Tema 9.restauración. Sistema Canovista 1 1

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Tema 9: EL SISTEMA DE LA RESTAURACIÓN.

CARACTERÍSTICAS Y FUNCIONAMIENTO

DEL SISTEMA CANOVISTA (1875-1898)

INTRODUCCIÓN

1. EL SISTEMA POLÍTICO DE LA RESTAURACIÓN. LA


CONSTITUCIÓN DE 1876.

2. FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA CANOVISTA. OLIGARQUÍA Y


CACIQUISMO

EN ANDALUCÍA.

3. FUERZAS POLÍTICAS MARGINADAS DEL SISTEMA CANOVISTA

4. REGIONALISMOS Y NACIONALISMOS

INTRODUCCIÓN

Tras el fallido intento de instaurar un régimen democrático durante el


Sexenio(1868-1874), se restauró la monarquía borbónica y España volvió al
liberalismo censitario. El nuevo sistema político, ideado por Cánovas del
Castillo, se fundamentó en la alternancia en el poder de dos grandes
partidos: el conservador y el liberal, de ahí que el sistema de la restauración
se denomine también como sistema canovista.

La Restauración es un largo período de la España Contemporánea que duró


más de cincuenta años, desde el pronunciamiento de Martínez Campos en
1874 que inauguró el reinado de Alfonso XII hasta la proclamación de la
Segunda República en 1931 que llevará a la caída de Alfonso XIII(1902-
1931),y con una importante inflexión en 1898 tras la pérdida de las últimas
colonias españolas.

Durante este largo período que abarca el reinado de Alfonso XII(1875-


1885), le regencia de María Cristina de Habsburgo(1885-1902) y el reinado
de Alfonso XIII(1902-1931), se consolidó un régimen constitucional y
parlamentario, que, a pesar de establecer el sufragio universal masculino en
1890, nunca llegó a ser plenamente democrático y estuvo dominado por una
oligarquía burguesa y latifundista.

Con el paso del tiempo, los dos partidos hegemónicos se fueron


descomponiendo y no fueron capaces de dar entrada a las nuevas fuerzas
emergentes del obrerismo y el republicanismo. En 1898, la pérdida de las
últimas colonias, Cuba y Filipinas, sumió a la Restauración en una gran
crisis política y moral, conocida como el "desastre del 98" que planteó la
necesidad de iniciar un proceso de reformas que modernizase la vida social
y política del país(regeneracionismo).

1. EL SISTEMA POLÍTICO DE LA RESTAURACIÓN. LA


CONSTITUCIÓN DE 1876.

El pronunciamiento de Martínez Campos en Sagunto en diciembre de 1874,


acogido favorablemente por la mayor parte del ejército y los partidos
conservadores, significó la restauración de la monarquía en Alfonso XII,
único hijo varón de Isabel II. El político clave de este momento fue Antonio
Cánovas del Castillo que asumió la regencia hasta el regreso del rey en
enero de 1875.

Las fuerzas políticas conservadoras esperaban que la nueva monarquía


devolviera la estabilidad política y acabara con todo intento de revolución
social y democrática en España. Cánovas pretendía instaurar un nuevo
modelo político que acabase con los problemas endémicos del liberalismo
anterior como el intervencionismo de los militares en la política, el carácter
excluyente de los moderados durante el reinado de Isabel II y la
proliferación de los enfrentamientos civiles. Para conseguir su propósito:

- elaboró una constitución que vertebrase un sistema político basado en el


bipartidismo -

pacificó el país poniendo fin a la guerra de Cuba(1868-1878) y al conflicto


carlista(1872-1876) La primera medida política fue la convocatoria de
elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino,
aunque posteriormente se volvió al sufragio censitario.
La Constitución de 1876(aprobada por las Cortes el 30 de junio) es una
clara muestra del liberalismo doctrinario, caracterizado por el sufragio
censitario y la soberanía compartida por las Cortes y el Rey. Se trataba de
una constitución de carácter conservador inspirada en los valores
tradicionales de la monarquía, la religión y la propiedad. Estuvo vigente
hasta la dictadura de Primo de Rivera en 1923, lo que la convierte en la
constitución de mayor duración de la historia de España.

