El Significado Secreto de La Biblia - Rav Michael Laitman

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El Significado Secreto de la Biblia

El Significado Secreto de la Biblia


Rav Michael Laitman
El Significado Secreto de la Biblia
Introducción
Cuando estudiamos el Torá (Pentateuco, Biblia) debemos entender que todas las palabras del Torá y
de todos los otros libros sagrados sólo parecen ser palabras asociadas con nuestro mundo. Las
palabras, sin embargo, representan objetos espirituales y raíces, que no están de ninguna manera
relacionadas con nuestro mundo. No debería haber ninguna confusión entre estos conceptos
espirituales y los objetos físicos.

Contenido
1. El Significado Secreto de la Biblia ................................................................................................. 2
2. Los Siete Días De La Creación....................................................................................................... 5
3. Noé Caminó Frente al Omnipotente ............................................................................................. 11
4. El Lenguaje de la Cabalá .............................................................................................................. 16
5. El Lenguaje de la Música Cabalística........................................................................................... 20

El Significado Secreto de la Biblia


En el principio Dios creó los cielos y la tierra. La tierra estaba informe y vacía, y las tinieblas
cubrían la faz del abismo, y el espíritu de Dios cernía sobre la faz de las aguas. Y Dios dijo: “Que
se haga la Luz”. Y hubo Luz.
(La Torá, Pentateuco)
Imagine nuestro universo por un momento: la interminable cantidad de galaxias, estrellas y mundos.
Ahora imagine que removemos una parte específica del espacio de nuestro universo. ¿Cómo seremos
capaces de imaginar la vacuidad resultante de este vacío si no contiene nada que pueda ser medido o
descrito? En la realidad percibimos todos los fenómenos en términos de tiempo, espacio y
movimiento. No podemos imaginar algo que es absolutamente estático, congelado en el tiempo, sin
volumen. Esta es una analogía de nuestra comprensión de los mundos espirituales. No hay tiempo,
movimiento, o incluso espacio en mundos espirituales. Dado que todas nuestras percepciones de la
realidad se basan en estos conceptos físicos, se deduce que no hay absolutamente ninguna conexión
entre la espiritualidad y nuestra construcción de la realidad física basada en nuestras percepciones y
sensaciones. Esto resulta en una carencia de palabras y vocabulario capaz de expresar conceptos
espirituales.
Por lo tanto, si la Cabalá es el estudio de los mundos espirituales ¿Cómo podemos discutir algo que
somos incapaces de imaginar? Si somos totalmente incapaces de imaginar lo espiritual, entonces
¿Cómo podemos entender lo que está escrito en libros Cabalísticos?
Lo que se describe en la Torá
Cuando estudiamos la Torá debemos entender que todas las palabras de la Torá y de todos los demás
libros sagrados sólo parecen ser palabras relacionadas con nuestro mundo. Las palabras, sin
embargo, representan objetos y raíces espirituales, que no están conectados a nuestro mundo. No
debe haber confusión entre estos conceptos espirituales y los objetos físicos. La Torá contiene los
nombres sagrados del Creador, lo que representa el grado de su alcance. Esto es similar a la manera
en la que asignamos un nombre a un objeto en nuestro mundo, dependiendo de la forma como el
objeto se manifiesta a nuestros sentidos. La Torá en su totalidad describe los niveles de aproximarse
y de sentir al Creador.
El Pensamiento de la Creación y el Lenguaje de la Cabalá
Todos los mundos, incluyendo nuestro mundo y todos los objetos en ellos, están en sintonía con el
único pensamiento de la creación: otorgar placer ilimitado a la criatura, el alma. Este propósito único
envuelve toda la creación, de principio a fin. Es este propósito el que determina todos los
sufrimientos por los que pasamos en nuestro trabajo interno, y su recompensa. Después de la
corrección individual todas las almas se re-unirán en una sola alma. El alma no sólo recibe un doble
placer (tanto el de sentir el placer, como el de complacer al Creador), sino que este placer también se
multiplica por el número de almas re-conectadas. Entonces, a mayor número de personas que
asciendan espiritualmente al trabajar internamente en sí mismos, más comenzarán a ver la verdadera
realidad y sentir los otros mundos. Si bien, siguen viviendo en nuestro mundo, son capaces de
alcanzar todos los mundos.
El lenguaje aparentemente extraño de la Cabalá se convierte en un lenguaje de acciones,
pensamientos y sentimientos, con ideas contrarias a nuestro mundo, que vienen juntas en una sola
raíz.
Por ejemplo, “Jerusalén” en literatura Cabalística no se refiere a la ciudad física, sino a ciertas
fuerzas espirituales y una concentración de una energía espiritual determinada, que tiene un lugar
específico en el sistema de los mundos espirituales. Además, partes del cuerpo humano en la Cabalá,
como el Rosh (cabeza), Guf (cuerpo), Jazé (pecho), Péh (boca), Einaim (ojos), y así sucesivamente,
se refieren a sus raíces espirituales. La palabra Rosh implica la parte de la toma de decisiones del
objeto espiritual, mientras que Guf se refiere a la concentración de las funciones ejecutivas.
Las descripciones del Mundo Superior son la manera de describir nuestra alma y los grados de su
proximidad al Creador, una sensación crecientemente fuerte del Creador. La Cabalá divide el alma
colectiva en partes y designa a cada parte un nombre específico que corresponde a sus propiedades.
Luego describe las acciones de estas partes. Este es el idioma de los sentimientos, no obstante es
preciso y con frecuencia utiliza gráficos, dibujos, y fórmulas. La Cabalá describe la ingeniería del
alma.
¿Sin embargo, cómo seremos capaces de utilizar nuestro impreciso y limitado idioma para tan
precisas investigaciones y descripciones espirituales? ¿Cómo puede un lenguaje que nació de una
sensación subjetiva de “nuestro mundo” ser utilizado para transmitir una sensación objetiva de lo
espiritual? Por ejemplo, la palabra “Luz” (que es un concepto difícil de comprender), la imaginamos
como la luz solar, que no tiene conexión alguna con la Luz espiritual.
La Luz en nuestro mundo puede ser interpretada así mismo de otra manera. También podemos usar
la palabra en un contexto diferente, como “el alma siente la Luz,” “eres como un rayo de Luz,”
especialmente cuando sentimos satisfacción en nuestro Kli, o para referirnos a la claridad de
pensamiento, de la mente.
Si elijo las palabras que coinciden con mis sensaciones y se las transmito, usted imaginará sus
propias sensaciones que, en su opinión, corresponden a mis palabras, por lo tanto es necesario que
haya una norma común que nos ayude a medir la similitud de nuestras sensaciones evocadas por la
misma idea o palabra. Mis sensaciones no son necesariamente idénticas a las suyas. Sin embargo,
necesitan evocar algo similar si se pretende un idioma común. Pero, si somos incapaces de expresar
con precisión lo que sentimos, entonces ¿cómo podemos utilizar este idioma para describir las
categorías espirituales? El mundo espiritual es el mundo de las sensaciones. No hay cuerpos, sólo
deseos y sus sensaciones. Además, los Cabalistas afirman que estas son percepciones absoluta y
extremadamente precisas y, por ello, exigen un lenguaje perfecto y preciso para describirlas.
Intente ilustrar una evaluación precisa de su estado de ánimo; compárelo mediante una gráfica con el
estado de ánimo de alguien más y, después, dele un valor porcentual en comparación a su estado de
ánimo de ayer. Trate de expresar todos los matices de sus sensaciones en cifras, indicando cómo su
estado de ánimo depende de lo que siente (por ejemplo, ansiedad o cansancio); trate de dar fórmulas
al temor, y así sucesivamente. Veremos que en nuestro mundo, somos incapaces de medir nuestras
sensaciones interiores con precisión.
Supongamos, la conexión entre tocar algo caliente y la onda de explosión en mi cerebro depende
también de mi estado de ánimo, de la manera como me siento, del entrenamiento y de otros
parámetros personales.
No sabemos cómo comparar, en términos de un valor porcentual, cantidad y calidad, el placer que
experimentamos de la música con el placer que se obtiene de un plato sabroso. Pero si nuestro
idioma es tan primitivo, limitado, subjetivo, e impreciso, ¿cómo fueron los Cabalistas capaces de
usarlo para describir acciones sensoriales absolutamente precisas, y por qué adoptar este idioma en
lugar de inventar uno propio?
Aunque un solo símbolo sea mal utilizado en la ciencia exacta, la persona que está familiarizada con
ese símbolo, pero desconoce el error, no entenderá de donde proceden los resultados. Percibirá el
resultado como una afirmación científica absolutamente artificial. Y ahora bien, si la persona no está
familiarizada con los símbolos, erróneamente aceptará esta afirmación como cierta.
El Lenguaje de las Ramas
Los Cabalistas optaron por un lenguaje especial llamado “el lenguaje de las ramas”. La razón detrás
de esta elección es que todo lo que existe en nuestro mundo (los niveles inanimado, vegetativo,
animado y humano de la naturaleza) todo lo que pasó con ellos en el pasado, lo que está ocurriendo
ahora y lo que sucederá en el futuro, es decir, todos los objetos, así como su gobierno emanan del
Creador y pasan a través de todos los mundos espirituales antes de aparecer en el nuestro. El
gobierno de todo esto es renovado constantemente desde lo Alto hacia abajo en nuestro mundo.
Todo lo que existe en nuestro mundo se origina en el Mundo Superior, junto con todo lo que
gradualmente desciende a nuestro mundo. Debido a que todo en nuestro mundo proviene del Mundo
Superior, existe una estricta conexión entre los objetos de nuestro mundo, sus consecuencias, causas
y orígenes en el mundo espiritual.
