La Cabeza
La Cabeza
La Cabeza
Según la antigua sabiduría transmitida por los abuelos, encontrarse con la cabeza es
una experiencia aterradora que requiere de sabiduría y sangre fría para enfrentarla.
Se dice que lo peor que uno puede hacer en tal situación es ceder al instinto de huir,
ya que la cabeza perseguirá incansablemente, dejando tras de sí una estela de sangre
que marca su paso y augura un destino sombrío para aquellos que intentan escapar.
Otra opción, quizás menos intuitiva pero igualmente efectiva, es echarse al suelo y
permanecer boca abajo, sin atreverse a voltear y enfrentar directamente a la criatura.
Este acto de sumisión y humildad puede resultar en que la cabeza se canse de su
presa y decida retirarse, dejando a su paso un rastro de alivio y gratitud por haber
escapado de su ira.
Les contaré la experiencia vivida por mi amigo Leonel Medina que es tan
sorprendente como intrigante. Él relata que ocurrió cuando aún era un niño,
envuelto en una lliclla o manta, sujeto firmemente a la espalda de su madre, como
era la costumbre entre las madres del valle del Tixani.
Era una madrugada cualquiera, mientras acompañaban el fluir del agua por la
acequia ya que llevaban el agua para regar sus terrenos, cuando de repente su madre
detuvo sus pasos y se arrodilló en el suelo, como si hubiera percibido una presencia
invisible pero amenazante. La tensión en el ambiente se volvió palpable, y con voz
temblorosa, le indicó a Leonel que permaneciera en silencio, como si quisiera
ocultarse de algo que acechaba en las sombras.
Fue entonces cuando ambos escucharon una voz, suave pero urgente, hablando en
aimara, la lengua ancestral de la región. Era una mujer que pedía ayuda
desesperadamente para liberar sus trenzas, enredadas en los espesos matorrales que
bordeaban la acequia. La madre de Leonel, presa de una mezcla de miedo y
compasión, se acercó con cautela a la fuente del sonido, con las manos temblorosas
extendidas hacia la desconocida. Sin atreverse a mirarla directamente, comenzó a
desenredar las trenzas, liberando a la mujer atrapada en la maleza.