Escuela de Lo Sobrenatural

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Escuela de lo sobrenatural:

Preparando a los intercesores y guerreros de Dios.

Tomo 1

Pastor: Américo López Saavedra

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Escuela de lo sobrenatural:
Preparando a los intercesores y guerreros de Dios.

Tomo 1

Pastor: Américo López Saavedra

1
Escuela de lo sobrenatural:
Preparando a los intercesores y guerreros de Dios.

Autor: Américo López Saavedra


Email: americolopezsaavedra@Gmail. Com
Dirección: Miraflores – Arequipa – Perú.

Reservados todos los derechos.


A menos que se señale lo contrario, la mayoría de citas son tomadas de la reina Valera 1960.
Libro disponible desde el 01 de junio del 2024.
Para pedidos: N° Cel. 985221922
Categoría: Consagración/ Edificativo

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Contenido
Introducción…………………………………………………………………. 04

Enseñanza 1
Llamados a crecer en todas las áreas………………………………………… 05
Enseñanza 2
¡Vivamos apasionados por nuestro amado Jesús!............................................ 10
Enseñanza 3
¿Cuánto estamos enamorados de Jesús?.......................................................... 13
Enseñanza 4
¡Avivemos el fuego de Dios en nuestras vidas!............................................... 16
Enseñanza 5
Nos viene un tiempo de restauración………………………………………… 19
Enseñanza 6
Una oración que debe volverse a repetir…………………………………..…. 21
Enseñanza 7
Queramos conocer más a nuestro Dios………………………………………. 24
Enseñanza 8
Cultive hambre y sed por Dios……………………………………………….. 26
Enseñanza 9
Los deseos de Jesús revelados en su oración…………………………………. 28
Enseñanza 10
Una invitación a deleitarse en el Señor………………………………………. 31
Enseñanza 11
Viviendo bajo la presencia gloriosa del Señor……………………………….. 34
Enseñanza 12
Logrando que nuestra oración se conecte, el cielo con la tierra……………… 36
Enseñanza 13
Cuidemos nuestras actitudes, para vivir con presencia de Dios……………… 42
Enseñanza 14
El guerrero(a) espiritual cuida sus portales espirituales……………………… 45
Enseñanza 15
¡Cuidado con las trampas del diablo!................................................................ 48
Enseñanza 16
Aprendamos a adorar a nuestro Dios como Él quiere………………………… 52

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Introducción

Escuela de lo sobrenatural: Preparando a los intercesores y guerreros de Dios, tiene el fin


de capacitar a aquellos que quieren ser usados por Dios en un mover sobrenatural.
Se dice que dentro el pueblo cristiano en el mundo, hay un porcentaje muy pequeño como
el 3 a 5 por ciento de cristianos que conocen lo sobrenatural de Dios y los demás viven según
el mundo natural.
Parece increíble que la gente que trabaja con satanás, conoce más sobre cómo se mueve el
mundo espiritual y tienen más fe en el enemigo; mientras que la mayoría de cristianos en el
mundo se han vuelto incrédulos y conformistas de querer conocer y ascender en el mundo
sobrenatural de Dios.
En este tiempo que nos ha tocado vivir, satanás a incrementado su ataque a la iglesia del
Señor en el mundo, porque sabe que le queda poco tiempo para que sea atado en el abismo;
pero no debe asustarnos porque nuestro Dios también a incrementado su refuerzo angelical
hacia su pueblo y también el Señor está incrementando la unción en su pueblo, porque antes
que el Señor arrebate su iglesia, vendrá el último avivamiento para preparar a la iglesia para
su levantamiento al cielo. ¡Gloria a Dios por ello!
Como hijos de Dios no debemos ser indiferentes a este mover que Dios quiere darnos, sino
pedir que Dios no despierte hambre y sed por su presencia, hambre y sed por su Palabra.
Las enseñanzas que contiene este material, nos impulsarán a buscar a Dios y de pocas ir
conociendo las cosas espirituales y sobrenaturales, para tener conocimiento de lo que Dios
quiere que conozcamos.
Las enseñanzas son prácticas y sencillas. Mi deseo es cada enseñanza le impacte, le rete, le
amplie su conocimiento y le prepare para que Dios lo use en lo sobrenatural. Tal es así que,
oro a Dios que cada enseñanza lo disfrute y lo aplique a su vida.

Su amigo y servidor: Pastor, Américo López Saavedra

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Enseñanza 1
Llamados a crecer en todas las áreas
Texto de inicio: Mateo 13: 31-33; Marcos 4: 30-32.

Propósito: Resaltar las diferentes áreas a crecer en nuestras vidas.

Introducción:
Según nuestros textos de inicio, el reino de
Dios es como una semilla de mostaza que tiene
vida y crecimiento. En ese reino nada es estático.
A cierta persona que esperaba que el Señor le
confirme para hacer algo, el Señor le dijo lo
siguiente: “El cielo no espera, el cielo trabaja”.
Entonces, usted y yo debemos entender que
hemos sido llamados a crecer en todas las áreas.
¿En qué áreas? Veamos diecinueve áreas a
crecer.

1. Debemos crecer en el conocimiento de la Palabra de Dios


2 Pedro 3: 18 - Es un mandato de Dios que crezcamos en conocimiento.
Oseas 4: 6 - La falta de conocimiento nos puede extraviar.
Colosenses 1: 10 - Se nos motiva a crecer en el conocimiento de Dios.
1 Corintios 3: 1-2 – Se nos exhorta a avanzar en el nivel de conocimiento doctrinal y
bíblico.

2. Debemos crecer en nuestro carácter a la altura de nuestro amado Jesús


Efesios 4: 13-15 – El tope de crecer en nuestro carácter es la medida de Cristo.
1 Corintios 13: 11 – Se debe dejar la niñería espiritual para avanzar a la madurez.
1 Corintios 14: 20 – Se nos exhorta a ser maduros en la manera de pensar.
Filipenses 1: 6 – El Señor nos ayudará a perfeccionar nuestro carácter.
Gálatas 5: 22, 23 – El someternos al Espíritu Santo nos ayuda a formar nuestro carácter.

3. Debemos crecer en el desarrollo de un corazón recto y bondadoso


Lucas 8: 14, 15 – El corazón trabajado logra buenas cosas.

4. Debemos crecer en fortaleza espiritual y en madurez


2 Corintios 13: 9 – Se debe crecer en fortaleza espiritual.
Colosenses 4: 12 – Se debe trabajar para lograr firmeza, perfección e integridad.
Job 1: 1 – Job creció en fortaleza y soportó las pruebas.

5. Debemos crecer en la fe para ver grandes maravillas


Hebreos 11: 1 – La fe es tener plena confianza en lo que Dios dice.
Hebreos 11: 6 – La fe nos lleva a obtener recompensas de Dios.
Mateo 17: 20, 21 – La fe crece como un grano de mostaza.
5
Marcos 11: 22-24 – La fe se desarrolla con la palabra hablada.
Mateo 9: 20, 21 – La fe nos lleva a la acción.
2 Tesalonicenses 1: 3 – Cuando crecemos en la fe, es motivo de gratitud para los que nos
rodean.

6. Debemos crecer en sabiduría y revelación espiritual


Efesios 1: 17, 18 – Dios quiere que crezcamos en sabiduría y en revelación, para ser
entendidos quiénes somos y qué tenemos en el Señor.
Efesios 3: 16-19 – Dios quiere que seamos profundos en el mundo espiritual.
Daniel 1: 17, 20 – Dios quiere que su nombre sea engrandecido a través de sus hijos.
2 Crónicas 1: 11, 12 – A Dios le agrada que sus hijos se interesen más por lo espiritual que
por lo material.

7. Debemos crecer en bondad para con nuestros hermanos


1 Tesalonicenses 4: 10 – Se debe abundar en ser bondadosos con el prójimo.
Filipenses 1: 9 – Nuestro amor o bondad debe ser acompañado de ciencia y conocimiento,
para un buen obrar.
1 Tesalonicenses 3: 12 – La bondad y el amor debe crecer y abundar.
Mateo 25: 34-40 – La práctica de la bondad y generosidad con nuestro prójimo, nos
ayudará a alcanzar las recompensas celestiales.
Mateo 25: 41- 46 – La falta de práctica de la bondad y generosidad atrae castigo eterno.
Los hijos de Dios no debemos ser mezquinos ni egoístas.

8. Debemos crecer en nuestra espiritualidad


Romanos 8: 13, 14 – Debemos someter nuestra carne al Espíritu Santo y vivir controlados
por él.
Gálatas 2: 20 – Ser espirituales significa que Cristo se entrone en nuestro corazón.
Juan 15: 4 – Ser espirituales es vivir unidos a Cristo y depender de él.
Romanos 8: 1 – Ser espirituales es vivir según el Espíritu y no según la carne.
1 Corintios 11: 1 – Ser espirituales es ser imitadores de Cristo, más que de los hombres.
Gálatas 5: 22, 23 – Ser espirituales es vivir según el fruto del Espíritu Santo.
Romanos 12: 1 – Ser espirituales es morir cada día a nuestros deseos malos en oración.
Efesios 5: 18 – Ser espirituales es vivir cada día fluyendo en la unción del Espíritu.
1 Corintios 2: 9-13 – Ser espirituales es ser entendidos de las cosas sobrenaturales.
Colosenses 3: 16 – Ser espirituales tiene que ver con andar de acuerdo a la Palabra de Dios
y en acción de gracias, con espíritu adorador.

9. Debemos crecer en santidad


2 Corintios 7: 1 – Se nos ordena que nos purifiquemos cuerpo y espíritu y nos
perfeccionemos en la santidad.
1 Pedro 1: 15, 16 – Se nos exhorta a practicar la santidad en todo lo que hagamos, porque
nuestro Dios es santo.
Hebreos 12: 14 – Se nos advierte que, sin santidad nadie verá al Señor.
Levítico 20: 26 – La santidad nos diferencia de los inconversos. La santidad es un 90 por
ciento por dentro y un 10 por ciento por fuera.

6
Efesios 5: 3 – Las inmoralidades e impurezas no deben ser parte de nuestras costumbres
ni palabras.
Isaías 57: 15 – Dios manifiesta su presencia donde hay un ambiente de santidad.
Amós 5: 14 – La santidad tiene que ver con buscar y practicar el bien y no el mal.
Efesios 4: 22-24- La santidad tiene que ver con el cambio de mentalidad, de conducta y
hábitos.
Apocalipsis 22: 11 – La santidad es un estilo de vida a diario.
Levítico 19 – La santidad tiene que ver con poner en prácticas las leyes de Dios.

10. Debemos crecer en paciencia


Santiago 1: 4 – La paciencia nos ayuda a lograr metas espirituales y físicas.
1 Corintios 13: 4 – La paciencia nos ayuda a triunfar en las pruebas.
Romanos 12: 12 – La paciencia nos ayuda a triunfar en las pruebas.
Proverbios 16: 32 – La paciencia es una virtud que nos ayuda a avanzar.
Salmo 37: 7 – La paciencia nos ayuda a esperar el tiempo de Dios, para nuestras
bendiciones espirituales y materiales.
Salmo 103: 8 – Nuestro actuar debe ser como del Señor, de mucha paciencia.
2 Timoteo 4: 2 – Toda corrección se debe proceder con mucha paciencia.

11. Debemos crecer en ser prudentes en el cuidado de nuestra salvación


Filipenses 3: 12 – Debemos valorar y cuidar nuestra salvación con buenas actitudes y con
una vida piadosa.
Hebreos 12: 2 – Debemos encaminarnos hacia el cielo puestos los ojos en Jesús.
Colosenses 3: 1-2 – En nuestro caminar a diario debemos poner nuestra mira y búsqueda
en las cosas celestiales.
Hebreos 2: 1-3 – Dios quiere que seamos diligentes y atentos con practicar su Palabra y
cuidarnos de no vivir en pecado.
Apocalipsis 2: 10 – La salvación es un regalo que se puede guardar o perder.

12. Debemos crecer en obtener dones del Espíritu y fluir en ellos


1 Corintios 12: 7 – Los dones son de provecho y de ayuda para avanzar en lo espiritual.
1 Corintios 12: 8-10 – Los dones son variados y el Señor reparte según los usemos.
Además, los dones son herramientas para el ministerio y el liderazgo.
1 Corintios 14: 1 – A los dones deben acompañar el amor y se debe anhelar los mejores
dones.
Marcos 16: 17-18 – Los dones deben completar nuestra tarea de predicar el evangelio.

13. Debemos crecer en la gracia o favor de Dios


2 Pedro 3: 18 – Es un mandato de crecer en la gracia del Señor.
Hebreos 4: 16 – El trono del Señor es de gracia.
Números 6: 24-26 – Debemos pedir al Señor que nos ayude a encontrar su gracia ante él.
1 Pedro 5: 10 – La gracia de Dios nos afirma y nos fortalece.
1 Samuel 2: 26; Lucas 2: 52 – Debemos crecer en la gracia con Dios y con los hombres.

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14. Debemos crecer en nuestro espíritu, para ser entendidos en el mundo
espiritual
Lucas 1: 80 – Nuestro espíritu se fortalece cuando buscamos a Dios.
Job 32: 8 – Nuestro espíritu debe crecer en entendimiento.
Proverbios 20: 27 – Nuestro espíritu debe crecer en entendimiento.
1 Corintios 6: 20 – Estamos llamados a glorificar al Señor en nuestro espíritu.
2 Corintios 4: 16 – Debemos dar lugar a nuestro espíritu que crezca en el conocimiento de
Dios y de lo sobrenatural.
1 Tesalonicenses 5: 23 – Nuestro espíritu debe ser santificado.
1 Corintios 14: 4, 14, 18 – A nuestro espíritu debemos llevarle a otra dimensión espiritual,
practicando el hablar en lenguas.

15. Debemos crecer en ganar almas para Cristo


Hechos 2: 41- Se convirtieron tres mil personas.
Hechos 4: 4 – Muchos creyeron a la predicación y fueron salvos.
Hechos 5: 14 – El número de salvos aumentaban.
Hechos 6: 7 – El número de salvados se multiplicaban.
Hechos 9: 31 – La iglesia se acrecentaba con vidas salvadas.
Hechos 11: 21 – Gran número se convirtió al Señor.
Hechos 14: 1 – Una gran multitud se convirtió al Señor.
Hechos 16: 5 – Aumentaba el número cada día.

16. Debemos crecer en generosidad con la obra de Dios


2 Corintios 9: 6-10 – Nuestra generosidad activa nuestras bendiciones.
Lucas 6: 38 – De acuerdo a lo que sembramos en la obra de Dios seremos bendecidos.
Proverbios 11: 24 – Al espíritu generoso se le añade más; pero al tacaño se le disminuye
las bendiciones.
Juan 3: 16 – Dios es el mayor generoso.
Proverbios 11: 25 – El alma generosa será prosperada.
Malaquías 3: 10 – Las ventanas de los cielos se abren para los generosos.

17. Debemos crecer en un amor genuino


1 Tesalonicenses 3: 12 – Debemos abundar en amor para con todos.
1 Corintios 134: 1-4 – Todo lo que se haga se debe hacer acompañado del amor.
Colosenses 3: 14 – Cada día debemos estar vestidos de amor.
Proverbios 3: 3-4 – El amor y la verdad deben ser nuestros fieles amigos.
1 Corintios 13: 3 – El amor debe ser preminente en nuestra vida.
1 Pedro 4: 8 – Debemos asegurarnos de amar con profundidad.
Romanos 12: 10 – El amor verdadero nos lleva a respetar y a honrar a los demás.
Apocalipsis 2: 4, 5 – Si se ha perdido el primer amor, se debe volver a recuperar.

