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Abstract
This article shows the precritical principles of beauty in Kant’s thought, in
order to understand his main contribution to the theory of beauty. This critical
principles are not found in the Observations on the feeling of the beauty and
sublime, but in the first and second critique which locate the feeling of pleasure
and pain in the sensation faculty, instead of the Judgment, and in the Universal
Nature History and the Theory of the Heavens, that considers beauty as the
perfection of the object given from a supreme intelligence, instead of an ideal
unity brought from the reflexive judgment.
Key Words: Kant, beauty, precritical, aesthetics.
Resumen
Este artículo muestra los principios precríticos de la belleza en el pensamien-
to de Kant para comprender su principal contribución a la teoría de lo bello. Estos
principios no se encuentran en las Observaciones sobre el sentimiento de lo bello
y lo sublime, sino en la primera y segunda críticas, que ubican el sentimiento de
placer y dolor en la facultad de la sensación y no la del Juicio, y en la Historia Na-
tural y teoría de los cielos que considera la belleza como la perfección del objeto
dado por una inteligencia suprema, y no por una unidad ideal proporcionada por
el juicio reflexivo.
Palabras Clave: Kant, belleza, precrítica, estética.
1
Las Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime apareció en 1764
y la Crítica de la Razón pura vio la luz en 1781.
2
Paul Menzer señala que el Kant precrítico tuvo dos intereses para acercarse a la
estética: en primer lugar, el elemento lógico, en el que se ve influido por Menzer, Wolf,
Leibniz y Baumgarten, quienes lo llevan a indagar la relación y la diferencia entre la clari-
dad lógica y la claridad estética, así como la relación entre belleza y perfección. Por otro
lado, el segundo interés es “psicológico” e inspirado en los filósofos ingleses y franceses
alrededor del año 1756. Además de los autores que arriba se mencionan, Menzer hace
mención, entre otros, de Locke, Hume y Rousseau como filósofos que inspiraron estos
aspectos “psicológicos” en Kant. Sin menospreciar la opinión de Menzer, aquí tomare-
mos otro camino para indagar los puntos precríticos de la teoría de lo bello en Kant, el
cual consiste en tomar como guía la propia Crítica del Juicio y ver cuáles de los temas
que se tratan ahí son abordados de manera diferente en las demás obras de Kant, con lo
cual podremos saber qué temas constituyen un punto de vista precrítico y por qué.
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los primeros apartados el placer por lo bello, del placer de las sensacio-
nes, del placer de agrado y del placer por lo bueno. Esta distinción es de
capital importancia en el período crítico, pues es la que permite fundar
un campo especial para el sentimiento. Sin embargo, esta distinción no
es exclusiva de esta obra crítica. Ya en las Observaciones sobre el senti-
miento de lo bello y lo sublime la presenta. En efecto, esta obra guarda
similitudes con la Crítica del Juicio, pues ya en ella se considera que el
placer de lo bello tiene una esfera especial, distinta a la del ámbito de la
moral o de la mera sensibilidad3 .
La sintonía que guardan las Observaciones con la Crítica del Juicio
en este punto específico son más grandes de lo que podría pensarse,
pues ya en las Observaciones se ve que el placer de lo bello no sólo
se contrapone al de las simples sensaciones, también se contrapone al
placer que genera la felicidad, entendida como una satisfacción de las
inclinaciones. Así, no debe calificarse de sentimiento bello aquél que se
encuentra en quienes se muestran interesados más por la obra de un
cocinero que por la de un artista o, por ejemplo, quienes leen libros para
conciliar el sueño, o gozan el placer de calcular ganancias; el placer de
lo bello en resumen, no tiene que ver con el de aquellos que “tienen
una sensibilidad que les permite gustar placeres a su modo, sin necesidad
de envidiar a otros y sin poder formarse idea de otros”4 . De la misma
manera, el placer de lo bello no se iguala al placer sensible que se produce
en la sociedad, que es propio de quienes escuchan “comunes y equívocos
chascarrillos con alegría, tan viva como aquélla de la que tan orgullosas
se sienten las personas de sensibilidad elevada”,5 y es que ya desde esta
obra, Kant ve que el sentimiento por lo bello es un placer contemplativo,
desligado de otras formas de placer.
Esta aseveración está en sintonía con la Crítica del Juicio, de forma
especial con la analítica, que en sus primeros apartados busca distinguir el
sentimiento de lo bello del sentimiento de la sensación de agrado y, más
3
Algo que, curiosamente, dejará de poner de manifiesto en la Crítica de la Razón
pura y Crítica de la Razón práctica.
4
Beobachtungen über das Gefühl des Schönen und Erhabenen, AK II, 208.
5
Beobachtungen über das Gefühl des Schönen und Erhabenen, AK II, 207.
