Pactos
Pactos
Pactos
Dios
Creación
Salvación
a) Dios:
Su existencia:
Su Naturaleza:
Su Carácter:
Estos son las aspectos principales de lo que la Biblia habla acerca de Dios,
que El existe, que lo podemos conocer, lo que es y como es, como debemos
acercarnos a El y que El decidió todo lo habría de suceder desde antes de la
fundación del mundo.
b) La creación original:
La Biblia nos dice que Dios hizo todas las cosas que hay en seis días literales,
según su propia voluntad y para su propia gloria. Ella nos dice que Dios
gobierna al mundo en su providencia y que el hombre, creado a su imagen y
semejanza, es la corona de la creación de Dios. La Biblia también nos dice
que el pecado ha distorsionado la imagen de Dios en el hombre y ha
deformado a toda la creación a través del hombre; nos dice que Dios tiene
misericordia sobre la creación original y es bueno para con todos, esto es lo
que llamamos gracia común, lo cual es gracia para los hombres y los animales
y bondad hacia el bueno y hacia el malo, que hace salir su sol sobre justos e
injustos.
En resumen, la bíblica nos habla sobre la creación original; que Dios la hizo y
la administra, que el hombre es la corona de la creación, que el pecado
distorsionó la imagen de Dios en el hombre y que Dios es tolerante y bueno
con su creación original.
c) La Salvación:
¿Qué es un pacto?
a) Los pactos de Dios son promesas verbales hablada a los hombres en lenguaje
humano.
b) Los pactos de Dios son más que simple o meras promesas, son promesas
solemnes, confirmadas y hechas firmes por un juramento.
• Salmos 89: 3, 34,35. Estos textos presentan de manera clara que la esencia
del pacto que hizo Dios con David su siervo escogido es una promesa que
El confirmó e hizo firme con juramento: “He hecho pacto con David mi
siervo con juramento”. También dice: “No olvidare mi pacto ni mudare lo
que a salido de mis labios una vez he jurado por mi santidad y no mentiré
a David”.
• Deuteronomio 29:10-14. Este pasaje nos habla del pacto mosaico entre
Dios y el pueblo de Israel. Dios le esta hablando a la generación de
Israelitas que estaba en el desierto con la cual se hizo un pacto llamado en
la Escritura antiguo pacto. Cuando Israel entró en el pacto y en el
juramento que Jehová le hizo, ellos se convirtieron en el pueblo de Dios:
“Para confirmarte hoy como su pueblo y para que El te sea a ti por Dios
de la manera que El te ha dicho y prometió con juramento o le juro a tu
padre Abraham. Y no solamente con vosotros hago yo este pacto y este
juramento sino con...”, así que se nota la conexión intima entre un pacto y
un juramento.
• Hechos 3:25: “Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que
Dios hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham: En tu simiente serán
benditas todas las familias de la tierra”. Dos cosas son claras: primero,
Dios promete a Abraham que en el serian benditas todas las naciones;
segundo, el autor divino le llama a esta promesa un pacto. ¿Dónde esta el
juramento? En Génesis 22:16-18 podemos ver el contexto cuando Dios
dio esta promesa a Abraham. Es interesante notar de que allí no
encontramos la palabra pacto, pero si la palabra juramento: “Por mi mismo
he jurado”. ¿Qué es lo que Dios promete con juramento a Abraham? “En
tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto
obedeciste a mi voz” (v. 18). Es a esto que el autor divino le llama pacto
en Hechos 3:25.
• Génesis 9:8-17. Vemos aquí que Dios esta haciendo un pacto con Noé y
su familia. La esencia o sustancia de este pacto esta en el verso 11:
“Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne
con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra”. Es
claro que hay un pacto, pues se menciona explícitamente. Es interesante
notar que aquí no se usa la palabra juramento, pero cuando leemos Isaías
54:9-10, vemos que si lo hubo: “Porque esto me será como en los días de
Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la
tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré”.
¿Hay un pacto entre Dios y Jesús? ¿Ha hecho Dios alguna vez una promesa
juramentada a Jesús con juramento?
c) Los pactos de Dios son promesas solemnes, donde El dispone su favor y buena
voluntad.
Estas promesas de Dios son todas promesas de hacer el bien, no son amenazas ni
maldiciones. Algunas veces Dios jura en su ira “He jurado en mi ira no entraran
en mi reposo”, pero esto no es un pacto, porque en el pacto Dios siempre expresa
la buena voluntad, bendición, favor, fe, gracia, lo opuesto a ira u hostilidad.
• Génesis 6:8. La humanidad había llegado al colmo de la maldad, lo que
suscitó la santa ira de Dios a tal punto, que Dios se arrepintió de haber
hecho al hombre y decidió raer de la tierra a todo ser humano: “Rearé de
sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, pues me arrepiento
de haberlos hecho”. Pero Noé halló gracia o favor ante los ojos de Dios.
El preservó a Noé, no lo destruyó. Es en este contexto que Dios hace un
pacto con Noé. Dado que Noé anduvo rectamente delante de Dios, Dios le
ofrece su favor y su buena voluntad, lo opuesto a ira.
d) Algunos de los pactos de Dios tienen símbolos visibles asociados con ellos,
pero no todos. En el caso del que Dios hizo con Noé y su familia el símbolo fue
el arco iris, que sirve como recordatorio de la promesa.
En resumen, los pactos de Dios son promesas solemnes, donde Dios, por medio
de un juramento, promete su favor y buena voluntad hacia un siervo justo o hacia
una comunidad redimida. La esencia de un pacto son entonces las promesas
verbales y solemnes del favor y la gracia de Dios hacia los hombres.
III. Características de los Pactos Divinos
2- Al hablar de siete pactos como los más importantes, los pactos de Dios revelan
pluralidad numérica.
4- Los pactos de Dios manifiestan perpetuidad orgánica, pues los pactos del
siervo justo, por lo menos de manera implícita, son una bendición no solo para el
siervo, sino también para sus descendientes. En el caso de una comunidad o una
sociedad, explícitamente incluyen una bendición a la posteridad. En el caso del
pacto mesiánico y el nuevo pacto, como Jesús no tiene hijos físicos, incluye una
posteridad espiritual.
5- Los pactos de Dios manifiestan unidad evangélica. Cada pacto esta revelando
algo más del plan de salvación del pecado por Jesucristo y mientras la historia va
pasando y sucediendo la revelación del evangelio tiene luz que va en aumento y
eficacia.
IV. La Identidad de los Pactos Divinos
1- El pacto con Jesús, que Él seria sacerdote para siempre según el orden de
Melquisedec.
2- El Nuevo Pacto, hecho con la comunidad redimida del pecado: el Israel
cristiano, los discípulos de Cristo, la iglesia cristiana.
c) La forma dual de los pactos de Dios. Hay dos tipos de pactos que Dios hace:
Los que El hace con un siervo justo y los que El hace con una comunidad
redimida. Todos los grandes pactos entran dentro de una de estas categorías.
• Génesis 9:9-10. En este pasaje el pacto no es solamente con Noé, sino que
este abarca a toda la comunidad que salió del arca, incluyendo a los
animales. ¿Qué tenían Noé, su familia y los animales en común? Ellos
eran una comunidad que estaba dentro del arca. Así que, fue establecido
con todos el que estaban en el arca, hombres y animales y sus
descendientes para siempre. ¿Qué experimentaron la familia de Noé y los
animales que estaban en el arca? Ellos experimentaron salvación. 1 Ped.
3:20 nos dice que Dios salvó de las aguas del diluvio a Noé, a su familia y
a los animales que estaban dentro del arca. No lo salvó del infierno,
porque los animales no van al infierno; tampoco lo salvó del pecado,
porque los animales no pecan. Fueron salvados por Dios de morir
ahogados en las aguas del diluvio. Ellos fueron una comunidad salvada
por Dios del diluvio, el cual representaba la ira de Dios y que trajo
destrucción a todo el mundo.
De forma similar tenemos el pacto con Israel. Se trata de un pacto con una
comunidad redimida, pero no del pecado ni del infierno, sino de la esclavitud en
Egipto.
• Éxodo 3:8: “y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y
sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye
leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del
ferezeo, del heveo y del jebuseo”. Aquí nos dice que él fue a librarlos, a
salvarlos, a rescatarlos de los egipcios.
• Éxodo 14:30: “Así salvó Jehová aquel día a Israel de mano de los
egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar”.
• Judas 5: “Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el
Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después
destruyó a los que no creyeron”.
Ellos no fueron salvados del pecado por la fe sino que fueron salvados de las
aguas del diluvio y de la esclavitud en Egipto. Tanto la salvación de las aguas del
diluvio como la de la esclavitud en Egipto son una ilustración de una tercera vez
en que Dios interviene en la historia para salvar a una comunidad y esa es la
comunidad que Dios salva del pecado en Cristo Jesús: “Y dará a luz un hijo, y
llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”
(Mat. 1:21).
El pacto Abrahamico
El Antiguo Pacto
El pacto Davídico
El pacto Mesiánico
El Nuevo Pacto
Todos estos pactos son llamados por Pablo en Efesios 2:12 como los pactos de
la promesa, de los cuales los gentiles eran extraños, pero ahora participantes en
Cristo. Si le perteneces a Jesús, eres simiente de Abraham; aunque no seas
descendiente físico de Abrahán, eres su hijo espiritual y heredero según la
promesa, aun cuando no seas descendiente físico: Gálatas 3:29: “Y si vosotros
sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la
promesa”.
Hay otros dos pactos que Dios hizo en la historia. Primero, antes del diluvio, hizo
un pacto con Noé su siervo justo (Gn. 6:18) y después del diluvio con la
comunidad redimida en el arca (Gn. 9:16-18).
1- El primer pacto hecho con una comunidad para salvar toma lugar después del
diluvio y es conectado con su siervo justo Noé. Lo podemos ilustrar de la
siguiente: El siervo justo (SJ) esta conectado directamente con la comunidad
salvada (CS). Esta es la primera economía y todo lo demás toma lugar dentro
de esta, de generación en generación, desde el diluvio hasta el fuego, cuando
este mundo sea quemado. Todos aquellos que tienen vida hoy son
descendientes de Noé y están en un pacto con Dios por su conexión con Noe.
Se trata del mismo pacto que hizo con Noé y todos los que salieron del arca,
cuya señal es el arco iris.
¿Por qué? Porque Dios ha dado las Escrituras a su pueblo. Cuando redimió a
su pueblo en Egipto y estableció con ellos el Antiguo Pacto, les dio un cuerpo
de revelación en su idioma y cuando redime a su pueblo del pecado haciendo
con ellos un Nuevo Pacto, agregó un cuerpo adicional de revelación llamado
el Nuevo Testamento en griego, el lenguaje común del pueblo en Aquellos
días. Es por eso que tenemos hoy un Antiguo Testamento y un Nuevo
Testamento en una Biblia. Una Biblia porque es un solo pueblo de Dios y dos
Testamentos de revelación porque Dios hizo dos pactos con su pueblo,
primero el antiguo con el Israel hebreo y luego el nuevo con el Israel cristiano
y por eso la teología del pacto explica la estructura de la Biblia. Una Biblia y
dos partes, un pueblo de Dios y dos pactos (Nuevo y Antiguo).
“Y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne
que hay sobre la tierra” (Gn. 9:16).
