Posadas
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Jalapa
Novena de Posadas
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PRIMER DÍA
Para el discípulo misionero Navidad es
PERDONAR
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Acto penitencial
Al iniciar este día: Primero de la novena de Navidad queremos preparar el camino para
encontrarnos contigo, Padre Bueno, que vienes a nuestro encuentro. Por ello te
pedimos perdón:
Por nuestra pequeñísima fe, por nuestras dudas y miedos, por nuestra falta de
compromiso y testimonio, por nuestra rutina y desgane para orar.
Tu que viniste a visitar a tu pueblo con la paz: Señor ten piedad.
Por nuestra débil esperanza: por nuestros desánimos y tristezas. Por nuestras
prisas e impaciencias, por nuestro olvido de la Palabra de Dios.
Tu que viniste a salvar lo que estaba perdido: Señor ten piedad.
Por nuestra tibia caridad: por nuestra falta de solidaridad y nuestra insensibilidad
ante el sufrimiento de los demás, por nuestros gatos excesivos, por nuestras
violencias, agresiones y rencores.
Tu que viniste a crear un mundo nuevo: Señor ten piedad.
Oración
Aquí estamos, Señor, reunidos en torno a ti, no deseamos nada más que encontrarte
en nuestras vidas; así como te reconocieron Ana y Simeón, queremos reconocerte en
el niño que nace en Belén. Prepara nuestros corazones para que recibamos con
alegría y compromiso el Reino de Dios que se hace presente entre nosotros,
proclamando con todos los ángeles y a través de nuestra vida “ Gloria a Dios en el
cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”,
No cierres tus oídos a nuestra oración, para que, meditando el misterio de la
encarnación, te sigamos más de cerca, como tus discípulos misioneros. Amén.
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Canto: Preparad los caminos
Una voz clama en el Alégrense los justos en Alégrate hermano,
desierto el señor, escucha mi cantar,
"preparad los caminos a Gloríense en su Tú eres la voz que
Dios" majestad. clamará.
Una voz resuena en las
montañas: Una voz clama en el Una voz está llegando,
Gloria a Dios el señor desierto.... Una voz llena de amor,
Escuchemos su llamado
Preparen los caminos, Viene su justicia, viene Y veremos a dios, a
los caminos a Dios, su verdad, dios.
Gloria y su poder Sólo si tú quieres dejarte
derramarán. guiar. Una voz clama en el
desierto. .
“Pedro se acercó entonces y le dijo “Señor ¿Cuántas veces tengo que perdonar las
ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?” Jesús le dice: “No te digo
hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”
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Esta Navidad es una buena oportunidad para reconciliarnos y perdonarnos
mutuamente. Esforzándonos en perdonar la ofensa del esposo (a), hermano (a), amigo
(a).
Porque sin perdonar no gozamos de la paz, serenidad y alegría.
Porque Dios siempre nos perdona. Dios es misericordioso y quiere que lo seamos
también.
Preces
Nos dirigimos al Padre bueno y misericordioso lento a la cólera y rico en clemencia
diciendo: Te rogamos Señor óyenos
Por la Iglesia, que busca siempre encontrar el camino al perdón, roguemos al
Señor.
Te rogamos Señor óyenos
Por nuestra Guatemala, por sus gobernantes para que se encuentren la mejor
forma de gobernar, roguemos al Señor.
Te rogamos Señor óyenos
Por nuestros hermanos que sufren alguna enfermedad, hambre y violencia para
que Dios les sane por medio de su Santo Espíritu, roguemos al Señor.
Te rogamos Señor óyenos
Por nuestro Sector Misionero, para que tomemos conciencia de la Misión que se
nos ha encomendado de llevar la Buena Nueva a todos, roguemos al Señor.
Te rogamos Señor óyenos
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Por aquellos hermanos a quienes hemos ofendido y quienes me han ofendido
para que se olviden de los problemas que surgieron, roguemos al Señor.
Te rogamos Señor óyenos
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Padre nuestro…
Ave María…
Oración:
Padre, nos pides que practiquemos la caridad evangélica, que seamos benévolos con
quienes nos han hecho daño, nos han ofendido, traicionado, humillado y odiado. Envía
tu Espíritu de amor que restaure, renueve, purifique y sane nuestra alma. Ayúdanos a
tener un corazón semejante al tuyo, humilde y generoso, capaz de perdonar. Te lo
pedimos, por intercesión de tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor, que vive y espera
nuestro arrepentimiento para desbordar la abundancia de su misericordia en sus
discípulos misioneros. Amén.
Compromiso: Orar por aquella persona que me ha ofendido, desearle lo mejor y
esforzarme por olvidar la ofensa recibida.
SEGUNDO DÍA
Para el discípulo misionero Navidad es
ALEGRARSE
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Acto penitencial
Al iniciar este día segundo de la novena de Navidad queremos preparar el camino para
encontrarnos contigo, Padre Bueno, que vienes a nuestro encuentro. Por ello te
pedimos perdón:
Por nuestra pequeñísima fe, por nuestras dudas y miedos, por nuestra falta de
compromiso y testimonio, por nuestra rutina y desgane para orar.
Tu que viniste a visitar a tu pueblo con la paz: Señor ten piedad.
