Dialéctica y Conocimiento
Dialéctica y Conocimiento
Dialéctica y Conocimiento
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Dialctica y conocimiento
Coleccin Teorema
Jindich Zelen
Dialctica y conocimiento
Traduccin de Jacobo Muoz
Prlogo
Los seis trabajos reunidos en este volumen constituyendo un todo han surgido obedeciendo, ciertamente, a pretextos diversos en los ltimos cuatro aos. Algo tienen, sin embargo, en comn. Todos ellos se proponen, desde ngulos diversos, argumentar y clarificar el inalienable papel que a la dialctica materialista le corresponde en la fundamentacin lgico-gnoseolgica del pensamiento cientfico-actual. En el apndice figuran los datos bibliogrficos precisos de cada uno de los trabajos que siguen. Diciembre de 1974. J. Z.
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La razn surge y se desarrolla como pr opiedad social humana en interrelacin inextricable con el trabajo, por un lado, y con el lenguaje por otro, y tiene un portador biosomtico: viene unida al cerebro y al sistema nervioso del hombre que vive en sociedad. La razn es una propiedad habitual de seres humanos siempre socialmente unidos en formas evolutivas histrico - concretas; se manifiesta: a) en la capacidad de crear, unir y separar fundamentadamente significados, as como enjuiciarlos en lo que hace a su verdad; b) en la capacidad de una accin teleolgica tendente a la satisfaccin de las necesidades materiales y espirituales mediante la realizacin de objetivos previamente escogidos mediante el recurso a medios adecuados. Se trata de la funciones cognitiva y prctica, respectivamente, de la razn.
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Los significados pueden estar ms o menos alejados de las percepciones sensoriales. Pueden ser significados, esto es, representaciones y conceptos del lenguaje ordinario o significados del lenguaje cientfico (terico). Pueden ser significados muy diferentes, esto es, representaciones y conceptos distinguibles y diferenciables de acuerdo con los ms diversos criterios l. Llamamos pensamiento racional al movimiento de los significados en el sentido del 2. Distinguimos entre un movimiento lingstico (objetivamente transitivo) y un movimiento metalingstico de los significados, y entre un pensamiento transitivo y un pensamiento reflexivo. Esta circunstancia complica la teora del reflejo. En ambos casos se trata de un pensamiento material, objetivo, con diferentes tipos de objetualidad. Las consideraciones y reflexiones lgico gnoseolgicas -esto es, precisamente, del tipo de las que ahora estamos llevando a cabo y que bien podran designarse tambin como reflexiones del mbito de la semitica lgica- ofrecen, en su mayor parte, un ejemplo del movimiento metalingstico de los significados, no limitndose, al hacerlo, al lenguaje en la abstraccin de la materialidad y actividad extralingstica, sino concibindolo como parte, en cuanto lenguaje y en cuanto pensamiento, de la vida social global que es esencialmente prctica (8.a tesis sobre Feuerbach de Marx). Del pensamiento terico (cientfico) racional y del pensamiento ordinario racional distinguimos otras formas de movimiento de los significados (representaciones), a propsito de las que no se trata ante todo de una unin o interrelacin fundamentada de los significados bajo el aspecto de la veracidad. Se trata, por ejemplo, del pensamiento mtico y, en general, artstico e imaginativo, que se expresa en un discurso libre y vinculado, o por recurso, en determinados casos, a otro tipo de signos, o del pensamiento fantstico con el que nos encontramos en el mbito de la religin, del sueo, etc. Es esencial que el pensamiento fantstico di scurra en la consciencia, en cuyo caso se trata de fantasa, o que se le reconozca subjetivamente -como en el caso de la religin- la capacidad de procurar la verdad, es decir, una verdad
1 Cfr., por ejemplo, la clasificacin que ofrece S. L. Rubinstei n en su libro Grundlagen der allgemeignen Psychologie, Berln, 1973.
superior a la de la razn natural. Del pensamiento racional en la delimitacin aqu provisionalmente expuesta se distinguen, por ejemplo, el pensamiento de los enfermos mentales o esos estadios evolutivos primitivos del pensamiento humano con los que nos encontramos en procesos psquicos de seres vivos, particularmente en primates. Entre el pensamiento racional y otras formas de pensamiento no existe una lnea divisoria ntida, cortante; imposible de saltar. Se dan aqu interrelaciones genticas y estructurales con la posibilidad de un solapamiento parcial, etc. Elementos del pensamiento imaginativo (fantstico) pueden jugar aqu un papel considerablemente positivo en lo que se refiere al pensamiento terico creador. El pensamiento terico, a su vez, puede tener un valor esttico o cumplir una funcin esttica, etc.
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En su nivel originario y fundamental el pensamiento racional es un reflejo del ser material. Surge y se desar rolla ante todo como momento del ser prctico material 2. En niveles culturales superiores se desarrollan tambin conceptos
2 Cfr. al respecto algunas ideas de los fundadores del marxismo: 1. F. Engels: Tanto la ciencia natural como la filosofa han descuida do hasta el momento enteramente la influencia de la actividad de los hombres sobre su pensamiento. Slo conocen la naturaleza, por una parte, y los pensamientos por otra. Pero precisamente la transformacin de la naturaleza por los hombres, y no la naturaleza sola como tal, es el fundamento ms importante e inmediato del pensamiento humano, y en la relacin en la que el hombre aprendi a transformar la naturaleza, en esa relacin creci su inteligencia. (Marx -Engels, Werke, vol. 20, Berln, 1973, Pg. 489). 2. En sus observaciones al tratado de Economa Poltica de Wagner, Marx escribe: El hombre est en relacin con las cosas del mundo exterior como medio para la satisfaccin de sus necesidades. Pero los hombres en modo alguno comienzan estando ya en esta relacin terica con las cosas del mundo exterior. Comienzan, como todo animal, comiendo, bebiendo, etc., o sea, no estando en una relacin... sino comportndose activamente, aduendose de ciertas cosas del mundo exterior mediante la accin, para as satisfacer su necesidad. (Comienzan, pues, con la produccin.) Mediante la repeticin de este proceso va grabndose en su cerebro la propiedad de estas cosas de satisfacer sus necesidades; los hombres, como tambin los animales, aprenden tericamente a distinguir las cosas externas, que sirven para la satisfaccin de sus necesidades, de todas las dems. (Marx-Engels, Werke, vol. 19, Berlin, 1972, pgs. 362-363.) 3. Fr. Engels: Las ideas provienen todas de la experiencia, imgenes especulares -correctas o deformadas- de la realidad... Dos tipos de experiencia -material externa e interna- leyes y formas del pensamiento... El pensamiento tiene como nico contenido el mundo y las leyes del pensamiento. (Ibd., vol. 20, pgs. 573-4.) 4. K. Marx: Pero la evolucin de la ciencia, de este reino a un tiempo ideal y prctico, slo es una cara, una forma en la que... aparece... la evolucin de las fuerzas productivas humanas. (Grundrisse, Berlin, 1953, pg. 439.)
que son un reflejo del reflejo. En lneas generales puede, pues, decirse que el pensamiento 3 viene condicionado, en su esencia y en su desarrollo, por tres momentos: a) por la naturaleza de la realidad extrahumana objetiva, anorgnica y orgnica, reflejada; b) por la naturaleza de la realidad socioh istrica (de las formas sociales de la praxis) reflejada, cuyo momento producido y productor es el pensamiento de cada poca; en las sociedades de clase este condicionamiento encuentra su expresin, entre otras cosas, en el carcter ideolgico, clasista, d e algunas de sus formas de pensamiento; c) biosomticamente 4.
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El movimiento, en el orden del pensamiento, de los significados no es, segn Marx, otra cosa que lo material reelaborado y traducido a la cabeza humana5. Si designamos d movimiento, en el orden del pensamiento, de los significados como lo ideal, nos encontramos con que resulta posible expresar, a grandes rasgos, la interrelacin histrico-evolutiva de lo material y lo ideal como sigue: a) Originariamente todas las representaciones y c onceptos son una refiguracin subjetiva, ms o menos adecuada, de algo ya previamente existente en la realidad material con independencia de lo ideal. b) La reelaboracin de este elemento material al hilo de su traduccin a la cabeza humana descansa, entre otros factores, en el hecho de que los significados-refiguraciones tienen, en comparacin con la realidad ma terial reflejada, una mayor movilidad y temporalidad especficas (dirigidas tambin al pasado). Posibilita transformar, dentro de ciertos lmites y mediante la accin teleolgica humana, una realidad material previamente dada con la
3. Para abreviar recurriremos en lo sucesivo, y generalmente, a la expresin pensamiento por pensamiento racional. 4. Cfr. F. Engels: Toda refiguracin men tal del sistema objetivo del mundo viene y permanece realmente limitada por la situacin histrica, y subjetivamente por la constitucin corporal y mental de su autor. (Marx, Engels, Werke, vol. 20, Berln, 1973, pg. 35.) 5. K. Marx, Das Kapital I., Berln, 1945, pg. 18.
ayuda del pensamiento planificador. De este modo es traducido de la cabeza humana a la realidad material y con ello objetivado, es decir, convertido en elemento ideal materializado, lo material, en uno de sus aspectos, en los mbitos del contacto entre naturaleza y sociedad. c) En la evolucin de la sociedad el pensamiento viene a ser al fin, en parte, un nuevo elemento ideal de este tipo, que surge de la reelaboracin y traduccin de lo material, que en parte es un elemento ideal objeti vado, materializado. La evolucin histrica del proceso de trabajo y de la produccin social es, al mismo tiempo, una evolucin de la interrelacin histrico -procesual de lo material y de lo ideal a que nos hemos referido. Lo material natural permanece, e n cualquier caso, juntamente con lo material que surge de la objetivacin de lo ideal, asimismo en los estadios histricos superiores del proceso global.
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La actividad cognoscitiva, el conocimiento, se realiza mediante la creacin y movimiento de los significados (percepciones sensoriales, representaciones, conceptos). Todo pensamiento racional es actividad cognoscitiva. Distinguimos entre tipos (modos) diferentes de conocer. Segn el rgano cognoscitivo: a) Conocimiento por la va de la percepcin s ensorial, bien aa) directa inmediata, bien ab) directa mediata (fotografas, film, TV); b) Conocimiento por la va del pensamiento conceptual. Segn el carcter de la fundamentacin y contrastacin: a) conocimiento elemental; b) conocimiento por aprendizaje; c) conocimiento por aplicacin de mtodo conscientemente crtico: conocimiento cientfico a propsito del que cabe distinguir entre cientfico en sentido amplio y en sentido estricto, tratndose, en este ltimo caso, de una investigacin que incide, mediante el mtodo cientfico, sobre mbitos hasta ese momento no conocidos. Segn los estadios de la evolucin en la ontognesis y en la filognesis:
La evolucin de la capacidad de pensamiento racional (inteligencia) en los nios actuales es investigada experimentalmente en la escuela de Piaget, por ejemplo, o en la de Rubinstein en la Unin Sovitica 6. En la historia de la humanidad la actividad cognoscitiva ha asumido diferentes formas. Engels dice al respecto: El pensamiento terico de cada poca, y por lo tanto tambin el de la nuestra, es un producto histrico, que en pocas distintas ha asumido una forma variable y, en consecuencia, un contenido asimismo muy variable. La ciencia del pensamiento es, pues, como cualquier otra, una ciencia histrica, la ciencia de la evolucin social del pensamiento humano.7 En este contexto se plantea la cuestin de los tipos histricos del pensamiento racional (de los tipos histricos de racionalidad). En lo sucesivo nos ocuparemos, fundamentalmente, del conocimiento cientfico. De todos modos, ciertas propiedades esenciales del conocimiento cientfico y de los tipos histricos de racionalidad, salvo la relacin con el conocimiento vinculado al lenguaje ordinario, cotidiano (y con la praxis poltica y socio-productiva, ordinaria, de las masas), no resultan investigables aqu.
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El pensamiento y la percepcin sensorial guardan entre s una interrelacin muy compleja. La percepcin sensorial y el pensamiento concreto -figurativo a ella vinculado (pensamiento preconceptual en representaciones) es, por lo general, histrico, y en la ontognesis primario, pero el pensamiento racional desarrollado oscila siempre entre la percepcin sensorial (intuicin viva) y el pensamiento conceptual de diferentes capas, grados y mbitos de abstraccin (generalizacin o idealizacin y formalizacin, respectivamente). Sin esta oscilacin no puede tomar cuerpo conocimiento cientfico verdadero alguno. El pensamiento conceptual no reelabora nicamente lo sensorialmente dado, sino que influye tambin activamente sobre el proceso perceptivo de lo sensiblemente dado en la dialctica evolutiva de lo a posteriori y de lo a priori. En la evolucin de la sociedad surge y se desarrolla el fundamento
6. Cfr. tambin J. Limhart, Proces a struktura lidskho ueni, Academia, 1972. 7. Marx-Enge1s, Werke, vol. 21, Berln, 1973, pg. 330,
biosomtico (el cerebro humano), en el que viene hereditariamente programada la posibilidad de la comprensin de determinadas percepciones, por ejemplo, del lenguaje.
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El pensamiento es susceptible de ser verdadero cuando los significados y sus conexiones constituyen un reflejo adecuado de la realidad objetiva, esto es, cuando corresponden a la realidad objetiva en cuanto refiguraciones suyas en el orden del pensamiento. Criterio de verdad puede ser, en casos poco exigentes, y segn la naturaleza del objeto de nuestro pensamiento, la percepcin sensible directa e inmediata o la directa y mediada, de la que los engaos y espejismos de los sentidos son erradicados mediante el pensamiento crtico. En el pensamiento que refleja el lado cuantitativo-informacional de los objetos, la obediencia a las reglas formales de las combinaciones y transformaciones de filas de signos y de significados puede constituir, en muchos casos, el criterio de verdad (= correccin). De todos modos, toda esta correccin solo puede tener, en ltima instancia, el carcter de verdad por y en la medida que las estructuras formales surgidas mediante idealizacin son, en su punto de partida y en sus est ructuras primarias de movimiento, un reflejo adecuado del correspondiente aspecto de los procesos materiales. El criterio definitivamente fundamentante de verdad es -aunque no resulte determinante, en cada caso particular, de modo definitivo e ilimitado - la praxis histrico-social. Se plantea la cuestin de la diferencia entre el concepto dialctico-materialista y el metamatemtico-semntico (Tarski) de verdad.
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Llamaremos al pensamiento cientfico racional (al conocimiento), pensamiento terico (en sentido amplio). Con el paso del mito al logos, en la antigua Grecia surge el pensamiento terico, primero en la figura del pensamiento filosfico-terico, del que ms tarde se desgaja relativamente el pensamiento terico cientfico -particular, de formas distintas segn los
mbitos de investigacin y los estadios histricos evolutivos del pensamiento cientfico particular. El concepto de conocimiento cientfico racional vino a ganar, en un momento determinado, una importancia inequvoca al hilo histrico de la emergencia de la ciencia matemtica de la naturaleza de la Edad Moderna. El conocimiento acorde con los ideales de Galileo y de Descartes era un conocimiento racional por excelencia. Esta ratio fue concebida como versin (perfeccionada en su significado) de la antigua EPISTEME, como solucin por fin encontrada del antiguo ideal del conocimiento epistmico. Particular atencin merece el problema de la relacin entre el pensamiento terico-filosfico y el cientfico-particular en la poca histrica actual, as como el problema de la relacin entre el pensamiento terico y el cotidiano.
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Una parte del pensamiento racional permite ser algoritmizada. El movimiento algoritmizable de los significados puede simularse y acelerarse con ayuda de los ordenadores. Con ello guarda relacin el problema de la llamada inteligencia artificial. Tomamos el concepto de algoritmo en la definicin de A. A. Markow 8. El ordenador (computer) es una mquina que est adaptada para el movimiento acelerado de los signos, resultando a un tiempo este movimiento sgnico de los significados (semnticamente) interpretable. O lo que es igual: el ordenador trabaja con un lenguaje al que en su reduccin a la sintaxis hemos allegado una semntica que nos es conocida, pero no piensa . Segn parece, en el mbito de las formas lgicas parece hoy conveniente seguir desarrollando el concepto restringido de la interpretacin meramente semntica por la va conceptual de una interpretacin semitica histrico social multidimensional.
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El pensamiento es una actividad que discurre en formas de pensamiento.
8. A. A. Markow, Teora algorifmov, Mosc, 1954
Distinguimos entre formas de pensamiento en sentido estricto y formas de pensamiento en sentido amplio. Formas de pensamiento en sentido estricto, esto es, formas elementales del pensamiento racional, son las siguientes actividades (operaciones) racionales elementales y las formas a ellas correspondientes, relativamente estables, que presuponen y en las que culminan: concepto, juicio (predicacin), conclusin. Forma central elemental del pensamiento (forma lgica) es el juicio. Aristteles fue el primero en delimitar las formas de pensamiento en sentido estricto y en sentar las bases para la investigacin sistemtica de las mism as. Haber sabido hacer abstraccin de todo contenido de pensamiento a propsito de algunas de las formas de pensamiento en sentido estricto, clarificando a un tiempo algunas de sus propiedades (legaliformidades) generales, es una de las aportaciones cientficas ms relevantes de Aristteles. Con ello no pretende decirse que Aristteles se limitara a la investigacin de las formas de pensamiento en sentido estricto y con abstraccin de todo contenido de pensamiento. Elabor la histricamente primera y sistemticamente ms influyente teora de los tipos bsicos de significados del orden del pensamiento, as como de las leyes de su movimiento e interrelacin en el conocimiento verdadero. Marx manifiesta en El Capital (1.a. ed.9) la idea de que Aristteles investig a menudo no slo las formas del ser, sino tambin las del pensar, mejor que sus crticos modernos. Ya en la Metafsica de Aristteles -y antes en Platn, en el Parmnides entre otros dilogos, y en los presocrticos- encontramos las bases de una concepcin de las formas lgicas ms profunda que la meramente lgico formal. Pieza esencial de la lgica formal tradicional era la investigacin de las formas de pensamiento en sentido estricto en cuanto formas indiferentes respecto de todo contenido de pensamiento, esto es, haciendo abstraccin del mismo. En la lgica dialctica Hegel investiga tambin estas formas, entre otras, pero como contenidos formales, en interrelacin profunda con las formas del ser y del actuar, esto es, con los contenidos formales del proceso natural y de la vida social (humana) 10.
9. Pg. 772.
Las formas elementales de pensamiento pueden ser, en un principio, investigadas partiendo de ciertos presupuestos abstractos, de los que venimos a hacemos conscientes. Acto seguido hay que llevar asimismo lo lgico, esto es, las formas de pensamiento en sus formas legaliformes, necesarias, generales, a los contextos interrelacionales de los que las hemos sacado de modo temporal e inicialmente condicionado. La des -abstraccin viene a revelamos as algunas propiedades nuevas de las formas lgicas de pensamiento. La lgica matemtica contempornea trabaja con un concepto reducido de forma lgica (cfr. por ejemplo, A. Church: lntroduction to Mathematical Logic, Introduccin 02).
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En lo sucesivo restringiremos nuestra investigacin de las formas lgicas de pensamiento a la aplicacin del punto de vista ontopraxeolgico. Nos cuestionaremos si a propsito de las formas lgicas de pensamiento o, lo que es igual, de los tipos histricos de racionalidad, cabe decir algo nuevo investigndolos en contextos onto-praxeolgicos. Con vistas a la clarificacin de este mtodo comenzaremos por dejar sentado que en su punto de partida nos orientamos de acuerdo con las siguientes ideas de Lenin 11, a cuya aplicacin tenderemos en las investigaciones lgicas: a) El punto de vista de la vida, de la praxis, tiene que ser el punto de vista primero y fundamental de la teora del conocimiento. 12 b) La idea de introducir la vida en la lgica es comprensible -y genial- desde el punto de vista del proceso de reflejo del mundo objetivo en la (en un principio individual) consciencia de los hombres y de la contrastacin de esta consciencia (de este reflejo) por la praxis... Si se investiga la relacin del sujeto con el objeto en la lgica, hay que tomar tambin en consideracin los presupuestos generales para el ser del sujeto concreto (= vida de los hombres)
10. Sobre las categoras dialcticas de forma y contenido puede consultars e con provecho el trabajo, por ejemplo, de V. 1. Kuraew en el volumen colectivo Kategori dialektiki kak stupeni poznanija, Mosc, 1971, pgs. 208-238. 11. Cfr. asimismo las principales ideas de Marx y de Engels sobre la naturaleza de lo lgico, tal y como fueron expuestas arriba, 4 12. W. I. Lenin, Materialismus und Empiriokritizismus, Berln, 1972, pgina 137.
en el entorno objetivo.
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c) ...Resulta indudable... que la praxis figura en Hegel como eslabn en el anlisis del proceso de conocimiento y, ciertamente, como transicin hacia la verdad objetiva (en la terminologa de Hegel, absoluta). Marx enlaza, en consecuencia, de manera inmediata con Hegel al introducir el criterio de la praxis en la teora del conocimiento: vid. las Tesis sobre Feuerbach. 14 d) Las relaciones (= transiciones = contradicciones) de los conceptos = contenido principal de la lgica, relevndose aqu asimismo estos conceptos (y sus relaciones, transiciones, contradicciones) como reflejos del mundo objetivo. 15 e) Han transcurrido milenios desde que surgi la idea de la cadena de todas las cosas, de la serie de las causas. Comparando cmo han sido concebidas estas causas a lo largo de la historia del pensamiento humano vendra a obtenerse una teora del conocimiento de indiscutible fuerza probatoria. 16 f) Para que las diferentes figuras lgicas pudieran asumir la condicin central de axiomas, la actividad prctica humana tuvo que obligar a la consciencia del hombre a repetirlas miles de mil lones de veces. 17 En orden a caracterizar nuestro proceder en trminos semiticos, esto es, desde el punto de vista del proceso lingstico, en el que distinguimos entre un aspecto pragmtico, otro sintctico y otro semntico, diramos lo siguiente: el pensamiento racional es, ante todo, un proceso semntico, en orden a cuya clarificacin hemos de tomar, en cualquier caso, en consideracin tambin el aspecto lingstico sintctico y el aspecto pragmtico de orden lingstico y extralingstico. Apuntamos aqu a una semitica construida sobre la base de la teora materialista del reflejo 18.Tenemos que habrnoslas con problemas situados en la confluencia de la semitica emprica y la pura (lgica). Y al hacerlo, no slo hemos de trabajar con significados sin atencin alguna a sus
13. W. I. Lenin, Philosophische Hefte, Berln, 1973, pg. 192. 14. Ibid., pg. 202. 15. Ibid., pg. 186. 16. Ibid., pg. 331. Cfr. las ideas de Lenin acerca de la reelaboracin detallada de la teora del conocimiento sobre la base de la historia del conoc imiento en general, sobre todo de la historia de la filosofa, de las ciencias particulares, de la evolucin racional del ser vivo y del nio, de la historia del lenguaje, de la psicologa y de la neurofisiologa (ibid., pg. 335). Cfr. tambin las ideas d e Engels en el Anti-Dhring (Werke, vol. 20, pg. 331) a propsito de la necesidad de conocer el proceso histrico-evolutivo del pensamiento humano, as como las concepciones de los nexos e interrelaciones generales del mundo exterior surgidas en las diferentes pocas... 17. Ibid., pg. 181. 18. Cfr. L. O. Reznikov, Gnoseologiceskije voprosy semiotiko. LGU, 1964: 1. S. Narskij (ed.), Problema znaka i znacenija, Mosc, 1969
denotaciones, sino tambin con significados asumidos como reflejo mental de las denotaciones, concibiendo a un tiempo de manera materialista el aspecto pragmtico como comunicacin humana en la praxis social, una praxis que se desarrolla sobre una base caracterizada, ante todo, por la dialctica de las fuerzas productivas y de las relaciones de produccin (y en las sociedades clasistas, por la lucha de clases). El dominio de la semntica lgicomatemtica -al que en la bibliografa mundial con que hasta el momento contamos se ha dedicado una atencin proporcionalmente muy grande - ha de ser asumido como un subdominio de la semitica emprica, ampliamente concebida, y lgico-dialctica. Los problemas lgicos actuales (lgicodialcticos) de mayor importancia hunden, al parecer, sus races precisamente en la relacin entre el lenguaje ordinar io (y las formas de trabajo) y el lenguaje cientfico, incluido el metalenguaje y los lenguajes artificiales. La investigacin de los mismos exige desbordar los estrechos lmites de la semitica lgico-matemtica 19, impuestos por presupuestos abstractos tanto explcitos como implcitos, con una idea pro gramtica que apunta a la elaboracin, con la ayuda del mtodo ontopraxeolgico 20, de una semitica lgico-dialctica mucho ms ampliamente concebida.
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La forma de pensamiento ms simple y general e s el juicio. Surge mediante predicacin, que es la actividad de pensamiento racional elemental. El juicio es la forma ms simple de pensamiento, dado que todo concepto es implicite un juicio, y toda conclusin puede descomponerse en juicios. El juicio es la forma ms general de pensamiento, dado que est presente en todo acto de pensamiento y en toda objetivacin lingstica del pensamiento.
19. Stegmller habla de la crisis de la semitica lgico -matemtica y de la necesidad de buscar un acceso enteramente nuevo al complejo problemtico "teora y experiencia" (Probleme und Resultate der Winssenschattstheorie und Analytischen Philosophie, vol. 1, Berln, 1969, pg. XIX). 20. Utilizamos a lo largo del texto que sigue el trmino ontopraxeolgico como abreviatura de la expresin: concepcin materialista -dialctica, que aplica el principio de la unidad de lo lgico y de lo histrico, y que se apoya sobre la idea de Engels segn la cual, el fundamento esencial y primero del pensamiento humano es precisa mente la transformacin de la naturaleza por los hombres y no la naturaleza sola como tal (Werke, vol. 20, pg. 498).
Ejemplo de juicios pueden ser los pensamientos que lingsticamente en las siguientes proposiciones (enunciados): a) Mi madre naci en Zajeice. b) El agua consta de hidrgeno y oxgeno. c) El perro es un mamfero. d) El ao 1980 es un ao bisiesto. e) El juicio es la forma de pensamiento ms simple y general. f) La ecuacin de segundo grado tiene dos races. g) Los gases de escape son malos para la salud.
se expresan
A propsito de todo juicio pueden aducirse, obtenidas por la va del anlisis, las siguientes determinaciones: El juicio es una estructura significativa, expresable siempre en uno u otro lenguaje, esto es, con ayuda de signos materiales, de la palabra hablada, escrita, o de otros signos acordados o inteligibles de modo general gracias a la tradicin y a los que por esta va se ha conferido validez general. El juicio es una formacin sgnico -significativa. Todo juicio es originariamente (y sigue sindolo de modo potencial) un acto de pensamiento espacio-temporalmente determinado, y es al mismo tiempo una formacin de pensamiento relativamente fijada u objetiva, que se expresa mediante signos, o que puede ser expr esada as. El juicio es una formacin que en cierto sentido representa la unidad del producir y del ser producido. Todo juicio es una unidad significativa (una totalidad significativa) creada por una multiplicidad de significados. En todo juicio se encuentra de modo rudimentario la unidad de lo aposteririco y lo apririco. A la determinacin esencial de todo juicio pertenece, adems, la circunstancia de que el juicio es una unidad de determinaciones opuestas. Esta es la propiedad ms profunda y originaria del juicio, de la que por derivacin viene a abstraerse la consistencia (libertad de contradiccin) en el sentido de la lgica formal aristotlica. As, por ejemplo, la exigencia de usar los mismos conceptos en uno y el mismo sentido tiene como presup uesto la validez de la abstraccin de la identificacin, esto es, que lo diferentes en el espacio y en el tiempo sea mentado como lo mismo.