Los Cabalistas que señalan esta conexión exacta, ya que ven tanto la parte Superior del objeto (la raíz
de donde proviene todo) como el objeto inferior en nuestro mundo (que recibe de lo Alto, su causa y
fuerza gobernante, de manera inconsciente, sin sentirlo) pueden describir cada conexión con
precisión. Por lo tanto, pueden nombrar las raíces en los Mundos Superiores por los nombres de sus
consecuencias materiales, esto es, por las ramas en nuestro mundo. Esta es la razón por la que este
lenguaje se llama “el lenguaje de las ramas” y no “el lenguaje de las raíces”. Las raíces se denominan
por los nombres de sus ramas y no al revés. Por lo tanto, los Cabalistas han encontrado un lenguaje
que, utilizando palabras cotidianas, describe el mundo espiritual con precisión. No puede haber
ningún otro lenguaje porque no hay otras palabras comprensibles para los que existen en ambos
mundos. Por este motivo, a fin de describir el mundo Superior, los Cabalistas toman los nombres de
nuestro mundo y las usan para describir los objetos Superiores, las raíces de nuestro mundo.
Sin embargo, si uno desconoce esto, parece que un libro Cabalístico cuenta una historia acerca de
nuestro mundo. Estas palabras, no obstante, no confunden al Cabalista quien ve claramente lo que el
libro dice realmente. Ellos saben exactamente qué rama (es decir, efecto) de nuestro mundo
corresponde a su raíz en el Mundo Superior.
Los Siete Días De La Creación
En el principio Dios creó los cielos y la tierra. Ahora, la tierra estaba informe y vacía, y las
tinieblas cubrían la faz del abismo, y el espíritu de Dios cernía sobre la faz de las aguas. Y Dios
dijo: “Que se haga la Luz”. Y hubo Luz. Y Dios vio la Luz, que era buena, y Dios separó la Luz de
las tinieblas. Y Dios llamó a la Luz Día, y llamó a las tinieblas Noche. Y hubo tarde y hubo
mañana, día primero
Bereshit (Génesis), el primer capítulo de la Torá, comienza con estas palabras que evocan una cierta
imagen. Hemos escuchado varias interpretaciones de estas palabras en el nivel de Peshat (sentido
literal). Sin embargo, estas sencillas interpretaciones dejan una enorme cantidad de preguntas, que
carecen de lógica y de un enfoque científico. Los Cabalistas lo explican de la siguiente manera:
Todos los libros sagrados hablan solamente del mundo espiritual, de la manera en la que fue creado y
de cómo nuestro mundo fue creado de aquel. Además, estos libros no sólo se refieren a lo que existe,
sino también enseñan a la persona a ver ese mundo.
La revelación gradual del Mundo Superior es llamada “ascenso espiritual de la persona” o “peldaños
de la elevación espiritual”. Varias técnicas son utilizadas en los libros para describir el mundo
espiritual. La Cábala es la ciencia de la estructura del mundo Superior. Utiliza el lenguaje de los
Sefirot, Partzufim, gráficos y dibujos para describirlo. La Torá describe el mundo Superior mediante
el lenguaje cotidiano. Existe también el lenguaje alegórico y el lenguaje de las leyes. Ahora, vamos a
tratar de traducir el lenguaje de la Torá en idioma Cabalístico.
La Torá describe la aparición del Mundo Superior, su estructura y evolución y, después, describe el
proceso de nuestra creación. Pero no se trata de una persona de nuestro mundo. La Torá habla de la
creación del deseo de recibir (llamado Alma o Adán), que tiene la meta de llenar esta creación-deseo-
alma con eterno y absoluto placer. Este deseo de deleite es la única creación. Además, sólo existe el
Creador. Así pues todo, a parte del Creador, no es más que diversas medidas del deseo de placer.
Lo mismo ocurre en nuestro mundo. Lo único que separa a todos los objetos entre sí es la cantidad
del deseo de placer, el cual determina todas las propiedades de cada objeto. El deseo de placer se
compone de cinco niveles, y estas cinco partes del deseo o creación son llamados los Sefirot: Kéter,
Jojmá, Bina, Tifferet, y Maljut. El Creador desea llenar completamente de placer a la creación hasta
que la creación sienta perfección y eternidad. Esto se debe a que el Creador mismo existe en este
estado, y desea otorgárnoslo.
El Creador es perfecto y el único. Al ser perfecto, Él desea otorgar la perfección, Su propia
condición, a Sus criaturas. Por esta razón, la meta de la creación es alcanzar la perfección del
Creador, y poder recibir lo que el Creador quiere otorgarnos.
La Cabalá no se ocupa de los acontecimientos en nuestro mundo. Investiga los sucesos en el mundo
Superior, de donde descendieron todos los poderes a nuestro mundo y generaron e instigaron todo lo
que sucede aquí. Al aprender Cabalá, la persona comienza a ver el mundo Superior. Es capaz de
alcanzar al Creador y la manera en que Él creó el mundo espiritual. En la Cabalá, este acto se llama
“El Primer día de la Creación”. En sus acciones posteriores (llamados días subsecuentes), el Creador
hizo las fuerzas gobernantes del Mundo Superior. En el último acto, el sexto, del Creador (el sexto
día de la creación) creó a Adán.
Ya que Adán fue el acto final del Creador, él es el propósito de toda la creación. Todo lo creado con
anterioridad a él fue creado para él. Entonces, ¿cuál es el destino de Adán? Adán debe alcanzar
semejanza con el Creador, volverse completamente igual a Él, y regir toda la existencia y su propio
destino. Es más, estamos obligados a llegar a este perfecto estado superior por nosotros mismos. Para
alcanzarlo por nuestros propios medios, primero tenemos que llegar al peor estado (opuesto al estado
del Creador), y después ascender por nuestra propia voluntad.
Con la ayuda de la Cabalá, la persona ve ambos mundos - nuestro mundo y el Mundo Superior - así
como la interacción entre ellos. La información emana del Mundo Superior y lo convierte en materia
ante nuestros ojos. Nuestra reacción a esto (que desciende desde lo Alto en forma de información), se
eleva de nuevo al Mundo Superior y determina de qué manera, nuestro futuro descenderá y se
materializará. Por lo tanto, el Creador (que existe en el máximo nivel), creó la creación a partir de la
propiedad opuesta a Él. La llenó de Luz y, posteriormente, al vaciarla de la Luz, se redujo a la
condición de “nuestro mundo”.
Al ascender por los peldaños de la escalera espiritual, la creación se vuelve digna de recibir el placer
que es muchas veces mayor al que sintió antes de descender a este mundo. Por otra parte, la creación
debe tener la fuerza y la oportunidad para actuar libremente entre dos fuerzas opuestas, su propio
egoísmo y el Creador y, después, elegir su camino de manera independiente.
Para situar estas condiciones a disposición de la creación, el Creador tiene que hacer lo siguiente:
 Distanciarse completamente de la creación,
 Proporcionarle la oportunidad de evolucionar y alcanzar esta Existencia,
 Proporcionarle la oportunidad de una libre elección.
El Creador nos da esas condiciones gradualmente. Inicialmente, la creación, sintiendo al Creador
(llenada con la Luz) no es independiente. Está totalmente subyugada por la Luz y la Luz le dicta sus
propias reglas y le transfiere sus cualidades. Con el fin de hacer que la creación sea independiente del
Creador, Él debe distanciarse completamente. En otras palabras, la creación, liberándose de la Luz,
gana la libertad de acción. El acto de expulsión de la Luz del Kli (vasija) espiritual se llama la
Restricción.
La Torá comienza con las palabras “al principio” (Bereshit), que es el inicio del proceso de
distanciamiento del Creador de su creación. La palabra Bereshit proviene de las palabras “Bar” –
“fuera”. Es decir, que relata la salida del Creador a una condición separada, entre el cielo y la tierra.
“En el principio Dios creó el cielo y la tierra”. El cielo es el Sefirá Bina con sus propiedades
altruistas. La Tierra es el Sefirá Maljut con sus propiedades egoístas, terrenales. Nuestra alma se
mantiene entre estas dos propiedades opuestas, que proporcionan la base para todo el sistema de
existencia.
La Torá comienza con el nacimiento de la creación, el mundo Superior y la creación del hombre. No
inicia con el final de la creación. La función de la Torá es dar a las personas de este mundo la
instrucción sobre cómo elevarse a la altura del mejor estado, el más perfecto. En su estado inicial, la
creación (el alma o Adán), no está corregida. Se debe corregir a sí misma y alcanzar el estado de “La
Corrección Final”. Imagine que usted tiene una herramienta rota que necesita para trabajar. Primero
tiene que arreglarla, y sólo después usarla. Por lo tanto, la Torá nos enseña cómo reparar este
instrumento roto: el alma que hemos recibido de lo Alto.
Durante la corrección, la persona existe entre dos mundos: Superior e inferior. En el proceso de
corrección, el alma obtiene las habilidades, conocimientos y experiencia necesarios. Lo que es más
importante, la persona adquiere nuevas sensaciones y propiedades espirituales nuevas. Cuando la
persona corrige su alma por completo, adquiere propiedades que le permiten existir en el Mundo
Superior en toda su totalidad, en la eternidad, paz y perfección.
Ni las fuentes Cabalísticas, ni la Torá describen este estado especial. Es imposible describirlo, pues
no hay analogía alguna a ello en nuestro idioma. Sólo aquellos que pasan por todos los estados de la
corrección preliminar y llegan a la Corrección Final alcanzan este estado. Lo que sea que esté más
allá de la Corrección Final no está descrito en ninguna parte. Aquí es exactamente donde residen
“Los secretos de la Torá”.