Sus principales características son:

- Considera a la monarquía como una institución incuestionable,


permanente y al margen de cualquier decisión política.

- El Rey ejerce un papel moderador, de árbitro en la vida política que


garantiza la alternancia entre los partidos políticos.

- Desaparece el principio de Soberanía Nacional y se establece la soberanía


compartida por la Corona y las Cortes. El Rey posee amplios poderes:
derecho de veto, nombramiento de ministros y potestad de convocar o
disolver las Cortes sin contar con el gobierno.

- Las Cortes son bicamerales y están formadas por el Senado y el Congreso


de los Diputados. El Senado estaba constituido por: senadores por derecho
propio(hijos del rey, Grandes de España, altos cargos administrativos y
militares) senadores vitalicios(nombrados por el rey entre la alta Nobleza) y
senadores electivos(elegidos por los mayores contribuyentes).

Los diputados del Congreso eran elegidos por 5 años. La Constitución no


fijaba el tipo de sufragio, aunque una ley de 1878 estableció el sufragio
censitario; en 1890, estando en el poder el partido liberal, se aprobó el
sufragio universal masculino.

- Se proclama la confesionalidad católica del Estado, aunque toleraba otras


creencias siempre que no se hiciese manifestación pública de ellas. En
consecuencia, se restableció el presupuesto del culto y clero para financiar a
la Iglesia, y se le asignaba a ésta el control de la educación.
- Se redacta una declaración de derechos pero su concreción se remitía a
leyes posteriores que tendieron a restringirlos, sobre todo los derechos de
imprenta, expresión, asociación y reunión. - Se impone un sistema
centralista donde ayuntamientos y diputaciones quedaban bajo el control
del gobierno.

Por otra parte, Cánovas del Castillo introdujo un sistema de gobierno


basado en el bipartidismo y en la alternancia en el poder de los dos
grandes partidos dinásticos: el conservador y el liberal. Ambos partidos
renunciaban a los pronunciamientos como mecanismo para acceder al
gobierno. Aceptaban, por tanto, que habría un turno pacífico de partidos
que aseguraría la estabilidad política. Así, el ejército quedó subordinado al
poder civil y su misión(Real Orden de 1875) se limitó a defender la
independencia nacional y a no intervenir en las contiendas de los partidos.
De este modo, el turnismo eliminó el problema de los pronunciamientos y
el protagonismo de la presencia militar en los partidos y la vida política
española, que habían caracterizado la época de Isabel II.

Asimismo, la estabilidad del régimen se vio favorecida por el fin de la


tercera guerra carlista(1872-1876) y de la guerra cubana(1868-1878).
La Restauración borbónica privó a la causa carlista de una buena parte de su
hipotética legitimidad y algunos sectores del carlismo acabaron
reconociendo a Alfonso XII. La intervención del ejército al mando de
Martínez Campos forzó la rendición de los carlistas en Cataluña, Aragón y
Valencia. sin embargo el conflicto continuó unos meses más en el P. Vasco
y Navarra hasta su total rendición en 1876.

La consecuencia inmediata de la derrota carlista fue la abolición de los


fueros vascos: los territorios vascos quedaron sujetos al pago de impuestos
y al servicio militar, comunes a todo el Estado. Sin embargo en 1878

el gobierno otorgó un cierto grado de autonomía fiscal por la cual las


Provincias Vascas pagarían anualmente a la administración central una
determinada cantidad recaudada directamente por las Diputaciones
Provinciales.

