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7 EL MÉTODO CIENTÍFICOSOCIAL Y LA HISTORIOGRAFÍA forma breve, surge de inmediato la cuestión de si ese procedimiento pa
ra obtener conocimientos es aplicable a la realidad del hombre, a la rea
No habiendo más que una verdad para cada cosa,
lidad social en su más amplio sentido2. A lo largo de esta obra se ha
cualquiera que la encuentre sabe de ella todo lo que abordado ya el problema de las dificultades específicas que presenta un
se puede saber. conocimiento del hombre que pueda llamarse científico. Por razones
RENÉ DESCARTES, Discours de la Méthode que ya hemos apuntado antes, es preciso concluir que el estudio científi
co del hombre es problemático. Por lo menos, el estudio científico al mo
Como ya hemos expuesto, existe un método científico. El método cientí do en que lo hace la ciencia natural. No obstante, ahora hemos de anali
fico es un procedimiento para obtener conocimientos a través de unos zar esta cuestión desde otro punto de vista: el del método. ¿Existe un
pasos que aseguren que aquello que se pretende conocer sea «explica único método de la ciencia sea cual sea el objeto de su conocimiento?,
do» e, inexcusablemente, explicado significa que debe darse cuenta de ¿o es preciso hablar de un método de la ciencia natural y otro de la cien
la realidad proponiendo afirmaciones demostrables. Por ello, decimos cia social? Se trata de problemas que arrancan ya de la filosofía y la
que se aplica un método científico y, en consecuencia, que hay conoci ciencia del siglo XIX y que permanecen abiertos3.
miento científico, cuando se definen claramente los problemas, se for Por último, nos encontramos con los problemas particulares del método
mulan hipótesis, se analiza de forma sistemática la realidad a la que las historiográfico que han sido objeto de muchos análisis desde el siglo XIX
hipótesis se refieren y se experimenta con ella, si se puede y se propo hasta ahora también. Ya hemos tratado antes, en la primera parte de la
nen explicaciones de los fenómenos y soluciones a los problemas ob obra, el papel que en el intento de establecer las reglas de un método
servados. Todo ello permite el estudio empírico y la contrastación de las histórico desempeñaron estudiosos como Droysen, Seignobos, Berr,
observaciones1. Bloch, y, en nuestros tiempos, Pierre Vilar, Braudel, Topolsky, Koselleck
Una de las cuestiones más discutidas en los últimos tiempos en el cam o C. Tilly. La posibilidad de aplicar un método «científicosocial» al estu
po de la metodología de la ciencia es precisamente la idea de si el méto dio de la historia ha sido siempre muy discutida y ha dividido la opinión
do consiste en última instancia en un conjunto de reglas establecidas. de los propios historiadores. La cuestión permanece hoy igualmente
Muchas veces, los grandes descubrimientos de la ciencia no se han he abierta.
cho con sujeción a esas previstas reglas. No existe un «camino real» Las peculiaridades, los procedimientos y los problemas del método his
para la ciencia. El científico dispone siempre de una gran capacidad de toriográfico tienen una doble vertiente bien clara que coloca a la historio
decisión para orientar su propia búsqueda. Pero no cabe duda tampoco grafía en un plano enteramente acorde con las otras ciencias sociales.
de que los «fundamentos» del método de la ciencia son cosa real y que Primero, su método participa del método general del conocimiento cien
pueden enseñarse y transmitirse. tífico de lo social, con las salvedades sobre este lenguaje y su alcance
que ya reiteradamente hemos hecho. El método de la historiografía po
2
1
Descripciones asequibles de lo que es «método científico» existen en diversas En la interpretación de las páginas que siguen ha de tenerse muy en cuenta lo
publicaciones bien conocidas. Señalemos entre ellas, citadas ya en el texto o que expuesto ya en el capítulo 2 de la obra acerca del conocimiento científico-social.
3
citaremos después, las de M. Bunge, E. Nagel, M. Cohen y E. Nagel, C. G. Hempel, A. Puede consultarse una bibliografía general sobre los métodos y las técnicas de la
Chalmers, K. R. Popper, etc. Abundan aún más las que específicamente se refieren al investigación social, de unas cien páginas de extensión en M. Latiesa, ed., El pluralismo
método de las ciencias sociales, Hughes, Winch, Gibson, García Ferrando, Wallace, metodológico en la investigación social: ensayos típicos, Universidad de Granada,
etcétera. Granada, 1991, pp. 314-408.
see, por tanto, todas las características, favorables y desfavorables, de siciones muestran coincidencias. La idea de método que forjó la meto
ese método general científicosocial al que hemos de referimos ahora. dología de la ciencia dominante en los años sesenta y setenta de nues
Segundo, es también la traducción específica a una disciplina concreta tro siglo puede ser un buen punto de partida para hacer las precisiones
de esos mismos caracteres generales. Es un reflejo de esas característi mínimas que nos parecen aquí imprescindibles.
cas generales y tiene, además, algunas otras privativas. Hay, por tanto,
aspectos generales del método histórico y algunas peculiaridades muy La naturaleza del método científico
específicas. Sin duda, la que lo es más es la naturaleza de las fuentes
históricas. La parte del trabajo teórico y científico que se ocupa de la definición del
método es la metodología. Se ha definido metodología como «el arte de
1. EL MARCO DE REFERENCIA: EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS SO aprender a descubrir y analizar los presupuestos y procedimientos lógi
CIALES cos en que se basa implícitamente la investigación»6. Suele distinguirse
en el tratamiento de las cuestiones metodológicas una metodología des
El método científico ha sido objeto de definiciones diversas. Descartes, criptiva frente a metodología normativa, metodología general frente a
uno de los más clásicos metodólogos, lo definió en el siglo XVIII como el metodologías especiales, método científico general y métodos científi
conjunto de «reglas ciertas y fáciles, gracias a las cuales todos los que cos particulares. A veces se ha distinguido entre los estudios metodoló
las observen escrupulosamente no supondrán jamás verdadero lo que gicos que se refieren a la ciencia como actividad de investigación y que
es falso y alcanzarán, sin fatigarse en esfuerzos inútiles, más bien acre conciernen a la forma en que se fundamentan y se formulan las afirma
ciendo regularmente su saber, el conocimiento exacto de aquello que ciones de la ciencia: es lo que se ha llamado metodología pragmática. Y
pueden alcanzar»4. Los problemas más profundos del método de la aquellos otros que conciernen a la forma que tienen los enunciados
ciencia y las grandes filosofías y teorías metodológicas sobre el funcio científicos que se llama metodología apragmática7.
namiento de ella tienen su origen en la ya referida «revolución En último extremo, el método es, desde luego, un conjunto de reglas de
científica» del siglo XVIII. La «filosofía de la ciencia» es un tipo de refle procedimiento lo que no quiere decir exactamente reglas de «trabajo»
xión que arranca de la Ilustración de Kant y los empiristas ingleses, es o principios normativos para el trabajo científico pero que no agotan, ni
pecialmente Hume y que tiene su culminación en el positivismo, que es pueden pretender agotar, las posibilidades operativas que todo proceso
la forma típica de expresión del nuevo pensamiento progresista de la de conocimiento presenta. Más bien el método es un regulador y un pro
burguesía del siglo XIX y que ha tenido importantes prolongaciones en cedimiento corrector del trabajo. Cuando se describe un cierto método
el XX5. en realidad no se alude a un proceso secuencial real, a una sucesión de
operaciones obligatorias, sino más bien a una jerarquía de proposicio
Las imágenes del método que se han forjado científicos y filósofos han nes en sentido lógico. Podríamos decir, de forma más gráfica, que un
presentado diferencias notables según su procedencia de una u otra es método científico no prescribe lo que hay que hacer, pero sí establece
cuela, pero existen naturalmente algunas grandes cuestiones centrales qué es lo que no debe hacerse.
sobre el carácter del conocimiento científico en las que cualesquiera po
4 6
R. Descartes, Discurso del método, Orbis, Barcelona, 1983, p. 59. R. Boudon, P. Lazarsfeld et al., Metodología de las ciencias sociales, 3 vols., Laia,
5 Barcelona, 1985, vol. I, p. 6.
J. Losee, Introducción histórica a la filosofía de la ciencia, Alianza Editorial, Madrid,
7
1976. Cf. el capítulo 9, pp. 104 y ss. J. Topolsky, Metodología de la historia, pp. 36-40.
La discusión sobre la naturaleza de la ciencia ha versado siempre, en cubrimiento, porque no existe una «lógica del descubrimiento» 11. Es de
realidad, sobre la naturaleza y existencia de un método científico. Lo cir, no hay un «camino» marcado que lleve al descubrimiento científico.
que está en crisis precisamente es la concepción uniformista de la cien 2. Todo campo de estudio de la ciencia es, o tiene que ser, una realidad
cia, la pretensión de que existe una diferenciación nítida y tajante entre adecuadamente definible y definida. No toda realidad es objeto de la
ciencia y nociencia, la posibilidad de evaluar toda la ciencia. El concep ciencia. No hay investigación científica sin una clara definición de un
to de ciencia ha de ser manejado con mucha más flexibilidad8. problema, aunque en principio no esté claro el modo real de abordarlo.
Expongamos tres grupos de consideraciones de interés que caracteri En consecuencia, no existe investigación válida alguna si se la aísla de
zan el método científico. Uno sobre sus condiciones mínimas; otro sobre un contexto de problemas que presenta en cada momento un «estado
la relación sujetoobjeto en el método científico; el tercero sobre los dos de la cuestión» bien preciso y que es imprescindible conocer. Aquellas
grandes procedimientos metodológicos clásicos: la inducción y la deduc teorías y más aún aquellos «paradigmas» que consiguen establecer un
ción. nuevo nivel en todos los conocimientos referentes a un aspecto del
mundo cambian a su vez las concepciones metodológicas habituales en
Las condiciones del método tal campo.
El uso del método científico no es nunca una decisión que pueda tomar 3. El método no se reduce a, ni se confunde con, un mero catálogo de
se sin condiciones. No bastan unas reglas de trabajo o de procedimien prácticas para la descripción o la clasificación de «hechos». No hay mé
to, sino que existen unas condiciones de partida y unos requisitos míni todo científico si no se llega a conocimientos que están más allá del sen
mos que son los que permitirían distinguir, con mayor o menor nitidez, tido común. Se ha dicho, incluso, que «los resultados de la investigación
desde luego, las operaciones del método científico de las de cualquier científica no pueden ser anticipados por el sentido común...»12. En todo
otra forma de conocimiento. Estas condiciones podrían enunciarse, caso, un método se valora si es capaz de establecer un procedimiento
aproximadamente, así:9 que nos haga avanzar en conocimientos de forma sencilla, completa y
fiable, además de contrastable.
1. Todo método proviene de unos previos «presupuestos teóricos». El 4. La ciencia no termina, naturalmente, en una descripción de cosas, co
proceso metodológico no puede establecerse fuera de una delimitación mo decimos, sino en la definición de un lenguaje para aprehenderlas de
de los «objetivos» de un determinado conocimiento. El método de una forma universalizada13. Ese lenguaje de la ciencia, al que ya nos hemos
ciencia «no es algo que concierna a sus técnicas transitorias sino a la ló referido antes, tiene mucho que ver con el método. Los principios meto
gica de su justificación»10. Esto quiere decir que la clave del método dológicos fundamentales y los estadios formales o fases operativas de
científico se encuentra en la forma en que las verdades son «demostra un método son los que definen una práctica científica correcta. En último
das», «justificadas». En realidad, los problemas del método se dan caso, las concepciones metodológicas no llevan nunca aparejadas el
siempre en el contexto de la validación, como veremos, no en el del des uso de técnicas estrictamente definidas. Un método puede emplear di
versas técnicas y una misma técnica puede ser útil a diversos métodos.
8
Esto es lo que proponen todos los escritos más recientes de filosofía y metodología de
11
la ciencia. Cf. C. Chrétien, La Science à l'ouvre. Mythes et limites, Hatier, París, 1991. Ibidem, p. 22.
También los dos trabajos citados de A. Chalmers y de Fernández Buey. 12
D. Shapere, «Method in the Philosophy of Science and Epistemology», en J. Nersessi-
9
Seguimos especialmente a M. Bunge, La investigación científica, Ariel, Barcelona, an, ed., The Process of Science, Nijhoff, Dordrecht, 1987, p. 2.
1975, pp. 24 y ss. 13
Y. Bar-Hillel, M. Bunge, A. Mostowski et al., El pensamiento científico. Conceptos,
10
R. Rudner, Filosofía, p. 21. avances, métodos, Tecnos-Unesco, Madrid, 1993 (reimp.), « El lenguaje», pp. 165 y ss.
Pero la observación científica no deja de tener, a pesar de todo esto,
Sujeto y objeto en el método científico perfiles de relativismo. Nadie puede negar que la observación de los he
Como ya se ha señalado, un problema común cuando se habla de las chos por el científico está condicionada en alguna manera, aun en las
pretensiones y las dificultades del método científico, y sobre todo cuan ciencias más formalizadas y abstractas, por la psicología, la cultura y los
do se habla de ello en relación con la ciencia social, es el de la objetivi intereses. De ahí que el método científico haya procurado establecer
dad. ¿Hasta qué punto el conocimiento puede tener garantías de que su unas reglas de la «observación normalizada» y formas de contrastar la
resultado no está viciado por la «subjetividad» del sujeto que conoce, adecuación de la observación a condiciones normales perceptibles inter
por sus prejuicios, preferencias, intereses y demás? ¿Es posible un co subjetivamente. La ciencia posee hoy poderosos instrumentos para ob
nocimiento objetivo? Este problema ha suscitado muy diversas interpre viar los problemas de la subjetividad de la percepción17. Por tanto, la
taciones sobre las posibilidades de hacer ciencia en relación con deter cuestión de la fiabilidad de las observaciones no es sólo cosa de con
minados objetos de conocimiento, particularmente el ser humano como senso, sino de resistencia misma de las observaciones aportadas a las
entidad específica. pruebas a que sean sometidas. La objetividad, pues, es una construc
Métodos científicos son, precisamente, aquellos que intentan eliminar ción18, o como se podría decir más sencillamente: la objetividad no es
deliberadamente el punto de vista individual del sujeto que conoce, que cuestión de voluntad sino de método...19
están concebidos como reglas que permiten establecer una distinción
adecuadamente nítida entre el productor de un enunciado y el procedi Dos alternativas: deducción e inducción
miento por el cual es producido14. El método científico tiene, pues, como La dicotomía más fuerte que se ha introducido de hecho entre las opcio
característica esencial su transparencia. El proceso de exposición de un nes metodológicas que la ciencia permite es la establecida entre el pro
conocimiento debe expresar con absoluta claridad los pasos seguidos cedimiento deductivo y el procedimiento inductivo. Esa dicotomía es una
para su adquisición. No hay método científico si no puede ser entendido constante de la historia de la ciencia20. Tanto el inductivismo como el de
de forma intersubjetiva, a partir de principios universales. ductivismo tienen una larga historia en la filosofía del conocimiento.
Por otra parte, el método científico se basa siempre en la observación y El procedimiento inductivo es aquel que parte de la existencia de hechos
la observación tiene que dirigirse a objetos empíricos, que puedan ser o realidades que presentan homologías, rasgos comunes, redundancias
denotados por la experiencia15. El carácter de la observación es esencial suficientes como para establecer que hay entre tales realidades, hechos
para la objetividad del método. Es cierto que no hay una «observación o fenómenos, relaciones discernibles y permanentes que pueden ser de
pura» de los hechos, como creyó el primitivo positivismo. Toda observa finidas. El descubrimiento y definición de esas relaciones estables, que
ción de hechos está dirigida y precedida por el pensamiento formal, por pueden llegar a formularse en forma de «ley natural», es el objetivo del
nociones y por convenciones lingüísticas. Es decir, no hay observación método científico, según el inductivismo, bien tengan esas leyes validez
de hechos sin hipótesis16. Todos los hechos de observación han de ser absolutamente universal o estén limitadas a un particular ámbito. Simpli
luego recopiladas y representados formalmente.
17
A. Chalmers, La ciencia, p. 51.
14 18
J. Hughes, La filosofía, p. 29. Es una cita que el autor toma de W. Wallace, La lógica, Ibidem, p. 62. Véase J. Habermas, La lógica, «Neutralidad valorativa y objetividad»,
p. 11. pp. 71 y ss., donde recoge los planteamientos de Weber.
15 19
M. W. Wartofsky, Introducción a la filosofía de la ciencia, Alianza Editorial, Madrid, G. Ferreol y P. Deubel, Méthodologie des sciences sociales, Armand Colin, París, 1993,
1978, 2 vols., vol. 1, cap. 5, «La observación». p. 11.
16 20
Ibidem. J. Losee, op. cit., pp. 155 y ss. Véase también D. Oldroyd, El arco, cap. 3.
ficando podría señalarse que el inductivismo va de los hechos particula laws de cuyo intento de aplicación a la explicación histórica ya hemos
res a las generalizaciones por repetición: de los casos a la ley general. hablado.
El paso crucial en la explicación de los fenómenos a través del método El positivismo lógico se ocupó largamente del método y de la explicación
inductivo es el de la predicción de la universalidad de un comportamien científica deductiva. Hempel es en ello un autor fundamental. El primer
to. capítulo de la conocida obra suya que estamos comentando lleva por tí
El método inductivo, que fue propuesto y sostenido por ciertos lógicos y tulo precisamente «La investigación científica: invención y
metodólogos del siglo XIX como John Stuart Mill, ha sido insistentemen contrastación»23. En realidad, este trabajo de Hempel es un alegato en
te negado como posibilidad de ser un método científico genuino por el favor del método hipotéticodeductivo y una exposición de las dificulta
neopositivismo y por el racionalismo popperiano. C. G. Hempel ha trata des más básicas de la inducción. Las hipótesis y la contrastación de las
do del papel de la inducción en la investigación científica y la descarta hipótesis serían hitos tan esenciales en la investigación científica que
como método apropiado de la ciencia 21. La inferencia inductiva, frente a constituirían lo central de su actividad. Hempel dedica un amplio espacio
la deductiva, es aquella que partiendo de premisas que se refieren a ca a la descripción de las etapas que llevan a la «contrastación» de una hi
sos particulares llevan a conclusiones, leyes o principios generales o pótesis24.
universales. Pero la verdad de las premisas no garantiza la verdad de la El hecho de que una hipótesis sea apoyada por un hecho cierto no prue
conclusión, como se ha dicho. O sea, el problema es que siempre podrí ba su veracidad, pero que sea desmentida por uno solo prueba su false
an aparecer nuevas evidencias que desmintieran una afirmación general dad. Es lo que planteaba también K. R. Popper en su tesis central acer
que se basa en el análisis de un conjunto finito de casos particulares 22. ca de la «falsabilidad» de las proposiciones científicas. Si una sola impli
La inducción supone que se poseen datos con anterioridad a la pose cación deducida de ella es falsa la hipótesis será falsa25. Si las premisas
sión de principios. de una argumentación no son verdaderas la conclusión es indefectible
Por el contrario, el procedimiento hipotéticodeductivo arranca del princi mente falsa. Pero del hecho de que las premisas sean verdaderas no se
pio de que la multiplicación de ocurrencias de un fenómeno nunca pue infiere que, deductivamente hablando, la conclusión sea consecuente
de probar la generalidad de la relación que aparece entre ellas. Por tan mente verdadera. Una conclusión puede ser falsa aunque sus premisas
to, el método deductivo de descubrimiento no parte de la observación y sean verdaderas26.
recopilación de los hechos, sino de la predicación «hipotética» de que Se deduce de todo lo dicho que la manera de «contrastar» que una hi
existen unas determinadas relaciones que han de ser contrastadas y ve pótesis sea verdadera no es sencilla. Las implicaciones contrastadoras
rificadas. Normalmente se dice que el método deductivo es el que pro de hipótesis son de carácter condicional, es decir, «bajo ciertas condi
cede desde lo universal hasta lo particular, pero esta no es, desde lue ciones». Esas condiciones pueden a veces reproducirse tecnológica
go, una buena definición. Lo que realmente sucede es que el método mente. Por ello existe contrastación experimental. La experimentación
deductivo pretende llegar a explicaciones de fenómenos como deriva se emplea, sin embargo, no sólo como método de contrastación sino
ción de la existencia de ciertas leyes generales, que en este caso han 23
C. G. Hempel, Filosofía de la ciencia natural.
sido llamadas «leyes de cobertura» o «leyes de subsunción» covering 24
Ibidem, pp. 20 y ss.
