Evo 1
Evo 1
Evo 1
La psicología evolutiva es una disciplina que estudia al sujeto desde su gestación hasta su
muerte, basándome en autores varios como Piaget, Freud, Winnicoth, rene Spitz, mariana
Carol entre otros.
(cognitivo según greco; adquiere una conducta, aprende la legalidad de los objetos, aprende la
estructura del pensamiento)
a) Direcciones del crecimiento céfalo caudal La cabeza del bebé entra en funciones
antes que las manos, y las manos pueden empezar a actuar antes que los pies.
Próximo distal Desde el centro hacia afuera.
b) DIFERENCIACIÓN: El desarrollo va de lo simple a lo complejo, de lo general a lo
específico. Al principio el bebé llora con todo su cuerpo, más tarde sus
movimientos se especializan más. Al principio sus reacciones de malestar son
siempre semejantes, luego se vuelven más específicas, de modo que es posible
reconocer distintos llantos para el hambre, el dolor.
c) SUBORDINACIÓN FUNCIONAL: Los elementos diferenciados pasan a formar
parte de una nueva organización, es decir, se verifica la subordinación de
funciones parciales a una función total emergente.
d) DISCONTINUIDAD DEL RITMO DE CRECIMIENTO y 5) CRECIMIENTO
ASINCRÓNICO: el cuerpo no crece en su totalidad al mismo paso, sino que
diferentes regiones y subsistemas se desarrollan con ritmos distintos y en
momentos distintos. El crecimiento es muy rápido en la primera infancia, pero
su ritmo se aminora durante los años preescolares y es relativamente lento
durante los años intermedios de la niñez. La adolescencia se caracteriza por
una nueva aceleración del crecimiento.
Reflejos arcaicos: Entre el conjunto de reflejos que trae el niño al nacer, estos son un grupo
resulta de particular importancia para su desarrollo, que aparecen muy temprano en la
maduración y que llamaremos “corticalizables”, porque después de un breve período de
automatismo pasarán a integrarse en esquemas de acción internacionales, no automáticos.
Esenciales para organizar la actividad de intercambio con el medio, que el lactante realiza en
las primeras semanas de vida, son al mismo tiempo los moldes sobre los que se estructurarán
los procesos del aprendizaje inicial del bebé. El niño nace, indefenso e incompleto y necesita
de la actividad de su madre no sólo para ejecutar sus reacciones reflejas sino para subsistir. Si
no se le introduce el pezón o la mamadera en la boca el niño no podrá alimentarse. Esta
estimulación actúa ofreciendo afecto y cuidado y poniendo en marcha las reacciones que
genéticamente trae impresas. Estas son respuestas automáticas a estímulos específicos que
permiten organizar la actividad de intercambio con el medio y facilitar la adaptación inicial. Los
reflejos arcaicos son de dos tipos: los corticalizables y los que se mantienen toda la vida en
niveles de control subcortical como los relativos a la respiración y circulación sanguínea.
Los grupos de reflejos que así evolucionan: los reflejos orales, los oculares, los reflejos de la
mano, los tónicos cervicales, y los reflejos extensores de apoyo, enderezamiento y marcha
automática. En grupo aparte colocaremos al reflejo de Moro y los reflejos de defensa.
Reflejos orales: Bajo esta denominación se incluye un conjunto de reflejos que tienen a la boca
y zona peri oral como órgano efector. Estos reflejos consolidan el acto alimentario.
Reflejo de succión: el bebé succionará cualquier cosa al alcance de su boca (pezón, tetina,
mano, dedo, chupete…). Hacia el sexto mes suele convertirse ya en un acto voluntario.
Reflejo de búsqueda: al acariciarle cerca de la comisura de los labios se gira hacia el lado que
le hayamos tocado y abre la boca. Le ayuda a encontrar el pezón o la tetina del biberón.
Cuando ya reconoce conscientemente su fuente de alimento (hacia el cuarto mes) se convierte
en una habilidad.
Reflejo del moro: es una reacción que tiene el R.N cuando tiene un sobre salto reacciona con
un gesto de abrazo: primero estira el cuello hacia atrás, abre los brazos hacia los lados y a
continuación los tiende hacia delante, comienza a desaparecer alrededor de 2 meses de edad.
Reflejo de prensión palmar: Cuando un objeto se coloca en la mano del niño y acaricia su
palma, los dedos se cierran y lo agarran con un agarre palmar, este puede ser capaz de
soportar el peso del niño, este reflejo aparece al nacer y desaparece aproximadamente a los
cuatro o cinco meses de edad. DESARROLLO DE LA PRENSIÓN: HACIA EL FINAL DEL 3ER MES
DESAPARECEN EL REFLEJO TÓNICO CERVICAL Y EL DE LA PRENSIÓN PALMAR. EL NIÑO DEJA DE
SER ASIMÉTRICO Y CESA EL AUTOMATISMO QUE MANTENÍA SUS MANOS TENSAS CERRADAS
SOBRE SÍ MISMAS O EN TORNO AL PRIMER OBJETO QUE ROZARA LAS PALMAS. AL COLOCAR
UN OBJETO EN LA PALMA DE UN LACTANTE DE ESA EDAD, ES HABITUAL QUE LO DEJE CAER SIN
MANIFESTAR HABER SENTIDO SU CONTACTO, SIN ORIENTAR HACIA ÉL LA MIRADA.