Por nuestra débil esperanza: por nuestros desánimos y tristezas. Por nuestras
prisas e impaciencias, por nuestro olvido de la Palabra de Dios.
Tu que viniste a salvar lo que estaba perdido: Señor ten piedad.
Por nuestra tibia caridad: por nuestra falta de solidaridad y nuestra insensibilidad
ante el sufrimiento de los demás, por nuestros gatos excesivos, por nuestras
violencias, agresiones y rencores.
Tu que viniste a crear un mundo nuevo: Señor ten piedad.
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Oración (se repetirá cada día)
Aquí estamos, Señor, reunidos en torno a ti, no deseamos nada más que encontrarte
en nuestras vidas; así como te reconocieron Ana y Simeón, queremos reconocerte en
el niño que nace en Belén. Prepara nuestros corazones para que recibamos con
alegría y compromiso el Reino de Dios que se hace presente entre nosotros,
proclamando con todos los ángeles y a través de nuestra vida “ Gloria a Dios en el
cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”,
No cierres tus oídos a nuestra oración, para que, meditando el misterio de la
encarnación, te sigamos más de cerca, como tus discípulos misioneros. Amén.
Ven salvador, ven sin tardar, Los hombres de mi tierra esperan que tú
Danos tu gracia y tu paz. vengas,
Ven salvador, ven sin tardar, Que se abran los horizontes por donde
Damos tu fuerza y verdad. caminar:
Nos diste tu palabra, es firme nuestra Vendrás con los que luchan por una
espera, tierra nueva,
Iremos tras tus huellas, sabemos que Vendrás con los que cantan justicia y
vendrás: hermandad:
Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Que vuestra mesura
sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. No os inquietéis por cosa
alguna; antes bien, en toda ocasión, presentad a Dios vuestras peticiones, mediante
la oración y la súplica, acompañadas de la acción de gracias. Y la paz de Dios, que
supera todo conocimiento, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos
en Cristo Jesús.
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Navidad es la explosión de la alegría. Es la alegría del corazón que brota del encuentro
con Jesucristo, a quien el discípulo misionero reconoce como el Hijo de Dios encarnado
y redentor. La alegría del discípulo misionero, es antídoto frente a un mundo
atemorizado. No es un sentimiento de bienestar egoísta sino una certeza que brota de
la fe, que serena el corazón y capacita para anunciar la buena noticia del amor de Dios.
Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona, haberlo
encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con
nuestras palabras y obras es nuestro gozo (cf, DA 29).
El discípulo misionero, está llamado a dar “desde la alegría de la fe sus dones
espirituales, humanos y materiales, (cf. DA 379). Es la alegría que nos llega cuando
compartimos generosamente con el más necesitado, “porque hay más alegría en dar
que en recibir”.
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Preces
Dirijamos nuestra plegaria confiada al Padre diciendo:
Señor danos tu paz y alegría.
Por la Iglesia, para que todos los que participamos en ella mostremos siempre
nuestra alegría con todos nuestros hermanos. Roguemos al Señor.
Señor danos tu paz y alegría.
Para que mostrando la alegría que cada uno de los integrantes de los diferentes
gobiernos a nivel nacional y local puedan llegar a los más necesitados.
Roguemos al Señor.
Señor danos tu paz y alegría.
Por nuestros hermanos necesitados tanto material como espiritual, por los que
sufren enfermedades, hambre y violencia para que en ellos se refleje la alegría
de Dios, roguemos al Señor.
Señor danos tu paz y alegría.
Por nuestros hermanos que ya han participado de la alegría del Reino Celestial,
roguemos al Señor.
Señor danos tu paz y alegría.
Padre nuestro…
Ave María…
Oración:
Padre, renueva en nosotros tu Espíritu, para que podamos descubrir la diferencia entre
alegría y placer. Convéncenos, Señor, de que, para ser felices de verdad, es necesario
que la generosidad y la entrega, superen al consumismo y al deseo. Que, como
discípulos misioneros tuyos, sepamos dar testimonio de la alegría que tú nos brindas.
Ensénanos a encontrar la verdadera alegría de vivir y ser felices. Por Cristo, nuestro
Señor. Amén.
Compromiso:
Regalar un poco de alegría a las personas que tengo cerca: en mi familia, en el barrio,
en el lugar de trabajo. Llevar consuelo al triste y hacerlo en nombre de Jesús.
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TERCER DÍA
Para el discípulo misionero Navidad es
COMPARTIR
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Acto penitencial
Al iniciar este tercer día de la novena de Navidad queremos preparar el camino para
encontrarnos contigo, Padre Bueno, que vienes a nuestro encuentro. Por ello te
pedimos perdón:
Por nuestra pequeñísima fe, por nuestras dudas y miedos, por nuestra falta de
compromiso y testimonio, por nuestra rutina y desgane para orar.
Tu que viniste a visitar a tu pueblo con la paz: Señor ten piedad.
Por nuestra débil esperanza: por nuestros desánimos y tristezas. Por nuestras
prisas e impaciencias, por nuestro olvido de la Palabra de Dios.
Tu que viniste a salvar lo que estaba perdido: Señor ten piedad.