El final de la guerra carlista facilitó poner fin a la insurrección


cubana(Guerra de los Diez Años 1868-1878) firmándose la Paz de
Zanjón en la que se incluía una amplia amnistía, la abolición de la
esclavitud(aprobada en 1888) y la promesa de reformas políticas por las que
Cuba tendría representantes en

las Cortes españolas. El retraso y el incumplimiento de estas reformas


provocaría el inicio de un nuevo conflicto(Guerra Chiquita, 1879) y la
posterior insurrección en 1895.

2. FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA CANOVISTA.

Los dos grandes partidos dinásticos que van a turnarse en el poder fueron:

- el Partido Conservador, fundado por Cánovas del Castillo.

Cánovas había sido el principal dirigente del Partido Alfonsino que durante
el Sexenio Democrático había defendido la restauración monárquica. Tras
el regreso de Alfonso XII a España lo transformó en el Partido
Conservador, que recogía la herencia de los moderados de los tiempos de
Isabel II. El proyecto bipartidista de Cánovas requería otro partido de
carácter más progresista y él mismo propuso a Práxedes Mateo Sagasta su
formación: el Partido Liberal, nacido de un acuerdo entre progresistas,
unionistas y algunos republicanos moderados.

A ambos partidos les correspondía la tarea de aunar a los diferentes grupos


y facciones políticas con el único requisito de aceptar la monarquía
alfonsina y la alternancia en el poder. Por este motivo se les conocía como
partidos dinásticos.

Conservadores y liberales coincidían ideológicamente en los fundamental:


defendían la monarquía, la Constitución, la propiedad privada y la
consolidación de un Estado liberal, unitario y centralista.

Ambos eran apoyados por las élites económicas y la clase media


acomodada.

En cuanto a sus diferencias políticas, los conservadores se mostraban a


favor del sufragio censitario( Ley electoral de 1878: sólo votaban los
varones mayores de 25 años que contribuyeran al menos con 25 pesetas
anuales de contribución territorial o 50 pesetas de contribución industrial,
con lo cual sólo votaba un 5% de españoles), en contra de la ampliación de
derechos y libertades(Ley de imprenta en 1879 por la que se crearon
tribunales especiales para los delitos relacionados con la libertad de
expresión) y defensores de la Iglesia y el orden social.

Los liberales, en cambio, defendían el sufragio universal masculino(decreto


que aprobaron en 1890), reformas sociales y ampliación de los derechos
como la libertad de prensa, de cultos y de asociación( así por ejemplo en
1881 un decreto autorizaba las asociaciones obreras permitiendo el
desarrollo del movimiento obrero: el PSOE(1879), la UGT(1888) y el
sindicato anarquista FTRE(Federación de Trabajadores de la Región
Española)(1881).

No obstante, en la práctica, la actuación de ambos partidos no difería en lo


esencial, al existir un acuerdo tácito de no promulgar nunca una ley que
forzase al otro partido a derogarla cuando regresase al gobierno.

El turno en el poder quedaba garantizado porque cuando el partido que


estaba en el gobierno sufría un proceso de desgaste político y perdía la
confianza de las Cortes, el monarca llamaba al jefe de partido de la
oposición a formar gobierno. Entonces, el nuevo presidente de gobierno
nombraba a sus gobernadores provinciales y convocaba elecciones. Los
nuevos gobernadores provinciales "preparaban" las elecciones y siempre las
ganaba el gobierno mediante la corrupción electoral. Los resultados eran
manipulados por el sistema del ENCASILLADO: el ministro de
Gobernación confeccionaba, antes de las elecciones, el nombre de los
diputados que saldrían elegidos por cada distrito con su número exacto y su
afiliación política. Esta

"casilla" se pasaba a los gobernadores civiles que se reunían con los


alcaldes y los caciques. De esta forma, el nuevo gobierno conseguía el
número de diputados suficiente para formar una mayoría parlamentaria que
le permitiese gobernar.