25
M. Cohen y E. Nagel, Introducción a la lógica y al método científico, 2 vols.,
Amorrortu, Buenos Aires, 19907. (La obra fue originalmente publicada en 1961), 1, pp.
21
C. G. Hempel, Filosofía de la ciencia natural, especialmente pp. 25 y ss. 118 y ss. a propósito de los silogismos hipotéticos. Puede verse también W. Salmon,
22 Lógica, UTEHA, México, 1967.
Ibidem, pp. 26 y ss. Cabe afirmar, sin embargo, que con una inferencia deductiva,
26
como ya observara Popper, puede ocurrir esto mismo. Hempel, op. cit., p. 22.
también de descubrimiento. Hempel aborda detenidamente la cuestión La posibilidad de una aplicación sin más de los métodos de la ciencia
de la importancia de la experimentación en la ciencia, pero concluye que natural a la ciencia social es algo que ninguna metodología actual man
ella misma no es toda la ciencia27. En la ciencia, casi siempre, las rela tiene sin importantes matizaciones. De hecho, sólo los neopositivistas
ciones entre las hipótesis y sus implicaciones contrastadoras no son to mantuvieron sin distingos esa posibilidad. Pero parece que, en lugar de
do lo directas que parecen, sino que requieren de hipótesis auxiliares. hablar de la diferencia irreductible, o supuestamente tal, entre la natura
La importancia de las hipótesis auxiliares en la investigación es también leza humana y la nohumana, podría hablarse mejor, como ha hecho J.
ampliamente destacada por Hempel28. Habermas, de grados diferentes de desarrollo entre las ciencias, aunque
esa visión es rechazada por bastantes metodólogos antipositivistas. O
El método en la ciencia social bien de diferencias entre unas ciencias con alto grado de generalidad y
ciencias de objetos más restringidos.
A la problemática general de la ciencia de la sociedad nos hemos referi
do ya. Podemos añadir ahora que pretender que existen dos tipos radi Un resumen de esas dificultades ontológicas señaladas podría estable
calmente distintos de «ciencia» lejos de resolver problema alguno no ha cerse en estos tres puntos:
ce sino complicar inútilmente la dificultad ya ardua del conocimiento de 1. La intencionalidad del comportamiento humano. El ser humano tiene
nuestra propia realidad humana. La ciencia social en su conjunto, y cada caracteres absolutamente más allá de la naturaleza no humana, de lo
una de las disciplinas particulares, tiene problemas meteorológicos que que se derivaría la existencia del significado de todas las acciones hu
son objeto de continuo tratamiento y de continua reconsideración. Ni manas y de la reflexividad o capacidad del ser humano de reflexionar
que decir tiene que la historiografía participa de muchos, o de todos, de sobre sí mismo.
esos problemas genéricos y tiene también algunos otros particulares. 2. La historicidad de los fenómenos sociales que impide hablar de una
Ha sido, sin duda, la diferencia sustancial entre los dos grandes campos verdadera redundancia de ellos, la inmersión en la temporalidad que ha
de estudio, naturaleza y sociedad, la que ha planteado desde antiguo ce que la experiencia humana sea acumulativa, no repetitiva. Esta es
los problemas más agudos, que se han tenido por dificultades casi insal una cualidad que no poseen, claro está, los fenómenos naturales, que
vables, en la definición de un método de la ciencia social. Los problemas pueden tener historia, que tienen tiempo pero no «historicidad» como
del conocimiento social según el método científico se ha considerado cualidad subjetiva.
que eran de un doble carácter. Primeramente, de naturaleza ontológica. 3. La complejidad de los fenómenos sociales en función del elevado nú
Luego vendrían otro tipo de dificultades que tendrían más bien naturale mero de variables que en ellos intervienen y de la opacidad de las rela
za operativa, instrumental, de aplicación concreta de particularidades del ciones e influencias mutuas que estas variables presentan. Los fenóme
método. Nos referiremos a ambas cuestiones. nos sociales son difícilmente abarcables para su reducción a modelos
con un número bajo de variables, sin riesgo de que haya distorsión o
empobrecimiento de la realidad socialsistémica.
27
Ibídem, p. 42.
28
Se habla a veces, precisamente en relación con los problemas de explicación de lo Pero, como decimos, a las dificultades incardinadas en la propia natura
histórico, de un tipo de inferencia lógica llamada abducción, distinta de las otras dos y
que consiste, como estableció Aristóteles, en un razonamiento que parte de una leza de lo humano, pronto se añadieron las dificultades derivadas de los
premisa mayor cierta y una menor que es sólo probable, siendo, en consecuencia, la problemas de conocimiento, las dificultades epistemológicas y metodoló
conclusión sólo probable. Este procedimiento fue desarrollado por el filósofo
pragmatista norteamericano Charles Peirce. gicas que estando ligadas, naturalmente, a las anteriores son traduci
bles a un plano más formal e instrumental. Aun las posiciones más cien lidad social, es una cuestión más problemática que en las ciencias de la
tificistas han de reconocer que el estudio científico del hombre y la so naturaleza.
ciedad presenta problemas de índole distinta a los que plantea la natura
leza. Serían al menos estos: Una recapitulación final de este género de dificultades que individuali
1. Los derivados de la dificultad de observación. G. G. Granger ha dicho zan, desde el punto de vista del método, el estudio de los fenómenos
que las ciencias sociales derivaban su primera dificultad metodológica sociohistóricos, nos llevaría a concluir que unas de ellas se refieren a
de la propia forma de la observación. En la observación de la naturaleza las dificultades «objetivas» le experimentación, de disparidad cultural,
funciona el aparato de la percepción, de los sentidos, mientras que en la de reflexividad; otras son de índole «subjetiva» implicación sujeto/obje
observación social se implica ya desde el principio todo un aparato men to, ideologías, subjetivismo en general; otras, en fin, son «históricas»
tal, que permite hablar de que todo es «elaboración», es función de la temporalidad, acumulación progresiva, no recurrencia o singularidad.
preparación ideológica29. Tales dificultades afectarían, por una parte, a la cuestión de la observa
2. Los derivados de la no neutralidad del objeto de estudio de la ciencia ción y por otra a la de la verificación.
social. El objeto que una ciencia social trata no es neutro. Se ha desta La investigación social no ha dejado de plantearse, sobre todo después
cado por los metodólogos las especiales dificultades que presenta el he del desarrollo creciente de los medios técnicos puestos a su disposición,
cho social, con respecto al cual ningún investigador puede tener una vi la verdadera relación que existe entre una gran capacidad para recoger
sión «externa». ¿Cómo podría el hombre ver la humanidad desde fuera? datos sobre la vida social encuestas, censos, estadísticas de todo gé
La ciencia social es un pensamiento del hombre sobre sí mismo. Un nero, medios de comunicación, documentación histórica y una capaci
pensamiento autorreferente30. dad más limitada de explicar todos los fenómenos de una forma teórica
3. Los derivados de la problemática de la objetividad. Puesto que todos satisfactoria, de una forma que excluya, cada vez más, las interpretacio
estamos implicados en la vida social no es posible con respecto a ella nes sesgadas, las manipulaciones de la información, etc. El problema de
una observación verdaderamente intersubjetiva, «neutra». Pero la condi la relación teoríaempiria es uno de los más presentes31. Con ello se re
ción de la ciencia es, precisamente, que el sujeto que conoce no esté laciona estrechamente el problema general de la medición de los fenó
implicado en la cosa conocida. En ello estriba la consideración detenida menos sociales.
que siempre se ha hecho en las ciencias sociales del problema de la ob En términos globales, puede insistirse en que la generalidad de los pro
jetividad. blemas del método de observación y explicación de lo social estriba en
4. Los procesos de explicación y contrastación en las ciencias sociales la gran cantidad de variables implicadas en esa realidad y, en conse
son tan dificultosos que algunos creen que tales ciencias nunca podrán cuencia, en los problemas de medida y formalización. A pesar de todo
dar verdaderas explicaciones y tampoco, por tanto, establecer prediccio ello, poderosas corrientes metodológicas han insistido en que en térmi
nes. La cuestión de las leyes de la vida social y del desarrollo histórico nos absolutos ninguno de los problemas de método de las ciencias so
está en el trasfondo de esta dificultad. La explicación en las ciencias so ciales es más insuperable que los que tiene la ciencia en su conjunto.
ciales, la capacidad de este conocimiento para descubrir leyes en la rea Existe, por último, el que, tal vez, es el problema más específico de toda
investigación científica de lo social: el de las técnicas de trabajo científi
29
co. Si bien es verdad que puede hablarse de unos componentes del tra
G. G. Granger, Formalismo y ciencias humanas, p. 32.
30 31
Véase sobre esto J. Ibáñez, Del algoritmo al sujeto. Perspectivas de la investigación F. Alvira et al., Los dos métodos de las ciencias sociales, Centro de Investigaciones
social, Siglo XXI, Madrid, 1985, especialmente pp. 253 y ss. Sociológicas, Madrid, 1988, pp. 74-77.
bajo científico, del método científico, presentes en todos los casos, es La mejor forma, a nuestro modo de ver, de hacer una exposición intro
evidente que no puede hacerse y hablarse lo mismo de la transposición ductoria del método científico en el estudio de la sociedad es aquella
de técnicas. La experimentación, la formalización matemática, la medi que empieza prestando atención a las características del método de la
da, son buenos ejemplos de estas dificultades genéricas bien conocidas ciencia como el proceso general y formal de las operaciones de conoci
para la ciencia social. miento. Justamente esa sería la forma de abordar primero la lógica del
método científico, aunque sea en su forma más elemental. Esta forma
Las «operaciones lógicas» del método en la ciencia y en la ciencia so es, desde luego, la adoptada por los estudios metodológicos que proce
cial den de metodólogos, especialmente en la tradición neopositivista, de
bastantes de los cuales hemos hablado ya.
Aun existiendo notables diferencias entre los campos que estudian las En un libro de carácter introductorio como el presente, nos parece que
ciencias de la naturaleza por una parte y las de la sociedad por otra, am no puede obviarse esa presentación somera de la lógica del método. La
bas obedecen, naturalmente, a una misma lógica en las operaciones for investigación científica normalizada efectúa unas «operaciones forma
males del método. La lógica de la investigación en las ciencias sociales les», atraviesa unas etapas de su trabajo, unos «momentos» o «contex
no difiere, ni puede diferir, en sus fundamentos, de la que preside la in tos», en secuencias, desde luego, que no tienen un orden inalterable o,
vestigación en la ciencia natural32. Las afirmaciones en sentido contrario mejor, que no terminan necesariamente una para comenzar la otra 33.
son indudablemente un dislate. Puede no haber ciencia social, pero tam Los «momentos» de una investigación científica pueden perfectamente
poco puede haber una ciencia con distinta lógica de la de la ciencia na superponerse y el camino del uno al otro puede recorrerse en sentido
tural. Ese es el fundamento real para poder hablar de que, por encima contrario en cualquier etapa de la investigación.
de las dificultades, ontológicas y epistémicas, que se presentan a la
ciencia del hombre, es posible un método científicosocial de conoci Las secuencia u operaciones lógicas del método
miento. Pero otra cosa es, sin duda, la «práctica metodológica», como Entendemos aquí por operaciones lógicas de un método, o por fases
veremos después. operativas de él, aquellas situaciones o momentos, aquellos estadios o
En efecto, si la formulación de hipótesis de trabajo y el uso que se haga fases de la investigación, por los que atraviesa todo proceso de conoci
de ellas puede no diferir mucho en unas y otras ciencias, es evidente miento que intenta descubrir relaciones reales entre los fenómenos o las
que en los procesos de observación experimentación los mecanismos leyes de su comportamiento, que no son deducibles de la mera observa
son, por lo general, distintos. Las explicaciones en las diversas ciencias ción. Al hablar de fases debe huirse, hemos dicho, de pensar en ellas
pueden ofrecer también notables diferencias. Unas serán formalizadas, como si se tratara de secuencias sucesivas u obligatorias, cronológicas
matematizadas, y otras no. Hay ciencias que han de echar mano del re y ordenadas, del proceso de conocer. Debe, por el contrario, entenderse
curso metodológico de la modelización como mecanismo explicativo, que se trata de situaciones marco, o estados de una investigación, que
mientras que en otros casos podrá intentarse la explicación causal. Es ni se producen necesariamente en el orden en que aquí las describimos
indudable que en la cuestión metodológica en las ciencias de la socie ni forman una cadena obligatoria, pero que sí, desde luego, son esta
dad no puede pretenderse el unitarismo. dos, por una parte, inexcusables de toda investigación científica y que
representan, por otra, operaciones con una ordenación lógica.
33
M. Bunge, La ciencia, su método y su filosofía, Siglo XX, Buenos Aires, 1991, véanse
32
Q. Gibson, La lógica de la investigación social, Tecnos, Madrid, 1968, pp. 8 y ss. pp. 37 y ss., «¿Qué es el método de la ciencia?».
El resultado de todo proceso de conocimiento sujeto a un método es una explicación ha sido sometida a prueba y la ha superado. Pero en la
siempre, desde luego, una explicación. Una explicación que en su grado ciencia jamás hay una contrastación definitiva.
de mayor perfección es una teoría. También el conocimiento común Las operaciones lógicas del método de las ciencias sociales tienen una
busca y da explicaciones; la cuestión está en la diferencia que existe, similitud esencial con las del método propio de la ciencia natural. Pero el
precisamente, entre las explicaciones de sentido común y las de la cien objeto social impone unas condiciones que hemos de comentar en la
cia: una diferencia de método que se traduce en el grado de fiabilidad propia aplicación del método. Existe, en primer lugar, en aquellas disci
del conocimiento adquirido. Lo que deba entenderse exactamente por plinas que progresivamente han ido desarrollando un método y unas
«explicación», según la metodología científica, es cuestión que ya he técnicas que incluyen un amplio «trabajo de campo», una preocupación
mos abordado antes. De todos modos debe insistirse en que las explica constante por mostrar que siempre debe elaborarse un diseño de la in
ciones científicas obedecen a diversos patrones y responden más a la vestigación34. Una definición simple de ello es la de que «un diseño de
índole de la materia estudiada que a la generalidad de los métodos. investigación es un plan de guía de la recogida, análisis e interpretación
En suma, según los más conocidos tratados de metodología de la cien de la información, datos u observaciones»35. Proyecto de investigación y
cia, sea cual sea su orientación, su terminología concreta y el énfasis diseño de ella no deben confundirse; lo segundo está en estrecha de
que pongan en una u otra, establecen que todo procedimiento de cono pendencia de lo primero.
cimiento científico atraviesa siempre por estos momentos de una serie
de operaciones cognoscitivas que podemos llamar «momentos lógicos», La operación de las hipótesis previas. Cualquier tarea de investigación
fases, operaciones o «contextos»: parte siempre de problemas irresueltos, de preguntas, de anomalías, de
Hipótesis previas en las que se fundamenta el origen de una investi aparición de nuevos fenómenos, cuyo contenido o cuya representación
gación; la fijación de los problemas de partida, las primeras explicacio formal pueden adquirir las más variadas formas36. La investigación parte
nes tentativas o los ensayos de explicación de ciertos fenómenos o ano de experiencias o de conocimientos ya establecidos que no acaban de
malías es el mayor grado de aproximación que las hipótesis alcanzan. responder a todos las interrogantes. Cualquier primera respuesta posi
Observación o descripción sistemática, estadio ocupado por el análi ble a fenómenos no explicados, el intento de poner orden en la defini
sis, clasificación, taxonomización, definición, medida, etc., de las realida ción de un problema que suponga nuevos planteamientos, con distintos
des presentes en un determinado campo o «universo» de estudio. grados de elaboración, cualquier esbozo de explicación provisional, pue
Validación o contrastación; es el momento de poner a prueba las hi de constituir una hipótesis de trabajo. Contra lo que muchas veces se
pótesis previas, de verificar si la explicación tentativa da cuenta de todos cree, la ciencia no parte de observaciones «de hechos», entendiendo
los hechos, si explica o no nuevos fenómenos. Es, en el lenguaje clásico por ello realidades establecidas, sino de problemas o de preguntas so
de Popper, el proceso de la falsación. Las ciencias más desarrolladas bre los hechos y de la formulación de explicaciones tentativas. La inves
pueden aplicar la experimentación a la contrastación de hipótesis e, in tigación científica deberá tender a poner a prueba esas explicaciones
cluso, al experimento definitivo, experimento «crucial» que le llamó Pop previas o hipótesis.
per.
Explicación, es decir, la operación de formular definitivamente se ex 34
Véanse a este efecto trabajos diversos de F. Alvira como, por ejemplo, Diseños de
presa en forma de una proposición o conjunto de ellas que pretenden investigación, en M. Latiesa, op. cit., pp. 17 y ss.
35
Ibidem, p. 17.
establecer una o varias leyes, y que en su grado más acabado estable 36
M. Cohen y E. Nagel, Introducción a la lógica, 2, p. 14, «Las hipótesis y el método
ce una teoría, de la que pueden extraerse predicciones. Se entiende que científico».
Toda formulación, más o menos elaborada, que pueda considerarse co más, las hipótesis nuevas pueden surgir, y de hecho surgen, en cual
mo respuesta a cualquier género de preguntas podemos considerarla quier momento de la investigación.
como una hipótesis de trabajo, destinada a orientar la investigación. El
objeto de la investigación, como dirá Popper, no es tanto intentar confir La operación de la descripción y observación sistemática (el análisis).
mar este tipo de explicaciones provisionales, las hipótesis, cuanto el de En el desarrollo de una investigación científica, los hechos nunca son re
intentar desecharlas, rechazarlas, al probar que no resisten la contrasta alidades dadas. Ninguna observación deja de estar dirigida por alguna
ción con los hechos. Uno de los grandes peligros de la investigación de forma de teoría, por alguna pregunta orientativa. La observación no es
base hipotética es que en la mente del investigador se vayan elaboran posible sino desde las preguntas previas y desde algún intento de res
do hipótesis ad hoc, es decir, respuestas para problemas suplementa puesta. No existe, claro está, nada parecido a «hechos en bruto». La ob
rios que van apareciendo a fin de mantener en pie una hipótesis de par servación es ya una generalización, lo que equivale a una «proposición
tida, a la que se aferra su formulador, que se muestra inviable pero que que afirma una conexión universal entre propiedades»40. Existe una ope
nos resistimos a rechazar como falsa37. ración que es la de transformar observaciones, recuentos, mediciones
Aunque la hipótesis es el punto de partida lógico de toda explicación de de fenómenos o de cosas, en datos que se relacionan con una cierta ex
un fenómeno, en las ciencias sociales la creación de hipótesis es un mo plicación o hipótesis, que la confirman o desconfirman. El método trans
mento muy multivalente del método y bastante complejo38. Es difícil for forma los hechos en datos. El proceso de la transformación de los he
mular verdaderas hipótesis, en principio, por el alto número de variables chos de observación en datos de un problema es, naturalmente, la pri
que intervienen en los fenómenos sociales y por la dificultad de que mera operación crucial de una investigación científica41. Y está claro
esas hipótesis sean verificables. Por ello, en las ciencias sociales apare también que todo el proceso de la ciencia experimental ha de ser colo
ce con frecuencia el uso de hipótesis alternativas: la formulación de más cado en este contexto. En último extremo el experimento es una forma
de una, en principio, para explicar un mismo fenómeno39. El caso es que de observación controlada.
sin hipótesis no se puede delimitar con claridad el campo de una investi El acopio de los datos constituye así un momento ya plenamente norma
gación y, en consecuencia, no se puede diseñar correctamente. A la lizado y decisivo en todo proceso de investigación. Necesita ahora el
construcción de hipótesis cada vez más afinadas contribuye, sin duda, el mejor apoyo posible de las técnicas y nunca es una operación mera
avance del trabajo de clasificación de los datos, es decir, la construcción mente mecánica. El acopio de datos requiere un control continuo del
de taxonomías y tipologías. sentido de las operaciones, una clarificación continua de los presupues
El problema del trabajo hipotético en la investigación científicosocial es tos por los que las informaciones que buscamos son considerados datos
fundamentalmente el de la tentación del trabajo meramente descriptivis de una explicación. De hecho, un dato es una información sobre el «es
ta, o tecnicista, que no intenta buscar verdaderas explicaciones y no se tado» de una variable, es decir, sobre algo real que puede adquirir diver
preocupa de formular estas preguntas básicas con claridad. Por lo de sos valores y sobre su cambio y la forma en que cambia. Puede referir
se también a las relaciones entre variables. El acopio de los datos debe
37
La aparición de las hipótesis ad hoc y su nociva acción sobre la ciencia son descritas
estar orientado siempre, por tanto, a partir de la elección de las variables
con sencillez y claridad por A. Chalmers, ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?, Siglo XXI, que el investigador considera significativas en su estudio.
