CESPA Icbf
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[5] Adoptada el 10 de diciembre de 1948, por la Asamblea General de las Naciones Unidas,
mediante Resolución 217 A (III).
[8] Firmado en San José, Costa Rica, el 22 de noviembre de 1969, aprobado por la Ley 16 de
1972.
[9] Adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 3 de diciembre de 1986
(Resolución 41/85).
[12] El artículo 8 dispone: "1. Los Estados Partes se comprometen a respetar el derecho del
niño a preservar su identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares
de conformidad con la ley sin injerencias ilícitas. 2. Cuando un niño sea privado ilegalmente
de algunos de los elementos de su identidad o de todos ellos, los Estados Partes deberán
prestar la asistencia y protección apropiadas con miras a restablecer rápidamente su
identidad."
[13] El artículo 9 consagra: "1. Los Estados Partes velarán por que el niño no sea separado de
sus padres contra la voluntad de éstos, excepto cuando, a reserva de revisión judicial, las
autoridades competentes determinen, de conformidad con la ley y los procedimientos
aplicables, que tal separación es necesaria en el interés superior del niño. Tal determinación
puede ser necesaria en casos particulares, por ejemplo, en los casos en que el niño sea
objeto de maltrato o descuido por parte de sus padres o cuando éstos viven separados y debe
adoptarse una decisión acerca del lugar de residencia del niño. En cualquier procedimiento
entablado de conformidad con el párrafo 1 del presente artículo, se ofrecerá a todas las partes
interesadas la oportunidad de participar en él y de dar a conocer sus opiniones. 3. Los
Estados Partes respetarán el derecho del niño que esté separado de uno o de ambos padres
a mantener relaciones personales y contacto directo con ambos padres de modo regular,
salvo si ello es contrario al interés superior del niño. 4. Cuando esa separación sea resultado
de una medida adoptada por un Estado Parte, como la detención, el encarcelamiento, el
exilio, la deportación o la muerte (incluido el fallecimiento debido a cualquier causa mientras la
persona esté bajo la custodia del Estado) de uno de los padres del niño, o de ambos, o del
niño, el Estado Parte proporcionará, cuando se le pida, a los padres, al niño o, si procede, a
otro familiar, información básica acerca del paradero del familiar o familiares ausentes, a no
ser que ello resultase perjudicial para el bienestar del niño. Los Estados Partes se cerciorarán,
además, de que la presentación de tal petición no entrañe por sí misma consecuencias
desfavorables para la persona o personas interesadas."
[17] La Convención sobre los Derechos del Niño reconoce en su preámbulo que la niñez es
acreedora de especial cuidado y asistencia, y dispone en su artículo 3-1 que en todos los
asuntos relativos a menores de edad, las autoridades públicas y privadas deben prestar
atención prioritaria a los intereses superiores de los niños. A su vez, la Declaración de las
Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño establece que los menores, dada su inmadurez
física y mental, requieren especiales salvaguardas y cuidado, incluida una adecuada
protección legal. Por otra parte, la Corte Europea de Derechos Humanos ha aplicado
reiteradamente el estándar del interés superior del menor, entre otras en las decisiones
de Sahin vs. Alemania (sentencia del 11 de octubre de 2001, en la cual se restringió el
contacto entre un ciudadano alemán y su hija menor de edad, por considerar que dada la
animadversión entre él y la madre de la niña, tales contactos irían en detrimento del interés
superior de ésta última), L. Vs. Finlandia (sentencia del 30 de marzo de 2000, en la cual se
aceptó una medida de protección consistente en separar a un menor de sus padres biológicos
por existir acusaciones de abuso sexual y una enfermedad mental de la madre, que hacían
presumir que el interés superior del menor sería satisfecho con la separación) y P., C. y S. Vs.
Reino Unido (sentencia del 16 de julio de 2002, en la cual se aprobó la colocación de un niño
recién nacido y su hermana en un hogar sustituto, dados los antecedentes psiquiátricos de la
madre, que constituían un riesgo para su salud y, por ende, contrariaban su interés superior)".
[18] Sentencia T-408 de 1995. En esta sentencia se decidió conceder el amparo de tutela
solicitado por una abuela materna en nombre de su nieta, para que se le garantizara a ésta el
derecho a visitar a su madre recluida en prisión, puesto que el padre de la menor le impedía
hacerlo.
[21] Así, por ejemplo, en la sentencia T-082 de 2006, en la que una señora solicitaba la
entrega de unos medicamentos, los cuales, según pudo verificar la Sala Octava de Revisión,
le estaban siendo entregados al momento de la revisión del fallo, la Corte consideró que al
desaparecer los hechos que generaron la vulneración, la acción de tutela perdía su eficacia e
inmediatez y, por ende su justificación constitucional, al haberse configurado un hecho
superado que conducía entonces a la carencia actual de objeto, la cual fue declarada por esa
razón en la parte resolutiva de la sentencia. Así mismo, en la sentencia T-630 de 2005, en un
caso en el cual se pretendía que se ordenara a una entidad la prestación de ciertos servicios
médicos que fueron efectivamente proporcionados, la Corte sostuvo que "si durante el trámite
de la acción de tutela, la vulneración o amenaza a los derechos fundamentales desaparece, la
tutela pierde su razón de ser, pues bajo esas condiciones no existiría una orden que impartir
ni un perjuicio que evitar." Igual posición se adoptó en la sentencia SU-975 de 2003, en uno de
los casos allí estudiados, pues se profirió el acto administrativo que dejó sin fundamento la
tutela del actor, por lo que la Corte estimó, sin juzgar el mérito de dicho acto, que se
encontraba ante un hecho superado.