Por nuestra tibia caridad: por nuestra falta de solidaridad y nuestra insensibilidad
ante el sufrimiento de los demás, por nuestros gatos excesivos, por nuestras
violencias, agresiones y rencores.
Tu que viniste a crear un mundo nuevo: Señor ten piedad.
Oración
Aquí estamos, Señor, reunidos en torno a ti, no deseamos nada más que encontrarte
en nuestras vidas; así como te reconocieron Ana y Simeón, queremos reconocerte en
el niño que nace en Belén. Prepara nuestros corazones para que recibamos con
alegría y compromiso el Reino de Dios que se hace presente entre nosotros,
proclamando con todos los ángeles y a través de nuestra vida “ Gloria a Dios en el
cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”,
No cierres tus oídos a nuestra oración, para que, meditando el misterio de la
encarnación, te sigamos más de cerca, como tus discípulos misioneros. Amén.
pág. 10
Texto bíblico: Hechos de los Apóstoles 2, 42-46
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Preces
Clamemos a nuestro buen Padre Dios diciendo: Padre escúchanos
Por la Iglesia, que buscando llevar la Buena del Señor, nos brinda el perdón por
medio de sus Sacramentos, roguemos al Señor.
Padre escúchanos
Por los políticos, los integrantes del gobierno para que en base a lo que nos
enseña Jesús, se conviertan y den paso a la nueva Guatemala que soñamos,
roguemos al Señor.
Padre escúchanos
Por los necesitados, por aquellos que sufren ya sea por motivos de enfermedad,
hambre, violencia, los perseguidos, para que el Señor les permita ver la luz de la
verdad, roguemos al Señor.
Padre escúchanos
Por nuestros hermanos difuntos que para que estén gozando de la presencia de
Dios, roguemos al Señor.
Padre escúchanos
Padre nuestro
Ave María
Oración:
Padre Celestial, gracias por enviar a tu Hijo a la tierra y la entrega gozosa que ha
hecho de sí mismo a la humanidad entera. Como discípulos misioneros, queremos
crecer en la generosidad. Te pedimos nos concedas la gracia de ser sanados de
nuestra indiferencia y egoísmo. Danos la fuerza para dar sin calcular, a servir sin
esperar recompensa, a hacer el bien al que nada puede retribuirnos, a amar siempre
gratuitamente, a donarnos en todo con prontitud, siendo cercanos y amables con los
que me rodean.
Tú, que eres la Vida, la Verdad y el Amor, en la unidad del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Compromiso:
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Compartir un beso, una caricia, un detalle sorpresa, un saludo emocionado, con los
miembros de mi familia.
CUARTO DÍA
Para el discípulo misionero Navidad es
COMPRENDER
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
Acto penitencial
Al iniciar este cuarto día de la novena de Navidad queremos preparar el camino para
encontrarnos contigo, Padre Bueno, que vienes a nuestro encuentro. Por ello te
pedimos perdón:
Por nuestra pequeñísima fe, por nuestras dudas y miedos, por nuestra falta de
compromiso y testimonio, por nuestra rutina y desgane para orar.
Tu que viniste a visitar a tu pueblo con la paz: Señor ten piedad.
Por nuestra débil esperanza: por nuestros desánimos y tristezas. Por nuestras
prisas e impaciencias, por nuestro olvido de la Palabra de Dios.
Tu que viniste a salvar lo que estaba perdido: Señor ten piedad.
Por nuestra tibia caridad: por nuestra falta de solidaridad y nuestra insensibilidad
ante el sufrimiento de los demás, por nuestros gatos excesivos, por nuestras
violencias, agresiones y rencores.
Tu que viniste a crear un mundo nuevo: Señor ten piedad.
Oración
Aquí estamos, Señor, reunidos en torno a ti, no deseamos nada más que encontrarte
en nuestras vidas; así como te reconocieron Ana y Simeón, queremos reconocerte en
el niño que nace en Belén. Prepara nuestros corazones para que recibamos con
alegría y compromiso el Reino de Dios que se hace presente entre nosotros,
proclamando con todos los ángeles y a través de nuestra vida “ Gloria a Dios en el
cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”,
No cierres tus oídos a nuestra oración, para que, meditando el misterio de la
encarnación, te sigamos más de cerca, como tus discípulos misioneros. Amén.
pág. 13
Canto: Como el ciervo al agua va
Como el ciervo al agua Quien escucha mi gemir
va, dice: Gloria al Padre eterno,
vamos hacia ti, Señor, «¿Dónde está tu gloria al Hijo Redentor,
pues de Ti tenemos Dios?»; gloria al Espíritu
sed, el Señor se encuentra que nos une en el amor.
fuente del eterno aquí Ven, Señor, ¡maranatha!
amor. en la voz de júbilo. Amén, ¡aleluya!
Caminamos hacia Ti Ya mi llanto ha de cesar, Ven, Señor, ¡maranatha!
con alegres cánticos: el Señor es Salvador; Amén, ¡aleluya!
hoy venimos a tu altar cuando tenga que sufrir,
para amarte más, en Ti pensaré, Señor.
Señor.
“No juzguéis para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis
seréis juzgados, y con la medida con que midáis se os medirá. ¿Cómo es que miras
la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo?
