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ciencia

Antígona Segura

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Mundos habitables
más allá del sistema solar
Hemos detectado más de 5 mil exoplanetas que nos han maravillado con su diversidad y
nos preguntamos si entre ellos habrá alguno que sea habitable. Para comprender todas
las posibilidades, requerimos estrategias que nos permitan identificar esos mundos e
instrumentos que nos permitan hacer realidad la detección de vida en ellos.

La vida como la conocemos

H
ubo una vez un planeta cubierto por un océano de lava y envuelto en va-
por de agua, golpeado constantemente por enormes rocas provenientes del
espacio. Mientras la lluvia de rocas espaciales cesaba, la superficie de roca
fundida se enfrió, y el mundo se cubrió de tierra y océano. En ese mundo, los com-
puestos que se encontraban en la atmósfera, la tierra y el agua, se combinaron y
concentraron hasta formar a los primeros seres vivos.
Ésta es la historia de la Tierra, formada hace 4 500 millones de años y donde
tenemos evidencia de que la vida surgió hace unos 3 500 millones de años. Una
de las preguntas que nos hacemos en la astrobiología es si pueden existir otros
mundos donde la vida pueda surgir y evolucionar; es decir, mundos habitables, y para
responderla estudiamos el fenómeno de la vida terrestre, la única que conocemos.
La vida en la Tierra puede generalizarse considerando que está hecha de moléculas de
carbono y requiere agua líquida para que éstas se encuentren, reaccionen y se acumu-
len. Este requerimiento no es extraordinario, pues el carbono es el cuarto elemento
más abundante del universo, y en los lugares donde se forman los planetas y las estre-
llas el agua es un compuesto abundante que se encuentra como gas o hielo. Aplicando
la generalización de la vida en la Tierra, un planeta potencialmente habitable debe te-
ner carbono y agua líquida; el primero es muy abundante, así que lo damos por hecho;
en cambio, la presencia de agua líquida requiere condiciones mucho más específicas.

Mundos habitables
Tenemos un solo ejemplo de vida, pero muchos planetas para explorar la diferen-
cia entre ellos y nuestro mundo. Marte, por ejemplo, fue similar a la Tierra en el

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que la atmósfera es fundamental para proveer la pre-


sión y temperatura suficientes para mantener agua
líquida en la superficie.
Venus tiene una masa y radio similares a los de
la Tierra, pero su atmósfera es mucho más masiva
(92 veces, para ser exactos). En este mundo la tem-
peratura superficial es de 462 °C, el agua está en
forma de gas y es poca, pero hay datos que indican
que en el pasado tuvo mucha más agua que se es-
capó al espacio. Su problema fue su distancia al
Sol (0.72 veces la distancia entre la Tierra y el Sol).
Nuestra estrella ha ido aumentando lentamente
su luminosidad y lo seguirá haciendo durante otros
5 000 millones de años más. De manera que cuando
se formaron los planetas, el Sol era 25% menos bri-
llante que ahora. Si un planeta mantiene la cantidad
de gases de efecto invernadero en su atmósfera, pero
recibe más energía de su estrella, entonces aumen-
tará su temperatura. En Venus esto provocó que el
agua se evaporara causando un “efecto invernadero
desbocado”. El agua, al igual que el CO2, es un gas
de efecto invernadero. Si el planeta se calienta, hay
mayor evaporación de los océanos, el vapor de agua
atmosférico aumenta la temperatura, lo que incre-
menta la evaporación y así sucesivamente hasta
que toda el agua de la superficie se evapora. En la
atmósfera, los componentes del agua (hidrógeno y
oxígeno) son separados por la radiación ultravioleta
pasado. Hace 4 000 millones de años las atmósferas (uv) del Sol, y el hidrógeno se va escapando lenta-
de ambos estaban compuestas de bióxido de carbono mente hacia el espacio haciendo imposible recupe-
(CO2) y nitrógeno (N2), tenían agua líquida en su rar el agua. Venus nos muestra que la energía que
superficie y volcanes activos. Pero Marte tiene una recibe un planeta de su estrella debe ser suficiente
décima parte de la masa terrestre y su gravedad no para calentarlo, pero no tanto para que inicie un
pudo retener a la atmósfera. Entre los impactos de efecto invernadero desbocado. Si la radiación que
asteroides, el viento solar y reacciones químicas con recibe el planeta es muy poca, entonces el planeta
la superficie marciana, la atmósfera se fue perdiendo se congelará.
hasta quedar sólo una tenue capa cuya presión no era Así, tenemos dos requisitos para un mundo ha-
suficiente para mantener agua líquida en la superfi- bitable: que tenga una masa suficiente para retener
cie. Además, el efecto invernadero causado por el una atmósfera con gases de efecto invernadero y que
CO2 en la atmósfera también disminuyó, enfriando reciba suficiente energía de su estrella para que el
el planeta. Ahora Marte es un desierto helado don- agua no se congele ni se evapore a escala global. Po-
de el agua se encuentra congelada en los polos y en demos pensar en otros cuerpos del sistema solar;
la superficie. Nuestro vecino nos da las primeras lec- por ejemplo, Júpiter, un gigante compuesto de hidró-
ciones sobre habitabilidad planetaria. Una es que un geno y helio donde hay agua pero ésta se encuentra
planeta habitable puede dejar de serlo. La segunda es en una baja proporción y en condiciones extremas

