Derecho de Petición

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EL DERECHO FUNDAMENTAL DE PETICIÓN

Abogado
Israel Ávila Gallegos

Asesora
Doctora María de Jesús Estrada Escalante
“Es más en Francia una supervivencia que una realidad.
Por largo tiempo considerado como esencial, y a este
título jurídicamente reconocido y organizado, él se ha
progresivamente desdibujado”.

JEAN RIVERO
1910 - 2001

INDICE
RESUMEN

1. QUÉ ES UNA PETICIÓN, QUÉ ES EL DERECHO DE PETICIÓN

2. APROXIMACIÓN HISTÓRICA AL DERECHO DE PETICIÓN

3. DERECHO DE PETICIÓN Y DERECHO DE QUEJA

4. DERECHO COMPARADO

4.1. Estados Unidos

4.2. España

4.3. Italia

5. DERECHO DE PETICIÓN

5.1. Referencia histórica

5.1. 1. COMPILACIÓN DE NORMAS Y CRITERIOS EN MATERIA DE


TRANSPARENCIA, ACCESO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA Y PROTECCIÓN
DE DATOS PERSONALES DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA
NACIÓN

5.2. Evolución del derecho de petición en relación a la Constitución de 1857


ante la Constitución 1917
5.3. El derecho de petición ante las entidades públicas

5.3.1. Carácter de excepción: respuesta aplazada

5.3.2. Contestación de fondo: claridad, precisión, rapidez y oportunidad

5.3.3. Silencio administrativo

RESUMEN
El derecho de petición se nos presenta como un derecho constitucional de
suprema importancia en las acciones que diariamente realizamos, es el derecho
inalienable que faculta a la ciudadanía a cuestionar a la autoridad todo lo
relacionado a su función; no se pretende mas que solo generar una conciencia
real sobre la importancia que conlleva el poder cuestionar, he procurado rec9ger
los planteamientos sobre este derecho, para así poder contar con un texto que
aborde diferentes posturas y pretenciosamente, sirva como una fuente de
consulta. Es de mencionar que un gran desarrollo teórico lo encontramos en
España y Francia principal cuna de nuestro derecho constitucional, y por ello
mismo el presente trabajo contará con un especial aporte del derecho español.

1. QUÉ ES UNA PETICIÓN – QUÉ ES EL DERECHO DE PETICIÓN

Una petición, es una solicitud verbal o escrita que se presenta ante un órgano o
individuo con el fin de requerir su intervención en un asunto concreto; ésta hace
referencia esencialmente a las súplicas que dirigían los ciudadanos del pueblo de
Inglaterra a su rey con el ánimo de obtener una respuesta de éste, y que por
cierto, va a permitir su evolución hasta ser un derecho.

Tipos de peticiones:

.- Quejas: cuando se pone en conocimiento de las autoridades conductas


irregulares de empleados oficiales o de particulares a quienes se ha atribuido o
adjudicado la prestación de un servicio público.
.- Reclamos: cuando dan a las autoridades noticias de la suspensión injustificada o
de la presentación deficiente de un servicio público.
.- Manifestaciones: cuando hacen llegar a las autoridades la opinión del
peticionario sobre una materia sometida a actuación administrativa.
.- Peticiones de informaciones: cuando se formulan a las autoridades para que
éstas, den a conocer cómo han actuado en un caso concreto y permitan el
examen de documentos públicos que tienen en su poder.
.- Consultas: cuando se presentan a las autoridades para que manifiesten su
parecer sobre materias relacionadas con sus atribuciones.
El derecho de petición, se plasma como una facultad en cabeza de toda persona
con el fin de dirigirse ante autoridades públicas o entes privados para solicitar su
intervención, con el fin de dar solución a diferentes problemas. Se convierte pues,
en un derecho público subjetivo, capaz de ser exigido.