18. Debemos crecer en el buen manejo de nuestras palabras


Salmo 19: 14 – Nuestras palabras deben ser gratas.
Salmo 39: 1 – Se debe cuidar de no ofender a Dios ni a nuestro prójimo, con nuestras
palabras.
Salmo 141: 3 – Se debe usar dominio propio para no hablar cosas sin sentido.
8
Proverbios 10: 32 – Se debe usar nuestras palabras para edificar.
Proverbios 21: 23 – El saber cuidar nuestras palabras nos libra de vivir en angustias.
Mateo 12: 33-37 – Las palabras que hablamos dan a conocer cómo está nuestro corazón.
Efesios 4: 29-30 – No debemos de dar lugar a las groserías, sino a las palabras edificativas.
Colosenses 3: 16-17 – Cuando nos llenamos de la Palabra de Dios, tenemos para compartir
palabras espirituales.
Colosenses 4: 6 – Nuestras palabras y respuestas deben ser dadas con gracia y ternura.
Santiago 1: 26 – Nuestras palabras nos dan a conocer si somos buenos cristiano o
simplemente somos religiosos.
Santiago 3: 2-12 – Nuestras palabras pueden ser de bendición y nos pueden ayudan a
triunfar, o nuestras palabras pueden ser usadas mal.
1 Pedro 3: 10 – El cuidar nuestras palabras y lo que confesamos, nos ayudan a tener buenos
días y buenos resultados.

19. Debemos crecer en nuestras bendiciones y finanzas familiares


Deuteronomio 8: 17-18 – Dios nos da el poder o las habilidades, para que nosotros seamos
bendecidos financieramente.
1 Crónicas 4:10 – Debemos orar que Dios nos bendiga.
Josué 1: 7, 8 – Dios bendice lo que emprendemos.
Deuteronomio 28: 12-14 – Dios bendice el trabajo de nuestras manos.

Conclusión:
Hemos dicho que en el reino de Dios nada es estático ni muerto, en el reino de Dios todas
las cosas tienen vida y están en crecimiento. De la misma manera, en nuestra vida, en nuestro
liderazgo, en nuestro ministerio, todo debe estar en crecimiento. Debemos ir de menos a más.
Nuestra vida debe ser como la luz de la aurora, que va de aumentó hasta que el día esclarezca
en su plenitud.
Repasemos siempre las diecinueve áreas a crecer constantemente.

Escriba en sus propias palabras, ¿qué es lo que aprendió de esta enseñanza?


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Enseñanza 2
¡Vivamos apasionados por nuestro amado Jesús!
Texto de inicio: Cantares 1: 2.

Propósito: Resaltar veinte cualidades del amor de la iglesia hacia Jesús, en la comparación
entre la Sulamita y Salomón.

Introducción:
La palabra “pasión” puede ser entendido por una
pasión hacia la carne, pero la palabra pasión también
se puede aplicar a la pasión en lo espiritual por
nuestro amado Jesús. Así que, en nuestro estudio de
esta siguiente enseñanza, vamos a hablar que
debemos vivir apasionados por nuestro amado Jesús,
en la comparación del amor de la Sulamita hacia
Salomón. ¿Qué debemos entender? Veamos veinte
detalles basados en el libro de Cantares.

1. Cada día debemos anhelar sentir el amor de nuestro Amado, representado


por el beso íntimo.
“¡Oh, si él me besara con besos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino”
(1: 1).

2. Cada día debemos anhelar sentir la presencia de nuestro Amado,


representado por el perfume.
“A más del olor de tus suaves ungüentos, tu nombre es como ungüento derramado; por eso
las doncellas te aman” (1: 3).

3. Cada día debemos anhelar el cariño de nuestro Amado en privado.


“Atráeme; en pos de ti correremos. El rey me ha metido en sus cámaras; nos gozaremos y
alegraremos en ti; nos acordaremos de tus amores más que del vino; con razón te aman”
(1: 4).

4. Cada día debemos tener el anhelo de encontramos con nuestro Amado,


aun en medio del día.
“Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma, dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía;
pues ¿por qué había de estar yo como errante junto a los rebaños de tus compañeros?” (1:
7).
5. Cada día debemos tener el deseo de ser impregnados por la presencia de
nuestro Amado en nuestro corazón, representado por el manojito de
mirra.
“Mi amado es para mí un manojito de mirra, que reposa entre mis pechos” (1: 13).

10
6. Cada día debemos tener el deseo de contemplar la hermosura de nuestro
Amado.
“He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce; nuestro lecho es de flores” (1: 16).

7. Cada día debemos desear alimentarse del amor nutritivo de nuestro


Amado, representado del manzano dulce.
“Como el manzano entre los árboles silvestres, así es mi amado entre los jóvenes; bajo la
sombra del deseado me senté, y su fruto fue dulce a mi paladar” (2: 3).

8. Cada día debemos anhelar el amor honorable de nuestro Amado,


representado por una bandera.
“Me llevó a la casa del banquete, y su bandera sobre mí fue amor” (2: 4).

9. Cada día debemos anhelar ser saciados por la comida celestial de nuestro
Amado.
“Sustentadme con pasas, confortadme con manzanas; porque estoy enferma de amor” (2:
5).
10. Cada día debemos anhelar estar pendiente por nuestro Amado.
“¡La voz de mi amado! He aquí él viene saltando sobre los montes, brincando sobre los
collados” (2: 8).

11. Cada día debemos tener la conciencia de pertenencia de nuestro Amado.


“Mi amado es mío, y yo suya; él apacienta entre lirios” (2: 16).

12. Cada día, y aún por las noches, debemos querer estar con nuestro Amado.
“Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma; lo busqué, y no lo hallé” (3: 1).

13. Cada día debemos tener el deseo de vivir enlazados al amor de nuestro
Amado.
“Apenas hube pasado de ellos un poco, hallé luego al que ama mi alma; lo así, y no lo dejé,
hasta que lo metí en casa de mi madre, y en la cámara de la que me dio a luz” (3: 4).

14. Cada día, al ver a nuestro Amado, no solo verlo como Salvador, sino como
nuestro Rey.
“Salid, oh doncellas de Sion, y ved al rey Salomón con la corona con que le coronó su
madre en el día de su desposorio, y el día del gozo de su corazón” (3: 11).

15. Cada día y cuando vamos ir a dormir, nuestro cuerpo descansa, pero
nuestro espíritu debe estar en vela y en adoración por nuestro Amado.
“Yo dormía, pero mi corazón velaba. Es la voz de mi amado que llama: Ábreme, hermana
mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía, porque mi cabeza está llena de rocío, mis
cabellos de las gotas de la noche” (5: 2).

11
16. Cada día debemos contemplar a nuestro Amado como el más bello y el más
incomparable.
“9 ¿Qué es tu amado más que otro amado, oh la más hermosa de todas las mujeres? ¿Qué
es tu amado más que otro amado, que así nos conjuras? 10 Mi amado es blanco y rubio,
señalado entre diez mil” (5: 9, 10).

17. Cada día debemos sentirnos seguros y protegidos por nuestro Amado
“Su izquierda esté debajo de mi cabeza, y su derecha me abrace” (8: 3).

18. Cada día debemos sentirnos que pertenecemos a nuestro Amado,


representado por el sello.
“Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; porque fuerte es
como la muerte el amor; duros como el Seol los celos; sus brasas, brasas de fuego, fuerte
llama” (8: 6).

19. Cada día debemos estar arraigados al amor de nuestro Amado y nada nos
separará de él.
“Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre
todos los bienes de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarían” (8: 7).

20. Cada día debe haber el anhelo de oír la voz del Amado y su presencia.
“13 Oh, tú que habitas en los huertos, los compañeros escuchan tu voz; házmela oír. 14
Apresúrate, amado mío, y sé semejante al corzo, o al cervatillo, sobre las montañas de los
aromas” (8: 13, 14).

Conclusión:
¿Cómo está nuestra pasión por nuestro amado Jesús? Nuestro amor por Jesús mide nuestro
crecimiento y avance espiritual. Nuestro amor por nuestro Amado marcará la diferencia entre
ser religioso o ser íntimos con él. Revisemos siempre los veinte detalles vistos en esta
enseñanza.

Escriba en sus propias palabras, ¿qué es lo que aprendió de esta enseñanza?


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Enseñanza 3
¿Cuánto estamos enamorados de Jesús?
Texto de inicio: Juan 21: 15-17.

Propósito: Resaltar las razones, maneras y bendiciones de vivir enamorados de Jesús.

Introducción:
Según nuestro texto bíblico, después de la
resurrección de nuestro Señor Jesús, se apareció
a sus discípulos y dirigiéndose a Pedro, por tres
oportunidades le hizo la misma pregunta:
“Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?”
La pregunta hecha por nuestro Señor a Pedro
estaba llena de dulzura y quería recordarle a su
discípulo su triple negación, y antes de
restaurarle, el Señor quiere escuchar la
confesión de Pedro.
Observemos que el Señor no le preguntó a Pedro: ¿Me tienes fe? ¿Estás convertido?
¿Cuántos dones tienes? ¡No! La pregunta que el Señor le hizo fue: “¿Me amas?”
La misma pregunta que el Señor le hizo a Pedro, nos vuelva a hacer hoy en día a cada uno
de nosotros: “¿Me amas?” es decir, cuánto estás enamorado de mí. ¿Qué le responderemos al
Señor?
Para desarrollar nuestro tema, vamos a desarrollar tres puntos principales, como son:
• Razones el por qué debemos de estar enamorados de Jesús
• Maneras de cómo mostrar que estamos enamorados de Jesús
• Bendiciones de esforzarnos de vivir enamorados de Jesús
Desarrollo.

1. Razones el por qué debemos de estar enamorados de Jesús


Veamos seis de ellas.
a. Por todo lo que Cristo ha hecho por nosotros. Él sufrió en nuestro lugar (Is. 53: 3-
7). Él, con su sangre nos redimió de toda culpa, poder y consecuencia del pecado (Ro.
8: 1). Él nos hizo nuevas criaturas (2 Cor. 5: 17), etc.
b. Por todo lo que todavía hace por nosotros. Él diariamente perdona nuestras faltas
(1 Jn. 1: 9). Él sana nuestras dolencias. Él intercede por nuestras almas ante el Padre
(Heb. 8: 24-26). Él suple nuestras necesidades espirituales y materiales (Fil. 4: 19).
Él, a través de su Espíritu nos ayuda en nuestras debilidades y nos guía a la patricia
celestial (Ro. 8: 26). Él nos ama tal como somos.
c. Porque Cristo es nuestro compañero inseparable. Quienes hemos sido perdonados
por el Señor, no queremos alejarnos de Él ni de su amor, sino que queremos conocerle
más.
d. Porque Cristo es nuestro ejemplo de servicio. Las cosas que hacemos para él, lo
hacemos por amor, por inspiración y no por obligación (Jn. 14: 15).

13
e. Porque Cristo nos unió a su cuerpo que es la iglesia. Es una bendición grande
estar unidos y cumpliendo nuestros propósitos como cristianos, que somos parte de la
iglesia (Sal. 133; Hech. 2: 43-47).
f. Porque Cristo no hizo herederos del cielo eternal. Un día no muy lejano estaremos
todos en el cielo y gozando de todas sus bendiciones (Ap. 21, 22).

2. Maneras de cómo mostrar que estamos enamorados de Jesús


Comparemos él enamoramiento de un joven a una señorita. Veamos siete de ellas.
a. Si amamos a una persona, deseamos oír hablar de ella. Será un placer oír de la
persona que amamos. Será un placer oír de su persona, de sus virtudes, de sus hechos,
de sus hazañas. Pero quien no aprecia, no le interesa escuchar de esa persona. En el
sentido de Cristo y nosotros, nos deleita escuchar de él como lo experimentó María
junto a los pies de Cristo (Luc. 10: 38-42). Nos gusta escuchar sermones centrados en
Cristo. El testimonio de una anciana que acudía a la iglesia de un americano.
b. Si amamos a una persona, nos agrada leer de ella. Antes, los enamorados se
escribían cartas escritas y esas cartas resultaban siendo tesoros. De la misma manera,
Cristo y nosotros estamos enamorados. Nos agrada leer los escritos de Cristo en su
Palabra. Sus escritos santos e inspirados nos llenan el alma y el corazón de su amor.
Sus escritos nos ayudan a ser mejores. Sus escritos nos convierten en gente de
bendición.
c. Si amamos a una persona, amaremos también a sus amigos. Cuando un joven
conoce a una señorita, sus amigos de la señorita resultan siendo sus amigos también del
joven. Así sucede con Cristo, todos los amigos de Cristo que son sus convertidos, llegan
a ser nuestros amigos. Los amamos sin importar su cultura, su raza, su economía, etc.
En Cristo somos uno. En Cristo todos somos iguales (Jn. 13: 34, 35).
d. Si amamos a una persona, nos esforzaremos en complacerla. En el caso de un joven
enamorado, él se amolda a los gustos de su enamorada, se amolda a sus opiniones y
hasta a su manera de obrar. Cuando se casan tienen que amoldarse y adaptarse el uno
al otro. En el caso de Cristo y nosotros, nosotros queremos complacer a Cristo, nos
esforzamos en ser santos como él, nos esforzamos en apartarnos del pecado, nos
esforzarnos en seguir su ejemplo de vida, nos esforzamos en cumplir la misión que nos
encomendó, nos esforzamos de ser llenos del Espíritu Santo como él, nos esforzamos
en vivir para servir, etc.
e. Si amamos a una persona, seremos celosos por su nombre y honra. El joven
enamorado no permite que hablen mal de su enamorada o novia. Él cuida la reputación
de la persona que ama. Lo mismo hace la señorita con el joven. En el sentido de Cristo
y nosotros, nosotros no daremos ocasión, por causa de nuestro testimonio, que la gente
hable mal de Cristo (Mat. 5: 10-12).
f. Si amamos a una persona, deseamos hablar de ella. En el caso de un joven
enamorado, él se deleita hablando de su enamorada o novia. Él quiere que todos sepan
de su compañera. Él quiere si es posible, que salga por medios de comunicación. Los
mismo con la señorita hacia el joven. Pues así sucede entre Cristo y nosotros. Cuando
estamos enamorados de Cristo buscaremos la oportunidad de hablar de él a nuestras
amistades, a nuestros vecinos, a nuestras familias, etc. El hablar de Cristo será un delite
y no una carga (Mat. 28: 19, 20).

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g. Si amamos a una persona, deseamos estar siempre con ella. ¿Qué desea un joven y
una señorita que están muy enamorados? Casarse y estar siempre juntos compartiendo
sus vidas. Pues los creyentes enamorados de Cristo, sabemos que en este mundo somos
pasajeros y extranjeros y queremos estar con Cristo en el cielo por toda la eternidad.

3. Bendiciones de esforzarnos de vivir enamorados de Jesús


Veamos siete de ellas.
a. Seremos amados por el Padre, el Espíritu Santo y por él. Si amamos a Jesús, la
trinidad estará por nuestro lado (Jn. 14: 23-29).
b. Seremos considerados parte de su novia, la iglesia. Jesús viene por una novia
enamorada (Ef. 5: 22-33).
c. Nuestras oraciones serán escuchadas con facilidad. Jesús escucha a los que le aman
y contesta sus peticiones (Jn. 15: 16).
d. La presencia del Espíritu Santo reposará sobre nosotros. El Señor no sólo quiere
darnos su unción, sino su presencia que repose sobre nosotros y nos acompañe a todo
lugar y esté en todo tiempo con nosotros (Jn. 14: 26)
e. Él nos dará a conocer sus secretos. El Señor no solo nos considerará como sus siervos
(servidores), sino como sus amigos y nos dará a conocer sus deseos y proyectos (Jn.
15: 15).
f. Seremos gente bendita y no estaremos en la lista de los anatemas. 1 Corintios 16:
26: “El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene”.
g. Viviremos eternamente con Jesús donde él esté. Jesús nos prometió volver y
llevarnos con él (Jn. 14: 1-3).
Conclusión:
Después de haber visto razones, maneras y bendiciones de estar enamorados de Jesús, la
pregunta que debemos hacernos es: ¿Estamos enamorados de Jesús? Hemos considerados esas
razones ¿parte de nuestras vidas? ¿Mostramos aquellas maneras de estar enamorados de Jesús?
¿Seremos parte de sus bendiciones de estar enamorados de Jesús?
Si hemos perdido ese primer amor por Jesús, como le sucedió a Pedro y a la iglesia de
Éfeso, el Señor nos vuelve a preguntar: “¿Me amas?” “¿Volverás a mi primer amor?” (Ap. 2:
4, 5).
El Señor no acepta que le sirvamos sin amor. Él no acepta que le pongamos en segundo o
último lugar. El trato es, él es primero o nada. El trato es todo o nada.

