Trabajo de Cierre Seminario de Derechos Humanos

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Trabajo de Cierre Seminario de Derechos Humanos

Estudiante: Flavio Cardoso 5.308827-5

Docente: Julio Molina

20/06/2024
1- ¿Puede decirse que se cumple con el derecho a la educación mediante el
acceso a cualquier tipo de
educación? Fundamente.

1- El derecho a la educación va más allá


del mero acceso a instituciones
educativas; implica una educación que
fomente el pleno desarrollo de la
personalidad, la autonomía del
individuo, y la igualdad de oportunidades. Entonces podemos plantear una clara
dicotomía entre estar inserto en el sistema educativo o escuela y verdaderamente
disfrutar de una educación integral.

De acuerdo a esta encrucijada, L. Ramos en el prólogo de Reina, R. (2012). El


derecho a educar y el derecho a la educación. Toma las siguientes ideas:

“Recuerda las palabras de Piaget al comentar el art. 26 de la Declaración Universal


de los Derechos Humanos: ‘El derecho a la educación no es solo el derecho de
frecuentar escuelas, sino que es también el derecho a una educación que procure el
pleno desarrollo de la personalidad, el derecho a encontrar en la escuela todo lo que
es necesario para la construcción de una razón activa y de una conciencia moral
viva’”.
(Reina Reyes 2012, pp8)

El Artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que


la educación "tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el
fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades
fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las
naciones y todos los grupos étnicos o religiosos". Este enfoque resalta que el
derecho a la educación no se cumple únicamente con la matrícula en una institución
educativa, sino que requiere una experiencia educativa que abarque más que el
simple acto de asistir a clases. La educación debe ser un proceso integral que
considere tanto el desarrollo cognitivo como el emocional, social y moral del
individuo.

La Ley de Educación de Uruguay, al declarar la educación como un derecho


humano fundamental, subraya la obligación del Estado de garantizar una educación
de calidad para todos a lo largo de toda la vida, promoviendo la continuidad
educativa y el efectivo ejercicio de este derecho. Esto implica que el Estado debe
crear las condiciones necesarias para que la educación no solo sea accesible, sino
también significativa y transformadora, facilitando el desarrollo integral de cada
persona.

En este contexto, podemos observar una dicotomía entre estar físicamente presente
en un sistema educativo y experimentar realmente una educación integral. En ese
sentido el tema de la calidad educativa se vuelve central, ya que la presencia en una
institución educativa no garantiza por sí sola el desarrollo pleno de la personalidad y
la autonomía del individuo. Es esencial que la educación ofrezca oportunidades para
el pensamiento crítico, el desarrollo de valores y habilidades sociales, y la capacidad
de tomar decisiones autónomas.

Tomando las ideas de Reina Reyes la cual destaca que "el valor de lo que se
enseña está subordinado a la forma cómo se enseña" y que la educación debe ser
una "confrontación moviente de dos seres en situación y de dos libertades que
encuentran una limitación en la presencia de una y otra". Podemos interpretar que
la calidad educativa es un concepto intrincado y multifacético que no puede
reducirse a una serie de factores aislados, sino que emerge de la interacción
dinámica de diversos elementos, resignificando el valor docente en tanto a construir
propuestas o diseños curriculares que no coarten las libertades y la individualidades
de los estudiantes.

La afirmación de Reina Reyes, resalta la importancia de la forma en que se enseña


y la naturaleza dialógica de la educación, abre la reflexión hacia los componentes
del sistema educativo (Docentes, infraestructura, Estudiantes, Cuerpo
administrativo, etc) y como deben complementarse para lograr una educación
verdaderamente transformadora y de calidad.

En definitiva garantizar el acceso a la educación no garantiza cumplir el derecho a la


educación puesto que este se entiende como el acceso a una educación de calidad
y significativa, que forme estudiantes activos en su proceso.

2- En relación a la formación académica que brindamos en nuestro sistema


educativo ¿efectivamente no produce condicionamientos una vez finalizada la
escolarización?

2- Dentro del sistema educativo la formación académica impartida por los docentes
tiene un impacto significativo en la vida de los individuos, tanto en el corto como en
el largo plazo. Pero no únicamente en torno a conocimientos científicos es decir el
docente no actúa solamente sobre su campo de estudio si no que influye sobre los
estudiantes más allá de la consolidación de los contenidos o conocimientos
específicos de la materia. De acuerdo a esta posición Reina Reyes argumenta que:

"Es corriente que el adulto esté preocupado por las consecuencias inmediatas de la
acción que ejerce sobre el niño, sin valorar las posibles consecuencias mediatas,
(…) hábitos, tendencias y predisposiciones que, en parte, determinarán la conducta
futura del educando“ (Reina Reyes, 2012, p 53).

