Los derechos de los niños, niñas y adolescentes gozan de una especial protección a consecuencia de su situación de indefensión y vulnerabilidad y la particular necesidad de garantizar un desarrollo integral y armónico a este conglomerado social; sus derechos se encuentran recogidos y desarrollados en la Constitución, así como en normas supra e infra constitucionales.
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Los derechos de los niños, niñas y adolescentes gozan de una especial protección a consecuencia de su situación de indefensión y vulnerabilidad y la particular necesidad de garantizar un desarrollo integral y armónico a este conglomerado social; sus derechos se encuentran recogidos y desarrollados en la Constitución, así como en normas supra e infra constitucionales.
Los derechos de los niños, niñas y adolescentes gozan de una especial protección a consecuencia de su situación de indefensión y vulnerabilidad y la particular necesidad de garantizar un desarrollo integral y armónico a este conglomerado social; sus derechos se encuentran recogidos y desarrollados en la Constitución, así como en normas supra e infra constitucionales.
Los derechos de los niños, niñas y adolescentes gozan de una especial protección a consecuencia de su situación de indefensión y vulnerabilidad y la particular necesidad de garantizar un desarrollo integral y armónico a este conglomerado social; sus derechos se encuentran recogidos y desarrollados en la Constitución, así como en normas supra e infra constitucionales.
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2018-00056g
VISTOS: Continuando con el procedimiento previsto en la ley, para resolver se
considera: 1. ANTECEDENTES 1.1 Fundamentos fácticos del caso El 21 de febrero de 2018, la abogada Pamela Fernanda Rivera Rizzo, la psicóloga clínica Mariuxi Elizabeth Herrera Tamayo y el ingeniero Dino Jack Portilla López, integrantes de la Junta Cantonal de Protección de Derechos de la Niñez y Adolescencia de este cantón (Junta Cantonal), amparados en el numeral 6 del artículo 217 del Código Orgánico de la Niñez y Adolescencia (CONA), solicitaron que esta autoridad ordene la medida de protección que corresponda en beneficio de la adolescente A. M. T. J., de dieciséis años de edad actualmente, luego de que se dispusiera su custodia emergente a la su vecina, señora Victoria Emperatriz Moncayo Santana, portadora de la cédula 1205521949, por cuanto en el procedimiento administrativo de protección se habría probado el presunto maltrato por parte de su progenitora, señora Mercedes María Tiwi Jimpikit, y su conviviente, señor Jorge Alfredo Preciado Torres. Además, la Junta Cantonal de Protección de Derechos de la Niñez y Adolescencia de este cantón, determinó su casilla electrónica para ser notificada. 1.2 Comparecencia de las personas involucradas en los hechos del caso El 27 de febrero de 2018, el suscrito avocó conocimiento de la causa en legal y debida forma, y dispuso la respectiva notificación a las personas involucradas en los hechos, así como se ratificó provisionalmente la medida administrativa de protección de custodia emergente, con la finalidad de recabar los elementos probatorios de los cuales se encontraba desprovisto totalmente el expediente. Los señores Mercedes María Tiwi Jimpikit, Victoria Emperatriz Moncayo Santana y Jorge Alfredo Preciado Torres fueron notificados en legal y debida forma conforme consta en el expediente. El 3 de mayo de 2018, compareció la señora Victoria Emperatriz Moncayo Santana al proceso, señalando los siguiente: “Señor Juez, debo indicar que la Junta Cantonal me supo manifestar que esta acogida era solo por dos meses y han transcurrido dos meses y más y la convivencia con la menor es fatigosa aunque le he brindado amor, comprensión y mucha paciencia, incluso le he enseñado principios bíblicos por lo que ya no es posible la convivencia diaria con ella, ya le hice conocer a la Junta cantonal de Protección de Derechos y esta me supo indicar que espere un mes más porque se esta trabajando para que la menor asista a un acogimiento institucional o a buscar un familiar que se haga cargo”. Además, la mencionada ciudadana autorizó a su defensora y consigno sus casillas judicial y electrónica para ser notificada. Los señores Mercedes María Tiwi Jimpikit y Jorge Alfredo Preciado Torres no comparecieron pese a haber sido notificados en legal y debida forma. Por lo tanto, esta autoridad procedió a convocar a la respectiva audiencia para resolver la petición presentada por la Junta Cantonal. 2. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS DE LA AUTORIDAD SUTANCIADORA 2.1 Competencia En virtud de que quien suscribe ha sido debidamente nombrado y posesionado por el Consejo de la Judicatura mediante Resolución No. 077-2015 de 21 abril de 2015, conforme el acta de sorteo que obra del expediente soy competente para conocer, sustanciar y resolver la presente acción de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 175 de la CRE en relación con los artículos 233 y 234 del COFJ. 2.2 Validez procesal La presente acción se ha sustanciado mediante el procedimiento asignado por la ley, en él no se advierten violaciones ni omisiones de solemnidades sustanciales que pudieran acarrear nulidades procesales trascendentes a la resolución de la causa; se han respetado los derechos constitucionales de las partes, entre ellos los derechos a la tutela judicial efectiva, al debido proceso y a la seguridad jurídica establecidos en los artículos 75, 76 y 82 de la CRE, por tanto, se declara la validez procesal. 2.3 Contextualización de los derechos de la niñez y adolescencia Los derechos de los niños, niñas y adolescentes gozan de una especial protección a consecuencia de su situación de indefensión y vulnerabilidad y la particular necesidad de garantizar un desarrollo integral y armónico a este conglomerado social; sus derechos se encuentran recogidos y desarrollados en la Constitución, así como en normas supra e infra constitucionales. La necesidad de proporcionar a los niños y adolescentes una protección especial se enunció en el contexto del derecho internacional de los derechos humanos por primera vez en la Declaración de Ginebra de 1924 sobre los Derechos del Niño; luego, en la Declaración de los Derechos del Niño de 1959; posteriormente, en la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989. Este último instrumento normativo internacional de carácter coercitivo y vinculante cambió sustancialmente la protección jurídica del grupo formado por los niños, niñas y adolescentes, “[estableció] un mínimo estándar de protección de los derechos de la infancia, aplicables a todas las personas menores de 18 años, reconociendo además con igual énfasis la importancia del disfrute tanto de los derechos civiles y políticos como de los económicos, sociales y culturales” (HUAITA ALEGRE, M. 1999. Derecho de custodia, neutralidad de género, derechos humanos de la mujer e interés superior del niño o niña. Género y Derecho, Colección Contraseña, Estudios de Género, Serie Casandra. Santiago de Chile: LOM Ediciones. Pág. 543). La Convención sobre los Derechos del Niño en su artículo 3.1 dispone que “en todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño”; y en su artículo 3.2 dispone que “los Estados partes se comprometen a asegurar al niño la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u otras personas responsables de él ante la ley y, con ese fin, tomarán todas las medidas legislativas y administrativas adecuadas”. Por su lado, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos dispone en su artículo 24.1 que “todo niño tiene derecho, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, origen nacional o social, posición económica o nacimiento, a las medidas de protección que su condición de menor requiere, tanto por parte de su familia como de la sociedad y del Estado”, en igual sentido que el artículo 19 de la Convención Americana de Derechos Humanos según el cual “todo niño tiene derecho a las medidas de protección que su condición de menor requiere por parte de su familia, de la sociedad y del Estado”, y que en el artículo 10.3 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales que consagra que “se deben adoptar medidas especiales de protección y asistencia a favor de todos los niños y adolescentes, sin discriminación alguna por razón de filiación o cualquier otra condición”. Por otra parte, el Principio 2 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño dispone que “[los niños] gozará[n] de una protección especial y dispondrá[n] de oportunidades y servicios, dispensado todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda[n] desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad”, para ello, se precisa en la Declaración que “la consideración fundamental a que se atenderá será el interés superior del niño”. Igualmente, la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 en su artículo 25.2 establece que “la maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados de asistencia especiales”. En cuanto a los niños, niñas y adolescentes, el artículo 35 de nuestra Constitución los considera como integrantes de los grupos de atención prioritaria, por esta razón el Estado se encuentra obligado a prestar a estas personas especial y prioritaria atención tanto en la esfera de lo público como de lo privado. A su vez, el artículo 44 de la Constitución determina que “el Estado, la sociedad y la familia promoverán de forma prioritaria [su] desarrollo integral y asegurarán el ejercicio pleno de sus derechos”. Además, en el artículo 45 se les garantiza el derecho a “tener una familia y