Escriba en sus propias palabras, ¿qué es lo que aprendió de esta enseñanza?


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Enseñanza 4
¡Avivemos el fuego de Dios en nuestras vidas!
Texto de apertura: 2 Timoteo 1: 6.

Propósito: Resaltar cinco indicaciones importantes, para avivar el fuego de Dios en


nuestras vidas.

Introducción:
El apóstol Pablo consideraba a Timoteo como
un hijo espiritual. El apóstol le levantó a
Timoteo como un ministro y le impartió
autoridad de parte de Dios y le instaló como
pastor en la iglesia de Éfeso.
Timoteo, al iniciar su ministerio, lo hizo con
mucha pasión, con muchas agallas; pero al pasar
el tiempo se fue desgastando, dejando apagar ese
fuego y estando en esa situación, el apóstol le
exhorta que avive ese fuego en su vida.
¿Qué podemos decir de nosotros? ¿Cómo está ese fuego en nuestra vida? ¿Está ardiendo o
está apagándose?
Al igual que Pablo le exhortó a Timoteo que avive ese fuego en su vida, el Señor también
nos exhorta a nosotros.
La pregunta que nos hacemos es: ¿Cómo vamos avivar el fuego de Dios en nuestras vidas?
A continuación, veamos cinco indicaciones retadoras.

1. Indicación uno: Evaluar nuestra condición espiritual


Quien es humilde en su espíritu, va a evaluar cómo está su vida espiritual, delante del
Señor. El Señor nos dice en su Palabra: “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe;
probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en
vosotros, a menos que estéis reprobados?” (2 Corintios 13: 5).
¿Qué actitudes o situación puede estar apagando el fuego de Dios en nuestras vidas?
Veamos algunos ejemplos de reflexión.
▪ En Moisés, la ira.
▪ En Elí, la tolerancia.
▪ En David, las pasiones desordenadas.
▪ En Jeremías, las críticas y persecuciones hacia él.
▪ En Habacuc, el desespero de ver las injusticias en su pueblo.
▪ En Juan el Bautista, la confusión y la cárcel.
▪ En Pedro, la hipocresía.
▪ En Timoteo, el despreció por ser joven en el ministerio.
▪ En Demas, la atracción del mundo.
▪ En Juan Marcos, el desánimo.
Cuando evaluamos e identificamos qué es lo que está apagando nuestro fuego, debemos
llevarlo a la presencia de Dios y pedir al Señor que nos ayude a revertir o sacar esas cosas
que nos están afectando nuestras espirituales.
16
2. Indicación dos: Reconocer nuestra condición espiritual
Quien no reconoce su condición espiritual, no puede ser ayudado.
Es como el drogadicto o el alcohólico que se les quiere ayudar, pero si no reconocen
que están mal, no les podremos ayudar.
En lo espiritual, hay creyentes y ministros que se están apagando o enfriando, pero ellos
se sienten que están normales y que no necesitan buscar a Dios ni necesitan ser
ministrados; realmente están siendo engañados por el enemigo; ¿qué se puede por ellos?
Leer Apocalipsis 2: 4, 5, 3: 15-17.
El diablo quiere que los creyentes se sientan que están bien, aun cuando están mal. El
diablo, cuando le abrimos puertas a través de cosas malas, él nos ata espiritualmente y nos
mantiene en un estado de pasividad, de religiosidad y de mediocridad.
Nuestro deber de los creyentes y de los ministros que estamos ardiendo en el fuego de
Dios, es orar y pedir al Señor que abra sus ojos de tales creyentes y sus corazones sean
sensibilizados (Salmo 51: 3-13).

3. Indicación tres: Valorar el fuego de Dios en nuestra vida espiritual


En el mundo espiritual se nos ve, ya sea en oscuridad o como una llama de fuego (Heb.
1: 7). ¿Cómo seremos vistos nosotros?
Si estamos en tinieblas, no somos ninguna amenaza, ni para el diablo ni para sus
demonios. Tampoco Dios nos podrá usar como Él quisiera.
Nuestro Dios y Padre, Él quiere que vivamos encendidos las 24 horas del día (Lev. 6:
12-13).
¿Por qué debemos de vivir encendidos cada día? Porque es la única manera de salir
victoriosos ante el mundo de las tinieblas. Es la única manera de deshacer las obras del
diablo. Es la única manera de que satanás no nos arruine. Es la única manera de vivir
santificados. Es la única manera de ser vasos eficientes en las manos de Dios.
Los primeros creyentes que experimentaron el fuego de Dios en sus vidas (Hech. 2: 1-
4), ellos quisieron vivir siempre bajo el fuego. Ellos entendieron que servir o predicar sin
ese fuego no iban a ser eficaces.
Además, todos los que fueron usados grandemente por Dios, valoraron el fuego de Dios
y se movieron bajo ese fuego.
Preguntémonos, ¿estamos valorando ese fuego divino?

4. Indicación cuatro: Buscar llenarse de fuego para avivar nuestra vida


espiritual
Según el libro de Efesios 5: 18, el llenarse del fuego de Dios, no es una opción, sino un
mandato de Dios.
Si realmente amamos a Cristo y amamos servirle, debemos buscar encender ese fuego
en nosotros y mantenerlo encendido todos los días.
En lo que hemos leído en el libro de Levíticos 6: 12- 13, el sacerdote tenía que mantener
el fuego del altar todos los días y para ello tenía que poner en el altar leña cada cierta hora.
La leña es un tipo de nuestras debilidades. Pues el fuego arderá cuando nosotros
reconocemos nuestras debilidades, nuestra humanidad, cada día.
El fuego de Dios se mantiene ardiendo cuando somos humildes, cuando vivimos
quebrantados ante la presencia de Dios, cuando reconocemos que sin Él no somos nada.
Pero quien es orgulloso, soberbio, el fuego de Dios estará apagado en su vida.
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5. Indicación cinco: Moverse y obrar en el fuego de Dios en nuestra vida
espiritual
El fuego de Dios es la manifestación de Dios. El fuego de Dios viene de su presencia.
El fuego de Dios purifica, limpia, sana, restaura, libera, bendice.
Cuando el profeta Elías pidió fuego del cielo para quemar su altar, ¿qué quemó el fuego?
Leamos en 1 Reyes 10: 38: “Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la
leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja”. ¿Qué representan
esos elementos? Veamos. El holocausto representa nuestra carne y sus deseos. La leña
representa nuestra justicia propia. Las piedras representan los fundamentos humanos. El
polvo representa nuestras debilidades humanas. El agua representa nuestros sentimientos
arraigados.
El fuego de Dios, primero nos bendice a nosotros y luego a los demás.
El fuego de Dios destruye las obras del diablo. El fuego de Dios quema toda hojarasca
mundana y carnal en nuestras vidas.
El fuego de Dios tiene elementos como combustible (leña), oxígeno y calor, para
producir luz.
Los avivamientos están relacionados con el fuego de Dios.
En estos tiempos finales, nuestro Dios está activando su presencia en muchos países, el
avivamiento que viene será demasiado fuerte y su propósito será preparar a su iglesia para
el arrebatamiento de ella.
Quien no se mete a este fuego celestial se quedará en el arrebatamiento, porque el Señor
no arrebatará a gente fría ni a gente tibia (ellos serán vomitados de la boca de Dios), él
arrebatará a gente que está ardiendo en el fuego de su Espíritu.
¿Por qué las cinco vírgenes de la parábola de Mateo 25: 7-9 se fueron con el novio?
Porque ellas tuvieron aceite y sus lámparas estuvieron ardiendo. ¿Qué de nosotros?

Conclusión:
Si estamos apagados y opacados, nuestro Dios nos dice que avivemos, soplemos,
encendamos – su fuego. Hay quienes solo se conformaron en sentir un poco de la presencia de
Dios, pero no están ardiendo.
A veces necesitamos las imposiciones de manos, para que seamos activados en el fuego de
Dios.
Y para mantenerlo encendido ese fuego, hay que tener una vida disciplinada de buscar a
Dios en oraciones, ayunos, vigilias, estudio de la Palabra; además, vivir una vida de obediencia
a Dios y de consagración.

Escriba en sus propias palabras, ¿qué es lo que aprendió de esta enseñanza?


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Enseñanza 5
Nos viene un tiempo de restauración
Texto de apertura: Jeremías 29: 10.

Propósito: Dios quiere traer restauración a su pueblo, para que disfrute un tiempo mejor.

Introducción:
Nuestra desobediencia a Dios muchas veces
nos lleva a meternos en problemas y en un caos
espiritual, tal es que el enemigo de nuestras
almas se aprovecha para arruinarnos, atarnos
espiritualmente y tenernos de lo peor y en
vileza, como le sucedió al pueblo de Israel en
muchas ocasiones. Pero nuestro Dios no tiene
malos deseos ni malos pensamientos hacia sus
hijos, sino que Él desea lo mejor para nosotros.
Nos viene un tiempo de restauración. Pero, ¿qué es restauración? Es volver a lo original. Es
volver a arreglar lo que se ha dañado. Y eso es exactamente lo que Dios va a hacer con su
pueblo de este tiempo.
¿Qué debemos entender? Resolvamos dos preguntas.

1. ¿Cuándo nos viene el tiempo de restauración?


Veamos dos aspectos.
a. Cuando nos volvemos a Dios.
1) El pueblo judío se había revelado contra Dios (Jeremías 1: 13-17).
2) El pueblo judío dejó a Dios por seguir sus propios caminos (Jeremías 2: 13).
3) Pero Dios decidió tratar con su pueblo, para que ellos regresen a Él.
b. Cuando Dios levanta nuestra disciplina espiritual.
1) V. 10ª. “Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se cumplan los 70 años…”
2) Dios disciplina a sus hijos cuando nos portamos mal (Proverbios 3: 12; Hebreos 12:
5-8; Jeremías 30: 11).
3) La disciplina de Dios trata con nuestro orgullo y soberbia.
4) La disciplina tiene que tratar con nuestra desobediencia y rebeldía.
5) La disciplina nos debe llevar a humillarnos delante de Dios.
6) Nuestra actitud hace que se alargue o se acorte nuestra disciplina.
7) Pero los creyentes entendidos dicen: “Ya no seguiré en el oprobio, me levanto y me
vuelvo a Dios”.

2. ¿Qué hará el Señor cuando nos trae un tiempo de restauración?


Veamos dos bloques de bendiciones, basados en el libro de Jeremías.
a. Primer bloque de bendiciones:
1) Seremos visitados por Él: “Yo os visitaré” (v. 10b).
2) Nos dará una palabra iluminada o revelada (v. 10c).

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3) El Señor revertirá sus pensamientos de castigo a restauración, de azote a bien (29:
11).
4) Él escuchará nuestras oraciones (29: 12).
5) El Señor se dejará hallar cuando le buscamos (29: 13).
6) Nos librará de toda cautividad espiritual (29: 14; 30: 3, 8).
7) Nos levantará y nos usará para su gloria (30: 9).
8) El Señor sanará enfermedades aun incurables (30: 12-17).
9) El Señor hará que venga multiplicación a la iglesia (30: 19).
b. Segundo bloque de bendiciones:
1) El Señor nos dará victoria ante nuestros enemigos (30: 20).
2) El Señor hará que tengamos mayor conocimiento de Él y le amemos (30: 22).
3) El amor del Señor se incrementará hacia nosotros (31: 3).
4) El Señor restaurará su alabanza en su pueblo (31: 4, 7).
5) Disfrutaremos de nuestro trabajo (31: 5).
6) Disfrutaremos de las bendiciones del Dios Altísimo (31: 12).
7) Restauración del gozo en grandes y pequeños (31: 13).
8) Dios bendecirá y respaldará a sus ministros (31: 14).
9) El Señor favorecerá a todo aquel que le busca (31: 25).

Conclusión:
Nuestro Dios Padre es el mejor Padre de padres, Él nos ama y desea que mejoremos nuestros
caminos. Cuando le fallamos, le desobedecemos y estamos alejados de Él y es cuando debemos
de reflexionar, arrepentirnos y volver a Él, para que nos venga un tiempo de restauración y
levantamiento espiritual.
¿Qué vamos a hacer? ¿Nos dejaremos restaurar o seguiremos en nuestras rebeldías? No
olvidemos que, ¡nuestras decisiones dicen cómo será nuestro mañana!

Escriba en sus propias palabras, ¿qué es lo que aprendió de esta enseñanza?


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Enseñanza 6
Una oración que debe volver a repetirse
Texto de apertura: 1 Crónicas 4: 10.

Propósito: Resaltar la oración que hizo Jabes y su impacto que tuvo.

Introducción:
En nuestro texto leído, quien oró, fue Jabes. Él,
en su nacimiento le dio mucho dolor a su mamá,
por eso le puso el nombre de Jabes que quiere
decir: “dolor”, “sufrimiento” y a medida que iba
creciendo Jabes su vida se convirtió en dolor y
sufrimiento, su nombre era como una profecía en
cumplimiento. Él se cansó de vivir así, él decidió
cambiar el patrón de su vida y los resultados y oró
a Dios para experimentar una vida diferente y Dios
le concedió su petición.
Esa oración no está allí para que esté de adorno, sino para volverlo a repetirlo con fe.
¿En qué consiste aquella oración? Veamos tres aspectos reveladores.

Primer aspecto…
1. Orar al mismo Dios de Israel que también es nuestro
“Jabes oró al Dios de Israel”
a. ¿Quién fue Israel?
1) Él fue el hijo de Isaac e hijo de Rebeca.
2) Él, cuando fue joven cometió sus travesuras de quitarle a su hermano Esaú su
primogenitura.
3) Él huyó de su hermano y se fue lejos.
4) Él decidió regresar después de muchos años a su casa.
5) Pero, el encuentro que iba a tener con su hermano, era de vida o de muerte.
6) Él se propuso hacer una vigilia y conseguir su bendición y protección de Dios y
logró luchando con un ángel.
7) Su nombre, de Jacob fue cambiado a Israel, porque experimentó un cambio y
transformación por el poder de Dios.
8) Él, a pesar de sus defectos y deficiencias, no se conformó y decidió cambiar y ser
mejor para Dios y para su familia.
b. ¿Quién es el Dios de Israel?
1) Es Jehová de los ejércitos.
2) Él es tan grandioso y maravilloso. Veamos:
▪ Él es Eterno e infinito.
▪ Él no solamente es poderoso, sino todopoderoso.
▪ El creó el universo que existe.
▪ Él creó los cielos y la tierra que vemos.
▪ Él hizo de Abraham una nación grande y poderosa.
▪ Él hizo milagros tras milagros delante de su pueblo.
21
▪ Él es el mismo el de ayer, en el hoy y será el mismo en el mañana.
3) El Dios de Israel, también es nuestro Dios a través de Jesucristo (Juan 1: 12).
4) El Dios de Israel, a más de ser nuestro Dios (título), Él es nuestro Padre (Función)
(Mateo 6: 9).