Sólo hay algunas pistas en libros tales como El Zohar y el Talmud. Estos estados especiales,
secretos, son llamados Maase Merkava y Maase Bereshit. Pero son sólo pistas. En realidad, estos
estados – reinos espirituales – no pueden ser descritos en palabras, porque nuestras palabras, letras, y
términos se han tomado de nuestro sistema de Corrección y sólo son eficaces aquí. Somos totalmente
ignorantes de lo que existe más allá de nuestro sistema de Corrección, y eso no puede ser
incorporado a un lenguaje humano y forzado en nuestro sistema de definiciones y creencias.
“En el principio, Dios creó el cielo y la tierra” se refiere a la realización de dos propiedades: el
egoísmo y altruismo. La propiedad egoísta de “la tierra” se corrige con la ayuda de la propiedad
altruista de “el cielo.” El proceso de corrección consiste en siete estados, llamados “siete días de la
creación”. Naturalmente, este nombre es un nombre condicional. No tiene nada que ver con los siete
días en la tierra, ni se refiere al día y la noche o la luz y las tinieblas en la Tierra. Más bien, se refiere
a los estados y sensaciones espirituales de la persona que atraviesa estas etapas de corrección. Habla
sobre el sistema en el que el alma se corrige mientras está en el nivel llamado “tierra”.
Es necesario elevar al alma desde el nivel del Sefirá Maljut al nivel del Sefirá Bina. Esto significa
que la propiedad egoísta de Maljut tiene que ser transformada en la propiedad altruista de Bina. Esto
puede lograrse por medio de siete correcciones consecutivas llamadas “los siete días de la semana”.
La Torá explica lo que el hombre debe hacer con su alma “cada día”.
El Primer Día
En el principio Dios creó los cielos y la tierra. Ahora, la tierra estaba informe y vacía, y las
tinieblas cubrían la faz del abismo, y el espíritu de Dios cernía sobre la faz de las aguas. Y Dios
dijo: “Que se haga la Luz”. Y hubo Luz. Y Dios vio la Luz, que era buena, y Dios separó la Luz de
las tinieblas. Y Dios llamó a la Luz Día, y llamó a las tinieblas Noche. Y hubo tarde y hubo
mañana, día primero.
¿Qué significa: “y Dios separó la Luz de las tinieblas”? Debemos seguir los actos del Creador en
nuestras correcciones. Por lo tanto, el primer mandamiento que tenemos que cumplir es el de sortear
nuestros pensamientos y deseos en nuestro interior a fin de ver cuáles de ellos son puros – “cielo” – y
cuales oscuros – “tierra”. Este proceso se denomina Akarat HaRa (la conciencia del mal). Ocurre
cuando comenzamos a analizar nuestras propiedades por medio del estudio de libros Cabalísticos y
de las interacciones en el grupo Cabalístico. El primer paso hacia la corrección es contrastar las
propiedades animalistas y las espirituales entre sí, y dividiéndolas y separándolas unas de otras. Este
es el primer día del hombre, crear un humano dentro de sí.
El Segundo Día
Y Dios dijo: “Que haya un firmamento en medio de las aguas, y divida las aguas de las aguas”. E
hizo Dios el firmamento, y separó las aguas que estaban debajo del firmamento de las aguas que
estaban sobre el firmamento, y fue así. Y Dios llamó al firmamento Cielo. Y hubo tarde y hubo
mañana, día segundo.
Después de haber separado dentro de nosotros las propiedades egoístas y altruistas, tenemos que
comenzar a corregirlas. Esto se hace utilizando la Luz especial del Creador, Quien emana dos tipos
de Luz: la Luz de Jojmá y la Luz de Jasadim. Usando la propiedad de la Luz de Jasadim
(misericordia), llamada “agua”, dominamos la propiedad del otorgamiento, el altruismo.
“Tierra” es la propiedad egoísta para recibir y absorber todo hacia dentro, es nuestra naturaleza
inicial. El agua es la propiedad del otorgamiento, y satura a la tierra y crea la oportunidad para que
nazca la vida. La propiedad del otorgamiento corrige al egoísmo y nos permite usarlo correctamente,
para beneficio personal y para beneficio de los demás. En el egoísmo, corregido por el otorgamiento,
uno percibe al mundo Superior (el Creador) y ve sus vidas anteriores y el camino hacia el propósito
de su creación. El alma es eterna y va de cuerpo a cuerpo. Por lo tanto, es precisamente donde se ven
todas sus reencarnaciones anteriores. El que no ha corregido su alma no puede contemplar nada por
encima de este mundo.
El Tercer Día
Y dijo Dios: “Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco”;
y fue así. Y llamó Dios a lo seco, Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares; y vio Dios que
era bueno.
Y dijo Dios: “Produzca la tierra hierbas, hierba que dé simiente; árbol de fruto que dé fruto de su
especie, cuya simiente esté en él, sobre la tierra”; y fue así. Y produjo la tierra hierbas, hierba que
da simiente según su especie, y árbol que da fruto, cuya simiente está en él, según su género; y vio
Dios que era bueno. Y hubo noche y hubo mañana, día tercero.
Las aguas se reunieron bajo el cielo y la tierra seca apareció. Parte de la Tierra primordial sale de las
aguas. Después de que el agua corrige a la tierra, se vuelve apta para que emerja la vida, porque
ahora la tierra contiene tanto las propiedades del agua como de la Tierra. El agua también es tan
devastadora para la vida como la tierra seca. Recuerde cómo Noé envió una paloma desde el arca
para encontrar suelo seco. Precisamente la combinación adecuada de propiedades altruistas y
egoístas de “cielo” y “tierra” dentro del alma del hombre constituye la base para la corrección y la
aplicación de las propiedades del Creador dentro de un ser humano.
Esta corrección se denomina “Kav Emtzai” (la línea media). Nuestra naturaleza egoísta es llamada
‘tierra’ y representa a la línea izquierda. La línea derecha representa las propiedades del Creador, es
decir, las propiedades del ‘agua’, del altruismo u otorgamiento. La línea media es precisamente la
que el ser humano debe alcanzar, es decir, “elegir la vida”. En otras palabras, uno tiene que tomar
tanta “agua” como sea necesaria para combinarla con la “tierra” a fin de que estas dos líneas se
complementen entre sí y rindan fruto. De esta combinación de propiedades de la tierra se gesta “El
Árbol de la Vida”, que representa a la persona espiritual que es capaz de sentir toda la creación y
existe en todos los mundos feliz y eternamente.
Existimos eternamente porque nos identificamos con el alma eterna, y no con el cuerpo efímero.
Comenzamos a sentirnos a nosotros mismos como el alma y a percibir nuestro cuerpo como una
cáscara temporal. Esta transición hacia la auto-identificación con el alma en lugar del cuerpo es
puramente psicológica y ocurre conforme el hombre logra la propiedad de Bina.
El Cuarto Día
Y dijo Dios: Haya luceros en la expansión de los cielos para apartar el día de la noche, y sean por
señales, y por plazos, y por días y años; y sean por luceros en la expansión de los cielos para
alumbrar sobre la tierra; y fue así.
E hizo Dios los dos luceros grandes: al lucero grande, para que señorease en el día y al lucero
pequeño para que señorease en la noche; e (hizo también) las estrellas. Y las puso Dios en la
expansión de los cielos, para alumbrar sobre la tierra, y para señorear en el día y en la noche, y
para apartar la luz de la oscuridad; y vio Dios que era bueno. Y fue tarde y fue mañana: día
cuarto.
En el cuarto día, la Luz en el firmamento del cielo, surgió para significar el cambio de día y noche,
meses y años. La corrección ocurre incluso en la parte más pequeña del universo, así como en todo el
universo en general. La creación, en su totalidad, se llama Adán o el Alma, sus componentes se
denominan almas individuales, o “Bnei Adam” (hijos de Adán). Cada alma individual está sujeta a
las mismas fases de corrección que el alma común.
El Quinto Día
Y dijo Dios: Produzcan las aguas reptiles de ánima viviente, y aves que vuelen sobre la tierra, en
la abierta expansión de los cielos. Y crió Dios las grandes cetáceos, y toda cosa viva que anda
arrastrando, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie; y vio
Dios que era bueno. Y Dios los bendijo diciendo: Fructificad y multiplicad, y henchid las aguas en
los mares, y las aves se multipliquen en la tierra. Y fue la tarde y la mañana, el día quinto.
El libro del Zohar describe que cada día es la construcción de Eijalot (moradas celestiales), la
construcción del vacío (deseo). En cuanto las propiedades egoístas del alma son corregidas en
altruistas, se llenan gradualmente de la Luz Superior. Las personas que han experimentado muerte
clínica han percibido en parte la Luz Superior, y después describen una mágica sensación celestial de
paz y alegría. Este llenado progresivo de espacios vacíos lleva a todas las almas hacia el estado de
corrección final y de perfección. El tiempo no existe en el mundo Superior, desaparece, porque todos
estos estados son perfectos. Lo mismo ocurre con la narrativa de la Torá: no hay separación de
tiempo y todos los acontecimientos están conectados únicamente mediante relaciones de causa y
efecto. Vamos a ver que el hombre fue creado en el sexto día y existió tan sólo unas horas antes de
cometer el pecado y caer en el mundo inferior. Con él cayó todo el mundo.
El Sexto Día
Y crió Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo crió; … y les dijo Dios: “… señoread
sobre los peces de la mar, y sobre las aves de los cielos, y sobre todas las bestias que se mueven
sobre la tierra”.
