Rabino "El No-Todo"

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Santiago Solar León

Rabino “El no-todo”

“Todas las necesidades del ser hablante están contaminadas por el hecho de estar

implicadas en otra satisfacción”

Lacan (1973), Seminario 20

En el presente escrito me daré a la tarea reflexionar sobre el caso en curso de una joven

paciente de 26 años y con ello compartir las dilucidaciones que sobre la teoría psicoanalítica

me brindó. Cabe decir que escogí este caso particular, a pesar de tener otros concluidos, por

la intriga que me generó desde el inicio y la emoción que me causa el continuarlo, pues

gracias a este me han surgido gran variedad de interrogantes que me han llevado a reformular

nociones sobre la teoría y práctica psicoanalítica.

La paciente acude al servicio de COAPSI con el motivo inicial de un trastorno

alimenticio (más precisamente anorexia). Al tener la primera sesión e indagar más sobre su

supuesta demanda, me comenta que asiste a una universidad de danza, y que actualmente el

tema de la dieta le está causando problemas anímicos y corporales. Su problema de anorexia

es algo que ya había sufrido más de joven (en la prepa) y que en su momento más

intensificado, había asistido ya a terapia (por esta y por otras razones) y logrado controlar, lo

cual no significa que había cesado del todo. Pero en este momento particular en el que

decidió buscar ayuda, es porque comenzó a identificar conductas a las que refiere como

obsesivas sobre, no solo su alimentación, sino sobre su cuerpo. Una de ellas es el tipo de dieta

que lleva, en la que tiende a contar obsesivamente las calorías de lo que va a comer1. Otra es

1
Al indagar sobre el nombre de la escuela en internet (más bien sus iniciales), el cual me abstengo de compartir
por discreción de la paciente, resulta ser el mismo nombre que lleva un tipo de dieta de conteo calórico, que
la disciplina de ir a un gimnasio sin falta todos los días. Menciona que puede llegar a ser

permisiva consigo misma, como en faltar a la escuela o actividades sociales, pero que el

gimnasio es algo a lo que simplemente no se puede faltar. Y finalmente, en esta primera

parte, me parece importante hacer énfasis en este significante que viene con disciplina, y me

permitiré citar las palabras paciente: Refiriendo a la dieta y/o a sus conductas; “me di cuenta

de que era una justificación disfrazándo de disciplina”. Cabe entonces preguntarse ¿qué es lo

que se está justificando?

Dejaré esa pregunta para resolverla más adelante.

Poco más adelante, en el principio de esa primera sesión, la paciente me comparte a

modo de confesión otra situación por la que ha decidido también acudir al servicio. Y esta es

una que alude al campo de las relaciones afectivas. En la actualidad, la paciente reporta que

se encuentra engañando a su novio (al que me referiré como N), con el que lleva ya 4 años.

Este amorío que tiene, es con alguien que ha conocido en el gimnasio (al cual me referiré

como A). Lo primero que surge al desplegar esta situación es la ambivalencia entre sus

sentimientos de culpa, pues dice “yo sé que está mal, pero hay algo de eso que me gusta”,

entonces le pregunto yo “¿y qué es eso que está mal?; lo que la lleva a elaborar y hace que

surja el significante de el daño al otro.

Es importante entonces mencionar que A, tiene también una novia, la cual no solo

sospecha de ambos, sino que también asiste al mismo gimnasio. Es pues entonces que la

paciente comienza a elaborar sobre la relación que tiene con el daño al otro, pues narra esta

escena en donde suele tener interacciones sexuales con A, mientras su novia se encuentra en

algún otro piso del mismo gimnasio, parece ser que esto es algo que le causa cierta excitación

sexual a la paciente. De igual forma, comparte otra escena en la que la novia de A la mira con

sospecha y recelo. Es elaborando este par de escenas anteriores que la paciente menciona que

tiene exactamente las mismas características que la paciente nos plantea. Me parece una coincidencia bastante
interesante la relación entre el nombre de su escuela y su dieta.
le causa más culpa el daño que le podría estar causando a la novia de A, que el que podría

llegar a causa a N (su novio), pues menciona haber estado en esa misma posición que la novia

de A, pero del otro lado. Al pedirle que elabore más sobre esto, menciona una posición en

donde se ha comparado con las demás mujeres, aludiendo al cuerpo principalmente. Sobre

esto narra un evento en donde se encontró a una exnovia de N en el metro; no se saludaron,

pues parece que ella no la reconoció, pero la paciente la observó y sintió celos. Momentos

más tarde, se encontró revisando las imágenes de esta chica en diversos perfiles en redes

sociales, sintiendo celos por su cuerpo. Es aquí que me permito enfatizar sobre la importancia

que tiene el Otro sobre el cuerpo. Pues podemos notar que en esta situación del gimnasio hay

cierta corporalidad puesta en juego, al igual que la mirada y la fantasía.

