Ritual Del Que Se Queda

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RITUAL DEL

QUE SE QUEDA
Poesía reunida

Moisés Ortega
RITUAL DEL
QUE SE QUEDA

Poesía reunida
RITUAL DEL
QUE SE QUEDA

Poesía reunida

Moisés Ortega
RITUAL DEL QUE SE QUEDA
Poesía reunida

Primera edición 2020 (versión electrónica)

D.R. © Universidad Autónoma de Aguascalientes


Av. Universidad 940
Ciudad Universitaria, C.P. 20131,
Aguascalientes, Aguascalientes, México
editorial.uaa.mx

D.R. © Fernando Moisés Ortega Ávila


D.R. © Maricela Guerrero Reyes (prologuista)

ISBN 978-607-8714-98-8

Hecho en México/Made in Mexico


ÍNDICE

Prólogo 9

Poemas sueltos (antes de 2014) 13

Autorretrato con seres que vuelan (2014) 23

Cartas a Federico (2015) 91

Con el vuelo de las manos (2016) 135

Welcome to Time Warner Cable (2016) 197

La indefensión y las orquídeas (2017) 255


PRÓLOGO
Esto que debería ser un poema
parece más un grito, una luciérnaga muerta.
Moisés Ortega

Las orquídeas acontecen. Es todo un acontecimiento su locura


colorida y explosiva, en las copas de los árboles donde se alojan o
en los arreglos espectaculares que se publicitan por Instagram
–que llegan hasta las mesas de nuestras casas para exhibirse en
toda su espléndida y salvaje expansión por más o menos módicos
pagos al alcance de un click–.
Algo así sucede con los poemas. Los poemas acontecen
en las frases más salvajes pronunciadas entre susurros de amor
o mesas de discusión al calor de un mezcal y un delicioso plato de
chapulines con guacamole, o en los libros más cuidados y atentos
que llegan a los espacios donde respiramos y escribimos sobre la
vida, la literatura, los sueños, el mundo, las utopías, el amor y, muy
particularmente, en qué estrategias establecer para desbaratar ca-
tegorías y que sean posibles otras formas de concebir e imaginar;
no sólo desde el lenguaje y la convivencia razonada/inrazonada,
sino desde nuestros más salvajes deseos de libertad, de ser aves,
orquídeas o llamadas telefónicas.
Esta reunión de los primeros libros de Moisés Ortega resul-
ta un acontecimiento muy afortunado. La fortuna como polen que
se difunde en las patitas y en las alas de los insectos que se benefi-
cian de él, es generosa; así esta posibilidad de tener en un solo lugar
los libros hasta ahora publicados por este joven y talentoso escritor
hidrocálido. Este afortunado acontecimiento permitirá a quienes se
acerquen y lean y relean estos poemas, reconocer una voz que se ha
ido a afinando conforme pasa el tiempo y se asientan los temblores
de los primeros versos. También podrá percibir como se atemperan
las ideas, las búsquedas, –eso que Nicole Brossard llama el motivo,
“es algo que cualquiera que sea la situación, retorna eternamente
en el trabajo de un artista. El motivo es raíz, carne y sangre; es in-
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

controvertible; y está inscrito en nosotros como memoria primera


y última; es conocimiento cardinal”. En ese sentido, el motivo que
rezuma de estos poemas reunidos es uno muy fuerte: el deseo de
libertad y pertenencia en la singularidad de cada ser. Ese motivo es
una pregunta persistente que toma diferentes motivos en cada uno
de los poemarios aquí reunidos: Poemas sueltos (antes de 2014), Au-
torretrato con seres que vuelan (2014), Cartas a Federico (2015), Con
el vuelo de las manos (2016), Welcome to Time Warner Cable (2016)
La indefensión y las orquídeas (2019).
En cada uno de ellos esa búsqueda de libertad aparece pre-
sentada mediante diversos motivos que varían desde dos niños
que se aman desde la infancia mientras acontece la vida, esa que,
en palabras de Ortega, es “un poema sin adjetivo”. Lo que nos abre
una ventana para observar las búsquedas de este autor para el que
los acontecimientos son lenguaje.
En Cartas a Federico 2014-2015, Ortega acude a una estrate-
gia en la que se escriben cartas a la ausencia de un gato que se fue,
pero que además asume el lugar de otras ausencias, o de la máxima
ausencia en la literatura mexicana desde que Rulfo compuso Pedro
Páramo, el padre mexicano que no está y que se asoma como fantas-
ma o reflejo de lo que la sociedad imagina un hombre es, y el otro
gran y real ausente Federico García Lorca como ese padre ajeno y
agente de distorsión del lenguaje y lo que las cosas de familia y de la
vida deben ser. Un gato a quien su madre espera, un poeta a quien
quisiéramos no haber perdido en manos de fascistas y un padre fan-
tasma como los motivos de esa búsqueda de libertad y pertenencia
presente en los otros libros y poemas sueltos de Moisés:

Ya no es julio, toda casa se defiende como puede del tiempo y


la tormenta, todo rincón finge un secreto. Hablo contigo para
espantar la locura, para seguir creyendo en la naturaleza de
vuelo de algunas palabras. Hablo contigo como si el otoño,
bufón a punto de quebrarse, hubiese encontrado el idioma con
que rezan las ballenas.

Mientras ella duerme, yo escribo: Qué pobre es el dolor si lo


explicamos
Quiero escribir un poema que sea un poema y no esta carta
de quejas por todo eso
que se nos fue cayendo con el olvido, al crecer.

10
PRÓLOGO

Posteriormente, esos dos libros que considero siameses


por los vasos comunicantes que los atan, dos libros con un mismo
corazón y pulmones temáticos: Lo escrito con el vuelo de las manos
y La indefensión y las orquídeas, donde la escritura está enfocada
en nombrar esa otra pandemia, que sigue presente y que aún no
hemos logrado asimilar ni concebir, sobre todo desde su origen se
ha utilizado para estigmatizar a una comunidad que disiente de los
mandatos de género y de sexualidad:

Cuando me fui a dormir, las orquídeas no habían resucitado.


Al tercer día, cuando despierte, este cuerpo será otro que aún
no conozco. Cuando despierte, estas manos aprenderán a escri-
bir correctamente: síndrome de inmunodeficiencia adquirida y
yo me convertiré en un hombre que no sabe deletrear el vacío.

Y así hasta llegar a Welcome to Time Warner Cable, un libro


redondo y líquido en el que ese motivo de búsqueda de libertad y
pertenencia se encuentra y se hace eco en las llamadas telefóni-
cas de un call center donde un joven maquila discursos para una
trasnacional de atención al público de una televisora. El juego de
ese libro resulta extraordinario porque enmarca ya esa búsqueda
de libertad en la serie de condiciones económicas y políticas a las
que se enfrentan los cuerpos diversos en el mundo globalizado, de
lenguajes migrados y carcomidos por las lenguas imperiales.
Las orquídeas y los poemas acontecen; afortunadamente
esta antología también. Celebro que, en estos tiempos de aconteci-
mientos de diversa índole, siga siendo la poesía un espacio para la
atención y las búsquedas más vitales, aquellas en las que, aún sin
adjetivo, nos jugamos todo por la libertad y por un profundo deseo
de pertenecer a un mundo que siempre se enriquece con personas
que disienten y disfrutan en la diversidad. Les invito a leer con
orquídeas salvajes en la mesa.

Maricela Guerrero
Ciudad de México a 8 de diciembre de 2020.

11
POEMAS
SUELTOS
(Antes de 2014)
UNA PIEDRA
(2010)

He de regalarte una piedra.


Un pedazo endurecido de la tierra;
todavía no decido qué tipo de piedra
pero estoy seguro de que será una piedra
mi último obsequio.

Puedo regalarte una planta, o un pez rojo. La planta crecerá poco


a poco, pero un día que se te olvide darle agua o platicar con ella,
se morirá también poco a poco de tristeza, de soledad o de sed.

Tal vez el pececillo nade silenciosamente en su pecera hasta que


un invierno te olvides de cambiarlo de sitio o cambiarle el agua,
comience a producir amonio para tragárselo y envenenarse así.

Una piedra no crecerá,


no nadará, ni se secará nunca,
tampoco se envenenará en reproche
porque no tienes tiempo para ocuparte de ella.

No te regalo una foto porque un día puedes encontrarla


gritándote a los ojos que tus besos siguen resecándome la
espalda. Lo mejor sigue siendo una piedra. Pensé también
regalarte un gorro igual al de los muchachitos que atienden el
café donde me enamoré de tu voz y aunque lo compré no voy a
dártelo. Sentiré una rabia inmensa al imaginarte sonriendo para
otra gente. Por eso será una maldita piedra. Ayer de regreso
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

a casa encontré la indicada, es de forma oval y muy negra, es


óptima. No le pondré moño ni tendrá caja.

Cuando te vea te la daré, guárdala en el bolsillo de tus jeans rotos


y no digas nada. Déjala en tu cajón o como centro de mesa, haz
lo que quieras con ella. Silenciosa, jamás te importunará, pero
por favor no la tires. Si alguna vez sientes que volverás a verme,
métela de nuevo en los bolsillos de tus pantalones de siempre y
en cuanto me tengas cerca:

¡Rómpeme la cara de una pedrada!

16
PETICIÓN
(2012)
Un día le pedí a mi madre que me arrancara el corazón,
que hiciera con él una sopa de tomate.
De haberme hecho caso, se habrían solucionado dos cosas:

El hambre de mis hermanos


y esta sed mía de sentir amor.
EL NÚMERO 427
DE LA CALLE
MADERO
(2009)
El número 427 de la calle Madero es ahora una pequeña
cafetería de corte boutique.
Somos como las casas, amor, un momento servimos para que
alguien habite en nosotros haciendo su vida íntima tras nuestras
puertas, y al otro somos centros públicos a los que la gente
acude a beber café, contar sus historias, o simplemente a comer
en compañía de extraños que ni siquiera voltean a verse entre sí.
¿Te acuerdas de nuestro último beso? Estoy seguro que fue en
el balcón café de la casa aquella en que Clarita compartía su
consultorio con un amigo al que amaba en silencio.
Hace tres años apenas, recibí una notita color turquesa que
decía:
Me marcho a estudiar a Italia, los espero sin falta en Madero 427
a partir de las nueve.
¿Sigues viviendo en Pavía? ¿Hay alguien haciendo su intimidad
tras tus puertas? o ¿te encuentras como yo?
Yo que soy un sitio público con las puertas
y las piernas
abiertas.
TESTAMENTO
(2010)
Si te llega este baúl, papá
es que por fin estoy muriendo, o he muerto por completo.
Sí, es rosa y tiene flores decorativas, no te asustes.
Te dejo mi rubor, el carmín de mis labios delgados, ahora
incapaces al beso.
Un vestido de leopardo y el recuerdo de la noche del canto
estridente de los grillos.
Hay también una peluca de cabello natural tejida a mano.
Son para ti los aretes de fantasía brillante
y los abalorios que cascabeleaban en las noches de rumba sobre
mis muñecas delgadas.
Te regalo todo, incluso el amor que nunca dejé de prodigarte en
el rincón
silencioso de los sueños.
Ponte la peluca y píntate los labios.
Seguro la viejita primorosa en el reflejo del espejo ha de
quererme más que tú.
AUTORRETRATO
CON SERES
QUE VUELAN
2014

Para Teresa Ortega.


Mi madre

A dónde van las cosas que nos duelen, las que vivimos así,
calladamente, contando nuestros pasos que se borran.
-Jorge Fernández Granados
I

1
En una hora del mundo, nació un niño con un árbol
de cerezo en los ojos.

Julio es un mes propicio para que nazcan las


mariposas y los seres que vuelan.
El padre entonces era un padre solamente.
La madre, un ángel con los brazos cálidos
y toda la sal del mar en los ojos.

Pero hay que decir que al niño casi lo mataron una vez,
cuando la transfiguración del padre.

Las flores del cerezo,

se quemaron todas.

Desde entonces, papá es un sueño ocre con alas de arpía.

Las manos morenas del ángel no pudieron hacer


que retoñara el árbol.
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

2
Hay niños que nacen con el don de hablar con las mariposas en
vez de saber montar a caballo.

El mundo es un almiar desértico de amor, en el que un padre,


cualquier noche, se convierte en un monstruo mitológico. El filo
de la ira arde en sus adentros.
Impotente en su furia, arremete contra el niño que le regalaba
siempre las flores pequeñas que nacían
de sus ojos.

El padre ya no es padre, tiene en la boca una flor negra, venenosa.


Su cuerpo está cubierto de escamas.

En el almiar desamorado que es el mundo, hay niños que nacen


sin saber llorar...

Pero a llorar,
se aprende sin remedio.

26
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

3
Antes de que al niño quisieran matarlo, soñaba con geranios y un
jardín,
hacía pasteles de lodo rellenos de semillas.

No sabía que cuando el lodo se seca,

se convierte en piedra.

27
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

4
Anda, dame la mano,
juguemos.
Mis hermanas ya se han ido.
Te hice un pastel de plastilina.

No, así no se sostiene la taza, papá.


Hay que parar bien el meñique, así, así…
Son las cinco,
¿gusta usted té verde, negro o de frutas?

¿Cómo, no te quedas?
Quédate.
Si no te gusta el pastel, hice galletas de tierra.

28
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

5
Al niño le gustaban las historias que le contaban las tortugas.

Pero creció. La edad trae en sus manos la pericia del


coleccionista. Dejó el pantalón corto. Compró unos frascos
grandes.

Los secretos parecen siempre algo a punto de morir.

En los frascos tenía guardada la piel de esos momentos. Piel


transparencia de la mañana,
sosiego del crepúsculo,
nube de la noche.

29
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

6
En aquellos frascos guardó las mariposas de todos los días,
algunos mapas que no describían lugares en la tierra
ni en el cielo.
Creía que un día iba a hacer un hilo con todo eso,
para tejerle un nieto a su madre.

Soñó que amaba a un muchacho que parecía un águila enorme


con cuerpo de caballo.

Cuando se acordaba de la infancia, se reía como las hortencias al


florecer y hablaba
de cualquier cosa para no llorar.

Cuando se acordaba de la infancia, repetía para sí mismo,


en voz baja,

que el amor lo iba a poner a salvo muy pronto.

30
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

7
En la casa donde creció, las flores no.
Un ángel de manos morenas regaba con ácido el
jardín:

A papá no le gustaban los colores ni el escándalo


de la primavera.

31
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

8
Las alas de las aves tienen el don de la fragilidad,
las de los ángeles son de la materia del viento.

Todavía no olvida la tarde en que encontró a mamá con


dos heridas en la espalda, a la altura de las alas.

El jardín, apagado por el ácido, se convirtió en mar.

En el fondo de la casa un monstruo



lloraba.

32
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

9
Mamá le pidió a Dios un amigo para atravesar la vida.

Una tarde empezó a tejerse un hijo, como quien piensa en un


suéter.

El hilo que usó para su alma se parecía al fuego de un hogar que


imaginó.

Cuando terminó de tejer, tuvo en los brazos


al niño que desde entonces la miraría mansamente,

como quien ama sin remedio

y para siempre.

33
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

10
Los hombres que no saben hablar con las flores se convierten
en demonios
el día que descubren que su hijo está enamorado
de un muchacho.

Sus manos de fiera hambrienta se tornan sobre el cuerpo


del niño.

El hijo tiene ahora espinas en la espalda.


No pueden hacer nada los grillos, ni la noche que se rompe.
No puede la sangre pedir que se detenga.

34
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

11
Hay historias que se parecen al nacimiento del hielo.
Los hijos se van de casa el día que a sus padres
se les olvida que no se necesita nacer mujer para poder hablar
con las flores.

Debería haber una prohibición universal para volver la cabeza.