¿Qué significa “a Su imagen”? En la Torá “a Su propia imagen” está escrito como “Be Tselem
Elokim Bará…”. Tselem significa una parte de Bina, que desciende de Bina al alma e imparte al
alma las propiedades del Creador. En otras palabras, el Partzuf Bina representa el instrumento del
Gobierno Superior, que comanda todas las almas, sus características y el orden de corrección. Todo
lo que pasa con nosotros se origina en Bina. Maljut es el conjunto de todas las almas que necesitan
corrección. Para corregir a Maljut, un instrumento especial emana de Bina. Penetra Bina y le permite
corregir. Este sistema de auto-ayuda, que el Maljut de cada alma recibe desde lo Alto se llama
Tzelem – “la imagen”. Con esto queremos decir un conjunto de propiedades, la imagen del Creador.
Sin tener información sobre el programa de la creación y sin sentir los mundos espirituales somos
incapaces de saber cómo actuar, qué medidas tomar. Somos incapaces de comprender lo que se nos
requiere. Para que tengamos estos medios necesarios para el avance, el grado Superior, Bina, tiene
que enseñarnos lo que debemos hacer. Esto es lo que Tselem (el instrumento auxiliar descendente de
Bina) hace dentro de nosotros. Se implanta en nuestra alma y convoca todos los tipos de
correcciones necesarias. Por lo tanto, se dice que Tselem ayuda a convertirnos en un Ser Humano.
En el séptimo día el hombre subió más y más alto. Él realizó correcciones dentro de sí seis veces:
Jésed, Guevurá, Tiferet, Nétzaj, Jod, Yesod. Estas seis correcciones consecutivas se denominan ‘seis
días’ o ‘seis mil años’ de la creación. La última Sefira (es decir, Maljut) no es capaz de corregirse
por sí sola. Sin embargo, después de que Maljut absorbe las propiedades de los seis Sefirot
anteriores, puede recibir sus propiedades. Es por esto que la esencia del séptimo día es todo lo que se
ha creado y acumulado en el curso de los seis días en Maljut. El sábado es considerado como un día
especial, porque en este estado el alma se llena de la Luz Superior. La única condición es “no
obstaculizar” este proceso, que es simbólicamente expresado en las leyes de Shabbat.
Pregunta: ¿Existe una conexión entre la creación de siete días y los años de la cronología espiritual?
Sí, existe. Para la humanidad, estos siete días de la creación transcurren como seis mil años. Seis mil
años equivalen a los seis días de la semana (entre semana) durante los cuales se corrige la
humanidad; primero, inconscientemente y después conscientemente a través de su propio trabajo.
Eventualmente, la humanidad alcanza el séptimo milenio, o el séptimo día, el sábado. Éste es el
estado en el que la Luz Infinita Superior de placer y abundancia llena las propiedades corregidas de
la humanidad.
Pregunta: ¿Tiene el número “siete” algún significado secreto?
El sistema que rige nuestro mundo consiste de siete partes. En nuestro mundo tenemos muchas
divisiones en 7 ó 70: setenta naciones del mundo, los siete días de la semana, el alma del hombre se
compone de setenta partes, se considera que el hombre vive 70 años, y así sucesivamente. Todo el
camino de la humanidad se compone de seis días - 6000 años de corrección. La corrección general
consciente de la humanidad inició en 1995 (5755). Durante el tiempo que queda hasta el año 6000,
nosotros, toda la humanidad, tenemos que corregirnos y más tarde, en el séptimo milenio,
recibiremos nuestra merecida recompensa.
Pregunta: ¿Podemos influir en estos procesos, “comprimir” el tiempo y acortar el camino hacia la
meta de la creación?
Lo único que podemos hacer es acelerar los siete mil años de proceso que se nos han impuesto desde
lo Alto. Aquellos que puedan abordar este proceso individualmente, entrarán antes al mundo
Superior y a la realidad perfecta. Además, el camino de la corrección (si se hace conscientemente,
mediante el propio esfuerzo) se considera como un reflejo o anhelo romántico en vez de un constante
golpe de suerte.
Estudiamos la estructura y el funcionamiento de la totalidad de la existencia para poder entender
claramente la forma de intervenir y alterar este proceso. En general, el hombre no puede ejercer una
influencia directa sobre su raíz/orígenes. El hombre existe en el grado inferior derivado de la parte
Superior. Sin embargo, al corregirnos y ser similares a nuestra raíz, somos capaces de cambiar
nuestra sensación interior de lo que recibimos de lo Alto. En lugar de los golpes del destino,
constantes problemas y dificultades cotidianas, comenzamos a experimentar dicha, paz, perfección y
conocimiento pleno. El Creador nos ha puesto en este mundo para que podamos, mediante el uso de
la Cabalá, dominar el mundo Superior y comenzar a regir nuestro propio destino.
Afortunadamente el tiempo trabaja a nuestro favor. El tiempo de la liberación interior-espiritual y
exterior-física de toda la humanidad se aproxima, según el Prefacio al Libro del Zohar. Como el
hombre no puede existir en nuestro mundo sin ningún conocimiento de éste, del mismo modo el
alma del hombre después de la muerte de su cuerpo no puede existir en el Mundo Superior sin recibir
algún conocimiento previo sobre el mismo. Por esta razón, el conocimiento de la Cabalá garantiza
una existencia confortable en nuestro mundo y afirma la existencia eterna y perfecta en el mundo por
venir.
Noé Caminó Frente al Omnipotente
Nuestro mundo existe y es sostenido por la pequeña chispa de Luz espiritual que atravesó la frontera
del mundo espiritual y se coló a nuestro mundo. Ahora imaginamos el mundo espiritual, que consta
únicamente de Luz, muchos millones de veces más grande que la chispa, que contiene todos los
placeres de nuestro mundo. El placer que existe incluye las sensaciones de eternidad, libertad y plena
satisfacción.
Esta es la razón por la que se nos entregó la Torá. La Torá es una colección de reglas que gobiernan
el mundo. Es la descripción de las leyes de la creación. Éstas son leyes espirituales. Parecen una red
que se encuentra debajo de todos los mundos y los rige. En un principio sólo se creó una red. Más
tarde se formó materia gruesa en ésta. Los “mundos espirituales” son la materia más sutil y la
materia más gruesa es llamada “nuestro mundo”.
La Torá fue escrita por Moshe (Moisés), un Cabalista. La Torá describe las leyes de los mundos. Sin
embargo lo hace alegóricamente, en lenguaje terrenal y, por tanto, nos parece que la Torá es una
narrativa histórica. Pero, ¿de qué habla la Torá realmente? El Creador creó la criatura, Adán, y le dio
la capacidad de evolucionar. Como resultado de esta evolución (en su décimo grado), hubo la
necesidad de implantar la propiedad de Bina (otorgamiento/misericordia) en su creación. De otra
manera, la creación se hubiese auto-destruido. Diez generaciones (es decir, diez Sefirot) separan a
Adán y Noé: Adán, Set, Enosh, Kenan, Majalalel, Jared, Enoc, Matusalén, Lamec, Noé. Así es como
la Torá narra los acontecimientos que siguieron:
Capítulo Noé
Y arrepintiese EL SEÑOR de haber hecho hombre en la tierra, y pésale en Su corazón. Y dijo EL
SEÑOR: Raeré los hombres que he creado de sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la
bestia, y hasta la creatura que se arrastra y las aves del cielo: porque me arrepiento de haberlos
hecho.
Empero Noé halló gracia en los ojos de El SEÑOR. Estas son las generaciones de Noé: Noé fue
en sus generaciones varón justo y entregado; con Dios caminó Noé. Y engendró Noé tres hijos:
Shem, Jám y Jafet.
Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Y miró Dios la tierra
y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.
Y Dios le dijo a Noé: “El fin de toda carne ha venido delante de Mí; porque la tierra está llena de
violencia a causa de ellas; y he aquí que Yo los destruiré con la tierra.
Hazte un arca de madera resinosa: harás aposentos en el arca y la embetunarás con brea por
dentro y por fuera. ... Y yo, he aquí que Yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir
toda carne, donde haya el aliento de vida, debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra perecerá.
¿Quién es Noé? ¿Qué es un arca? No hay palabras para expresar la profundidad de las sensaciones
que provoca la revelación del Mundo Superior en el Libro de Zohar. La Torá, en contraste, entrega
los secretos y la magnitud de la Existencia en palabras sencillas e historias que parecen descripciones
históricas. Esto nos confunde por completo y nos impide centrarnos en la genuina comprensión de la
estructura en varios estratos del universo. Por otra parte, si tomamos los hechos descritos en la Torá
de forma superficial, le bajaremos hasta el nivel terrenal. La Torá pierde todo su valor de
proporcionar las instrucciones para entrar en el mundo Superior.
Sin embargo, si nos enfocamos en los libros Cabalísticos correctamente, descubriremos las capas
más profundas de la existencia. Nos encontraremos más allá del tiempo y el espacio de este mundo, y
nos daremos cuenta de lo que el autor de la Torá, el Creador, tiene en mente. En este capítulo se dice
que “toda carne había corrompido su camino sobre la tierra”. ¿Se aplica esto en la actualidad? La
respuesta es que esto aplica a todas las generaciones. Este es un proceso en curso en cada uno de
nosotros.
La Torá no habla de los acontecimientos que ocurrieron en algún momento de la historia de la
humanidad. La Torá explica que ésta es la condición del hombre. Éste es el estado en que el hombre
ve todos sus deseos animalistas y desea “clasificarlos”, discerniendo cuál deseo es suyo, cuál deseo
le puede ayudar en su progreso espiritual, y cuales deseos tiene que ahogar.