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A partir de esta unidad dialctica de determinaciones opuestas, la concepcin metafsica del juicio fija unilateralmente la determinacin del juicio bien como un acto de pensamiento (J. S. Mill, psicologismo en la lgica), bien como una estructura o entidad significativa fija, objetiva, desgajada del acto de pensamiento y de lenguaje (A. Church, y con anterioridad a l ya G. Frege, la lnea platonizante en la filosofa de la lgica matemtica 21). En la clarificacin de la naturaleza de la lgica, tanto los nominalistas (Quine, Goodman y otros) como los platnicos (Church y otros), buscan una salida eclctica a partir de la incomprensin de la dialctica de lo general y de lo particular, de lo idntico y de lo diverso, de lo material y de lo ideal, del movimiento y de la quietud. Algunos lgicos matemticos de la lnea platonizante conciben el juicio (proposition) de manera abstractamente metafsica tan slo como una formacin o entidad significativa ideal desgajada de la relacin con wording (y toda expresin sgnica material en absoluto) y con el acto de pensamiento. Lo que en las representaciones de los lgicos matemticos platonizantes es asumido, en cuanto sentence, como purely syntactical entity, taken in abstraction from its meaning 22, es algo que en realidad viene vinculado a la posibilidad de la interpretacin y de la coordinacin de los significado s, de modo que aquella supuesta sintacticidad pura, independiente de todo significado, conserva un aspecto semntico y lo tiene como presupuesto (proposition como posibilidad). Ser una entidad sintctica pura es una propiedad no sintctica, sino semntica. Church habla de una dualidad de la serie material de los signos y de los juicios (the duality of sentence and proposition). Para nosotros no se trata de una dualidad, sino de aspectos diferentes de un todo unitario.
21. El trabajo de S. A. Janovskaj a Problemas de la introduccin y exclusin de las abstracciones de orden superior en el volumen colectivo Problemy znaka i znaenia (1. S. Narski ed.), Mosc, 1969, representa un intento de crtica materialista -dialctica del nominalismo y del platonismo . Cfr. asimismo J. J. Lednikow, Kritieskij analyz nominalistieskich i platonistskich tendencij v sovremennoj logike, Kiew, 1973. 22. The Problem of Universals, l. M. Boehenski, Alonzo Chureh, Nelson Goodman (eds.), Notre Dame, Indiana, 1956, pg. 6, Ibid., pg. 4: A proposition in the abstract sense, unlike the traditional proposition, may not be said to be of any language: it is not a form of words, and is not a linguistic entity of any kind exeept in the sense that it may be obtained by abstraction fr om language.
El aspecto sintctico del juicio es un caso especial del aspecto general de conjunto-de-informacin propio de cuanto existe. Todo est de algn modo ordenado. El aspecto sintctico no tiene por qu ser identificado con el aspecto sgnico material. Tanto los significados ideales del orden del pensamiento como sus interrelaciones, como tambin los procesos objetivos materiales, tienen un aspecto de conjunto-de-informacin. En su estructura sgnico-significativa y de acto-de-significar el juicio no viene, pues, vinculado a sta o aquella forma concreta de signos materiales por la que es expresado (por ejemplo, este o aquel lenguaje nacional particular). Y a la vez no existe, sin embargo, independientemente de signos. El pensamiento de curso actual silente presupone filogenticamente y, por lo general, tambin ontogenticamente, el surgimiento, la apropiacin y el uso previos del lenguaje. El pensamiento de curso actual silente slo existe en la medida en que resulta potencialmente expresable medi ante el signo lingstico. Uno y el mismo pensamiento (el mismo significado de un juicio) puede ser expresado por recurso a signos lingsticos diferentes, como revela la traduccin de un lenguaje a otro. Cuando uno y el mismo pensamiento es expresado en el mismo lenguaje repetidas veces o por hablantes diferentes, se usan signos lingsticos que en el espacio y el tiempo son, ciertamente, diferentes, pero que, sin embargo, son tambin los mismos. Al efectuar la identificacin de la abstraccin 23, hablamos -en ese caso concreto- de una y la misma expresin lingstica. Desde este punto de vista queda ya claro que la dialctica de lo general y lo particular y la dialctica de la identidad y la diversidad son propias, de modo general, de todo juicio. Si aceptamos la diferenciacin usual de los signos en iconos perceptibles por la va de los sentidos, ndices y smbolos, podemos decir que los signos lingsticos materiales son smbolos, en tanto que los significados a ellos vinculados son iconos ideales de l as denotaciones. La expresin lingstica viene vinculada de manera flexible, aunque no enteramente flexible, al significado del juicio (al pensamiento). Desde un principio en formas gramaticales fonticamente diferentes, el lenguaje se
23. Su naturaleza ha sido clarificada de cara al lenguaje de la lgica matemtica, por ejemplo, por A. A. Markow y otros.
desarroll histricamente, de todos modos, en interrelacin indisoluble con la evolucin de la formulacin de juicios en la praxis social ma terial. Algunas investigaciones lingsticas y neurofisiolgicas de los ltimos aos (N. Chomsky y otros) distinguen en el uso del lenguaje entre una capa superficial fcilmente transformable y una capa ms profunda y estable. sta corresponde a las estructuras gramaticales ms generales. Cabe interrogarse por las un iones legaliformes existentes entre estas estructuras gramaticales ms profundas y las estructuras hereditariamente programadas de los procesos neurofisolgicos en los centros lingsticos del cerebro, por una parte, y las formas y estructuras lgicas del pensamiento, por otro 24. Los co-portadores (o cosoportes) ms originarios y fundamentales del pensamiento no son los sistemas sgnicos de estructura lingstica general, sino sistemas sgnicos especficos dotados de la estructura lingstica del lenguaje hablado natural.
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De la historia de este problema retendremos ante todo, subrayndolo, que la teora aristotlica del juicio viene contenida en su escrito PERI HERMENEIAS. Cifra su punto de partida en el anlisis de la interrelacin entre lenguaje (lenguaje hablado, discurso, FONAI) y pensamiento, en una serie de consideraciones de carcter sintctico-semntico. Aristteles encontr ya los comienzos de este anlisis en Platn, en los dilo gos Cratilo (431 B), Teeteto (189 E- 190 A; 206 D) y Sofista (240 E - 241 A, 259 D - 263 E). En Leibniz la teora de la predicacin engloba el problema de la verdad. Leibniz investiga agudamente la relacin entre palabras (signos materiales), procesos actuales de pensamiento y pensamientos posibles. Desde este punto de vista (y slo desde l), Kant es ms pobre. Concibe los juicios como juicios abstractos (proposition en sentido estricto), desgajados de los actos lingsticos. En Bolzano (Doctrina de la ciencia, 1837), proposicin significa propositio en sentido tradicional; proposicin en s es propositio en sentido abstracto estricto. La limitacin de la teora semntica de Frege, que llena toda una poca de la
24. Una investigacin del aspecto evolutivo de este problema podra procurar interesantes resultados. Cfr. Dvanct esej o jazyce, Mlad fronta, 1970.
lgica matemtica, ha de ser cifrada en su vinculacin a las entidades matemticas y en su sola consideracin como denotacin del valor de verdad. No refleja adecuadamente la relacin entre significado ideal (como reflejo) y cosa material reflejada. Los puntos de vista de Russell sobre la esencia del juicio fueron evolucionando y transformndose. Russell parti (1903) de la concepcin de Frege (pensamiento = unasserted proposition en el sentido abstracto de una configuracin pura de significado). Ms tarde volvi sus ojos a la concepcin tradicional: proposition es el significado, verdadero o falso, que se expresa por medio del lenguaje. El Russell tardo parece tender incluso en ocasiones a una concepcin psicologista del juicio. Enlazando con la teora idealista de la predicacin de Husserl se han desarrollado, fundamentalmente, la idea dialctica de una estructura predicativa noticonoemtica, cuyos primeros pasos han de cifrarse ya en Brentano, y la aspiracin a superar la limitacin unilateral de las anteriores teoras, bien empriristas, bien racionalistas, de las formas lgicas. La relacin entre formas de pensamiento y formas del ser social prctico, especialmente las formas del trabajo material, queda en las investigaciones lgicas de Aristteles, pero tambin en las de Descartes y J. S. Mill, Bolzano y Frege, Russell y Husserl, fuera del mbito de consideracin.
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En el siglo xx no son pocas las voces que exageran de modo relativista la esencia socio-histrica de las formas de pensamiento, incluidas las formas lgicas. Se afirma, por ejemplo, que entre las formas de juicio y las pocas tricas existen conexiones 25. Esta idea de Horkheimer puede ser interpretada de modos diferentes. Desde el punto de vista de las formas externas, lgico gramaticales, de los juicios se revelar probablemente como no susceptible de ser probada, como falsa. Las formas de juicio de las que habla la clasificacin que se hace en el Organon aristotlico existan entonces y existen tambin ahora.
25. M. Horkheimer, Traditionelle und kritische Theorie, en Kritische Theorie, vol. 11, ed. preparada por A. Schmidt, pg. 175.
Pero esta idea puede ser considerada asimismo atendiendo a otro aspecto. Esto es, tomando en consideracin esas formas de contenido ms profundas del juicio a las que se refera Marx cuando en El Capital (1.a ed. 1867, pg. 21) escribi que antes de Hegel los lgicos profesionales pasaron por alto incluso el contenido formal de los paradigmas del juicio y de la conclusin. En esta concepcin ms profunda, la cuestin de la historicidad de las formas de juicio pasa a plantearse como la cuestin de la historicidad de las formas de predicacin y de determinacin, esto es, como la cuestin de la historicidad de las categoras lgicas en sentido activo, en el que el conjunto de las categoras lgicas determina la fuerza formuladora de juicios, la capacidad de vincular juicios y conclusiones. En la filosofa moderna Kant comenz a investigar sistemticamente las formas de juicio en esta concepcin ms profunda en su lgica trascendental (que engloba tambin la dialctica trascendental) y en la metodologa trascendental. Este trabajo en contr su prolongacin, en un nivel diferente, en la Fenomenologa del espritu de Hegel y en la lgica dialctica. El marxismo vino a unirse crticamente a ello. El desarrollo de la investigacin de lo lgico de Kant a Marx y Engels, pasando por Hegel, es hoy, en nuestra opinin, una aportacin que todava debe importamos sobremanera, a pesar de los sensacionales avances de la lgica y la semitica matemtica en nuestro siglo. A esta luz puede formularse la tesis de que todas las formas lgicas tienen carcter histrico. Pero no siempre tenemos que habrnoslas con una historicidad social de uno y el mismo tipo. Intentaremos ilustrar esta idea recurriendo a tres observaciones.
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a) De algunas formas lgicas puede decirse que tienen una historicidad social prctica en el sentido de que dependen en muy amplia medida, y de manera histricamente pasajera, de las formas histricas de transicin de la praxis social. Ejemplo de ello puede representado la categora lgica de libertad en la forma en que nos la encontramos en las teoras y en la visin del mundo de los clsicos de la economa poltica y de la teora poltica burguesa. Pertenece al grupo de las formas lgicas de las que Marx dice 26 que son formas de pensamiento socialmente vlidas, y por tanto objetivas, de cara a las
relaciones de produccin del modo de produccin social histricamente condicionado, concretamente de la produccin capitalista de mercancas"
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b) De las formas lgico-matemticas puede decirse que son histricas en el sentido de sta o aqulla variante de su concepcin terica (por ejemplo, en forma de lenguajes no formalizados o clculos formalizados) y en el sentido de sta o aqulla variante de su utilizacin tcnico-prctica (por ejemplo, en forma de ordenadores de generaciones diferentes). Estas formas lgicas son, adems, esencialmente (atendiendo al status ontolgico) histricas en el sentido de ser en su origen una fijacin abstracta de una parte de lo que tan solo existe como proceso histrico. Como proceso histrico entendemos aqu, en cualquier caso, no slo la historia humana, sino tambin la historia de la naturaleza, los procesos evolutivos de la naturaleza a gran escala. Lo que quiero decir es que no nos referimos en este contexto nicamente a una historicidad social. Observemos asimismo al margen que la lgica matemtica, en la concepcin de la misma sustentada, por ejemplo, por A. Church en su Introduccin a la lgica matemtica 27, designa como forma lgica aquello que, en realidad, no afecta de manera inmediata a la forma de pensamiento, de modo que con no menor justificacin cabra recurrir en este contexto apuntando, por ejemplo, al clculo de enunciados sintcticamente concebido, a expresiones como forma abstracta de redes elctricas, etc. Slo en el marco de una determinada interpretacin especfica hemos de habrnoslas en sentido genuino con formas lgicas en cuanto formas de pensamiento.
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c) La evolucin histrica de las formas lgicas ocurre siempre en el contexto
26 Karl Marx, Das Kapital, vol. 1, en Werke, vol. 23, pg. 90. 27 Alonso Church, Introduction to Mathematical Logic, Princeton, N. J., 1956.
de un determinado todo relativamente estable, para cuya caracterizacin resulta adecuado el concepto de tipos histricos fundamentales de racionalidad. Este concepto no se refiere nicamente al pensamiento cognoscente (cognitivo), sino tambin al haz de rasgos caractersticos de la funcin y a las formas del pensamiento racional en la accin prctica. El tipo histrico fundamental de racionali dad resulta caracterizable en orden a tres criterios unitariamente concebidos: 1. Por el aparato categorial y metodolgico fundamental. A dos niveles: qu aparato categorial y metodolgico es usado real o, en su caso, implcitamente, y cmo viene a ser concebido en la autocomprensin del portador. 2. Por el modo como toma cuerpo real la relacin entre teora y praxis y se tiene claridad terica acerca de la misma. Con otras palabras: de qu formas de la praxis social individual es esta relacin entre teor a y praxis el momento producido y productor. 3. Por la naturaleza de la relacin entre juicios descriptivos y de valor. Bajo este aspecto concebimos el marxismo -leninismo como un nuevo tipo histrico de pensamiento y de accin racional. La concepcin de l a ratio al modo de Bacon y Descartes representa para nosotros el tipo antecesor fundamental de racionalidad histrica. Los diferentes tipos histricos de racionalidad no slo muestran transformaciones y diversidades, sino que tienen asimismo, al lado de los variables, elementos comunes y en lo esencial no transformables. A ellos pertenecen muchas formas lgicas que son investigadas en el actual anlisis lgico-formal de la ciencia. Los tipos histricos fundamentales de racionalidad historicidad especfica. tienen, pues, su
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A una ulterior elaboracin de estas observaciones introductorias de carcter fragmentario correspondera la tarea de entrar en discusin tanto con las ahistricas absolutizaciones lgico-matemticas como, por ejemplo, con la ontologa fundamental subjetivista de Heidegger, que tiende a interpretar el
ncleo lgico del pensamiento racional en el espritu de una historicidad concebida de modo idealista. Es posible que una mirada materialista -dialctica a la lgica trascendental kantiana abra uno de los caminos resolutorios de esta tarea. En el trabajo que sigue procederemos a desarrollada.
A propsito del problema de la relacin entre la lgica trascendental kantiana y la dialctica materialista
Entre las razones por las que la filosofa clsica alemana, incluyendo a Kant, le resulta sugerente y atractiva al materialismo dialctico hay que situar el valor y la fuerza de la misma en lo relativo a la aprehensin terica del problema de lo verdadero, de lo bueno y de lo bello como problema esencialmente unitario de sntesis cosmovisional. Por lejos que nos sintamos de las conclusiones a las que llega Kant, su aspiracin a clarificar la coexistencia y unidad de necesidad natural y accin libre, as como el fundamento unificador de los juicios descriptivos y de valor nos queda muy cerca. No nos proponemos tratar aqu la entera filosofa de Kant. Slo una determinada pieza de la misma: la lgica trascendental. Nos limitaremos, en consecuencia, a algunos elementos de la obra terica de Kant, que muestra, globalmente considerada, una multiplicidad admirable de capacidad y mbito creador. Kant no fue nicamente un lgico y crtico de la razn terica y prctica. Fue tambin, por ejemplo, un observador agudo del curso y vida de los sentimientos, como prueba su escrito Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime (1764). Era asimismo un hombre lleno de viva fantasa, a la que supo dar forma literaria, como revelan sus Sueos de un visionario (1766). Al hilo de algunas observaciones a propsito de la lgica trascendental kantiana nos proponemos reflexionar sobre la cuestin: cmo se plantea el problema de la relacin entre la idea kantiana de una metafsica cientfica y la dialctica materialista? Qu papel juega la crtica de Kant en Hegel en cuanto mediacin en esta relacin? Por qu nos planteamos precisamente estos interrogantes? La incitacin fundamental a ello puede, sin duda, cifrarse en algunos de los focos de inters de nuestra actual situacin filosfica. Con
razn pasa a un primer plano en la filosofa marxista -leninista la necesidad de avanzar en la elaboracin sistemtica de la teora de la dialctica materialista 1, cosa que en la actual fase de transicin del orden social bur gus al comunista no deja de presentarse asimismo como una tarea de importancia prctica eminente. La aspiracin rigurosa a una elaboracin sistemtica de la dialctica materialista tropieza as con algunos problemas cuyo anlisis exige no slo enlazar crtica mente con la dialctica hegeliana, sino clarificar asimismo, con la mayor profundidad posible, los comienzos kantianos de esa revolucin en la filosofa de la que finalmente surgira, al hilo de la aparicin de la clase obrera revolucionaria en la escena histrica, la dialctica materialista, Sin la crtica kantiana de la metafsica anterior, Hegel no puede ser comprendido. Hegel dijo no poca verdad sobre y contra Kant. Y con ello enlaza el materialismo dialctico. Engels tiene toda la razn, sin duda, cuando afirma que Hegel critic eficazmente a Kant desde un punto de vista superior, prximo a la dialctica materialista, a propsito, por ejemplo, del problema de la incognoscibilidad de la cosa en s y la separacin del fenmeno respecto de la esencia. Existen, sin embargo, otras cuestiones en las que la crtica de Hegel a Kant no representa paso adelante alguno, procura ms bien un oscurecimiento de la cosa, es un retroceso; cuestiones, en fin, a propsito de las que la crtica hegeliana de Kant entra a, junto a hallazgos positivos, algn que otro quantum de error. As, por ejemplo, cuando Hegel reprocha a Kant que su punto de vista absolutiza al hombre y a la humanidad, en tanto que la verdadera filosofa ha de ocuparse de la divinidad 2. Lo nico acertado de esta crtica es que el hombre de Kant hubiera debido ser concebido ms consecuentemente en los contextos evolutivos globales de tipo socio-histrico y natural. En este sentido Hegel representa un paso adelante, aunque no por ello deja de exagerar, a su vez, de manera idealista esta pertenencia del hombre a contextos evolutivos absolutos, viniendo al fin a invertir la cosa hasta el punto de convertir al individuo particular en un
1. Cfr. el trabajo de B. M, Kedrow,O razrabotke materi alistieskoj dialektiki (Voprosy filosofii 9, 1973), donde cabe encontrar una informacin interesante sobre varios programas paralelamente realizados. El futuro de nuestro trabajo terico en el mbito de la dialctica materialista ser, a lo que parece, influido en medida no desdeable por el grado con que se consiga una vinculacin oportuna a los grandes programas soviticos de elaboracin de la dialctica materialista, a la obtencin del correspondiente contacto y a la colaboracin en el orden de los con tenidos. 2. cfr. G. W. F. Hegel, Werke, ed. de Glockner, 1, pg. 291; c fr. Asimismo Werke, 8, pgs. 135-136.
accidente -impotente en lo esencial- de la idea divina absoluta. En comparacin con Hegel, Kant est en este punto ms cerca del humanismo radical y, por tanto, tambin de la dialctica materialista, una dialctica que enriquecida por la crtica hegeliana de Kant- enlaza, a un nivel nuevo, con la absolutizacin antiteolgica del hombre real; un hombre concebido, en cualquier caso, en unidad con la naturaleza.
* En nuestras reflexiones sobre la lgica trascendental kantiana centraremos nuestra atencin sobre todo en sus conclusiones y razones positivas en lo que hace al rendimiento de la metafsica. De ordinario -y justificadamente- se subraya ante todo el papel destructivo del criticismo kantiano de cara a la metafsica .tradicional. Para fundamentar la posibilidad de una metafsica cientfica Kant desarrolla una serie de investigaciones de largo alcance. En la lgica trascendental lo que est en juego no es tan slo la investigacin de la naturaleza de las categoras. La naturaleza de las categoras no pasa de ser un eslabn en las consideraciones fundamentales sobre las formas de la sntesis en el orden del pensamiento. Consideraciones en cuyo marco las categoras no son principalmente investigadas en orden a sus contenidos, sino con el foco analtico centrado en la cuestin de la naturaleza objetiva o subjetiva de su origen. No se trata slo de categoras, esto es, de conceptos del entendimie nto, sino tambin de su relacin con los conceptos de la reflexin y de la razn (las ideas). Kant introduce diferenciaciones all donde Locke, Hume y los materialistas franceses no supieron diferenciar suficientemente; en el anlisis, por ejemplo, de los diferentes niveles de consciencia y de pensamiento como modos diferentes de unidad sinttica, Kant sita la teora de la predicacin cientfica en el marco ms amplio y profundo de la filosofa de la predicacin como tal, dando curso a un empeo en el que hunde sus races uno de los intentos ms elaborados de que hasta el momento disponemos de dar cuerpo a una teora de la racionalidad. Y bien puede decirse que Kant an va ms lejos: en cierto modo hasta una teora lgico-psicolgica de la consciencia. En la lgica trascendental kantiana cabe, pues, descifrar el intento de elaborar una teora del pensamiento cientfico racional basada en una teora general de la racionalidad y una teora general lgico-psicolgica de la consciencia. Muchos anlisis de modos diferentes de sntesis en el orden del pensamiento (como los representados por la generalizacin y la especificacin, pongamos por caso) aguardan an a ser evaluados desde un punto de vista materialista y pueden,
sin duda, revelarse como llenos de fuerza sugeridora de cara a la elaboracin de una teora materialista-dialctica de la predicacin. Pero este mbito problemtico no constituye nuestro tema inmediato. Centraremos nuestra atencin en el modo en que Kant fundamenta su idea de la posibilidad de una metafsica cientfica sobre la base de las investigaciones de la lgica trascendental y en el contenido que le allega. Una nueva metafsica cientfica slo resulta posible, a ojos de Kant, en la medida en que contiene la crtica de la razn como su propia introduccin propedetica, fundamentadora de la posibilidad de la metafsica 3, o como su primer componente general 4, y en la medida, asimismo, en que en su contenido doctrinario se limita a la explicacin sistemtica de los presupuestos aprirsticos del conocimiento emprico y de la decisin moral. De la metafsica acadmica tradicional, tal y como Kant la conoca en su versin wolffiano-leibniziana, slo viene, pues, a quedar en pie tras la crtica kantiana la ontologa as trasformada, en tanto que l as argumentaciones de la teologa racional, de la psicologa racional y de la cosmologa racional ven hundirse el suelo sobre el que se alzaban. En opinin de Kant, la vieja metafsica no era en absoluto una ciencia, e incluso extraviaba mentes agudas5. Tan afilado criticismo no impeda vislumbrar a Kant en ella, y concretamente en su parte ontolgica, al menos una circunstancia positiva, puesto que en la medida en que se ocupaba de la clarificacin de las categoras, impulsaba al cultivo de la razn. De aceptar este concepto kantiano reelaborado de una nueva metafsica cientfica, a la que correspondera 6 toda la filosofa trascendental, procuradora de una crtica de la razn, tendramos que distinguir dos partes en la metafsica
3. I. Kant, Werke, II, pg. 708. Ibd., III, pg. 243: La crtica lleva, pues, en s y slo ella, el plan entero bien examinado y acreditado, e incluso todos los medios para consumarlo, por el que la metafsica podr acceder a ciencia; por otras vas y con otros medios resulta irrealizable. De no indicar explcitamente otra cosa, cito siempre a Kant por la edicin de Weischedel, Wiesbaden, 1957. 4. Ibdem II, pg. 702. 5. Ibdem III, pg. 194, 246, 263. 6. Ibdem II, pg. 702; V, pg. 23-24. No podemos entrar aqu en detalles de interpretacin. En este punto Kant introdujo algunos cambios en su propio enfoque, pero lo esencial permaneci inalterado desde la Crtica de la razn pura.
cientfica 7. La primera corresponde a las formas necesarias ms generales (de acuerdo con la terminologa de Kant; formas a priori) del conocimiento emprico, esto es, del conocimiento dentro del dominio en el que a las formas a priori del entendimiento (a las categoras) y a su desarrollo temporalizado en los esquemas y principios pueden serle allegados los objetos correspondientes mediante la percepcin sensorial. Aqu resulta posible el seguro camino de una ciencia que de acuerdo con el optimismo de Kant podr incluso llevar fcil y prontamente a un sistema de conocimientos cientfico-metafsicos definitivamente cerrado en s mismo. La segunda parte .afecta .al saber general y necesario en el mbito de los objetos suprasensibles, que quedan ms all de los lmites de la experiencia posible, esto es, fundamentalmente el saber de lo incondicionado. De acuerdo con el punto de vista kantiano la metafsica cientfica puede trazar aqu con seguridad geomtrica los lmites de nuestro saber posible y de nuestro incorregible no-saber duradero, lo que ya por s mismo representa un importante conocimiento cientfico. La metafsica cientfica, a la que ha correspondido probar, en lo que se refiere al aspecto terico, esta imposibilidad por principio, puede, por otra parte, fundamentar a un tiempo la licitud y, en un sentido no categorial, la necesidad de los conceptos trascendentes de lo incondicionado como principios no constitutivos, meramente regulativos, de la razn terica y postulados de la razn prctica. Tambin resulta importante el hecho de que el plan kantiano de una metafsica cientfica site el problema de la relacin entre los conceptos de naturaleza y de libertad en la lgica trascendental, es decir, en aquella parte de la nueva metafsica cientfica que explica los presupuestos fundamentales y las condiciones de todo el pensamiento cientfico posible, objetivamente vlido. La profunda idea del fundamento prctico del pensamiento humano brilla aqu ya en un primer esbozo. Este es, pues, brevemente bosquejado, el contenido de la idea kantiana de la metafsica cientfica. Cmo tipificar el problema de su relacin con la dialctica materialista? Como dialctica materialista entendemos, con Engels, la ciencia de las leyes ms generales del movimiento y de la evolucin de la naturaleza, de la
7. Ibdem II, pgs. 26-28.
sociedad humana y del pensamiento 8. Es una ciencia de la interconexin global9, de las formas generales de movimiento, de transformacin y de transicin, de las formas generales de la determinacin. Su pieza esencial es la teora de la naturaleza fluida, de la inextricable coexistencia e interpenetracin de determinaciones opuestas. La dialctica materialista es la teora de las formas generales y necesarias del pensamiento y del ser material, una teora en cuyo marco el pensamiento es concebido como un reflejo del ser mediado por la praxis histrico-social. No fundamentalmente la accin e influencia de la naturaleza sobre los hombres, sino ... precisamente la transformacin de la naturaleza por los hombres es el fundamento ms esencial e inmediato del pensamiento humano10. En su naturaleza y evolucin el pensamiento viene, pues, triplemente condicionado: a) por la esencia de la realidad extrahumana objetiva orgnica e inorgnica refigurada; b) por la esencia de la realidad socio -histrica (de las formas sociales de la praxis) refigurada, de la que el pensamiento es en toda poca un momento producido y productor; en la sociedad de clases este condicionamiento viene a ser expresado, entre otras vas, por la naturaleza ideolgica y condicionada de modo clasista de algunas formas de pensamiento; b) biosomticamente. Aunque de naturaleza terica y no inmediatamente evidentes, los conocimientos cientficos de la dialctica materialista son abstrados de la historia real de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento 11; tienen, pues, su origen en el mbito de la experiencia. El concepto leyes generales del movimiento y de la evolucin utilizado en la arriba citada definicin de la dialctica materialista como ciencia no se menciona en el sentido de una simple induc cin positivista. Se trata de formas de la generalidad y necesidad de ser y pensar (como reflejo del ser); de las formas ms generales de la determinacin. De ah que a las leyes ms generales de la evolucin pertenezca, tambin, la relacin entre ley y no-ley, entre necesidad y casualidad, entre necesidad y libertad.