2. APROXIMACIÓN HISTÓRICA AL DERECHO DE PETICIÓN

El derecho de petición, es uno de los más importantes para la evolución y


concretización del estado civil. Tanto en la sociología, como en la historia se
evidencia que este derecho se presenta como medio para abolir la ‘vindicta
privada’ (venganza personal), es decir, la posibilidad de hacer justicia por las
propias manos. Esto suponía un constante estado de caos y de desorden en el
que el orden jurídico era impotente para hacer efectivo el imperio del derecho.
No obstante, este mecanismo de venganza se deja de lado estableciendo un
aparato objetivo para la resolución de disputas en el que las personas acudían a la
autoridad para obligar al infractor a resarcir por los daños ocasionados. Al decaer
la ‘vindicta privada’ y dar paso al régimen de autoridad, el gobernado recurre a ella
solicitando su intervención, que por cierto, en un principio, no estaba obligada a
dar solución a lo pedido; por el contrario, la obligatoriedad de una respuesta surge
cuando se instituye como Derecho de petición, es decir, como contenido de una
garantía individual, que se plasmaba, en nuestra carta Magna en el artículo 8⁰
constitucional, en la relación jurídica gobernado-gobernante.
La existencia en cuanto derecho, se remonta hasta la edad media, especialmente
en Inglaterra que es en donde adquiere realmente su importancia, allí surgieron
los principios fundamentales que aún hoy inspiran a este derecho y por ello mismo
ha sido el lugar en donde mayor desarrollo jurisprudencial ha tenido, en la Carta
Magna de 1215 (artículo 29) se encuentra de manera indirecta su reconocimiento.
Luego de una evolución jurídica, pasa a estar plasmado directamente en el Bill of
Rights de 1689 (artículo 5), en donde viene a proclamarse como un derecho de los
súbditos, de presentar peticiones al rey, pero en el entendido de ejercerlo de
manera correcta, es decir, exento de indecencias y presiones.

3. DERECHO DE PETICIÓN Y DERECHO DE QUEJA


CHAPELIER expuso admirablemente lo que es un derecho de petición y el
derecho de queja en estos términos:
“El derecho de petición es el derecho que tiene el ciudadano activo de expresar
sus opiniones al cuerpo legislativo, al rey o a los administradores públicos sobre
asuntos de administración o de organización. La queja es el derecho de recurrir
que tiene todo hombre que ve lesionados sus intereses particulares por una
autoridad cualquiera o por un individuo”.
La gran diferencia establecida por este francés radica en que la queja es el
derecho a que todos los hombres corresponde sin importar su condición política,
por el contrario el derecho de petición es exclusivo del ciudadano.
Sin embargo, la Asamblea Constitucional francesa rechazó esta distinción,
consagrando un derecho de petición único y atendiendo esencialmente al aspecto
de la queja o defensa de los intereses subjetivos, y por ello lo consagró como:
“Un verdadero derecho imprescriptible de todo hombre que viva en sociedad, de
todo ser que piensa”.
La consagración del derecho de petición se plasmó en la Constitución de 1917,
aun que en la carta Magna de 1857 se incluyó dentro de los derechos civiles y
políticos.
Hoy vuelve a estar vigente la distinción de CHAPELIER, en la cual se enmarca un
derecho de petición como un derecho político, fundamental y de interés público;
pero lastimosamente la defensa de derechos o intereses subjetivos, que tuvo gran
importancia en aquella Francia, ha perdido vigencia por la consagración en los
modernos estados de herramientas precisas establecidas para ello, así como de
órganos que aunados a los tradicionales, coadyuvan a la consecución de los fines
del Estado, tal como es el caso de la Defensoría del Pueblo; confirmación de lo
dicho, es la frase de JEAN RIVERO:
“Es más en Francia una supervivencia que una realidad. Por largo tiempo
considerado como esencial, y a este título jurídicamente reconocido y organizado,
él se ha progresivamente desdibujado”.

4. DERECHO COMPARADO
4.1. Estados Unidos

Los Estados Unidos surgen en la historia en el momento en que se independizan


las trece colonias de la corona británica, para ello, se proveyeron de
constituciones con el fin de darse felicidad, seguridad y proyectar el comienzo de
la sociedad norteamericana, la Constitución de los Estados Unidos que nace en
principio tan sólo con la parte estructural de un Estado, necesita de la
incorporación de un Bill of Rigths, que se viene a plasmar en las enmiendas a la
Constitución seguidas a su proclamación. En ellas van a aparecer los derechos de
los estadounidenses y el derecho de petición se consagrará en la primera
enmienda constitucional a cuyo tenor:
“El Congreso no dictará ley alguna con respecto a la oficialización de una religión,
o que prohíba el libre ejercicio de la misma; o que restrinja la libertad de palabra o
de prensa, o el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y a peticionar al
gobierno para la reparación de agravios”
KRAFT
Esta primera enmienda consagra pues la libertad de expresión. Los diseñadores
de la Constitución quisieron incorporar unos determinados derechos con el ánimo
de limitar el abuso del gobierno. JAMES MADISON los llamó “Grandes derechos
de la humanidad”.

