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Articulo N° 2
En este artículo de revisión se mostrará la importancia del liderazgo en los
equipos de trabajo y cuáles son los factores necesarios a tomarse en cuenta. Para ello, es importante tener como base que los colaboradores deben conocer los valores, misión y visión de su empresa, para que puedan establecer la relación de pertenencia con ella. Cabe resaltar que la transmisión de esta información y la verificación de su interiorización es también crucial y debe ser permanente. Así como es importante el vínculo de los colaboradores con la empresa también lo es el que se forma con el líder inmediato, el cual debe caracterizarse por la confianza y valoración mutua. Esto permitirá que las personas se involucren y se esfuercen por mantener y hacer crecer esa conexión en su entorno, tanto con la empresa, con su líder, con su trabajo y con su equipo. Se debe tomar en cuenta que el compromiso de las personas no se logra de un día para otro, sino que nace a raíz de una correspondencia de confianza mutua entre el líder y el colaborador, y esta relación de confianza se logra en base a mantener una comunicación positiva y optimista con demostraciones continuas de compañerismo y escucha continua. En un estudio realizado al Sector bancario por la Empresa Edenred que brinda soluciones transaccionales para empresas, midió el grado de compromiso que existía en los trabajadores, reveló que el 60% del personal se encontraba comprometido con la empresa, luego se incrementó a 65% al estar muy motivados por el trabajo en equipo, posteriormente se elevó al 72% cuando obtenían algún reconocimiento de su líder y ascendió su compromiso al 77% cuando tenían claro cuál había sido su aporte individual y como equipo para la empresa. Es decir, cuán importante es reconocer si tenemos en las empresas u organizaciones grupos de trabajo o equipos de trabajo, y observar además que se requiere tener un liderazgo eficaz, que comunique, promueva el reconocimiento entre los miembros, dé ejemplo, fomente la honestidad y la comunicación de puertas abiertas y escucha activa, así como la retroalimentación permanente, cruciales para la mejora continua de las personas. En la elaboración de este artículo de revisión sobre la importancia del liderazgo en los equipos de trabajo, se ha considerado importante revisar enfoques anteriores que permanecen y se continúan estudiando en la actualidad, hasta llegar a tratar planteamientos innovadores del liderazgo, que, si bien es un tema tratado por muchos autores, refuerza su importancia en distintos contextos y que muchas personas pueden creer ser líderes, pero no lo son. La responsabilidad con la organización es el firme convencimiento del empleado por lograr alcanzar las metas de la empresa, y continuar siendo parte de esta. Él realiza una diferencia entre el compromiso y la motivación, ya que un empleado comprometido puede tener otras o diferentes motivaciones independientes al trabajo que realiza.
A los empleados que están comprometidos con su equipo de trabajo y la
empresa, les interesaría seguir siendo parte de estos y aportar en el crecimiento permanente de la empresa con sus ideas, esfuerzo y dedicación. El trabajo en equipo se puede traducir como tomar un rumbo por donde andar y trabajar unidos para lograr un fin común; para ello es importante que el líder cimiente el concepto de sinergias donde se puede fusionar el conocimiento de cada miembro del equipo, bajo el paraguas de la colaboración recíproca y camaradería, reforzando siempre el sentido de responsabilidad en el papel que tiene asignado cada uno y del cual es responsable. Es ahí que el liderazgo en los equipos de trabajo despierta además aptitudes como lograr un mejor nivel de comunicación, buscar y encontrar la mejor solución cuando se tienen desacuerdos, lograr ser unidos y fuertes en los momentos difíciles o de problemas. Esta es una labor complicada porque puede contarse con las personas y equipos idóneos, pero debe encontrarse la forma de mantenerlos y que continúen ofreciendo lo mejor de ellos, y es aquí donde el líder es pieza fundamental para contrapesar todos los aspectos necesarios para el desarrollo del talento de las personas y mantener vigente el compromiso de los colaboradores, así lo plantea la autora Jérico en su libro la Nueva Gestión del Talento. En un análisis de liderazgo en profesionales agregados culturales se descubrió que poseían competencias como la empatía transcultural que es el verdadero interés por la cultura del país de residencia, la expectativa positiva ante la provocación basada en la confianza en sí mismos permitiéndoles guardar la calma ante las provocaciones y la rapidez en la compresión de las redes de influencia al tener la capacidad de saber quién da las órdenes en determinado país y los