¿O cómo vas a decir a tu hermano: “¿Deja que te saque la brizna del ojo”, teniendo
la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la vida de tu ojo, y entonces podrás ver
para sacar la brizna del ojo de tu hermano”.
Preces
Juntos como hermanos y consientes de nuestras debilidades oremos diciendo:
Señor danos un corazón semejante al tuyo.
Por la Iglesia, para que siempre nos enseñe a amar a Dios sobre todas las
cosas y así brindar el amor a nuestros semejantes, roguemos al Señor.
Señor danos un corazón semejante al tuyo.
Por los responsables políticos y los gobernantes para que apoyen a todos los
que les necesitan sin discriminación, roguemos al Señor.
Señor danos un corazón semejante al tuyo.
Por los necesitados, por aquellos que sufren ya sea por motivos de enfermedad,
hambre, violencia, así como por la discriminación, roguemos al Señor.
Señor danos un corazón semejante al tuyo.
Por todos los aquí reunidos para que el Señor nos libres de las enseñanzas del
enemigo. Dios es siempre de paso. Roguemos al Señor.
Señor danos un corazón semejante al tuyo.
Padre nuestro
Ave María
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Oración:
Señor, infunde en nuestros corazones tu gracia para que podamos amar y comprender
a todos nuestros hermanos y seamos capaces de reconocer nuestra faltas y defectos.
Te lo pedimos a ti que viven y reinas por los siglos de los siglos. Amen.
Compromiso:
Proponerme cada día no juzgar, no condenar, no criticar.
QUINTO DÍA
Para el discípulo misionero Navidad es DIALOGAR
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen,
Acto penitencial
Al iniciar este día quinto de la novena de Navidad queremos preparar el camino para
encontrarnos contigo, Padre Bueno, que vienes a nuestro encuentro. Por ello te
pedimos perdón:
Por nuestra pequeñísima fe, por nuestras dudas y miedos, por nuestra falta de
compromiso y testimonio, por nuestra rutina y desgane para orar.
Tu que viniste a visitar a tu pueblo con la paz: Señor ten piedad.
Por nuestra débil esperanza: por nuestros desánimos y tristezas. Por nuestras
prisas e impaciencias, por nuestro olvido de la Palabra de Dios.
Tu que viniste a salvar lo que estaba perdido: Señor ten piedad.
Por nuestra tibia caridad: por nuestra falta de solidaridad y nuestra insensibilidad
ante el sufrimiento de los demás, por nuestros gatos excesivos, por nuestras
violencias, agresiones y rencores.
Tu que viniste a crear un mundo nuevo: Señor ten piedad.
Oración
Aquí estamos, Señor, reunidos en torno a ti, no deseamos nada más que encontrarte
en nuestras vidas; así como te reconocieron Ana y Simeón, queremos reconocerte en
el niño que nace en Belén. Prepara nuestros corazones para que recibamos con
alegría y compromiso el Reino de Dios que se hace presente entre nosotros,
proclamando con todos los ángeles y a través de nuestra vida “ Gloria a Dios en el
cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”. No cierres tus oídos a nuestra
oración, para que, meditando el misterio de la encarnación, te sigamos más de cerca,
como tus discípulos misioneros. Amén.
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Canto: Un pueblo que camina
Somos un pueblo que buscando otra ciudad. buscando entre las
camina, Somos errantes piedras
y juntos caminando peregrinos la parte de su pan.
podremos alcanzar en busca de un destino, Sufren los hombres
otra ciudad que no se destino de unidad. oprimidos,
acaba, Siempre seremos los hombres que no
sin penas ni tristezas: caminantes, tienen
ciudad de eternidad. pues, solo caminando, ni paz ni libertad.
podremos alcanzar... Sufren los hombres, mis
Somos un pueblo que hermanos,
camina, Sufren los hombres, mas tu vienes con ellos,
que marcha por el mis hermanos, y en ti alcanzaran ...
mundo
“Subió al monte y llamó a los que Él quiso; y vinieron donde Él. Instituyó doce, para
que estuvieran con Él, y para enviarlos y predicar con poder de expulsar los
demonios”
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Estamos invitados a dialogar de manera sencilla, humilde, profunda y sincera. Es el
secreto para encontrar solución a los problemas, conflictos, malos entendidos que
surgen en nuestros hogares y en nuestra sociedad.
El diálogo, sana heridas y fortalece la vida familiar y de amistad.
En este quinto día de nuestra novena navideña pidamos a Jesús que nos de capacidad
de acercarnos al otro sin temor y prejuicios.
Preces
Por la Iglesia, junto a todos sus miembros. siga siendo dócil al llamado de Cristo
Roguemos al Señor.
Te rogamos Señor, escúchanos.
Para que en este tiempo de espera los responsables de los gobiernos, puedan
discernir en el amor a Dios y al prójimo y den solución a los problemas que se
han generado a partir de la vanidad y la corrupción. Roguemos al Señor.
Te rogamos Señor, escúchanos.
Por las familias, para que en ellas reine la comprensión y sean santuarios del
amor y de la vida. Roguemos al Señor.
Te rogamos Señor, escúchanos.