Madrid, 1987, pp. 26 y ss.
38 40
R. Boudon y P. Lazarsfeld, Metodología, I, pp. 47 y ss. R. Braithwaite, La explicación científica, Tecnos, Madrid, 1965, p. 22.
39 41
F. Pardinas, Metodología y técnicas de investigación en ciencias sociales, E. Tierno Galván, Conocimiento y ciencias sociales, Tecnos, Madrid, 1973 (reimp.). Cf.
Introducción elemental, Siglo XXI, México, 1970, p. 139. pp. 29 y ss.
La generalización en los fenómenos sociales siempre presenta limitacio ciencia social. Por ello, la critica de las fuentes o procedencia de las ob
nes espaciales, transculturales e históricas. Los problemas de la obser servaciones es una parte importante del método en todas las ciencias
vación, del análisis y de la sistematización de los fenómenos sociales sociales. La observación no se reduce al acopio, sino que incluye tam
son, sin duda, de los más discutidos en todas las posiciones metodológi bién las operaciones precisas para la valoración de los datos en sí mis
cas sobre el asunto. ¿Cómo acercarse a la realidad social «desde mos, su previa definición, su clasificación y descripción.
fuera»? El problema de la «autorreferencialidad» es tan profundo que, Queda referirse, por último, a la cuestión de la medida, de la asignación
en definitiva, ello ha dado lugar a un progreso continuo de las técnicas de valores numerales a los estados de las variables. Sin descartar la im
de observación de los fenómenos sociales. Un progreso continuo en los portancia de lo numérico, es preciso decir que lo cuantitativo o lo cuanti
«instrumentos» de observación, en el más amplio sentido, y un progreso ficado no es la mera reducción de todo dato a números; oponer cualitati
también en la propia consideración de lo que es y no es observación co vo a cuantitativo como procedimientos excluyentes es un mecanismo
rrecta. En las técnicas de observación se ha distinguido entre los siste nada infrecuente, pero en cuanto disyuntiva radical carece de sentido.
mas de observación «directa» y los de observación «documental», como
veremos más adelante en detalle. La operación de validación o contrastación. El intento de «destruir hipó
tesis», el proceso de la conjetura y la refutación del que habló Popper, o,
Entre los primeros, la entrevista, la encuesta, sobre todo, las técnicas de como se ha llamado también, de ensayo y error, es lo que lleva al méto
observación participante en sociología, psicología, psicología social, an do al momento de la contrastación o validación. Para aceptar que una
tropología, etc. son hoy los decisivos42. La observación documental es hipótesis explica realmente unos hechos es preciso contrastarla con la
propia de todas las ciencias sociales y es el primer escalón de toda ob realidad empírica para que quede validada. La validación de las hipóte
servación indirecta, mediata. El «documento» es siempre la huella de sis es, en definitiva, un momento crucial del método, probablemente el
una acción humana y, en ese sentido, se considera una observación se definitivo, porque la hipótesis validada es la que consideramos una ver
cundaria; los grados en que esto sucede son, naturalmente, muy varia dadera explicación científica. Pero la verdad es que una hipótesis no
dos. Se considera que la «observación histórica», en el caso de ser ad puede considerarse nunca definitivamente validada. La validación del
mitida, es la más indirecta de todas. Existen muy diversos tipos de docu conocimiento es considerada hoy por todas las metodologías como un
mentos: públicos y privados, periódicos o no, escritos o en otros sopor asunto no concluyente44 y la cosa afecta aún más a las ciencias socia
tes, todos los cuales tienen sus técnicas peculiares de explotación. les.
Por supuesto, el problema esencial de toda observación de fenómenos Por validación, contrastación o confirmación de una hipótesis o de una
sociales es el de asegurar su fiabilidad, problema de todas las ciencias, propuesta de explicación, se entiende el procedimiento, y el resultado de
pero muy nítido en las sociales43. No hay ninguna observación «espontá él, por el que se garantiza que unos hechos ajustan su comportamiento
nea» sino siempre dirigida por preguntas e hipótesis. El campo de ob a las predicciones que hemos hecho sobre ello bajo la forma de una teo
servación es extremadamente disparejo, escasamente homogéneo; la ría o ley. Validar una hipótesis significaría que no quedan sin explicar
documentación social es amplia y variada; los datos sociales son de un hechos del tipo de los que tal hipótesis haya considerado. El proceso de
tipo cuya elaboración es el primer gran problema metodológico de la la validación, según las tesis popperianas, es el de la falsación, la bús
42
queda de nuevos hechos para intentar mostrar que la explicación pro
M. Duverger, Métodos de las ciencias sociales, Ariel, Barcelona, 1962, pp. 198 y 281.
43 44
L. Festinger y D. Katz, eds., Los métodos de investigación en las ciencias sociales, Véase el tratamiento claro de este problema que hace A. Chalmers, ¿Qué es esa cosa
Paidós Mexicana, México, 1987 (ed. original de 1953), p. 236. llamada ciencia?, especialmente cap. 6.
puesta no puede dar cuenta de ellos. Si da cuenta de ellos puede decir cia de ello y modifique la naturaleza del comportamiento. El experimento
se que tal explicación ha sido confirmada. Si no da cuenta de uno solo altera la realidad en un grado que no se presenta en los experimentos
de ellos, la propuesta de explicación, la hipótesis, se revelará como ina con la realidad natural. Estos problemas conocidos no han impedido el
decuada, como falsa. Pero está claro que la ciencia postpopperiana ha continuo perfeccionamiento de las técnicas experimentales a algunas
destacado con fuerza las dificultades reales de una verdadera falsa materias mientras que les están vedadas a otras entre las que se inclu
ción45. La «confirmación de las teorías» es un asunto que nunca puede yen la geografía, la economía y, como es obvio, la historiografía47.
darse por zanjado. La imposibilidad de experimentar no es, sin embargo, un obstáculo ab
La gran cuestión implicada en el falsacionismo, o en cualquier otro pro soluto para el desarrollo del conocimiento social. La validación de las hi
cedimiento de validación, es la de que tales procedimientos podrían es pótesis puede obtenerse por otros caminos metodológicos que permiten
tablecer cuándo una hipótesis es, en definitiva, falsa en cuanto haya un un suficiente análisis causal de los fenómenos o una inferencia estadísti
solo hecho que la desconfirme, pero nunca pueden establecer de ma ca. Aludimos, justamente, a los dos mecanismos básicos que han permi
nera absolutamente concluyente que algún día no aparecerá un hecho tido el progreso de las teorías económicas, sociológicas, demográficas y
que lo haga. El falsacionismo establece la falsedad de una hipótesis, pe geográficas, entre otras48. La comparación, en fin, constituye también
ro no puede dar fe de su absoluta veracidad. Sólo la lógica matemática otro de los grandes recursos de las ciencias sociales frente a las dificul
puede establecer verdades de esa índole, verdades absolutamente in tades de la experimentación. En tal caso nos encontramos con la posibi
contestables porque son verdades formales. lidad de intentar algún tipo de «generalización histórica». Fenómenos de
En las ciencias sociales la contrastación o validación de las explicacio fuerte recurrencia histórica y con posibilidades de delimitación suficiente
nes tiene problemas adicionales. La experimentación es la práctica me la violencia, urbanización, natalidad, delincuencia, etc. son suscepti
todológica admitida en la ciencia que parte del momento de la observa bles de esas generalizaciones comparativas.
ción y que se convierte en el eje de la validación de las teorías o, vale Es evidente que esto no resuelve todos los problemas de la explicación
decir, de las hipótesis. Pero la experimentación es una tarea problemáti en las ciencias sociales. Piénsese en una tesis como la referente a la
ca en la mayor parte de las ciencias sociales. Hay ciertas ciencias socia existencia de la lucha de clases: ¿mediante qué mecanismos, qué prác
les en las que el uso de la experimentación es hoy aceptado de forma ticas metodológicas, qué técnicas, es posible presentar sistemas de
general: la psicología, ciertos aspectos de la sociología o la lingüística, comprobación de las hipótesis de este tipo? Las ciencias sociales tienen
las técnicas educacionales, se prestan a experimentos dentro de límites que acudir a explicar ciertos fenómenos, mejor o peor conceptualizados,
de validez discutidos, bien sean «de campo», bien «de laboratorio», bien a través de mecanismos indirectos, del comportamiento de indicadores
de «simulación»46. más simples, o a través de explicaciones que no pueden pasar de lo
La «reflexividad» de la condición humana hace que no haya ninguna ex cualitativo.
perimentación de los comportamientos que no genere una autoconcien
La operación de explicación. Sea cual sea el momento del proceso me
45
El problema de validez y aplicabilidad real de la falsación empezó a plantearse no ya todológico en el que intenta formulársela, la explicación es lógicamente
sólo desde algunos enemigos declarados del popperismo como P. Feyerabend, Contra
el método, Ariel, Barcelona, 1974, sino desde las posiciones de los mismos discípulos y
el resultado final de todo intento de conocimiento científico. La explica
epígonos de Popper como Lakatos, Musgrave, Feigl y también desde las de Kuhn.
47
46
Festinger y Katz, op. cit., pp. 104 y ss. y 137 y ss.; y R. Mayntz, K. Holm, y P. Hübner, R. Mayntz, K. Holm y P. Hübner, op. cit., p. 219.
48
Introducción a los métodos de la sociología empírica, Alianza Editorial, Madrid, 1988, p. Un ejemplo de ello en la economía es el progreso de la econometría. Cf. J. Tinbergen
239. y H. C. Bos, Modelos matemáticos de crecimiento económico, Aguilar, Madrid, 1966.
ción de un fenómeno, o de un cierto conjunto de relaciones entre cosas, vaciones y experimentaciones pretenden siempre establecer explicacio
es el descubrimiento de formas características de alguna realidad, de nes y lo que llamaremos contrastación o validación es, en realidad, la
sus regularidades, sus causas y la posibilidad, pues, de establecer pre confirmación de una explicación. Y, como una pescadilla que se muerde
dicciones sobre lo que ocurrirá a partir de ciertas condiciones. La expli la cola, el problema de las ciencias sociales regresa al origen y llega a
cación, y la forma más perfecta de ella, la teoría, constituyen asuntos un punto anterior: la posibilidad y validez de la generalización. Una expli
fundamentales en la epistemología, a las que ya nos hemos referido. cación verdadera tiene que trascender el orden de proposiciones que se
En principio, es preciso distinguir entre explicación e interpretación de reiteren al cómo de los fenómenos para dar cuenta de su porqué. Una
una realidad y, por otra parte, es preciso establecer también cómo am explicación puede no ser completa pero puede ser un esbozo valioso si
bos resultados se comportan a la hora de la validación de sus enuncia establece al menos, con claridad, las siguientes cosas:
dos. Una interpretación no es mucho más que una hipótesis, que admite - A qué hechos se refiere de manera inequívoca.
la existencia de otras alternativas y que no se somete a una validación - Cuáles son los problemas que presentan tales hechos.
rigurosa. La explicación, por su parte, pretende tener valor excluyente, - Cuáles son los principios desde los que pueden ser explicados.
ser confirmada, y no supone otras alternativas con las que pueda convi Muchos intentos de explicación en las ciencias sociales no pasan de es
vir si no es a través de su propia superación. Si existen alternativas a te nivel.
una explicación la confrontación entre tales alternativas es inevitable y,
en condiciones dadas, una resultará más explicativa que otra. Este es, en suma, el modelo ideal del proceso metodológico que durante
Como hemos señalado ya, existen diversos tipos de explicaciones esta mucho tiempo ha sido el canon aceptado en la filosofía de la ciencia y
blecidos y caracterizados por los epistemólogos: causales, teleológicas, que, como tal, se ha tenido por el único reproducible en la ciencia social.
genéticas o funcionales. Las ciencias sociales, sin embargo, se enfren Ello no oculta las dificultades. Por lo pronto, existen aquellas que obsta
tan a notables dificultades para dar explicaciones completas, y la causa culizan la necesidad de probar que unos hechos obedecen realmente y
lidad en los fenómenos sociales ha sido el aspecto más debatido. Las sin desviaciones a una hipótesis explicativa; la complejidad de los fenó
ciencias sociales se enfrentan, pues, a la dificultad de conseguir explica menos sociales no permite casi nunca una contrastación nítida de las hi
ciones en el sentido científico «duro» de la expresión, que incluyan la pótesis y de las teorías. Con ello resulta que en las ciencias sociales ra
capacidad de predicción. Explicaciones que incluyan, en definitiva, leyes ra vez se producen verdaderas teorías.
universales o leyes probabilísticas controladas. Se señala también la Por lo demás, en las ciencias sociales la misma observación de los he
propia naturaleza de la acción humana, dotada de intenciones y dirigida chos es ya el primer problema, siendo perturbada por muy distintos gé
por motivaciones, como el obstáculo fundamental para el establecimien neros de dificultades, desde las subjetividades del observador hasta la
to de leyes y, por tanto, de predicciones sobre la conducta humana. De continua movilidad de la realidad. Con estas peculiaridades se ha rela
ahí la búsqueda de sistemas de explicación, de respuestas a los por cionado la especial significación que el experimento tiene en las ciencias
qués, que no manejen la idea de causa sino las explicaciones contex sociales. Y, sin embargo, como modelo general de la forma en que el
tuales, sistémicas, acudiendo, en muchos casos, a la construcción de científico se enfrenta con la realidad a estudiar esta descripción del pro
modelos explicativos. cedimiento metodológico sigue siendo válida. Pero no puede hacerse de
La formulación de hipótesis y su puesta a prueba son los fundamentos ella un dogma.
de la operación de explicar y, a su vez, todo ello tiene como operación
previa la construcción de generalizaciones empíricas. Hipótesis, obser
En definitiva, entre las posibles esquematizaciones gráficas del proceso nuevos, más ricos. Eso es lo que podemos entender por progreso cientí
lógicoideal del método científico podría figurar la que proponemos49 en fico.
este cuadro:
Método, prácticas y técnicas
!! o corrientes metodológicas.
Por último, queda en otro plano lo que son las técnicas de investigación,
desde fuera, de la sociología, la antropología, la politología o la econo
mía. Pero es preciso destacar que toda disciplina debe crear su propio
método, aun cuando el estímulo para ello proceda del exterior. No pue
que podemos adelantarnos ya aquí a definir como conjuntos articulados
de reglas para transformar los «hechos» en «datos». Sobre ellas volve de, en consecuencia, haber disciplina bien fundamentada de la historio
remos de forma más detallada al hablar del método historiográfico. El grafía sin la creación de auténticos métodos específicos para el estudio
confusionismo que se introduce con harta frecuencia entre método, par de lo histórico. Decir esto en modo alguno representa un desconoci
tes y prácticas del proceso metodológico, corrientes, instrumentos y téc miento o un repudio de lo mucho que nuestra disciplina debe a otras.
nicas tiene, sin duda, mucho que ver con las dificultades reales de con La exposición que vamos a hacer aquí de los fundamentos del método
ceptuación de la realidad con las que las ciencias sociales han de vérse historiográfico sigue estrechamente la pauta de lo que se ha expuesto
las muchas veces. antes a propósito de las ciencias sociales en general. Creemos que es
Un esquema de esa argumentación es lo que intenta exponer gráfica tas dos exposiciones simétricas son la mejor forma de transmitir esta
mente este cuadro: idea central de que el historiador trabaja lo mismo que cualquier otro in
CUADRO 6 vestigador social. Si bien, en un plano disciplinar, el historiador se en
Método, prácticas metodológicas y técnicas cuentra con algunos problemas especiales derivados de su objeto de
estudio que dan a su método algunos rasgos característicos.
2. LA NATURALEZA DEL MÉTODO HISTORIOGRÁFICO
Lo genérico y lo específico en el método historiográfico
El método historiográfico puede entenderse también en función de otra
doble perspectiva, paralela a la que ya hemos expuesto líneas arriba. Si, Se ha repetido reiteradamente que el obstáculo principal para que sea
de una parte, investigar la historia es investigar una dimensión de la so posible una investigación de la historia en términos de método científico
ciedad y, en tal sentido, el método historiográfico es una parte del méto deriva del hecho de que la historia se compone de procesos «únicos»,
do científico social, por otra, reconstruir la historia, reconstruir ciertas o, dicho con mayor propiedad, «singulares» y que, en esas condiciones,
historias particulares, es, a su vez, una de las alternativas metodológi donde no hay «regularidad» en los fenómenos no puede haber estudio
cas, de las prácticas, de las que hemos hablado antes, con las que científico. Pero, sin duda, pueden constatarse también otras dificultades.
cuenta el conjunto de las ciencias sociales. No hay dificultad alguna en Se ha dicho que la historia no puede «observarse» de forma directa y
admitir, naturalmente, que hay un método historiográfico en sentido es que por ello tampoco puede ser estudiada científicamente. Con la histo
tricto, que es el que da su carácter propio a la disciplina de la historio ria, como con otros muchos aspectos del comportamiento humano, no
grafía, pero que «método histórico», como hemos visto, es, en realidad, puede «experimentarse» y, en consecuencia, tampoco puede hacerse
una práctica metodológica que, aún de forma bastante desvirtuada, apli un estudio empírico real, lo que es básico para que pueda hablarse de
can otras ciencias sociales en sus investigaciones. método científico. En definitiva, el comportamiento temporal de la reali
dad humana, que es la clave de la historia, es muy difícil de encuadrar Si la historiografía puede establecer con claridad que existe un objeto
en explicaciones teóricas, de validez universal, lo que es otra de las con histórico53, de ello debe inferirse que existe también un método capaz de
notaciones de la ciencia, y ello hace que para muchos el estudio de la investigarlo. La definición del objeto y el método para su investigación
historia se aleje de la imagen correcta de un conocimiento científico. son dos extremos que no pueden separarse, que se imbrican mutua
Las dificultades que nombramos son perfectamente reales, innegables. mente. Podría ser, en efecto, que el conocimiento de la historia fuera
Coinciden, justamente, con algunas que hemos señalado como propias una cuestión sui generis, absolutamente ajena a cualquier otra práctica
de la naturaleza de lo humano: las dificultades de la observación, de la de conocimiento y que, por tanto, hubiera de tener también un método
experimentación, el papel de la temporalidad, etc. Pero, en realidad y enteramente autónomo, la construcción del discurso narrativo, por ejem
esto conviene tenerlo muy en cuenta, uno de los mayores problemas en plo. Sin embargo, nosotros hemos mostrado que lo histórico es un atri
la construcción de nuestra disciplina procede precisamente del erróneo buto de lo social y que, por consiguiente, su estudio, y el método para
enfoque que ha considerado durante mucho tiempo, y sigue consideran ello, tendrá que estar incardinado dentro del ámbito de lo social. La so
do, que la «historia» (la historiografía) es una forma de conocimiento sui ciedad es el sujeto de la historia.