Todos estos pactos están unidos por un evangelio común y esto se revela primero
inmediatamente después de la caída cuando Dios dice “pondré enemistad entre ti
y la mujer y entre tu simiente y la simiente tuya esta te herirá en la cabeza y tú la
herirás el calcañar”. Aquí hay una promesa comúnmente llamada PACTO DE
GRACIA, promesa de la destrucción del diablo y de la redención a Eva y a sus
hijos espirituales por la obra del Cristo, la simiente de la mujer.
Así que desde el principio tenemos una promesa evangélica que une todos
estos tratados de gracia. Desde el mismo principio, inmediatamente después de
la caída, los hombres han sido salvados solo de una manera: por gracia mediante
la fe en el Señor Jesucristo, quien es la simiente de la mujer y quien habría de
destruir la obra del diablo. Esta promesa tuvo lugar mucho antes de cualquiera de
estos pactos y los une a todos, siendo el cumplimiento de esa bendita promesa de
que El enviaría a su Hijo y aplicaría redención a los descendientes espirituales de
Eva.
Esta es la ilustración teológica de los pactos de Dios. Los pactos de Dios tienen
una estructura de benevolencia, un fundamento evangélico (Génesis 3:15) y un
enfoque de redención, la redención del pueblo de Dios primero de Egipto y luego
del pecado.
Unidad 1: El Eterno Consejo de Redención
“Sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin
contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo” (1 Ped.
1:19-20).
Estas palabras nos abren las puertas al gran misterio ya mencionado: el eterno
consejo de Dios. Este eterno consejo esta relacionado a Cristo y su obra redentora
e incluye al Dios Trino y a todas las relaciones eternas entre sus integrantes.
Efesios 1:11 nos dice: “En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido
predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el
designio de su voluntad”. La idea plasmada en el pasaje es que todo lo que
sucede, lo que Dios hace en la historia, fue lo mismo que el decidió y planeó
hacer en la eternidad pasada, es decir, desde antes de la fundación del mundo.
Por tanto, todo lo que Cristo hace en la historia para redimirnos no es un plan B
en la mente de Dios, sino que es exactamente lo que El había decretado con
relación a Cristo en la eternidad pasada.
Así que el pasaje sugiere primeramente que Dios el Padre mandó a Dios el Hijo
para completar una redención que ya habían planificado y lo hizo a través de su
encarnación, su ministerio público, su vida perfecta y su muerte expiatoria en la
cruz. Luego Dios lo levantó de los muertos y lo sentó en gloria a Su diestra con
el propósito de aplicar por medio del Espíritu Santo la redención a su pueblo y
desde allí vendrá al fin del mundo para completar la redención de aquellos que en
El esperan. Todo esto que Cristo hizo, hace y hará en el marco de la historia son
exactamente las cosas que Dios el Padre ha decretado o planificado, pues “El
hace todas las cosas según el designio de su voluntad”.
¿Quien conoce mejor la misión del Hijo que el propio Hijo? Vamos entonces a
empezar con la descripción que El mismo da acerca de la misión y comisión de
redención.
• Juan 14:25-26: “Os he dicho estas cosas estando con vosotros. Mas el
Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre,
él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he
dicho”. El Padre decidió en la eternidad mandar al Espíritu. En este
aspecto del consejo eterno el Espíritu Santo da al Padre tomar la decisión
de enviarle a su pueblo.
Juan 5:26-29: “De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando
los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. Porque
como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida
en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo
del Hombre. No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los
que están en los sepulcros oirán su voz y los que hicieron lo bueno, saldrán a
resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de
condenación”. El Padre le ha dado al Hijo autoridad en Si mismo para juzgar a
todos los hombres. El Padre enviará al Hijo a juzgar al mundo en el día final.
Esto es exactamente lo que decidió hacer desde antes de la fundación del mundo
y eso es exactamente lo que hará: “está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos” (CA). Hay muchos otros
pasajes que confirman lo que se ha dicho:
Isaías 42:1-4
Isaías 49:6
Isaías 53: 4, 7,10-12
Filipenses 2: 5, 7,9
Salmos 110:4
II. Un Sumario de la Enseñanza Bíblica sobre el Eterno Consejo de
Redención.
El consejo eterno es un aspecto del decreto de Dios y por lo tanto tiene todas las
características del decreto de Dios y debemos considerarlo como una decisión
de la voluntad de la Trinidad. O sea que el consejo eterno de redención surge
de la facultad que Dios tiene en su voluntad y en este consejo las tres personas se
relacionan según sus cualidades distintivas. En Efesios 1:11 la palabra traducida
como “Designio” es la palabra griega “Boule”, la cual significa “una decisión o
un plan de acción”. Este plan de acción es el plan que Dios en su soberana
voluntad decidió hacer. Es por eso que utilizamos la palabra “consejo” y es por
eso se dice que es un plan de acción diseñado y decidido por el Ser Supremo en
la función decretiva de su voluntad. Y este plan fue determinado, diseñado y
decidido desde antes de la fundación del mundo en su eterno decreto. Por lo
tanto, el consejo eterno de redención es incondicional, inmutable, invencible,
inmaculado y también es incomprensible.
¿Como es que tres personas que tienen la misma voluntad toman decisiones?
¿Cómo se relacionan las personas divinas con esta decisión? Esto es
imposible de ilustrarse porque no existe otra condición tri-uni-personal, pero
como el Hijo habla de estas cosas es necesario considerarlas, reconociendo
que nos paramos en el borde de un precipicio divino, totalmente
incompresible para nosotros. Por lo tanto, con reverencia miremos y
contemplemos la gloria divina en este aspecto revelada en las Escrituras. Hay
ciertas ideas expresadas con cierta claridad por Dios el Hijo en los pasajes
que ya hemos visto.
Las Escrituras dicen que el Padre dio, asigno y confió un pueblo al Hijo.
Luego El Padre envió al Hijo (lo comisionó). Estos pasajes adscriben decisión
en el Padre y deferencia en el Hijo, pero noten cuidadosamente que esta
deferencia no es una subordinación eterna de la volunta del Hijo a la voluntad
del Padre, pues el Padre y el Hijo no tienen diferentes facultades de voluntad
(son uno). Desde antes de la fundación del mundo hay solo una voluntad, la
voluntad del Padre y la del Hijo. La voluntad de ambos se relaciona con la
decisión del consejo eterno: El Padre se relaciona a esta de una manera
decisiva, el Hijo de una forma deferencial en cuanto a la obra de redención,
pero de forma deferente en cuanto al enviar al Espíritu Santo. ¿Qué del
Espíritu Santo? El Espíritu Santo se relaciona de una manera deferente a esta
decisión eterna de su voluntad cuando se refiere a su misión redentora, pero
se relaciona de manera decisiva en cuanto a esta decisión eterna cuando se
refiere a la manera, el momento de su ministerio y su influencia (Hechos 13:
2; Hechos 16: 7; Hechos 20: 28; 1ra Corintios 12: 7, 11). Estos pasajes
hablan de la decisibidad del espíritu santo con relación a la obra de redención.
Aplicación Práctica
Génesis 2: 16-17: “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del
huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás;
porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”.
La concepción reformada tradicional es que Adán fue la cabeza del primer pacto
que Dios hizo con el ser humano, llamado comúnmente pacto de obras. Según
este concepto tradicional, Adán y Cristo son ambos cabezas de pacto. Las partes
contratantes en el pacto de las obras fueron Dios y Adán. Adán no fue solo Padre
d la raza humana, sino también nuestra cabeza o representante. La promesa del
pacto de las obras fue vida eterna en su sentido más pleno, una vida eterna en la
que Adán y sus descendientes hubiesen vivido por encima de la posibilidad de
pecar. La condición de este pacto era una obediencia perfecta, no solo a la ley
moral que había sido escrita en sus corazones, sino también de manera particular
al mandato de no comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y el mal. El
castigo del pacto de obras era la muerte en su sentido más amplio: muerte física,
espiritual y eterna.
• Las partes contratantes. Por un lado tenemos al Dios Trino y por el otro,
a Adán como su criatura dependiente. Dios toma la iniciativa y hace un
pacto con Adán, donde El mismo impuso de manera soberana esta
condición sobre el hombre. No hubo un diálogo entre las dos partes para
llegar a una conclusión. Como Señor y dueño de Adán, Dios tenía todo el
derecho de poner las condiciones del mismo.
• Una advertencia solemne. Dios advirtió a Adán que este moriría el día
que comiera de este árbol. La muerte que se menciona en esta advertencia
es la muerte en el sentido más inclusivo de la palabra, que abarca desde la
muerte física hasta la vida espiritual. La idea fundamental de la muerte en
la Escritura no es la extinción o aniquilación del ser, sino el quedar
separado de la fuente de vida, con la resultante disolución, o miseria y
dolor. Esta sentencia de muerte era para que Adán no despreciara todo lo
que Dios le había dado.
La relación entre Adán y Dios era una relación de un padre y un hijo. Adán fue
creado a imagen de Dios y ser hecho a imagen de Dios implica ser hijo de Dios.
Dios es el Padre de Adán y Adán es el hijo de Dios (Génesis 5: 1-3). Set es la
semejanza de su padre Adán y Adán es la semejanza de su Padre Dios. El Nuevo
Testamento enseña lo mismo (véase Lucas 3: 23-38).
Así que la relación que tuvo Adán con Dios desde que fue creado en un principio
fue una relación de familia. No era una relación fría o impersonal, como si fuera
una relación entre dos partes que están haciendo un contrato; no era como la
relación de un juez desinteresado y un acusado, los cuales no están relacionados.
No es como la relación de un gobernante distante con un sujeto que ni siquiera
conoce; era una relación calida y de amor, como la relación de un Padre con un
hijo.
Adán era realeza. Decir que Adán era hijo de Dios implica que era el virrey de la
creación. El Salmo 8:3-9 nos enseña que Dios dio a la raza humana en Adán el
ser príncipe de la creación y tener dominio de toda obra de sus manos. Sin
embargo, no estamos negando que Dios era el gobernador, Señor o juez de Adán,
pues como Padre de Adán, le gobernaba y le juzgaba.
Así que esta relación era una relación muy especial, así como la relación entre un
Rey y un príncipe. Al mismo tiempo, el Rey no era solo Rey, sino también padre,
gobernador, autoridad y juez. Por el otro lado, el príncipe no era solo príncipe,
sino también hijo. Así que Dios tiene el dominio, el es el Rey y le concedió a
Adán ser príncipe de la creación y de tener dominio de toda obra de sus manos
(Salmos 8: 3-9).
b) Era un representante.
a) Dios dio a su hijo Adán vida, tanto física como espiritual. El tenía un
verdadero conocimiento de Dios y tenia una comunión cálida y filial con Dios.
En Juan 17: 3 Jesús define la vida eterna como conocer al Padre, es decir, tener
una relación especial con El. Adán tenia vida física y espiritual y por esa misma
razón tenia acceso y derecho al árbol de la vida (Génesis 2: 16), aunque la Biblia
no dice claramente si el comió antes de la caída.
b) Dios dio a su hijo Adán como casa el huerto en Edén, el paraíso. Vivió en un
lugar lleno de bendiciones y deleite, un lugar de belleza y comodidad donde Dios
proveyó abundantemente todo lo que el necesitaba. Adán no merecía estas cosas,
es decir, no se las ganó. Dios le dio todo esto a Adán desde el principio
libremente y por gracia.