disfrutar de la convivencia familiar”, debiendo estar prioritariamente bajo el cuidado de sus madres y/o padres en virtud del mandato de corresponsabilidad que se impone en el artículo 83.16 de la misma norma suprema. En igual sentido, el Código Orgánico de la Niñez y Adolescencia, norma infra constitucional en la cual se desarrollan sus derechos, dispone en el artículo 11 que “el interés superior del niño es un principio que está orientado a satisfacer el ejercicio efectivo del conjunto de los derechos de los niños, niñas y adolescentes; e impone a todas las autoridades administrativas y judiciales y a las instituciones públicas y privadas, el deber de ajustar sus decisiones y acciones para su cumplimiento”. En líneas generales, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha manifestado que son cuatro los principios que inspiran de forma transversal todo el sistema de protección integral, a saber: 1.- No discriminación; 2.- Interés superior del niño; 3.- Respeto al derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo; y, 4.- Respeto a la opinión del niño en todo procedimiento que lo afecte, de modo que se garantice su participación (Opinión Consultiva OC-21/2014, de 19 de agosto de 2014, Derechos y garantías de niñas y niños en el contexto de la migración y/o en necesidad de protección internacional, Serie A, No. 21, párrafo 69). La Corte Constitucional para el período de transición mediante sentencia No. 025- 10-DTI-CC, caso No. 028- 10-TI, indicó que las normas contenidas en tratados internacionales de derechos humanos poseen rango de Constitución, por lo cual, toda norma internacional que consagre derechos de los niños, niñas y adolescentes se deberá tener en consideración; máxime, si desarrolla derechos en mejor medida que los consagrados en el texto constitucional puesto que estas normas están dotadas de prevalencia. A su vez, en la sentencia No. 022-14-SEP-CC, caso No. 1699-11- EP, la Corte consideró que “en definitiva, por el principio de interés superior de las niñas, niños y adolescentes, dicho grupo de atención prioritaria tiene el status de sujetos de protección constitucional reforzada, condición que se hace manifiesta -entre otros efectos- en el carácter superior y prevaleciente de sus derechos e intereses, cuya satisfacción debe constituir el objetivo primario de toda actuación que les competa”. En cuanto al interés superior del niño se debe manifestar que la doctrina lo considera como “un principio cardinal en materia de derechos de los niños, niñas y adolescentes, que tiene una consideración primordial al momento de la adopción de todo tipo de medidas, en los ámbitos públicos y privados, que les conciernen, ya que goza incluso de reconocimiento internacional universal y, a través del tiempo, adquirió el carácter de norma de derecho internacional”. (AGUILAR CAVALLO, G. 2008. El principio del interés superior del niño y la Corte Interamericana de Derechos Humano. Estudios Constitucionales: Revista del Centro de Estudios Constitucionales, Año 6, No. 1. Pág. 226). 2.4 Análisis del caso concreto: Valoración de los medios de probatorios El artículo 215 Código Orgánico de la Niñez y Adolescencia determina: “Las medidas de protección son acciones que adopta la autoridad competente, mediante resolución judicial o administrativa, en favor del niño, niña o adolescente, cuando se ha producido o existe el riesgo inminente de que se produzca una violación de sus derechos por acción u omisión del Estado, la sociedad, sus progenitores o responsables o del propio niño o adolescente. En la aplicación de las medidas se deben preferir aquellas que protejan y desarrollen los vínculos familiares y comunitarios. (…) Las medidas de protección imponen al Estado, sus funcionarios o empleados o cualquier particular, incluidos los progenitores, parientes, personas responsables de su cuidado, maestros, educadores y el propio niño, niña o adolescentes, determinadas acciones con el objeto de hacer cesar el acto de amenaza, restituir el derecho que ha sido vulnerado y asegurar el respeto permanente de sus derechos”. Esta autoridad considera pertinentes las medidas administrativas de protección adoptadas por el personal de la Junta Cantonal, con la finalidad de proteger y precautelar los derechos constitucionales de la niñez y adolescencia, pues, según les indicó la misma adolescente involucrada en este caso, se encontraba en riesgo inminente. En este sentido, bien hizo en calidad de garante de los derechos de la niñez y adolescencia- en disponer la remisión del expediente a la Fiscalía General del Estado, con la finalidad de que proceda a investigar este caso, pues en él, dada la forma como se habrían presentado los hechos, se observa una presumible conducta penalmente relevante, teniendo en cuenta que la Fiscalía es la titular del ejercicio de