Noé – la Propiedad del Otorgamiento en el Hombre
Nuestros deseos espirituales están dentro de nosotros, sin embargo, están completamente reprimidos
por todos los demás deseos. Nacemos y vivimos en una sociedad que dicta nuestros deseos mediante
la publicidad. Hoy en día, esto es como una terrible plaga. Estamos sometidos constantemente a un
asalto intelectual y emocional. Esto se debe a que el Creador creó ambas fuerzas en oposición entre
sí. Mientras más oportunidades tenga el hombre a la elevación y el crecimiento espiritual, más
fuertes son las fuerzas entorpecedoras que obstaculizan el proceso. Estas fuerzas son necesarias para
nuestro trabajo espiritual, para el análisis y la comprensión de nuestras propiedades.
Inicialmente, el hombre tiene sólo una fuerza llamada “el punto en el corazón”. Este es el centro de
nuestros deseos que conectan al hombre con el Creador. Sin embargo, este punto es totalmente
suprimido por todos los demás deseos e insta a que el mundo circundante arremeta contra el hombre.
Es necesario extraer de todas esas fuerzas y deseos que existen dentro del hombre únicamente el
deseo más importante y personal. Mi deseo personal es activado sólo hacia lo Alto. El alma es el
único aspecto personal del hombre, y todo lo demás es corporal y absolutamente ajeno. Sólo el puro
y genuino deseo se llama “Noé dentro de un hombre”.
El hombre completa la evolución de la creación. Se sabe que la creación más pura se crea primero.
Con lo que respecta al hombre, él es la creación más densa de todas las existentes en el mundo. Pero
cuando el hombre adquiere una pantalla con el poder anti-egoísta más fuerte y rechaza la Luz, más
tarde él recibirá la Luz en su interior. Llega al nivel más alto de todas las creaciones del mundo. Este
es el secreto de Tselem Elokim (imagen de Dios). Al recibir el deseo más fuerte y la construcción de
la pantalla correspondiente, el hombre alcanza el nivel máximo. Cuando la pantalla de tal grado se
rompe, las vasijas dispersas (Kelim, deseos) caen más abajo que las demás. Tselem Elokim representa
Bina, el deseo de otorgar.
Una parte de Tselem Elokim existe dentro de nosotros, de modo que podemos comprender, al menos
un poco, lo que es el otorgamiento y el Creador. Éste es el motivo por el cual el hombre tiene
derecho a elegir. Si llegamos a la correspondencia correcta con el Creador, podremos utilizar nuestro
egoísmo para otorgar y, al hacerlo, crecer y avanzar.
Sin embargo, si queremos utilizar el placer que recibimos del Creador egoístamente, caeremos más
bajo que los demás. Tselem Elokim es el poder que se nos otorga desde lo Alto para que podamos
utilizar nuestro egoísmo correctamente. Ninguna otra criatura recibió algo así.
Y el temor a ti y el pavor a ti será sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en
todo lo que se moverá en la tierra, y en todos los peces del mar....
En la naturaleza, los jóvenes sienten humildad y temblor ante los viejos. Cuando el hombre pecó con
el Árbol del Conocimiento, el alto nivel de Luz que recibió anteriormente desapareció. Lo que quedó
fue sólo el deseo vacío, el deseo más grande creado en la tierra. Entonces el hombre sintió que él era
la criatura más inferior en la tierra. Tselem Elokim es la parte de nosotros que se asemeja a la
propiedad de Bina - otorgamiento. Esta parte en nosotros es que lo que nos permite comprender al
Creador y sus propiedades. Al elegir correctamente y restringir nuestros deseos, podemos trabajar
para el otorgamiento. Tselem Elokim es el poder del otorgamiento que el Creador dio exclusivamente
a nosotros.
El Diluvio
Normalmente el agua se refiere a la purificación del medio ambiente, la Luz de Jasadim
(misericordia). Sin embargo aquí las fuertes corrientes de agua que rodean al hombre se convirtieron
en inundantes y mortales. ¿Cuáles son esas fuerzas que en el exterior se asemejan a las aguas, pero
en realidad traen la muerte? Cuando una persona está abrumada por pensamientos y deseos
contradictorios externos y de todo tipo, esto se vuelve como el Diluvio. A pesar de que el Diluvio se
presenta como una fuerza muy dura, que puede destruir todo, esta misma fuerza purifica con su
dureza.
Sin embargo, sólo nos purifica si erigimos, tal como lo hizo Noé, el arca en torno nuestro. Noé
representa a la persona que cae en un estado en el que las pesadas aguas del Diluvio tratan de
distraerle de la ruta. Si la persona convive continuamente con fuerzas e intenciones ajenas, éstas se
convertirán en el Diluvio. No será capaz de escapárseles. Será bombardeado constantemente por
mortales deseos de la gente que le rodea, que le dictan lo que tiene que hacer.
Algunos anhelan el dinero, otros quieren poder o fama, etc.... Todo lo que nos rodea está impregnado
con los deseos de alguien más. Sólo una cosa puede salvar nuestra alma: una relación aún más
profunda con el propósito de la creación. Tenemos que construir una coraza, una pantalla, en torno
nuestro. Esta pantalla nos protegerá de los obstáculos externos que tratan de distraernos, seducirnos o
amedrentarnos. Si no podemos construir el escudo protector que nos resguarde de toda la locura
inútil de este mundo, no vamos a poder avanzar espiritualmente. El arca representa una pantalla, ésta
es una fuerza protectora que construimos individualmente. Aquel que tiene el propósito de la
creación no puede ser expuesto a ninguna otra influencia. El arca es sólo una de las muchas acciones
que debemos realizar si queremos avanzar espiritualmente.
El Hombre se Mejora un Poco - Un Poco se Mejora el Mundo
Noé es el siguiente hombre después de Adán. Él comienza todo el recorrido en la Tierra. En hebreo,
la tierra es Eretz; es nuestro deseo interior Ratzón. Uno no puede embarcarse en su viaje en la Tierra
(transformar algo dentro) sin primero asegurar este poder, este apoyo y el sistema interno que
liberará al hombre de todo obstáculo externo. El arca es el medio que Noé (es decir, el alma que
llegó a este grado espiritual) escogió a fin de avanzar hacia la meta.
El mundo entero existe dentro de nuestra alma. Representantes de toda la existencia y la raíz del
mundo están dentro de ella. Existimos en el nivel más alto de nuestro mundo, lo que significa que
nuestra alma incluye todas las almas animadas, vegetativas e inanimadas.
El mundo entero cambia de acuerdo a nosotros: si nos mejoramos un poco, se mejora un poco en el
mundo. Al ascender, es decir al corregirnos superando los obstáculos, elevamos al resto de la
naturaleza junto con nosotros. En este capítulo, el ejemplo de Noé nos muestra cómo debemos
comportarnos cuando nos encontramos en un entorno peculiar o enfrentamos obstáculos. En tal
estado, debemos tomar las partes ya corregidas de nuestra alma (es decir, animadas, vegetativas e
inanimadas, lo que se denomina “macho y hembra de toda carne”) y construir un arca en torno a
nosotros. Es decir, un escudo alrededor de nosotros que nos protegerá de todos los obstáculos
externos. Este blindaje tiene que ser absolutamente altruista. Si no necesitásemos nada, si fuésemos
completamente indiferentes a todo, excepto al propósito de la creación, entonces nada a nuestro
alrededor puede dañarnos. Si estamos conectados con el propósito de la creación simplemente nos
elevamos por encima de todos los obstáculos tanto que dejamos de sentirlos. No pueden afectarnos o
alterar nuestro camino.
El Creador nos enseña cómo construir nuestro escudo protector desde lo Alto. Se dice que Noé entra
en este escudo y el Creador “cierra la puerta tras él”. Fuerzas enormes, impuras e infractoras separan
a Noé del Creador. Noé tuvo que trabajar contra ellas todo el tiempo para poder corregir todas esas
fuerzas infractoras durante la siguiente etapa – el Diluvio. Esta es la esencia de nuestro progreso.
Es necesario intentar aislarnos, limitarnos de las influencias externas. Esto es lo que se denomina
‘construir el arca’. Tenemos que examinarnos un poco; apartarnos de todas las fuerzas infractoras de
este mundo y tratar de no interactuar con el cruel medio ambiente. Es necesario hacerlo a fin de
llevar algo dentro de nosotros que posteriormente ponga en marcha el desarrollo de la humanidad.
“La humanidad” se refiere a las fuerzas que nos ayudan a alcanzar al Creador. Entonces todas las
fuerzas que están a punto de ahogarnos se corrigen gradualmente, su corrección nos permite alcanzar
el propósito de la creación. Sin embargo, bajo ninguna circunstancia debe ser interpretada alguna
influencia como negativa. Al contrario, debe ser vista como necesaria, y como el medio deseado para
alcanzar la meta.
Es por esto que los poderes que surgen como obstáculos no son realmente nocivos. Al contrario,
deben sentirse como un llamado del Creador a utilizarlos para la siguiente corrección espiritual.
Después, podremos pasar a una nueva tierra. Esta tierra será purificada para nosotros y la veremos de
una manera diferente. Entonces, realmente, podremos continuar nuestro ascenso y crecimiento
espiritual.
Cuando Noé sale del Arca, El Creador le ofrece un pacto
Noé reside en su arca hasta que la tierra, es decir, todos los deseos (Eretz - tierra, de la palabra
Ratzón - deseo) están completamente inmersos en las aguas y se ahogan en ellas, es decir, en la Luz
de Jasadim (en la Cabalá, el agua se refiere a la purificación de la Luz de Jasadim). Hasta que el
resto de los deseos son suficientemente purificados, Noé permanece en el arca con el fin de
utilizarlos correctamente, es decir sólo para beneficio de su deseo personal interno. ¿Cómo sucedió
esto? Primero, Noé logró separar sus deseos de los deseos de los demás, desarrollando su anhelo por
lo espiritual como la única fuerza motriz. Después, se volvió a los deseos restantes, las acciones de
este mundo, y comenzó a utilizarles para el progreso espiritual.
