El Señor pone un orden en el otorgamiento de la promesa de la
tierra eterna; dice que primero se la dará a Abraham y ya vimos
que este siervo debía estar resucitado y ser eterno, es decir,
glorificado. En segundo lugar, dice el Señor que le dará la tierra
en heredad perpetua a la descendencia de Abraham DESPUÉS DE
ÉL; esto indica que es la descendencia que Abraham tendrá
después de ser eterno, de haber resucitado para vida eterna. Si
esto no fuera así, entonces el Señor solo hubiera dicho: “Y te daré
a ti, y a tu descendencia”; no habría necesidad de agregar
“DESPUÉS DE TI”; pero el Señor no solo agregó esto, sino que lo
puso después de que le dijo a Abraham que le daría la tierra a ÉL
(“a ti”) lo cual solo ocurrirá cuando este resucite y sea eterno.

Veamos ahora en qué creyó Abraham y por qué le fue contado por
justicia; leamos Génesis 15: 1-6:

1
Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo:
No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.
2
Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo,
y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer?
3
Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi
heredero un esclavo nacido en mi casa.
4
Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo
será el que te heredará.

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 81


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

5
Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes
contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.
6
Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.

En este pasaje, podemos ver que la fe de Abraham se relaciona con la


promesa de la descendencia, la cual ya demostramos que se refiere a
la eterna, pues está ligada a la tierra, la cual el Señor dijo que era
heredad perpetua. Cuando el Señor le dice a Abraham, en Génesis 15:
5 que su descendencia sería como las estrellas de los cielos, también
se estaba refiriendo a la descendencia eterna, santa; Dios no le pudo
estar hablando al siervo sobre la descendencia rebelde cortada de
Israel, que se fue al Infierno, porque todo el contexto del Pacto
Abrahámico es bendición, y por ende las promesas del Señor.

La omnipotencia de Dios se revela en la promesa de la descendencia


santa, eterna, que nos dará, que se multiplicará por los siglos de los
siglos, eternamente y para siempre; la descendencia fructificada en
santidad, en pureza, en gloria para Dios, en fruto de labios que
confesarán su nombre para siempre, ríos de adoradores que alabarán
su grandeza, su interminable poder, su inagotable belleza, sus atributos
infinitos, cantarán perpetuamente sus misericordias de generación en
generación. Esto fue lo que el Señor le prometió a David en el pacto que
concertó con él; el siervo entendió, comprendió la poderosa promesa
que le estaba dando el Dios de la gloria; leamos el Salmo 89: 1-4:

1
Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente;
De generación en generación haré notoria tu fidelidad con mi boca.
2
Porque dije: Para siempre será edificada misericordia;
En los cielos mismos afirmarás tu verdad.

Berea 82
El principio vicario y la promesa principal: La descendencia santa multiplicada
eternamente
3
Hice pacto con mi escogido;
Juré a David mi siervo, diciendo:
4
Para siempre confirmaré tu descendencia,
Y edificaré tu trono por todas las generaciones.

La descendencia fructificada en santidad, multiplicada, los ríos de


adoradores para Dios que alabarán su grandeza, su interminable poder,
su inagotable belleza, sus atributos infinitos, y que cantarán
perpetuamente sus misericordias de generación en generación; esto es
lo que el diablo y la Perversa no quisieron que aconteciera y tentaron a
Eva para engañarla y engañar a Adán.

La promesa de la descendencia santa multiplicada eternamente es una


poderosa verdad y gloriosa promesa, que el diablo no quiere que la
Iglesia conozca; y por eso la engaña con esta tierra postdiluviana para
que se aferre con todo su corazón a lo corruptible, y deseche la gloria
que pronto ha de manifestarse.

Si tú, lector, has sido uno de los que te has dejado engañar; arrepiéntete
y ten el anhelo ardiente que la creación tiene y manifiesta con dolores
de parto; el anhelo de la manifestación gloriosa de los hijos de Dios que
le darán descendencia santa, viva y pura a Dios, para que lo alaben
eternamente y para siempre.

En este recorrido que hemos hecho estamos conociendo a nuestro Dios


Todopoderoso mediante sus atributos. Es importante que los
entendamos y los creamos espiritualmente y NO racionalmente. La
Iglesia de Cristo ha cometido el pecado de leer la Biblia con la lógica

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 83


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

humana que es limitada, que está sujeta al espacio-tiempo restringido.


Es paradójico, pero la mayoría de las iglesias ha estado leyendo la Biblia
con una mente natural y ha encajado al Dios vivo infinito en sus moldes
racionales, naturales y de la lógica humana.