4.2. España

Fue el proyecto de Constitución de Cádiz, el que contempló el derecho de petición


en cabeza de los estados libres, sin embargo, fue realmente la Constitución de
1837 la primera que lo estableció en su denominación y naturaleza actual, cuando
le quita esta facultad a las cortes y se lo entrega a los españoles, con base en
esto, es que todas las constituciones del siglo XIX y XX lo reconocen.
Actualmente el derecho en comento, se encuentra en el artículo 8 ⁰ de nuestra
Constitución, y las leyes que de este articulado emanan, establece el
reconocimiento a favor de los ciudadanos para hacer peticiones a las instituciones
estatales y sin que lo solicitado tenga que ser necesariamente aceptado, los
titulares deben de observar que a toda petición deberá recaer un acuerdo de la
persona a quien se haya dirigido, la cual tiene obligación de comunicarlo en breve
tiempo y conforme a derecho al solicitante.
Es de tener en cuenta que contra lo manifestado por doctrinantes respecto a la
titularidad de ejercicio del derecho por extranjeros, la doctrina constitucional
mexicana no está de acuerdo en cuanto a la mencionada posibilidad: de esta
manera algunos especialistas manifiestan que no se puede ejercer por los
foráneos, teniendo en cuenta la decisión del Senado en 1978, y la enunciación de
la propia Constitución; esgrimiendo el argumento de que se logra mayor eficiencia
en los órganos públicos, cuando se les reconoce la posibilidad a todo connacional
de cuestionar las decisiones y acciones de la autoridad.
La manera para ejercerlo, es por medio de un escrito y actualmente se acepta la
utilización de mecanismos electrónicos como el correo electrónico, con relación al
idioma, se puede utilizar tanto el español como cualquier dialecto utilizado en el
territorio nacional,
Finalmente es de mencionar que el Tribunal Superior de Justicia a manifestado
que el ejercicio del derecho de petición, no puede servir para vitalizar plazos ya
cumplidos, ni derechos caducados, y que tampoco tenía la facultad para revisar
situaciones ya definidas.

4.3. Italia

Por medio de referéndum del 2 de junio de 1946 Italia se convirtió en república


eligiendo una Asamblea Constituyente. El derecho de petición se encuentra dentro
de los “Derechos políticos, del electorado y de petición”
Allí este derecho pertenece exclusivamente al ciudadano elector, lo que ha minado
la importancia del Derecho de petición en si mismo, pues lo ha convertido en un
instrumento de los partidos políticos, pues son ellos los encargados de transmitir,
tanto el cuestionamiento del ciudadano a la autoridad que ellos consideran
pertinente, y dependiendo de la respuesta, mis.a que no tienen la obligación de
dar en tiempo alguno, pueden tardar años en emitirla, son los mismos partidos
políticos los que se encargan de dar a las Cámaras lo que consideran deben ser
las medidas legislativas que deben adoptarse.

5. DERECHO DE PETICIÓN EN MÉXICO


5.1 Antecedentes

Nuestra Constitución Política lo consagra en su artículo 8⁰ a cuyo tenor establece:

Artículo 8º.
“Los funcionarios y empleados públicos respetarán el ejercicio del derecho de
petición, siempre que ésta se formule por escrito, de manera pacífica y
respetuosa; pero en materia política sólo podrán hacer uso de ese derecho los
ciudadanos de la República.”
Sin embargo, la consagración de este derecho en nuestro Estado, viene desde
hace más de 180 años, cuando en la Constitución de 1857, se consagró por
primera vez en México, el derecho de petición, en el artículo 8o. al siguiente tenor:
“Es inviolable el derecho de petición ejercido por escrito, de una manera pacífica y
respetuosa; pero en materias políticas, sólo pueden ejercerlo los ciudadanos de la
república.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación dio un desarrollo doctrinal a este
derecho distinguiendo tres modalidades separables e independientes:

1. El derecho de petición propiamente dicho que corresponde a toda persona


y que trata de peticiones generales que se hacen para la conveniencia
social.