EN EL CURSO DEL 4º MES, EL INTERÉS POR SUS MANOS AUMENTA NOTABLEMENTE; PUEDE
OBSERVARLAS FRECUENTEMENTE CUANDO SE ENCUENTRAN EN LA LÍNEA MEDIA FRENTE A SU
TÓRAX, TANTO EN DECÚBITO DORSAL COMO VENTRAL. COMIENZA UN PERÍODO DE INTENSO
ENTRENAMIENTO. LA PERCEPCIÓN DE LOS MOVIMIENTOS DE FLEXIÓN Y EXTENSIÓN DE LOS
DEDOS Y LAS IMPRESIONES QUE RECIBE DE SUS MANOS A TRAVÉS DE SUS MÚLTIPLES
RECEPTORES TÁCTILES, ORALES (TACTO BUCAL), VISUALES, PROPIOCEPTIVOS, LE PERMITEN IR
MODELANDO LA MANO COMO HERRAMIENTA EFICAZ PARA EXPLORAR EL RESTO DEL CUERPO
Y MÁS TARDE EL ESPACIO QUE LO RODEA.
Reflejo de Babinski: este es un reflejo que implica la flexión plantar del pie, que mueve los
dedos de los pies lejos de la espinilla y los enrolla hacia abajo, Este reflejo es normal en niños
hasta los 2 años de edad. Desaparece a medida que el niño crece. Puede desaparecer ya a los
12 meses, Cuando el reflejo se presenta en un niño mayor de 2 años o en un adulto, con
frecuencia es un signo de un trastorno del sistema nervioso central. El sistema nervioso central
incluye el cerebro y la médula espinal.
Reflejo de marcha: Al sostenerlo por debajo de las axilas, y ponerlo en una superficie plana el
bebé intentarán caminar colocando un pie delante del otro. Este reflejo desaparece a las seis
semanas y aparecerá como un comportamiento voluntario alrededor de ocho meses a un año
de edad.
Reflejo tónico cervical: Cuando giramos la cabeza del niño hacia un lado, el brazo de ese lado
se endereza y el brazo opuesto se doblará, el niño tomará la postura de un esgrimista, este
reflejo está presente a un mes de edad y desaparece en alrededor de cuatro meses.
Reflejo de paracaidista: Este reflejo es observable cuando se toma al bebé por las axilas en
posición recta y se gira rápidamente, como si se lanzara sobre una superficie. La respuesta
motora consistirá en extender los brazos para impedir la caída. Aparece a partir de los 6 meses
y persistirá toda la vida.
Reflejo de galante: este reflejo consiste en acariciar la piel a lo largo del lado de la espalda de
un bebé, el bebé se moverá hacia el lado que se acarició, dicho reflejo está presente en el
nacimiento y se desvanece entre las edades de cuatro a seis meses, si el reflejo persiste
después de los seis meses de edad, es un signo de patología, Si el reflejo no está presente, el
niño puede experimentar hipersensibilidad en la espalda Esta incomodidad puede provocar
incluso problemas de concentración o atención en cualquier actividad que tenga que hacer
sentado, y provocar que tenga una mala memoria a corto plazo.
NES VOCALICAS.
o 8 MESES: REPITE SILABAS PARA SI MISMO COMO «PA-PA», «MA-MA», AUN SIN
SIGNIFICADO.
Según Piaget en el niño de esta edad predomina el juego de ejercicio, en el cual el niño usa y
conoce su cuerpo abarca de los 0 al 1 año de vida aproximadamente. Es la etapa
sensoreomotriz.
1 sensoreomotriz de 0 a 2 años
2 preoperacional de 2 a 7
3operatoreo de 7 a 12
4 de reglas de 12 en adelante
Función materna De ahí que la función maternal puede ejercerla, indistintamente, todo aquel
que tenga condiciones y disposición para hacerla. Cabe destacar según la autora Mariana Carol
esta ejerce 2 tipo de violencia la primaria y la secundaria
Durante esta etapa va a aparecer también lo que es denominado objeto transicional, para
hablar de el nos podemos basar en 2 autores ellos son:
Winnicot es ese objeto que no está ni en el niño ni en la madre, aquel que remite a un entre
dos, que surge a partir de un espacio entre el infans y su madre. El objeto es entendido como
la primera posesión no-yo. “ primer objeto material tomado como propio por el lactante, al
que no obstante este no reconoce como perteneciente a la realidad externa, aunque no forme
parte de su cuerpo propio” Es también la capacidad que tiene un niño de crear, imaginar,
inventar, concebir un objeto e instituir con él una relación de carácter afectuoso. La pauta de
los fenómenos transicionales empieza para Winnicott en un período variable que va desde los
cuatro a seis meses hasta los ocho a doce.
Es claro que la transicional dad no reside en el objeto mismo, sino en el uso que se hace de él,
y a esto le agrega la importancia de la realidad interior y exterior, en la estructuración y
organización del psiquismo infantil.