Me parece ahora importante hablar sobre la relación con su actual novio N. Pero para

esto hay que mencionar que, hace 4 años, cuando comenzó su relación con él fue a manera de

salida de una larga relación, a la que describe como violenta (tanto física como sexual) y que

dejó en ella una serie de heridas, pero no se profundizó más. Menciona que en su momento,

la relación de amistad que tenía con N funcionó de apoyo, para los problemas que su otra

relación presentaba. Dice, refiriendo a su relación con N: “Es como cuando un perrito se va a

caer, él era la sábana”2.

Actualmente la paciente tiene el sentimiento de ser absorbida por esta relación con N,

pues menciona que ha estructurado su vida en base a ella y se pregunta: “¿Dónde queda lo

que yo quiero hacer?” “Siempre me dejo al último”, e igual resuena el imperativo de ser la

novia perfecta, y a todo esto se le puede añadir que se siente decepcionada (refiriendo a

ciertas actitudes malas de N, entre ellas celos o hipocresía). Pero es más adelante que la

paciente menciona una frase que me parece sumamente interesante. Dice, refiriéndose al

sentido de su relación actual: “en las relaciones se hace a la otra persona”3. Es aquí donde

2
Esta imagen tendrá pertinencia en un sueño que se analizará más adelante.
3
Esta frase es mencionada por una amiga suya en conversación. Y menciona que “se le quedó haciendo eco”.
me permití hacerle una intervención sobre el sentido de esta frase. Tengo entendido que se

refería a que ella se hace a la otra persona; o sea que suele adaptarse a lo que quiere el otro.

Pero también se podría entender como que ella hace al otro, en el sentido de que lo crea, o lo

evoca. Al subrayar esto, el discurso de la paciente se revirtió hacia ella y más curiosamente

de nuevo hacia su cuerpo. La paciente llegó a la conclusión de que estas actitudes que

encontraba como malas (tanto en N como en ella), eran más bien justificaciones4. Que solo

estaba “viendo por ella” (refiriéndose a que estaba dejando al otro de lado). Y al cambiar un

poco el énfasis le pregunté más bien que “¿cómo se veía ella” (como se veía ella a ella

misma). Fue entonces que mencionó odiar su cuerpo, y dijo la siguiente frase: “No le doy lo

que necesita porque lo odio”. Es aquí donde me atrevo a decir que se encuentra, a mi parecer,

cierto esclarecimiento de su síntoma. Lacan menciona, hablando del Goce del Otro, que lo

necesario es lo que no cesa de escribirse, y esto anudado de lo imposible, lo que no cesa de

no escribirse, se puede relacionar a la cadena asociativa de la paciente, la cual se presentará

en más de las sesiones siguientes.

Para dejar más en claro lo anterior, me parece necesario primero hablar sobre el

significante de pérdida para la paciente. Pues una vez cuando surge el tema, ella menciona

que “nunca ha sentido una pérdida”. Qué, a pesar de haber presenciado el fallecimiento de

parientes cercanos no le ha resultado triste. Menciona el ejemplo de un primo suyo, el cual

tuvo una vida de mucho sufrimiento desde pequeño (cosa que si la entristecía), pero que al

momento de su muerte, y al ver a su padre llorar, comenta que le preocupa más cómo

reaccionaría el otro que piensen que es una “culera”. Al respecto de lo anterior menciona lo

siguiente: “No me entristeció la muerte en sí”, sino que al parecer le entristecía más el

contexto de lo que sucedía a su alrededor. Es más adelante cuando ambos nos distraemos por

la aparición de su perro que se presenta frente a la cámara, al cual procede a subir a sus

4
Justificaciones disfrazadas.
piernas y mostrarme con alegría. “Se llama rabino” me dice, mostrandome un perro negro5

de pelo enchinado y con una que otra cana de viejo. La paciente empieza a comentar que el

perro ya es de avanzada edad y que un veterinario les anunció que no le quedaba mucho de

vida. Es después de esto que mientras acaricia al perro, la paciente empieza a entristecer y

dice que aquel perro es lo único que quiere en el mundo y que “no sabe que vaya a hacer

cuando se muera”, que cuando esté suceda, será la primera vez que sufrirá un verdadera

pérdida y que aquello le causa mucho miedo. Incluso ha pensado en encontrar un

taxidermista6 para conservar el cuerpo del perro como recuerdo y no tener que separarse de

él, cosa que dice con mucho orgullo y sin aires de pena, pues refiere la paciente que aquella

práctica es algo muy común en la familia de su mamá7 (alguno de sus abuelos si no mal

recuerdo se dedicaba a eso).

Es entonces una sesión después en la que, ya casi por acabar esta (cerca del minuto

50), la paciente decide contarme el siguiente y breve sueño:

La paciente se encuentra en su casa, cuando al asomarse por la ventana ve una bolsa

semiabierta en el piso, en la que se encuentra un perro blanco muerto. Después, al

deslizar la mirada hacia el lado, se escucha primero el grito de angustia de su madre,

y lo que ve es otra bolsa, pero en esta se encuentra el cuerpo de su hermano muerto.

La paciente me cuenta este sueño y comienza a sollozar. Me comenta que su hermano sufre

de depresión y que su mayor miedo es que algún día se vaya a suicidar; tan grande es este

miedo que hasta pensaría en ella “irse con él también”.