El niño metió en el cuenco de sus ojos la ternura de sus


hermanas
y una cáscara del cielo de julio, recuerdo de algún cumpleaños.
Sospechaba que tras los cerros había peces blancos y estrellas
que lo aguardaban.

Trazó un mapa en la palma de su mano con las cenizas


que escapaban de sus ojos.

Se fue del pueblo con un canto de grillos enredado en el cabello.


Algunas veces, alguien preguntaba por él.

Papá nunca preguntó.


Mamá nunca supo qué responder.

35
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

12
Soñó que su madre se convertía en equilibrista,
al faltarle las alas.
El hilo frágil de la historia se unía desde un punto
en el tiempo,
hasta el lugar en que soñaba el niño.
Ella caminó veintitantos años por esa tensa cuerda,
llevaba cinco hijos montados en sus hombros
uno arriba del otro.

36
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

13
Padre, Dios es a veces la quimera más negra.
Oí que tus huesos se quebraron uno a uno
uno a uno, digo
que tu piel de pesadilla, se derritió como plástico a
la lumbre,
la tarde aquella que Dios
te abrazó con todo su amor.

37
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

14
Las hermanas preguntan ¿por qué las luciérnagas
tienen que morir tan pronto?

Cavaron tumbas pequeñas para las que


se iban apagando.

En aquel cementerio donde descansaba la luz,


la madre quemó el recuerdo de sus
cicatrices y despertó a todos sus hijos para inventar
un nuevo abrazo.

38
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

15
Todavía quiero saber con qué palabra
ha de escribirse
el amor que un hijo
le tiene, sin remedio, a sus padres.

Con qué acento se traduce


la necedad inverosímil de amar al otro,
la necesidad improbable de crear un hipogrifo,
la necesidad incomprensible de quererle...

Todavía quiero saber.

39
II

Cuando aprendí a amar,


amé a un hombre con cuerpo de caballo, garras
de león y alas.
Rostro de águila.

Su fuerza y el tamaño de sus patas me estremecían, pero


su mirada era un nido que animaba a quererlo.

Lo amé porque venía de caminar solo por las calles de la


noche,
porque conocí la herida en el alma de los títeres,
porque vi a algunos gatos que se quedaron ciegos de
abandono.

Cuando aprendí a amar,


amé a un hombre que como yo estaba roto.
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Pero esta historia empieza antes,


cuando llegué al otro lado de los cerros y descubrí que el
mundo es, además, un lugar forrado de miradas de niños
que buscan su propio mar.
Supe que las libélulas y las estrellas seguirían cantando.
Y mis manos, como si siguieran órdenes ocultas,
aprendieron a tejer y a pescar.

42
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

No podía decir que era un hombre aquella criatura de la


que me enamoré como un animal.
Me contó, entre tardes, su infancia de oruga. Tenía
en los ojos un nido. (Y yo había nacido con un árbol).
Le gustaba que le hablara de la paz de las palabras,
o la sombra del secreto que se esconde entre los libros.
Y él, grande como un león blanco, me hablaba de la
trama del cielo,
las ramas que lo conforman.
Un nido es el origen, un lugar
al que siempre se vuelve.

43
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Le gustaba el pan, el vino tinto y las semillas de cualquier flor.


Tenía cicatrices en la cara, en los costados,
en sus patas fuertes.
Lo abracé para que no se fuera nunca.
El dolor que se lleva en la memoria del alma
le da a algunos seres la predilección por la huida.
Pero él volvía, su olor de hombre se adueñó de todo,
y aunque le cosí las heridas, las lágrimas en su fuerte rostro
no se borraron.

Entonces, sin más recursos, le cantaba la canción de grillos


que aprendí en el pueblo del que me fui y mientras cantaba, quería
aferrarme a su piel, como el llanto.

44
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

Él regresaba, yo escribía.
Escribir es lo que se hace cuando algo falta.

–¿Qué guardas en el cuenco de los ojos?

Un puño de la magia que tienen las llaves, la leyenda


de un ángel moreno que se tejió un hijo para
aguantar la vida,
el olor de la tierra cuando está mojada,
un pensamiento constante sobre el olor de tus axilas,
el recuerdo de que tuve un padre,
una casa,
un sueño de orugas,
libélulas,
peces del agua de los sueños.
Le dije.
Abrió sus alas.

Por primera vez me invitó a volar sobre su cuerpo.

45
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

¿A dónde se fueron las plumas que le faltan,


las fogatas de sus pupilas infantiles?
Para que la lumbre se convierta en nido
hace falta cruzar muchos cielos.
Llegaba de Dios sabe dónde,
siempre tenía menos plumas,
más heridas.

Las lágrimas secas, impresas en el pelo de su rostro,


olían a la atmósfera
del lugar al que se van las cosas que nos duelen.
Las caricias no son suficientes a veces.
Pero, esas cosas que nos duelen ¿a dónde van?
Este es un verso que no es mío,
pero, el eco de esa pregunta es una gotita de agua
fría que choca en mi frente y se desfigura

una
y
otra
vez.

46
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

Supe de ti la naturaleza de los mares,


los lugares que te pueblan el corazón,
el día en que te salieron las alas,
tu gusto por las almendras y el amanecer de los otoños.

No supe del segundo en que te abandonó la sonrisa,


ni en qué lugar en el mapa se quedó tu infancia,
ni a qué barco gris se subió la primera mirada
que le entregaste al cielo.
(árbol enorme)

47
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Te señalé con mi dedo pequeño el lugar en que


anida la luna en primavera.

Quería que voláramos hasta allí.


Olvidé el color del atardecer para dormir en tus pupilas y
mientras me arrullaba el viento, te hablé de aquellas
horas en las que adentro de mis ojos aún enraizaba un
cerezo.

48
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

Te acordabas del mar, de unos barcos hechos de papel


que cargan en su fondo las palabras que nunca se dijeron.
Azul y amigo es el mar en tus recuerdos, dijiste.
Ahora soy un cazador de seres que vuelan como tú,
y siempre quiero salvar a las aves, a los papalotes,
siempre quise salvarte de la huida,
siempre quise salvarme de tu huida.
El alma de las cosas que uno ama se parece a las
palabras no inventadas.
Si no lo nombras no existe, aunque se presienta.
Sólo quería encontrar la atmósfera adecuada
para que tu corazón sonriera.

49
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Cuando uno pierde su casa, quedan la


precipitación, el anhelo
y el ejemplo de los árboles.
La lluvia es una madre que cobija la tristeza pero
también un árbol es una madre.
Tú sabías que el cielo era un eucalipto enorme y
que las hojas que se le caían
eran la lluvia.
Supimos luego que a los huérfanos de casa
nos quedan los brazos para fundar un hogar.

Esa vez nos abrazamos mucho.

50
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

El calor que emanabas de los ojos era viejo.


Soñé que te miraba por primera vez en un invierno,
una mañana,
no importan el tiempo o la estación,
la naturaleza de los sueños no tiene que ver con las horas.

Todo es diferente cuando uno duerme.


El tiempo de fermentación de las uvas es distinto
si se mira en sepia.
No sé cómo se dibuja una sonrisa para un corazón triste.
Me arropaste en tus ojos (cerrando los párpados).
Ese momento fue una canción para
dormir sin el recuerdo de la arpía.
El mundo anocheció.
Dormí seguro.

51
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Podemos irnos a vivir a un cuerno de la luna,


hacer nuestra casa con el recuerdo de las que
tuvimos antes,
robar un tronco hueco a los árboles del cielo
y tallar en él una puerta grande para que no se
atoren tus alas. Muchas ventanas para que entre la
luz de los agostos.
Que haya una mesa con muchos retratos de los
mares de la infancia.
Podemos los dos caber en la oquedad de un árbol muerto,
sembrarlo en el lugar que te conté.
Usamos los recursos de la palabra que hemos ido
adivinando sin querer.

¿Podíamos?

52
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

El que ama es capaz de ver el nacimiento de las luciérnagas,


cualquier noche de julio, dije.
Es propicia para el nacimiento de los seres que vuelan.
En esta casa imaginaria germinan estrellas.
Préstame tu pata, ábrela para que las mariposas vuelen.
En mi mano derecha guardo la llaga de nuestro
primer beso.

Cuando nos besábamos, me nacían orugas en la boca.


Luego, se convertían en palomillas de luz.
Luego eran palabras para fortalecer los cimientos
de nuestro abrazo.
Un hogar es a veces un abrazo, creo.

53
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Cuando volvía, la casa se incendiaba sola, secretamente.


Mi Dios niño y sus deidades conversaban en la sala.
Nosotros subíamos a la azotea desde donde los
gatos tejían la noche.
Él andaba mi cuerpo.
A veces trepamos más alto aún
y yo abría las manos para pintarme los dedos con la
ceniza de las estrellas.
Desde arriba, en nuestro abrazo,
la casa se veía como un punto pequeño de luz,
dentro de la luz.
En el patio había macetas con geranios.
Cuando regresaba, cuando las heridas no le dolían, él andaba mi
cuerpo.

54
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

Tu madre no adivinó, al bautizarte, que en tu nombre


se imprimían dos estampas:

un demonio bellísimo
y el hijo del Dios en el que creo.

55
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Para que dos muchachos duerman juntos, primero


tuvieron que haber estado muy tristes.

56
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

Te ofrecía la sopa diaria porque no me gusta comer solo.


Hay que creer en Dios para contarle de la soledad
que dejan los hipogrifos cuando se van.
Yo colocaba mi cabeza sobre tu pecho y una
mariposa tímida revoloteaba dentro,
tenías un miedo secreto de que se escapara
por alguna de las llagas que no fui capaz de zurcir.

57
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Se nos fue olvidando la niñez en alguna esquina.

Casi perdemos nuestro gusto compartido de mirar el cielo.


Nacimos en lugares parecidos.
Había ranas azules, piedras, arroyos
y el recuerdo de una infancia que quizás también
habíamos inventado.
Quería que por fin una noche abrieras la jaula de tu alma,
que me dejaras ver
la piedra ontológica de la que nació el fuego.

58
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

Supimos que la oscuridad era un cocodrilo


magnánimo que lloraba al matar a sus criaturas para
alimentarse.

59
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Los días en que los sueños me nublaban el


entendimiento,
tú te ibas.
Entonces supe que la vida no era un escenario onírico.
Se tiene que vivir aunque el lodo se convierta en piedra.

El sueño, algunas tardes, lo abrazaba todo.


La vida era algo más que la tibieza de tu aliento de hombre,
era también un terremoto, el recuerdo de un padre
que despareció una noche.

60
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

Caminar por las calles sabiendo tu partida


fue el origen del llanto.
Estabas en la espina de la música,
en las paredes pintarrajeadas.

¿Qué dolor podría escribir que no se haya escrito antes?


(Siempre digo lo que todos saben).
Certeza es lo que falta.
¿Te acordarás de la luz que se aferraba a las vías
del tren que recorríamos en noviembre?
Aquellas tardes en que nos bebíamos el alma,
mutuamente silenciosos.
Sin paraguas.

61
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Me convertí en hombre entre tus garras.


Tú estuviste ahí cuando salí a la calle.
Los niños que jugaban a la pelota se reían de mí.
Mis pasos adquirieron el peso que ostentan los
pasos de los hombres.
¿Estabas ahí?
Ya te habías ido.

Hay cosas que tienen que decirse muchas veces,


como las horas que se siguen unas a otras,
como las nubes que hacen lo mismo.
Yo me hice hombre entre tus alas.
Es algo que repito para que no termines de irte.

62
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

Dicen que en los hijos queda algo de los padres.


Cada vez que nombro el amor que te tengo
es como si tuviera un hijo,
un oso de felpa, un muñequito de manta,
un huevo para empollar juntos.
Uno debe tener hijos para que no llegue la locura,
para olvidar que de todas maneras la vida fue,
un ir comiendo solo todos los días;
para que la madre no se quede tan triste.

Se aprende después a dormir sin la albahaca


del aliento que uno ama,
a permanecer en casa, consolando a las macetas.
Llega una hora del mundo en la que uno se
deshace del recuerdo
del milagro que es volar sobre otro cuerpo.

63
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Pero un oso, un muñeco y un huevo no son un hijo.


Tampoco un nieto (dice la madre).

Aunque lo criáramos juntos y lo lleváramos a vivir


a nuestros ojos,
te ibas a ir de todos modos.
Hay días que uno cree que la única posibilidad es amar,
salvar al niño que uno ha convertido en hombre de una
vida sin amor.

¿Qué querías encontrar en este niño que ya no es niño


la noche que lo besaste?

64
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

Fui una vez un cometa entre las ramas del cielo que inventaste,
ahora soy una casa fundada en un abrazo lejano e incompleto.
No hay paredes para contener el silencio.
¿Seguirás siendo una criatura fabulosa?

Antes de ti aprendí a pescar, a tejer, a buscar panes


en enero, en marzo, en agosto.
Es impredecible el regreso.
Junto a ti aprendí a decir te quiero para que no te fueras.

Las cenizas de estos ojos recuerdan que en los


tuyos, mi Dios dibujó un nido.

Un impulso nace del recuerdo, la fuerza de seguir


viviendo contigo aunque faltes.
A veces, mamá pregunta de qué me río.
Ojalá pudiera uno escribir risa y sonreír francamente.

65
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

El hipogrifo llegaba, yo veía su desnudez,


me gustaban los besos, el cerrar involuntario de ojos,
la inevitable herida de los labios.
Se comía los panes y los peces blancos que yo
dejaba en la mesa.
No me gustaba que se pusiera triste porque luego
era el silencio:
para huir no es necesario irse.

La vida parece una canción mustia.


Aunque hubo un tiempo en el que caminamos
a través del rosa de la mañana,
crecieron flores en las nubes que tocábamos,
él con sus alas,
yo con mis dedos.
La vida parece una canción llena de cuervos.

66
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

Entonces él casi parecía un muchacho y no una criatura.


Nos gustaba la música y bailábamos a nuestro modo.

Se iba a la cocina. Si no encontraba una naranja


o un exprimidor, hablaba de la ausencia.
Yo me sentaba en un rincón azul de la casa a escucharlo.
La tarde era así un sillón acojinado para soportar el mundo.

67
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Estaba cansado de las piedras en el corazón, de la


ruptura de las ramas del cielo.
Él era sólo un muchacho que había sufrido tanto
que un buen día le brotó un pico en lugar de labios.
Unas alas en la espalda.

A él no le gustaban las palabras complicadas ni los


golpes,
pero el mundo está lleno de contusiones,
de palabras huecas.
Él no sabía de la similitud transitiva que hay en los
verbos amar y morir.
Comenzamos a apagarnos el día que adivinamos
que la mirada
no es un nido para siempre,
que los árboles en los ojos también se mueren.

68
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

Te busco en los muelles o en un barco de papel.


Voy a contarte la historia de lo que iba a ser
si crecíamos en aquella casa que le robamos al cielo.
Voy a hablar de la música de los amaneceres del
febrero de hace ocho años.
Si te encuentro, voy a decirte lo de un oso de felpa,
un muñeco de manta y un huevo,
que guardé para siempre en el corazón.

Ojalá hubiera fotos del jardín que creció en mi pecho


cuando tus manos sembraron al sol en esta piel.

69
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Este niño creía en el poder del beso, éste sonreía


por la gracia de los insectos.
Éste era el que hablaba de la bolsa de penas,
grande como el mar, que involuntariamente se carga
entre las costillas.

No voy a abandonarte, desde esta casa con los


gatos de entonces y los nuevos,
te acompaño.
Si en una hora del mundo necesitaras de nuevo
peces blancos,
me voy de pesca al mar del tiempo.
Crecimos, ¿sigues teniendo alas?
Te busco en la cara de los alcatraces que se cierran por las horas,
en el aspecto de la boca de las noches muertas.

