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Crecimiento: Jordán (1988) dice que se entiende por crecimiento, el aumento de las dimensiones del cuerpo
por la multiplicación e incremento de tamaño individual de las células. El crecimiento es un proceso cognitivo
que transcurre hasta la madurez.
El crecimiento habla del estado de salud, pero a su vez sirve para medir el estado de salud de una población
midiendo dos variables, tamaño y velocidad. Incluye también los procesos de regeneración y reemplazo
celular a lo largo de la vida adulta.
Factores que regulan el crecimiento → los genes que no actúan en un vacío genético sino en conjunto con
otros, además del ambiente interno y externo. Por lo tanto, no hay correspondencia directa entre genes
heredados y peso, estatura, etc.
Maduración: El diccionario Salvat dice que es el conjunto de transformaciones que sufren los organismos o
algunas células hasta alcanzar su plenitud. En el manual de crecimiento y desarrollo del niño de Cusmiky y
colaboradores, la define como el proceso de adquisición progresivo de nuevas funciones y características,
inicia con la concepción y finaliza cuando el ser alcanza el estado absoluto.
Nos concentraremos en la maduración del SN, tiene gran plasticidad y la permanencia o muerte de las
células, la identidad de las mismas son influenciadas por el medio.
La maduración de este sistema se registra por la aparición y perfeccionamiento de diferentes funciones,
movimientos, control postural, discriminación sensorial, etc.
Desarrollo: Refiere a los procesos evolutivos de la infancia. Además de los anteriores, incluye los aspectos
psicológicos.
Maciel (1998) afirma que deberíamos pensar al desarrollo como la línea imaginaria que traza a partir de cierta
marca inicial y posibilita la articulación de lo orgánico y lo subjetivo.
Coriar afirma que para hablar de desarrollo tenemos que distinguir entre las articulaciones que constituyen al
sujeto y los instrumentos que tiene para hacer el intercambio con el medio. Las primeras se especifican en lo
que llamamos aspectos estructurales (aparato biológico y estructura subjetiva) y las segundas constituyen los
aspectos instrumentales, son las herramientas de las que se vale para efectuar el intercambio, sus
alteraciones o déficit pueden ocasionar trastornos o atrasos.
TEXTO 2: Bozzalla, L.; Naiman, F. (s/f). Acerca del recién nacido: desarrollo y subjetividad
La separación de los términos crecimiento, maduración y desarrollo, es meramente pedagógica porque en lo
observable no hay distinción.
Crecimiento= cuanti
Maduración= cuali
Desarrollo= Abarca la totalidad de los cambios en relación con el intercambio con el medio social, el cual
depende de la cantidad y la calidad de estímulos recibidos. El desarrollo es complejo, es un interjuego de
factores biológicos, emocionales y sociales. Tiene una organización interna expresable en Leyes de
desarrollo.
RECIEN NACIDO
Término usado para referir al bebé hasta el fin del primer mes de vida. Hay una maduración del SN que
transcurre durante el periodo fetal y se prolonga mucho después del nacimiento. Ya en la vida intrauterina
cobra relevancia lo sensoriomotor, y al momento del nacimiento está aún incapacitado para organizar y
ordenar sus respuestas.
Sueño: Wolf (1966) observó seis estadios diferentes en relación con el sueño y al estado de alerta del recién
nacido:
1. Sueño regular y profundo
2. Sueño irregular o activo
3. Somnolencia
4. Vigilia con actividad alerta (despierto)
5. Vigilia activa (alerta inquieto) Transición al llanto
1. Llanto
FUNCIONES SENSORIALES
Según Bower y Gibson, los sentidos del recién nacido se hayan integrados. Existe un mecanismo innato que
permite la transferencia de información entre una modalidad sensorial y otra (transferencia transmodal), lo
cual se contrapone con la teoría psicogenética de Piaget que sostiene teorías del “enriquecimiento”, quien
dice que se desarrolla cada modalidad previo a los distintos esquemas sensoperceptivos.
a. Visión: No pueden ver objetos muy cercanos o muy lejanos. La distancia óptima son 30 cm.
b. Audición: Desde el vientre experimenta ruidos, pero no puede diferenciarlos. Se va configurando y
comienza a destacar la voz materna.
c. Tacto: Desde el segundo mes de vida uterina, se presenta la sensibilidad táctil.
d. Gusto y olfato: Bien desarrollados al nacer.
FUNCIONES MOTRICES
El recién nacido presenta inmadurez motriz, y hablaremos de los modos en que se presenta la conducta
motriz, de la motilidad pasiva como activa.
Los movimientos generales fetales son generados de manera endógena, y anteceden a la actividad motriz.
Durante los últimos tres meses de gestación aparecen el tono muscular y la motricidad automática.
Con el nacimiento comienza lo que los neurólogos llaman “fase cortical inicial”, y sucede en las primeras
semanas de vida. Después del nacimiento comienza la mielinización de la vía piramidal.
En la última fase el movimiento voluntario adquiere dirección, metría, fuerza, y delicadeza; características del
movimiento voluntario adulto. Esto se debe por la madurez de los sistemas piramidal, extrapiramidal y
cerebeloso que se da entre la infancia y la pubertad.
Nos referiremos en este apartado a los modos en que se presenta la conducta motriz: Motilidad Pasiva (tono
muscular) y Motilidad Activa (espontánea, refleja y automática)
1- Motilidad pasiva:
- Tono muscular: Es una capacidad específica de la fibra muscular estriada. Es una actividad regida por
el SNC que se expresa en los músculos como estado de tensión permanente de origen reflejo.
- Durante el primer año de vida el tono muscular sufre amplias variaciones como parte del proceso
madurativo.
- Los primeros tres días, luego del parto, el bebé presenta hipotonía y al cuarto ya vuelve a adquirir el
tono muscular.
- Tono de la cabeza: En el recién nacido la cabeza se balancea siguiendo las inclinaciones del cuerpo.
2- Motilidad activa
- Actividad espontánea: Se refiere a los movimientos manifiestos que aparecen sin aparente
concurrencia de estímulos. Aparecen con frecuencia durante las primeras seis a nueve semanas.
- Actividad refleja: Son reacciones automáticas desencadenadas por estímulos determinados,
tendientes a favorecer la adecuación del sujeto al ambiente.
Algunos reflejos arcaicos: Reflejos orales, reflejo del Moro, reflejo de Grasping, reflejo tónico cervical, reflejo
de marcha, reflejo de incurvación, reflejo de ojos de muñeca japonesa. (En otro texto que es igual a este,
aparece el de falso Babinski y el de natación)
2- Reflejo del Moro (reflejo de los brazos en cruz): Es la reacción corporal masiva, estereotipada e
inadaptada, subsiguiente al sobresalto determinado por varios estímulos que inducen una brusca extensión
de la cabeza que altera su relación con el tronco. Cualquier ruido fuerte o la pérdida brusca de la base de
sustentación pueden desencadenar este reflejo, en el cual el bebé extenderá sus piernas y sus brazos en
forma de cruz y comenzará a llorar.
Este reflejo tiende a desaparecer después del segundo o tercer mes. El reflejo de moro se manifiesta de igual
manera a ambos lados del cuerpo, toda asimetría reiterada debe ser considerada anormal, y su presencia
más allá del 6° mes es indicio de lesión cerebral.
3- Reflejo de Grasping (presión palmar): Al estimular con un dedo la palma de su mano, él bebe cerrara el
puño fuertemente, agarrando el dedo. El estímulo de la palma de la mano o de la cara palmar de los dedos
acarrea el cierre de la mano. Es necesario que haya desaparecido para que sea posible la prensión
voluntaria. Desaparece en su forma original alrededor de los tres o cuatro meses.
4- Reflejo tónico cervical (reflejo postural asimétrico): Es un reflejo postural, desencadenado por cambios de
posición de la cabeza en relación con el tronco. Resulta de la tendencia a mantener la cabeza rotada hacia
uno u otro lado.
- En la posición decúbito dorsal (Posición corporal acostado boca arriba, generalmente en un plano
paralelo al suelo. Cuello en posición neutra, con mirada dirigida al cénit.), la cara estará orientada
hacia el miembro superior extendido.
- En la posición decúbito ventral (recostado boca a abajo con el cuello relajado hacía un lado y las
palmas de las manos hacía arriba) se observa al revés, la cara estará orientada hacia el miembro
superior que está flexionado.
- La postura determinada por el reflejo es la del “esgrimista”; la persistencia de manera rígida es índice
de lesión cerebral y la ausencia de ella se observa en personas por ejemplo con Síndrome de Down.
Este reflejo desaparece en el curso del primer semestre de vida.
5- Reflejo de marcha: Al sostener al bebé de pie de modo que los pies toquen el piso y las rodillas se
mantengan flexionadas se manifiesta un enderezamiento progresivo de los miembros inferiores y marcha
automática. Desaparece hacia los dos/tres meses, por lo tanto, mucho antes de la aparición de la marcha,
actividad motriz voluntaria y coordinada. La ausencia de este reflejo indica trastorno neurológico, y si el bebé
apoya el pie en puntas es indicador de patología.
6- Reflejo de incurvación del tronco: Aparece si se excita la piel de la zona lumbar, la columna se va a
incurvar. Además, hay rotación de tronco y levantamiento de pelvis. Este reflejo desaparece en el curso del
segundo mes.
7- Reflejo de ojos de muñeca japonesa: Durante el primer mes el neonato realiza muy pocos movimientos
activos con sus ojos: lentos desplazamientos hacia la luz o brusca oclusión de los párpados, respuestas
reflejas defensivas y de orientación. Si en estado de reposo vigila (pupilas en el centro) rotamos la cabeza del
bebé, los globos oculares no acompañan el movimiento de la cabeza. Las pupilas se descentran en relación
con la apertura de los párpados. Este reflejo se atenúa rápidamente a partir del décimo día y es reemplazado
luego por el reflejo de fijación ocular.
8- Reflejo de falso Babinski: Corresponde a un estiramiento de los dedos del pie en abanico seguido de una
retracción de los mismos cuando la planta es estimulada. Desaparece hacia los dos/tres meses.
9- Reflejo de natación: Aparece ante la inmersión en el agua. El bebé bloquea automáticamente la respiración
y efectúa algunos movimientos de brazos y piernas para mantenerse en la superficie. Desaparece entre los
cuatro/seis meses.
Desde la perspectiva del desarrollo psicomotor se puede decir que en el primer año se encuentran los
reflejos arcaicos y automatismos, luego se reeditan en un nivel superior en las nuevas conductas del niño,
voluntarias, perfeccionadas y enriquecidas por los aportes afectivos e intelectuales. Es decir que son sobre
esos moldes primitivos donde se estructuran los nuevos logros.
Por ejemplo, si tomamos el reflejo de la marcha, la compleja sinergia conocida como reflejo de apoyo, la
secuencia de actitudes que constituyen la cadena refleja: una leve reacción de apoyo contactando con el
plano firme las puntas de los pies. Más adelante comienza el apoyo sobre las plantas de los pies, sobreviene
el enderezamiento a través del cual se adquiere la verdadera actitud erecta. En esta etapa el niño toma
consciencia de la función de apoyo que cumplen los pies. Al comenzar a ejercitar la marcha, apoya las
plantas de os pies. La marcha definitiva tiene siempre motivaciones afectivas y volitivas, el deseo de
aproximarse a la madre, la búsqueda de un juguete.
LA INTERACCIÓN TEMPRANA.
Tomando como autor de referencia a Brazelton (1993), la interacción temprana es considerada como un
proceso con ciclos de participación y de cese de la misma, en el marco de un enfoque global y contextual,
en el cual las series de conductas adquieren significado. Sin restar importancia a la influencia del progenitor
sobre el hijo, este autor trabaja también sobre la influencia de la conducta del niño en sus padres, es decir la
reciprocidad de esta relación.
Este autor, define etapas del desarrollo en la interacción progenitores/bebé que permiten identificar logros
progresivos, basándose siempre en el supuesto de la reciprocidad.
En estos primeros tiempos, los progenitores o cuidadores deben tener la capacidad de contener y de buscar
formas para reducir la estimulación que el pequeño recibe. De esta forma, no se abrumará el delicado
equilibrio que poseen y podrán ajustar sus propias respuestas a los ritmos de su hijo.
La idea de homeostasis se refiere a que los bebés alcanzan niveles de dominio que son nuevamente
desorganizados y reorganizados en otro nivel, en la medida en que la diferenciación de sus capacidades
permite mayor complejidad.
PROLONGAMIENTO DE LA ATENCIÓN
A medida que crece, comienzan a prolongar su atención y a interactuar con el adulto significativo. Este
proceso tiene lugar entre la primera y la octava semana, hasta culminar en la sonrisa y el balbuceo al finalizar
el segundo mes.
SURGIMIENTO DE LA AUTONOMÍA.
En el quinto mes aproximadamente, el bebé presenta más autonomía. Hay más sensibilidad en los sentidos y
comienza a percibir también la importancia de sus adultos cuidadores. También aquí es donde percibe
cuando ellos están por alejarse, y comienzan los juegos en los que les da y les quita su atención, así pone a
prueba el vínculo.
En esta etapa la madre se sorprende de las nuevas respuestas y ya no siente la misma capacidad de
predecir su conducta como antes. Será necesario que encuentre un nuevo nivel de ajuste.
TEXTO 3: Biotti, M.; Panighetti, M. (s/f). Algunas problemáticas básicas de la psicología del desarrollo.
Características del período neonatal.
Dado que cada una de estas leyes no puede ser observada como fenómeno en forma aislada del resto de los
elementos y condiciones que determinan el desarrollo del niño, es que sostenemos que sólo en el conjunto
podremos descubrir y trabajar con las diferentes modalidades y características que hacen a la singularidad.
Gesell, opina que existen leyes de continuidad y de maduración que explican las semejanzas generales y las
tendencias básicas del desarrollo infantil. Pero no hay dos niños que crezcan exactamente de la misma
manera. Cada niño tiene un ritmo y un estilo de crecimiento tan característico de su individualidad como sus
facciones.
CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD.
Grandes discusiones se refieren a continuidad y discontinuidad en el desarrollo. En base a esto surge la
pregunta de si el desarrollo es continuo o no. Y podríamos responder cualquiera de las dos cosas, que
estaría bien pero incompleto. Por ejemplo, en el periodo neonatal, podríamos pensar la continuidad de la vida
postnatal con respecto a la vida prenatal. La posición en la cuna es la misma que presenta en el útero, hasta
que unos días después irá encontrando maneras nuevas de acomodarse. Sin embargo, ha habido cambios
que marcan discontinuidad, por ejemplo, ha comenzado a usar sus pulmones, ha puesto en acción su
sistema digestivo.
Sincronía y Asincronía.
A los fines que nos interesan en nuestra tarea como psicólogos, es interesante pensar las leyes de desarrollo
en función de la totalidad.
En este sentido, los campos principales de la conducta se convierten en los puntos de referencia para
estimar la madurez de la conducta. En la medida que se coteje cada campo con el esquema cronológico
correspondiente, se podrá estimar la mayor correspondencia entre los campos. Esta estimación aproximada
permitirá establecer si la correspondencia es total o parcial, y, en consecuencia, si el niño presenta desarrollo
normal, sí presenta el desarrollo esperable, pero con restricciones en alguna conducta o si se encuentra por
debajo de lo esperado para su edad cronológica.
El desarrollo comprende todos los cambios progresivos, en una secuencia que tiende a una complejidad y
heterogeneidad cada vez MAYOR, que experimenta el organismo en el transcurso de la vida.
Estos cambios son tanto de orden: 1) Cuantitativo: Crecimiento
2) Cualitativo: Maduración
Dicha secuencia de crecimiento avanza para todos los vertebrados en un proceso que sigue dos direcciones
simultáneas: Cefalocaudal (de la cabeza a la cola) y próximo distal (del eje corporal a las extremidades)
9 MESES: GATEO
Algunos bebés comienzan a gatear, aunque la ausencia de esta conducta no es significativa en el desarrollo.
Sin embargo, su presencia marca el umbral de la marcha independiente.
14 MESES: AFIANZAMIENTO
La marcha se ha afianzado lo suficiente para que los trayectos sean más largos y las caídas bruscas menos
frecuentes. Los brazos comienzan a acompañar la marcha a los costados del tronco. Pronto va a alcanzarse
la articulación talón - punta.
Puede subir escaleras, aunque sin alternar los pies. Lo de alternar los pies lo hará a los dos años y medio, en
tanto la alternancia para bajar recién será adquirida a los 3 años y medio.
18 MESES - CARRERA
Ya puede correr, lo que permite afirmar que la conducta de la marcha ha sido adquirida,
CONVIENE RECORDAR que las edades de cada logro son relativamente variables, depende de la
estimulación del niño, el ambiente, genética por ej.
TEXTO 5: Maganto, C.; Cruz, S. (s/f). Desarrollo psicomotor. Motricidad gruesa y fina. Evaluación
psicomotora en la primera y segunda infancia. En: Desarrollo físico y psicomotor en la etapa infantil.