La relación con los objetos se realiza en una zona intermedia, entre la realidad psíquica y la
realidad externa, denominando “espacio transicional” a esta tercera zona. Ubicando un
espacio intermedio entre el mundo interno y el externo, entre lo subjetivo y lo objetivo; zona
que se encuentra entre el yo y no-yo y que articula la presencia y la ausencia materna
Spitz Las relaciones de objeto son entre sujeto y objeto. Neonato, quien se haya (durante los
primeros meses de vida) en un estado de indiferenciación por lo que no existe en él el
funcionamiento psíquico esperado en todo ser humano. Esta idea desemboca en que el
neonato es incapaz de definir al objeto y mucho menos establecer una relación de objeto con
el mismo. El supone 3 faces
1) Etapa sin objeto: coincide con la etapa del narcisismo primario del infante. Se
refiere a ella como una etapa de no diferenciación, ya que la percepción, las actividades y
las funciones del recién nacido no están del todo organizadas en unidades, salvo aquellas
actividades y zonas relacionadas con la tarea de nutrición, la circulación, la función
respiratoria y otras funciones vitales.
2) El precursor del objeto: La segunda etapa a la que Spitz llama El precursor del
objeto, enfatiza el hecho de que el rostro humano se convierte en un estímulo visual
privilegiado y distinguido de todos los demás estímulos circundantes. En el transcurso del
tercer mes, la madurez física y psicológica del infante le permitirán realizar su primera
respuesta psicológica ante el estímulo externo: la sonrisa ante el rostro humano.
Las relaciones de objeto llevan desde el surgimiento del preobjeto hasta dotar a la
madre de las cualidades del objeto libidinal. Ahora bien, cual es la consecuencia y la significación
del establecimiento de este preobjeto?
Es en esta etapa en que ocurre la transición entre la recepción y la percepción
propiamente dicha.
Transición del principio del placer - displacer, que exige su atención del estímulo que
viene de adentro, ahora se puede demorar esta demanda de manera que comienza a funcionar el
principio de realidad.
El hecho de que el niño pueda reconocer el rostro humano y sonreír ante él,
demuestra que hay rastros de recuerdos, lo que implica que en el aparato psíquico ha habido una
división (consciente, preconciente e inconsciente).
También demuestra que el niño es capaz de desplazar cargas catéxicas de una función
psicológica a otra, y de un rastro mnémico hacia otro.
Esto también representa una estructuración en la somatopsique, el ello y el yo se
separan el uno del otro y una vez establecido el yo rudimentario, comienza a funcionar
observándose en los actos dirigidos e intencionados que el niño empieza a realizar. Este yo estará
siempre al principio del dominio y la defensa.
Desarrolla lo que llama Spitz una función “integradora” que lleva a la transición de lo
somático y lo psicológico.
La función protectora de la barrera contra los estímulos ahora es consecuencia y
responsabilidad directa de este nuevo yo que surge.
También se va a observar un cambio en el infante de la pasividad hacia una actividad
dirigida en la etapa en que aparece la respuesta de sonrisa.
Por último establece que esta respuesta sonriente es la base y premisa para todas las
relaciones sociales que se establecerán posteriormente.
El establecimiento del objeto libidinal La tercera y última etapa es la llamada “el
establecimiento del objeto libidinal” Para comenzar a hablar de esta etapa Spitz introduce la
idea fundamental de la angustia del octavo mes que caracteriza un cambio decisivo en la
respuesta del infante hacia los otros. Ahora el infante distingue claramente entre el amigo y
el extraño y se produce en él una negativa de entrar en contacto con el desconocido;
negativa que el autor califica como un matiz más o menos pronunciado de angustia: “La
angustia del octavo mes” que es considerada como la primera manifestación de angustia
propiamente dicha.
Ante esto el autor se ve en la necesidad de distinguir en el primer año de vida tres etapas de
la angustia como tal:
1) La primera entra dentro de la reacción del infante ante el proceso del parto
2) Los afectos desagradables, están estructurados de tal manera que su reactivación se
enfoca en una conducta específica que podría ser de retraimiento que son
representados como “miedo” en relación a una respuesta desagradable por parte del
medio. Este es el segundo paso para el establecimiento de la angustia propiamente dicha
3) Spitz asegura que el niño realmente esta respondiendo a la ausencia de la madre. Si
reacciona ante un desconocido es porque realmente este no es su madre: su madre “lo
ha dejado”. Esta respuesta se da porque el rostro del desconocido no coincide con las
huellas mnémicas del rostro de la madre. El infante descubre que este nuevo rostro es
diferente y por lo tanto lo rechaza.
El dibujo los primeros trazos infantiles aparecen entre los 9 o 10 meses de edad, mientras que
Jean Piaget (1972), al realizar estudios desde la perspectiva psicogenética sobre los procesos
de Universidad Nacional de Tucumán Facultad de Psicología Ficha de Cátedra – Año 2012
Silvina Cohen IMac construcción del pensamiento de los niños, concluyó que durante el
período preparatorio de los 2 a los 7 años, el niño desarrolla la habilidad para dibujar. El
desarrollo de la motricidad fina se presenta entre el primer y el cuarto año, cuando los niños
aprenden a manipular los objetos y comienzan a desarrollar los músculos, y es a partir de esta
adquisición de habilidades que se pueden desarrollar otras más complejas. Según Piaget
(1972), el dibujo, o la imagen gráfica que produce, representa un esfuerzo en el niño por
acercarse e imitar la realidad y es considerado como un intermediario entre el juego y la
imagen mental, que se manifiesta alrededor de los 2 años.
Desarrollo de la prensión
3. La 3° etapa evolutiva del sujeto es la niñez: esta abarca desde los 1 años hasta
los 11 o 13 años aproximadamente, durante esta etapa el niño aprende a dominar su
entorno físico social y psicológico.