Esta relación salió de un favor paternal y amoroso hacia un hijo que fue creado
justo y puro. Todas estas bendiciones fueron disfrutadas libremente de la mano
de un Dios creador, generoso, amante y dador. Es por esta razón que no es propio
hablar de esta relación como un frío contrato entre Dios y el hombre.
Con todos estos privilegios que Dios dio a Adán, vienen también
responsabilidades; las dos cosas van de la mano. Dios, Padre de Adán, regula la
relación que el tiene con su hijo. Hay una ley y hay responsabilidad, la cual se
deriva de los privilegios.
1- Adán debía imitar de Dios su ejemplo paternal. Esto es verdad aun para los
hijos de Dios hoy en día (Efesios 5: 1). Adán fue creado a imagen de Dios su
Padre y este debía reflejar el carácter de su Padre dentro de la estructura que Dios
había creado e instituido para el. Adán debía reflejar el carácter de Dios en sus
relaciones y en sus funciones.
2- Además de reflejar el carácter paternal de Dios, Adán estaba obligado a
obedecer un mandato específico de Dios, una restricción especifica. Esto nos
lleva a Génesis 2: 16,17.
• El contenido esencial.
• La naturaleza representativa.
• Los propósitos benevolentes.
¿Para que Dios le dio esta prohibición a Adán? Dios lo hizo para hacerle un
mejor bien. Tres cosas nos guían a esta conclusión: El nombre del árbol, la
Naturaleza de Padre al dar la prohibición, el hecho de que Adán fue creado con
un propósito de ser representante y ser un tipo de Cristo.
Así que no debemos pensar que Dios estaba tentando a Adán, como cuando una
persona consigue un nuevo trabajo y es puesto a prueba los primeros 6 meses; Si
hacen un buen trabajo entonces lo fijan, sino, lo despiden. Recordemos que esto
fluye de un Padre amoroso que desea lo mejor para su hijo amado. Consideremos
además que Dios hizo a Adán un tipo de Cristo. Pero, ¿puso Dios a prueba a su
Hijo Jesucristo? ¿Fue su vida aquí en la tierra una prueba de Dios? El pensar de
esta manera es incorrecto, ya que la vida de Cristo no fue una prueba para ver si
iba a funcionar o no.
Mucho de lo que se discute con relación a este tema tiene que ver simplemente
con asuntos hipotéticos o de asuntos que pudiese haber pasado. En este estudio
trataremos específicamente con lo que pasó.
¿Qué hubiese pasado si Adán no hubiese comido del árbol del conocimiento del
bien y del mal? ¿Qué tal si Eva hubiese comido del fruto pero Adán no?
Nosotros no podemos dar una respuesta completa a estas preguntas. Una cosa es
que nuestros hijos hagan este tipo de preguntas y otra muy distinta es crear una
teología usando como fundamento preguntas y especulaciones como esas.
Debemos fundamentar nuestra teología en hechos bíblicos revelados y no en un
racionamiento hipotético, especulaciones y extrapolaciones.
a) ¿Que tal si Adán no hubiese pecado? ¿Hubieran sido aceptos cada uno de sus
hijos delante de Dios por la virtud de Adán o por la virtud de cada uno en
particular? A la luz del paralelo con Cristo, deberíamos decir que al parecer la
obediencia de Adán hubiera sido imputada a su posteridad, así como les fue
imputada su desobediencia; pero ¿Qué tal solamente Eva hubiese comido?,
pero ¿que tal si hubiese sido uno de los hijos de Adán y Eva? ¿Qué hubiese
pasado entonces? ¿Qué enseña la Biblia sobre eso? la Biblia enseña que Eva
sabía que no debía comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, por lo
tanto pecó y por ello Dios la tomó como responsable de sus acciones. Adán
era la cabeza representante o federal de su posteridad y por ello se le llama
primero a el, pero Eva fue tomada también como responsable de sus propias
acciones, lo que quiere decir que no fue exonerada de lo que ella hizo.
c) ¿Cuánto tiempo hubiera pasado para que Adán pecara? ¿Se hubiera hecho
impecable al resistir el periodo de prueba y tentación? Esto es también
especulación. Si consideramos el paralelo con Cristo, su periodo de tentación
no tiene nada que ver con impecabilidad. Cristo es impecable antes y después
de ser tentado, por lo tanto, la pecabilidad y la impecabilidad de Adán no
tienen nada que ver con el tiempo transcurrido, así como en el caso de Cristo.
También es posible que fuese lo opuesto pero no podemos se dogmáticos en
el caso.
No podemos entonces pensar que Adán no tenia nada que perder y que todo era
ganar, como si Dios le estuviese diciendo a Adán que obedeciera por un periodo
de prueba y entonces todo el mundo iría al cielo a disfrutar; recordemos que ya el
estaba en el paraíso en comunión plena con Dios. Es por eso que Dios se le
acerca y le recuerda que si desobedecía perdería todos los privilegios el y sus
descendientes después de el.
Resumen y conclusión
Todos estos privilegios de gracia llevaban consigo una obligación filial: el estaba
obligado a imitar a Dios, a reverenciar todo lo que Dios reverenciaba y a amar
todo lo que Dios amaba. Además de esto, tenia una prohibición, en su capacidad
de representante de toda la raza humana se le prohibió comer del árbol de
conocimiento del bien y del mal con un propósito representativo y educacional:
el debía aprender la moralidad obedeciendo a Dios. Si lo desobedecía perdería
sus privilegios. Tristemente pecó y trajo la culpa, la corrupción y el castigo de
ese pecado a toda su posteridad.
Unidad 3: La Proclamación de Emancipación (El Pacto de Gracia)
Introducción
Este texto no menciona la palabra pacto. Por otro lado, las Escrituras tampoco
llaman a lo proclamado en este pasaje “un pacto”. Por dos razones esta
declaración de guerra no encaja con el patrón de los pactos históricos de Dios:
1- En todos los pactos de Dios hay una promesa verbal dada a un siervo justo
o a una comunidad redimida, pero aquí Dios no le esta hablando a Eva,
sino que se dirige a la serpiente (Satanás).
2- Todos los pactos de Dios son compromisos o promesas solemnes de su
favor o bendición, pero no encontramos de manera explicita una expresión
de favor o bendición, sino de juicio, maldición y condenación. Dios no le
esta declarando la paz al Diablo, sino la guerra y esto es totalmente lo
contrario a lo que significa un pacto divino.
Aun así, aunque deban hacerse estas aclaraciones, esta declaración de guerra
contra el diablo es incondicional, perpetúa e inviolable y aunque no esta de
manera explicita, de manera implícita es un compromiso de salvar a Eva y su
descendencia.
1- Dios dice que pondrá enemistad entre la mujer y la serpiente, es decir, que
Eva estaría en una guerra espiritual contra el Diablo. Eva lucharía contra
el Diablo porque Dios causaría y sostendría una hostilidad espiritual entre
ellos. Así que, de manera implícita esto significa que Dios la libraría del
pecado ¿Quién esta en guerra con el diablo sino aquellos que son salvos
del pecado? Esto significa que su salvación seria completa y permanente.
Por lo tanto, esta salvación debe incluir la renovación moral de su
corazón, la conciliación legal de su record y una reconciliación personal
con Dios. El Señor agrega algo más, Dios dice que perpetuaría y
establecería esa misma lucha espiritual entre la simiente de Eva y la
simiente del diablo: “Pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu
simiente y la simiente de suya”. La promesa es entonces que aunque los
hijos espirituales de Eva andarían en guerra espiritual contra el diablo y su
simiente, estos le resistirán y vencerán. De manera que, la misma promesa
implícita de salvación que se da a Eva, también aplica a su simiente o
descendencia.
2- “Esta te herirá en la cabeza y tu la herirás en el carcañar”. El asunto no
termina aun, sino que uno de los descendientes de Eva destruiría al Diablo
hiriéndole o aplastándole la cabeza, aunque el diablo le heriría en el
conflicto. Es como la ilustración de un hombre que le pisa la cabeza a la
serpiente y en el proceso la serpiente le muerde el tobillo. Así que, en esta
proclamación de emancipación y de guerra, Dios promete redención de la
esclavitud y del Diablo a Eva y a sus descendientes a través del Hijo de
Eva.
¿Quien es la simiente de Eva? Después que muere Abel en Génesis 2: 25, Dios
da otro hijo a Eva, a quien esta Set. Con relación a este ella dice: “Dios me ha
sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín”. Abel y Set eran su
simiente. Caín no era su simiente, pues Juan dice que Caín era del malvado
(Véase 1 Juan 3: 10-12). Caín era uno de los hijos espirituales del diablo;
Jesucristo dice lo mismo sobre sus compatriotas malvados (Véase Juan 8: 44).
Allí El habla del odio, la mentira, el asesinato u homicidio, tal como procedió
Caín. Todos los hombres malvados que andan en el camino del odio y de la
mentira del diablo son su simiente espiritual y la simiente de Eva son los justos.
La simiente del diablo son los malvados, todos los impíos que son por naturaleza
hijos de ira. Y como Eva es la madre física de toda la raza humana, su simiente
son todos los elegidos de Dios para salvación en Cristo desde antes de la
fundación del mundo.
c) ¿Cuál condición presenta Dios para que este compromiso sea cumplido?
Este importantísimo pasaje testifica claramente que los participantes del pacto de
gracia están conectados orgánicamente con Eva de manera espiritual y no
solamente de manera física. En Juan 8 Jesucristo aplica este mismo principio a
Abraham y a su simiente. Dios entonces cumple con esta promesa de perpetuidad
cuando sobrenaturalmente genera la simiente espiritual de Eva. En otras palabras,
Dios esta comprometido con que en cada generación se siga propagando la
simiente espiritual de Eva. Si no fuese así, todos los hombres permanecerían
muertos en sus delitos y pecados. Esto nos da sólidas esperanzas para todas las
generaciones de pecadores. Dios se ha comprometido a librar a algunos ¡Bendito
sea su nombre!
En otro lugar Pablo dice: “el que invocare el nombre del Señor será salvo” y “si
confesares con tu boca que Jesús es el Señor y creyeras con tu corazón que Dios
le resucitó de entre los muertos, seréis salvos”. Fe salvífica en el corazón y
confesión en la boca de esta misma fe es una característica de la simiente
espiritual de Eva. Esto manifiesta una limitación cando se ha de identificar los
participantes de esta promesa. Nosotros los seres humanos podemos discernir si
una persona tiene fe, pero nuestro discernimiento humano es limitado, no
infalible. Solo Dios conoce el corazón, y la realidad es que algunas personas que
confiesan con la boca no tienen fe en el corazón. A veces la hipocresía es obvia,
pero a veces no es tan evidente. Dado que nuestro juicio nuestro acerca de los
participantes de esta promesa es limitado, hemos de cataloga este pacto de gracia
como inescrutable.
A. Dios aplica la redención por medio del llamado general y eficaz del
evangelio.
Esto pasajes son muestras de que Dios mismo crea y nos da la fe que El requiere
en el evangelio. Si no fuera así, ningún pecador muerto jamás se arrepintiera.
Por lo tanto, Dios no solo aplica la redención a través de un llamado general
aislado, sino que combina el llamado general y del llamado eficaz, siendo este
ultimo completamente incondicional. Esto es lo que las confesiones tratan de
decir cuando mencionan el llamado genera y el eficaz cuando hablan del método
a través del cual Dios cumple con esta promesa de emancipación.
