T.9. Psaridis Efectos Del Superyó en La Clínica
T.9. Psaridis Efectos Del Superyó en La Clínica
T.9. Psaridis Efectos Del Superyó en La Clínica
Introducción:
Elsa convive con su pareja hace 14 años y tiene una hija de 13. Por otro
lado, la paciente tiene dos hermanos varones uno mayor y otro menor que
ella.
1
Otro hecho significativo que me parece importante destacar, es que
Elsa padece una violación cuando tenía 17 años de edad. Esta circunstancia
se encuentra enmarcada dentro de lo que podríamos denominar las primeras
salidas nocturnas de ella, contando con el permiso concedido por una madre
caracterizada como “absorbente” al decir de la paciente. De regreso a su
casa, es interceptada en la calle por dos hombres con un revolver, la suben a
un auto, la llevan a un descampado, la ultrajan ambos, y es dejada en ese
lugar.
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O bien, en disputas con sus amigas:
- “... mi analista no me dice qué es lo que tengo que hacer como lo
hace la tuya. Fijate porque no es conveniente que te diga que es lo
que tenés que hacer, vos tenés que ir encontrando la forma de
resolver tus problemas...”
O directamente:
- Mi análisis me permitió ...
3
Llega un día muy angustiada, nuevamente inundando el consultorio en
llanto, y su sesión transcurre en los siguientes términos:
E: - Estoy otra vez muy mal. No sé que me pasa.... son cosas extrañas. Me doy
cuenta que no tendría que estar así, debería estar bien, pero sin embargo me
sigue pasando....
E: - Todo el fin de semana la pasé mal. Llorando, como ahora. No puede ser.
No tiene sentido vivir así. Debiera de estar bien y sin embargo.... mi marido me
dice que estoy loca ... y ya no sé ... No es nada particular, pero es más ni
sentido tenía. Con él andaba bien, el viernes fuimos a cenar afuera. Hacía
mucho que no lo hacíamos, por los problemas económicos, pero me invitó y la
pasamos muy pero muy bien, es más la pasamos bárbaro. Yo sin embargo,
estaba mal. El sábado salimos con una pareja amiga y lo mismo. Fuimos al
cine... son gente a la que queremos mucho, luego fuimos a una confitería muy
linda y la pasamos muy bien, sin embargo yo estaba angustiada. Cada vez
peor. No es solamente que no me sentía cómoda, me sentía angustiada, mal.
Y todo estalló el domingo, por una pavada... pero ... fuimos con mi marido y mi
hija al supermercado. Los tres estábamos contentos y .... son pavadas ya sé,
pero no puedo más. Estábamos comprando y él empezó con cosas que no
me gustaron. Le compró a Claudia (la hija de ambos) unos postrecitos que a
ella le gustan mucho y que hacía tiempo no comía. Y después se empezó a
comprar, él algunas cosas, le pedía que no lo hiciera y sin embargo me decía
que no había problema en hacerlo. Unos quesos especiales, unos vinos finos,
algunos fiambres caros, te digo la verdad, no más que eso...
No puedo estar así por semejante pavada...
4
Los quesos, los vinos, el padre, su historia familiar, economías en alza que
podrían devastarse.... Todas estas ilaciones de mi pensamiento, que una vez
que ponía en palabras a modo interrogativo, y solicitando alguna asociación
al respecto eran desestimados por ella como elementos de una importancia
ínfima. Es más, ya se había detenido ella misma, mientras lloraba en su casa
tirada en la cama, a pensar en ello. Discurrió por esos mismos pensamientos,
los manifiesta en su sesión, y se prestan a un cierre de sentido que fastidia
hasta por la simpleza de su lectura.
Entre el debate y la duda sobre la validez de su tránsito por esta
experiencia, se me ocurre entonces extremarla en relación a lo que sostenía la
estructura de su relato, es decir el par opositivo “estar bien - estar mal”, con lo
que ha de sostener ella como paciente, en la estructura analítica, es decir sus
asociaciones.
Si bien el “nada” que aflora en un primer momento, sostenido por el llanto que
denotaba con un menear de hombros que nada de lo que verbalizara podría
hacer que algo tuviese un sentido válido para ella, acuden a su mente dos
recuerdos diversos.
E: - .... Sabés que sí, ....me acuerdo de mi abuela. Ella tenía un dicho
constante, como las abuelas de antes, ella decía cuando alguien estaba
contento por algo:
“Quien ríe el viernes el domingo llora”
1
Cohen, Morris R., Ángel Ernest: “Introducción a la lógica y al método científico. 1961. A.E. Bs.As.
5
Mujer de una época distinta a la de la abuela, era la madre, pero
también con una historia que se compacta en determinados decires también
sedimentados de la cultura. Entonces tras la primera asociación, el segundo
recuerdo. Segundo en el recorrido inverso de la historia familiar. Primero en “su”
propia historia, la de Elsa.