peligros existentes. En este estudio se pudo demostrar que ninguna de las características o competencias las enseñaba en las escuelas de diplomacia pero que resultaban claves para el éxito de las coyunturas que debían lidiar como diplomáticos, según Goleman lo que diferencia a un líder catalogado como un buen profesional no sólo es el conocimiento sino la capacidad de aprender y desaprender lo conocido. De acuerdo a los indicadores de la empresa, Merry quien, en la opinión de sus empleados, expone que aquellas empresas que muestran un elevado compromiso de sus colaboradores, apalancado por un liderazgo efectivo alcanzan una alta productividad de hasta un 80%, lo cual resulta en que las empresas se vean atractivas para la captación de talento humano. Caso contrario, si el engagement decae, la consecuencia será la deserción y con ella la alta rotación de personal lo cual se refleja finalmente en el rendimiento. El trabajo en equipo es importante en las organizaciones y empresas pues si bien un colaborador se puede esforzar de manera separada, no tendrá el factor de motivación, diligencia, aprendizaje y soporte que da un equipo de trabajo, donde a su vez se plantean objetivos claros y cuál será la ruta a seguir. Todo lo mencionado permite que se incremente la productividad y genere un alto rendimiento. Como vemos, el liderazgo efectivo en los equipos es pieza esencial para lograr mantenerse y asegurar un crecimiento en el mercado, así se alcanza la unificación de los objetivos y/o metas, tanto a nivel del equipo y de la empresa u organización. En la opinión de Hernández que reúne en su libro las mejores reflexiones y pensamientos de más de 50 personas exitosas caracterizadas por su liderazgo, compendia las particularidades que las diferencian, entre ellas destaca que son personas con metas claras, de mucha acción, muy disciplinadas, no pierden el foco, tienen mucha paciencia, llevan la responsabilidad con ellos mismos, demuestran una fuerte determinación, mentalmente son sanas, se mueven en entornos adecuados y mantienen una actitud de mejora continua. Pero así como hay estudios realizados sobre el liderazgo, también se tienen casos narrados por personas que al convertirse en responsables de un equipo de trabajo que muestra marcado conflicto al interno, se ve cómo por medio del autoconocimiento y el crecimiento personal va tomando el liderazgo rumbo por un proceso de cambio, desarrollando el talento, la creatividad de las personas y de la organización; así lo plantea Borja donde explica cuando inicia este proceso de cambio de mentalidad y de liderazgo fomentando la pro actividad y actitud emprendedora, es más plantea que el liderazgo en los equipos se debe realizar mediante una gestión de felicidad, creatividad ya que de esta manera se mejora el clima laboral, y que se debe cultivar las claves para gestionar emocionalmente los problemas del día a día que muchas incluye el tener que lidiar con jefes tóxicos sin perder la paz interior. Entonces podemos concluir que el liderazgo es pieza fundamental en los equipos de trabajo y en las organizaciones, pero ¿qué es liderar? y ¿cómo liderar? Según Palomo reafirma que no es igual dirigir que liderar, es por ello que si los buenos ejecutivos se desarrollan pueden llegar a ser buenos líderes y por lo general los que son líderes natos son magníficos directivos. A estos líderes los denomina gestores de personas, que logran acoplar tanto los talentos de un directivo como los de un líder que con su pensamiento y hechos activan a las personas para que perseveren hasta alcanzar las metas, sean capaces de pedir y obtener ayuda sin necesidad de que haya una orden de mando de por medio, sientan la libertad de tomar riesgos controlados y promuevan con su ejemplo el trabajo en equipo porque cree en el valor de la sinergia. Hunter en su libro la Paradoja determina que los fundamentos del liderazgo son sencillos y por ello se suele equivocar los conceptos de autoridad y respeto con el poder y miedo respectivamente. Al darse esta confusión en lugar de obtenerse un resultado positivo en las relaciones u organizaciones, estas se tornan desconfiadas y tensas. La contradicción que nos plantea el autor se centra en quien quiera ordenar tiene primero que servir, estando al tanto de lo que el otro necesita, para ello es importante saber o aprender a escuchar y que las personas se sientan escuchadas, así pueden comunicar sus necesidades para que puedan ser cubiertas. En lo personal siempre consideré a Jesús con ejemplo de liderazgo y asertividad, sin embargo me sorprendió gratamente que lo reconociera el autor como un arquetipo a seguir, y por ello plantea como características del liderazgo a la paciencia al exhibir control sobre uno mismo, la afabilidad al proporcionar atención y ánimo, la humildad siendo auténtico sin soberbia, el respeto