Segundo aspecto…

2. Orar con propósitos claros y prioritarios


Como Jabes pidió a Dios, nosotros también podemos pedir a nuestro Padre celestial. ¿Qué
cosas?
a. Pedir que Dios nos conceda su bendición: “Te ruego que mes de tu bendición”.
1) La naturaleza de Dios es bendecir.
2) Dios desea que sus hijos seamos bendecidos (Deuteronomio 28: 1-14; 3 Juan 2).
3) La bendición de Dios nos ayuda a cumplir más pronto nuestros sueños y metas.
4) La bendición de Dios cambia nuestra ruina y pobreza en abundancia.
5) Dios quiere que seamos bendecidos, para bendecir a nuestra familia, a la obra de
Dios, a las misiones, a los extranjeros, a los menesterosos, etc.
6) Nuestro pedido a Dios por bendición debe acompañar en nuestro espíritu que
seamos obedientes, temeroso de Él, generosos, gratos, de fe, íntegros.
b. Pedir que Dios nos dé una visión ensanchada: “Y un territorio muy grande”.
1) La falsa humildad nos lleva a pensar que no debemos pedirle algo grande al Señor.
2) Pero Dios quiere que nuestros pensamientos no sean escasos, sino ensanchados
(Proverbios 21: 5; Isaías 54: 3; Génesis 12: 1-3).
3) Dios es rico y dueño de todo el oro y la plata, del universo, del mundo y lo que en
ella hay.
4) El Señor quiere que pensemos en grande.
▪ Pensemos y visionemos en iglesias grandes.
▪ Pensemos en la extensión de misiones.
▪ Pensemos en negocios y empresas grandes para que patrocinen el crecimiento de
la iglesia.
▪ Pensemos en un ministerio ensanchado en todo nuestro país y las naciones.
▪ Pensemos en extendernos a través de los medios de comunicación.
c. Pedir que la mano de Dios nos proteja: “que me ayudes”.
1) Jesús es la vid y nosotros las ramas. Nuestras vidas dependen de Él.
2) Cuando el Señor nos ayuda, podemos tener seguridad y protección.
3) Cuando la mano del Señor está con nosotros, nuestra evangelización será exitosa
(Hechos 11: 21).
4) Cuando la mano del Señor nos ayuda, seremos exitosos en lo que hacemos.
d. Pedir que el Señor nos libre de enfangarnos en el pecado: “y me libres de males, para
que no sufra”.
1) Mucho ha dañado el pecado y las iniquidades a iglesias y ministerios.
2) El diablo nos ataca y nos atrasa nuestro avance espiritual, cuando le abrimos puertas
a través del pecado, las debilidades y las malas conductas.
3) Es tiempo de pedir al Señor que nos limpie, nos purifique, nos libere, nos dé un
espíritu recto y temeroso de Él.

22
4) Es tiempo de pedir al Señor que nos ayude de subir de niveles y dimensiones
espirituales.

Tercer aspecto…

3. Orar para ver resultados


“Y Dios le concedió lo que había pedido”
a. Lo que pedimos debemos creer que recibiremos.
b. Debemos pedir sin dudar (Santiago 1: 6, 7).
c. Las peticiones contestadas glorifican a nuestro Padre Dios.
d. Las peticiones contestadas elevan nuestro nivel de fe y nuestro nivel de oración.
e. Las peticiones contestadas nos ayudan a cambiar circunstancias y males en bienestar,
como la tristeza en gozo, nuestro dolor en alegría, la pobreza en abundancia, la
enfermedad en salud, el fracaso en victoria.

Conclusión:
¡Qué tremenda oración! Una oración corta, pero poderosa. Una oración corta, pero con
claros objetivos.
Dios se agrada de nuestras oraciones genuinas y que le digamos del profundo de nuestro
corazón y con la intención de glorificar su nombre.
¿Qué nos toca? Hacer la oración que hemos estudiado.

Escriba en sus propias palabras, ¿qué es lo que aprendió de esta enseñanza?


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Enseñanza 7
Queramos conocer más a nuestro Dios
Texto de apertura: Daniel 11: 32.

Propósito: Responder a cinco preguntas, para tener más luz de lo que es conocer más a
nuestro Dios.

Introducción:
▪ Nacimos para conocer a nuestro Dios.
▪ El conocer a nuestro Dios le da sentido y
propósito a nuestra vida.
▪ El deseo de Jesús es que conozcamos al
Padre y a él.
▪ Nuestro texto nos dice que somos
dichosos si le llegamos a conocer a
nuestro Dios.
▪ ¿Cómo podemos lograr ese reto? Veamos
algunos aspectos de conocer más a
nuestro Dios, al responder algunas
preguntas.

1. ¿Qué no es conocer a Dios?


a. No es solo ir a la casa de Dios.
b. No es haber obtenido un milagro. Ejemplo, el pueblo de Israel en tiempos de Moisés,
vio muchos milagros y en su mayoría no conocieron a Dios.
c. No es haber obtenido una sanidad física. Ejemplo, de los diez leprosos que fueron
sanados, nueve de ellos no siguieron al Señor.
d. No es haber alcanzado el cumplimiento de una promesa. Ejemplo, muchos Israelitas
entraron a la tierra prometida y seguían desconociendo a Dios.
e. No es haber tenido excelentes líderes. Ejemplo, después que Josué murió, las
generaciones que vinieron no conocieron a Dios. El ejemplo también de Judas.
f. No es tener tiempo en la casa de Dios, sino el compromiso que uno tiene con Dios.
g. No es haber aprendido mucha teología, sino el tener una relación con Dios.

2. ¿Qué es conocer a nuestro Dios?


a. Conocer a Dios es someternos a su señorío (Gálatas 2: 20).
b. Conocer a Dios es querer conocerle cada día un poco más (Salmo 42: 1-3).
c. Conocer a Dios es querer pasar tiempo con Él en oración (Salmo 63: 1-4).
d. Conocer a Dios es querer conocerle a través de su Palabra (Salmo 1: 1-3).
e. Conocer a Dios es pasar tiempo adorando su nombre (Salmo 9: 1).
f. Conocer a Dios es dejar que Él viva en nosotros – somos su templo (2 Corintios 6: 14).
g. Conocer a Dios es vivir unidos a Él, pues somos un espíritu con Él (1 Corintios 6: 17).
h. Conocer a Dios es conocer su voz y obedecerlo (Juan 10: 14).
i. Conocer a Dios es pensar como Él piensa y hablar lo que Él habla (Filipenses 4: 8).

24
j. Conocer a Dios es ser lo que Él quiere que seamos y hacer lo que Él quiere que
hagamos.
k. Conocer a Dios es vivir de victoria en victoria y de gloria en gloria. Ej. Josué, Moisés,
David.
l. Conocer a Dios es reflejar su santidad en nuestras vidas (1 Ped. 1: 15, 16).
m. Conocer a Dios es vivir por encima de la carnalidad, la mundanalidad y del pecado.
n. Conocer a Dios es vivir ascendiendo en niveles y dimensiones espirituales. Ej. La
escalera de Jacob nos habla de niveles y dimensiones.

3. ¿Hay peligros de no querer conocer a Dios? ¡Claro que sí!


a. No crecemos espiritualmente.
b. Vivimos en ignorancia espiritual (Oseas 4: 6).
c. Somos engañados por satanás (2 Corintios 4: 4).
d. Vivimos en religiosidad. Ej. Los fariseos y saduceos.
e. Vivimos en derrota espiritual.
f. Nos puede impedir el entrar al cielo (Mateo 7: 23).

4. ¿Qué sucede cuando conocemos a Dios?


a. Le amamos más (Daniel 11: 38).
b. Queremos saber más de Él (Salmo 42: 1-2).
c. Nos es fácil obedecerlo (Juan 10: 14; 14: 15).
d. Nos esmeramos en servirle de lo mejor (Génesis 18: 1-6).
e. Estaremos dispuestos hacer lo que nos pida (Isaías 6).
f. Viviremos en su bendición (Job 42: 5, 6, 10, 12-17).
g. Aseguraremos nuestra entrada al cielo (Mateo 25: 21, 23).

5. ¿Qué hacer para conocer más a nuestro Dios Padre?


a. Asegurarnos si hemos nacido de nuevo (Juan 3: 3).
b. Asegurar que andamos según su Espíritu (Romanos 8: 5-7).
c. Esforzarnos en buscar a Dios en las actividades espirituales.
d. Decidir consagrarnos a Dios todos los días.
e. Apartarnos de todo lo que estorba acercarnos y conocer a nuestro Dios.
f. Estar dispuestos a obedecer a Dios en lo que nos pida.
g. Vivir para Él y gozarnos en Él en todo tiempo y en todo lugar.
h. Ir subiendo de niveles espirituales.

Conclusión:
Preguntémonos: ¿Cuánto deseo hay en nuestro corazón de querer conocer más a nuestro
Dios? ¿Cuánto avanzamos? Y si usted todavía no cristiano, ¿quisiera ahora mismo empezar a
conocer a Dios?

Escriba en sus propias palabras, ¿qué es lo que aprendió de esta enseñanza?


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Enseñanza 8
Cultive hambre y sed por Dios
Texto de apertura: Mateo 5: 6.

Propósito: Despertar en cada corazón hambre y sed por Dios, para avanzar en la vida
cristiana.

Introducción:
La gente que quiere más de Dios y quiere
conocerle, ellos generalmente tienen hambre y sed
de Dios.
En lo natural, todos los días tenemos hambre y
sed por cosas materiales; en el sentido espiritual,
también todos los días queremos más de Dios.
Dios quiere que cultivemos hambre y sed por Él.
¿Cómo lo vamos a lograr? Contestemos algunas
preguntas.

1. ¿Qué significa cultivar hambre y sed por Dios?


a. Es tener un vivo deseo de conocerlo.
b. Es querer llenar ese vacío interior de nuestro espíritu y alma cada día.
c. Es querer sentirnos satisfechos en su presencia.
d. Es querer conocer más de las cosas de su reino y lo sobrenatural.
e. Es querer recibir una palabra revelada de la Biblia.
f. Es querer oír la voz del Espíritu Santo dirigiéndonos qué hacer.

2. ¿A qué nos lleva el cultivar hambre y sed por Dios?


a. A buscar a Dios en las madrugadas (Salmo 63: 1-2). El hambre y sed por Dios se
convierte mayor que nuestro sueño.
b. A buscar a Dios en ayunos (Mateo 4: 1, 2). El hambre y sed por Dios se convierte más
fuerte que el hambre por alimentos en ciertos días. En el caso de Jesús, él ayunó, no
solo porque quería fluir en milagros, sino porque quería estar cerca del corazón de su
Padre y saber cómo obrar en su voluntad.
c. A buscar a Dios pasando tiempo en las Escrituras (Salmo 119: 103). El salmista que
escribió ese texto era una persona apasionada por las Escrituras, tal es, que comparó a
la Palabra de Dios como la miel más rica.
d. A buscar a Dios en vigilias (Génesis 32: 24-30). Jacob pasó toda una noche luchando
con un ángel para conseguir su bendición. Pues el encuentro con su hermano Esaú era
un asunto de vida o de muerte y a gritos él necesitaba el socorro de Dios. Y en el caso
de nosotros, el buscar a Dios no debe ser solo por algún peligro, sino porque deseamos
conocerlo más.
e. A buscar a Dios para estar a solas con Él. No solo debemos pedir cosas a Dios, sino
querer estar con Él. Ej. María y Marta.

26
3. ¿Qué resultados obtenemos cuando cultivamos hambre y sed por Dios?
a. Dios nos considera como sus íntimos, sus amados (Mateo 6: 6).
b. Lo sobrenatural será activado pronto en nuestras vidas (Isaías 58: 8).
c. Seremos considerados como instrumentos en las manos de Dios (Isaías 58: 11, 12).
d. Dios nos ayudará a subir de niveles y dimensiones espirituales. Ej. La escalera que vio
Jacob significa niveles y dimensiones.
e. Seremos más entendidos de las cosas de Dios (Proverbios 4: 8).
f. Nuestras vidas serán más dedicadas a Dios (Romanos 12: 1).
g. Dios nos ayuda a ordenar nuestras vidas (1 Corintios 2: 13).
h. Estaremos preparados para el arrebatamiento de la iglesia (Mateo 24: 42).
i. Nuestras lámparas estarán llenas del aceite celestial como las cinco vírgenes (Mateo 25:
4).

Conclusión:
Para tener hambre y sed por Dios, hay que pedirle a Dios, porque Él es quien produce en
nosotros el querer como el hacer (Fil. 2: 13).
Todo creyente debe vivir con hambre y sed de Dios, que equivale a vivir apasionados por
Dios y los resultados serán grandiosos.

Escriba en sus propias palabras, ¿qué es lo que aprendió de esta enseñanza?


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Enseñanza 9
Los deseos de Jesús revelados en su oración
Texto de apertura: Juan 17.

Propósito: Dar a conocer los deseos de Jesús para cada uno de nosotros y así crecer en
nuestra relación con él.

Introducción:
V. 1 – Jesús inicia su oración.
V. 1- Jesús pide al Padre que le prepare y le glorifique.
V. 2- En Jesús está la vida eterna.
Cada uno de nosotros, debemos de tomar en cuenta los
deseos de Jesús revelados en su oración. ¿Cómo
cuáles? Veamos catorce de ellos.

1. Que conozcamos al Padre y al Hijo


“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a
quien has enviado” (v. 3)
a. Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, son personas que deben ser conocidas.
b. Dios desea revelarse a sus hijos de una manera especial.
c. El conocer al Dios trino nos cambia la vida.

2. Que honremos y glorifiquemos el nombre de Dios


“He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los
diste, y han guardado tu palabra” (v. 6)
a. El “nombre” para un judío representa a una persona.
b. El nombre de Dios debe ser santificado.
c. El nombre de Dios debe ser adorado y exaltado.

3. Qué recibamos y crezcamos en su Palabra


“Porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido
verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste” (v. 8)
a. La Palabra de Dios es divina.
b. La Palabra de Dios debe ser recibida y vivida en fe.
c. La Palabra de Dios debe ser de gran tesoro para nosotros.

4. Que experimentemos una vida victoriosa en Jesús


“9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos
son, 10 y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos” (vv. 9, 10)
a. En Jesús tenemos todo.
b. Lo de Jesús es del Padre, y del Padre es de Jesús, y del Padre y del Hijo es nuestro.
c. En Jesús estamos llamados a vivir una vida victoriosa, espiritual y gloriosa.
d. Con Jesús vamos por más.

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5. Que vivamos en unidad los unos a los otros
“Y ya no estoy en el mundo; más estos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a
los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros” (v.
11)
a. La unidad es un valor o principio del reino de Dios.
b. La trinidad vive en unidad. Los tres son uno y uno son tres, es decir, los tres son de la
misma esencia.
c. La unidad edifica la iglesia y el liderazgo.
d. La unidad agrada a Dios.

6. Que seamos guardados de extravíos


“Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste,
yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la
Escritura se cumpliese” (v. 12)
a. Vivimos en un mundo lleno de tentaciones y pecados.
b. Dios no quiere que nadie se pierda.
c. Necesitamos la protección de Dios.
d. Dios nos protege cuando nos sometemos a Él.
e. El que se pierde es por terco y necio – como Judas.

7. Que vivamos en el gozo del Espíritu


“Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí
mismos” (v. 13)
a. El gozo del Señor es nuestra fortaleza.
b. El gozo que tenemos viene de nuestra relación con Jesús.
c. El gozo del Señor es medicina para nuestro cuerpo.
d. El gozo nos ayuda a vivir con un buen humor.

8. Que entendamos que no somos del mundo


“Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como
tampoco yo soy del mundo” (v. 14)
a. En este mundo estamos de paso.
b. Este mundo está dominado por el diablo.
c. El mundo no puede ser nuestro hogar eterno.
d. Somos embajadores del reino de Dios.

