Historia Eclesiástica 5

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 15

Unidad V:

Encuentros y
Desencuentros en
la Iglesia Medieval

E
sta etapa comprende los mil años transcurridos desde la
caída de Roma hasta el principio de la Reforma Protestante.
Debemos destacar que este período constituye una transi-
ción de la civili zación grecorromana a la civilización romano- ger-
mánica, la cual ejercerá su dominio en el mundo occidental. Así, el
cristianismo medieval se limitó casi exclusivamente a este sector
del mundo.
Los pueblos teutónicos y latinos se dedicaron a desarrollar la
civilización en lo que correspondió a Italia, España, las Galias,
Gran Bretaña y Alemania, puesto que los dos siglos de destrucción
por parte de los invasores bárbaros habían constituido sólo catás-
trofes para el mundo de aquella época. En el oriente la situación
fue todavía mayor, pues la fuerza de la iglesia estaba debilitada y
la cruz del cristianismo era suplantada por la luna creciente del
islamismo.
Aunque es común considerar la Edad Media como una fase his-
tórica de estancamiento y retroceso, no debemos olvidar que en los
diez siglos que la constituyen, se desarrolló lentamente un nuevo
vigor que transformaría, siglos después, las instituciones políticas,

LIBRO PARA EL ESTUDIANTE PÁG. 111


HISTORIA ECLESIÁSTICA I

sociales y religiosas modificándolas y adaptándolas a la civilización


moderna.
Vamos entonces a considerar los principales eventos y caracte-
rísticas de este período.

La separación de las
iglesias latina y griega
El mayor desencuentro lo constituye este evento. Desde tiempos
atrás habían existido diferencias notables en doctrinas y prácticas
en las iglesias latina y griega. Estas diferencias fueron aumentando
con el curso del tiempo, y con eso dificultando más y más el acer-
camiento entre los dos pueblos. Mientras que el oriente paralizaba
sus fuerzas y circunscribía su campo de actividades, el occidente
continuaba desarrollándose en su esfera secular y eclesiástica. Se
llegó entonces a la conclusión de que las diferencias eran de carác-
ter religioso, rompiéndose definitivamente los lazos fraternales en
el año 867 d.C.
Desde esta fecha en adelante, se trabó una lucha sin tregua
entre oriente y occidente, hasta que en el 1054 d.C., el Papa León
IX y el patriarca Miguel Cerulario, se excomulgaron mutuamente,
junto con sus seguidores, condenándolos a la perdición, pena que
aún no ha sido revocada.
Entre las diferencias de prácticas podemos anotar: La Iglesia
Oriental permite el matrimonio del clero, la Iglesia Occidental no
lo permite; en el occidente los sacerdotes se afeitan, entre los de
oriente se dejan crecer la barba; los de occidente llenan sus tem-
plos de imágenes, los de oriente usan nada más que cuadros repre-
sentativos de diversos santos; en oriente se practica la inmersión
triple, en occidente se bautiza mayormente por aspersión; las
fechas de la celebración de Navidad son distintas.
Entre las controversias doctrinales tenemos: La controversia
cuar todecimana, la procedencia del Espíritu Santo y la adminis-
tración de la iglesia.