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de presión y temperatura. Así pues, el tercer requisi-


to de nuestro mundo habitable será que sea un mun-
do con una superficie sólida; es decir, hecho de roca,
como la Tierra, Venus o Marte.
Los ejemplos del sistema solar no sólo nos sirven
para establecer las características de un mundo ha-
bitable, sino también para construir un concepto
fundamental para la astrobiología: la zona habitable
(zh). La zh es la región alrededor de una estrella en
la que un planeta rocoso con atmósfera recibe su-
ficiente energía estelar para mantener agua líquida
en su superficie (Kopparapu y cols., 2013). Esta zona
nos da una primera aproximación respecto a la es-
trategia de búsqueda de planetas potencialmente
habitables, pero tiene limitaciones. Para calcularla
se requieren modelos numéricos que simulan atmós-
feras con composiciones específicas; la más común
es de CO2, N2 y agua, porque ésa es la más probable
para planetas rocosos. Hoy en día los cálculos de la
zh se han ampliado para incluir otras variables; por
ejemplo, la cantidad de radiación uv que le llega al
planeta o la cantidad de agua que contiene en la
superficie o composiciones atmosféricas distintas.

Más allá del sistema solar


Con estas herramientas, podemos iniciar nuestra
búsqueda de mundos habitables alrededor de otras
estrellas, mundos a los que llamamos “exoplanetas”. apariencia, podría pensarse que la Tierra es un mun-
Hemos detectado más de 5 000 y sus características do océano, pero en realidad es una roca seca, pues
nos han sorprendido. Para entender su diversidad, menos del 1% de su masa es agua, mientras que los
volvamos al sistema solar. Aquí hay de tres “sabo- planetas océano tendrían porcentajes de agua mu-
res”: los rocosos (Mercurio, Venus, Tierra y Marte), cho mayores.
los de hidrógeno y helio (Júpiter y Saturno) y los Una pregunta pertinente es si algunos de estos
gigantes helados (Neptuno y Urano), hechos de una mundos podrían ser habitables. Ciertamente, un mun-
combinación de hielos de agua, amoniaco, metano do océano tiene mucha agua y una supertierra po-
y roca. Curiosamente, los exoplanetas más comu- dría mantener agua líquida en su superficie. Aquí
nes tienen radios y masas mayores a los de la Tierra, es cuando los modelos de habitabilidad se hacen más
pero menores a los de Neptuno. En el sistema solar complejos. Por ejemplo, hay un debate alrededor de
no hay nada igual. El reto es saber si estos mundos la existencia de vulcanismo en las supertierras. El
son versiones pequeñas de Neptuno, minineptunos, vulcanismo permitiría reciclar la atmósfera que re-
o versiones gigantes de la Tierra; o sea, supertierras. acciona químicamente con la superficie, quedando
Las supertierras serían mundos rocosos capaces de “atrapada” en ella. Un mundo sin vulcanismo even-
retener atmósferas de hidrógeno molecular (H2). tualmente perdería su atmósfera. En los mundos
Otra posibilidad es que sean planetas océano. Por su océano, en cambio, la falta de una superficie de roca