Cuando Noé sale del arca, el Creador le ofrece un Pacto, es decir, una conexión, una unión con Él.
¿Por qué fue ofrecido este Pacto? Su objetivo fue recibir fortaleza del Creador y comenzar a vivir.
Quiere decir que Noé tiene que utilizar estos deseos recibidos recientemente, el nuevo terreno limpio
que surgió de las aguas y cultivar sus estados posteriores encima de este. La corrección que Noé
realizó (es decir, había mantenido la totalidad de sus fuerzas espirituales interiores suprimidas),
resultaron en su mérito de que el suelo emergiera. La tierra previamente maldita por el Creador ahora
rinde fruto y tiene vida, lo que gradualmente lleva al hombre hacia la corrección, el propósito de la
creación.
Para Alcanzar la Felicidad Incondicional los Deseos Tienen que Ser Incrementados, No
Disminuidos
Debemos entender que todo lo que nos rodea ha sido creado exclusivamente por la mera necesidad
de nuestra adhesión espiritual con el Creador. Nada se creó en vano ni para otro propósito. Por lo
tanto, el único desafío consiste en utilizar todo lo que existe a nuestro alrededor y dentro de nosotros
para sacar provecho de la genuina, eterna, verdadera meta. El objetivo en sí también tiene que
aclararse: ¿Es efectivamente verdadera y eterna? ¿Qué es esta meta exactamente? Todos los deseos
interiores y placeres circundantes no fueron creados sin razón. Por lo tanto, bajo ninguna
circunstancia el hombre debe simplemente rechazar algo.
Los principiantes suelen preguntar: “¿Hay que recluirnos, apartarnos de todo, apagar el televisor,
dejar de leer periódicos, o escuchar la radio?”. Por supuesto que no - tales limitaciones coercitivas no
traerán resultados. El mejor remedio es simplemente tomar los libros y empezar a “bañarse” con esta
agua pura, la Luz de Jasadim. Como resultado del correcto estudio, la Luz purificante desciende,
vertiendo sobre el hombre desde afuera, llenando sus adentros. De todos nuestros deseos, esta Luz
elucidará lo que se denomina “Noé”, aspirando específicamente hacia la meta verdadera. En
consecuencia, los deseos y las fuerzas que deben ahogarse primero en el agua, se mantendrán allí por
un tiempo, se purificarán y sólo se usarán después de esto.
Noé era como todos los demás, no se recluyó sino hasta el Diluvio. ¿Qué significa “Diluvio”? Es el
poder que necesitamos evocar mediante el intenso estudio de Cabalá. Cuando esta fuerza actúa en
nosotros con todo su poderío, nos obliga a entrar en el estado llamado “arca”. Por este motivo, hay
un período cuando el hombre renuncia a todos sus deseos y se recluye, necesitando estar solo (como
en este capítulo de la Torá). Más tarde, atrae el resto de los deseos y los utiliza, ya que sin ellos no
puede seguir progresando. El egoísmo, la voluntad de recibir placer es la única fuerza motriz, ya que
es lo único establecido por el Creador. De hecho, los grandes Cabalistas escaparon a las masas al
entrar en reclusión o clandestinidad. Sin embargo, sólo lo hicieron con un propósito específico,
mientras estaban en un muy alto nivel espiritual. Sólo después de que uno completa su corrección, el
camino de su vida, su misión en esta tierra, es cuando uno se aísla a fin de absorber totalmente el
mundo exterior en ese estado aislado. Más tarde, regresa y le ofrece el nuevo método de alcanzar la
espiritualidad a la nueva generación o a las futuras generaciones venideras.
Así, cualquier renuncia o restricciones coercitivas están fuera de lugar. Al estudiar Cabalá
correctamente (es decir, las leyes de la existencia, el Creador) y “bañarnos” con una amplia cantidad
de Luz Superior evocada por el estudio en el curso de muchas semanas y meses, vamos a separar
nuestros deseos. Tomaremos conciencia de cómo podemos dominar estos deseos y fuerzas, cómo
trabajar con ellos, entendiendo el equilibrio adecuado entre estos deseos y poderes y cual es el deseo
denominado “Noé”. El hombre tiene que alcanzar el nivel que le permita vivir simultáneamente tanto
en este mundo como en el resto de los mundos. Tiene que sentir toda la existencia que le rodea de la
misma manera que siente nuestro mundo. Pues el mundo es indivisible, y nuestra tarea es la eclosión
de nuestra cáscara interior, la que nos impide ver nuestro presente o futuro, la comprensión de
quiénes somos, la razón por la que hemos nacido y a donde vamos después de la muerte.
El propósito de la creación es que el hombre salga de esta pequeña cáscara y de debajo de toda la
esfera de la Existencia. Sin embargo, el problema es que uno puede estudiar con su mente,
lógicamente, o sensualmente alcanzar la percepción de nuestro mundo. Sucede que podríamos no
saber nada sobre el mundo espiritual, pero vivir en él porque lo sentimos. Siento calor, frío, luz,
objetos a mi alrededor, personas, fuerzas; me siento a mí mismo, después de todo. Sin embargo, no
me siento a mí mismo en relación con los mundos espirituales y lo que está en ellos, o la forma en
que estos mundos me influencian.
Y ahora vamos a abrir el Libro de Zohar, Capítulo Noé. Similar a la Torá, el Zohar está dividido en
capítulos, y aunque el idioma del Zohar difiere del lenguaje de la Torá, estos libros, eternos,
grandiosos, hablan del mismo propósito: la elevación del hombre al nivel del Creador, para recibir
placer eterno y absoluto.
El Libro de Zohar - Capítulo Noé
38. Hasta que Adán pecó, él no tenía nada de este mundo, en el sentido de que no tenía Kelim
(vasijas) para recibir la Luz de Jojmá.
308. Uvas - es la Luz de Jojmá. Si la Luz de Jojmá se recibe sin la pantalla, uno se emborracha, es
decir, pierde la habilidad de recibir por el bien del otorgamiento.
Y cuando la Luz de Jojmá se recibe vestida en la Luz de Jasadim, el vino trae la alegría de recibir
la Luz de Jojmá por el bien del otorgamiento.
327. Abraham, Isaac, Jacob y todos los profetas probaron el fruto del Árbol del Conocimiento del
Bien y el Mal y, sin embargo, se mantuvieron vivos.
Se sabe que el Árbol - Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal - trae la muerte: el que toma su
fruto, muere envenenado.
Vamos a aclarar que el Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal es la Nukva de ZA que debe
estar siempre conectada al resto de los Sefirot (otros árboles del jardín). Sólo entonces uno puede
tomar sus frutos y recibir el placer de conocer. Esta es la razón por la que Abraham, Isaac, Jacob
y todos los profetas podrían comer el fruto del Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal sin dolor.
Pero para quienes no conectan Nukva a ZA, a un marido, sino que se deleitan exclusivamente en
ella misma, ella se convierte en el ángel de la muerte. Y como se dice, el día que él come la Nukva
misma, separa al Creador de Su Shejiná y es condenado a muerte.
No hay necesidad de sentenciar al hombre a muerte. La desaparición de la Luz es muerte en sí. La
Torá no castiga la transgresión. La muerte espiritual es perder la conexión con el Creador. Aun no
hemos alcanzado ese nivel, mientras que vivimos en este mundo.
La persona que nunca ha tenido conexión con el Creador, no siente lo que se pierde. Existiendo por
debajo de la línea del Majsóm (la barrera que separa los mundos espiritual y corporal) no percibimos
la espiritualidad y, por lo tanto, no somos considerados muertos. Sólo la persona que sabía que vivía
y sentía la Luz del Creador, pero después dejó de recibirla, puede llamarse muerto. Sólo se puede
determinar si se está en este estado por sí mismo, y pronunciar su propia muerte espiritual. En esta
condición, él lamenta lo ocurrido y sufre inmenso dolor, que en sí, es una fuerza capaz de revivirlo
después en un grado espiritual aún mayor.
Sin sentir la muerte espiritual, uno no puede sentir la vida. No hay un solo hombre justo que no haya
pecado, mientras hacia el bien. El pecado siempre impide al Mandamiento. Y cuando uno se da
cuenta de todo el mal, sintiendo su propia muerte espiritual, entonces uno recurre al Creador y pide
que se le conceda vida.
El Lenguaje de la Cabalá
Utilizando solo algunos textos del Pentateuco como un ejemplo, demostramos cómo la Cabalá
descubre el significado secreto de la Biblia. El significado sigue siendo secreto sólo hasta que el
hombre se embarca en los estudios Cabalísticos, en el proceso del cual descubre todos los
significados secretos.
Usted ya tiene una idea del “lenguaje de las ramas”, utilizado por los Cabalistas. Sabemos que los
mundos Superiores e inferiores son paralelos y que todo lo existente en el mundo Superior desciende
al nuestro. Todos los eventos se conciben en el mundo Superior y luego descienden a nuestro mundo.
Notablemente todos los poderes y señales descendentes coinciden con un objeto correspondiente de
este mundo de una manera precisa. No hay un solo objeto en este mundo, o un solo fenómeno, que
no sea resultado del Mundo Superior.
En la definición de algunos términos esenciales en la Cabalá:
 Luz – el placer que llena la creación.
 Lugar – el deseo de recibir en la creación, es el “lugar” para todo placer-Luz en ella.
 Movimiento – a cada renovación de propiedades se le denomina movimiento espiritual,
puesto que se separa de la forma anterior o propiedad y recibe su propio nombre. Esto se
asemeja a una parte de un objeto material que se desprende del mismo, se mueve y se aleja de
su lugar anterior.