PÁG. 112 LIBRO PARA EL ESTUDIANTE


HISTORIA ECLESIÁSTICA I

Una de las controversias más largas que sostuvieron estas dos


iglesias tiene que ver con la celebración de la pascua. Se refería al
día de la semana en el cual debía conmemorarse la muerte del
Señor. El debate tenía que ver con la costumbre de la mayor parte
de la iglesia guiada por Roma y la de las iglesias en Asia Menor
guiada por Efeso. Es evidente por el Evangelio de Juan que Jesús
fue crucificado el viernes de la semana de la pascua judía. Se cree
que este viernes fue el día catorce del mes de Nisán, el primer mes
del calendario judío. La iglesia en el Asia Menor, influida en parte
por la costumbre judía, conmemoraba la muerte de Cristo como
la del Cordero pascual sacrificado por los pecadores y por lo tanto
lo hacía en el día catorce del mes lunar, sin tener en cuenta el día
semanal. El resto de la iglesia celebraba la resurrección el primer
día de la semana, y por tanto conmemoraba la muerte de Cristo el
viernes que precedía al domingo.
Ambas secciones de la iglesia querían que la otra aceptara su
costumbre. Si se mantenían las dos modalidades, Asia Menor una
vez cada siete años celebraría la muerte de Cristo en el mismo
domingo en que las demás iglesias conmemoraban la resurrección.
En Roma este era un problema serio pues muchos cristianos de
Asia vivían permanentemente en esta ciudad. Por esa razón, el
Viernes Santo y el Domingo de Resurrección a veces se celebraban
al mismo tiempo.
En el año 153 d.C., Policarpo, obispo de Esmirna, trató de per-
suadir al obispo Aniceto de Roma a que aceptara la costumbre
asiática. Apeló a la tradición asiática como recibida del mismo
apóstol Juan, por su parte Aniceto hizo referencia a la tradición
romana como recibida de Pedro y Pablo. No pudieron llegar a nin-
gún acuerdo, pero se separaron en forma amistosa luego de que
Policarpo hubo administrado la santa comunión como huésped de
Aniceto en Roma.
Cuarenta años más tarde esto tomó un cariz más serio. Víctor,
obispo de Roma, pidió a Polícrates, obispo de Efeso que obtuviera
el consentimiento de todos los obispos asiáticos para seguir la cos-
tumbre romana. Estos, con Polícrates a la cabeza se negaron.

LIBRO PARA EL ESTUDIANTE PÁG. 113


HISTORIA ECLESIÁSTICA I

En consecuencia, Víctor amenazó con excomulgar a las iglesias


asiáticas. Todas estas expresaron su desagrado por la acción agre-
siva de Víctor. Ireneo le escribió una carta pidiéndole que no pro-
vocara la ruptura de relaciones con las iglesias asiáticas. Víctor no
llevó adelante su amenaza pero dejó bien sentada la autoridad y
las pretensiones de Roma. En el curso de esta disputa, ganó el
apoyo de los sínodos de las iglesias, con excepción de Asia Menor.
En cuanto a la doctrina de la procedencia del Espíritu Santo,
los latinos repetían “el Espíritu Santo proviene del Padre y del
Hijo (en latín filioque), pero los griegos decían que procedía “del
Padre” dejando fuera la palabra filioque. Sobre esa palabra se rea-
lizaron muchos debates, se escribieron innumerables libros e
inclusive se derramó sangre por esa amarga contienda. Pero el fac-
tor más poderoso que separó a ambas iglesias, fue los continuos
reclamos de Roma de ser la iglesia dominante y su Papa de ser el
“obispo universal”. En Roma, la iglesia dominaba gradualmente al
estado mientras que, en Constantinopla la iglesia estaba sumisa al
mismo. De manera que el cisma fue inevitable.

El progreso y la decadencia
del poder papal
La coronación de Carlomagno marcó un nuevo período en la
historia político-eclesiástica de Europa, ya que, los dos poderes
aparecen íntimamente ligados en busca del ideal común de pode-
río y dominio. Sin embargo, el desarrollo del poder papal aunque
siempre ascendente, no era constante, pues hubo fuertes príncipes
que lo resistieron, así como príncipes débiles que se sometían a él.
También algunos Papas fueron débiles y otros inmorales, espe-
cialmente entre 850 y 1050 d.C., éstos desacreditaban su puesto,
aun en el tiempo más elevado de su supremacía. De estos Papas
merecen destacarse, de acuerdo a Muirhead15 los siguientes:

15 Muirhead, H. H. Op. Cit., pp. 272-282.

PÁG. 114 LIBRO PARA EL ESTUDIANTE


HISTORIA ECLESIÁSTICA I

HILDEBRANDO (1073 D.C.)