Mi vida es un erial2,
flor que toco se deshoja;
que en mi camino fatal
alguien va sembrando el mal
para que yo lo recoja3.
Es patética... ¿cómo puede hacerle a una chica recitar semejante poesía? ¿Te
das cuenta lo que quiere decir? ....
¿Por qué habría de ser Elsa, alguien que se aliene a soportar ese mismo
camino, a tomar prestado un rumbo que transitaron otras mujeres? ¿Por qué
pagar por un terreno sin vida, y no sostener el propio jardín florecientemente
distinto de aquél?
2
Dicho de una tierra o de un campo: Sin cultivar ni labrar
3
Bécquer, Gustavo Adolfo Claudio D. Rimas: “Mi vida es un erial” Rima LX Aguilar Ediciones 1969,
España.
6
“El trabajo psicoanalítico enseña que las fuerzas de la conciencia moral que llevan a
contraer la enfermedad por el triunfo, y no, como es lo corriente, por la frustración, se
entraman de manera íntima con el complejo de Edipo, la relación con el padre y con la
madre, como quizá lo hace nuestra conciencia de culpa en general” 4.
“El superyó del niño no se edifica en verdad según el modelo de sus progenitores, sino
según el superyó de ellos; se llena con el mismo contenido, deviene portador de la
tradición”.9
4
Freud, S. “Los que fracasan cuando triunfan”. 1916 T XIV. Obras completas. A.E. (pag.337)
5
Freud, S. “El malestar en la cultura”. 1929 T XXI Obras Completas A.E.
6
Freud, S. “El Yo y el Ello”. 1923 T XIX Obras Completas A.E.
7
Idem, (pág.33).
8
Idem. (pág.53).
9
Freud, S. “Nuevas conferencias de introducción al Psicoanálisis, 31º “La descomposición de la
personalidad psíquica.” 1932. TXXII Obras Completas A.E.
7
pulsionantes del Ello. No se trata aquí, de caracterizar esta incorporación
como un proceso de identificación por el cual un sujeto asume como propia la
imagen de otro10, sino de ubicarla en otra dimensión, es decir, en el sentido de
que toda introyección es siempre introyección de la palabra del Otro11, y es
entonces que podemos referir como estas palabras comienzan a comandar la
posición simbólica del sujeto, a instancias de este Otro en tanto justamente
lugar de la palabra, o bien batería de los significantes.
A modo de conclusión
“En el lugar de I(A)13, tenemos más que un punto de llegada, un punto de succión, una
máquina aspiradora de las palabras que arranca cuando el sujeto acepta la regla
10
Lacan, J. “El estadío del espejo como formador de la función del yo (je) tal como se nos revela en la
experiencia psicoanalítica” . 1949. Escritos I. Siglo XXI. Esta es la vertiente imaginaria de la
identificación.
11
Lacan, J. El Seminario I: “Los Escritos Técnicos de Freud” La tópica de lo imaginario. 1953/4 Paidós.
Pág.133.
12
Freud, S. “El malestar en la cultura”. 1929 T XXI Obras Completas A.E. (pág.122)
13
Matema lacaniano que representa al Ideal como proveniente del campo del Otro, y que aparece como
punto de llegada en el Grafo del deseo.
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fundamental del análisis y la coloca en el lugar del Superyó: la del gozar por la
articulación discursiva diciendo todo, enfrentando el dolor, el pudor, el asco, la
vergüenza que resisten a la confesión del fantasma, tabernáculo del goce...”14
Me pareció pues interesante cerrar con esta cita que instala un criterio
particular del análisis, el del inicio con un mandato superyoico otro, a efectos
de un posible Ideal diferente por construir; un Ideal con una meta ética de
reabrir el campo de una decisión particular que no se compadece de
órdenes, ordenamientos, y ordenaciones.
En fin, fue así entonces que en muchas ocasiones, por haber cedido
quizá a sostener este Ideal clínico (el de la asociación libre), y contraponerle al
peso del superyó como instancia psíquica (del paciente), el Superyó clínico
(que sostendría a ultranza el Ideal clínico), que muchos de quienes fueron mis
pacientes continuaron amparándose en sus propios eriales, para continuar
viviendo allí sus destinos y caminos fatales.
Marcelo Psaridis
Bibliografía de Referencia
Freud, Sigmund. “Los que fracasan cuando triunfan”. 1916 T XIV. Obras completas.
Amorrortu Editores. Bs.As.
14
Braunstein, Néstor. “Goce” 1990 Siglo XXI (pág.216)
15
Blanché, Robert Introducción a la lógica Contemporánea. 1963. Ediciones Carlos Lohlé (pág.8)
9
Freud, Sigmund. “El malestar en la cultura”. 1929 T XXI Obras Completas A.E.
Amorrortu Editores. Bs.As.
Lacan, Jacques M. “El estadío del espejo como formador de la función del yo (je) tal
como se nos revela en la experiencia psicoanalítica”. 1949. Escritos I. Siglo XXI.
Argentina
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