Es decir resulta fundamental comprender que en la formación que impartimos en el


aula no solo conseguimos lo que planificamos o deseamos si no que muchas de las
cosas que se consiguen no son previamente planificadas (Por ejemplo, un docente
de geografía que trabaja temas como la distribución de los recursos naturales puede
sin darse cuenta inculcar una conciencia ambiental en sus alumnos, promoviendo
hábitos y actitudes sostenibles que los acompañarán a lo largo de su vida. Si bien
esta influencia puede catalogarse como positiva, también pueden ser negativas por
ejemplo, un docente de historia que enseña con un enfoque autoritario y rígido, sin
permitir el debate o la crítica, puede sin darse cuenta inculcar en sus alumnos una
actitud de sumisión y conformismo ante la autoridad.)
Por lo tanto, es fundamental educar con una perspectiva orientada al futuro, ya que
la acción educativa tiene efectos que trascienden el momento inmediato y se
manifiestan en hábitos, tendencias y predisposiciones que pueden influir en la
conducta futura del estudiante. En este sentido, la laicidad en la educación juega un
papel crucial para evitar la influencia de doctrinas religiosas en la enseñanza y
fomentar una mentalidad abierta y crítica en los estudiantes. Al respecto, Reina
Reyes destaca que:

“la educación laica, evitando en lo posible las imposiciones dogmáticas,


conduciendo al niño a la observación objetiva, facilitando la reflexión y dándole
oportunidades para el ejercicio de su espontaneidad”(Reina Reyes,2012, p. 53).

La autoridad del maestro sobre el estudiante es primordialmente de índole afectiva y


surge funcionalmente de la acción educativa. No obstante, el docente no puede
establecer conocimientos por medio afectivo, ya que este enfoque obstaculiza la
posterior afirmación de la autonomía del estudiante. En definitiva las
preconcepciones del docente pueden ser transmitidas al aula de forma no deseada
o no planificada, sometiendo la autonomía del estudiantes frente a la posición del
docente rompiendo así el criterio de laicidad o libertad en la educación. Y si bien en
ocasiones estas pueden ser beneficiosas como promover el interés por una materia
o tema relevante, también pueden generar en los estudiantes sentimientos o
intereses negativos, por ejemplo el desechar la opinión de un estudiante puede
hacer que este deje de participar o pierda la motivación en relación a la materia o un
tema de interés del mismo.

3- ¿Qué ha sucedido con nuestras sociedades en general y la educación en


particular que actualmente es necesario plantearse la necesidad de una
“educación inclusiva”?

En las últimas décadas, la sociedad contemporánea inserta en un mundo


globalizado en constante cambio ha experimentado profundas transformaciones en
todas las dimensiones, que se volcaron hacia la educación. Estas transformaciones
han evidenciado la imperiosa necesidad de replantear los sistemas educativos
tradicionales, dando lugar a la adopción de una "educación inclusiva". Este concepto
no solo es una respuesta a las demandas actuales de equidad y justicia social, sino
también una manifestación de la evolución en la comprensión de los derechos
fundamentales y la diversidad humana. Adoptar una educación inclusiva refleja un
compromiso con la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Las
escuelas y sistemas educativos tienen la responsabilidad de preparar a los
estudiantes para vivir en una sociedad diversa.

En la sociedad uruguaya, el compromiso con una educación inclusiva se refleja en


políticas educativas que garantizan una educación de calidad para todos,
respetando y valorando la diversidad de los estudiantes. Dos de las iniciativas más
destacadas son el Plan Ceibal y el programa de Escuelas APRENDER.

Lanzado en 2007, el Plan Ceibal ha sido pionero en la inclusión digital en el sistema


educativo uruguayo. Este programa proporciona computadoras portátiles y acceso a
internet a todos los estudiantes de educación primaria y secundaria, reduciendo la
brecha digital y facilitando el acceso a recursos educativos para todos. Por otro lado,
las Escuelas APRENDER. Estas, con una jornada escolar extendida, ofrecen
actividades extracurriculares y apoyo adicional para los estudiantes. Este modelo
proporciona un entorno más inclusivo y enriquecedor, para aquellos en situaciones
de vulnerabilidad social.