Pág. 7-16; 35-41
DESARROLLO PSICOMOTOR
MOTRICIDAD GRUESA Y FINA.
El desarrollo motor de los niños depende de la maduración global física, del desarrollo esquelético y
neuromuscular.
En el desarrollo motor pueden establecerse dos categorías:
- Motricidad gruesa (locomoción y desarrollo postural) control sobre acciones más globales como
gatear, levantarse, andar.
- Motricidad fina (prensión) implican a los músculos más pequeños del cuerpo, utilizados para alcanzar,
manipular, hacer movimientos de tenazas. Estas incluyen un mayor grado de coordinación de
músculos pequeños y entre ojos y manos.
Hasta los tres años, los aspectos más relevantes están relacionados con los desplazamientos corporales y la
impulsividad de los movimientos por una insuficiente regulación del freno inhibitorio.
Entre los seis y siete años, los niños presentan una precisión general de los movimientos cuando éstos son
efectuados a un ritmo normal. Los controles adquiridos y afirmados por el ejercicio sientan las bases para los
aprendizajes escolares en los que la simultaneidad de movimientos exigirá un gran esfuerzo de tipo
psicomotor. A esto se une la importancia de la atención, la acomodación de la postura y el manejo
coordinado de los útiles.
A partir de los siete a los diez años, el gesto va a ser regulado por el freno inhibitorio. Esto da lugar a un
perfeccionamiento gradual de la precisión adquirida.
Desde los doce en adelante, la precisión, la rapidez y fuerza muscular se integran, dando al movimiento
características adultas.
ESQUEMA CORPORAL
Ballesteros (1982), este concepto se puede definir como la representación que tenemos de nuestro cuerpo,
de los diferentes segmentos, sus posibilidades de movimiento y de acción, así como también de sus
limitaciones. Es un proceso complejo que se inicia en el nacimiento y finaliza en la pubertad, implica
procesos perceptivos, cognitivos y práxicos.
Durante el segundo año de vida, el niño puede diferenciar algunas partes, en el tercer año pueden identificar
manos, ojos, boca, pies. El lenguaje va a jugar un papel especial en la construcción del esquema, porque
además de poder nombrar las partes, va a actuar como regulador de las secuencias de actos motores en la
interacción con el ambiente a través del juego.
Entre los dos y cinco años, el niño va mejorando su imagen, perfecciona movimientos, estabiliza la
lateralización. Entre los cinco y los seis, todavía se deben dominar conceptos espacio temporales. Y de los
seis a los doce, el movimiento se hace más reflexivo, permitiendo una potenciación de la representación
mental del cuerpo y del movimiento en función del tiempo y espacio.
Los trastornos del esquema corporal, si no se deben a una causa de tipo neurológico, se relacionan con
déficit en su conocimiento o en su representación simbólica.
Se considera que un niño tiene retraso en la elaboración del esquema corporal, sí a los tres años no es capaz
de reconocer, señalando o nombrando los elementos de la cara o sí a los seis no lo reconociera en sí mismo
o no pudiera representarlo.
LATERALIDAD
El término refiere a la preferencia de utilización de una de las partes simétricas del cuerpo. El proceso por el
cual se desarrolla recibe el nombre de lateralización y depende de la dominancia hemisférica. Sí la
dominancia es izquierda, se presenta una lateralidad derecha y viceversa. Este proceso se lleva a cabo entre
los tres y seis años.
ESTRUCTURACIÓN ESPACIO-TEMPORAL
La orientación espacial implica establecer relaciones entre el cuerpo y los demás objetos, conlleva a adquirir
nociones de conservación, distancia, reversibilidad, etc. por lo que se convierte en un proceso largo que se
va configurando desde los planos más sencillos (arriba, abajo, delante) a los más complejos
(derecha-izquierda), dándose primero en la acción y pasando luego a ser representados en uno mismo, en
otro y en el espacio con los objetos.
El concepto derecha-izquierda se va configurando entre los cinco y ocho años, a partir de los ocho se
consigue la discriminación de los conceptos en otro sujeto situado frente a él.
TONO MUSCULAR.
Hace referencia al grado de contracción de los músculos pudiendo ir desde la hipertonía (tensión) a la
hipotonía (relajación). Está sometido en parte, a un control involuntario del sistema nervioso y por otra parte a
un control voluntario.
INDEPENDENCIA MOTRIZ
Capacidad para controlar por separado cada segmento motor necesario para la ejecución de una
determinada tarea, se espera que pueda realizarse correctamente en los niños de siete u ocho años.
CONTROL RESPIRATORIO.
La respiración está vinculada a la percepción del propio cuerpo y a la atención interiorizada que controla el
tono muscular y la relajación segmentaria. Depende de un control voluntario e involuntario
EQUILIBRIO.
Reúne un conjunto de aptitudes estáticas y dinámicas incluyendo el control de la postura y el desarrollo de la
locomoción. Es un paso clave para realizar cualquier acción coordinada e intencional.
Las razones para la evaluación de un niño son variadas, pero lo esperables es que los niños en el primer y
segundo año de vida sean evaluados por el pediatra como práctica rutinaria. En los centros de educación
infantil se realizan observaciones a fin de identificar tempranamente algún retraso y/o proporcionar pautas
educativas a los educadores y padres. Sin embargo, muchos padres solicitan dicha evaluación ante la duda
o sospecha de retrasos en algún área del desarrollo: motórica, lingüística, relacional, social o cognitiva.
Cuadro 1. Tabla evolutiva con los avances madurativos en motricidad gruesa y fina
0 a 3 meses 4 a 8 meses 9 a 12 meses 13 a 18 meses
Motricida 1: Carrera libre 1: Patea la pelota 1: Saltos con pies 1: Vigorosa actividad
d Gruesa 2: Camina hacia atrás 2: Salta hacia delante juntos. física con habilidad
3: Camina hacia el 3: Alterna pies para 2: Saltos hacia muscular y motora
lado subir escaleras atrás especial.
4: Trepa muebles 4: Se mantiene sobre 3: Lanza pelotas 2: Puede caminar
un pie por encima de sus hacia delante y hacia
5: Salta escalón manos. atrás en marcha
6: Camina en 4: Anda en bici. tándem con los ojos
puntillas cerrados.
3: Equilibrio puntas
con ojos cerrados
Desarrollo psicomotor
Motricidad gruesa y fina.
El desarrollo motor de los niños depende de la maduración global física, del desarrollo esquelético y
neuromuscular.
Hasta los tres años, los aspectos más relevantes están relacionados con los desplazamientos corporales y la
impulsividad de los movimientos por una insuficiente regulación del freno inhibitorio.
Entre los seis y siete años, los niños presentan una precisión general de los movimientos cuando éstos son
efectuados a un ritmo normal. Los controles adquiridos y afirmados por el ejercicio sientan las bases para los
aprendizajes escolares en los que la simultaneidad de movimientos exigirá un gran esfuerzo de tipo
psicomotor. A esto se une la importancia de la atención, la acomodación de la postura y el manejo
coordinado de los útiles.
A partir de los siete a los diez años, el gesto va a ser regulado por el freno inhibitorio. Esto da lugar a un
perfeccionamiento gradual de la precisión adquirida.
Desde los doce en adelante, la precisión, la rapidez y fuerza muscular se integran, dando al movimiento
características adultas.
Esquema corporal
Ballesteros (1982), este concepto se puede definir como la representación que tenemos de nuestro cuerpo,
de los diferentes segmentos, sus posibilidades de movimiento y de acción, así como también de sus
limitaciones. Es un proceso complejo que se inicia en el nacimiento y finaliza en la pubertad, implica
procesos perceptivos, cognitivos y práxicos.
Durante el segundo año de vida, el niño puede diferenciar algunas partes, en el tercer año pueden identificar
manos, ojos, boca, pies. El lenguaje va a jugar un papel especial en la construcción del esquema, porque
además de poder nombrar las partes, va a actuar como regulador de las secuencias de actos motores en la
interacción con el ambiente a través del juego.
Entre los dos y cinco años, el niño va mejorando su imagen, perfecciona movimientos, estabiliza la
lateralización. Entre los cinco y los seis, todavía se deben dominar conceptos espacio temporales. Y de los
seis a los doce, el movimiento se hace más reflexivo, permitiendo una potenciación de la representación
mental del cuerpo y del movimiento en función del tiempo y espacio.
Los trastornos del esquema corporal, si no se deben a una causa de tipo neurológico, se relacionan con
déficit en su conocimiento o en su representación simbólica.
Se considera que un niño tiene retraso en la elaboración del esquema corporal, sí a los tres años no es capaz
de reconocer, señalando o nombrando los elementos de la cara o sí a los seis no lo reconociera en sí mismo
o no pudiera representarlo.
Lateralidad
El término refiere a la preferencia de utilización de una de las partes simétricas del cuerpo. El proceso por el
cual se desarrolla recibe el nombre de lateralización y depende de la dominancia hemisférica. Sí la
dominancia es izquierda, se presenta una lateralidad derecha y viceversa. Este proceso se lleva a cabo entre
los tres y seis años.
Estructuración espacio-temporal
La orientación espacial implica establecer relaciones entre el cuerpo y los demás objetos, conlleva a adquirir
nociones de conservación, distancia, reversibilidad, etc. por lo que se convierte en un proceso largo que se
va configurando desde los planos más sencillos (arriba, abajo, delante) a los más complejos
(derecha-izquierda), dándose primero en la acción y pasando luego a ser representados en uno mismo, en
otro y en el espacio con los objetos.
El concepto derecha-izquierda se va configurando entre los cinco y ocho años, a partir de los ocho se
consigue la discriminación de los conceptos en otro sujeto situado frente a él.
Tono muscular: Hace referencia al grado de contracción de los músculos pudiendo ir desde la hipertonía
(tensión) a la hipotonía (relajación). Está sometido en parte, a un control involuntario del sistema nervioso y
por otra parte a un control voluntario.
Independencia motriz: Capacidad para controlar por separado cada segmento motor necesario para la
ejecución de una determinada tarea, se espera que pueda realizarse correctamente en los niños de siete u
ocho años.
Control respiratorio: La respiración está vinculada a la percepción del propio cuerpo y a la atención
interiorizada que controla el tono muscular y la relajación segmentaria. Depende de un control voluntario e
involuntario
Las razones para la evaluación de un niño son variadas, pero lo esperables es que los niños en el primer y
segundo año de vida sean evaluados por el pediatra como práctica rutinaria.
En los centros de educación infantil se realizan observaciones a fin de identificar tempranamente algún
retraso y/o proporcionar pautas educativas a los educadores y padres. Sin embargo muchos padres solicitan
dicha evaluación ante la duda o sospecha de retrasos en algún área del desarrollo: motórica, lingüística,
relacional, social o cognitiva.
La mayoría de las estrategias de evaluación se diseñaron en los años ‘50 o ‘60, y en base a esas se han
adaptado en su presentación y aplicación, proporcionando perfiles psicomotrices más completos.
Los aspectos comunes a todas ellas son:
- Evaluación del esquema corporal: Entre las pruebas que se utilizan se encuentran el dibujo de la
figura humana y la imitación de gestos realizados con los brazos o manos.
- Orientación y estructuración espacial: Se pide al niño que reconozca sobre sí mismo la derecha, la
izquierda, y luego sobre el examinador. Finalmente con relación a los objetos.
- Lateralidad: Se explora mediante cuestionarios de preferencia, se presentan al sujeto una serie de
actividades y se indaga sobre con qué mano las realiza.
- Tono muscular: Aspectos que tienen que ver con la extensibilidad de los miembros superiores e
inferiores.
- Independencia motriz: Se utilizan pruebas de separación digital, en las que se observa si el sujeto
utiliza los músculos necesarios.
- Coordinación: Se evalúan la coordinación general, marcha, carrera, salto, lanzamiento, puntería.
- Control respiratorio: se recogen datos relativos al tipo y ritmo de la respiración que presenta el sujeto
a la hora de realizar las diferentes pruebas.
- Equilibrio: Se evalúa la capacidad del niño para estar inmóvil, es decir, para inhibir todo el movimiento
durante cortos períodos.
- Estructuración temporal y ritmo: la noción de tiempo es una noción de control y de organización tanto
a nivel de actividad como cognitivamente. Para evaluarlo se utilizan secuencias rítmicas con o sin
apoyo visual.
Se han revisado las obras de diferentes autores que han propuesto estrategias de prevención y/o tratamiento
psicomotor. Todos ellos parten de la idea de que la maduración psicomotriz es la base del aprendizaje,
generando programas psicomotrices encaminados a la prevención, identificación y recuperación de los
mismos.
Cuadro 1. Tabla evolutiva con los avances madurativos en motricidad gruesa y fina
0 a 3 meses 4 a 8 meses 9 a 12 meses 13 a 18 meses
Motricida 1: Sigue hasta la línea 1: Junta las manos 1: Pinza 1: Señala con el índice
d Fina media 2: Busca un objeto superior 2: Lleva/vacía objetos
2: Movimientos simétricos 3: Pinza inferior 2: Agarra la 3: Intenta imitar
3: Pasa la línea media 4: Observa manos bolita garabatos
4: Reflejo de prensión 5: Mira la bolita, 3: Palmotea 4: Empuja cochecito
5: Manipula anilla intenta agarrarla 5: Lanza la pelota
6: Intenta agarrar anilla
TEXTO 6: Latino, M. (2012). Desarrollo psicomotor. Logros esperables. En Psicología del desarrollo.
Pág. 45-58. y cuadros anexos.
Desarrollo Psicomotor refiere a un proceso continuo mediante el cual el cerebro del niño va madurando y le
ayuda a adquirir habilidades que gradualmente son más complejas y que le permiten Interactuar cada vez
con las personas, los objetos y las situaciones de su medio ambiente.
El desarrollo psicomotor es diferente en cada niño, sin embargo, es Claro que se presentan en el mismo
orden de sucesión. Es así, por ejemplo, que el desarrollo avanza de la cabeza a los pies, por eso vemos que
el desarrollo funcional de la cabeza y las manos es primero que el desarrollo de las piernas y los pies.
Destacamos que los factores hereditarios, ambientales y físicos también influyen en el proceso de
crecimiento psicomotor.
DESARROLLO DE LA CONDUCTA MOTRIZ
- De lo global a lo individual
- Céfalo - caudal: En este sentido se afianza el desarrollo postural.
- Próximo - distal: desde el centro del cuerpo hacia las extremidades.
La profesora DALILA de COSTALAT utilizó en 1969, 3 criterios para delinear el desarrollo psicomotor:
1er criterio: Consiste en dividir el desarrollo psicomotor en tres grandes etapas (0 a 7 años; 7 a 10 años, 10
a 14 años) que se diferencian por la adquisición tres factores: Precisión- rapidez- Fuerza Muscular.
- Etapa 1. Del nacimiento hasta los 7 años: se adquiere la precisión del movimiento.
- Etapa 2. De los 7 a los 10 años: Se integra al movimiento la rapidez.
- Etapa 3. De los 10 a 14 años: Se integra el desarrollo de la fuerza muscular.
2do criterio: Está referido a las relaciones de Causalidad, es decir que toda conducta tiene su origen en
conductas anteriores.
3er criterio: Tiene que ver con la importancia del Proceso Disociativo. Este consiste en la diferenciación de
los distintos segmentos o partes del cuerpo en la ejecución de un movimiento.
DESARROLLO DE LA PRENSIÓN.
- Hasta los 3 meses la prensión es una conducta refleja
- A los 3 meses: pierde el reflejo de prensión palmar. Luego, sigue un período de casi un mes en que
las manos no reaccionan al contacto con los objetos, pero el bebé manifiesta su interés por ellos
agitando los brazos. El centro de movimiento son los hombros, no se dan movimientos aislados en los
codos. Este sería el primer eslabón en la prensión voluntaria, la cual se va a dar en coordinación con
la vista. Aquí la prensión es bimanual.
- A los 4 meses: Prensión Cúbito - Palmar. El niño tiende una o ambas manos y se aproxima con un
movimiento de barrido a tomar un objeto. Los movimientos son bilaterales (de los dos lados del
cuerpo), bimanuales (con las dos manos) y simétricos (función igualitaria con ambas manos).
- A los 5 meses: el movimiento es bi - unimanual, es decir que transfiere un objeto de una mano a la
otra.
- A los 6 meses se da la Prensión manual simple. El niño toma un objeto con los tres últimos dedos y la
palma.
- A 7-8 meses: Prensión Palmar-Pulgar. El pulgar sirve de tope y aparece la PRENSIÓN FINA. Esta
prensión se la denomina también PINZA INFERIOR.
- A los 9-10 meses. Prensión radio-Digital o Pinza superior. Se realiza entre el pulgar y el índice
opuestos frente a frente
UNIDAD 3: Aportes de la Psicología Genética a la comprensión del desarrollo
intelectual.