9. Que seamos librados del mal (iniquidad)


“No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal” (v. 15)
a. Él tiene que ver con el pecado y la iniquidad.
b. El mal nos daña y nos arruina espiritualmente cuando le damos lugar.
c. El mal nos distancia de Dios.
d. El mal nos hace perder nuestras bendiciones espirituales y materiales.
e. Debemos cerrar todas las puertas que abren al mal, como: malos hábitos, malas
conductas, malas costumbres, vicios, pecados.
f. Dios quiere que vivamos apartados del mal.

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10. Que seamos santificados por la Palabra
“Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” (v. 17)
a. Cuando recibimos la Palabra y nos dejamos moldear, somos santificados.
b. La Palabra tiene poder santificador porque trabaja con el Espíritu Santo.
c. Por eso debemos amar leer, estudiar y aplicar la palabra de Dios en nuestras vidas.

11. Que cumplamos la misión de evangelizar y discipular


“Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo” (v. 18)
a. Jesús vino a dar su vida por los perdidos.
b. Nosotros debemos cultivar compasión por los perdidos.
c. Jesús nos dejó su gran comisión para llevarlo a cabo cada día (Mateo 28: 19, 20;
Marcos 16: 15-17; Hechos 1: 8).

12. Que seamos cristianos llenos de la gloria de Dios


“La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos
uno” (v. 22)
a. La gloria es mayor que la unción.
b. La gloria de Dios cambia y transforma nuestras vidas.
c. La gloria nos hace vivir en lo sobrenatural de Dios.
d. La gloria es la misma presencia de Dios.
e. La gloria de Dios nos lleva de lo ordinario a lo extraordinario.

13. Que fluyamos en su amor


“Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca
que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado” (v.
23)
a. Dios es amor y Él nos ama con amor eterno.
b. El amor de Dios nos sana y nos ayuda a restablecer relaciones rotas.
c. El amor de Dios nos ayuda a vivir con sentido y con excelencia.
d. El amor de Dios en nosotros impacta a la gente sin Cristo.
e. Todo lo que hacemos debemos hacerlo sumergidos en el amor de Dios.
f. Incluso, toda prédica y enseñanza deben estar saturados del amor de Dios, para no
caer en el pecado del legalismo.

14. Que vivamos unidos a Jesús


“Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén
conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de
la fundación del mundo” (v. 24)
a. Jesús quiere que caminemos de la mano de él.
b. Jesús quiere que, tanto en esta tierra y en el cielo, estemos al lado de él.

Conclusión:
¿Entendimos sobre los deseos de Jesús en su oración? ¿Lo llevaremos a la práctica los
deseos de Jesús? ¡Nosotros decidimos! ¡La acción trae bendición!
¿Qué aprendió de esta lección? Escriba en breve. ________________________________
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Enseñanza 10
Una invitación a deleitarse en el Señor
Texto de apertura: Salmo 37: 4.

Propósito: Dar a conocer lo que es deleitarse en el Señor y sus resultados.

Introducción:
En este mundo que vivimos, hay cosas que son
deleitosas a nuestro paladar como comidas y
bebidas y cuando participamos de algo que nos
gusta, nos deleitamos consumiéndolas. ¿Verdad?
En el sentido espiritual, también hay cosas y entes
que podamos encontrar deleite espiritual.
Dios nos hace una invitación a deleite en Él.
¿Cómo así? Veamos algunos detalles reveladores
en nuestro texto:

1. Una invitación a experimentar algo nuevo: “DELEITATE”


a. ¿Qué significa la palabra “deleite”? Según el diccionario español nos da los sinónimos
siguientes: “Deleitación, placer, gozo, gusto, agrado, satisfacción, encanto, goce,
delicia, agradar, complacer, atraer, encantar, etc”
b. Dios quiere que busquemos y encontremos el deleite para nuestra alma y espíritu y por
ende para nuestro cuerpo también.
c. Todo ser humano tenemos un vacío en nuestro interior y necesitamos llenar ese vacío
con lo que Dios nos ofrece en su Palabra.
d. La gente sin Cristo busca el delite y la felicidad, pero todo lo que ofrece el mundo y el
diablo, brinda una falsa felicidad (1 Juan 2: 15-17).
e. El diablo le tentó a Jesús a buscar deleite en el materialismo (pan sin Dios), en la fama
sin Dios (Tírate del pináculo) y en el poder sin Dios (adórame que te daré los reinos);
pero Jesús lo despreció y lo reprendió al enemigo (leer en Mateo 4: 1-11).
f. El libro de Romanos capítulo uno, de los versículos dieciocho al treinta y dos nos hablan
de las personas que buscaron complacencia y lo buscaron fuera de Dios, sus vidas iban
de degrado espiritual y moral, hasta ser desechados por Dios. ¡Qué terrible!
g. Dios quiere que vivamos felices y gozosos, pero en lo correcto.
h. Hay gente que piensa que servir a Dios es lo más aburrido que les pueda ocurrir; pero
es todo lo contrario.
i. Preguntémonos: ¿En qué estamos buscando deleite?

2. Una invitación personal: “ASIMISMO”


a. La invitación a deleitarse en el Señor es algo personal.
b. Hay cosas que una persona no puede hacer por otra persona, como comer, beber algo,
etc.
c. La invitación es que cada persona tenga una experiencia con Dios (Salmo 34: 8-11).

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d. Cuando se tiene un encuentro personal con Dios, tendremos un testimonio personal para
compartir con los demás (Ejemplos: Job, la mujer samaritana, Zaqueo, María
Magdalena, Saulo, etc.).
e. Dios tiene bendiciones para cada persona que le quiere buscar, amar y servir (Génesis
18: 1-6 - Abram).
f. Le pregunto a usted: ¿Ya ha tenido un encuentro personal con Dios? ¿Cuánto deleite
ha encontrado en el Señor?

3. Una invitación a ir a la fuente: “EN JEHOVÁ”


a. Dios dijo a través del profeta Jeremías, lo siguiente: “Porque dos males ha hecho mi
pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas
que no retienen agua” (Jeremías 2. 13).
b. Claramente el texto citado dice que Dios es la fuente de agua viva, queriendo decir que
Dios es la fuente que calma toda sed, Él es la fuente de la felicidad. Sin embargo, su
pueblo le dejaron y buscaron deleite y felicidad en otras fuentes.
c. Cuando Jesús se encontró con la mujer samaritana y al entablar una conversación con
ella, él le dijo: “13… Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; 14 más
el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le
daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” (Juan 4: 13, 14).
d. En Jesús no solo está el gozo, la felicidad; sino la vida eterna, porque él es la vida y la
fuente de la vida (Juan 1: 3: 14: 6).
e. Isaías, unos ochocientos años antes de la llegada de Cristo, él profetizó que nuestro Dios
y Jesús son la fuente de la salvación y la felicidad. “3 Sacaréis con gozo aguas de las
fuentes de la salvación. 4 Y diréis en aquel día: Cantad a Jehová, aclamad su nombre,
haced célebres en los pueblos sus obras, recordad que su nombre es engrandecido”
(Isaías 12: 3, 4).
f. Hay gente, queriendo llenar el vacío de su interior, buscan deleite pero en cualquier otra
fuente y el diablo les engaña y terminan complicando sus vidas.
g. Cuando estamos en Dios, el deleite lo encontramos: En Él, en su Palabra, en alabarle,
en orar, en servirle, en amar a otros, en los ayunos, en las vigilias, etc.
h. Nosotros entendimos que no solo necesitamos suplir a nuestro cuerpo con comida, ropa,
techo y otras cosas, sino que también tenemos un alma y un espíritu que tenemos que
saciarlo en el Señor (Mateo 4: 4).
i. ¿Estamos deleitándonos en la fuente correcta?

4. Una invitación que nos abre camino a peticiones contestadas: “Y ÉL TE


CONCEDERÁ LAS PETICIONES DE TU CORAZÓN”
a. Cuando ponemos nuestro amor en el Señor y le servimos, él nos dice: “13 Y todo lo
que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el
Hijo. 14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14: 13, 14).
b. Jesús mismo nos dijo: “31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué
beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero
vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”
(Mateo 6: 31-33).

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c. El Señor quiere suplir nuestras necesidades materiales y espirituales, pero la regla es,
primero amemos al Señor y sirvámoslo con diligencia, y de los demás el Señor se
encarga.
d. Hay gente que acude a Jesús por panes y pescados, pero no desean conocerlo a Él y ni
entablar una amistad. Otros acuden a Jesús por algún milagro o sanidad, pero no tienen
la intención de conocerle ni amarle. Y hay veces que Dios suple sus necesidades en su
misericordia; pero lo lindo sería, primero conquistar el corazón de Dios y luego su
billetera.
e. El Señor nos dice: “Acontecerá que, si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios,
para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también
Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. 2 Y vendrán sobre ti
todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios”
(Deuteronomio 28: 1, 2).

Conclusión:
Para terminar, preguntémonos: ¿Entendimos lo que es el deleite en el Señor? ¿Realmente
nos estamos deleitando en el Señor? ¿Son nuestras oraciones contestadas? ¡Analicemos nuestra
vida!

Escriba en sus propias palabras, ¿qué es lo que aprendió de esta enseñanza?


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Enseñanza 11
Viviendo bajo la presencia gloriosa del Señor
Texto de apertura: Salmo 91

Propósito: Dar a conocer lo que es morar en la presencia del Señor y sus resultados
gloriosos.

Introducción:
El deseo del Señor es que vivamos bajo su
presencia de día y de noche y que encontremos la
verdadera seguridad en Él.
Este salmo precisamente nos habla de la
bendición de vivir bajo esa presencia gloriosa que
no tiene comparación alguna en la tierra.
¿Qué cosas debemos entender? Veamos unos
detalles reveladores.

1. Cada creyente debe interesarse morar en la presencia gloriosa del Señor


“El que habita al abrigo del Altísimo” (v. 1a)
a. “Habitar” es morar continuamente.
b. El “abrigo del Altísimo” nos habla de su presencia que nos brinda cuidado y calentura
espiritual.
c. Fuera de la presencia del Señor todo es frío.
d. Los lugares que están alejados del sol, son lugares muy fríos, así es cuando se está lejos
del Señor; pero si vivimos en la presencia del Señor, estaremos calientes y no fríos
(Apocalipsis 3: 15, 16).

2. El vivir bajo la presencia del Señor es vivir bajo su cobertura espiritual


(v. 1b)
“Morará bajo la sombra del omnipotente”.
a. “La sombra del omnipotente” es su cobertura, su protección, su cuidado.
b. Dios quiere que vivamos día y noche bajo su cobertura, para estar seguros y protegidos.
c. Si nos alejamos de esa cobertura espiritual, nuestra vida corre peligro de males y
ataques diabólicos.
d. ¿Qué vemos en la gente que vive apartada de esa cobertura espiritual? ¡Viven en
situaciones tristes y caóticas!
e. No obstante, el vivir bajo la sombra del omnipotente vivimos felices, protegidos y
bendecidos.

3. El vivir bajo la presencia del Señor es vivir vivificados (v. 2)


a. El autor de este salmo declara que en el Señor:
1) Está su esperanza o refugio.
2) Él es su castillo o protección.
3) En Él confía.
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b. Realmente el vivir bajo la presencia del Señor es vivir con espíritus tonificados, es vivir
con seguridad, es vivir sin temores de los peligros que hay en el mundo y del enemigo,
es vivir en completa libertad, es vivir en completa paz (Filipenses 4: 7).
c. Dios quiere que vivamos como sus hijos bendecidos y en completa seguridad.

4. El vivir bajo la presencia del Señor nos protege de peligros diabólicos (vv.
3-10)
a. Somos librados de los lazos o trampas del enemigo (v. 3a).
b. Somos librados de pestes destructoras (v. 3b).
c. Somos librados del obrar diabólico nocturno (v. 5a).
d. Somos librados de dardos del enemigo durante el día (v. 5b).
e. Somos librados de espíritus que obran en enfermedades nocturnas (v. 6a).
f. Somos librados del espíritu de la muerte (v. 6b).
g. Somos protegidos sobrenaturalmente de ataques diabólicos (v. 7).
h. Somos protegidos de la gente que se deja usar por satanás (v. 8).
i. Somos librados de cualquier mal (v. 10a).
j. Somos librados de cualquier plaga maligna (v. 10b)

5. El vivir bajo la presencia del Señor nos ayuda a vivir bendecidos y en


victoria (vv. 4, 9, 11 -16)
a. Es vivir protegidos y seguros (v. 4a).
b. Es vivir con tranquilidad y paz (v. 4b).
c. Es vivir con la mira puesta en Dios todos los días (v. 9).
d. Es vivir con resguardo angelical (vv. 11, 12).
e. Es vivir con un aire de victoria en contra del enemigo y sus demonios (v. 13).
f. Es vivir con amor ardiente por nuestro amado Dios (v. 14a).
g. Es vivir honrando al Señor por conocerle cada día (v. 14b).
h. Es vivir gozosos porque nuestras oraciones son contestadas en agrado (v. 15a).
i. Es ser ayudados en tiempos de pruebas y de peligros (v. 15b).
j. Es disfrutar de largura de días, para servir al Señor (v. 16).
k. Es vivir bajo la protección y cuidado de Dios (v. 16b).

Conclusión:
¿Cuánto de nuestro tiempo pasamos en la presencia gloriosa del Señor? ¿Estamos
experimentando lo maravilloso que es vivir bajo la presencia de Dios? ¿Otros notan que
vivimos en la presencia gloriosa del Señor? ¿Qué resultados estamos teniendo?
Elías dijo: “Vive Jehová que vivo en su presencia”

Escriba en sus propias palabras, ¿qué es lo que aprendió de esta enseñanza?


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Enseñanza 12
Logrando que nuestra oración se conecte, el cielo con la tierra
Texto de apertura: Mateo 6: 9-13.

Propósito: Dar a conocer cómo conectar nuestra oración, el cielo con la tierra.

Introducción:
La oración conocida como el Padre
nuestro, en realidad es una oración
poderosa que nos ayuda a conectar el cielo
con la tierra y nos ayuda a obtener
resultados impresionantes para cada día.
Esta oración muchas veces está de adorno
en muchos calendarios y spot, pero es una
oración sencilla, pero que trae resultados
grandiosos y sobrenaturales.
Entonces, logremos que nuestra oración se conecte, el cielo con la tierra. ¿Cómo lo vamos
a lograr? Entendiendo dos dimensiones reveladoras.