Durante esta etapa evolutiva del sujeto, según la concepción Piagetiana va a pasar por
varias etapas evolutivas, como así también de juego van a ir evolucionado ya que el niño
va a ir desarrolandose y va a tener mas posibilidades y facilidades físicas mentales y
psíquicas.
- Juegos con su propio cuerpo. - Juegos con su propio cuerpo y los objetos. - Juegos con su
propio cuerpo, con objetos y con los otros.
Durante los tres primeros años las actividades lúdicas variadas van a ayudar a adquirir
cierta capacidad visomotora (coordinación oculo-manual, que se debe a los efectos
conjugados entre la maduración y el ejercicio) y un control preciso de sus músculos.
Entre los 3 y 4 años los juegos motrices son variados y de gran ayuda en el desarrollo
psicomotriz infantil. Realiza construcciones de cubos en equilibrio y empieza a tener cierta
destreza en la coordinación visomotora jugando a apilar, juntar, encajar, hacer rodar,
mostrando además un gran interés por estas actividades. Entre los juegos que más se
realizan en estas edades encontramos los juegos de equilibrio con la carretilla o el triciclo,
juegos con pelota, juegos de correr, juegos de patear objetos o juegos de dar volteretas.
También empieza a dibujar y pintar con un carácter claramente lúdico.
Durante los 4 y 5 años mejoran en el salto, brinco, juegan a andar por diferentes
superficies, es decir, existe una mejora en la coordinación dinámica general o global y una
mejora en el equilibrio. También empiezan a realizar juegos organizados sencillos de
pelota y juegos de habilidad corporal (mejora en la percepción espacio-visual y la
coordinación óculo-motriz y óculo-manual). Empieza a realizar actividades en grupo,
donde comienzan a desarrollarse los juegos de imitación.
Hacia los 5 y 6 años perfecciona el encaje de las piezas y puzles, motivándole en un alto
grado todas aquellas actividades que supongan el clavar, atornillar, unir, montar, etc.
También aparecen los primeros juegos con reglas arbitrarias (5-7 años) como por ejemplo
dar dos pasos y dar una palmada.
De los 6 a los 8 años los juegos motores son generalmente colectivos, siendo frecuentes
los juegos reglados con la pelota, juegos de equilibrio, juegos de correr (pillar o policías y
ladrones). También aparecen los juegos de proezas como “a lanzar la pelota más lejos”, los
juegos de lucha y acrobacia, donde se empieza a relacionar estas actividades con la
competición (9 años).
J. Piaget (1959), propone una clasificación fundamentada en la estructura del juego, que
sigue estrechamente la evolución genética de los procesos cognoscitivos, distinguiendo el
juego del acto intelectual más por su finalidad que por su estructura, al señalar que el acto
intelectual siempre persigue una meta y que sin embargo el juego tiene su fin en sí mismo.
Según Piaget casi todos los comportamientos pueden convertirse en juego cuando se
repiten por “asimilación pura”, es decir, por puro placer funcional obteniendo el placer a
partir del dominio de las capacidades motoras y de experimentar en el mundo del tacto, la
vista, el sonido, etc. Este movimiento lúdico lo describe en distintos estadios
sensoriomotores:
- Estadio de los reflejos (0-1 mes): no considera juegos a los ejercicios de reflejo. - Estadio
de las reacciones circulares primarias (1-4 mes): estas reacciones circulares se continúan
en juegos, al repetir las acciones causales continuamente. - Estadio de las reacciones
circulares secundarias (4-8 mes): la acción sobre las cosas se torna en juego, y se
experimenta el placer funcional, el placer de “ser causa”, pues repite las acciones con
intencionalidad. - Estadio de coordinación de esquemas secundarios (8-12 meses): aplica
esquemas conocidos a situaciones nuevas susceptibles de ejecutarse por el placer de
actuar y al tener mayor movilidad podrá combinar diversas acciones lúdicas. - El estadio de
las reacciones circulares terciarias (12-18 meses): imita sistemáticamente, explora lo nuevo
y los juegos se convierten en tales.
- Apogeo del juego simbólico (2-4 años): a los 2 años el símbolo es muy egocéntrico, donde
comienza haciendo el “como si” de acciones que él habitualmente realiza, para trasladar
luego esta acción a otros objetos. Posteriormente empieza a hacer el “como si” de
acciones que realizan los adultos, para después trasladar esta acción al muñeco. A los 3
años el juego simbólico se enriquece y se impregna de gran imaginación, se construyen y
juegan escenas enteras y complejas. - Declinación del juego simbólico (4-7 años): el
símbolo se convierte en menos egocéntrico y se va transformando en la dirección de
representación imitativa de lo real, llegando a perder ese carácter de deformación, por la
necesidad de compartir el simbolismo con los compañeros y compañeras del juego, al
desarrollarse el juego simbólico colectivo.
Las reglas aparecen aproximadamente hacia los 4 o 5 años, pero es de los 7 a los 11 años
cuando se constituyen como fijas en el juego del participante. En estos juegos, la regla
supone unas relaciones sociales y una regularidad impuesta por el grupo, propiciada por
una mejora en el pensamiento reflexivo a la hora del razonamiento.