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■ Figura 1. Características de las enanas M comparadas con el Sol.

podría hacer imposible el origen de la vida, pues se en la vecindad solar y, por si fuera poco, la mayoría
ha demostrado que la interfaz de la superficie y el de los planetas considerados potencialmente habi-
océano fue fundamental para concentrar compues- tables están alrededor de ellas. Sus características
tos que eventualmente formaron las primeras célu- generales pueden verse en la Figura 1. Las enanas M,
las. Otra posibilidad es que la vida haya surgido en al igual que el Sol, están en una etapa llamada se-
volcanes submarinos donde el agua a altas tempera- cuencia principal, en la que obtienen energía a partir
turas y presiones disolvió minerales que resultaron de la conversión de hidrógeno en helio. Durante
indispensables para la vida, como el hierro y el azu- esta etapa las estrellas aumentan lentamente su lu-
fre. Los mundos océano podrían proveer ambientes minosidad de manera que proveen una cantidad de
similares si tienen zonas donde el fondo del océano energía relativamente estable que puede aprove-
esté en contacto con roca, pero esto es sólo una po- charse en un planeta para ser habitable. Una vez que
sibilidad; el agua también podría estar en forma de consumen el hidrógeno en sus núcleos, las estrellas
hielo o un superfluido, de manera que no necesaria- sufren cambios que vuelven imposible la vida en sus
mente serían oasis para la vida. planetas. Las enanas M se mantienen en la secuen-
cia principal por mucho más tiempo que una estre-
lla como el Sol (Figura 1), lo que permitiría que la
Bajo la luz de otra estrella vida surja y evolucione. Su baja luminosidad im-
Al igual que los planetas, las estrellas también vie- plica que su zh estará mucho más cerca de la estre-
nen en muchos tamaños. Las más pequeñas se lla- lla, comparada con la de una estrella como el Sol
man enanas M o enanas rojas debido a su color, y (Figura 2). Cuando una estrella y su planeta se en-
nos importan porque son casi el 75% de las estrellas cuentran así de cerca, el planeta va frenando su rota-

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■deFigura 2. Comparación de la órbita de Próxima b con la órbita de Mercurio, el planeta más cercano al Sol. La zona habitable
Próxima Centauri se muestra en verde. El tamaño de las órbitas comparado con el de las estrellas no está a escala.

ción hasta que ésta se sincroniza con su translación. nas M producen mucha más radiación uv de la que
Esto le sucedió al sistema Tierra-Luna y por eso hay deberían porque la mayoría de ellas son “activas”. La
una cara de la Luna que nunca vemos. En el caso actividad estelar se debe a que el campo magnético
de una estrella y su planeta habrá un hemisferio que de la estrella interacciona con la atmósfera estelar
siempre esté iluminado y otro no. Durante un tiem- provocando que ésta emita más rayos X y uv de lo
po se pensó que esto haría que el planeta fuera in- esperado. El trabajo que realicé con James Kasting
habitable, pues la atmósfera estaría muy caliente de (Universidad Estatal de Pensilvania) y más tarde
un lado y se escaparía al espacio, mientras que del con el grupo dirigido por Victoria Meadows (Uni-
otro lado se congelaría y depositaría en la superficie. versidad de Washington), sobre la química atmosfé-
Pero se demostró que una atmósfera tenue de CO2 rica de planetas alrededor de enanas M, reabrió las
podría distribuir el calor de un hemisferio al otro de puertas no sólo para estudiar el potencial de habita-
manera que estos planetas podrían ser habitables. bilidad de sus planetas, sino también para estudiar
Sin embargo, las enanas M seguían siendo ignoradas más a detalle a estas estrellas y los efectos que su ac-
en las listas de estrellas para buscar planetas poten- tividad tiene en la habitabilidad planetaria (Segura,
cialmente habitables. 2010). En la unam, mi grupo de trabajo estudia el
A principios de este siglo pasaron dos cosas: una potencial de habitabilidad de estos exoplanetas y el
fue que las técnicas observacionales favorecieron la efecto de la actividad estelar en la química atmos-
detección de planetas menos masivos alrededor de férica y la formación de compuestos relevantes para
enanas M y la otra fue descubrir que la radiación uv la vida. Para ilustrar la complejidad de estudiar la
que emitían estas estrellas daba como resultado una habitabilidad de exoplanetas, vayamos al sistema
química atmosférica particular. Resulta que las ena- planetario más cercano al Sol.