generis. Ello quiere decir que el conocimiento histórico es una forma es Pero nadie niega tampoco al método histórico su especificidad. Y, si ello
pecífica de conocer, que no puede ser encuadrado dentro de la ciencia, es así, ¿cuáles son sus connotaciones? Para responder a esto podemos
de la filosofía o de otra forma de conocimiento establecida, que es una emplear un orden de ideas enteramente análogo al que hemos puesto
forma de conocimiento aparte, de la misma categoría, que esas otras. en práctica al hablar de las ciencias sociales. Las primeras peculiarida
Ya conocemos lo que esto ha supuesto de negativo en las corrientes de des y dificultades detectadas en un posible método histórico procedían
la historiografía «tradicional», en el historicismo, en el idealismo en la lí de la naturaleza misma de lo histórico. Recuérdese que la inespecifici
nea de Croce y de Collingwood hasta llegar a Ricoeur, y en ciertas co dad de los «hechos históricos» fue agudamente percibida por C. Seigno
rrientes anglosajonas como puede ser la filosofía analítica de la historia. bos; lo histórico en un hecho no era otra cosa que una connotación «re
Hayden White ha señalado que fue J. G. Droysen el primero que insistió ferente a su posición» en el tiempo. No cabe duda, obviamente, de que
en que la historia era un tipo de conocimiento distinto de todos los de la dificultad de captar lo histórico es igualmente la primera que se perci
más52. Si se acepta tal premisa, la temática del conocimiento y del méto be también para establecer un método.
do historiográficos se encuadraría así en un sistema de conocimiento El método historiográfico, ya lo hemos señalado, tiene así una parte ge
distinto y divorciado de los que llamamos «de lo social». Pero, por nues nérica que coincide con el método de la ciencia social en general. No es
tra parte, hemos insistido a lo largo de todo este texto en que la historio posible conocer la historia sin alguna forma de generalización. Porque la
grafía, el conocimiento de la historia, se encuadra, sin ninguna duda, historia no es el puro registro de la diacronía en los fenómenos huma
dentro del conocimiento de lo social. Es conocimiento de la sociedad. nos. No hay unas «leyes» de la historia, pero de ahí no se sigue, tampo
Esto resulta crucial para un entendimiento de lo que, en nuestra opinión, co, que el objetivo del conocimiento histórico no pueda superar el plano
caracteriza el método histórico. de lo descriptivo. En realidad, lo que el método historiográfico tiene de
genérico, es decir, de plenamente coincidente al menos en sus rasgos
más básicos con el método de la ciencia social estriba en:
52 53
H. White, El contenido, capítulo dedicado a Droysen. Véanse los caps. 4 y 5.
a) Que es captación de sociedades, de sistemas. El «evento» es una de interpretar la «secuencia temporal» de los fenómenos sociales. No
«manifestación de estructura». puede decirse con propiedad, ya lo hemos advertido, que el mero estu
b) Que no es simplemente una ciencia del comportamiento humano, si dio del pasado sea ya un estudio histórico. Raymond Aron expuso una
no de las estructuras que se crean, o se destruyen, más allá de las in idea en este sentido equívoca: para él, la diferencia esencial entre soció
tenciones de la acción humana. logo e historiador es que el uno estudia en el presente las cosas que el
c) Que hay un método específico de la historiografía, pero no sui gene otro estudia en el pasado54. Tal distinción es insuficiente; la diferencia
ris. verdadera es la diferente consideración que uno y otro están obligados a
hacer de la variable tiempo.
Por el contrario, el método historiográfico tiene de distintivo, de particu 2. El estudio de la historia tiene, naturalmente, como su objeto teórico
lar, de específico: preciso, la consideración de la historicidad. ¿Cómo y en qué medida el
proceso aprehensible de lo histórico expresa la historicidad? En reali
a) Que el tiempo, la temporalidad, el cambio, es el determinante, el con dad, la respuesta a esta pregunta es el problema que subyace en la difi
dicionante esencial de su investigación. cultad de trascender una mera historia de «acontecimientos». Porque la
b) Que para poder hablar de regularidades, la historiografía tendría que historicidad no es en este caso ya sólo una cualidad intrínseca al objeto
proceder siempre a través del establecimiento de claras tipologías entre estudiado, un presupuesto, como en el caso de las demás ciencias so
los «hechos» históricos, por la inespecificidad de la que hemos hablado. ciales, sino que es el objeto fundamental del estudio de la historia, sien
c) Que la descripción (en forma de relato o no) ocupa en el método his do la historicidad una de las condiciones de la naturaleza humana más
tórico un lugar de gran relieve. Que la descripción histórica sea esencial difíciles de aprehender.
en el análisis histórico, aunque en forma alguna sea lo exclusivo, expli 3. Otro más de los problemas máximos del método historiográfico es la
ca, sin embargo, que la historiografía se haya quedado muchas veces fijación de lo que debe entenderse, en el plano teórico y, por consiguien
en mera descripción. te, en sus consecuencias metodológicas, por singularidad del devenir
histórico. La unicidad y singularidad de todo el devenir de la historia es
Objetivos e instrumentos en el método historiográfico una de las más destacadas notas que los filósofos han captado. Se ha
dicho que lo histórico es «lo concreto», «lo único», lo que realmente ha
Si desde este plano general nos adentramos después en las peculiarida sucedido. La singularidad de los fenómenos y los estados en el devenir
des más internas, más distintivas, del método de la historiografía, podre humano constituye, sin embargo, una cuestión que se presta a interpre
mos señalar que ellas derivarían de dos tipos de realidades. En primer taciones muy diversas. Ella constituye el fundamento tanto de la nega
lugar, de la naturaleza de su objeto, es decir, serían determinaciones del ción de la posibilidad de una «ciencia» de la historia, como de la afirma
método histórico condicionadas por las dificultades ontológicas de su ción de que la historia es la realidad más global que hay en el mundo y,
objeto. Así: como tal, la más universal; la historiografía sería por esa circunstancia la
1. El objeto histórico tiene, por definición, como determinación intrínseca «casi» única ciencia de lo humano, según decía Gianbattista Vico.
la temporalidad. Seguramente, en el contexto general de la investigación 4. Aunque parezca paradójico, la singularidad del devenir se acompaña
de lo social, esta es la particularidad más radical de lo específicamente de la generalidad de lo histórico como cualidad de las cosas. Todo es
histórico. Por ello, el método histórico no puede hacer abstracción jamás
del comportamiento temporalsecuencial cualquiera que sea la forma 54
R. Aron, Dimensiones de la conciencia histórica, Tecnos, Madrid, 1962, p. 29.
histórico, todo está afectado por el tiempo y, en sentido absoluto, ontoló ño que, como hemos visto ya, buena parte de la vieja preceptiva meto
gico, todos los hechos que afectan al hombre son objeto de la historio dológica de la historiografía se centrara casi en exclusiva en el análisis y
grafía. Lo histórico es inespecífico, es cuestión de su ordenamiento tem crítica de los documentos, como si el trabajo del historiador no consistie
poral no de una tipología. Por ello, el problema metodológico típico de la ra más que en eso.
historiografía es el tan manoseado asunto de cuáles «hechos» debe te 2. El método de la historiografía tiene una orientación esencial que es la
ner en cuenta el historiador y cuáles no. Como ya sabemos, el problema comparativa. Y ello en un doble sentido: la comparación entre procesos
real es cómo construir el discurso histórico, no cómo seleccionar los he simultáneos que se producen en ámbitos diversos comparación entre
chos históricos. historias nacionales o entre tipos de fenómenos o procesos paralelos (la
Estos cuatro puntos, cuando menos, podrían resumir cuáles son los aparición de la violencia política, de la sociedad industrial, etc.), pero
principales problemas metodológicos que se derivan de la naturaleza también la comparación sucesiva, la comparación entre lo anterior y lo
misma del hecho u objeto sociohistórico. Se trata de dificultades que posterior. Esta es la clave de lo historiográfico. Al intentar reconstruir la
tienen, tal vez, más entidad, más calado, que las que afectan a los obje sucesión de los comportamientos humanos, lo que el historiador se pro
tos de otras ciencias sociales particulares. pone en última instancia es definir estados sociales y compararlos, ana
Pero, además, a las peculiaridades ontológicas se suman en la realidad lizar esencialmente el cambio. El método histórico tiene, en consecuen
histórica también aquellas otras que afectan al método desde el punto cia, una segunda característica propia: investigar la historia es distinguir
de vista de las dificultades, instrumentales, desde el punto de vista pro las composiciones sociales en unos momentos con respecto a las de
piamente operativo, cognoscitivo. En este sentido, las especificidades otros. Es decir, en algún sentido el método histórico es siempre compa
del método histórico podrían ser caracterizadas así: rativo. Estudiar una situación estática en el pasado puede ser el objetivo
1. Siendo lo histórico el resultado del comportamiento de los fenómenos de cualquier otra ciencia social. De hecho, sucede así muchas veces
sociales en el tiempo, el material empírico sobre el que la historiografía con estudios politológicos, sociológicos o antropológicos56. El objetivo es
trabaja consiste en una proporción muy alta, en restos. Pero no, desde definir el grado de desenvolvimiento de una sociedad en un determinado
luego de una manera absoluta55. Los documentos históricos pertenecen momento obsérvese la gran dificultad de definir ese «momento» en el
por lo general a esa categoría de cosas. A la inmensa mayoría de los fe tiempo desde el punto de vista de su permanencia o su cambio y todo
nómenos que conforman la historia los conocemos por las huellas que ello a base del análisis morfológico. Por tanto, el método histórico gira
han dejado, puesto que se han producido en un tiempo anterior al nues sobre dos pivotes: estructuras de las sociedades y comportamientos
tro. Por tanto, en la investigación de la historia, el «documento temporales.
indiciario», y no la observación del fenómeno mismo, es la «fuente de in 3. El método histórico capta su objeto a través de conceptualizaciones
formación» por excelencia. Pero de esto no debe hacerse en forma al sobre los colectivos pero también sobre los individuos. Como ya hemos
guna un mito, como hace la historiografía tradicional y algunas corrien indicado anteriormente, el contencioso entre individualismo y holismo es
tes actuales. Hay que decir que se trata de una peculiaridad que se pre superable, y está hoy superado, saliendo del plano de la irreductibilidad
senta también en todas las otras disciplinas sociales, aunque no con la
56
importancia, la centralidad, que en la historiografía. Por ello no es extra Los ejemplos aducibles de esto son fáciles. Existe, por ejemplo, más de un estudio de
politólogos o sociólogos españoles sobre problemas concretos de la Segunda República,
es decir, de los años treinta. Existe una rama o corriente de desarrollo
55
No lo es así, como puede comprenderse, en empresas historiográficas como la histórico-antropológico que ha dado en llamarse antropología histórica. El estudio de los
historia oral -como método o como sector- y, en buena parte, en todo el ámbito en «sistemas políticos», por ejemplo, no es otra cosa que el estudio de la historia política
general de lo que se llama historia del tiempo presente o historia reciente. contemporánea.
de esas dos concepciones. Las acciones de los individuos no explican la ta a todas las ciencias sociales con sus propias realidades, a cada una
historia, pero en absoluto puede marginarse su papel. El método históri en su campo.
co debe buscar los colectivos sin olvidar a los individuos. Ninguno de
esos dos planos de la realidad social contiene en sí mismo toda su inteli De lo expuesto puede concluirse, en resumen, que el método historio
gibilidad. El proceso histórico se configura siempre por la interacción de gráfico tiene, como caracterización de su procedimiento, al menos tres
las estructuras y el sujeto. peculiaridades distintivas:
4. El método histórico es esencialmente globalizante. Pierre Vilar señaló
ya que la sociología y la historiografía eran las dos únicas ciencias «glo a) Su tratamiento de una realidad prácticamente siempre mediata (res
bales y dinámicas» de la realidad social57. La distribución de la materia tos).
historiográfica en sectores, ya sean de materiales y enfoques sistemáti b) Su necesidad de captar siempre el proceso (diacronía).
cos las historias política, económica, de las mentalidades, de la literatu c) Su necesidad de globalización (inespecificidad de lo histórico).
ra, etc. o en sectores de la historia mediante cortes cronológicos anti
gua, medieval, renacentista, etc. no es más que un recurso de método, Y, en su estado actual al menos, el método historiográfico debe conjugar
de exposición. La historia, como ontología, es una, pero otra cosa es tres problemas importantes:
que podamos reducirla entera a un discurso. Tal vez puede hablarse, no
obstante, de una diferencia teórica entre la reconstrucción de un proce a) Su escaso nivel de formalización metodológica, la escasa articulación
so históricosocial global y la historia de un fenómeno social parcial. Ello de las reglas del método histórico y la carencia de un lenguaje distintivo.
puede basarse en que, en teoría, todo fenómeno sectorial puede tomar b) Los escasos instrumentos teóricos y técnicos de que dispone para la
se en sí mismo como un todo. aprehensión de una realidad con muchas variables implicadas.
5. Lo que sabemos de la historia es necesariamente una visión desde el c) El problema siempre presente de la necesaria articulación entre el
presente. Independientemente de las implicaciones epistemológicas de análisis de las estructuras y el acontecimiento, y entre lo sistemático y lo
esta situación, desde el punto de vista del método hay que decir que la secuencial.
historiografía no puede nunca pretender que la historia que podemos co
nocer es el legado de todo el pasado del hombre. Ni está claro si esa La comparación en el método historiográfico
expresión «todo el pasado del hombre» tiene algún sentido. La historia
que escribimos es una concepción que forja el hombre presente. Ni pue Por todo lo dicho, se comprende que la comparación tiene una especial
de entenderse técnicamente la posibilidad de un todo que sería la suma importancia en el método histórico. La investigación de la historia es
de «todos los acontecimientos», lo que es incognoscible, pero ni siquie siempre en algún sentido comparativa, al menos en una comparación
ra que haya una realidad pensada de esa forma que tenga algún senti que podríamos llamar «diacrónica», en el tiempo, puesto que no es posi
do. Esto muestra el profundo error en que caen quienes piensan que es ble captar la naturaleza del movimiento histórico si no es por la compa
posible una historia total, como suma de historias parciales. El discurso ración de sucesivos estados sociales. O «por la contraposición de las
histórico lo hacemos desde el presente, la adecuación de ese discurso condiciones precedentes con las consecuentes»58. Pero la práctica com
con la realidad «objetiva» es un problema del mismo tipo que se presen
58
Así lo dice C. S. Maier, «La historia comparada», Studia Historica (Salamanca), X-XI
(1992-1993), p. 12. Este número de la revista, aparecido en 1994, es un monográfico
57
P. Vilar, Iniciación al vocabulario, pp. 17 y ss. de gran interés sobre la historia comparada.
paratista explícita es aquella que busca homologías o heterologías entre método comparativo, aunque sea implícitamente, se ha empleado desde
desarrollos históricos de sistemas separados, no la evolución de esta la Antigüedad nunca se ha hecho una historia de ello64.
dos sucesivos de un mismo sistema. La comparación en historia implica Las más interesantes generalizaciones históricas que se han producido,
la confrontación entre sociedades globales o entre determinados facto e incluso los intentos de formular ciertas «leyes» de lo histórico, presen
res, movimientos, peculiaridades de cualquier tipo, niveles de actividad, tes en el pensamiento de Montesquieu, Tocqueville, Comte, Marx, Toyn
etc., observables en sociedades distintas y, normalmente, en periodos bee o Braudel, proceden justamente de la comparación de una abun
cronológicos coetáneos o cercanos a la coetaneidad59. dante evidencia empírica, aunque el verdadero valor teórico de todo ello
La comparación como práctica metodológica ha sido definida de formas no se justifique de forma plena por la existencia de similitudes a gran es
diversas. Ya Durkheim mantuvo que había que buscar las «variaciones cala. Pero las tienen siempre como base. La comparación puede dar
concomitantes» como forma de analizar los hechos sociales 60. Marc cuenta de importantes procesos de diferenciación y también de lo con
Bloch habló de la búsqueda de similitudes entre «series de naturaleza trario, de desdiferenciación, cosas ambas de importancia obvia en la
análoga, tomadas en medios sociales distintos»61. La posición de Char complejidad creciente de las sociedades.
les Tilly es más radical puesto que cree que no hay posibilidad de supe El estudio comparativo en historiografía procura grandes aportaciones
ración de los postulados «perniciosos» en la ciencia social heredados pero a condición de hacer de él una aplicación cautelosa y bien planifi
del siglo XIX si no es a través del estudio históricocomparativo de los cada; los peligros de una práctica inadecuada de la comparación son
fenómenos sociales62. Pero no han faltado tampoco aquellos que pien bastante claros65. Un análisis comparativo no es posible sin un trabajo
san que la comparación en términos que hagan posible el hallazgo de previo para definir lo que es comparable, para definir de forma muy es
verdaderas homologías, o de diferenciaciones que tengan valor signifi tricta las realidades empíricas o las conceptuaciones extraídas de cada
cativo para explicar las sociedades, es una quimera. ámbito que quieren ser comparadas, y sin un control constante de la
El método comparativo en las ciencias sociales se ha descrito con unas comparación66. Las ventajas son en unos casos propiamente metodoló
coincidencias básicas para todas ellas. No hay procedimiento comparati gicas: mejora la utilidad del trabajo histórico, ayuda a formular proble
vo practicado en una disciplina que no pueda ser útil en otras 63. La com mas nuevos, fija mejor el «territorio» sobre el que se trabaja, permiten
paración es no sólo en historiografía, sino en todas las ciencias sociales, generalizar y controlar las conclusiones. En otros son ventajas explicati
una manera de paliar la imposibilidad de experimentación. De otra parte, vas: permiten definir mejor cada uno de los fenómenos comparados,
la importancia de la comparación reside en que es uno de los caminos pueden establecer mejor las «causas» o la relación entre fenómenos,
para generalizar, para obtener conclusiones de más alta universalidad etc.
acerca de las características de procesos sociohistóricos que pueden Pero los peligros son también evidentes. El fundamental de ellos es el
producirse con regularidad o con rasgos regulares. A pesar de que el que de antiguo se ha formulado diciendo que «sólo se puede comparar
59
lo que es comparable», lo que viene a querer decir que la comparación
Cercanos a la coetaneidad, pero no estrictamente simultáneos, porque una de las
funciones de la comparación es establecer si procesos homólogos se producen en
es ociosa. Pueden cometerse grandes anacronismos intentando compa
momentos diversos de la historia de sociedades determinadas.
60
É. Durkheim, Las reglas, p. 128. 64
G. Busino, La permanence du passé: questions d'histoire de la sociologie, Droz, Gine-
61
Citado en C. Cardoso y H. Pérez Brignoli, op. cit., p. 339. bra, 1988, p. 320.
62 65
C. Tilly, Grandes estructuras, p. 173. Véase C. Cardoso y H. Pérez Brignoli, op. cit., pp. 339-346, que son unas breves pero
63 excelentes páginas sobre la comparación.
G. Sartori y L. Morlino, eds., La comparación en las ciencias sociales, Alianza Editorial,
66
Madrid, 1994, p. 12. G. Sartori y L. Morlino, eds., La comparación, pp. 17, 31 y passim.
rar sociedades, instituciones, evoluciones que están separadas en el es temas mundiales, como el definido por Immanuel Wallerstein en su «mo
pacio y el tiempo, donde las analogías pueden ser meros espejismos; derno sistema mundial»71.
pueden quererse comparar cosas que no se conocen aún bien. Pero en La comparación se ha visto como la mejor posibilidad de que la historio
la historiografía actual las ventajas son muy superiores a los riesgos y grafía pueda contribuir de una forma decisiva a explicar grandes proce
presentan, sobre todo, el gran avance de que la historia comparativa es sos lo que, a su vez, es la mejor manera de contribución a que la ciencia
la forma mejor de entender los procesos de «mundialización» de algu social adquiera una importante base histórica. Los procesos históricos,
nas de las características de las sociedades contemporáneas. evidentemente, sólo pueden facilitar sus mejores enseñanzas si de la
La comparación puede tener temática y objetivos diversos, que requie misma manera que se les ve como fenómenos «singulares», se intenta
ren métodos diversos también67. La principal diferencia se da entre la también ver qué rasgos «generales» poseen. Tal como ya hemos dicho
comparación caso a caso o de fenómenos análogos y la comparación antes, la inteligibilidad general de los cambios históricos reside en que
entre el desarrollo de dos procesos amplios. Ejemplo del primer tipo están compuestos de muchos elementos de cambio simples que son ho
puede ser la evolución demográfica de dos o más conjuntos sociales; mologables entre sí.
del segundo, por ejemplo, el de las «transiciones» a la democracia ope
radas en años recientes en varios países deficitarios en burguesías mo
dernizadoras y en desarrollo del capitalismo industrial68. O el de los pro
cesos de violencia social de amplio desarrollo en épocas de ruptura de
sistemas de valores establecidos y vigentes durante mucho tiempo69.