Según Guy Jacquie (1958), el juego sufre una evolución a lo largo del periodo infantil. Dicha
evolución viene caracterizada por la siguiente estructura de juegos agrupados por edades:
N los juegos quedan encuadrados bajo unas características generales propiciadas por el
desarrollo evolutivo del niño y niña, pero según otros autores, entre los que destacamos a Jean
Chatea (1973), un elemento fundamental para clasificar los distintos tipos de juego en el
periodo infantil es la regla y su aparición en el mundo del juego. Su clasificación queda
agrupada en: juegos no reglados y juegos reglados. Pero, antes de entrar en la clasificación de
Jean Chatea, es preciso detallar la importancia que Elkonin (1985) da a la regla en el juego.
Éste dice que de igual forma que el juego tiene un desarrollo evolutivo en el niño, el
acatamiento a la regla evoluciona en cuatro fases en el juego protagonizado. Estas cuatro fases
son entendidas como etapas concadenadas y dependientes de la marcha general del juego
protagonizado, siendo el nivel de acatamiento de la regla dependiente, de forma directa, de la
experiencia lúdica de los niños y las niñas.
1ª Fase: no hay reglas, ya que, de hecho, tampoco hay papel. En estos casos el niño y la niña se
rigen por impulsos directos o el deseo momentáneo.
2ª Fase: la regla aún no se manifiesta claramente, pero en los casos de conflicto vence ya el
deseo directo de actuar con el objeto.
3ª Fase: la regla entra claramente en función, pero aún no determina del todo la conducta y se
infringe el deseo súbito de hacer otra acción atractiva, deseo que aparece durante el juego o
debido a la propuesta del educador o educadora. Desde fuera tales infracciones suelen ser
advertidas por otros participantes en el juego.
4ª Fase: la conducta viene determinada por los papeles asumidos, en el seno de los cuales se
manifiesta claramente la regla de conducta.
B. J. Fratti en sus respectivas obras (1974, 1979 y 1982) centra su análisis de los juegos en la
importancia del comportamiento humano regulado a través de las actividades lúdicas. Los
juegos para el autor no sólo están supeditados a la actividad motora y la condición física, sino
también respecto a cómo se comporta la gente con respecto a: los valores morales y éticos
que determinan normas de conducta que se recogen en reglamentos más o menos
institucionalizados, la capacidad motriz que influye en el prestigio social, la interacción social
que proporcionan los juegos y respecto al cooperar y compartir las cargas afectivas y
sentimentales que en los juegos se manifiestan.
Los aprendizajes intelectuales por medio de experiencias de movimientos son la base para
Fratti en la clasificación de sus juegos. En palabras del autor “las actividades motrices se
motivan y pueden observarse enseguida, y que están invitando al niño a participar ofreciendo
al educador una rápida retroalimentación de la calidad de esfuerzo intelectual que ha
comprometido en las acciones
El aprendizaje por el juego motriz en la etapa infantil sus alumnos”. Así el autor clasifica los
juegos en torno a los siguientes apartados:
1. Juegos de memorización.
2. Juegos de categorización.
4. Juegos de evaluación.
Piaget concluyó que durante el período preparatorio de los 2 a los 7 años, el niño desarrolla la
habilidad para dibujar. El desarrollo de la motricidad fina se presenta entre el primer y el
cuarto año, cuando los niños aprenden a manipular los objetos y comienzan a desarrollar los
músculos, y es a partir de esta adquisición de habilidades que se pueden desarrollar otras más
complejas. Según Piaget (1972), el dibujo, o la imagen gráfica que produce, representa un
esfuerzo en el niño por acercarse e imitar la realidad y es considerado como un intermediario
entre el juego y la imagen mental, que se manifiesta alrededor de los 2 años.
las etapas de Lowenfeld (1972) ya que son las que más se acercan a la realidad local actual,
aunque se realizan algunas modificaciones y agregados, conforme a lo registrado a través del
quehacer profesional.
Período agráfico Se trata del periodo que va desde el nacimiento hasta los 18
meses o 2 años, y se caracteriza por la ausencia de la actividad gráfica.
1. Período del garabato (2 a 4 años) Se denomina así al período que abarca desde los 2 a los 4
años. Estos primeros trazos, denominados garabatos, no siempre efectuados sobre papel,
suelen realizarse a partir del año y medio y constituyen la primera expresión gráfica de lo que
más irán tomando progresivamente forma y contenido. Son los precursores del dibujo y la
escritura. Sus primeros contactos con el lápiz y el papel van a ser exploratorios y muy
condicionados por las limitaciones propias de su nivel de maduración visomotora y sus
habilidades personales. Al igual que los otros aspectos de su desarrollo, cada niño seguirá su
propio proceso, por lo que déficits a esta edad no son necesariamente indicadores o síntomas
de retraso futuro. La etapa del garabato ha sido clasificada por los autores en tres sub-
estadios (garabato desordenado, garabato ordenado y garabato con nombre). a. Garabato
desordenado: A los 18 meses, el pequeño comienza a expresarse gráficamente realizando sus
primeros garabatos. Estos primeros garabatos se caracterizan por ser grafismos sin intención ni
capacidad para representar formas, figuras u objetos. Su aparato neuromotor solo le permite
al niño mover todo el brazo y aún no posee coordinación ojo-mano. Son capaces de tomar un
objeto (tiza, lápiz, crayón) y realizar trazos en forma de garabatos, sin una forma definida,
como un intento de imitar el movimiento del adulto (la escritura). Es tal su deseo de imitación
que a veces se puede ver que usan el lápiz al revés, para imitar la escritura del adulto. Se
caracteriza por ser un movimiento impulsivo, rápido y sin control.