¿Significa esto que todo el que oye el evangelio se salva? ¿Significa esto
que todos los hijos de todos los padre piadosos aprenden el temor de
Jehová? ¿Se arrepienten todos los pecadores por los cuales la iglesia ora? El
deseo de todos los cristianos es que fuese así, pero no es así. La verdad es
que Dios usa estos medios eficazmente como a el le place. Estos medios son
de grandes privilegios, pero los que participan en el pacto de gracia
solamente son los elegidos. No todos los que oyen el evangelio son elegidos
y no todos los que son criados en hogares piadosos son elegidos; ni siquiera
todos aquellos por los que los santos elegidos oran son elegidos. Todos los
que disfrutan de los privilegios de los pactos de Dios no necesariamente son
cristianos; una cosa es ser privilegiados en recibir los medios de gracia y
otra cosa es pertenecer al pacto de gracia.
b) Los diversos medios de gracia. Pero también hay otros medios de gracia
además de los anteriormente mencionados. En el viejo pacto, el pacto de
gracia era ministrado por las promesas, las profecías, los sacrificios, la
circuncisión, el cordero de la pascua y otros tipos de ordenanzas. En el
nuevo pacto, vemos el pacto de gracia ministrado por los sacramentos del
bautizo y la santa cena. Los medios usados en el nuevo testamento son
menos en cantidad pero son más eficaces. Dios cambia y regula estos
medios según la estructura de los pactos que El hace y cumple en cristo
Jesús.
Dios hizo pacto con algunas comunidades redimidas. La Biblia menciona tres
comunidades redimidas con las que Dios hizo pacto: todos los que entraron en el
arca, todos los que fueron librados de Egipto (el Israel fisico) y todos los librados
del pecado (el Israel cristianos que es lo mismo que los discípulos de Jesús).
¿Cuál es la relación entre este grupo en que Dios aplica la redención y estas tres
comunidades o sociedades salvadas? Cuando el evangelio es predicado de
manera general y llega a individuos, aquellos individuos que pertenecen a la
simiente espiritual de Eva (los elegidos), independientemente del pacto a que
pertenezcan, al responder al llamado general con arrepentimiento y fe por un
llamado eficaz del Espíritu en sus corazones, entonces son salvos. En cada
generación Dios ha sacado a algunos y los ha salvado, formado así una sociedad
redimida.
La primera sociedad redimida fue la salvada del diluvio en el arca, la cual estaba
integrada Noé y su esposa, los hijos de Noe y sus esposas y los animales que
estaban dentro. Pero algunos de los que estaban dentro eran la simiente espiritual
de Eva y algunos no. Así que, a través de sus generaciones hay un remanente de
los hijos espirituales de Eva a quienes se les aplica el evangelio por la palabra y
el Espíritu. Esta sociedad de los que son salvados esta dentro de otra sociedad
más amplia. Este grupo que cree en Cristo dentro de esa sociedad mas amplia,
son la simiente de Eva. Los que están fuera de ahí, aun dentro de una sociedad
redimida, no han sido liberados del pecado. Estos son los hijos del diablo.
Ahora ¿Qué sucede en el nuevo pacto? Diferente a las otras sociedades salvadas,
todos los que están dentro de este pacto son cristianos, salvados del pecado. Eso
es por ley: ninguno de los hijos del diablo tienen derecho a pertenecer a la iglesia.
La corporación del pueblo de Dios, por derecho, solo debe consistir de aquellos a
quienes la redención les ha sido aplicada. Pero hemos de recordar que esta
sociedad es inescrutable, es decir, es una simiente espiritual. Por esto es que
muchas veces, gente que dice ser cristiana y aun pareciendo serlo no los son.
Estos se meten escondidos en la iglesia porque nuestro discernimiento no es
infalible sino que es limitado. Nosotros no podemos ver el corazón de los
hombres. Es imposible estar cien por ciento seguros de lo que sucede en lo más
íntimo del alma de cada persona. Nosotros juzgamos según las apariencias. Lo
único que vemos es una confesión de fe cristiana y obras que pudieran testificar
ante nosotros de que alguien es cristiano.
¿Ha sido aplicada la salvación a una persona que haga una confesión de fe
publica? ¿Ha implementado Dios el pacto de gracia en esa persona? ¿Lo ha
convertido en su simiente espiritual y ha venido a ellos el evangelio con poder?
¿Son una nueva criatura en Cristo? ¿Pertenecen a esta sociedad? ¿Se le ha
aplicado la redención? Si es así, entonces lo entramos a esta sociedad. Pero
recordemos una vez más que tal sociedad no esta hecha de manera perfecta de los
hijos espirituales de Eva porque nuestro discernimiento tiene limitaciones. Hay
también otras limitaciones providenciales, como el caso del ladrón en la cruz, a
quien se le aplicó la redención, pero estaba limitado por los clavos de la cruz para
ser bautizado y unirse a la sociedad visible de los discípulos de Cristo. Pero en el
siglo venidero, cuando esta sociedad (la iglesia) sea glorificada, entonces todos
los redimidos seremos uno para siempre en los nuevos cielos y la nueva tierra.
Esta es la relación entre estos pactos con las comunidades que Dios salva y esta
proclamación de emancipación que Dios completa al aplicar la redención.
Resumen
“Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer,
y las mujeres de tus hijos contigo Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de
cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y
hembra serán… Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca;
porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación” Génesis 6: 18-19;
7:1.
Noé es considerado en el pasaje como varón justo (V.9), como quien encontró
favor ante los ojos de Dios (V.8) en medio un mundo que estaba a punto de ser
juzgado por El. Dios vio que la maldad de los hombres era grande en el mundo y
que aun las intenciones de los pensamientos del corazón se inclinaban
continuamente al mal. Por esta razón, Dios decide raer de la faz de la tierra a todo
ser viviente: “Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado,
desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me
arrepiento de haberlos hecho”. Pero Noe halló gracia ante los ojos de Dios, por
lo que Dios decide hacerlo recipiente de su misericordia en medio de su ira. Por
esto Dios le ordena construir un arca. No solo esto, sino que también le dice a
Noe como hacerla.
Dios estaba enojado con la raza humana a tal punto, que destruyó la raza humana.
Pero dado que Dios es fiel y cumple su promesa solemne, entonces hace un pacto
con su siervo Noé, pacto que lo incluye a el y a sus descendientes. Es por esto
que cada una de las personas que están vivas en la tierra hoy día es parte de la
familia de Noé. Así que en primer lugar, el recipiente de este pacto es Noé, el
siervo justo de Dios.
A través de esta promesa que Dios le hizo a su siervo justo Noé Dios trajo
privilegios y bendiciones a su familia, y aun a las criaturas que estaban dentro.
Unidad 5: El Pacto con la Comunidad del Arca
“Los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia
de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas
personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua” (1 Ped. 3:20).
I. Su Fundamento:
a) Salvación divina de los moradores del arca (Gn. 6:13-15; 7:1,16; 8:1,15-
17; 1 Ped. 3:20).
Notemos que en este pasaje Dios no solo habla de un pacto con Noe, sino
también con toda su familia y con todos los que fueron salvados del diluvio,
incluyendo los animales. Así que es claro que no solamente Noé recibió la
promesa de Dios, sino también todos los moradores del arca. No solo esto,
debido a que los pactos tienen una perpetuidad orgánica, la promesa también va
dirigida a los descendientes de los moradores del arca, incluyendo a los animales
(v.9). Esto nos muestra que un pacto divino no es un acuerdo entre Dios y el
hombre, pues ¿Cuáles fueron las condiciones que pusieron los animales? Ellos no
pusieron ninguna condición, simplemente recibieron el pacto ¿Es esto un
verdadero pacto entre Dios y las criaturas? La repuesta es si y lo sabemos porque
lo dice la Biblia le llama a esta promesa un pacto. ¿Qué es entonces un pacto
divino? Es una promesa solemne bajo juramento donde Dios promete su favor o
buena voluntad a sus criaturas, no solo racionales, también pudiera incluir a sus
criaturas irracionales.
b) La sustancia
¿Qué fue exactamente lo que Dios le prometió a esta comunidad salvada? Esto lo
vemos en el (V. 11) ¿Les prometió Dios a ellos que les salvaría del pecado? ¿Les
prometió Dios a ellos que todos se irían al cielo? La repuesta es no. ¿Qué fue lo
que le prometió? Dios les prometió que no destruiría más la tierra con un diluvio
de agua (V. 8). En Isaías 54: 9-10 vemos a Dios recordando esta promesa y dice:
“Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las
aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti,
ni te reñiré. Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se
apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová,
el que tiene misericordia de ti”. Dios hizo un compromiso bajo juramento de que
no volvería a mandar un diluvio para destruir la tierra. Esto fue lo que Dios le
prometió a Noé y a sus hijos y a los hijos de sus hijos y a todos sus descendientes
y eso es entonces lo que nos promete a nosotros, ya que todos nosotros somos
descendientes de Noé. Así que, la tierra no será destruida mas con agua; la
próxima vez será con fuego.
c) La señal
Los versículos 12-17 nos dicen que la señal de este pacto es el arcoiris. Dios le
dice a esta comunidad que pondría su arco entre las nubes y que al verlo
recordara su promesa: “Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del
pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la
tierra” (v. 16). ¡No es esto maravilloso! ¡Cuan bondadoso es Dios al hacernos
saber que no solo nosotros vemos el arcoiris, sino que también El lo ve y que
cada vez que lo hace recuerda la solemne promesa que le hizo hace miles de años
no solo a los moradores del arca, sino también a su descendencia después de ellos
perpetuamente, de que no volvería haber un diluvio para destruir todo el mundo.
Este arco es entonces un recordatorio para Dios.
III. El Cumplimiento
a) Esta promesa produce estabilidad para esta vida presente: “Mientras la tierra
permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y
el invierno, y el día y la noche” (Gn. 8:22).
Pablo nos dice en Romanos 2:4 que la bondad de Dios nos ha llevado al
arrepentimiento y ha continuado desde el agua del diluvio hasta el fuego. Este
mundo un día será destruido y la gracia común prometida a Noé y su familia
terminará. Pero eso sucederá cuando Cristo vuelva. Así que, hasta que no llegue
ese día, la familia de Noé tiene oportunidad para arrepentirse, y para ponerse en
el favor de Dios.
c) Esto facilita ilustraciones de la salvación en Cristo. Algo bueno del diluvio es
que facilita hacer ilustraciones de la salvación que hay en Cristo. Toda la
economía de que Dios primero hizo un pacto con su siervo justo y luego hizo un
pacto con su comunidad salvada es una perfecta o muy buena ilustración de
cómo Cristo nos salva. La misma manera con que Dios destruyó al mundo con
agua es una buena ilustración de cómo Dios destruirá esta tierra con fuego
(Mateo 34: 37).
Unidad 6: El Pacto Abrahámico
“En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto
obedeciste a mi voz” (Gn. 22:18).
• Gen 15:18: “En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A
tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río
grande, el río Eufrates”.
¿Nos dice algo el pasaje de cómo este pacto fue ratificado? Este pacto fue hecho
durante la vida de Abraham, en conexión a su preocupación de no tener heredero.