El sistema de turno pacífico pudo mantenerse durante más de veinte años


gracias a la corrupción electoral y a la utilización de la influencia y poder
económico a nivel local de los caciques. El CACIQUISMO fue un
fenómeno que se dio en toda España, aunque alcanzó su máximo desarrollo
en Andalucía, Galicia y Castilla.

Los caciques eran personas notables, sobre todo en el medio rural, a


menudo ricos propietarios que daban

trabajo a jornaleros y que tenían una gran influencia en la vida local.


También podían ser abogados o funcionarios de la Administración(alcaldes
o diputados provinciales) que controlaban los ayuntamientos.

Con su influencia, los caciques orientaban la dirección del voto,


agradeciendo con sus "favores"( dar empleo, permisos para edificar,
reducción de las contribuciones, exención del servicio militar, resolver
trámites burocráticos y administrativos...) la fidelidad electoral y
discriminando a los que no respetaban sus intereses.

Los caciques manipularon las elecciones continuamente de acuerdo con las


autoridades, especialmente con los gobernadores civiles de las provincias.
El conjunto de trampas electorales que ayudaba a conseguir la adulteración
de los resultados electorales se conoce como PUCHERAZO. Para
conseguir la elección del candidato propuesto por el gobierno no se dudaba
en falsificar el censo incluyendo a personas muertas o impidiendo votar a
las vivas, se ejercía la compra de votos, se manipulaban las actas
electorales, se amenazaba al electorado con coacciones de todo tipo e
incluso se empleaba la violencia para atemorizar a los contrarios. El partido
ganador siempre obtenía un 60-70 % de los escaños, dejando el resto al
partido de la oposición. Además el abstencionismo fue muy alto ya que
generalmente votaban poco más del 20% de los electores.

El Caciquismo tuvo una gran difusión en Andalucía. Los principales


caciques andaluces fueron la antigua nobleza y los nuevos terratenientes
enriquecidos con las desamortizaciones, las compañías mineras
onubenses(Río Tinto Company) y los grandes comerciantes de los puertos
de Sevilla, Málaga y Cádiz. Estos caciques dominaban una red de intereses
de carácter clientelar. Cada cacique local(ya fuera Liberal o Conservador)
se integraba en cacicazgos comarcales y estos a su vez reconocían la
dirección de un notable o cacique provincial que servía de contacto con los
grandes dirigentes políticos instalados en Madrid, como por ejemplo los
Ybarra y Rodríguez de la Borbolla en Sevilla o los Carranza en Cádiz...

A lo largo del período que transcurrió entre 1875 y 1898, el turno funcionó
con regularidad: de todas las elecciones realizadas, seis fueron ganadas por
los conservadores y cuatro por los liberales. Pero tras el impacto del
desastre del 98, sobrevino la primera crisis del sistema canovista,
erosionando a los políticos y los partidos dinásticos.

El Partido Conservador se mantuvo en el gobierno desde 1875 hasta 1881,


momento en que Sagasta formó un primer gobierno liberal(1881-1883)que
introdujo el sufragio universal para los comicios municipales(1882). En
1884, Cánovas volvió al poder, pero el temor a una posible
desestabilización del sistema político tras la muerte de Alfonso XII(1885),
impulsó un acuerdo entre conservadores y liberales llamado PACTO DEL
PARDO, cuya finalidad era dar apoyo a la regencia de María Cristina de
Habsburgo y garantizar la continuidad de la monarquía ante las fuertes
presiones de carlistas y republicanos, dado que Alfonso XII murió sin dejar
heredero varón, aunque María Cristina estaba embarazada. Se aplazó así el
nombramiento del sucesor hasta el alumbramiento para evitar declarar
heredera a la hija mayor del rey(Mercedes). Poco después en mayo de 1886
nacería Alfonso XIII, que fue declarado rey de España el mismo día de su
nacimiento, aunque no ocupará de forma efectiva el trono hasta 1902
cuando contaba con 16 años.