TEXTO 1: Piaget, J. (1984). Los factores del desarrollo mental. En Psicología del niño (pp.151). Editorial
Morata, España.
Para Piaget el desarrollo mental, que se inicia al nacer y concluye en la edad adulta, presenta semejanzas y
diferencias con el desarrollo orgánico, y está determinado por cuatro factores:
● Factores biológicos: están relacionados con la herencia y la maduración, están ligados al sistema
‘epigenético’ y que se manifiestan en particular por la maduración del sistema nervioso y de los
sistemas endocrinos. Sin embargo estos factores biológicos, si bien necesarios, no son suficientes
para explicar el desarrollo porque, por ej.: los efectos de maduración son indisociables de los efectos
del aprendizaje o de la experiencia, el curso del desarrollo es diferente en distintos medios sociales,
con lo cual no depende exclusivamente de factores madurativos o biológicos y cuanto más se alejan
de los orígenes senso-motores las adquisiciones, más variable es su cronología, no en el orden de
sucesión, sino en las fechas de aparición.
● Medio físico: está constituido por los objetos que rodean al individuo, y así, un segundo factor es el
papel del ejercicio y de la experiencia adquirida en la acción efectuada sobre esos objetos. Hay dos
tipos de experiencia: la experiencia física, que consiste en actuar sobre los objetos para abstraer sus
propiedades y la experiencia lógico-matemática, que consiste en actuar sobre los objetos, pero con la
finalidad de conocer el resultado de la coordinación de las acciones. Sin embargo, la simple acción
sobre los objetos no basta: la lógica del niño no se extrae de la experiencia de los objetos, proviene
de las acciones que se ejercen sobre los objetos, lo que no es lo mismo.
● Medio social: es el medio constituido por personas, por lo que este factor alude a interacciones y
transmisiones sociales. Obviamente este factor también es necesario, pero no suficiente para el
desarrollo. Incluso en el caso de las transmisiones donde el sujeto parece el más receptivo, como la
transmisión escolar, la acción social es ineficaz sin una asimilación activa del niño, lo que supone
instrumentos operatorios adecuados. Se refieren a las transmisiones y formaciones culturales y
educativas propias de cada sociedad o medio social en particular. A los primeros los llama factores
sincrónicos y a los segundos factores diacrónicos.
● Equilibración: la teoría del desarrollo recurre a la noción de equilibrio, ya que toda conducta tiende a
asegurar un equilibrio entre los factores internos y externos o entre la asimilación y la acomodación.
Este factor debe considerarse como algo autónomo, el desarrollo en considerado como una
progresiva equilibración, un perpetuo pasar de un estado de menor equilibrio a un estado de equilibrio
superior
TEXTO 2: Piaget, J. E, Inhelder, B. (1981), Psicología del niño. Cap. I Y Cap. III. Décima edición.
Ediciones Morate, Madrid.
Existe una inteligencia antes del lenguaje (inteligencia senso-motora), en esencia práctica que realiza
construcciones en base a la coordinación senso-motora de las acciones. Luego se va realizando una
sucesión continua de estadios, cada uno con progresos parciales hasta el momento en que las conductas
presentan caracteres reconocidos como de la “inteligencia”. Para muchos psicólogos esta progresión se
denomina asociación (subordinación de las relaciones adquiridas a las relaciones exteriores). Sin embargo,
Piaget considera a este mecanismo como una asimilación es decir que toda relación nueva está integrada
en una estructura anterior. (En este punto se daría una reciprocidad entre E-R, en asociación sería E seguido
de R).
- ESTADIO I: Los reflejos se constituyen por diferenciación a partir de actividades más globales. En los
cuales actúa la asimilación para prolongar y para formar hábitos (hay adquisiciones).
- ESTADIO II: Se constituyen los primeros hábitos que dependen de una actividad del sujeto o
impuestos del exterior. El hábito no es aún inteligencia. Es un esquema senso-motor de conjunto, en
el cual el sujeto no distingue entre medios y fines.
- ESTADIO III: Hacia los cuatro meses y medio, cuando hay coordinación entre la visión y la
aprehensión el niño manipula todo lo que ve en el espacio. Repite esto una serie de veces (reacción
circular). Se presenta un hábito sin diferenciación entre fines y medios empleados, pero se comienza
a realizar esta diferenciación poco a poco.
- ESTADIO VI: término del período senso-motor y transición con el período siguiente. Conoce nuevos
medios mediante combinaciones interiorizadas, que desembocan en una comprensión repentina o
insight.
La inteligencia sensomotora organiza lo real, construyendo los esquemas permanentes del sujeto (espacio,
tiempo, causalidad). El universo práctico elaborado en el segundo año está formado por objetos
permanentes (ausentes en el universo inicial, en el cual se encontraban los objetos transicionales). Al
comienzo no hay ni un espacio ni un orden temporal que engloben a los objetos o acontecimientos, sólo hay
espacios heterogéneos centrados en el propio cuerpo que después se coordinarán. (explicar bien el
concepto de desplazamiento)
Gracias a las conductas de búsqueda de objetos permanentes, los desplazamientos se organizan en una
estructura fundamental.
A su vez, el sistema de objetos permanente y sus desplazamientos son indisociables de una estructuración
causal. Al comienzo la causalidad es fenomenista, porque cualquier cosa puede producir cualquier otra
según reacciones anteriores observadas, y mágica porque se centra en el sujeto solamente. Luego la
causalidad va siendo más objetiva y situándose en objetos externos. En los dos primeros estadios no hay
conciencia sobre el yo.
<<<<El esquematismo senso-motor se manifiesta bajo tres grandes formas sucesivas: Las formas iniciales
están constituidas por estructuras de ritmo. Seguidamente se ven regulaciones que diferencian estos ritmos
anteriores siguiendo múltiples esquemas, y por último aparece un comienzo de reversibilidad fuente de
futuras “operaciones” del pensamiento>>>>
El aspecto cognoscitivo (paso de estado inicial centrado en el yo a una diferenciación entre yo-no yo) de las
conductas consiste en su estructuración y el aspecto afectivo en su energética. (estos son irreductibles y
complementarios). Una vez diferenciado el yo, no-yo se puede realizar una descentración afectiva y
cognoscitiva.
Durante el estadio III y IV, se dan reacciones intermedias, en función de una creciente complejidad de
conductas y una multiplicación de satisfacciones psicológicas las cuales se añadieron a las orgánicas.
Antes de la diferenciación yo, no-yo el niño elabora un sistema de intercambios, gracias a la imitación, a la
lectura de gestos y mímicas, etc.
Durante los estadios V y VI se asiste a una elección de objeto afectiva (llamada así por Freud), las cuales
ahora se denominan relaciones objetales. Estas están en estrecha relación con los esquemas de objetos
permanentes. (la afectividad descentralizada se dirige a estos objetos). La falta de interacciones
estimuladoras en el niño puede producir retrasos sistemáticos de desarrollo e incluso detenciones y
regresiones.
Esta función contiene una imitación diferenciada, en la que una conducta se imita sin presencia del modelo (a
diferencia del modelo senso-motor). También hay un juego simbólico o de ficción. El dibujo o imagen gráfica.
Luego la imagen mental que aparece como una imitación interiorizada, y por último la evocación verbal de
acontecimientos no actuales. La imitación constituye una representación en actos materiales (el periodo
senso-motor), todavía no en pensamiento. Pero con el juego y el dibujo se va pasando de la representación
en acto a la representación en pensamiento y luego a la imagen mental en el cual la representación se
interioriza. El proceso culmina con la adquisición del lenguaje.
Podemos decir que la función semiótica engendra dos instrumentos: los símbolos que son motivados (paso
de la pre-representación en acto a la representación interior o pensamiento) y los signos que son arbitrarios y
convencionales (son colectivos, el niño los recibe por el canal de la imitación, pero de modelos exteriores)
El juego simbólico es el apogeo del juego infantil. Es importante que el niño se encuentre en un entorno en el
cual lo indispensable sea la asimilación de lo real al yo; siendo el juego el que transforma lo real por
asimilación a las necesidades del yo, mientras que la imitación es acomodación a los modelos exteriores. (La
inteligencia es el equilibrio entre asimilación y acomodación). Los niños en el juego simbólico suelen utilizar
un simbolismo lúdico, esto es una asimilación sistemática, la cual se usa para expresar lo que en la
experiencia vivida no pudo ser formulado y asimilado sólo por los medios del lenguaje. (simbolismo centrado
en el yo).
Un niño a los cinco años y medio sabe dibujar bien en copia. Pero solo puede imaginar una representación a
los siete años o más.
Cuando la imagen ya no es estática sino anticipadora, puede servir de soporte a las operaciones. Sin
embargo, las imágenes mentales sólo constituyen un sistema de símbolos que traducen más o menos
exactamente (con retrasos) el nivel de comprensión preoperatoria y luego operatoria de los sujetos.
En cuanto a la memoria, sabemos que hay dos tipos; la memoria de reconocimiento (sólo actúa en presencia
del objeto) y la memoria de evocación (evocar en ausencia del objeto mediante una representación-imagen.
No aparece antes de la imagen mental, el lenguaje, etc).
La memoria es entonces el aspecto figurativo de los sistemas de esquemas en su totalidad, a partir de los
esquemas senso-motores elementales hasta los esquemas superiores, cuyo aspecto figurativo de orden
mnésico será el recuerdo-imagen.
El lenguaje comienza con una fase de balbuceo espontáneo (seis a diez meses), luego se da una fase de
diferenciación de los fonemas por imitación (11 a 12 meses). Después del segundo año se señalan frases
completas sin conjugaciones y luego una adquisición de estructuras gramaticales. y por último la adquisición
de la sintaxis que no se reduce a una imitación pasiva, sino a una asimilación generalizadora.
Las conductas verbales gracias a la evocación pueden introducir relaciones con mayor rapidez, mientras que
las conductas senso-motoras se ven obligadas a seguir los acontecimientos sin sobrepasar la velocidad de la
acción. Además, estas están limitadas al espacio y tiempo próximos mientras que el lenguaje permite al
pensamiento referirse a extensiones espacio-temporales mucho más amplios.
Es la función semiótica la que desliga al pensamiento de la acción y la que crea en cierto modo la
representación. Los sordomudos no disfrutan del lenguaje articulado, pero poseen esquemas senso-motores
intactos (en los ciegos es de forma inversa).
El lenguaje no constituye la fuente de la lógica como muchos pensaban, sino que por el contrario está
estructurado por ella.
TEXTO 4: Scipioni De Lentini, A.M. (s/f) Construcción de la realidad. Documento de cátedra. Pág. 1-7.
Piaget analiza las transformaciones psicológicas del pasaje del caos al cosmos, es decir, el niño a medida
que se va descubriendo, va constituyendo el universo y se sitúa en el. En los primeros meses de vida del
niño, el universo no presenta ni objetos permanentes, ni espacio objetivo, ni tiempo que relación los
acontecimientos, ni causalidad exterior. Pero al final del camino, cuando ya se ha estructurado el lenguaje y
el sujeto posee pensamiento reflexivo, los objetos tendrán permanencia, forma y tamaño; así estará en
condiciones de relacionar tiempo y espacio, conocerá la causa de lo que ocurre a su alrededor. Este proceso
se lo denomina “organización de la realidad” o “construcción del mundo real”
Estadio 4 (4-12 meses) búsqueda activa del objeto desaparecido, pero sin tener en cuenta la sucesión de
desplazamientos visibles
El niño busca los objetos que se le esconden detrás de otro o que se le ocultan, siempre que haya visto
antes las acciones mediante las cuales se ha ocultado el objeto. Una reacción típica es que si se oculta un
objeto en A, el niño lo busca y encuentra, pero si se saca de A y se oculta en B entonces es probable que lo
busque en A, como si el lugar donde fuera a encontrar dependiera de las acciones y no de sus
desplazamientos.
Estadio 5 (12-18 meses) se tiene en cuenta los desplazamientos visibles del objeto
Aquí el niño aprende a buscar solo en el lugar donde el objeto se vio por última vez. No obstante, cuando la
trayectoria del objeto hasta el lugar donde queda oculto, no es visto por el niño, este no logra hallarlo.
Comienza espontáneamente a hacer mover los objetos para estudiar sus trayectorias, y observa los
movimientos que otros imparten a los objetos.
Comienza a distinguir entre el espacio cercano y el no tan cercano. Por ej: el niño busca un móvil que se ha
escondido detrás de otro objeto, además, el miso se entretiene escondiendo y encontrando los juguetes.
Estadio 3
Causalidad mágico-fenomenista (creer que se puede actuar a distancia sobre cosas)
Cuando el niño tira repetidamente un hilo para agitar un sonajero ligado a él, él no reconoce los vínculos con
necesidades causales: la mano, el hilo, el sonajero, pero es una causalidad ligada a la acción. El niño tiene
una conducta más sistemática e intencional debido a la prensión y al manejo de los objetos. Por las
reacciones circulares secundarias comienza a verse actuar a sí mismo y así puede empezar a formar una
distinción entre acto y el resultado externo.
En base a este problema afirma que existe una continuidad entre la inteligencia y los procesos biológicos: la
inteligencia verbal (el lenguaje) se apoya sobre la inteligencia senso-motriz, y está a su vez, sobre los hábitos,
que suponen un sistema de reflejos conectados con el organismo. Este aporta la estructura anatomica y
fisiologica para la existencia de los reflejos. El ejercicio de los reflejos da origen a los primeros hábitos y a
partir de ellos, se estructura la inteligencia sensomotora.
Piaget manifiesta que para conocer el sujeto necesita una experiencia activa sobre los objetos que lo rodean,
transformarlos, desplazarlos, conectarlos, separarlos. Entonces el conocimiento tenía puesto el acento en el
objeto, en el mundo exterior y la inteligencia procedería desde ahí, (Perspectiva empirista), desde las
interacciones que se dan entre el sujeto y el objeto.
El aporte del organismo es definitorio y condiciona el posterior desarrollo intelectual, es lo que se conoce con
el nombre de factores hereditarios:
1- Los de orden estructural (constitución del sistema nervioso y de los órganos de los sentidos.)
2- La herencia del funcionamiento (es la función de las estructuras) acción de una subestructura sobre la
estructura total.
La inteligencia funciona frente a las presiones del exterior, y en dicho funcionamiento existen elementos
variables e invariables.
Las funciones son invariantes, en cambio las estructuras se van construyendo gracias al intercambio con el
medio
Las funciones del interés son comunes a todos los estadios. La necesidad, los intereses, desencadenaron la
conducta y dichos intereses dependen del conjunto de nociones adquiridas, así como sus disposiciones
afectivas, tratando además de completarlas y darles mayor equilibrio. En esto consiste el proceso
ADAPTATIVO, es un continuo reajuste y equilibración. Cada conducta nueva tiende a lograr un equilibrio más
estable que el que existía antes de la perturbación; cada fase representa un progreso.
Toda necesidad tiende a asimilar el mundo exterior a las estructuras que ya existen y a acomodarse o los
objetos exteriores, esto es adaptación. Por lo tanto, puede decirse que toda conducta es una adaptación
supone dos aspectos inseparables, el afectivo y el estructural o cognitivo.
La inteligencia es un caso particular de adaptación, es una organización cuya función es construir el universo
como el organismo estructura al medio, la CONDUCTA INTELIGENTE debe ser un todo organizado.
La organización intelectual procede de la organización biológica y es una invariante que orientara las
sucesivas estructuras que elabore el sujeto en su contacto con el mundo que lo rodea.
La organización y la adaptación son las dos funciones biológicas que la inteligencia recibe del organismo
como aporte hereditario y que utiliza en todo su desarrollo y durante toda la vida del individuo. Son las
invariantes funcionales.
- Asimilación: Es la acción del organismo sobre los objetos. Tiene que ver con la asimilación de los
objetos a los esquemas anteriores del sujeto, se integran los elementos exteriores a estructuras en
evolución o ya acabadas del organismo.
- Acomodación: el sujeto o sus esquemas se transforman en función del medio. Esto quiere decir que
se modifican con el fin de que sea posible la adaptación.
Esta interacción entre los procesos implica un equilibrio entre ambas, y se denomina ADAPTACIÓN
COGNITIVA, es decir, la CONDUCTA INTELIGENTE.
Esta equilibración es concebida como una AUTORREGULACIÓN. La equilibración consiste en una serie de
reacciones activas del sujeto en respuesta a las perturbaciones exteriores. Cada uno de los estadios del
desarrollo cognitivo establece en el individuo un equilibrio, luego este entra en crisis, lo que implica un nuevo
conflicto a resolver, y se genera un estado de desequilibrio nuevamente. Este proceso debe ser optimizador,
debe implicar un progreso desde un estado de menor conocimiento a uno de mayor.
CONCEPTOS FUNDAMENTALES:
- Acción: Toda conducta que se ejerce sobre los objetos, incluye acciones materiales y las acciones
interiorizadas.
- Esquema o esquema de acción: Una estructura cognoscitiva. Es una secuencia de acciones que
constituyen una totalidad organizada, con cierta cohesión y que mantienen su identidad en una forma
de unidad casi estable y repetible.