¡¿Cómo se puede comprender el Reino Eterno desde la actual


perspectiva terrenal?! ¡¿Cómo se puede asimilar el Reino Eterno desde
la perspectiva corruptible y mortal?!

Por esta perspectiva corruptible y mortal que la Biblia llama “natural” es


que a muchos les parece imposible la resurrección de los muertos, la
glorificación del cuerpo, pensar en que vamos a tener un cuerpo distinto
que va a poder volar, trasladarse de un lugar a otro a velocidades
inimaginables, que va a traspasar paredes, un cuerpo que no necesitará
alimento ni líquido para existir, un cuerpo indestructible; en suma, un
cuerpo a la semejanza del cuerpo resucitado y glorificado de nuestro
Señor Jesucristo.

A muchos les parece insólito e imposible pensar que vamos a poblar el


universo, que la Tierra Nueva no va a tener límite, que va a extenderse
infinitamente, como los Cielos Nuevos infinitos que también se
extenderán, porque en dicha Tierra Nueva habitará Dios, pues Él ha
prometido que morará con su pueblo y que la Nueva Jerusalén, que NO
tiene medidas humanas de esta tierra, descenderá del Tercer Cielo; por
tanto, los Cielos de los cielos que no pueden contener al Dios vivo
estarán unidos a la Tierra Nueva que Él hará y donde se manifestará
plenamente su eterno poder y deidad.

Berea 84
El principio vicario y la promesa principal: La descendencia santa multiplicada
eternamente

A muchos les parece imposible pensar en que la humanidad santa, sin


pecado y sin muerte, con sus cuerpos glorificados se multiplicará y
fructificará eternamente y para siempre en la Tierra Nueva y los Cielos
Nuevos, para alabanza, gloria y loor al Dios Todopoderoso para quien
nada es imposible.

A la gran mayoría le parece imposible creer que por la descendencia


adoradora eterna es que Dios creó a los seres humanos como seres
distintos a los ángeles, por lo que nunca seremos idénticos a los
ángeles, nunca seremos iguales a los ángeles, pues en lo único en que
seremos semejantes es en tres cosas: seremos hijos de Dios para
siempre, en que nunca moriremos, seremos inmortales y eternos para
siempre y en que viviremos con Dios para siempre, en su presencia. Y
por estas tres cosas es que Jesús consumó su obra vicaria: encarnó,
murió, resucitó, fue glorificado y ascendió al Tercer Cielo. Y de la misma
manera, las primicias de Dios, la iglesia, resucitaremos, seremos
glorificados y ascenderemos al Cielo el día del Arrebatamiento de la
Iglesia. Y este día está a la puerta ¡Aleluya!

La gran mayoría de las iglesias niega todas estas verdades (Y


ciertamente son verdades al estar escritas en la Biblia, la poderosa
Palabra de Dios), porque dichas iglesias se han vuelto saduceas y
fariseas, se han aferrado a esta Tierra postdiluviana, al mundo y su
estructura.

El objetivo principal y último del principio vicario es la descendencia


santa multiplicada eternamente. Cristo murió para ver esta

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 85


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

descendencia y reinar sobre ella en las naciones benditas que se


multiplicarán para siempre. Esto se confirma en Isaías 53: 10-11:

10
Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando
haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos
días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
11
Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento
justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.

El principio vicario nos permite darles respuesta a las siguientes


preguntas:

- ¿Para qué padeció y murió Cristo?: Para ver el linaje bendito, la


descendencia santa, multiplicada por la eternidad. Esto afirma
Isaías 53: 10.
- ¿Para qué encarnó, padeció y murió Cristo?: Para recibir como
herencia las naciones benditas, santas (Sal 2: 7-8); para que el
plan de Dios y todas sus promesas se cumplieran.
- ¿Para qué padeció, murió y resucitó Cristo? Para que nosotros
seamos resucitados y glorificados, a fin de darle a Dios una
descendencia santa (Mal 2: 1).

La pregunta es: ¿Tú tienes todo tu corazón, tu alma, tu espíritu, tu


mente, abiertos a todas estas verdades que las Escrituras enseñan?,
¿Estás leyendo la Biblia con la mente natural como el hombre natural
que no discierne espiritualmente? O, ¿Estás leyendo la Biblia con la
mente de Cristo, con el discernimiento espiritual, con la perspectiva
eterna, con la fe que nos será contada por justicia, con la certeza y la

Berea 86
El principio vicario y la promesa principal: La descendencia santa multiplicada
eternamente

convicción de lo que Dios le dijo a Abraham: “Yo soy el Dios


Todopoderoso”? Porque si crees, entonces estás obedeciendo lo que
Dios también le dijo a este siervo: “Anda delante de mí y sé perfecto”,
“sé santo porque yo soy santo”.