Lo primero que llamó mi atención fue el hecho del perro blanco como primer

elemento del sueño, como una desviación de la carga pulsional que contenía el sueño, en

especial al ser del color contrario al suyo (pues el perro del que se había hablado la sesión

5
El color será importante en la interpretación del sueño que revisaré más adelante.
6
Aquella práctica en donde se vacía el cuerpo de un animal para disecarlo.
7
Cabe decir que esta es la primera vez que la paciente menciona a su mamá y tiene el lapsus de decir hermana
en su lugar.
anterior era negro). Cabe mencionar también que nunca antes me había mencionado a su

hermano, ni cuando se tocó el tema de las pérdidas, cosa que parece interesante. Ambos

elementos los traje a colación con ella, pero el último (el grito de la madre) no pasó por mi

mente. Además la sesión se tuvo que cortar muy abruptamente, pues duró media hora más y

yo tenía otra paciente esperando.

La siguiente sesión de este evento, la paciente llegó reportando haber pasado la

semana con el sentimiento de tener un hueco en el pecho, al cual aludía, en principio, al

amorío con A, el cual estaba convirtiéndose en algo más serio, por lo que decidió terminarlo

con las justificaciones correctas. Sobre esto dice: “no tenía la necesidad” y “cuando lo hice

me quité 50 kg de encima8”.

Al ahondar un poco más sobre este hueco en pecho, la paciente llega a la conclusión

de que es algo que se ha presentado varías veces a lo largo de su vida. Por primera vez a los

6-7 años, que tenía una sensación similar en la que “lloraba porque sabía que venía otro día”

o “querer estar dormida todo el tiempo”. Más adelante a los 8 años menciona haber pensado

en “fin del mundo” situación que le causaba mucho miedo, al igual que fantasear con otros

escenarios irreales relacionados a la muerte (de ella y su familia en conjunto) “¿qué tal si

pasa algo?”. Es más adelante que acabamos hablando sobre problemas que tenía por estas

edades en la escuela, en donde sufría de bullying. Cuenta lo siguiente: Un niño de su salón

sin ningún motivo o razón alguna le estrella la cara reptiles veces contra el escritorio, ella no

le dice a sus padres ni a nadie más, y en vez de eso al día siguiente ella, al llegar a la escuela

con coraje, ella le hace lo mismo. Menciona sobre la satisfacción que le brindó ver la cara del

niño sangrado. Finalmente, se queja sobre la injusticia de que la hayan regañado a ella y no al

niño.

8
La terminología relacionada al peso es muy recurrente.
Otro ejemplo, es cuando una niña de su salon le tira jugo en la cabeza, y ella más

tarde en el patio, para vengarse, le estrelló la cara contra la pared repetidas veces. La misma

paciente identifica el hecho de haber desarrollado una afinidad por estrellar caras, o al menos

en relación a esas dos memorias.

Es hasta casi el final que menciona que por esas mismas épocas nació su hermano

(ella tenía 8 años)9, y que este con ciertos problemas delicados de nacimiento, cerca incluso

de la muerte, mantuvo a sus padres preocupados y atentos de la situación, y que aquello tuvo

cierta influencia (poco clara hasta el momento) sobre ella en esos momentos. Finalmente ella

corta la sesión dos minutos antes diciendo “ah mira ya casi son las 7 y ya llego mi hermano”,

se escucha que tocan la puerta y el perro comienza a ladrar.

A manera de conclusión cabe decir que mi primera hipótesis sobre el sueño,

basándose en la idea freudiana de que todos los sueños son cumplimiento de deseo habría

sido que había relacionado a cierto deseo reprimido sobre la muerte del hermano, cosa que no

se puede descartar completamente, pero me parece que sería muy reduccionista. Fue entonces

que llegó a mí reflexionar el concepto del goce, o en los textos de Freud más allá del

principio de placer, pues es entonces donde todo me comenzó a hacer sentido, y recordé lo

que ahora me parece el elemento más importante del sueño; el grito de angustia de la madre.

Se puede pensar como algo que no se ha podido tramitar en el plano inconsciente, en cuanto a

lo que representa esa angustia de la madre, también aludiendo a la situación que seguramente

fue muy difícil de su hermano, y es posible que se haya transportado algo ahí a su relación

con su propio cuerpo o con el ser mujer ,en el cual también entra el castigo, “no le doy lo que

necesita”. Es pues entonces que investigué por primera vez el concepto del Goce del Otro, a

lo que puedo conjeturar que puede estar ligado con su noción de pérdida. Según Lacan la

9
Misma edad donde empieza la preocupación del fin del mundo y escenarios similares.
angustia es cuando falta la falta, y es así como me parece que plantea muchos elementos esta

paciente. Como por ejemplo Rabino, pues contiene el imperativo de un todo y una nada al

mismo tiempo.

Cabe decir que aún faltan sesiones y que, para el día de la presentación del caso ya

habré tendido una más, sobre la cual seguramente me permitiré agregar algo. Pero al repensar

esto, las intervenciones irán guiadas, si se presenta la oportunidad, hacia esta relación entre el

gran Otro (ósea su madre) y su cuerpo, al cual por alguna razón impera en castigar.

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