- Estructura: un sistema de transformaciones que incluye leyes, y que se conserva o enriquece por las
intervenciones de sus transformaciones. Es una totalidad que se transforma y autorregula.
PERIODO SENSORIOMOTOR
Piaget parte de la hipótesis que la inteligencia es una adaptación que se desarrolla desde que el niño nace.
En el periodo que va desde el nacimiento hasta la adquisición del lenguaje, el niño va conociendo el mundo
que lo rodea a través de las percepciones y de los movimientos o acciones, de alli el termino sensoriomotor.
El desarrollo de la inteligencia sensorio-motriz o práctica pasa por seis estadios.
ESTADIO 2: Las primeras adaptaciones adquiridas y las reacciones circulares primarias. 1 a 4 meses.
Este segundo estadio, se caracteriza por las reacciones circulares primarias. El niño busca repetidamente
mantener y reproducir un resultado que le interesa y descubrió por casualidad (por ejemplo, agarrara y soltar
la sabanita, que casualmente entró en contacto con su mano).
Comienzan a existir los primeros hábitos simples, las más elementales adquisiciones motoras. Debido a la
asimilación, el infante tiende a repetir esta adaptación, de esta forma la nueva respuesta se fortalece y
consolida en un nuevo esquema.
Las reacciones circulares primarias están más concentradas en el propio cuerpo del infante y giran alrededor
de él.
Desde el punto de vista de espacio-tiempo, causalidad y objeto, los dos primeros estadios no se diferencian.
El universo del niño está compuesto por cuadros perceptivos, móviles, no sustanciales.
ESTADIO 3: La reacción circular secundaria y los procedimientos para prolongar espectáculos interesantes. 4
a 8 meses.
Este estadio se caracteriza por la adquisición de la prensión y la visión. Esto le permite al niño actuar sobre
los objetos, tomarlos, manipularlos, y, por otra parte, esta coordinación es importante en la construcción del
mundo exterior: actuando sobre las cosas, el niño comienza a considerarlas como resistentes y permanentes.
Las acciones se organizan en una clase particular de comportamiento, que Piaget llama “procedimientos
para prolongará los espectáculos interesantes”, esto se relaciona con los primeros pasos hacia la
intencionalidad, ya que, si el niño nota que con determinada acción llegó a una meta interesante, lo querrá
volver a hacer. La intención comienza a aparecer después de que se ha descubierto la meta.
En relación a la causalidad, el niño tiene una noción mágica de esta, ya que la única forma de causalidad que
existe para él es aquella que puede manejar a través de su propia actividad, incluso hasta cree que puede
manejar cosas a distancia.
En cuanto al espacio, los distintos espacios (tactil, visual) ahora se coordinan entre ellos a través de la
prensión, la cual relaciona el espacio visual al espacio táctil, al espacio bucal y asegura así al objeto un
comienzo de permanencia. Hasta el momento los objetos no tienen permanencia, desaparecen apenas salen
de campo visual.
Este cuarto estadio se caracteriza por la constitución del objeto permanente. Ahora el niño es capaz de
levantar el pañal que ha cubierto el juguete que le interesa, pero no tiene en cuenta todavía la sucesión de los
desplazamientos visibles. Esto quiere decir que, si primero el juguete es cubierto por un pañal A y el bebé lo
descubre, luego al ponerlo debajo del pañal B, el niño va a buscarlo nuevamente debajo del pañal A.
En relación al espacio, la adquisición de la noción de revés de los objetos permite adquirir la noción de su
forma constante. Al mismo tiempo, se adquiere la perspectiva y las relaciones de profundidad entre los
objetos.
Causalidad: el niño deja de considerar su propia acción como única fuente de causalidad y atribuye a otras
personas, objetos.
ESTADIO 5: La reacción circular temprana y el descubrimiento de nuevos medios por experiencia activa. 12 a
18 meses.
La reacción circular terciaria son repeticiones de las actividades que el niño encontró interesantes. A
diferencia de la secundaria, en la repetición el niño introduce variaciones y graduaciones para descubrir
fluctuaciones del resultado mismo. Piaget las llama “experiencias para ver lo que pasa”.
Es típico de este estadio el descubrimiento de nuevos medios a través de una experimentación activa. Las
conductas como el uso de soportes, piolas y palos, constituyen las formas más elevadas de actividad
intelectual antes de la aparición de la inteligencia representativa.
En la búsqueda de un objeto desaparecido, ahora el niño tiene en cuenta los desplazamientos sucesivos y
visibles. Se constituye el objeto permanente independiente de la propia acción, pero únicamente en el campo
de la percepción.
Por otra parte, el espacio pasa a ser un medio homogéneo que engloba al sujeto igual que a los objetos. Así,
las acciones del niño no están solamente centradas en su propia actividad.
Por esta razón, la casualidad ya no se atribuye únicamente al sujeto. Los objetos ordenados en el espacio
pasan a ser centros autónomos de actividad, a causa distintas que la propia acción.
La representación se refiere a que los diversos esquemas interrelacionados son representados internamente
por el niño antes de ser aplicados a la realidad. La invención, por otra parte, concierne a la interrelación de
estas representaciones.
Ahora el niño es capaz de crear imágenes simbólicas, hechos que no están en su campo perceptual.
TEXTO 7: Gonzalez Pena, L.A. Y Bower, L. (2011) Teoría de la inteligencia de Jean Piaget. Período
preoperatorio. Documento de cátedra. Pág. 1-17
El desarrollo es un proceso constructivo que va desde lo más simple (nivel sensoriomotor) a lo más complejo
(nivel operacional), entre ambos extremos se encuentra un nivel que prepara el cambio: la inteligencia
preoperatoria, la cual marca la aparición de la representación mental.
Piaget diferencia la inteligencia del pensamiento. El primero implica la solución de un nuevo problema, la
coordinación de medios para llegar a un fin. El pensamiento es la interiorización de la inteligencia que se
apoya sobre la representación de una acción.
DE LA INDIFERENCIACIÓN A LA DIFERENCIACIÓN.
No solo el pensamiento, sino que toda actividad cognoscitiva y motriz consiste en vincular significaciones.
En el periodo sensoriomotor el significante está indiferenciado del significado, por esto se dice que existen
indicios o señales en los que el significante constituye una parte objetiva del significado, está unido a él por
una relación de causa-efecto (tetina=mamadera; puerta que se abre=mama que llega).
En el periodo pre-operacional, con la aparición de la función simbólica, los significantes se diferencian de sus
significados, aparece y se comprenden los símbolos (es una relación de semejanza entre el significante y el
significado, es individual) y signos (es arbitrario, no hay relación entre el significante y el significado, requiere
de lo social para ser elaborado).
Por esto es que la adquisición de la función simbólica se expresa en un conjunto de conductas casi
simultáneas, con complejidad creciente:
1- Imitación diferida: es la imitación que ocurre en ausencia del modelo, esto constituye un comienzo de
representación. Al final del periodo sensoriomotor lo que se logra es una representación de actos materiales,
no en pensamiento donde se encuentra una imitación generalizada, que prepara para la imitación diferida.
2- Juego simbólico: cumple una función esencial en la vida del niño, ya que este se encuentra obligado a
adaptarse en el mundo social, al cual no comprende del todo y cuyas reglas e intereses son exteriores a él. El
niño no satisface sus necesidades. Por esto es por lo que necesita un sector en donde se dé una asimilación
de lo real al yo, sin coacciones ni sanciones.
A demás de comunicar sus necesidades mediante el lenguaje, el niño debe disponer de un medio propio de
expresión adaptado a sus deseos.
3- Dibujo o imagen gráfica: se inscribe en el transcurrir del juego simbólico. Luquet ha demostrado que el
niño dibuja lo que sabe de un personaje muchos antes de expresar gráficamente lo que ve en él. El realismo
del dibujo pasa por diferentes etapas:
- Realismo fortuito: garabatos con significados que descubre luego.
- Realismo frustrado: los elementos de la copia están yuxtapuestos en vez de coordinados en un todo.
- Realismo intelectual: proporciona los atributos intelectuales sin preocuparse por la perspectiva visual
(persona de perfil con dos ojos).
- Realismo visual: las partes ocultas de los objetos no figuran.
4- Imagen mental: aparece como una imitación interiorizada pero no hay huellas de este momento. Hay dos
tipos de imágenes mentales:
- Imágenes reproductoras: se limita a evocar espectáculos ya conocidos, sin posibilidad de cambios.
- Imágenes anticipadoras: se imaginan cambios y movimientos en los espectáculos, sin haber tenido
un suceso igual. Se da sólo en las operaciones concretas, luego de los 7 u 8 años.
5- Lenguaje: con su aparición las conductas son muy modificadas (afectiva e intelectualmente). Se adquiere
la capacidad de reconstruir acciones pasadas en forma de relato y de anticipar su acción. También posibilita
la interacción entre individuos, también se interiorizan palabras, o sea el pensamiento propiamente dicho.
- El lenguaje conduce a la socialización de los actos, estos ya no pertenecen exclusivamente al yo que
los engendra.
- El lenguaje no es quien abre paso a la semiótica, sino que es solo una forma particular de la función
semiótica.
*la intuición es un equilibrio menos estable que la operación por la falta de reversibilidad, pero en relación a
los actos pre-verbales es una conquista indudable*
Principales características del pensamiento pre-operacional: es egocéntrico, centrado, atiende a los estados,
predomina el desequilibrio, opera con imágenes concretas, es irreversible, es preconceptual, es animista y
artificialista.
Piaget estudia los elementos psicológicos que juegan un papel fundamental en ese pasaje del caos al
cosmos, mientras continúa observando el desarrollo de la inteligencia, así el niño en los primeros meses el
niño y su universo no tiene ni objetos, ni espacio objetivo, ni tiempo.
Pero cuando ya estructuro el lenguaje y el pensamiento reflexivo, es encontrara en ese universo donde los
objetos tendrán permanencia, forma y tamaño, y conocerá las causas de lo que ocurre.
Este proceso se denomina, construcción de la realidad o del mundo real.
Estadio IV (8-12 meses) búsqueda activa del objeto desaparecido pero sin tener en cuenta la sucesión de
desplazamientos visibles.
El niño busca los objetos que se le esconden detrás de otro siempre que haya visto como lo ocultaban.
Estadio V (12-18 meses) se tiene en cuenta los desplazamientos visibles del objeto.
Aquí el niño aprende a buscar solo en el lugar donde el objeto se vio por última vez, no obstante cuando la
trayectoria del objeto hasta el lugar donde se esconde no es visto por el niño este no logra hallarlo.
Estadio VI: representación de desplazamientos invisibles.
El niño por primera vez es capaz de representarse el objeto, aquí encontramos el concepto de OBJETO
MADURO, el niño se imagina una serie de ubicaciones posibles del objeto ya le otorga existencia propia.
Estadio III: coordinación de los grupos prácticos y constitución de los grupos subjetivos.
Con la creciente coordinación entre los esquemas en especial entre la visión y la presión se producen
adquisiciones importantes:
1. A través de la reacción circular secundaria el niño comienza a manipular activamente los objetos y se
halla en condiciones de advertir las relaciones espaciales que ligan entre sí los objetos percibidos y…
2. Empieza a percibir cómo actúa el igual sobre las cosas o más precisamente empieza a percibir cómo
actúan sus manos y sus brazos sobre las cosas
Pero hay una limitación la organización que percibe no es de un espacio objetivo que tiene al yo como a los
demás objetos, sino que es subjetivo unido a la acción.
La importancia cultural y social del juego es universalmente admitida, pero no hay una unidad de criterio
entre los autores que se han ocupado del tema para dar una explicación de su significado, por ejemplo, para
Melanie Klein el juego no es simplemente la satisfacción de un deseo, sino un triunfo y dominio de la realidad
penosa, mediante el proceso de proyección en el mundo exterior de los peligros externos, el juego
transforma la angustia en placer.
Freud en el “más allá del principio de placer” describe la esencia misma del juego señalándolo como motor
de esta actividad la angustia surgida de situaciones excesivas para el yo que ponen en movimiento la
compulsión a repetir todo lo que ha sido traumático, esto le permite adaptarse posteriormente a situaciones
similares en la realidad.
Podemos decir, además, que el juego es el mejor medio de auto-expresion del niño, ya que la realidad
produce innumerables frustraciones a causa de los límites impuestos por los adultos y sus propias
inhibiciones y debe entonces buscar en sí mismo la mayor parte del material para auto-expresarse.
El juego también a ser como un mundo propio le brinda la oportunidad de dar libre escape a un sentimiento
de inferioridad y de adquirir otro de seguridad.
El juego es el primer intento de establecer contactos sociales y de comprender el significado del mundo y de
las relaciones interpersonales; le brinda la oportunidad de adaptarse a la realidad y es uno de los pasos
principales en la búsqueda de sí mismo.
Este tipo de juego reaparece en toda la infancia pero disminuye cuando aparece el símbolo y la regla.
Es indispensable para su equilibrio afectivo e intelectual que pueda disponer de un sector de actividad cuya
motivación no sea la adaptación a lo real sino la asimilación de lo real al yo, sin sanciones: esto es el juego
que transforma lo real por asimilación más o menos pura a las necesidades del yo, mientras que la imitación
es acomodación a los modelos exteriores.
El juego simbólico se refiere frecuentemente también, a conflictos inconscientes: intereses sexuales, defensa
contra la angustia, fobias, agresividad, etc…
ESTADIO I:
- Tipo AI: proyección de esquemas simbólicos en objetos nuevos: una vez constituido un esquema
simbólico que el niño reproduce por sí mismo, llega un momento en el que el sujeto atribuirá a otro y a
las cosas el esquema que se ha hecho familiar. Ej: después de haber jugado a hacer como que se
duerme durante dos meses, jackeline hace hacer noni a su oso y a su perro.
- Tipo IB: proyección de esquemas de imitación de nuevos objetos: se trata de una proyección de
esquemas simbólicos, tomados de algunos modelos imitados y no directamente de acción propia.
Por ej: hacer como que lee un periódico
- Tipo IIA: simple asimilación de un objeto a otro: estas asimilaciones se presentan directamente y
ocasionan el juego. Por ej: se llena la mano con caracolitos y dice “flores”.
- Tipo IIB: Asimilación del propio cuerpo al de otro o a cualquier objeto: ordinariamente se llama juego
de imitación. Por je: hace como si planchara, pero, después de un momento ella misma es la
planchadora “soy la señora X que está planchando” (asimila enteramente al otro).
- Tipo III: los diferentes tipos a distinguir en esta tercera etapa son de complejidad creciente.
- Tipo IIIA: Combinaciones simples: este juego es la combinación de los tipos IIA y IIB pero con
construcción de escenas completas en lugar de asimilaciones simples de objeto a objeto o
imitaciones aisladas. Ej: L, inventa una escena con detalles bien limitados, en donde lava, seca y
plancha sábanas de sus muñecas.
- Tipo IIIB: Combinaciones compensadoras: este juego se da cada vez que se quiere corregir lo real
más que reproducirlo por placer. Ej: se le prohíbe ir a la cocina por los baldes de agua caliente de allí,
luego inventa una historia de un chico que iba a la cocina, cuando Odette paso con el agua caliente
hacia la cocina ella la observa, se hizo a un lado, y después dice “no fue más a la cocina” terminando
con una aceptación simbólica.
- Tipo IIIC: Combinaciones liquidadoras: en presencia de situaciones dolorosas o penosas, el niño
puede compensar o bien aceptar, pero en este último caso intenta revivirlas trasponiéndolas
simbólicamente: así al ser aisladas del contexto desagradable, la situación se asimila progresivamente
por incorporación de conductas. Consiste en liquidar una situación desagradable reviviéndola
ficticiamente: J. ha tenido miedo sentada en la nueva silla de comer. Coloca luego sus muñecas en
posiciones incómodas y les dice: “esto no hace nada, está bien, etc.”.
- Tipo IIID: combinaciones simbólicas anticipadoras: en estos juegos se trata de aceptar una orden o
un consejo, pero anticipando simbólicamente las consecuencias de la desobediencia. Ej.: J, se pasea
por la montaña por un camino escarpado: “cuidado con esa piedra resbalosa, sabes? Marecage
(amiga imaginaria) ya paso una vez sobre una piedra, no se fijó bien y entonces se resbaló y le dolió
mucho”.
ESTADIO II
De los 4 a los 7 los juegos simbólicos comienzan a desaparecer, porque al acercarse cada vez más a lo real,
el simbolismo llega a perder su carácter de deformación para convertirse en una simple representación
imitativa de la realidad. Hay 3 caracteres que diferencian los juegos simbólicos a los del anterior.
1. El orden relativo de las construcciones lúdicas: a partir de los 4 años la secuencia de las ideas en el
curso del diálogo permiten proseguir un interrogatorio, lo cual se vuelve un juego.