4.1 El principio vicario y el nombre nuevo de los glorificados

La Palabra de Dios enseña que nuestros nombres van a ser confesados


delante del Padre y de los ángeles. ¿Por qué razón nuestros nombres
también son confesados por el Señor Jesucristo, delante de los
ángeles? El Señor Jesucristo hace esta promesa también en Lucas 12:
8:

8
Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo
del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios…

Para dar respuesta a la pregunta, vamos a escudriñar el capítulo 2 de


Hebreos en el cual se habla de la superioridad del Señor Jesús sobre
los ángeles. Y en este capítulo 2 se explica que esta superioridad se
debe a dos razones, veamos: (1) Jesús es Dios y por eso es superior a
los ángeles. (2) Jesús encarnó en un ser humano, consumó su obra
redentora, y por eso es superior a los ángeles. Estas dos razones se
entrelazan en Hebreos 1: 2-3; leamos:

2
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de
todo, y por quien asimismo hizo el universo;
3
el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y
quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 87


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la


Majestad en las alturas…

Es de notar que desde el versículo 2 se entrelazan la deidad de Cristo


y su encarnación como hombre; cuando dice que el Hijo fue constituido
heredero de todo, se refiere a la humanidad de Cristo, al Cristo
encarnado; cuando se afirma que a través de Cristo se creó el universo,
se refiere a su deidad. En el versículo 3 ocurre lo mismo: cuando dice
que Cristo es el resplandor de la gloria y la imagen misma de la
sustancia del Padre, que sustenta todas las cosas con la Palabra de su
poder, se refiere a Cristo como Dios; y cuando dice que efectuó la
purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, y se sentó a
la diestra de la majestad en las alturas, se refiere a la encarnación de
Cristo y su obra redentora incluyendo su resurrección, glorificación y
ascensión.

Leamos ahora Hebreos 1: 5 - 6:

5
Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:
Mi Hijo eres tú,
Yo te he engendrado hoy,
y otra vez:
Yo seré a él Padre,
Y él me será a mí hijo?
6
Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice:
Adórenle todos los ángeles de Dios.

En el versículo 5, se habla de la encarnación de Cristo con la cita del


Salmo 2 versículo 7; y en el versículo 6 de Hebreos 1, se vuelve a referir
a la encarnación de Cristo cuando dice que Dios introdujo al Primogénito

Berea 88
El principio vicario y la promesa principal: La descendencia santa multiplicada
eternamente

en el mundo; pero también se refiere a Jesús como Dios cuando dice


“Adórenle todos los ángeles de Dios”3 . Veamos esto en la siguiente
tabla:

Tabla 3

Cristo como Dios y como hombre

Nótese que se está hablando tanto de la deidad de Cristo y de su


encarnación en hombre; y por estas dos razones Cristo es superior a
los ángeles. Ahora bien, en cuanto a la deidad del Señor, no hay
problema en comprender la superioridad de Cristo, pero en cuanto a la

3
Es claro que cuando Jesús encarnó no dejó de ser Dios; Él fue cien por ciento hombre y cien por
ciento Dios, por tanto, en su encarnación o engendramiento, también debe ser adorado por los
ángeles.

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 89


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

encarnación, surge la pregunta: ¿por qué la encarnación de Cristo, su


obra redentora finalizada, implica que Él sea superior a los ángeles, si
su deidad es suficiente para ser superior a estos?

La respuesta a esta pregunta se relaciona con nosotros, la Iglesia. En


la comparación que hace el autor de Hebreos entre el Señor Jesucristo
y los ángeles, también podemos vislumbrar poco a poco la respuesta a
la pregunta anterior y a la pregunta de ¿por qué Cristo confesará
nuestros nombres delante de los ángeles?

Primero que todo, la comparación que hace el autor del libro de Hebreos
entre los ángeles y el Señor Jesucristo no es con respecto al Señor
como Dios, porque Él es incomparable. Es imposible que se pueda
comparar a los ángeles con Dios, porque el Señor los creó a ellos. En
Isaías 40: 25 dice: “¿A qué, pues, me haréis semejante o me
compararéis? dice el Santo”. Por esta razón es que el autor de Hebreos
hace énfasis en la deidad de Cristo. No obstante, en Hebreos capítulo
1 sí hay una comparación entre Jesús y los ángeles, y esta comparación
es con el Cristo encarnado, el Cristo en su humanidad, y al ser nuestro
sustituto, por su obra vicaria, el autor de Hebreos está finalmente
comparando los hombres salvos con los ángeles.