8. Marx-Engels, Werke, vol. 20; pg. 132. 9. Ibidem, pg. 307. 10. Ibidem, pg. 498. 11. Ibidem, pg. 348.
Lo esencial del problema de la relacin entre la lgica trascendental kantiana y la dialctica materialista viene a resultar ya visible con slo considerar que bajo el rtulo de la pregunta por la posibilidad de los juicios sintticos a priori aquello que Kant realmente investiga es la esencia de las formas de la generalidad y la necesidad en el pensamiento y en los fenmenos; las formas generales, pues, de la determinacin. Las conclusiones de los anlisis kantianos de las formas de la generalidad y la necesidad en la naturaleza y en el pensamiento nos quedan, en su mayor parte, irrecuperablemente lejos. Ms cerca nos quedan algunas de sus intenciones y, fundamentalmente, numerosas ideas por l formuladas en el camino hacia sus conclusiones 12. La ambivalencia materialista-idealista del concepto kantiano de metafsica cientfica descansa en el hecho de que para Kant la metafsica es por una parte a) un conocimiento puro a priori, pero por otra parte es tambin b) una ciencia de aquellos principios a los que se accede en el marco de los necesarios intentos de fundamentar el saber emprico por la va de cuestionarse los presupuestos del uso del entendimiento en el nivel de la experiencia. La dialctica materialista niega a), asume, sin embargo, la problemtica a que se alude en b), la expresa a su manera y procede a reelaborarla 13. Cuando Kant sostiene que la razn humana se ve impulsada de modo constante e insoluble a plantearse problemas metafsicos, viene a afirmar, de
12. Por este motivo valoramos ms la Critica de la razn pura, con su bsqueda, sus inconsecuencias y sus enfoque s posibilitadores de soluciones distintas que los Prolegomena, de clara intencin propagandstica. 13. Resulta ilustrativa la explicacin del significado de su expresin trascendental que ofrece Kant en su rplica a un crtico poco cuidadoso: Mi lugar es el de las fructferas profundidades de la experiencia, y la palabra trascendental... no significa algo que desborda toda experiencia, sino aquello que, ciertamente, la precede (a priori), pero que no viene determinado a otra cosa que a hacer posible el conocimiento emprico (Werke III,pg. 252). Cfr. asimismo Werke V, pg. 17, donde Kant llama la atencin sobre el hecho de que en su talante negativo frente a la metafsica, los cientficos matemticos de la naturaleza vislumbran errneamente en ell a una especulacin racional daina para la ciencia emprica, cuando en realidad la metafsica cientfica se refiere a la experiencia: Todos los filsofos naturales que quieren proceder matemticamente en su negocio se han servido y se han tenido que servir en todo momento (aunque de manera inconsciente) de principios metafsicos, por mucho que a un tiempo se negaran solemne mente a cualquier posible pretensin de la metafsica sobre su ciencia.
modo indiferenciado, dos cosas 14. Por un lado la tesis vlida y viva tambin hoy para nosotros de que la investigacin de los presupuestos del conocimiento emprico y de la accin libre es y seguir siendo una problemtica en renovacin constante. Y al mismo tiempo la conjetura errnea, para nosotros muerta y negada por la dialctica materialista, de que el concepto de Dios y del alma in mortal es y seguir siendo un problema duradero de la especie humana. Con ello vena Kant a absolutizar en el espritu de la ideologa burguesa una necesidad histricamente pasajera de la razn y del sentimiento humano. El problema de la existencia de Dios y del alma inmortal, esto es, de la fe religiosa, vino a presentrsele a Kant necesariamente como una propiedad constante de la consciencia humana, de modo similar a como le pareci racional, eterno y constante el orden social basado en la propiedad privada y el mercado. Estos componentes de la metafsica tradicional mueren a consecuencia de la lucha ideolgica y de la transformacin de la base real de la vida de la sociedad con la trans icin a la ordenacin comunista de la sociedad y son objeto, en la dialctica materialista, de una explicacin crtica de su existencia temporalmente necesaria, pero histricamente pasajera, y de su funcin social. La problemtica que Kant allego program ticamente a su metafsica cientfica tena, pues, un componente llamado a extinguirse. Pero tambin tena un componente con fuerza de futuro, un componente incitador del paso del pensamiento no dialctico al dialctico, que slo sobre la base de la dialctica materialista vino a probarse como resoluble. Entre los componentes extinguidos o condenados a extincin hay que situar, por ejemplo, el prejuicio de la incognoscibilidad por principio de la cosa en s; la concepcin de partida, pobre y restringida, de experiencia tomada acrticamente del empirismo ingls; la aceptacin, dispuesta al compromiso, de elementos religiosos en forma de postulados de la razn prctica, una vez desvelada su insostenibilidad por la razn terica; la mana del sistema cerrado en s mismo como punto culminante del saber verdadero, cuando tal carcter sistemtico vena en definitiva y en ltima instancia a descansar sobre el frgil pilar de una clasificacin casual descriptiva, lgico-formal, de los
14. Conviene tener en cuenta que ya Aristteles opera en su Metafsica con dos definiciones diferentes de filosofa primera. A comienzos de los libros IV y VI es definida como la ciencia del ente en cuanto ente (HE THEOREI TO ON HEON); es definida, pues, en el sentido de la ont ologa. En otro lugar, en los libros VI y XII, por ejemplo, la filosofa primera es contemplada como la ciencia de Dios en cuanto ente supremo y primer motor.
juicios; la subjetivizacin de las formas de pensamiento e intuicin que recorre la obra entera de Kant, por mucho que Kant se esforzara, en oposicin al subjetivismo individualista de la arbitrariedad, por conseguir una fundamentacin de la objetividad; y muchos otros dualismos rgidos (emprico-a priori; fenmeno-cosa en s; analtico- sinttico; formal-relativo a los contenidos; etc.). De la nocin kantiana de una metafsica cientfica tienen fuerza actual de sugestin para nosotros los razonamientos con los que a un tiempo conmovi los cimientos del viejo pensamiento adialctico en lo relativo a las cuestiones protofilosficas de los fundamentos del conocimiento y de la accin e influy positivamente en el sentido de la evolucin hacia el pensamiento dialctico. Como es bien sabido, esta evolucin se concret en un primer momento en la dialctica del idealismo absoluto hegeliano, en la que la lgica dialctica, en unin con la filosofa de la naturaleza y la filosofa del espritu crey heredar, proseguir y consumar el legado de la idea kantiana de una metafsica cientfica. En este contexto se concede ante todo atencin, por regla general, a las antinomias cosmolgicas. Y no sin poderosas razones. Tambin puede remitirse a dominios ms amplios de la lgica trascendental; a la crtica, por ejemplo, de los paralogismos de la vieja psicologa raciona l. En este punto Kant abre -al igual que en la deduccin de los conceptos puros del entendimiento la va de una nueva concepcin activa 15 y procesual del pensamiento, as como, por mediacin de este nuevo concepto de pensamiento, de un nuevo concepto del s er. La vieja metafsica conceba el alma pensante como una substancia acabada a la que se allegaban unos predicados, con el problema -propio de este planteamiento- de si a tal substancia acabada corresponda, entre otros, el predicado de lo simple o el de lo compuesto. La argumentacin real de Kant en lo concerniente al desvelamiento de los llamados paralogismos de la vieja psicologa racional carece, ciertamente, de fuerza probatoria, pero alcanz a conmocionar la vieja lnea de pensamiento del yo pensante. Y lo que an tiene mayor importancia: en el espacio por l abierto Kant inserta positivamente su
15. Kant cifra generalmente la diferencia entre la filosofa anterior y su propia filosofa en el hecho, sobre todo, de que la primera conceba al hombre de modo pasivo, en tanto que la segunda le adscribe una existencia plenamente activa. Werke, vol. 6, pg. 341.
nueva concepcin del pensamiento, una concepcin a cuya luz la esencia ms profunda de ste ha de ser cifrada en la actividad de unificacin sinttica. La unidad sinttica originaria de la percepcin es en su naturaleza ms profunda un movimiento, un proceso de elaboracin de la unidad de lo diverso 16. La dialctica idealista poskantiana enlaza con ello y desarrolla esta idea en el sentido de afirmar que la entera objetividad emprica -nica reconocida- no es, en consecuencia, en su nivel ms profundo, sino un proceso. La lgica trascendental de Kant contiene, pues, algunos pasos que culminan en Hegel y que fueron agudamente caracterizados por Lenin con su afirmacin de que en su desvelacin de las formas dialcticas de pensamiento la filosofa clsica alemana remiti con fuerza anticipadora a nuevas -y hasta ese momento desconocidas- estructuras de movimiento del ser 17. Kant fue, en cualquier caso, un precursor del modo dialctico de pensamiento no slo en orden a los citados tpicos de la lgica trascendental y otras concepciones de su criticismo (en la Crtica del juicio, entre otros puntos), sino en virtud tambin ya de la grandiosa, viva y audaz hiptesis cosmognico-evolutiva de su perodo precrtico. En lo que hace al Kant cientfico -natural, Hegel que no dej, ciertamente, de valorar con reconocimiento el importante papel desempeado por Kant en la
16. Hegel se manifiesta sobre estas ideas de Kant como sigue: Igualmente hay que reconocer el gran mrito de que la filosofa kantiana, habiendo elevado el yo a la pura apercepcin, ha dejado de cifrar su conocimiento en si es o no un objeto espiritual en sus predicados metafsicos, en si es o no de naturaleza material, para centrarse en su esencia verdadera, esto es, en la pura identidad de la autoconsciencia consigo misma, en la libertad; en la medida en que sta ha pasado a ser concebida como la esencia y la substancia de la llamada alma, el fundamento absoluto para el conocimiento filosfico ha quedado sentado. Werke, 6, 32. Cfr. Werke, 8, 34: El espritu es la actividad... De ah que el espritu no deba ser concebido al modo de un ens carente de procesualidad, como ocurra en la vieja metafsica... Cfr. Asimismo ibdem 47; Wissenschaft der Logik, II, pg. 431 (ed. de Lasson). 17. W. I. Lenin, Philosophsche Hefte, Berln, 1973, pgs. 186-187. En lo que hace a algunas cuestiones Kant nos queda as ms cerca que la filosofa especulativa poskantiana, puesto que se ocupa de la razn humana que en la vida humana viene a verse confrontada con la realidad dada en ltima instancia y de modo definitivo por algo distinto a la razn misma. Cuando alude por mor de una comparacin a la posibilidad de una razn distinta de la humana, no duda un solo momento en caracterizar tal cosa como mera hiptesis fantasiosa. Hegel y ya Schelling se toman, por el contrario, en serio tal razn objetiva, intuitiva, divina, y le allegan el primer puesto. Pero en esta especulacin deshumanizada teologizante emergen algunos de los rasgos centrales y caractersticas de la razn humana descuidados por Kant, y sobre todo algunos rasgos centrales y leyes hasta entonces desconocidos de todo ser. De ah que Marx y Engels enlazaran con los descubrimientos de Hegel y pudieran retrotraerse, a un nivel superior, a la razn social humana secularizada. A propsito de este problema tambin, pues, una evolucin en forma de espiral.
evolucin de la dialctica- permaneci ciego y despreciativo 18. Para el gusto de Hegel, el Kant cientfico-natural estaba demasiado cerca del materialismo y de la ciencia natural emprica newtoniana. En lneas generales puede decirse que la valoracin hegeliana de las aportaciones de Kant al proceso de elaboracin de un pensamiento dialctico es en su mayor parte objetiva, aguda y muy positiva. Hegel constata justificadamente, de todos modos, que el pensamiento de Kant viene caracterizado, asumido en su globalidad, por categoras y determinacion es de pensamiento de una naturaleza tal, que siempre figuran enfrentadas a sus opuestos fijos, por lo que, en lo esencial, permanece fuera del horizonte de la dialctica. A pesar de su aguda crtica a la anterior metafsica wolffiana, el pensamiento de Kant viene, en ltima instancia, vinculado a ella sobre todo por su concepcin del contenido de las categoras 19. La dialctica materialista concuerda en su mayor parte con la crtica de Kant desarrollada por Hegel, aunque no, desde luego, con la consideraci n hegeliana -centrada en el principio de la identidad absoluta de pensar y ser como patrn absoluto de medida de lo filosfico o no-filosfico, de la verdad o no-verdad del idealismo absoluto como superacin nica del subjetivismo kantiano. Para nosotros el pensamiento es subjetivo, diferente del ser material, por mucho que desde el punto de vista de la dialctica materialista subrayemos un mismo contenido para el pensamiento verdadero y el ser y las transiciones no slo de lo material a lo ideal, sino tambin de lo ideal a lo material en la tcnica y en la praxis material social. Nos allegamos inequvocamente a Kant en el punto de vista de -por decido con la terminologa de Hegel - la filosofa de la reflexin, con la diferencia, en cualquier caso, de que lo que para nosotros importa es un pensamiento filosfico reflexivo de cuo dialctico 20. Sintetizando podemos, pues, decir: la dialctica materialista es una negacin, pero tambin una consumacin progresiva de la idea programtica de una metafsica cientfica a un nivel nuevo, enriquecida por la dialctica poskantiana. Se trata de una relacin de negacin dialctica. Esa misma relacin en la que estn, hablando en trminos generales, importantes
18. Cfr. Hegel, Vorlesungen ber die Geschichte der Philosophie, vol. III, pg. 520, Leipzig, Reclam, 1971. 19. Cosa que resultara perfectamente ilustrable por recurso, pongamos por caso, al concepto kantiano de transformacin. Cfr. Werke, 11, pgs. 212, 222, 226, 239, 265 y ss. 20. Cfr. Karl Marx, Grundrisse der Kritik der politischen Oekonomie, Berln, 1953, pg. 22.
configuraciones histricas de la vida material y espiritual. La profundizacin en la comprensin de esta relacin viene a menudo dificultada por un problema terminolgico. En el marxismo hablamos, como es bien sabido, de metafsica y de pensamiento metafsico en el sentido de la antidialctica. Se trata de un significado del trmino que ya acu Hegel. Cuando en la Enciclopedia se ocupa de la anterior metafsica alemana prekantiana y se centra ( a continuacin en la crtica de la misma por Kant, afirma, por ejemplo, que esta metafsica ha de ser considerada como algo sido, anterior, nicamente en relacin con la historia de la filosofa. En s tiene de modo constante presencia actual como concepcin no dialctica de procesos dialcticos 21. La dialctica materialista enlaza con este punto de vista de Hege1. Esta terminologa es causa de algunas dificultades de comunicacin. De acuerdo con ella Aristteles, por ejemplo, no es un metafsico. Acaso no resultara intil caracterizar las cuestiones de las que se ocupa la teora aristotlica de las determinaciones ms generales del pensamiento y de la realidad como problemtica protofilosfica. Una problemtica con una historia milenaria, en cuyo curso fue tratada y reelaborada tanto dialctica como metafsicamente. El surgimiento del marxismo representa tambin en este mbito de la problemtica protofilosfica una revolucin. Kant crey errneamente llevar a cabo ya con su criticismo la revolucin del pensamiento, consumndola de una vez por todas en su configuracin definitiva. Pero en realidad lo que vino a significar es, simplemente, el comienzo de un proceso de fermentacin que slo en los decenios poskantianos, y al hilo de las nue vas condiciones socioclasistas, pas a desembocar en una imagen del mundo nueva, terico prctica, esencialmente cargada de visin y fuerza evolutivas. Una imagen del mundo que bajo la forma de la dialctica materialista es capaz de orientar el pensamiento y la lnea de accin en la transicin del orden social capitalista al comunista. Nuestras anteriores reflexiones se proponan, simplemente, dar curso expresivo a la tesis de que esta filosofa del comunismo guarda una
21. Segn la Enciclopedia de Heidelberg (Werke 6, 18): Por lo dems, la metafsica slo es algo anterior en relacin con la historia de la filosofa; por s misma es, tal y como ha llegado a serio en los ltimos tiempos y tomada en su condicin ms general, la mera visin por el entendimiento de los objetos de la razn. Hegel no apunta aqu a la entera metafsica tradicional, incluyendo, por ejemplo, la aristotlica. Todo lo contrario: desde su punto de vista la filosofa primera de Aristteles es una filosofa genuinamente esp eculativa dialctica. Hegel expresa as la relacin de su lgica con la antigua metafsica entre otros pasos-: La lgica, en el significado esencial de filosofa especulativa, irrumpe aqu en el lugar de lo que usualmente se llama metafsica y fue tratado como una ciencia distinta de ella.
vinculacin profunda con las cumbres de la tradicin filosfica, incluido Kant, representando a un tiempo su prosecucin en el sentido de la negacin y de la vinculacin dialcticas.
absoluto, el fenmeno externo en el lugar de la naturaleza de la cosa 2. Tambin la dialctica materialista, tal y como es aplicada en El Capital, distingue entre la relacin histrica y la lgica, entre la explicacin y evolucin lgica y la histrica. . En ocasiones ambas relaciones coinciden. As, por ejemplo, Marx escribe: La efectividad de un gran nmero de trabajadores en el mismo tiempo, en el mismo espacio (o, si se quiere, en el mismo campo), produciendo el mismo tipo de mercancas, bajo el mando de los mismos capitalistas, forma histrica y conceptualmente el punto de partida de la produccin capitalista 3. En otro lugar habla Marx de las condiciones que representan, ciertamente, un punto de partida histrico, pero en modo alguno lgico, en modo alguno conceptual, como, por ejemplo, la acumulacin originaria no c apitalista. El capital comercial, por recurrir a otro ejemplo, guarda tambin una relacin histrica y otra lgica (conceptual) con la produccin capitalista. Tanto la dialctica idealista como la materialista conciben la relacin entre lo lgico y lo histrico en el sentido de la unidad de ambos momentos. La diferencia radica esencialmente en que Hegel cifra la base de esta unidad en lo lgico, y concretamente en la configuracin de las estructuras mentales y espirituales objetivas en despliegue. Los procesos histricos materiales son interpretados como manifestaciones de lo lgico. Este elemento lgico es para Hegel, en la forma de las categoras lgico-ontolgicas en autodespliegue, el alma viva, el fundamento divino absoluto de todo. Otra cosa ocurre en Marx. De tener que procurar una respuesta breve a la pregunta acerca de lo que en Marx constituye el fundamento de la unidad entre lo lgico y lo histrico, no podramos limitamos a dar la vuelta a la respuesta hegeliana y a decir, simplemente , que el fundamento de tal unidad viene cifrado por Marx en lo histrico. Se tratara de una respuesta en exceso indeterminada, posibilitadora de interpretaciones errneas. Marx percibe en la unificacin (objetivo-material) de lo general y lo particular, de lo legaliforme y casual, de lo estable y lo pasajero, el fundamento de la unidad de lo lgico y lo histrico en el conocimiento cientfico, en el sentido de lo lgico y lo
2. Ibd., pg. 44. 3. K. Marx, Das Kaptal, vol. 1, en Marx-Engels, Werke, vol. 23, Berln, 1962, pg. 341. 4. En realidad se trata del movimiento a tres niveles. Hacemos, de todos modos, abstraccin del hecho de que Marx siga y reconstruya a la vez la evolucin de la bibliografa poltico -econmica.
histrico en los procesos materiales objetivos que son reflejados en el conocimiento cientfico. Consideremos primero algo ms detenidamente algunos aspectos de la concepcin marxiana de la unidad de lo lgico y lo histrico tal como viene expresada en su anlisis del modo de produccin capitalista. (2) El anlisis de Marx se mueve a un mismo tiempo a dos niveles: al nivel del desarrollo terico (en ocasiones Marx habla de desarrollo lgico) y al del movimiento histrico real. El movimiento es derivado, de todos modos, en el nivel del desarrollo terico; en cierto sentido es tambin movimiento de la historia real, y concretamente de las interconexiones fundamentales de la historia real. Aunque resulte divergente del de la historia real y pueda discurrir en sentido contrario al suyo, el movimiento al nivel de la evolucin terica no es una construccin a priori; refleja, por el contrario, ...slo la vida de la materia5. Entre las caractersticas del anlisis de Marx se subraya por lo general que la evolucin terica real contacta una y otra vez, de modo incesante, con la realidad histrica fctica. Es una constatacin importante. La incesante oscilacin entre la evolucin dialctica abstracta y la realidad histrica emprica y concreta atraviesa El Capital en su totalidad. Al mismo tiempo tiene que ser, de todos modos; subrayado que el anlisis marxiano se desgaja constantemente de nuevo del curso y de la superficie de la realidad histrica, y expresa idealmente las relaciones internas necesarias de esta realidad. Slo as pudo concebir Marx la realidad histrica, configurando la refiguracin como la organizacin interna un tanto idealizada y tipi ficada de las relaciones capitalistas histricas reales. No es un desgajamiento llevado a cabo en inters del alejamiento de la realidad histrica, ni se trata tampoco de una huida idealista de la realidad. Se consuma, ms bien, en inters de la apropiacin racional de la realidad. Se trata de un momento integrador de la reproduccin intelectual materialista-dialctica de la realidad. Es, en opinin de Marx, un producto de la cabeza pensante, que se apropia del mundo de la nica forma que le es posible 6. Sin ese proceder ideal, mediante el mero aferrarse a la historia real, sera imposible explicar el carcter y la esencia del
5. K. Marx, Das Kapital, vol. I, en Werke, vol. 23, pg. 27. 6. K. Marx, Grundrisse, pg. 22.
capitalismo. Este proceder ideal tendente a la apropiacin intelectual de la realidad resulta necesario de cara a la comprensin histrico -fctica de la misma, pero nada ms errado que suponer que en algn punto o momento podra sustituir a la realidad histrico-fctica misma. Las referencias a lo histrico -fctico ocurren en el sistema cientfico de Marx por dos caminos. Nos encontramos, en primer lugar, con ejemplos que visualizan la evolucin terica que se ha llevado a cabo o a cuya puesta en marcha se va a proceder. Ayudan a la claridad intuitiva de la exposicin y enlazan con la concepcin materialista-dialctica de las interrelaciones legaliformes generales tericamente desarrolladas. La irrupcin de estas ilustraciones histrico fcticas es paralela al desarrollo de la exposicin terica, o bien ocurre precisamente despus de esta exposicin, en subcaptulos especiales, etc. 7 La legitimidad e inseparabilidad de estas exposiciones histrico-fcticas en el anlisis estructural-gentico de Marx vienen dadas en ltima instancia por el tratamiento materialista-dialctico de lo general, a cuyo tenor las interrelaciones generales y legaliformes slo existen en lo singular y particular. Forman el segundo grupo aquellos acontecimientos y hechos histricos que sin constituir por s mismos ilustraciones de la evolucin terica, son introducidos conscientemente en el anlisis de Marx en forma de presupuestos constatados, no derivados tericamente e histricamente dados. Presupuestos que, en consecuencia, pueden constituir a su vez el punto de partida de una ulterior evolucin terica (plsticamente visualizada por los acontecimientos histrico-fcticos del primer tipo). Sobre el papel y la legitimidad de los acontecimientos histrico-fcticos del segundo tipo en el anlisis materialista -dialctico gentico-estructural manifiesta Marx pensamientos decisivos, por ejemplo en las observaciones sobre la acumulacin originaria 8. Distingue entre a) las condiciones y
7. Cfr., por ejemplo, K. Marx, Das Kapital, vol. III, en loc. cit., pgina 98, donde la ilustracin histrico-fctica basada en la historia de la industria inglesa enlaza con la exposicin terica de las legaliformidades y rasgos especficos en orden a los que viene caracterizada la tendencia capitalista al ahorro en el uso del capital constante. Cfr. Asimismo vol. 1, cap. III, Maquinaria y gran industria. 8. K. Marx, Grundrisse, pgs. 363 y ss.
presupuestos de la existencia del capital, que el capital se crea por su propio movimiento, y b) las condiciones y presupuestos de la existencia del capital que pertenecen exclusivamente a la historia de su creacin, que son meras fases de la gnesis del capitalismo y que desaparecen tan pronto como el capital se mueve sobre su propia base. La acumulacin originaria del capital, que tiene un origen no capitalista, es, precisamente, uno de estos presupuestos externos del movimiento del capital. Este presupuesto histric o de la gnesis del capitalismo no pertenece, pues, al verdadero sistema del modo de produccin, que est dominado por el capital 9. Tan pronto como ha surgido el capital, el dinero est, cumpliendo la funcin de capital dinerario, en manos de los capitalistas y las condiciones reales para el proceso capitalista de valoracin no se dan en virtud del presupuesto histrico externo sino como consecuencia del movimiento especfico del capital, los presupuestos y condiciones de su ulterior existencia y de su cre cimiento son algo que, en orden a todo ello, l mismo se crea. De cara a formular el carcter especfico de la concepcin marxiana del anlisis terico en general y de la parte investigada del anlisis terico en particular, hemos de dife renciar provisionalmente la contraposicin objeto deve nido e historia del objeto por lo menos del siguiente modo: A. La prehistoria del objeto devenido B. La historia del objeto devenido A y B poseen los siguientes estratos: a) la superficie aparente emprico -fctica, b) las legaliformidades internas esenciales, as como las formas estructurales y genticas, que aparecen en la superficie emprico-fctica. En el anlisis marxiano del capitalismo pertenecen a la prehistoria del objeto devenido todos los procesos evolutiv os objetivos que llevan al surgimiento del
9. Ebenda, pgs. 363-364: Si, por ejemplo, la huida de los siervos de la gleba a las ciudades es una de las condiciones y de los presupuestos histricos de las ciudades y de la vida urbana, no por ello es, sin embargo, condicin alguna, momento alguno de la realidad de las ciudades y de la vida urbana ya formadas, sino que pertenece a sus presupuestos pasados, a los presupuestos de su devenir, que han sido superados en su existencia. Las condiciones y presupues tos del devenir, del surgir del capital implican, ciertamente; que an no es, sino que est llegando a ser; desaparecen, pues, con el capital real, que pone l mismo, partiendo de su realidad, las condiciones de su realizacin. De ah que las condiciones que precedieron a la creacin del capital surplus I, o que expresan el devenir del capital, no caigan en la esfera del modo de produccin al que el capital sirve como presupuesto; quedan tras l como estadios histricos previos de su devenir, al igual que quedan fuera de su vida como tierra ya creada los procesos por los que la tierra pas a tener, partiendo de un mar de fuego lquido y de niebla, su forma actual.