2. Preocupación creciente por la imitación exacta de lo real: gran cuidado en reproducir con exactitud las
construcciones materiales que acompañan al juego (cocinitas, mesas)
3. Comienzo del simbolismo colectivo: después de los 4 años comienza el juego socializado, donde los
papeles no solo se diferencian, sino que se complementan también.
ESTADIO III
Situado entre los 11 y 12 años y se caracteriza por la disminución del simbolismo en provecho de los
juegos de reglas o construcciones simbólicas cada vez menos deformantes y cada vez más cercanos al
trabajo continuo y adaptativo.
Juego de reglas
Este se constituye durante el segundo estadio (4 a 7 años) y sobre todo al tercer periodo (de los 7 a los 11
años) pero subsiste y se desarrolla durante toda la vida (deportes, cartas, ajedrez, etc.), a diferencia de los
anteriores de los cuales solo quedan residuos (como divertirse con su aparato de radio o contar una historia)
el juego de reglas es la actividad lúdica del ser socializado: así como el símbolo reemplaza el ejercicio simple
apenas surge el pensamiento, la regla reemplaza al símbolo y enmarca al ejercicio apenas ciertas relacione
sociales se constituyen.
Lo que más se parece a reglas observables en el niño como individuo son los juegos sensoriomotores
ritualizados, pero que no se podrían confundir con reglas puesto que no hay en ellos obligaciones y
defensas. Así, sucede a menudo que los niños (y aun los adultos) sigan un sendero prohibiéndose poner el
pie encima de las líneas que separan las baldosas. Pero una de dos: o se trata de un simple juego de
ejercicio con ritualización, o el sujeto se impone una regla porque conoce otras reglas y ha interiorizado así
una conducta social.
Respecto a las reglas propiamente dichas es importante distinguir entre dos tipos: las reglas transmitidas y
las reglas espontáneas, dicho de otra manera, aquellos juegos que se convierten en institucionales, en el
sentido de las realidades sociales, pues se imponen por presión de las generaciones anteriores, y los juegos
que son de naturaleza contractual y momentánea. Los juegos de reglas institucionales, suponen la acción de
los mayores sobre los menores: imitación de los mayores a causa de su prestigio, etc. Los juegos
espontáneos, proceden de la socialización, de juego simple o simbólico y se limita a las relaciones entre
iguales y contemporáneos.
Los juegos de reglas son juegos de combinaciones sensorio-motoras (carreras, lanzamiento de bolitas,
bolas, etc.) o intelectuales (cartas, damas, etc.) con competencia de los individuos (sin lo cual la regla sería
inútil) y regulados por un código transmitido de generación en generación o por acuerdos improvisados.
Recordando los conflictos por los que atraviesa el niño, de cero a dos años, es decir, el de confianza vs
desconfianza, donde la parte que adquiere mayor importancia es la boca, el modo de conducta es
incorporar y la modalidad social es obtener.
De los 3 a los 5 años, el conflicto es iniciativa vs culpa, la parte del cuerpo que adquiere más importancia
son los genitales y la modalidad social es la conquista.
- JUEGO MACROCÓSMICO: es el juego que llega a la macroesfera, el mundo compartido con los
otros. Al principio esos otros tratados como cosas, inspeccionados, atropellados. Por medio del
aprendizaje el niño va descubriendo qué contenidos lúdicos pueden admitirse sólo en la fantasía o en
el juego auto cósmico, que otros contenidos pueden compartirse con los otros e imponerse a los
otros. Cuando todo esto se aprende, cada esfera adquiere su propio sentido de realidad y dominio.
El juego solitario sigue siendo un puerto inesperado para la reparación de las emociones destrozadas
en los contactos sociales, en el introduce todos los aspectos de su yo que han resultado más
dañados. condición fundamental, según Erickson, para que el juego se transforme en un elemento
diagnóstico y terapéutico.
Ahora trataremos de ver cómo el niño, mediante el juego, puede solucionar los conflictos de estas etapas
evolutivas:
El lactante, abre y cierra los ojos y con este juego tiene el mundo o lo pierde, también emite sonidos y juega
con ellos, el llanto le sirve para reclamar a su madre, para saber que no ha desaparecido, que puede tenerla y
cuenta con ella. En la segunda mitad del primer año, surge un nuevo interés en su juego: ha descubierto que
algo penetrante puede entrar en un hueco, este descubrimiento es el anuncio de la forma de expresar amor:
entrar en alguien, recibir a alguien dentro de sí, unirse y separarse. Este tipo de juego lo ayuda a obtener su
primer logro social, o sea, permitir que la madre se aleje de su lado sin experimentar ansiedad indebida (le
ayuda a conseguir un sentimiento de confianza).
En la segunda etapa, aún no han completado las tareas de adaptación impuestos por la sociedad en
relación con los procesos corporales, orales, anal y uretral. Su impulso de exploración se ve constantemente
coartado. Los alimentos son para comerlos, no para jugar con ellos, y las heces y la orina, nunca pueden
manipularse. Desde el punto de vista del niño, los productos corporales son tan legítimos como cualquier
otra sustancia y su deseo de llegar a conocerlos es particularmente urgente, ya que han formado parte de él
mismo. Negarle este derecho es enajenarlo con respecto a una parte de su ser. Pero el niño está en
condiciones de aceptar sustitutos para actividades que le son negadas. El busca el agua, la tierra y la arena
para satisfacer sus necesidades, y estas no deben ser frustradas por nuestras prácticas educacionales.
También pueden ofrecer arcilla, plastilina, pintura, etc.
El juego con la pelota es también importante en esta práctica de retener y soltar. El dominio de ciertas
habilidades, junto con el afianzamiento de la marcha y el manipuleo de objetos, le van otorgando un
sentimiento de autonomía. El placer de dominar los juguetes se asocia con el dominio de los traumas que se
proyectaron en ellos, y con el prestigio obtenido a través de ese dominio.
En la tercera etapa, la iniciativa se agrega a la autonomía. Se planea y ataca una tarea por el mero hecho de
estar activo y en movimiento. El niño se introduce en el mundo social. El varón se deleita con juegos de
conquista, misterio, acción, pistolas, revólveres, etc. La niña prefiere juegos más tranquilos, se entretiene con
muñecas, prepara la comida, sirve el té, finge relaciones sociales, busca identificarse con su madre, y con
roles adultos.
TEXTO 10: Sierra, N. (2012). Dos perspectivas sobre el juego infantil. Aportes del Psicoanálisis y de la
Psicología genética. Argonautas, Año 5, Nº 5: 64- 75.
El juego cumple una función central para el desarrollo humano y ha sido una actividad fundamental para los
niños en todas las épocas históricas. Ofrece a los niños infinidades de posibilidades de aprendizaje, elabora
y expresar sus fantasías infantiles.
Los dos aportes más importantes, son los de Piaget y Freud. Dos perspectivas diferentes que es necesario
conocer.
Hay registros sobre la variedad de juegos en diferentes culturas; por ejemplo, los arqueólogos en las culturas
más antiguas, juguetes prehistóricos como sonajeros, muñecas, carros, barcos, todos ellos de característica
universal, osea presentes en las mayorias de las culturas y épocas.
Johan Huizinga (1938) autor de “Homo Ludens”, plantea que la cultura humana brota y se desarrolla del juego
y como juego. Su interés no es pensar el juego en la cultura, sino la cultura como el gran juego de la
humanidad. El juego es, una actividad libre, pero enmarcada dentro de ciertas reglas obligatorias aceptadas
por el individuo; se trata de una acción que tiene un fin en sí misma que está acompañada de tensión y
disfrute.
A través del juego los niños construyen su propio mundo de sentidos, expresan sus fantasías, elaboran
subjetivamente acontecimientos y circunstancias vividas, se van integrando al mundo social que los rodea.
Los dos aportes más importantes, son los de Piaget y Freud. Dos perspectivas diferentes que es necesario
conocer.
Hay 3 tipos de juego: de ejercicio (característicos del estadio sensorio motor); simbólicos o de ficción
(pre-operatorio); y de reglas (implica relaciones sociales, con uso de reglas impuestas por el grupo).
- Los juegos de ejercicio, está presente entre el segundo y quinto estadio del nivel sensorio-motor.
Estos juegos consisten en el ejercicio de ciertas estructuras sin otro fin que el placer mismo del
funcionamiento. se pueden clasificar en: 1)- juegos de ejercicio simple: se limitan a producir una
conducta originariamente adaptada a un fin utilitario, pero sacándola de su contexto y repitiendola por
el solo placer de ejercer su función; 2)- combinaciones sin objetos: el niño construye nuevas
combinaciones que son lúdicas desde el comienzo; y, 3)- combinaciones con objetos o finalidad: en
este caso ya combina elementos con una finalidad lúdica, por ejemplo cuando ordena bloques.
- Los juegos simbólicos transcurre en el segundo año de vida y en continuidad con el cuarto estadio
del sensorio-motor. Aparece la función simbólica, se trata de la función por la cual se puede presentar
algo, cualquier significado: objeto, acontecimiento o esquema conceptual, por medio de un
significante diferenciado, es decir, un significado que solo sirve para esa representación. Se
distinguen cinco conductas de aparición casi simultáneas: imitación diferida, juego simbólico, dibujo,
imagen mental, y lenguaje. El juego simbólico señala el apogeo del juego infantil, cumple con la
función de transformar lo real por asimilación más o menos puras a las necesidades del yo.
Combinaciones simples que van desde transposiciones de escenas reales a desarrollos más o menos
extendidos. se acompaña con monolo, un lenguaje interior. dentro de estos juegos encontramos: 1.
las combinaciones compensadoras: no reproduce lo real, sino que corrige lo real; 2. las
combinaciones liquidadoras: intenta revivir simbólicamente las situaciones desagradables. alejando
esta situación del contexto real, es más fácil asimilarlo; y, 3. las combinaciones simbólicas
anticipadoras: se trata de aceptar una orden, pero anticipando simbólicamente las consecuencias de
la desobediencia.
De los 4 a los 7 años estos juegos simbólicos comienzan a desaparecer ya que se acerca más a lo
real.
- Juegos de reglas: aparecen en el segundo estadio de los 4 a los 7 años, pero sobre todo en el tercer
estadio de los 7 a los 11. este subsiste y se desarrolla durante toda la vida, como en los deportes o
juegos de cartas. Es la acción lúdica del juego socializado. Las reglas pueden ser espontáneas o
transmitidas (generacion a generacion). Estos juegos son combinaciones sensoriomotoras o
intelectuales, se convierten en una herramienta para la educación, para la socialización, la
construcción de pautas y reglas sociales entre pares.
Observación del juego Fort-Da y la conciliación con el Principio de Placer y como se repite esa vivencia
personal para el. El primer motivo que encuentra es el de hacerse activo al representar una vivencia donde
fue pasivo. Otra interpretación, es la venganza que toma el niño al arrojar el carretel (la partida de la madre)
que representaría “y bien, vete, no te necesito, yo mismo te echo”.
Uno de los motivos que moviliza estos juegos es el deseo de ser mayor. También es una vía para convertir en
recuerdo y elaboración psíquica lo que en sí mismo es displacentero. Que un niño no juegue nos indica que
está atravesando alguna dificultad en su constitución psíquica.
Le otorga al niño un resarcimiento al poner en escena por sí misma a la vivencia penosa, y la repetición de la
misma en el juego obtiene una ganancia de placer.
Lo desagradable es convertido en juego por el niño y esto le permite tener vivencia de manera activas de lo
que antes fue vivido de forma pasiva, lo cual le hace dominar la situación penosa.
Todo juego está inmerso en el deseo de ser grande y obrar como los mayores, con lo cual cumple una
función esencial en el aprendizaje y desarrollo del niño.
También pronto puede y quiere “incorporar” con los ojos lo que aparece en su campo visual, también su
sentido del tacto parece incorporar todo aquello que siente como bueno. Pero todas estas disposiciones son
muy vulnerables. A fin de asegurar que su primera experiencia pueda no solo mantenerlo vivo sino también
contribuir a coordinar su ritmo respiratorio, metabólico y circulatorio, los aportes a sus sentidos deben tener
la intensidad adecuada y producirse en el momento adecuado; de otro modo, su disposición se transforma
abruptamente en una defensa difusa. Entonces, ¿qué debe ocurrir para que el niño sobreviva y que no debe
suceder, a fin de que no muera o resulte severamente atrofiado?
Todo esto depende de la meta general y el sistema de una cultura. Lo que es bueno para el niño, lo que
puede sucederle, depende de aquello en que debe llegar a convertirse y dónde.
Pero mientras que el modo de la incorporación domina esta etapa, conviene familiarizarse con el hecho de
que el funcionamiento de cualquier zona correspondiente a un orificio corporal requiere la presencia de todos
los modos como modos auxiliares. Así, en la primera etapa incorporativa hay una ejercitación de las
mandíbulas y encías (segundo modo incorporativo); hay también una tendencia a escupir (modo eliminatorio)
y a apretar los labios (modo retentivo). En los niños vigorosos es posible observar incluso una tendencia
general intrusiva de toda la cabeza y el cuello, una tendencia a aferrarse a los pezones y, por así decirlo, a
meterse dentro del pecho.
Cualquiera de los modos auxiliares puede ser particularmente pronunciado en algunos niños y casi imposible
de observar en otros.
Un ejemplo de la falta de control interior sería el espasmo pilórico, que expulsa la comida poco después de
su ingestión. En tales casos el modo oral-eliminatorio ocupa un lugar al modo incorporativo supuestamente
predominante. La consecuencia puede ser un sobredesarrollo temprano del modo retentivo, y una clausura
oral que se convierte en una desconfianza generalizada con respecto a todo lo que se incorpora.
A medida que se amplía el radio de percepción, coordinación y responsabilidad del niño, este va enfrentando
los patrones educativos de su cultura, y aprende así las modalidades básicas de la existencia humana, cada
uno de ellas en formas personal y culturalmente significativas.
Obtener significa recibir y aceptar lo que nos es dado. Esta es la primera modalidad social que se aprende
en la vida; y parece más simple de lo que en realidad es, pues el vacilante e inestable organismo del recién
nacido adquiere dicha modalidad sólo cuando aprende a regular sus sistemas de órganos de acuerdo con la
forma en que el medio material integra sus métodos de cuidado infantil. Resulta claro, pues, que la situación
total óptima implícita en la disposición del recién nacido a obtener lo que se le da es su regulación mutua con
la madre, que le permite desarrollar y coordinar sus medios de dar. Hay una alta recompensa en términos de
placer libidinal como resultado de esta coordinación, que el término “oral” formula en forma inadecuada: la
boca y el pezón parecen ser meros centros de una atmósfera general de calor y mutualidad de las que no
solo esos órganos focales, sino también ambos organismos totales, disfrutan plenamente y a la que
responden con la relajación. La mutualidad de la relajación así desarrolla la importancia fundamental para la
primera experiencia cordial de “el otro”. Cabría decir que al obtener así lo que él desea, y al aprender a
conseguir que alguien haga lo que él desea, el niño desarrolla también el fundamento yoico necesario para
llegar a ser un dador. Cuando esto fracasa, la situación se desbarata en una variedad de intentos por
controlar a través de la compulsión o la fantasía y no de la reciprocidad. El niño intentará obtener mediante
una actividad azarosa lo que no puede conseguir a través de la succión central; se agotará o descubrirá su
pulgar y maldecirá al mundo. También la madre tratará de forzar las cosas, introduciéndole el pezón en la
boca. Desde luego, existen métodos para aliviar tal situación, pezones artificiales y en compensar la pérdida
oral a través del saciamiento de los receptores no orales: el placer que experimentan a sentirse sostenido,
calentado, mecido, el provocado por una sonrisa o unas palabras, etc.
En la segunda etapa, durante la cual la capacidad para asumir una actitud más activa y dirigida, y el placer
derivado de ella, se desarrollan y maduran. Aparecen los dientes, y con ellos el placer inherente de morder
las cosas duras, que no ceden a la presión, en morder objetos blandos y en destrozar otros con los dientes.
El modo de morder incluye una variedad de otras actividades. Los ojos que forman parte al principio de un
sistema relativamente pasivo para aceptar impresiones a medida que aparecen, ahora han aprendido a
enfocar, a aislar, a captar objetos y rescatarlos de un fondo más vago, y a seguirlos, también a discernir los
sonidos significativos, a localizarlos, y a guiar un cambio adecuado de posición (levantar y girar la cabeza,
levantar y girar el tronco) los brazos han aprendido a extenderse y las manos a asistir en forma más
intencional.
Con todo esto se establece una serie de patrones interpersonales centrados en la modalidad social de tomar
y aferrarse a las cosas. Cuando el niño aprende a cambiar de posición, a rodar sobre sí mismo, a sentarse,
debe perfeccionar los mecanismos correspondientes a captar, investigar y apropiarse de todo lo que está a
su alcance.