2. La petición administrativa que hace un titular del derecho a fin de obtener


un reconocimiento y autorización para su ejercicio.

3. La pretensión jurisdiccional que está sometida según los códigos


procesales.

5 .1 .1 . COMPILACIÓN DE NORMAS Y CRITERIOS EN MATERIA DE TRANSPARENCIA,


ACCESO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA Y PROTECCIÓN DE DATOS PERSONALES DE
LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

Autor: México Suprema Corte de Justicia de la Nación


Colección: Publicaciones Oficiales
Pie de imprenta: México : Suprema Corte de Justicia de la Nación, 2013.
Clasificación: Q170.113 M494c 2013

http://sistemabibliotecario.scjn.gob.mx/sisbib/CST_2014/92812/92812_1.pdf

http://sistemabibliotecario.scjn.gob.mx/sisbib/CST_2014/92812/92812_2.pdf

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http://sistemabibliotecario.scjn.gob.mx/sisbib/CST_2014/92812/92812_4.pdf

http://sistemabibliotecario.scjn.gob.mx/sisbib/CST_2014/92812/92812_5.pdf

5.2. Evolución del derecho de petición en relación a la Constitución de 1857 ante


la Constitución 1917

Si bien la Constitución de 1917 no presenta un cambio radical con respecto a su


antecesora de 1857 en cuanto a la consagración del derecho de petición,
ciertamente la mayor transformación se origina en la creación de leyes
secundarias que revisten de formalidad y fortaleza a este derecho pues en casos
especiales su alcance se extiende hasta a los Jefes de los tres poderes de la
Unión cosa que no ocurría en la Constitución de 1857 pues sólo se ejercía frente a
algunas autoridades, dejando inalcanzable a los servidores públicos de más alta
jerarquía
Esta manifestación es concordante con la filosofía política del Estado, que busca
democratizar las relaciones entre las mas altas autoridades y quienes dependen
de manera transitoria o permanente de las decisiones que ellas adopten y de esta
forma la aplicación de los principios constitucionales pasan de la órbita meramente
estatal o municipal para alcanzar todos los espacios gubernamentales de más alto
nivel.
Es menester señalar que durante los estados de excepción el derecho sub
examine puede sufrir necesarias limitaciones, debido a la situación de anormalidad
de que se trate.
Lo anterior nos ha llevado a ir transformando conforme lo requiere la ciudadanía
para mantener vigente y positivo éste derecho, dejando un precedentes, que a
nivel internacional muchos han emulado, pues el artículo 8º de nuestra carta
magna convierte al derecho de petición en elemento esencial para la protección
de los derechos humanos: es decir lo eleva a una potestad jurídica para solicitar la
intervención del poder público en un caso concreto, contrario a lo que ocurre en la
mayoría de las garantías individuales, que imponen al Estado una obligación
negativa o de abstención con respecto a las actividades que puedan realizar los
particulares; el derecho de petición provoca el cumplimiento de una obligación
positiva de las autoridades que deben actuar en representación de los órganos
estatales, ya que es precisamente la acción de contestar por escrito y en breve
término al peticionario.
Se trata de un derecho a la respuesta; es por ello, que una petición, jurídicamente
se entiende como un derecho relacionado con la obligación que tiene el Estado de
permitirle al ciudadano elevar ante los diversos órganos de gobierno una solicitud,
luego entonces el derecho de petición es considerado como aquel derecho que
tienen los habitantes del país de dirigir peticiones a cualquier órgano o servidor
público, incluso, la petición se convierte en un elemento esencial en la protección
de otros derechos humanos consagrados en la Constitución, por lo tanto, no se
trata de una garantía de libertad, pues en sí mismo está investido como derecho
inalienable del ciudadano.
Asimismo, el derecho de petición no sólo se encuentra regulado por el artículo 8º
constitucional, ya que en la primera parte del texto de dicho artículo exige
únicamente el respeto al derecho de petición del gobernado, mientras que la
segunda parte del precepto legal en comento se ocupa del derecho de respuesta,
por parte de la autoridad.
En este sentido, el segundo párrafo del artículo 9º de la Ley Fundamental se
ocupa también del derecho de petición, en los siguientes términos:
“Artículo 9º...
No se considerará ilegal, y no podrá ser disuelta una asamblea o reunión que
tenga por objeto hacer una petición o presentar una protesta por algún acto o
una autoridad, si no se profieren injurias contra ésta, ni se hiciere uso de
violencias o amenazas para intimidarla u obligarla a resolver en el sentido que se
desee.”
Finalmente, la fracción V, del artículo 35 de la Carta Magna, establece el derecho
de petición como una prerrogativa del ciudadano mexicano, de la siguiente forma:
“Artículo 35.- Son prerrogativas del ciudadano:
V.- Ejercer en toda clase de negocios el derecho de petición.”