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para el Kant crítico, pues es ahí donde reside la distinción entre un juicio
a priori, de uno a posteriori 9 . Es interesante notar cómo Kant afirma
que hay sensaciones de naturaleza tal, que su causa se debe menos a la
condición de las cosas externas que a la sensibilidad, esto es, a algo par-
ticular de la impresión sensible de cada hombre; por ejemplo, hay cosas
que en unos suscitan asco, mientras que en otros las experimentan como
placer; otro ejemplo es el estado de enamoramiento, que siempre es un
enigma para los demás. Estas explicaciones preludian de alguna manera
la postulación de un principio a priori del gusto, sólo que en la tercera
Crítica, Kant hablará con mayor fuerza de la pretensión a universalidad
de este a priori del gusto, algo que no aparece en las Observaciones.
En resumen podemos decir que en las Observaciones, Kant busca
afirmar que el sentimiento de lo bello brota de una facultad distinta a
la facultad de la que procede el placer producto de la actividad intelec-
tual10 o de la afección sensible; claro que en esta temprana obra no se
ha distinguido aún la facultad del sentimiento de placer o dolor, de las
otras facultades, y que será hasta la tercera Crítica cuando afirme Kant
claramente la existencia de esta facultad; esto no obsta para hacer ver
que ya desde este escrito se habla de la belleza como un tipo de placer
distinto a cualquier otro. Así, no es en esta obra donde debemos buscar
la distinción entre ambos períodos. Curiosamente, es en la Crítica de la
razón pura y la práctica donde no se distinguirá una esfera propia para
el sentimiento de lo bello.
La primera Crítica, por ejemplo, al igual que otros escritos poste-
riores, no trata todavía del sentimiento de placer o dolor ni de lo bello
como forma de representación que procede de las facultades superiores
del entendimiento y del espíritu. Sólo a partir de la Crítica del Juicio Kant
dispone de un campo dentro de la filosofía crítica para el sentimiento y,
con ello, una nueva forma de representación: la representación del mun-
do como subjetividad.
9
Como lo hace ver Kant en la Crítica de la razón pura al hablar del conocimiento a
priori, es algo que no procede de los sentidos, sino que obedece a la respuesta del sujeto
frente a las impresiones del mundo exterior. Cfr. KrV AK B1.
10
Cfr. Beobachtungen über das Gefühl des Schönen und Erhabenen, AK II, 225.
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“La razón, en una ley práctica, determina la voluntad inmediatamente y no por me-
dio de un sentimiento de placer y dolor que venga a interponerse, ni siquiera por medio
de un placer en esa ley misma, y sólo el poder ser práctica como razón pura, le hace
posible ser legisladora.” KprV, AK V, § 3. Teorema II, Observación I, 25.
17
Además de § 2, cfr. § 3, Teorema II, “El placer derivado de la representa-
ción de la existencia de una cosa, en cuanto deba ser un fundamento de determinación
del deseo de esta cosa, se funda en la receptibilidad del sujeto, porque depende de la
existencia de un objeto; por consiguiente, ese placer pertenece al sentido (sentimiento),
y no al entendimiento, el cual expresa una relación de la representación con un objeto,
según conceptos, pero no con el sujeto según sentimientos.” En § 1 de la Crítica del
Juicio, distinguirá Kant el sentimiento precisamente como desinterés por la existencia
del objeto, algo que aquí no tiene aún en cuenta.
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Cfr. KU AK 69 y ss.
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La Crítica de la razón práctica trata el tema del sentimiento moral, pero no se
refiere al sentimiento de lo bello como subjetividad. Por eso, a partir de ahora, léase
“sentimiento” como sentimiento de placer o dolor y, para el caso de la moral, se hablará
de “sentimiento moral”.
28
Para un amplio estudio sobre el concepto de juego en Kant, véase Andreas T RE -
BELS : Einbildungskraft und Spiel. Untersuchungen zur Kantischen Ästhetik, Kant-
Studien No. 93, Bonn: H. Bouvier u. Co. Verlag 1967.
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“Así, pues, aunque conocemos a priori en los juicios sintéticos muchas cosas acer-
ca del espacio en general o de las figuras que en él diseña la imaginación productiva (de
modo que, realmente, no nos hace falta en este sentido ninguna experiencia), si no tu-
viésemos que considerar el espacio como condición de los fenómenos que constituyen
la materia de la experiencia externa, tal conocimiento sólo equivaldría a entretenernos
con un mero fantasma.” KrV, A157/B196.
30
“Si un conocimiento ha de poseer realidad objetiva, es decir, referirse a un objeto
y recibir de él significación y sentido, tiene que ser posible que se dé el objeto de alguna
forma. De lo contrario, los conceptos son vacíos, y, aunque hayamos pensado por medio
de ellos, nada hemos conocido a través de tal pensamiento: no hemos hecho, en realidad,
más que jugar con representaciones.” KrV, A155/B195.