Este modo dos (incorporar mordiendo) domina la zona oral. Este progreso significa aquí que la libido del
niño sigue avanzando a fin de conferir poder a un segundo modo orgánico que, a su vez, llevará a la
integración de una nueva modalidad social: tomar. Una nueva etapa no significa una nueva zona o modo,
sino la disposición a experimental ambos en forma más exclusiva, a dominarlos de manera más coordinada y
a aprender su significado social con una determinada finalidad.
¿Qué ocurre si dicho proceso se ve impedido, acelerado o detenido? Aquí tiene lugar la desviación horizontal
o vertical. La desviación horizontal corresponde a un pasaje precoz al modo de la etapa siguiente, lleva a
una fijación en una zona, el individuo se aferra a los placeres orales de diversas características modales. La
fijación vertical es una fijación en el modo, esto es, el individuo tiende a desarrollar el modo I en una
variedad de zonas: siempre quiere obtener, o sea a través de la boca y de los sentidos, o de los otros
orificios, receptores o conductas. Este tipo de fijación será trasladada más tarde a otras zonas.
En esta etapa, sin embargo, ni siquiera el medio ambiente más favorable puede salvar al niño de un cambio
traumático. Me refiero al desarrollo general de los impulsos y mecanismos de la prensión activa, la aparición
de los dientes y la proximidad entre este proceso y el del destete y la creciente separación de la madre.
Es aquí donde “lo bueno” y “lo malo” irrumpen en el mundo del niño, a menos que su confianza básica en sí
mismo y en los demás ya se haya visto socavada en la primera etapa por paroxismos indebidamente
provocados o prolongados de rabia y agotamiento. Resulta imposible determinar qué siente el niño cuando
los dientes “perforan desde adentro”, en la misma cavidad asiento del placer, y que clase de dilema
masoquista resulta del hecho de que la tensión y el dolor provocados por los dientes, esos saboteadores
internos, solo pueden aliviarse mordiendo con mayor fuerza.
La rabia contra los dientes que muerden, la rabia contra la madre que se aparta y la rabia frente a la propia
rabia impotente, llevan a una intensa experiencia de confusión sádica y masoquista que deja la impresión
general de que, en algún momento, uno destruyó la propia unidad con la matriz materna.
Incluso en los casos más favorables, esta etapa deja como residuos un sentimiento primario de algo aciago y
destruido y de una nostalgia universal por el paraíso perdido.
Las etapas orales, por lo tanto, forman en el niño los resortes de sentimiento básico de confianza y
sentimiento básico de desconfianza que siguen siendo la fuente autógena de la esperanza primordial y la
condena durante toda la vida.
En cuanto a la analidad propiamente dicha, a esta altura mucho depende de que el medio ambiente cultural
desee hacer algo al respecto. Nuestra civilización occidental, por ejemplo, ha preferido tomar el asunto muy
en serio, y el grado de presión depende de la difusión de las costumbres de clase media y de la imagen ideal
de un cuerpo mecanizado, pues se supone que la educación temprana y rigurosa no solo contribuye a
mejorar la atmósfera hogareña sino que resulta absolutamente necesaria para el desarrollo del sentido del
orden y la puntualidad.
La educación de esfínteres se ha convertido en el problema más evidentemente perturbador de la educación
infantil en amplios círculos de nuestra sociedad.
Entonces, ¿Qué determina que el problema anal sea potencialmente tan difícil?
La zona anal se presta más que cualquier otra al despliegue de una empecinada obediencia a impulsos
contradictorios porque, por un lado, es la zona modal para dos modos conflictuantes de acercamiento, que
deben llegar a alternarse, la retención y la eliminación. Además, los esfínteres son solo una parte del sistema
muscular con su dualidad de rigidez y relajación, flexión y extensión. El desarrollo del sistema muscular da al
niño la capacidad para alcanzar y asir, para arrojar y empujar, para apropiarse de cosas y para mantenerlas a
cierta distancia. Toda esta etapa, se convierte en una lucha por la autonomía.
Al mismo tiempo, el niño tiende a la vez a acumular cosas y a descartarlas, a aferrarse a las posesiones y a
arrojarlas por la ventana. Todas esas tendencias aparentemente contradictorias, entonces, se incluyen en la
fórmula de los modos retentivo-eliminatorio.
En cuanto a las nuevas modalidades sociales desarrolladas en este momento, el acento recae sobre la
simple antítesis de soltar y aferrar, cuya proporción es de importancia decisiva para el desarrollo de la
personalidad individual como para el de las actitudes colectivas.
Si el control exterior ejercido por una educación demasiado rígida o demasiado prematura insiste en privar al
niño de su intento de ir controlando gradualmente sus intestinos y otras funciones ambivalentes a través de
su libre elección y voluntad, aquel volverá a enfrentar una doble rebelión y una doble derrota. Impotente en su
cuerpo e impotente afuera, se verá obligado a buscar satisfacción y control a través de una regresión o de un
falso progreso. Retornara a un control oral previo, es decir, chupándose el pulgar y recurriendo a los
lloriqueos y las exigencias o bien se volverá hostil e intrusivo, y utilizara las heces como municiones y fingirá
haber alcanzado una autonomía, una capacidad para manejarse sin ayuda de nadie, que en realidad no
posee en absoluto.
¿Qué cualidades perdurables están arraigadas en esta etapa muscular y anal? El sentimiento de bondad
interior da origen a la autonomía y el orgullo; el sentimiento de maldad, al de duda y vergüenza. Para alcanzar
la autonomía, se necesita un estado firmemente desarrollado y convincentemente continuado de confianza
temprana. Su medio ambiente debe respaldarlo en su deseo de “pararse sobre sus propios pies”, a fin de
evitar que se vea abrumado por esa sensación de haberse expuesto prematura y tontamente que llamamos
vergüenza, o esa desconfianza secundaria, que retrospectivamente llamamos duda. Por lo tanto, autonomía
vs vergüenza y duda constituyen el segundo conflicto nuclear, cuya resolución es una de las tareas básicas
del yo.
No solo está en condiciones de manifestar su papel sexual, sino que también comienza a comprender su
papel en la economía o, por lo menos, a comprender qué roles vale la pena imitar. Participa gradualmente en
la política infantil de la guardería, la calle y el patio de juegos. Su aprendizaje se vuelve ahora intrusivo; deja
de tenerlo a él mismo como centro y se desplaza hacia hechos y actividades siempre renovados: y el niño
comienza a percibir claramente las diferencias entre los sexos. Todo esto, pues, prepara el escenario para la
genitalidad infantil y para la primera elaboración de los modos intrusivo e inclusivo.
La genitalidad infantil está destinada a una permanecer rudimentaria, una mera promesa de cosas por venir.
Dicha genitalidad no suele ocasionar más que una serie de experiencias fascinantes, que son bastante
atemorizantes como para caer bajo la influencia de la represión durante lo que Freud llamó el periodo de
“latencia”.
Ahora se desarrolla un interés centrado en los genitales de ambos sexos, juntos con una vaga urgencia de
realizar actos sexuales. Aquí tiene lugar el complejo de Edipo y el severo golpe a través del claro hecho de
que, en la esfera genital, el niño es enormemente inferior, y que ni siquiera en el futuro remoto podrá ser el
padre en la relación sexual con la madre o la madre en la relación sexual con el padre.
La consecuencia es un profundo sentimiento de culpa, un extraño sentimiento, puesto que parece implicar
permanentemente que el individuo ha cometido un crimen que en realidad no sólo no ocurrió, sino que habría
resultado biológicamente imposible. esta culpa secreta ayuda a desplazar todo el peso de la iniciativa y el
poder de la curiosidad hacia ideales deseables y metas prácticas e inmediatas, hacia el mundo cognoscible
de los hechos y los métodos de hacer las cosas y no para "hacer" personas.
Esto presupone que se ha encontrado una solución perdurable para el tercer conflicto nuclear, que se
examinara el capítulo sobre el yo, entre la iniciativa y la culpa.
Es un hecho reconocido que todos los neuróticos demuestran estar trabados en sus ciclos sexuales: su
intimidad se ve perturbada cuando se acercan a sus parejas potenciales. Muchos otros preferirían ser
dependientes o tener a alguien que depende de ellos, destruir o ser destruidos, antes que amar con madurez,
y esto ocurre a menudo, aunque el individuo no sea manifiestamente neurótico en ningún sentido clasificable,
diagnosticable y curable.
¿existe la pregenitalidad solo para la genitalidad? Parecería que no. De hecho, la esencia misma de la
pregenitalidad parece ser la absorción de los intereses libidinales en el temprano encuentro del organismo en
maduración con un estilo particular de cuidado infantil y en la transformación de sus formas congénitas de
acercamiento (agresión) e las modalidades sociales de la cultura.
Podríamos suponer que la infancia humana y la crianza son tan solo la forma más alta de tal reciprocidad
instintiva. Sin embargo, los impulsos con los que nace el hombre ni son instintos, así como tampoco son de
naturaleza totalmente instintiva los impulsos complementarios de su madre. Tampoco incluyen en su
naturaleza los patrones de complementamiento, de auto conservación, de interacción con cualquier sector
de la naturaleza; la tradición y la conciencia deben organizarlos.
Como animal, el hombre no es nada. Los "instintos innatos" del hombre son fragmentos de impulsos a los
que es necesario reunir, otorgar sentido y organizar durante una infancia prolongada, a través de métodos de
educación e instrucción infantiles que varían de una cultura a otra y están determinados por la tradición. De
ello dependen sus posibilidades como organismo, como miembro de la sociedad y como individuo. Allí está
su limitación, puesto que mientras el animal sobrevive cuando su sector de naturaleza permanece bastante
previsible como para coincidir con sus patrones congénitos de respuesta instintiva o cuando esas respuestas
contienen los elementos para la necesaria mutación, el hombre sólo sobrevive cuando la educación infantil.
Para lograrlo, la educación infantil utiliza las vagas fuerzas instintivas (sexuales y agresivas), que
proporcionan la energía para los patrones instintivos y que, en el hombre, precisamente debido a su equipo
instintivo mínimo, son altamente móviles y extraordinariamente plásticas.
El niño aprende durante su prolongada infancia estos métodos de acercamiento físico y, con ellos, las
modalidades de la vida social. Aprende a existir en el espacio y en el tiempo mientras aprende a ser un
organismo en el espacio-tiempo de su cultura.
No solamente las relaciones sexuales genitales, sino también las otras clases de relaciones se desarrollan
según una proporción adecuada (o inadecuada) de los modos orgánicos de la pregenitalidad, y que toda
relación puede estar caracterizada por una mutualidad relativa de todos los modos de acercamiento o formas
unilaterales de agresión. Para establecer una proporción particular, el proceso social se apropia de la
temprana energía sexual, así como de los modos tempranos de acercamiento, completa a través de la
educación infantil tradicional los impulsos fragmentarios con que nace la criatura humana. En otras palabras,
mientras que los fragmentos instintivos en el mamífero no humano se integran (relativamente)m en forma más
compleja en un tiempo relativamente más corto, por acción del cuidado instintivo que le proporcionaron los
progenitores, los patrones mucho más fragmentarios del niño dependen del proceso de tradición que guía y
otorga significado a las respuestas de los padres.
TEXTO 3: Freud, S. (1991). La Interpretación de los sueños. Cap. VII (pp. 527-542; 557-559). En Obras
completas. Vol. V. Buenos Aires. Amorrortu. (1º Ed. 1900)
Proceso primario: la energía psíquica fluye libremente pasando de una representación a otra, la energía es
móvil y tiende a descargarse sin tomar en consideración el pensamiento racional
Procesos secundarios: la energía se encuentra ligada en forma lógica y adaptada a la realidad exterior, fluye
en forma controlada de acuerdo con el principio de realidad, esto permite el desarrollo de nuestra experiencia
consciente habitual.
Así el principio de placer regula el aparato psíquico trabajando con el proceso primario y es fundamental para
el desarrollo del psiquismo, luego surgirá el principio de realidad modificando la búsqueda de satisfacción
trabajando
Freud está convencido de que el aparato psíquico va de los simple a lo complejo tratando de mantenerse
exento de estímulos o un nivel mínimo constante, sin embargo la vida misma complica este funcionamiento
primario del aparato ya que los estímulos internos que son percibidos como necesidades corporales
impulsan el desarrollo de la mente, la excitación interna no se satisface por la motividad refleja y se necesita
del auxilio externo, y solo cambiara cuando ocurre la primera vivencia de satisfacción que es la acción
específica por la cual cesa el estímulo sentido por el bebé (tiene hambre y le dan de comer).
Sin embargo, hay que destacar que este encuentro con el otro no se satisface la necesidad, sino que se
produce un PLUS, algo más y no solo la necesidad orgánica, lo que nos diferencia como especie es
justamente eso, en el encuentro donde se satisface una necesidad en el bebé entran en juego todo un
conjunto de elementos como la voz, el contacto, el amor, lo que contribuye a la constitución de este como
persona.
De esta satisfacción quedará un engrama de huellas mnémicas que cuando vuelva una excitación similar, se
tenderá a investir de nuevo la imagen mnémica de aquella percepción que quedó perdida y la buscará
mediante la alucinación porque en el acto regresivo que hace el aparato psíquico buscando investir esas
huellas que quedaron llegarán hasta el polo perceptivo, esto genera la alucinación. Esto a su vez genera el
DESEO, que es la intención de reinvestir esas huellas mnémicas de satisfacción, y la reaparición de esa
percepción Freud lo define como cumplimiento de deseo.
La primera experiencia de satisfacción deja como resto el deseo, solo el puede poner en marcha el aparato
psíquico. El aparato se funda a partir de la huella que deja la primera experiencia de satisfacción regida por el
principio de placer.
Con esto se inaugurará el polo del placer, dando lugar a la constitución de un yo real – primitivo,
constituyéndose un incipiente aparato que reactiva las huellas mnémicas por la vía de la alucinación como
intento de repetir la experiencia de satisfacción. El yo aún no se diferencia de los objetos, se origina la
polaridad afectiva amor – indiferencia, el acceso al mundo real se halla fuera de toda problemática.
El aparato psíquico que Freud describe tiene la capacidad de transformar y transmitir energía psíquica, y
trabaja bajo dos funcionamientos psíquicos que regulan esa energía.
Proceso primario: la energía psíquica fluye libremente pasando de una representación a otra, la energía es
móvil y tiende a descargarse sin tomar en consideración el pensamiento racional.
Proceso secundario: la energía se encuentra ligada en forma lógica y adaptada a la realidad exterior, fluye en
forma controlada de acuerdo con el principio de realidad, esto permite el desarrollo de nuestra experiencia
consciente habitual.
Así el principio de placer regula el aparato psíquico trabajando con el proceso primario y es fundamental para
el desarrollo del psiquismo, luego surgirá el principio de realidad modificando la búsqueda de satisfacción
secundaria.
TEXTO 6: Freud, S. (2000). La organización genital infantil. En Obras completas, Vol. XIX (pp. 141-149).
Buenos Aires: Amorrortu. (1º Ed. 1923).
El máximo acercamiento posible en la infancia a la conformación definitiva que la vida sexual presentará
después de la pubertad. La diferencia respecto de esta última reside sólo en el hecho de que la unificación
de las pulsiones parciales y su subordinación al primado de los genitales no son establecidas en la infancia, o
lo son de manera muy incompleta. Por tanto, la instauración de ese primado al servicio de la reproducción es
la última fase por la que atraviesa la organización sexual».
La aproximación de la vida sexual infantil a la del adulto llega mucho más allá, y no se circunscribe a la
emergencia de una elección de objeto. Si bien no se alcanza una verdadera unificación de las pulsiones
parciales bajo el primado de los genitales, en el apogeo del proceso de desarrollo de la sexualidad infantil el
interés por los genitales y el quehacer genital cobran una significatividad dominante, que poco le va en zaga
a la de la edad madura. El carácter principal de esta «organización genital infantil» es, al mismo tiempo, su
diferencia respecto de la organización genital definitiva del adulto. Reside en que, para ambos sexos, sólo
desempeña un papel un genital, el masculino. Por tanto, no hay un primado genital, sino un primado del falo.
Sólo podemos describir estas constelaciones respecto del varoncito; Para él es natural presuponer en todos
los otros seres vivos, humanos y animales, un genital parecido al que él mismo posee; más aún: sabemos
que hasta en las cosas inanimadas busca una forma análoga a su miembro. Esta parte del cuerpo que se
excita con facilidad, parte cambiante y tan rica en sensaciones, ocupa en alto grado el interés del niño y de
continuo plantea nuevas y nuevas tareas a su pulsión de investigación. En el curso de estas indagaciones el
niño llega a descubrir que el pene no es un patrimonio común de todos los seres semejantes a él.
El descubrimiento de la falta de pene en la mujer (en una hermana o compañerita de juego) es entendida
como resultado de una castración, y ahora se le plantea al niño la tarea de habérselas con la referencia de la
castración a su propia persona. Los desarrollos que sobrevienen son demasiado notorios para que sea
necesario repetirlos aquí. Me parece, eso sí, que sólo puede apreciarse rectamente la significatividad del
complejo de castración si a la vez se toma en cuenta su génesis en la fase del primado del falo. El niño cree,
al contrario, que sólo personas despreciables del sexo femenino, probablemente culpables de las mismas
mociones prohibidas en que él mismo incurrió, habrían perdido el genital.