70
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

Te busco para contarte un sueño.


Ese que pusiste en mis manos una noche.

Si te busco es para que sepas que sí escribí la


historia de lo que sería
si el puerto que buscábamos
hubiera sido el mismo.

71
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

No me germinará un árbol de nada en los ojos.


La tristeza tiene espíritu de sequía antigua.
Decías que era bueno sembrar flores aunque la tierra
fuera abonada con ácidos.
El problema de los hombres es la fe.
En la muerte de la tierra no germina ni uno mismo.

72
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

Adentro de ti ¿de qué color son las estrellas?


¿Piensas alguna vez en el atardecer de julio?
Siempre quise estar en tus ojos,
ver si en realidad pensabas en el sol del mar,
si creías que la luna tuvo que nacer de la tristeza
de una canción,
si los peces te gustaban tanto como el pan.
Aún ahora, quiero saber cómo se ve este niño
desde tu mirada.

73
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Como la pregunta de antes, hay otras con


naturaleza de lluvia:
Los ojos que han visto el cielo llevan en sí un cúmulo
de la magia innumerable de las estrellas.
Los que han visto los cerezos han de tener la mirada
poblada de pequeñísimas flores.
En mis ojos cupieron todas las mariposas del tiempo
cuando tu voz abrasó mi piel.

74
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

Las ternuras, las miradas nunca son precisas para


decir lo que uno quiere.
¿Desde qué voz del alma debo hablarte?
¿Será hermosa la vida en donde vives?
Aquí hay heridas que crecen con la noche.
¿Alguna tarde morada mi voz ha acariciado tu pelo?
Yo tenía siempre para ti un pez blanco entre las manos.
Iré a la orilla del tiempo
para ver si desde allí me escuchas.

75
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Hoy quiero subir de nuevo al techo,


ese lugar habitado por la ceguera de los gatos
cansados de gritarte.

Cerrar los ojos dentro de tus brazos para mirar en la


luna el reflejo de tu rostro.
Quiero subir a la punta de esta casa para abrir los
brazos y aventarme al vuelo,
esperar a que un regreso tuyo me salve de la caída.
Mira, desde aquí podemos contar todas las flores del mundo,
sería bueno envejecer así.

Acompáñame a la azotea para separar nuestros cuerpos,


tan cosidos ya por la limadura de los astros de entonces.

76
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

Me preguntaste
si acaso en los animales había intenciones de amor.
Yo pienso que los animales también sueñan.
Es diciembre.
Para escribir uno tendría que haber sido
sentenciado a muerte,
pagar por los pecados de los desconocidos.

77
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Dicen que todo es poesía: el recuerdo de un hijo


que no tuve el valor de tejer,
las flores calcinadas en el paladar a causa de los
besos que no llegan.

El lugar en el que escribo se parece al monte en el


que mi Dios niño
se convirtió en adulto.
Para escribir hace falta mirar al fuego a los ojos.

En esa mesa vacía están los olvidámenes, algunas


plumas que se te cayeron.
No alcanzo a ver nada, dije que en los ojos llevo un
árbol marchito.

¿A qué pena fuiste condenado,


qué pecados ajenos purgarás?

78
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

Esto que debería ser un poema


parece más un grito, una luciérnaga muerta.
Seguro estoy de que la culpa que pago en esta
cruz, no es ajena.

Dame la mano, mira, tengo una caja con oraciones de polvo.


Los cometas que brotan ahora donde la muerte del cerezo (dije
que cuando niño tuve un cerezo en los ojos)
serían perfectos para hacer una cruz.
Poder escribir que se cumplió el deseo de que
volviera mi hipogrifo (recé al pie de la cruz fugaz de
las estrellas recién nacidas).
Escribir no remedia nada, digo.

79
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Te abracé sin remedio porque yo también estaba muy solo.


Me gustaban tus manos con naturaleza de hoguera.

Las oraciones han de florecer,


la vida es una canción que se escribió para ser
bailada por dos.
Eso también se parece a la poesía. Digo
que el fuego que encendimos en la piel del alma
todavía no alcanza para que nazca la luz en estos ojos.

Todo esto es una evocación opaca, yo quería decir


que el lugar en el que escribo,
se parece a la casa sin jardín en la que descubrí la
razón de mis manos.

Escribo.

80
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

Seguro esta carencia es el precio


por tirar hacia la noche
la semilla que salía de entre tus piernas.
Dos muchachos pueden compartir el mismo verso,
no engendrar un hijo.

81
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Yo te conté de los amores que aprendí en los libros.


Incendiamos nuestros nombres en el techo de la
casa de nuestro cielo
para que la ceniza fuera testimonio
de que alguna vez
anduvimos por el mundo de puntitas,
tomados del corazón.

82
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

Aquí hay un recuento de los amaneceres que nos sorprendieron,


las estrellas recién nacidas que caían sobre tu frente
cuando nos quedábamos dormidos en el jardín.

Sabíamos que también nosotros íbamos a


esfumarnos como luciérnagas,
lo único cierto que uno tiene después de amar
es el miedo a la muerte.

La luna se mecía entre las ramas de un árbol que plantamos,


también juntos.

Lo que se escribe ocurrió hace tanto...

Cierro los ojos para andar de nuevo en aquel verano.


Cuando cierres los tuyos han de nacerte más
caracoles para que le regales a otro niño.

83
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

No pude salvarte de la huida,


no pude salvarme de tu ausencia.

En cierto modo, las caracolas que guardo de recuerdo,


cuando las acerco a mis oídos,
dicen que quizá
algunas noches hice que tu corazón sonriera francamente.

Cuando escribo, nuestra historia se guarece del olvido.


Sé que te acuerdas del agua de las estrellas, de
cómo la bebíamos aquellas noches por los poros.

Eran tan bonitas esas estrellas.

84
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

No sirvo para la escritura.


Ahora soy un niño que ya no.
Y está muy triste.
Se escribe para que los recuerdos no se pierdan en
la noria del mundo.
Sé que el tiempo que tuvimos fue suficiente para
entender el significado de los cerezos, el propósito
de los nidos.
Si acaso reviven las luciérnagas, despiértame.

85
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Hablar de las heridas de dos niños que se


encuentran en un almiar
es decir poesía.
El recuerdo de las noches que cenamos peces blancos,
el techo de una casa construida sobre un abrazo,
tus ojos enormes como planetas adentro de mis
cuencos, fueron poesía.

86
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

Amar a un muchacho con patas de león ha de ser


pecado en esta historia
y en las otras.
Sé que no supiste de las muertes que se me habían
prendido en el pecho.

Ya dije que su mirada de agua era poesía.

¿La poesía también tendrá que ver con la falta de


arrepentimiento?

87
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Un día las gotas de la ceniza que dejamos en el


techo de aquella casa,
para quemar estas palabras, van a provocar un incendio.
Yo me quemé algunas noches prendido entre tus alas.

Si este niño se prendió fuego anidado en tus ojos tantas


tardes.

¿Qué más da si viene ahora el ascua del olvido?

88
AUTORRETRATO CON SERES QUE VUELAN

Fuimos a cortar orquídeas a los campos estelares del sueño


cuando ya no tuve nada que enseñarte del mundo.
Me explicaste que a veces te atorabas en algunas
ramas del cielo,
que a veces te preguntabas cómo sería amar a otro
niño o a otra niña.
Inventé que el cielo era un árbol enorme e invisible.

En el lago donde aprendí a pescar, nos bañamos largamente.


Fuimos hombres con alas de pez. Tan extraños. Nuestras
manos tenían siempre la sensación del polvo de las
estrellas cuando nos tocábamos bajo el agua.
Ya no quiero saber que eres un hombre triste, hoy no.
Sé que esto es una despedida.
La vida es un poema sin adjetivo
sobre dos niños que de pronto se encuentran
y se aman.

89
CARTAS
A FEDERICO
El libro de la ausencia

Escrito con el apoyo del pecda,


2014-2015

Ilustradora: Miriam Gabriela Ávila Ortega (Miriam Patch)


PRIMERA PARTE

Este libro comenzó a escribirse cuando Federico, mi primer


gato, decidió abandonarnos. Yo no me había percatado de su au-
sencia, pero una tarde de mayo, observé que Aurora, su madre,
maullaba de manera extraña y recorría la casa, muy inquieta,
como buscando algo.

La seguí por todos lados y al llegar al patio, donde mamá tenía


una buganvilia blanca en la que Federico solía dormir, descubrí
a los pies del árbol un montón de animales muertos. Aurora los
había dejado allí, supongo que cazó una paloma, una rata, una
lagartija cada día, desde que su hijo se fue. Ella los dejaba allí
y maullaba, imparable, el resto de la tarde, como haciendo una
ofrenda para que Federico regresara.

Esa imagen me dejó mudo algunos días y luego me obligó a es-


cribir sobre la ausencia. Yo quería convertir ese momento en un
buen poema para iniciar este libro, pero no lo logré, a falta del
poema, cuento la anécdota.
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Cuando comencé a llamarte Federico fue dieciocho de agosto y yo


leía Cásida del llanto, los perros del poema, las aguas del poema,
los violines, los ángeles del poema y tus ojos amarillos te hicieron
merecer el nombre. Federico es en este verso el nombre mismo
del que huye, la astilla pequeñísima en el ojo que es la ausencia, el
árbol blanco que no entiende la vocación de brazos de sus ramas.
Federico es el nombre de un poeta que no ha terminado de morir,
letras que conforman la resignación, el añoro. Cuando comencé a
llamarte Federico eras un pequeño que nació un día, entre el cinco
de junio y el dieciocho de agosto. Hoy, cuando al empezar una
carta escribo tu nombre, Federico puede ser también Fernando,
Enrique o Padre.

Federico es el nombre del que se ha marchado.

94
CARTAS A FEDERICO

Las grietas en la pared, Federico,


son el silencio que aflora.

Hay plantas que echan raíces en el agua,


si se les corta un bracito,
si se les habla y se les quiere.
Sé de unas plantas que vuelven a ser.

Mira el pobre llanto, las heridas de cualquier casa.
Estas son palabras, Federico, una carta.

Porque es necesario un reproche contra la voluntad del tiempo.


Un ruido que mantenga en pie la vida,
un ulular de pájaros lejanos
que nos recuerde respirar.

95
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Hay hombres que pueden lidiar con la muerte,


con lo que falta,
con la indiferencia de Dios.

Sé de unos hombres que pese a la ausencia,


vuelven a ser.

Yo no puedo, escribo.

96
CARTAS A FEDERICO

Distante Federico,
la tarde se tiende en la última luz y cada palabra es un plagio
de otro discurso.
¿Quién va a explicarme la fuerza del maullido?

Sé en la piel que el verano ya no está. Elijo pensar


que en cualquier momento atravesarás la puerta
y vas a darme otra lección de cacería.

Sé que en tu naturaleza joven estaba darme muerte.


Como al ave aquella recién muerta
que no quise preparar en salsa blanca

[no supe.

Opto por la locura, buscar en las plantas


las respuestas que no vas a darme.
Soy una espesura de silencio que acepta ver cómo te vas.

97
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

En este lado del mundo falta el pájaro pequeño


que después de defender su nido contra la lluvia y el otoño,
abandonó a los polluelos que nacieron en medio de noviembre.

Falta el conejo de Hermanita, el que murió sin avisar,


el que impregnó la habitación con su tufo fresco de alfalfa.
El cuento de las seis llegó hasta mis oídos
en boca de abuela, pero el abuelo se cambió de rostro.

Allá donde te fuiste ¿las abuelas son capaces de alimentar


polluelos de colibrí?
¿Los conejos recitan cuentos a las seis de la tarde, antes de morirse?
¿Los colibríes consuelan a las niñas que sufren la herida azul
que es la muerte?

Aquí tampoco.

98
CARTAS A FEDERICO

Si acaso regresaras tu sueño a la buganvilia blanca en que dormías,


te enterarás del rotundo fracaso de las flores, el transporte público,
el periódico,
la ropa sucia, el color rosa, la nieve, los enamorados.
Todo se ha declarado en derrota desde antes que yo me enterara
de tu ausencia

si acaso decidieras un regreso compasivo, entérate.

No va a cambiar nada;
es que del fracaso, como del olvido, no se regresa nunca.

99
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Ausencia

No hay una palabra que me anegue más de miedo,


quizás padre, o amante
o tal vez infancia, la mía.

Creo que ausente tampoco ha de ser una palabra.

A esta hora las palomas habaneras


discuten su lugar en la rama
del almendro que no he plantado afuera de esta casa
que no es mía, pero que habito.

A esta hora los recuerdos se levantan de la piel


de las paredes y vienen a compartir el pan dulce de la merienda.

Un gato que se va no conoce el significado


de la palabra que me ocupa.
Se retira a cumplir con el destino,
a buscar una hembra para amar,
a encontrar la muerte en otro sitio.

100
CARTAS A FEDERICO

Porque este instante se parece al frío de la infancia,


al hueco que dejaste en el sillón y en el alma de tu madre.

Porque este poema parece más un campo que en 1936


estuvo lleno de girasoles y gatos que no huyeron.

101
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Desde que los pisos de esta casa no recorren tus pies, no he dejado
de observar mis manos, único territorio de este cuerpo que me
pertenece. Las manos del hombre no son habitables, y tarde y
mayo no significan lo mismo. Quizás por eso construir un refugio,
encender un final sin adjetivos, cocinar ratones y palomas, son
sólo patadas de ahogado. Las manos de un hombre que escribe
no son un hogar.

Las tardes de este mayo y los que han de venir serán siempre la
fotografía de una casa a la que el tejado le viene grande.

102
CARTAS A FEDERICO

Contemplo la serenidad de la gente que no llora.


Es tarde y pienso que nombrarte es otra forma de saber que existes,

que tu peso estuvo en mi cuerpo,


que tu voz está en el gotear de la regadera, en el murmullo de las
aves, lejos.

Porque una forma de no decir adiós a lo que fue, a lo que se amó,


a lo que ha florecido y encendió la vida,
es guardar como un tesoro su nombre, decirlo.

103
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Envidio la serenidad de los hombres que no escriben.

104
CARTAS A FEDERICO

Federico,
hablo contigo como si fuera necesario,
porque fue cancelado nuestro diálogo para siempre, sin razones
ni lógica,
sin palabras que yo entienda, sin palabras,
ni siquiera una que me envuelva de temor.

Ya no es julio, toda casa se defiende como puede del


tiempo y la tormenta, todo rincón finge un secreto. Hablo contigo
para espantar la locura, para seguir creyendo en la naturaleza de
vuelo de algunas palabras. Hablo contigo como si el otoño, bufón a
punto de quebrarse, hubiese encontrado el idioma con que rezan
las ballenas.

Digo que hablo y Madre apunta desde la cocina que no:

Un hombre solo sentado en una mesa no está hablando


y que escribir

[tampoco en este poema


vendrá a remediar nada.

105
SEGUNDA PARTE

Hace tanto que vivo entre los gatos que no sé la manera de


hablar de ellos, de hecho, tengo miedo de escribir su nombre,
gatos, y que no acudan a la definición y se vayan todos juntos,
enojados, de una vez de la casa. No me acuerdo en qué momento
se convirtieron en mi único interés, única compañía. Me gustan
porque se parecen a los hombres: vienen, toman lo que necesitan y
si les da la gana, donan un ronroneo. Cuando niño estaba seguro
que los gatos de la abuela y los fantasmas que se asomaban
entre las cortinas eran una misma cosa. Que cuando los gatos
no se veían en la casa, se alejaban para volverse apariciones. Qué
animal tan extraño es el gato, no se le puede decir mascota sino
dueño. Gato significa independencia, soberbia, distanciamiento.
Gato es algo que no pareciera cotidiano, algo que no puede
pertenecernos. Hombre, también. Los gatos son el recuerdo
de algo –de otro tiempo–, un recuerdo que decidió dejar de ser
sombra y vino a vivir entre nosotros. Gato es como la luciérnaga,
ese otro fantasma momentáneo que ilumina inexplicablemente
las noches del alma. La luciérnaga, ese espíritu que cuando se
apaga se muda a vivir en los ojos del gato y le da origen. Pero los
gatos no se andan con titubeos. Llegan y se posan en la vida. Para
mí, siguen siendo parientes de los fantasmas y, si se van, se van
para enseñarnos el vacío.
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Siempre que alguien falta, Aurora ocupa su lugar súbitamente.