la acción penal pública. Además, actuó conforme a derecho al disponer las medidas de protección contenidas en los numerales 4 y 8 del artículo 79 del Código Orgánico de la Niñez y Adolescencia, mediante las cuales ha conferido la respectiva boleta de auxilio en beneficio de la mencionada adolescente y en contra de su presunto agresor, así como ha dispuesto al mismo la prohibición de acercarse a la posible víctima. Igualmente, por ser un caso de extrema necesidad debido a la exposición inminente en la que posiblemente se encontraba la adolescente ya que su posible agresor sería miembro de su familia, de conformidad con el numeral 6 del artículo 2017 del Código Orgánico de la Niñez y Adolescencia, la Junta dispuso su custodia emergente al ejercicio de la señora Consuelo Monserrate López Salvatierra quien ha suscrito el acta de responsabilidad que obra de fs. 92 de los autos, a quien la mencionada adolescente reconoce como su familiar; y, de conformidad con el numeral 4 del artículo 217 dispuso la investigación respectiva por parte de la DINAPEN para el esclarecimiento de estos hechos lesivos. Ahora bien, el 9 de marzo de 2018, a las 10h00, se celebró la respectiva audiencia única según consta ratificado con el acta que obra de fs. 90 a 91 de los autos. En esta audiencia se escuchó en primer lugar a los integrantes de la Junta Cantonal quienes indicaron cuales fueron los hechos puestos a su conocimiento y las medidas de protección que habían tomado para precautelar la integridad de la adolescente. También intervinieron los abuelos paternos de la adolescente quienes fueron enfáticos en señalar que tales hechos jamás sucedieron y que son producto del invento de su nieta para abandonar el hogar. Por su lado, también intervino la señora Consuelo Monserrate López Salvatierra a quien los Integrantes de la Junta Cantonal confirieron la custodia emergente como ya se dejó sentado en líneas anteriores. La mencionada señora indicó que no tiene conocimiento de los hechos investigados por la Junta Cantonal. Con la finalidad de preservar los derechos y garantías de la adolescente y su interés superior, de conformidad con el artículo 12 de la Declaración sobre los Derechos del Niño, esta autoridad escuchó su opinión de forma reservada, por lo que deberá tenerse en cuenta que de acuerdo a su edad, 13 años, estaba en condiciones de prestarla. En este sentido, es válido dejar sentado que la Junta Cantonal actuó con debida diligencia de acuerdo a los hechos que se pusieron en su conocimiento. No obstante, del expediente no existen informes técnicos que permitan establecer que estos hechos realmente se produjeron, por lo que, deberá ser la autoridad competente quien lo determine de acuerdo a la investigación que se realice. Por otro lado, esta autoridad les indica a los involucrados que las medidas de protección son transitorias y preventivas, es decir, que aun cuando no exista certeza de que los hechos se produjeron, las medidas pueden adoptarse y mantenerse con la finalidad de precautelar los derechos de la niñez y adolescencia, por lo menos, hasta que los hechos queden desvirtuados jurídicamente. 3. DECISIÓN En mérito de lo expuesto, administrando justicia por mandato de la Constitución de la República del Ecuador, el suscrito Juez de la Unidad Judicial de la Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia de este cantón dicta la siguiente: RESOLUCIÓN 3.1 Se ratifican todas las medidas administrativas de protección dictadas por la Junta Cantonal de Protección de Derechos de la Niñez y Adolescencia de este cantón, las mismas que han sido identificadas en esta resolución y sobre las cuales procederá a informar su cumplimiento integral. 3.2 La Junta Cantonal podrá disponer oportunamente las medidas administrativas que propicien la reinserción de la adolescente en su núcleo familiar, precautelando que el mismo se encuentre libre de agresores que pongan en riesgo sus derechos y su interés superior. 3.3 En caso de incumplimiento de algunas de las medidas dictadas, deberá informar inmediatamente a esta autoridad para generar los correctivos del caso, con la finalidad de proteger los derechos de la adolescente, sin perjuicio de las diligencias que en el ámbito de sus competencias procedan; 3.4 La señora Consuelo Monserrate López Salvatierra, continuará ejerciendo la custodia emergente de la mencionada adolescente hasta que esta autoridad disponga lo contrario de acuerdo al mérito de los informes e investigaciones dispuestas. 3.5 Se dispone que la Junta Cantonal se seguimiento de las medidas administrativas de protección que ha dictado, principalmente a la investigación pre procesal penal que dispuso, debiendo remitir los pronunciamiento de relevancia para el fondo de este asunto. 3.6 Notifíquese y cúmplase.
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