Por los necesitados, por los que sufren alguna enfermedad, hambre, violencia y
falta de amor, roguemos al Señor.
Te rogamos Señor, escúchanos.
Por todos nosotros par que seamos dóciles al llamado que nos hace el Señor y
podamos servirle al Él en quien lo necesita. Roguemos al Señor.
Te rogamos Señor, escúchanos.
Padre nuestro
Ave María
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Oración:
Oh Dios Padre y señor del universo, queremos esforzarnos en el diálogo e intercambio
fraterno. Reconocemos que no hemos procedido correctamente, por ello necesitamos
tu luz que nos oriente, para ejercitarnos en la escucha mutua, evitando discusiones,
antipatías y malos entendidos que nos lleven a la falta de respeto, comunicación y
compromiso con el otro que es mi hermano. Como discípulos misioneros queremos que
en nuestra sociedad, comunidad y familia se fortalezcan los lazos de escucha y
comprensión, para apoyo y crecimiento en la verdad y el amor. Por intercesión de tu
hijo Jesucristo, nacido por obra del Espíritu Santo y fuente de caridad divina. Amen
Compromiso:
Invertir mi tiempo en el diálogo con los miembros de mi familia, dándoles prioridad
sobre el uso del teléfono, televisor, etc.
SEXTO DÍA
Para el discípulo misionero Navidad es AMAR
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen
Acto penitencial
Al iniciar este día: sexto de la novena de Navidad queremos preparar el camino para
encontrarnos contigo, Padre Bueno, que vienes a nuestro encuentro. Por ello te
pedimos perdón:
Por nuestra pequeñísima fe, por nuestras dudas y miedos, por nuestra falta de
compromiso y testimonio, por nuestra rutina y desgane para orar.
Tu que viniste a visitar a tu pueblo con la paz: Señor ten piedad.
Por nuestra débil esperanza: por nuestros desánimos y tristezas. Por nuestras
prisas e impaciencias, por nuestro olvido de la Palabra de Dios.
Tu que viniste a salvar lo que estaba perdido: Señor ten piedad.
Por nuestra tibia caridad: por nuestra falta de solidaridad y nuestra insensibilidad
ante el sufrimiento de los demás, por nuestros gatos excesivos, por nuestras
violencias, agresiones y rencores.
Tu que viniste a crear un mundo nuevo: Señor ten piedad.
Oración
Aquí estamos, Señor, reunidos en torno a ti, no deseamos nada más que encontrarte
en nuestras vidas; así como te reconocieron Ana y Simeón, queremos reconocerte en
el niño que nace en Belén. Prepara nuestros corazones para que recibamos con
alegría y compromiso el Reino de Dios que se hace presente entre nosotros,
pág. 19
proclamando con todos los ángeles y a través de nuestra vida “ Gloria a Dios en el
cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”,
No cierres tus oídos a nuestra oración, para que, meditando el misterio de la
encarnación, te sigamos más de cerca, como tus discípulos misioneros. Amén.
pág. 20
Canto: SI NO TENGO AMOR
Preces
Oremos al Dios Padre, que nos ha manifestado su amor en la vida de Jesús de
Nazaret, el hijo de María y de José. Oremos diciendo:
Dios del amor, enséñanos a amar como tú.
Para que los gobernantes trabajen por la vida de todos, especialmente de los
más débiles, y sometan la economía y los bienes materiales al servicio de las
personas. Roguemos al Señor:
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Dios del amor, enséñanos a amar como tú.
Por esta celebración: que nos consideremos todos hermanos iguales de tu Hijo,
y salgamos contentos tras haberle escuchado y comulgado...
Roguemos al Señor:
Dios del amor, enséñanos a amar como tú.
Bendice, Padre nuestro, los deseos que te presentamos, purifica nuestros corazones
con tu amor sin medida, y fortalece nuestro compromiso a favor de tu Reino. Te lo
pedimos con el mismo Espíritu que animó la vida de Jesús, nuestro Señor, que vive por
los siglos de los siglos.
Amén.
Padre nuestro
Ave María
Oración:
Señor Dios, padre nuestro, que te has revelado en tu hijo Jesucristo. Te damos gracias
y te glorificamos, porque nos has amado desde antes de la creación del mundo y nos
has dado un corazón con la capacidad de amarte a ti en nuestros hermanos. Danos la
valentía, para saber ayudar, comprender, confiar y brindar con libertade el amor sincero
que de ti procede. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Salvador, quien siendo un solo
Dios contigo y el Espíritu Santo, vive y reina, por los siglos de los siglos. Amen.
Compromiso:
Mostrar mi amor a Dios con la oración y el amor a mis semejantes con detalles llenos
de cariño, comprensión y estima.
SEPTIMO DÍA
Para el discípulo misionero Navidad es
FORTALECER LA VIDA FAMILIAR
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo- Amen.
Acto penitencial
pág. 22
Al iniciar este día: séptimo de la novena de Navidad queremos preparar el camino para
encontrarnos contigo, Padre Bueno, que vienes a nuestro encuentro. Por ello te
pedimos perdón:
Por nuestra pequeñísima fe, por nuestras dudas y miedos, por nuestra falta de
compromiso y testimonio, por nuestra rutina y desgane para orar.