Pero la educación inclusiva no solo debe abarcar las diferencias socioeconómicas


de los estudiantes, sino también aspectos fundamentales como la diversidad sexual
y las discapacidades. La inclusión en el ámbito educativo no es solo una cuestión de
acceso físico o presencia en el aula, sino de garantizar que todos los estudiantes
tengan igualdad de oportunidades para aprender y desarrollarse plenamente. La
educación inclusiva también debe abordar tanto la diversidad sexual como las
discapacidades. Los estudiantes LGBTQ+ a menudo enfrentan discriminación y falta
de representación, por lo que es crucial implementar políticas que promuevan un
ambiente seguro y respetuoso. Igualmente, los estudiantes con discapacidades
requieren adaptaciones curriculares, tecnologías de asistencia y personal
capacitado para garantizar su plena participación en el proceso educativo,
superando la marginación y segregación histórica.

Es decir nos encontramos como sociedad en un pasaje de un modelo en el cual el


estudiantes era concebido como un concepto general el cual se moldeaba en
función del sistema o comunidad educativa en el cual se encontraba inserto a un
modelo que busca crear comunidades educativas con ambientes más flexibles y
adaptados que se moldeen en pos de las necesidades del estudiante como
individuo con características únicas. Por lo tanto resulta necesario pensar en la
verdadera inclusión de la diversidad en la educación. Planteando alternativas
educativas, programa adaptados o espacios de apoyo según las necesidades de la
matrícula de estudiantes

4 - ¿”Violencia en las instituciones educativas”, “violencia de las instituciones


educativas"? Si entendemos que la violencia es un fenómeno que “hunde sus
raíces en lo social”. ¿Qué papel juegan entonces las instituciones educativas?
¿Existen características propias de su formato que generan violencias o
constituyen el terreno propicio para que se ponga en escena?

La pregunta plantea dos conceptos distintos relacionados con la violencia y las


instituciones educativas: "violencia en las instituciones educativas" y "violencia de
las instituciones educativas". Ambos términos abordan diferentes manifestaciones
de la violencia y su relación con el entorno escolar.

La violencia en las instituciones educativas se refiere a los actos de violencia que


ocurren dentro del ambiente escolar. Este tipo de violencia puede ser física, verbal,
psicológica o cibernética y puede darse entre estudiantes, entre profesores, o entre
estudiantes y profesores. Ejemplos comunes incluyen el bullying, las peleas físicas,
el acoso y la intimidación. La presencia de violencia en las instituciones educativas
afecta negativamente el ambiente de aprendizaje y puede tener consecuencias
duraderas para todos los involucrados, como el deterioro del rendimiento académico
y problemas emocionales y psicológicos.Como destaca Asensi Díaz, estos
comportamientos violentos establecen:
"(...)una relación permanente de dependencia y de miedo de algunos escolares con
otros, creándose en la institución escolar un clima de violencia soterrada" (Díaz,
2003 Pp 3)

Por otro lado, la violencia de las instituciones educativas se refiere a la violencia que
las propias instituciones pueden ejercer sobre los individuos. Esto incluye prácticas
autoritarias, medidas disciplinarias excesivas, discriminación institucional, abuso de
poder por parte del personal administrativo o docente, y políticas que perpetúan la
exclusión o marginación de ciertos grupos de estudiantes. La violencia de las
instituciones educativas puede manifestarse en la falta de apoyo adecuado para
estudiantes con necesidades especiales, en la aplicación de medidas punitivas
desproporcionadas y en un ambiente escolar que no considera el bienestar integral
de los alumnos. Además, existen características propias del formato institucional
que pueden generar violencias o, al menos, constituir el terreno propicio para que se
pongan en escena. La estructura jerárquica de las instituciones educativas, donde el
poder y la autoridad están concentrados en el profesorado y la administración,
puede facilitar abusos de poder y actitudes autoritarias. Esta dinámica es
particularmente problemática cuando se ejerce la autoridad sin escuchar a los
alumnos o sin identificar adecuadamente los problemas

En este contexto, las instituciones educativas no son ajenas a esta problemática,


pues pueden analizarse como microsociedades donde se reproducen y reflejan las
tensiones y conflictos que existen en el entorno social más amplio. Puesto que se
encuentran en el cruce de diversas dinámicas sociales, culturales y económicas
Las instituciones educativas, por lo tanto, juegan un papel crucial tanto en la
generación como en la mitigación de la violencia. Es esencial que se implementen
políticas y programas que promuevan la convivencia pacífica y el respeto mutuo, así
como que se fomente la participación activa de todos los miembros de la comunidad
educativa. Esto no solo contribuirá a reducir la violencia en el ámbito escolar, sino
que también ayudará a formar ciudadanos responsables y comprometidos con una
sociedad más justa y equitativa.