Charles Tilly ha expuesto la necesidad de la comparación entre los gran
des cambios estructurales históricos y ha señalado cuatro tipos de com
paraciones que él llama individualizadoras, universalizadoras, diferen
ciales y globalizadoras70. La primera es la que compara dos fenómenos
específicos a fin de captar las peculiaridades de cada caso, el fascismo
en dos países, por ejemplo. La universalizadora intenta analizar casos
de aplicación específica de algún modelo definido, como el del creci
miento económico. La tercera busca explícitamente las diferencias entre
situaciones comparables. La comparación globalizadora, la más amplia
de todas, «coloca distintos casos en distintos puntos del mismo
sistema», intentando ver cómo funciona el sistema en su conjunto al ver
las relaciones de cada caso con él; el ejemplo adecuado es el de los sis
67
Un buen recuento, excelentemente estructurado, en M. Duverger, Métodos, pp. 411 y
ss.
68
G. O'Donnell, P. C. Schmitter, L. Whitehead, eds., Transiciones desde un gobierno
autoritario, Paidós, Buenos Aires, 1989. Para lo que decimos interesa especialmente el
vol. 3: «Perspectivas comparadas».
69
H. Arendt, On Violence, Harcourt, Brace and World Inc., Nueva York, 1970.
70 71
C. Tilly, op. cit., pp. 104 y ss. I. Wallerstein, El moderno sistema mundial, Siglo XXI, Madrid, 1979-1984.
grandes investigaciones históricas se han hecho siempre, sin embargo,
sobre la base de un trabajo detenido que iba mucho más allá de la mera
explotación y transcripción de unas fuentes, para construir, en definitiva,
8 EL PROCESO METODOLÓGICO Y LA DOCUMENTACIÓN un relato. En alguna manera, una investigación histórica debe responder
HISTÓRICA a un plan. En el curso mismo de la investigación, el diseño o plan primiti
vos serán con toda probabilidad profundamente modificados y el resulta
do final seguramente tendrá poco que ver con las presunciones iniciales.
Los textos, o los documentos arqueológicos, aun los
más claros en apariencia y los más complacientes, no
Pero así ocurre con todas las investigaciones en el campo de la ciencia
hablan sino cuando se sabe interrogarlos. natural o social. A ilustrar este proceso general del trabajo del historia
MARC BLOCH, Apologie pour l'Histoire ou métier d'historien dor se orientan las páginas que siguen.
Es indudable que uno de los grandes obstáculos para la consecución de El diseño de la investigación
una historiografía más sólida en sus fundamentos cognoscitivos, más
fiable en sus hallazgos y más explicativa en sus conclusiones, ha sido Rara vez una investigación histórica es planificada con cuidado. Y, es
siempre la escasa atención de muchos a los problemas del método his más, una de las más frecuentes imputaciones negativas que se hacen al
tórico. Ello ha sido así, y en buena parte sigue siéndolo, aun cuando trabajo historiográfico desde el punto de vista metodológico es la falta de
desde hace más de un siglo no han cesado los esfuerzos por constituir explicitación de sus presupuestos y la falta de previsión de sus desarro
definitivamente un método para la historiografía. El extraordinario peso llos. Es una herencia de la historiografía más pragmática y «cronística»
de la historiarelato sin ninguna prolongación ha seguido gravitando so que entendió siempre que la historia era la más simple transcripción en
bre el problema. un texto de aquello que las fuentes, los «documentos», decían. Esta
Hay muchas formas de llevar adelante una investigación histórica. Pero imagen del trabajo de la investigación histórica es completamente erró
existen también unos presupuestos, unas operaciones y unas cautelas nea y está, en las corrientes historiográficas más sólidas, ampliamente
sin las cuales realmente es difícil poder hablar de «investigación». Y la sobrepasada.
verdad es que todo ello constituye un procedimiento que coincide en sus En la escritura tradicional de la historia, en el pensamiento historiográfi
líneas generales con las particularidades de toda investigación social. El co más simple, se ha entendido siempre que la «descripción» histórica,
procedimiento por el que el historiador aborda el problema de construir el narrar los acontecimientos «como realmente han sido», poseía ya en
una representación de lo histórico y de explicar por qué los hechos son sí misma un carácter sintético, ordenado, explicativo, que bastaba para
como son obedece a la misma lógica que cualquier otro método científi dar cuenta de los porqués de los eventos. Se ha creído en una especie
co social. Sus «operaciones lógicas» son las mismas. de causalidad implícita. Por ello, el trabajo historiográfico tradicional se
entendió, durante mucho tiempo, como compuesto de dos partes esen
1. EL PROCESO METODOLÓGICO EN LA HISTORIOGRAFÍA ciales que reunirían en sí todo el método historiográfico:
1. La recolecta de los hechos, a los que, a veces, con notable impropie
Hasta hoy día, la investigación histórica es por lo común una aventura dad suele llamarse datos1. En la historiografía del siglo XIX la temática la
mucho más confiada a la improvisación, a la intuición y al buen sentido 1
Recuérdese la precisión que hemos hecho de que no puede hablarse de datos si no en
del investigador que a una preparación técnica rigurosa. Pero todas las relación con una o unas hipótesis. Datos no son informaciones sobre algo, sino intentos
dictaban muchas veces la mera disponibilidad de tales hechos. Los Como cualquier otra investigación practicada con intención de aportar
grandes progresos de la historiografía del siglo XIX se hicieron sobre el un conocimiento más allá del sentido común, la investigación histórica
supuesto metódico de que primero es el trabajo de archivo, la consulta debe de ir precedida de la aparición de un «tema», pero también de un
de los documentos y el acopio de información factual, y que sólo des proyecto, al menos en esbozo, del procedimiento para abordarlo. El his
pués de esta fase puede pasarse a la segunda, sin que ésta pueda co toriador tiene que establecer un «diseño» o un itinerario de manera ex
menzar antes... plícita, que sirva de guía a su trabajo y de orientación en la búsqueda de
2. La construcción del relato, la integración de los hechos en una trama conclusiones sobre un objeto histórico bien definido. Todas las investi
secuencial, cronológica, que en sí misma contendría su propia lógica, su gaciones sociales poseen un cierto diseño, una planificación, lo que se
propia inteligibilidad como curso de la historia. Sin «hechos» no podría consigue en un proceso que las metodologías propias de cada disciplina
haber historia y sin «documentos» no podría haber hechos. El relato, co procuran clarificar.
mo forma arquetípica y casi exclusiva del discurso histórico, se ha basa Planificar una investigación es, en alguna manera, prever los momentos
do en una información abundante casi siempre y ha tenido además que cognoscitivos y técnicos por los que el trabajo habrá de pasar. Pero, de
poseer una amplia perspectiva temporal desde la que poder enjuiciar los forma más práctica, planificar sería la previsión de adaptación del traba
acontecimientos, con sus antecedentes y sus consecuentes. jo a los problemas concretos del objeto investigado. Una planificación
En su fundamentación general, esta concepción es completamente erró tendría que atender a tres niveles: el de lo que se quiere conocer, el de
nea. Pero con mayor o menor sofisticación, imaginación, variedad de te cómo conocer y el de la comprobación de lo conocido. Ello conllevaría la
mas y auxilio de otras metodologías, todos los narrativismos historiográ previsión del conjunto de problemas relacionados a investigar «por qué
ficos, antiguos y modernos, han obedecido a esta concepción del discur un proceso es como es», sus límites cronológicos y la inteligibilidad y
so histórico y a este esquema de trabajo. Tan sumarias ideas son la he justificación de ellos y la pregunta que hay que formular. El cómo articu
rencia, sin duda, de los preceptistas historiográficos del siglo XIX. Pocas lar una investigación habría de atender a las fuentes, la organización de
son la escuelas historiográficas posteriores que han hecho algo de for la información, su tipología y su uso, así como la relación con otras in
ma sistemática por eliminar esta falsa idea de que un discurso histórico vestigaciones. Ninguna investigación puede permanecer aislada de las
de garantía sólo estaba obligado a tener buenas fuentes de información. demás de su misma área. Pues bien, el diseño es la planificación que se
En realidad, no hay ninguna práctica del conocimiento social serio que hace una vez que tenemos claro el problema y sus fuentes, el método
proceda de esta manera, ni siquiera aquellas que más se asemejan a lo y la técnica. Los trabajos escolares se suelen planificar. Paradójicamen
histórico: la descripción etnológica, por ejemplo. El clásico esquema He te, muchas investigaciones profesionales no.
chosSíntesis, herencia del inductivismo positivista más ingenuo que Pero esta suposición de que la investigación histórica puede ser orienta
impregnó las ideas historiográficas del XIX: primero los «datos», des da y sustancialmente mejorada en función del rigor del procedimiento de
pués las «síntesis», ha tenido una larga persistencia. Pero, a sus res trabajo debe ser matizada en los dos sentidos siguientes:
pectivos niveles, muchos autores, que pueden ejemplificarse desde el Primero, en el de que lo dicho no supone promover ni recomendar que
metodólogo K. R. Popper al historiador Edward H. Carr, han expuesto la investigación de la historia, o de cualquier otra materia social, haya de
que el trabajo del descubrimiento en la realidad natural y en la social estar sujeta a «corsés» para poder garantizar alguna productividad.
nunca procede así. Segundo, en el de que el diseño de una investigación tiene que servir no
sólo a la optimización del trabajo, sino a la riqueza de las conclusiones.
de «evidenciar algo».
Es necesario que el historiador haga siempre explícitos sus procedi El «problema» histórico
mientos de trabajo de forma que procure, como procura cualquier prácti
ca científica, presentar una imagen exhaustiva de los elementos de la La raíz de una investigación histórica puede encontrarse, lógicamente,
argumentación y de las fuentes de sus «evidencias» que le conducen en muy diversas motivaciones. No existen textos que enseñen al histo
a determinadas conclusiones. O, dicho en otras palabras, que tampoco riador a diseñar un proceso de investigación una vez que se han hecho
sonarán nuevas: para que un discurso pueda considerarse científico de las primeras aproximaciones a un problema y, por tanto, a un tema. Pe
be presentar siempre la posibilidad de que sus propias conclusiones ro al propio diseño precede ciertamente al problema.
puedan ser rebatidas. La investigación histórica surge de «hallazgos» de nuevas fuentes, de
La práctica de la investigación histórica tiene que ajustarse a la defini nuevas conexiones entre las cosas, de comparaciones o surge de insa
ción clara de problemas, la formulación de hipótesis, la construcción de tisfacciones con los conocimientos existentes, in satisfacciones que, a
los datos, la elaboración de explicaciones lo más consistentes posible y su vez, están provocadas por la aparición de nuevos puntos de vista, de
la construcción de mecanismos para «probar» comparativamente la nuevas «teorías», o de nuevas curiosidades sociales. «Temas de inves
adecuación de sus explicaciones. Es visible que la investigación norma tigación», como decimos en la jerga académica, existen muchos. Nadie
lizada en la ciencia social parte de unos presupuestos o «estados de la puede negar que la puesta en marcha de un tema de investigación, o
cuestión», identifica unos objetos de investigación y no se confunde con supuestamente tal, sigue teniendo muchas veces un origen ideológico,
la mera descripción de unos hechos. Una investigación tiene un «tema», político o de otro género bastante ajeno a los intereses de la ciencia. Pe
pero la problemática de tal tema no se resuelve, evidentemente, en el ro temas relevantes existen muchos menos que estos que suelen ser fo
acopio de informaciones sobre él. mentados desde instancias no científicas.
La investigación de un determinado proceso histórico no puede empren Por lo demás, una disciplina madura distingue plenamente entre la «ex
derse con garantías científicas si no está instrumental y conceptualmen posición normalizada» de los conocimientos, los tratados o síntesis, y la
te bien definida. Es cierto que en el punto de partida es difícil que exista, aparición de «investigaciones nuevas», de aportaciones más o menos
y normalmente no existe, una correcta definición y planteamiento de un decisivas. Las disciplinas seleccionan la producción por la relevancia de
problema y de los instrumentos para su resolución; sólo el propio proce los temas y la validez de la investigación. En la «buena ciencia» ambas
so de investigación va perfilando esas definiciones. Pero tal perfil no cosas deben ir estrechamente unidas. Temas de enorme relevancia his
puede progresar si el investigador no es consciente de cuáles son sus tórica, de los que pueden citarse muchos ejemplos, pueden estar franca
objetivos y cuáles sus medios o instrumentos. Es decir, por sumario que mente mal estudiados, aunque se estudien de manera insistente. Debe
sea, un proyecto de investigación tiene que tener una estructura clara, distinguirse entre la verdadera aportación de nuevos conocimientos y el
pero abierta, y naturalmente perfectible, donde queden fijados objetivos simple «amateurismo» u oportunismo.
y medios, donde se pueda ir introduciendo cada vez mayor diversifica
ción y diferenciación y, a un tiempo, mayor coherencia2. Si el historiador trabaja con el rigor metodológico adecuado, ha de dis
tinguir muy cuidadosamente entre lo que es la aparición de campos his
tóricos nuevos sobre los que la investigación no se ha concentrado ante
2
Resulta especialmente peregrina la proposición de que la «investigación histórica» y riormente, es decir, nuevos campos temáticos, de aquellos otros que
el «método histórico» son dos cosas distintas. Esa proposición procede de un libro en sí son los espacios de investigación sobre los que se vuelve de nuevo, es
mismo peregrino y con pretensiones didácticas, el ya citado de B. Escandell, Teoría, pp.
131 y ss.
decir, de aquellos otros tipos de temas ya estudiados pero que se some
ten a revisión con nuevos instrumentos de método o nuevas informacio tuiciones» previas del investigador, pueden verse muy ayudados por la
nes, de viejos problemas que aparecen ahora como no adecuadamente clarificación de la tipología formal y material mismas a las que de hecho
resueltos. se suelen adoptar las investigaciones históricas. Veamos cómo puede
Unas veces se indaga acerca de problemas reales que por alguna razón hacerse, en efecto, una tipología de las investigaciones históricas posi
habían permanecido intratados. El conocimiento de la periferia y el con bles.
texto de tales problemas es siempre fundamental. A veces, la falta de
tratamiento de un asunto evidencia que no había capacidad teórica para En el objetivo de una investigación sociohistórica pueden distinguirse,
ello. Otras, puede reflejar una carencia de datos decisiva. En estas si al menos, cuatro planos:
tuaciones los ensayos explicativos previos pueden jugar papeles muy
distintos: desde ser claves hasta ser absolutamente desorientadores. - el de la secuencia temporal
La aparición de nuevas fuentes, de enfoques nuevos de problemas anti - el del espacio o espacio socio histórico
guos, de nuevas posiciones «interpretativas» acerca de fenómenos co - el de la sociedad global
nocidos, tienen tanta o más importancia para el progreso historiográfico - el de los fenómenos socio históricos particulares
que la rotulación de nuevos campos de investigación. De hecho, al con
fluir en lo historiográfico estos dos tipos de aportaciones al conocimiento A su vez, la investigación de la realidad histórica, bien comprenda los
de la historia, los territorios de la investigación se hacen inagotables, en cuatro planos antes citados o cualquier combinación posible de ellos,
contra de la opinión de los viejos preceptistas que creían en la posibili puede abordarse desde una o varias de estas aproximaciones o pers
dad del agotamiento de un campo de estudio al llegar a la exploración pectivas formales e instrumentales:
completa de sus fuentes3.
Todas las ciencias, las naturales y las sociales, se vierten sobre estos - la espacial (territorial), que atiende preferentemente a la «amplitud»
dos territorios de la investigación: los nuevos temas y la reinvestigación física o social de un asunto;
de los viejos. En modo alguno es solamente la historia la que se escribe - la cronológica, que atiende sobre todo al ritmo temporal;
de nuevo en cada generación, según se ha dicho muchas veces. Todos - la sistemática, que atiende a «temas» bien individualizados.
los campos de la actividad humana son continuamente reinvestigados.
Lo importante es no confundir las meras innovaciones temáticas con En términos absolutos, del entrecruzamiento, o de la combinación orde
progresos metodológicos. nada de esos planos y esas aproximaciones se deriva toda una maraña
de «historias» plausibles distintas, de especializaciones, de investigacio
La dicotomía «historia general»/«monografía sectorial» nes posibles y de complejidad metodológica, en suma, de la historiogra
La aparición de un cierto «problema» histórico a investigar y el intento fía. No sería ociosa una mínima clarificación de esas conceptuaciones.
de diseñar una planificación, de proyectar en el trabajo unas ciertas «in A modo de ejemplo, sin agotar enteramente la clasificación que, por lo
demás, es sencilla de establecer, puede verse que las investigaciones
3
Esta ingenua posición manifestaban Langlois y Seignobos con referencia a la historia historiográficas pueden tener carácter de historia general o historia sec
antigua que ellos suponían que no estaba lejos de ser conocida «completamente» en
cuanto se descubrieran todas las fuentes existentes. Esta sola afirmación es por sí torial, historia nacional, regional o local (historias territoriales), historia
misma expresiva de la idea que se hacen de la historia y la historiografía los grandes global o historia monográfica, historia sistemática o historia cronológica.
preceptistas de la historiografía clásica de comienzos del siglo XX. Cf. C. Langlois y C.
Seignobos, Introduction, cap. 1.
Una «historia» no queda nunca definida, en principio, sin la explicitación La historia general es un trabajo de síntesis histórica que pretende dar
del lapso cronológico en que ocurre. Lo histórico lleva dentro el tiempo, cuenta de las determinaciones totales de un fenómeno histórico al que
y puede llevar distintos tipos de él. La cronología es la denominación re se accederá desde el conjunto de esas perspectivas. La articulación de
ferencial y simplificada de la temporalidad. Una «historia», por otra par determinaciones y perspectivas para que una historia general pueda ser
te, tiene siempre un espacio de desarrollo, o, como hemos dicho, de in historia total es un problema abierto de la teoría de la historiografía. La
teligibilidad; puesto que una historia trata de un proceso social que no es historia monográfica es la historia de un sector de la sociedad, de un fe
universal ha de ser ubicada de forma que señale el espacio físico donde nómeno particular en el seno de un conjunto, del que se hace un análi
ocurre, bien un territorio un Estado, una región, un municipio o lo que sis sistemático, antes que cronológico o territorial. Las historias cronoló
hemos llamado un espacio socio histórico cuando la historia no tiene gicas y territoriales no son sino limitaciones de la historia general busca
una determinación territorial, sino que tiene carácter institucional inqui das por el investigador, impuestas a veces por las posibilidades mismas
sición, masonería, beneficencia, por ejemplo o es historia intelectual, de la investigación. Existe, en definitiva, una investigación «monográfi
etc. ca» y existe una necesaria construcción de «historias generales» que
Estas dos delimitaciones, la cronológica y la espacial, se hallan presen constituyen la presentación más completa del estado de la ciencia histo
tes en todas las historias de una u otra manera; pero hay unas historias riográfica en un momento dado.
que tienen como referente las sociedades globales, es decir, realidades La investigación monográfica tiene, a su vez, dos orientaciones básicas
analizadas como globalidad4, como sistema5, y otras que lo tienen en fe distintas. O es una historia «temática» que corresponde también a las
nómenos particulares, que forman parte, como subsistemas, de otra rea habituales especializaciones historiográficas de acuerdo con las espe
lidad superior, realidad esta que es tenida como marco de referencia en cializaciones de las ciencias sociales en el estudio de la sociedades: las
el proceso metodológico. historias política, económica, social, cultural, etc., y todas sus múltiples
Las determinaciones de la materia histórica en el espacio, el tiempo y el subespecializaciones posibles, o es una historia «territorial» que repre
nivel de globalidad se conjugan, a su vez, con tres posibles maneras de senta el intento de globalización del proceso histórico sobre un determi
acercamiento metódico que atenderán de forma especial a cada una de nado territorio, que en el caso de la orientación monográfica ha de ver
tales determinaciones. Las historias territoriales son aquellas que adop sar sobre un campo territorial razonablemente abarcable por el investi
tan un enfoque determinado por el espacio de desarrollo de un fenóme gador.
nos sociohistórico; las historias cronológicas son las determinadas por
el lapso cronológico; las historias sistemáticas analizan fenómenos parti Indudablemente, como está a la vista, los tipos de fenómenos, situacio
culares atendiendo a la naturaleza misma del fenómeno, en función del nes y episodios históricos susceptibles de convertirse en objeto de in
cual habrá de establecerse su marco cronológico y espacial. vestigación son innumerables. De hecho, infinitos. Pero, como toda dis
ciplina establecida, la historiografía presenta en cada momento de su
desarrollo unas concretas «costumbres» para hacer las taxonomías de
4
los «terrenos» de la investigación. Las prácticas historiográficas estable
No parece preciso insistir en que la globalidad es una categoría relativa. Casi cualquier
entidad puede ser tenida como un todo o considerada como parte de otra que la
cidas identifican los problemas a investigar de acuerdo con una división
engloba. El alcance de la globalidad es una decisión epistémica y metodológica, bajo convencional de los campos. El propio estado de desarrollo de una dis
ciegas condiciones, del investigador. ciplina marca muchas veces las posibilidades de surgimiento de cam
5
Como «sistema emergente», o con propiedades emergentes, si prestamos atención a
las sugerencias de M. Bunge, Mente, pp. 130 y ss.
pos, temas, método e investigaciones nuevas. El «paradigma científico»
en el que se desenvuelve la interpretación de la realidad también. De produce es parte de la cultura de una época y forma parte, pues, de la
ahí la decisiva importancia de corrientes e investigaciones que significan historia de esa época.