Dios le hizo esta promesa: No solamente tendrás heredero, sino que tus
descendientes serán una gran multitud y heredaran esta tierra de Canaán. Pero
este pacto tenia una ratificación ceremonial: EL fuego pasando por el medio de
las dos mitades del animal (v. 17). Al leer el verso 9 notaremos que Dios le
ordena a Abraham traer una becerra, una cabra, un carnero, una tórtola y un
palomino, los cuales debían ser cortados por la mitad. Es por medio de estas
mitades que Dios cruza para ratificar aquel pacto. ¿Cómo sabemos que esto es
una ratificación del pacto? Jeremías 34:18-19 nos trae luz sobre el significado de
este partimiento de los animales y una antorcha de fuego cruzando por medio de
ellos. Este verso esta hablando de un pacto que la gente hizo con Dios y de una
ceremonia asociada o relacionada con este pacto. La ceremonia consistía en
dividían un becerro en dos y pasaban entre sus partes, siendo esto una ratificación
ceremonial del pacto. Eso es exactamente lo que sucede en Génesis 15, donde
Dios ordena a Abraham tomar ciertos animales y dividirlos en pedazos. La
diferencia es que no fue Abrahán quien pasó en medio de ellos, sino una antorcha
de fuego. Dios estaba simbolizando que Él mismo estaba pasando por las partes
de los animales comprometiéndose así a cumplir su promesa al patriarca.
• Gen. 17:1-13
En este pasaje a Abraham se le prometen dos cosas, una particular y otra general:
Luego, en los versos 9 al 14 vemos que Dios establece un símbolo para aquel
pacto: La circuncisión. De lo que hemos aprendido del arco iris ¿Cómo funciona
entonces un símbolo? Recordemos que cuando Dios ve el arcoiris, El recuerda su
promesa. De igual manera, Abraham, al ver la circuncisión debía recordar la
promesa de Dios. Pero hay una diferencia también con el arcoiris, ¿Quién hace el
arco iris? ¿Dios requiere que los hijos de Noe hagan un arco iris? No, Dios es
quien hace el arco iris. Pero en relación a la circuncisión, Dios no viene a
circuncidar a los hijos de Abrahán, sino que les ordena a ellos que lo hagan como
parte de guardar el pacto. El les dio el privilegio de producir el símbolo para que
cuando lo vieran recordaran la promesa de Dios.
• Gen. 22:16-18: “y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por
cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de
cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del
cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia
poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas
las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz”.
¿Por qué traer este pasaje cuando no se menciona en este la palabra pacto?
Porque debido al juramento que Dios hace en el texto podemos notar que Dios
agrega una sustancia adicional. Además de esto, en Hechos 3:25 se le llama pacto
a lo que se promete en este pasaje: “Vosotros sois los hijos de los profetas, y del
pacto que Dios hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham: En tu simiente
serán benditas todas las familias de la tierra”. La pregunta ahora es ¿Cuál es la
promesa que se agrega a las dadas en Génesis 17? Que en “su simiente” serían
benditas todas las naciones de la tierra. Notemos que no dice “simientes” como si
fueran muchas. Esta promesa se cumple con Cristo bendiciendo las naciones con
la luz del evangelio. Su descendiente, Cristo, bendeciría y heredaría la tierra.
Aquí Dios le esta hablando a Isaac y le confirma dos de las tres cosas que le
prometió a Abrahán: que sus descendientes heredarían la tierra de Canaán y que
en su simiente, esto es Cristo, serían benditas todas las naciones.
El pacto Abrahamico se hace primero con Abraham, luego con Isaac y luego con
Jacob, siendo estos los receptores directos de este pacto. Dios promete acordarse
de ese pacto dado a Abraham y confirmado a Isaac y a Jacob, de que les daría la
tierra de Canaan por heredad.
• Hch. 3:25: “Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que Dios
hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham: En tu simiente serán
benditas todas las familias de la tierra”.
a) Receptores o participantes
b) La sustancia o promesas
1- Abraham será padre de muchas naciones (Gn. 17:4-6; Rom. 4:11, 12,
16,17).
• Josué 21: 43-44: “De esta manera dio Jehová a Israel toda la tierra que
había jurado dar a sus padres, y la poseyeron y habitaron en ella. Y
Jehová les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a
sus padres; y ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente,
porque Jehová entregó en sus manos a todos sus enemigos”.
• 1 Reyes 4: 21: “Y Salomón señoreaba sobre todos los reinos desde el
Eufrates hasta la tierra de los filisteos y el límite con Egipto; y traían
presentes, y sirvieron a Salomón todos los días que vivió”. Según el
pasaje, en los días de Salomón, Israel poseyó todos los reinos, desde el
Eufrates hasta la tierra de los filisteos, tal como Dios lo había prometido.
• Nehemías 9: 6-8: “Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos
de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los
mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los
ejércitos de los cielos te adoran. Tú eres, oh Jehová, el Dios que
escogiste a Abram, y lo sacaste de Ur de los caldeos, y le pusiste el
nombre Abraham; y hallaste fiel su corazón delante de ti, e hiciste pacto
con él para darle la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del
ferezeo, del jebuseo y del gergeseo, para darla a su descendencia; y
cumpliste tu palabra, porque eres justo”.
Estos tres pasajes muestran claramente sin ninguna duda que Dios cumplió
perfectamente lo que El había prometido a Abraham. Dios les dio toda la tierra
había prometido; nada faltó de todas las buenas cosas que Dios prometió:
tuvieron una gran multitud y se les dio toda la tierra que Dios les había
prometido.
Así que Dios cumple la promesa a Abraham de que este seria padre de multitud
de gentes cuando trajo de el muchas naciones físicas y una nación espiritual en
Jesús. Y es claro también que cumplió su promesa a los patriarcas de que
recibirían y conquistarían la tierra de Canaán en el Éxodo hasta ciertos límites,
los cuales fueron alcanzados durante los reinados de David y Salomón.
Esta promesa dada a Abraham de que en SU SIMIENTE serian benditas todas las
naciones se cumple con Jesús y sus descendientes. Se trata de una multitud que
no pueden ser contada, de cada lengua, tribu y nación (Véase Apocalipsis 7: 9),
multitud que vencen sobre todos sus enemigos. Esta promesa le fue dada a
Abraham cuando este iba a sacrificar a Isaac en obediencia a Dios. La victoria es
alcanzada por esta gran multitud cuando Cristo es sacrificado, venciendo sobre el
pecado y sobre la muerte. Este es el fundamento sobre el que se desarrolla el
Nuevo Testamento. Así que es en Cristo que vemos cumplimiento de lo que se
había prometido a Abraham en Génesis 22 (Una gran multitud, victoria y una
bendición mundial).
III. LAS FUNCIONES DEL PACTO ABRAHAMICO
Los patriarcas son Abraham, Isaac y Jacob y la promesa se cumple primero con
el Israel hebreo con quien Dios hace un pacto (viejo pacto). Todos estos son
hijos físicos de Abraham y son todos circuncidados en su cuerpo a través de las
generaciones. Es en cumplimiento de la promesa que Dios le hizo a Abraham que
sus descendientes heredarían la tierra de Canaán y que serían su pueblo.
Es precisamente de este pueblo que viene el Mesías y por ser descendiente físico
de los patriarcas, El también fue circuncidado al 8vo día. Pero este pueblo se
caracterizaba porque aunque todos estaban circuncidados en su carne, no todos lo
estaban en su corazón. Pero Cristo, además de ser descendiente físico de los
patriarcas, Él es además la simiente a quien se le hizo la promesa de que vería
descendencia o linaje: “Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a
padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá
linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano
prosperada” (Isa.53:10). Esa descendencia o linaje es el Israel cristiano, que se
caracteriza por estar formado por personas de toda lengua tribu y nación que ha
sido circuncidados no en su carne, sino en su corazón: “En él también fuisteis
circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo
pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo” (Col. 2:11). De esta manera se
cumple la promesa de que en El serian benditas todas las naciones.
Estas personas que son atraídos a Jesús, a pesar de ser hijos espirituales de Jesús
y de Abraham, no están organizados en una sociedad: “En aquel tiempo estabais
sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la
promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo” (Ef. 2:12). Jesús viene entonces
y los agrega a su sociedad y desgaja de su sociedad a todos los descendientes
físicos de Abraham que no han sido circuncidados en el corazón, aquellos que no
escuchan la voz de Cristo. Solo queda el remanente fiel del Israel hebreo de la
época apostólica y a este remanente se injertan los gentiles de todas las naciones
que creen. Aquí tenemos la grandiosa promesa de que en Cristo serian benditas
todas las naciones. Nadie queda fuera. Todo aquel que cree en la simiente, sin
importar que sea judío o gentil, es injertado en el pueblo de Dios, la sociedad del
nuevo pacto, a quien Dios promete que será su Dios y ellos serán su pueblo
(Rom.11).
¿Qué hacen los gentiles en este pacto? Esta es la parte más bella y asombrosa.
Cristo entonces sube al cielo y les da a ellos el inicial o las primicias de su
herencia enviándoles al consolador, el Espíritu Santo. El Espíritu Santo les da
poder para testificar de la obra de Cristo, no solo a otros judíos, sino también
hasta lo último de la tierra. Todos los gentiles que creen son injertados a ese
remanente fiel escogido por gracia. Entonces hay una gran controversia ¿Qué
hacemos con estos gentiles, tenemos que circuncidarlos para poder incluirlos a
Israel en el nuevo pacto? No, porque el distintivo de esta sociedad no es la
circuncisión física; no es la simiente física de Abraham, sino de sus
descendientes espirituales. La circuncisión distintiva no es en el cuerpo, sino en
el corazón. Así que, si tú eres de Cristo y estas circuncidado en el corazón, eres
entonces un descendiente espiritual de Abraham y eres bienvenido al nuevo pacto
que es en Cristo Jesús. ¿Hay un nombre nuevo para esta sociedad redimida del
pecado, formada por judíos y gentiles? Las Escrituras nos dicen que lo discípulos
fueron llamados cristianos por primera vez en Antioquia y es por eso que
llamamos a este pueblo el Israel cristiano.
“Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de
águilas, y os he traído a mí. Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis
mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque
mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa.
Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel” (Ex. 19: 4-6).
Dios los redimió o liberó de la esclavitud en Egipto. Este era entonces un pueblo
redimido, salvado por Dios, sostenido por Dios con mana del cielo y que recibió
heredad, por lo tanto le debían obediencia. Esto de ninguna manera es salvación
por obras, es gracia. Se trata de una redención de gracia: Fue por gracia que Dios
los liberó de Egipto y que los sostuvo en el desierto; es ahora en gracia que Dios
se les acerca y les demanda obediencia, no para ganarse el cielo, sino como
muestra de que le amaban y estaban agradecidos por lo que Dios había hecho por
ellos.
¿Cuáles eran las palabras del pacto que debían ser obedecidas? Al estudiar el
contexto histórico de la liberación de Egipto, notaremos que Dios le habló a
Moisés en el monte Sinaí. Moisés esta actuando como intermediario entre Dios y
el pueblo: Dios le habla a Moisés y Moisés le dice al pueblo lo que Dios dice.
Así que Moisés es el mediador. Por otro lado, la gente le habla a Moisés y
Moisés va y le dice a Dios lo que el pueblo ha dicho. Luego Dios le habla otra
vez a Moisés y responde a través de Moisés a lo que el pueblo había dicho. Así
que es una conversación y Moisés esta sirviendo como de mediador en el pacto.