En mi cama, en las pocas sillas del comedor, a la hora de la comida


o de la cena,
si alguien se levanta, aunque sea por un momento, ella ocupa su
lugar.

Ha de sentir un rasguño parecido al terror,


[por lo que se va ausentando.

O nada más busca una caricia.

Desde el principio del poema, soy un hombre simple que


atribuye los temores propios
al actuar natural de su gata.

Es que cuando algo falta yo quisiera saltar felinamente,


llenar su lugar con lo que soy, pero no basta.

108
CARTAS A FEDERICO

No tengo interés en adoptar otro gato


las cartas tardan mucho en llegar y esperanza no es una palabra
adecuada para este verso.

No tengo tiempo para ver cómo crece,


para comprarle comida o arena y esperar que entienda los propósitos.

No tengo tiempo para buscar al poeta al que se parezcan sus ojos


y nombrarlo.

No hay más frases que yo tenga en la garganta para quererlo,


ni tengo ganas de explicarle a dónde voy cuando me vaya
ni fuerzas para contarle esta historia o de lo cansado que estoy
porque te fuiste.

Por eso no salgo a buscarlo a ninguna tienda de mascotas,


tampoco hago caso a los maullidos secos de aquel bote de basura.

Hay muchas razones por las que no volvería a tener un gato:


pero sobre todo no lo tengo porque todavía no sé cómo se escribe
ausencia,

sin ensuciar el poema.

109
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Háblote, Dios.

¿En qué descuido inventaste el abandono, la huida,


los adioses?

110
CARTAS A FEDERICO

Supe de ciertos hombres que en la lejanía de las montañas, en


el frío de las montañas, en la inhumanidad de las montañas,
encaran a la muerte y desmiembran ellos mismos a sus muertos
y le entregan a la tierra los despojos de sus muertos y lloran y se
callan mientras los posee la soledad.

Hay ausencias así, impuestas,


como dictaduras.

111
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Supe de ciertas mujeres que en la vejez se desnudan, se despojan


de sí mismas y se entregan al frío de la noche del mundo, porque
sus dientes ya no cortan, porque sus vientres ya no engendran,
porque sus ojos ya no pueden ver la vida, y como ya no sirven, se
deshacen y se mueren solas.

Hay ausencias así, autoimpuestas,


inexplicables.

112
CARTAS A FEDERICO

Sé de mi madre y su divorcio, su nombrar a mi padre al menos


una vez al día.
Si repites tres mil seiscientos cincuenta veces Fernando,
pasan once años.

Sé de mi abuela, sus seis hijos. El nudo en la garganta a la hora


de comer,
las seis plazas que se montan en el comedor aunque desde hace
cinco mil
cuatrocientas setenta y cinco tardes
yo sólo tenga cuatro tíos para abrazar en navidad.

Caben en este poema todas las ausencias.


El extravío de los que nos hemos quedado.

113
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Como la mirada del niño que no entiende a dónde van los globos
y pregunta si Dios sabe leer letra de carta.

La voz temblorosa del que se ha quedado parece apenas


una hoja leve que acaba de abandonar la rama
y no sabe a dónde ha de ir a parar su cuerpo.

114
CARTAS A FEDERICO

Como la mujer aquella amiga de mi madre


que bordaba frutas y nombres en servilletas de manta,
como la nube en sus ojos y el rastro que dejaron sus hijos en el piso
mientras se fueron convirtiendo en hombres.

La ausencia: incapacidad de Dios.

115
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Qué lugar tan común este de mirarnos en la foto


que hizo mi madre el día que naciste.

¿Acaso el hecho de no tener nada en común no era la garantía de


que envejeceríamos juntos?

Quisiera tener el valor de Aurora, salir a matar una rata con mis
manos, ofrecértela mientras lamento la marchitez blanca de las
cosas que se quedan mudas. Estoy cansado de esta voz afeminada
que se disfraza de árbol, de palabra, de gato fugitivo.

Madre anota desde la cocina que la escritura es cosa de niñas.


Mientras afila el cuchillo de las cebollas,
se pregunta por qué nunca aprendió a cazar.

Madre lo sabe.
Ella y yo tenemos en la mirada la marca que llevan los que se han
quedado.

116
CARTAS A FEDERICO

El chapulín no entiende la violencia,


salta entre las garras de Aurora y no adivina la naturaleza
de la rabia.

La huida del hijo, la desaparición del ronroneo,


el hueco de esos ojos amarillos iguales a los de ella.

Lo deja escapar, saltar un poco hacia la vida


para luego, en el aire
engancharlo a sus dientes.

El chapulín llora (acaso sea que los insectos lloren),


mientras su piel se cuartea con cada mordida,
recuerda que una vez él también huyó de su madre.

Aurora llora

[sabemos que los gatos lloran distintas lágrimas,

y mientras se traga las patas tintineantes del insecto,


desde el ámbar de su mirada, reprocha
que yo no esté matando a alguien,
que no llore.

117
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Escribir es otra manera de despedirnos.

Ay, papá. Quizás también tú te llamabas Federico y alguien abrió


en canal tus sueños al filo de la luz en una plaza española. Quizás
no querías levantar tus pies de padre y dejarnos tan solos, con
la luz cortada y la maleza tapando la puerta. Hubo una noche de
vidrios rotos y soledades mustias que cortaron la piel del amor
que nos tuvimos. Papá, tal vez mi gato ha ido a hacerte compa-
ñía. Porque es muy fácil decir tu nombre y culparte de que nadie
haya pagado el agua de aquella casa y de que la lima del centro
del patio esté completamente estéril. Adivino en tardes como
esta el matiz de los ojos de un hombre que no sabía llorar y que
quizás no quería llamarse así, pero sabemos desde hace algunos
versos que Federico ha de ser el nombre del que definitivamente
ya no está.

118
CARTAS A FEDERICO

A veces me da por pensar que Aurora asesinó al colibrí,


que mamá envenenó al conejo.

Pero de aceptarlo,
¿a quién voy a querer entonces?

119
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

De niño yo quería ser pájaro,


pero papá quería que fuera tigre, al menos gato.

Fernando quería que fuera hombre.

Sigo queriendo volar.

Tengo una obsesión con lo que vuela,


hablo de los pájaros, les nombro aves cuando leo en sus ojos lejanía.
Y quiero convertirme en uno porque siempre están a punto de huir.

De niño yo cazaba mariposas,


[otra vez esta voz femenina.

Quizás por eso Federico se cansó de mí, por eso mi padre se cansó
de mí
y se fueron dejándome en la puerta todas las ratas muertas
y todas las palomas muertas del mundo.

120
CARTAS A FEDERICO

Antes de irse, Enrique me enseñó el peso que tienen los ojos de


un hombre dentro de los ojos de otro hombre. La culpa es de este
que escribe y no remedia nada, porque hubiera sido más fácil
no mirarlo. Creo que mi vida completa cupo en la forma de esos
ojos que parecían estar mirando siempre otro cielo, otro hombre,
otro cielo a punto de olvido. El mundo cabía en esos ojos y yo me
pregunto, ¿en dónde va a terminar la mirada que nos hizo saber
que estamos vivos y anduvimos por el mundo? Yo pienso que
en sus ojos siguen lloviendo estrellas y que la tenue luz de este
momento viene de ellos.

121
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

La ausencia tiene el prodigio de enseñar a hablar a un gato,


de enseñar a maullar a un hombre.

Ya casi no maullamos de ti.


La abuela, Padre y la niñez siguen ausentes.
Tampoco van a contestar nuestras preguntas

[leves ya.

Mientras ella duerme, yo escribo:


Qué pobre es el dolor si lo explicamos.

122
CARTAS A FEDERICO

Los ausentes

En una delicada luz como de niebla, caminan.


Su piel de héroe y el misterio que resguarda su silencio
aseguran su lugar en cada historia.

Todos sabemos su nombre y están en la sobremesa,


en las oraciones, en el silencio de la siesta, en el miedo a la oscuridad.
Son todo aquello que decimos los que nos quedamos.

No van a venir siquiera a desmentirnos.

Son los muebles, los viajes que cuelgan en los portarretratos,


un vino muy bueno que probamos alguna vez en la mesa de la vida.
Existen desde la voluble memoria del amor y desde allá nos ven
nombrarlos,

[pero no vuelven porque de hacerlo, no los volveríamos a desear.

123
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Es que los ausentes son como Dios, un asidero.


Una manera de contarnos en silencio que antes, cuando ellos
estuvieron,
el mundo fue mejor.

124
CARTAS A FEDERICO

Escribo, es que tengo ardiendo en los dedos el nombre de todo lo


que me falta.

125
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Necesito más palabras para construir un verso


en el que ya no faltes.

¿Cómo se sostiene un poema tan largo


que se ha escrito para un gato que se fue?

Dentro de mí hay letras que parecen mariposas


y esta voz frágil que ya estoy seguro que no ha de abandonarme.

Federico, escribirte tantas cartas sabiendo que no vas a responderlas


es una tarea ociosa,

[una tontería, repite la madre.

126
CARTAS A FEDERICO

Pero es que necesito más palabras, otro acento.


Una manera posible de escribir tu nombre y no estar escribiendo
al mismo tiempo
el nombre de los muertos del último año,
que tampoco han de tomar un lápiz
para dejarnos una nota de despedida con los vecinos.

Necesito un punto final que me impida seguir preguntándole a nadie


dónde están, a dónde fue lo que nos duele.

127
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Invento que dormías en el árbol del patio,


que tu madre te extraña
y que eres un gato, un poeta, mi padre o el hombre que me miró
por primera vez
como hombre.

Invento, porque me faltan muchas cosas,


porque no sé dónde exactamente perdí la envoltura de aquel
primer dulce de café
y porque no sé si es cierto que aprendí a decir gato antes que mamá.

Quiero escribir un poema que sea un poema


y no esta carta de quejas por todo eso que se nos fue cayendo
con el olvido al crecer.

128
CARTAS A FEDERICO

Invento que mi padre y Enrique me quisieron, porque es muy triste


aceptar así nomás que el amor no existe y que lo único verdadero
es el cuerpo.

Pero, cuando ya no tengo nada que inventar, escribo arriba de una


hoja: Federico
y me pongo a contarme de nuevo esta historia

[en voz baja.

129
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Un poco antes de la despedida, Federico.


Primavera es de este lado del mundo un lugar demasiado común
para que florezca el deseo.

Voy a despedirme de los gatos como se despiden


las niñas de las muñecas,
los juguetes que van creciendo se desprenden de sí mismos y
levantan
su andar hacia el silencio.

Adiós es una palabra tan corta que no


debiera contener un solo llanto.

130
TERCERA PARTE

Silencioso Federico,

hablé de lo que ha sido el mundo desde que


el amarillo de tus ojos se mudó a Dios sabe dónde.

Puedes decirles que fue mi mano la que dibujó tu nombre


en la arena azul del alma.
Mis ojos como lagos de otras tierras imaginan que en sus aguas
corren peces.

Es el deseo un terreno grisáceo con naturaleza de invento.

¿Qué tono de qué voz de qué diosa muerta ha de ser necesario


para contar los peces que sí corrieron de este lado del sueño?

Hay un arrecife muerto de petróleo.


Una oración desde la infancia de Dios para un paraíso sin pecado
original.
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Vamos a decirles, Enrique, Federico y Fernando,


que la crueldad de abril
se parece a la poesía.

Thomas fue un enamorado de las rocas, del vacío


vientre de la tierra.

Desde esta orilla, el mundo es un lugar lleno de piedras


que no alcanzan para construir
la palabra olvido.

132
CARTAS A FEDERICO

Ritual del que se queda

Es un ritual tranquilo en que se van las noches,


así te has ido tú, tan poco a poco.
Ya no te nombro tanto, ni volveré a hacerlo fuera de este verso.

Volveremos a vernos donde el blanco de las palomas


no sea más una promesa de tierra firme
y los milagros no pesen demasiado cuando no ocurran.

Algún día, Federico, nos levantaremos de la cama


y todo alrededor ha de ser luz
y Dios ha de tomarse unos minutos para enseñarnos a vivir juntos
y a vivir también uno sin el otro.

Algún día, escribiremos ausencia sin llanto, seremos aves


que se confunden con el aire,
que se convierten en el aire
cuando el aire ya no vuelve.

133
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Epílogo

Al final nada salió como pensé, este libro era para ti, Federico,
pero Aurora recogió su cuerpo de gata sola y un día ya no regresó.

Pienso en lo que ya nunca hemos de ver,


no supe con qué chocaban sus ojos
cuando se sentaba al filo de cualquier puerta,
no sé qué sintió la vez que me regaló la joven muerte de un roedor
y yo grité.

Sé que falta su peso en la cama de la noche,


que el silencio de la casa reclama su ronroneo constante.

Pienso en lo que ya nunca ha de tocarnos


y me duele no saber cazar palomas ni ratones.
Me inquieta no saber en qué fragmento de la vida quedó su cuerpo
y estas preguntas que otra vez nadie
va a venir a contestar.

[Escribir es otro modo de despedirnos.

134
CON EL VUELO
DE LAS MANOS
2016
MUCHACHOS
CON ORQUÍDEAS

pero la pérdida era como la lluvia sólo una tonalidad


una atmósfera que lo cubría todo de
mudez y viento y agua fría
-Jorge Fernández Granados

Hace poco un huracán con nombre de mujer azotó las ciudades de


la Isla. En la furia del agua se perdieron más de doscientas especies
del Orquidiario Nacional. En el silencio del cielo, un montón de
estrellas tuvieron la misma suerte de las orquídeas. Pero de eso
nadie se enteró. Los peces se agitaron y huyeron hacia el oscuro y
desconocido vientre del mar. No volvieron en mucho tiempo. Los
muchachos no dejaron de bailar porque en algunas partes del país,
nadie supo la naturaleza de huracán de la tormenta. Casi nadie
lloró la muerte de las flores.

Yo lo presentí todo.
En ese momento, en otro lado de la lluvia
conocí lo que el amor le hace al cuerpo
en una tempestad.
[Por primera vez.
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Aprendí el poder de las flores en el jardín de la abuela.


Dijo que los ángeles eligen los huertos más coloridos
para descansar de las alas
y que si uno habla con las plantas
ayuda a mantener a salvo su sueño.

Abuela decía que aquel que tuviera un jardín nunca iba a padecer
la reuma de la soledad.

Mamá le tuvo miedo a las flores.


No quería que yo hablara solo, por eso
abandonó el maquillaje y los aretes largos, por eso
ordenó cubrir con pasto sintético toda el área del jardín.

[Pero, lo que le han contado una vez las flores a un niño


enamorado de los ángeles
ya no se olvida.

138
CON EL VUELO DE LAS MANOS

En una revista de papá, leí


que cuando se desintegran los núcleos atómicos
desaparece cierta cantidad de energía de manera inexplicable.

[Lo que sugiere una transgresión intolerable


de las leyes físicas.

Eso que desaparece sin sentido, lo que no se ve


tiene naturaleza de espectro
de aparición y fantasma.

Toda esa energía que se evapora y desafía lo conocido


se parece a la palabra perdón.