al considerar a las personas valiosas, la generosidad al retribuir las necesidades, la indulgencia no manteniendo resentimientos, la honradez no defraudando a las personas y el compromiso siendo responsable; con lo cual podríamos deducir que para ser líder se plantea esmerarse al máximo por los demás es decir al esforzarse por las personas se obtiene el mérito de ser reconocidos como líder. Entonces, ¿ser líder significa ser valiente e incluso resuelto? Podría ser aquel que fomenta el cambio en cada momento y provoca oposición, en nuestras vidas tenemos muchas ocasiones de demostrar nuestro liderazgo, ya sea en la casa, entorno social o en nuestros equipos de trabajo, a lo mejor lo vemos como algo arriesgado y que nos pone de cierta forma vulnerables. Heifetz en su libro Liderazgo Sin Límites: Manual de Supervivencia para Managers, nos muestra ejemplos interesantes de políticos, gerentes, instituciones y padres de familia que se expusieron a los riesgos del pero que a su vez celebraron los logros obtenidos, como el caso de Obama a quien menciona como uno de sus pupilos. El liderazgo no es fácil ya que consiste en dirigir a las personas en condiciones de cambio a lo cual por naturaleza presentarán resistencia, los líderes deben adecuarse a los nuevos retos y sobrevivir con éxito a los cambios. Cuando hablamos de liderazgo no hablamos de cargos o puestos en una estructura organizativa, se refiere además en dar lo mejor en el trabajo o labor que se desempeñe y de alentar a las personas con las que se interactúa, de esta manera lo plantea Sharma en su libro El líder que no tenía cargo, donde establece que no hace falta tener un cargo para ser líder porque uno debe asumir sus propias responsabilidades, las épocas agitadas forman a un gran líder porque lo preparan ante la adversidad con lo cual puedes generar cambios y ampliar los límites, si se tiene profundidad en las relaciones, más fuerte será el liderazgo ya que de esta manera ejercemos influencia sobre las personas con quienes nos relacionamos y por último para ser un gran líder, primero se debe ser una gran persona porque sabes cómo mantener equilibrio personal y recargar tu energía. Si todos tenemos la capacidad de evidenciar que somos líderes, se puede aplicar en cualquier contexto de equipo de trabajo, incluso en un equipo deportivo de fútbol, considerando que en la actualidad es cada vez más competitivo este deporte, haciéndose la tarea del entrenador cada vez más difícil. Roffe en su libro Entrenamiento mental en el fútbol moderno considera al liderazgo como parte fundamental para el entrenador y que va más allá del campo de juego y que debe trascender a los aspectos personales de cada jugador. Es decir, debe cuidar tanto el aspecto humano como deportivo ya que la vida personal está relacionada a su rendimiento. Para ello debe tener la capacidad de llegar y persuadir al jugador para que mantenga buenos hábitos alimenticios, tenga una buena utilización del tiempo libre, así como de descanso; inclusive cuide de sus relaciones interpersonales puesto que todo ello suma para que pueda conseguir y mantener un buen rendimiento. Por ejemplo, menciona que en el fútbol el liderazgo del entrenador proporciona las oportunidades para que con el éxito personal se logre el éxito común. En el fútbol, el entrenador es el líder, al cual se le exigen destrezas en la dirección tanto del equipo como de cada uno de los jugadores, es por ello que el trabajo del entrenador es sumamente importante, tiene la misión de conseguir que cada uno los miembros del equipo, desde los jugadores hasta el personal técnico den su mayor desempeño tanto personal como agrupación deportiva. En este contexto también aplica la frase de Phil Jackson en que «los buenos equipos se convierten en grandes equipos cuando sus integrantes confían tanto en sus compañeros como para que prevalezca el ‘nosotros’ sobre el ‘yo’». Luego de revisar diferentes textos y conceptos vuelvo a la pregunta ¿cómo obtengo un equipo de trabajo exitoso? Pues manteniendo un buen liderazgo que se logra conociendo cómo guiar, defender y alentar a cada miembro del equipo para llevarlos rumbo al éxito. El líder no es sinónimo de Jefe y debe tener ciertas habilidades para influir en la forma de proceder y pensar de las personas. Existen equipos de alto desempeño, que no tienen líderes autoritarios sino muy por el contrario tienen en consideración las competencias, actitudes y necesidades de las personas; estos equipos se caracterizan porque tienen el compromiso inquebrantable de sus miembros y siempre se ven como equipo que va obteniendo logros u objetivos. Claro está que en estos equipos de alto desempeño se deben considerar otros factores como mentalidad creativa, pensamiento crítico, adaptabilidad, actitud, habilidades de comunicación para debatir, escuchar y opinar.