En nuestro contexto el mecanismo de acción de las instituciones educativas es el


“Mapa de ruta ante situaciones de violencia hacia adolescentes de Educación
Media" elaborado por la ANEP, subraya que los centros educativos tienen un rol
fundamental en la prevención de situaciones de violencia y en la protección de los
derechos de los estudiantes. Según este documento, los centros educativos deben
estar preparados para responder a situaciones de violencia, lo cual incluye la
sensibilización del personal y el conocimiento de los procedimientos adecuados
para abordar estas situaciones (ANEP, 2021, p. 14).

En definitiva las instituciones educativas en muchos ámbitos son fundamentales a la


hora de abordar situaciones violentas entre estudiantes, pero estas también pueden
ser generadoras de violencia. Cuando los estudiantes o docentes no se encuentran
realmente integrados en la institución o cuando desde una posición privilegiada se
ejerce violencia sobre el resto de actores, como puede ser entre docente y
estudiante o entre director y docente, etc. Si bien la violencia está presente en las
instituciones educativas esta tiene su origen como se viene planteando en el ámbito
social en general y por consiguiente esta llegara o se originaría también en el ámbito
educativo. El rol de la institución debe ser la prevención de situaciones de violencia
y la construcción de un ambiente sano para todos sus actores.

5 - Muchos/as docentes se perciben en la actualidad como “desamparados/as”


en las instituciones educativas ¿consideran que existe el “malestar docente”?
¿Cuáles creen pueden ser en la actualidad los principales problemas a los que
se enfrentaría un/a docente? ¿A qué se deben los mismos? Fundamente sus
respuestas teniendo en consideración la importancia de la salud mental
docente.

Muchos/as docentes se perciben en la actualidad como “desamparados/as” en las


instituciones educativas, lo cual lleva a considerar la existencia del “malestar
docente”. Este fenómeno se puede entender desde diversas perspectivas, pero una
de las más relevantes es la del estrés y el síndrome de burnout. El estrés docente,
definido como la respuesta negativa ante demandas laborales excesivas, es una
condición prevalente que afecta significativamente tanto la salud física como
psicológica de los docentes. Este estrés crónico puede llevar al burnout, una
condición caracterizada por el agotamiento emocional, despersonalización y una
reducida realización personal en el trabajo (Zavala, 2008).

Los principales problemas a los que se enfrenta un/a docente en la actualidad


incluyen la sobrecarga de trabajo, las demandas administrativas, la presión por
resultados académicos, la falta de recursos y apoyo institucional, así como las
problemáticas de disciplina y violencia en las aulas. Estas condiciones crean un
entorno donde el estrés se convierte en un acompañante constante, afectando no
solo la calidad de la enseñanza sino también la salud mental y física del
profesorado. Según Zavala (2008), "el estrés tiene efectos directos en la salud física
y psicológica del docente, y a la vez un impacto en su vida personal y desempeño
de la organización" (p. 6).

La causa de estos problemas se encuentra en la estructura misma del sistema


educativo y en las condiciones laborales impuestas a los docentes. La falta de
preparación para enfrentar situaciones complejas y novedosas, sumada a la
insuficiente formación magisterial básica, contribuye al malestar docente. Además,
la naturaleza de la profesión docente, que implica un alto componente de
intercambio emocional, puede intensificar la sensación de agotamiento y
despersonalización. Esto es especialmente relevante considerando que "la práctica
docente puede tener tantos elementos desagradables con los cuales lidiar, y que
pueden resultar en experiencias laborales nocivas para la salud mental" (Zavala,
2008, p. 6).

La realidad actual exige al docente ser un constructor de comunidad en torno a la


institución educativa. Los docentes juegan un papel crucial en la formación de un
entorno educativo cohesionado y positivo, donde se fomenten relaciones saludables
entre estudiantes, padres y la comunidad en general. Sin embargo, esta tarea se
complica cuando los docentes están despojados de un vínculo afectivo con la
institución. Muchos docentes trabajan en diversas instituciones a lo largo del día, lo
que dificulta la formación de un vínculo sólido con una sola institución. Esta
fragmentación laboral lleva a una desconexión afectiva y profesional, afectando su
capacidad de construir una comunidad educativa sólida. La carga de trabajar en
múltiples instituciones y la falta de un vínculo estable no solo afecta el desempeño
profesional del docente, sino también su salud mental. La falta de estabilidad y el
sentimiento de ser un "obrero en línea de producción" pueden llevar a altos niveles
de estrés y burnout.