Ascendió al trono papal con el nombre de Gregorio VII, aun-


que él ya había sido por más de veinte años el poder tras el trono,
en los gobiernos de Nicolás II y Alejandro II. Este Papa reformó al
clero que se había corrompido y quebrantó la simonía (compra de
puestos en la iglesia), levantó las normas de moralidad e impuso
el celibato en el clero. Todo esto lo hizo mediante el concilio reu-
nido en Roma en el 1059 d.C.
Libertó a la iglesia de la dominación del estado, poniendo fin
al nombramiento de los Papas y los obispos por reyes y empera-
dores, además exigió que todas las cuestiones en contra de los
sacerdotes y la iglesia fuesen juzgadas en cortes eclesiásticas. La
costumbre, hasta entonces, había sido que el obispo recibiese un
cayado y anillo de su soberano y de prometerle fidelidad feudal
como su señor secular. Esto significaba que los obispos fuesen
nombrados por el gobernante, pero Hildebrando prohibió la pre-
sentación y la promesa.
El poder de Hildebrando fue tal que Ruy Barbosa citado por
Muirhead escribe lo siguiente:

. . . Al impulso de su genio, enérgico y al mismo tiempo flexible,


todas las soberanías temporales de Europa son conmovidas,
invalidadas y usurpadas. A los condes de España declara que
todo el territorio de ellos era “propiedad de San Pedro”, ame-
naza al rey de Francia con la desobediencia de los súbditos; al
rey de Hungría afirma que “aquel reino pertenece a la Iglesia
romana”; en poco tiempo reparte las coronas de Alemania,
Hungría y Polonia; depone a Nicéforo III, hace del rey de
Bohemia su tributario; apoya a todas las usurpaciones con el fin
de obtener un aliado en cada usurpador y traba contra Enrique
IV una porfiada guerra comenzada bajo el hábil pretexto de las
investiduras16.

16 Barboza en Muirhead, H. H. Op. Cit., pp. 274-275.

LIBRO PARA EL ESTUDIANTE PÁG. 115


HISTORIA ECLESIÁSTICA I

No obstante, después de la muerte de Hildebrando, la lucha entre


el emperador y el papado siguió mucho más, con resultados varian-
tes.

INOCENCIO III (1198 D.C.)

Este Papa declaró en su discurso inaugural que: “El sucesor de


San Pedro ocupa una posición intermedia entre Dios y el hombre.
Es inferior a Dios, mas superior al hombre. Es el juez de todos, mas
no es juzgado por nadie”. Inocencio logró aprovechar las condi-
ciones favorables para la unificación de todos los elementos de la
sociedad europea y así, el papado se hizo supremo.
Como vemos en su declaración, él fue el primer Papa que sos-
tuvo que no solamente era el representante de Dios en la tierra,
sino el vicario de Cristo: El que hace las veces de Dios en la tierra,
como tal él tenía el derecho de empuñar dos espadas: La temporal
y la espiritual. Instó a los reyes y príncipes a que se sometiesen a
su voluntad.
También fue él quien desarrolló la sentencia eclesiástica que
prohíbe al sacerdote el ejercicio de su ministerio o que prohíbe el
culto de la iglesia en un lugar determinado.
Inocencio sometió a la iglesia alemana al dominio papal y así
el imperio germánico fue despojado de su mejor apoyo. Promovió
reformas dentro de la iglesia contra la simonía y la vida de lujo del
clero. El cuarto sínodo de Letrán en 1215, reconoció su supremacía
universal y apoyó sus reformas.

GREGORIO IX (1227 D.C.)

La obra de Inocencio III tuvo una excelente continuación cuan-


do su sobrino, el Papa Gregorio IX subió al trono. Él fue quien
declaró el dominio papal en todo el mundo y sobre todas las cosas
y personas.
Asimismo, debemos anotar que a partir del siglo trece en ade-
lante, comenzó la lenta decadencia del papado pues la corrupción

PÁG. 116 LIBRO PARA EL ESTUDIANTE


HISTORIA ECLESIÁSTICA I

reinante en Roma, el favoritismo y el mercantilismo que influían


en las desiciones del Papa y el clero en general, estimularon esta
situación.

BONIFACIO VIII (1303 D.C.)

Este Papa tenía pretensiones tan elevadas como cualquiera de


sus predecesores pero eran ignoradas. Así, Bonifacio prohibió a
Eduardo I de Inglaterra que decretase impuestos a la propiedad de
la iglesia y a los tesoros sacerdotales, pero tuvo que ceder ante el
rey. Luego, Felipe el hermoso de Francia, le hizo la guerra a este
Papa y lo encarceló. Aunque fue libertado, murió de tristeza poco
después.