139
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Sé que julio es sinónimo de lluvia. Estoy aprendiendo a defenderme


de los truenos, aunque siempre quise saber qué es lo que gritan. A
veces pienso en un rayo y me acuerdo de las ballenas, todo aquello
que fuimos a conocer al norte. Las cosas inexplicables. Si papá
supiera hasta dónde han llegado los ojos de esta orfandad. Hablé
antes del perdón que es como el fantasma que tiraba los trastes
en la cocina a deshoras de la madrugada. Nadie lo vio nunca, pero
todos llegaron a escuchar el grito de la vajilla de talavera al caer
al piso.

[Si yo averiguara a dónde fue toda esa materia


que desaparece montaría el lomo gris de una ballena
y correría a contárselo a papá.

140
CON EL VUELO DE LAS MANOS

La palabra orquídea no significa belleza por sí sola,


pero algo se mueve al escribirla.
Algo en la hoja se va tornando flor y los colores se alertan.

Cuando declaré que la orquídea era la obra maestra de Dios


no sabía su condición de parásito.

Lo que le ocurre al árbol del que decide prenderse para nacer:

La parte de raíz que se le muere cada


que una nueva inflorescencia nace
la carne que se quema para siempre donde el cuerpo
de la planta se enquista.

141
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Cuando hablé de las orquídeas todavía no conocía la piel


de los muchachos.
Lo que ocurre en el alma del hombre que decide amarlos.
Por sí misma la palabra muchacho no significa decadencia.

[Los acaricié para ver si en ellos estaba la luz.

142
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Me da pudor escribir sexo, muchacho y orquídea en el mismo verso.


[La misma oración.
Es que el cuerpo se me hace grande cuando la segunda
y la tercera palabra aparecen frente a mi piel.

Creo en el poder que tienen un muchacho y una orquídea.


Un muchacho con orquídeas y los astros que se apagan
sin decir adiós.
Me da pudor escribir “sexo con muchachos” porque cuando
cierre el poema el
mundo ha de teñirse con una luz creciente
como la piel de las orquídeas.

143
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Creo que cuando joven, papá tuvo en secreto


un sueño poblado de muchachos
que retozaban juntos
en el jardín de Dios.

[Por eso se inventó todo ese interés


por las estrellas y la tierra, el maíz
y lo que no se explica.

De otra manera no puedo entender tanta aversión.

144
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Casi ningún muchacho sabe la similitud transitiva que hay en los


verbos
amar y morir.
Comenzamos a apagarnos el día que adivinamos que la mirada
no es una constelación para siempre
que las partículas de la luz y la energía desaparecen
sin motivo
mucho antes de que alcancemos a escribir su nombre.

Casi ningún muchacho se entera a tiempo que de amor nadie va


a morirse.

[Uno debería nacer sabiendo el destino de agonía lenta


que supone criar orquídeas.

145
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Muchachos con orquídeas


era un cuadro que colgaba en la sala de la vieja casona del abuelo
y que papá rompió el día que yo me fui.
Mostraba dos muchachos mestizos con ojos de miel que se
obsequiaban, mutuamente,
ramas de orquídeas.
Creo que eran dos ángeles habaneros, pero no puedo afirmarlo
porque aunque iban desnudos,
no les encontré las alas.

146
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Las primeras palabras que escribí una tarde


tenían algo del rostro de los ángeles de madera que conocí
en el templo
algo de tu rostro.

Recuerdo una voz que crecía como planta joven tras la luz,
una flor desconocida, escalofrío.

[Un muchacho que pronuncia la palabra amor es una estrella


a punto de tropezar.

147
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Cómo explicar la desnudez del viento sobre la piel que recorre las
tierras de otras desnudeces. La tensión de la piel, un nerviosismo
constante. Nadie sabe cómo se enamoran las ballenas. Hay quien
asegura que los ángeles hablan la misma lengua del amor de los
cetáceos, aunque sabemos que los ángeles enmudecieron desde la
primera traición. Hay quien asegura que cuando dos muchachos
se encuentran y se aman algo de materia desaparece para siempre
del universo.

Tras la escena
se
desdibuja
una
estrella
fugaz.

148
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Un muchacho que se desnuda frente a otro


ya no vuelve a ser él mismo
ha de quedarle un fuego.
La hoguera que un cuerpo enciende en otro
desde que Dios pronunció la primera luz.

149
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Para hacer crecer una orquídea,


para saber cuánta agua bebe y la frecuencia, observe cuán seco
es el ambiente
el tamaño de la maceta
el grosor del tronco
el tipo de sustrato en el que crece
cuán cálido es el clima y la velocidad con la que el viento la acaricia.

No hay una regla general de riego.


Hay que observar las hojas y las raíces
aprender a hablar con ellas sobre el sol y los atardeceres.

150
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Para hacer crecer a un muchacho


mírelo a los ojos.

No hay una regla general de juego.

151
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Este sembradío de orquídeas,


encendido de muchachos que creyeron en Dios alguna vez,
con firmeza
va a quedar escrito con la materia fantasmal.

¿Qué son los fantasmas sino algo en lo que creemos a fuerza


de costumbre?

152
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Es la materia fantasmal un laberinto, la red invisible que completa el


universo con todo aquello que no podemos explicar pero que existe.

[Como el ulular de las ballenas, su vuelo largo en la


frialdad del agua.

Partículas sin materia que pareciera que no interactúan con los


cuerpos que sí tienen masa, partículas que se mueven y nos tocan
de manera sutil, casi en silencio.

[Como hace el destino.

153
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Esta teoría me la contó un muchacho al que amé


como sólo se ama la gente de los libros.

Su esposo (ahora los muchachos también se casan entre ellos)


lo golpeó como mi padre golpeaba a mi madre, como su padre
golpeó a la suya.

Su rostro era una estampilla de la pasión de Cristo.

Cuando le pregunté por qué el perdón, se puso casi tan serio como
un hombre de ciencia

[le daba tanto parecido a papá.

Entonces me habló de una partícula de materia


cargada de energía casi verde
que podía estar al mismo tiempo en Praga y en Brasil.

154
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Padre, tal vez todo aquello que ha desaparecido:


las partículas de luz, la inocencia y las piedras encendidas que se
caen del cielo
han ido tras de ti, a acompañarte.

Porque es muy fácil decir tu nombre y adjudicar culpas


recordar el fracaso de la agricultura y de la astronomía.

Intuyo en tardes como esta, el matiz


de los ojos de un hombre
que no sabía llorar y que quizás no quería ser mi padre.

155
ALONDRA

Vuela sin alas,


silba sin boca,
no se ve
ni se toca.
-Adivinanza popular

Sé que los ángeles tienen derecho a hablar del mar como si de su


casa se tratara. Y de la noche y de las piedras. Del cielo rosa de
algunas ciudades. Sé que mi madre tenía mucho miedo de que yo
aprendiera a hablar así de las cosas. Pero, como presintiendo que
pasaría, siempre me llevaba con ella al salón de belleza y al salir,
mientras me compraba un helado, me veía con tristeza y repetía:
¿Verdad que se ven muy mal los hombres de pelo largo?
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Porque la idea que yo tenía de ser esto que soy


era la imagen de un muchacho flaco
el cabello largo, teñido de rojo.
Una hada del fuego maltratada
un ser que movía mucho las manos para que no le viéramos
las cicatrices
mientras cortaba y moldeaba la cabellera de mamá
y hablaba del mar como si conociera las olas.

Y sonreía.

158
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Quise ser mujer, me bauticé con nombre de ave.


Estaba muy cansado de los nombres de la Biblia
de las cosas del cielo y de las flores.

He escrito en otros sitios la capacidad de huida, la lejanía


de la palabra ave.
Este muchacho asustado siempre tiene la falsa ilusión
de que de tanto menear las manos
cuando habla,
un día aprenderá a volar.

Me da por recordar a aquel joven con naturaleza


de mariposa manca, su media sonrisa.

159
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Siempre pienso que me hubiera gustado ser otra cosa, por ejemplo,
una ballena. Algo enorme que en la profundidad de los océanos, en
la incertidumbre que es el mar, aprendiera a hablar la lengua de lo
que siempre va a mantenerse oculto. Un ser diferente que volara
en la frialdad del agua. Otra cosa que ignorase el mecanismo del
recuerdo. Otra.

Una noche, huyendo de la tenue luz de las preguntas, me nombré


Alondra. El espejo arrojó la imagen de una chica rubia y medio
gorda que sonreía con facilidad. La hija más bonita que mi madre
nunca tuvo.

Una cara sobre otra en la que no se notaba el lunar de la nariz,


tanta ruptura.

160
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Los temores más hondos siempre tienen naturaleza


de sueños que se cumplen.
Anduve la noche en tacones de quince centímetros
diseñados para la vida misma.

Por un momento fui otra,


como aquel mamífero enorme, blanco y enorme
que se plantó a la cara de un Dios que no habla.

161
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Desde niño, cuando mamá enunciaba la fealdad de los hombres


afeminados, yo quería aprender los conjuros del maquillaje, rezar
para ser alguien a quien no le doliera tanto la infancia: el no poder
gobernar el aleteo de las manos.

Pero una peluca de cabello natural, el verde plástico de ojos,


el corset para disimular el sobrepeso y los artefactos que
moldean la nariz
no borran el nombre de un niño azul que siempre tuvo
miedo de ser hombre
y por eso aprendió a andar de puntitas.

Cada cierto tiempo las supernovas, las constelaciones y el perfecto


vacío de los hoyos negros quieren ser otra cosa, por ejemplo un río.

162
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Y la materia ardió y se transformó


me pinté de rojo los labios
[así, pisando el lugar común y todo.
porque quería que mis ojos olvidaran las ausencias
pero Alondra también, en cierto modo, era hija del mismo padre.

La infancia de las estrellas


y todo aquello que no se alcanza con la mano
estaba igualmente enredado en sus pestañas.

163
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Si Alondra hubiera existido, habría estudiado astronomía y sería


la muchacha más linda con el apellido de un padre orgulloso de
tener una hija blanca como estrella. A veces Alondra siente deseos
de buscar a su padre y mostrarle su cuerpo, abierto para explicar
que así es la materia fantasmal: cierta como el amor que no le tuvo
cuando aún era su hijo. Alondra nunca fui yo.

164
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Nunca pudo desnudarse frente a los hombres que la invitaban a bailar


tampoco hablaba.
Alondra fue muda porque un ser así de frágil
no debía tener tanta gravedad de voz.
Por eso, después de algunas noches de amor
con un hombre que deseaba regalarle unos senos reales
quizás otro apellido.

Después de la ilusión

la tomé con firmeza de la mano y la llevé frente al espejo.


Ahí le expliqué que las ballenas son el misterio más enorme
del mundo
y que ella no lo iba descifrar. Me arranqué la peluca.

Volví a pronunciar mi nombre.

165
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

¿Y si yo lo veo como un hada maltratada porque el dolor es mío?


Papá jamás iba aceptar que yo aprendiera a cortar cabello.

166
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Esto que soy, pues, no se parece en nada a aquel estilista de las


muñecas heridas. Lo que me gritaban los niños en el colegio,
lo que me golpeaban los niños en el colegio no era el pecado de la
transformación y la eternidad que supone. Mi madre tenía razón
en tener miedo y yo también lo tenía. Porque era seguro que
nunca fue mi vocación cortar el cabello de nadie, pero algo tenía
aquella hada rota en los ojos, que mi madre y yo sospechábamos
en la fragilidad de mi voz. Algo había de parecido entre nosotros,
aunque nunca tuve el pelo largo ni me lo pinté de rojo. Sigo
moviendo mucho las manos cuando hablo.

Para que la gente no note las cicatrices.

167
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Si supiera lo que cantan las ballenas, ya te lo habría dicho. Te diré lo que


sé: esto que soy ya no tiene nada que ver con el poder del maquillaje,
la palabra travesti y la leyenda de las alondras. Esta condición de
hombre solo que alguna vez se enamoró de un ángel es directamente
proporcional a los miedos de todas las madres del mundo cuando
descubren que sus hijos tienen estrellas tatuadas en la piel de los
ojos. Dios, la materia fantasmal y el perdón son conceptos que no voy
a alcanzar a entender en este verso ni en los que han de venir. Los
muchachos mestizos que aparecían en el cuadro que destrozó la ira
de papá, sí estaban entregándose ramas de orquídeas, pero también
estaban a punto de besarse.

[Una canción de grillos que se aprende


en el pueblo donde uno nace, jamás se olvida.

168
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Desde entonces volví a escribir.


Quizás Dios salga de su mutismo habitual
y me cuente de qué se tratan
los fantasmas y la clonación molecular.

169
LO ESCRITO
CON EL VUELO
DE LAS MANOS

…el amor jamás es inocente


-Piedad Bonnett

Hay que comenzar hablando del universo


[aunque todos hayan hablado ya de él.
Pongamos la vista en aquella línea sin nombre
que separa al cielo de la noche
del cielo del día.
Las piedras celestes que tropiezan, los campos de flores que se
fracturan para siempre.
Un nombre olvidado.

El trazo de la noche en que nos enteramos que nuestro corazón


es el único mundo, la única ciudad, la única casa que hemos
de conocer.

Quiero empezar a hablar de la luz como


si hablara de mi madre, de los muchachos que he amado y
de todo aquello que no se va a olvidar aunque se quiera.
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Del lugar tan común que ocupa la transformación de la materia


[ese no destruirse.

La trasformación, esa otra eternidad.


Porque cuando nos enseñaron a leer, sembraron
en nuestra memoria
el fuego dulce de la condición humana.
[Lo dulce también quema.

Empezaría este poema con un verso que disipara


los fantasmas y las dudas sobre su origen.
Una respuesta convincente para los hombres que aún no entienden
el origen de las orquídeas.

172
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Pero aunque conozco las letras que conforman el añoro,


yo no sé la respuesta.
Me aterra el destino de Luzbel y no quiero, al menos en esta línea,
seguir juzgando la discapacidad de Dios.

Por eso, sólo comenzaré a hablar, quizás hable del universo.



[De lo que desde siempre ha venido perdiendo el universo.

173
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Cuando los hombres que miran las estrellas descubrieron


que un día todos nosotros seremos luz

[que una buena noche el sol va a explotar como


si fuera un globo lleno de agua.

Descubrí que mi cuerpo crecía secretamente


al escuchar la palabra muchacho.

La pérdida de la materia tras una descarga


de electricidad no era un tema que me interesara.
Sin embargo, miré la bóveda celeste.

¿Qué es eso que le cuenta el cielo a la tierra


en un relámpago?

174
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Hablaría del universo y de la pérdida, dije.

Diré que la madre de Dios y mi madre eran mujeres muy solas.

Sólo el hijo de una mujer sola, así podía crear la levedad de las aves
y los peces
e iluminarlo todo al pronunciar la palabra luz.

Palabra a palabra fue haciendo al mundo.

Desde su orfandad, creó el movimiento de los grandes animales,


el misterio de las galaxias, el sigilo de los microbios, la frialdad de
las piedras y el mecanismo del polvo.

[Vino luego el silencio.

175
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Y después de haber creado todo


después de haber nombrado todo.

Dios metió su mano derecha en su pecho


y desde ahí
sacó al hombre.

Aunque su madre sabía que el hombre lo destruiría todo, sonrió.

176
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Supe también
que un cuerpo en reposo no ha de cambiar su estado
si otro cuerpo no lo impulsa.

Que una vez que lo impulse no perderá su velocidad


a menos que algo lo detenga con la misma fuerza del arrojo primero.

Y que esto es un acto de fe universal.

Pienso que el reposo de mis manos se rompió la primera vez que


mis dedos acariciaron el rostro de un muchacho.

[Desde entonces describen una línea recta


que simula el andar
de un patinador sobre el hielo
a la velocidad constante del deseo.