1. Primera dimensión: Orar con una mentalidad de conexión de lo terrenal a


lo celestial
a. Orar con sentido de Paternidad: “Padre” (v. 9b).
1) Orar sin la mentalidad de paternidad, es orar con la mente de huérfanos, es darle
lugar al enemigo que estamos solos, abandonados y desprotegidos.
2) Cada creyente debemos entender que desde el momento que aceptamos a Cristo
como nuestro Señor y Salvador, en ese momento fuimos declarados por el Padre,
hijos de Dios (Juan 1: 12).
3) En el Antiguo Testamento, la gente era considera como siervos y es por eso que
ellos no llamaban a Dios como Padre, sino lo llamaban por otros nombres (Shalom,
Eterno, Elohim, Roy, etc.).
4) Nosotros tenemos el privilegio de llamar a Dios: “Abba Padre”, que quiere decir
“papito Dios” (Gálatas 4: 6-7; Romanos 8: 14-17).
5) Antes por pecadores, nuestro padre era el diablo; pero ahora somos hijos de un Padre
bueno, amoroso, tierno, protector, proveedor, guiador; y ahora vivimos según la
voluntad de nuestro Padre Dios (1 Juan 3: 8, 9).
6) Así que, cada vez que oremos en cualquier lugar y en cualquier tiempo, tengamos
en mente que Dios no solo es nuestro Dios (jefe), sino nuestro Padre maravillo y
que Él es el mejor Padre de padres (Lucas 11: 13).
b. Orar con el sentido de miembros del cuerpo de Cristo: “Nuestro” (v. 9c).
1) Dios no es Dios de personas individuales solamente, sino que es un Padre de todos
aquellos que recibieron a su Hijo Jesús como Señor y Salvador.
2) Cada uno de nosotros pertenecemos al cuerpo de Cristo, que es llamada la iglesia
del Señor.
3) Cuando estamos orando solos, podemos decirle a nuestro Dios: “Padre mío”; pero
cuando estamos orando en grupo, debemos decirle: “Padre nuestro”.
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4) Debemos gozarnos todos los creyentes que tenemos un Gran Padre maravillo y que
es bueno con todos nosotros y Él nos ama a todos por igual.
c. Orar con sentido de conexión de cielos: “Que estás en los cielos” (v. 9d).
1) Dios vive en las dimensiones de cielos.
2) Los cielos habla de altura, de dimensiones, de lugares atmosféricos inalcanzables
por los humanos sin Dios.
3) Dios tiene su trono en los cielos de los cielos y desde allí Él reina y controla toda su
creación, sea visible e invisible.
4) Algunos conocemos ese lugar como el tercer cielo, pero en realidad son cielos de
cielos.
5) Cuando nosotros oramos, en lo espiritual, Dios nos ve a nosotros tal como somos
delante de Él.
6) Y también cuando nosotros oramos, no debemos olvidar que, aunque nuestro Dios
está en los cielos, pero Él es omnipresente que está en todo lugar a la vez y en nuestra
mente debe de estar, que cuando oramos, Él está cerca de nosotros.
7) La oración nos conecta lo natural con lo eterno, lo terrenal con el cielo, nuestras
vidas con nuestro Dios. ¡Qué maravilla!
d. Orar con sentido de reverencia y adoración: “Santificado sea tu nombre” (v. 9e)
1) Dios es todopoderoso y merece un respeto santo por sus hijos. No debemos
acercarnos a Él con términos irrespetuosos.
2) El tercer mandamiento nos prohíbe mencionar su nombre en vano. “No tomarás el
nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que
tomare su nombre en vano” (Éxodo 20: 7).
3) Cuando nos acerquemos a Él en oración debemos ser tiernos con Él, debemos de
decirle cuanto le amamos, debemos desbordarnos en adorarle por lo que Él es y lo
que significa para nosotros y también debemos alabarle por todos sus favores que
nos brinda cada día (Salmo 103: 1-6).
4) Para los judíos, el “nombre” era más que un apelativo, para ellos el nombre
representaba una persona, representada poder.
5) Por eso la Biblia dice: “Alabad el nombre de Jehová…” (Salmo 135: 1).
e. Orar con la mentalidad de reino: “venga tu reino” (v. 10a)
1) El reino de Dios es su gobierno. Ese reino tiene alguien quien le gobierne y es Dios.
2) Hablando de ese reino, ese reino es reino de luz, de poder, de orden, de una cultura
alta.
3) Ese reino tiene como base la palabra de Dios y sus leyes.
4) Ese reino siempre estuvo en el pasado, está en el presente y estará en el futuro.
5) Cuando Jesús vino a la tierra, él vino a establecer su reino espiritual en quienes le
aceptaban como su Mesías (Mateo 3: 2-3).
6) Ese reino crece en la tierra cuanto más predicamos el evangelio y las personas se
convierten (Mateo 28: 19, 20).
7) Los creyentes no debemos tener una mentalidad solo de cuatro paredes que es la
casa de Dios, sino una mentalidad de reino, una visión amplia.
8) Cuando el reino de Dios llega a un lugar ya sea a un pueblo, a una ciudad, a una
nación, esos lugares cambian y son transformados por el poder de Dios (Romanos
1: 16; 1 Corintios 2: 1-5).

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9) Cada vez que oremos, pidamos estar sumergidos en ese reino celestial y también
pidamos que el Señor nos ayude a extender su reino en la tierra, a través de la
predicación del evangelio.
f. Orar con el sentido de sumisión: “hágase tu voluntad” (v. 10b).
1) ¿Qué significa la frase “hágase tu voluntad”? La frase quiere decir el complacer el
deseo de alguien, el someterse al mando de alguien.
2) Nosotros pertenecemos a un reino que tiene principios y estamos llamados a
someternos y hacer la voluntad de nuestro Dios.
3) La voluntad de Dios está revelada en su Palabra, desde el Antiguo Testamento hasta
el Nuevo Testamento.
4) Nuestro deber como cristianos es leer la Biblia y ser enseñados, para entender cómo
aplicar la palabra de Dios a nuestras vidas.
5) Y lo grandioso es, cuando oramos debemos hacerlo según la Palabra de Dios.
6) Se dice que hay una voluntad general de Dios y una voluntad específica. Su voluntad
general está en su palabra, pero su voluntad específica es cuando queremos hacer
algo o tomar una decisión, necesitamos someternos a la guía del Espíritu Santo, para
que nos ayude qué hacer o qué decidir (Deuteronomio 29: 29; Romanos 8: 4, 5).
7) Cuantos cristianos fallan porque no se sujetan a hacer la voluntad de Dios. Dios, no
está llamado a respaldar nuestros caprichos, sino su voluntad.
8) Así que, cuando oremos, sometamos nuestra voluntad a la voluntad de Dios. Eso es
lo que nos enseñó nuestro amado Jesús (Mateo 26: 38, 39, 42).
9) Cuando nos sometemos a hacer la voluntad de Dios, sus resultados serán buenas,
agradables y perfectas (Romanos 12: 2).
g. Orar con el sentido de obediencia: “así como en el cielo, así también en la tierra”
(v. 10c).
1) En el cielo no se discuten las órdenes, allí se cumplen en absoluta obediencia.
2) Y ojo, los ángeles y criaturas celestiales tienen libre albedrío como nosotros, pero
ellos deciden obedecer a Dios al cien por ciento.
3) Las criaturas que viven en el cielo, ellos saben quién es Dios, un Dios bondadoso y
amoroso, y ellos obedecen por amor.
4) El deseo de Jesús es, que todos los que somos sus seguidores, seamos obedientes en
hacer la voluntad de nuestro Padre celestial.
5) La obediencia es el primer valor que debemos de aprender, desde que recibimos a
Jesús como nuestro Señor y Salvador.
6) La obediencia es un principio del reino de Dios y la desobediencia es un principio
del reino de satanás (Santiago 2: 19).
7) La palabra “Señor” quiere decir: “amo”, “dueño” y nosotros somos sus siervos, sus
discípulos, sus hijos, y estamos llamados a obedecerle a nuestro Señor.
8) La obediencia nos trae muchas bendiciones, tanto espirituales como materiales
(Deuteronomio 28: 1-2).
9) Así que, los que oramos, debemos vivir en obediencia a la voluntad de Dios, para
que nuestras oraciones no sean estorbadas.

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2. Segunda dimensión: Orar con una mentalidad de conexión de lo celestial
a lo terrenal
a. Orar con fe por nuestras provisiones materiales: “El pan nuestro de cada día,
dánoslo hoy” (v. 11).
1) Si tenemos en mente quién es nuestro Dios, desde donde se mueve, le damos nuestra
mejor adoración y nos sometemos a hacer su voluntad, Él no tendrá problemas en
responder nuestras oraciones (Juan 15: 7).
2) Dios nos creó con necesidades y Él desea suplirnos, ya sea comida, ya sea ropa, ya
sea un techo, ya sea un trabajo, ya sea dinero para ciertas necesidades o inversiones,
etc.
3) Nuestro Dios no es mezquino, Él es el mejor Padre, dueño del oro y todas las riquezas
y Él desea darnos lo mejor.
4) Cuando el Señor sacó a su pueblo Israel de Egipto, Él dijo a su pueblo que los llevaría
a una tierra que fluye leche y miel, es decir, a una tierra bendecida y próspera (Éxodo
3: 17).
5) Hablando de la comida, a los que servimos y hacemos la voluntad del Señor, él nos
dice: “Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual
hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado” (Joel 2:
26)
6) Y cuando somos bendecidos en bienes y económicamente, hay que ser generosos
con los necesitados.
b. Orar con el deseo de estar a cuentas con nuestro Dios: “Y perdona nuestras
deudas” (v. 12a).
1) Las deudas son nuestras ofensas y pecados cometidos hacia Dios.
2) Los hijos de Dios ya no practicamos el pecado, pero sí por descuido pecamos ya sea
con nuestros pensamientos, nuestras miradas, nuestras actitudes, nuestras acciones y
cediendo a pecados y tentaciones.
3) El apóstol Pablo decía: “18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien;
porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19 Porque no hago el bien
que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si hago lo que no quiero, ya
no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí” (Romanos 7: 18-20).
4) El apóstol Pablo hacía referencia de la naturaleza de pecado que arrastramos todavía
los cristianos. Es cierto que nacimos espiritualmente, pero todavía tenemos la
naturaleza adámica dentro de nosotros y cuando Cristo venga él lo desaparecerá del
todo esa naturaleza pecaminosa y nos dará un cuerpo glorificado (1 Corintios 15: 51-
54).
5) Por lo tanto, la oración nos ayuda a someter nuestros deseos malos a Dios, y cuando
fallamos, la oración nos lleva a la presencia del Señor a estar a cuentas.
6) Cunado fallamos en algo, de inmediato debemos pedir perdón al Señor, para no darle
ocasión al diablo que complique nuestra situación (Efesios 4: 26, 27).
c. Orar con un espíritu perdonador: “como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores” (v. 12b).
1) Como dijo alguien, hay veces sin querer queriendo ofendemos a nuestros semejantes.
2) Cuando ofendemos a alguien, hay que tener un espíritu perdonador de estar a cuentas
con esa persona.

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3) La regla del Señor es: “14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os
perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 15 más si no perdonáis a los
hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas” (Mateo
6: 14, 15).
4) Cuando nos parece difícil perdonar, debemos pensar de cuánto pecado el Señor nos
perdonó a nosotros y unos cuántos pecados ¿nosotros no podemos perdonar de
nuestros semejantes? (Lucas 7: 36-50).
5) Así que, cuando oramos debemos tener la intención, no solo de estar a cuentas con
Dios, sino con nuestro prójimo.
6) El ser perdonado y el perdonar, nos hace libres y nos abre camino a la bendición.
d. Orar para pedir discernimiento, para no caer en las trampas del enemigo: “Y no
nos metas en tentación” (v. 13a).
1) Aquella frase textual bíblica está mal interpretada, porque Dios no mete a nadie en
tención ni es tentado por el mal, según se menciona en el libro de Santiago 1: 13, 14
cuando nos dice: “13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de
Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; 14 sino que
cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido”.
2) Pero sí se entiende que, cuando oramos debemos pedir a Dios que nos ayude a
discernir lo que viene de Él y lo que viene del diablo, lo que es santo y lo que es
profano.
3) Cuando más oramos y ayunamos, el Espíritu Santo nos ayuda a ser perceptibles ante
los ataques del enemigo y nos ayuda cómo enfrentar ataques malignos.
4) Jesús, en su ministerio terrenal, él fue muy atacado y tentado por el enemigo; pero
siempre salía triunfante, porque oraba y se dejaba guiar por el Espíritu Santo.
e. Orar para para recibir poder ante el mal: “Más libranos del mal” (v. 13b).
1) Jabes, en su oración que hizo a Dios, en una parte pidió que Dios le guardara del mal
para que no le dañe. “E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras
bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me
libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió” (1 Crónicas
4: 10).
2) Los creyentes no debemos subestimar las tentaciones ni los ataques del diablo, sino
estar preparados espiritualmente.
3) El ceder al mal o al pecado, nos arruina, no solo en lo espiritual, sino en las demás
áreas de nuestras vidas.
4) El profeta Natán, ante el pecado que cometió el rey David, le dijo que males vendrían
sobre él, sobre su casa y sobre su reino (2 Samuel 12).
5) La confesión del rey David, después de haber pecado. “3 Mientras callé, se
envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. 4 Porque de día y de noche se
agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano” (Salmo 32:
3, 4).
6) Debemos determinarnos a vivir una vida apartados del mal y de todo pecado.
f. Terminar la oración con gratitud y con espíritu de adoración: “porque tuyo es el
reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos” (v. 13c).
a. La oración, cuando se combina con adoración, es poderosa y abre portales en el
mundo espiritual.
b. La mayoría de los salmos son oraciones mezcladas con alabanzas y adoraciones. Y
esas oraciones mezcladas con cantos están llenas de profecías y revelaciones.
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c. No olvidemos que Dios está buscando adoradores, que le adoren en espíritu y en
verdad (Juan 4: 23, 24).
d. Esta oración que estamos estudiando, empieza con adoración y termina con
adoración.
e. Alguien dijo, la prédica es para alimentarnos a nosotros, pero la adoración es para
alimentar a nuestro Dios.
f. Por eso, en el cielo, una de las tareas relevantes y prioritarias, será el adorar a nuestro
Dios. En la tierra estamos ensayando el adorar a nuestro Dios.
g. Así que, todas las veces que oremos, procuremos adorar a nuestro Dios.
g. Terminemos la oración en fe: “Amén” (v. 13d).
1) El amén significa: “así ha sido, así es y así será”.
2) El amén es una confirmación a algo que estamos recibiendo y creyendo.
3) Debemos creer lo que oramos y adoramos al Señor (Hebreos 11: 6).

Conclusión:
Lo que estudiamos, ¡qué oración grandiosa y tonificante!, ¿verdad? Es una oración muy
instructora, es una oración sobrenatural, es una oración que nos debe ayudar a conectarnos con
el cielo y hacer que nuestras bendiciones se materialicen.

Escriba en sus propias palabras, ¿qué es lo que aprendió de esta enseñanza?


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Enseñanza 13
Cuidemos nuestras actitudes, para vivir con presencia de Dios
Texto de apertura: Salmo 24: 3-6.

Propósito: Responder a tres preguntas, para ser más entendidos de cómo vivir con
presencia de Dios.

Introducción:
Dios es santo y muy santo que,
si queremos mantener su
presencia en nuestras vidas,
debemos cuidar nuestras
actitudes dentro de su casa y
fuera de ella, dentro de nuestro
hogar y fuera de ella, etc. ¡En
todo lugar!
¿Cómo lo vamos a lograr? En esta enseñanza, queremos responder a tres preguntas.
Veamos.

1. ¿Qué entendemos por “monte de Jehová” y por el “lugar santo”? (v. 3)


a. Sobre el “monte de Jehová”.
1) Los judíos tenían costumbre de ofrecer sacrificios en los lugares altos o montañas.
2) Abraham buscó un lugar montañoso y alto para ofrecer su sacrificio.
3) En varios países hay lugares altos o montañas donde la gente va a ayunar, va a orar
y va a retiros espirituales.
4) El monte habla de un lugar de ir a buscar a Dios y encontrase con Él.
b. Sobre el “lugar santo”.
1) El tabernáculo tenía tres divisiones:
a) El atrio, donde estaba el altar de sacrificios (Sacrificio de Cristo), el lavacro
(Santificación).
b) El lugar santo, donde estaban el altar de incienso (Oración y adoración), el
candelabro (Luz del Espíritu Santo) y la mesa de proposición (Revelación de la
Palabra).
c) El lugar santísimo, donde estaba el arca del pacto (la presencia gloriosa del
Señor).
2) El templo también tenía los tres lugares mencionados en el tabernáculo.
3) El lugar santo era un lugar que tenían acceso los sacerdotes y levitas constantemente.
4) El lugar santo era un lugar especial y edificante.

