SEM9

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SEMANA 09

TEMA: CUALIDADES DE UN LÍDER EFECTIVO

OBJETIVOS:

 Observar y analizar las cualidades de un líder efectivo

CONTENIDOS TEMÁTICOS:

 La ética y la confianza.
 Trabajo del líder

LA ETICA Y LA CONFIANZA
Como de gestión empresarial se trata, no está de más echar un
vistazo a la situación económico-social actual y, en gran medida,
convendremos que en función de lo que está “viendo y sintiendo”
la gente de la calle y lo que opina la mayoría, podríamos llegar
a la falsa conclusión de que España es un país de corruptos. Si
eso fuese cierto que, insisto, no lo es; sería muy difícil para
nuestras empresas ejercer su natural función de hacer negocios
en el extranjero. Sin embargo, si existe cierto grado de
incertidumbre generado por esta situación que es preciso mitigar
mediante mecanismos que ayuden, de forma radical, a cambiar esa
percepción además de potenciar la “estructura ética” de nuestras
empresas.
Según la Real Academia de la Lengua Española, la confianza es la
esperanza firme que se tiene de alguien o algo y la ética es el
conjunto de normas morales que rigen la conducta humana.

Debemos, por ello, renovar nuestra identidad desde la


perspectiva país y desde la de nuestras empresas. Es una
exigencia cada día más acuciante. Por ello, necesitamos nuevas
reglas de juego que impacten directamente en la ética del
comportamiento empresarial y faciliten su relanzamiento, en

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definitiva, un rearme ético. Ello no será posible si no damos un
giro copernicano a algunas de nuestras costumbres, sobre todo
para la reeducación de la sociedad empresarial en donde la
cultura del esfuerzo, la solidaridad, el bien común y las
iniciativas vanguardistas, debieran tener mayor difusión y
recompensa.
En el mundo actual dominado por la incertidumbre y la falta de
fe en las organizaciones, la ética y la confianza son valores en
alza en los que debe apoyarse cualquier modelo de gestión y que
deben grabarse de forma indeleble en la conciencia social de
cada empresa, pública o privada, y cada trabajador de cada
equipo.

La RSE desde los modelos de liderazgo basados en la ética y la


confianza
Por ello, cada día más, la responsabilidad social empresarial
(RSE) es una realidad para algunas empresas que entienden que
obtener beneficios económicos no es el único objetivo, si este
no se logra mostrando un comportamiento responsable y
comprometido con los derechos humanos, las normas laborales, el
medio ambiente y la transparencia. Pero, esto solo tiene lugar
en aquellas cuya sensibilidad está por encima de la media, por
ello, la pregunta a responder es: ¿están preparadas para
responder a los nuevos retos tecnológicos y sociales?
La Responsabilidad Social Corporativa, se ha instalado de forma
muy sólida en el mundo conceptual empresarial, pero aún necesita
que éstas lo incorporen de manera estratégica y sistémica. Para
impulsar este nuevo paradigma en el que convive el espíritu
empresarial más puro, dirigido a la obtención de beneficios, con
la responsabilidad de que estos sean obtenidos de forma
socialmente sostenible; creemos relevante un cambio hacia
modelos de liderazgo motivacional basados en la confianza y
capaces de regenerar la ética de los equipos de trabajo.

Los valores base de la gestión por confianza y ética


Para estimular y con ello relanzar modelos de gestión profesional
en los que la ética sea un componente esencial, debemos tener en
cuenta, para reverdecerlos, valores sobre los que, en los ámbitos
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social y profesional, reconstruir y/o fortalecer las relaciones
sociales y empresariales.