«rupturas». Lo dicho podría esquematizarse en un cuadro como este:
Las operaciones lógicas de la investigación histórica
15
Las de Droysen, Meyer, Langlois-Seignobos, Bernheim, Bauer, Halphen, Halkin, P.
Salmon, etc., entre las de tradición positivista. De otra índole son las de Berr, Bloch,
Topolsky, Cardoso-Pérez Brignoli o Vilar. Pero véase, en todo caso, la bibliografía final.
CRITERIOS TAXONÓMICOS: Los caracteres taxonómicos de los tipos de fuentes
posicional (fuentes directas o indirectas) La clasificación por criterios específicos que tienen que ver con la natu
intencional (fuentes voluntarias o no voluntarias) raleza interna de las fuentes y no meramente con la forma en que han
cualitativo (fuentes materiales o culturales) de ser «leídas», o sea, por la forma en que se extrae de ellas la informa
formal cuantitativo (fuentes seriadas o no seriadas o seriables y ción escritas, orales, arqueológicas, etc., permite una gran flexibilidad.
no seriables). Así, un ejemplo de clasificación por aplicación simultánea de los cuatro
criterios podría procuramos una fuente que fuese, por ejemplo:
Esa taxonomía permitiría una variación, más bien formal, que atendiera material/involuntaria/seriada/directa, con lo que nos encontraríamos, jus
a la posición, la intención, la información cuantitativa y la información tamente, ante uno de los mejores tipos de fuentes pensables, o
cualitativa. verbal/no narrativa/seriada/indirecta, que respondería a un tipo de fuente
Todo esto podría expresarse gráficamente en el siguiente cuadro: como la judicial, verbigracia, aplicable al estudio de la evolución del len
guaje oficial. En definitiva, estos criterios, y las correspondientes catego
rías complejas que de ellos se desprenden, tienen ante todo un valor
técnico al favorecer de modo especial la observación, crítica y evalua
ción documentales, que es de lo que se trata. Son, como decimos, crite
rios combinables en la búsqueda de la correcta ubicación taxonómica de
una fuente.
La clasificación de las fuentes tiene también interés, cuando menos, por
el criterio orientativo que facilita en la búsqueda de las fuentes idóneas
para el estudio de determinadas situaciones históricas, teniendo en
cuenta siempre que el ideal de una gran investigación es el uso de las
más variadas fuentes posibles y la confrontación sistemática entre ellas.
Aun así, sería posible encontrar, claro está, fuentes de clasificación du
dosa o imposible.
Una clasificación de fuentes, por lo demás, que se limitara a distinguir
entre materiales o arqueológicas y todas las demás lo que no es raro
tendría por sí misma una utilidad técnica bastante limitada. Una buena
taxonomía de las fuentes no es, en definitiva, una cosa fácil. Cualquier
CUADRO 6 clasificación plantea siempre problemas que muestran cuán decisivo es
Criterios para la clasificación de las fuentes históricas el criterio mismo del investigador a la hora de procurarse una documen
tación idónea para el establecimiento de conclusiones. Señalemos,
pues, las características fundamentales de estas clasificaciones y algu
nas de las dificultades en cuanto a los criterios de clasificación.
1. El criterio posicional conceptos relacionados con la pertinencia metodológica que a la forma
de reunir la información.
Fuentes directas y fuentes indirectas. El asunto clave implicado en el cri Por fin, el criterio posicional nos lleva al problema del carácter de las
terio posicional se refiere justamente a la cuestión de las fuentes direc fuentes en relación con los periodos históricos de los que tratamos. Ca
tas e indirectas, que, una vez más, pueden interpretarse también como da periodo tiene algunas fuentes enteramente típicas. Compárese el
primarias o secundarias. ¿Cómo establecer el criterio distintivo? ¿Según asunto de las fuentes antes de la aparición de la escritura y después, o
la procedencia de la fuente, su contenido, el grado de relación con el nú el tipo de fuentes históricas que generan las sociedades preindustriales
cleo central de lo investigado? En historia agraria, por ejemplo, imagíne en relación con las industriales. Por ello, en definitiva, la teoría de las
se la diferencia entre un catastro de la propiedad agraria y una informa fuentes según criterios posicionales, nos lleva a contemplar las fuentes
ción sobre las costumbres festivas rurales en relación con la recolecta históricas estrechamente ligadas a la historia que se pretende investigar.
de los frutos. Por fin, un asunto muy clásico relacionado con la clasificación posicional
La distinción entre fuentes directas e indirectas resulta bastante clásica. es el de esa posición en sentido cronológico. La «cercanía» o «aleja
Pero en su forma clásica esta distinción era aplicable más que a la cate miento» de un determinado tipo de fuentes en relación con la situación
goría misma de fuente a la naturaleza del testimonio contenido en ella. de la que dan cuenta ha planteado en la historiografía tradicional el em
Una fuente clasificada de directa era un escrito o relato de algún testigo brollo de la distinción entre documentación y bibliografía, o entre fuentes
presencial de un hecho, de un protagonista, de una documentación, a primarias y secundarias. Y, sin embargo, esas diferencias no obedecerí
veces, que emanaba directamente del acto en estudio. Una fuente indi an en realidad a un criterio posicional, sino más bien intencional. «Docu
recta era una fuente mediata o mediatizada, una información basada, a mentación» es la información no elaborada, no discursiva. «Bibliografía»
su vez, en otras informaciones no testimoniales. En definitiva se trataba define más bien el contexto científico, el «estado de la cuestión», en el
de un criterio clasificador aplicable a los escritos cronísticos, a las me que nos movemos. Así, se plantearía el problema: ¿una crónica es do
morias, a los reportajes. Las fuentes eran de uno u otro tipo según la cumentación o es bibliografía?; ¿tiene sentido aquí emplear un criterio
manera en que la información era recogida, según la «cercanía» de la cronológico como distinción y ayuda a la clasificación? Parece claro que
fuente a los hechos narrados. no. La distinción debe establecerse entre lo que es crónicatestimonio o
Pero hoy la categorización directa/indirecta, sin abandonar del todo esa lo que es estudio historiográfico.
noción referente al grado de «originalidad» información, diríamos, de
primera mano o no, debe atender primordialmente a la funcionalidad o 2. El criterio intencional
idoneidad de una fuente en relación con el tipo de estudio que se pre
tende. Se traslada así el criterio de clasificación desde la naturaleza de Fuentes testimoniales y fuentes no testimoniales. Son precisamente
la información al tipo de investigación que se emprende. De esta forma, unas observaciones hechas por Marc Bloch en su clásico libro las que
unas fuentes pueden ser directas para un determinado asunto e indirec permiten fijar uno de los grandes puntos de vista para discriminar en el
tas para otro. Así, ciertos documentos históricos muestran una extrema campo de las fuentes un carácter que resulta básico en su evaluación: el
da polivalencia. Las vidas de santos informan sobre todo del simbolismo de la voluntariedad. Según que los testimonios que el historiador maneja
religioso puesto que intentan «edificar» al fiel, pero al mismo tiempo son se hayan generado de forma voluntaria o de forma no pretendida explíci
fuente inestimable sobre las costumbres de una época, por ejemplo. Es tamente, su carácter ha de ser tenido, en principio, como enteramente
te criterio de clasificación de las fuentes, por tanto, deja actuar más a los diferente. O, dicho de otra forma, es radicalmente diferente que una cre
acto intencionado y no testimoniales a las fuentes involuntarias. En fun
ción de esa primera distinción es posible elaborar un cuadro como el
que aparece en la página 344. (cuadro 9)
El conocimiento de la forma de producción de un documento es, natural
mente, esencial en cualquier análisis de la información que transmite.
Por ello, la clasificación de las fuentes según el carácter y proceso de su
producción tiene un innegable interés para el ejercicio de la crítica fon
tal, con independencia de las propias características intrínsecas que
conceda al documento el «destino» con que se produce. A través de
una hermenéutica nada complicada parece fácil diferenciar la problemá
tica crítica que presentarían fuentes, por ejemplo, como una inscripción
conmemorativa de algo y las cuentas de una explotación minera. En ca
si todos los aspectos atendibles en el proceso de su producción, estos
dos tipos de fuentes muestran una diferencia radical.
En definitiva, el mecanismo de producción de un documento de cual
quier tipo empleado como fuente de información histórica, mecanismo
en el que habría de considerarse desde la «intención» hasta el material
mismo de que está hecho el documento, es esencial en la evaluación de
las fuentes. Un testimonio que fue producido para crear una forma de
«memoria histórica» por ejemplo, los lugares de la memoria de los que
ha hablado Pierre Nora16 no puede tener el mismo tratamiento y valor
que el producto material de la actividad cotidiana del hombre, como es,
por ejemplo, una lista de asistentes a un banquete, o una inscripción
censal.
Depuración de información:
Coherencia interna de la fuente (rastreo de interpolaciones).
Comprobación externa de la información.
Investigación por encuesta o cuestionarios comparativos.
Contextualización:
Técnicas de clasificación documental. estricto o demanda de la opinión pública, necesidades ideológicas, «mo
Análisis de « series» o «familias» de documentos. das intelectuales», etc. La relación entre tema y fuentes es siempre dia
Comparación de fuentes diversas. léctica y es ella la que explica y condiciona el diseño de una investiga
ción. La dialéctica entre problemas, hipótesis y fuentes es también la
La crítica documental, en definitiva, ha de echar mano de muchos tipos que plantea la necesidad de un estudio de la adecuación.
de técnicas: filológicas, estadísticas, de laboratorio, etc. Pero siempre Podemos decir que son fuentes adecuadas para un tema aquellos con
las tareas de evaluación de una fuente han de atender en primer lugar a juntos documentales capaces de responder a mayor número de pregun
establecer la historia de la fuente misma El origen, vicisitudes y trayec tas, con menos problemas de fiabilidad, de menos equivocidad o mejor
toria de una fuente hasta llegar a nuestras manos puede ser una extra adaptación a los fines de la investigación y susceptibles de usos más
ordinaria información para proceder desde ella a la crítica. Conocida la cómodos. Por desgracia, el problema de la adecuación no se presenta
«historia» de la fuente es posible proceder ya a su observación. Exami como mera posibilidad y necesidad de opción entre unos tipos de fuen
nanda adecuadamente una fuente, puede pasarse a su análisis interno. tes u otras. Raro es, o poco exigente, el investigador que se encuentra
Este tipo de análisis será más claro y ordenado si se guardan precaucio satisfecho de sus fuentes. Pasado un cierto umbral elemental de ade
nes para que el análisis clasifique la fuente en cuanto al tipo de informa cuación es decir, descartando la absoluta disparidad entre la informa
ciones que es capaz de ofrecer. La crítica utiliza, pues, unos medios ción, por ejemplo, extraible de una contabilidad y la pregunta por las cre
propiamente técnicos y otros de análisis histórico. El tipo de fuentes ante encias religiosas del contable... las fuentes pueden responder a diverso
las que nos hallemos harán prevalecer unos procedimientos sobre otros. género de preguntas y dar respuestas a ellas directas o indirectas de
Bien críticas textuales, bien análisis complejos arqueológicos con ayuda ahí la clasificación de ese tipo que hemos hecho.
de técnicas auxiliares, valoración de fondos archivísticos, valoración de El problema de la adecuación es más bien el que se relaciona con la ne
testimonios orales, etc. cesaria «cantidad de información» para poder decir que un problema es
resoluble y de la necesaria «variedad de la información» que permita dar
La adecuación. El análisis de la adecuación es ya una tarea de mayores generalidad a las respuestas. Las fuentes son adecuadas cuando, pasa
contenidos teóricos que técnicos, según hemos dicho, pero que forma do ese umbral mínimo a que aludimos de relación entre lo que se pre
parte del proceso de evaluación de las fuentes. En el terreno práctico, tende preguntar y a qué o quién se le pregunta, hay de ellas suficiente
de forma absoluta, el diseño de una investigación puede provenir de la cantidad y variedad formal y de contenidos y cuando han superado
definición, o el intento de ello, de un problema para cuya resolución, en una suficiente evaluación de su fiabilidad.
principio, carecemos de fuentes de información, o puede provenir tam
bién de todo lo contrario: del hallazgo de nuevas fuentes aplicables al Una evaluación de la adecuación requeriría, pues, prestar atención a
estudio de problemas ya conocidos y definidos o, incluso, del hallazgo cuestiones como:
de documentaciones de cualquier tipo de cuya exploración primaria se
deduce que pueden ser aplicadas al estudio de alguna cuestión nueva o Demanda de información:
ya planteada anteriormente. Establecimiento de los tipos de documentos requeridos se
Ninguna cosa como el origen de una investigación social e histórica se gún criterios taxonómicos explícitos.
presta tanto a la presencia de una casuística variadísima que depende Cantidad de información precisa.
de multitud de factores: estado de los conocimientos, interés intelectual Variedad de los soportes y los contenidos.
Recopilación documental:
Acopio exhaustivo de fuentes.
Búsqueda de fuentes contrastables y comparables.
Posibilidades de análisis de tales fuentes.
Selección:
Jerarquización de las fuentes.
Confrontación con las primeras presuposiciones.
Nuevas búsquedas en función del resultado de las confronta
ciones.
únicamente informativa, de las técnicas de investigación que el historia
9 MÉTODO Y TÉCNICAS EN LA INVESTIGACIÓN HISTÓRI dor tiene hoy a su disposición. Y ello se intenta hacer desde dos puntos
CA de vista. Primero, diferenciando las técnicas por su carácter u orienta
ción global o por el tipo de instrumentos que emplean. Siempre dentro
del contexto de las técnicas de investigación que las ciencias sociales
Dicho con brevedad, teóricamente el individuo es un
aplican no todas posibles para el historiador puede distinguirse entre
postulado: metodológicamente, el individuo es una uni
dad de medida. las cualitativas y las cuantitativas, entre las generalizantes y las indivi
Amos H. HAWLEY, Teoría de la ecología humana dualizantes. Segundo, distinguiéndolas por la instrumentación que ha
cen de los medios de trabajo; desde ese punto de vista, podemos hablar
No sabemos que hasta este momento exista libro alguno con un titulo de técnicas archivísticas, estadísticas, informáticas, etc.
semejante a «Técnicas de trabajo en investigación histórica»1. Salvo al En el estado actual de la enseñanza del método y las técnicas del histo
gunos libros especializados dedicados al empleo de la estadística, los li riador es prácticamente imposible exponer materia alguna sobre técni
bros de archivística y ciertos tratados que se ocupan de alguna de las cas de investigación con excepción quizás de la archivística, donde no
que se llaman ahora de forma tan bárbara como inconcluyente «ciencias sea obligado recurrir a manuales, recopilaciones y libros básicos pensa
y técnicas historiográficas» paleografía, epigrafía, diplomática, numis dos para otras ciencias sociales, la sociología especialmente. La penuria
mática, etc., además de lo referido a las fuentes orales, la formación de publicaciones de esta índole y la antigüedad o superficialidad de al
historiográfica carece de esas abundantes publicaciones sobre «técni guna de las existentes hace que no haya otra solución. Ello no es grave
cas de investigación» de las que disponen otras disciplinas. Y no parece en cuanto que muchas de las técnicas de la investigación social son per
fácil que este vacío se colme en poco tiempo. En todo caso, lo que aquí fectamente aplicables en la investigación histórica, según veremos. Pe
se ofrece, a modo de colofón, no es mucho más que una introducción al ro, en todo caso, y este es el problema central, es evidente que las téc
asunto. nicas de investigación no pueden enseñarse con su descripción, sino
Como hemos advertido antes, la presente obra no se propone analizar obligatoriamente con su práctica. Una razón más para no conceder a lo
en detalle y mostrar el desarrollo de las técnicas de investigación que que sigue sino un mero carácter orientativo.
pueda emplear el historiador. Carecemos, sin duda, de textos adecua Cuando hablamos de técnicas de investigación es obligado no olvidar la
dos de ese tipo, pero para el tratamiento de la materia se necesita por relación estrecha, necesaria e insustituible, que liga siempre en una dis
su extensión hoy de volúmenes específicos que el presente libro no es. ciplina la teoría, el método y las técnicas. Por ello, rara vez se habla de
Lo que este capítulo final ofrece, pues, es una idea muy somera, casi técnicas de investigación sin establecer primero esa clara jerarquización
entre lo conceptual, los presupuestos del método y las habilidades de
1
Un libro, por ejemplo, como el ya citado de G. Thuillier y J. Tulard, Cómo preparar un las técnicas.
trabajo de historia (métodos y técnicas), Oikos-Tau, Barcelona, 1989, traducción del
original francés de la colección «Que sais-je?», es del tipo de los que difícilmente
pueden ser tenidos por una obra como las que echamos en falta. Se compone de un 1. LAS TÉCNICAS CUALITATIVAS
conjunto de consejos, en general elementales y ridículos (sobre cómo fotocopiar, por
ejemplo, p. 78), que no describen técnica alguna y que parecen dar por buena la
absoluta desprofesionalización técnica del trabajo del historiador. Por desgracia, Tradicionalmente la historiografía apenas ha empleado para su trabajo
tampoco responde a esas características tan excelente libro como el clásico de C. otra cosa que técnicas de crítica y análisis cualitativas. En principio, po
Cardoso y H. Pérez Brignoli, Los métodos, orientado a la historia demográfica,
económica y social, y cuya disposición de la materia es algo caótica. dríamos decir que técnicas cualitativas serían aquellas que no aspiran a
medir en la construcción de los datos. Su aspiración es, por tanto, la de
clasificar, tipologizar, reunir los datos, pues, en función de su cualidad, Las técnicas no son sino las operaciones que el investigador realiza pa
de su carácter lo que necesariamente exige primero del investigador ra transformar los hechos en datos. Las técnicas son el punto de engar
una tarea de conceptualización, clasificando fenómenos con arreglo a ce entre la realidad empírica que es objeto de la observación y la con
informaciones verbales o verbalizando las informaciones numéricas. Las versión de ésta en un cuerpo articulado de evidencias para demostrar
técnicas cualitativas acaban siempre en informaciones verbales. una hipótesis. Mediante las técnicas, los contenidos temáticos de los le
El análisis cualitativo describe unas variables en un proceso, pero no las gajos de un archivo, pongamos por caso, se convierten en tablas de va
mide, no se preocupa de, o no alcanza a, contabilizar numéricamente lores de precios, en listas de represaliados, en índices de la evolución
los valores que esas variables adquieren, aunque puede establecer que de un fenómeno, etc. Antes de eso, es evidente también que nada pue
hay cambios de valor. Sin embargo, las viejas técnicas cualitativas que de convertirse en estas cosas si no existe el diseño de una investigación
se limitaban a «reunir» informaciones por la analogía entre ellas, que y, es más, si no existe una concepción del historiador de lo que entiende
eran una mera recopilación de datos iguales, han sido muy superadas por «sociedad» y por «historia de la sociedad». Pero de ello hemos ha
hoy por técnicas que pueden analizar el discurso verbal de las fuentes, blado ya.