capitalismo y que preceden al movimiento del capital sobre su propia base. Tan pronto como el capital se mueve sobre su propia base, comienza la historia del objeto devenido. Esta posee varias fases: de las fases iniciales a las fases de la descomposicin, de la transicin a otro objeto, pasando por las fases de la madurez clsica. Marx aade a ello: Nuestro mtodo muestra los puntos en los que ha de irrumpir la consideracin histrica, o en los que la economa burguesa, en cuanto mera figura histrica del proceso de produccin, remite ms all de s misma a modos histricos anteriores de prod uccin. Para desarrollar las leyes de la economa burguesa no es, en consecuencia, necesario escribir la verdadera historia de las relaciones de produccin. Pero la visin y deduccin justas de la misma en cuanto relaciones que han llegado a su vez a ser histricamente tales llevan siempr e a las primeras ecuaciones como, por ejemplo, los nmeros empricos en la ciencia natur al-, que remiten a un pasado que queda por detrs de este sistema. Estas indicaciones y alusiones ofrecen as tambin junto con la a decuada captacin de lo presente, la clave para la comprensin del pasado, algo que no deja, ciertamente, de constituir por s mismo una tarea a la que an espera mos poder dedicarnos. Esta consideracin adecuada lleva asimismo, por otra parte, a puntos en los que se insina la superacin-abolicin de la figura actual de las relaciones de produccin, foreshadowing as el movimiento que se convierte en futuro. Si las fases preburguesas se presentan, de un lado, como presupuestos solo histricos, esto es, abolidos y superados, las condiciones actuales de la produccin lo hacen, por otro, como presupuestos que se superan a s mismos y que se ponen, en consecuencia, como presupuestos histricos de un nuevo orden social 10. En un sistema cientfico que se propon e el anlisis gentico-estructural del capitalismo (esto es, cuyo objetivo es mostrar, desarrollar, el conocimiento conceptuante, el concepto del modo de produccin capitalista) se dan en consecuencia, de modo necesario, determinados hechos histricos como hechos constatados, no derivables tericamente. La captacin terica de los mismos presupone una tarea cientfica distinta a la de desarrollar el concepto del capitalismo, concretamente la de elaborar el concepto de feudalismo. Es evidente que en todas estas cuestiones la concepcin marxiana especfica
10. Ebenda, pgs. 364-365.
de la forma lgica juega, bajo el rtulo de conocimiento conceptuante o concepto, un gran papel. El concepto marxiano de concepto expresa la forma lgica, que no encontramos en la economa poltica inglesa y que resulta esencial de cara a la concepcin materialista-dialctica marxiana de la reproduccin intelectual de la realidad, y el anlisis gentico -estructural marxiano en cuanto tipo especfico de anlisis. El concepto es, para Marx, la reproduccin intelectual de la ordenacin interna, de la estructura interna de un objeto, y concretamente de esta estructura interna en su evolucin, en su gnesis, en su existencia y en su decadencia. En el concepto de concepto reelabora Marx la forma lgica que unifica interiormente el punto de vista estructural y el gentico, como corresponde a la nueva concepcin lgico -ontolgica, materialista-dialctica. Concepto significa la captacin racional, la reproduccin mental, la apropiacin intelectual, la refiguracin mental del objeto en su esencia gentico-estructural, esto es, en su legaliformidad gentico-estructural 11. Marx caracteriza como sigue el conocimiento conceptu ante (el concepto) del modo de produccin capitalista: No se trata del carcter que asumen histricamente las relaciones econmicas en el sucederse de las diferentes formas sociales. An menos de su orden de sucesin en la idea (Proudhon), (una representacin difuminada de la gnesis histrica). Sino de su ordenacin dentro de la moderna sociedad burguesa 12. Pero esta ordenacin a) no es esttica, slo existe en el movimiento, es devenir sobre la base de la forma devenida y lleva a la decadencia de esta forma devenida, a la gnesis, al devenir de una nueva forma; b) esta ordenacin procesual en la forma
11. Como ilustracin valgan algunos pasos en los que Marx utiliza el trmino concepto de acuerdo con este significado especfico: Marx distingue, por ejemplo, entre la figura acabada de las relaciones econmicas, tal como se muestra en la superficie y su figura nuclear interna, esencial, pero oculta, y el concepto que a ella corresponde (Das Kapital, vol. III, en loc. cit., pg. 219). Ebenda, pg. 152: Lo que de cara al estudio especfico del salario resulta importante, puede bien considerarse como casual y susceptible de ser descuidado en la investigacin general de la produccin capitalista. En semejantes investigaciones generales se presupone, en trminos absolutos, siempre que las relaciones reales corresponden a su concepto, o lo que es igual, las relaciones reales solamente se exponen en la medida en que expresan su propio tipo general. Ebenda, pg. 199: Para considerar los fenmenos en su figura legaliforme, correspondiente a su concepto, esto es, para considerarlos independientemente de la apariencia procurada por el movimiento de la oferta y la demanda 12. K. Marx: Grundrisse, pg. 28.
devenida posee conexiones internas con la historia en las fases en las que la forma investigase ha convertido en forma devenida. Se trata de conexiones que son todo menos simples, de conexiones que no resultan expresables por recurso a un mero paralelismo. De ah que la ordenacin procesual no pueda exponerse cientficamente en la forma devenida sin atender a la gnesis histrica, a los mtodos tericos que pueden interpretar las cone xiones procesual-estructurales 13 en la forma devenida y a la vez la conexin genticohistrica previa al devenir de la forma investigada. Cuando al caracterizar la forma lgica marxiana del conocimiento conceptuante (del concepto) recurrimos al trmino estructura, lo hacemos acogindonos a un significado generalizado 14 y especfico del mismo que enlaza con Hegel. La Ciencia de la Lgica hegeliana es la obra que en su forma idealista ha llevado a la nueva concepcin estructural de la realidad, al nuevo concepto de estructura: no es expresado por una o dos categoras, sino que slo el sistema entero 15 puede expresar la nueva concepcin de estructura y dar una teora general de la estructura (o ms precisamente: una teora de la evolucin). (3) Para completar la caracterizacin de la concepcin marxiana de la unidad de lo lgico y de lo histrico dedicaremos ahora nuestra atencin a algunos aspectos de la concepcin marxiana de la derivacin dialctico -materialista. Tomaremos como ejemplo la exposicin de la teora del valor hasta la explicacin del surgimiento del dinero por medio de la derivacin dialctica de la forma dineraria del valor. La diferencia respecto de la derivacin tradicional aparece del modo ms claro en la parte investigada de la teora marxiana del valor en los pasos en los que
13. En ocasiones se ha allegado al trmino gentico tan slo el sentido estricto del surgir de una forma determinada, del devenir de una determinada forma que despus es forma devenida; resultara, en consecuencia, ms exacto llamar al anlisis marxiano anlisis estructural -procesual. 14. La matemtica moderna trabaja con un concepto ms limita do, ms especializado de estructura. Cfr. Nicols Bourbaki (pseudnimo de un grupo de matemticos franceses), Architektura matematiky, en: Pokroky matematiky, fyziky a astronomie, cuad. 5/1960. 15. El concepto de estructura pertenece al grupo de categor as a las que el pensamiento cientfico concede actualmente atencin creciente. Los intentos de elaborar, trabajar y precisar este concepto sin vinculado a Hegel y a Marx terminan con un fracaso o con el descubrimiento de Mediterrneos. La Ciencia de la Lgica de Hegel es un instrumento auxiliar muy rico y hasta el momento poco utilizado de cara a la elaboracin y tipificacin del concepto de estructura sobre la base del materialismo dialctico.
Marx expone las transiciones de las formas de valor 16. El objeto de esta parte es conseguir lo que la ciencia econmica burguesa no ha intentado siquiera, a saber, mostrar la gnesis de esa forma-dinero, lo que equivale a seguir el despliegue de la expresin de valor contenida en la relacin de valor de las mercancas, desde su forma ms sencilla e inaparente hasta la brillante forma dineraria. Con ello desaparece a la vez el enigma del dinero 17. Esta derivacin dialctica, este anlisis dialctico es, pues, la investigacin y evolucin de unas determinadas formas y, con ello, el descubrimiento del secreto de un determinado objeto18. Marx comienza el anlisis con la forma de valor sencilla, particular o casual. En qu se fundamenta este comienzo? La relacin de valor de una mercanca con otra mercanca cualquiera es, segn Marx, manifiestamente... la relacin de valor ms sencilla 19. Qu carcter lgico tiene este manifiestamente, esta evidencia? No posee un carcter puramente lgico, como el que podra tener de derivarse de axiomas lgicos y ontolgicos presupuestos y ya no ulteriormente derivables. Posee -como vamos a mostrar- un carcter lgico-histrico. Marx prosigue acto seguido el anlisis de esta forma simple de valor con la afirmacin 20 de que estas dos mercancas juegan papeles diferentes. El va lor
16. K. Marx, Das Kapital, vol. 1, loco cit., pgs. 62-84. 17. Ebenda, pg. 62. 18. Lo que constituye asimismo un tipo de prueba. Cfr. Ebenda, pg. 63. 19. Ebenda, pg. 62. 20. Sobre las dificultades de este anlisis Cfr. K. Marx, Das Kapital, vol. 1, ed. de 1867, pgs. 15, 19: Esta forma es algo difcil de analizar, porque es simple. Es, en cierto modo, la forma celular, o como Marx dira, el en s del dinero. Las diferentes determinaciones en ella contenidas estn ocultas, estn por desarrollar, parecen abstractas y, en consecuencia, slo resulta posible diferenciarlas entre s y tipificarlas con no poco trabajo de la capacidad de abstraccin... Nos encontramos aqu en el punto en el que hunden sus races todas las dificultades que problematizan la comprensin de la forma de valor. En tanto venga a ser calculado, simplemente, en trminos de gasto de fuerza humana de trabajo en el valor de la mercanca, resulta relativamente fcil distinguir el valor de la mercanca de su valor de uso, o el trabajo formador del valor de uso de ese mismo trabajo. Si la mercanca o el trabajo son considerados bajo una de las formas, no lo son bajo la otra, y viceversa. Estas contraposiciones abstractas se escinden por s mismas una de otra, lo que hace fcil mantenerlas diferenciadas. Otra cosa ocurre con la forma de valor, que slo existe en la relacin de una mercanca con otra. El valor de uso o cuerpo de la mercanca juega aqu un nuevo papel. Se convierte en la forma aparencial del valor de la mercanca, esto es, de su propio contrario. De modo similar a como el trabajo til concreto contenido en el valor de uso se convierte en su contrario, en mera forma de realizacin de trabajo humano abstracto. En lugar de escindirse, ambas determinaciones abstractas de la merca nca se reflejan la una en la otra.
de la primera mercanca es expresado como forma relativa de valor, o esta mercanca se encuentra en la forma relativa de valor. La otra mercanca hace las veces de equivalente o se encuentra en la forma de equivalente. Se trata de polos opuestos e inseparables de la misma expresin de valor. Marx procura despus una detallada caracterizacin cualitativa y cuantitativa de la forma relativa de valor y de la forma de equivalente; a continuacin se centra en el todo de las formas simples de valor. Marx concluye as el anlisis de la forma primera y simple de valor: Pero la forma singular de valor pasa por s misma a una forma ms completa. Por medio de esta forma, ciertamente, el valor de una mercanca A se sigue expresando slo en una mercanca de otra especie. Pero es del todo indiferente la especie de esta segunda mercanca: levita, hierro, trigo, etc. De modo que, segn que una misma mercanca entre en una relacin de valor con una u otra especie de mercancas, surgen diferentes expresiones simples de valor. El nmero de las expresiones de valor posibles de esa mercanca queda limitado slo por el nmero de especies de mercancas diferentes de la de ella. Por eso su expresin de valor aislada se transforma en la serie, s iempre ampliable, de sus expresiones simples de valor 21. As obtenemos la forma total o desplegada de valor. Una vez expuestas las deficiencias de la form a II, Marx expone la transicin de la forma 11a la forma III, a la forma general de valor, en los siguientes trminos: cuando un hombre cambia su lino por muchas otras mercancas y, por lo tanto, expresa su valor en una serie de otras mercancas, los otros muchos propietarios de mercancas tienen que cambiar inevitablemente sus mercancas por lino y, por lo tanto, expresar los valores de sus diferentes mercancas en una misma tercera mercanca, que es el lino. Y as, si invertimos la serie 20 codos de lino = 1 levita, o 10 libras de t, o = etc., esto es, si expresamos la relacin conversa ya conteni da materialmente en la serie, obtenemos: C. LA FORMA DE VALOR GENERAL 22. Sobre la transicin de la forma III a la forma de valor dice finalmente Marx: El gnero especifico de mercancas, con cuya forma natural se funde socialmente la forma de equivalente en el curso del crecimiento de la sociedad, se convierte en mercanca-dinero o funciona como dinero. Su funcin social especfica, y, por tanto, su monopolio social pasa a ser el
21. K. Marx, Das Kapital, vol. 1, loc. cit., pg. 76. Tratado detalladamente en la l.a ed., pg. 77. 22. Ebenda, pg. 79.
desempear dentro del mundo de las mercancas el papel de equivalente general. Histricamente, una determinada mercanca ha conquistado ese lugar privilegiado entre las mercancas que en la forma II figuran como equivalentes particulares del lino y en la forma III expresan juntas su valor relativo en el lino: el oro23. As obtenemos la forma-dinero. Preguntmonos ahora: qu carcter lgico tiene esta derivacin? Marx interpreta la evolucin d e las formas de valor como expresin de una determinada necesidad. Qu carcter tiene esta necesidad? Que no se trata de la necesidad analtica kantiana es cosa que salta a primera vista. Que lo que est en juego aqu tampoco es la necesidad dialctica hegeliana de la evolucin inmanente de los conceptos y de las formas de pensamiento no es cosa que se desprenda ya con entera claridad de lo que hemos citado, aunque as podr inequvocamente comprobarse a lo largo de la investigacin del carcter lgico de esta derivacin marxiana a que vamos a entregamos. Marx vincula (en el captulo 2) la exposicin de la esencia y de la evolucin del proceso de intercambio a la derivacin dialctica de la forma -dinero del valor (cap. 1). Tambin aqu se ocupa del anlisi s del dinero. Escribe: Ese cristal que es el dinero es un producto necesario del proceso de cambio en el que productos heterogneos del trabajo se equiparan de hecho unos con otros y, en consecuencia, se transforman efectivamente en mercancas. La ampliacin y la profundizacin histricas del cambio desarrollan la contraposicin entre valor de uso y valor, que dormitaba en la naturaleza de la mercanca. La necesidad de exponer exteriormente esa contraposicin para el trfico lleva a una forma propia del va lor mercantil, y no para ni descansa hasta que esa forma se alcanza definitivamente con el desdoblamiento de la mercanca en mercanca y dinero. Por eso la conversin de la mercanca en dinero se consuma en la misma medida en que se consuma la conversin de los productos del trabajo en mercancas 24.
23. Ebenda, pgs. 83-84. Con la derivacin dialctica de la forma -dinero del valor por Marx se tiene un ejemplo til de cara al anlisis del carcter lgico especifico de la derivacin dialctica marxiana, entre otras cosas porque Marx ha formulado, tipificado y reelaborado esta problemtica varias veces (Zur Kritik, Grundrisse, Das Kapital, l.a ed., 1867, y 2." ed. alemana, Randglossen zu Wagner, etc.) Estas diferentes reelaboraciones, a las que an tendremos que referimos en nuestra investigacin, facilitan la interpretacin y coadyuvan a su objetividad. 24. Ebenda, pgs. 101-102. Cfr. asimismo: Contribucin a la crtica..., loc. cit., pg. 47: La ampliacin paulatina del comercio de cambio, el aumento de los intercambios y la multiplicacin de las mercancas que ocurren en el comercio de ca mbio, empujan a la formacin del dinero e influyen de manera disolvente sobre el comercio inmediato de cambio.
En qu relacin estn a) la evolucin de las formas de valor, tal y como se habla de ella en el captulo 1 y b) la evolucin del proceso de intercambio, tal y como el captulo 2 se ocupa de ella? Qu relacin guardan entre s la consecuencia necesaria en a) y la consecuencia necesaria en b), la gnesis en a) y la gnesis en b)? Tenemos dos rdenes de consecuencia necesarios, inextricablemente ligados entre s. Hablaremos de dos rdenes necesarios de consecuencia, el lgico dialctico y el histrico (de la gnesis lgico -dialctica y de la gnesis histrica). La derivacin necesaria lgico -dialctica, tal y como funciona en la derivacin marxiana de la forma de dinero del valor en el captulo 1 expresa en forma concentrada el carcter inmanente de la forma de valor (este carcter es una contradiccin especfica determinada, y la resolucin de esta contradiccin tiene lugar por la evolucin de determinadas formas). Posee la forma externa de la consecuencia de unos conceptos, categoras, formas de pensamiento, a partir de otros. Por su contenido el o rden de consecuencia lgico-dialctico necesario es, sin embargo, el reflejo de las interrelaciones necesarias de las formas reales, y concretamente de su estructura interna procesual. Depende, pues, de la nueva concepcin de la estructura ontolgica de la realidad 25. El carcter especfico de la derivacin marxiana lgico -dialctica no resulta comprensible si se permanece en el mbito de las representaciones ontolgicas de la ciencia cartesiano-galileana (sobre todo las del movimiento y la causalidad) y en el de su limitada concepcin de lo lgico y de la derivacin lgica. Marx enlaza con las innovadoras ideas acerca de la estructura ontolgica de la realidad defendidas frente a la ciencia cartesiano -galileana y su interpretacin de la causalidad y del movimiento por Leibniz en su Monadologa y tras l por la filosofa clsica alemana y, especialmente, por Hegel. La gnesis de una forma determinada, tal y como viene a ser reproducida por la derivacin lgico-dialctica no es, pues, idntica a la gnesis histrica, pero tampoco puede decirse que sea una mera abreviatura de ella, la expresin, liberada de la casualidad, de la misma 26. Es la expresin ideal de esta
25. Cfr. el trabajo anterior. 26. La forma expresiva abreviada, liberada de la c asualidad, de la gnesis histrica de la forma dinero del valor es precisamente el captulo 2. Pero no es una expresin liberada de todas las casualidades. Es primero casual, por ejemplo, que el oro se convierta en equivalente general. Pero esta casualidad es un momento legtimo de la evolucin necesaria. Queda contenida asimismo en la
gnesis. En la derivacin lgico-dialctica necesaria se hace abstraccin de numerosos factores y circunstancias que jugaron un papel en la realizacin de las formas investigadas en la historia real. Tal abstraccin no hunde sus races (como interpreta Grossmann, por ejemplo 27) en las limitaciones del entendimiento humano; resulta, por el contrario, necesaria como un primer paso en la captacin de la evolucin histrica y de las formas reales en su complejidad total, en su esencia general y en su singularidad. De otro modo no puede ponerse en marcha y elaborarse la forma especfica del conocimiento conceptuante del movimiento real. La justificacin de su existencia tienen, pues, que cifrarse en el hecho de que al pensamiento humano no se le abre otro camino que la apropiacin terica de hechos como, por ejemplo, la gnesis y la naturaleza del dinero, que el de la elaboracin y perfeccionamiento del conocimiento conceptuante de la realidad. La relacin de consecuencia que es en Marx, en las partes de la derivacin lgico-dialctica, la forma lgica especfica del conocimiento conceptuante es, pues, una relacin de consecuencia histrico -necesaria sui generis. La elaboracin de la expresin ideal de la realidad investigada con ayuda de la relacin lgico-dialctica de consecuencia y de las transiciones lgico dialcticas es el presupuesto para comprender la historia real; la expresin ideal no puede, a un tiempo, elabor arse sino a partir de la investigacin de la historia real. Engels dio una certera caracterizacin de la relacin de consecuencia lgicodialctica, tal y como Marx recurre a ella en la teora del valor, al objetar a Schmidt y Sombart que olvidaban que l o que aqu est en juego no es un proceso puramente lgico, sino un proceso histrico y su reflejo explicativo en pensamientos, la reconstruccin lgica de su trama interna 28. Cualquier posible interpretacin de esta caracterizacin presupone, como tarea previa, responder a la pregunta acerca de cmo resulta posible para Marx llevar a cabo tal reconstruccin lgica de la trama interna del proceso histrico, procurando as un reflejo explicativo en pensamientos de tal
derivacin lgico-dialctica. Cfr. Marx sobre la diferencia de las transiciones de las formas I -II-III, donde se trata de transformaciones esenciales y la transicin III -IV (Das Kapital, vol. 1, loc. cit., pg. 84). 27. H. Grossmann. Das Akkumulations und Zusammenbruchsgesetz des kapitalistischen Systems, Leipzig, 1929, pg. VI. 28. K. Marx, Das Kapital, vol. 111, loco cit., pg. 905.
proceso. En esta caracterizacin engelsiana viene, en efecto, contenida la problemtica entera de la novedad y del carcter especfico de la forma lgica marxiana de la expresin ideal y del conocimiento conceptuante. De ah la importancia de su desciframiento. No se trata de un proceso puramente lgico. Pero tampoco -como enseguida detallaremos- de un proceso puramente histrico. Lo que est e n juego es la expresin ideal del proceso histrico. Formular la expresin ideal significa, para Marx, descubrir la trama interna necesaria 29. Reconstruir lgicamente la trama interna del proceso histrico slo es una forma distinta de expresar la tarea de poner al descubierto la trama interna necesaria. Para evitar movernos en tautologas hemos de subrayar otra vez que Marx conceba la trama interna necesaria de un modo nuevo y especfico. De las nuevas ideas fundamentales de Marx sobre la estructura ontolgica de la realidad se desprende la nueva y especfica concepcin lgica, as como tambin la nueva y especfica concepcin de la investigacin lgica de la trama interna del proceso histrico. Volvamos a nuestro ejemplo de la derivacin l gica del valor. Han quedado expresadas en l las causas por las que la forma simple y casual del valor fue necesariamente desbancada por la forma evolucionada del valor, etc.? Podemos responder que no es este el caso, o que slo lo es parcialmente. El inters genuino de Marx se concentra aqu en la gnesis en otro significado, en la trama interna; puede bien decirse: en la esencia de este proceso histrico. Sera, de todos modos, ms exacto decir que la pregunta no est correctamente planteada. Marx distingue entre legaliformidad inma nente de la evolucin y causalidad externa, e investiga, por decirlo con precisin, la necesidad de la gnesis histrica del dinero, tanto en la parte de la derivacin materialistadialctica en el capitulo 1 como en las partes relativas a la evolucin del intercambio en el 2. Ambas partes componen conjuntamente el anlisis materialista-dialctico del dinero (que mas tarde pasa a verse completado por el anlisis de las determinaciones y funciones ms concretas del dinero en el capitalismo). En este sentido podemos, pues, decir que la derivacin dialctica
29. Cfr. K. Marx, Das Kapital, vol. 1, l.a ed., agosto de 1867, pg. 34. Cfr. asimismo Grundrisse, donde dice sobre la derivacin del con cepto general de capital a partir del dinero lo siguiente: Este proceso dialctico de gnesis slo es la expresin ideal del movimiento real al hilo del que el capital llega a convertirse en tal.
a que se procede en el captulo 1 es un momento del anlisis materialistadialctico, que no estara completo de no ir acompaado de la derivacin del dinero en la forma histricamente necesaria de consecuencia en el capitulo 2. La comprensin del anlisis materialista -dialctico de la forma-dinero del valor presupone la previa inteleccin, en su conexin inextricable, de esta doble derivacin, de esta doble relacin necesaria de consecuencia, en el espritu de la teora de la refiguracin del materialismo dialctico (y de la concepcin materialista-dialctica de la estructura ontolgica de la realidad). Si se desgaja una de ellas de la otra, o si se las opone entre s, la concepcin marxiana de la explicacin cientfica queda deformada. Saber que slo estas dos derivaciones (y relaciones necesarias de consecuencia) dan en su unidad el anlisis materialista-dialctico consumado de la realidad investigada constituye, por el contrario, la va ms segura para evitar la extraccin de consecuencias injustificadas acerca de la estructura lgica del anlisis marxiano a partir de algunas formulaciones unilaterales y tomadas aisladamente de Marx y Engels y para comprender asimismo el sentido de cierta polivalencia que en ocasiones sale a la luz en el modo de expresarse de Marx. Marx y Engels formulan tambin, por ejemplo, la necesaria relacin de consecuencia de la forma-dinero del valor como sigue: a) De la contradiccin del carcter general del valor con su existencia material en una mercanca determinada, etc. -estas categoras generales son las mismas que ms tarde aparecen en el dinero - surge la categora del dinero 30. O: La contradiccin inmanente a la mercanca como unidad inmediata de valor de uso y valor de cambio, como producto de trabajo privado til... y como materializacin inmediata y social de trabajo humano, esta contradiccin no descansa ni se ve apaciguada hasta haber pasado a configurarse en el desdoblamiento de la mercanca en mercanca y dinero 31. Otra vez, en cambio, y como ya nos es conocido, esta misma gnesis viene a
30. K. Marx a F. Engels, 2, IV, 1858, en K. Marx -F. Engels, Werke vol. 29, Berln, 1963, pg. 315. 31. F. Engels, Konspekt ber das Kapital von Karl Marx, vol. I, en K. Marx - F. Engels, Werke, vol. 16, Berln, 1964, pg. 248.
ser formulada por ellos como sigue: b) Ese cristal que es el dinero es un producto necesario del proceso de cambio en el que productos heterogneos del trabajo se equiparan de hecho unos con otros y, en consecuencia, se transforman efectivamente en mercancas. La ampliacin y la profundizacin histricas del cambio desarrollan la contraposicin entre valor de uso y valor, que dormitaba en la naturaleza de la mercanca. La necesidad de exponer exteriormente esa contraposicin para el trfico lleva a una forma propia del valor mercantil, y no para ni descansa hasta que esa forma se alcanza definitivamente con el desdoblamiento de la mercanca en mercanca y dinero. Por eso la conversin de la mercanca en dinero se consuma en la misma medida en que se consuma la conversin de los productos del trabajo en mercancas 32. (Represe en el prrafo anterior subrayado por nosotros - J. Z.) O: En el intercambio directo de productos cada mercanca es directamente medio de cambio para su poseedor y equivalente para quien no la posee, pero slo en la medida en que es valor de uso para l. El artculo objeto de cambio no toma, pues, todava ninguna forma de valor independiente de su propio valor de uso o de la necesidad individual de los que intervienen en el cambio. La necesidad de esta forma se desarrolla a medida que aumentan en nmero y en variedad las mercancas que entran en el proceso de intercambio. La tarea surge al mismo tiempo que los medios para solucionada. Nunca se produce un trfico en el que unos poseedores de mercancas intercambien y comparen sus propios artculos con otros artculos diferentes sin que diferentes mercancas de diferentes poseedores se intercambien y se comparen como valores, dentro de su trfico, con una tercera y misma especie de mercanca. Esta tercera mercanca, al convertirse en equivalente de otras varias mercancas, recibe directamente, aunque sea dentro de lmites estrechos, forma general o social de equivalente. Esta forma general de equivalente nace y muere con el contacto social instantneo que la produjo. Es una forma que recae variable y transitoriamente en talo cual mercanca. Pero con el desarrollo del intercambio mercantil se adhiere exclusivamente de un modo fijo a particulares especies mercantiles, o sea: cristaliza en forma de dinero 33.