1. Cada miembro del grupo debe entender y admitir el lugar que


ocupa. Por ello el estatus de cada uno de los miembros, debe ser
explicado, compartido, adecuado y justificado. No podemos ni
debemos “cosificar” a las personas haciéndoles perder la
humanidad y convirtiéndolas en números. Dejar espacio para que
cada uno de los miembros del equipo se sienta reconocido y con
el peso que le corresponde, crea sentido de pertenencia. Todo
ello ayudará a reforzar la autoestima de cada uno de los miembros
y a “sacar de dentro” valores que sin ella son difíciles de
mostrar.
2. Los objetivos para el equipo deben ser claros, soportados en
su máxima expresión por la certidumbre e invariabilidad a corto
plazo de los mismos y sin lugar a recovecos que, a posteriori,
se utilicen arteramente. No vale el “porque lo mando yo” y se
debe llegar, de forma consensuada y hasta donde sea posible, a
explicar los impactos y límites de lo que se acuerda que hay que
hacer. Las falsas expectativas destruyen la confianza en el líder
y después en el equipo, por ello es preciso que existan normas
de comportamiento conocidas por todos, coherentes y que se
apliquen de forma equitativa y homogénea. Por otra parte, los
objetivos, además de claros, deben ser analizados desde dos
perspectivas muy diferentes pero complementarias, la objetividad
y la subjetividad. En otras palabras, medir lo que se ha
conseguido y el esfuerzo que ha costado conseguirlo. Éxito o
fracaso. En cualquiera de los casos la dimensión del esfuerzo
debe ser tenida en cuenta en la recompensa final, de la misma
forma que el comportamiento ético para su logro deber ser
enfatizado dentro y fuera del grupo.
3. La autonomía es fundamental para el desarrollo personal y
tiene mucho que ver con el saber delegar lo que nos lleva, en
algunos casos, a gestionar el miedo a perder el control. La
delegación es importante si está asociada con la comunicación y
el liderazgo individual. Por otra parte, la autonomía debe ayudar
a asegurar la certidumbre y por ello a gestionar de forma eficaz
la manera de hacer las cosas. Aquí no vale el “como yo te digo”.

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4. Parece obvio que no todos deben ser tratados de la misma
forma, por ello la justicia y la equidad en el trato son
esenciales para el equilibrio del equipo. Cada uno tiene sus
valores, sus puntos fuertes y débiles, sus motivaciones y
estímulos, sus intereses, etc. Un equilibrado análisis de cada
uno de ellos nos debe llevar a asignar a cada cual, con equidad,
la tarea para la que está más capacitado. Conseguido esto, los
agravios comparativos desaparecerán, si nuestra actuación está
basada en la honestidad.
5. Finalmente, las relaciones, la química de equipo, sentirse
participe de un grupo “que gusta”, que es diferencial y que crece
ética y profesionalmente admitiendo la natural diferenciación
entre sus miembros. Fomentar un ambiente en el que las tareas no
sean estancas y permitan, por capilaridad y responsabilidad
compartida, el enriquecimiento de todos los miembros del grupo.
Tareas en las que, en definitiva, parte del tiempo de cada
miembro se dedique a colaborar/ayudar a los demás. Hay, por
tanto, que establecer responsabilidades cruzadas e indexadas
unas a otras para que el conjunto funcione como una máquina bien
engrasada.

TRABAJO DE UN LIDER
Un líder es, literalmente, la persona que dirige a un grupo de
personas, ya sea en lo profesional o en lo personal (ocio y
entretenimiento, por ejemplo).
Cuando hablamos de un líder en el trabajo, las principales
características que se esperan de esta persona son: visión,
pasión, pensamiento estratégico, capacidad de comunicación,
automotivación, capacidad de unir a la gente, poder personal,
congruencia, adaptabilidad, disciplina, resolución, búsqueda
constante de la excelencia y capacidad de relacionarse.
Un líder es una persona que tiene la capacidad de gestionar
personas y equipos con las más diversas personalidades. Además
de gestionarlos para movilizarlos con el fin de lograr un
objetivo común.
De forma sencilla, liderar es comunicarse con las personas
haciéndoles ver su valor y potencial de forma fuerte y clara,
para convencerles de que crean en sí mismos, de que son capaces

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de ponerse en marcha, sintiéndose parte importante de todo el
proceso.
Una de las principales cualidades de un líder eficaz es saber
ganarse el respeto de sus subordinados, por la influencia que
tienen, no por su posición estratégica dentro de la jerarquía de
la empresa, sino por su sensibilidad y sentido de la justicia.
Cuando un equipo recibe un trato justo y equitativo, se crea una
sensación de seguridad. Lo cual es algo sumamente constructivo
y un importante factor de nivelación en el entorno laboral.

Funciones
Actualmente, las principales funciones del líder son

 Planificar
 Coordinar
 Organizar
 Influenciar
 Controlar
 Desarrollar objetivos
 Hacer previsiones
 Analizar problemas
 Tomar decisiones
 Formular y/o apoyar las políticas internas de la empresa
 Determinar las actividades necesarias para alcanzar los
objetivos (las distintas etapas)
 Clasificar y distribuir el trabajo entre grupos
 Comunicar de forma que los individuos cumplan sus objetivos
y metas, según los propósitos de la organización.
 Comprobar lo que se ha hecho con respecto a lo previsto y
propuesto.
 Corregir y marcar los errores que se cometan

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