LA CAUTIVIDAD BABILÓNICA (1305 AL 1378 D.C.)

El período de 1305 a 1378 d.C. es conocido como la “Cautivi-


dad Babilónica”. Por mandato del rey de Francia, la sede del papa-
do fue trasladada de Roma a Avigñon. Los Papas se convirtieron
entonces en jefes nominales sin verdadera influencia o poder bajo
el gobierno francés. Otros aspirantes al papado surgieron en roma
y por muchas partes también, Papas y anti-Papas. Las órdenes
papales fueron desobedecidas libremente, las excomuniones eran
ignoradas.
El Papa Gregorio XI volvió a Roma y en 1414 d.C. se celebró un
concilio en Constanza para decidir entre las reclamaciones de cua-
tro Papas. Todos fueron depuestos y se escogió uno nuevo. Este es
en resumen, el estado de desmoralización en que se encontraba la
Iglesia Romana en vísperas de la Reforma.

Las cruzadas
Las cruzadas fueron expediciones más bien de carácter mili-
tar, llevadas a cabo por los cristianos de los siglos XI, XII y XIII,
con el objeto de liberar a Palestina del poder de los infieles. Esta

LIBRO PARA EL ESTUDIANTE PÁG. 117


HISTORIA ECLESIÁSTICA I

prolongada serie de guerras religiosas ocupó un lugar sobresa-


liente en la historia de la Iglesia Medieval, pues para los cristianos
de este tiempo fue fundamental la “liberación de la tierra santa”
y “los lugares santos” en poder de los paganos y enemigos de la
cruz de Cristo.
Para entender el por qué los cristianos de esta época actuaron
de esa manera debemos analizar las siguientes causas:

1. El espíritu de aventura y conquista que caracterizó a los


pueblos europeos.
2. La condición de miseria de las clases sociales de la época.
3. El inminente peligro de la invasión musulmana de oriente.
4. El catolicismo romano de la época medieval estaba reduci-
do a fórmulas y ceremonias en las cuales predominaba la
superstición y el fanatismo.
5. Se veneraban ciertos lugares conocidos como dispensadores
de beneficios espirituales, así como se adoraba reliquias
pues se creía que podían proporcionar bendiciones a sus
adoradores.

A más de esto, debemos anotar la fanática locura del sultán


Haken, quien en el 1010 d.C., ordenó la destrucción de los prin-
cipales santuarios cristianos de Jerusalén, dejando a merced del
tiempo y la intemperie a los cristianos ocupados en la defensa de los
lugares santos. Igualmente, la conquista de Asia Menor por parte de
los turcos en el 1076 d.C. vino a agravar la situación de los cristia-
nos. Por otra parte, el Imperio oriental pidió ayuda al Papa Urbano
II para que trajese a los guerreros europeos para su defensa. El Papa
aceptó y pronunció un discurso en el concilio de Clermont prome-
tiendo a todos los que se alistasen a las campañas la remisión de to-
das las multas y penitencias a que estaban obligados por los peca-
dos pasados, así como la protección a cada combatiente y sus pro-
piedades. De esta manera, muchos se alistaron para la guerra.
Sin embargo, debemos notar que este fanatismo impulsó a
gente que no estaba preparada para combatir, como fue el caso de

PÁG. 118 LIBRO PARA EL ESTUDIANTE


HISTORIA ECLESIÁSTICA I

Pedro el Ermitaño, quien condujo a una gran multitud al oriente,


esperando ayuda milagrosa, pero todos ellos fueron masacrados
por los musulmanes.
Otra cruzada sin sentido y organización fue la de 1212 d.C.,
compuesta por niños. Esta fue dirigida por un muchacho llamado
Esteban y tomaron parte más de 20.000 pequeños, todos de Fran-
cia, sin la menor idea de los peligros que vendrían. El resultado
fue el total aniquilamiento de los pequeños, pues muchos murie-
ron y otros fueron presos por los árabes y vendidos como esclavos.
Podríamos resumir las cruzadas de la siguiente manera:

1. Primera Cruzada: Dirigida por Godofredo de Bouillón, de


1095 a 1099 d.C.
2. Segunda Cruzada: Dirigida por Luis VII y Conrado III, de
1147- 1149 d.C.
3. Tercera Cruzada: Dirigida por Federico Barbarroja de Ale-
mania, Felipe Augusto de Francia y Ricardo “Corazón de
León” de Inglaterra, de 1189 a 1191 d.C.
4. Cuarta Cruzada: Fue un fracaso, esta en realidad fue diri-
gida contra Constantinopla, de 1201 a 1204 d.C.
5. Quinta Cruzada: Dirigida por Juan de Brienne rey de Jeru-
salén y Andrés II rey de Hungría, de 1228 a 1229 d.C.
6. Sexta Cruzada: Dirigida por Federico II, de 1248 a 1254 d.C.
7. Séptima Cruzada: Dirigida por Luis IX, de Francia de 1270
a 1291 d.C.
8. Octava Cruzada: Dirigida por Luis IX de Francia y Eduar-
do Plantagenet de Inglaterra, de 1270 a 1272 d.C.

La influencia de los monasterios


en el arte y cultura medieval
En la Época Medieval los monasterios se desarrollaron grande-
mente. Las órdenes monásticas absorbieron casi toda la vida cris-
tiana de la época; el cultivo de las letras llevado a cabo con mayor

LIBRO PARA EL ESTUDIANTE PÁG. 119


HISTORIA ECLESIÁSTICA I

o menor esmero por los monjes, hizo que estos se constituyeran en


centros de cultura y saber. Asimismo casi toda la obra de pro-
paganda, filantropía, evangelización realizada durante la Edad
Media fue dirigida y ejecutada por los monjes. Ellos se convir-
tieron también en los más prominentes escritores, predicadores,
teólogos y filósofos de los tiempos feudales.
Las grandes universidades de la Edad Media se establecieron
por los eclesiásticos y estuvieron conectadas con los monasterios.
Así tenemos, la Universidad de París, que ya en el siglo XI tenía
casi 30.000 estudiantes; las universidades de Oxford y Cambridge
en Inglaterra, y la de Bolonia.
También debemos notar que los monjes tuvieron un papel
protagónico en la iniciativa, dirección y responsabilidad de las
Cruzadas, como en la represión de las herejías por medio de la
inquisición. Por la popularidad que ganaron los monasterios,
amontonaron grandes fortunas que motivaron el alejamiento de
esas órdenes ricas y acaudaladas de los elementos que deseaban
vivir en forma sencilla y ajena a los placeres del mundo.
Esos personajes alejados de los monasterios se reunían y
formaban nuevas órdenes, y los monasterios siguieron produ-
ciendo hombres sobresalientes y eruditos como Erasmo, Tauler,
Staupitz y Lutero. Por otra parte, debemos anotar que la seguridad
y eficiencia de las órdenes monásticas descansaban proporcional-
mente en su fidelidad a la curia romana y el papado. Esto les con-
cedía cierta libertad en práctica y vida cristiana. Entre las órdenes
que surgen en este período tenemos:

LOS CISTERCIENSES (1098 D.C.)

Ellos procuraron restablecer la disciplina benedictina que esta-


ba corrompida. Su fundador fue Roberto, pero fue fortalecida y
reorganizada por Bernardo de Clairvaux. Esta orden prestó gran
atención al arte, la arquitectura y la literatura, copiando libros anti-
guos y escribiendo muchos nuevos.

PÁG. 120 LIBRO PARA EL ESTUDIANTE


HISTORIA ECLESIÁSTICA I

LOS FRANCISCANOS (1209 D.C.)

Esta orden fue fundada en 1209 d.C. por San Francisco de Asís.
Se expandió desde Italia a todas partes de Europa, inclusive se
estableció una orden paralela femenina por Clara de Asís que se
llamó “Las Claras Pobres”.
Ellos se dedicaban al cuidado de los enfermos, de los pobres y
los sufrientes. Así, se dice que durante la peste negra, plaga que
casi acabó con Europa en el siglo catorce, más de 120.000 monjes y
monjas franciscanos murieron mientras prestaban ayuda a los
moribundos y enfermos.

LOS DOMINICOS (1215 D.C.)