Por ello, sus trazos pueden ser indistintamente fuertes o débiles. No hay un reconocimiento
del papel como espacio o límite, por lo que puede dibujar en el piso, la mesa o las paredes
(Febbraio, 2002). b. Garabato ordenado: A los 20 meses, el codo comienza a funcionar
provocando la aparición de los garabatos de vaivén, denominados "barridos" y el pequeño no
observa aún lo que hace. Posteriormente el garabato se hace circular. A los 2 años y medio,
tiene un mayor control de la muñeca y del movimiento de pinza pudiendo realizar trazos
independientes. Sigue los movimientos de la mano con su mirada aunque el acto motor es
todavía independiente del acto visual. Le interesa sobre todo el placer que obtiene con el
movimiento. A esta edad el niño es capaz de dibujar círculos y combinarlo con líneas para crear
nuevas formas. Su trazo y presión se hacen más fuerte, debido al placer que otorga el dibujar.
Sus dibujos aún no tienen la forma de los objetos y figuras humanas que representa. Con
respecto al color, puede empezar a experimentar con diferentes colores, pero éste aún
desempeña un papel secundario en esta etapa. c. Garabato con nombre: A los 3 años, suele
comenzar a aparecer la coordinación óculo-manual y entra en juego la percepción. El niño mira
lo que dibuja y trata de controlar el movimiento de la mano. Tiene un mayor interés y atención
por sus obras. Empieza a no salirse del papel, respetando los límites del espacio. Combina los
colores llenando páginas enteras. Da nombre al dibujo que realiza, pero sólo después que lo
dibuja, y aún puede pasar que después de un tiempo el niño se olvide de lo que dijo. Esto
significa que el grafismo va tomando valor de signo, de representación de algo. Al principio no
hay relación o semejanza entre el dibujo y lo que dice que es, y poco a poco esta relación va
siendo mayor. La forma se perfila y podemos reconocer en el dibujo del niño el primer esbozo
de la figura humana, aunque sólo con cabeza y piernas. Esta primera representación o
esquema gráfico de sí mismo es de gran importancia para la estructuración del psiquismo en el
niño, y está vinculado a la construcción del esquema corporal y la imagen corporal.
Por ello, el este tema un capítulo aparte, que en el presente trabajo, se intentará sólo hacer
una reseña del concepto y de la evolución de la figura humana (para mayor profundidad, ver
Koppitz, 1995). El término imagen corporal fue acuñado por Paul Schilder (1958) -psiquiatra
vienés, contemporáneo a Sigmund Freud- para definir la idea, representación o imagen que del
propio cuerpo tiene cada sujeto, que se construye según la información que a través de él se
recibe. Entre los 2 y 3 años surgen los primeros ensayos gráficos, que se convierten entre los 4
y 5 años, en una verdadera representación (Hervás Anguita, 2006). Hasta los 5 años, los niños
dibujan la figura humana con un círculo, que representa la cabeza, y dos líneas verticales, que
representan las piernas. Así, el primer esquema identificable de un niño es habitualmente la
figura humana, que los especialistas mencionan utilizando el término “monigote” o
“renacuajo”, que suele aparecer a partir de los tres años. Otros objetos de interés para el niño
pueden ser graficados, tales como el auto, la casa, animales, aunque no pueda graficar la
forma real. Es frecuente la aparición del dibujo del “sol”, como un círculo y muchas rayas a su
alrededor para dar la forma de rayos. El gráfico puede tener ya una intención clara de
comunicar situaciones, personajes y emociones, pero principalmente a través de las formas. En
cuanto al color, si bien se empieza a interesar por utilizar diferentes colores en el dibujo, no
existe relación entre éste y el objeto que dibuja
Los colores que utiliza en esta etapa son elegidos de forma emocional por lo que el hecho de
utilizarlos supone una experiencia gratificante. En esta etapa el niño está más preocupado por
conseguir la semejanza de la forma que por representar otras cualidades de los objetos
(Hervás Anguita, 2006). En cuanto al tiempo que le dedican a esta actividad, no hay criterios
científicos estandarizados. Cuando el niño llega a la etapa de poner nombre a sus dibujos
puede mantenerse interesado durante 20 minutos. El mismo es quien decide cuándo ha
acabado su obra, y no entenderá su interrupción. A esta edad las figuras humanas y los
objetos se articulan dentro del papel, y el niño puede plasmarlas no sólo como formas
individuales sino formando parte de una escenificación, de una situación concreta. Si bien ya
se señaló que cada niño sigue su propio proceso de desarrollo del comportamiento gráfico,
según su grado de maduración y su historia personal, en general, se espera que entre los seis y
siete años el dibujo de la figura humana esté consolidado.
3- Período esquemático (6/7 a 9 años) Esta etapa, también llamada del realismo
incipiente, abarca aproximadamente desde los 6 a los 9 años, en la cual el ingreso
escolar tiene una gran influencia. A partir de esta edad surgen nuevas realidades y
un interés más centrado en la lectoescritura que en el grafismo, lo que produce
cierto “estacionamiento” gráfico debido a la dificultad de los nuevos aprendizajes.
Así, la miniaturización que se produce por la enseñanza de la lectura y la escritura
constituye un ejemplo de ello.
Período del realismo gráfico (9 a 12 años) Luego de las etapas precedentes, surge
el período denominado realismo visual o gráfico, que se da aproximadamente
entre los 9 y 12 años. Durante esta etapa se produce el descubrimiento de la
realidad social, lo que influirá notablemente en su grafismo.