Lo primero que Dios le dice a Moisés en el pacto es que les diga que obedezcan
mi voz. Ellos tienen que prepararse porque están a punto de escuchar la voz de
Dios hablándoles personalmente desde el cielo, algo que ningún pueblo había
experimentado: ellos escucharían la voz de Dios. Dios entonces da los diez
mandamientos al pueblo en Éxodo 20: 1-17. En este momento la gente ve la
tierra temblando y escucha la voz estruendosa de Dios, por lo que se llenaron de
temor y deciden que sea mejor Moisés quien transmita el mensaje que Dios
quería dar al pueblo. Moisés entonces les dice que no tengan miedo porque Dios
les esta enseñando a temerle.
• Éxodo 24:7-8: “Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el
cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y
obedeceremos. Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y
dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre
todas estas cosas”.
El pasaje nos habla del libro del pacto ya mencionado, en el que estaban escritas
todas las leyes y ordenanzas ceremoniales y civiles para los Israelitas en la tierra
de Canaan. No se esta hablando aquí entonces de los diez mandamientos, pues no
fue Moisés quien los escribió, sino Dios en dos tablas. Se esta hablando de los
mandamientos que Moisés escribió en el libro del pacto. Moisés los escribió
porque Dios se los había dado a el para que los escribiera. Esto muestra que los
mandamientos no eran de Moisés, sino que Dios se los dio a Moisés para que
este los enseñara al pueblo. ¿Están esas leyes adicionales a los 10 mandamientos
en la Escritura? Y si están, ¿En que parte de la Escritura están? ¿Dónde están
esas ordenanzas, esas palabras de Jehová en las Escrituras?: “Jehová hablo y
Moisés escribió”. Así que, estas leyes se encuentran en los escritos de Moisés, el
Pentateuco.
El pasaje también nos dice algo acerca de la ratificación de este pacto. Este pacto
fue ratificado o sellado con sangre. Esto es evidente porque se le llama “la sangre
del pacto”.
“Estas son las palabras del pacto que Jehová mandó a Moisés que celebrase con
los hijos de Israel en la tierra de Moab, además del pacto que concertó con ellos
en Horeb” (v.1). Se hizo en la tierra de Moab y se hizo con los hijos de Israel en
el monte Sinaí en Horeb. Esto señala la historicidad temporal de este pacto.
La generación original con quien se hizo el pacto fue con esa generación que
salió de Egipto y fue llevada por Dios al desierto. Sin embargo, hay dos
individuos que representan la continuidad de esa generación: Josué y Caleb.
“Guardaréis, pues, las palabras de este pacto, y las pondréis por obra, para
que prosperéis en todo lo que hiciereis” (v. 9).
“Y no solamente con vosotros hago yo este pacto y este juramento, sino con los
que están aquí presentes hoy con nosotros delante de Jehová nuestro Dios, y con
los que no están aquí hoy con nosotros” (v. 14-15).
“y lo apartará Jehová de todas las tribus de Israel para mal, conforme a todas las
maldiciones del pacto escrito en este libro de la ley” (v.21). Aquí notamos las
penalidades o sanciones por traspasar el pacto. Eso nace de la realidad de que
este pacto era condicional y Dios. Si ellos eran fieles a las palabras del pacto,
serian su especial tesoro, pero si no, Dios los iba a maldecir con sanciones. Todas
esas sanciones están en Deuteronomio 28 con muchos detalles.
“Y responderán: Por cuanto dejaron el pacto de Jehová el Dios de sus padres,
que él concertó con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto” (v. 25).
“Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son
para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas
las palabras de esta ley” (v. 29).
Ahora esta nueva generación tiene una distintiva muy especial y la distinción esta
relacionada con dos cuerpos de agua: el mar Rojo para entrar al desierto y el río
Jordán para poder entrar a la tierra prometida. Desde el momento en que ellos
cruzan el río Jordán el mana cesó.
¿Qué paso? Primero, milagrosamente cruzan el mar rojo y entran al desierto. Tres
meses después se encuentran con Dios en el monte Sinaí. Allí se les entrega esos
aspectos del viejo pacto que leemos en Éxodo. Cuarenta años después
milagrosamente cruzan otro cuerpo de agua. Salen del desierto desde el valle de
Moab y milagrosamente cruzan el río Jordán y pasan a la tierra justamente frente
a Jericó. Lo que encontramos entonces en Deuteronomio sucedió en el valle de
Moab, al final de los cuarenta años, antes de cruzar el jordán y entrar a la tierra
prometida.
Así que Dios les dio este pacto en dos partes: la primera parte fue en el monte
Sinaí, tres meses después de haber cruzado el mar rojo y la segunda parte fue
cuarenta años después, en el valle de Moab, justamente antes de cruzar el río
Jordán. Es por esto que decimos que el pacto fue hecho primeramente con la
generación del desierto porque, se hizo justamente después que entraron en el
desierto y justamente antes de ellos salir. Pasaron allí cuarenta años y aun así hay
una continuidad con la siguiente generación: Josué y Caleb. Estos fueron
aquellos que milagrosamente cruzaron el mar rojo pero también cruzaron el río
Jordán. En ese sentido fue en una sola generación.
Así que la generación original del viejo pacto es la generación hebrea de Israel
que vivió en el desierto, a quienes Dios les dio todas estas instrucciones
justamente al entrar en el desierto y las concluyó justamente antes de salir del
desierto. En ambos casos, Sinaí y Moab, Moisés es el mediador que Dios usa
para con el pueblo. Jehová estaba hablando con el mediador y era el mediador
que le hablaba al pueblo. Es por esto que el antiguo pacto es un pacto mediado.
La razón es porque este libro es el libro de la tierra, es decir, fue escrito para que
se guardase y se pusiese por obra en la tierra de Canaán: “cuidareis por poner
por obra en la tierra”. Es por esto que el libro de la ley fue completado
específicamente antes de ellos entrar, para que ellos pudieran ponerla en obra en
la tierra. Las Escrituras guardan para nosotros lo que Moisés escribió en el libro
de la ley (Deuteronomio caps. 12 al 28). Si leemos estas ordenanzas nos daremos
cuenta que no podemos guardarlas, cuidarlas, ni ponerlas por obra a menos que
vivamos en la tierra de Canaan. De hecho, en el capitulo 16 notaremos que
habían tres fiestas que ellos debían celebrar específicamente en la tierra de
Canaan.
Así que este viejo pacto tenía dos documentos: las tablas de piedra, escritas por el
dedo de Dios (los diez mandamientos) y el libro de la ley, el cual contenía las
leyes ceremoniales y las ordenanzas civiles que el pueblo debía guardar estando
en la tierra de Canaán y es por eso que Dios le completa ese libro de la ley
justamente antes de entrar en la tierra. En el monte Sinaí Dios les dio las tablas
de piedra y una versión inicial o introductoria del libro de la ley y en el valle de
Moab se los completó.
• 2 Reyes 17: 34-40. Este pasaje es importante porque toma todo lo que
hemos estudiado y lo resume. Dios entró en una relación especial de pacto
con la nación de Israel. El corazón de este pacto es que serian el pueblo de
Dios y que Él y solo Él seria su Dios. Este era el punto del pacto, tú eres
mi especial nación y yo soy tu único Dios. Y en esa relación tú has de
obedecer mi ley en la tierra y la ley moral. Pero ellos no lo hicieron; ellos
quebrantaron el pacto sirviendo a otros dioses, violando así sus leyes
morales del pacto.
• Jeremías 31: 31-34: “He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales
haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el
pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de
la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un
marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la
casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su
mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos
me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni
ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me
conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice
Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de
su pecado”.
¿Cuál fue el resultado de ese pacto que Dios hizo con ellos en el desierto? El
resultado es que ellos lo invalidaron al desobedecer el corazón mismo de este
pacto: Solo Dios debía ser su Dios y por lo tanto, debían hacer todo lo que Dios
les mandase. El era su dueño y por lo tanto ellos no debían tener ningún otro dios
que no fuera El. Pero una y otra vez ellos rompieron el pacto, yéndose en pos de
dioses ajenos y violando sus 10 mandamientos. Lo hicieron a tal punto todas las
maldiciones que Dios había prometido que vendrían si ellos no obedecían
vinieron sobre ellos. Hubo tiempos de bendición, aquellos días cuando
caminaron con Dios; pero al final, por la desobediencia, fueron sacados de la
tierra y llevados al cautiverio. Canaan era su tierra, ellos eran simplemente los
administradores. Aun así, el resultado es que a través de su desobediencia Dios
decide hacer un nuevo pacto con Israel. Este seria un pacto diferente del que hizo
con ellos en el desierto. Este viejo pacto no será para siempre, sino que vendrán
días en el se hará un nuevo pacto con Israel.
• Gálatas 3:10, 19: “Porque todos los que dependen de las obras de la ley
están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no
permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para
hacerlas”. “Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de
las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la
promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un
mediador”.
En cuanto al verso 19, Pablo usa la palabra “ley” en referencia al antiguo pacto y
dice que el mismo fue temporal y que solo tenía duración hasta que viniese la
simiente, a quien fue hecha la promesa, esto es, a Jesucristo. Así que la
generación final es la generación mesiánica (Véase Gálatas 3: 19) y por eso el
pueblo de Dios bajo el nuevo pacto no esta obligado a cumplir las leyes del libro
de la ley.
El pueblo tenia que acercarse a Dios a través del ministerio del sacerdocio y el
punto focal o el enfoque de ese ministerio era la presencia especial de Dios
(Véase Hebreos 9: 1-10). La presencia especial de Dios se encontraba en el
tabernáculo en el caso del desierto y en el templo en el caso de la tierra. Fue allí
donde el pueblo tuvo una comunión con Dios de una manera especial. Según el
pasaje, el lugar de la presencia especial de Dios y el sacerdocio son lo que el
pueblo necesita para tener comunión con Dios. Los particulares de esa comunión,
sacerdocio, fiestas y sacrificios están escritos en el libro de la ley. Por eso es que
un cambio de sacerdocio implicaba un cambio de ley, porque la ley requiere que
los sacerdotes sean de la tribu de Leví y Jesús no es de esa tribu, Él es de la tribu
de Judá. Así que, todos esos aspectos de la ley que definían la comunión de Israel
con Dios a través del sacerdocio y la presencia especial de Dios, esas cosas han
cambiado en Cristo; ese es el punto de Hebreos 9: 1-10.
1- Las promesas. El corazón de este pacto es: “si diereis oído a mi voz, y
guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los
pueblos”. Si ellos eran obedientes a la voz de Dios, Dios seria su Dios y
ellos su pueblo y serian una nación de Reyes y sacerdotes.
1- La ley de Dios, tanto la ley de las tablas como la del libro, establece y
regula la vida del pueblo especial de Dios. En las tablas tenemos las leyes
morales que siempre han de cumplirse y en el libro tenemos las ceremonias
que definen como ellos habían de tener comunión con El y los estatutos
civiles que gobernaban su vida en la tierra.
3- Nos revela la permanente ley de Dios para todos los hombres en todas las
edades. Esa voz que ellos escucharon en el monte Sinaí es la voz de la
conciencia humana aclarada, purificada, codificada y amplificada con
truenos y centellas. Por eso dice Pablo: “por medio de la ley viene el
conocimiento del pecado”. Por otro lado Juan dice: “el pecado es la
transgresión de la ley”, es decir, de la ley de Dios.