177
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Aprendí a volar desnudo por el cuerpo de otro hombre


y no podía dejar de pensar en la pasión de un Cristo azul.

[Lo doloroso del viacrucis.

Hay agua en el costado del amor que nace entre dos muchachos
la carne que se rompe en la penetración.
[Lo que duele escribir esa palabra.

Descendí solo de la cruz a la que me clavé para entender el secreto


que hay en la partícula de Dios, en la piel de las apariciones.

Fui hasta la piel de otro hombre a buscar todo lo que falta en el


universo.

178
CON EL VUELO DE LAS MANOS

No encontré nada.
No sé cómo reparar la foto en que mi madre llora
y sigue diciendo que no le gusta que los hombres tengamos
pelo largo.

179
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Qué distinta la vida


si no hubiese aprendido a ver las manos de la luz
y lo que tocan
si no hubiera dejado al caracol contarme del milagro
silencioso que es la espera.

Qué dichosa
sin que el sol de las tres
se atreviera a atravesar la palidez de ángel que no tuve.

Sonreiría espontáneo, junto a las luminarias de led


llevaría el uniforme y la llama única del logotipo
de Lancôme París.

Qué sencilla la vida


y exageraría el vaivén de las manos al repetirlo
y me hubiera dedicado a peinar a las mujeres de mi casa
y la más querida de mis tías me habría heredado la máquina de
coser y sus ojos
sus tantos tactos suaves.

180
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Tal vez ahora yo tendría esa manera que tienen ellos de mirar
como mirando siempre algo que está muy lejos
y quizás aprendería a pronunciar: je t’aime.

[Ojalá este verso no oliera tanto a la fragancia para verano


de Ermenegildo Zegna.

Pero no pude, conocí muy pronto la voluntad de la luz


me sedujo la sumisa, lenta condición del caracol
y hablo a veces con los ángeles del ángel que no soy.

181
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Por eso, yo los miro desde aquí


me miran

nos miramos como mirando algo que está muy lejos.

Yo escribo: qué dichosa, qué sencilla, que distinta sería la vida.

Iba a llegar el beso a los labios, de todos modos.


Lázaro se levantó desde una tumba ancestral y guiado por Dios
vino y me imprimió en la boca la palabra beso.
La pascua juvenil para siempre nos quedó prohibida.

[Luego, también él y la palabra que me enseñó empezaron


a olvidarse.

182
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Caben aquí los ojos del muchacho que hablaba con mi madre
de los caracoles y la sal.
El vuelo de sus manos.

¿Quién sabrá a dónde se va la luz que pierden las partículas


que tanto le interesaban a mi padre?

Porque existe la clonación molecular y hombres empeñados


en ver lo que por algo no se deja ver.

[Pero yo creo que Dios no habla.

183
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

[No quiero aprender a arrepentirme.

Aunque no sé dónde ha quedado la luminosidad que antes solía


poblar mi cuerpo, sé que algo de materia se pierde cada vez que
un hombre vuelve a penetrarme.

Estoy seguro que Dios no alcanzó a crear el destino de la luz.

184
CON EL VUELO DE LAS MANOS

¿Cómo escribir un libro de amor sin drama?


Acudo a la materia, quiero saber qué relación tiene lo que desaparece
de un mapa celeste con la orquídea negra
que vive en la sangre de algunos muchachos.

Debo anotar que toda magia tiene un precio.


Este verso suave como un dedo masculino recorriendo
la piel del antebrazo.
Este otro, eléctrico como un beso detrás de la oreja izquierda,
van a costarme dos o tres lágrimas antes de que termine el poema.

¿Qué le contará la luna a su reflejo en el agua


antes de irse?

185
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Hablé del precio de la magia.


Ha de ser cursi, incluso para un libro de orquídeas con muchachos,
escribir que el amor también es, en cierto modo, magia.
No lo sé.
Sé que tiene precio y por eso la escritura.

Pienso en el fuego que abrasó la piel de Cristo la tarde


de la crucifixión
a veces sueño con sus últimas palabras.

186
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Perdónalo porque no sabe lo que hace, pronunció mi madre el día


que le conté mi obsesión por las ballenas, los ojos de Lázaro.
Perdónalos porque no saben lo que hacen, pronunciaba la noche
cuando tiempo después otro muchacho con un nombre menos
célebre me enseñó a deletrear la sal de una lágrima mientras
entraba en mí.

187
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Escribo las consecuencias, porque sé de unos muchachos que


llevan en la sangre
y en el cuerpo
el precio mismo del amor.

[Dije que las orquídeas son parásitos. Que el torrente


sanguíneo de un muchacho puede ser un árbol y el virus
de inmunodeficiencia adquirida, la orquídea negra más
hermosa de la creación.

188
CON EL VUELO DE LAS MANOS

El costo que yo he pagado ha sido realmente bajo:


unos cuantos poemas llenos de dramatismo, una o dos obsesiones.

El hombre llegó a mí una noche, aterrado me contó de la


existencia de aquella flor.

Fue por amor, me dijo.


La impotencia se me enredó en la voz.

Toda la existencia estaba ocurriendo en ese mismo instante,


él estaba pronunciando amor y yo me acordé de Cristo.

189
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Hay amores para los que no alcanza el enigma


de la materia fantasmal,
historias de muchachos que no alcanzan el perdón.

190
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Hay consuelos que uno puede encontrar en el exilio


desde la ausencia autoimpuesta
desde la concavidad del silencio.
Uno puede inventar de nuevo la miel negra de los ojos
del que ya no acude a la invocación.

Placebos y memorias y mutismos y distancia.


Antes de este verso tú eras un alegre muchacho
y yo una alegría que no sabía pronunciar
fragilidad.
Y yo una alegría a punto de romperse.

Antes de este verso tuve en las manos la espiga azul que


es tu cuerpo.

191
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

[Luego la impotencia:
tú, estrellando los dientes contra el piso
tú, estrellando los ojos idos contra la mirada de Dios
–se le pasó la dosis otra vez, ten cuidado–
tú, estrella balbuciente apagándose en mis hombros.

Antes de este poema yo sabía usar las comas y los puntos


con decoro.
Antes de este poema yo soñaba contigo, a tu ciudad en
tus brazos.


[Ahora la caída:

yo te puse en sus manos,


yo organicé mi salida de este cuento ajeno
yo, órgano débil, sin una sola espina.

192
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Quizás él también creía en la lejanía que trae implícita la palabra ave


y luego alguien abrió en canal sus sueños
al filo de la luz, alguna tarde del verano.

[Quizás no quería entregarse, o no entregarse tanto.

Hubo una noche de vidrios rotos y soledades mustias


que cortaron la piel del amor.

193
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Antes de irse, el muchacho aquel sin nombre bíblico al que amé,


me enseñó el peso que pueden llegar a tener los ojos de un hombre
dentro de los ojos de otro hombre.

La culpa es de este que escribe orquídeas y no remedia nada


porque hubiera sido más fácil no creer en su teoría sobre la
materia.

Creo que mi vida completa cupo en la forma de esos ojos


que parecían estar mirando siempre otro cielo
otro hombre, otros astros a punto de fundirse.

El tiempo todo cabía en esos ojos y yo me pregunto


¿en dónde va a terminar la mirada que nos hizo
saber que estamos vivos y anduvimos por el mundo?

Yo pienso que en sus ojos siguen lloviendo estrellas


y que la tenue luz de este momento,
viene de ellos.

194
CON EL VUELO DE LAS MANOS

Este es un libro sobre muchachos que se enamoran de otros


muchachos. Sobre nosotros y la carretera donde juntos nos
hicimos hombres cantando canciones tristes y meneando las
manos como aquella cantante española que tanto nos gusta.
Este es un libro que tiene impresos tus ojos como gotas
asimétricas después de desvelarnos tres noches seguidas, tus
ojos que sabían hablar con Dios y aquella última tarde bajo el
cielo rosa de Cuba. Un libro que tiene juntas las palabras sexo,
orquídeas y muchachos. Porque fuiste tú quien me enseñó todo
lo que sé acerca de los hombres y sus cuerpos, de Dios y su
mutismo. El insondable origen de los fantasmas.

Ha quedado escrito, con el vuelo de las manos,


lo que fuimos.

195
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Epílogo

Pienso en la naturaleza de las preguntas,


la prima curiosidad de un niño.
Esa tenue luz que uno no sabe si muere
o viene naciendo, cuando amanece la ciudad.

Escribo,
es que nací en una tierra que no es propicia
para la crianza de los cerezos.

Escribí,
porque la palabra hombre me daba tanto miedo
que me alojé detrás de las palabras
para no crecer
[o no crecer con tanta violencia.

Escribiré, porque siempre he querido hablar con Dios


y aunque sospecho que es mudo,
cuando mi mano escribe las letras de
las luciérnagas, algo adentro de este cuerpo apagado
explota como una flor de luz
y a lo lejos, oigo la voz de Dios
pronunciando mi nombre.

196
WELCOME
TO TIME
WARNER CABLE
Escrito con el apoyo del fonca,
2015-2016

Después de todo,
quién no carga un muerto que no muere;
un novio que partió al hacerse adulto;
una mascota que sucumbió
al naufragio.

-Luis Aguilar
//VENDERÍA MI ALMA POR UN POCO DE
CONVERSACIÓN// VIRGINIA WOOLF

De este lado de la línea mi cuerpo.

Lo que queda de los sueños.


La imagen borrosa del hombre que amé,
su cara azul, dibujada
en el ventanal que divide la vida,
la madrugada del mundo
golpea en la memoria,
$320.00 diarios.
De este lado de la línea: 432 agentes,
las ganas de no estar aquí.
De este lado está mi buen español,
mi licenciatura en Letras.
La sonrisa torcida.
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

/muy buenos días mi nombre es moisés ortega es un gusto


que se comunique con nosotros el día de hoy al área de
soporte técnico de taim guarner queibol espero poder
solucionar cualquier inconveniente dígame de qué manera
puedo ayudarle

Del otro lado, Nueva York es una postal llena de luces,


el american dream pulverizado.
La imagen borrosa: un hogar
que se dejó hace mucho,
en el que sigue en pausa la mesa servida,
los lugares comunes que deja la ausencia.
Las madrugadas del Caribe lejano.
El descontento por los destrozos
que Katrina dejó desde el 2005.
432 dólares del bill
−cómo ha aumentado la cuenta−
La soledad alza la voz porque desde anoche
no se ve el canal 37.

200
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

/dígame de qué manera puedo ayudarle

Debo explicarme:
Decir que un call center no es un aeropuerto,
no es una escuela,
tampoco una oficina postal.
Debo explicarme:
dicen que la repetición ha de sostener al poema,
pero al poema lo sostendrán otros hilos.
Digo.

Para trabajar en un call center uno debe tener,


además del dominio de la lengua,
gran necesidad,
ser estudiante, tener 17 años,
haber sido deportado, o todas las anteriores.

Para trabajar en un call center uno debe tener mucha saliva


y un rentero que espere a que finalice el entrenamiento.

Para trabajar en un call center uno debe tener


predisposición a la sonrisa eterna adentro y afuera,
en llamada o en espera de llamada.

Debo explicarme:
las imágenes poéticas no saltan a la vista
del que entra a trabajar a un sitio así.

Un call center es un sitio muy seguro,


un sitio muy limpio,
un sitio ordenado,
en él se disponen sillas ergonómicas,
de 15 en 15, 30 filas hasta cubrir 450 plazas.

Un call center es un sitio práctico,


las plazas o estaciones de trabajo
se componen de un aparato telefónico,
un headset y en el frente,
una calca impresa con el manual del call flow.

201
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

1. Open with a lead-in


2. Convey empathy and/or acknowledge emotions when appropriate
3. Yield to Callers (Don’t interrupt or over talk customers)
4. Bridge into questioning
5. Speak in complete sentences
6. Ask “Is there anything else?”
7. End with a fond farewell
(include some form of thanks)

202
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

Un call center es un sitio flexible,


el empleado puede diseñar sus horarios.
Un call center es un sitio que paga $37.00 la hora,
más o menos.
Un call center es un sitio en el que puedes
obtener un bono de calidad.
Un call center es un sitio en el que no puedes trabajar
menos de 20 horas a la semana y no más de 48.

¿Cuántas horas vuela


un pájaro cualquiera
cualquier día?

203
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

/mi nombre es moisés ortega y estoy para ser virle

La reiteración ha de servirme
para que esta llamada y las que han de venir
parezcan un poema con unidad.

Debo explicarme:
Para recibir una llamada,
debes estar conectado a tu estación.
Para recibir una llamada,
debes haberte logueado al sistema,
un minuto antes de lo que marcaba tu schedule.
Para recibir una llamada,
has de escuchar tres tonos.
Para recibir una llamada,
antes de saludar, debes sonreír.

204
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

/muy buenos días es un gusto que se comunique el día de


hoy al área de soporte técnico de taim guarner queibol

Para recibir una llamada,


después de saludar debes sonreír.
Para recibir una llamada,
después de saludar y sonreír,
debes presentarte y asegurar que estás capacitado
para resolver el problema del cliente.

205
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

/mi nombre es moisés ortega y estoy para ser virle dígame


de qué manera puedo ayudarle el día de hoy

Debo seguir explicándome: no cabe aquí un retruécano.


La llamada debe seguir un orden.
Antes durante y después, sonreír.

206
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

/muy bien míster ortiz entiendo que por el momento


no puede disfrutar del canal fox esports le ruego nos
disculpe pero permítame explicarle que el área de queens
está atravesando por un problema de recepción ya está
levantado el reporte y el técnico está solucionándolo el
ser vicio regresará en menos de 48 horas de no ser así le
pido que se vuelva a comunicar con nosotros

Para no romper el call flow de la llamada,


recuerda que eres dueño del proceso
que el proceso dura 6 minutos.
Que no puedes colgar.

Para no romper el call flow de la llamada,


sistematiza tu fisiología.
Que no tienes sed ni hambre.

Para no romper el call flow,


no debes pensar en el color de los gorriones,
olvidar la voz del mar
cuando temprano
renombra tus oídos.

Para no romper el call flow,


no has de pensar en quien fuiste a los diez años.
Que el cliente necesita soluciones y a los diez años
eras apenas un problema.
Debes asegurarte que el cliente esté satisfecho
y después ofrecer más ayuda todavía.

207
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

/hay algo más que pueda hacer por usted el día de hoy
mises royers

Debo explicarme:
La anáfora es la única licencia poética
que se permite en el servicio.
Toda vez que has sonreído
antes, durante y después,
para terminar una llamada es indispensable
que te despidas amablemente.

208
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

/muy bien míster martínez una vez que hemos visto que su
problema persiste y que lo que hemos intentado para solu-
cionarlo no ha surtido efecto hemos agendado la visita del
técnico para el día doce de junio entre las tres de la tarde y
las ocho de la noche y ya que no hay nada más que pueda
hacer por usted me despido atentamente y le recuerdo que
mi nombre es moisés ortega agente telefónico del área de
soporte técnico de taim guarner queibol hasta pronto

Debo explicarme:
La repetición, la reiteración y la anáfora
son recursos que el agente domina,
sin saberlo.
Una vez que se ha terminado la llamada,
está a punto de terminar el poema,
el agente, sin dejar de sonreír,
debe dejar una nota clara acerca del problema del cliente,
en su más entendible inglés,
separando los motivos con dos slash,
desde el saludo hasta la solución.

//OUTAGE AREA:BROOKLYN//MR CRESPO UPSET


CAUSE CHANNEL 52 IS NOT AVAILABLE//HE GONA
CALL AFTER

209
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Debo explicarme:
Todas las llamadas son grabadas,
y de las 800 que un agente responde a la semana
se eligen 6 que serán estudiadas, minuciosamente,
por un agente de calidad (QA),
que ha de retroalimentar en cada error,
sólo un acierto.
Un acierto a medias.