con arreglo a la estructura de su contenido, que pueden analizar el esta Las técnicas se componen de un conjunto de reglas comprobadas y re
do de la lengua o el uso de determinadas palabras, que pueden aplicar petidas, redundantes, que están subordinadas siempre a los principios
modelos verbales a una descripción de la información. Podría decirse, metodológicos. Las técnicas son el elemento clave en la construcción de
incluso, que las técnicas que persiguen una discriminación cualitativa los datos. Los datos son hechos estructurados conceptualmente; no son
entre los datos, sin medida, pueden estar en alguna manera «matemati el mero resultado de la observación, sino «observaciones registradas»2.
zadas». La informática puede ser una vía para ello. Hay mucha diferen Las técnicas son «operaciones de campo» y, por lo demás, acostum
cia entre técnicas cualitativas tradicionales y las más sofisticadas de la bran a cambiar con frecuencia en función del progreso de las tecnologí
actualidad: análisis filológico, modelos verbales, análisis de contenidos, as. Existe un método, pongamos por caso, sociológico o psicológico o
etc. Pueden existir técnicas cualitativas aun empleando la matematiza historiográfico. Ellos son peculiares de las disciplinas que los aplican.
ción como ayuda en algún momento del proceso. Aun así, no hay obstáculo para que la sociología aplique en ocasiones
Las técnicas de análisis cuantitativo son muy posteriores a las del análi elementos del método psicológico. Y aún hay menos obstáculo, por el
sis cualitativo. La cuantificación fue entendida en sus orígenes como contrario es más bien una constante, que muchas disciplinas apliquen
una forma de controlar toda la carga subjetiva que el tratamiento de los en algún momento un método histórico. Con las técnicas ocurre esto en
fenómenos sociales comporta siempre para el investigador. La aplica mayor medida. La encuesta de campo o el cuestionario a que se somete
ción de las técnicas matemáticas al análisis de los fenómenos sociales la documentación, el análisis de textos, la estadística ejemplos todos
es antigua, pero el hecho es que en el transcurso del tiempo ciertas ellos de técnicas pueden ser aplicados por muy diversas ciencias. Esas
ciencias sociales, como la economía, se han dotado de un aparato ma reglas a las que llamamos técnicas son, en principio, intercambiables
temático que las ha transformado completamente. La clave de la cuanti entre diversos métodos.
ficación ha estado siempre en la medición numérica de los valores de Sólo las concepciones metodológicas rigurosas y bien establecidas pue
las variables. den engendrar técnicas de trabajo empírico igualmente eficaces y pro
La regla de oro de toda exploración documental de archivo es, sin duda, La documentación hemerográfica y bibliográfica tiene, a su vez, sus pro
la de que la búsqueda y la explotación de la documentación ha de ha pios condicionamientos. Por lo pronto es preciso señalar que toda inves
cerse desde una buena planificación de la investigación que es la única tigación en cualquier ciencia social y, por tanto, en historiografía, es im
que permite optimizar el trabajo desde puntos de vista de imprescindible posible de llevar a buen término sin un correcto y suficiente apoyo biblio
observación: gráfico. Es decir, sin la consulta del aparato preciso de la bibliografía
científica sobre un determinando tema, a la cual es posible tener acceso
posibilitar búsquedas exhaustivas; a través de repertorios variados, catálogos de bibliotecas, bases biblio
permitir la reorientación de la búsqueda; gráficas informatizadas, etc.8 No es posible definir un proyecto de inves
producir una agrupación correcta de las informaciones; tigación o planificar su estrategia sin un conocimiento, exhaustivo hasta
facilitar un claro control de las «lagunas» de la información. donde sea posible, del estado de la cuestión científica en un determina
do campo temático y en un determinado momento. La bibliografía exis
La técnica de exploración documental tiene como punto clave no sólo la tente sobre un tema es no sólo la primera y fundamental fuente de infor
lectura correcta de las documentaciones halladas, es decir, la extracción mación, cuya consulta puede tener, justamente, el resultado de descu
de información primaria, información factual de cualquier tipo, bien de brimos que un determinado tema o no ha sido tratado o lo ha sido insufi
expedientes administrativos, correspondencia, contabilidad o cualquier cientemente, sino que la bibliografía existente y la que se va producien
otro tipo de documentos sino, sobre todo, el trasvase de las informacio do es siempre un imprescindible control para el proceso de investigación
nes obtenidas al aparato de «organización de la información». El investi propio. «Descubrir el Mediterráneo» es, como se dice en la jerga propia
gador construye tipologías en función de su proyecto y sus formas de de la investigación, la consecuencia de no conocer suficientemente el
trabajo: ficheros de contenido, base de datos, recopilación de citas, etc. estado de un tema científico.
La «lectura» de un documento, contra lo que pueda parecer, no es cosa
fácil7. Un investigador no puede leer sin más un documento para captar
su sentido superficial, sino que su lectura tiene que estar orientada, y de 8
Véase J. Mª. Sánchez Nistal, «Problemas y soluciones para la búsqueda de información
bibliográfica en la investigación histórica», en M. Montanari, E. Fernández de Pinedo et
al., Problemas actuales de la historia, Universidad de Salamanca, Salamanca, 1993, pp.
7
M. Duverger, Métodos, pp. 151 y ss. 9-18.
Los libros, folletos y otras publicaciones de imprenta no periódicas, o, en cimiento de la importancia de las fuentes visuales10 o iconográficas, so
su caso, las documentaciones escritas en otros soportes y formas, tales noras, informáticas, etc., que en el futuro llegarán a adquirir probable
como manuscritos, papiros, inscripciones, etc., constituyen un campo mente mayor importancia que los textos escritos que hoy soportan la
esencial y muy tipificado de la documentación de cualquier investigación mayor parte de las manifestaciones culturales.
historiográfica sobre cualquier época. Los progresos de la documenta
ción archivística y de la observación directa en modo alguno han invali Lenguaje y discurso
dado el hecho de que la construcción histórica sigue basándose también
sobre relatos antiguos, relatos de época, trabajos historiográficos ante En la actualidad no basta al progreso técnico de la investigación históri
riores, libros de memorias, ensayos y toda la bibliografía utilizable para ca con la mera lectura temática de las fuentes escritas. El progreso de
obtener evidencias empíricas sobre un periodo o un problema. las técnicas cualitativas marcha, evidentemente, en la dirección de que
La documentación hemerográfica nos coloca ante uno de los conjuntos aquello que hemos llamado informaciones primarias, es decir, lo que se
documentales de mayor interés hoy en la investigación de la historia en obtiene de información «directa» a través de la lectura del contenido de
todo Occidente desde el siglo XVIII. La prensa ha sido la fuente de co un texto, vaya siendo progresivamente más elaborado por técnicas com
municación pública de mayor importancia desde ese siglo y que ha ido plejas que permitan organizar conjuntos de datos por el estudio de codi
adquiriéndola cada vez más a medida que nos acercamos a la época re ficaciones menos aparentes que el texto contiene también: la lengua, la
ciente. Para las investigaciones en la historia política, cultural, social, la semiótica, la semántica de un texto pueden aportarnos contenidos «sub
prensa es una fuente imprescindible. Pero los problemas de crítica fon yacentes», ocultos, que la mera lectura primaria no descubre. Es por
tal de la prensa son de bastante envergadura9. Las informaciones de ello importante que el historiador que trabaja sobre fuentes escritas de
prensa necesitan una estricta y profunda depuración con arreglo a técni carácter textual esté impuesto en las técnicas muy diversas de los análi
cas que hoy adquieren un alto grado de sofisticación. La importancia de sis de las codificaciones ocultas de los textos que practican otras disci
la prensa es tal que por sí misma constituye, incluso, un campo de estu plinas. Aunque se trata de una especialización laboriosa.
dios historiográfico preciso historia de la prensa o del periodismo, ade Naturalmente, estamos hablando aquí de las técnicas de trabajo en el
más de su uso como fuente para otras muchas sectorializaciones. análisis de los textos fontales para la historia en una posición teórica
En definitiva, hoy por hoy, a fines del siglo XX, la documentación escrita, bien lejana de lo que significan las corrientes postmodernas y, especial
que además de la de archivo y la hemerográfica comprende los amplios mente, deconstruccionistas, a lo Jacques Derrida, que hacen problemá
géneros de las «publicaciones oficiales» de las administraciones públi tica la noción misma de fuente textual, por cuanto se niega el «carácter
cas, de las empresas e instituciones de todo tipo censos, anuarios, in referencial» del texto, cosa que ya hemos comentado anteriormente. La
formes, estadísticas de muy variados tipos, etc., es la predominante en posibilidad de que un texto no pueda ser tomado como
el aparato informativo del historiador. Las técnicas de investigación fun «representación» de una realidad, que es el caso propuesto por el es
damentales se dirigen hoy, pues, primordialmente, al trabajo con docu tructuralismo de Derrida, que no se entienda como algo más que una
mentación escrita. Pero aparecen ya claras las tendencias hacia el cre codificación cerrada en sí misma que debe ser descodificada sin refe
9 10
Entre las obras básicas para iniciar el estudio de los problemas críticos de la prensa Existe hoy en este sentido la incógnita de que todavía no se conoce bien la
como fuente histórica véase B. Barrère, J. F. Botrel, G. Brey et al., Metodología de la perdurabilidad de los soportes de almacenamiento de información tales como cintas
historia de la prensa española, Siglo XXI, Madrid, 1982. magnéticas de audio o vídeo, disquetes de ordenador y demás.
rente externo, destruye la idea misma de fuente histórica escrita11. No es El análisis de contenido
esta nuestra posición12.
El recurso habitual a los procedimientos filológicos, estado de la lengua, Las técnicas que permiten obtener información adicional de los docu
uso selectivo de palabras, estudios etimológicos, variaciones semánti mentos escritos a través del análisis de sus codificaciones internas las
cas, es acompañado hoy de recursos semióticos, de referencias a los podemos llamar en general técnicas de análisis de contenido, pero este
medios que el emisor del mensaje tiene para producir sentido, al uso del sistema de trabajo admite diversos niveles y objetivos. Pueden hacerse
lenguaje metafórico, o a la distribución del discurso en relación con los estudios del vocabulario de forma cuantitativa, de la semántica, de las
momentos sucesivos de un proceso de comunicación. Los principios de formas de expresión y todo ello admite y, posiblemente, hace recomen
la teoría de la comunicación, como la de Habermas, o de inferencia her dable, el estudio comparativo. Por otra parte, el análisis sistemático de
menéutica, como la de Gadamer, son hoy elementos muy útiles en el un texto desde el punto de vista de su lengua, de su semántica o sinta
análisis de la información histórica desde el punto de vista del lenguaje. xis, de su «mensaje», necesita ya de la aplicación de ciertas técnicas
En todo caso, el recurso al estudio del lenguaje como elemento de cap numéricas: contar tipos de palabras, por ejemplo, clasificar tipos de ora
tación de lo histórico no es reciente, sino que tiene cierta tradición. La fi ciones o de frases, analizar frecuencias de aparición de ciertas formas o
lología y la historia han colaborado desde antiguo. Un libro pionero en ciertas asociaciones de palabras y de ideas, etc.
ese tema fue el de Regine Robin13. El análisis del lenguaje es un primer
método de aproximación pero en el que cierta epistemología ve más una El análisis de contenido (AC) es una técnica antigua, pero desarrollada
cárcel que un progreso. El estudio de la lengua en relación con los pro hoy sobre bases mucho más sofisticadas, que resulta esencial en el
cesos históricos se ha ampliado también hacia el análisis propiamente li análisis cualitativo de datos. Se trata de una técnica basada en el análi
terario del «discurso» histórico, en lo que una tradición americana repre sis del lenguaje, pero cuyo objetivo no es conocer éste en sí mismo sino
sentada por Hayden White, Dominick La Capra, Louis O. Mink, o el ma «inferir» alguna otra realidad distinta a través de él. El AC empezó como
gisterio de P. Ricoeur, han tenido una influencia decisiva. Pero se trata análisis de la propaganda y del lenguaje político15. El AC fue definido por
de un asunto que va mucho más allá de las técnicas de análisis históri B. Berelson como «una técnica de investigación para la descripción ob
co. En este sentido técnico, es más importante el estudio de la aparición jetiva, sistemática y cuantitativa del contenido manifiesto de la comuni
del «hecho lingüístico» como hecho histórico14. Los cambios sociales cación»16. Una definición más completa hoy es la que establece que es
son también cambios de lenguaje. El lenguaje adquiere su genuina for «un conjunto de técnicas de análisis de las comunicaciones17 tendente a
ma en el concepto y, como estableció Wittgenstein, es una representa obtener indicadores (cuantitativos o no) por procedimientos sistemáticos
ción del mundo que dice casi todo sobre una época. y objetivos de descripción del contenido de los mensajes, permitiendo la
inferencia de conocimientos relativos a las condiciones de producción/
recepción (variables inferidas) de estos mensajes»18.
11
Véase G. M. Spiegel, History, Historicism, and The Social Logic of the Text, pp. 59 y
15
ss. L. Bardin, Análisis de contenido, Akal, Madrid, 1986, p. 11.
12 16
Que, naturalmente, se encuentra más cercana de la que expone E. Moradiellos, Citado en Bardin, op. cit., p. 13. Esa obra clásica de B. Berelson de la que parte esta
«Últimas corrientes en historia», Historia social, 16 (1993), pp. 97 y ss. Los textos son técnica moderna es Content Analysis in Communication Research, The Free Press,
«representaciones». Nueva York, 1952.
13 17
R. Robin, Histoire et Linguistique, Armand Colin, París, 1973. Se entiende que cualquier tipo de «comunicaciones» verbales, no se refiere a las
14 comunicaciones electrónicas ni a los medios de comunicación.
P. Achard et al., dirs., Histoire et Linguistique, Maison des Sciences de l'Homme,
18
París, 1984 L. Bardin, op. cit., p. 32.
El AC se aplica a documentos de interés cualitativo desde luego, pero él oraciones, párrafos; el establecimiento de categorías de clasificación, es
mismo puede tener una orientación cualitativa o cuantitativa. Puede in decir, crear unas unidades básicas de codificación. Una vez que se tie
tentar hacer ostensible alguna cualidad del mensaje, su capacidad de nen claras las unidades a analizar palabras, frases, documentos norma
persuasión o su intención política, por ejemplo, o puede pretender con lizados (cartas, pasquines, imágenes simples, etc.) puede emprenderse
tar la aparición de palabras para ver el estado de la lengua. En este sen un doble tipo de análisis: categorial y estructural.
tido, el AC es una parte de lo que Duverger llamó «semántica cuantitati El análisis categorial es el que descompone y distribuye un texto en
va»19. En los años posteriores a 1960 el AC progresó en función de la esas categorías, en grupos de características homogéneas, morfológi
aplicación del ordenador, del estudio de la comunicación no verbal y de cas o de otro tipo: los adjetivos, los tipos de oraciones, los significantes
la mayor precisión aplicada al análisis. políticos, etc. El trabajo fundamental es el establecimiento de esas cate
Las técnicas del AC son siempre muy abiertas. Se ha dicho que es pre gorías en función de lo que se pretende investigar y atendiendo a nor
ciso inventarlas cada vez que se emplean. mas técnicas y lógicas precisas. Las categorías han de ser objetivas,
El AC tiene unos patrones descriptibles en pocas palabras. Se puede homogéneas, excluyentes entre sí, exhaustivas y pertinentes20. «El aná
entender brevemente su carácter a través de cuatro características lisis vale lo que valen las categorías previamente definidas.» Las cate
esenciales: gorías clasificatorias pueden referirse a materia (temática), forma (decla
rativa, promocional, etc.), apreciación (valorativa), etc.
• campo El análisis estructural es el que establece no una clasificación en cate
• procedimiento analítico gorías sino el que profundiza en la organización de ellas, las característi
• Objetivo de inferencia cas de sus relaciones cuántas veces aparece una determinada relación
• relación con la lingüística de palabras, por ejemplo, la situación de los elementos en un todo y de
más. El análisis estructural supone el categorial y lo profundiza.
Campo. El campo de aplicación del análisis de contenido no deja fuera El análisis de contenido puede realizarse, naturalmente, a diversos nive
nada que sean sistemas de intercomunicación por medio del lenguaje: les. Cuanto más minuciosa es la base categorial, es decir, son más las
textos escritos de todo tipo, discursos orales recogidos en algún soporte, «unidades de análisis», y el criterio de división del texto empleado es
etc. Y ese es uno de sus principales problemas, puesto que es aplicable más desagregante el análisis será más completo, complejo y más rico
también a la comunicación no verbal, de donde se deriva la dificultad de en posibilidades. Una cosa es analizar al nivel de las palabras y otra al
una sistematización fija de las técnicas de análisis. nivel de frases, párrafos o temas. Más o menos también puede emplear
Análisis sistemático. Es el momento clave de esta técnica. La técnica del se un aparato numérico o estadístico.
AC es difícil de definir a partir de su campo, por lo que sus procedimien Inferencia. La cuestión fundamental en la técnica del AC, como en cual
tos de análisis resultan más delimitativos. Hay varias formas de sistema quier otra, es que persigue un objetivo más allá de la propia manipula
tizar la forma de proceder de un AC. El análisis de un texto, de un dis ción de lo real. El análisis interno de un texto o de cualquier otra estruc
curso, empieza siempre en una descripción de él, pero ello es una cues tura que pueda descomponerse en elementos no pretende quedar en sí
tión meramente introductoria. Naturalmente, las operaciones parten de mismo sino que mediante esa técnica se pretende hacer una inferencia,
la división de un texto en unidades previamente designadas: palabras, es decir, averiguar otras cosas que la observación primaria de los datos
19
Duverger, op. cit., p. 165. E. Ander-Egg, Técnicas de investigación social, El Ateneo,
20
México, 1993, habla también de una «semántica diferencial», pp. 339 y ss. lbidem, p. 27.
no nos dice en sí misma. Así, el AC «identifica y describe de una mane Un ejemplo característico del uso del análisis del discurso para desen
ra sistemática las propiedades lingüísticas de un texto con la finalidad de trañar el significado de determinadas situaciones históricas nos los dan
obtener conclusiones sobre las propiedades nolingüísticas de las perso sobre todo los trabajos sobre el análisis del discurso político emprendi
nas o los agregados sociales»21. Analizar el lenguaje de un documento dos por Antonio R. de las Heras y sus discípulos 23. Una de las técnicas
pretende averiguar cosas sobre quienes lo escribieron, sus intenciones, empleadas es la llamada de análisis de las regulaciones24, donde el indi
intereses, situación o importancia en un contexto social dado. La cues cador es el perfil del discurso. Por este procedimiento de análisis del dis
tión esencial es, pues, que el análisis de los documentos trata a éstos curso se puede entrar en el análisis del poder, de las estrategias y regu
como indicadores, como indicios o restos, de una realidad que se intuye laciones del antagonismo. El método empleado en los trabajos de la es
que es «hipotética» y que se quiere desvelar. cuela de A. R, de las Heras comprende siete regulaciones: sublimación,
Los libros de memorias, sometidos a AC, pueden ser un excelente ejem favor, desviación, miedo, culpabilidad, represión, expulsión 25. Son estra
plo de lo que queremos decir. El análisis del contenido lingüístico de un tegias para regular la relación orador/auditorio.
manifiesto político puede llevar a establecer su inautenticidad por no en La regulación de un discurso tiene dos momentos o elementos: perfil y
cajar su lenguaje en una serie bien conocida de textos políticos del tipo secuencia26. Pero, en realidad, estos elementos, a más alto nivel, pare
a los que aquél dice pertenecer22. Las inferencias pueden ser más o me cen más una estrategia de regulación de contradicciones que de relacio
nos amplias. Desde aquellas que se refieren sólo a personas muy liga nes de poder. El tratamiento del discurso político resulta esencial en
das al contenido de los documentos hasta el intento de reconstruir situa cierto tipo de historia, porque el «discurso político» es el canal funda
ciones sociales de mayor alcance. En la historiografía como en cualquier mental de comunicación entre el poder y la sociedad. El discurso político
otra disciplina se procede siempre a través de «restos documentales». es algo institucionalizado en la época contemporánea. Parece, sin em
En rigor, ninguna realidad presente o pasada nos está dada de inmedia bargo, que un problema básico de este análisis es el tener que estar
to: hay que inferirla. mezclando siempre interpretaciones formal/cuantitativas con las con
Lengua. Un AC tiene una estrecha relación con la lengua, pero no es un ceptual/cualitativas. Cada uno de esos sistemas no tiene traducción en
análisis de lenguaje sino de palabras. Lo que interesa es el contenido de el otro.
las palabras no el lenguaje en sí. Por ello el AC llega a ser «análisis del El perfil alude a la «cantidad», al nivel, en cada regulación. Jas siete re
discurso», un análisis semántico de lo que el emisor de un mensaje gulaciones definidas se pueden reducir a tres bloques teniendo en cuen
quiere realmente decir aunque parezca decir otra cosa. ta su fundamento teórico y el hecho de que se trata de regulaciones del
antagonismo. 1.° sublimaciónfavor; 2.° desviaciónmiedoculpabilidad;
El análisis del discurso 3.° represiónexpulsion. Es posible, en todo caso, que este tipo de trata
mientos puedan ponerse en contacto con otros de base dialéctica con la
21 teoría de los juegos.