Bajo la Regencia de María Cristina, el Partido Liberal gobernó más


tiempo que el Conservador. Así durante el llamado gobierno largo de
Sagasta(1885-1890) los liberales impulsaron una importante obra
reformista como:

- la aprobación de la Ley de Asociaciones(1887) que eliminó la distinción


entre partidos legales e ilegales, permitiendo la entrada en el juego político
de las fuerzas opositoras.

- la abolición de la esclavitud(1888).

- la reforma militar: preveía el servicio militar obligatorio para todos los


españoles. Pese a ello, subsistió la redención elevada ahora a 2000 pesetas y
sólo para eximir el servicio en las colonias, aunque no se puso en práctica
debido a las discrepancias en el propio seno del gobierno.

- la implantación del sufragio universal masculino en las elecciones


generales(1890). De esta manera el censo electoral se amplió de 800.000
hombres a cerca de 5.000.000. Sin embargo, la universalización del sufragio
quedó desvirtuada por la continuidad de los viejos mecanismos de fraude y
corrupción

electoral, que obstaculizaron la democratización del sistema.

En la última década del siglo se mantuvo el turno pacífico de partidos, pero


el personalismo del sistema deterioró a los partidos, que dependían de la
personalidad de sus líderes, provocando disidencias internas.

Así en el Partido Liberal surgieron personajes como Germán Gamazo y


Antonio Maura, que provocaron la aparición de facciones dentro del
partido. De igual forma, entre los conservadores destacó la disidencia de los
reformistas de Silvela, que tras el asesinato de Cánovas en 1897 por el
anarquista italiano Michele Angiolillo, logró aglutinar a las diferentes
facciones. Será a partir de la crisis de 1898 cuando el sistema de turno
quedará desprestigiado aunque sobrevivirá hasta 1917.

Además, las últimas décadas del s. XIX fueron de gran conflictividad


social:

- Atentados anarquistas en Cataluña contra los que consideraban pilares del


Capitalismo, esto es, la burguesía, el Estado y la Iglesia. Ej: atentado en
Barcelona contra el general Martínez Campos en 1893, bombas en el Gran
Teatro del Liceo en Barcelona en 1893, atentado contra la procesión del
Corpus en Barcelona en 1896...

- Acciones terroristas en Andalucía por parte de una supuesta organización


anarquista secreta llamada la Mano Negra.

3. FUERZAS POLÍTICAS MARGINADAS DEL SISTEMA


CANOVISTA
Durante la Restauración hubo fuerzas políticas que quedaron relegadas a la
oposición y nunca consiguieron obtener un número suficiente de diputados
para formar gobierno o constituir una minoría parlamentaria influyente.
Estas fuerzas políticas fueron:

a) El republicanismo tuvo que hacer frente a la represión de los gobiernos


monárquicos y al desencanto por parte de sus seguidores. Además los
republicanos quedaron fuertemente divididos en diversas tendencias:

- Castelar crea el Partido Republicano Posibilita y pasa a formar parte


del juego de la Restauración ya que consideró que la monarquía podía
asumir algunos de los principios democráticos y que la Restauración
garantizaría el orden social.

- Los núcleos republicanos más radicales formaron el Partido Republicano


Progresista liderado por el antiguo progresista Ruiz Zorrilla que no
obtuvo un apoyo popular significativo en sus varios intentos de
pronunciamiento contra la monarquía.

- Salmerón agrupó a los republicanos unitarios y fundó el Partido


Republicano Centralista.

- el Partido Republicano Federal siguió estando liderado por Pi y


Margall y fue el partido que contó con más adeptos y con el apoyo de una
parte importante de las clases populares.

Tras la implantación del sufragio universal, los republicanos cobraron un


nuevo impulso reunificándose en una alianza electoral, Unión
Republicana,( a excepción de los posibilistas de Castelar).