Tu que viniste a visitar a tu pueblo con la paz: Señor ten piedad.
Por nuestra débil esperanza: por nuestros desánimos y tristezas. Por nuestras
prisas e impaciencias, por nuestro olvido de la Palabra de Dios.
Tu que viniste a salvar lo que estaba perdido: Señor ten piedad.
Por nuestra tibia caridad: por nuestra falta de solidaridad y nuestra insensibilidad
ante el sufrimiento de los demás, por nuestros gatos excesivos, por nuestras
violencias, agresiones y rencores.
Tu que viniste a crear un mundo nuevo: Señor ten piedad.
Oración
Aquí estamos, Señor, reunidos en torno a ti, no deseamos nada más que encontrarte
en nuestras vidas; así como te reconocieron Ana y Simeón, queremos reconocerte en
el niño que nace en Belén. Prepara nuestros corazones para que recibamos con
alegría y compromiso el Reino de Dios que se hace presente entre nosotros,
proclamando con todos los ángeles y a través de nuestra vida “ Gloria a Dios en el
cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”,
No cierres tus oídos a nuestra oración, para que, meditando el misterio de la
encarnación, te sigamos más de cerca, como tus discípulos misioneros. Amén.
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Texto bíblico. Lucas 2, 41-51
Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua.
Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre,
y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén
sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo
un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no
lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él. Al tercer día, lo hallaron en el
Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al
verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: «Hijo mío, ¿por qué nos
has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados». Jesús les
respondió: «¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los
asuntos de mi Padre?». Ellos no entendieron lo que les decía. El regresó con sus
padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su
corazón.
Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús
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Amar es entregarse Qué grande es tener y te entregas a los
olvidándose de sí, para dar, demás,
buscando lo que al otro, Dar alegría, felicidad, verás que no hay
pueda hacerle feliz (2). Darse uno mismo eso egoísmo
es amar (2). que no puedas superar
(2
Qué lindo es vivir para Si amas como a ti
amar, mismo,
Preces
La familia en todas las culturas está sometida a evolución histórica. Jesús nació y vivió
en una familia judía, patriarcal, marcada por la institución religiosa y social de su época.
Jesús abrió camino a otra familia basada en el amor de Dios. Es la familia nueva, la
que formamos en la Iglesia, en las pequeñas comunidades o grupos cristianos.
Hagamos nuestro “el uniforme de la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la
dulzura, la comprensión” Oremos diciendo: Sobrellevémonos mutuamente y
perdonémonos
Por la Iglesia:
- que a todos los niveles sea una familia que ama, valora todos los carismas,
perdona...;
- que sea capaz de acoger iniciativas para mejorar la convivencia y la alegría de todos.
Oremos diciendo: Sobrellevémonos mutuamente y perdonémonos
Por quienes presiden las iglesias:
- que no se consideren “padres” ni “maestros” ni “señores”;
- que sean hermanos, cuidadores del evangelio y de la vida en el Amor.
Oremos diciendo: Sobrellevémonos mutuamente y perdonémonos
Por los gobernantes políticos:
- que promuevan el bien de las familias y de los hijos;
- que procuren que toda familia tenga vivienda, colegios, hospitales...
Oremos diciendo: Sobrellevémonos mutuamente y perdonémonos
Por los profesionales que cuidan la familia:
- que busquen el bien y la integración social;
- que respeten y promuevan los derechos y deberes familiares.
Oremos diciendo: Sobrellevémonos mutuamente y perdonémonos
Por las familias:
- que todos sientan la responsabilidad común de ser familia;
- que se amen, se cuiden, se protejan, se perdonen...
Oremos diciendo: Sobrellevémonos mutuamente y perdonémonos
Por quienes participamos en esta celebración:
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-que la mirada a la familia de José, María y Jesús ahonde nuestro espíritu de
familia;
- que esta comunión con Cristo sea comunión con los más cercanos.
Oremos diciendo: Sobrellevémonos mutuamente y perdonémonos
Bendice, Padre, nuestras familias. Que seamos capaces de las de inspirarlas en tu
amor y lleguemos a formar “iglesias pequeñas” en nuestras casas. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Amén.
Padre nuestro
Ave María
Oración:
Padre bueno que por amor al enviaste a tu hijo, nuestro salvador Jesucristo, a
revestirse con nuestra carne y así formar parte de la familia de Nazaret, aleja de
nosotros la mentira, violencia y desconfianza que desfiguran la esencia misma de la
familia, ayúdanos a ser ejemplo de fe, diálogo y comprensión, para que reine la
armonía, la fidelidad, la paz y el amor. Te lo pedimos, por intersección de la sagrada
familia cuyo ejemplo de unión, compromiso y vida queremos imitar. Amen.
Compromiso:
No dejarnos vencer por los problemas sino contar con la ayuda y comprensión de la
familia cultivando el diálogo, la fidelidad, unión y amor.