Debo hacer una anotación final:


Bono de calidad,
retroalimentación
y análisis minucioso
no son figuras retóricas,
tampoco licencias poéticas.
Son la pérdida del bono.

210
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

Despídete amablemente.

/es un placer ser virle gracias por seguir perteneciendo a la


gran familia taim guarner que tenga un excelente día

211
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

/muy buenos días mi nombre es moisés ortega es un gusto


que se comunique hoy al área de soporte técnico de taim
guarner cable

Esta mañana vi un pájaro


infartado en pleno vuelo
qué jaula impredecible es la muerte.
El tráfico no avanza y es probable que llegue tarde.
¿Qué diferencia el tráfico del tránsito?
¿A quién se le ocurrió que las siete de la mañana
es un buen horario para empezar la jornada?
¿A quién se le ocurre nacer pobre?
Me conecté a las 6:58.
Sigo pensando en la caída
tan
lenta
del pájaro aquel.
La falta de sustentación de las alas.
¿Abuela, de qué color son los gorriones?

212
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

/muy buenos días mi nombre es moisés ortega es un gusto


que se comunique hoy al área de soporte técnico de taim
guarner cable

Esto no es un cortometraje animado


en el que al final voy a escapar
en un avión de plumas.

//[QUE NO SE TE OLVIDE PONER EN LA NOTA: OUTAGE


AREA// COSTUMER VERY UPSET]

213
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

En esta oficina, por seguridad, está prohibido el papel,


la memoria y los teléfonos celulares.
Está prohibido levantarte de tu lugar,
si no está en schedule
tu descanso de 5 minutos.
Aguanta las ganas de orinar,
las ganas de respirar.
Piensa en otra cosa.
Sonríe.

214
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

/muy buenos días gracias por comunicarse el día de hoy a


taim guarner

¿Sabes lo que le hace una casa a un huracán?


Hay plantas que echan raíces en el agua,
si se les corta un bracito,
si se les habla y se les quiere.
Sé de unas plantas que vuelven a ser.
Faltan ocho minutos para que pueda salir a mi break,
eso si acaso no entra otra llamada,
recuerda que no puedes colgar.
Sigo pensando en todo lo que hay de este lado de la línea.
Pienso, porque no puedo decirlo
y porque es necesario un reproche
contra la voluntad del tiempo.
Un ruido que mantenga en pie la vida,
un ulular de pájaros lejanos
que nos recuerde respirar.

215
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

/entiendo su problema caballero el canal dos treinta y cuatro


y el presentador de los deportes que habla tan bonito son
necesarios para el tedio de esta tarde es una lástima que
usted no tenga contratado ese canal en su paquete si gusta
puedo ofrecerle un paquete con más canales en el que sí
está el canal en que se ven los leiquers en ese uniforme
blanco tan ajustado tan oportuno ahora que llueve por tan
solo treinta dólares más al mes usted tendrá derecho a ver
éste y otros ochenta canales con deportistas de uniformes
blancos ajustados y el presentador que habla tan bonito
con su acento colombiano tan oportuno ahora que llueve

216
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

El poema es grito subterráneo


en espera de un vuelo que lo salve.
Sé que no debo hablar así con los clientes.
Sé que mañana en la entrevista de control de calidad
mi QA va a decirme que la ironía se me nota
incluso en la postura de la columna,
en la sonrisa tan chuequita después
de las primeras tres horas del día,
después de haber contestado casi cien llamadas.

El entusiasmo debe ser el mismo


en la llamada uno y en la 320, Ortega, ¿entendió?
Esta quincena no hay bono de calidad.

217
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

De este lado de la línea sigo comprando uvas verdes,


son las únicas que te gustaban.
Sé que tampoco tú vas a volver a dormir.
¿Qué habrá sido de la señora aquella,
ya funcionará su conexión?

Ya es claro que detesto contestar llamadas,


pero si esta quincena aumento la jornada de 42 a 48,
podré rellenar el frutero una vez más.
Hasta que regrese el internet.

218
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

De aquel lado de la línea también quema el sol de marzo


uno, tres, doce clientes se quejan.
El sol achicharró unos cables
y en la zona de Queens esta tarde no se verá el fútbol.
El cliente uno se acaba de divorciar y me gritó.
El cliente tres no ha podido volver a Cuba
al entierro de su madre, me gritó.
El cliente doce no encuentra su abrelatas
y, aunque fue más amable,
también gritó.

El sol del trece de marzo de 2012


acaricia el paisaje de Queens con caricias de 52º.
Ni los clientes ni yo sabemos traducir los huecos.

219
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

/lo siento no no hay nada más que pueda hacer por usted

Aunque quisiera.

/ha sido un gusto que se comunicara hoy con nosotros


esperamos que su problema llegue a una pronta solución
gracias por pertenecer a la gran familia de taim guarner
queibol

220
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

Entre llamada y llamada


escribir una nota puntual sobre el problema del cliente.
Otra vez me acuerdo de las aves.
Hay hombres que pueden lidiar con la muerte,
con lo que falta,
con la indiferencia de Dios.
Sé de unos hombres que, pese a la ausencia,
vuelven a ser.
Yo no puedo, escribo.

//LOS CABLES ESTÁN QUEMADOS

221
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Esta no es una nota pertinente.


Además no está escrita en inglés, Ortega.
Entre llamada y llamada,
escribir una nota puntual, en inglés,
sobre el problema del cliente.

//OUTAGE AREA: STATED ISLAND //MR. ROSALES


WAS CRYING// TECH VISIT SCHEDULE// IMPORTANT:
CLIENT WAS CRYING

222
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

No soy capaz de escribir el dolor ajeno en un idioma ajeno.


¿Trabajo para una empresa de soporte técnico
que atiende el área latina de Nueva York
o para la línea de emergencias del municipio?
No soy capaz de escribir en otro idioma
la imagen de la destrucción de los sueños.
No soy capaz de escribir en este idioma
la imagen de la destrucción de los sueños.
En su defecto escribo.

//OUTAGE AREA: CLIENT VERY SAD// IMPORTANT!


CLIENT VERY SAD

223
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Desde este lado de la línea


contemplo la serenidad de la gente que no llora.
Es tarde y pienso que nombrarte es otra forma de saber que
existes,
que tu peso estuvo en mi cuerpo,
que tu voz está en el gotear de la regadera,
en el murmullo de las aves, lejos.
Porque una forma de no decir adiós a lo que fue,
a lo que se amó, a lo que ha florecido y encendió la vida,
es guardar como un tesoro su nombre, decirlo.
En el frutero sigue el verde de las uvas.
Ni de este lado de la línea ni de aquel ha regresado el internet.
De aquel lado de la línea está a punto de nevar.
Casi termina marzo.
El problema es que en marzo casi siempre empieza el deshielo,
pero eso no importa.
El frío no es el problema tampoco.

224
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

/muy bien señora entiendo perfecto su problema y ahora


vamos a proceder a buscar la mejor solución

Nueva York podría ser una isla más grande


de lo que la geografía entiende.
Nueva York está lleno de islas dentro de la isla.
Nueva York es superior a la idea fascinante
que se tiene sobre las islas.
Los seres humanos que no hablan inglés
en Nueva York son islas.
Los seres humanos que hablan inglés
en Nueva York son islas.
De aquel lado de la línea está nevando. No hay ningún problema.
El canal Fox Sports funciona perfectamente,
el internet inalámbrico funciona perfectamente,
no existen problemas de conexión en ninguna área,
los canales para adultos funcionan perfectamente,

el teléfono no deja de sonar.

225
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

\Creo que no me estás entendiendo muchacho. Afuera hace


mucho frío y yo lo único que quiero es ver la televisión
tranquilamente.

Sigue nevando de aquel lado de la línea.


Acaba de morir el gato gris de Mrs. Martínez,
el hijo mayor de Mrs. Ortiz se casó ayer en Argentina,
la demencia senil de Mrs. Rogers es evidente
y vive sola
y nadie viene a decirle que ya no estamos en 1964.

//THE LIFE OF OUR COSTUMERS IS VERY SAD

226
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

La anterior tampoco era una nota pertinente.


Nueva York está muy lejos
y un muchacho con los sueños fracturados,
desde una pequeña provincia en México,
no ha de ser capaz,
ni en este verso ni en los que han de venir,
de ser un buen agente de soporte técnico.
Sabe que el problema de la nieve a finales de marzo
tiene que ver con el deterioro ambiental.
Sabe que el problema sí es el frío.
Sabe lo que duele, en dónde duele exactamente
la muerte de un gato gris.
Este muchacho piensa en las islas dentro de la isla
y le teme al alzhéimer más que a la ira de Dios.
Ésta no es una nota pertinente.

//THE LIFE OF THE BOY WHO ANSWERS THE PHONE


IS VERY SAD

227
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Tengo una obsesión con lo que vuela,


hablo de los pájaros, les nombro aves
cuando leo en sus ojos lejanía.
Qué ganas de ser uno,
siempre están a punto de huir.

En esta oficina, además del papel,


los teléfonos celulares,
y la memoria,
está prohibido pensar en
cualquier mecanismo de vuelo.

228
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

/Güelcom to taim guarner queibol, tenquiu for colin mai


naim is moisés ortega

Este poema empezó hace tanto. Fuimos, antes del silencio, dos niños
de diez años que minuciosamente amarraron el fondo dos vasos de
unicel a cien metros de estambre azul. Un vaso en cada punta. Del
patio de la casa de tu madre al patio de la casa de mi madre había
veintitantos pasos, más la altura de la pared que separaba aquellas
que creíamos nuestras casas. No escuchábamos nada, pero en
las noches, sobre todo aquellas en las que hasta los grillos se
ponían mudos, yo parecía escuchar perfectamente ese seseo de
tu lengua corta al contarme otro de tus sueños y tú, del otro lado
de la pared, fingías reírte de mí por no saber pronunciar las erres
al decir tu nombre. Nos reíamos hasta quedarnos dormidos, tú
con el vaso en la oreja, yo con el mío en la boca, o al revés.

Tantas veces.

//CUALQUIERA SABE QUE PARA QUE EL SONIDO


VIAJE A TRAVÉS DEL ESTAMBRE//HACE FALTA UNA
IMPORTANTE TENSIÓN

229
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Definitivamente Nueva York no es una isla.


Esa mañana fue verano de este lado y de aquel.
El sol empareja la piel de las distintas geografías.
¿De qué manera puedo ayudarle?
Hay ciertas calles hasta las que no llegan ciertos canales
y el de la televisión cubana
no llega a ninguna calle de Brooklyn.

/desafortunadamente no tenemos este ser vicio usted


tiene ya activado el programa de teve internacional en el
que puede disfrutar de más de ciento veinte canales de
cincuenta y seis países distintos pero por desgracia el de la
televisión cubana no está incluido ni en este paquete ni en
ningún otro ¿hay algo más que pueda hacer por usted el día
de hoy señor crespo?

230
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

He dicho que el sol tiene efectos sobre la piel de la tierra,


pero también sobre la piel del alma.

/sí mister crespo permítame entrar al sistema para


verificarle nuevamente: cine latino (channel ocho nueve
cinco) cine mexicano (channel ocho nueve siete) utilísma
satelital (channel ocho seis cero) latele novela (channel
ocho seis uno) supercanal caribe (chanel ocho cero nueve)
telemicro (channel ocho uno cero) bi bi ci américa (channel
ocho uno uno) así es estos son sólo algunos de los más de
ciento veinte canales de cincuenta y seis países distintos
que puede disfrutar con su programa internacional señor
pero por desgracia el de la televisión cubana no está
incluido ni en este paquete ni en ningún otro ¿hay algo más
que pueda hacer por usted el día de hoy señor crespo?

231
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Sé por añadidura que Cuba sí es una isla,


completamente clavada como cardo en la cabeza de sus hijos.
He dicho que el sol tiene efectos
en la piel del alma.

//THE LIVES OF OUR COSTUMERS IS VERY SAD//

232
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

No, esta historia comenzó mucho antes.


Entre la noche sin grillos de los niños
que jugaban al teléfono
de vasos desechables
y el origen de la historia,
más de 160 años.

Octubre de 1835:
Antonio Santi Giuseppe Meucci y su esposa,
acusados,
conspiración,
Movimiento de Unificación Italiana,
perder la libertad,
dejar Florencia,
refugiarse en Cuba.

Hay evidencias del origen:


Teatro della Pergola, Florencia
Teatro Tacón, La Habana.
En ellos quedan los restos:
los dos primeros teléfonos neumáticos.

Esta historia es pues


también la historia de las migraciones,
del que se va, obligado o no,
a buscarle otras aristas al destino.

Enero de 1875: Staten Island, NuevaYork:


El teletrófono.
La historia parece fácil
Meucci necesitaba comunicarse con su esposa,
postrada por el reumatismo en su cama
del segundo piso de la propiedad
en que el inventor había instalado
una fábrica de velas.

233
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Esta es la historia del amor,


de la imperiosa necesidad de escuchar la voz del otro
para saber que aún respira.
Puede leerse como la historia de la luz
del invento que nos ha mantenido
conversando un poco a pesar de la ausencia.

//ENTONCES NO ERA POSIBLE ARREGLARLE LA VIDA,


DEVOLVERLE LA VIDA AL OTRO CON SOLO LEVANTAR
LA BOCINA//

234
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

Sí, en esta historia es pertinente la aparición de las aves.


Las dudas sobre su muerte,
aunque no tengan esas dudas
ni las aves mismas.
Aunque nada tenga que ver
con el hecho de que en 2002
se haya demostrado que Graham Bell
fue un ladrón.

Aunque el mecanismo de vuelo de los pájaros,


su repentina falla y su esfumo inexplicable,
no se relacione con las determinaciones del Congreso
de Estados Unidos sobre la resolución 269:
“Se reconoce
la legitimidad de una de las más grandes historias
por fin ha de llamarse a Meucci, en su idioma
inventore ufficiale del teléfono”.

//AHORA TAMPOCO SE SOLUCIONA NADA AL


LEVANTAR LA BOCINA// ALGO HAY EN ELLO QUE LE
HACE PENSAR A LA GENTE QUE SÍ//

235
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Sí, es válido que le pregunte a mi abuela


de qué color son los gorriones,
es que mientras contesto la llamada de un cubano
que hace más de once años radica en Staten Island,
un cubano que vive a apenas dos casas
del edificio donde Antonio Meucci inventó el teléfono,
un cubano que está llamando
al área de soporte técnico de Time Warner Cable,
no porque no tenga en su programación
disponibles los canales de la televisión cubana,
sino porque extraña el cielo rosa de la Holguín.
Yo todavía no entiendo y pregunto,
a dónde van las cosas que nos duelen.

//THE LIFE OF THE BOY WHO ANSWER THE PHONE IS


VERY EXTRANGE//

236
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

/muy buenos días está usted comunicándose al área de


soporte técnico de taim güarner queibol de qué manera
puedo ayudarle

De este lado de la línea cae la luz peculiar


de las siete de la noche
sobre las sillas vacías.
Hay compañeros que trabajan menos tiempo que yo.
Todo está en orden.
De aquel lado de la línea no funciona algún canal,
las ardillas se comieron los cables
de algún edificio de multifamiliares,
los clientes seguirán llamando toda la tarde
y yo entre nota y nota,
entre llamada y llamada
me acuerdo,
ahora sí de nuestros diez años
que se hicieron doce y luego diecisiete
y finalmente distancia.

//OTRA VEZ SE ME OLVIDÓ DECIR MI NOMBRE EN EL


SALUDO//

237
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Ya puedo pronunciar con decoro las erres.