32. K. Marx, Das Kapital, vol. I, loc. cit., pgs. 101-102. 33. Ebenda, pg. 103.
derivacin (gnesis) lgico-dialctica en la forma de la expresin ideal de la realidad investigada o apunten bsicamente a la gnesis histrica. Pero hay Marx y Engels formulan, en consecuencia, el mismo proceso de la gnesis del dinero de maneras ocasionalmente diferentes, segn quieran sacar a la luz la que tener bien presente que ambas formulaciones resultan, aisladamente asumidas, unilaterales; de anlisis materialista -dialctico consumado slo puede hablarse cuando ambos se dan unidos y fundidos de modo inextricable, como ocurre, por ejemplo, en El Capital. En sus manuscritos preparatorios Marx llama la atencin sobre la posibilidad de interpretar errneamente de modo idealista la formulacin del primer tipo a). En el captulo del dinero (octubre de 1857) de las Lneas fundamentales escribe, por ejemplo: Ms tarde ser necesario, antes de dar por terminado este problema, corregir el modo idealista de la exposicin, en virtud del que viene a parecer como si lo que aq u est en juego fueran slo determinaciones conceptuales y la dialctica de estos conceptos. O sea ante todo la frase: el producto (o actividad) se convierte en mercanca; la mercanca en valor de cambio; el valor de cambio en dinero 34. Mediante formulaciones muy breves. del mismo proceso de gnesis del dinero consiguen Marx y Engels, por lo general, evitar la unilateralidad arriba citada; as llevan hasta la compleja, pero para la captacin de la realidad necesaria, concepcin de la gnesis del dinero en la indisoluble y especficamente complementaria unidad de las relaciones lgico-dialcticas e histricamente necesaria de consecuencia. Por ejemplo: La ampliacin paulatina del comercio de cambio, el aumento del intercambio y la multiplicacin de las mercancas presentes en el comercio de cambio, desarrollan, en consecuencia, la mercanca como valor de cambio, empujan la formacin del dinero e influyen de manera disolvente sobre el comercio inmediato de cambio. Los economistas acostumbran a derivar el dinero de las dificultades exteriores con las que tropieza el comercio de cambio ampliado, pero al hacerlo olvidan que estas dificultades surgen de la evolucin del valor de cambio y, en consecuencia, del trabajo social como trabajo general 34a
34. K. Marx, Grundrisse, pg. 69. 34a K. Marx, Zur Kritik der politischen Oekonomie, loc. cit., pg. 36. Cfr. tambin Das Kapital, loc. cit., vol. 1, ed. de 1867, pg. 44: La mercanca es una unidad inmediata de valor de uso y valor de cambio, esto es, de dos opuestos. Es, pues, una Contradiccin inmediata. Esta contraccin ha de desarrollarse en la medida en que tenga realmente que ser referida como un todo a otras mercancas y no sea slo analticamente considerada bien desde el punto de
O: La autonomizacin del valor de cambio de la mercanca en dinero es, ella misma, el producto del proceso de intercambio, de la evolucin de las contradicciones en ella presentes entre valor de uso y valor de cambio y en no menor medida de la contradiccin, presente asimismo en ella, de que este trabajo determinado y singular del individuo privado tenga que presentarse como su contrario, trabajo igual, necesario, general y en esta forma, social 35. De modo similar se manifiesta Engels en el Prlogo al segundo volumen de El Capital. Marx investig luego la relacin entre mercanca y dinero, demostrando cmo y por qu en virtud de su propiedad inherente de ser valor, la mercanca y el intercambio de mercancas generan necesariamente el antagonismo de mercanca y dinero 36. El intercambio epistolar de Marx y Engels sobre el anlisis de las formas de valor arroja luz sobre algunos aspectos importantes de la concepcin marxiana de la unidad y complementariedad de la derivacin lgico -dialctica y de la histrica. De este intercambio de puntos de vista y de las correcciones a que Marx procedi efectivamente se deduce que Marx confiri ms peso al anlisis de la expresin simple de valor que a su complementacin o puesta en forma ms accesible por recurso a excursos histricos. Lo consider no slo como un problema clave para la captacin de las formas evolutivas del valor, sino de todas las relaciones econmicas burguesas. De ah que el centro de gravedad del anlisis materialista-dialctico de la forma-dinero del valor de Marx tenga que ser, ante todo, cifrado en el anlisis de la mercanca y del carcter doble del trabajo, as como en el anlisis de la forma simple del valor. Si al comienzo de este captulo nos concentramos en el anlisis marxiano de la estructura lgica de la exposicin de las transiciones de las formas de valor en cuanto partes de valor, en las que la diferencia respecto de la derivacin tradicional y el uso de un nuevo mtodo de derivacin resultan
vista del valor de uso, unas veces, bien desde el del valor de cambio, otras. Pero la verdadera relacin de las mercancas entre s es su proceso de intercambio. 35. K. Marx, Theorien ber den Mehrwert, parte 3, pgs. 128-129. 36. K. Marx, Das Kapital, vol. II, loc.cit., pg. 23.
particularmente visibles, ahora ha llegado el momento de completar y precisar nuestra caracterizacin. Las transiciones de las formas de valor (de la simple a la forma-dinero) constituyen slo una parte de la derivacin lgico-dialctica del dinero por Marx, esa derivacin cuyo ncleo es el anlisis de la mercanca y de la forma simple de valor. La derivacin lgico -dialctica de la formadinero del valor podra ser llevada a cabo -como prueba el trabajo de Marx en la Contribucin a la Crtica de la Economa poltica- incluso sin estar trabajadas y elaboradas las transiciones de las formas de valor en la figura de la forma I a II, de la II a la III y a la IV (pero en cualquier caso, en modo alguno sin el anlisis de la forma simple de valor). Slo podremos comprender la estructura lgica de la exposicin de las transiciones de las formas de valor por Marx de asumir, coincidiendo con l, el anlisis de la mercanca y de la forma simple de valor como ncleo de la derivacin lgico-dialctica de la forma-dinero del valor. La derivacin, la relacin necesaria de consecuencia en estas transiciones, presupone, en efecto, de manera muchas veces implcita, una determinada representacin de la estructura ontolgica del fenmeno investigado y, en concreto, la representacin que vino a ser expresada mediante el anlisis de la forma de valor desde el punto de vista de su substancia, de su magnitud y de su expresin necesaria en la forma simple de valor. 37 Lo que en las secciones anteriores se ha obtenido mediante el anlisis constituye a un tiempo, en consecuencia, en las secciones sobre las transiciones de las formas de valor (I-II-III-IV) la base categorial que expresa la estructura ontolgica general y especfica del dominio investigado; esta base categorial determina a un tiempo realmente el movimiento de la exposicin en el orden de las ideas. Desde este punto de vista resultan comprensibles algunos elementos de la derivacin lgico -dialctica de Marx en la seccin sobre las transiciones de las formas de valor que desde el punto
37 Cfr. K. Marx, Das Kapital, vol. I, l.a ed., agosto 1867, pg. 34: Lo decisivamente importante era descubrir el nexo interno necesario entre la forma de valor, la substancia de valor y la dimensin cuantitativa de valor, esto es, probar, p or decirlo idealmente, que la forma de valor surge del concepto de valr. Cfr. tambin Das Kapital, vol. I, loc. cit., pg. 85: La dificultad del concepto forma de dinero se reduce, pues, a la dificultad de captar la forma general de equivalente, esto es , la forma general de valor, la forma III. Pero la forma III se resuelve en la forma II , forma desplegada de valor; y el elemento constitutivo de esta forma II es la forma I : 20 codos de lino = 1 levita, o sea, x mercanca A = y mercanca B. Por lo tanto, la forma mercantil simple es el germen de la forma de dinero.
de vista de la derivacin tradicional en modo alguno lo seran; elementos, en fin, que a quien reduzca la derivacin a derivacin tradicional tendrn necesariamente que aparecrsele como arbitrarios y extraos. Si distinguimos entre la relacin lgico -dialctica y la histricamente necesaria de consecuencia (sin dejar por ello de ser conscientes de su unidad, de la complementariedad y del carcter refigurador de la relacin lgicodialctica necesaria de consecuencia en orden a la historia real), nos encontramos, pues, con que la derivacin de la forma-dinero del valor con ayuda de la relacin lgico-dialctica necesaria de consecuencia constituye el captulo 1 entero y no slo las secciones sobre las transiciones de las formas de valor); juntamente con el captulo 2 sobre la esencia y la evolucin del proceso de intercambio, que da la derivacin 38histrica del dinero, tenemos ante nuestros ojos el anlisis materialista -dialctico fundamental del dinero. Marx consideraba como justa y adecuada la forma materialista y dialctica de la derivacin slo de cumplirse determinadas condiciones. La primera consiste en la exigencia de un conocimiento emprico profundo de la materia en el mbito a cuyo anlisis terico quiere procederse con ayuda de la forma materialista y dialctica de la derivacin. Cuando Lasalle, por ejemplo, utilizaba las formas dialcticas de pensamiento como esquemas generales acabados, bajo los que se limitaba, simplemente, a subsumir la materia especfica de la economa poltica, Marx le criticaba no slo por su nula comprensin de la dialctica racional, sino por su incomprensin y degeneracin de la dialctica hegeliana. La exigencia marxiana de un conocimiento material exhaustivo como condicin previa al uso de la derivacin materialista y dialctica es cosa que se justifica por s misma, con slo tener en cuenta que la derivacin materialista y dialctica no es sino una forma de expresin de los nexos internos necesarios del objeto, y, concretamente, en la forma especfica que es propia del pensamiento tericohumano.
38 Qu quera decir Engels con el consejo (cfr. Ebenda, pg. 303) de probar histricamente de modo ms global la derivacin dialctica de la forma de din ero del valor en el volumen I del Capital y completar la exposicin de la gnesis del dinero mediante un excursus capaz de mostrar al filisteo la necesidad histrica de la gnesis del dinero y el proceso en cuyo marco discurre sta? Cuando Engels aade: Aunque lo ms necesario para ello... ha quedado dicho ya, se refiere evidentemente al cap. 2. Recomend, pues, probablemente un excursus an ms detallado sobre la historia del intercambio, del tipo, por ejemplo, del que l mismo escribi despus en el ep logo al tercer volumen del Capital (cfr. Das Kapital, vol. III, loc. cit., pgs. 898 y ss.).
La segunda condicin se cifra en el hecho de que la forma dialctica de la exposicin... conoce sus lmites 39. La exposicin terica de totalidades en evolucin con la ayuda de la derivacin materialista y dialctica tiene que entrar necesariamente en determinados puntos en contacto con la realidad histrica fctica, en cuanto presupuestos no derivables dialcticamente de los que parte la derivacin materialista y dialctica. De acuerdo con la tercera condicin, el todo en evolucin investigado ha alcanzado en la realidad 40 un determinado grado de madurez, y las investigaciones precedentes de este todo en evolucin se han acumulado hasta constituir un determinado material intelectual. En este contexto expuso Marx sus notables ideas sobre la relacin entre el anlisis materialista-dialctico del capitalismo y el anlisis terico del capitalismo tal como fue emprendido por la economa poltica burguesa clsica inglesa y, especialmente, por Smith y Ricardo 41. (4) Sobre la base de las dilucidaciones anteriores, as como de los trabajos sobre el tema disponibles en la bibliografa filosfica marxista -leninista, especialmente la sovitica 42, podemos aadir, para termin ar, una observacin sintetizadora. Hegel consideraba la explicacin puramente histrica como insuficiente y no cientfica. Equivala, a sus ojos, a poner lo relativo en el lugar de lo absoluto, el fenmeno superficial en el lugar de la naturaleza de la c osa. Esta concepcin viene esencialmente vinculada a la tesis de que las
39. K. Marx, Grundrisse, pg. 945, Que el propietario de dinero -o el dinero mismo, dado que de momento el primero no es para nosotros, en el proceso econmico, sino la personificacin del ltimo encuentre la capacidad de trabajo en el mercado como mercanca en los lmites de la circulacin, este presupuesto, del que partimos aqu, y del que parte la sociedad burguesa en su proceso de produccin es, evidentemente, el resultado de una larga evolucin histrica... Pero este nivel histrico-evolutivo de la produccin econmica cuyo producto mismo es ya el trabajador libre- es presupuesto del devenir y ms an de la existencia del capital como tal. Su existen cia es el resultado de un largo y costoso proceso histrico en la configuracin econmica de la sociedad. Se muestra en este punto de modo bien preciso como la forma dialctica de la exposicin slo es correcta cuando conoce sus lmites. 40. Cul? No se dice mucho cuando se responde: el suficiente como para que el nexo interno necesario de esta totalidad en desarrollo haya cristalizado y muestre sus tendencias. Pero es posible que en trminos generales no pueda decirse mucho ms. Cfr. las ideas marxianas acerca de la anatomia del mono y del hombre 41. K. Marx, Theorien ber den Mehrwert , parte III, pgs. 496-497. 42. Sobre todo en los trabajos de Kedrow, Oiserman, Rosental, Iljenkov, Narski y otros.
determinaciones ideales objetivas, por ejemplo, lo lgico, constituyen la verdadera naturaleza de todas las cosas, siendo este elemento lgico considerado por Hegel -no slo en la Ciencia de la Lgica, sino asimismo en la Filosofa Real- como algo divino, absoluto. Frente a ello la dialctica materialista percibe lo nico absoluto en el proceso material de movimiento, caracterizado por la dialctica objetiva de esencia y fenmeno, de ley y azar, de lo relativo y lo absoluto. La unidad de lo lgico y lo histrico en el proceso del conocimiento es la refiguracin especfica de esta dialctica objetiva de lo relativo y lo absoluto. Desde este punto de vista materialista-dialctico criticaba Marx 43: De ah que Hegel cayera en la ilusin de concebir lo real como resultado del pensamiento que culmina en s su propia sntesis, que profundiza en s mismo y que a partir de s mismo se mueve, en tanto que el mtodo de ascender de lo abstracto a lo concreto slo es el modo que tiene el pensa miento de hacerse con lo concreto, de reproducido como algo espiritualmente concreto. Pero sin ser en absoluto el proceso gentico mismo de lo concreto. Frente a Hegel, que degrada lo temporalmente histrico, Marx valora de modo muy superior el papel de lo puramente histrico, de lo temporalmente histrico en el anlisis dialctico. Los hechos histrico-temporales constituyen el punto de partida de la derivacin lgico -dialctica y son parte necesaria de esta derivacin. No deja de resultar interesante en todo ello que Hegel exagere y aumente, pues, por una parte, con su idealismo, el papel del pensamiento (de un pensamiento objetivado e hipostasiado), y por otra no perciba, en cambio con claridad suficiente la funcin, la actividad, la autonoma, la especificidad de las formas de movimiento del pensamiento humano cientfico, que se enfrenta a la tarea de conocer adecuadamente la realidad con su estructura dialcticoontolgica, y lo degrade. Marx subraya, contrariamente, que para captar adecuadamente una realidad del tipo, por ejemplo, del modo capitalista de produccin, el pensamiento humano ha de desarrollar una gran actividad, teniendo que poner en marcha algunas formas especficas de movimiento, que no constituyen simplemente una mera prosecucin paralela de las formas reales de movimiento. Esta acentuacin de la actividad, de la relativa autonoma en el movimiento del pensamiento humano y del carcter
43. K. Marx, Grundrisse, loc. cit., pg. 22.
especfico de sus formas de movimiento en relacin con las formas reales no nace en absoluto del abandono, sino ms bien, por el contrario, de la fidelidad a la teora marxista de la refiguracin en su versin dialctica. El sistema cientfico materialista y dialctico forma un todo artstico de arquitectura compleja, en el que en unidad orgnica figuran reconstrucciones de decursos a niveles diferentes de la escena histrica, mtodos y procedimientos muy abstractos y otros enteramente fcticos y singulares; slo esta arquitectura compleja procura en su totalidad la imagen terica del modo de produccin capitalista en su estructura interna. El principio idealista de la identidad de pensamiento y ser deforma el pensamiento conceptuante de Hegel tambin en el sentido de que a pesar de la explicacin, principalmente clara, de lo lgico en el significado de la concreacin y a pesar de la crtica al esquematismo y al formalismo, que como Hegel critica concluyentemente - cuando quiere conocer algo lo subsume bajo determinaciones lgicas generales, sin captar en orden a su fundamento concreto el movimiento del objeto 44, el propio Hegel termina, en realidad, por contravenir muchas veces los principios declarados, explicando 45 los fenmenos concretos por la va de subordinarlos a determinaciones lgicas generales. No cabe decir que las ilustraciones histricas constituyan ya por s mismas un rasgo diferenciador de la derivacin materialista y dialctica marxiana frente a la derivacin dialctica idealista de Hegel (o frente a la dialctica idealista desfigurada y sofisticada de Proudhon). Tambin en Hegel encontramos algo a lo que bien podramos llamar ilustraciones histricas de la derivacin dialctica. La diferencia radica en cmo se concibe su relacin con la evolucin lgica de las ideas, en qu es asumido como primario y qu como secundario. A la interpretacin idealista de la unidad dialctica de lo lgico y de lo histrico sobre la base del principio de la identidad de pensar y ser, Marx opone la concepcin materialista sobre la base del principio de la refiguracin.
44. Dirigindose a Schelling, entre otros, escrib a Hegel en la Fenomenologa (pg. 45): Formalismo... quiere decir haber comprendido y expresado la naturaleza y la vida de una figura, cuando de ella se formula una determinacin del esquema como predicado... Ebenda, pg. 41: El formalismo y esquematismo ha dejado caer o ha escondido la esencia viva de la cosa. 45. Marx observa a ello: Pero este concebir no radica, como opina Hegel, en reconocer por todas partes de nuevo las determinaciones del concepto lgico; sino en aprehender la lgica especfica del objeto especfico (K. Marx, Kritik des Hegelschen Staatsrechts, en K. Marx- F. Engels, Werke, Berln, 1956, pg. 296).
De cara a la problemtica de la filosofa del derecho Marx clarifica las diferencias a propsito de la unidad de lo lgico y de lo histrico, por ejemplo, como sigue: Hegel da a su lgica un cuerpo poltico; no da la lgica del cuerpo poltico. 46.
En los ltimos tiempos viene dedicndose mucho esfuerzo terico al trabajo en una serie de problemas a los que se acostumbra a agrupar sintticamente bajo el concepto de pensamiento sistmico, investigaciones sistmicas o teora general de sistemas: Cierta visin de conjunto sobre el desarrollo y los resultados procuran, por ejemplo, los anuarios soviticos Investigaciones sistmicas y otras publicaciones similares de los ltimos aos l. Las aportaciones presentadas al XIII Congreso Internacional de Historia de la Ciencia celebrado en Mosc en 1971 en el coloquio sobre la historia y las perspectivas de desarrollo de la teora general de sistemas procuran una visin relativamente representativa del actual estadio del trabajo terico en e ste dominio. Tal cosa vale sobre todo para las aportaciones de A. I. Ujemov (Mtodos de elaboracin y desarrollo de la teora general de sistemas), V. N. Sadovskij (Teora general de sistemas como metateora), M. D. Mesarovic (Desarrollo de la teora matemtica de sistemas generales), A. Rapoport (Usos del isomorfismo matemtico en la teora general de sistemas), etc. De la bibliografa occidental hay que destacar tambin como particularmente importante el no hace mucho publicado volumen de trabajos de L. V. Bertalanffy, que ilustra sobre la evolucin y el cambio de puntos de vista en algunos tpicos de importancia no desdeable 2. Algunos estudios de V. N. Sadovskij, entre otros, llaman ampliamente la atencin sobre el hecho de que en la actual bibliografa relativa a las investigaciones sistmicas, el concepto de sistema es asumido y definido de acuerdo con una gran variedad de acepciones. Se dan unas treinta definiciones diferentes, a las que es posible clasificar en tres grupos. Las definiciones del primer grupo comprenden bajo el concepto de sistema un modelo
1. Sistmnyje issledovanija. Jeiegodnik, 1969., Mosc, 1969. Sistmnyje issledovanija. Jeegodnik, 1971. Mosc, 1971. Blauberg, I. V., Sadovskij, V. N., Judin, E. G., Systmnyj podchod: predposylki, problemy, trudnosti, Mosc, 1969. Ms bibliografa puede encontrarse en la voz sistema en la Enciclopedia filosfica sovitica, vol. 5, Mosc, 1970, pg. 21. 2. L. von Bertalanffy, General System Theory. Foundations, Development , Applications, Nueva York, 1968.
matemtico, pudiendo distinguirse adems, en este contexto, entre clases diferentes de tales modelos matemticos. Las definiciones del segundo grupo delimitan el sistema con la ayuda de los conceptos elemento, relaci n, todo. El sistema es un conjunto de elementos dispuestos arbitrariamente, entre los que se dan interrelaciones. El tercer grupo de definiciones delimita el sistema con la ayuda de los conceptos imput, output, elaboracin de la informacin, direccin. Se proponen y elaboran clasificaciones de los sistemas de acuerdo con los criterios ms diversos. Se distingue entre sistemas cerrados y abiertos, estrictamente deterministas y probabilitarios. Los sistemas en el sentido de estos tres grupos de definiciones- pueden ser simples o ms o menos complejos, con inclusin de sistemas dinmicos de niveles y objetivos plurales con autorregulacin. Terica y prcticamente lo que viene a ser subrayado como ms relevante es, segn parece, la investigacin de sistemas cibernticos, esto es, dinmicos, con autorregulacin. En cualquier caso, la investigacin de sistemas formales (formalizados) sencillos, del tipo de la lgica de enunciados y predicados, constituye una parte subordinada, tambin, de la investigacin de los sistemas cibernticos.
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Paralelamente a la fructfera e importante elaboracin del pensamiento sistmico en sentido genuino, bien en trminos generales, bien en aplicaciones especficas (incluyendo la ingeniera de sistemas 3), algunos especialistas en investigaciones sistmicas plantean problemas relativos a los fundamentos filosficos (ontolgicos y gnoseolgicos) y presupuestos del pensamiento sistmico. Muy caractersticos de estas lneas resultan, por ejemplo, algunos trabajos de A. 1. Ujemov 4. Ms tarde tendremos que ocupamos de la argumentacin filosfica y de los resultados a que se ha llegado en los trabajos desarrollados en el marco de esta lnea. En nuestra opinin, sin embargo,
3. Cfr. los protocolos de las Conferenc ias I y II celebradas en Checoslovaquia sobre la ingeniera de sistemas. 4. Cfr., por ejemplo, A. I. Ujemov, Cosas, propiedades y relaciones, ed. rusa Mosc, 1963; Presupuestos ontolgicos de la lgica, ed. rusa en Voprosy filosofii, nm. 1-1969; Fundamentos lgicos del mtodo de modelizacin, ed. rusa, Editorial Mysl, Mosc, 1971. La concepcin de Ujemov ha sido difundida entre nosotros por, por ejemplo, K. Berka. Cfr. su trabajo Lgica y Ontologa. Observacones crticas a la polmica contempornea de los universales, en Deutsche Zeitschrift fr Philosophie, nm. 7/67, pgs. 828-836. En este sentido merecen tambin atencn algunos tratados de J. Kamaryt, que apuntan a una concepcin materialsta -dalctica de los fundamentos filosficos de la teor a general de sistemas mucho ms ampliamente dibujada.
resulta a un tiempo posible y necesario ocuparse de la investigacin de las cuestiones filosficas que se plantean a propsito de la investigacin sistmica desde un aspecto diferente al que viene a se r subrayado en los trabajos de Ujemov y otros. No vamos a apuntar fundamentalmente a problemas de la teora general de sistemas o de la lgica formal, sino a problemas cosmovisionales y lgico-gnoseolgicos de la dialctica materialista. Queremos hacer el intento de interpretar algunas formas y la direccin de la elaboracin de la dialctica materialista en relacin con los progresos de la investigacin sistmica, particularmente las de orden ciberntico. Como es bien sabido, el materialismo dialctico fue estudiado desde su nacimiento en cuanto visin revolucionaria del mundo de la clase obrera, vinculada a las transformaciones radicales de la ciencia y de la praxis social, como susceptible de desarrollo y necesariamente obligado, adems, a l.
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Ncleo de la dialctica es la idea del ser en opuestos. Como el ser-proceso es la forma fundamental y protoforma del ser, puede en igual sentido decirse que el ncleo de la dialctica es la idea del movimiento en opuestos. La dialctica materialista diferenci a el ser material (movimiento) del ideal, y concibe el movimiento del conocimiento y de las formas sociales de consciencia como reflejo del movimiento material. Este reflejo est mediado por la praxis social que se desarrolla histricamente y viene por lo general vinculado al lenguaje: tiene una estructura sgnico-significativa. Cuando hablamos del movimiento material en opuestos, hablamos de la dialctica objetiva, sobre todo de la dialctica objetiva de las formas naturales del movimiento natural. Frente a ello, las formas de movimiento en el dominio ideal son dialctica subjetiva. La dialctica subjetiva es reflejo de la dialctica objetiva. La dialctica de la evolucin social es un mbito en el que la dialctica objetiva y la subjetiva vienen procesual mente unidas y, en concreto, sobre la base de la dialctica objetiva. Nos concentraremos primero en algunas cuestiones de la dialctica de la evolucin y desarrollo del conocimiento (filosficamente reflejada en la teora materialista del conocimiento), esto es, en uno de los componentes de la dialctica subjetiva y de la dialctica del desarrollo social. En cualquier caso, del carcter materialista de la teora dialctica marxista del conocimiento se desprende que en casi cada paso de la investigacin de las formas de
conocimiento tengan que ser tenidas en cuenta las formas de la realidad objetiva, esto es, los problemas de la dialctica objetiva. En este sentido tiene validez la idea de Engels de que la lgica dialctica, en cuento teora de las formas de pensamiento, contiene el germen de una visin del mundo ms abarcante 5. La investigacin gnoseolgica (lgico-dialctica) viene indisolublemente unida en las cuestiones de principio a lo cosmovisional. Lo que en la sociedad actual viene a significar que es parte integrante de la lucha ideolgica de las fuerzas antagnicas de clase.
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Todo lo que existe es bien un proceso espacio temporal estructurado (o estructural procesual), bien -en esfera significativa derivada, en idealizacin abstracta- una estructura significativa ms o menos fijada y abstrada del proceso espacio-temporal, entre cuyos elementos existen nexos genticos de significado. Utilizamos aqu provisionalmente el trmino estructura en un sentido no especfico muy amplio, que queda prximo al significado de las palabras composicin y constitucin tal y como se usan en el lenguaje ordinario 5a. Todo lo que de algn modo, sea ste cual fuere, es unidad de lo mucho, tiene una composicin (estructura). No existe forma alguna de mov imiento de la materia que no sea un movimiento estructurado. Los procesos y estructuras (procesos estructurado s o estructuras procesuales) tanto de la dialctica objetiva como de la subjetiva tienen, en su diversidad cualitativa especfica, algo en comn. a) Tienen en comn algunas leyes fundamentales del movimiento, dado que se trata de procesos y estructuras de un mundo unitario, cuya unidad descansa en su materialidad. Hablamos de las leyes fundamentales de la dialctica 6 como
5. K. Marx-F. Engels, Werke, vol. 20, Berlin, 1973, pg. 125. 5. Para ms informacin sobre los conceptos de estructura y sistema, cfr., por ejemplo, Gnter Krber, La categora "estructura" y el estructuralismo categrico en Deutsche Zeitschrift. Fr Philosophie, 1968, cuad. 11, pgs. 1310-1324. 6. Engels procura su primera dilucidacin en el Anti-Dhring y en la Dialctica de la naturaleza, cfr. Marx-Engels, Werke, vol. 20, Berln, 1973, pgs. 111 -133, 348-353.
b) Tienen en comn lo que de manera real y primaria tan slo existe como aspecto inseparable de los procesos materiales determinados, espacio - ciencia de las formas (leyes) generales del ser, esto es, del movimiento natural, social e ideal temporales y especficamente diversos. Se trata del aspecto relativo a las magnitudes (matemticamente estructural) y a la informacin (que se refiere a la ordenacin). La apropiacin intelectual del lado relativo a los conjuntos y a la informacin ocurre al nivel actual de desarrollo del pensamiento cientfico con la ayuda, ante todo, de los conceptos de estructura matemtica (en el sentido de Bourbaki) 7 y de informacin.
5 Como estructura matemtica entendemos un conjunto entre cuyos elementos individualmente considerados (elementos y subconjuntos) se dan operacion es e interrelaciones cuyas propiedades son descritas con ayuda de un sistema de axiomas. La matemtica no se ocupa slo, y ni siquiera fundamentalmente, de nmeros y magnitudes. La evolucin del objeto de la matemtica ha ido por el camino de un nivel de abstraccin y generalizacin cada vez ms alto. Puede formularse la hiptesis de que la categora lgica de cantidad viene a convertirse, en virtud de esta generalizacin del objeto de la matemtica, en una especificacin singular, aunque tambin muy gen eral, del concepto de estructura matemtica. Con otras palabras: la categora lgica de cantidad se revela hoy como muy poco general. En un nivel ms alto de generalizacin accedemos a la categora de estructura matemtica, que tiene importancia no slo matemtica, sino asimismo lgico-formal y filosfica. Igualmente resulta posible, de todo s modos, el proceder de S. A. Janovskaja, que tambin de cara al objeto generalizado de la matemtica, esto es, de cara a lo que estamos llamando aqu estructura mate mtica, conserva el concepto de cantidad y remite a su ms alta abstraccin y generalidad frente a la matemtica clsica. Todo lo que afecta a las interrelaciones entre objetos no plenamente identificados (por mucho que, de todos modos, podamos identificados y diferenciados entre s) y lo que, en consecuencia, puede ser
7. Ms sobre ello en mi trabajo El problema de las transformaciones en los fundamentos de la ciencia moderna, en Filosofick y asopis 1-1971, pgs. 36 37.
expresado con la ayuda de letras -con la condicin de que operemos con tales letras de acuerdo con reglas exactas, usadas en clculos matemticos-, resulta asumible como ejemplo de cantidad y de relaciones cuantitativas 8. Pero el concepto de estructura matemtica en cuanto objeto de la matemtica en la concepcin de Bourbaki (as como el concepto generalizado de cantidad en la concepcin de Janovskaja) presupone el mtodo axiomtico, lo que complica la situacin. Como tal, este mtodo no es objeto, l mismo, de la matemtica, sino que es asumido por estructuras lgicas todava ms generales, que son investigadas por la lgica formal. En cualquier caso, las investigaciones del mtodo axiomtico no trabajan con ayuda de la aritmetizacin de la matemtica 9 (Gdel, entre otros) con la aritmtica de los nmeros naturales a un nivel ms bajo, sino al nivel mismo de abstraccin de las estructuras lgicas ms abstractas. Muestran tal vinculacin entre las estructuras lgicas ms abstractas y la aritmtica de los nmeros naturales que parece obligada, cuando menos, una reconsideracin de la relacin entre estructura matemtica y cantidad . El aspecto relativo a la informacin de los procesos, incluidos los que son asumidos y reelaborados por los sistemas cibernticos, puede ser concebido como caso especfico del aspecto relativo a las magnitudes (matemticamente estructural). De este modo vendr, pues, el pensamiento matemtico estructural y sistmico a caracterizar el mtodo cientfico mediante el que se reelaboran y tratan los aspectos relativos a los lados que afectan a las magnitudes y a la informacin de los procesos reales: Con este objetivo investiga tambin en abstraccin idealizada, apuntando a una aplicacin posterior en la modelizacin matemtica, las estructuras matemticas incluyendo las estructuras cibernticas de informacin = los sistemas cibernticos. En la bibliografa disponible hasta el momento el concepto de informacin tampoco viene definido unvocamente. En nuestras reflexiones nos apoyamos en las interpretaciones ofrecidas por la nueva bibliografa sovitica sobre los aspectos filosficos de la ciberntica; en el trabajo, por ejemplo, de A. D.