OCTAVO DÍA
Para el discípulo misionero Navidad es ser
GENEROSO Y SOLIDARIO
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Acto penitencial
Al iniciar este día: octavo de la novena de Navidad queremos preparar el camino para
encontrarnos contigo, Padre Bueno, que vienes a nuestro encuentro. Por ello te
pedimos perdón:
Por nuestra pequeñísima fe, por nuestras dudas y miedos, por nuestra falta de
compromiso y testimonio, por nuestra rutina y desgane para orar.
Tu que viniste a visitar a tu pueblo con la paz: Señor ten piedad.
Por nuestra débil esperanza: por nuestros desánimos y tristezas. Por nuestras
prisas e impaciencias, por nuestro olvido de la Palabra de Dios.
Tu que viniste a salvar lo que estaba perdido: Señor ten piedad.
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Por nuestra tibia caridad: por nuestra falta de solidaridad y nuestra insensibilidad
ante el sufrimiento de los demás, por nuestros gatos excesivos, por nuestras
violencias, agresiones y rencores.
Tu que viniste a crear un mundo nuevo: Señor ten piedad.
Oración
Aquí estamos, Señor, reunidos en torno a ti, no deseamos nada más que encontrarte
en nuestras vidas; así como te reconocieron Ana y Simeón, queremos reconocerte en
el niño que nace en Belén. Prepara nuestros corazones para que recibamos con
alegría y compromiso el Reino de Dios que se hace presente entre nosotros,
proclamando con todos los ángeles y a través de nuestra vida “ Gloria a Dios en el
cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”,
No cierres tus oídos a nuestra oración, para que, meditando el misterio de la
encarnación, te sigamos más de cerca, como tus discípulos misioneros. Amén.
Miren cuántas partes tiene nuestro cuerpo, y es uno, aunque las varias partes no
desempeñan la misma función. Así también nosotros formamos un solo cuerpo en
Cristo. Dependemos unos de otros y tenemos capacidades diferentes según el don
que hemos recibido. Si eres profeta, transmite las luces que te son entregadas; si
eres diácono, cumple tu misión; si eres maestro, enseña; Si eres predicador, sé
capaz de animar a los demás; si te corresponde la asistencia, da con la mano
abierta; si eres dirigente, actúa con dedicación; si ayudas a los que sufren, muéstrate
sonriente.
Palabra de Dios. Te alabamos Señor.
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Mensaje para el octavo día.
La generosidad, el servicio y la solidaridad, le dan sentido a nuestras vidas. Estas
palabras sintetizan la esencia de nuestra fe, que es amar y servir a Dios en los demás.
Así como la mano, el pie, el ojo, el corazón, etc., aportan lo mejor de ellos para que
todo el cuerpo funcione, cada uno de nosotros debemos aportar nuestro dones y
cualidades para que la familia, la sociedad tengan más vida.
El discípulo misionero desde la fe en cristo, está llamado ayudar para aliviar la carga de
los otros, brotando la solidaridad como actitud permanente de encuentr4o, hermandad
y servicio que ha de manifestarse en opciones y gestos visibles, siendo sujetos de
cambio y de transformación (cf. DA 394)
Ser discípulos misioneros de Jesucristo para que en Éll tengamos vida, nos lleva a
asumir evangélicamente y desde la perspectiva del reino, las tareas prioritarias que
contribuyen a la dignificación de todo ser humano, y a trabajar junto con los demás
ciudadanos e instituciones en bien del ser humano (cf. DA 384)
En esta navidad, Jesús nos viene a mostrar el sentido pleno del servicio y entrega a los
demás, pues siendo Dios infinito y eterno se encarnó en una naturaleza limitada y
mortal. Pasó toda su vida haciendo el bien, por ello, en la generosidad de los discípulos
misioneros se manifiesta la generosidad de Dios. (cf. DA 31)
Te rogamos Señor, óyenos
Preces
“Tu Iglesia somos nosotros, las piedras vivas de nuestra comunidad; permite Señor que
cada cristiano pueda comprender a qué punto ella necesita de todos; cada uno puede
encontrar cómo servir según sus dones, participando así de su misión y resplandor”.
Oremos al Señor
Te rogamos Señor, óyenos
“Oremos hoy por los jóvenes de todos los países. Que tu Espíritu fecunde sus ideales,
alimente sus aspiraciones y sus sueños para que se conviertan en artesanos de paz;
que tomen a pecho el deseo de construir un mundo más justo y fraternal. Te lo pedimos
Señor”
Te rogamos Señor, óyenos
“Señor, te confiamos todos aquellos que sufren en sus cuerpos, pero también aquellos
que sufren de una pena del alma o del corazón. Que guarden fe y esperanza en
Jesucristo quien por su encarnación vino a abrazar la condición humana y a compartir
nuestras penas. Que, a través del misterio de la cruz, tu dulce presencia alivie sus
dolores. Roguemos al Señor”
Te rogamos Señor, óyenos
“Te pedimos Señor por aquellos que ponen sus dones al servicio de los enfermos, para
que cada persona que sufre encuentre en su camino gente capaz de escucharlos, de
curarlos, de ayudarlos, de rodearlos de amor. Roguemos al Señor”.
Te rogamos Señor, óyenos
“Señor, te pedimos para que cada familia sea un lugar fecundo a través del cual se
encarne tu amor; acogiendo hijos, siendo un cálido refugio para las personas solas o
que sufren, trabajando al servicio de la comunidad, creando y compartiendo la belleza
de la vida. Roguemos al Señor”.