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La vecina de al lado los instrumentos actuales no nos permiten saber si


Próxima Centauri es una enana M activa a sólo 4.2 tiene atmósfera. Lo que sí sabemos es que una estre-
años luz de distancia y alrededor de ella se encuen- lla como ésta, antes de iniciar la etapa de secuencia
tra Próxima b (los exoplanetas se nombran como su principal fue mucho más brillante y luego bajó su
estrella más una letra que se elige a partir de la b, luminosidad, y en ese entonces debió de emanar mu-
según se van descubriendo). Próxima b tiene apenas cha más radiación en forma de rayos X y uv. Esto
un 7% más masa que la Tierra y cae dentro de la fa- implica que en sus inicios el planeta debió de recibir
mosa zona habitable, pero ¿es un mundo habitable? suficiente energía para que se evaporara su agua y
Bueno, en principio no sabemos si es un mundo ro- quizás también para que perdiera su atmósfera, aun-
coso. Para restringir su composición necesitamos su que esto depende de la cantidad inicial de ambas,
masa y su radio, y sólo tenemos la primera. Además, cosa que desconocemos. Por otro lado, la radiación

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uv emitida por Próxima Centauri durante esta etapa usamos sólo las siglas o lo llamamos Just Wonderful
pudo ser la fuente de energía para que se dieran los Space Telescope). Será hasta la siguiente generación
primeros pasos hacia el origen de la vida en su pla- de telescopios, tanto en la superficie como en el es-
neta, suponiendo que el agua y la atmósfera hayan pacio, cuando podremos estudiar estas atmósferas y
sobrevivido. La comunidad astrobiológica ha explo- establecer si los planetas son habitables y, tal vez,
rado varios escenarios para Próxima b, pero la res- encontrar huellas de actividad biológica.
puesta llegará hasta que tengamos observaciones que Por primera vez en la historia de la humanidad
nos digan si este exoplaneta tiene una atmósfera y tendremos la posibilidad de saber si a nuestro alre-
cuál es su composición. Los modelos servirán enton- dedor hay mundos habitados. Pero hay que recordar
ces para interpretar las observaciones y establecer el que si encontramos mundos habitables, no lo serán
potencial de habitabilidad de Próxima b. para los humanos. La Tierra es el único mundo habi-
table para la humanidad y de nosotros depende que
continúe siéndolo.
Un mundo habitable
Los telescopios más avanzados hoy en día tienen
muchas limitaciones para observar atmósferas de Antígona Segura
planetas potencialmente habitables. El jwst es el Instituto de Ciencias Nucleares, unam.
mejor instrumento que tenemos en el espacio y pue- [email protected]
de estudiar de forma limitada algunos exoplanetas
rocosos (jwst son las siglas de James Webb Space
Lecturas recomendadas
Telescope). Una parte de la comunidad astronómica Landau, E. (2021), “¿Estamos solos en el universo?”,
ha protestado por este nombre porque J. W. no fue nasa. Disponible en: ‹https://ciencia.nasa.gov/uni-
científico y participó activamente en la exclusión verso/estamos-solos-en-el-universo/›, consultado el
de personas de la comunidad lgbt+ de la nasa y 6 de diciembre del 2023.
López Suárez, P. (2023), “¿Existe vida en otros plane-
otras entidades de gobierno. A pesar de las múltiples
tas?”, Gaceta unam, 5379:10.
solicitudes, el nombre se mantuvo y como protesta

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