No carece de importancia tener presentes las mudanzas que experimenta, durante el desarrollo sexual
infantil, la polaridad sexual a que estamos habituados. Una primera oposición se introduce con la elección de
objeto, que sin duda presupone sujeto y objeto. En el estadio de la organización pregenital sádico-anal no
cabe hablar de masculino y femenino; la oposición entre activo y pasivo es la dominante.''* En el siguiente
estadio de la organización genital infantil hay por cierto algo masculino, pero no algo femenino; la oposición
reza aquí: genital masculino, o castrado. Sólo con la culminación del desarrollo en la época de la pubertad, la
polaridad sexual coincide con masculino y femenino. Lo masculino reúne el sujeto, la actividad y la posesión
del pene; lo femenino, el objeto y la pasividad. La vagina es apreciada ahora como albergue del pene, recibe
la herencia del vientre materno.
Con la vivencia de satisfacción se inaugurará el polo del placer, dando lugar a la constitución de un yo real –
primitivo, constituyéndose un incipiente aparato que reactiva las huellas mnémicas por la vía de la
alucinación como intento de repetir la experiencia de satisfacción. El yo aún no se diferencia de los objetos,
se origina la polaridad afectiva amor – indiferencia, el acceso al mundo real se halla fuera de toda
problemática.
Jugando se origina la polaridad afectiva amor – odio, ya que estamos frente a un yo placer – purificado, que
aún no distingue entre el yo y el objeto amado. Este yo se satisface mediante el recuerdo alucinatorio. El yo
es idéntico a todo lo que constituye placer, y el no – yo al displacer. Se van constituyendo representaciones
aisladas.
Las pulsiones que en un principio funcionan según el principio de placer, se someten progresivamente al
principio de realidad, pero esta evolución es menos rápida y menos completa para las pulsiones sexuales,
más difíciles de ‘’educar’’ que las pulsiones del yo. Al igual que el yo – placer no puede hacer otra cosa que
desear, trabajar para conseguir el placer y evitar el displacer, el yo – realidad no tiene más misión que tender
hacia lo útil y asegurarse contra los daños.
El paso de este yo placer a otro plano más evolucionado se irá dando en el momento en que las
alucinaciones lleven al displacer continuamente, aquí el aparato psíquico necesitará producir acciones
específicas, con el accionar de la madre un nuevo nivel de complejidad se va a producir con el acceso a la
palabra apoyándose sobre el llanto que es interpretado como un mensaje hacia ella. Aquí el pensamiento
tomará progresivamente el nivel de conciencia mediante el enlace de las huellas mnémicas y las
representaciones cosa con las representaciones palabra. Este nuevo nivel de funcionamiento marcará el
camino en cómo el yo intentara obtener satisfacciones. Se instalará el juicio de realidad marcando el fin del
yo placer y la energía en el aparato psíquico no seguirá el camino alucinatorio, abandonando las identidades
de percepción buscando ahora identidades de pensamiento. Esta identidad de pensamiento será
independiente del principio de placer funcionando bajo el principio de realidad, dará lugar al yo realidad. El yo
será capaz de tolerar el dolor y aprender a esperar, logrando que la descarga de la energía sea controlada.
Yo placer y yo realidad no son dos formas radicalmente distintas del yo, sino que definen dos modos de
funcionamiento de las pulsiones del yo, según el principio de placer y según el principio de realidad.
Freud plantea la distinción entre pulsiones y estímulos, sistematiza características de las pulsiones sexuales.
Agrega la cuarta característica de la pulsión es será el “esfuerzo”. Plantea los destinos posibles de una
pulsión, destinos o defensas frente a la pulsión, existen 4 distintos:
1. Trastorno hacia lo contrario
2. Vuelta sobre la propia persona
3. Represión
4. Sublimación
Es decir, que puede hacer el Yo frente a la pulsión, las 2 primeras serían defensas pre-represivas
evolutivamente más primitivas, previas a la represión y dice que estos son producto de lo que ocurren en el
momento mientras está transitando el narcisismo primario, es un yo muy primitivo por fuerza del narcisismo
primario.
- De la actividad a la pasividad: por ejemplo 2 pulsiones que tienen objeto de entrada como el sadismo
y la pulsión de ver.
- Implica un cambio de objeto porque implica una vuelta del objeto al propio yo. Entonces dice que por
el narcisismo ahora van a volver al Yo.
Habla de 3 tipos de Yo (ejecutivo) y uno del principio de la vida el “Yo primitivo” que estaría desde el
comienzo, distingue si una excitación proviene o adentro o de afuera (si puede huir es de afuera).
- Yo de placer purificado: tiene que ver con la etapa del narcisismo primario, todo lo placentero tiene
que ver con el Yo, y todo lo que tiene que ver con el mundo externo y el objeto es lo odiado o lo
displacentero
- Yo de realidad definitiva: implicaría mayor evolución del Yo, un reconocimiento de amor y odio,
placer y displacer y el mundo externo no es lo odiado.
El juicio tiene que atribuir o desatribuir una propiedad a una cosa, (si algo percibido debe ser acogido en el
interior del yo) y admitir o impugnar la existencia de una representación en la realidad, (si algo presente como
representación dentro del Yo puede ser reencontrado en la percepción). Lo no real es interior, lo real está
afuera. No solo es importante que un objeto de satisfacción posea la propiedad buena, y merezca ser
acogida en el Yo, sino que se encuentre en el mundo exterior y pueda apoderarse de él. Todas las
representaciones provienen de percepciones, son repeticiones de éstas, por lo que su existencia acredita la
realidad de lo representado. La oposición entre objetivo y subjetivo se establece porque el pensar posee la
capacidad de volver a hacer presente, reproducir la representación por lo que no hace falta que el objeto siga
estando.
El fin del examen de realidad es reencontrar un objeto con la representación, convencerse que todavía está
ahí. Además no siempre la reproducción de la percepción en la representación se repite con fidelidad. El
examen de realidad controla el alcance de las desfiguraciones. Pero para el examen de la realidad tienen que
haberse perdido objetos que procuraron una satisfacción objetiva. El juzgar es la acción intelectual que elige
la acción motriz, conduce del pensar al actuar. En el extremo sensorial a raíz de las percepciones el Yo envía
al sistema P pequeños volúmenes de investidura por los que toma muestra de los estímulos externos para
volver a retirarse tras cada uno de estos avances. El juzgar es el ulterior desarrollo de la inclusión dentro del
Yo o la expulsión de él que originariamente se rigieron por el principio de placer. Su polaridad corresponde a
la oposición de los dos grupos pulsionales: la afirmación como sustituto de la unión pertenece al Eros, y la
negación, sucesora de la expulsión, a la pulsión de muerte.
La función del juicio se posibilita por la creación del símbolo de la negación que permite una independencia
respecto de las consecuencias de la represión y de la compulsión del principio de placer. Además en el Icc
no hay símbolo ni representación para el no y el reconocimiento del Icc por parte del Yo se exprese en una
fórmula negativa.
TEXTO 9: Freud, S. conferencia 23. Los caminos de formación del síntoma. En conferencias de
introducción al psicoanálisis. Vol XV.
Al médico le importa distinguir entre los síntomas y la enfermedad, y sostiene que la eliminación de aquellos
no es todavía la curación de esta. Pero, tras eliminarlos, lo único aprehensible que resta de la enfermedad es
la capacidad para formar nuevos síntomas.
Los síntomas —nos ocupamos aquí, desde luego, de síntomas psíquicos (o psicógenos) y de enfermedades
psíquicas— son actos perjudiciales o, al menos, inútiles para la vida en su conjunto; a menudo la persona se
queja de que los realiza contra su voluntad, y conllevan displacer o sufrimiento para ella. Su principal
perjuicio consiste en el gasto anímico que ellos mismos cuestan y, además, en el que se necesita para
combatirlos. Si la formación de síntomas es extensa, estos dos costos pueden traer como consecuencia un
extraordinario empobrecimiento de la persona en cuanto a energía anímica disponible y, por tanto, su
parálisis para todas las tareas importantes de la vida.
«Estar enfermo» es en esencia un concepto práctico. Pero si se sitúan en un punto de vista teórico y
prescinden de estas cantidades, podrán decir perfectamente que todos estamos enfermos, o sea, que todos
somos neuróticos, puesto que las condiciones para la formación de síntomas pueden pesquisarse también
en las personas normales.
Los síntomas neuróticos son el resultado de un conflicto que se libra en torno de una nueva modalidad de la
satisfacción pulsional. Las dos fuerzas que se han enemistado vuelven a coincidir en el síntoma.
una de las dos partes envueltas en el conflicto es la libido insatisfecha, rechazada por la realidad, que ahora
tiene que buscar otros caminos para su satisfacción. a pesar de que la libido está dispuesta a aceptar otro
objeto en lugar del denegado {frustrado} la realidad permanece inexorable, aquella se verá finalmente
precisada a emprender el camino de la regresión.
En el camino de la regresión, la libido es cautivada por la fijación que ella ha dejado. el camino de la
perversión se separa tajantemente del de la neurosis. Si estas regresiones no despiertan la contradicción del
yo, tampoco sobrevendrá la neurosis, y la libido alcanzará alguna satisfacción real, aunque no una
satisfacción normal. el conflicto queda planteado sí el YO, no presta su acuerdo a estas regresiones. La libido
es como atajada y tiene que intentar escapar a algún lado: adonde hallé un drenaje para su investidura
energética, según lo exige el principio de placer.
Breuer, un psicoanalista que atendía a Anna O por el método catártico, comienza a desarrollar su teoría
acerca del efecto de la palabra sobre el cuerpo. A medida que la paciente iba contando sus fantasías
reprimidas los síntomas iban desapareciendo. Además, Freud expresaba que estos traumas eran siempre de
origen sexual.
Por lo tanto, el cuerpo para el psicoanálisis es desde el nacimiento erógeno y se orienta a la búsqueda de
placer sexual. Desde el PA se define al cuerpo biológico como organismo, y al cuerpo pulsional como
cuerpo.
A diferencia de los animales, el sujeto nace con un organismo al cual significa por medio de las
interrelaciones con otros, que se integra en una imagen que es el reflejo de la madre.
En “Tres ensayos para una teoría sexual” Freud dice que la pulsión siempre se apuntala a una necesidad
fisiológica, por ejemplo, la nutrición. Pero al depender de la madre, al momento de nutrirse el niño va a recibir
también amor, contacto, y esto irá inscribiendo la vivencia de satisfacción en su cuerpo, no sólo la del
apetito, sino también la de erogeneidad.
A esta manera de pensar el cuerpo responde la teoría de Levín sobre el desarrollo psicomotor del niño, según
la cual el organismo con sus respuestas reflejas será introducido en la escena simbólica por las palabras, por
las significaciones de la madre y de esta manera el niño irá adquiriendo sentido humano.
TEXTO 11: Koretzky, G. la constitución del niño como sujeto de lenguaje y de deseo. ¿Cómo se
construye el cuerpo? En ¿Qué es un niño? Enfoque psicoanalítico. Pp 34 a 37.
¿Que configura el lugar donde un niño nace? El niño nace en un campo de lenguaje, que, desde antes de su
nacimiento, los padres hablan de ese niño que va a venir, por eso desde la teoría psicoanalítica “el niño nace
en un baño de lenguaje”. De este modo, está atrapado en la estructura de un discurso que cae sobre él a
través de los dichos que lo anteceden, de los hechos que lo determinan, de lo que de él se desea,
particularidad que delimita el lugar que le es asignado en la estructura familiar.
Es así, como el orden del lenguaje y del discurso nos introducen en el mundo humano donde la palabra
puede curar o enfermar. Pensar entonces la construcción subjetiva es pensar que se le dice al niño, lo que va
configurando un mundo de significaciones para él, quien se lo dice, como, y desde qué lugar.
El niño es el efecto del tipo de gente que lo contiene y de las significaciones que caen sobre él. Por esta
razón, el psicoanálisis sostiene que el niño es un SUJETO DE DESEO, en doble sentido. Primero porque está
sujeto al deseo de sus padres, siendo la condición para el segundo sentido, que es la construcción del
propio deseo.
Para Elsa Coriat, el deseo se construye, y para su construcción estarán posibilitados u obstruidos de acuerdo
a la intervención del Otro. Lo importante es que el deseo del Otro permite al sujeto construir el propio.
TEXTO 12: Sierra, N. (2017). La constitución del aparato psíquico. Documento de Cátedra
Además del principio de placer como regulador del aparato psíquico, surge durante la constitución del
psiquismo el principio de realidad, que forma un par con el principio de placer y lo modifica, cuando la
búsqueda de satisfacción ya no se efectúa por los caminos más cortos, sino mediante rodeos, que aplazan
su resultado en función de las exigencias impuestas por el mundo externo. El surgimiento de este principio
corresponde a una transformación de energía libre en energía ligada.
Primera tópica:
Inconsciente (Icc):
- Sede de pulsiones y recuerdos reprimidos.
- Se rige por el principio de placer y por el proceso primario.
- Lo conocemos a través de sus formaciones: sueños, actos fallidos, olvidos, chistes, síntomas
neuróticos.
- No tiene acceso a la conciencia si no es por vía del preconsciente, al pasar por el cual su proceso de
excitación tiene que sufrir modificaciones. La censura intenta evitar el paso del icc al prc.
- Ausencia de negación y duda. No se rige por el principio de contradicción.
- Ausencia de cronología: no reconoce pasado ni futuro, sólo presente.
- Indiferencia de la realidad.
Preconciente (Prc):
- Se sitúa entre el sistema inconsciente y la conciencia.
- Controla el paso a la conciencia y la motilidad.
- El paso del Prc a la conciencia está sometido a una segunda censura, que selecciona qué contenidos
pasan a ella para evitar preocupaciones perturbadoras.
- Se rige por el principio de realidad.
- La representación preconsciente está ligada al lenguaje verbal, a las representaciones palabra.
Conciencia:
- Es la superficie del aparato psíquico.
- Constituída por percepciones, sensaciones, pensamientos.
- Se rige por el principio de realidad y el proceso secundario.
- Recibe información del mundo externo y del mundo interno a través de los sentidos.
Principio de constancia: tendencia del aparato psíquico a reducir la cantidad de excitación que ingresa.
Permite el equilibrio del aparato, lograr una homeostasis, es decir que se descargue la tensión al mínimo
posible
Para disminuir la energía, se tiene que satisfacer la necesidad a través de un objeto que sea el adecuado para
esa necesidad. Por ej: si el niño tiene hambre, el objeto adecuado que calme su necesidad es el alimento. De
acuerdo a este esquema se podría pensar que por más que el alimento venga de la madre, o de una sonda,
cumpliría igual su función; sin embargo, en la experiencia humana es distinto: para el niño no es indiferente
quién le otorga el alimento.
La excitación impuesta por la necesidad interior buscará un drenaje en la motilidad. El niño hambriento llorará
o pataleará, pero la situación no cambiará; sólo puede sobrevenir un cambio cuando por algún camino (en el
caso del niño por el cuidado ajeno- alimentación por parte de la madre) se hace la primera vivencia de
satisfacción que cancela el estímulo interno.
A partir de esta experiencia se genera en el inconsciente una huella mnémica, que será el motor del deseo.
La experiencia como tal queda perdida, es imposible recuperarla, sólo queda esa huella, su representante
psíquico. Queda en el aparato la huella de esa experiencia y una tensión permanente, un deseo de
reencontrar aquello que fue perdido.
El sujeto buscará e intentará reencontrarlo a través de las huellas mnémicas, de sus representantes psíquicos
(alucina), pero lo que encontrará nunca será el objeto adecuado, nunca será el mismo objeto ni la misma
experiencia, por lo tanto nunca se elimina del todo la tensión del deseo, y eso mantiene activo el aparato
psíquico, siendo posible el desarrollo de la libido, afectivo, intelectual de un sujeto.
Segunda tópica:
La antigua tópica no es abandonada, sino que la enriquece superponíendole otra distinción: Icc, Prcc y Cc
dejan de ser instancias psíquicas y pasan a ser cualidades de lo psíquico.
Aquí distingue tres sistemas: Ello, Yo y Super-Yo. Y tres cualidades psíquicas: Consciente, preconsciente e
inconsciente.
Ello:
- Al nacer, el bebé es puro ello.
- Sede de las pulsiones.
- Es puramente inconsciente.
- Posee contenidos que están reprimidos.
- Domina el proceso primario.
- No se rige por leyes del pensamiento ni por el principio de contradicción.
- Se rige por el principio de placer.
- No hay representación del tiempo.
- No conoce valorizaciones, ni el bien ni el mal, ni moral alguna
Yo:
- Se origina en el sistema de percepción, y abraza primero al preconsciente que se apuntala en los
restos mnémicos.
