Miercoles de Ceniza 220223

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“Con estas cenizas, Señor”

(CORO) Con estas cenizas, Señor Con las oraciones, Señor


Renunciamos al pecado Buscamos tu rostro
Con estas cenizas, Señor
Nos acercamos a Ti (CORO)

Arrepentidos, Señor Con el ayuno, Señor


Caminamos hacia Ti Se alimenta nuestro espíritu

(CORO) (CORO)

Ten piedad, Jesús Los 40 días


Porque somos pecadores Preparamos nuestra fe

(CORO) (CORO)

Desde lo hondo, Señor Arrojemos todo el mal


Hoy clamamos hacia Ti La envidia y el odio

(CORO) (CORO)

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Señor Jesús, te reconozco como mi Maestro.


Tú que enseñas con autoridad porque eres todo amor y verdad.
Ayúdame a saber escucharte en este momento de oración y a poner mi confianza en Ti.

Recordemos nuestras faltas y pidamos perdón a Dios en un momento de silencio.

Te pido perdón, Señor, por mis pecados, ayúdame a confiar en tu amor misericordioso que siempre
perdona a quien en verdad se arrepiente, y que así pueda renovarme en la lucha por alcanzar la santidad.

Del santo Evangelio según San Mateo 6, 1-6. 16-18

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

"Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean.
De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.

Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las
sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su
recompensa. Tú, en cambio, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha,
para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en
las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron
su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu
Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia
de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su
recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la
gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te
recompensará".

Palabra del Señor.

Reflexión

Hoy, miércoles de ceniza e inicio de cuaresma, Jesús nos habla en el Evangelio de tres obras de
piedad: la limosna, la oración y el ayuno; con ello critica el hecho de que muchas veces lo practicamos
para ser vistos por los demás y sin transformarnos en un signo claro de amor, de fe y de conversión
permanente.

Jesús me invita a entrar en mi corazón, a lo más íntimo. Necesitamos atrevernos a amar y a realizar
de manera permanente y silenciosa un ejercicio práctico de caridad. Necesitamos tener coraje para
encontrarnos con nuestro corazón, desde ese encuentro con lo que en verdad somos, podemos orar,
ayunar y dar limosna de manera auténtica y ese padre amoroso que está en los cielos nos aguarda con
la más grande de las recompensas.

Para la reflexión personal

Jesús nos invita a:

a) Compartir con los demás lo que somos y tenemos, eso es la (Limosna), no solo es
dinero, es tiempo de calidad, amor, comprensión y perdón.

b) Estar en contacto con el que nos alimenta y nos da vida, eso es la (Oración), la
comunicación constante con nuestro señor Jesucristo.

c) Privarnos de lo que no es imprescindible eso es el (Ayuno), para poder compartir con


los demás y para que en nuestro corazón tenga sitio el único que es necesario: Dios

Medita la oración hecha canción.

https://n9.cl/eyns “Que nos guie tu justicia” Salomé Arricibita

Que nos guíe tu justicia y la esperanza de que un día


Entenderemos que no hay vida sin bondad, sin armonía
Que nos guíe tu justicia y tu mirada compasiva
Que nos ponga en el lugar de quien nos necesita

Que nos guíe tu justicia y tu reloj para la vida


Sin agobios, y sin plazos, esperando más sonrisas
Descubriendo lo pequeño, mano a mano, día a día
Compartiendo espacio y tiempo, compartiendo compañía

Que nos guíe tu justicia, y la fe en el pan de cada día


Sin ambicionar o pedir más garantías
Que nos cambie el corazón y nos crezca la alegría
Que la vida se nos llene de caricias
Que nos cambie el corazón y nos crezca la alegría
Que la vida se nos llene de caricias
Que la vida se nos llene de caricias
ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero.


Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora.
Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece
Y es el momento de decirle algo al Señor.

Señor, hoy día de la ceniza, quiero caer en la cuenta no de lo que tengo, ni de lo que valgo, ni de
lo que puedo. Quiero caer en la cuenta de lo que “soy”. Y la esencia de lo que soy es “que no soy
nada”. Solo un poco de ceniza. Eso es lo que nos entregan después de la incineración de un ser querido.
Esa es nuestra pequeñez. Pero esa poca cosa que yo soy “está hecha a imagen y semejanza de Dios”.
Yo, con lo poco que soy, soy amado de Dios. Y ésa es nuestra grandeza.

Recemos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria. (Por las intenciones de cada uno de nosotros)

Padre nuestro que estás en Dios te salve, María. Gloria al Padre y al Hijo
el cielo, santificado sea tu Llena eres de gracia: y al Espíritu Santo.
Nombre; venga a nosotros El Señor es contigo.
tu Reino; hágase tu Bendita tú eres entre todas las Como era en el principio,
voluntad en la tierra como mujeres. Y bendito es el fruto de ahora y siempre, por los
en el cielo. tu vientre: Jesús. siglos de los siglos.
Danos hoy nuestro pan de Santa María, Madre de Dios, Amén.
ruega por nosotros pecadores,
cada día; perdona nuestras
ahora y en la hora de nuestra
ofensas, como también
muerte.
nosotros perdonamos Amén.
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la
tentación, y líbranos del mal.
Amén.

Pidámosle a María su maternal ayuda.

Madre nuestra, tú eres Madre de Misericordia y Refugio de los pecadores. Comenzamos ahora en
toda la Iglesia un tiempo especial de conversión, y será muy importante tu compañía para conseguir
verdaderamente el cambio que Dios nos pide.

Sabemos que no se trata simplemente de hacer un propósito de enmienda, sino de lograr un


verdadero cambio de vida, de tomar el camino correcto (metanoia = cambiar de mentalidad), que nos
ayude a decidirnos de verdad a ser santos, luchando contra todo lo que nos aparta de Dios.

Danos la humildad que necesitamos para convertirnos verdaderamente, para reconocer nuestros
pecados y poner todos los medios posibles para evitarlos.

Ayúdanos, también, a mantenernos pequeños, permaneciendo en el amor y buscando siempre y


en todo, la gloria de Dios.

Amén.

Oración para un miércoles de ceniza

No soy infinito, la tierra y el polvo me recuerdan lo que soy y lo que seré.


La tierra y el polvo me recuerdan que tú eres mi alfarero pero yo no me he dejado moldear, soy arcilla
rebelde, que no se cose al fuego de tu espíritu.

Es hora de volver a casa desde este país donde ya no hay alimento que pueda saciar mi hambre.

Como la ceniza, debo entrar en el horno de tu espíritu y dejarme transformar en el cántaro que tú quieres.

Aunque si me quedó hecho cenizas, sé que puedo renovarlo y quiero hacerlo con tu ayuda.

40 días para dejarme encontrar por ti, para darme cuenta de que me esperas a la puerta de casa.

40 días para pedirte perdón y ayunar de tantas cosas que me sobran y otros necesitan.

40 días para escuchar más atento a tu palabra y dejar que seas tú quién me sacia y tú perdón quién me
restaure.

Amén.

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.

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