SEMINARIO 4 Consejos Sobre Régimen Alimenticio

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El régimen alimenticio debido

Escrito Por:
Elena de White.
EL RÉGIMEN ORIGINAL

Escogido Por el Creador


• Para saber cuáles son los mejores comestibles tenemos
que estudiar el plan original de Dios para la
alimentación del hombre. El que creó al hombre y
comprende sus necesidades indicó a Adán cuál era su
alimento. “He aquí—dijo—que os he dado toda planta
que da semilla..., y todo árbol en que hay fruto y que da
semilla; os será para comer”. Génesis 1:29.

Dios dio a nuestros primeros padres los alimentos que él


se propuso que debía comer la raza humana. Era
contrario a su plan quitar la vida de ninguna criatura.
Un llamado a regresar
El Señor se propone que su pueblo vuelva a vivir a base de
frutas, hortalizas* y cereales sencillos... Dios les proveyó a
nuestros primeros padres los frutos en su estado natural.—
(Escrito en 1890)
E. from U.T. 5, 6

Si se descarta la carne, si el gusto no es educado en esa


dirección, y si se estimula el apetito por las frutas y los
cereales, pronto ocurrirá lo que Dios quiso que fuera en el
principio. Su pueblo no usará nada de carne.—
El régimen sencillo
Una ayuda para lograr una percepción rápida
Si hubo alguna vez un tiempo en que la alimentación debía ser de la
clase más sencilla, es ahora.—Joyas de los Testimonios 1:259
(1869).
Dios quiere que los hombres cultiven la fuerza del carácter. Los
que son meramente contemporizadores no son aquellos que
recibirán una rica recompensa día tras día. El quiere que los que
trabajan en su causa sean hombres de aguda inteligencia y rápida
percepción. Deben ser temperantes en el comer; los manjares
suculentos no deben encontrar lugar en sus mesas; y cuando al
cerebro se lo carga constantemente y hay falta de ejercicio físico,
deben comer con frugalidad, aun tratándose de alimentos
sencillos.
El régimen sencillo
Ahorrando mucho sufrimiento
Ud. necesita llevar a la práctica la reforma pro salud en su vida; negarse a sí mismo en
el comer y beber para la gloria de Dios. Absténgase de los deseos carnales que batallan
contra el alma. Necesita practicar la temperancia en todas las cosas. He aquí una cruz
que Ud. ha rehuido. El conformarse a un régimen sencillo, que lo preserve en la mejor
condición de salud, es la tarea que le corresponde.

La recompensa de la perseverancia. Las personas acostumbradas a un régimen


fuerte y muy estimulante tienen el gusto pervertido y no pueden apreciar de buenas
a primeras un alimento sencillo. Se necesita tiempo para normalizar el gusto y para que
el estómago se reponga del abuso. Pero los que perseveren en el uso de alimentos
sanos, los encontrarán sabrosos al cabo de algún tiempo. Podrán apreciar su sabor
delicado y los comerán con deleite, prefiriéndolos a las golosinas malsanas. Y el
estómago, en condición de salud, es decir, ni febril ni recargado, desempeñará
fácilmente su tarea.—El Ministerio de Curación, 229
(1905).
Un régimen alimenticio adecuado
La generosa provisión de Dios
Dios le ha provisto al hombre abundantes medios para satisfacer un
apetito no pervertido. Ha extendido delante de él los productos de la
tierra: una variedad abundante de alimentos que son deliciosos al
paladar y nutritivos para el sistema. Nuestro benévolo Padre celestial
nos dice que podemos comer libremente de ellos. Las frutas, los
cereales y las legumbres, etc (…)
En los cereales, las frutas, las verduras y legumbres y los frutos
oleaginosos o nueces han de encontrarse todos los elementos
alimenticios que necesitamos. Si acudimos al Señor con sencillez de
mente, él nos enseñará cómo preparar alimentos sanos, libres de la
corrupción de la carne usada como alimento.—
Un régimen alimenticio adecuado
Un régimen pobre desacredita la reforma pro-salud.
Algunos de nuestros hermanos se abstienen concienzudamente de
comer alimentos impropios, y al mismo tiempo, por descuido, dejan de
comer los alimentos necesarios para el debido sostén del cuerpo. Nunca
presentemos un testimonio negativo contra la reforma pro salud por no
usar alimentos sanos y apetitosos en lugar de los artículos perjudiciales
que hemos descartado. Debe emplearse mucho tacto y discreción en la
preparación de alimentos nutritivos que ocupan el lugar de los que han
constituido el régimen de muchas familias. Este esfuerzo requiere fe en
Dios, fervor de propósito, y la voluntad de ayudarse mutuamente. Un
régimen que carezca de los debidos alimentos nutritivos atrae reproche
a la causa de la reforma pro salud. Somos mortales, y debemos suplirnos
de alimentos que le proporcionen el debido sostén al cuerpo.—Carta
135, 1902.
El régimen en diversos países
Se necesita tacto al enseñar la reforma pro salud
A fin de realizar nuestra obra de una manera directa y
sencilla debemos reconocer las condiciones a las cuales
está sujeta la familia humana. Dios ha hecho provisión
para los que viven en diferentes países del mundo. Los
que quieren ser colaboradores con Dios deben
considerar cuidadosamente cómo enseñan la reforma
pro salud en la gran viña de Dios. Deben avanzar con
cuidado al especificar qué alimentos deben consumirse
y qué alimentos no deben usarse. El mensajero
humano debe unirse al Ayudador divino al presentar el
mensaje de misericordia a las multitudes que Dios
quiere salvar.
El régimen en diversos países
Seguridad de ayuda divina

El Señor quiere que en todo lugar se


estimule a hombres y mujeres a desarrollar
sus talentos en la preparación de alimentos
sanos con los productos naturales de su
propia región. Si miran a Dios y ejercen su
habilidad e ingenio bajo la dirección de su
Espíritu, aprenderán a transformar los
productos naturales en alimentos sanos.

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