¿Cuál ley de Dios? ¿El libro? No, Se trata de la ley dada en las tablas de piedra,
pues son ellas las que definen lo que es pecado. Pablo dice: “No conozco el
pecado excepto por la ley, Porque no conocía el pecado excepto que a ley dice
no codiciarás”. ¿Cuál ley dice esto? Este es el mandato del decágono que habla
del corazón, el décimo mandamiento. Fue eso lo que Dios utilizó para llevar a
ese fariseo (Saulo) a la convicción de pecado. Como fariseo, lo que le
preocupaba era la conducta externa. Pero un día descendió con poder en su
alma esta palabra: “no codiciarás” y ¿Dónde se codicia? Se codicia en el
corazón. Pablo reconoció que Dios quiere pureza de corazón y que la
obediencia a Dios no es conformarse con un juego de reglas externas humanas.
Es un asunto de amar a Dios en el alma. Cuando él vio eso, fue quebrantado
con convicción de pecado y se dio cuneta que merecía el infierno y que
necesitaba un Salvador. Es para esto que la ley fue diseñada: traer un
conocimiento experimental que produzca convicción de pecado a cada uno de
cada rama de la raza humana. Como diría Calvino: “La ley no fue dada para
someter a los antiguos, sino para alimentar su esperanza en el Mesías
prometido”.
Por otro lado, Moisés, el mediador del antiguo pacto, ilustra a Cristo,
mediador del nuevo, cuando este dice: “y el Señor levantará un profeta
como yo”. Así que Moisés fue una ilustración de Jesús; así como Moisés
sirvió de mediador en el antiguo pacto, Jesús es le mediador del nuevo
pacto.
El autor de los hebreos dice que el nuevo pacto es un mejor que el antiguo,
basado en mejores promesas y con una mejor mediación que es la del Señor
Jesucristo, Jehová mismo. Pablo se hace esta pregunta en Romanos 7: 7: “¿es la
ley pecado? De ninguna manera”. Es aquí donde utiliza esta terminología
especial de “la ley y el mandamiento” que es la mima terminología utilizada en
Éxodo 24 para referirse al decálogo, pero en hebreo. Esto es lo que dice en
resumen: “La ley a la verdad es santa y el mandamiento es santo, justo y bueno”.
El problema no estaba en la ley en si, sino en los recipientes del pacto. Por eso es
que Pablo dice seguidamente que el pecado remanente que mora en el responde
seguidamente de manera negativa a la ley de Dios: El bien que desea hacer no lo
hace y el mal que no quiere hacer lo hace, pues hay otra ley en sus miembros que
lo lleva cautivo hacia el pecado. El problema no esta en la ley sino en mi
naturaleza caída.
• 2 Sam 23:5: “No es así mi casa para con Dios; Sin embargo, él ha hecho
conmigo pacto perpetuo, ordenado en todas las cosas, y será guardado,
Aunque todavía no haga él florecer toda mi salvación y mi deseo”. Este
pasaje, aunque no nos dice de manera clara o explicita la sustancia del
pacto de Dios con David, sin embargo, si nos dice explícitamente que
hubo un pacto entre Dios y David su siervo justo.
El Salmista empieza alabando a Dios por sus misericordias, las cuales han sido
manifestadas de generación en generación. Esa misericordia se puede ver
especialmente en los pactos que Dios hace con sus siervos. Por su misericordia,
Dios hace pactos con hombre pecadores, dándoles promesas juramentadas de
favor y buena voluntad y por su fidelidad El perpetua esos pactos y cumple sus
promesas. Dios es confiable, El siempre guarda su palabra.
Ahora bien, hay un pacto específico que estamos viendo en este pasaje, un pacto
que nos habla mucho de la misericordia y del amor de Dios. Este pacto lo
tenemos en el verso 3: “Hice pacto con mi escogido; Juré a David mi siervo”. El
pasaje es claro: ¿Quién es el recipiente de este pacto? David, el siervo justo de
Dios. ¿Cuál es la sustancia de este pacto? Esta la vemos en el verso 4: “para
siempre confirmaré tu descendencia, Y edificaré tu trono por todas las
generaciones”.
Dado que en los pactos divinos hay perpetuidad orgánica, aunque el pacto fue
hecho con David, incluía de manera indirecta a sus descendientes, la simiente
real de David. El pasaje nos muestra que existe una relación muy especial entre
Dios y David su siervo, tanto así que a David Dios le pone como primogénito (v.
27). El Salmista nos dice que Dios es el Gran Rey y que los reyes son
simplemente ilustraciones de lo que Dios es. El rey de Israel es precisamente el
mas alto de esos reyes, pues el es rey en la teocracia en que la Dios es Rey. Así
que debe haber una relación especial entre Dios y el rey de Israel, la cual es
especificada en el verso 26: “El me clamará: Mi padre eres tú, Mi Dios, y la
roca de mi salvación”.
¿Qué tipo de relación es Padre-primogénito?
Él es su hijo. ¿Quiere decir esto que el rey de Israel era el hijo de Dios? En un
sentido si. Esto puede verse en la declaración enfática de Natanael cuando le dice
a Jesús: “Tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel” (Juan 1: 49). El rey de Israel
en una manera especial es el hijo de Dios.
Dios promete entonces a David que cuanto este muera su hijo se sentaría en su
trono y le edificaría casa a Jehová y su trono seria afirmado para siempre, a
menos que el rey ande por caminos pecaminosos (v.v. 14-15). Si el rey de Judá a
través de David andaba en caminos pecaminosos, entonces los juicios y las
maldiciones de Dios vendrían sobre él, pero aun así, nunca se les quitaría el reino
a los descendientes de David como se le quitó a Saúl.
• Isaías 9:6, 7,11: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el
principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable,
Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de
su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su
reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora
y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto”. Parte de la
sustancia de este pacto era que uno de sus descendientes se sentaría en el
trono y reinaría para siempre en justicia. ¿En el trono de quien va él a
gobernar? En el trono de David.
• Isaías 11:1: “Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de
sus raíces”. El Mesías que reinaría para siempre, era descendiente o del
linaje de David.
II. El Cumplimiento
Pero luego fueron a la cautividad, durante estos días no había rey en Judá y esta
es la carga del salmista en el Salmos 89. Se puede ver que se cumplió la promesa
en David, Salomón y sus hijos hasta el momento de la cautividad. Entonces el
salmista dice: “¿Dónde esta promesa hoy?” (Salmos 89: 18,49) ¿Dónde esta el
rey que ha de estar en el trono de David? Tu prometiste que su trono duraría para
siempre, ¿Dónde esta tu misericordia ahora? ¿Por qué estamos en cautividad y el
trono ha sido echado de la tierra?
Siempre son los hombres y nunca Dios los que hacen Voto. Algunos de los
pasajes más importantes que hablan sobre Votos son:
Testimonio Bíblico
Lo primero que se nos dice allí es que Melquisedec era sacerdote del Dios
Altísimo. Pero no es lo único. Se agrega a esto, en segundo lugar, que era rey de
Salem; de hecho, su mismo nombre significa rey de justicia o rey justo. Así que
encontramos en una misma persona realeza y sacerdocio. Esto es sumamente
importante, pues bajo el antiguo pacto no se podía ser rey y sacerdote a la vez; o
era uno o el otro. ¿Qué pasó cuando el rey Uzías trató de llevar a cabo el papel de
sacerdote? Dios hizo que cayera lepra sobre su cuerpo. Melquisedec tiene
entonces una cualidad distintiva: era rey y sacerdote a la vez, lo cual no podía ser
en ningún sacerdote levita ni en ningún rey Davídico.
• Fil. 2:5-11: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en
Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a
Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando
forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la
condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta
la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo
sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el
nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en
la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el
Señor, para gloria de Dios Padre”.
El Padre había prometido bajo juramento al Hijo que le exaltaría hasta lo sumo y
que toda rodilla se doblaría y confesaría que El es Rey y Señor. Esa es
precisamente la promesa dada en el Salmo segundo. Pero parece haber una
condición o mandato: debía ser obediente hasta la muerte. Su exaltación debía ser
precedida por humillación y sufrimiento. Esta es la enseñanza dada por Isaías 53
cuando nos habla del Siervo Sufriente que luego es contado entre los grandes y
vería gran linaje. De hecho, esta fue la promesa que le sostuvo en medio de su
pasión: “el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando
el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Heb. 12:2).
Así que el pasaje nos da una lista de cosas que describen a los hijos espirituales
de Cristo: Hijos traídos a la gloria, el pueblo por quien El hace la expiación, el
pueblo de Dios, la simiente espiritual de Abraham, sus hermanos.
• 1Pe 2:9: “Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación
santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de
aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”.
¿Esta incluida la simiente espiritual de Jesús en este pacto? La promesa de ser real
sacerdocio se hace principalmente y explícitamente a Jesús, pero debido a la
perpetuidad orgánica de los pactos divinos, la promesa incluye también de una
manera implícita a sus descendientes espirituales. En el pacto Abrahamico su
simiente fue incluida; en el pacto Davídico su simiente real también fue incluida.
De igual manera la descendencia espiritual de Cristo esta incluida en esta promesa.
¿Cuál descendencia? La mencionada ya en Isaías 53 y Hebreos 2.
• Apocalipsis 2: 26-27: “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin,
yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y
serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido
de mi Padre”.
Esta es una cita del Salmo 2, donde Dios le dice al Hijo que le pida y él le dará por
herencia las naciones. En virtud de la perpetuidad orgánica, también a los
descendientes espirituales de Cristo, los cuales son coherederos juntamente con El,
les es dada autoridad sobre las naciones. Pablo nos dice que los creyentes, al
morir, son llevados al cielo y sentados juntamente con Cristo en los lugares
celestiales: “y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los
lugares celestiales con Cristo Jesús” (Ef. 2:6). Esta es la misma idea contenida en
Apocalipsis 3:21: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono,
así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”. La promesa
dada aquí es que todo aquel que termine su vida viviendo por, mediante y a través
de la fe, al entrar al cielo, compartirá con Cristo todas las cosas que le fueron
prometidas con juramento por el Padre. Como reyes reinamos con Cristo en los
tronos celestiales; como sacerdotes, ofrecemos a Dios sacrificios y ofrendas de
alabanza.
I. El Fundamento
III. El Cumplimiento
Testimonio Bíblico
• Isaías 54:9-10: “Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré
que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado
que no me enojaré contra ti, ni te reñiré. Porque los montes se moverán, y
los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el
pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de
ti”. Este pasaje nos habla de un pacto eterno, uno que no será quebrantado.
A la luz de Jeremías 31 y otros pasajes mas, resulta obvio que no se trata
del antiguo pacto, por la sencilla razón de que estos enseñan que el antiguo
pacto fue invalidado o quebrantado por ellos mismos y debido a ello Dios
decide soberanamente hacer un nuevo pacto. Lo que caracterizará este
pacto es que la misericordia de Dios nunca se apartaría de ellos.
• Jeremías 31: 31-34: “He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales
haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el
pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la
tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un
marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa
de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente,
y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán
por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su
hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde
el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque
perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado”.
