El Juego de La Oscuridad
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En la superficie, todo parece normal. La gente me ve, me saluda, y se marcha, sin darse cuenta
del monstruo que se oculta detrás de esta fachada. La rutina diaria es un teatro bien ensayado,
una coreografía de sonrisas y gestos que me permite navegar por el mundo sin levantar
sospechas. La normalidad es mi disfraz más efectivo.
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