8. Voz Kolietstvo v matematike en la Filosofskaja encyklopedija, vol. 2, Mosc, 1962, pgs. 560-562. 9. Como metamatemtica se entiende la teora que investiga la estructura y las propiedades de los sistemas formales. Coincide con la parte esencial de la lgica matemtica.
Ursul La informacin. Aspectos metodolgicos de la ciencia 10. El concepto de informacin refleja uno de los lados objetivos de todos los fenmenos de la naturaleza y de la vida social. La magnitud de informacin, en el sentido de la teora estadstica de la informacin, es definida como patrn de medida para la eliminacin de la indeterminacin y como caracterizacin, cuantitativamente determinable, de la ordenacin.
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a) En qu relacin est, en los procesos dialcticos objetivos, el aspecto relativo a las magnitudes y a la informacin con los restantes aspectos y con la totalidad de los procesos materiales? b) En qu relacin est, en el conocimiento cientfico, el acceso matemtico a los sistemas con el mtodo materialista -dialctico de pensamiento? Una respuesta a estas preguntas exigira, ciertamente, una nueva investigacin. De momento cabra decir, de cara a procurar cierta orientacin a tal investigacin y a clarificar algunos de sus presupuestos, lo siguiente: a) Para la caracterizacin del mundo real no bastan los conceptos fundamentales de la fsica clsica -materia, movimiento, energa, espacio, tiempo-. El no menos general y fundamental concepto de informacin resulta asimismo necesario para completar tal caracteri zacin. De cara a una investigacin de las propiedades y singularidades de los campos energticos (de los campos gravitatorio, electrosttico, magntico, de radiacin y otros) hemos de tomar buena nota de que todos ellos son portadores de informacin 11. El aspecto relativo a las magnitudes y a la informacin, en cuanto aspecto a lado objetivo de los procesos de la realidad objetiva, es general. Esta generalidad existe en lo especfico y por mediacin de lo especfico: el aspecto relativo a las magnitudes y a la informacin tiene sus formas especficas de existencia en diferentes esferas del mundo real, por ejemplo, en la naturaleza anorgnica, en los sistemas vivos y en los procesos sociales. En stos tienen,
10. A. D. Ursu1: lnformacija. Metodologieskije aspekty nauki, Mosc, 1971. Cfr. tambin el trabajo de A. Berg, B. Birjukov y 1. Novik, Metodologieskije aspekti kibernetiki, Kommunist, nmero 18/1971. Cfr. asimismo el trabajo de J. Zeman, Poznan a informace, Praga, 1962. 11. Berg-Birjukov-Novik, l c., pg. 87.
por ejemplo, gran importancia los procesos de comunicacin intelectual entre los miembros de la sociedad. La investigacin de estos procesos exige una reelaboracin en profundidad de los problemas del sentido (comprensin) de la informacin y de los problemas de su valor desde el punto de vista del receptor; criterio fundamental de valor pasa a ser, ante todo, la posibilidad de evaluacin de la informacin en los procesos de direccin. 12 Que la ciencia subraye hoy en casi todos los dominios los aspectos relativos a las magnitudes estructurales e informacionales de los procesos no es cosa que deba interpretarse en el sentido de la desaparicin de la materia y de propiedades de la misma tales como masa, energa, diversidad cualitativa al nivel subatmico, atmico, molecular, entre otros. La materia no desaparece y no pasa tampoco a carecer de toda importancia o significado 13 para los investigadores de los sistemas cibernticos, aunque slo sea porque los varios y diferentes aparatos lgico-matemticos usados en la ciberntica tienen una especificidad que expresa en forma generalizada las singularidades de aquellos dominios del mundo material que pasaron a convertirse en objeto de la investigacin ciberntica 14. Las formas de determinacin de los procesos reales objetivos descubiertos por la ciencia anterior no son discutidos ni negados por la determinacin in formacional y relativa a las magnitudes estructuradas. Los aspectos energtico-materiales de los procesos reales y sus formas objetivas de determinacin (las leyes objetivas de las transformaciones materiales y energticas) no desaparecen. Los progresos del pensamiento sistmico matemtico enriquecen nuestro conocimiento de las determinaciones objetivas de los procesos reales. Abren el camino a nuevas cuestiones acerca de la relacin de los aspectos energtico-materiales y relativos a las magnitudes estructuradas y a la informacin del mundo. La investigacin de estas cuestiones lleva al enriquecimiento y a la reelaboracin detallada del principio materialista-dialctico del determinismo (con una acentuacin explcita de las leyes de la probabilidad). La importancia del aspecto informacional y relativo a las magnitudes no es
12. Ibdem, pg. 88. 13. Como afirmaban Ashby (An lntroduction to Cybernetics. Nueva York, 1963, pg. 1) Y algunos otros partidarios de lo que bien cabria llamar la tendencia a algo as como un idealismo ciberntico. 14. Berg-Birjukov-Novik, l C., pg. 88.
slo terica, sino muy particularmente, y sobre todo, de orden tcnico. Procesos reales enteros son, en muchos casos, aprehensibles, dominables y controlables en orden precisamente a dicho aspecto (y a la tcnica ciberntica). En los contextos sociales prcticos, tomados ampliamente, del desarrollo socialista y comunista, la tcnica ciberntica asume, en cualquier caso, el papel subordinado de un instrumento de las fuerzas humanas que para el dominio del movimiento de su socializacin precisan inexcusablemente de lo que, diferencindolo del tratamiento y del acceso matemtico a los sistemas, queremos caracterizar como el tratamiento materialista-dialctico de los mismos, del que el tratamiento matemtico no es sino un momento subordinado.
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b) Consideramos, pues, el tratami ento matemtico de los sistemas, que elabora y se ocupa del aspecto informacional y relativo a las magnitudes de los procesos objetivos como un mtodo cientfico -especial, aunque aplicable de modo general. En lo sucesivo designaremos este tratamiento de l os sistemas -o este acceso a los mismos- como tratamiento F de los sistemas, y hablaremos de su tratamiento formal o matemtico; se trata de sinnimos, dado que en la aducida ( 4) concepcin de las estructuras matemticas como objeto de la matemtica, la lgica formal y los fundamentos de la matemtica se solapan. La dialctica materialista es tambin un pensamiento sistmico sui generis, aunque, obviamente, no sea slo formal. De querer rendir tributo al gusto, tan de la moda del da, por la palabra sistema, podramos hablar de un tratamiento D de los sistemas (esto es, de un tratamiento dialctico de los mismos), diferente del tratamiento F. Se plantea, de todos modos, el problema de la posible factibilidad de semejante caracterizacin unilateral del mtodo materialista-dialctico de pensamiento, en la medida, al menos, en que sabemos que se caracteriza, como mnimo, por dos principios: el de la unidad (la unidad de lo mltiple, esto es, por composicin, estructura, sistema) y el de la evolucin. Desde un punto de vista histrico e histrico-filosfico sigue pareciendo ms apropiada la caracterizacin de la dialctica materialista que la del mtodo evolutivo, o mtodo sistmico - evolutivo, o gentico-estructural, histrico-estructural.
Pero los rtulos no son importantes. Lo que en cualquier caso nos importa es el problema de la relacin del tratamiento matemtico de los sistemas con el mtodo materialista-dialctico (histrico-estructural) de pensamiento. Se trata de un problema que, para nosotros, es uno de los ms importantes de la racionalidad moderna. Se trata de la relacin entre la matematizacin en sus formas actuales (incluida la cibernetizacin) y el mtodo materialistadialctico de pensamiento. La urgencia de este problema aumenta por el hech o de que actualmente en la sociedad socialista las funciones cientfico metodolgica y cosmovisional -incidente en la vida cotidiana de las masasdel materialismo dialctico se interrelacionan y aproximan cada vez ms la una a la otra. En otros puntos de este estudio se ha tratado algo ms detenidamente el concepto de los tipos de racionalidad 15 y la concepcin materialista-dialctica de la teora y de la accin racionales en cuanto nuevo tipo moderno y rico en perspectivas de futuro- de racionalidad. Consideramos la elaboracin y el trabajo en el citado problema fundamental de la racionalidad moderna como parte integrante de la tarea terica de seguir elaborando la concepcin marxista-leninista de la dialctica materialista en relacin con los procesos transformadores que actualmente tienen lugar en la ciencia, en la tcnica y en la praxis social.
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Varios son los caminos por los que puede procederse a la investigacin de los problemas fundamentales de la racionalidad moderna, o dicho ms exactamente, de aquellos aspectos que formulamos ( 7) como nuestro problema fundamental. a) Por la va de los problemas filosficos de la matemtica y de la ciberntica. Si se desea clarificar la naturaleza filosfica (lgico -ontolgica, gnoseolgica, ontopraxeolgica en sentido marxista) del tratamiento formal de los sistemas, ser preciso ocuparse, desde el punto de vista del materialismo dialctico y en la perspectiva de nuestro problema fundamental, entre otras
15. Cfr. pgs. 11 y ss. del presente volumen .
cosas, de los fundamentos filosficos de la teora de conjuntos y de los problemas filosficos de la ciberntica y de la cibernetizacin de la vida social, as como del conocimiento. Un grupo especial de cuestiones es el que en este contexto viene a plantear la problemtica de la llamada inteligencia artificial 16. Tendr que ser clarificada la distincin establecida por Engels entre modo materialista y modo dialctico de pensamiento en relacin con el problema de la algoritmizabilidad del pensamiento. Tambin tendr particular importancia en este contexto el estudio de la bibliografa de la llamada filosofa de la lgica, esto es, de la filosofa de la lgica formal (Quine, Rescher, Kng, entre otros) 17 y la confrontacin crtica con ella. b) Por la va de la aproximacin crtica a los anteriores intentos de elaboracin sistemtica de la lgica dialctica. Tanto los volmenes Aktualnyje problemy dialekti eskoj logiki (Alma-Ata 1971) como Sovremennyje problemy materialistieskoj dialektiki (comp. por V. 1. Sviderskij, Mosc, 1971), como el nmero especial de la revista Voprosy filosofii (nm. 3/1972) 18 procuran una visin actualizada de conjunto de este dominio. Se plantean los siguientes interrogantes: Cules son las consecuencias del desarrollo del tratamiento matemtico de los sistemas de cara a la concretizacin (o generalizacin) de la ley dialctica del nexo entre cantidad y cualidad? Y para la ulterior elaboracin de la clasificacin engelsiana de los modos de pensamiento en metafsico y dialctico?
16. A ella se han dedicado, entre otros, los siguientes trabajos: H. L. Dreyfus, What Computers Can't Do: A Critique of Artificial Reason (Harper and Row, 1971); N. I. Nilsson: Problem-Solving Methods in Artificial Intelligence (Mc Graw Hill, 1971); anualmente se publican los volmenes colectivos Machine Intelligence y desde 1970 la revista Artificial Intelligence. 17. W. V. Quine: From a logical point o[ view, Cambridge, Mass., 1953; N. Rescher, Topics in Philosophical Logic, Dordrecht, 1968; G. Kng: Ontologie und logische Analyse der Sprache. Eine Untersuchung zur zeitgenssischen Universaliendiskussion, Wien, 1963 (ed. inglesa: Dordrecht, 1967). 18. Cfr. asimismo el arriba citado trabajo de B. M. Kedrow en: Voprosy filosofii, Mosc, 1973, nm. 9.
Y para la elaboracin del punto de vista engelsiano acerca de la justificacin del modo de pensamiento metafsico en ciertos mbitos del conocimiento emprico? La clarificacin ms profunda del principio materialista -dialctico de la unidad de lo lgico y de lo histrico ser, asimismo, una de las cuestiones cardinales. c) Por la va histrico-filosfica. El enfoque y tratamiento de la problemtica del entendimiento (Verstand) y la razn (Vernunft) en la filosofa clsica alemana, de Kant y Jacobi a Hegel, tiene una importancia central de cara a nuestra problemtica 19. Marx consideraba la contradiccin hegeliana como fuente de toda dialctica 20. En la filosofa clsica alemana se distingua entre entendimiento y razn mediante la relacin entre sujeto y objeto. El entendimiento -en la concepcin de Hegel- distingue y fija, y lo hace en varios sentidos. En efecto: el entendimiento - fija rgidamente uno frente a otro sujeto y objeto, enlazando con la contraposicin cartesiana entre res cogitans y res extensa; - separa mediante fronteras bien delimitadas los mbitos de la realidad; no entiende la transformacin de cantidad y cualidad, y viceversa; - separa rgidamente lo finito y lo infinito, lo relativo y lo absoluto, lo condicionado y lo incondicionado, lo positivo y lo negativo; - separa lo activo y lo pasivo, el sujeto del obrar y el objeto del obrar; conoce la regulacin (en la que movens y motum estn separados), pero no conoce la autorregulacin; esto guarda relacin con la rgida divisin entre las relaciones descriptivas y las valorativas de la consciencia con el mundo material.
19. Cfr. al respecto mis trabajos anteriores Praxis y razn. Concepcin de la racionalidad y superacin de la ontologa tradicional en la crtica marxiana de Hegel, Academia, 1968. Asimismo, Introduccin a la filosofa, Praga, 1969, y el trabajo Kant y Marx como crticos de la razn, Kant-Studien 56, 1966, nms. 3-4, pgs. 329-341. 20. Das Kaptal, vol. 1, en Werke, vol. 23, pg. 623.
Leyendo de modo materialista la filosofa de Hegel diramos que el entendimiento separa y fija, no entendiendo, al hacerla, la unificacin socio histrica de sujeto y objeto mediante la praxis material. La gnesis histrico lgica de la razn viene a ser tipificada, ante todo, sobre una base idealista en la Fenomenologa del Espritu de Hegel, que describe el movimiento de la interaccin del saber como objeto del saber, es decir, el movimiento de la relacin de los sujetos y objetos no rgidamente fijados unos frente a otros. En el movimiento de las formas conscientes del sujeto y el objeto refleja y reconstruye Hegel, en forma modificada, el movimiento histrico, mediado por la praxis material, de la relacin sujeto-objeto. La idea idealista de Hegel de la razn absoluta dialctica, de la que el entendimiento es un momento subordinado, aunque necesario, es reelaborada de modo radical por el marxismo en orden a la teora materialista de la refiguracin 21. El tratamiento histrico-filosfico de la dialctica hegeliana, que apunta esencialmente al estudio y la crtica de la misma, entraa en lo esencial, a la vez, una confrontacin con la entera tradicin filosfica en la que sta se inserta, puesto que la evolucin histrica global del pensamiento viene vinculada, en el sistema de Hegel, a la teora de la lgica dialctica. En conexin con nuestra hiptesis de los tipos histricos de racionalidad, la idea de Hegel, por ejemplo, de que ya Aristteles sustentaba una concepcin procesual (fluida) de las categoras, exige una elaboracin ms detallada. Tambin la investigacin del paso filogentico del mito al lo gos puede resultar ilustrativa de cara a nuestra problemtica. d) Por la va socio-histrica.
21. Como subtemas de cara a un estudio ms a fondo de la cosa cabe propon er, por ejemplo, los siguientes: Interpretaciones de la idea hegeliana de las tres dimensiones de lo lgico (Enzyklopiidie, 79-82). La nueva concepcin marxiana de la cientificidad en relacin con la problemtica de entendimiento y razn en la filosofa clsica alemana. Unificacin de la filosofa terica y prctica en la filosofa clsica alemana y en el materialismo dialctico. Relacin de la lgica de Hegel con la lgica matemtica del siglo xx segn el punto de vista de I. S. Narskij. Las diferentes relaciones de la dialctica de Hegel y de la dialctica materialista con la idea de la matematizacin. La caracterizacin althusseriana del mtodo cientfico marxiano y leninista. La dialctica histrica del racionalismo y del irracionalismo.
Las exigencias de la planificacin y direccin socioeconmica en el actual nivel de desarrollo del socialismo estimulan y exigen el estudio de las cuestiones que hemos caracterizado como problema fundamental de la racionalidad moderna. Ya en formaciones sociales anterio res tena la direccin un doble carcter: dependa, por un lado, del carcter energtico -material del proceso de produccin material y, por otro, de las relaciones y funciones, condicionadas de modo clasista, del proceso de direccin. Hundan aqu sus races las concepciones burguesas de la racionalidad de la direccin y de la naturaleza y modos de la accin social 22. La sociedad socialista y comunista precisa para su vida de un tipo superior de pensamiento racional y crtico. Lo que no significa, desde luego, que algunos criterios y elementos de la racionalidad no puedan ser comunes, precisamente los vinculados a los procesos naturales, a la tecnologa cientfico-natural y al lado informacional y relativo a las magnitudes de los procesos. No hay dos cibe rnticas tericas, una burguesa y otra socialista. Pero para la aplicacin social de la ciberntica, sobre todo en la planificacin y direccin socioeconmica, por ejemplo, no basta la racionalidad del pensamiento sistmico matemtico. Se necesita una concepcin cientfica (racional) de las leyes del movimiento natural y social tal, que inserte la racionalidad del pensamiento sistmico matemtico en el marco ms amplio de una racionalidad cuyos criterios se deriven de la cosmovisin materialista-dialctica y del comunismo cientfico en cuanto expresin terica del movimiento obrero revolucionario 23. La direccin socioeconmica de la sociedad socialista en las condiciones de la revolucin cientfico-tcnica es un dominio en el que se cuenta ya con numerosas experiencias acumuladas. Si el principio de que nuestra teora se desarrolla por generalizacin de las experiencias del movimiento obrero tiene validez, entonces puede decirse que estamos frente a una fuente de riqueza
22. En este contexto deber analizarse crticamente el concepto de racionalidad de Max Weber, que tanta influencia ha ejercido y sigue ejerciendo an sobre una serie de crticos radicales de la vieja sociedad del tipo de Herbert Marcuse: con su algaraba contra la racionalidad tecnolgica Marcuse se limita a demostrar lo preso que est an de ella, atado a la misma y a la vieja sociedad por la negacin metafsica. 23. Engels caracteriza notablemente en el Anti-Dhring (Werke, vol. 20, pg. 265) el socialismo cientfico como reflejo terico del movimiento proletario revolucionario en los siguientes trminos: Llevar a cabo esta hazaa liberadora del mundo es la tarea histrica del proletariado moderno. Investigar sus condiciones histricas, y con ello su naturaleza misma, llevando as a la consciencia las masas hoy oprimidas y llamadas a la accin, las condiciones y la naturaleza de su propia accin es la tarea de la expresin terica del movimiento proletario, del socialismo cientfico. Cfr. asimismo en este volumen la pg. 124.
poco comn. Los problemas de la racionalidad que tienen que ver con este mbito son de importancia a un tiempo terica e inmediatamente prctica. La clarificacin del fundamento unificador de los juicios descriptivos y de valor resulta asimismo importante de cara a la concepcin de la vida de los individuos en cuanto personalidades socialistas. Es uno de los presupuestos para la plena superacin de la visin religiosa del mundo. Es necesaria para la estabilizacin del modo socialista de vida y para encontrar una nueva armona dinmica de la vivencia y apropiacin racional, sentimental, esttica y moral del mundo. e) La va histrico-filosfica y socio-histrica engloba asimismo una crtica de la bibliografa burguesa sobre los problemas de la racionalidad mod erna y tiene esta crtica como presupuesto. f) Por la va de los resultados de la psicologa experimental ontogentica de la inteligencia (Piaget, Rubinstein, Linhart, entre otros). g) Por la va de la investigacin de los problemas filosficos de la lingstica, sobre todo de la semntica lingstica.
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Aunque los trabajos ms importantes de Husserl vieron la luz en los primeros cuatro decenios de nuestro siglo, la fenomenologa no comenz a jugar un papel importante en la lucha ideolgica entre la visin marxista y la burguesa del mundo hasta el periodo de posguerra. La experiencia de los aos 50 y 60 prueba que a pesar de que en los ltimos aos fueron publicados en la Unin Sovitica y en otros pases valiosos trabajos sobre el tema, la crtica profunda y detallada de la fenomenologa de Husserl sigue siendo una de las tareas tericas importantes de la filosofa del movimiento comunista revolucionario. El presente trabajo centra su foco crtico de atencin en la concepcin husserliana de la llamada crisis de la ciencia, tal y como sta viene formulada en los trabajos contenidos en el sexto volumen de la edicin de los escritos de Husserl1. Husserl parte de la constatacin de que el pensamiento cientfico europeo se encuentra en una crisis que a pesar del progreso tcnico- se manifiesta, sobre todo, en la prdida de su capacidad de orientacin en las cuestiones de importancia vital. Para Husserl la c risis de la ciencia es una expresin de la crisis vital radical de la humanidad europea. Europa y lo europeo no son concebidos por Husserl geogrficamente (319). Est claro que apunta fundamentalmente a la cultura burguesa y al pensamiento que perman ece en los lmites y horizontes de la sociedad burguesa tarda. La crisis del pensamiento y de la sociedad burguesa son contemplados por l, sin ms, -al igual que por los autores de este tipo- como una crisis de la ciencia y de la humanidad en trminos generales. Husserl lamenta la prdida, en las condiciones de vida de la sociedad burguesa
1. Edmund Husserl, Die Krisis der europischen Wissenschaften und die transzendentale Phnomenologie (La crisis de las ciencias europeas y la fenomenologa trascend ental), Husserliana VI. Al cuidado de Walter Biemel. La Haya, Nijhoff, 1962. Los nmeros entre parntesis remiten a la correspondiente pgina de esta edicin.
tarda, del espritu de la oda A la alegra de Schiller y Beethoven (8). Se presenta como portavoz cultivado de aquellos que perciben la enfermedad, diagnostican con acierto parcial algunos rasgos sobresalientes de la misma, lamentan la prdida de valores que un da fueron propios de la burguesa progresista, y buscan una salida. Pero son incapaces de dar con las races de la crisis, y la salida que proponen es ilusoria. Mientras Husserl entonaba su lamento por la cultura burguesa, la salida estaba ya trazada. No slo en la cabeza en forma de ideas, sino en la realidad, en la forma del surgimiento de una nueva sociedad y una nueva cultura socialistas por el camino abierto por la Gran Revolucin Socialista de Octubre. Slo que Husserl, pensador tan sensible, perceptivo y agudo en lo tocante a numerosos problemas psicolgicos y gnoseolgicos, permanec i ciego, falto de comprensin e incapaz de situarse por encima de los prejuicios ideolgicos de la opinin pblica burguesa en relacin con esta realidad histrica y cultural y esa salida real de los problemas de la crisis. El buscador de una fundamentacin radical cay en estas cuestiones de eminente importancia vital en la esfera del acriticismo banal. Los defensores de la filosofa de Husserl, de los que hay no pocos en todos los pases capitalistas, leen la Crisis como introduccin a una fenomenologa trascendental supuestamente salvadora, como diagnstico reconocido de la enfermedad y como receta salvadora a un tiempo. Para la sociedad socialista el libro de Husserl no puede tener, obviamente, esta funcin. El pensamiento socialista revolucionario comenz a diagnosticar ya la crisis de la sociedad y de la consciencia burguesas mucho antes que Husserl. Procur y procura un anlisis crtico que va por un camino propio, independiente de Husserl. Nuestra salida y nuestro mtodo son bsicamente diferentes a los suyos. Pero las reflexiones de Husserl merecen atencin ya incluso en la medida en que constituyen un intento influyente de encontrar un medio salvador para una sociedad y una cultura en crisis en un idealismo de nuevo cuo al que en los ltimos decenios se ha vinculado una parte no desdeable del pensamiento filosfico burgus y revisionista en muchos pases. La inexcusable tarea de una lucha efectiva contra todas las formas de idealismo abona el reto de reelaborar, bajo el punto de vista materialist a-dialctico, aquellas cuestiones que, no resueltas o resueltas de modo insuficiente, procuran alimento a nuevas formas de idealismo.
Para el pensamiento socialista resultan, por otra parte, importantes algunas consideraciones de Husserl en la medida en que expresan una serie de pensamientos que, llevados hasta el final, conducen ms all del horizonte burgus en el que an permanece Husserl.
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La filosofa de Husserl es una filosofa esencialmente idealista. En la Crisis de las ciencias europeas Husserl se allega a menudo a prejuicios reaccionarios idealistas casi con un celo proftico vterotestamentario que nada tiene en comn con la crtica cientfica. El espritu e incluso slo el espritu es en s mismo y por s mismo, es autnomo... En lo que hace a la naturaleza, en su verdad cientfico-natural, sta slo aparentemente es autnoma... (345). Husserl sintetiza los resultados de la nueva fundamentacin fenomenolgica de la ciencia en los siguientes trminos, por ejemplo: Aprenderemos a comprender que el mundo que es para nosotros de modo constante en el flujo de las formas de drsenos, es una adquisicin espiritual universal, convertido y convirtindose progresivamente en lo que es como unidad de una configuracin espiritual, como una configuracin de sentido como configuracin de una subjetividad universal ltimamente funcionante. Pertenece en ello esencialmente a este rendimiento constituyente del mundo que la subjetividad se objetive en cuanto humana, como parte del mundo. Toda consideracin objetiva del mundo es consideracin en el exterior y no capta sino exterioridades, objetividades. La consideracin radical del mundo es consideracin sistemtica y puramente interior de la subjetividad que se manifiesta exteriormente ella misma en lo exterior (115-116). Husserl se allega abiertamente al tronco idealista de la filosofa fenomenolgica (212, 272). El dualismo cartesiano es criticado por Husserl por no ser idealista de una forma suficientemente consecuente. El dualismo cartesiano postula la paralelizacin de mens y corpus y la consumacin de la naturalizacin, en ella implcita, del ser psquico... (224). El dualismo de la interpretacin del mundo de la Edad Moderna equivale, a ojos de Husserl, a un naturalismo funesto (318). La idea de la diferencia sustancial entre las formas naturales y espirituales del ser no le es, de todos modos, ajena a Husserl. Bajo la influencia del neokantismo Husserl exagera el justo punto de vista de que el movimiento del pensamiento muestra tambin, apar te de las formas comunes a
la realidad entera, formas especficas, hasta convertirla en la tesis de la existencia de una diferencia principal entre ser natural y espiritual ( 62), para pasar acto seguido a superar este dualismo en un monismo idealista subjetivo, concretamente en la afirmacin de que la realidad entera tiene su base monista gentico-significante en la subjetividad trascendental. En la actitud fenomenolgico-trascendental. -nica plenamente cientfica y vlida para Husserl, a diferencia de la necesariamente anterior actitud natural, que slo de un modo aparente y engaoso es obviamente verdadera - no hay objetividad alguna que no sea fenmeno mo, el fenmeno del yo trascendental (262). El mundo espacio-temporal, que en la actitud natural se nos revela forzosamente como dado de modo anterior y primario respecto a la conciencia humana, no es, en realidad, para Husserl, sino una autoobjetivacin de la subjetividad trascendental (275). De ah que sea una ingenuidad quedarse antropolgico-mundanamente en la correlacin sujetoobjeto (265). En la filosofa fenomenolgico -trascendental de Husserl incluso el propio mundo, lo objetivo, se convierte en algo subjetivo especial (182). La epoj, en la medida en que nos ha procurado la actitud que va ms all de la correlacin sujeto-objeto en su pertenencia al mundo y con ello la actitud centrada en la correlacin trascendental sujeto -objeto, nos lleva a reconocer autorreflexivamente que el mundo, que para nosotros es, segn ser y ser as, nuestro mundo, extrae todo el sentido de su ser de nuestra vida intencional, en una tpica apriricamente mostrable de rendimientos... (184). Tenemos ante nosotros una modificacin trascendental de esa coordinacin principal idealista de sujeto y objeto que Lenin critica en Materialismo y empiriocriticismo. Nada cambia en ello el hecho de que Husserl insista en diferentes ocasiones en presentarse como realista, un realista que no abriga la menor duda acerca del ser del mundo objetivo (190): no ha habido ningn idealismo en la historia que no haya pretendido hacer pasar como propia una consideracin realista de la realidad. Mera ilusin momentnea es la afirmacin husserliana de que el ser del mundo objetivo en la actitud natural y sta misma nada han perdido por pasar a ser comprendidos en la esfera absoluta del ser en la que en ltima instancia tienen su ser y son de modo verdadero (193), esto es, cuando el mundo objetivo es concebido como producto de la subjetividad. Al idealista no tiene por qu impor tarle la prdida de una pequeez: la existencia independiente y primaria del mundo objetivo en relacin con la consecuencia y con toda subjetividad. Frente a formas histricas anteriores del idealismo, la fenomenologa de Husserl destaca como nueva, sob re todo, en que pone un peso muy superior en
el conocimiento inmediato, en la percepcin intuitiva, extendiendo, al hacerlo, el mbito de operatividad de la evidencia intuitiva de la esfera de la percepcin sensorial a la de las generalidades abstractas (l a llamada intuicin eidtica). Con ello Husserl se vincula autnomamente no slo a la tradicin idealista del racionalismo, sino asimismo a la tradicin del empirismo ingls (sobre todo a Hume), esforzndose por elaborar una filoso fa llamada a superar la contraposicin tradicional del empirismo y racionalismo. No se queda en ideas programticas. Trabaja de manera detallada y original en el marco de su intento, centrndose en puntos tericos concretos con resultados no pocas veces sugestivos incluso para la concepcin materialista-dialctica del conocimiento como reflejo, por mucho que las coordenadas globales esencialmente idealistas y reaccionarias de la filosofa de Husserl resulten contrarias al materialismo. Recurriendo a los criterios del Lenin de los Cuadernos filosficos podramos decir que los anlisis fenomenolgicos remiten no pocas veces a un idealismo astuto.