Es por lo anterior, que en el artículo 8º existen dos instituciones distintas: el


derecho de los habitantes del país para hacer una petición a las autoridades, y el
derecho de los mismos a obtener una respuesta a sus peticiones. Los otros dos
preceptos constitucionales definen, en forma accesoria, los límites y alcances del
derecho de petición, sin contravenir o alterar los requisitos exigidos por el 8º
constitucional.
De tal forma, que el derecho de petición es el sustento de gran parte de las
relaciones jurídicas entre gobernantes y gobernados, constituye en sí mismo, el
mecanismo por virtud del cual los particulares realizan toda clase de trámites
frente a cualquier autoridad de los poderes del Estado, ya sean de naturaleza
judicial, legislativa o administrativa.
El derecho de petición es un derecho fundamental que necesita un mecanismo
que garantice su cumplimiento y al mismo tiempo se convierte en la una exigencia
social dentro del estado de derecho.
Sin embargo, la falta de reglamentación del derecho de petición provoca que las
autoridades lo interpreten a su arbitrio; casi siempre en detrimento de sus
funciones y eficacia.

5.4. El derecho de petición ante las entidades públicas

Este derecho es por lo tanto un camino para obtener acceso a las autoridades y se
ha formado en una herramienta para la defensa de los derechos políticos y para la
participación en la vida democrática del país, por medio de la fiscalización que
todos los individuos pueden realizarle a las autoridades, conociendo sus actos,
impugnando sus decisiones y manifestado su apoyo o rechazo a los gobernantes,
es de mencionar, que el Estado social de derecho obtiene su propia legitimación
cuando se garantiza el acceso y ejecución del poder de manera democrática,
como a su vez, en las posibilidades de darle solución a los constantes reclamos
sociales, este derecho se presenta finalmente como la búsqueda por acercar el
administrado y el Estado, otorgándole al primero un instrumento idóneo con el cual
acudir ante el segundo para obtener información, o con el fin de que se produzca
un pronunciamiento oportuno.
La función administrativa se compone de un conjunto de actividades de manera
práctica e inmediata, que por medio de hechos y omisiones busca satisfacer los
intereses de la comunidad. El principio básico que debe orientar las actividades
administrativas, es el de la proporcionalidad entre la necesidad de establecer el
acatamiento y la resistencia presentada. Sus actos deben ser el reflejo fiel de lo
que la norma ha establecido como potestad a quien lo ejercita, por lo tanto,
cuando un particular en ejercicio del poder público vulnera o amenaza el derecho
fundamental de petición debe ser sancionado conforme a derecho, para este
supuesto el constituyente elevó el derecho de petición al rango de derecho
constitucional fundamental de aplicación inmediata, susceptible de ser protegido
mediante el procedimiento, breve y sumario, de la acción de tutela, cuandoquiera
que resulte vulnerado o amenazado por la acción u omisión de una autoridad
pública, y no podría ser de otra forma, si tenemos en cuenta que el carácter
democrático, participativo y pluralista de nuestro Estado social de derecho, puede
depender, en la práctica, del ejercicio efectivo del derecho de petición, principal
medio de relacionarse los particulares con el Estado, y así obtener una respuesta
según los términos señalados por la ley, sino también en que la misma cuestión se
le resuelva en sentido real y material.