Pero a pesar de que las alianzas lograron aumentar el número de escaños


parlamentarios, el republicanismo perdió parte de sus antiguas bases
sociales y tuvo que luchar por los votos populares contra el nuevo
obrerismo representado por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE),
fundado por Pablo Iglesias en 1879, que impulsará en 1888 la creación de
un sindicato, la UGT.
b) El Carlismo: tras la derrota carlista en 1876, se prohibió la estancia en
España del pretendiente carlista don Carlos de Borbón y el carlismo entró
en una grave crisis después de que destacados miembros de sus filas, como
el viejo héroe militar Ramón Cabrera, reconocieran a Alfonso XII. Además
la Constitución de 1876 descartaba a toda la rama carlista de la sucesión al
trono español. El Partido Carlista mantuvo su fuerza en Navarra , P. Vasco
y Cataluña pero su influencia era escasa en el resto del territorio español. Su

programa político fue adaptado a la nueva situación política mediante el


Acta de Loredan(nombre del palacio veneciano donde residía Carlos VII);
en dicho programa se mantenían viejos principios como el fuerismo, la
unidad católica y la oposición a la democracia, pero ya no se manifestaba a
favor del Antiguo Régimen y aceptaba el nuevo orden liberal y capitalista.
El Partido Carlista promovió algunos intentos insurreccionales en 1899 y
1900, aunque sus principales dirigentes optaron por la vía política. También
fundaron una milicia, el Requeté.

Sin embargo, en el seno del partido, una facción liderada por Ramón
Nocedal, hijo del líder carlista Cándido Nocedal, protagonizó una escisión
y fundó en 1888 el Partido Católico Nacional, que dejó de reconocer a
don Carlos como rey, dado que consideraba que éste no apoyaba
suficientemente la política católica impulsada por el papado contra el
liberalismo, y se convirtió en un partido católico integrista.

c) De los grandes partidos dinásticos se desgajaron otros partidos como:

- la Unión Católica, liderada por Alejandro Pidal. Se trataba de un partido


conservador y católico, claramente diferenciado de los carlistas pero crítico
con los conservadores a los que acusaba de su complicidad y excesivo
apoyo a las reformas de los liberales.

- Dentro del Partido Liberal también se produjeron escisiones: el ala


izquierda del partido fundó el Partido Democrático-Monárquico, que
defendía los principios democráticos de la Constitución de 1869 y en cuyas
filas se encontraba Cristino Martos. También el general Serrano fundará
el partido Izquierda Dinástica.
sin embargo, tuvieron escaso apoyo electoral y Sagasta mantuvo el
liderazgo del Partido Liberal.

d) El movimiento obrero: El Sexenio Democrático(1868-1874) había


permitido la llegada a España de las ideas socialistas y anarquistas
integradas en la AIT. El anarquista italiano Fanelli creó en Madrid y
Barcelona los primeros núcleos de afiliados a la AIT y difundió las ideas
anarquistas(supresión del Estado, apoliticismo, colectivización...) entre el
proletariado catalán y el campesinado andaluz. Por otra parte, Paul
Lafargue, yerno de Marx, impulsó a partir de 1871 la creación de grupos
internacionalistas favorables a las ideas marxistas, destacando la figura de
Pablo Iglesias, fundador del PSOE en 1879. Las discrepancias entre
anarquistas y marxistas en el seno de la AIT, llevaron a la expulsión de los
primeros en 1872. El declive definitivo de la AIT en España se produjo a
partir de 1874, momento en que el régimen de la Restauración la declaró
ilegal y la obligó a organizarse en la clandestinidad. Cuando los liberales
subieron al poder permitieron en 1887 la legalización de las asociaciones
obreras, creándose por ejemplo el sindicato socialista de la UGT en 1888.

4. REGIONALISMOS Y NACIONALISMOS

En el último cuarto del siglo XIX comenzó en España el surgimiento de


movimientos de carácter regionalista y nacionalista. Intelectuales, políticos,
periodistas y hombres de negocio empezaron a proponer primero en
Cataluña, P. Vasco y Galicia, y después en Valencia, Andalucía y Aragón,
políticas contrarias al centralismo estatal y a las políticas uniformizadoras
que pretendían ignorar la variedad cultural de España.