31
“Así, pues, aun siendo posibles a priori, todos los conceptos, y con ellos todos los
principios, se refieren a intuiciones empíricas, es decir, a datos de una experiencia posible.
De no ser así, carecen de toda validez objetiva y se reducen a un juego de la imaginación
y del entendimiento con sus respectivas representaciones”. KrV, A239/B299.
32
“Un conocimiento de objetos derivado de la percepción puede surgir mediante el
simple juego de la imaginación o mediante la experiencia. Y aquí pueden producirse,
desde luego, representaciones engañosas, a las que no corresponde ningún objeto y en
las que el engaño se debe unas veces a una ilusión de la fantasía (en los sueños) y otras,
a un error del Juicio (en el llamado engaño de los sentidos).” KrV, A376. El mismo
sentido aparece en otro pasaje de la Crítica de la razón pura, en la que da un sentido
a la expresión ‘engaño’ como aquel juego que hace pasar fantasías por conceptos o en
el que no hay referencia de las palabras con las cosas: “De hecho, si hasta ahora se ha
librado (la razón) de semejante humillación ha sido precisamente porque la solemnidad
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c) La Dialéctica de lo bello
Kant busca en su obra crítica resolver el problema de la ilusión tras-
cendental que se produce gracias al deseo de la razón por llegar a conocer
los principios incondicionados del mundo fenoménico. En la sección de
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diante sus leyes, los fines para los cuales fue hecha. Esta admiración por
la naturaleza surge ante todo, cuando se piensa que toda la variedad del
universo es ordenada armónicamente por una inteligencia divina37 .
Resulta especialmente interesante el capítulo octavo de la citada obra,
para comprender la postura racionalista acerca de la naturaleza y de la
belleza, al aseverar que uno no puede ver la construcción del universo
sin conocer su orden y dirección, ni sin ver en todo ello la mano de
Dios. Según Kant, una persona razonable se sorprendería que alguien
no viera tal belleza en el universo, pues sólo un necio y atrevido no
podría ver tal cosa38 . Así, ante tal seguridad de la razón, Kant se atreve
a afirmar que lo único que interesa para su investigación es saber cómo
es que se organiza el universo, pues resulta obvio que procede conforme
a un fin. Bajo esta postura dogmática, se ve claro que los propósitos de
esta obra sean averiguar, si el diseño que tuvo Dios del mundo funciona
porque, o bien se insertó tal plan en las leyes del movimiento, según el
cual se desarrolla el mundo hacia lo más perfecto; o si bien, hay una
asistencia de la mano de Dios en el mundo, para hacer que coincidan y
se dejen unir en perfección y belleza39 .
Para Kant la belleza del universo está relacionada con el orden, la ar-
monía y la perfección, tal como si la belleza fuera una cualidad objetiva
de la naturaleza, que se orienta hacia una perfección divina; una perfec-
37
“Wie wäre es wohl möglich, daß Dinge von verschiedenen Naturen in Verbin-
dung mit einander so vortreffliche Übereinstimmungen und Schönheiten zu bewir-
ken trachten sollten, sogar zu Zwecken solcher Dinge, die sich gewissermaßen außer
dem Umfange der todten Materie befinden, nämlich zum Nutzen der Menschen und
Thiere, wenn sie nicht einen gemeinschaftlichen Ursprung erkennten, nämlich einen
unendlichen Verstand, in welchem aller Dinge wesentliche Beschaffenheiten beziehend
entworfen worden?” Allgemeine Naturgeschichte und Theorie des Himmels AK I, 225.
38
“Man kann das Weltgebäude nicht ansehen, ohne die trefflichste Anordnung in
seiner Einrichtung und die sicheren Merkmaale der Hand Gottes in der Vollkommen-
heit seiner Beziehungen zu kennen. Die Vernunft, nachdem sie so viel Schönheit, so
viel Trefflichkeit erwogen und bewundert hat, entrüstet sich mit Recht über die kühne
Thorheit, welche sich unterstehen darf, alles dieses dem Zufalle und einem glücklichen
Ungefähr zuzuschreiben.” Allgemeine Naturgeschichte und Theorie des Himmels, AK
I, 331.
39
Allgemeine Naturgeschichte und Theorie des Himmels, AK I, 331-334.
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40
“Die Kritik der Urteilskraft deutet nun eine Verflechtung der verschiedensten
Bereiche der Zweckmäßigkeit nur an. Solche Beziehungen sind jedoch nicht erst na-
chträglich und um eines äußerlichen Zusammenhangs willen konstruiert worden. Schon
für den vorkritischen Kants standen die verschiedenen Bereiche der Zweckmäßigkeit,
die er damals erörterte, im Zusammenhang eines in sich zweckmäßigen Weltganzen”.
Klaus D ÜSING: Die Teleologie in Kants Weltbegriff, Bonn: Bouvier u. Co. Verlag 1968,
p. 28.
41
Tal como lo expone en KrV, A21/B35.
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