Ojalá que esta llamada no la elijan,
pero seguro que la eligen.
Tenías el cabello negro,
abundante y despeinado siempre,
y yo no sé si te gustaban mucho,
pero venías todas las tardes al patio de mi madre
a cortar las uvas de una vieja parra que nos heredó
el abuelo imaginario.
Tú te llenabas la boca y aunque madre gritaba
que esas uvas todavía estaban verdes,
sonreías y seseando me contabas que cuando crecieras
ibas a vivir del otro lado.

238
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

/muy buenas noches mi nombre es moisés ortega, gracias


por comunicarse

Para la mayor parte de la gente


Nueva York es lo mismo que Manhattan.
El otro lado.

Desde que estoy aquí,


desde que aprendí a ver las distintas manos de la luz
tocándolo todo según las horas,
sé que Nueva York es algo más.

No puedo explicar, mientras pronuncio:


Brooklyn, Staten Island, Bronx, Queens,
el aire que le falta a las alas de los gorriones al morir.

//INTERRUPTION MECHANISM OF A FLYING BIRD


LOOKS LIKE INTERNET FAILURES

239
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

La soledad no es de los clientes,


la soledad es este espejo que imagina
ha de ser muy triste que Mrs. Rogers sufra demencia senil,
llamar constantemente, quejarse:
éste no es un martes del otoño de 1970.

//THE AMOUNT OF THE BILL IS VERY HIGH//


AUTUMN DOES NOT UNDERSTAND ANYTHING ABOUT
ALZHEIMER

240
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

La impotencia no es de los clientes,


la impotencia es este espejo
que no sabe qué decir cuando Mrs. Rodríguez,
amable como siempre,
me pide que mientras soluciono su problema
con los canales para adultos,
encienda un cigarrillo y lo fume con ella,
fumar es la única libertad que nos queda.
Y me cuenta de sus ocho hijos,
de qué color tiene los ojos cada uno,
un sorbo de humo, doce años sin visitas
de ninguno.

//ADULT CHANNELS DO NOT WORK, THE LADY DOES


NOT KNOW THAT SMOKING IS PROHIBITED ON
CLOSED SITES

241
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

La nostalgia no es de los clientes,


la nostalgia es este espejo que imagina
los paseos del ex Sargento Torres,
las calles de Medellín,
la ex esposa y los hijos
¿por qué no se dice ex padre?
las calles del Bronx lo ven recorrer solo el camino
de regreso a su departamento,
para colmo hoy,
un problema de conexión
no le permitirá ver la final del baseball.

//CHANNEL 56 DOESNT WORK//TECH VISIT


SCHEDULLED// THE STREETS OF MEDELLIN NOT
UNDERSTAND THE VIEW LOST OF THE MAN WALKS
ALONE

242
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

Manhattan no es todo Nueva York


Manhattan sí es una isla.
Las personas que viven en Nueva York son islas.
Ya lo dije.
En la repetición se sostiene este poema.
Un día cualquiera falta el aire y el vuelo se suspende
para siempre.
Ya lo dije.

La nostalgia, la tristeza,
la impotencia y la soledad
son de este que escribe
en una nota impertinente,
en una nota fuera de sitio:

//THE BOY WHO JUST TO EAT THE GREEN GRAPES


STILL FAR//FAR AWAY

243
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Para cuando Katrina devastó la Isla


más de 190 mil personas ya trabajaban
para la industria de los call center,
[sólo en México
tú y yo ya no teníamos 10 años,
el juego de los vasos
estaba a punto de ser adulto.

Los call center son fábricas de comunicación


que para cuando yo empecé a escribir este verso
ya producían
24 mil empleos por año
[sólo en Centroamérica.

¿Qué es lo que queda de un huracán en la memoria?

//THE CALL WAS MISSED

244
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

Un call center constituye


un centro de producción de telemensajes.
Su estructura se observa con las dimensiones
típicas de un ensamble sociotécnico:
proceso,
organización y
coordinación del trabajo.

Un hombre que trabaja en un call center


se asume como una máquina productora de mensajes
su naturaleza puede ser ignorada
aunque cualquier medio día
entre una llamada y otra
surja el infarto de un ave en el recuerdo
y el proceso, la organización y la coordinación
del trabajo
se rompan.

//THE CALL WAS MISSED

245
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Colgar es motivo de despido


pero es que mi QA tiene nombre.
Colgar es motivo de despido inmediato
pero es que la garganta, el nudo.
La reiteración no va a encontrar la cura contra el cáncer
y escribir no remedia nada.
Colgar es motivo de despido.

//MAMMA G// MI AGENTE DE CALIDAD SE LLAMABA


MARÍA GUERRERO PERO NOSOTROS LE DECÍAMOS
MAMMA G//NUNCA HUBO BONO//PERO MAMMA G
TENÍA DULCES DE CAJETA EN EL CAJÓN //COLGAR
UNA LLAMADA ES MOTIVO DE DESPIDO//HOY NO HAY
BONO//NI LA SONRISA DE MAMA GI//NI UN DULCE//
NI NOTA PERTINENTE CONTRA EL CÁNCER DE MAMA

246
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

La velocidad y cantidad de la atención


es un aspecto técnico asociado al anterior.
La medición de la efectividad
del proceso y organización es la relación entre
el número de llamadas atendidas
y el tiempo que tuvo que
esperar el usuario
para ser atendido.

No importa, he tardado
más de seis minutos en contestar.
Este muy buenos días,
es un gusto que se comunique conmigo
no va devolverle la lucidez a la señora Rogers.
Este de qué manera puedo ayudarle
no le va a quitar la nostalgia
a los canales pornográficos
de la señora Rodríguez.

No voy a decirle a una


que está prohibido fumar
en sitios
cerrados.

Ni a la otra que el verano


neoyorkino del 86
es una postal con 20 años de antigüedad.

La velocidad y cantidad de la atención


es un aspecto técnico asociado al anterior.

// SOMETIMES A LIE IS NECESSARY//A REBELLION


AGAINST TIME

247
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Los call center iniciaron su existencia como


nuevas funciones
que ejercían las empresas interesadas en las
ventas por teléfono
o bien la atención a sus clientes.

Meucci perfeccionó el teléfono neumático


para que su esposa, del otro lado,
le dijera la manera correcta
de hacer una vela.

Los call center iniciaron su existencia como


nuevas funciones
que ejercían las empresas interesadas en las
ventas por teléfono
o bien la atención a sus clientes.

Meucci, aliviado al escuchar la respiración


de su amada, del otro lado,
nunca imaginó la palabra call center.

//THE CANDLE FACTORY FROM THAT STREET ON


STATEN ISLAND IT BECAME A FACTORY OF LIGHT

248
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

Hablé antes de la luz, sus distintas manos,


la sucesión de las horas y la ausencia.
Conté la historia de dos niños que jugaban
al teléfono
con vasos y estambre.
Repetí hasta el cansancio la facilidad del proceso,
repetí hasta el cansancio la puerilidad del hombre
que trabaja en un call center
para poder renovar las uvas verdes del frutero
puesto en su mesa vacía.

249
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Dije que el ex Sargento Torres


estaba muy solo al recorrer las calles del Bronx
y aseguré que recordaba a su ex esposa y a sus hijos.
Todavía me pregunto por qué no es correcto
decir la palabra ex padre.

250
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

Reporté que la señora Rodríguez gritaba porque se sentía sola


que deseaba fumar sin prohibiciones
mientras veía canales para adultos y hablaba del color
de los ojos de sus ocho hijos.

251
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Traje a cuento al anciano que reclamaba ver la


televisión cubana
porque hay días que como él,
yo sí
cojo el teléfono y marco al banco
o a la empresa de telecable
aunque no tenga dudas sobre mi estado de cuenta
y la televisión no falle.

Cojo el teléfono y marco a la empresa de cable


o al banco:

Nada más por conversar.

252
WELCOME TO TIME WARNER CABLE

A veces me da por pensar


que lo inventé todo
que las personas en Nueva York
no son islas dentro de la Isla
y que,
efectivamente,
sólo llamaban
porque no se veía el canal 37,
o no funcionaba el internet,
o el teléfono dejó de dar línea.

Pero de aceptarlo

¿en qué voy a creer entonces?

253
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

/muy buenas noches la luz ha desparecido lenta a través


del ventanal que divide la vida ha sido un gusto que se
comunicara el día de hoy al área de soporte técnico de taim
guarner queibol espero que el motivo de su llamada haya
sido solucionado porque dígame después de todo quién
no trae a cuestas el cielo rosa de alguna ciudad quién no
carga un muerto que no muere una mesa en pausa el color
de los ojos de un hijo desparecido el recuerdo del caribe
enterrado como astilla en la memoria y el recuerdo del
seseo constante de un amante que no vuelve mi nombre
es moisés ortega ha sido un gusto atenderle el día de hoy
y como no hay nada más que pueda hacer por usted voy a
transferir su llamada a mi super visor.

254
LA INDEFENSIÓN
Y LAS ORQUÍDEAS

Premio Nacional de Poesía del XXIV

Concurso de Creación Literaria


del Tecnológico de Monterrey, 2017
Cuando el alba aletee otra vez
y vuelva al mundo la claridad,
y quizá yo no exista,
y los jóvenes asuman nuevamente
la fuerza cosmosea del amor
en el sexo cualquiera,
y el AIDS sea un slogan de los ochentas,
habré de ver qué digo
de donde esté:
Lázaro resucita cada día
entre los minerales del estiércol,
y la paloma de la masacre
volverá a hacer pichones
bajo el cielo.
-Abigael Bohórquez

Hay flores de arena que parece que no van a desvanecerse y


hombres que aparentan no llevar cicatrices. Pienso en él: un
constante sostenerse a la vida con la sonrisa clara como mañana
de marzo. Pienso en él: ¿por qué las orquídeas que florean nunca
duran hasta octubre? Pienso en él: un cristo niño que te mira a los
ojos para que no se noten los estigmas, para que no se vea en su
piel la consecuencia de los clavos.
Los ángeles tienen derecho a hablar del mar como si de su casa se
tratara. Y de la noche y de las piedras. Del cielo rosa de algunas
ciudades. Sé que mamá tenía mucho miedo de que yo aprendiera
a hablar así de las cosas. Previniendo que pasara, siempre me
llevaba con ella al salón de belleza y al salir, mientras me compraba
un helado, me veía con tristeza y repetía:
¿Verdad que se ven muy mal los hombres de pelo largo?
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

La palabra orquídea no significa belleza por sí sola, pero algo


se mueve al escribirla. Algo en la hoja se va tornando flor y los
colores se alertan. Alguna tarde declaré que la orquídea era
la obra maestra de Dios, no sabía su condición de parásito. Lo
que le ocurre al árbol del que decide prenderse para nacer: la
parte de raíz que se le muere cada que una inflorescencia nace,
la carne que se quema para siempre donde el cuerpo de la planta
se enquista. Cuando hablé de las orquídeas no conocía la piel de
los hombres. Lo que ocurre en el alma del que decide amarlos.
La carne que se quema para siempre donde el cuerpo del otro se
enquista. Por sí misma la palabra hombre no significa decadencia.

[Los toqué para ver si en ellos estaba la luz.

258
LA INDEFENSIÓN Y LAS ORQUÍDEAS

Pero la luz es otra cosa.

Para hacer crecer una orquídea,


para saber cuánta agua bebe y la frecuencia,
observe cuán seco es el ambiente:
el tamaño de la maceta, el grosor del tronco, el tipo de
sustrato en el que crece,
cuán cálido es el clima y la velocidad con la que el viento
la acaricia.
No hay una regla general de riego.
Hay que observar las hojas y las raíces,
aprender a hablar con ellas sobre el sol.

Para hacer crecer a un hombre mírelo a los ojos.


No hay una regla general de juego.

259
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Aprendí a volar sobre su cuerpo y no podía dejar de pensar en la


pasión de un Cristo azul.
[Lo doloroso del viacrucis.
Hay agua en el costado del amor que nace entre dos almas, la
carne que se rompe.
[Lo que duele escribir la palabra amor.
Descendí solo de la cruz a la que me clavé para entender el secreto
que hay en la partícula de Dios, en la piel de las apariciones. Fui
hasta la piel de otro hombre a buscar todo lo que falta en el universo.1
No encontré nada.

1 Aún no sé cómo reparar la foto en que mi madre llora


y sigue diciendo que no le gusta que los hombres tengamos pelo largo.

260
LA INDEFENSIÓN Y LAS ORQUÍDEAS

Es por amor que una se enferma de esto


-Joaquín Hurtado

Casi ningún muchacho sabe la similitud transitiva que hay en


los verbos amar y morir. Comenzamos a apagarnos el día que
adivinamos que la mirada no es una constelación para siempre
y que las partículas de la luz y la energía desaparecen sin motivo
mucho antes de que alcancemos a escribir su nombre. Casi nadie
se entera a tiempo que de amor, de amor, nadie va a morirse.

[Uno debería nacer sabiendo el destino de agonía lenta


que supone criar orquídeas.

261
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Hablo de estigmas, pero aún no sé qué va a provocar la


hemorragia. Es muy difícil pronunciar trombocitos, hemostasia,
conteo plaquetario. Distinguir las diferencias. ¿Cómo escribir un
libro de amor y muerte sin drama? Acudo a la materia, quiero
saber qué relación tiene lo que desaparece de un mapa celeste con
la orquídea negra que vive en la sangre de algunos muchachos.2

Debo anotar que toda magia tiene un precio.

Este verso suave como un dedo masculino recorriendo la piel


del antebrazo, este otro, eléctrico como un beso detrás de la
oreja izquierda. Van a costarme dos o tres lágrimas antes de que
termine el poema.

2 [Anoto que las orquídeas son parásitos. Que el torrente sanguíneo de un muchacho
puede ser un árbol y el virus de inmunodeficiencia adquirida la orquídea negra de
la creación.

262
LA INDEFENSIÓN Y LAS ORQUÍDEAS

¿Qué le contará la luna a su reflejo en el agua


antes de irse?

Pienso en el fuego que abrasó la piel de Cristo la tarde de la


crucifixión, a veces sueño con sus últimas palabras. Escribo las
consecuencias, porque sé de unos muchachos que llevan en la
sangre y en el cuerpo el precio mismo del amor. El costo que yo
he pagado ha sido realmente bajo: unos cuantos poemas llenos
de dramatismo, una o dos obsesiones.

Es por amor que uno se enferma de esto.3

3 Mi niño, tú no estás enfermo. Me da por rezar.

263
RITUAL DEL QUE SE QUEDA

Niño, tú no estás enfermo. Me da por pensar que hay virus que


nunca despiertan, orquídeas que no han de florear para que octubre
no aparezca.
El pronóstico:
Fue por amor, dije.

Se me enreda la voz en la impotencia. Toda la existencia ocurre: él


pronuncia, balbucea: a m o r
y yo no puedo dejar de acordarme de Cristo. Hay amores para los
que no alcanza el enigma de la materia, historias de muchachos
que no alcanzan el perdón. Orquídeas de arena que a pesar de
octubre y su amenaza
florecen.

264
LA INDEFENSIÓN Y LAS ORQUÍDEAS

Duermo la pesadumbre de este cuerpo que aún sueña con muñecas


y flores. Hay ventisca arañando las ventanas de este sueño y
tolvaneras que irritan la memoria. Cuando me fui a dormir, las
orquídeas no habían resucitado. Al tercer día, cuando despierte,
este cuerpo será otro que aún no conozco. Cuando despierte,
estas manos aprenderán a escribir correctamente: síndrome de
inmunodeficiencia adquirida y yo me convertiré en un hombre que
no sabe traducir el vacío.

265
RITUAL
DEL QUE
SE QUEDA
Poesía reunida

Primera edición 2020 (versión electrónica)

El cuidado de la edición estuvo a cargo


del Departamento Editorial de la Dirección General
de Difusión y Vinculación de la Universidad
Autónoma de Aguascalientes.

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