El nacionalismo catalán:

El desarrollo económico de Cataluña había propiciado el nacimiento de una


influyente burguesía industrial que veía que sus intereses económicos no
eran defendidos por los diferentes gobiernos(medidas librecambistas).
Además se produce en estos momentos un notable renacimiento de la
cultura catalana y la expansión del uso de su lengua vernácula, el catalán,
surgiendo un movimiento, la Renaixença, que pretendía recuperar la lengua
y las señas de identidad catalanas.
En la década de 1880 se desarrolla el catalanismo político y Valentí
Almirall funda en 1882 el Centre Catalá, que defendía la autonomía de
Cataluña.

En 1891, se funda la Unió Catalanista cuyo programa se sintetiza en las


Bases de Manresa(mayo 1892): la organización federal de España y la
soberanía de Cataluña en política interior mediante la restauración de las
antiguas instituciones catalanas(Cortes catalanas). A partir de ese momento
el regionalismo catalán pasó a convertirse en verdadero nacionalismo.

La crisis del sistema político de la Restauración en 1898, acrecentó el


interés de la burguesía catalana a tener su propia representación política al
margen de los partidos dinásticos, fundándose así en 1901 la Lliga
Regionalista, liderada por Prat de la Riba y Francesc Cambó.

El nacionalismo vasco:

Surgió en la década de 1890 como reacción a la pérdida de una parte


sustancial de los fueros tras la derrota del carlismo en 1876 y como
consecuencia del desarrollo de una corriente cultural en defensa de las
tradiciones y la lengua vascas.

Su gran propulsor fue Sabino Arana, que creyó ver un gran peligro para la
subsistencia de la cultura vasca en la llegada de inmigrantes(maketos)
procedentes de otras regiones de España a la zona minera e
industrial(siderurgia) de Bilbao.

Las propuestas de Arana prendieron sobre todo en la pequeña burguesía


vasca y en 1895 se creó el Partido Nacionalista Vasco en Bilbao. Arana
popularizó un nuevo nombre para su patria, Euzkadi, una bandera propia y
un lema, "Dios y ley antigua" que recogía los principios ideológicos del
nacionalismo vasco: defensa de la tradición, la lengua y las costumbres
vascas, la pureza racial del pueblo vasco y un gran sentimiento católico. Su
principal rival en la defensa de la identidad vasca fue el carlismo, que
también reclamaba la vuelta de los fueros, y que en Navarra tenía mucha
más fuerza.

El nacionalismo gallego:
El galleguismo tuvo un carácter estrictamente cultural hasta bien entrado el
siglo XX. Unas minorías cultas empezaron a responsabilizar del atraso
económico a la subordinación política de Galicia, que forzaba a muchos
gallegos a la emigración. En la última etapa de la Restauración, el
galleguismo adquirió un carácter más político y en la década de 1920 se
consolidó el nacionalismo gallego.

Valencianismo, aragonesismo y andalucismo:

Los movimientos de resurgimiento cultural que más tarde pasaron a la


esfera política se dieron también en otras regiones de España como
Valencia, Aragón y Andalucía. Sin embargo, su expansión no se dio hasta la
Segunda República(1931) cuya Constitución preveía la creación de
autonomías regionales. El artífice del andalucismo fue el notario Blas
Infante cuyo ideario político quedó recogido en su obra Ideal andaluz.

Participó en la Asamblea Regionalista andaluza en Ronda(1918) donde


se definieron los símbolos de Andalucía (la bandera, el escudo y el himno).
Durante la Segunda República el movimiento andalucista redactó un
proyecto de Estatuto de Autonomía, pero esta iniciativa tuvo poco respaldo
popular y tuvo que esperar hasta el fin del franquismo para encontrar un
sentimiento andalucista con arraigo popular que defendiera la autonomía.

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