Te rogamos Señor, óyenos
Padre nuestro
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Ave María
Oración:
Misericordiosos Señor, te suplicamos infundas en nosotros la determinación firme y
perseverante de ser dignos miembros del cuerpo de la iglesia, empeñándonos en hacer
el bien a todos y cada uno de nuestros hermanos. Danos un corazón noble, fuerte,
comprensivo y leal, para ser solidarios y generosos con aquellos que lo necesitan. Por
la fuerza del amor, que el Espíritu Santo derrama en nuestros corazones y mediante
Jesucristo nuestro Señor, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amen.
Compromiso:
Ayudar con dinero, tiempo, servicio y oración a algún miembro de la comunidad que
necesite de nuestra presencia, cercanía y ayuda.
NOVENO DÍA
Para el discípulo misionero Navidad es DIOS
CON NOSOTROS
Acto penitencial
Al iniciar este día: noveno de la novena de Navidad queremos preparar el camino para
encontrarnos contigo, Padre Bueno, que vienes a nuestro encuentro. Por ello te
pedimos perdón:
Por nuestra pequeñísima fe, por nuestras dudas y miedos, por nuestra falta de
compromiso y testimonio, por nuestra rutina y desgane para orar.
Tu que viniste a visitar a tu pueblo con la paz: Señor ten piedad.
Por nuestra débil esperanza: por nuestros desánimos y tristezas. Por nuestras
prisas e impaciencias, por nuestro olvido de la Palabra de Dios.
Tu que viniste a salvar lo que estaba perdido: Señor ten piedad.
Por nuestra tibia caridad: por nuestra falta de solidaridad y nuestra insensibilidad
ante el sufrimiento de los demás, por nuestros gatos excesivos, por nuestras
violencias, agresiones y rencores.
Tu que viniste a crear un mundo nuevo: Señor ten piedad.
Oración (se repetirá cada día)
Aquí estamos, Señor, reunidos en torno a ti, no deseamos nada más que encontrarte
en nuestras vidas; así como te reconocieron Ana y Simeón, queremos reconocerte en
el niño que nace en Belén. Prepara nuestros corazones para que recibamos con
alegría y compromiso el Reino de Dios que se hace presente entre nosotros,
proclamando con todos los ángeles y a través de nuestra vida “ Gloria a Dios en el
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cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”. No cierres tus oídos a nuestra
oración, para que, meditando el misterio de la encarnación, te sigamos más de cerca,
como tus discípulos misioneros. Amén.
Texto bíblico.
Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de
sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por
medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y
llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.
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Gira el mundo, gira el Vuelve a casa, vuelve al Que ya llegó la
reloj hogar Navidad
Gira el viento, la mar y Navidad, dulce Navidad Ven a cantar, ven a
el Sol El calor de hogar cantar
Dale vuelta a tu corazón Que ya está aquí la
Y llénalo de amor Ven a cantar, ven a Navidad (2)
Navidad, feliz Navidad cantar
Preces
Hoy “ha aparecido la gracia de Dios capaz de salvar a todas las personas. Esa “gracia”
es Jesús de Nazaret, cuyo nacimiento celebramos hoy. Pidamos ser “agraciados”
diciendo:
Haznos partícipes de tu amor.
Por la Iglesia:
- que sea testigo de Jesús, “amando a los enemigos, haciendo el bien a los que le
odian”;
- que “bendiga a los que la maldicen, rece por los que la maltratan” Roguemos al
Señor:
haznos partícipes de tu amor.
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Roguemos al Señor:
Haznos partícipes de tu amor.
Que el amor y la paz que nos trae Jesús nos penetre a todos, y seamos capaces de
hacer mesa compartida, ayuda mutua, perdón fácil, acercamiento a los enfermos y a
los marginados.
Te lo pedimos a ti, Jesús, que vives por los siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro
Ave María
Oración:
Padre omnipotente, que haces que nos alegremos con el recuerdo anual de la venida
dee tu hijo al mundo. Concédenos como discípulos misioneros, recibir con gozo y
esperanza a nuestro redentor, renovando nuestra fe y nuestro compromiso por trabajar
por un mundo más justo, humano y fraterno. Te lo pedimos por Jesús tu hijo amado,
que vive y reina por los siglos de los siglos. Amen
Compromiso:
Compartir con amor un regalo, una canasta con víveres, dinero en efectivo si podemos,
con una familia o una persona más necesitada que yo. Y hacerlo en el nombre de
Jesús, el gran regalo de Dios para nosotros.
Peregrinos: afuera Hosteleros: adentro
—En nombre del cielo, —Aquí no es mesón,
pedimos posada, sigan adelante,
pues no puede andar, yo no puedo abrir,
mi esposa amada. no sea algún tunante.
—No sean inhumanos, —Ya se pueden ir,
tennos caridad y no molestar
que el Dios de los cielos porque si me enfado
se los premiará. los voy a apalear.
Todos:
Entren santos peregrinos, peregrinos,
reciban este rincón,
que, aunque es pobre la morada, la morada,
os la doy de corazón
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