R. Mayntz et al., op. cit., p. 198.
22 23
J. Aróstegui, «El Manifiesto de la "Federación de Realistas Puros" (1826). Contribución M. P. Díaz Barrado, Análisis del discurso político. Una aplicación metodológica, Editora
al estudio de los grupos políticos en el reinado de Fernando VII», en Estudios de Historia Regional de Extremadura, Mérida, 1989. Mª. P. Amador, Análisis de los discursos de
Contemporánea, Instituto «Jerónimo Zurita» del CSIC, Madrid, 1976, vol. II, pp. 119-185. Francisco Franco. Una aplicación metodológica, Universidad de Cáceres, Cáceres, 1987.
En este trabajo se pretendía demostrar que el Manifiesto aludido era una falsificación 24
M. P. Díaz Barrado, op. cit., p. 18.
liberal que quería hacerse pasar por realista o «apostólico» proclamando rey a Carlos 25
Sin duda, la teoría podría haber encontrado términos más precisos para expresar
Mana Isidro de Borbón, hermano de Fernando VII. El estudio de su lengua no deja
prácticamente lugar a dudas: su terminología no es la auténticamente realista de la esas connotaciones semánticas.
26
época y sus ideas tampoco. M. P. Díaz Barrado, op. cit., p. 32.
Las técnicas documentales que emplea la historiografía son, en líneas
generales más limitadas que las de aquellas otras disciplinas que pue
den «construir» en alguna manera su campo de observación, cosa que,
en principio, no parece posible en el estudio del pasado. ¿Es posible uti
lizar la técnica de la encuesta en historiografía? La respuesta obvia pa
rece ser la de que no. No es posible encuestar a documentos escritos;
otra cosa es la historia oral de la que hablamos después. No obstante,
¿es posible aplicar un cuestionario de preguntas a la documentación
histórica? Esa, desde luego, parece otra cuestión 28. La posibilidad de un
análisis extremadamente formalizado de una documentación histórica,
cualitativa o cuantitativamente hablando, depende del carácter mismo
de la fuente, antes aun que del objetivo de la investigación.
Precisamente, las documentaciones seriadas, de diverso tipo, son las
que permitirían la aplicación de técnicas de cuestionario y, si ello es pre
ciso, de muestreo29. La formalización de los datos, un tratamiento que
permita su organización estricta tabulación, su clasificación en categorí
as, su estricta seriación cronológica puede ser un objetivo deseable en
la investigación histórica si con ello «se pueden ver más cosas». Pero
estos trabajos, sobre todo con datos cualitativos, textos, expedientes
verbales jurídicos o de otro tipo, informes, etc., sólo están justificados
para su uso instrumental, no en sí mismos.
67
Variables, podríamos decir.
66 68
Esto se expone bien en el capítulo 2 de R. Floud, op. cit., pp. 31-42. R. Floud, op. cit., pp. 32-33.
den agruparse sino datos previamente homogeneizados. No hay posibi ce. Pero también constituyen esa tendencia central las variaciones que
lidad de cuantificación sino de datos «consistentes». se producen en torno al valor medio.
Tanto como las medidas de las medias, o valor medio, importan las de
El análisis estadístico de los datos: estadística descriptiva las variaciones más acusadas que se dan entre los valores extremos de
La estadística descriptiva es aquella parte de la técnica estadística, la los datos de un universo y el tipo de variaciones más frecuentes que se
primera, que empieza a determinar las relaciones que existen entre los dan entre los valores de toda la muestra. Es decir, las medidas de la
datos efectuando con ellos operaciones aritméticas. Las más sencillas dispersión. Una de ellas es la desviación media que consiste en sumar
de estas operaciones dejan conceptualizados ciertos tipos de relacio las diferencias de cada valor con respecto a la media valor que puede
nes. ser positivo o negativo y dividir esa suma por el número total de valores
La distribución de frecuencias es la primera de las operaciones. La dis (o sea, de casos); la varianza: fórmula que nos proporciona la suma de
tribución de frecuencias de los valores de una variable es el número de todas las desviaciones es decir, siempre el valor de una variable menos
veces que se repite cada valor, categoría u orden con que la variable se la media, con el signo que le corresponda elevadas al cuadrado y dividi
presenta. La distribución de frecuencias puede estudiarse con cualquier das por el número de valores también. La desviación estándar: la des
tipo de medición de datos: nominal, ordinal, intervalar o proporcional. viación estándar es la raíz cuadrada de la varianza. El coeficiente de va
Puede decirse también que es el número de veces que cada valor de riación es el grado en que dos variables difieren de sus medias respecti
una variable aparece en la serie de los valores de ella69. Existe también vas. El coeficiente de variación de un vector de números que son valo
la distribución de frecuencias porcentuales. La distribución de frecuen res de una variable es «la variación standard de ese vector expresada
cias acumuladas y distribución de frecuencias acumuladas porcentuales en tantos por cientos de su media aritmética».
son subtipos de las anteriores. Por supuesto, existen aún otros tipos de relación entre los valores de
Las clasificaciones encontradas, las tablas de contingencia y la repre una variable que expresan la «tendencia central» de ellos o sus «prome
sentación gráfica de todo ello son los artificios más habituales para em dios de dispersión». Si aquí no podemos, naturalmente, entrar en la for
pezar a adentrarse en la estructura interna de un determinado universo mulación matemática de todo ello, sería interesante que, al menos, pu
de datos. Con los promedios y las dispersiones empieza el proceso de diera quedar esbozado el sentido de la centralidad y de la dispersión de
lo que se llama medidas de la tendencia central que, como esa misma los datos que aporta una imagen de la variabilidad con que un fenómeno
apelación sugiere, son aquellas características del universo que pueden se presenta. En este caso estamos hablando del estudio de la variación
expresar de forma más directa y sencilla las características básicas, y en una sola variable. Es lo que se llama la «variación univariable».
las cifras, de la relación más elemental entre los valores.
Entre estas medidas de tendencia central están básicamente la media La correlación
aritmética, la mediana, la moda. Que son respectivamente el valor me Entramos, sin duda, en otro terreno del trabajo estadístico cuando de lo
dio de todos los datos, aquel valor que deja el mismo número de los de que se trata es de establecer la relación que existe entre dos variables y
más por encima que por debajo del suyo, y aquel que más veces apare los valores que toman o, en forma de técnicas más avanzadas y com
plejas, el análisis de las relaciones entre más de dos variables o «multi
variables». El interés que tiene el análisis de la relación entre las varia
69
Bien explicado todo ello en los dos primeros capítulos de M. García Ferrando, ciones de dos o más variables puede convencernos con facilidad de
Socioestadística, pp. 45-1 18. Y en R. Floud, op. cit., pp. 43 y ss., con mayor énfasis en
lo historiográfico. que, probablemente, la utilidad última en la investigación sociohistórica
del trabajo estadístico es el establecimiento de correlaciones entre varia so tener en cuenta que el establecimiento de una «correlación» en ma
bles. La correlación expresa de forma matemáticamente elaborada la nera alguna equivale al de una «causalidad»70.
idea sencilla de la forma en que dos variables toman valores cada una La importancia de las relaciones no visibles en primer análisis que la
de ellas en relación con los valores que toma la otra. técnica de la correlación puede descubrir no necesita ser ponderada. La
Se dice que dos variables están efectivamente correlacionadas cuando variación de la relación entre grados de riqueza y opinión política, entre
a determinados valores tomados por la una corresponden en la otra va formas de propiedad agraria y práctica religiosa u otras cualesquiera en
lores ligados a los de la primera dentro de un campo de variación fijo, tre dos variables significativas del comportamiento social, rastreada ade
cuya amplitud se puede determinar. La correlación puede ser más o me más a lo largo de series temporales71, es de importancia obvia en la ex
nos estrecha. Una correlación muy íntima establecería que en los valo plicación histórica.
res de dos variables hay una dependencia estrecha de los unos a los Lo propio y más habitual de la investigación histórica es precisamente la
otros. Una correlación menos fuerte nos daría una idea de una cierta re serie cronológica72. El estudio a lo largo del tiempo de la variación de
lación pero con mayores posibilidades de variabilidad. una determinada variable o fenómeno, o de una correlación entre varia
De esta forma, la correlación perfecta es la simbolizada por el número 1. bles, permite analizar el comportamiento pasado, pero es la única mane
A cada valor tomado por una variable correspondería en la otra uno de ra también de poder decir algo sobre las tendencias, las variaciones es
terminado y sólo uno. La correlación 0 indicaría que dos variables no es tacionales y las variaciones de dependencia temporal de unas variables
tán en absoluto ligadas. La expresión de una correlación positiva entre respecto a otras. Es evidente que ciertos procesos históricos pueden ex
variables discurrirá así entre 0 y l, y desde el valor 0,5 puede decirse plicarse mejor si se descubre que la aparición de una cierta característi
que una correlación es significativa. Puede haber una correlación nega ca o circunstancia en un momento lleva aparejada la aparición de otra, o
tiva: la que expresara qué valores no tomaría una variable al tomar la que determinados comportamientos están influenciados, con algún gra
otra unos determinados. La correlacción negativa se expresa con el sig do de correlación, por la presencia de otras realidades. Los ejemplos
no , y tendría valores de 0 a 1. De forma que en su conjunto total los aducibles de las relaciones que pueden ser estudiadas y más fácilmente
valores de una correlación entre variables van de 1 a l. La fórmula más explicadas a través del establecimiento de correlaciones son casi infini
sencilla de la correlación es la llamada r de Pearson que se expresa así: tos. Así, propiedad de la tierra y natalidad, voto electoral e intereses
donde x e y representan las desviaciones con respecto a la media en los económicos o ideológicos variados, afiliación a partidos políticos y situa
valores de cada variable. ción socioprofesional, depresión económica y revuelta política, etc.
La correlación más sencilla es la que se establece entre dos variables,
pero la verdadera complejidad se presenta cuando se pretende estable La formalización y la informatización
cer la variabilidad conjunta de más de dos variables, en el llamado análi
sis multivariable. La idea de la correlación se expresa también mediante Acerca de las ventajas y objetivos de la «formalización» de los datos
la técnica de la regresión de una variable sobre otra, de análisis de los con arreglo a algún patrón de clasificación hemos hablado ya algo. Po
valores que una variable toma para cada uno de otra, cosa que permite drían añadirse ciertos comentarios más sobre la importancia de la trans
ya un análisis de las relaciones causaefecto si se considera que una de 70
A. Alcaide Inchausti, C. Arenales y J. Rodríguez, Estadísitica (Introducción), UNED,
las variables opera independientemente variable independiente indu Madrid, 1989. Tema 11 «Regresión y correlación simple lineal».
ciendo que otra, la variable dependiente o función, adquiere valores es 71
Véase el análisis que de ese tipo de series hace R. Floud, capítulo 6.
trechamente relacionados con los que toma la primera. Si bien es preci 72
E. Ander-Egg, Técnicas, capítulo 24, «Las series cronológicas».
formación de conjuntos de datos complejos en otros más sencillos, me El equipo informático personal, o el que puede estar a disposición de un
diante técnicas de presentación, codificaciones, etc. Pero el sistema por investigador en seminarios, departamentos o centros de investigación,
excelencia de formalización de los datos de investigación es hoy la infor se compone de un hardware y un software, cuyo uso es comúnmente de
mática, acerca de la cual no podremos hacer aquí sino unos breves co fácil aprendizaje y cuya utilidad no necesita mayor ponderación. No pa
mentarios e indicaciones. rece preciso, ni podríamos hacerlo aquí, detenerse en consideraciones
La informática ha significado para la investigación social, como un míni sobre la entidad del equipo ni sobre sus programas. La bibliografía so
mo reflejo de su impacto en la investigación científica en general, una bre el material informático es también muy amplia75. La informática pone
novedad prácticamente decisiva desde la aparición de los primeros or al servicio del investigador una inmensa gama de ayudas que aquél
denadores comerciales en los años sesenta. Pero cuando puede empe puede perfectamente dosificar: desde el sencillo pero hoy potentísimo
zar a hablarse realmente de una «era informática» en el trabajo profe tratamiento de textos, a los más sofisticados programas de cálculo, dise
sional que aquí nos ocupa es en los años setenta con la aparición pri ño y simulación. Esta extraordinaria y flexible gama es una de las más
mero de los miniordenadores o equipos medios de computación cuya sorprendentes cualidades de la informática.
admisión de información se hacía mediante tarjetas perforadas y, a co En consecuencia, conviene advertir que la informática no es, en térmi
mienzos de la década de los ochenta, con la aparición más decisiva si nos precisos, una técnica de investigación. Aunque, incluso, se ha pre
cabe del microordenador u ordenador personal con monitor de vídeo y tendido que es más que eso una aproximación metodológica nueva y
microprocesadores, dando lugar a los equipos de sobremesa. distinta76. Lo correcto es entenderla más bien como un instrumento de
La era del ordenador personal ha cambiado de tal manera las aplicacio ayuda al conocimiento, de procesamiento de la información, que sirve
nes de la informática que la lectura de cualquier publicación sobre el uso como soporte posible de cualquier técnica de exploración. La informática
de la informática en las diversas ciencias sociales o en la historiografía es más una herramienta de trabajo y no una técnica específica. La infor
anterior a mediados de los años ochenta produce la impresión de estar matización puede ser puesta al servicio del almacenamiento y recupera
leyendo una «crónica de época»73. En menos prácticamente de una dé ción de la información, de la manipulación y organización de ésta con
cada el progreso de la informática ha sido tan espectacular y sigue arreglo a diseños de alta complejidad para todo tipo de operaciones es
siéndolo, que es muy difícil establecer nada sobre sus aplicaciones en tadísticas, por ejemplo, para la resolución de problemas matemáticos,
el futuro. Aunque puede hablarse de las aplicaciones en mayor escala, para la simulación de situaciones o de procesos, etc. La inmensa flexibi
tales como grandes bancos de datos, instalaciones en redes al servicio lidad de este instrumento hace presagiar que sus posibilidades son ina
de las comunicaciones científicas o del cálculo, etc., nuestras breves ob gotables.
servaciones se van a limitar aquí al uso por el historiador de la informáti ¿Qué ayuda puede prestar la informática al historiador en su trabajo es
ca personal74. pecífico? La respuesta a esta pregunta parece casi trivial: cualquier tipo
de ayuda. Desde la sencilla de un procesador de textos, a los problemas
73
Tal ocurre con el simpático tratadito de Edward Shorter, El historiador y los más complejos de tratamiento, ordenación y análisis de relaciones a in
ordenadores, Narcea, Madrid, 1977, cuya edición original fue de 1971. Al autor de estas
75
líneas le cabe la satisfacción de haber promovido la traducción de ese libro pionero, hoy Incluso de venta en kiosco existen numerosas publicaciones de introducción general
día ampliamente superado. a la informática, a los sistemas operativos, con especial referencia al más comúnmente
74 empleado, el MS-DOS, y a todo tipo de programas concretos.
Véase un revisión de publicaciones recientes sobre computación en la investigación
76
histórica en O. V. Burton, «Quantitative Methods for Historians. A Review Essay», M. Thaller, «The Need for a Theory of Historical Computing», en P. Denley, S. Fogelvik
Historical Methods, vol. 25, 4 (otoño de 1992), pp. 181-188. Todos los libros recientes y C. Harvey, History and Computing II, Manchester University Press, Manchester, 1989,
sobre métodos cuantitativos se refieren ampliamente a la informática. pp. 2-3.
mensa velocidad de grandes masas de información. Hace muchos años nómenos, de su evolución temporal o de relaciones entre ellos puede
que E. Le Roy Ladurie se atrevió a vaticinar, ya en 1968, que «l'historien también hacerse por otros muchos procedimientos de presentación, ta
de demain sera programmeur ou il ne sera plus»77. Las cosas no han ido les como histogramas, gráficos de sectores o «tarta», mientras que las
exactamente por ese camino, sino por uno aún de mayor singularidad frecuencias permiten el «polígono de frecuencias».
que la prevista por Le Roy Ladurie.
En efecto, hoy no es preciso que el historiador sea programador; le bas
ta con encargar que le programen según sus necesidades o con adquirir
el paquete de software adecuado. Son tales las masas de información
que el individuo tiene hoy a su disposición que se ha dicho que lo que se
hace ya es «navegar por los mares de la información» 78. La informática
es, en algún modo, una especie de brújula que hace posible una explo
ración del mundo de la información sin perderse en él.
CUADRO 15 Ejemplos de representaciones gráficas
Las técnicas de representación gráfica de los datos
Los medios informáticos actuales han permitido una facilidad y simplifi
La representación gráfica del conjunto de los datos cuantificables de una
cación en la confección de representaciones gráficas desconocidas an
investigación, de las relaciones entre ellos y de su evolución temporal,
tes. Ni que decir tiene, por lo demás, que las representaciones cartográ
es un recurso técnico no sólo expositivo, es decir, para la presentación
ficas de los fenómenos, cuando ello es posible, es otro de los grandes
de los datos, sino útil también en el proceso de la investigación, por lo
recursos explicativos y expositivos en los estudios históricos.
que puede ayudar a clarificar, de un golpe de vista, bastantes caracterís
ticas del universo de datos. Las representaciones gráficas tienen siem
pre como clave la construcción, en un sistema de coordenadas, de la
evolución de los valores de las variables. Las «curvas aritméticas» don
de los valores son representados en una escala aritmética son las más
sencillas; pero se pueden emplear también las escalas logarítmicas o
semilogarítmicas.
En historiografía, la representación de la evolución temporal de un deter
minando proceso, precios, votos, o cualquier otro, es la más habitual79.
El eje de abscisas de las coordenadas representa siempre el tiempo y el
de ordenadas los valores de la variable. La representación gráfica de fe
77
«El historiador de mañana será programador [de programas informáticos] o no será
ya nada.» E. Le Roy Ladurie, Le territoire, p. 14.
78
A. R. de las Heras, Navegar por la información, Fundesco, Madrid, 1991, p. 14.
79
Una detallada presentación de la construcción de curvas en historia económica en C.
Cardoso, op. cit., pp. 233-276.