 Nombre - es una explicación de cómo puede ser alcanzada la Luz a la que se refiere el
nombre. En otras palabras, el nombre del grado espiritual se refiere a métodos y formas para
alcanzar el grado determinado.
Señales del Creador
En la Torá (Pentateuco), Moshe (Moisés) explica la ciencia para alcanzar el mundo Superior. Sin
embargo, nos es prácticamente imposible ir más allá de los numerosos detalles ancestrales, históricos
y otros que allí se describen. Somos incapaces de ver algo más profundo que estas historias, de sentir
los secretos que los Cabalistas afirman se ocultan allí. El hombre puede buscar códigos bíblicos y
descubrir todo tipo de dependencias ahí. Hay millones de variadas conexiones en cualquier parte de
la Torá, ya que cada parte está conectada entre sí. Las personas han contado el número de letras,
palabras, expresiones, bloques y más. Recientemente, utilizando la tecnología de la informática, se
ha realizado un enorme trabajo en la investigación de la estructura interna de la Torá, los tipos de
letras, y sus partes. Ultimadamente, no le da nada a la persona porque carece de la comprensión de
lo que está detrás de cada símbolo, punto y curva de una letra, o las combinaciones o cierta
transferencia de palabras.
La Torá en su estado original, se registra como una sola palabra, sin lagunas. Más tarde, esta única
palabra se divide en palabras. Éstas, a su vez, se dividen en letras y las letras en elementos. Como
resultado, analizamos una letra: un punto y una línea que sale de ella. El punto negro sobre un fondo
blanco se refiere a la fuente de Luz, es decir, la Luz que surge de éste. Si la Luz desciende desde lo
Alto hacia abajo, es decir, desde el Creador hacia la creación, entonces una línea vertical simboliza
esto. Una línea horizontal simboliza la Fuerza Superior relacionándose a la existencia entera.
Básicamente, las letras constituyen toda la información que emana a nosotros del Creador. Todas las
posibles combinaciones de líneas y puntos sólo dependen de estas dos señales que se nos envían:
 Señales personales que el Creador envía al hombre: una línea recta;
 Señales generales que el Creador envía al hombre: línea horizontal;
 Varios estados entre ellos.
Así es como todas las señales crean un código, una correlación entre el hombre y el Creador.
Notablemente, puede verse diferente a cada instante, porque también en todo momento el estado de
cada alma se ve diferente.
Si una persona recibe la instrucción correcta al aprender la Torá, entonces al ver estos símbolos en
cada una de sus combinaciones, él ve su estado pasado, presente y futuro. Pero, para poder ver esto,
no es suficiente con simplemente leer el texto. La clave para leer la Torá correctamente, así como las
instrucciones para entrar al mundo espiritual, es el Libro de Zohar. Zohar significa resplandor.
Contiene comentarios sobre las cinco partes de la Torá y explica lo que está oculto en el texto de
Moshe.
El Libro de Zohar representa todas las propiedades y combinaciones de Luz y vasija (Kli). Los libros
Cabalísticos nos pueden decir lo que cada elemento de una letra significa. Cada letra representa un
cierto estado. Como ejemplo, mi estado actual, en este momento, estoy cansado, siento algo, tengo
algunos pensamientos que se manifiestan de alguna manera en el nivel animalista; estoy sano o
enfermo, estoy en un estado espiritual más o menos elevado, etc. Si examino y describo todo eso,
seré capaz de expresarlo utilizando un símbolo determinado. Este símbolo se denomina letra.
Letras Negras sobre Fondo Blanco
La Luz en los mundos debe tener un límite de propagación. Sin embargo, para describir los actos de
la Luz, tiene que haber tanto una fuerza que la atrae, como una que la restringe. Estas dos fuerzas han
de actuar de manera simultánea. Similarmente, sólo la restricción nos permite recibir cualquier
sensación que entre a través de nuestros sentidos. Se debe a que la superficie de un objeto (sonido,
luz o cualquier tipo de onda) choca con nuestro órgano de percepción, restringiendo su propagación
y, así, nos permite sentirlo.
El fondo blanco es sencillo. Ésta es la Luz que es invariable y, por tanto, nos es imperceptible.
Cualquier cosa que podemos discernir sólo puede ser expresada al restringir la propagación de la Luz
blanca. Los diferentes tipos, niveles o sus restricciones, son denominados letras. Esta es la razón por
la que vemos cuatro límites contra un fondo blanco y alcanzamos sólo cuatro restricciones.
Independientemente de su idioma, hebreo, ruso, lituano, no importa, cualquier letra consistirá de luz
negra (parte aún no corregida) y espacios blancos en los que está escrito. La letra se basa en el
contraste entre blanco y negro.
De esta manera, una letra expresa la medida en la cual las propiedades del Creador difieren de las
propiedades de la creación en nuestra conciencia. Las propiedades del Creador son absolutamente
blancas e incomprensibles para nosotros. En contraste, clasificamos y expresamos las propiedades de
la creación en relación con el Creador de acuerdo a la forma como nos sentimos en relación con Él.
Esta relación es lo que comprende las letras, los símbolos, así como nuestra comprensión.
Consiguientemente, es el único medio para percibirnos, nuestra dependencia y nuestra falta de
similitud con la Luz circundante. Somos incapaces sentir los estados, cuando sólo hay negro (es
decir, sólo vernos a nosotros), o cuando sólo hay blanco (sólo ver al Creador). Observando más
detenidamente, vamos a darnos cuenta que todos nuestros sentimientos y sensaciones se basan en el
contraste, uno contra el otro. Por lo tanto, utilizando el alfabeto, que existe en cualquier idioma,
podemos describir nuestros estados, ascensos y descensos.
En general, podemos reescribir toda la Cabalá en cualquier otro idioma. Sin embargo, al alcanzar el
Mundo de la Infinidad, las letras se desvanecen ya que la propiedad negra en ellas, la propiedad de la
creación, se torna equivalente a la Luz, la propiedad del Creador. Si el deseo ha adquirido una
pantalla, refleja todo de sí. En hebreo se denomina Masaj.
Surge la pregunta: si los deseos no desaparecen, entonces ¿cómo podemos decir que las letras lo
hacen? Letras desaparecen debido a que la letra se basa en sentir la diferencia entre el Creador y su
creación. ¿Qué significa “disolver”? Las letras representan información sobre el Creador que se
convierte en infinito, totalmente completo, y por lo tanto ya no expresable en la forma de una
restricción - en forma de letras. En otras palabras, no es disolución o desaparición. Por el contrario,
el conocimiento se vuelve tan inmenso que es imposible de describirlo o explicarlo por medio de
nuestro lenguaje restringido, pues el lenguaje se basa en la restricción.
Las letras, símbolos y discursos sirven para transmitir el conocimiento espiritual, y el alcance. Cada
letra de cada alfabeto contiene su significado espiritual, porque la gente expresa sus sensaciones a
través de los libros. Cualquier sensación, no sólo humana sino también animal, representa una
percepción inconsciente del Creador. Nadie entiende esto, pero en realidad cuando un poeta, por
ejemplo, compone un verso que representan su amor por una mujer, niños, el sol, la luz, o incluso en
la descripción de su sufrimiento, él está expresando sus impresiones de la Luz que actúa sobre él, lo
quiera o no.
Pregunta: ¿El lenguaje desempeña un papel significativo en la manera en que la información
Cabalística se transmite?
Esta pregunta básicamente habla sobre si es posible transmitir los conceptos espirituales y su
significado utilizando diferentes letras o palabras de diferentes idiomas. No, no hay ninguna
diferencia en cual idioma se utilice para transmitir los conceptos espirituales, ya que estamos
expresando nuestras sensaciones. Escuche, por ejemplo, mugir a una vaca y trate de entender, de
sentir lo que está tratando de “decir”. ¿Qué significa su idioma? Mientras tanto, en el nivel
animalista, expresa la sensación de la naturaleza, la sensación del Creador. Y, efectivamente, nuestra
comunicación con los demás, nuestras palabras, expresiones, exclamaciones, saludos, y suspiros son
diferentes formas de expresar nuestra sensación del Creador.
Lo que creo que es la Luz, mi sensación del Creador, y si me parece que Lo percibo a través de
usted, a través de alguien más o de algún espacio interior, no importa. En ocasiones esta sensación es
la correcta, porque tanto adentro como afuera – todo es el Creador. Todo es sino la manifestación de
la fuerza general; esa fuerza es lo único que existe además de la vasija-Kli-creación, y nos dirigimos
sólo a ésta. Todos nosotros expresamos la manera en la que el Creador influye en nosotros, la forma
en que percibimos y sentimos al Creador y nuestra reacción a su influencia. Por lo tanto, no es
importante qué idioma utilicemos.
El libro del Zohar está escrito en arameo, el lenguaje del vulgo en Mesopotamia. Los Cabalistas
pudieron expresarse libremente utilizándolo. El Talmud Babilónico también está escrito en arameo,
sin embargo ya es un poco diferente al arameo del Libro de Zohar, ya que para entonces era una
época diferente. Simplemente, los Cabalistas de esa era vivían en Babilonia y el arameo era su
lenguaje hablado.
Más tarde, después de que los antiguos griegos conquistaron Judea, muchas palabras griegas se
incorporaron al hebreo. Usamos muchos términos griegos, no sólo palabras sino también
definiciones. En este caso, son palabras tomadas del lenguaje griego y esto no les quita la
exhaustividad de la información transmitida del recuento de la estructura del mundo espiritual.
Pregunta: ¿Por qué es el hebreo el idioma de la Cabalá?