2. ¿Qué actitudes debemos tener y cuidar, para tener acceso y permanecer


en la presencia del Señor? (vv. 3-4)
a. Servicio santo: “El limpio de manos”.
1) Con las manos servimos a Dios y al prójimo.
2) Con las manos alabamos y adoramos a Dios.
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3) Con las manos en alto muchas veces oramos a Dios.
4) Con las manos ministramos a otras personas.
5) Con las manos sembramos económicamente.
6) Con las manos trabajamos y conseguimos nuestras bendiciones.
b. Amor santo: “y puro de corazón”.
1) Con el corazón amamos a Dios.
2) Con el corazón amamos al prójimo.
3) En el corazón almacenamos y debe ser lo bueno.
4) El corazón es el motor de nuestra vida.
5) El corazón puro nos ayudará a amar y servir a nuestro Dios.
c. Afectos puros: “El que no ha elevado su alma a cosas vanas”.
1) Nuestras emociones deben estar santificados.
2) Nuestros sentimientos deben estar santificados.
3) Nuestra voluntad debe estar santificada.
4) Nuestra mente debe de estar santificada.
d. Decisiones santas: “Ni ha jurado con engaño”
1) Nuestra hablar debe ser según la verdad.
2) Nuestro hablar debe conservar lo santo.
3) Nuestras conversaciones deben mantener respeto al Espíritu Santo.
4) No debemos hablar cosas que contristan al Espíritu Santo.

3. ¿Qué bendiciones obtendremos al cuidar nuestras actitudes? (vv. 5-6)


a. Seremos bendecido por nuestro Dios: “Él recibirá bendiciones de Jehová” (v. 5a)
1) Buscar a Jehová y su presencia nos trae bendiciones en las diferentes áreas.
2) La bendición de Dios no entristece, sino que nos llena de alegría.
3) La bendición de Dios suple nuestras necesidades y nos facilita para buscar mejor a
Dios.
b. Seremos protegidos por nuestro Dios: “y justicia del Dios de salvación” (v. 5b).
1) Vivimos en un mundo llenos de injusticias.
2) Al profeta Habacuc le preocupó mucho las injusticias en su tiempo (Cap. 1).
3) Cuantas veces los creyentes sufrimos injusticias en este mundo.
4) Dios promete hacernos justicia y brindarnos su salvación o ayuda.
c. Seremos una generación que marcará la diferencia: “Tal es la generación de los que le
buscan, de los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob” (v. 6).
1) Hay diversas clases de generaciones que no agradan a Dios, como generaciones:
Incrédulas, distraídas, desobedientes, ingratas, impuras, rebeldes, profanas,
olvidadizas, idólatras, etc.
2) Pero nuestro texto nos habla de una generación que marca la diferencia, es una
generación que tienen pasión de buscar a Dios, es una generación que no busca el
bolsillo de Dios, sino su rostro o su presencia, es una generación determinada a tener
un encuentro con Dios. Es una generación que, a pesar de sus falencias, pero no se
rinde y busca a Dios, para marcar la diferencia.

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Conclusión:
¿Cuánta pasión tenemos por la presencia de Dios? ¿Mantenemos la presencia de Dios en
nuestras vidas? ¿Somos cuidadosos con nuestras actitudes? ¿Somos cuidadosos de no ofender
al Espíritu Santo? ¿Qué actitudes hay todavía que mejorar?
Nuestro Dios quiere que seamos cuidadosos de nuestras actitudes. Nuestro Dios quiere que
vayamos cambiando patrones conductuales. Nuestro Dios quiere que cerremos todas las
puertas abiertas, que dan lugar al enemigo que nos ate espiritualmente. Nuestro Dios quiere
llenarnos más de su presencia. ¿Le haremos caso?

Escriba en sus propias palabras, ¿qué es lo que aprendió de esta enseñanza?


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Enseñanza 14
El guerrero(a) espiritual cuida sus portales espirituales
Texto de apertura: Efesios 4: 27.

Propósito: Revelar portales espirituales en el cuerpo que se debe cuidar, para no ser
influenciados negativamente.

Introducción:
El guerrero espiritual es valiente, aguerrido,
intercesor, sabe cómo conducirse, sabe cómo
actuar, sabe a dónde ir, sabe con quienes
relacionarse y con quienes no; el guerrero espiritual
es muy prudente con sus sentidos y ciertos
miembros que puedan ser influenciados
negativamente.
Entonces, el guerrero(a) espiritual cuida sus
portales o puertas. ¿Cómo así? Veamos ocho de
esos portales.

1. Se debe cuidar el portal de la mente en la cabeza


a. En cada cabeza hay percepción y recepción para lo bueno o para lo malo y está
relacionada con la mente.
b. No debemos permitir que cualquier persona nos imponga sus manos en nuestra cabeza,
porque quien está mal nos puede transmitir sus malos espíritus.
c. El apóstol nos Pablo alerta sobre el ser cuidadosos en la imposición de manos en la
cabeza (1 Timoteo 5: 22).
d. Pero una persona que vive en santidad, en integridad y vive con presencia de Dios,
cuando pone sus manos en nuestra cabeza es de gran bendición. Ej. Moisés lo hizo con
Josué, Samuel lo hizo con David, Jesús lo hizo con sus discípulos y hacia los niños.

2. Se debe cuidar los portales de los ojos


a. Los ojos, en lo espiritual, son puertas que pueden dejar entrar lo bueno o lo malo a
nuestro ser interior.
b. Si usamos bien nuestros ojos, todo nuestro ser interior estará en luz; pero si usamos mal
nuestros ojos, todo nuestro ser interior estará en tinieblas (Mateo 6: 22-26).
c. Los ojos pueden dar lugar a pecados de lujuria, lascivia, fornicación, adulterio, etc.
d. Por los ojos pueden entrar demonios a las personas.
e. Un guerrero o guerrera espiritual cuida qué es lo que ve.
f. Satanás tergiversó la visión de Eva y lo hizo caer. Satanás también quiso tergiversar la
visión de Jesús, pero no pudo (Mateo 4: 1-11).
g. Por eso, el apóstol Pablo, oró para que los ojos de sus discípulos sean guardados en luz
y en santidad (Efesios 1: 18-20).

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3. Se debe cuidar los portales de los oídos
a. Eva oyó lo que Satanás le dijo y creyó en sus engaños.
b. Los oídos son puertas para el bien o para el mal.
c. Las mujeres son muy sensibles a las palabras.
d. Los creyentes que son atraídos por música mundana, generalmente viven atados
espiritualmente.
e. Hay evitar escuchar chismes, murmuraciones y mensajes apóstatas.
f. Hay que usar nuestros oídos para lo bueno, para lo que edifica. Y a cosas necias, oídos
sordos.
g. Jesús quiere que entrenemos nuestros oídos para aprender a escuchar su voz (Juan 10:
3, 4).
h. Hay que aprender a diferenciar la voz de Dios de las demás voces, como son: Las voces
humanas, las voces de las circunstancias y las voces de los demonios.

4. Se debe cuidar el portal de la boca


a. En nuestra boca hay un poder, sea para vida o para muerte.
b. La boca puede confesar fe, o puede confesar incredulidad y dar lugar a demonios.
c. Los guerreros espirituales son cuidadosos con sus palabras, para no dar lugar a ningún
demonio para que los ate espiritualmente.
d. De una misma fuente no puede salir agua dulce o agua amarga. La doblez de palabras
atrae demonios.
e. Nuestra lengua es como una pequeña llama que puede hacer grandes incendios, incluso
puede activar al mismo infierno.
f. Por eso, debemos usar nuestras palabras siendo prudentes, sabios y usando el dominio
propio.

5. Se debe cuidar el portal del olfato


a. Nuestro olfato espiritual percibe olores en el mundo espiritual.
b. Nuestro olfato espiritual generalmente es atacado cuando ayunamos, el enemigo coloca
olores de comida, para debilitarnos y no cumplir con las metas del ayuno.
c. El enemigo usa hasta perfumes para seducirnos a la seducción sexual, por eso que hay
perfumes con nombres sensuales.
d. Hay que reprender todo lo que no viene de Dios.

6. Se debe cuidar los portales de las manos


a. Dios pone poder en nuestras manos para hacer las riquezas, es decir, Él nos da
habilidades y talentos para conseguir nuestras bendiciones con su favor.
b. Dios bendice nuestras manos para ser bendecidos en el trabajo.
c. Nuestras manos pueden estar ungidas o estar en obras carnales.
d. No debemos imponer manos en otros cuando estamos en pecado (1 Timoteo 5: 22).
e. Para ministrar a otros, hay que ponernos a cuentas con nuestro Dios.
f. Cuando vivimos en santidad y bajo la presencia gloriosa del Señor, la imposición de
manos será de bendición. Ej. De Pablo hacia Timoteo (2 Timoteo 1: 6).

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g. Cuando alguien medio raro impone sus manos en nuestra cabeza, debemos cubrirnos
con la sangre de Cristo.

7. Se debe cuidar los portales de los pies


a. El Señor le dijo a Moisés que quitara sus calzados, porque el lugar que estaba pisando
sus pies era santo (Éxodo 3: 5). Al parecer los calzados de Moisés estaban
contaminados.
b. Cuando Moisés se quitó sus calzados entró a pisar un terreno santo, un terreno
bendecido y lleno de la presencia de Dios.
c. Nuestros pies deben estar purificados, para llevar gloria, poder, esperanza, vida, a otros.
d. La Biblia dice que cuando vamos a la guerra espiritual, debemos de ponernos nuestros
calzados espirituales (Efesios 6: 15).
e. Nuestros pies, cuando entran a terrenos del enemigo, deben estar ungidos y cubierto
por la sangre de Cristo.
f. La Biblia dice que son bienaventurados los que no andan en caminos de pecadores, ni
en silla de escarnecedores se sientan (Salmo 1: 1).

8. Se debe cuidar el portal de la sexualidad


a. El sexo fue creado por Dios para que sea practicado dentro del matrimonio.
b. El sexo practicado bajo principios de santidad es una bendición.
c. El sexo tiene propósitos como los siguientes: Unión, placer, procrear hijos, librarnos de
adulterio.
d. El sexo es un portal para el bien o para el mal.
e. La Biblia dice quien se une con una ramera, su alma llega ser una con esa persona (1
Corintios 6: 16).
f. El sexo practicado en adulterio o depravación, hace que los demonios entren a la
persona y los ate.
g. Los jóvenes deben evitar las masturbaciones porque esas prácticas carnales, le dan lugar
a demonios que les aten espiritualmente.
h. E sexo depravado conduce a la persona a la muerte espiritual y al juicio de Dios
(Romanos 1: 26-32).
i. El diablo es campeón en tergiversar las cosas buenas en malas.
Conclusión:
Ahora que ya conoce sus portales, cuide cada uno de ellos y no dé lugar al enemigo.
Cuidemos nuestros portales viviendo en santidad y bajo la presencia del Señor. Usemos todos
los días la armadura de Dios, para proteger nuestros portales espirituales (Efesios 6: 10-18).

Escriba en sus propias palabras, ¿qué es lo que aprendió de esta enseñanza?


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Enseñanza 15
¡Cuidado con las trampas del diablo!
Texto de apertura: Mateo 4: 1-11.

Propósito: Revelar tres trampas que el diablo usa, para querer hacernos caer a los que
servimos a Dios.

Introducción:
La Biblia dice que el diablo es padre de mentira y
a través del tiempo la mentira ha sido su herramienta
más fuerte para derribar a muchos hijos y siervos de
Dios en el mundo entero. En un inicio, el diablo le
derribó a Adán y a Eva con sus mentiras y el diablo
atrevidamente con sus mentiras también quiso
derribarlo a nuestro Señor Jesús, pero no pudo,
porque Jesús estaba cimentado en la Palabra de la
verdad.
Actualmente, el diablo sigue usando la mentira en sus tentaciones, para derribar a muchos
hijos de Dios y está logrando. Muchos hijos de Dios están bajo el lazo del diablo sin darse
cuenta. Muchos hijos de Dios en vez de ser instrumentos de Dios, están siendo instrumentos
del diablo y lo más triste es que están camino al infierno.
Jesús, a través de este mensaje basado en su Palabra, quiere alertarnos para no caer en las
trampas del diablo y si hemos caído, salir de esas trampas con su ayuda y vivir en libertad
espiritual.
El Señor nos dice: ¡Cuidado con las trampas del diablo! ¿Qué trampas? Veamos tres de
ellas en la cual no debemos de caer.

1. La trampa de lo material sin Dios


“1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo
2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre 3 Y vino a él
el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. 4 El
respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que
sale de la boca de Dios” (vv. 1- 4).
Veamos algunos detalles de nuestro texto.
a. Dios quiere forjar nuestro carácter: “Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu
al desierto, para ser tentado por el diablo” (v. 1). Ojo, Dios no tienta a nadie ni Él puede
ser tentado por el mal, pero Él permite la tentación para ser forjados y para subir de nivel
espiritual.
b. Dios quiere que estemos preparados espiritualmente: “Y después de haber
ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre” (v. 2a). Jesús era consciente que
estaba viviendo como humano y necesitaba someter su carne a Dios; además ayunó para
iniciar un ministerio de impacto. Jesús es nuestro modelo espiritual. Nosotros también
debiéramos de ayunar constantemente de acuerdo a la guía del Espíritu Santo.
c. Dios quiere que nos cuidemos del tentador: “Y vino a él el tentador, y le dijo:
Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan” (v. 3a). El diablo al venir
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a Jesús, le desafió que hiciera el milagro de convertir las piedras en pan, si realmente es
quien dice la gente que es: El Hijo de Dios. Pero Jesús no necesitó hacer nada para probar
que era el Hijo de Dios. Él estaba seguro de quien era.
d. Dios quiere que respondamos con su Palabra: “El respondió y dijo: Escrito
está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”
(v. 4). El “pan” representa las cosas materiales. Dios creó todas las cosas para nuestro
bien. Pero no “podemos vivir sólo de pan”, solo de lo material, nosotros necesitamos vivir
también de la Palabra de Dios, nuestro pan espiritual.
No dejemos que alguna necesidad reemplace a Dios. No negociemos con el diablo
nuestros principios por alguna necesidad humana.
Hay gente que en una necesidad… hace cualquier cosa para conseguir dinero (Se
prostituyen, venden droga, difaman, aceptan trabajos ilícitos, o se dedica más a lo
material y se alejan de Dios).
Sigamos los principios de la Palabra y lo demás vendrá por añadidura (Mateo 6: 33).
Dependamos de Dios y no del dinero ni las cosas materiales.

2. La trampa de la fama sin Dios


“5 Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo,
6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará
acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. 7
Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios” (vv. 5-7).
Veamos algunos detalles.
a. Dios quiere que nos cuidemos de la fama sin Dios: “5 Entonces el diablo le
llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, 6 y le dijo: Si eres Hijo de
Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, en sus
manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra” (vv. 5, 6). Se dice que
el pueblo judío esperaba a su Mesías que, ante una multitud de gente que le aclamara, se
tirara del pináculo del templo y descendiera hacia el piso sin hacerse daño alguno. De esa
manera conseguiría más fama. Incluso el diablo le citó a Jesús el Salmo 91: 11 para
confundirlo y hacerle creer. Pero Jesús discernía perfectamente la palabra de Dios.
La fama que viene de parte de Dios no es mala (Gén. 12: 1-3; Mat. 4: 24; 9: 26),
porque sirve para difundir el reino de Dios y engrandecer al Dios de los cielos; pero cuando
la fama viene de parte del diablo es para alimentar el ego y el orgullo.
Muchos hijos e hijas de Dios están cayendo en esta trampa de buscar fama sin Dios.
Muchos predicadores por querer fama comprometen sus mensajes al gusto de la gente y
del diablo. Muchos cantantes por querer fama cantan cualquier música ya sea mundanas o
diabólicas para complacer a la gente y al diablo. Muchos negociantes y empresarios con
tal de que sus productos tengan fama y salida hacen pacto con el diablo. Muchos políticos
para que tengan fama y reconocimiento hacen pacto con el diablo. Muchos futbolistas se
enredan en brujerías para ser famosos, etc.
b. Dios quiere que nos inclinemos a la Palabra de Dios: “Jesús le dijo: Escrito está
también: No tentarás al Señor tu Dios” (v. 7). Como cristianos si queremos mantenernos
firmes en el camino del Señor y si queremos mantener nuestros ojos en la patria celestial,
debemos rechazar todo compromiso con el diablo. Nada debemos buscar hacer para buscar
fama o reconocimiento humano.