Esta orden fue fundada por Santo Domingo en 1215, igual-


mente se extendió por toda Europa. Ésta se diferenciaba de las
demás órdenes porque eran predicadores que iban por doquier
fortaleciendo la fe de los creyentes. Desgraciadamente esta orden,
en su intento de cuidar la fe, comenzaron a perseguir a los “here-
jes”, constituyéndose en el brazo aliado de la Inquisición.
Todas estas órdenes eran ascetas y aunque empezaron con los
propósitos más nobles de hombres y mujeres que se sacrificaban a
sí mismos, fueron perdiendo su pureza y adoptando las costum-
bres sensuales de la época. De esta manera, en la época de la
Reforma muchos monasterios fueron suprimidos y sus habitantes
fueron desalojados y obligados a trabajar.

La caída de Constantinopla
La caída de Constantinopla ocurrió en 1453 d.C. Esta fecha ha
sido fijada por los historiadores como el punto de división entre los
tiempos medievales y modernos. El Imperio Griego nunca se recobró
de la conquista de los cruzados en 1204 d.C., pero aunque las fuertes

LIBRO PARA EL ESTUDIANTE PÁG. 121


HISTORIA ECLESIÁSTICA I

defensas naturales y artificiales protegieron por mucho tiempo a la


ciudad de los turcos, finalmente ésta fue tomada por Mahoma el
Segundo.
En un día la iglesia de Santa Sofía fue transformada en una
mezquita y Constantinopla fue hasta 1920 d.C., la ciudad de los
sultanes y la capital del imperio Turco. Así, la iglesia griega fue
despojada de todo, menos de su autoridad eclesiástica, por lo que
el patriarca continúa hasta la fecha viviendo en Constantinopla.

El principio de la
reforma religiosa
El término “Reforma” se refiere a la convulsión religiosa que
destruyó la unidad de la iglesia cristiana en Europa occidental
durante el siglo dieciséis, y que dio origen a principios religiosos que
han regido a las iglesias protestantes y evangélicas: “Sola fe, sola
gracia, sola Escritura” y el sacerdocio universal de los creyentes.
En general, la Reforma se produjo por las siguientes catego-
rías, según Amaya17:

1. El dogma de la iglesia.
2. Prácticas eclesiásticas.
3. Prácticas populares.
4. Abusos eclesiásticos.

En la primera categoría vemos que se había transformado la


posición doctrinal de la iglesia cristiana. Los cambios más radi-
cales se encuentran en el concepto de iglesia, ya que ésta no era
más el cuerpo de Cristo sino una institución con un absolutismo
total cuya cabeza era el Papa; en el concepto de salvación, la cual
no se obtenía en esta época mediante la fe en Cristo, sino a través
de la institución de la Iglesia; el perdón de pecados, éste ya no se

17 Amaya, Isamael E. Los forjadores de nuestra fe. EE. UU.: Logoi, 1982., pp. 14-24.

PÁG. 122 LIBRO PARA EL ESTUDIANTE


HISTORIA ECLESIÁSTICA I

obtenía a través de la fe del penitente en los méritos de Cristo en


la cruz del calvario, sino a través del bautismo. Además, se hizo
divisiones del pecado: cardinales y mortales, lo que contradice las
Escrituras. Y el concepto de los sacramentos pues se habían aña-
dido a la Santa Cena y al bautismo los siguientes: La confirmación,
el matrimonio, la penitencia, la extremaunción y la ordenación.
En cuanto a prácticas eclesiásticas surgieron la mariología, es
decir, la adoración a la Virgen María y, la intercesión de los santos,
lo cual condujo a la Iglesia a la canonización de los mismos.
Las prácticas eclesiásticas inspiraban la protesta de muchos
cristianos sinceros, éstas fueron el absolutismo papal, la corrup-
ción del clero y el formalismo extremo del culto.
Con respecto a los abusos eclesiásticos, la lista es larga, pero po-
demos incluir: Las anatas, las colaciones, las preservaciones (reser-
va de puestos eclesiásticos), las dispensaciones (se podía violar la
ley canónica mediante el pago de una cantidad de dinero), la simo-
nía (venta de cargos eclesiásticos al mejor postor), el nepotismo (un
Papa nom bró a su sobrino de 14 años al cargo de Cardenal) , las
recomendaciones, el pluralismo, el absentismo y las indulgencias.
Asimismo, en este período hubo fuerzas externas que se con-
virtieron en precursoras de la Reforma, estas fueron: El renaci-
miento, que introdujo el espíritu individualista, el espíritu nacio-
nalista y la exploración geográfica; y la invención de la imprenta.