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Dnde cifra Husserl la naturaleza y las races de la crisis de las ciencias europeas? Qu salida propone de la crisis? Qu problemas reales de la evolucin del pensamiento cientfico estn en el trasfondo de las reflexiones de Husserl y vienen a tomar cuerpo expresivo distorsionado en ellas? Las reflexiones sobre la crisis de la humanidad europea eran frecuentes en la bibliografa producida con posterioridad a la Primera Guerra Mundial. Se acrecentaron despus de la toma del poder por el fascismo alemn. Husserl asume, pues, la mera constatacin de la crisis de la consciencia general de la burguesa liberal. Quiere arrojar nueva luz sobre el hecho, tantas veces reconocido ya, de la crisis, que se manifiesta en incontables sntomas de decadencia vital (347). Husserl percibe la naturaleza y las races de la crisis en el fracaso de una cultura racional (347), en el objetivismo, encarnado en los diferentes tipos de naturalismo, de naturalizacin del espritu (339)2. ... La crisis europea
2. En el pasaje manuscrito que los editores no incorporaron al texto genuino, Husserl se expresa de modo todava ms claro: La enferme dad tiene su raz en el objetivismo dominante en todas las formas, formas de un materialismo grosero o de un naturalismo psico -fsico algo ms fino (Die Krisis der europschen Wissenschaften un die transzendentale Phnomenologie, La Haya, 1962, pg. 55O. observaciones crtico-textuales).
hunde sus races en un racionalismo que se ha extraviado, afirma Husserl, aadiendo a ello: Pero tal cosa no debe interpretarse en el sentido de que la racionalidad sea, como tal, un mal, o no tenga en el todo de la vida humana sino una importancia subordinada (337). Todo lo contrario: precisamente esta falta de una genuina racionalidad en todos los mbitos es la fuente de la insoportable oscuridad de los hombres sobre su propia existencia... (345). En la medida en que el pensamiento cientfico, y no slo el cientfico -natural, sino tambin el cientfico-espiritual, cay, segn Husserl, en el objetivismo, los hombres se han visto dejados en la estacada en lo que hace a sus problemas vitales ms importantes. Sntoma de la crisis es tambin una oscura insatisfaccin ante el tipo de fundamentacin del todo de la ciencia anteriormente vigente (201). La salida de la crisis se cifra en la superacin del objetivismo, en una superacin desarrollada, adems, por la nica va por la que segn Husserl resulta posible (346): por la fenomenologa trascendental. Husserl la caracteriza en este contexto como una ciencia universal y pura del espritu (318), como doctrina que se ocupa de la naturaleza del espritu en su sola condicin de tal, y que analiza y reconstruye lo incondicionalmente general de la espiritualidad en sus elementos y leyes; y todo ello con el objeto de obtener, a partir de ah, explicaciones cientficas en un sentido absolutamente concluyente (318). En la fen omenologa trascendental accede el filsofo a una comprensin clara de s mismo en cuanto subjetividad funcionante como manantial ltimo y decisivo (102). En la medida en que hace suyo el motivo fundamental de la filosofa de Kant, la fenomenologa trascendental se retrotrae a la subjetividad cognoscente como origen primigenio de todas las configuraciones objetivas de sentido y de todos los modos de validez del ser (102). Su origen (el de la fenomenol oga trascendental) es un giro copernicano, un viraje principal respecto al modo de fundamentacin de la ciencia ingenuo-objetivista. En su forma primigenia, como germen, hace acto de presencia, como sabemos, en la primera de las Meditaciones cartesianas como intento de fundamentacin absolutamente subjet ivista de la filosofa a partir del ego apodctico, pero de manera poco clara, multvoca y desfigurando enseguida su sentido genuino. La nueva etapa, la reaccin de Berkel ey y Hume contra la ingenuidad filosfica de l a exactitud matemticocientficonatural no llev an al sentido genuino del viraje copernicano postulado, como tampoco lo hizo el nuevo intento kantiano de fundamentar para siempre una filosofa trascendental sistemtica en un espritu estrictamente cientfico. Kant no consigui abrir realmente el paso a un nuevo comienzo, ganado gracias a un desvo radical respecto de todas las tradiciones
cientficas y precientficas. No consigui llegar hasta la subjetividad absoluta, constituyente de todo lo que es segn sentido y validez, y al mtodo mediante el que alcanzarla en su apodicticidad, interrogarla y exponerla apodcticamente (202). Desde la auto consciencia husserliana, la fenomenologa trascendental debe ser considerada como la primera filosofa a la que ha sido dado acceder a la subjetividad absoluta, razn por la que est llamada, segn su autor, a provocar la mayor transformacin existencial de la humanidad (140), siendo, como es, la forma dominante, nica y sola que puede asumir una filosofa realmente cientfica (195). Para Husserl, cualquier otra superacin del objetivismo diferente a la fenomenolgica resulta condenable de antemano. No nos proponemos aqu la tarea de interpretar crticamente la filosofa de Husserl en todos sus detalles. El carcter ilusorio de la concepcin husserlia na de la salida de la crisis del pensamiento cientfico puede considerarse hoy, sin duda, como histrica y tericamente probado3. Constatar la evidente insostenibilidad de las conclusiones ms importantes de la Crisis husserliana es fcil. Conseguir una especificacin d los problemas reales que errando, sin duda, en las conclusiones y en el mtodo, encuentran, sin embargo, a menudo una expresin sugestiva y certera en los detalles de la bsqueda, parece ms difcil, pero, en cualquier caso, tambin ms fructfero de cara al trabajo terico marxista creador. Recordemos en este sentido la idea leninista de que el idealismo filosfico tan slo es mero sinsentido desde el punto de vista del materialismo grosero, simple y metafsico. Lo que no impide, en cambio , que desde el punto de vista del materialismo dialctico el idealismo filosfico sea una evolucin (hinchazn, hipertrofia) unilateral, exagerada, delirante (Dietzgen) de uno de los rasgos, de uno de los aspectos, de uno de los lmites del conocimiento que pasa a ser divinizado como un absoluto, desgajado de la materia, de la naturaleza 4. En la crtica husserliana del objetivismo viene a encontrar expresin, de modo
3. De entre la bibliografa marxista -leninista dedicada al anlisis crtico detallado d e la filosofa de Husserl cabra remitir, por ejemplo, al libro de K. S. Bakradze, Otscherki po istorii nowieischei i sovremennoi burioasnoi filosofii, Tblilisi, 1960, pgs. 410-529, o al libro de N. V. Motrosilova, Principy i protovoreija fenomenologie skoj filosofii, Mosc, 1968. Cfr. asimismo las correspondientes voces de la nueva Enciclopedia Filosfica sovitica, sobre todo la voz Fenomenologa en el vol. 5, pgs. 314 -315, as como el libro de Z. M. Kakabdze, Problema ekzistencialnogo krizisa i transcendentalnaja fenomenologija Gusserla, Tbilisi, 1966. Cfr. asimismo la revista Voprosyfilosofii, nm. 12, ao 1975. 4. W. I. Lenin, Aus dem philosophischen Nachlass (Escritos filosficos pstumos), Berln, 1949, pgs., 288-289.
ideolgicamente desfigurado, el problema real y la necesidad histrica real de trnsito a un tipo superior de cientificidad. Se trata de la necesidad histrica de transicin a un tipo superior de cientificidad y racionalidad tal que, paralelamente al dominio racional de las fuerzas de la naturaleza (Descartes), venga a posibilitar el dominio y la regulacin esencialmente racional del movimiento de la socializacin humana (Marx). Esta necesidad no surge nicamente de la evolucin inmanente de la teora y de la visin del mundo, sino que hunde sus races en la realidad social: es un componente de la revolucin socialista. Con su crtica del objetivismo reacciona Husserl, desde el punto de vista de la filosofa burguesa, a la necesidad histrica de una fundamentacin del pensamiento cientfico por la teora materialista -dialctica del conocimiento (esto es, por la lgica materialista -dialctica), que concibe el pensamiento, el problema de la verdad, etc. en una dimensin social histrico -prctica del objetivismo sin la que una superac in socialista de las formas burguesas de vida -tanto de las sociales como de las individuales- resultara imposible. La va marxista-leninista de superacin del objetivismo y de elaboracin ulterior del tipo superior de racionalidad cientfica inaugurado por Marx, Engels y Lenin viene inmediatamente vinculado, por ejemplo, a problemas prcticos del tipo de los planteados por las exi gencias de la planificacin y direccin socio-econmica en el actual nivel evolutivo del socialismo. Desde su origen la dialctica materialista vincul el conocimiento de la realidad objetiva a la autorreflexin del sujeto interesado, orientndose a la clarificacin de la base unificadora de juicios descriptivos y valorativos, lo que no deja de seguir constituyendo hoy uno de l os problemas cardinales de la elaboracin de un tipo superior de racionalidad. La ciencia moderna fundada por Galileo, Bacon, Newton, entre otros, pudo alcanzar muchos conocimientos verdaderos sin tener que tomar en consideracin en su fundamentacin terica consciente -a consecuencia del carcter de las materialidades por ella investigadas y de las experiencias sobre las que trabajaba- la dialctica prctica del hombre y de su obra5. La toma en consideracin, en la fundamentacin del conocimiento racional, de la
5. Ms sobre este punto puede encontrarse en el siguiente trabajo del presente libro. Cfr. asimismo R. Richta, Zelen, J., Leninskoje ponimanie dialektiki i sovremennost, en Filosofskije nauki, Mosc, 1970, nm. 3.
insercin del conocimiento cie ntfico en la dialctica global sujeto-objeto de la praxis social, es cosa que resulta hoy, en cambio, no slo necesaria, sino imprescindible. A consecuencia de las transformaciones sobrevenidas en la vida social al hilo del desarrollo de la revolucin tcnico-cientfica en las condiciones del socialismo 6, el perfeccionamiento de los medios intelectuales necesarios para la comprensin de la transformacin del mundo y de la auto transformacin del hombre en su coincidencia, constituye una necesidad de importancia vital. Estamos, pues, de acuerdo con Husserl en que el objetivismo debe ser criticado. Es cierto que como Husserl seala en la Crisis (68)- el objetivismo es incapaz de captar la subjetividad activa y operante (y en general -aadimosla evolucin dialctica). Estamos asimismo de acuerdo con Husserl en que el positivismo restringi y limit la idea de ciencia (6), as como en lo errado de la idea de una ciencia universal more geometrico (206). El nfasis husserliano en la interrelacin de filosofa y ciencia particulares y su aguda crtica del carcter supuestamente afilosfico del neopositivismo (6, 114, etc.) nos quedan, asimismo, prximos. Tambin para nosotros se identifica ese carcter supuestamente afilosfico del neopositivismo con cierto filosofar de un tipo muy concreto. La negativa husserliana a admitir resignadamente la reduccin del conocimiento cientfico racional a mera tcnica o su sustitucin por efusiones irracionalistas ms o menos a la moda (206) no puede menos de resultamos simp tica. Pero por nuestra parte criticamos el objetivismo de un modo tal que, al hacerlo, profundizamos la cosmovisin materialista mediante la dialctica, en tanto que Husserl no slo critica el objetivismo del materialismo o, en su caso, del dualismo metafsico, sino, junto a todo ello, el materialismo como tal (70, 103, 339, etc.). No aceptamos la falsa alternativa husserliana de dos concepciones de la ciencia que se excluyen entre s: la ciencia objetivista sobre la base de un mundo previamente dado o la fenomenologa trascendental sobre la base de la subjetividad absoluta, trascendental (212). Dos generaciones antes de la de Husserl fue formulada, en efecto, la concepcin materialista-dialctica de la ciencia, que supera el objetivismo sin caer en el idealismo subjetivista, y representa una profundizacin esencial de la
6. Cfr. R. Richta (ed.): Civilizace na rozcesti, Praga, 1969 3. Cfr. asimismo J. Filipec, B. P. Lwe, R. Richta, Sozialismus-Imperialismus-wissenschaftlich technische Rev olution, en la serie: Zur Kritik der brgerlichen Ideologie, ed. por M. Buhr, vol. 41, Berln Akademie Verlag, 1974.
cosmovisin objetiva, materialista, en la que en forma modernamente reelaborada revive la idea griega y renacentista de un conocimiento del mundo y del hombre objetivo, verdadero, omnienglobante en principio, y racional, esto es, fundamentado y contrastable. A diferencia de Husserl, que concibe la subjetividad activa de un modo estrecho e idealista, el marxismo sustenta una concepcin histrica, social, materialista. La actividad mental individual, artstica y prctico -material es un momento de la fundamental actividad creadora econmica y socio-poltica, sin la que no hay desarrollo posible. En nuestra poca el papel creciente de la subjetividad creadora en la configuracin de la vida social viene corporeizado, ante todo, en el papel creciente del partido revolucionario de la clase obrera. Husserl reduce, en lo esencial, la subjetividad creadora a un ser-yo creador, mticamente convertido en una llamada subjetividad trascendental, que reduce la historia a la temporalidad (o lo que es igual, al modo de vivir la historicidad) y la verdad a la validez. No podemos menos de considerar positiva tambin la defensa husserliana de la capacidad del entendimiento humano de elaborar y hacerse con un conocimiento cientfico universal y vlido de modo general, su defensa, en fin, de la razn humana contra el escepticismo burgus de moda, el relativismo y el subjetivismo individualista. Como nos resulta asimismo positivamente comprensible la nostalgia husserliana de una filosofa universal, de una ciencia importante y vitalmente decisiva, capaz de reconfigurar el entero entorno humano, la existencia poltica y social de la humanidad a partir de la razn libre, de los puntos de vista y conocimientos de una filosofa universal (6). Llevar hasta el final esta idea -irrealizable en el marco de la sociedad burguesa- implicara desbordar el horizonte burgus. Una de las razones tericas de la imposibilidad en qu e se ve Husserl para hacer tal debe cifrarse en su concepcin metafsica, adialctica, de la razn y de la universalidad de la razn, en la que lo absoluto, eterno, incondicionado, es opuesto rgidamente a lo relativo, pasajero, condicionado, una concepcin a cuya luz slo se contempla como conocimiento racional genuino y verdadero cuanto apunta y se vincula a las ideas e ideales absolutos, eternos, incondicionalmente vlidos (17). Tal cosa resulta, por ejemplo, visible en el quijotesco modo en que Husserl se esfuerza por acceder a una filosofa sustentada de modo absoluto en s misma (17). A la incomprensin de la dialctica de lo absoluto y lo relativo, que en este caso significa, entre otras cosas, incomprensin de la esencia
histrico-social de la filosofa y sus vnculos, se debe, en parte, que las pretensiones husserlianas de haber efectivamente radicalizado las preguntas por los fundamentos de la ciencia no sean sino un autoengao. El importante papel jugado por la concepcin hegeliana de la contradiccin en el camino que lleva de la racionalidad de la ciencia natural matemtica de la Edad Moderna al tipo superior de racionalidad del actual movimiento de liberacin y de la ciencia actual es algo totalmente ignorado en la filosofa de Husserl. Lo que nada cambia en el hecho de que numerosas ideas de Husserl vengan a expresar un contenido dialctico, como la idea, por ejemplo, de que estamos constantemente activos sobre la base de la posesin pasiva del mundo (110) o la de la estructura necesariamente notico-noemtica de todos los procesos de dacin de significado, o el parecer de que la quietud cinestsica es un modo del "yo hago" (108).
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La idea husserliana de la fundamentacin del pensamiento cientfico por la teora filosfica del mundo de la vida viene a responder -al igual que la de la crtica del objetivismo- a un problema de peso real y a una necesidad terica. Uno y otra vinieron a encontrar ya, por lo dems, curso expresivo en las Tesis sobre Feuerbach, en la Ideologa Alemana y en otras obras de Marx y Engels, donde el conocimiento terico es concebido como un momento de la vida social que es, en lo esencial, prctico. Todos los misterios que hacen inclinarse la teora al misticismo encuentran su solucin racional en la praxis humana y en la comprensin de esta praxis 7. En el mismo espritu escribi W. I . Lenin: El punto de vista de la vida, de la praxis, tiene que ser el punto de vista primero y fundamental de la teora del conocimiento. 8 En su ncleo racional la idea husserliana de la teora del mundo de la vida como fundamento de la teora de la ciencia descubre, en realidad, algo conocido ya de antemano. De todos modos, la concepcin fenomenolgico trascendental del mundo de la vida deforma de modo idealista la idea
7. Marx-Engels, Werke, vol. 3, Berlin, 1969, pg. 7. 8. W. I. Lenin, Materialismus und Empiriokritizimus, Berln, 1972, pg. 137.
certera de la praxis vital como fundamento de todo conocimiento. El mundo de la vida no resulta, en efecto, accesible al conocimiento cientfico, segn Husserl, sino como reino de los fenmenos subjetivos (114). Aunque en los captulos del mundo de la vida Husserl habla a menudo como un materialista (por ejemplo, en 33), resulta inmediatamente patente que cree encontrar la verdad del mundo de la vida que nos viene dado en las vivencias de la actividad natural en una actitud fenomenolgico-trascendental en la que el mundo es considerado, de modo idealista, como fruto de la subjetividad trascendental. La investigacin fenomenolgica, que usa metdicamente el principio de la llamada reduccin fenomenolgica, transforma, en efecto, la realidad entera del mundo de la vida, incluida la praxis material, en un fenmeno (155), esto es, en una nueva estructura de significado constituida por la subjetividad. Al hacerlo viene asimismo a afirmar que este ser desvelado por la fenomenologa trascendental es primario, fundamental, funda en ltima instancia todas las otras formas de ser, incluso aquellas que en la actitud natural se nos presentan como primarias. De ah el doble significado de algunas expresiones de Husserl, como, por ejemplo, la del mundo de la vida previamente dado; esta duplicidad semntica juega en ocasiones con la posibilidad tanto de una concepcin materialista como idealista. En el 38 habla Husserl de dos modos, en su opinin fundamentales, de conversin del mundo de la vida en tema de investigacin. El primero corresponde a la actitud ingenuo-natural de la aproximacin directa y el segundo, a la actitud fenomenolgico-trascendental, esto es, a la actitud consecuentemente reflexiva en tomo al cmo del modo subjetivo de darse del mundo de la vida y de sus objetos (146). En este dilema Husserl pasa por alto que desde el surgimiento del marxismo exis te y se desarrolla otra forma fundamental de tematizar el mundo de la vida y de concebir el nexo de las teoras cientficas con las formas precientficas y extra cientficas del ser social prctico. Puede bien decirse que la crtica de la economa poltica burguesa desarrollada por Marx y Engels y los anlisis de Lenin constituyen la elaboracin ms profunda de que hasta hoy se dispone de la teora del mundo de la vida y de las formas de pensamiento -no slo cientficas, sino tambin cotidianas- sobre la base del anlisis de la sociedad. La teora materialista dialctica del conocimiento se apoya en el anlisis terico del mundo de la vida, y al hacerlo atiende al conocimiento en orden a la dimensin prctica, de tipo-histrico, del mismo. La actitud ingenuo -natural y la materialistadialctica comparten el elemento materialista: el reconocimiento de una
existencia independiente y primaria del mundo material fuera de nuestra consciencia y del carcter refigurador del pensamiento. Lo que en el primer caso es una conviccin indudablemente justa, pero ingenua, asumida de modo espontneo, en el segundo se revela como resultado de una reflexin crtico radical, que generaliza la experiencia de la entera praxis anterior y de la ciencia. En comparacin con el carcte r radicalmente crtico del materialismo dialctico, la concepcin de Husserl es insuficientemente crtica, dado que cae en la tradicional ilusin idealista de la primaca del espritu sobre la materia. El materialismo dialctico no se limita a rechazar dicha ilusin idealista, sino que explica tambin por qu y cmo surge histricamente y asume el poder de un prejuicio mantenido en pie no slo por la fuerza de los argumentos tericos, sino precisamente tambin por las fuerzas del mundo de la vida real. Desde el punto de vista materialista, las aspiraciones a una radicalizacin de la investigacin de los fundamentos de la ciencia por el mtodo de la reduccin fenomenolgico- trascendental son de una ingenuidad realmente acrtica. Husserl quiere convencernos de que cuando mejor podemos nadar es cuando nos vedamos arrojarnos al agua. A la luz de la consideracin materialista, el mundo de la vida es un proceso de coincidencia de la transformacin de las condiciones de vida y de la auto transformacin, siendo dichas condiciones de orden inorgnico, orgniconatural y cultural. El mundo de la vida no es una creacin de la subjetividad trascendental, sino una realidad, que tiene un componente tanto natural (material-natural, inorgnico y orgnico), como so cial, cultural, histricohumano. La vida como tal viene indisolublemente inserta en la materia no animada. La vida humana, esto es, la vida de los individuos humanos en la sociedad, viene indisolublemente inserta en la naturaleza animada e inanimada. El verdadero conocimiento cientfico objetivo del mundo de la vida tiene como presupuesto el reconocimiento de que su componente fundamental es la praxis material de la produccin en la dialctica histrica de las fuerzas productivas y de las relaciones de produccin. La concepcin husserliana es una deformacin idealista y metafsica del punto de vista segn el cual la investigacin de los fundamentos de la ciencia remite a la investigacin de las formas centrales de la praxis vital, de modo similar a cmo la investigacin del lenguaje cientfico tiene como presupuesto la investigacin ms fundamental del lenguaje cotidiano. Aunque el marco de la concepcin fenomenolgica del mundo de la vida y del mtodo de la reduccin es esencialmente idealista, algunas de las idea s que estn en la raz del anlisis husserliano pueden ser valoradas como ms o
menos innovadoras y estimulantemente aprovechables en la reelaboracin de la teora materialista-dialctica de la refiguracin. Husserl plantea problemas importantes y llenos de fuerza sugeridora en relacin con la investigacin del carcter de la matematizacin de la ciencia moderna. La idea del enraizamiento de las idealizaciones matemticas en la praxis vital (144) se mueve fundamentalmente en la lnea materialista. En el marco de una necesaria y ms profunda reelaboracin del problema lgico gnoseolgico de la matematizacin ser preciso discutir los puntos de vista de Husserl al respecto sobre una base materialista-dialctica. La clarificacin de estos problemas se hace urgente en vista de la cibernetizacin creciente de la vida social y del desarrollo progresivo de las llamadas investigaciones sistmicas 9. En alguno de sus ltimos trabajos -como, por ejemplo, en el fragmento Die Frage nach dem Ursprung der Geometrie (365)- subraya Husserl el aspecto histrico-gentico de las investigaciones fenomenolgicas y se acerca al principio de la unidad de lo lgico y de lo histrico 10. Porque no compartamos, sin duda, plenamente la valoracin exageradamente optimista de Tran -DucThao segn la cual el ltimo Husserl lleg hasta el umbral mismo del materialismo dialctico 11, en la lgica de la evolucin husserliana hacia la concepcin histrica y social de los problemas de los fundamentos de la ciencia no podemos menos de vislumbrar un importante sntoma de la insostenibilidad de las concepciones metafsicas e idealistas en cualquier intento serio a que pueda procederse hoy en orden a la clarificacin de los fundamentos lgico-gnoseolgicos de la ciencia. Como particularmente importantes de cara a una clarificacin en profundidad de algunos componentes de las experiencias y del pensamiento conceptual nos parecen los anlisis husserlianos de la vivencia del tiempo. Aunque rechacemos su ontologizacin idealista (llevada a cabo no slo por Heidegger, sino ya incluso por el propio Husserl) 12, y los asumamos en su ms modesta
9. Cfr. en este mismo volumen el trabajo Dialctica y pensamiento de sistemas. 10. Das lneinander von historischer und durch sie motivierter systematisc her Untersuchung. Cfr. Die Krisis, loc. cit., pg. 364. 11. Tran-Duc-Thao, Phnomenologie et Matrialisme Dialectique, Editions Minh-Tan, Pars, 1951, pg. 238. 12. N. V. Motroilova caracteriza agudamente el mtodo fenomenolgico en este dominio: Rasgos especficos de la consciencia son trasplantados de modo inmediato a la estructura del ser, siendo, gracias a tal circunstancia, elevados a la dignidad de propiedades universales de la consciencia. Los
forma originaria de investigaciones acerca de cmo nos hacemos conscientes del tiempo, cmo lo vivimos y cules son las caractersticas temporales de la percepcin y del pensamiento, no podemos menos de encontrar en ellos mucho de incitante y utilizable de cara a la teora materialista-dialctica de la experiencia o a la psicologa de la inteligencia-. La clarificacin de la temporalidad de la consciencia resulta importante de cara a la reelaboracin de la especificidad del movimiento del pensamiento en cuanto refiguracin reproductora y anticipadora del movimiento material. El problema cardinal de Husserl, a saber, la investigacin de los diferentes modos de darse de las cosas y fenmenos en la unidad de la estructura notico-noemtica (en la unidad de la significacin en acto y de lo significado como contenido, como objeto de la significacin), profundiza, sin duda, en aspectos en modo alguno inesenciales, los anteriores puntos de vista acerca de los fundamentos empricos del conocimiento y de la naturaleza del conocimiento emprico. La investigacin del mundo que es para nosotros de modo constante en el flujo de las formas de drsenos (115) lleva ms all del marco idealista a algunos anlisis fructferos de cmo se nos dan cosas y fenmenos en la experiencia. Una experiencia que no queda, en cualquier caso, reducida ni de lejos a la percepcin sensorial en la actitud contem plativa. La base es la percepcin sensorial en la actitud vital activa con un papel eminente del movimiento corporal y de las funciones corporales. Junto a la intuicin viva y a la intuicin del recuerdo se investiga sugestivamente la especificidad de la vivencia de las generalidades con una orientacin tendente a la superacin de esa escisin entre razn e intuicin de la que sufra el viejo racionalismo. En la exigencia de una invest igacin de las formas lgicas en la unidad de significado y vivencia encuentra expresin el aspecto ms importante del principio dialctico de la unidad de lo lgico y lo histrico.