Cuando en Hebreos 1: 2 dice que Cristo fue constituido heredero de


todo, se refiere a lo que conquistó con su obra redentora, las promesas
en favor de los hijos de Dios que son salvos por Él. Al ser Cristo
heredero, también lo somos nosotros, pues dice la Palabra que Él nos
ha dado herencia eterna, promesas eternas, y a Abraham le prometió

Berea 90
El principio vicario y la promesa principal: La descendencia santa multiplicada
eternamente

que sería heredero del mundo por la justicia de la fe como dice Romanos
4: 23. Y dentro de la herencia de la que habla el autor de Hebreos está
la del nombre; leamos Hebreos 1: 4:

4
… hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que
ellos.

En este versículo, se está hablando del Cristo encarnado, de su


humanidad y no de Cristo como Dios, de su deidad; esto lo sabemos
porque Cristo no es criatura, no fue hecho4 superior a los ángeles, pues
Él es Dios sin principio ni fin, Él es eterno e hizo a los ángeles; por tanto,
nunca pudo ser hecho superior a los ángeles. Resumamos la
enseñanza: Cristo en su encarnación como hombre, al triunfar en su
obra redentora, heredó un mejor nombre que los ángeles para darnos
ese mejor nombre que ellos, porque Cristo es nuestro sustituto, por su
obra vicaria. Y al haber hecho esto, el Señor nos ha dado un más
excelente nombre que los ángeles, por tanto, nos hará superior a ellos
el día que seamos resucitados y glorificados. Por esta razón, Cristo
confesará nuestros nombres, el nombre nuevo, el más excelente
nombre, delante de los ángeles. Y en ese mismo momento en que el
Señor confiese nuestro nombre delante del Padre, recordemos que
seremos ungidos como sacerdotes-reyes, el sacerdocio real, porque el
Cristo encarnado, como hombre, fue ungido más que los ángeles; por
tanto, nosotros, la Iglesia será ungida; esto es lo que dice Hebreos 1: 9,
leamos:

4
El verbo en griego para “hacer” (“fue hecho”) es ginomai que significa “surgir, ser hecho”.

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 91


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

9
Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, Por lo cual te ungió Dios, el Dios
tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros.

Estos compañeros se refieren a los ángeles que estarán el día de la


ceremonia en el Cielo, cuando nuestros nombres sean confesados
delante del Padre y delante de ellos. Ahora bien, en este momento no
tenemos toda esta bendición de ser superiores a los ángeles, de tener
un más excelente nombre, de ser ungidos más que ellos, por causa de
la muerte que habita en nosotros; pero el día de la resurrección y la
glorificación de nuestros cuerpos en el tiempo del Arrebatamiento,
evento que está a la puerta, obtendremos toda esta gran bendición, toda
esta herencia; por ello, Hebreos 1: 13 dice:

13
Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi diestra, Hasta que
ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?

El Cristo vivo está sentado a la diestra del Padre como nuestro Sumo
Sacerdote, como vencedor, garantizando nuestras promesas y herencia
de la descendencia santa multiplicada por la eternidad, la Tierra Nueva
y los Cielos Nuevos y el gobierno eterno con el reinado y el sacerdocio.
El día del Arrebatamiento, el último enemigo, que es la muerte, estará
bajo nuestros pies, por cuanto Cristo, nuestro sustituto, la venció al
resucitar con un cuerpo glorificado incorruptible para nunca más ver
muerte. ¡Aleluya!

Ahora bien, hay algo más: Nuestros nombres serán confesados delante
de los ángeles, porque tenemos más excelente nombre que ellos, por

Berea 92
El principio vicario y la promesa principal: La descendencia santa multiplicada
eternamente

cuanto seremos superiores a ellos, gracias a Cristo, y también porque


ellos serán servidores de la descendencia multiplicada por la eternidad
en la Tierra Nueva y los Cielos Nuevos; leamos Hebreos 1: 7:

7
Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus
ministros llama de fuego.

En este versículo, dice el Señor que Él convierte a los ángeles en


espíritus, es decir, les ha dado una función que se aclara en Hebreos 1:
14, leamos:

14
¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que
serán herederos de la salvación?