5 .3 .1 . Carácter de excepción : respuesta aplazada

La Cámara de Diputados a manifestado la posibilidad de hacer una excepción a


los términos en los que se debe producir una respuesta teniendo en cuenta la
ocurrencia de hechos excepcionales o porque está previsto un procedimiento
especial para su contestación y solución; pero en todo caso, es necesario que la
autoridad competente ponga en conocimiento del afectado tal situación,
explicándole por lo tanto los motivos de la demora y proporcionándole una fecha
razonable y de acuerdo a la normatividad contenciosa para su resolución.
Es de mencionar que cuando la solicitud no se ha hecho de manera respetuosa tal
como lo exige el texto constitucional y se desprende del Código Contencioso
Administrativo, la autoridad está obligada a responder en negativo a lo
peticionado.

5.3.2. Contestación de fondo: claridad, precisión, rapidez y oportunidad

Estos son las cuatro cualidades que se deducen de la jurisprudencia constitucional


en cuanto a las respuestas que deben dar las autoridades administrativas.
Es de destacar que para la configuración de un derecho de petición, no se
requiere que expresamente la solicitud se presente como tal o invoque las normas
pertinentes, por el contrario, también son susceptibles de ser derechos de petición,
aquellas expresiones orales o escritas en las cuales se sustraiga el interés por
formular una petición, si la administración no se pronuncia se viola el derecho,
esta es una gran diferencia frente al derecho español, en donde es indispensable
que la solicitud sea presentada de manera escrita de acuerdo al desarrollo legal
dado al derecho de petición.
La Corte Superior de Justicia a señalado que el derecho de petición no puede
entenderse satisfecho con respuestas ajenas a lo pretendido e inclusive con el
suministro de informaciones inexactas a las solicitadas, pues ello no obedece al
cumplimiento de los propósitos constitucionales y de funcionalidad de las distintas
entidades públicas, a su vez, el Tribunal Superior de Justicia ha manifestado que
el contenido esencial del derecho comprende:
1. La posibilidad cierta y efectiva de elevar en términos respetuosos
solicitudes ante las autoridades;
2. Respuesta oportuna, es decir, dentro de los términos señalados por la ley;
3. Respuesta de fondo o contestación material, es decir, que la propia
autoridad se introduzca dentro de la materia que se solicita; y
4. La pronta comunicación de lo decidido al peticionario.
Por ende, las respuestas evasivas o simplemente formales, aunque sean dadas a
su tiempo, no dan por descontado que se ha cumplido el derecho de petición.
Respecto al contenido esencial, es de suma importancia manifestar que en
España se relaciona con la imposibilidad de que el legislador ordinario pueda
derivar consecuencias perjudiciales a los peticionantes, salvo que incurran en
delito o falta.
El derecho a la pronta resolución no se reduce al simple deber del Estado de
contestar, como dijimos atrás, la respuesta de la administración debe ser
coherente y clara, así mismo deberá informar así al interesado, expresando los
motivos de la demora y señalando a la vez la fecha en que se resolverá o dará
respuesta a los peticionarios, porque de lo contrario, no se haría efectiva la
facultad de suscitar la intervención oficial en un asunto de interés general o
particular, si bastara a la administración esgrimir cualquier argumento para dar por
respondida la petición.

5 .3 .3 . Silencio administrativo: solicitud de informaciones

La omisión administrativa se configura cuando el Estado se abstiene de actuar y


por ende el particular no sabe a qué atenerse. Por lo mismo, la persona debe
contar con un instrumento de protección ante la omisión del ente público y opera
por lo tanto la figura del silencio administrativo que no por ello subsana el deber de
responder por los recursos interpuestos.
BIBLIOGRAFIA

Constitución española.

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (1857)

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (1917)

Ley Federal de Procedimientos Administrativos

CÓRDOBA TRIVIÑO, JAIME, “Derecho de petición” UNAM junio 1995, pág. 3.

GARCÍA MANZANO, PABLO, Los derechos fundamentales y libertades públicas,


“Derecho de petición” Ed. Ministerio de Justicia de España, 1993, págs. 1801-
1824.

IBÁÑEZ GARCÍA, ISAAC, “Derecho de petición y derecho de queja” Dykinson,


Madrid, 1993.

Kraft, “La Constitución de los Estados Unidos de América” Kraft, Buenos Aires
Argentina

Jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

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