- Es la parte del Ello alterada por la influencia del mundo externo.
- Es el mediador entre el Ello y el Super-Yo: recibe las pulsiones del ello, y trata de adecuarlas a las
exigencias del Super-Yo.
- Se rige por el principio de realidad.
- Su actividad es consciente, preconsciente e inconsciente.
Super-Yo:
- Función de la conciencia moral.
- Formado por las exigencias, reglas del mundo externo.
- Se origina a partir de la autoridad parental. Es heredero del Complejo de Edipo.
- Es el portador del ideal del yo: con el que el Yo se mide, al que aspira alcanzar.
Surge así un nuevo nivel: el Yo Placer Purificado. Este queda identificado con el polo de placer, mientras que
lo displacentero es expulsado afuera. La polaridad afectiva es amor-odio. El primer sentimiento destinado a
un objeto reconocido como exterior es el odio.
En estos momentos el Yo alucina su objeto cada vez que la tensión aumenta. Pero esto se mantiene por poco
tiempo, ya que la necesidad corporal se mantiene, causando una desilusión, que genera displacer, y surge la
angustia. Esto conduce a la acción específica del Yo para obtener satisfacciones, por ejemplo el llanto, que
es interpretado por la madre como un llamado y podrá acudir a satisfacer la necesidad del niño. A partir de
esto llorará cada vez que desee algo. A partir de esto se instala el juicio de realidad, que marca el final del Yo
Placer Purificado. El Yo logra reprimir la reproducción alucinatoria del objeto, ya que ese camino (identidad de
percepción) conduce al displacer. Y se constituye el Yo Real Definitivo. Se produce el paso de la identidad de
percepción (por medio de la alucinación tiende a encontrar una percepción idéntica a la imagen del objeto
resultante de la primera experiencia de satisfacción), a la identidad de pensamiento (rodeos mentales para
alcanzar efectivamente la satisfacción).
Freud introduce el término de “zonas erógenas” para referirse a aquellas zonas del cuerpo que
originariamente sirvieron para la satisfacción de una necesidad biológica y luego aportará otro tipo de
satisfacción.
La pulsión nace por las necesidades orgánicas, pero luego se separa de ellas. Es un empuje energético,
motor que orienta al organismo a una finalidad. Estas pulsiones provienen del interior del propio organismo.
El esfuerzo o empuje se mide en función de los obstáculos que es capaz de superar para lograr la
satisfacción. La cantidad de exigencia de trabajo que representa.
Libido: es la energía de la pulsión sexual. Freud establece distintas fases, de acuerdo a la primacía de las
zonas erógenas:
Fase Oral:
Es la primera fase de la evolución libidinal.
Se organiza alrededor de la boca, y su objeto privilegiado es el pecho.
El placer está ligado a la excitación de la cavidad bucal y de los labios, que acompaña a la alimentación.
Fuente: cavidad bucal-Objeto: en relación con el de la alimentación- Fin: incorporación
Se divide en:
- Primera fase oral: Corresponde al primer semestre de vida. Primeramente se asocia a la necesidad del
alimento: la succión del pecho materno (este le brinda su primera satisfacción sexual); luego la pulsión
se separa de la función nutritiva y busca independientemente de ella su satisfacción, la principal
actividad de placer es el chupeteo (este genera placer aún cuando no haya hambre).
Esta primer fase oral no está ligada a un objeto, es auto-erótica.
- Segunda fase oral: Corresponde a la aparición de los dientes. Se produce placer al masticar y
devorar. En esta época el niño quiere masticar y tragar todo lo que esté a su alcance. Esto implica una
destrucción de los objetos.
En esta segunda fase oral existe una relación ambivalente con los objetos.
Fase sádico-anal:
Se da aproximadamente entre los 2 y los 4 años.
Primacía de la zona erógena anal. La relación de objeto está impregnada de significaciones ligadas a la
función de defecación (expulsión y retención) y al valor simbólico de las heces.
- Primera fase anal: Predomina el placer causado por el pasaje y expulsión de la materia fecal. El placer
sádico se liga a la destrucción del objeto, se traduce en conductas como: pisar, romper, despedazar,
tirar objetos, etc.
- Segunda fase anal: Placer mediante la retención de la materia fecal. La misma es considerada como
un objeto importante y valioso. Este significado se extiende a todo lo que posee. Freud vincula esta
fase con algunos rasgos de carácter como el orden y el desorden, la mezquindad y su opuesto, y la
obstinación. Como formación reactiva aparece compulsión al lavado y la limpieza.
Fase fálica:
Los genitales cobran significatividad.
Las aspiraciones eróticas se dirigen a una persona única y en ella quieren alcanzar su meta.
El niño y la niña reconocen la posición de los sexos como fálico-castrado, no como masculino-femenino.
Esta fase corresponde al momento culminante y a la declinación del Complejo de Edipo.
TEXTO 13: Ruiz, M. (2016). Desarrollo libidinal. Documento de Cátedra de Psicología del desarrollo del
Prof. de Educación Inicial.
Freud, en medio de la cultura victoriana, postula la existencia de una sexualidad infantil. Desde el
psicoanálisis la sexualidad se refiere a todas aquellas actividades en las que intervienen zonas corporales a
partir de las cuales se logra satisfacción-placer.
Freud va a diferenciar el instinto (comportamiento animal fijado por la herencia, característico de la especie,
adaptado a su objeto. El objeto y la acción correspondiente a la satisfacción de una necesidad están
preinscritos por transmisión hereditaria) de la pulsión. El instinto queda absolutamente limitado a los
animales y la pulsión para el ser humano.
Por lo tanto, para los animales, para cada necesidad hay un objeto se satisfacción adecuado y allí termina su
necesidad. En cambio, para el ser humano, es necesario la presencia y cuidados de quienes asumirán la
función materna y paterna.
Un bebé llora y la mama lo alimenta porque si no satisface la necesidad fisiológica, el niño muere. La leche va
saciando el hambre, entonces deja de llorar porque satisface su necesidad biológica. Pero al mismo tiempo,
esta actividad, el chupeteo, produce placer más allá de la necesidad biológica. Entonces se produce la
separación entre: la actividad para satisfacer la necesidad biológica y la actividad que se desarrolla
para producir placer.
Freud introduce así el concepto de zonas erógenas referido a zonas del cuerpo que originariamente sirvieron
para la satisfacción de una necesidad biológica (en este caso la boca) y que luego aportará otro tipo de
satisfacción (chupeteo).
La pulsión nace apuntalada en las necesidades orgánicas, pero pronto se separa de ellas. Es un
empuje energético, motor que orienta al organismo a una finalidad. Sería como un estímulo para lo
psíquico que se diferencia de los estímulos exteriores porque proviene del interior del organismo.
La palabra pulsión (trieb) tiene su origen en la distinción que Freud establece entre dos tipos de excitación a
los que se halla sometido el organismo:
- Sometido a la acción de estímulos externos de los cuales puede sustraerse mediante una acción
muscular huyendo o protegiéndose de ellos.
- Pero, por otra parte, existen estímulos que provienen del interior. Fuentes internas de las cuales el
organismo no puede escapar, puesto que atacan desde el interior del cuerpo.
Por otra parte, el estímulo pulsional no actúa como una fuerza de choque momentánea, sino siempre como
una fuerza constante de la cual la persona no puede sustraérsele mediante una huida.
La satisfacción debe haber sido experimentada previamente para dejar atrás de sí una necesidad de
repetición.
Meta o fin: implica suprimir el estado de tensión cancelando el estado de excitación de la fuente corporal.
Objeto: aquello en lo cual o por medio de lo cual puede alcanzar la meta. Puede ser una persona, un objeto
parcial o un objeto fantaseado. Es muy variable el objeto y no está unido originariamente a la pulsión.
A esto se agrega el carácter de Esfuerzo o empuje que se mide en función de los obstáculos que es capaz
de superar para lograr la satisfacción. Es el aspecto motor, la suma de fuerza o la cantidad de exigencia de
trabajo que representa.
La energía de la pulsión sexual, Freud la llama Libido. Bajo la primacía de las zonas erógenas, establece una
serie de fases, caracterizadas por un determinado modo de organización de la vida sexual ligada a una zona
erógena y así vemos sucederse el predominio de distintas zonas de acuerdo a un orden temporal.
Fase oral
Se organiza alrededor de la boca y su objeto privilegiado es el pecho. El placer está ligado
predominantemente a la excitación de la cavidad bucal y de los labios, que acompaña a la alimentación. El
objeto se encuentra en estrecha relación con el de la alimentación, el fin es la incorporación, la cual no es
solamente relacionada con la actividad bucal, sino que se transpone a otras funciones (como la
incorporación por la piel, respiración, visión, audición, etc).
Karl Abraham distingue dentro de esta etapa una fase precoz de succión pre ambivalente y una fase
oral-sádica que corresponde a la aparición de los dientes.
- Primera fase oral: corresponde al primer semestre de vida. Después del nacimiento el niño busca
obtener placer en la zona de la boca. El chupeteo rítmico de la membrana de la boca en contacto con
la lengua, un dedo, cualquier otra parte de la piel o un objeto. La satisfacción se halla asociada a la
necesidad de alimento, pero pronto la pulsión se separa de la necesidad nutritiva y busca
independientemente de ella su satisfacción. Esto resulta claro en el chupeteo de placer aun cuando el
hambre este aplacado.
- Segunda fase oral: corresponde a la aparición de los dientes. La nueva forma de placer consiste en
el placer de masticar y devorar. El niño quiere masticar y tragar todo lo que esté a su alcance.
Entonces, el incorporar mordiendo reemplaza a la succión. La actividad de mordedura y devoramiento
implican una destrucción del mismo, se extiende también a los objetos humanos.
El análisis de adultos con residuos pulsionales muy fuertes en esta etapa demuestra el alto grado de placer
que puede ser alcanzado en ella el acto de comer realmente o en la fantasía los objetos más queridos. Otra
característica fundamental se asocia a otro de naturaleza parecida, pero de tendencia opuesta. Junto al
deseo de comer un objeto, se encuentra la fantasía de ser comido y devorado. Al adquirir la incorporación un
sentido de destrucción del objeto, implica que la ambivalencia entre en juego en la relación con el objeto: una
amistosa y una hostil, como placeres en relación a un mismo objeto.
En el hombre adulto es posible ver satisfacer parte de sus pulsiones orales de una u otra fase. Se puede
fumar, comer chicles, chupar o morder caramelos, chupar o masticar lápices, etc. Ciertas satisfacciones de
este género en la vida sexual adulta, también son permitidas. Es posible observarlo en el empleo de algunas
expresiones verbales “podría comerte de amor”, “una persona dulce”, “me mira como si me fuera a comer”,
“no me entra”, “no la trago” y luego en los juegos de ficción ser un lobo, por ej.
Fase sádico-anal
Situada aproximadamente entre los dos y los cuatro años. Caracterizada por una organización de la libido
bajo la primacía de la zona erógena anal, que tiene a su cargo la eliminación de los residuos alimentarios. La
relación de objeto está impregnada de significaciones ligadas a la función de defecación
(expulsión-retención) y al valor simbólico de las heces.
- Segunda fase de la etapa anal: el placer es experimentado mediante la retención de la materia fecal.
La materia fecal ya evacuada es considerada como un objeto muy importante y de gran valor. La
alegría que despierta su defecación en las personas que lo rodean, hacen que el niño considere sus
heces como una demostración de amor, de regalo. Este significado se extiende a todo lo que posee.
Durante el aprendizaje de la limpieza es utilizado como instrumento de oposición a los adultos.
Aparecen conductas en relación a los objetos como los juguetes, tendencia a retenerlos, a decir “son
míos”, no prestarlos.
Freud nos habla de una vinculación existente entre el erotismo anal y algunos rasgos de carácter como el
orden o desorden, mezquindad y su opuesto. Como formación reactiva aparece compulsión al lavado y la
limpieza. Las características más relevantes es la tendencia a retener el objeto, primero, para atormentarlo,
encerrarlo, privarlo de libertad, y segundo, la tendencia amistosa de conservación y posesión de los objetos.
Freud establece una equivalencia simbólica: heces=regalo=dinero
En el hombre adulto es posible ver satisfacer parte de sus pulsiones anales a través de por ej: verborragia,
expresiones tales como: “te voy a hacer bosta”, “te voy a hacer mierda”, “me cago en vos”. En Inglaterra el
dia en que se cobran los sueldos se dice “el dia que cago el águila”
Fase Fálica
Aquí el interés y el quehacer con los genitales cobran significatividad dominante. El carácter principal de esta
organización, en que las aspiraciones eróticas se dirigen a una persona única y en ella quieren alcanzar su
meta, tanto el niño como la niña no reconocen en esta fase más que un genital: el masculino, y la posición de
los sexos no equivale a femenino-masculino, sino a fálico-castrado. Momento culminante y a la declinación
del complejo de Edipo.
Rene Spitz estudia las relaciones recíprocas entre madres e hijos. En el primer año de vida el bebé está
desamparado y es incapaz de sobrevivir por sus propios medios. Plantea que el crecimiento y desarrollo
psicológico dependerá del establecimiento de relaciones de objeto cada vez más significativas que
avanzaran mediante maduración y desarrollo. El niño al nacer no posee pensamientos, no tiene un Yo, ni un
Superyó ni un complejo de Edipo temprano, tampoco posee símbolos.
Toma de la embriología el término organizador para referirse a instancias que gobiernan las fuerzas
operantes. El las denomina organizadores de la psiquis. La relación bipersonal entre madre e hijo se
desarrollan en 3 etapas:
1. Estadio pre objetar: (primeros 3 meses aproximadamente) es sin objeto comienza desde el nacimiento
y termina cuando aparece el primer organizador que es la sonrisa. Coincide con el estado del
narcisismo primario, no se puede distinguir algo externo de su cuerpo. Percibe el pecho materno
como parte del mismo. Carece de objeto, hay una percepción sólo de lo interoceptivo y
propioceptivo(interno) ya que el aparato receptor del recién nacido se halla escuchado del mundo
exterior mediante la barrera contra los estímulos. La madre sólo tiene significación en la medida que
sirve a la satisfacción de la necesidad del bebé.
2. Estadio del objeto precursor: (3 al 6 mes aproximadamente) es el comienzo de la segunda etapa,
comienza con la sonrisa en el rostro humano, se llama así porque el niño no reconoce el rostro
determinado de una persona si no le llama la atención las figuras, contornos que resaltan del rostro
como es la nariz, boca, ojos, el niño sigue la cara humana aunque no tenga una necesidad aparece el
primer organizador de la psique, la sonrisa al rostro humano, no reconoce este rostro como un objeto
sino como una Gestalt- señal que constituye un precursor del reconocimiento del objeto. Madre e hijo
se comunican por la sonrisa como consecuencia del establecimiento de este organizador hay un
pasaje de la percepción interoceptiva a la exteroceptiva hay una precoz indiferenciación de yo-ello
conciente-inconciente.
3. Estadio del objeto propiamente dicho (3 meses en adelante): el niño ya tiene una percepción diacrítica
no sonríe a cualquiera sino que solo al conocido. Se da el segundo organizador de la psique que es la
angustia del octavo mes. Esta angustia provoca la ausencia de la madre y el miedo de que la agresión
dirigida hacia ella la haya dañado. Se da una integración del objeto en una persona única
(amada-odiada) la madre.
BIBLIOGRAFÍA UNI 4
2- Erikson, E (1968) identidad, juventud y crisis. cp III punto 1 al 4. editorial Horme. Bs As.
4- Freud, (1911). Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico. O.C. Tomo XII. BS AS.
Amorrortu
5- Freud, S. (2000). Conferencias de introduccion al psicoanalisis.m Conferencia XXI: desarrollo libidinal y
Organizaciones sexuales. En Obras completas, Vol. XVI, parte III (pp. 292-308). Buenos Aires: Amorrortu 1°
ed. 1916-17.
TEXTO 1: Winnicott. Objetos y Fenómenos Transicionales. En ‘’Realidad y juego’’ (pp 17 a 45). Teoría
del Juego (pp 71 a 77).
Winnicott introdujo los términos de “objetos” transicionales y “fenómenos” transicionales, para designar la
zona intermedia de experiencia entre el pulgar y el osito, entre el - “erotismo oral” - y la - “verdadera relación
de objetos” -; entre la actividad creadora primaria y la proyección de lo que ya se ha introyectado.
Afirma que existe un estadio intermedio entre la incapacidad del bebé para reconocer y aceptar la realidad, y
su creciente capacidad para ello.
1- Con la otra mano el bebé toma el objeto exterior, parte de la sábana o frazada, y lo introduce en la boca
junto con los dedos.
2- El trozo de tela se aferra y succiona de alguna manera o, bien no se lo succiona.
3- Desde los primeros meses el bebé arranca lana y la reúne y la usa para la parte acariciadora de la
actividad.
4- Se producen movimientos de masticación, acompañados por sonidos