Es la edad en que los iguales (sus pares) adquieren una gran importancia, época en que
descubren su independencia social y disfrutan con sus reuniones y códigos propios por lo que
la actividad gráfica, en general realizada en forma individual, deja de ser frecuente. En este
nuevo escenario, la representación esquemática y las líneas geométricas no alcanzan para que
el niño se exprese, por lo cual intenta ahora enriquecer su gráfico y adaptarlo a la realidad.
Etapa del pseudonaturalismo (12 a 13 años) Esta etapa, que se da entre los 12 a
los 13 años, el producto gráfico final adquiere cada vez más importancia para el
niño ya convertido en adolescente. El dibujo tiene ahora una perspectiva espacial,
por lo cual pueden dibujar figuras tridimensionales. El grafismo del cuerpo del
cuerpo humano adquiere un mayor significado, aumentando las características
sexuales en el dibujo.
La crisis de la adolescencia Finalmente, entre los 13 y 16 años de edad, sobreviene
la crisis de la adolescencia. A medida que el niño crece y se acerca a la etapa
adolescencial, comienza a apartarse
El complejo de Edipo
finaliza con La amnesia infantil que es como fenómeno se instala a partir del sepultamiento
del complejo de Edipo, la organización del S-Yo, su heredero y la entrada a la latencia.. Si se
instalo antes del sepultamiento, lo que determino la presencia de la amnesia es la sexualidad
infantil, en especial la diversidad de experiencias placenteras y de intenso temor, angustia de
castración, fundamentalmente la conflictiva edipica. LA INSTAURACION DE SU SUPER YO
Socialización
Designamos el termino socialización al proceso por el cual el sujeto se apropia de los valores,
ideales, normas, y creencias del entorno cultural con el termino singularización, nos referimos
a los procesos por medio de los culés se configura un sujeto único y singular
Tipos de socialización:
Socialización secundaria: este proceso introduce al niño a nuevos sectores del mundo
objetivo de su sociedad implica el acceso a insticiones, el niño de 6 años se encuentra en edad
escolar.
Para que el niño llegue a esta etapa previamente debe pasar por, el sepultamiento del
complejo de Edipo la instauración del superyo y la sublimación oel paso de la libido al
conocimiento escolar
En él se plasman las características que se conocen como propias del período de latencia
Está caracterizado por un mayor equilibrio y una mayor estabilidad de las diferentes instancias.
En esta etapa, tanto como en la anterior, no aparecen nuevas metas instintivas y se consolidan
el desarrollo del yo y del superyó, ejerciendo un control más eficaz y autónomo sobre los
impulsos. La maduración neurobiológica producida entre los 6 y los 8 años colabora en este
proceso.
Los logros obtenidos durante este subperíodo terminan de conformar el plafond psíquico que
permitirá a niños y niñas afrontar los aumentos de tensión sexual y agresiva propios de la
pubertad y los procesos de cambio adolescente.
El superyó se afianza como instancia interior fortaleciéndose los procesos de abandono de las
investiduras libidinales y su sustitución por identificaciones.
el rol de la familia
La familia es sede de transmisión de ideales e identificaciones, pero también la encargada de la
transmisión de algo del orden de una satisfacción y de una prohibición (Lijtinstens, 2006). Una
satisfacción prohibida de la cual surge la posibilidad de una satisfacción sustitutiva. Las
transformaciones sociohistóricas, han producido cambios en los roles esperables de la mujer,
el hombre y el niño. Estos cambios también se reflejan en nuevas configuraciones familiares.
Cambian las pautas de crianza y las modalidades vinculares, pero lo que permanece.
Podemos afirmar entonces que en el interior de cada grupo familiar se reproduce el pasaje de
la biología a la conformación de sujetos culturales. La pareja parental, mas allá de la modalidad
que tome esa pareja, es sede de las identificaciones fundantes del sujeto. Ellos representan
para el niño a la familia como el lugar donde transmite la palabra y se
ingresa a la cultura. Esto es lo que Freud plantea como la “novela familiar del neurótico”,
es decir, la particular inscripción en el sujeto de la trama familiar, y la posición subjetiva
resultante de la significación de sus lazos de parentesco. s la necesidad de que alguien se
ubique como garante y soporte del vínculo con el niño.
Freud marca la fuerte relación entre el desamparo del recién nacido y la necesaria presencia
del otro auxiliar. La cría de hombre no puede ejecutar por sí misma la acción necesaria para la
subsistencia, requiere de una ayuda externa que produzca la acción específica necesaria para
lograr la satisfacción. Para ello el bebé debe emitir alguna señal que convoque al auxiliar, el
grito, el llanto, se convierten así en la primera convocatoria, precursora de la comunicación
(Rabinovich, 1990). La acción específica realizada por la intervención del otro frente al
desamparo, se convierte entonces en fuente de la comunicación y de “todos los motivos
morales”, dice Freud. Los cuidados maternos inauguran el polo del placer, se conforma un
mapa erógeno, de lo que en principio habría sido un cuerpo “casi pura biología”. Se configuran
ciertos recortes en el cuerpo del infans, que en tanto zonas erógenas, privilegian determinados
circuitos pulsionales.