Estos espíritus ministradores son los ángeles, como se comprueba en


Hebreos 1: 7; y dice este versículo 14 que son puestos para servicio a
favor de los herederos de la salvación, es decir, nosotros, la Iglesia
santa. Nuestros nombres serán confesados delante de los ángeles,
porque ellos servirán a los hijos de Dios hechos a imagen y semejanza
de Dios que heredarán todo lo que Cristo ganó al encarnar, pagar el
precio por nuestros pecados y resucitar glorificado, porque esta obra
vicaria la hizo en favor nuestro. Dios hizo los millones de millones de
ángeles para adorarle y servirle; y en su infinito amor nos ha concedido
que los ángeles nos sirvan a nosotros, y a toda nuestra descendencia
multiplicada eternamente, la cual le adorará y le servirá al Señor por los
siglos de los siglos. Y todo esto es porque no son los ángeles los
herederos, sino nosotros por Cristo; por ello dice Hebreos 2: 5-7:

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 93


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

5
Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos
hablando;
6
pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo: ¿Qué es el hombre, para que te
acuerdes de él, O el hijo del hombre, para que le visites?
7
Le hiciste un poco menor que los ángeles, Le coronaste de gloria y de honra, Y le
pusiste sobre las obras de tus manos…

Al final del versículo 7 del capítulo 2, Pablo se refiere a la glorificación y


ascensión de Cristo al finalizar su obra vicaria, cuando dice: “Le
coronaste de gloria y de honra, / Y le pusiste sobre las obras de sus
manos”. Esto se refiere a la recuperación del gobierno, del sacerdocio
y el reinado, que perdió el primer Adán por su pecado, pero que
recuperó el Segundo Adán, Cristo, con su obra redentora en favor
nuestro; leamos Hebreos 2: 9:

9
Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús,
coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por
la gracia de Dios gustase la muerte por todos.

El Reino venidero, el mundo venidero, estará sujeto a los hombres


salvos y a toda su descendencia multiplicada eternamente, estando
Dios como la cabeza del Reino Eterno; y la Iglesia tiene un lugar de
privilegio por ser la esposa del Cordero, del Cristo vivo, quien es su
cabeza y a quien está sujeto todo, como dice Colosenses 1: 16-18:

16
Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que
hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados,
sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
17
Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;
18
y él es la cabeza del cuerpo que es la Iglesia, él que es el principio, el primogénito
de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia.

Berea 94
El principio vicario y la promesa principal: La descendencia santa multiplicada
eternamente

Este es el amor, la gracia y la misericordia infinitas del Señor quien


decidió en su soberanía socorrer a la descendencia de Abraham, es
decir, los que son de la fe, los salvos en Cristo; Hebreos 2: 16 dice:

16
Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia
de Abraham.

Los millones de millones de ángeles servirán por la eternidad en el


Reino Eterno, en todo el universo nuevo que será poblado por los hijos
de Dios y sus descendientes con ellos, el linaje bendito del Señor. Por
tanto, es necesario que nuestros nombres sean confesados delante de
los ángeles, los cuales servirán a los herederos de la salvación.

4.2 El principio vicario y el cumplimiento de las fiestas levíticas

Las siete fiestas levíticas las cumplió el Señor vicariamente. Para el


caso de la Iglesia nos hacen falta tres: la Fiesta de las Trompetas, el
cierre del Pentecostés y la Fiesta de los Tabernáculos, porque la Fiesta
de la Expiación ya se cumplió en nosotros, a través de Cristo quien expió
nuestros pecados (Heb 2: 17).

El hecho de que se haya cumplido la Expiación para nosotros, lo cual


se explica en el libro de Hebreos, es un punto de partida y nos lleva a la
pregunta: ¿por qué el libro de Hebreos hace énfasis en el día de la
Expiación? Nuestra Expiación es Cristo, es decir, que el día de la
Expiación ya se cumplió en nosotros. El sacrificio de Cristo fue la
Pascua, y de hecho en los Evangelios se relaciona con esta. El mismo
apóstol Pablo dice que nuestra Pascua es Cristo (1 Co 5: 7). No

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 95


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

obstante, el libro de Hebreos no habla de la Pascua, sino del día de la


Expiación, para señalarnos que Cristo cumplió las siete fiestas
vicariamente, y la Iglesia recibe los beneficios; y a su vez, puede
observar el calendario profético.