Este es definitivamente el pasaje mas completo acerca del nuevo pacto. Primero
nos dice con quien fue hecho este pacto: la casa de Israel y Judá. Obviamente, si le
agregamos lo dicho por el Señor en el pasaje anterior, hemos de entender que se
trata del remanente fiel de Israel y no todo Israel como nación; solo aquellos que
se aparten de sus iniquidades. En segundo lugar, nos dice el momento: “después
de aquellos días”. El pasaje no nos dice con cual generación de Israel, sino que
simplemente dice: “después de aquellos días”. En el contexto significa después
que regresen de la cautividad babilónica. En tercer lugar, el profeta nos da la
razón de por que un nuevo pacto: “porque ellos invalidaron el pacto”. ¿Cuál
pacto? Las palabras del profeta indican claramente que el pacto invalidado fue el
pacto mosaico o antiguo pacto. Esto queda evidenciado porque se trata del pacto
que Dios hizo con una comunidad (sus padres) cuando la sacó de Egipto.
Recordemos que el antiguo pacto fue proclamado por primera vez en las faldas del
Sinaí. En cuarto lugar, se nos dice aquí cual es la sustancia de este pacto, la cual,
es claramente múltiple: La ley de Dios ya no estaría más escrita en tablas de
piedra, sino en su mente y en su corazón y por ende, desde el más pequeño hasta el
más grande le conocería. Esto nos muestra que este pacto esta acompañado de una
obra santificadora de Dios. Ellos le serían por pueblo y El les sería por Dios (la
misma sustancia del pacto mosaico) y todos sus pecados serían perdonados.
• Jeremías 32:36-44: “Y con todo, ahora así dice Jehová Dios de Israel a
esta ciudad, de la cual decís vosotros: Entregada será en mano del rey de
Babilonia a espada, a hambre y a pestilencia: He aquí que yo los reuniré
de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo e
indignación grande; y los haré volver a este lugar, y los haré habitar
seguramente; y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios. Y les daré
un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que
tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos. Y haré con ellos pacto
eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en
el corazón de ellos, para que no se aparten de mí. Y me alegraré con ellos
haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi
corazón y de toda mi alma. Porque así ha dicho Jehová: Como traje sobre
este pueblo todo este gran mal, así traeré sobre ellos todo el bien que
acerca de ellos hablo. Y poseerán heredad en esta tierra de la cual
vosotros decís: Está desierta, sin hombres y sin animales, es entregada en
manos de los caldeos. Heredades comprarán por dinero, y harán escritura
y la sellarán y pondrán testigos, en tierra de Benjamín y en los contornos
de Jerusalén, y en las ciudades de Judá; y en las ciudades de las
montañas, y en las ciudades de la Sefela, y en las ciudades del Neguev;
porque yo haré regresar sus cautivos, dice Jehová”.
Este pasaje nos habla de un pacto de Dios con Israel, un pacto que seria hecho en
algún momento después de regresar de la cautividad. Obviamente no se trata del
antiguo, pues el pasaje nos dice que este pacto se caracteriza por ser eterno y como
hemos visto, el antiguo pacto no fue eterno, la misma case de Israel lo invalidó.
Luego el pasaje agrega parte de la sustancia de dicho pacto: “no me volveré atrás
de hacerles bien”. Dios se compromete a usar su poder para hacer que todo obre
para el beneficio de su pueblo. No solo esto, El no lo haría solo por cumplimiento,
sino que se alegraría en hacer bien a su pueblo. Otra parte de la sustancia es que El
pondría su temor en el corazón de ellos para preservarlos en la fe. Esta es
precisamente la razón de por que es eterno. El antiguo pacto no era eterno. Este
caducó porque ellos se apartaron de los términos del pacto. Pero el nuevo pacto
esta acompañado por una obra preservadora de Dios para que sus hijos nunca se
aparten de el. Esto asegura la permanencia dentro del pacto y la continua
bendición sobre ellos.
Aquí hay una referencia al mismo pacto del que se ha venido tratando. Se trata de
un pacto que tendrá lugar en algún momento luego de traer a su pueblo del
cautiverio. Se les promete allí un lavado de sus pecados e inmundicias. No solo
esto, se les promete un cambio de corazón, lo que indica que este pacto incluye
una obra trasformadora de Dios y se les promete el Espíritu de Dios mismo. Esto
es exactamente lo que vemos en Isaías 59:20-21. Luego hay una promesa de que
Dios mismo los haría caminar en sus estatutos, siendo esto una promesa análoga a
la de escribir su ley en sus mentes y corazones. Luego se agrega la substancia
principal de este pacto: “vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por
Dios”. Algo que caracteriza estas personas es un sincero arrepentimiento y dolor
en respuesta a que Dios mismo a través de su Espíritu les acordaría sus malos
caminos. Ellos entonces se arrepentirían y Dios los perdonaría.
• Lucas 22:20: “De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa,
diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se
derrama”. Este pacto, como otros pactos que hemos visto, tiene una
ratificación. El nuevo pacto es ratificado con la sangre de Cristo derramada
en la cruz y la santa cena se celebra en memoria de las promesas del pacto y
de la ratificación del mismo: “esta copa es el nuevo pacto en mi sangre”.
Así como en el pacto Abrahamico la circuncisión era un símbolo
obligatorio para Abraham y sus descendientes, de esta misma manera, la
santa cena es un recordatorio obligatorio para los miembros del pacto: “y
habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi
cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí” (1 Cor.
11:24). Este pasaje nos da entonces un poco de luz acerca del tiempo en que
seria hecho este pacto. Los profetas fueron un poco ambiguos con respecto
al tiempo, pues simplemente decían: “después de aquellos días”,
refiriéndose a algún momento después del regreso de la cautividad. Pero
este pasaje es mas especifico, pues nos dice explícitamente que sucede por
y a través de la persona y la obra de Cristo, ratificado con su misma sangre
derramada en la cruz.
Este pasaje corrobora con lo ya dicho en el pasaje anterior. Los gentiles estaban
lejos de a ciudadanía de Israel y de los pactos de la promesa. Dios entonces rompe
en Cristo la pared intermedia de separación entre judíos y gentiles, pasando a ser
un solo pueblo. Los gentiles fueron acercados a la ciudadanía de Israel y se les
hizo participantes de los pactos de la promesa y fueron circuncidados en el
corazón no por mano de hombre, sino por Dios mismo.
• Hebreos 7:22; 8:6: “Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto”;
“Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un
mejor pacto, establecido sobre mejores promesas”. . El pasaje nos habla de
un nuevo pacto. Este es contrastado con el antiguo pacto y es considerado
como un mejor pacto. Mejor pacto porque esta basado sobre mejores
promesas. Explícitamente se dice que Jesús mismo es el mediador de este
pacto.
• Hebreos 9:15: “Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que
interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo
el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna”.
Se llama a Jesús como el mediador del nuevo pacto, el cual seria ratificado
con su sangre derramada, siendo esta la causa de la remisión de los pecados
que se habían cometido bajo el primer pacto, para que de esta manera
pudiesen recibir la herencia eterna.
• Hebreos 10:16: “Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos
días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las
escribiré”. Aquí el autor cita nuevamente Jeremías 31 y cita textualmente
una de las promesas para este pacto: Que su ley seria escrita en las mentes y
los corazones de ellos.
• Heb 9:20: “diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado”.
La sangre derramada de Cristo es la ratificación de este pacto y el medio
por el cual fueron compradas todas las promesas del mismo.
• Heb 10:29: “¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare
al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue
santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?”. Otra vez el autor a
los Hebreos identifica la sangre de Cristo con el nuevo pacto. El
descarriarse de la fe que una vez abrazó seria un acto de rebelión y
desprecio a la sangre del pacto.
• Heb 13:20: “Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor
Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno”.
Se menciona otra vez la sangre de Cristo como la base del nuevo pacto.
Algo interesante es que este pasaje identifica este pacto con el pacto eterno
prometido por Dios a través de los profetas.
a) El pacto Mesiánico
b) El logro de la redención del pecado.
c) Recepción del pago parcial de la heredad: El Espíritu Santo.
1- Una bendición moral. Esta bendición moral incluye una obra transformadora,
una obra santificadora y una obra preservadora de Dios.
¿Cuál es la condición para que esto suceda? No hay condición, esto solo
depende de Dios; en otras palabras, es incondicional. Dios lo hace todo
y punto, todo dependerá de El. Así que ¿Cuál es mejor? ¿La promesa
condicional del pacto mosaico o las promesas incondicionales del nuevo
pacto? El escritor a los hebreos dice que este es un mejor pacto,
establecido sobre mejores promesas, promesas incondicionales. En este
pacto encontramos el mismo tipo de incondicionalidad que encontramos
en el pacto de gracia.
En este nuevo pacto no tenemos un lugar físico, pues Jesús vino a tomar el lugar
del templo: “Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo
levantaré… Mas él hablaba del templo de su cuerpo” (Jn. 2:19, 21). Así que, la
comunión en este nuevo pacto viene a través de la obra sacerdotal de Jesucristo.
Es a través de El que nos acercamos a Dios; nadie viene al Padre si no es por El.
En Cristo somos hechos reyes y sacerdotes y en virtud de su obra sacerdotal
podemos ofrecer sacrificios espirituales a nuestro Dios.
Cuando una persona responde a la voz de aquel profeta del que Moisés habló
(Cristo) y le sigue, seguidamente es injertado en el pueblo de Dios; ahora el le
pertenece a Dios y Dios a El. Este pueblo se caracteriza porque ha sido perdonado
de sus iniquidades en la sangre de Cristo, lo que elimina el obstáculo que no lo
dejaba disfrutar de la comunión con su Dios. Ahora son sus hijos y tienes las arras
de la herencia que ha de recibir, el Espíritu Santo. Ahora disfruta de la comunión
con su Dios y nada ni nadie lo podrá separar de El hasta el fin del mundo. No solo
esto, es un pueblo que se caracteriza por ser celoso de buenas obras. Ellos tienen la
ley de Dios escrita en su mente y en su corazón y permanecerán en la fe porque
Dios pondrá su temor dentro de ellos para que no se aparten de El. Este pueblo
solo espera la consumación de su redención, cuando Cristo venga y resucite sus
cuerpos para estar junto a todos los demás redimidos y miembros del mismo pacto
para adorar a Dios en cielos nuevos y tierra nueva.
3- Muestra la misma imagen del cielo y la gloria eternal: Todos los redimidos de
todas las edades, reunidos todos juntos con palmas en sus manos y dando
gloria a aquel que los salvó y que vive por los siglos de los siglos. Es cierto que
hay hipócritas en la iglesia. Jesús dice claramente que habrá también cizaña.
Pero en aquel día, Cristo hará separación, las ovejas estarán a su derecha y los
cabritos serán echados el infierno, lejos de Dios y del pueblo del pacto.
3- Los pactos nos llaman a imitar la fidelidad de Dios y sus palabras. Las
Escrituras dicen: “¿Quién hallara al hombre fiel?”. Nosotros imitar a Dios
como hijos amados, siendo honestos y confiables. Debemos además reflejar
nuestra fidelidad a su palabra, andando en integridad en nuestras vidas.
4- Los pactos de Dios son un gran aliento al pueblo de Dios en sus aflicciones.
(Hebreos 6: 18) ¿Por qué Dios se esforzó para hacer todo esto, aun cuando El
no tenía que hacerlo? Si Dios no miente ¿por que jurar? El da juramentos para
consolarnos y estimularnos. Su gracia y misericordia son tan grandes que El
condesciende debido a nuestra debilidad. ¡Alabada sea la gloria de su gracia y
misericordia!