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A cierto pastor de una iglesia sencilla y pequeña (en ese entonces) y de sana
doctrina que anda edificando iglesias y liberando, en una ocasión se le presentó el diablo
y le dijo que dejará de hablar la verdad, que dejará de liberar y dejará de desmascarar a sus
falsos ministros, profetas y apóstoles y si hacía un trato con él, le ofreció que escogiera los
supuestos beneficios: “Uno, darle un trono en el infierno junto a él; dos, hacerle un
predicador famoso en los estados Unidos; tres, darle una maleta llena de dinero para
hacerlo rico”. Pero el pastor le rechazó al diablo y le ordenó que se vaya. Al ver el diablo
que el pastor no aceptó su propuesta, le dijo que le iba a hacer la vida imposible; pero el
pastor le dijo que no le tenía miedo y prefería morir que aceptar su propuesta.
Aquel pastor sufrió ataques del diablo. A unos días se enfermó. A pocos días uno de
sus hijos se convirtió en homosexual. Luego un carro se estrelló contra su casa y mató a
uno de sus hijos. Luego su esposa le dejó. Luego los pastores que eran sus amigos se
volvieron en contra de él. Pero él no cambió sus principios. Él no negó su fe. Él no hizo
trato con el diablo. Finalmente, Dios le restituyó su salud y restauró su familia y le dio más
de lo que tenía. Incluso la unción se le incrementó ¡Gloria a Dios!

3. La trampa del poder y las riquezas sin Dios


“8 Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del
mundo y la gloria de ellos, 9 y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. 10
Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a
él sólo servirás”.
Veamos unos detalles.
a. Dios quiere que nos cuidemos de la insistencia del enemigo: “8 Otra vez le llevó
el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,
9 y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.” (vv. 8, 9). El enemigo le mostró a
Jesús los reinos de ese entonces y le dijo que todo eso le daría si le adorara. En otras
palabras, lo que el diablo le estaba diciendo a Jesús era, que no era necesario que se
sacrificara y muriera en la cruz por la humanidad, sino que le adorara un momento y lo
demás sería conseguido fácilmente. Pero Jesús rechazó esta trampa.
Esta tentación o trampa tiene que ver con buscar poder o riquezas sin Dios.
Debemos entender que el poder y las riquezas que vienen de Dios son de bendición.
Dios es la fuente de poder y Él da poder. Dios es la fuente de las riquezas y Él da riquezas.
Pero el poder y las riquezas que vienen de Dios son por cumplir sus requisitos, por cumplir
sus mandamientos.
No obstante, el diablo también ofrece poder riquezas. Muchos por querer fama, poder
y riquezas sin Dios, han hecho trato con el diablo y el diablo les ha cumplido, pero con la
condición que le den su alma a él. Por un tiempo el diablo le ha dado cosas temporales,
pero después los mata y los lleva al infierno.
Es muy triste saber de predicadores y salmistas por querer poder y riquezas de la noche
a la mañana, habiendo cambiado el verdadero mensaje y la verdadera alabanza a Dios, por
volverse apostatas negociantes del evangelio, se han aliado al enemigo y hoy están en
territorio del enemigo y camino a la condenación eterna.
Es increíble saber que el diablo también prospera. El diablo camufla su prosperidad
por bendición. El diablo camufla su prosperidad por éxito. El diablo camufla su
prosperidad como bienestar. Entonces debemos entender que no toda prosperidad viene de
Dios.
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Las iglesias que mucho hablan de prosperidad, muchas de ellas están cegadas y están
atadas a falsas doctrinas y a herejías.
Hay demonios que usan a falsos predicadores para hacerles prosperar a la gente y la
gente vive atada a la codicia y al materialismo y como tal están camino al infierno. ¡Es
tiempo de tener mucho discernimiento de parte del Espíritu de Dios!
A otros, el enemigo les ha engañado y les ha hecho caer en idolatría, tal es así que
idolatran sus casas, sus carros, sus familias, sus hijos, su dinero, sus diversiones, sus juegos
– han puesto en primer lugar esas cosas – y cada día se descarrían del camino del Señor.
b. Dios quiere que reprendamos todo lo que viene del diablo: “Entonces Jesús le
dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás” (v.
11). Jesús tuvo claridad y convicción a quien se debe adorar. Jesús no le dio lugar ni hizo
ningún compromiso con el diablo. Luego sus ángeles vinieron, celebraron la victoria y le
sirvieron al Señor. Nosotros también debemos hacer lo mismo, determinarnos sólo a Dios
adorar y sólo a Él servirle.

Conclusión:
El diablo sigue siendo mentiroso y en todo tiempo y en todo lugar nos va a perseguir con
sus tentaciones; pero confiemos que en el Señor podremos vencer, sobresalir y salir
victoriosos.
No olvidemos a decir: No al materialismo, no a la fama sin Dios y no al poder y a las
riquezas sin Dios. Lo que da el diablo es para descarriarnos, atarnos y llevarnos a la perdición
y condenación eterna.
Dios se ha comprometido suplir nuestras necesidades; pero nuestras mayores recompensas
están en el cielo.
Trabajemos por amor a las almas y no por amor al dinero, ni a la fama, ni al poder ni a las
riquezas.
Si Dios nos usa y nos bendice sea para su gloria y para engrandecer su reino.

Escriba en sus propias palabras, ¿qué es lo que aprendió de esta enseñanza?


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Enseñanza 16
Aprendamos a adorar a nuestro Dios como Él quiere

Texto bíblico: Juan 4: 22-24.

Propósito: Resaltar el tipo de adoración que Dios desea recibir de sus hijos.

Introducción:
En la conversación que Jesús
estaba teniendo con la mujer
samaritana sobre el tema principal
de la salvación, se tocó otros
detalles, y en esos detalles salió a
relucir el tema de una adoración
profunda la que Dios quiere de los
que profesan creer y seguirle.
¿Qué es la adoración? Hay varias palabras en hebreo para esta palabra. Veamos: Yadah es
un verbo con una raíz que significa “la mano extendida, para tirar la mano, por lo tanto, a la
adoración con la mano extendida”. Towdah viene de la palabra principio de la misma raíz que
yadah, pero se utiliza más específicamente. Towdah significa literalmente, “una extensión de
la mano en la adoración, la confesión o aceptación”. Barak significa “ponerse de rodillas, para
bendecir a Dios como un acto de adoración”. Tehillah se deriva de la palabra halal que significa
“el canto de halals, para cantar o alabar a; percepción de involucrar a la música, especialmente
el canto, los himnos del Espíritu”.
La palabra para adoración en griego generalmente se usa el término proskuneo, que significa
literalmente “besar hacia”, es la palabra que más frecuentemente se usa en el Nuevo
Testamento para connotar la adoración (Mateo 4.10; Lucas 24.52; Juan 4.20–21).
Con respecto a la definición de la adoración, puedo decir que es la devoción o culto que se
rinde a nuestro Dios, exaltando su persona, su esencia, sus cualidades y sus atributos.
Frente a nuestro texto, Dios quiere que le adoremos como Él quiere. ¿Cómo lo vamos a
lograr? Consideremos las indicaciones siguientes.

1. Entender que Dios no quiere una adoración ignorante


Jesús le dijo a la mujer samaritana incluyendo a su nación: “Vosotros adoráis lo que no
sabéis” (v. 22ª).
La mujer samaritana hacía más relevancia del lugar donde se debía adorar, que en la
actitud del corazón (v. 20).
Es un atraso espiritual cuando no sabemos a quién adoramos ni cómo adoramos.
La adoración no se trata tanto de lugar, sino de la actitud del corazón.
Podemos estar en el mejor lugar, pero si no le damos lo mejor de nosotros a Dios, el
lugar no lo hace.
Jesús le dijo a la samaritana: “nosotros adoramos lo que sabemos” (v. 22b). Es posible
que Jesús incluyó a sus discípulos y también a los judíos piadosos y devotos a Dios y que
entendían de qué se trataba la adoración verdadera y profunda.

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Y algo importante añadió Jesús: “porque la salvación viene de los judíos” (v. 22c). La
salvación está relacionada con Jesús. Y para ser un adorador profundo primero hay que
recibir a Jesús como Señor y Salvador.

2. Entender el tiempo en que adoramos


La expresión textual dice: “Más la hora viene y ahora es” (v. 23ª).
Segundos antes, Jesús dijo: “créeme, que la hora viene” (v. 21b).
Los versículos hablan de un nuevo tiempo.
En el Antiguo Testamento la adoración más estaba centrado en el templo de Jerusalén y
todo judío tenía que acudir allí. Esa es la adoración pública.
Con la venida de Jesús, se puede decir que la adoración se descentraliza. Cada grupo
adora a Dios en su lugar; pero cada individuo adora a Dios desde su corazón, sin importar
donde se encuentre y a qué hora adora.
En el Nuevo Testamento, cada creyente es un templo de Dios y desde su corazón adora
a Dios ¡Qué bendición!
En el Antiguo Testamento, Dios habitaba en la alabanza de su pueblo; pero en el Nuevo
Testamento Dios habita en el corazón de sus hijos.
En el Antiguo Testamento la gente no nacía de nuevo; pero en el Nuevo Testamento sí.
¡Qué privilegio!
En el Antiguo Testamento la adoración más era ritual y ceremonial; en el Nuevo
Testamento la adoración es más una devoción de corazón a corazón.

3. Entender que Dios quiere verdaderos adoradores


Dice: “los verdaderos adoradores adorarán” (v. 23b).
Si hay verdaderos adoradores, también hay falsos adoradores.
Un falso adorador, adora a falsos dioses e ídolos (Sal. 115).
En estos tiempos se han aumentado los adoradores a satanás.
Un falso adorador también basa su adoración solo en ritualismo y ceremonias muertas,
pero no se rinde a Dios ni le entrega todo su ser al Señor (Is. 1: 11- 14).
En cambio, los verdaderos adoradores, no solo adoran a Dios de labios, sino con buenas
actitudes y son sinceros con lo que dicen y ofrecen a Dios Padre.
Un verdadero adorador no solo busca un domingo para ir a adorar, él adora todos los
días.
Un verdadero adorador, no busca que le motiven a adorar, él adora en todo momento.
Un verdadero adorador no solo adora cantando, él adora aun cuando escucha la palabra
de Dios con amenes, con glorias a Dios, con aplausos, etc.
Entonces, ¡no basta saber lo correcto, hay que hacer lo correcto!

4. Entender que Dios quiere una adoración profunda y verdadera


El texto sigue diciendo: “en espíritu y en verdad” (v. 23c).
La palabra “espíritu” se refiere a nuestro espíritu humano.
Nuestro espíritu humano tiene facultades como intuición, conciencia y comunión.
Nuestro espíritu al nacer de nuevo ya está en comunión con Dios, y desde la comunión
nace y se eleva la adoración a Dios.
La adoración profunda nace de un espíritu nacido de nuevo y transformado.

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Cuanto más tenemos comunión e intimidad con Dios, de nuestro espíritu brota una
adoración profunda a nuestro Dios.
El Espíritu Santo que habita en nuestro espíritu, cuando nos llena de su presencia, nos
motiva a adorar con variedad y profundidad (Ef. 5: 18-20).
Nuestro espíritu adorador contagia a nuestra alma a adorar a Dios y nuestra alma
contagia a nuestros miembros físicos también a adorar a Dios.
Cuando nuestra adoración nace de lo profundo de nuestro espíritu y de nuestro corazón,
entonces será verdadera, será genuina.
Una adoración profunda y verdadera es canalizada por alguien que vive lo que cree, que
practica lo que dice la Biblia.
No olvidemos que nuestro Dios desea una adoración, no solo en espíritu, sino en verdad.
Cuando conocemos la verdad, adoramos en verdad.
Cuando nos dejamos guiar por el Espíritu Santo, adoramos en verdad.
Cuando vivimos según la verdad, lo que hacemos son actos de adoración verdadera.
Cuando cantamos y vivimos lo que cantamos, adoramos en verdad.
Profundicemos nuestra adoración en espíritu y en verdad.

5. Entender que en la escasez Dios busca adoradores


Sigue diciendo el texto: “porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren”
(v. 23d).
El texto no dice que Dios está buscando cantantes, músicos, sino adoradores.
Hay demasiada gente cristiana que canta bien, entonan bien los instrumentos, pero no
son adoradores.
¿Qué hace un adorador que sea buscado por Dios? Veamos:
• Se esmera en conocer a Dios como su Padre.
• Tiene comunión en intimidad con Dios.
• Tiene un verdadero nuevo nacimiento.
• Vive rendido a la voluntad de Dios.
• Vive según el Espíritu de Dios.
• Es obediente a sus autoridades.
• Es humilde y cordial.
• Busca a Dios de todo corazón.
• Da de lo mejor de sus ofrendas y diezmos a Dios.
• Ofrece su tiempo, sus recursos, sus talentos, de calidad a Dios.
• Busca ser excelente en lo que hace y ofrece.
• Se entrega a Dios cuando adora.
• Adora a Dios todos los días y a cada momento.
• Él no solo ofrece cantos, sino su propia vida en adoración.
• Canta centrado en Cristo.
• Sus cantos son bibliocentrico.
• Es reverente en los ritmos que canta.
• No sigue a cantantes apostatas.
• Es una persona de ayuno y oración.
• Es cuidadoso como viste. No es tropiezo para nadie.
• Ama las Escrituras y pasa tiempo con ella.
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• No vive según la carne.
• Comparte su fe con los que no conocen al Señor.
• Se identifica con el servir. Él viene primero y sale al último de la iglesia.

6. Entender a quién adoramos


“Dios es Espíritu” (v. 24a).
Nuestro Dios es incorpóreo, Él no tiene un cuerpo físico como nosotros, Él no está
limitado como nosotros, Él está en todas partes al mismo tiempo, Él sabe todo, Él es eterno
e infinito, Él es todopoderoso, Él es santo y justo, Él es todo amor y misericordioso.
El hecho de que Dios sea Espíritu no quiere decir que no sea persona; Sí lo es. Él es la
persona más brillante y real de todo el universo o universos.
Como Dios es Espíritu, Él dese que le adoremos en espíritu. Él desea que le conozcamos
cada día. Y cuanto más le conozcamos, más le amaremos. Nuestra adoración será más
profunda.

7. Entender cómo canalizar nuestra adoración


La parte final del texto dice: “y los que le adoran en espíritu y en verdad es necesario
que le adoren” (v. 24b).
Nuestro Dios y Padre insiste que le adoremos en espíritu y en verdad.
El tiempo que nos ha tocado vivir, la iglesia está muy contaminada por el mundo, pero
también por ministerios de música apostatas.
Los creyentes necesitamos volvernos a la senda antigua y adorar a Dios con celo, con
respeto, con el corazón y genuinamente.
Dios no soporta escuchar adoraciones que vienen de corazones carnales.
Si queremos ver un mover de Dios y su presencia arrulladora nos envuelva, es necesario
que le adoremos como Dios pide.
Por otra parte, si hay algo que el diablo detesta es, que la iglesia le alabemos al Señor
con fervor y genuinamente.
Satanás busca destruir tres canales de bendición en la iglesia: Uno es el ministerio de la
intercesión; dos, el ministerio pastoral; tres, el ministerio de la alabanza y adoración.
Donde no hay adoración genuina o no hay nada de adoración, el diablo y sus demonios
entran con facilidad a la iglesia y hacen lo que quieren.

Conclusión:
¿Cómo está nuestra adoración? ¿Nuestro Dios se sentirá feliz con lo que le ofrecemos?
¿Estamos ministrando con nuestra adoración a Dios? ¿Nuestra adoración es profunda? ¿Le
estamos adorando a Dios en espíritu y en verdad?

Escriba en sus propias palabras, ¿qué es lo que aprendió de esta enseñanza?


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