La obra redentora de Cristo es vicaria en la encarnación, por cuanto fue


un engendramiento santo y señala la descendencia santa que vamos a
tener por la eternidad; es vicaria en sus padecimientos y muerte, porque
la Iglesia también tenía que padecer, y además en esos padecimientos
el Señor fue perfeccionado dice el libro de Hebreos hacia la muerte y la
muerte de Cristo significó nuestro triunfo sobre el pecado, porque Él
mató al pecado en su cuerpo. No obstante, también la muerte de Cristo
vicariamente nos señala cómo tenemos que morir, porque estamos
muertos en Cristo, dice la Escritura. Nuestra vida pasada está sepultada
con Él. Y la resurrección de Cristo vicariamente implica nuestra
resurrección, de los que durmieron y de nosotros también, porque la
muerte va a salir de nosotros. La Ascensión de Cristo, en términos
vicarios, señala el Arrebatamiento de la Iglesia.

Aquí se observa la aplicación total del principio vicario. La obra de Cristo


fue vicaria totalmente desde su engendramiento de Cristo hasta su
llegada a la ciudad celestial, y de la misma manera la Iglesia lo va a
hacer.

Las fiestas se aplican a Israel y a la Iglesia de manera distinta, aunque


se relacionan; por ejemplo, la Fiesta de Pentecostés y de las Trompetas
son bendición para nosotros, pero son juicio para Israel. Es necesario

Berea 96
El principio vicario y la promesa principal: La descendencia santa multiplicada
eternamente

que ahora veamos cómo las siete fiestas fueron cumplidas por Cristo de
manera vicaria, para que su Iglesia las cumpliera de igual manera, pero
también para mostrar el tratamiento del Señor hacia Israel.

Figura 2

Fiestas levíticas que cumplió y cumplirá Cristo.

En cuanto a la Iglesia, la aplicación de las fiestas levíticas no siguen el


mismo orden, porque, de hecho, la Fiesta de la expiación ya se cumplió.
La Fiesta de los panes sin levadura se remite al pan santo, el cuerpo
santo de Cristo, el cual fue ofrecido por nosotros; pero a la vez señala
la santidad de la Iglesia. La fiesta de las Primicias de la cebada se
cumplió, porque el Señor resucitó y su resurrección es la primicia de la
resurrección de la Iglesia; y la Fiesta de Pentecostés se cumplió también
en nosotros por cuanto la Iglesia nació en Pentecostés.

Ahora bien, como el Pentecostés no se ha cerrado, por cuanto falta que


se eleve la ofrenda en el Arrebatamiento, las tres fiestas que faltan se

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 97


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

van a cumplir dentro de Pentecostés: la del las Trompetas,


Tabernáculos, porque vamos a ir a las moradas celestiales, las sukas,
en la Nueva Jerusalén. El orden aquí no es el mismo, que para el caso
de Israel que hay un orden definido estricto dado en la Ley.

Berea 98
Índice de tablas y figuras

ÍNDICE DE TABLAS
Tabla 1 Cristo nuestro sustituto ............................................................................... 6
Tabla 2 Expresiones que revelan el Principio vicario en las Escrituras ................... 8
Tabla 3 Cristo como Dios y como hombre ............................................................. 89

ÍNDICE DE FIGURAS
Figura 1 Los gentiles e Israel ................................................................................. 26
Figura 2 Fiestas levíticas que cumplió y cumplirá Cristo ....................................... 97

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 99


El principio vicario: por qué y para qué murió Cristo

REFERENCIAS

Ferrer, G., Rodríguez, Y. (2023). Los nombres de la Perversa.

Ferrer, G., Rodríguez, Y. (2021). El Reino Eterno: Descendencia, Tierra


y Gobierno. Ediciones Berea.
https://www.ministeriobereabarranquilla.com/el-reino-eterno

Ferrer, G., Rodríguez, Y. (18 de agosto de 2020). Preparados para la


venida del Rey (38 parte).
https://www.ministeriobereabarranquilla.com/preparados-para-la-
venida-del-rey

Ferrer, G., Rodríguez, Y. (3 de noviembre de 2020). Preparados para


la venida del Rey (49 parte).
https://www.ministeriobereabarranquilla.com/preparados-para-la-
venida-del-rey

Ferrer, G., Rodríguez, Y. (16 de noviembre de 2020). Preparados para


la venida del Rey (51 parte).
https://www.ministeriobereabarranquilla.com/preparados-para-la-
venida-del-rey

Berea 100
Índice de tablas y figuras

Gabriel Ferrer Ruiz • Yolanda Rodríguez Cadena 101

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