La totalidad de la Cabalá describe los grados para acercarnos más al Creador, para percibirle. Los
Cabalistas eligieron este idioma para poder comunicarse entre sí. Ellos transmiten sus conocimientos
en la forma de palabras y símbolos de nuestro mundo, similar a como los matemáticos en nuestro
mundo expresan información a través de fórmulas y los músicos, con la ayuda de notas. Ambos tipos
de Cabalistas, los que escriben y los que leen, entienden lo que quiere decir allí, lo que estas palabras
implican en la Cabalá. La palabra es un código, que apunta a un objeto espiritual específico y a su
estado en particular. Al leer una palabra, otro Cabalista puede volver a crear este estado, como un
músico puede volver a crear el sonido. En otros mundos, un Cabalista puede sentir lo que su colega
implica con esta palabra. Él puede sentir exactamente lo que su autor tenía en mente.
El lenguaje es sólo el registro de la información emocional percibida como la influencia de la Luz y
el deleite. No necesitamos un idioma para nosotros dentro de nosotros mismos, pues son
sentimientos. Sin embargo, cuando queremos expresar nuestras sensaciones a los demás, debemos
vestir nuestras sensaciones en algo comprensible para una persona a quien queremos transmitir
nuestras sensaciones. El lenguaje es el vestido de las sensaciones. No hay ninguna diferencia en qué
idioma sea. Simplemente los Cabalistas eligieron el hebreo y presentaron toda la información en ese
idioma, utilizando el arameo - un poco del lenguaje hablado de Mesopotamia.
El Libro de Zohar fácilmente utiliza idiomas “extranjeros” utilizados en la tierra de Israel en el
momento en que el libro fue escrito (griego, etc.). Seguimos de manera natural a los Cabalistas y
también utilizamos este idioma. Le hice a mi Maestro, Barúj Ashlag, la misma pregunta y me dijo
que cualquier lenguaje puede ser adaptado para transmitir información espiritual; sin embargo, ya
que los Cabalistas habían descrito todo en hebreo, que ya habían compuesto un diccionario de “raíz y
rama”, este lenguaje es ahora la base de la Cabalá. El hebreo es considerado un idioma sagrado
puesto que nos trae a la santidad, a las propiedades del Creador.
¿Qué es, básicamente, lo que queremos expresar? Expresamos sensaciones humanas. Podemos
utilizar el lenguaje de la música, la Luz, o cualquier otro lenguaje. Todo lo que nos permita expresar
sensaciones y conceptos humanos, es decir, el proceso de percepción puede ser utilizado como
idioma. Podemos hablar sobre la espiritualidad utilizando cualquier idioma. La singularidad del
hebreo es que ya se nos ha dado el código. Pero si hubiese un Cabalista que dominase por completo
las raíces de algún otro idioma, sería capaz, también, de hacer lo mismo utilizando cualquier otro
idioma.
Las fuerzas que están detrás de las letras hebreas están interconectadas sutilmente. Las formas
particulares de las letras hebreas expresan estos vínculos. Sin embargo, podríamos también expresar
estas correlaciones en otros idiomas. La forma de las letras en otros idiomas, proceden esencialmente
de la misma raíz que las letras hebreas. Sin embargo, se han alterado ya que la conexión entre las
letras de otros idiomas y las raíces espirituales son diferentes.
Pregunta: ¿Cómo podemos describir las sensaciones de alguien que existe sensualmente en el
mundo del Infinito?
Los Cabalistas no tienen manera de describir el alma que existe en el nivel del Infinito, ya que
comprendemos, aceptamos y sentimos todas nuestras letras y formas de transmisión de información
únicamente dentro de los límites, no en el Infinito.
Sin límites, no hay sensaciones. Nuestra percepción se basa en el contraste: negro-blanco, amargo-
dulce, bueno-malo, agradable-pésimo; todas nuestras sensaciones emergen en la coyuntura de dos
fuerzas opuestas. Esto se asemeja a nuestros instrumentos de medición, en que todos ellos se basan
en la resistencia. Siempre tienen algún resorte de resistencia y lo que se mide es su resistencia, que
equivale a la presión ejercida sobre él. Nuestras sensaciones de todo tipo se basan en esas
comparaciones, ya que tal es nuestra naturaleza. Pero cuando el hombre comienza sentir el Infinito,
la recepción ilimitada para el bien del Creador, este límite, por así decirlo, desaparece. Se hace
imposible describir estas sensaciones utilizando símbolos comprensibles para nosotros, pues todos
ellos se basan en la contradicción, en la colisión, en el surgimiento de algún tipo de límite.
Todas las letras se componen de elementos negros sobre fondo blanco, es decir, que se escriben en
contrastes, en impresiones de izquierda a derecha, en limitaciones y en transferencia. Todas las letras
son un retrato preciso de determinados puntos, acumulándose en ciertas direcciones. Sin esto,
simplemente no sabemos qué sentir y cómo sentirlo. Por esta razón somos completamente incapaces
de describir la existencia más allá del mundo del Infinito y lo Alto. Es decir, no podemos hablar
sobre el Creador, realmente, no podemos por ahora.
El Lenguaje de la Música Cabalística
Las sensaciones espirituales también pueden ser transmitidas mediante el lenguaje de la música. La
ventaja de este lenguaje es que incluso la persona que no ha dominado cualquier otro lenguaje
Cabalístico, que aún no puede ver la información espiritual, puede ser emocionalmente inspirado
aunque sea un poco, por las sensaciones del mundo espiritual experimentado por el Cabalista que ha
creado esta música. Esto es factible porque la melodía que entra en la persona penetra en ella sin
ninguna resistencia, ya que no es transformado por el pensamiento o la mente, la percepción o el
análisis. Por el contrario, entra directamente al corazón. Sin darse cuenta, la persona comienza a
sentir desde su interior acciones contenidas en la música o lo que está oculto en esta.
¿Qué es tan interesante y especial acerca de la música Cabalística? Es lo que el Cabalista siente en el
mundo espiritual. Siente el mundo Superior, la manifestación del Creador. Esta manifestación puede
ser expresada en forma de poemas, canciones, melodías, etc. - en cualquiera de las posibles formas
de registro de las sensaciones internas del hombre. Sin embargo, de todos los lenguajes, de todas las
formas de transmisión de información de persona a persona, el lenguaje de la música es el más
inmediato, el más accesible, el más directo, que no requiere explicaciones. Se construye a partir del
hecho de que compartimos sentimientos y percepciones comunes, y esto se debe a que pertenecemos
a la especie humana que puebla este planeta. Esta música hace aproximadamente el mismo efecto
sobre personas de mentalidad totalmente diferente, que no están acostumbrados a este tipo de
música.
Cuando escuche las melodías Cabalísticas, simplemente trate de sentirlas directamente, ábrase a su
percepción, a fin de que estas melodías puedan ejercer una influencia directa sobre usted,
penetrándole directamente. Más tarde verá y sentirá que al escuchar estas melodías, aunque sea de
vez en cuando, le da los mismos resultados que muchas horas de serios estudios Cabalísticos. Estas
melodías articulan la conexión entre el hombre y el Creador. Esta conexión consta de dos
componentes: el deseo (Kli, la vasija espiritual, el alma) y el llenado de la Luz (la sensación del
Creador). Si una persona, un Cabalista, quiere mostrar cómo se percibe al Creador, cual deseo
emplea para acercarse a Él, escuchamos música triste. Por otro lado, si habla del llenado de sus
deseos, percibimos la música como Luz, alegría, y, en ocasiones, como un dulce anhelo.
Aunque las melodías Cabalísticas suenan tristes, y tienen un tono melancólico, debemos darnos
cuenta de que sólo se oye de esta manera. Sin embargo, usted tiene que tener en cuenta que lo que un
Cabalista siente cuando escucha estas melodías es entusiasmo, grandeza y excelsitud. Lo que
significa que esto es algo que le eleva y le mantiene en el aire. Las melodías Cabalísticas transmiten
esta sensación precisamente, así que no las aprehende como sufrimiento, sino como admiración,
ascensión, como el sabor de estar conectado con el Creador.
Todas las melodías Cabalísticas expresan determinados estados espirituales. Si bien es beneficioso
escucharlas, hay que recordar constantemente que al hacerlo, intentamos penetrar la información que
se transferirá en el proceso de escuchar, ya que estos sonidos también contienen una onda que ni el
oído ni el corazón son capaces de detectar. La música afecta nuestros Reshimot, nuestros genes
espirituales de información, desde adentro. Esta onda los desarrolla. De esta manera, comenzamos a
sentir las capas espirituales más sutiles.
Pregunta: Por alguna razón, cuando escucho la música Cabalística, me pongo triste. Más esa música
existe a fin de elevar el estado de ánimo, ¿no?
Si usted existiera en los niveles narrados por esta música, usted se disolvería en el océano de la
abundancia, del placer y de la Luz como un niño en manos de su madre. Sin embargo, ya que la Luz
de esta música le llega desde lejos, lleva toda la información de todos los peldaños que le separan del
grado del cual esta música proviene. En estos sonidos, usted escucha sufrimiento, el anhelo de los
Kelim-vasijas-almas por la Luz.
Pero a medida que usted asciende más y más alto, en lugar de melancolía sentirá más y más ternura y
la dicha de unirse con el Amado. La música es el sufrimiento por lo distante y el deleite de lo íntimo.
Es como cuando tiene hambre, pero ve un banquete, su hambre es alegría y placer. Pero si usted tiene
hambre y la mesa está vacía, entonces el hambre le trae sufrimiento.
Revele al Creador - la fuente de la perfección, la eternidad, el deleite, y no sentirá su deseo como
sufrimiento, ¡sino que será el medio para sentir la vida!

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