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La fenomenologa de Husserl ha sido, fundamentalmente en su reelaboracin y transformacin en clave existencialista por Heidegger, una de las fuentes principales del revisionismo filosfico cuya influencia en Checoslovaquia alcanz su punto culminante a mediados de los 60.
rasgos caractersticos de la consciencia fenome nolgica pasan a quedar transformados as en propiedades ontolgicas, propiedades del ser en si. Cfr. N. V. Mitro ilova: Principy y protivoreija fenomenologieskoj filosofii, Mosc, 1968, pg. 121.
Sobre la base de las anteriores consideraciones podram os llamar brevemente la atencin, a modo de resumen final, sobre el hecho de que por mucho que el revisionismo filosfico se presente como marxismo ultracrtico y ultracreador, en realidad se limit por una parte a asumir sin ms, con gesto admirativo, muchos puntos de vista de Husserl y de la fenomenologa existencialista, incapaz de enfrentarse a ella desde posiciones crtico -materialistas, y por otra no supo distinguir dnde radicaban realmente los motivos ms estimulantes de la filosofa fenomenolgica. Tal cosa resulta perfectamente ilustrable con el ejemplo, pongamos por caso, de la problemtica filosfica de Roger Garaudy o de algunos productos similares de la ensaystica filosfica de algunos de nuestros autores, cuya fuerza creadora apenas ha podido llevarles ms all de la mera perfrasis, en checo y eslovaco, de intentos en unos casos ms recientes y en otros ms antiguos, de fundir marxismo y fenomenologa existencialista. Aunque Husserl se manifest en trminos de rechazo sobre el existencialismo de Heidegger -al que caracteriza en un escrito de 1930 como expresin de la psicosis de destruccin de quienes nada quieren or de una filosofa cientfica-, la conexin gentica y sistemtica entre la fenomenologa originaria y la existencialista es ntima y profunda. Casi todos los conceptos del existencialismo heideggeriano vienen contenidos ya en la fenomenologa de Husserl. En las concepciones tardas de Husserl de la Krisis, como la del mundo de la vida y otras, la inconfesada influencia de Heideg ger resulta, por otra parte, de todo punto perceptible 13. El existencialismo confiere a los conceptos de la fenomenologa originaria una interpretacin nueva, los desplaza a un nivel diferente, radicaliza su contenido idealista -subjetivo. De ah, por ejemplo, la interpretacin sartriana del concepto husserliano de intencionalidad en el espritu de la teora existencialista de la alienacin trgica universal e indestructible: como nuestra consciencia es siempre consciencia de algo, una consciencia materi al, nos vemos expuestos por naturaleza y para siempre a las cosas. De este modo nuestro yo autntico se ve arrojado al mundo, a un mundo que es enemigo, extrao. Estamos encadenados para siempre a las cosas, expuestos y condenados, pues, a una alienacin trgica que nos sobrecarga de modo ya irremediable 14. Garaudy, que durante largos aos capitane una cruzada contra la fenomenologa, para
13. Cfr., por ejemplo, (110) (172) (320), etc. 14. Cfr. J. P. Sartre, Une ide fondamentale de la Phnomnol ogie de Husserl: L'intentiona1it, en La Nouvelle Revue Francaise, 1939, pgs. 130-1.
acabar al fin en las filas de quienes fueron ayer sus enemigos, a los que ha llegado incluso a superar en cuanto a insistencia anticomunista, interpreta la versin fenomenolgico-trascendental husserliana de la coordinacin principal de yo y objeto como humanizacin de la ciencia y ataque contra la concepcin vaca de humanidad del mundo 15. Si por una parte Garaudy se une a la fenomenologa en su crtica al naturalismo y al objetivismo, por otra no alcanza a diferenciar en ella los elementos justificados de la crtica al materialismo metafsico de los ideolgicamente reaccionarios de la crtica paralela a todo materialismo. Entusiasmado ante la crtica husserliana del objetivismo asume algunos elementos del idealismo y quiere integrarlos en el marxismo. Afirma, por ejemplo, que la fenomenologa de Husserl nos permite rechazar la concepcin mecanicista de la teora del reflejo: el hombre deja de ser ya un mero componente de la naturaleza, a la que est unido por las cadenas de la causalidad 16. El materialismo dialctico no necesitaba esperar a la fenomenologa para proceder al rechazo de la concepcin mecanicista de la teora del reflejo. Mucho antes del surgimiento de la fenomenologa haba ido siendo elaborada ya en el marco de la crtica del materialismo mecanicista del siglo XVIII y del materialismo antropolgico de Feuerbach la concepcin dialctica y materialista de la consciencia y del conocimiento como reflejo. En esta concepcin el hombre sigue siendo asumido, de todos modos, como un componente -en cualquier caso, especfico - de la naturaleza. Slo que si se exagera de modo idealista la especificidad de la sociedad y la consciencia humanas y stas son vistas como no vinculadas a la naturaleza por las cadenas de la causalidad, su estudio cientfico resulta imposible. Que las formas de causalidad, los tipos de determinacin, difieren mucho entre s y no se dejan reducir a un determinismo estrictamente mecanicis ta, es algo obvio. Pero Garaudy exagera y absolutiza la actividad del sujeto hasta el punto de llegar a afirmar que ningn fenmeno psquico es pasivo. No soy objeto, sino sujeto, esto es, fuente de la iniciativa y de la responsabilidad 17. En realidad, el hombre es, obviamente, sujeto y objeto a un tiempo, y todo intento de absolutizacin adialctica de la subjetividad no puede llevar sino a frases y actitudes reaccionarias de cuo idealista en las que vienen a evidenciarse paralelamente la ceguera respec to de las posibilidades reales y las vas abiertas para un desarrollo del papel de la subjetividad humana por el movimiento socialista revolucionario. Cosa que Garaudy ha acabado, en fin, por probar del modo ms claro con su evolucin ulterior.
15. Cfr. Perspektivy lovka, Praga, SNPL, 1964, pg. 23. 16. Ibidem, pg. 29. 17. Ibidem.
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Husserl es uno de los pensadores ms influyentes de la filosofa burguesa del siglo xx. Su esforzada bsqueda de las races y salidas de la crisis de la cultura burguesa ha ido de la mano, en l, de una confianza en la razn humana con la que es difcil no simpatizar y a la que hay que caracterizar como valerosa, teniendo en cuenta las condiciones de la sociedad burguesa tarda. Aunque no compartimos la conviccin de acuerd o con la cual a Husserl lleg a resultarle factible proponer una salida esperanzadora de la crisis, aceptamos e interpretamos a nuestro modo, esto es, en un sentido marxista -leninista, sus ideas (200), en cuanto desarrollo de una serie de reflexiones encaminadas a formular una prognosis favorable a la evolucin futura de una filosofa considerada como ciencia. El racionalismo de la era de la Ilustracin no puede ser puesto ya en cuestin. No podemos seguir ya, ciertamente, a sus grandes filsofos, ni a los del pasado, pero -asumida en su sentido ms general- su intencin no debe ni deber nunca morir en nosotros.
Entenderemos, pues, aqu el concepto de revolucin en la ciencia en el sentido con el que opera y es formulado en los trabajos de B. M. Kedrow. 2. Con qu significado usaremos el concepto de fundamentos del pensamiento cientfico? Desde el momento en que el pensamiento cientfico comenz a desarrollarse en forma de disciplinas especiales ramificadas, la cuestin del fundamento filosfico y gnoseolgico unificante del mismo no ha dejado de plantearse con puntual recurrencia. Originariamente se tuvo como vlido en la antigua Grecia, sin someterlo a discusin y asumindolo como evidencia no problematizable, que en el proceso de gnesis y diferenciacin de las ciencias especiales a partir de la ciencia unitaria, la filosofa, el conocimiento y las vas hacia el saber de los astrnomos, gemetras, mdicos, etc., tenan, independientemente de toda la diversidad de objetos y mtodos, un fundamento comn, unificante, en la precisa concepcin filosfica y gnoseolgica de la explicacin racional y de los mtodos de su bsqueda. La ciencia natural moderna de la poca burguesa busc desde el siglo XVII su fundamentacin gnoseolgica en diferentes lneas de cuo racionalista o sensualista. Como es bien sabido, el pensamien to cientfico vinculado a la revolucin socialista y a la construccin de un nuevo orden social socialista encontr su fundamentacin gnoseolgica en el materialismo dialctico. Como fundamentacin de la ciencia entenderemos, pues, en nuestro trabajo la problemtica de la caracterizacin gnoseolgica y lgico-ontolgica del pensamiento cientfico. Esta concepcin se diferencia fundamentalmente, como es obvio, de la neopositivista, a cuya luz la investigacin de los fundamentos de la ciencia se reduce a la problemtica de los fundamentos de la matemtica y de la lgica formal y al problema de la relacin entre enunciados observacionales y teorticos. Esta reduccin neopositivista hunde sus races en la tesis de que toda teora cientfica resulta asumible como matemtica aplicada, esto es, como un sistema axiomtico lgico -matemtico interpretado 2. En el marco de la concepcin materialista-dialctica el conocimiento cientfico no es asumido simplemente en sus estructuras formales, expresables por recurso a la lgica
2. Cfr., por ejemplo, John Kemeny, A Philosopher Looks al Science, Princeton, N. Y., 1959, pg. 31: I will argue that all of Science is applied Mathematics.
matemtica, y en las interpretaciones de stas, sino tambin, y sobre todo, en su funcin histrico-social, en su carcter refigurador de la realidad objetiva y en su dialctica evolutiva de la verdad absoluta y la relativa. e. Si aceptamos los conceptos de revolucin en la ciencia y de fundamentos de la ciencia en el sentido arriba citado, podemos planteamos la cuestin de si las transformaciones en los fundamentos del pensamiento cientfico muestran iguales o parecidas formas evolutivas que las transformaciones en la evolucin de las diferentes disciplinas particulares. Digamos, de entrada, que parece claro que las transformaciones que se dan en los fundamentos lgico-ontolgicos del pensamiento cientfico discurren ms lentamente que las ocurrentes en la evolucin de las disciplinas particulares. Y, sin embargo, tambin a propsito de ellas resultan observables transformaciones profundas muy diversas, desde las paulatinas y obedientes a un rodeo evolutivo hasta las radicales y revolucionarias. De cara a una caracterizacin ms profunda de las transformaciones en el mbito de los cambios lgico-ontolgicos del pensamiento cientfico nos parece apropiado el concepto de tipos de racionalidad. A la vez que remitimos a una exposicin ms detallada del problema a que procedimos en otro lugar 3, sealaremos aqu brevemente que no limitamos el trmino racionalidad a una mera caracterizacin tecnolgica del modo de accin calculable, como ocurre frecuentemente en la bibliografa que parte de Max Weber. Referiremos el concepto de tipo de racionalidad a la caracterizacin de la entera actitud terico-prctica del hombre respecto del mundo y de s mismo. El tipo de racionalidad puede ser caracterizado ante todo por recurso a los siguientes tres momentos: a) por cmo concibe que algo es y cmo y por qu algo es; o sea, con otras palabras, por el acervo categorial y metodolgico bsico dependiente de la solucin dada al problema filosfico fundamental de la relacin entre pensamiento y ser; b) por cmo concibe y realiza la relacin entre teora y praxis o, respectivamente, de qu relacin real entre teora y praxis viene a ser reflejo.
3. Cfr. mi trabajo Praxe a rozum. Pojet racionality a prekonn tradin ontologie v Marxov kritice Hegela, Praga, NSA V, 1968.
Con otras palabras: de qu formas de la praxis individual -social es momento producido y productor. c) Por cmo concibe la relacin entre juicios descriptivos y de valor. Si aplicamos los tres criterios citados, en su unidad, a la evolucin del pensamiento desde el momento en que surgi el conocimiento cientfico racional y se separ claramente del pensamiento mtico, nos encontramos con algunos tipos histricos de racionalidad fundamentales. Las transiciones entre ellos tienen un carcter especfico que ha de ser investigado recurriendo a la aplicacin del principio de la unidad de lo lgico y de lo histrico. Los diferentes tipos histricos de racionalidad no slo muestran cambios y desviaciones, sino tambin elementos variables que se dan junto a otros comunes, invariables. (A estos invariantes pertenecen muchas relaciones y formas de pensamiento que han de ser investigadas mediante el actual anlisis lgico-formal de la ciencia). En el tipo antiguo, representado ante todo por Aristteles, tenemos que habrnoslas con una concepcin contemplativa de la teora como actitud humana superior, que es a la vez fin y medio para s misma. Se da paralelamente a una concepcin procesual, dialctica, d e las formas de ser y de pensamiento. En la Edad Media tiene lugar una rigidificacin teolgica y lgico-formal de tipo metafsico de la forma aristotlica de teora racional. La concepcin de la racionalidad que irrumpe con la corriente fundamental de la ciencia moderna de la naturaleza y que viene a encontrar un reflejo filosfico en el Discurso del Mtodo de Descartes, pongamos por caso, resulta caracterizable como tcnico-ahistrica y metafsicamente fundada. Ya en Descartes lo que est en juego es una concepcin prctica, y, en concreto, tcnicoprctica sui generis de la teora. En la poca burguesa la concepcin fundamental de la relacin entre teora y praxis es, hablando en trminos generales, de orden tcnico-utilitario, viniendo acentuada, adems, tal situacin por las ilusiones de la primaca de la teora pura, suprahistrica (razn, incluida la razn prctica de la filosofa clsica alemana). En este tipo de teora no se comprende que la teora es, por definicin y en orden a su naturaleza misma, un momento del reflejo de una praxis que evoluciona histricamente. En la filosofa esto ha venido a tomar cuerpo de un modo tal, que hasta los pensadores de la filosofa clsica alemana que formularon directamente la unificacin de la filosofa teri ca o prctica allegaron el
carcter de absolutas y eternas a aquellas formas de pensamiento que expresaban el mundo dado (el mundo burgus) como esencialmente racional. En el siglo XIX, y en relacin con la entrada de la clase obrera revolucionaria en la escena histrica, irrumpe un nuevo tipo histrico fundamental de racionalidad. Se trata de un nuevo empirismo materialista, concebido en el sentido de una no-identidad de teora y praxis sobre la base de una unidad nuevamente pensada (y realmente vivida) de teora y praxis. El lugar de la contraposicin, tradicionalmente reflejada, de ser y conocimiento (ontologa y gnoseologa), viene a ser ocupado por una estructura compleja, ser-praxisconocimiento, en la que a la praxis humana, esto es, social y materia l, le corresponde un papel central. Marx y Engels irrumpen con una concepcin histrico-prctica de la teora, que descansa en la negacin de la metafsica, en una concepcin materialista - dialctica, en fin, de la esencia de las categoras lgicas. La crtica de la economa poltica burguesa y la crtica de la filosofa de Hegel vienen inextricablemente unidas en la formulacin de partida de la concepcin materialista-dialctica de la racionalidad, cuya evolucin ulterior creadora est contenida en la obra de Lenin. Podramos llamar transformacin por evolucin de los fundamentos gneseolgicos de la ciencia al movimiento, a la diferenciacin, a las modificaciones (tambin polarmente contrapuestas) en el marco de un determinado tipo histrico de racionalidad, sobre la base, en fin, del mismo; las transiciones de un tipo histrico fundamental a otro pueden ser asumidas como transformacin revolucionaria. 4. No es este el lugar, ni hay tiempo para ello, para proceder a una caracterizacin ms en profundidad de los diferentes tipos histricos bsicos de racionalidad y las transiciones de unos a otros. Nos limitaremos, pues, en lo que queda a glosar un aspecto del tipo materialista -dialctico de racionalidad al que las discusiones sobre la fundamentacin del pensamiento cientfico actual y la evolucin cientfico-tcnica en curso han venido a conferir primordial importancia 4.
4. Cfr. R. Richta-J.Zeleny, Leniskoje ponimanije dialektiki i sovremennost, Filosofsklje nauki, nm. 3, ao 1970, Mosc. Intento desarrollar aqu algunas ideas contenidas en germen en el apartado III de mi libro O logick structure Marxova Kapitln (Praga, 1962), incitado por los innovadores anlisis marxistas de la revolucin cientfico-tcnica que por entonces desarrollaba R. Richta.
Como consecuencia de las transformaciones en el ser prctico global que han ido mano a mano con el desarrollo de la revolucin cientfico-tcnica en condiciones socialistas, la elaboracin de medios para una captacin racional de la transformacin del mundo y de la autotransformacin del hombre en su coincidencia ha venido a convertirse en una necesidad vital de la sociedad entera. Se presenta como urgente la con sciencia de la necesidad de una fundamentacin de este tipo del pensamiento cientfico en su conjunto, de una fundamentacin capaz, en fin, de insertar el pensamiento cientfico en la dialctica sujeto-objeto global, en la coincidencia de la transformacin de las circunstancias y de la autotransformacin. Irrumpe la necesidad de reconocer de modo general y de elaborar Con todo detalle el carcter histrico -prctico de la racionalidad, un carcter cuya concepcin bsica liminar fue de la mano de la aparicin del marxismo. El pensamiento cientfico comienza a moverse, en muchos de sus sectores, en mbitos en los que la dialctica material sujeto-objeto no resulta exc1uible ni esencialmente reducible. En el marco de la actitud cientfica tradicional, caracterizable por recurso a nombres como el de Galileo o Locke, no cabe acceder en estos mbitos a comprensin racional alguna. Irrumpe as la crisis de la ciencia, la crisis del concepto tradicional de racionalidad, de la que algunos pensadores que no llegaron a cruzar filosficamente los lmites de la poca burguesa, tuvieron, sin embargo, que tomar consc iencia, como fue el caso, por ejemplo, de Husserl. La ciencia moderna fundada por Galileo, Bacon, Newton y otros pudo alcanzar muchos conocimientos verdaderos sin tener a consecuencia del carcter de las materialidades por ella investigadas o de las experiencias a cuya elaboracin procedi - que tomar en consideracin, en su fundamentacin terica consciente, la dialctica prctica del hombre y de su obra. Pudo avanzar sin llegar a comprender que la evolucin de las formas de pensamiento es un momento del proceso evolutivo de la praxis social global. Galileo y Descartes, por una parte, y Bacon y Locke, por otra, entendieron -independientemente de la diferente valoracin del papel de lo emprico y de lo racional, de lo material y de lo subjetivo en el conocimiento, etc.- el mundo como un libro, frente al que nos encontramos en situacin de lectores. Una parte esencial de la aspiracin cognitiva de la ciencia actual tiene que habrselas con un mundo frente al que no nos encontramos primariamente en el papel de lectores de un libro, sino en el de productores y productos a un tiempo. De cara a la fundamentacin del saber racional resulta hoy no slo exigible, sino indefectiblemente necesario, de acuerdo con toda evidencia, insertar el conocimiento cientfico en la dialctica sujeto-objeto global, tomando en consideracin la praxis social en su procesualidad misma. De ello
se deduce la orientacin a la aspiracin terica nunca cerrada, en profundizacin constante, dialcticamente desarrollada, a una fundamentacin filosfico-metodolgica multidimensional de la ciencia, que cuente con un movimiento del lado del sujeto y del objeto. Multidimensionalidad (o acaso ms exactamente: historizacin, en modo alguno relativista, sino materialista dialctica) quiere decir aqu superacin de la simple contraposicin abstracta de pensamiento versus realidad material como lmite de las consideraciones sobre la fundamentacin de la ciencia, y tambin atencin plena al descubrimiento principal de los fundadores del marxismo segn el cual las formas bsicas de pensamiento vienen mediadas, en su carcter refigurador de la realidad material, por la praxis social que se desarrolla histricamente. 5. Preguntmonos ahora: Qu resultados fundamentalmente nuevos y filosficamente importantes muestra la evolucin de la ciencia en los ltimos decenios? En qu direcciones habr de desarrollarse el materialismo dialctico en su funcin de fundamentacin gnoseolgica de la ciencia en relacin con estos nuevos descubrimientos? Pueden consignarse ante todo las siguientes transformaciones: La gnesis y desarrollo de la ciberntica como ciencia nueva y la aplicacin de mtodos y tcnicas cibernticos en muchos mbitos de la investigacin cientfica. A las ciencias cibernticas en el ms amplio sentido del trmino pertenecen la teora general de sistemas, la teora de la informacin, la teora de la direccin, la teora de algoritmos, la teora de autmatas abstractos, etc. Algunas de ellas tienen su mbito general autnomo de investigacin tambin fuera de la relacin con la ciberntica. La evolucin de partes importantes de la fsica prosigue su curso sobre la base conceptual no clsica creada por una parte, por la teora de la relatividad y por otra, por la mecnica cuntica. Hasta la fecha, e stas dos Concepciones no clsicas en relacin Con la esencia de la realidad fsica no han podido ser unificadas. El tiempo y el espacio han venido a ser explicados en funcin del movimiento recproco de los cuerpos. Se han conseguido dominar cientfica y tcnicamente en medida nada desdeable los procesos de obtencin de energa atmica. En las ciencias biolgicas se asiste a una serie de descubrimientos que permiten pensar en la posibilidad de una direccin consciente del cdigo
gentico de los organismos en un futuro no muy lejano. Cabe presuponer que en orden a ello la relacin de los componentes social y biolgico del ser humano sufrir modificaciones de peso. El proceso de matematizacin de la ciencia y el del paso de los conceptos y teoras intuitivo s a los no intuitivos sigue avanzando. Crece la importancia de la investigacin del lenguaje en conexin con una aplicacin cada vez ms amplia de los mtodos de formalizacin. La contraposicin entre lo intuitivo y lo no intuitivo acompaa -como la contraposicin entre lo inmediato y lo mediato, entre lo formal y lo relativo al orden de los contenidos- la historia entera del pensamiento terico hasta nuestros das. En la ciencia actual no se trata de una transicin plena de lo intuitivo a lo no intuitivo. La contraposicin plena entre lo intuitivo y lo no intuitivo no desaparece, sino que permanece y asume forma nuevas. Tampoco puede hablarse, de manera similar, de un desgajamiento del lenguaje natural respecto del formalizado: su unidad dialctico asume forma nuevas. La indicada evolucin de la ciencia trae consigo numerosos problemas gnoseolgicos. Las lneas principales en las que tiene hoy lugar la investigacin materialista-dialctica de las transformaciones en los fundamentos gnoseolgicos de la ciencia son las siguientes: a) Se trata, ante todo, de la elaboracin detallada y del enriquecimiento de la concepcin materialista-dialctica del determinismo por la va de la generalizacin filosfica de formas sub atmicas de movimiento de la materia y de nuevas formas de movimiento social. Se acumulan pruebas que confirman que la concepcin laplaciana del determinismo, que excluye la casualidad y reduce el nexo causal exclusivamente a una cadena unvoca de causas y efectos, no es sino una de las formas de la determinacin objetiva. Cada vez vienen a verse ms confirmadas las representaciones del carcter probabilitario y estadstico de la realidad fsica -y no slo fsica-. En la medida en que expresan estabilidad relativa y orden de fenmenos de masas, la s caractersticas probabilitarias son caractersticas estructurales, que posibilitan la explicacin de la dialctica de la autonoma de los elementos en su dependencia de las caractersticas globales de los sistemas complejos. Estas caractersticas vienen vinculadas a la existencia de ciertas regularidades en la masa de eventos casuales y posibilitan la obtencin de una expresin matemtica de estas regularidades. Las caractersticas dinmicas y estticas no pueden ser investigadas como guardando entre s u na relacin de
contraposicin rgida. Corresponden a niveles organizativos diferentes de los objetos y procesos investigados y no a procesos determinados e indeterminados, como pensaban los autores de orientacin metafsica. En la apropiacin intelectual del mundo por mediacin de la reproduccin de la realidad (y asimismo en su conformacin prctica), a estas categoras y formas de pensamiento les corresponde un papel cada vez ms importante, en la medida en que expresan una posibilidad, una anticipacin, una alternativa, una modelizacin, etc. b) El principio dialctico-materialista del monismo es cuidadosamente reelaborado y enriquecido. Se profundiza en la comprensin de la unidad material del mundo. Mano a mano con las investigaciones en marcha de las leyes que rigen las transformaciones materiales y energticas se hace patente el mbito de operatividad de la investigacin de las leyes que rigen los procesos de transformacin de la informacin. El concepto de informacin posibilita la concreacin de la categora filosfica de refiguracin o reflejo, posibilita el desvelamiento no slo de sus caractersticas cualitativas, sino tambin de las cuantitativas. El auge de la ciberntica en los ltimos aos muestra de modo convincente la insostenibilidad de la tesis segn la cual la materialidad le resulta irrelevante (a la ciberntica); igual en lo que hace a la validez o no validez de las leyes ordinarias de la fsica. 5 Hacer abstraccin del lado cualitativo de los fenmenos investigados es una de las caractersticas de la ciberntica, desde luego. Pero no es menos cierto que esta abstraccin no puede ser completa, absoluta, aunque slo sea porque la estructura de la materia como tal impone algunos lmites al proceso de elaboracin de la informacin. Tal cosa viene a manifestarse asimismo en el hecho de que diferentes mtodos lgico-matemticos usados en la ciberntica tienen su especificidad propia, que en forma generalizada expresa las singularidades de los mbitos del mundo exterior convertidos en objeto d e la investigacin ciberntica 6. c) Ya desde su gnesis el materialismo dialctico represent la superacin del dilema, tan caracterstico de la poca burguesa, entre subjetivismo y objetivismo. Esta superacin fue posible porque a diferencia del materia lismo abstracto cientfico-natural, el dialctico no excluye -como subrayaba Marx en
5. W. R. Ashby, An lntroduction to Cybernetics, Nueva York, 1963, pg. 1. 6. Cfr. A. Berg, B. Birjukov, 1. Novik, Metodlogieskije aspekty kibernetiki, Kommunist, nm. 18/1971, Mosc.
El Capital 7- el proceso histrico. En el mismo espritu pudo expresar Lenin la profunda idea filosfica de que el materialismo marxista es ms objetivo que cualquier otra actitud terica precisamente porque posee una dimensin socio histrica (y en la sociedad de clases, una dimensin ideolgica, socioclasista). En la concepcin de Lenin, el partidismo es un problema de lgica dialctica. De las condiciones histricas se deduce que el Partido Comunista es el portador fundamental de la concepcin unificadora de la racionalidad y con ello, de un nuevo tipo histrico de pensamiento crtico, que necesariamente contiene la autorreflexin cientfica del crtico. La consciencia de la que es portador y difusor fundamental descansa sobre un pens amiento cientfico racional en el que por vez primera en la historia se llega a una aproximacin y enriquecimiento a una equiparacin entre pensamiento cientfico y cotidiano. La clarificacin ter ica del papel creciente del partido marxista-leninista de la clase obrera en las condiciones actuales no es cosa que se pueda asumir como se asume un problema sociolgico de radio corto: viene esencialmente vinculada a la elaboracin de los problemas fundamentales de la lgica dialctica, de la gnoseologa y de la axiologa.
Apndice
El primer trabajo, Introduccin a las investigaciones lgico-ontolgicas fue publicado inicialmente en lengu a checa en la revista Filosofick asopis, nm. 2, ao 1974. El contenido del trabajo 1\ propsito del problema de la relacin entre la lgica trascendental kantiana y la dialctica materialista coincide, en lo esencial, con mi ponencia para el Symposium Internacional de Kant celebrado en marzo de 1974 en Berln (Repblica Democrtica Alemana), con ocasin del segundo centenario del nacimiento del filsofo, a iniciativa, conjuntamente, de la Academia de Ciencias de la URSS y de la Academia de Ciencias de la Repblica Democrtica Alemana. Una versin checa del trabajo apareci en el nm. 4, ao 1974, de la revista Filosofick asopis. A propsito de la relacin dialctica entre lo lgico y lo histrico es una versin abreviada de una conferencia que; bajo el mismo ttulo, pronunci en ruso en el X Congreso Internacional de Hegel celebrado en Mosc en agosto de 1974 a iniciativa de la Hegel-Gessellschaft. La conferencia est indita. Los dos trabajos siguientes vieron la luz, en lengua checa, en la citada revista, en los nms. 5 del ao 1972 y 2 del ao 1973, respectivamente.