Los docentes no sólo enfrentan una sobrecarga de trabajo considerable, sino que
también sufren una conversión pasando de un rol docente vocacional a meros
ejecutores de tareas prescritas, es decir, profesionales asalariados, lo cual impacta
negativamente su motivación y satisfacción laboral. De acuerdo a esto, Díaz Barriga
señala:

"La profesión docente reclama ser diseccionada... Entre ellas se encuentra una
visión artesanal de la docencia, ya superada, frente a otras imágenes que se
desprenden del mundo industrial como la de un obrero en línea de producción (…)
El problema de fondo es que el sentido intelectual y profesional de su labor ha
quedado marginado, la dimensión profesional solo se ha reducido a un discurso"
(Díaz Barriga, 2000, p. 4).

Esta situación, junto a las condiciones laborales de los docentes, que son muchas
veces precarias, también afecta su rendimiento y compromiso con la enseñanza. El
docente al cual se le reclama ser actor activo de la enseñanza es reducido a un
simple empleado en una línea de producción quien retoca en los estudiantes ciertos
conocimientos y los pasa al siguiente puesto de producción o siguiente año.

Por otro lado, los docentes a menudo no son consultados ni involucrados en la


planificación y ejecución de las reformas educativas. Esto contribuye a un
sentimiento de alienación y falta de control sobre su trabajo. Así lo señala Díaz
Barriga:

"El docente actúa en función de un proyecto estatal —con independencia de que su


contrato sea en una escuela pública o en una privada—. Esto es, no existe un
ejercicio liberal de la profesión, contrariamente el docente recibe una serie de
prescripciones sobre su desempeño"
(Díaz Barriga, 2000, p. 4).

Es decir, las reformas educativas muchas veces van por fuera de los intereses del
docente, quien es un agente activo en el campo de aplicación de dichas políticas. El
malestar se genera al desestimar el carácter empírico que pueden aportar estos a
un campo que es rutina para ellos.

En uruguay el 9% de los docentes sufre de Burnout según un estudio realizado por


el Ineed, lo cual revela que es una problemática social presente en nuestro país, la
cual debe ser atendida, puesto que la salud mental docente es crucial para el
bienestar del profesorado y para el funcionamiento efectivo del sistema educativo.
Estrategias de afrontamiento adecuadas y el apoyo institucional pueden mitigar los
efectos negativos del estrés y prevenir el burnout. Es imperativo que las políticas
educativas incluyan medidas para mejorar las condiciones laborales de los
docentes, ofreciendo recursos suficientes, apoyo psicológico y oportunidades de
desarrollo profesional. Reconocer y abordar el malestar docente no solo mejora la
calidad de vida de los docentes, sino que también repercute positivamente en la
calidad de la educación que reciben los estudiantes.
Referencias

Reina, R. (2012). El derecho a educar y el derecho a la educación.

https://www.impo.com.uy/bases/leyes/18437-2008

Declaración Universal de los Derechos humanos Adoptada y proclamada por la Resolución


de la Asamblea General 217 A (iii) del 10 de diciembre de 1948

https://www.unicef.org/es/end-violence/ciberacoso-que-es-y-como-detenerlo

Díaz, J. A. (2003). La violencia en las instituciones escolares. Tendencias pedagógicas, (8),


89-98.

Silva, L. A. E., Corral, S. R. A., & Morín, L. A. S. (2020). Análisis de la presencia de violencia
institucional en el contexto escolar en el nivel medio superior. Revista Boletín Redipe, 9(9),
76-91.

Díaz Barriga, Á., & Inclán Espinosa, C. (2001). El docente en las reformas educativas:
Sujeto o ejecutor de proyectos ajenos. Revista Iberoamericana de educación.

Zavala, J. Z. (2008). Estrés y burnout docente: conceptos, causas y efectos. Educación,


17(32), 67-86.

Mapa de ruta ante situaciones de violencia hacia adolescentes de Educación Media (2023)
ANEP

https://ladiaria.com.uy/educacion/articulo/2020/7/9-de-los-docentes-reporta-burnout-segun-
estudio-del-ineed/#:~:text=9%25%20de%20los%20docentes%20reporta,del%20Ineed
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