Personajes destacados
de este período
Entre los grandes personajes de este período podemos nom-
brar a los siguientes:

ANSELMO (1033-1109 D.C.)

Nació en Piamonte, Italia. Fue un erudito que se hizo monje


en Normandía. En 1078 d.C. lo nombraron “abad” y llegó a ser

LIBRO PARA EL ESTUDIANTE PÁG. 123


HISTORIA ECLESIÁSTICA I

arzobispo de Canterbury y primado de la iglesia de Inglaterra en


el año 1093 d.C. Luchó por la libertad y autoridad de la iglesia
contra Enrique I. Escribió muchas obras teológicas y filosóficas,
por lo que se lo ha llamado el “segundo Agustín”.

PEDRO ABELARDO (1079-1142 D.C.)

Filósofo y teólogo, fue el pensador más valeroso de la Edad


Media. Fundó la Universidad de París. Sus intrépidas especula-
ciones y opiniones independientes, le pusieron más de una vez
bajo la expulsión de la iglesia. Dejó el monasterio para casarse con
Eloísa, pero fueron obligados a separarse. Ambos entraron en
conventos, Abelardo murió siendo “abad” y Eloísa, “abadesa”.

BERNARDO DE CLAIRVAUX
(1091-1153 D.C.)

Era de una noble familia francesa. Se lo educó para que partici-


pase en la corte, pero renunció por el convento. En 1115 d.C.
estableció la orden cisterciense. Predicó y promovió la segunda
cruzada. Bernardo de Clairvaux fue un hombre de mente amplia y
de corazón bondadoso, se opuso y escribió en contra de la per-
secución de los judíos.

TOMÁS DE AQUINO (1226-1274 D.C.)

Fue la mentalidad más destacada de la Edad Media, por lo que


se lo ha llamado “Doctor Universal” y “Príncipe de la Escolástica”.
Nació en una familia noble y contra la voluntad de sus padres,
entró a la orden de los monjes dominicos. Llegó a ser la autoridad
más celebrada y elevada del período medieval en filosofía y teolo-
gía. Sus escritos aún se citan, especialmente por los eruditos
Católico Romanos.

PÁG. 124 LIBRO PARA EL ESTUDIANTE


HISTORIA ECLESIÁSTICA I

JUAN WYCLIFFE (1324-1348 D.C.)

Empezó en Inglaterra el movimiento a favor de la libertad del


poder romano y de la reforma de la iglesia. Se educó en la Univer-
sidad de Oxford donde llegó a ser doctor en teología. Él atacó a los
frailes mendicantes y al sistema del monacato. Rechazaba la auto-
ridad del Papa en Inglaterra, escribió en contra de la doctrina de la
transubstanciación, considerando al pan y al vino como símbolos
e instaba a que el servicio de la iglesia fuese más simplificado, de
acuerdo al modelo del Nuevo Testamento.
Su mayor obra fue la traducción de la Biblia al Inglés. Sus
seguidores fueron llamados “lolardos” y llegaron a ser muy nu-
merosos, pero luego fueron perseguidos y exterminados bajo
Enrique IV.

JUAN HUSS (1369-1415 D.C.)

Fue un lector de los escritos de Wycliffe y predicó sus doctri-


nas, especialmente la liberación de la autoridad papal. Como rec-
tor de la Universidad de Praga tuvo una influencia notable en
Bohemia. El Papa lo excomulgó y puso a la ciudad bajo censura
eclesiástica. Él se retiró de la ciudad pero seguía escribiendo y
divulgaba sus ideas.
Fue citado al concilio de Constanza y él accedió a ir, para lo
que recibió un salvoconducto del emperador Segismundo. Pero el
pacto fue violado sobre la base de que “la fe no se guardaría con
herejes”. Así que lo condenaron y quemaron, pero este hecho des-
pertó la reforma en su tierra natal.

LIBRO PARA EL ESTUDIANTE PÁG. 125

También podría gustarte