Lacan sostiene que entre todos los grupos humanos, la familia tiene un papel esencial en la
transmisión de la cultura. Si bien comparte con otros grupos la transmisión de las tradiciones y
costumbres, la familia tiene un peso privilegiado en la educación inicial, la represión de las
pulsiones y la adquisición de la lengua materna, aspectos fundamentales del desarrollo
psíquico durante la infancia. Para Winnicott (1984) la familia contribuye decididamente a la
madurez emocional del niño en tanto permite el despliegue de un alto grado de dependencia
en los comienzos de la vida, y paulatinamente da la oportunidad de ingresar a otras unidades
sociales cada vez más alejadas del núcleo familiar. Tomada así, la familia funcionaría a la
manera de un puente que permite sobrepasar la dependencia inicial del cuidado de los padres
hacia la esfera de lo social extrafamiliar.
Preadolecencia 14 a 17
Adolecencia posterior de los 17 a 30 aproximadamente.
Tipos de juego=
JUEGOS NO REGLADOS
Se encuentran englobadas en la etapa que va desde del nacimiento hasta los 2 ó 3 años, en
contraste con Piaget (1959) donde remarca la aparición de los primeros juegos reglados en
torno a los 4 ó 5 años. Entre estos juegos el autor incluye los siguientes tipos:
- Juegos funcionales. Estos juegos se dan inmediatamente después del nacimiento e incluso
con anterioridad, pues queda demostrado que los pataleos del feto en el vientre materno
poseen una importancia vital para dar tono muscular al futuro niño y niña. Estos juegos se
caracterizan por ser movimientos espontáneos que de una manera instintiva el niño y la niña
repiten, contribuyendo al desarrollo de las funciones típicamente humanas (la marcha en
posición bípeda, el lenguaje, etc.). - Juegos hedonísticos. Este tipo de juegos se producen de
forma casi simultánea con los juegos funcionales, contribuyendo enormemente al
conocimiento del propio cuerpo. Se caracterizan por ser juegos donde existe una búsqueda
de placer mediante actividades que estimulen los sentidos. Entre los juegos hedonísticos
más característicos encontramos el chuparse las manos, el producir ruido o el tocar cualquier
objeto. - Juegos con los nuevos. Con estos juegos los niños y niñas comienzan a conocer todo
aquello que le rodea, desde el entorno más inmediato hasta sus compañeros y compañeras
de juego. Con la puesta en práctica de los juegos con los nuevos el niño y la niña adquieren
unos valores totalmente distintos, que propiciarán la autoafirmación y la búsqueda del
desarrollo de la personalidad. - Juegos de destrucción (desorden y arrebato). Gracias a la
continua búsqueda de la autoafirmación y búsqueda de sí mismo, el niño y la niña entran en
una fase en la que desean afirmarse, utilizando para ello el placer de la destrucción.
JUEGOS REGLADOS
Una vez pasada la etapa en la que los juegos de desorden y arrebato son predominantes, nos
adentramos en la fase donde los juegos empiezan a estructurarse bajo una normativa
operativa, la regla. A partir de aquí el juego adquiere un carácter totalmente distinto. Los
juegos reglados se dividen en:
- Juegos de imitación. Al hablar de este tipo de juegos es necesario retomar los juegos
funcionales, descritos con anterioridad, pues los juegos de imitación tienen una relación
directa con el modelo de imitación a los padres, familiares allegados y adultos en general.
Pero estos juegos de imitación adquieren un carácter totalmente distinto; aproximadamente
a los 6 ó 7 años la imitación ya no es de los adultos sino de seres imaginarios. Esta
complejidad creciente de los modelos imitativos hace que el niño y la niña, que hasta ahora
jugaba solo, busque y desee la relación social con sus iguales, ocasionando una organización
de grupo. - Juegos de construcción. Adquiere su máxima intensidad entre los 2 y 4 años y
hacen su aparición conjuntamente con los juegos de imitación. Todos ellos proceden de una
tendencia instintiva al orden, que se plasma en la colocación sistemática de objetos o cosas.
- Juegos de regla arbitraria. Se localizan entre los 4 y 6 años de edad. El niño y la niña crean
reglas que surgen de la propia naturaleza o características de objetos particulares usados en
el juego.
Dibujo :
Algunas funciones del dibujo en la infancia Distintos autores coinciden en señalar que el
dibujo constituye un aspecto de suma importancia en el desarrollo infantil, principalmente
en los primeros años hasta los nueve a diez años. El comportamiento gráfico presenta
múltiples funciones en el desarrollo de un niño, ya que brinda la posibilidad de dominar el
movimiento, permite la comunicación interpersonal, expresa el mundo interno del sujeto y
hasta tiene una función de elaboración de conflictos.
NARCISISMO SECUNDARIO: La libido sustraída de los objetos del mundo exterior y conducida
al Yo, por replegamiento de las investiduras de objeto, constituye el narcisismo secundario
que se edifica sobre la base de otro, primario.
Nos formamos así la imagen de una originaria investidura libidinal del Yo, cedida
después a los objetos; empero, considerada en su fondo persiste y es a las investiduras de
objeto como el cuerpo de una ameba a los seudópodos que emite.
En razón de que se ve compelida la vida anímica a traspasar los límites del narcisismo
y poner la libido sobre objetos?.
Esa necesidad sobreviene cuando la investidura del yo con libido ha sobrepasado cierta
medida. Un fuerte egoísmo preserva de enfermar, pero al final uno tiene que empezar a
amar para no caer enfermo.
Constitución subjetiva